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MATERIAL PARA DOCENTES

LOS CAMBIOS EN LAS PLANTAS A LO LARGO DEL AÑO


3° AÑO

Las chicas y los chicos de 3° año suelen tener experiencias relacionadas con la
germinación y el crecimiento de las plantas y tienen sus representaciones sobre los
cambios que les ocurren a las plantas durante su ciclo de vida o a lo largo del tiempo.
Generalmente conocen sobre algunos de los cambios, como por ejemplo, que las
plantas florecen en primavera o que pierden sus hojas en otoño. Desde la escuela,
podemos organizar y complejizar estos saberes acercándonos a la idea de que si
bien todas las plantas pueden cambiar, no todas lo hacen de la misma forma ni en
el mismo momento. ¿Todas las plantas florecen en primavera? ¿Todas pierden sus
hojas en otoño? ¿Todos los árboles tienen el mismo color de tronco? ¿Siempre?

A continuación desarrollamos una propuesta centrada en la observación sistemática


y el registro de las partes de plantas de la escuela o del barrio o de alguna plaza
cercana, que permite la descripción y comparación de los cambios que
experimentan a lo largo del año y el reconocimiento de que no todas las plantas
cambian por igual.

Orientaciones para la planificación de la enseñanza

Al momento de la planificación, es relevante tener en cuenta que para poder


reconocer los cambios en las distintas plantas, será necesario prever la realización de
tres o cuatro observaciones en diferentes momentos del año.

Una de las claves para la planificación de este recorrido es la selección de las plantas
a observar, de modo de garantizar que las y los alumnos conozcan una diversidad
en cuanto a los cambios que experimentan.

Para observar plantas que no pierden todo su follaje junto en los meses fríos
(perennifolias) pueden seleccionar tanto árboles como arbustos, algunos que
renuevan sus hojas en primavera luego de perderlas en el otoño (caducifolios) y otros
de follaje persistente. Entre las especies a incluir entre los árboles que son de follaje
caduco: seibo, paraíso, catalpa, morera, sauce, olmo, pata de buey, plátano, y
entre los de follaje persistente: eucalipto, níspero, palta, magnolia, palmera pindó,
araucaria. Entre los arbustos: tamarindo, corona de novia.
De modo de poder establecer comparaciones y al mismo tiempo sin complejizar
demasiado el análisis comparativo, sugerimos que elijan 4 o 5 especies para realizar
el seguimiento durante el año.

A continuación les enunciamos algunas recomendaciones para seleccionar las


plantas a observar:

- Que florezcan y fructifiquen en diferentes momentos del año.


- Que algunas cambien su follaje durante el año y algunas mantengan su copa
provista de hojas.
- Pueden incluirse especies que cambien la corteza a lo largo del año, como
los eucaliptos.
- Si van a realizar salidas de campo, que las especies elegidas se encuentren
relativamente cerca entre sí (y de la escuela).
- Si van a observar árboles, que tengan ramas lo suficientemente bajas como
para que las y los chicos puedan verlas.

Partir de lo conocido

Para iniciar el recorrido, se podrá proponer una consigna de dibujo que permita que
las chicas y los chicos pongan en juego lo que saben y recuerdan acerca de las
partes de las plantas. A partir de estos dibujos, se podrá intercambiar y problematizar
acerca de si es posible observar las mismas partes en todas las plantas y en la misma
época. “¿Todos los árboles tienen el tronco de color marrón? ¿Todo el año mantiene
el mismo color? ¿Tienen flores los árboles? ¿Solamente en primavera? ¿Y frutos?

Piensen en una planta que conozcan y hagan un dibujo de ella donde se vean
todas sus partes.
Anoten con flechas los nombres de las partes que conozcan.

Las preguntas que se formulen durante esta instancia darán sentido a realizar la
primera salida de observación.

Los saberes previos como punto de partida

Concebimos a los saberes y representaciones que las y los estudiantes presentan


sobre un tema como la base sobre la cual tender un puente con las ideas que
esperamos que construyan a lo largo de una propuesta de enseñanza. Por eso resulta
valioso registrarlas y dejarlas disponibles para que tanto las o los maestros como las y
los chicos puedan retomarlas en diferentes momentos. De este modo, pueden ser
conscientes de su propio proceso de aprendizaje. En este sentido una buena
estrategia es disponer de una cartelera o de un afiche que quede accesible
permanentemente en el aula con estas ideas originales así como con las preguntas
que quedan planteadas en las primeras instancias y que dan sentido a realizar las
actividades que siguen a continuación.

Las salidas de campo como actividades de búsqueda de información

Nos parece importante pensar las salidas de observación como actividades de


búsqueda de información. La finalidad de estas salidas es responder -por medio de
la observación, la descripción, el registro y la posterior comparación- algunos
interrogantes que quedaron planteados inicialmente. ¿Cuándo se le caen las hojas
a los eucaliptos de enfrente? ¿Cómo son los frutos del paraíso? ¿Y las semillas de las
catalpas de la escuela? ¿Los plátanos tienen el tronco de color marrón? ¿La lechuga
da flores? ¿Cómo son?
La salida como actividad de búsqueda de información se inicia previamente a la
salida en sí, con la preparación de la misma y continúa al regreso, con la
organización y el análisis de los datos recolectados y con la socialización de lo
observado.
Una vez instalado el propósito de la salida, habrá que prever el recorrido, la
organización del grupo, de los tiempos y de las tareas. Si bien la planificación la
realizan las/los docentes y hay decisiones que las toman ellas/ellos, participar a las y
los alumnos en esta instancia las/los involucra directamente y las/los compromete
con el desarrollo de la actividad desde un lugar de protagonismo.
En las clases previas a la salida, podrán pensar cómo se organiza el grado durante la
misma, si lo harán en grupos, qué recorrido y qué tareas realizará cada uno, qué hará
cada integrante, qué tipo de registro usarán y qué materiales necesitarán llevar, por
mencionar algunos ejemplos.

La primera salida

Durante la primera actividad de observación, la mirada estará centrada en que las


chicas y los chicos reconozcan las partes de las plantas que estén visibles en ese
momento y que identifiquen las plantas que van a estudiar a lo largo del año, (que
fueron previamente seleccionadas por su docente) a partir de algún rasgo que las
caracterice.
Una de las posibles dinámicas para la salida, es que inicien la observación de alguna
planta que resulte significativa para el grupo, como puede ser algún árbol que se
vea desde la ventana del aula o alguno de la entrada de la escuela o alguna planta
del patio. En esa primera instancia podrán realizar entre todas/os la descripción y un
registro gráfico detallado de las partes observables. Algunas orientaciones docentes
para guiar esta tarea: ¿Tiene hojas? ¿Muchas, pocas? ¿De qué color? ¿Se ven todas
del mismo color? ¿Qué forma tienen? ¿A qué se parece? ¿Tienen el borde liso, como
“serrucho”? ¿Se les ven las flores? ¿Hay frutos o semillas caídos? ¿Cómo son? ¿De
qué color? ¿Cómo podemos averiguar si son frutos o si son semillas? Cuando a
continuación realicen la observación de otros árboles u otras plantas seleccionadas,
podrán usar esta especie como referencia y establecer comparaciones del estilo:
¿Tienen hojas parecidas? ¿En qué se parecen? ¿Y el tronco/tallo se parece al de …?
¿Por qué? ¿Cómo es?

Otra posibilidad para realizar el primer recorrido es que lo realicen todas/os juntas/os
y que luego cada grupo realice el registro detallado de una especie en particular.
Una alternativa es que cada grupo tenga asignada una especie y que si bien las
observaciones las realizarán en grupo total, cuando se detengan a observar la planta
que tiene asignada cada grupo, ese grupo será el encargado de tomarle fotos,
recolectar hojas, flores o frutos si es que los encuentran caídos, de realizar un grabado
del tronco frotando crayones o carbonilla sobre una hoja o completando un
instrumento de registro.
Al regreso de la salida será necesario ordenar y sistematizar toda la información
recabada. Podrían proyectar las fotografías que hayan tomado en la salida y
compartir los dibujos y otros registros que hayan realizado, para favorecer el
intercambio sobre lo que observaron y registraron las y los alumnos. Una vez
organizada la información, podrán analizarla y retomar las preguntas que habían
guiado la actividad para ver si pueden responderlas ahora con los nuevos datos y
que habían registrado en una cartelera destinada para este tema. ¿Todas las plantas
que vimos tenían tallos? ¿Eran todos iguales? ¿En qué se parecían y en qué no?
¿Todas tenían flores? ¿Y frutos? ¿Cómo eran?
Esta instancia entonces, se convertirá en una situación de formulación de nuevos
interrogantes, que motivarán una nueva salida. Pueden agregarse estas nuevas
preguntas a la cartelera.

El registro de las observaciones

La información que podemos registrar por medio de una foto o de un dibujo es


complementaria a lo que podemos anotar en una tabla o por medio de notas en
una libreta de campo. Esto puede ser comentado y analizado con el grupo. En
cualquiera de los casos, podrán seleccionar aquellos instrumentos que promueven
la autonomía durante las salidas por parte de las chicas y chicos.
Si deciden hacer más de un tipo de registro, podrán optar por realizar algunos en
forma grupal y otros individualmente.
Dado que realizarán varias salidas en diferentes momentos del año en las cuales se
observarán varias especies, resultará importante incluir la fecha y el nombre de la
planta registrada en cada registro.

Resulta necesario guiar el registro a partir de algunas orientaciones que se pueden


plantear antes del dibujo y durante el mismo. Una consigna que colabora en este
sentido es la de proponer que dibujen el árbol o la planta que les hayan asignado lo
más parecido a como la ven. “¿Las hojas tienen esa forma? Fijate bien, ¿cuántas
puntas tienen? ¿Todas esas? ¿Y cómo es el borde de esas hojas? ¿Es liso o parece un
serrucho?” En este sentido es posible reflexionar sobre la importancia de estos datos,
ya que diferentes tipos de hojas pueden corresponder a especies distintas.
Cabe comentar que para que los dibujos adopten el valor de registro tienen que ser
realizados durante la observación en la salida de campo; de otro modo, constituirán
el registro de lo que recuerdan haber observado.

La segunda salida

Como parte de la preparación de la segunda salida o de las subsiguientes, podrán


retomar los registros que realizaron y analizar qué cosas les falta averiguar. Por
ejemplo: ¿Se habrán caído las hojas del níspero? ¿O habrán cambiado de color?
¿Podremos ver las flores esta vez? ¿La corteza seguirá igual o habrá cambiado? En
este momento también pueden consultar la cartelera donde registraron las ideas
iniciales y los interrogantes que no podían responder.
Será conveniente que la/el docente organice la segunda salida o las siguientes luego
de confirmar que hayan ocurrido cambios significativos en algunas de las plantas
respecto de la salida anterior. Por ejemplo, que haya florecido o que haya dado
frutos, que se le hayan caído las hojas o que le hayan crecido hojas nuevas.
Entre una salida y otra

Además de la organización de los datos recolectados y la comparación de los


cambios que ocurren entre las distintas especies, entre una salida y otra podrán
profundizar en algunos aspectos particulares del ciclo de vida de las plantas con flor:
la transformación de la flor en fruto, la diversidad en el ciclo de vida de las plantas:
algunas plantas son anuales, otras bianuales y algunas viven muchos años.

Los cambios en las plantas a lo largo de su ciclo de vida


La diversidad en las plantas en cuanto a sus ciclos de vida se puede pensar
estableciendo comparaciones entre los cambios que les ocurren a las plantas en su
vida.
Las plantas anuales, como el rabanito, las arvejas o el maíz, en un año germinan,
crecen, florecen, dan frutos y semillas y mueren. Mientras que las plantas bianuales,
como las zanahorias, remolachas, espinacas y cebollas, en el primer año germinan y
desarrollan la raíz, el tallo y las hojas y crece el bulbo, donde almacenan los
nutrientes. Y en un segundo año brotan tallos del bulbo, de donde van a desarrollar
las hojas, las flores y los frutos con las semillas. Al cabo del segundo año mueren. Y por
último, las plantas perennes, como los árboles frutales, por citar un ejemplo. Es decir,
todas las plantas con flor atraviesan las mismas etapas y cambian de la misma
manera pero algunas completan su ciclo en un año, algunas lo hacen en dos y las
plantas perennes crecen un poco más cada año durante varios años.
Si en la escuela tienen huerta o si para esta propuesta decidieron sembrar y cultivar
algunas especies, podrán realizar estas comparaciones a partir del seguimiento de
sus propias hortalizas o de las plantas que están cuidando en el grado.

¿Cómo piensan que cambia la planta de naranjas desde que es una semilla hasta
que forma el árbol de naranjas? Para responder pueden ayudarse con dibujos.

Integración y cierre
Para el cierre de esta propuesta, que posiblemente sea luego de unos meses de
observaciones sistemáticas, podrán partir de la comparación de los cambios que
registraron en las distintas especies. Esta instancia será también una buena
oportunidad para retomar las ideas y las preguntas que habían intercambiado en la
primera clase. ¿Qué les parece esto que pensaban al principio? ¿Todos los árboles
tienen un tronco de color marrón? ¿Todos los árboles pierden sus hojas en invierno?
¿Todas las plantas florecen en primavera? ¿Qué podrían comentar ahora?
A modo de integración podrán formular algunas generalizaciones del estilo:
Hay plantas que pierden sus hojas durante los meses fríos, como los ceibos y los
paraísos. En cambio, hay plantas que mantienen su follaje durante todo el año como
las anacahuitas y las araucarias.
Hay plantas que florecen una vez al año, en primavera. Otras plantas florecen dos
veces en el año, como por ejemplo, el jacarandá.
Hay árboles que mantienen su corteza todo el año y hay algunos, como los
eucaliptos, en los que la corteza se desprende en tiras.

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