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UNIVERSIDAD AUTONOMA DE ZACATECAS

“Francisco García Salinas”

Unidad académica de psicología

Maestría en psicología infantil

Materia: teorías de la psicología infantil

KASSANDRA ISAIS CASILLAS.

Fecha de entrega 23/octubre/2021


Conductas agresivas en niños de edad preescolar

Las conductas agresivas están presentes en la vida del ser humano desde los primeros

años de vida y en muchas ocasiones se extienden hasta la vida adulta, son observadas muy

frecuentemente en los niños ya que cuando son pequeños no controlan mucho la magnitud de sus

movimientos, no logran medir su fuerza ni logran regular sus emociones las cuales considero

que los llevan a actuar de esta manera, he observado en mi hija de 3 años que cuando siente

alguna emoción ya sea felicidad, rabia o tristeza, se expresa a través de su cuerpo, a través de sus

acciones ya que no puede expresarlo con palabras, es por eso que vemos estos comportamientos

en diferentes ámbitos como social, familiar, laboral etc. considero que las personas son agresivas

por igual en cualquier ámbito, no es que se observen más en el social por ejemplo, si no que en

todos hay este tipo de conductas.

Las conductas agresivas son ocasionadas por múltiples factores que están presentes en el

ambiente en que se desarrolla el niño, las experiencias que tienen desde los primeros años de

vida tanto en casa como en ambientes fuera de ella provocan que el infante tenga conductas que

si se siguen estimulando permanecerán hasta la vida adulta. Las conductas que son observadas e

imitadas por un periodo largo de tiempo llevaran al niño a que las repita toda su vida porque esa

es la única manera que se le ha enseñado de hacer las cosas, debemos estar muy atentos a cada

palabra o acción que realizamos frente de los niños ya que por muy pequeña que parezca y

aunque para nosotros los adultos sea algo normal o no lo veamos como algo agresivo el niño la

repetirá sin esa conciencia de que no es la conducta más adecuada y como esto es algo novedoso

para ellos, captara toda su atención y por lo tanto ellos la imitaran.


Considero que los responsables de que los niños se comporten de esta manera, serán

siempre las personas con quienes los menores convivan más tiempo ya que los niños imitan todo

lo que observan y escuchan, un niño no aprenderá a decir palabras en otro idioma si alguien mas

no le enseña cómo hacerlo, lo mismo pasa con sus comportamientos.

Para seguir analizando más este tema nos guiaremos por Albert Bandura psicólogo que se

centró en los estudios de la conducta en relación con la cognición destacando su teoría del

aprendizaje social y el sociocognitivismo de las cuales resaltaremos la teoría del aprendizaje

social.

(Bandura en 1973 como se citó en Petit, et al.. 2012) define la agresión como como una

conducta adquirida controlada por reforzadores, la cual es perjudicial y destructiva. En los niños

podemos observar como utilizan estas conductas para poder manipular a sus mayores y poder

obtener las cosas que ellos quieren, aquí entra un error de los adultos ya que por evitar lidiar con

el berrinche o el mal momento de emociones de su hijo ceden ante estas conductas, por ejemplo

si un niño quiere que sus padres le compren un helado y estos se niegan, el niño puede tener

conductas agresivas con el fin de obtener lo que desea, al hacer pataleta, al arrojar objetos, al

pegar a otros o a sí mismo, si los padres ceden ante este tipo de comportamientos el niño estará

aprendiendo que esa es la única manera en la que obtiene lo que quiere por lo tanto seguirá

repitiendo estas conductas, lo ideal para poder tranquilizar a el niño y que aprenda que con

conductas agresivas no se solucionan las cosas, lo ideal sería que los padres pongan limites que

le expliquen el por qué no se le puede dar lo que quiere en el momento y acompañar al niño en

sus emociones, agacharse y hablar a su nivel, validar lo que siente, entender que es un niño y que

probablemente aun o logra autorregular todo lo que siente y que es tarea de los padres o tutores

el enseñarles a expresar de una manera sana sus emociones para así lograr fortalecer el vínculo
con ellos no se debe cometer el gran error de evadir las emociones, los padres deberían mantener

la calma y no alterarse junto con sus hijos, si no es así no lograran calmarlos pues un niño que

está enojado gritando y haciendo pataleta continuara con esto por un buen rato si sus padres

actúan de una manera agresiva , gritándole y poniendo la situación más tensa, caso contrario se

fomenta un ambiente con calma, tenemos una educación autoritaria, donde los padres se sienten

orgullosos cuando son duros con sus hijos, es cierto que los niños necesitan limites, de eso no

cabe la menor duda, pero si nos detenemos a reflexionar nos daremos cuenta que los niños

necesitan amor y no rigidez y esto se logra cuando se validan las emociones de los niños, cuando

se les dedica tiempo, cuando se les explica las situaciones por complicadas que parezcan, cuando

se llega a acuerdos y cuando se les escucha, el amor y el respeto hacen un niño con menos

conductas agresivas, la rigidez solo nos aleja de ellos

No debemos decir a los niños no llores, cállate, no te enojes, no te comportes de tal o cual

manera, debemos permitir que se expresen de acuerdo a la manera regular con la edad en que se

encuentran, hay tanto mensaje en la infancia de “obedecer a los mayores” y esto provoca que los

niños no expresen lo que sienten y no obedezcan a su instinto, cada frase que le obliga a reprimir

sus emociones lo aleja del sentir, cada frase que lo haga sentir inseguro como ¿Qué van a decir si

te ven llorar asi? Refuerza la idea de que necesita ser aprobado por otros aun cuando eso

signifique no aprobarse él, los padres deben permitir a los niños expresarse siempre y cuando no

se dañen o dañen a otros, algo que puede hacer la diferencia al momento de educar a los niños, es

poner la mirada en la relación que se está fomentando con ellos y no tanto en la conducta, una

conducta puede cambiar, pero un niño reprimido y dañado emocionalmente muy difícilmente lo

hará.
La teoría social de Bandura constituye uno de los principales modelos que explican la

agresión humana, Bandura atribuye a la interacción social y a los procesos del pensamiento sobre

la motivación, el afecto y las conductas que desarrollamos los humanos, así como influyen

también factores cognitivas, personales y ambientales (Bandura 1973, 1986 como se citó en

Carrasco y González 2006)

Bandura asume las conductas agresivas como resultado de observar las mismas y

menciona mecanismos en relación a la agresión los cuales son tres, el primer mecanismo es aquel

que origina la conducta en donde entra el aprendizaje por observación por ejemplo un niño que

ve a sus padres que golpean a su perrito cada que este se orina dentro de casa, el niño hará lo

mismo cada que observe que el perrito repite la acción y no solo en casa si no también cuando

observe esta conducta en otros cachorritos, es ahí donde se da cuenta que los padres son los

responsables de que esta conducta aparezca y se propague, el segundo es la experiencia directa,

donde el niño ejecuta las acciones que ha observado reforzándolas y llevando a que estas se

realcen constantemente. Bandura en 1975(como se citó en Carrasco y González 2006), el

segundo mecanismo es el integrador de la agresión que podríamos ponerlo en palabras cortas

como justificar la agresión, cuando se actúa por defensa propia, cuando se hace una rabieta por

no tener un dulce, o cuando hay frustración por no poder hacer lo que se quiere, el hacerlo por

seguir una orden todos estos. El tercer mecanismo es el que mantiene la conducta es decir el

reforzamiento como recompensas o el retiro de cosas negativas, cuando se le aplaude o hay risas

cuando un niño dice malas palabras porque a los adultos les parece gracioso logrando solo

reforzar que el niño siga actuando de esta manera y repitiendo la acción conforme va creciendo,

en lo personal considero que el mejor reforzador para mantener una conducta deseada en los
niños siempre será el amor, el mostrarles cariño el motivarlos, el reconocer sus logros, hacerles

sentir que lo que hacen es muy valioso y que por pequeñas que parezcan sus acciones se les

reconocerá todo su esfuerzo.

Bandura (1963) realizo un experimento social para analizar el comportamiento de los

niños al ver a modelos adultos mostrando conductas agresivas y hostiles, teniendo como

resultado que los niños repetían los comportamientos observados e ingeniaban nuevas formas de

conductas agresivas. Bandura plantea que gran parte de las conductas que realizamos se da por

aprendizaje social, de esta manera se aprenden habilidades, estrategias consecuencias, etc, que

harán que las personas decidan ejecutar diferentes conductas.

A modo de conclusión rescatamos que los adultos somos el ejemplo de los niños, ellos

observan y escuchan todo lo que otros hacen, si un niño se desarrolla en un ambiente de

violencia, lo más probable es que sea un niño violento y crezca repitiendo estas conductas, no

son necesarios los pellizcos, las nalgadas ni un jalón, tampoco es necesario lastimar con palabras

ignorando o insultando, la violencia física ni psicológica serán la solución ante las emociones de

los niños, esto solo ocasionara que la situación empeore y traerá consecuencias negativas mas

que positivas, los adultos repiten lo que hicieron con ellos, tal vez sea la única forma en que

aprendieron a controlar situaciones difíciles, en este caso con los niños, pero eso no quiere decir

que esto se repetirá así siempre, los padres deben informarse, y ser conscientes que las actitudes

que toman hacia los niños serán repetidas por ellos haciendo que se fortalezcan las conductas

agresivas aprendiendo que es la mejor manera de solucionar los conflictos, los golpes dañan, no

educan, y es una forma de abuzar del poder que se tiene como adultos, sabemos esto porque se

deja de violentar a los niños cuando ellos ya se pueden defender lamentablemente es tarde

porque ellos ya tienen patrones de conducta aprendidos que serán difíciles de modificar.
Referencias:

Petit, Luciano, Córdoba, Hernán E, y Rodríguez, Analía. (2012). Comportamiento

agresivo en conductores de autos de la Capital Federal. 20/10/21, Sitio web:

https://www.aacademica.org/000-072/645.pdf

Carrasco, O. & González, M. J.. (2006). ASPECTOS CONCEPTUALES DE LA

AGRESIÓN: DEFINICIÓN Y MODELOS EXPLICATIVOS. Acción Psicológica, 4, 33.

Debateuniversidades (24 abr 2013) Bandura y la Teoría del Aprendizaje Social -

Experimento del Muñeco Bobo https://www.youtube.com/watch?v=zVynCNGxYmU

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