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TEMA 60

LA RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL UNIVERSAL Y SUS MODIFICACIONES


LEGALES Y CONVENCIONALES. EXAMEN ESPECIAL DE LA ACCIÓN
SUBROGATORIA. IDEA DEL CONCURSO DE ACREEDORES. LA
CONCURRENCIA Y PRELACIÓN DE CRÉDITOS.

LA RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL UNIVERSAL Y SUS MODIFICACIONES


LEGALES Y CONVENCIONALES.

I.- Es opinión generalizada la de que el concepto moderno de


obligación encierra dos elementos distintos:

1º El débito o deuda, que indica el deber de realizar la prestación y que


el CC recoge en EL ART. 1088, al decir que: “Toda obligación consiste en dar, hacer
o no hacer alguna cosa.”

Y 2º La garantía o responsabilidad, que es la sumisión o sujeción al


poder coactivo del acreedor.

+ En la actualidad, esta responsabilidad tiene carácter PURAMENTE


PATRIMONIAL. Así, se define como un vínculo de garantía general perteneciente al
acreedor sobre todos los bienes del deudor destinado a conseguir, a través de su
ejecución, la obtención de lo debido o su equivalente económico. El CC recoge
este elemento en EL ART. 1911, a cuyo tenor: “Del cumplimiento de las
obligaciones responde el deudor con todos sus bienes, presentes y futuros.”

II.- LAS NOTAS que caracterizan esta responsabilidad patrimonial


universal son:

1ª En orden a SU NATURALEZA, frente a la doctrina clásica


que la consideraba como una verdadera prenda o garantía real, la orientación
moderna estima que es simplemente uno de los elementos de la obligación,
apoyándose en que, como dice DÍEZ-PICAZO, su generalidad es incompatible con la
especialidad propia de la garantía en sentido técnico.

+ En suma, la responsabilidad universal tiene un carácter general: no


hay vinculaciones especiales con bienes concretos. No obstante,
excepcionalmente, puede tener lugar este deslinde de responsabilidades en el caso
de los llamados patrimonios separados, y también puede la ley, en circunstancias
especiales, conceder preferencia a determinados acreedores sobre determinados
bienes.

2ª La segunda nota es que la garantía se extiende a todos los bienes


que se hallen en el patrimonio del deudor al tiempo de la reclamación y que tengan
valor económico; excluyéndose, pues, los derechos personalísimos, pero entran
los adquiridos después de contraída la deuda; concediendo, además, al acreedor EL
ART. 1111 la posibilidad de recuperar los fraudulentamente enajenados a través de
la acción pauliana, examinada en el tema 67, o adquirir los que el deudor se
abstenga de ejercitar mediante la acción subrogatoria, que luego estudiaremos.

III.- La responsabilidad patrimonial universal puede modificarse por la


ley o por la voluntad de los particulares.

A.- LAS MODIFICACIONES LEGALES pueden operar:

1º PRIMERO: sobre LOS CASOS en que se responde. Así,


dice EL ART. 1105 del CC que: “Fuera de los casos expresamente mencionados en
la ley, y de los en que así lo declare la obligación, nadie responderá de aquellos
sucesos que no hubieran podido preverse, o que, previstos, fueran inevitables.”

2º SEGUNDO: sobre LA CUANTÍA de la deuda. Así, ex ART.


1801, la posibilidad de que la autoridad judicial reduzca la deuda por pérdida en
juego o apuesta lícitos en lo que exceda de los usos de un buen padre de familia.

Y 3º TERCERO: sobre LOS BIENES con que se responde. Así:

a) Respecto de determinadas deudas, los casos en que la ley permite la


formación de patrimonios separados, como la aceptación de la herencia a
beneficio de inventario, en cuyo caso, ex ART. 1023, el heredero no queda
obligado a pagar las deudas y demás cargas de la herencia sino hasta donde
alcancen los bienes de la misma.

Y b) Respecto de toda clase de deudas, se excluyen ciertos bienes que


no pueden ser embargados ni ejecutados, ex ARTS. 605 y ss. de la LEC: en síntesis,
los bienes necesarios para la subsistencia del deudor y su familia.

II.- LAS MODIFICACIONES CONVENCIONALES pueden consistir en:

1º PRIMERO: CLÁUSULAS DE EXONERACIÓN DE


RESPONSABILIDAD, que serían, en principio, válidas, con el límite de que concurra
dolo, ex ARTS. 1102 y 1107.2 del CC.

+ Cabe citar la supresión del saneamiento por evicción permitida por


EL ART. 1070 para la partición de herencia y por EL 1475 para la compraventa.

2º SEGUNDO: CLÁUSULAS DE LIMITACIÓN DE


RESPONSABILIDAD, que, con el mismo límite del dolo, pueden afectar:

a) A los casos en que se responde. Así, dice EL ART. 1104.2 que:


“Cuando la obligación no exprese la diligencia que ha de prestarse en su
cumplimiento, se exigirá la que correspondería a un buen padre de familia.”

b) A la cantidad, siendo una indicación principal de los contratos de


seguro.

Y c) A los bienes. Así, dice EL ART. 1807 que: “El que constituye a título
gratuito una renta sobre sus bienes, puede disponer, al tiempo del otorgamiento, que
no estará sujeta dicha renta a embargo por obligaciones del pensionista.”

Y + EL ART. 140 de la LH, por vía de excepción, permite que se pacte en la


escritura de constitución de la hipoteca voluntaria que la obligación garantizada
por ella se haga efectiva solamente sobre los bienes hipotecados, con exclusión del
resto del patrimonio del deudor.

Y 3º TERCERO: CLÁUSULAS DE AGRAVACIÓN DE


RESPONSABILIDAD. De pactos de agravación no cabe hablar aquí propiamente,
pues ya, por ley, la responsabilidad patrimonial es universal, pero sí cabe que por
pacto se aumenten los supuestos en que la responsabilidad se podrá exigir, caso
del ART. 1105 visto; o se aumente la cuantía de la responsabilidad misma,
mediante una cláusula penal, ex ART. 1152. También cabe que se refuerce la
responsabilidad con una afección especial sobre ciertos bienes, constituyendo
garantías reales, o añadiendo la responsabilidad patrimonial de otra persona
mediante la fianza, solidaridad pasiva, etc.

Por último, destacaremos que EL ART. 130 del Real Decreto Legislativo
1/2007, de 16 de noviembre, por el que se aprueba el TR de la Ley General para la
Defensa de los Consumidores y Usuarios y otras leyes complementarias
establece que: “Son ineficaces frente al perjudicado las cláusulas de exoneración
o de limitación de la responsabilidad civil prevista en este libro”, III sobre
responsabilidad civil por bienes o servicios defectuosos.

EXAMEN ESPECIAL DE LA ACCIÓN SUBROGATORIA.

Junto a la acción pauliana se engloba dentro de las llamadas medidas


conservativas del patrimonio del deudor, para evitar que éste burle EL ART. 1911
del CC, ya por omisión, dejando de cobrar los créditos, ya por acción, transmitiendo
sus bienes a otras personas.

Ambas se recogen en EL ART. 1111, según el cual: “Los acreedores,


después de haber perseguido los bienes de que esté en posesión el deudor para
realizar cuanto se les debe, pueden ejercitar todos los derechos y acciones de éste
con el mismo fin, exceptuando los que sean inherentes a su persona; pueden
también impugnar los actos que el deudor haya realizado en fraude de su
derecho.”

A.- LA ACCIÓN SUBROGATORIA es un recurso que la ley concede al


acreedor que no tenga otro medio para hacer efectivo su crédito, de ejercitar los
derechos y acciones del deudor, no utilizados por éste y que no sean inherentes a
su persona.

+ Esta acción se llama también indirecta u oblicua, porque el acreedor


no se dirige contra el deudor de su deudor por sí, sino por intermedio de su deudor.

B.- En orden a SU NATURALEZA, la acción subrogatoria es,


pese a su nombre, distinta de la subrogación. Esta última implica un cambio en la
persona del acreedor; mientras que aquélla supone únicamente una sustitución en
la acción para exigir el pago.

+ Frente a teorías que la encuadran en el mecanismo de la


representación o de la sustitución para exigir el pago, parece más exacta la
posición de aquellos que la consideran como un caso de los llamados de
sustitución procesal, que consiste en hacer valer un derecho por quien no es su
titular.

+ DÍEZ-PICAZO, por su parte, estima que la figura del acreedor


actuante es un supuesto autónomo creado por la ley en orden a la protección de
unos intereses.

C.- Son REQUISITOS para el ejercicio de la acción subrogatoria:

1º La existencia de un crédito exigible contra el deudor.

2º La inacción del deudor.

3º Que el acreedor no pueda de otro modo cobrar lo que se le deba. Ello


no implica un juicio donde se haya dirigido previamente contra el deudor; el TS ha
admitido que puede acreditarse la inexistencia de bienes libres del deudor en el
mismo juicio entablado para ejercitar la subrogatoria a través de la acumulación de
acciones.

+ Consecuente con lo anterior, el TS ha declarado que es un remedio de


CARÁCTER SUBSIDIARIO, interpretado ello en el amplio sentido de que no podrá
utilizarse esta acción cuando, aún careciendo de bienes el deudor, el acreedor
puede cobrar por otro camino, como, por ejemplo, si hay un fiador.

4º Por último, se requiere que los derechos y acciones del deudor


respecto de los que se ejercite esta acción no sean inherentes a su persona. Como
tales, señala LACRUZ, los extrapatrimoniales, los patrimoniales inembargables y
los derechos intransmisibles o cuyo ejercicio presuponga una apreciación ética o
puramente subjetiva del deudor inactivo; así, el derecho a solicitar la disolución de
su régimen matrimonial, las acciones de estado, etc.

D.- En orden a SUS EFECTOS,

1º El acreedor accionante, según la doctrina mayoritaria, puede


ejercitar el derecho de su deudor, no sólo hasta el límite de lo que a él se le deba,
sino en su totalidad, sin perjuicio de quedar el remanente, en su caso, a favor del
deudor.

+ Ejercitada la acción, lo obtenido por ella ingresa en el patrimonio del


deudor, pudiendo proceder contra él los acreedores por el medio adecuado. No
obstante, trabando embargo sobre los bienes de que se trate, puede ejecutarlos en
su favor exclusivo el accionante.

Y 2º El deudor demandado, o sea, el deudor del deudor, puede utilizar en


su defensa las mismas excepciones que ejercitaría si lo demandase su verdadero
acreedor.

IDEA DEL CONCURSO DE ACREEDORES.

Para la exposición de esta materia seguiremos el régimen de la Ley


22/2003, de 9 de julio, Concursal, que deroga LOS ARTS. 1912 a 1920 del CC;
completada por la Ley Orgánica 8/2003, de 9 de julio, para la Reforma Concursal,
en lo que se refiere a la limitación de derechos fundamentales del concursado y a
la creación de los Juzgados de lo Mercantil.

+ La Ley Concursal es objeto de examen detallado en otros temas del


programa, limitándonos en el presente a esbozar una idea general de este nuevo
Labyrinthus creditorum concurrentium.

Esta Ley trata de poner fin al arcaísmo y dispersión que domina en la


legislación en este campo, con una clara vocación unificadora, inspirándose en
tres PRINCIPIOS básicos:

1º Unidad LEGAL, pues se regulan en un solo texto los aspectos


materiales y procesales del concurso.

2º Unidad de DISCIPLINA, lo que implica la unificación de régimen


concursal para deudores comunes y comerciantes.

Y 3º Unidad de SISTEMA, esto es, hay un procedimiento único,


denominado concurso; si bien flexible, pues, tras una fase común, la declaración
de concurso, éste desemboca en el convenio con los acreedores o en la
liquidación.

A.- El procedimiento se abre con LA DECLARACIÓN DE CONCURSO,


que exige la concurrencia de los siguientes requisitos:

1º SUBJETIVO. Ex ART. 1, la declaración de concurso procederá


respecto de cualquier deudor, sea persona natural o jurídica, con la excepción de
los entes de derecho público.

2º OBJETIVO. Ex ART. 2, la declaración de concurso procederá en


caso de insolvencia del deudor común; entendiendo por estado de insolvencia al
deudor que no puede cumplir regularmente sus obligaciones exigibles; si bien hay
hechos presuntivos de la insolvencia, como el estado de sobreseimiento general de
pagos. Novedad importante es que cabe la insolvencia inminente cuando el deudor
prevea la insolvencia.

Y 3º FORMALES. Por una parte, el deudor o los acreedores pueden iniciar


el concurso por medio de la solicitud, que deberá contener una prueba de la
insolvencia del deudor.

+ Pero el acto constitutivo de esta fase común es el auto de


declaración de concurso, ex ART. 21, que produce sus efectos de inmediato y será
ejecutivo aunque no sea firme.

+ Lo que la Ley regula es un completo sistema de publicidad, basado


en la publicación de la declaración de concurso en el BOE y en prensa y en su
inscripción en los registros públicos.

La declaración de concurso produce los siguientes EFECTOS:

I.- En relación con EL DEUDOR, no hay restricciones a la capacidad del


concursado en lo que se refiere a sus facultades personales, salvo la posibilidad
prevista en la Ley Orgánica 8/2003 de restringir derechos fundamentales, como son
los de libertad, secreto de las comunicaciones, residencia y circulación por el
territorio nacional.

En cambio, ex ART. 40, sus facultades de administración y disposición


sobre su patrimonio se someten:

+ A intervención, que supone la necesaria autorización o conformidad


de los administradores concursales, si el concurso es voluntario.

O + A suspensión, que implica la sustitución por los administradores


concursales, si el concurso es necesario.

+ Los actos que infrinjan estas limitaciones son anulables y no


inscribibles en registros públicos.

II.- En relación con LOS ACREEDORES, el efecto fundamental es la


integración en la masa pasiva, ex ART. 49. Además, se paralizan las acciones
ejecutivas y declarativas y los procedimientos arbitrales iniciados. Novedad
importante es que las acciones de ejecución de garantías reales sobre bienes del
concursado se paralizan temporalmente hasta que se negocie el convenio o se abra
la liquidación, con el máximo de 1 año desde la declaración de concurso.

III.- En relación con LOS CRÉDITOS, ex ARTS. 58 a 60, se prohíbe la


compensación; se suspende el devengo de intereses, salvo los correspondientes a
créditos con garantía real, que serán exigibles hasta donde alcance la respectiva
garantía, y créditos salariales reconocidos, que devengarán intereses conforme al
interés legal del dinero; y se interrumpe la prescripción de acciones.

IV.- En relación con LOS CONTRATOS, en síntesis, ex ARTS. 61 y ss.,


rige el principio general de vigencia de los contratos con prestaciones recíprocas
pendientes de cumplimiento por ambas partes; no obstante, en interés del concurso
y con garantías para el derecho de la contraparte, se prevé tanto la posibilidad de
una declaración judicial de resolución del contrato como la de enervarla en caso
de que exista causa para una resolución por incumplimiento.

La declaración de concurso también produce el nacimiento de LOS


ÓRGANOS DEL CONCURSO, existiendo sólo dos órganos necesarios:

1º EL JUEZ DE LO MERCANTIL del lugar donde el deudor tenga el


centro de sus intereses principales, que es el órgano rector del procedimiento,
teniendo amplias facultades, en consonancia con el carácter universal del
concurso.

Y 2º LA ADMINISTRACIÓN CONCURSAL, que se configura, por regla


general, como órgano colegiado integrado por 3 miembros: un abogado, un
economista y un acreedor titular de un crédito ordinario o con privilegio general,
que no esté garantizado; siendo sus funciones esenciales las de intervenir los actos
del deudor, redactar el informe, el inventario y la lista de acreedores y la
evaluación de las propuestas de convenio.

La declaración de concurso, en otro sentido, implica la formación de LA


MASA CONCURSAL:

I.- LA MASA ACTIVA está basada en el principio de universalidad,


pues, ex ART. 76, la constituyen los bienes y derechos integrados en el patrimonio
del deudor a la fecha de la declaración de concurso y los que se reintegren al
mismo o adquiera hasta la conclusión del procedimiento; si bien cabe el ejercicio
de la separatio ex iure dominii, ex ART. 80.

+ La novedad principal es que el criticado sistema de retroacción del


ART. 878 del Código de Comercio se sustituye por un sistema de reintegración
basado en el ejercicio de acciones de rescisión por lesión, que no perjudican a los
terceros adquirentes en los términos de LOS ARTS. 71 a 73.

II.- LA MASA PASIVA, ex ART. 84, está constituida por los créditos
contra el deudor que no tengan la consideración de créditos contra la masa.

+ Los créditos, en todo caso, se someten al principio de igualdad o par


conditio creditorum. La Ley Concursal reduce los privilegios y preferencias, si
bien los créditos se clasifican en ordinarios, privilegiados y subordinados.
1º Los privilegiados se clasifican, a su vez, en especiales, si afectan a
determinados bienes o derechos; y generales, si afectan al conjunto del
patrimonio del deudor.

+ A los acreedores privilegiados, en principio, sólo afectará el convenio


con su conformidad y, en caso de liquidación, se les pagará con prioridad respecto
de los ordinarios.

2º Los titulares de los créditos subordinados carecen de derecho de


voto en la junta de acreedores y, en caso de liquidación, no podrán ser pagados
hasta que hayan quedado íntegramente satisfechos los ordinarios.

+ Se encuadran aquí los créditos clasificados así por razón de su


tardía comunicación, por pacto contractual, por su carácter accesorio, por su
naturaleza sancionadora o por la condición personal de sus titulares: personas
especialmente relacionadas con el concursado o partes de mala fe en actos
perjudiciales para el concurso.

B.- Las soluciones del concurso previstas en la Ley son EL CONVENIO


y LA LIQUIDACIÓN;

I.- Concibiéndose EL PRIMERO como la solución normal; y se define


como el negocio jurídico, fundado en la autonomía de la voluntad del deudor y del
conjunto de sus acreedores, destinado a satisfacer a éstos.

+ Es precisa una propuesta de convenio, que presenta el deudor o los


acreedores; y que puede contener proposiciones de quita, de espera, mixtas u
otras, como las ofertas de conversión del crédito en acciones o participaciones. Pero
no podrá consistir en la cesión de bienes en pago o para pago de deudas, frente al
criterio tradicional en nuestro Derecho de suspensiones.

+ El Juez, mediante auto, abre esta fase de convenio y ordena la


constitución de la Junta de acreedores, que exige para su válida constitución que
concurran acreedores que representen, al menos, la mitad del pasivo ordinario.
Tras el examen y deliberación de las propuestas, se aprueba en Junta por mayoría
y posteriormente se aprueba judicialmente.

+ El efecto del convenio es que cesarán todos los efectos de la


declaración de concurso, quedando sustituidos por los que, en su caso, se
establezcan en el propio convenio, ex ART. 133, aunque está prevista la imposición
de medidas prohibitivas o limitativas de las facultades patrimoniales del deudor.

II.- El deudor podrá también optar por LA LIQUIDACIÓN del concurso, y


se le obliga a acudir a esta fase en caso de incumplimiento de un convenio previo.

+ Sus efectos son más severos: disolución de la persona jurídica;


suspensión de las facultades patrimoniales de la persona física; vencimiento
anticipado de los créditos, etc.
C.- FINALMENTE, la Ley regula las causas y los efectos de la
conclusión del concurso, señalando EL ART. 178.1 que: “En todos los casos de
conclusión del concurso, cesarán las limitaciones de las facultades de
administración y disposición del deudor subsistentes, salvo las que se contengan
en la sentencia firme de calificación.”

+ Así, destacaremos que si el concurso se califica como culpable, ex


ART. 172, las personas afectadas quedan inhabilitadas para administrar bienes
ajenos, o para representar o administrar a cualquier persona durante un período de
2 a 15 años.

LA CONCURRENCIA Y PRELACIÓN DE CRÉDITOS.

La Ley Concursal ha derogado los párrafos a y g del apartado 2 del ART.


1924 del CC y ha añadido un párrafo 2º al ART. 1921.

+ Además, en cumplimiento de su DISPOSICIÓN FINAL TRIGÉSIMA


TERCERA, existe un proyecto de Ley sobre concurrencia y prelación de créditos
en caso de ejecuciones singulares, que modifica el CC, con el fin de recoger en un
único texto legal un conjunto ordenado y sistemático de preferencias y
prelaciones, sin perjuicio de las remisiones que se puedan hacer al mismo desde
las distintas legislaciones especiales, introduciendo además ciertas
modificaciones sustanciales, aproximándose al texto de la LC, que exceden de
nuestro tiempo de exposición.

Dicho esto, la materia, actualmente, se regula en LOS ARTS. 1921 a 1929 del
CC, cuyo contenido pasamos a desarrollar:

+ 1921 “Los créditos se clasificarán, para su graduación y


pago, por el orden y en los términos que en este capítulo se establecen.

En caso de concurso, la clasificación y graduación de los créditos se regirá


por lo establecido en la Ley Concursal.”

+ 1922 “Con relación a determinados bienes muebles del


deudor, gozan de preferencia:

1º Los créditos por construcción, reparación, conservación o precio


de venta de bienes muebles que estén en poder del deudor, hasta donde alcance el
valor de los mismos.

2º Los garantizados con prenda que se halle en poder del acreedor,


sobre la cosa empeñada y hasta donde alcance su valor.

3º Los garantizados con fianza de efectos o valores, constituida en


establecimiento público o mercantil, sobre la fianza y por el valor de los efectos
de la misma.

4º Los créditos por transporte, sobre los efectos transportados, por el


precio del mismo, gastos y derechos de conducción y conservación, hasta la
entrega y durante 30 días después de ésta.

5º Los de hospedaje sobre los muebles del deudor existentes en la


posada.

6º Los créditos por semillas y gastos de cultivo y recolección


anticipados al deudor, sobre los frutos de la cosecha para que sirvieron.

7º Los créditos por alquileres y rentas de un año, sobre los bienes


muebles del arrendatario existentes en la finca arrendada y sobre los frutos de la
misma.

Si los bienes muebles sobre que recae la preferencia hubieren sido


sustraídos, el acreedor podrá reclamarlos de quien los tuviese, dentro del término de
30 días, contados desde que ocurrió la sustracción.”

+ 1923 “Con relación a determinados bienes inmuebles y


derechos reales del deudor, gozan de preferencia:

1º Los créditos a favor del Estado, sobre los bienes de los


contribuyentes, por el importe de la última anualidad, vencida y no pagada, de
los impuestos que graviten sobre ellos.

2º Los créditos de los aseguradores, sobre los bienes asegurados, por


los premios del seguro de dos años; y, si fuere el seguro mutuo, por los dos
últimos dividendos que se hubiesen repartido.

3º Los créditos hipotecarios y los refaccionarios, anotados e inscritos


en el RP, sobre los bienes hipotecados o que hubiesen sido objeto de la refacción.

4º Los créditos preventivamente anotados en el RP, en virtud de


mandamiento judicial, por embargos, secuestros o ejecución de sentencias,
sobre los bienes anotados, y sólo en cuanto a créditos posteriores.

5º Los refaccionarios no anotados ni inscritos, sobre los inmuebles a


que la refacción se refiera, y sólo respecto a otros créditos distintos de los
expresados en los cuatro números anteriores.”

+ 1924 “Con relación a los demás bienes muebles e


inmuebles del deudor, gozan de preferencia:

1º Los créditos a favor de la provincia o del Municipio, por los


impuestos de la última anualidad vencida y no pagada, no comprendidos en EL
ART. 1923, número 1º.
2º Los devengados:

b) Por los funerales del deudor, según el uso del lugar, y también los
de su cónyuge y los de sus hijos constituidos bajo su patria potestad, si no
tuviesen bienes propios.

c) Por gastos de la última enfermedad de las mismas personas,


causados en el último año, contado hasta el día del fallecimiento.

d) Por los salarios y sueldos de los trabajadores por cuenta ajena y


del servicio doméstico correspondientes al último año.

e) Por las cuotas correspondientes a los regímenes obligatorios de


subsidios, seguros sociales y mutualismo laboral por el mismo período de
tiempo que señala EL APARTADO ANTERIOR, siempre que no tengan reconocida
mayor preferencia con arreglo al ARTÍCULO PRECEDENTE.

f) Por anticipaciones hechas al deudor, para sí y su familia constituida


bajo su autoridad, en comestibles, vestido o calzado, en el mismo período de
tiempo.

3º Los créditos que sin privilegio especial consten:

a) En escritura pública.

b) Por sentencia firme, si hubiesen sido objeto de litigio.

Estos créditos tendrán preferencia entre sí por el orden de antigüedad de


las fechas de las escrituras y de las sentencias.”

+ 1925 “No gozarán de preferencia los créditos de cualquiera


otra clase, o por cualquier otro título, no comprendidos en LOS ARTSÍCULOS
ANTERIORES.”

+ 1926 “Los créditos que gozan de preferencia con relación a


determinados bienes muebles, excluyen a todos los demás hasta donde alcance el
valor del mueble a que la preferencia se refiere.

Si concurren dos o más respecto a determinados muebles, se observarán,


en cuanto a la prelación para su pago, las reglas siguientes:

1ª El crédito pignoraticio excluye a los demás hasta donde alcance el


valor de la cosa dada en prenda.

2ª En el caso de fianza, si estuviere ésta legítimamente constituida a


favor de más de un acreedor, la prelación entre ellos se determinará por el orden de
fechas de la prestación de la garantía.
3ª Los créditos por anticipos de semillas, gastos de cultivo y
recolección, serán preferidos a los de alquileres y rentas sobre los frutos de la
cosecha para que aquéllos sirvieron.

4ª En los demás casos, el precio de los muebles se distribuirá a


prorrata entre los créditos que gocen de especial preferencia con relación a los
mismos.”

+ 1927 “Los créditos que gozan de preferencia con relación a


determinados bienes inmuebles o derechos reales, excluyen a todos los demás
por su importe hasta donde alcance el valor del inmueble o derecho real a que la
preferencia se refiera.

Si concurrieran dos o más créditos, respecto a determinados inmuebles o


derechos reales, se observarán en cuanto a su respectiva prelación, las reglas
siguientes:

1ª Serán preferidos, por su orden, los expresados en los números 1º y 2º


del ART. 1923 a los comprendidos en los demás números del mismo.

2ª Los hipotecarios y refaccionarios, anotados o inscritos, que se


expresan en el número 3º del citado ART. 1923 y los comprendidos en el número
4º del mismo gozarán de prelación entre sí por el orden de antigüedad de las
respectivas inscripciones o anotaciones en el RP.

3ª Los refaccionarios no anotados ni inscritos en el Registro a que se


refiere el número 5º del ART. 1923, gozarán de prelación entre sí por el orden
inverso de su antigüedad.”

+ 1928 “El remanente del caudal del deudor, después de


pagados los créditos que gocen de preferencia con relación a determinados bienes,
muebles o inmuebles, se acumulará a los bienes libres que aquél tuviere para el
pago de los demás créditos.

Los que gozando de preferencia con relación a determinados bienes,


muebles o inmuebles, no hubiesen sido totalmente satisfechos con el importe de
éstos, lo serán, en cuanto al déficit, por el orden y en el lugar que les corresponda
según su respectiva naturaleza.”

+ Por último, ART. 1929 “Los créditos que no gocen de


preferencia con relación a determinados bienes, y los que la gozaren, por la
cantidad no realizada o cuando hubiese prescrito el derecho a la preferencia, se
satisfarán conforme a las reglas siguientes:

1ª Por el orden establecido en EL ART. 1924.

2ª Los preferentes por fechas, por el orden de éstas, y los que la


tuviesen común, a prorrata.
3ª Los créditos comunes a que se refiere EL ART. 1925, sin
consideración a sus fechas.”

Para finalizar, apuntaremos que este es el cuadro de concurrencia y


prelación de créditos establecido en el CC, que se ha visto sustancialmente alterado
por la legislación posterior, bastando recordar aquí dos ejemplos significativos:

1º El llamado superprivilegio salarial del ART. 32.1 del ET, a cuyo


tenor: “Los créditos salariales por los últimos treinta días de trabajo y en cuantía
que no supere el doble del salario mínimo interprofesional gozarán de preferencia
sobre cualquier otro crédito, aunque éste se encuentre garantizado por prenda o
hipoteca.”

Y 2º Los créditos a favor de la comunidad de propietarios


derivados de la obligación de contribuir al sostenimiento de los gastos generales
correspondientes a las cuotas imputables a la parte vencida de la anualidad en curso
y al año natural inmediatamente anterior, que tienen la condición de preferentes a
efectos del ART. 1923 del CC y preceden, para su satisfacción, a los enumerados en
LOS APARTADOS 3º, 4º y 5º de dicho precepto, ex ART. 9.1. e) de la LPH.

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