Realmente la materia habla de diagnóstico infantojuvenil, hay diagnósticos que no
vamos a tener, hay comportamientos que no se muestran en los manuales
diagnósticos, hay situaciones que también son de atención del psicólogo pero no entran dentro de la psicopatología pero es importante saber que la psicopatología infantojuvenil estudia el comportamiento normal y anormal y dentro del comportamiento esos factores que provocan esas alteraciones, fíjese hasta donde es nuestro alcance, hasta donde tenemos que estudiar, tenemos que prepararnos cuando nosotros estamos viendo y trabajando con niños y vemos que pone un carrito detrás del otro y está alineando pero eso no es autismo, en muchos casos no es autismo y es por esto que debemos estar bien preparados, porque la psicopatología supone una perturbación, buscar la manera de proyectar esa evolución, esa consecuencia que puede traer en el desarrollo del niño y el adolescente, pero en esa proyección entonces constatar que puede producir el cambio favorable en ese desarrollo porque nosotros no estamos para diagnosticar y para ¡AAAY que bien, yo tengo un caso patológico y super interesante!, no no se trata de eso, sino de que manera yo voy a abordarlo para que el cambio ocurra y el cambio no es que lo vamos a sacar del autismo, el cambio no es que un niño con discapacidad intelectual va a ser el niño más brillante no, sino de que pueda ajustarse esa condición, esa psicopatología que puede llevar para hacer totalmente funcional dentro de la sociedad. Entonces necesitamos conocer: - Las tareas evolutivas, sobre todo la frecuencia, intensidad y duración de esas tareas evolutivas, y cuando se habla de tareas evolutivas se refiere a que se pueden tener niños de 5 años comportándose como niño de 2, pero cuanto le dura este comportamiento de niño de 2, por ejemplo, el niño tiene 5 años y cuando quiere algo, llora y patalea con berrinches, hay que conocer cuanto le dura, que tan intenso y que herramientas utilizan los papas, maestros y el mismo niño para calmarse y allí hablamos de la autonomía evolutiva, se trata de identificar ese comportamiento, porque si es algo pasajero, como llorar por dos minutos, no vamos a alarmar más allá de lo que se necesita, es importante siempre tener una medida de desarrollo cognitivo o intelectual, debemos tener claro que no es que se porta mal, sino que no sabe portarse bien porque sus habilidades cognitivas no le permiten interpretar adecuadamente lo que normalmente o socialmente se espera, no es el niño que no quiere hacer tareas, no puede aprender, y si es algo que le cuesta de por sí lo va a rechazar, - Valorar el comportamiento del adulto, el estilo de crianza, conocer la versión de ambos padres, aunque no esten separados, los mismos papas aunque tienen una relación armónica entre ellos, cuando los tienes en el consultorio nos damos cuenta que cada uno le da más o menos importancia a ese motivo de consulta y no hay acuerdo o consistencia en lo que piensa y eso empeora la situación porque eso generan que existan lados y cada uno tirara para el suyo. - Atender e informarnos bien sobre todo que momentos ocurren ciertas situaciones porque hay comportamientos que son esperados para un momento, pero no esperados para otro momento, por ejemplo, en la escuela se espera que el niño pase cierto tiempo sentado escuchando la clase, en una fiesta se espera que el niño brinque, salte, juegue. Fíjese toda la información que nosotros como psicólogos infantiles debemos que manejar para llegar al diagnóstico acertado. Debemos estar al día, porque los niños están en constantes cambios, al estar en constante crecimiento, ellos van evolucionando, y en esa medida van cambiando su conducta, parecer, su forma de asumir las diferentes situaciones. La dinámica familiar también cambia y no solamente cuando hay separación de los padres, ahorita la migración también esta introduciendo cambios en las familias al igual que esta pandemia nos agarro a todos fuera de base, entonces la escuela se fue para la casa, los trabajos de los papas se fue para la casa, nos quedamos encerrados en la casa, todo estos son aspectos externos del entorno que inciden y afecta la dinámica familiar y con ello el niño y sobre todo cuando son niños más pequeños que les cuesta entender esos cambios, entonces no hay una psicopatología sino un desajuste porque sus rutinas están desajustadas pero ya sabemos que hay un entorno que lo explica, hay circunstancian que explican lo que sucede más no los justifica, un comportamiento atípico o fuera de la norma nunca es justificable, ni en el niño ni el adolescente debemos buscar esas situaciones que pueden explicarlo y ´para que necesitamos explicarlo para poder llegar a donde lo vamos a intervenir, que cosas vamos a ajustar, que cosas vamos a cambiar, no todo es cambio a veces es solo apretar o ajustar un poquito y eso es lo que se llama un ajuste.
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