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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación.

Universidad Rafael Urdaneta (URU)

Escuela de Psicología.

Intervención Clínica Infantil.

Sección “C”

Prof. Sally Mark.

Intervención en los Trastornos del Estado de Animo.

Grupo N° 2

Alumnas:

Génesis Castellano. C.I: 27.418.349.

Daniela Romero. C.I: 27.070.525.

María Sierralta. C.I:27.196.762.

Yarimar Vásquez. CI:


Esquema
Trastornos del estado de ánimo.
Técnicas de Intervención.
 Destrezas Sociales.
 Educación Afectiva.
 Relajación.
 Auto instrucción.
 Transferencia de Control.
VIDEO: https://youtu.be/Jzz5m9hTkdY

DEPRESIÓN INFANTIL

La depresión infantil es un trastorno afectivo, que se inicia en las etapas del desarrollo y produce
en el niño o adolescente un estado anímico triste o en algunas ocasiones irritable, descontento
con él mismo y con su entorno, sin ganas de jugar o de relacionarse con los iguales. Este
conjunto de emociones negativas no se encuentran acordes con el estímulo que las desencadena,
ya sea por la intensidad o por la duración. Esto provoca un cambio por un periodo de tiempo, que
se ve reflejado en el descenso del disfrute de actividades que anteriormente eran placenteras, en
la comunicación con los demás y en el rendimiento escolar (Del Barrio, 2002 citado en Del
Barrio, 2007).

Muchos síntomas de la depresión infantil, son compartidos con la depresión mayor en adultos,
como por ejemplo: baja autoestima, cambios en el sueño, pérdida de apetito y peso,
hiperactividad, disforia y aislamiento social, aunque si presenta algunos característicos como son
los problemas de conducta, enuresis, rabietas y desobediencia (Del Barrio, 2007).

Dependiendo de los síntomas que presente cada persona, pueden corresponderse con
afectaciones de tipo (Del Barrio, 2007):

- Emocional: Tristeza, anhedonia, desesperanza, irritabilidad, lloros excesivos.

- Motor: Inexpresividad, hipoactividad, hiperactividad.

- Cognitiva: Baja autoestima, falta de concentración, pérdida de memoria, sentimientos de culpa.

- Social: Incompetencia social, aislamiento, soledad.

- Conductual: Desobediencia, rabietas, delincuencia, consumo de sustancias.

- Psicosomática: Cambios en el sueño y la alimentación, enuresis, pérdida de energía, pesadillas.

La presentación de los síntomas es diferente dependiendo de la etapa evolutiva en la que se


produce, y se encuentran en continuo cambio, siendo muy diferente si comparamos entre los
niños de edades preescolares y los adolescentes. Para facilitar esta diferenciación, se ha dividido
en tres etapas, que se presenta en la siguiente tabla:

Menores de 7 años

El síntoma de presentación más frecuente, es la ansiedad. Manifiestan irritabilidad, rabietas


frecuentes, llanto inmotivado, quejas somáticas (cefaleas, dolores abdominales), pérdida de
interés por los juegos habituales, cansancio excesivo o aumento de la actividad motora y abulia.
También pueden presentar un fracaso en alcanzar el peso para su edad cronológica, retraso
psicomotor o dificultad en el desarrollo emocional.

En niños pequeños, el trastorno depresivo mayor se asocia con frecuencia con los trastornos de
ansiedad, las fobias escolares y los trastornos de eliminación

(encopresis, enuresis).

Niños de 7 años hasta la edad de la pubertad

Los síntomas se presentan fundamentalmente en tres esferas:

a) esfera afectiva y conductual: irritabilidad, agresividad, agitación o inhibición psicomotriz,


astenia, apatía, tristeza, y sensación frecuente de aburrimiento, culpabilidad y en ocasiones ideas
recurrentes de muerte.

b) esfera cognitiva y actividad escolar: baja autoestima, falta de concentración, disminución del
rendimiento escolar, fobia escolar, trastornos de conducta en la escuela y en la relación con sus
iguales.

c) esfera somática: cefaleas, dolor abdominal, trastornos del control de esfínteres, trastorno del
sueño (insomnio o hipersomnia), no alcanzar el peso para su edad cronológica y disminución o
aumento del apetito

DIAGNOSTICOS (Se explicaran de forma breve)

Trastornos del estado de ánimo.


Los trastornos del estado de ánimo son trastornos de la salud mental caracterizados por la
existencia de alteraciones emocionales, consistentes en periodos prolongados de tristeza
excesiva (depresión), de exaltación o euforia excesivas (manía), o de ambos.

Los trastornos depresivos se caracterizan por una tristeza de una intensidad o un duración
suficiente como para interferir en la funcionalidad y, por una disminución del interés o
del placer despertado por las actividades.

Se desconoce la causa exacta, pero probablemente tiene que ver con la herencia, cambios
en las concentraciones de neurotransmisores, una alteración en la función neuroendocrina
y factores psicosociales.
Trastorno Depresivo Mayor

Se presenta cuando los sentimientos de tristeza, pérdida, ira o frustración interfieren con
la vida diaria durante un largo período de tiempo. También cambia la manera en la que
funciona el cuerpo.

Los síntomas deben estar presentes por 2 semanas (cinco o más síntomas), debe estar
presente el estado de ánimo deprimido o la pérdida de interés/placer

1. Estado de ánimo deprimido casi todos los días la mayor parte del día (en niños y
adolescentes puede ser irritable)
2. Disminución importante del interés/placer de todas o casi todas las actividades
3. Aumentó/Disminución del peso; aumento/Disminución del apetito
4. Cambios en el sueño insomnio/hipersomnia
5. Agitación o retraso psicomotor
6. Fatiga o pérdida de energía
7. Sentimientos de inutilidad/culpabilidad excesiva
8. Disminución de la capacidad para pensar, concentrarse o tomar decisiones
9. Pensamientos de muertes recurrentes

•los síntomas causan malestar y deterioro en las áreas del funcionamiento


•nunca ha habido un episodio maniaco o hipomaniaco; no se explica mejor por algún otro
trastorno o efectos fisiológicos por alguna sustancia

Trastorno Depresivo Persistente o Distimia

Es un trastorno depresivo persistente; es decir, un tipo de depresión continua y crónica.


Cursa con características similares pero menos intensas que las de la depresión mayor

Se caracteriza por un estado de ánimo melancólico y de tristeza, en el que la persona


siente que no consigue disfrutar plenamente de los aspectos positivos de su vida.

•Estado de ánimo deprimido la mayor parte del día para niños y adolescentes presente
mínimo 1 año, para adultos 2 años
•Síntomas:
Poco apetito o sobrealimentación
Insomnio o hipersomnia
Poca energía o fatiga
Baja autoestima
Falta de concentración
Sentimientos de desesperanza
•No ha pasado más de dos meses si los síntomas

*Trastorno Depresivo debido a otra afección médica *

Este trastorno se caracteriza por una notable y persistente alteración del estado de ánimo
que se considera debida a los efectos fisiológicos directos de una enfermedad médica.
En la historia clínica, en la exploración física o en los hallazgos de laboratorio deben
existir pruebas de que la alteración es la consecuencia directa de una enfermedad médica.

•Estado de ánimo deprimido y una disminución importante del interés y placer


•Existen evidencias de que el trastorno es consecuencia de otra afección médica
•Causa malestar clínicamente significativo

*Trastorno de desregulacion disruptiva del estado de ánimo *

Es una afección en la que los niños o adolescentes experimentan arrebatos frecuentes e


intensos de irritabilidad, ira y mal temperamento. Los jóvenes con TDDEA tienen
problemas considerables en el hogar, la escuela y, a menudo, con sus compañeros.
También tienden a mostrar altas tasas de uso de servicios de atención médica,
hospitalización y suspensión escolar, y son más propensos a desarrollar otros trastornos
del estado de ánimo.

•Rabietas y comportamiento agresivo (agresión física a personas y propiedades)


desproporcionadas a la situación
•La conducta se repite tres o más veces por semana
•El estado de ánimo es irritable la mayor parte del día casi todos los días
•La agresión y rabietas, así como el ánimo irritable deben estar presentes 12 o más meses
•El diagnóstico no debe hacerse antes de los 6 años o después de los 18 años

Trastorno Bipolar

El trastorno bipolar es una afección del estado de ánimo que puede provocar cambios de
ánimo intensos.
Junto con los cambios de ánimo, el trastorno bipolar provoca cambios en el
comportamiento, los niveles de energía y los niveles de actividad.
No se conoce la causa exacta del trastorno bipolar. Es probable que varios factores
influyan en esta afección, incluyendo la genética, la estructura y función del cerebro, así
como el ambiente.
Episodio Maniaco: Los episodios maníacos pueden incluir síntomas como exceso de
energía, reducción de la necesidad de dormir y pérdida de noción de la realidad.
Episodio Depresivo: Los episodios depresivos pueden incluir síntomas como falta de
energía, poca motivación y pérdida de interés en las actividades cotidianas
Episodio Hipomaniaco: tiene los mismos síntomas del episodio maniaco pero un poco
más leves.

- Trastorno Bipolar tipo l


Para el diagnóstico la persona debe haber pasado por un episodio maniaco, un episodio
hipomaniaco y un episodio de depresión mayor
•Se ha cumplido los criterios para un episodio maniaco. Dura como mínimo una semana
•El episodio de depresión mayor no se explica mejor por otro trastorno. Dura mínimo dos
semanas

- Trastorno Bipolar tipo ll


Para el diagnóstico la persona debe haber pasado por un episodio hipomaniaco y un
episodio de depresión mayor; no por un episodio maniaco
•Se han cumplido los criterios de un episodio hipomaniaco que dura como mínimo cuatro
días consecutivos.
•El episodio de depresión mayor no se explica mejor por otro trastorno. Dura mínimo dos
semanas

Trastorno Ciclotimico o Ciclotimia

Provoca picos y valles emocionales. En el trastorno ciclotímico, se alternan episodios de


euforia relativamente leves y breves (hipomanía) con episodios leves y breves de tristeza
(depresión). Los cambios en el estado de ánimo en las personas con ciclotimia no son tan
extremos como en las personas con trastornos bipolares, la diferencia está en la duración
y gravedad. Este trastorno debe estar presente al menos 1 año para el diagnóstico en niños
y adolescentes (2años en adultos). Debe presentar:
•Han existido numerosos síntomas hipomaniacos pero no los suficientes para un episodio
hipomaniaco; igualmente los síntomas depresivos que no llegan a ser suficientes para un
episodio de depresión mayor
•Los síntomas no han estado presentes por más de dos meses seguidos
•Los síntomas no se explican mejor por otro trastorno o sustancia.

PREGUNTA: ¿A qué edad se puede diagnosticar un niño con depresión?

EVALUACIÓN

Con respecto a la evaluación, se debe tener en cuenta el rango de edad aplicación


recomendado, por lo que se expondrá alguno de los cuestionarios más importantes en
función de los años del niño.
1- Entre 3 y 6 años: Preschool Syptoms Self-Report (PRESS) (1990).
En este rango de edad, se encuentra el Preschool Syptoms Self-Report (PRESS), creado
por Martini et al. (1990). Este cuestionario consta de 25 láminas, en cada una de ellas se
muestran dos representaciones de carácter pictórico, una es de carácter alegre y la otra
triste. El niño/a debe elegir la opción con la que se sienta más identificado de cada
lámina, para facilitar este procedimiento, cuenta con dos versiones, en la que el
protagonista es un niño o una niña. Además cuenta con versiones para padres y
profesores, de carácter verbal.

2- Entre 6 y 17 años: Children’s Depression Inventory (CDI) (1992).


Este cuestionario está creado por Kovacs (1992), es el más utilizado para evaluar la
depresión infantil en este rango de edad, debido a que presenta una gran facilidad de
lectura, está compuesto con 27 ítems con tres opciones de respuestas (0=ausencia de
sintomatología; 1=sintomatología leve; 2=sintomatología depresiva).
En la evaluación se mide la intensidad depresiva sobre el estado emocional en las dos
últimas semanas en autoestima, anhedonia y desesperanza. Se suele aplicar de manera
individual, para casos clínicos, o de forma colectiva para investigaciones.
Este cuestionario, se ha sometido a varias revisiones, y además de presentar una versión
larga y otra corta, cuenta con entrevistas para los padres y profesores, ya que ha
considerado que la información adicional que proporcionan estas dos fuentes es
importante. Con todo esto, el CDI, pretende medir la depresión infantil teniendo en
cuenta aspectos cognitivos, emocionales y motores.

5.2.3. Entre 3-18 años: Sistema de evaluación de la conducta de niños y


Adolescentes (BASC) (2011). El cuestionario BASC está diseñado por Reynolds y
Kamphaus (2011), está compuesto por tres versiones diferentes dependiendo de la edad.
El nivel 1 (desde 3 hasta 6 años), nivel 2 (desde 6 hasta 12 años) y nivel 3 (desde 12 hasta
18 años). Con esto se consigue adaptar las preguntas a la capacidad y necesidades del
niño. Se utiliza para evaluar distintas dimensiones patológicas tales como trastornos
emocionales, problemas de personalidad, problemas conductuales y por otro lado
dimensiones adaptativas como liderazgo, habilidades sociales, etc., ya que puede ser muy
útil conocer las fortalezas del niño.
Esta prueba contiene cinco componentes que son un autoinforme (destinado al niño o
adolescente), cuestionarios para padres y profesores, en la que también se miden
conductas adaptativas y desadaptativas; preguntas sobre la historia del menor en los
diferentes ambientes (información social, psicológica, del desarrollo y médica) y por
último un sistema para establecer la observación de conductas del menor.

3- Entrevistas: Development and Well-Being Assessment (DAWBA), Goodman


et al., (2000). La DAWBA, es una entrevista para el diagnóstico de distintos problemas
infantiles. Está diseñada teniendo en cuenta los criterios diagnósticos del CIE-10 y el
DSM-IV, para niños de 5 a 16 años. La entrevista tiene dos tipos de preguntas, cerrada
(“¿alguna vez se ha sentido preocupado?”), en la parte inicial y en la fase final se
encuentra las preguntas abiertas (“¿describa con sus propias palabras qué es lo que le
preocupa?”). Durante toda la entrevista se deberá ir apuntando si se presenta alguna
dificultad o si se niega a contestar alguna parte.
Como la DAWBA cubre más de un trastorno, permite que se omitan algunas secciones,
si bajo el criterio del examinador, considera poco probable que presente los diagnósticos
de las mismas. La información que se recopila proviene de las tres versiones que tiene la
entrevista, además de la referida a los niños, también posee otras con los padres y los
maestros de menores de 2-17 años.

VIDEO: https://youtu.be/0AkOrazQ2xI

ANSIEDAD INFANTIL

PREGUNTA: ¿Cuáles creen ustedes que son las diferencias entre miedo y ansiedad?

La ansiedad es lo que frecuentemente definimos como miedo. Sin embargo, hay otras
emociones o conductas asociadas a este fenómeno, tales como tensión, desagrado,
anticipación de peligro y estas emociones pueden estar asociadas a personas, eventos u
objetos. En términos generales, ansiedad incluye la emoción básica de miedo, pero puede
incluir otras emociones como vergüenza, alegría o pena. Es importante determinar la
diferencia especifica entre miedo y ansiedad, porque pareciera que se pudieran utilizar
indistintamente py no es el caso “Miedo” se refiere a la reacción fisiológica normal ante
una amenaza percibida o real; mientras que “ansiedad” es definida como un estado
emocional aversivo (malestar subjetivo y activación fisiológica) que se desencadena por
señales internas en ausencia de un detonante especifico o externo (Shroeder & Gordon
1991).
A diferencia de la depresión en niños, los miedos son algo que se espera encontrar en
aquellos, pero que con el paso del tiempo vayan desapareciendo por lo cual en una forma
muy parecida a la depresión pese a ser ignorada cuando se observa en niños. Hay
patrones de miedos que aumentan o disminuyen a lo largo del desarrollo normal de un
niño. Con la aparición de estructuras cognitivas más sofisticadas, el niño tiene mayores
recursos para evaluar nuevas situaciones como menos novedosas o amenazantes y las
respuestas a estas situaciones varían de acuerdo a la edad. La ansiedad, cuando es muy
excesiva, muy intensa, o interfiere con el funcionamiento adaptado del niño, es
considerado como un problema más allá de las simples demandas evolutivas.

DIAGNOSTICOS:
La agorafobia es un tipo de trastorno de ansiedad en el que temes a lugares y situaciones
que pueden causarte pánico o hacerte sentir atrapado, indefenso o avergonzado y a
menudo intentas evitarlos.

El trastorno de ansiedad debido a una enfermedad incluye síntomas de ansiedad o


pánico intensos que son directamente causados por un problema de salud físico.
El trastorno de ansiedad generalizada se caracteriza por una ansiedad y una preocupación
persistentes y excesivas por actividades o eventos, incluso asuntos comunes de rutina. La
preocupación es desproporcionada con respecto a la situación actual, es difícil de
controlar y afecta la forma en que te sientes físicamente. A menudo sucede junto con
otros trastornos de ansiedad o con la depresión.

El trastorno de pánico implica episodios repetidos de sensaciones repentinas de


ansiedad y miedo o terror intensos que alcanzan un nivel máximo en minutos (ataques de
pánico). Puedes tener sensaciones de una catástrofe inminente, dificultad para respirar,
dolor en el pecho o latidos rápidos, fuertes o como aleteos (palpitaciones cardíacas).
Estos ataques de pánico pueden provocar que a la persona le preocupe que sucedan de
nuevo o que evite situaciones en las que han sucedido.

El mutismo selectivo es una incapacidad constante que tienen los niños para hablar en
ciertas situaciones, como en la escuela, incluso cuando pueden hablar en otras
situaciones, como en el hogar con miembros cercanos de la familia. Esto puede afectar el
desempeño en la escuela, el trabajo o en la sociedad.

El trastorno de ansiedad por separación es un trastorno de la niñez que se caracteriza


por una ansiedad que es excesiva para el nivel de desarrollo del niño y que se relaciona
con la separación de los padres u otras personas que cumplen una función paternal.

El trastorno de ansiedad social (fobia social) implica altos niveles de ansiedad, miedo o
rechazo a situaciones sociales debido a sentimientos de vergüenza, inseguridad y
preocupación por ser juzgado o percibido de manera negativa por otras personas.

Las fobias específicas se caracterizan por una notable ansiedad cuando la persona se ve
expuesta a un objeto o situación específicos, y un deseo por evitarlos. En algunas
personas, las fobias provocan ataques de pánico.

El trastorno de ansiedad inducido por sustancias se caracteriza por síntomas de


ansiedad o pánico intensos que son el resultado directo del uso indebido de drogas, como
tomar medicamentos, estar expuesto a una sustancia tóxica o tener abstinencia a causa de
las drogas.
Otro trastorno de ansiedad específico y no específico es un término para la ansiedad y
las fobias que no cumplen con los criterios exactos para algún otro trastorno de ansiedad
pero que son lo suficientemente relevantes para ser alarmantes y perturbadores.

EVALUACIÓN.

“Escala de ansiedad infantil de Spence” (Spence Children´s Anxiety Scale, SCAS;


Spence, 1997). Esta escala aparece descrita en la Introducción. La versión española de la
SCAS, utilizada en el presente estudio, ha mostrado poseer validez factorial para evaluar
los seis tipos de ansiedad más frecuentes en niños y adolescentes, presentando invarianza
factorial entre niños y niñas y entre los de más edad y los más jóvenes (Godoy, Gavino,
Carrillo et al., 2011).

“Inventario de ansiedad, de Beck” (Beck Anxiety Inventory, BAI; Beck, Epstein, Brown
y Steer, 1988) versión española en Sanz y Navarro (2003). Es un inventa-Sanz y Navarro
(2003). Es un inventa rio de 21 ítems, en el que se evalúa en una escala de 0 a 3 el grado
de molestia que provoca cada uno de los síntomas de ansiedad descritos. Tiene una alta
consistencia interna (α= 0,92) y una buena fiabilidad test-retest (r= 0,75) (Beck et al.,
1988). El BAI es más sensible a la activación fisiológica asociada con la ansiedad que a
la asociada con las preocupaciones y la tensión (Anthony, Purdon, Swinson y Downie,
1997). El BAI, aunque es usualmente considerado una prueba para adultos, puede
emplearse en niños y adolescentes (Steer, Kumar, Ranieri y Beck, 1995).

· “Cuestionario de preocupaciones y ansiedad” (Worry and Anxiety Questionnaire,


WAQ; Dugas, Freeston, Lachance, Provencher y Ladouceur, 1995) versión española de
Ibáñez et al. (2000). Este autoinforme tiene 16 ítems que abarcan los criterios
diagnósticos del DSM-IV para el trastorno de ansiedad generalizada. Consta de dos
factores, uno para la preocupación y otro para la emoción, aunque en el presente trabajo
únicamente utilizaremos la puntuación total. La puntuación total presenta buena
consistencia interna (α= 0,91), alta fiabilidad test-retest (0,80) y validez convergente y
discriminante adecuadas (Ibáñez et al., 2000). Aunque el WAQ también es considerado
usualmente como una prueba para adultos, sus ítems son fáciles de comprender y de
contestar, habiendo sido aplicada con éxito tanto en niños y adolescentes.

Inventario de Trastornos de Ansiedad (ITA-UNAM) (Hernández-Guzmán et al., 2003).


Tiene un Alpha de Cronbach de .96. Está compuesto por 5 escalas que miden: trastorno
obsesivo-compulsivo (27 ítems), fobia específica (60 ítems), fobia social (27 ítems),
estrés postraumático (22 ítems), y ansiedad de separación (19 ítems). Se contesta
mediante tres opciones nunca (0), a veces (1) y muchas veces (2). Se califica sumando los
puntos obtenidos para cada ítem, por lo que un puntaje alto significa mayor ansiedad. Las
escalas pueden emplearse de manera independiente.

Técnicas de Intervención.

 Destrezas Sociales.

Las habilidades sociales son aquellas conductas que las personas emiten en situaciones
interpersonales para obtener respuesta positiva de los demás. El entrenamiento en habilidades o
destrezas sociales es un programa que deberá estar estructurado a partir de las necesidades del
niño, el número de sesiones dependerá del diagnóstico inicial ya sea (leve, moderado severo)
sesiones que pretenderán mejorar tres clases de conductas:

 La aserción negativa (implicando conductas que permiten al niño(a) defender sus


derechos y actuar de acuerdo con sus intereses, a la vez que se es considerado con los
demás).
 La aserción positiva (relativa a la expresión de sentimientos positivo hacia otros).
 Las habilidades conversacionales (desde la iniciación, la realización de preguntas y la
revelación apropiada de sí mismo, hasta la terminación de conversaciones), todo ello
en los distintos ámbitos de las relaciones sociales (con extraños, con amigos y
familiares o la escuela).

En la medida en que una persona se relaciona de forma adecuada con otros, recibe
reforzamiento social positivo, lo cual, eleva la autoestima del individuo, elemento fundamental
para el ajuste psicológico. En cambio, cuando las relaciones con otros están determinadas por la
ansiedad, la inhibición o el reforzamiento negativo de los demás, la persona tiene un pobre
concepto de sí misma.

Sesiones las cuales estarán dirigidas a trabajar:

 La capacidad de decir no.


 La capacidad de pedir favores y hacer peticiones.
 La capacidad de expresar sentimientos positivos y negativos.
 La capacidad de iniciar, continuar y acabar conversaciones.

Desde un punto de vista empírico se han formulado las siguientes respuestas:

 Hacer cumplidos.
 Aceptar cumplidos.
 Hacer peticiones.
 Expresar amor, agrado y afecto.
 Iniciar y mantener conversaciones.
 Defender los propios derechos.
 Rechazar peticiones.
 Expresar opinión personal incluida el desacuerdo.
 Expresión justificada de la ira, el desagrado o el disgusto.
 Petición de cambio de conducta del otro.
 Disculparse o admitir ignorancia.
 Manejo de las críticas.
 La capacidad de solicitar satisfactoriamente un trabajo.
 La capacidad de hablar en público.

Las sesiones que componen esta fase introducen la idea de cómo las relaciones
interpersonales afectan el estado de ánimo. Se trabaja el tema del apoyo social y se
aprende a identificar, mantener y fortalecer el mismo. Debemos examinar junto a el/la
niño(a), cómo los pensamientos afectan las actividades en las que participa y el tipo de
relaciones interpersonales en las que se involucra. Se realizan ejercicios que enfatizan la
importancia de la comunicación asertiva del desarrollo de destrezas que permitirán el
establecimiento de relaciones satisfactorias.

Al momento de comenzar la intervención es muy importante entrenar a los padres


antes de comenzar el entrenamiento con los hijos, puesto que las habilidades ya
desarrolladas del niño han sido formadas desde la interacción con el grupo familiar, y es
dentro del contexto familiar que el niño va a realizar el ensayo de estas habilidades, por
ende es necesario la participación de estos para que estas habilidades logren desarrollarse
adecuadamente y el niño pueda desenvolverse plenamente en todos sus contextos.

Para intervenir al niño se presentan las siguientes técnicas:

1.      Modelado

El propósito del modelado es demostrar cómo se lleva a cabo la habilidad de


forma efectiva y cómo no debe realizarse. El entrenamiento en modelado está
especialmente recomendado para llevarse a cabo en niños, ya que los niños adquieren
conductas a través del aprendizaje vicario, en el que son capaces de extraer enseñanzas a
partir de la observación de lo que hace otra persona. Un punto importante a tener en
cuenta es que el modelo no realice la conducta de forma excesivamente hábil o experta,
puesto que puede desmotivar al niño. La persona que ejerce de ejemplo a seguir debe
expresarse de forma afable y cercana al aprendiz. La disposición anímica del observador
es compensada con refuerzos positivos.

Los pasos para llevar a cabo el modelado son los siguientes:


-       En un primer momento se debe explicar la funcionalidad de la técnica al
niño, es importante que el niño sepa que habilidad se quiere entrenar y para que, esto
debe explicarse en palabras claras de forma que el niño comprenda lo que se hará y para
que, se le puede decir lo siguiente; “Vamos a hacer una actividad para poder mejorar
como tratar a otros niños, a las personas adultas, como decir las cosas que sentimos o
decir cómo nos podemos sentir en alguna situación”.

-       Luego de esta explicación se le invita al niño a observar cómo modelamos o


actuamos ante una situación en específica, como por ejemplo, cómo responder ante una
situación que le pudiese generar conflicto; “Cuando a veces no queremos hacer una tarea,
porque no nos sentimos animados o con ganas de hacerlo, y nuestros padres nos dicen
que debemos hacerlo, porque el día siguiente es la entrega, entonces nos insisten en que
realicemos la tarea, pero nos oponemos, hasta que llega un momento en que papá y mamá
se enojan porque no obedecemos y nos dicen que nos van a castigar, eso nos puede
molestar mucho e incluso podemos gritar o llorar, porque sentimos que no nos entienden.
Sin embargo, debemos saber que para cada situación hay una solución y muchas formas
para decir lo que sentimos, en este caso, si me siento sin ánimo de realizar la tarea, le
puedo decir a mamá o a papá que me ayuden, mientras realizo la tarea, y si al pasar un
tiempo de estar haciendo la tarea ya estoy cansado, le digo que hagamos un pequeña
pausa para poder seguir haciéndola, y entonces mami y papi no se enfadaran.”. luego de
esto se invita al niño a que imite lo que se le modeló, siendo éste el actor y el terapeuta el
narrador de la historia.

2. Ensayo conductual

El ensayo de conducta podría considerarse el elemento fundamental del


entrenamiento de las destrezas sociales ya que permite a los niños tomar un papel activo
en el proceso de adquisición de habilidades. Cuando las conductas apropiadas han sido
claramente modeladas, el niño puede llevar a cabo la conducta inicialmente mediante
role-playing.  El objetivo del ensayo conductual es que el niño practique las conductas
adecuadas en un contexto controlado donde pueda ser observado y recibir feedback y
reforzamiento.

-       En este punto el niño lleva a cabo la imitación de lo modelado, mediante


prácticas para adquirir las habilidades, durante este paso se va a ir guiando y ayudando al
niño para que pueda realizar el ensayo correctamente, hasta lograrlo. Para no hacer este
paso tedioso y el niño de desanime o se aburra, es muy importante hacer el proceso
dinámico y divertido para motivar al niño, y cumpla con la meta deseada, que es la
adquisición de la habilidad.

 
3. Retroalimentación

Para que el entrenamiento sea efectivo ha de incluir, además de la práctica de la


conducta, la retroalimentación sobre cómo se ha llevado a cabo. Esto lo realiza el
terapeuta luego de que el ensayo o los ensayos hayan terminado. El feedback que es más
conveniente realizar después de la realización de la conducta es en primer lugar el
positivo para mantener la motivación de la conducta y posteriormente el corrector, en el
que se señalan los aspectos mejorables de la conducta realizada y así el niño pueda
realizar bien la conducta.

4. Reforzamiento

Casi todos los estudios de manejo de contingencias y habilidades sociales han


demostrado la importancia del refuerzo en el incremento de conductas sociales y su
mayor arraigo cuanto más se refuercen, al menos en las primeras fases de adquisición.
Sin embargo, cuando el objetivo es ya el mantenimiento más a largo plazo de las
habilidades aprendidas, el refuerzo intermitente es más apropiado. En general, el
reforzador habitualmente utilizado es la felicitación o alabanza verbal, signos de
aprobación como el aplauso, la sonrisa, etc. En este paso, a parte de la felicitación y
reconocimiento sobre la participación del niño se puede crear junto a este en una hoja
blanca un cuadro con su nombre e ir agregando calcomanías del agrado del niño, para
reforzar su buen trabajo.

5. Generalización

El fin primordial de todo este entrenamiento no es que la persona realice la


conducta solamente en el espacio de prueba, sino que esta sea capaz de llevar a cabo en
situaciones de la vida real. Teniendo en cuenta esto, la ejecución de la o las conductas
debe extrapolarse a todos los contextos o circunstancias en las que dicho comportamiento
sea de utilidad para la persona.

-       Este paso se realizará con la participación de los padres, en el que estos


actuaran como co-terapeutas, siendo de apoyo para el niño para que este lleve a cabo las
habilidades adquiridas en terapia y pueda consolidarlas.

 Educación Afectiva.
Educación afectiva a los niños se les enseña las diferentes etiquetas por una amplia
variedad de emociones, tanto placenteras como desagradables. También se les enseña que cada
emoción se experimenta lo largo de un continuo de la intensidad de la experiencia. Finalmente,
se les enseña a reconocer y etiquetar sus propias experiencias afectivas. Como consecuencia de
esta educación afectiva, el niño también aprende a identificar el estado emocional de otras
personas a su alrededor. Las actividades comienzan educando al niño en un nivel básico y de allí
se desarrollan en una forma secuencia lógica. Estas actividades Igualmente sirven como un
vehículo para enseñar a los niños la conexión entre pensamientos, sentimientos y conductas.

El primer paso de educación afectiva es desarrollar una lista del nombre de las diferentes
emociones que son apropiadas para el nivel intelectual del niño. El siguiente paso es escribir el
nombre de cada emoción en unas tarjetas o fichas. Estas tarjetas o fichas se usan entonces en
diferentes juegos como los siguientes:

Vocabulario de Emociones: los jugadores toman turnos escogiendo una de las tarjetas de


emociones y leyendo en voz alta el nombre de la emoción que aparece en la tarjeta (estas tarjetas
pueden contener una imagen que represente la emoción escrita para los niños más pequeños).
Luego el jugador describe cómo se siente una persona cuando experimenta es emoción, y qué
estaba sucediendo la última vez que él experimentó esa emoción. También por medio de
preguntas más concretas se les puede preguntar, cómo se manifiestan físicamente en sus cuerpos
esas emociones, que les produce dicha emoción, que pensamientos nos puede provocar, que
podemos hacer al sentirla. Con esta técnica se trabaja el reconocimiento de las emociones,
vocabulario emocional, consciencia emocional, expresión física y no verbal de las emociones.

 Cuando el niño puede describir con precisión cada emoción se considera que ha
alcanzado el nivel de destreza objetivo de la educación afectiva.

 Mímica de emociones: luego de leer en silencio la tarjeta el niño piensa acerca de una persona
que se sienta de esa forma, y cómo se comportaría. Entonces el niño representa la emoción sin
decir nada o hacer ningún ruido. Si el niño no sabe cómo representar la emoción lo motivamos a
que intente explicar con un ejemplo o nos puede contar lo que estaba pasando o podría haber
pasado la última vez que él se sintió de esa forma, y lo que estaba pensando en ese preciso
momento. Asimismo, al cambiar de turno, podemos recordar alguna experiencia relacionada con
dicho sentimiento y reflexionar con el niño.

 Con esta actividad los niños aprenden y expanden su vocabulario emocional, a ponerle
nombre a las emociones que han sentido, a fijarse en cómo se manifiestan sus sentimientos en
todo su cuerpo, a observar a los demás y prestar atención a la comunicación emocional no verbal
y a los gestos y expresiones corporales de las emociones.

  Cuentos de Emociones: estos son de gran utilidad y un buen recurso para la educación afectiva
o emocional, ya que nos ayudan a que el niño aumente su vocabulario emocional, a reconocer e
identificar emociones, comprender nuestras experiencias (ya sean las pasadas y las futuras),
empatizar con los demás, a ser conscientes de los que nos sucede y poder asignarle una palabra,
nos enseñan modelos y estrategias para resolver conflictos y ayudan a fomentar el dialogo. Para
llevar a cabo esta actividad se debe escoger muy bien el cuento para que nos  ayude a trabajar las
emociones correctamente y sea adecuado al nivel cognitivo del niños, además de esto para
maximizar el potencial educativo del cuento se puede realizar preguntas que generen curiosidad
en los niños, sobre los aspectos emocionales del libro, como por ejemplo; ¿Cómo crees que
podría actuar ese personaje? ¿Qué crees que siente? ¿Por qué crees que es ese sentimiento? ¿Qué
harías tú en su lugar? ¿Qué otras cosas podría hacer? Con el fin de que aprendan a reconocer e
identificar emociones. Así mismo, se aprovecha la lectura para  reflexionar con los niños en que
momentos han experimentado ellos esas emociones a lo largo de su día, y preguntarles que
hicieron o que podrían haber hecho para sentirse mejor. Otra de las cosas Los cuentos útiles para
llevar a cabo esta actividad son: El monstruo de colores, el bestiario de las emociones, las
emociones de nacho, el emocionarlo del inspector Drilo, el gran libro de las emociones, etc.

 Relajación.

- Relajación progresiva de Jacobson


Esta técnica es empleada en sujetos de todas las edades, tanto en la práctica
clínica como fuera de ella, para rebajar el nivel de estrés y tensión. Se basa en la tensión y
relajación de diferentes grupos musculares a la vez que se controla la respiración. Se
empiezan por los extremos más distales del cuerpo (primero pies y piernas, luego manos
y brazos) para ir poco a poco progresando hacia el centro (abdomen, torso) y
posteriormente hacia la cabeza.
En cada grupo de músculos se pedirá que se tensen durante unos pocos segundos
para posteriormente relajarlos el triple de tiempo del que hayan estado tensados,
haciéndose este proceso hasta tres veces seguidas con cada grupo muscular.
Esta técnica no debería ser empleada antes de los siete años de edad, ya que
además de requerir concentración y control voluntario de la respiración puede resultar
compleja de entender y llevar a cabo por un niño de menor nivel evolutivo.

Forma de aplicación:
El niño debe estar cómodamente instalado en un sillón, sofá. Mejor que esté
ligeramente con el cuerpo algo incorporado (podemos colocar alguna
almohada en la espalda si está en la cama) que completamente tumbado.
Las primeras instrucciones verbales por parte de la persona que aplica la técnica
deben orientarse a crear una atmósfera tranquila: “Estas cómodo y relajado…” para
después ir introduciendo instrucciones más concretas: “Ahora me gustaría
que siguieras dejando relajado todo tu cuerpo, mientras concentras tu
atención en tu mano derecha (o Izquierdasi es su dominante). Cuando
yo te diga, cierra el puño, muy fuerte, todo lo que puedas. ¡Ahora! Fíjatelo que sientes
cuandolos músculos de la mano y antebrazo están tensos…
Concéntrate en ese sentimiento de tensión y malestar que experimentas.”

Pocos segundos después (5a 7) añadimos la siguiente instrucción:“Ahora cuando


te diga suelta, quiero que tu mano se abra completamente y la dejes caer sobre tus
piernas, déjala caer de golpe. ¡Suelta!
Con frecuencia, al principio, el niño no serácapaz de dejar caer la mano de golpe y
la colocará sobre las piernas. Si sucede esto hay que insistir, tranquilamente, en las
instrucciones de soltar de golpe. Si es necesario se le puede sujetar el brazo y se
deja caer a a instrucción de Suelta! Si el brazo cae a plomo, el niño ha conseguido relajar
el miembro y podemos intrpoducir entonces las siguientes instrucciones. “Nota ahora
como la tensión y la incomodidad han desaparecido de la mano y brazo fíjate en las
sensación de tranquilidad que tienes ahora. Quiero que notes a diferencia entre tener la
mano tensa y tenerla relajada. La técnica empieza centrando su relajación en sus manos y
brazos, para incorporar sesiones progresivas a cabeza, el cuello, hombros, pecho, espalda,
estomago y las piernas, este orden puede cambiarse según las necesidades del niño
-
- En mi sitio seguro: Imaginación Guiada.
Esta técnica es de gran utilidad para rebajar la tensión y ansiedad, especialmente
en niños con elevado nivel de imaginación. Se trata de crear en la imaginación del menor
un entorno seguro y relajante donde el motivo de la ansiedad no pueda afectarles. Por
ejemplo, una casa de madera en la montaña, una selva llena de animales o una playa.
Este proceso de imaginación va a ser guiado por el terapeuta, profesor o
progenitor de manera que se procure un entorno con elementos que al niño le sean
agradables y tranquilizadores. Se puede reforzar la relajación con música suave y un tono
de voz calmado y profundo.

- Somos marionetas
Un ejercicio de relajación en forma de juego que puede gustar a niños de todas las
edades. Se basa en que se les dice que son marionetas que están siendo controlados por
un marionetista, teniendo un hilo o cuerda en cada extremidad, en la espalda, y la cabeza.
Se les va ir diciendo que el marionetista va tirando de las diferentes cuerdas con el fin de
que vayan haciendo diferentes gestos y acciones.

Sin embargo pasado un rato se les dice que el marionetista en cuestión es torpe y
de vez en cuando deja caer una de las cuerdas, con lo que deben dejar totalmente muerta
la parte del cuerpo correspondiente durante unos segundos. Esta segunda parte se
mantiene durante varios minutos. El juego termina diciendo que al marionetista se le caen
todas las cuerdas a la vez y/o deja las marionetas, teniendo que destensar todo el cuerpo.
 Auto instrucción.

El entrenamiento en auto-instrucciones es utilizado para ayudar a los niños depresivos a


interiorizar auto declaraciones que guíen su pensamiento y su conducta a formas más adecuadas
y eficaces. Se busca también que haya una secuencia de resolución de problemas, así como el
afrontamiento de pensamientos y emociones que puedan generar estados afectivos negativos e
interferir en las soluciones adecuadas.

El entrenamiento en auto-instrucciones se lleva a cabo para que el niño, ante una


situación problemática, se diga si mismo frases positivas que le ayuden a enfrentar mejor dicha
situación en la primera fase, el terapeuta hace de modelo afrontando una situación que es
estresante o problemática para el niño y éste lo observa, después es el niño el que se enfrenta a la
situación siguiendo las instrucciones del terapeuta. En la tercera fase, el niño afronta la situación
diciéndose las auto-instrucciones positivas en voz alta, después hace lo mismo diciéndose las
auto-instrucciones en voz baja, y por último el niño afronta la situación diciéndose las auto-
instrucciones para sí mismo, sin verbalizarlas. (Olivares, Méndez y Lozano, 1999.)

Este procedimiento fue desarrollado por Meichenbaum (1987) y posteriormente


modificado por Kendall y Branswell (1993). Al niño se le enseña un grupo de auto instrucciones
que lo guíen en el proceso de resolución de problemas. Se pueden ofrecer las siguientes
instrucciones; 1) cuál es el problema, 2) piensa todas las posibilidades, 3) Pon la mente en
blanco, relájate y concéntrate, 4) Qué pasaría si yo,…, 5) escoge la mejor, 6) cómo lo hice? Hice
un trabajo muy bueno/me equivoqué, entonces voy a volver a empezar.

Este grupo de auto instrucciones se corresponde con los pasos descritos en el proceso de
resolución de problemas. Es importante ajustar las instrucciones al nivel del desarrollo del niño y
a su vocabulario, se pueden hacer tarjetas de manera que el niño recuerde los pasos.

Al comienzo el terapeuta modela el proceso de auto instrucción en la resolución de


problemas, lo cual se correspondería con la primera fase del entrenamiento de resolución de
problemas y progresivamente se pasa a que el niño vaya internalizando estás instrucciones. Esto
se puede realizar mediante juegos, donde el niño tenga que utilizar las estrategias enseñadas.

El éxito en la enseñanza de auto instrucciones a los niños depende de diversos factores


entre los cuales se incluye: el estilo interpersonal del terapeuta, el nivel en el cual el niño se
involucra en las sesiones, el nivel de desarrollo del niño y la práctica.

A medida que se va trabajando con el niño las diferentes estrategias del tratamiento, se
debe ofrecer información a los padres acerca de lo que se está trabajando en las sesiones de
manera que se logre una mayor generalización.
Es generalmente aceptado que niños menores de siete años no están listos para utilizar
procesos que incluyen la utilización del lenguaje interno como mecanismo de control de la
conducta. (Kendall y Branswell 1993).

Los pasos a seguir más específicos son:

En primer lugar, el adulto realiza una tarea delante del niño y a la vez se va hablando a sí mismo,
diciendo los pasos en voz alta, las dudas, las posibilidades, las estrategias: Piensa en voz alta, y
va detallando los pasos que da mientras realiza la tarea o resuelve el problema. También se va
dando orientaciones de las que debería darse el alumno “voy a leerlo de nuevo a ver si me he
enterado, voy a repetirlo con mis palabras, voy a comprobar si…” y se va dando ánimos: ¡muy
bien, así, despacio! ¡lo estoy consiguiendo!, ¡creo que voy por buen camino!...

2) Ahora es el niño/a quien realiza la tarea y el adulto vuelve a dar las autoinstrucciones en voz
alta. Va nombrando los pasos de la tarea mientras el niño/a la va realizando.

3) El siguiente paso es que sea el propio niño/a quien realiza la tarea y va verbalizando (diciendo
en voz alta) los pasos que va dando -las mismas frases pronunciadas por el adulto en las fases
anteriores- (en general, en el entrenamiento hay que ayudarle porque es muy difícil que recuerde
todo y en orden… en cualquier caso, si le ayudamos él debe repetir cada paso de forma
acumulativa).

*Una otra variante del paso anterior es que el adulto realiza la tarea y el alumno es quien hace las
verbalizaciones en voz alta.

4) Finalmente, cuando ya está suficientemente entrenado, el niño/a en lugar de decir lo que va


haciendo en voz alta, se habla a sí mismo pero en voz baja y es capaz de generar pensamientos-
guía.

Las verbalizaciones o autoinstrucciones hacen referencia a distintos elementos, según el tipo de


tarea. Por ejemplo:

 Autointerrogación: ¿Qué debo hacer?, ¿Y si lo hago de otro modo?, ¿Qué he entendido?,


¿Qué me preguntan?, ¿Qué datos tengo?

 Análisis de tareas: ¿En qué debo centrar ahora mi atención?, ¿Cuál es el paso que he dado?,
¿Cuál es el paso siguiente?

 Autocomprobación: Voy a repasar este paso porque no estoy muy seguro de haberlo hecho
bien; voy a comprobar si tiene lógica lo que me ha salido con lo que me preguntaban, voy a
repasar todos los pasos.

 Autorefuerzo: ¡Me está saliendo muy bien!, ¡ahora está mejor! ¡llevo ya cinco minutos sin
levantarme de la silla!, ¡lo he logrado por mí mismo, sin preguntar!, ¡he descubierto el error y lo
he corregido, fantástico!
 Transferencia de Control.

El enfoque de la transferencia de control sostiene que los cambios psicoterapéuticos a


largo plazo en los niños involucra una transferencia de control gradual, en el cual la secuencia va
generalmente del terapeuta a uno de los padres, y de uno de los padres al niño. Se considera el
terapeuta como un experto al que se consulta, el cual posee el conocimiento de las destrezas y
métodos necesarios para producir cambios terapéuticos.

Al comienzo es el terapeuta quién controla estas destrezas y métodos, pero luego


transfiere el uso de tales destrezas y métodos al padre, quien luego a su vez transfieren uso de
estos al niño.

En el tratamiento de los trastornos de ansiedad en niños, el foco principal de la


transferencia es en "controlar" la aparición implementación efectiva de la exposición, que es
considerada como el elemento clave del tratamiento, ya que es el elemento que produce el
cambio (Silverman & Ginsburg, 1996).

El terapeuta ayuda el padre a desarrollar destrezas específicas para el manejo del niño.
Luego el padre debe "supervisar" y a través de un manejo de contingencia propiciar la exposición
fuera de las sesiones terapéuticas (Silverman & Kurtines, 1996). El terapeuta ayuda al padre a
desarrollar destrezas específicas para el manejo del niño. Luego el padre debe sobrevivir y a
través del manejo del Contingencia propiciar la exposición fuera de las secciones terapéuticas.

En la concepción del tratamiento como un proceso de transferencia de control donde el terapeuta


es consultado y donde el fin es lograr la reducción de la ansiedad a través de la exposición al
estímulo ansioso se realiza la transferencia de control en tres fases educar aplicar y prevenir de
recaídas:

1- Fase de educación: Durante esta fase se educará a los padres y al niño en los principios
básicos del proceso del tratamiento dejando claro todos los componentes y el enfoque que posee
la transferencia de control.

A) Explicar que el tratamiento es un esfuerzo colaborativo donde el terapeuta asesora al


padre y al niño en la adquisición de la técnica dirigidas a disminuir la ansiedad del niño

B) Procedimiento básico para producir el cambio es la exposición, que con los niños se
hace de forma gradual. Es importante que los niños sepan que el tratamiento se hará paso por
paso y que nunca se pasará a otro nivel a no ser que e miedo de cada jerarquía haya disminuido.

C) Se construye una jerarquía de miedos donde se comienza desde el menor miedo hasta
el mayor miedo. Para implementar esto se utiliza el termómetro de miedo.
D) Se planifica y se establece sesiones dentro y fuera del consultorio, y para lograr un
mayor control sobre esto, y una mayor efectividad del tratamiento se incluyen los
procedimientos de manejo de contigencia.

E) Se incluye tanto a los padres como a los niños en el proceso de autocontrol, es importante
hacer énfasis en a importancia de apel de los pensamientos, del entrenamiento en relajación y del
autorrefuerzo y autoevaluación

F) Luego se elaboración con los padre y el niño un plan de acción detallado, que incluye un
contrato conductual acerca de cada uno de los pasos que van a tener lugar para lograr llegar al
último peldaño de la jerarquía de miedos.

2-Fase de acción: Aquí es cuando el niño va hacer uso de las estrategias aprendidas en la
fase de educación para enfrentar los estímulos. Se realizan tareas de exposición gradual, donde el
niño es expuesto a cada elemento de la jerarquía de miedos construida; desde la menos temida
hasta la más temida.

En relación a la jerarquía de miedos, se le explica a niño que es como una escalera y tiene
entre 10 y 15 escalones, cada paso representa una situación específica u objetivo que le provoca
al niño muy poco o demasiado miedo. Se le dice que durante el tratamiento el irá subiendo cada
uno de los escalones uno por uno, hasta que el miedo de cada escalón no disminuya no pasará al
siguiente. Él es quien determina el ritmo de su progreso.
Relajación: Entrenamiento de relajación de los grupos musculares del cuerpo a través de
ejercicios sistemáticos de tensión-relajación, el niño aprende a percibir las sensaciones de tensión
corporal y a utilizar estas sensaciones como claves para relajarse.

Manejo de Contingencia. Se enfatiza en el entrenamiento de los padres en el uso de


contingencias apropiadas para facilitar que el niño se exponga o acerque el objeto o situación
temida. Un elemento clave es el contrato, este detalla el procedimiento específico de exposición
en que el niño participará cada semana.

“Se hace constar que el (día de la semana) (fecha) de (mes) de (año) se firmó un contrato
entre (nombre del niño) y su papá/mamá (nombre del padre o la madre), acerca del miedo de
(nombre del niño) a (objeto/situación fóbica), teniendo como testigo a (nombre del terapeuta).
Este padre, madre y niño acuerdan que si (nombre del niño) exitosamente (ejecuta la actividad)
entonces (el refuerzo que el recibirá). Esta actividad debe ser realizada por el niño el (fecha) y el
padre/madre le dará al niño la recompensa aquí mencionada el (fecha)”

3-Fase de prevención de recaídas: es cuando el niño ha logrado manejar la ansiedad se


debe preparar para el manejo de futuras dificultades para lograr que esto se maneje con el niño
escenarios de dificultad que pueda controlar en un futuro y hacer un ensayo de manejo
adecuados para dichos problemas.

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