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TEMA 47

LA POSESIÓN. CLASES DE POSESIÓN. ADQUISICIÓN, CONSERVACIÓN Y


PÉRDIDA DE LA POSESIÓN. EFECTOS DE LA POSESIÓN DURANTE SU
EJERCICIO Y AL CESAR EN LA MISMA. LA TUTELA DE LA POSESIÓN.

LA POSESIÓN.

I.- Es la posesión una de las materias más complejas del Derecho civil y
ante la que más permanentemente se halla dividida la doctrina. Ésta se muestra de
acuerdo sólo en lo relativo a la idea básica de esta figura: la RELACIÓN DE HECHO
de una persona con una cosa.

PEÑA define la posesión como un derecho real que consiste en una


potestad de inmediata tenencia o goce conferida por el Derecho con carácter
provisionalmente prevalente, con independencia de que exista o no derecho real
firme que justifique la atribución definitiva de esa potestad.

II.- En orden a SUS ANTECEDENTES HISTÓRICOS,


brevemente señalaremos que:

+ En EL DERECHO ROMANO, en principio, sólo se atribuían


consecuencias jurídicas a la detentación de la cosa, el corpus, unida a la voluntad
de tenerla como propia, el animus.

+ En EL DERECHO GERMÁNICO, aparece englobada la posesión


juntamente con la propiedad y demás derechos reales sobre las cosas en el
conjunto de la gewere, sin distinguir la posesión de la simple detentación.

+ Por último, en EL DERECHO CANÓNICO, se amplia la idea de la


posesión, no sólo en cuanto a su objeto, sino también en lo relativo a su tutela.

+ La posesión actual es la directa consecuencia de estas tres


construcciones jurídicas que aparecen ahora conjugadas en nuestro régimen
posesorio.

III.- En orden a SU NATURALEZA JURÍDICA, la cuestión se


centra en decidir si la posesión es un hecho o un derecho.

+ La alternativa arranca del Derecho romano, donde encontramos


textos, como uno de PAULO, en que se nos dice que la posesión es un hecho; y
otros, como uno de PAPINIANO, que contiene la afirmación contraria.

+ Con posterioridad, podemos destacar las siguientes teorías sobre el


particular:
1ª La que sostiene que la posesión es un SIMPLE HECHO, defendida
por POTHIER y WINDSCHEID, que la justifican en la idea de que la posesión se
basa en circunstancias materiales y se protege sin consideración a que exista o no
el derecho de que es apariencia la posesión y aún en el caso de ser ésta injusta.

2ª La que considera que la posesión es un DERECHO, defendida por


IHERING y FERRARA, que entienden que la misma constituye un interés
jurídicamente protegido.

Y 3ª La que sostiene que la posesión tiene un DOBLE CARÁCTER de


hecho y de derecho, defendida fundamentalmente por SAVIGNY, quien argumenta
que la posesión en sí misma y por su modo de originarse no pasa de ser un hecho,
pero que dado los efectos jurídicos que produce hay que considerarla a la vez como
un derecho.

En la doctrina española, ROCA SASTRE, NÚÑEZ LAGOS y otros sostienen


la tesis de que la posesión es un hecho, aunque productor de consecuencias
jurídicas. Pero es mayoritaria la doctrina que la considera como un DERECHO. Así,
entre otros, SÁNCHEZ ROMÁN, CASTÁN, DE DIEGO y HERNÁNDEZ-GIL. Éste
último ve en la posesión los elementos característicos de todo derecho real:

1º El interno o potestad sobre la cosa en EL ART. 430 del CC.


Y 2º El externo o deber de abstención en EL ART. 446.

+ Admitido que la posesión sea un derecho real, es necesario


adjetivarlo para diferenciarlo de los demás derechos reales. En este sentido se ha
dicho que se trata de un derecho precario, provisorio y provisional;
denominaciones todas que dan a entender que la posesión depende siempre en su
vida de que un derecho de mayor rango, de definitiva y plena titularidad, no venga
a desplazarlo.

+ Por lo demás, indicaremos que, por razones prácticas, la posesión hoy


en día no es inscribible en el RP, ex ART. 5 de la LH.

IV.- En orden al FUNDAMENTO DE LA PROTECCIÓN


POSESORIA:

+ Para SAVIGNY se encuentra en la necesidad de impedir la violencia


contra la persona del poseedor y, consiguientemente, en el mantenimiento del
orden público.

+ Para IHERING está en la necesidad de proteger la misma propiedad,


ya que el poseedor es generalmente propietario, aunque como consecuencia se de
protección en ocasiones al poseedor no propietario.

+ PEÑA, por su parte, apunta dos razones principales que justifican la


importancia actual de la posesión:

1ª La tutela jurídica a la posesión supone la protección de la


estabilidad económica y social.

Y 2ª La posesión es el medio de dar paso, a través del tiempo, a


situaciones jurídicas definitivas, siendo la base fundamental de la usucapión.

V.- FINALMENTE, en cuanto a LAS CONDICIONES DE LA


PROTECCIÓN POSESORIA, destacan dos teorías:

1ª LA SUBJETIVA, defendida por SAVIGNY, según la cual, para que se


dé la protección posesoria se requieren dos elementos: el corpus o detentación de
la cosa y el animus o intención de tener la cosa para sí.

Y 2ª LA OBJETIVA, defendida por IHERING, según la cual, sólo es preciso


el elemento corporal, toda vez que el animus no es un elemento independiente
del corpus. El animus es el propósito del poseedor de servirse de la cosa para la
satisfacción de sus necesidades y el corpus, la exteriorización de tal propósito.
Sólo se tiene en cuenta la actuación posesoria externa, y por ello, toda detentación
está protegida, salvo que la Ley la excluya.

+ SALELLES completa esta teoría exigiendo, además, que la


detentación sea con independencia económica, por lo cual no gozará de protección
el mero servidor de la posesión de otro.

LAS CLASES DE POSESIÓN.

En nuestro CC, con un criterio falto de tecnicismo, aparecen a lo largo de


su articulado DIVERSAS CLASES DE POSESIÓN, que pasamos a examinar:

1º En primer lugar: POSESIÓN NATURAL y POSESIÓN


CIVIL. Según EL ART. 430: “Posesión natural es la tenencia de una cosa o el
disfrute de un derecho por una persona. Posesión civil es esa misma tenencia o
disfrute unidos a la intención de haber la cosa o derecho como suyos.”

2º En segundo lugar: POSESIÓN EN NOMBRE PROPIO y POSESIÓN


EN NOMBRE AJENO. Según EL ART. 431: “La posesión se ejerce en las cosas o
en los derechos por la misma persona que los tiene y los disfruta, o por otra en su
nombre.”

+ El sentido de la contraposición que hace ESTE ARTÍCULO no es


muy clara:

1º Para VALVERDE y DE DIEGO la posesión por otro se da cuando la


tenencia corresponde a la persona que tiene una obligación o vínculo respecto de
otra, como el mandatario o el arrendatario.

2º Para PÉREZ GONZÁLEZ y ALGUER lo que contrapone este precepto


no es dos clases de poseedores, sino al verdadero poseedor y al que ejerce la
posesión en su nombre y carece, por tanto, de las acciones posesorias, llamado,
en Derecho alemán, servidor de la posesión, con lo cual evitan el escollo de
atribuir idéntico contenido a ESTE ARTÍCULO y al 432.

3º En tercer lugar: POSESIÓN EN CONCEPTO DE DUEÑO y


POSESIÓN EN CONCEPTO DISTINTO. Según EL ART. 432: “La posesión en los
bienes y derechos puede tenerse en uno de dos conceptos: o en el de dueño, o en
el de tenedor de la cosa o derecho para conservarlos o disfrutarlos, perteneciendo el
dominio a otra persona.”

Y + A tenor del ART. 463: “Los actos relativos a la posesión, ejecutados o


consentidos por el que posee una cosa ajena como mero tenedor para disfrutarla o
retenerla en cualquier concepto, no obligan ni perjudican al dueño, a no ser que éste
hubiese otorgado a aquél facultades expresas para ejecutarlos o los ratificare con
posterioridad.”

+ Para CASTÁN, la posesión en concepto de dueño equivale a la


posesión civil y la posesión en concepto distinto a la posesión natural, ya que el
ánimo del 430 es el animus dominii.

4º En cuarto lugar: POSESIÓN MEDIATA y POSESIÓN


INMEDIATA. Esta distinción no se halla explicitada en nuestro CC. Siguiendo a
PEÑA, puede decirse que es poseedor inmediato el que está en inmediación con la
cosa o derecho; son poseedores mediatos todos los demás, es decir, aquéllos que
poseen a través del poseedor inmediato, a causa de la relación jurídica que les liga
con él.

5º En quinto lugar: POSESIÓN DE BUENA FE y POSESIÓN


DE MALA FE. Según EL ART. 433:

“Se reputa poseedor de buena fe al que ignora que en su título o modo de


adquirir exista vicio que lo invalide.

Se reputa poseedor de mala fe al que se halla en el caso contrario.”

Y + A tenor del ART. 1950: “La buena fe del poseedor consiste en la


creencia de que la persona de quien recibió la cosa era dueño de ella y podía
transmitir su dominio.”

6º En sexto lugar: POSESIÓN JUSTA y POSESIÓN


INJUSTA. Según EL ART. 441: “En ningún caso puede adquirirse violentamente la
posesión mientras exista un poseedor que se oponga a ello. El que se crea con
acción o derecho para privar a otro de la tenencia de una cosa, siempre que el
tenedor resista la entrega, deberá solicitar el auxilio de la autoridad competente.”

Y + A tenor del ART. 444: “Los actos meramente tolerados, y los


ejecutados clandestinamente y sin conocimiento del poseedor de una cosa, o con
violencia, no afectan a la posesión.“

+ Con base en estos preceptos, DÍEZ-PICAZO y GULLÓN entienden


que la posesión injusta o viciosa supone un despojo violento o clandestino de
otro poseedor, se da contra su voluntad o sin su conocimiento, y no parece que
pueda gozar de la protección posesoria.

7º En séptimo lugar: POSESIÓN EXCLUSIVA y COPOSESIÓN. La


primera es la que se tiene y ejercita por una sola persona; y la coposesión la
reconoce el CC en EL ART. 445, a cuyo tenor: “La posesión, como hecho, no puede
reconocerse en dos personalidades distintas, fuera de los casos de indivisión. Si
surgiere contienda sobre el hecho de la posesión, será preferido el poseedor
actual; si resultaren dos poseedores, el más antiguo; si las fechas de las
posesiones fueren las mismas, el que presente título; y, si todas estas
condiciones fuesen iguales, se constituirá en depósito o guarda judicial la cosa,
mientras se decide sobre su posesión o propiedad por los trámites
correspondientes.”

+ Por su parte, EL ART. 450 señala que: “Cada uno de los partícipes de
una cosa que se posea en común, se entenderá que ha poseído exclusivamente la
parte que al dividirse le cupiere durante todo el tiempo que duró la indivisión. La
interrupción en la posesión del todo o parte de una cosa poseída en común
perjudicará por igual a todos.”

8º En octavo lugar: LA CUASIPOSESIÓN. Esta figura viene


referida a la posesión de derechos. Nuestro CC no acepta el término de
cuasiposesión, ni establece distinción alguna entre posesión de cosas y de
derechos, como resulta claramente de la fórmula del ART. 430, ya visto.

9º FINALMENTE: LA POSESIÓN CIVILÍSIMA. Se llama así


a la posesión que se transmite y adquiere por ministerio de la ley, con
independencia de que se produzca o no el hecho material de la aprehensión y
tenencia corpórea de la misma.

+ El TS, a partir de una sentencia de 1947, encuentra un caso de esta


posesión en EL ART. 440 del CC, relativo a la adquisición de la posesión por título
hereditario. Y la doctrina también considera como un supuesto de posesión
civilísima la institución de la tenuta catalana.

LA ADQUISICIÓN, CONSERVACIÓN Y PÉRDIDA DE LA POSESIÓN.

Son las tres situaciones sucesivas en las que se eslabona la dinámica de la


posesión.

I.- Primero ADQUISICIÓN de la posesión.

A.- En cuanto a LA CAPACIDAD necesaria para adquirir, dice EL ART.


443 del CC que: “Los menores y los incapacitados pueden adquirir la posesión de
las cosas; pero necesitan de la asistencia de sus representantes legítimos para
usar de los derechos que de la posesión nazcan a su favor.”

B.- En cuanto a LOS ELEMENTOS REALES, según EL ART. 437: “Sólo


pueden ser objeto de posesión las cosas y derechos que sean susceptibles de
apropiación.”

C.- Respecto a LOS MODOS DE ADQUIRIR LA POSESIÓN, dice EL


ART. 438 que: “La posesión se adquiere por la ocupación material de la cosa o
derecho poseído, o por el hecho de quedar éstos sujetos a la acción de nuestra
voluntad, o por los actos propios y formalidades legales establecidas para adquirir
tal derecho.”

+ EL 439 que: “Puede adquirirse la posesión por la misma persona que


va a disfrutarla, por su representante legal, por su mandatario y por un tercero sin
mandato alguno; pero en este último caso no se entenderá adquirida la posesión
hasta que la persona en cuyo nombre se haya verificado el acto posesorio lo
ratifique.”

+ EL 440 que: “La posesión de los bienes hereditarios se entiende


transmitida al heredero sin interrupción y desde el momento de la muerte del
causante, en el caso de que llegue a adirse la herencia.”

El que válidamente repudia una herencia se entiende que no la ha poseído en


ningún momento.

Y + EL 442 que: “El que suceda por título hereditario no sufrirá las
consecuencias de una posesión viciosa de su causante, si no se demuestra que
tenía conocimiento de los vicios que la afectaban; pero los efectos de la posesión
de buena fe no le aprovecharán sino desde la fecha de la muerte del causante.”

+ Por lo demás, LOS ARTS. 441 y 443 a 445 ya han sido examinados al
hablar de las clases de posesión.

II.- Segundo CONSERVACIÓN de la posesión. Existen


autores que consideran innecesaria esta categoría sistemática, al razonar que la
posesión se conserva en tanto se mantienen los supuestos necesarios para su
adquisición y no se dan los supuestos de pérdida de la misma.

+ Frente a esta posición, otros autores, como HERNÁNDEZ-GIL,


consideran oportuno su mantenimiento, argumentando:

1º Que en el Derecho romano, si bien, en un principio, se exigía que el


poseedor tuviera tanto el corpus como el animus para conservar la posesión, con
posterioridad se admitió en algunos casos la conservación posesoria cuando faltaba
el corpus pero existía el animus. Así, por ejemplo, el supuesto de continuación de la
posesión sobre el esclavo fugitivo, el de la conservación de la posesión por parte del
ausente o del prisionero de guerra, etc.
2º Otra razón que, según dicho autor, abona esta teoría es su creencia
de que en nuestro CC hay casos que deben considerarse como de conservación de
la posesión. Así:

+ EL ART. 461, a cuyo tenor: “La posesión de la cosa mueble no se


entiende perdida mientras se halle bajo el poder del poseedor, aunque éste ignore
accidentalmente su paradero.”

+ EL ART. 465, según el cual: “Los animales fieros sólo se poseen


mientras se hallen en nuestro poder; los domesticados o amansados se asimilan a
los mansos o domésticos, si conservan la costumbre de volver a la casa del
poseedor.”

+ EL ART. 444, ya examinado.

Y + EL 466, que luego veremos.

III.- Tercero PÉRDIDA de la posesión. Dispone EL ART. 460


que:

“El poseedor puede perder su posesión:

1º Por abandono de la cosa.

2º Por cesión hecha a otro por título oneroso o gratuito.

3º Por destrucción o pérdida total de la cosa, o por quedar ésta fuera del
comercio.

4º Por la posesión de otro, aun contra la voluntad del antiguo


poseedor, si la nueva posesión hubiese durado más de un año.”

+ Omite el CC la mención del modo más natural de perder la posesión,


que es la reivindicación ejercitada por el propietario legítimo de la cosa.

+ Por otra parte, como reglas especiales relativas a la pérdida de la


posesión dicta el propio Código las siguientes:

1ª Para los bienes inmuebles, EL ART. 462, según el cual: “La posesión
de las cosas inmuebles y de los derechos reales no se entiende perdida, ni
transmitida para los efectos de la prescripción en perjuicio de tercero, sino con
sujeción a lo dispuesto en la Ley Hipotecaria.”

Y 2ª Para los bienes muebles, LOS ARTS. 461 y 465, ya vistos


anteriormente, y EL 464, que es objeto de estudio en el tema 40, a propósito de las
adquisiciones a non domino, al que nos remitimos.

IV.- FINALMENTE, RECUPERACIÓN de la posesión. Puede tener


lugar por un acto privado, devolución voluntaria, o por un acto de autoridad, a
través del ejercicio de las acciones posesorias. SUS EFECTOS se determinan en
EL ART. 466, según el cual: “El que recupera, conforme a derecho, la posesión
indebidamente perdida, se entiende para todos los efectos que puedan redundar en
su beneficio que la ha disfrutado sin interrupción.”

LOS EFECTOS DE LA POSESIÓN DURANTE SU EJERCICIO Y AL CESAR EN LA


MISMA.

I.- DURANTE SU EJERCICIO, la posesión, siempre que reúna los


requisitos legales para ello, es título para la adquisición del dominio y de los demás
derechos reales mediante la usucapión. Dice EL ART. 447 del CC que: “Sólo la
posesión que se adquiere y se disfruta en concepto de dueño puede servir de título
para adquirir el dominio.”

+ La usucapión se examina en el tema 38, al que nos remitimos.

Por otra parte, el CC establece una serie de presunciones posesorias, todas


ellas con carácter iuris tantum, cuyo objeto es proteger la posesión, facilitando su
prueba. Estas presunciones están contenidas en los siguientes ARTÍCULOS:

434 “La buena fe se presume siempre, y al que afirma la mala fe


de un poseedor corresponde la prueba.”

435 “La posesión adquirida de buena fe no pierde este carácter


sino en el caso y desde el momento en que existan actos que acrediten que el
poseedor no ignora que posee la cosa indebidamente.”

436 “Se presume que la posesión se sigue disfrutando en el mismo


concepto en que se adquirió, mientras no se pruebe lo contrario.”

448 “El poseedor en concepto de dueño tiene a su favor la


presunción legal de que posee con justo título, y no se le puede obligar a exhibirlo.”
Esta regla no rige tratándose de la prescripción adquisitiva, pues para los efectos
de ésta, el justo título no se presume nunca, ex ART. 1954.

449 “La posesión de una cosa raíz supone la de los muebles y


objetos que se hallen dentro de ella, mientras no conste o se acredite que deben ser
excluidos.”

459 “El poseedor actual que demuestre su posesión en época


anterior, se presume que ha poseído también durante el tiempo intermedio, mientras
no se pruebe lo contrario.”

Por último, EL ART. 466, ya visto antes.

II.- AL CESAR EN LA POSESIÓN, por reclamación del propietario o de


otro poseedor de mejor derecho, los efectos que se producen son distintos según
que la posesión sea de buena o de mala fe. Así, el CC, en LOS ARTS. 451 a 458,
establece lo siguiente:

451 “El poseedor de buena fe hace suyos los frutos percibidos


mientras no sea interrumpida legalmente la posesión.

Se entienden percibidos los frutos naturales e industriales desde que se


alzan o separan.

Los frutos civiles se consideran producidos por días, y pertenecen al


poseedor de buena fe en esa proporción.”

452 “Si al tiempo en que cesare la buena fe se hallaren pendientes


algunos frutos naturales o industriales, tendrá el poseedor derecho a los gastos
que hubiese hecho para su producción, y además a la parte del producto líquido
de la cosecha proporcional al tiempo de su posesión.

Las cargas se prorratearán del mismo modo entre los dos poseedores.

El propietario de la cosa puede, si quiere, conceder al poseedor de buena fe


la facultad de concluir el cultivo y la recolección de los frutos pendientes, como
indemnización de la parte de los gastos de cultivo y del producto líquido que le
pertenece; el poseedor de buena fe que por cualquier motivo no quiera aceptar esta
concesión, perderá el derecho a ser indemnizado de otro modo.”

453 “Los gastos necesarios se abonan a todo poseedor; pero


sólo el de buena fe podrá retener la cosa hasta que se le satisfagan.

Los gastos útiles se abonan al poseedor de buena fe con el mismo


derecho de retención, pudiendo optar el que le hubiese vencido en su posesión por
satisfacer el importe de los gastos, o por abonar el aumento de valor que por ellos
haya adquirido la cosa.”

454 “Los gastos de puro lujo o mero recreo no son abonables al


poseedor de buena fe; pero podrá llevarse los adornos con que hubiese embellecido
la cosa principal si no sufriere deterioro, y si el sucesor en la posesión no prefiere
abonar el importe de lo gastado.”

455 “El poseedor de mala fe abonará los frutos percibidos y los


que el poseedor legítimo hubiera podido percibir, y sólo tendrá derecho a ser
reintegrado de los gastos necesarios hechos para la conservación de la cosa. Los
gastos hechos en mejoras de lujo y recreo no se abonarán al poseedor de mala fe;
pero podrá éste llevarse los objetos en que esos gastos se hayan invertido, siempre
que la cosa no sufra deterioro, y el poseedor legítimo no prefiera quedarse con
ellos abonando el valor que tengan en el momento de entrar en la posesión.”
456 “Las mejoras provenientes de la naturaleza o del tiempo
ceden siempre en beneficio del que haya vencido en la posesión.”

457 “El poseedor de buena fe no responde del deterioro o pérdida


de la cosa poseída, fuera de los casos en que se justifique haber procedido con
dolo. El poseedor de mala fe responde del deterioro o pérdida en todo caso, y aun
de los ocasionados por fuerza mayor cuando maliciosamente haya retrasado la
entrega de la cosa a su poseedor legítimo.”

Y 458 “El que obtenga la posesión no está obligado a abonar mejoras


que hayan dejado de existir al adquirir la cosa.”

LA TUTELA DE LA POSESIÓN.

Dispone EL ART. 446 del CC que: “Todo poseedor tiene derecho a ser
respetado en su posesión; y, si fuere inquietado en ella, deberá ser amparado o
restituido en dicha posesión por los medios que las leyes de procedimiento
establecen.”

+ Esta tutela se desenvuelve a través de las presunciones posesorias,


examinadas anteriormente, en cuanto contribuyen a facilitar la prueba de la
posesión, y por medio de las acciones posesorias.

+ Estas acciones son los antiguos interdictos de retener y recobrar la


posesión, que se regulaban en LOS ARTS. 1651 y ss. de la LEC de 1881,
actualmente derogados por la LEC de 7 de enero de 2000; la cual establece en su
ART. 250, APARTADO 1, nº 4º que: “Se decidirán en juicio verbal, cualquiera que
sea su cuantía, las demandas que pretendan la tutela sumaria de la tenencia o de
la posesión de una cosa o derecho por quien haya sido despojado de ellas o
perturbado en su disfrute.”

+ Se trata, por tanto, de acciones sumarias que protegen el hecho de la


posesión sin decidir acerca del derecho.

EL JUICIO VERBAL se regula en LOS ARTS. 437 a 447 de la Ley citada,


cuyo examen corresponde a los temas de Derecho Procesal. Aquí baste destacar
dos normas:

1ª Según EL ART. 439.1: “No se admitirán las demandas que pretendan


retener o recobrar la posesión si se interponen transcurrido el plazo de un año a
contar desde el acto de la perturbación o el despojo.”

Y 2ª Según EL ART. 447.2: “No producirán efectos de cosa juzgada las


sentencias que pongan fin a los juicios verbales sobre tutela sumaria de la
posesión [...].”
FINALMENTE, otro medio de tutela de la posesión muy discutido en la
doctrina es LA ACCIÓN PUBLICIANA.

+ En el Derecho romano se trataba de un remedio creado por el Pretor


para los adquirentes de buena fe y justo título de una cosa que, antes de haber
consumado la usucapio, perdían la posesión. Suponía una ficticio iuris, una
suposición del Pretor de que el poseedor actor había cumplido ya la usucapio. Se
podía dirigir contra cualquier detentador con título inferior al suyo; y, en cuanto a su
fin y efectos, coincidía con la acción reivindicatoria, pero difería en sus
condiciones de ejercicio.

+ En contra de su subsistencia actual se pronuncia RUGGIERO, y a


favor DÍEZ-PICAZO y GULLÓN, que señalan que la acción publiciana se concibe en
la actualidad como una acción sobre el mejor derecho a poseer entre dos
poseedores, y estiman que tiene su apoyo en EL ART. 445 del CC, que, en su
inciso final, al decir “mientras se decide sobre su posesión o propiedad“, alude a
una controversia sobre la posesión o la propiedad como cosas distintas.

Por lo demás, apuntaremos que encontramos reglas sobre la posesión en el


Título II de la Ley de 10 de mayo de 2006, del Libro V del CC de Cataluña, relativo
a derechos reales, cuyo desarrollo excede de nuestro tiempo de exposición.

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