Está en la página 1de 12

TEMA 58

OBLIGACIONES ÚNICAS Y MÚLTIPLES; MANCOMUNADAS Y SOLIDARIAS,


DIVISIBLES E INDIVISIBLES. OBLIGACIONES ALTERNATIVAS. OBLIGACIONES
ACCESORIAS: LA CLÁUSULA PENAL.

OBLIGACIONES ÚNICAS Y MÚLTIPLES; MANCOMUNADAS Y SOLIDARIAS,


DIVISIBLES E INDIVISIBLES.

+ En este tema y en el 57 anterior se estudian unas clasificaciones de


las relaciones obligatorias, cuyo interés no es meramente académico, sino que
tiene su reflejo en los distintos regímenes jurídicos aplicables.

Comenzando por la distinción entre OBLIGACIONES ÚNICAS y


MÚLTIPLES, diremos que atiende al número de prestaciones comprometidas en la
obligación; y así:

1º Las obligaciones únicas o simples tienen su objeto integrado por una


sola prestación; constituyendo el tipo normal y no presentando especialidad que
justifique su examen.

2º Las obligaciones múltiples tienen su objeto constituido por una


pluralidad de prestaciones que guardan una relación estrecha entre sí. Tal
pluralidad objetiva puede articularse de formas diversas, originando distintos tipos
de obligaciones, entre los que cabe distinguir los siguientes:

a) Obligaciones conjuntivas o cumulativas, que son aquellas en que el


deudor debe ejecutar varias prestaciones que se sitúan en pie de igualdad, sin que
unas queden subordinadas a otras. Como indica CASTÁN, se trata en realidad de
tantas obligaciones distintas como objetos haya, pero la liberación global sólo
tendrá lugar cuando hayan sido realizadas todas las prestaciones. No presentan
ninguna especialidad con respecto a las únicas o simples.

b) Obligaciones principales y accesorias, en las que las prestaciones


se organizan jerárquicamente, de modo que la accesoria depende de otra que tiene
el carácter de principal, a la que tiende a asegurar o completar en sus efectos.
Siguiendo el orden del programa, se estudian al final del tema.

c) Obligaciones alternativas, que son aquellas en que el deudor ha de


ejecutar una o varias prestaciones que habrán de elegirse de entre un grupo más
amplio. Se examinan en un epígrafe posterior.

Como categoría intermedia entre las obligaciones únicas y las múltiples, sitúa
la doctrina dominante, así HERNÁNDEZ GIL y MARTÍNEZ PEREDA, a las
obligaciones facultativas o con facultad alternativa o de sustitución.

+ En ellas la prestación debida es única y está perfectamente


determinada desde el principio, pero, bien la ley, bien un pacto al respecto, permite
al deudor alterarla en el momento del pago. El acreedor sólo puede exigir el
cumplimiento de la prestación que está in obligatione y no el de la prestación
facultativa, que estaría in solutione.

+ Difieren de las únicas en que el deudor puede librarse mediante una


prestación distinta de la debida; y de las alternativas en que, mientras en éstas han
sido previstas diversas prestaciones, en la facultativa, se debe una prestación
totalmente individualizada.

+ A diferencia de lo que sucede en las obligaciones alternativas, la


imposibilidad sobrevenida y fortuita de la única prestación debida, extingue la
obligación, sin que el deudor haya de realizar la prestación facultativa. Si la
imposibilidad le es imputable, el deudor habrá de satisfacer el equivalente
pecuniario de la prestación debida y no necesariamente la prestación facultativa.

+ Aunque nuestro CC no establece su régimen jurídico, la jurisprudencia


señala que son admisibles en base a los ARTS. 1255 y 1091 CC, y porque
implícitamente parece reconocer su existencia y posibilidad en ARTÍCULOS como el
1166.1 y el 1153, de los que se desprende que el deudor puede entregar cosa
distinta a la debida siempre que cuente con el consentimiento anticipado del
acreedor.

LAS OBLIGACIONES MANCOMUNADAS Y SOLIDARIAS.

Se trata de obligaciones con pluralidad de sujetos, ya sea activa, si hay


varios acreedores, pasiva, si hay varios deudores, o mixta, si se combinan ambas
cosas.

+ Nuestro CC habla solamente de mancomunidad y solidaridad como


formas de organizar aquella pluralidad. Sin embargo, con base en LOS ARTS. 1137 a
1150, la doctrina distingue entre la parciariedad o mancomunidad simple, la
mancomunidad en sentido estricto y la solidaridad.

+ Si la obligación es de origen voluntario, las partes pueden libremente


adoptar el esquema que prefieran, pero si nada se ha establecido expresamente, el
CC establece una presunción de mancomunidad simple, si la prestación es
divisible, ex ART. 1138, o en sentido estricto, si es indivisible. Para operar, la
solidaridad ha de haber sido expresamente impuesta por la ley o por el tenor de la
obligación, ex ART. 1137, que dispone que:

“La concurrencia de dos o más acreedores o de dos o más deudores en


una sola obligación no implica que cada uno de aquéllos tenga derecho a pedir, ni
cada uno de éstos deba prestar íntegramente las cosas objeto de la misma. Sólo
habrá lugar a esto cuando la obligación expresamente lo determine,
constituyéndose con el carácter de solidaria.”
Pero esto no significa que haya de usarse forzosamente la expresión
“obligación solidaria” a modo de fórmula sacramental, sino que, como ha declarado
el TS, basta con que de las palabras empleadas resulte la inequívoca voluntad de
los contratantes de poder exigir o prestar íntegramente la prestación, así, en la S.
de 16 de mayo de 2007.

+ En la práctica predomina el establecimiento de obligaciones


solidarias, que constituyen la regla general en el ámbito mercantil. Además, hay que
destacar la línea jurisprudencial que configura como solidarias las obligaciones
extracontractuales de resarcimiento que nacen cuando varias personas producen
un daño a otra, sin que se pueda individualizar la responsabilidad de cada uno de
los agentes productores del perjuicio. En estos casos, en los que, obviamente, no
hay un pacto inequívoco de solidaridad, se habla de SOLIDARIDAD IMPROPIA.

A continuación, expondremos EL RÉGIMEN JURÍDICO de los tres tipos de


obligaciones a que nos hemos referido:

I.- LAS OBLIGACIONES MANCOMUNADAS SIMPLES o DIVISIBLES,


PARCIARIAS o A PRORRATA, son aquellas en que el crédito o la deuda pueden
fragmentarse frente a la otra parte, y cada uno es acreedor o deudor de una parte
proporcional de la prestación que, en principio, se presume igual. Este tipo de
obligación requiere que la PRESTACIÓN sea DIVISIBLE.

+ En consecuencia, en estas obligaciones, la pluralidad de sujetos no


imprime ninguna especialidad, puesto que tanto si hay varios acreedores, como si
hay varios deudores, o ambas cosas, se entiende, ex ART. 1138, que cada uno de
ellos tiene un crédito o una deuda independiente del resto de acreedores y
deudores. Dispone ESTE ART. que: “Si del texto de las obligaciones a que se refiere
EL ARTÍCULO ANTERIOR no resulta otra cosa, el crédito o la deuda se presumirán
divididos en tantas partes iguales como acreedores o deudores haya,
reputándose créditos o deudas distintos unos de otros.”

Su régimen jurídico se caracteriza por lo siguiente:

1º Cada acreedor ejercita en exclusiva su derecho parcial al crédito y


cada deudor ejecuta su parte en la prestación sin necesitar el concurso de los
demás. NO existe pues, LITISCONSORCIO NECESARIO, ni activo, ni pasivo.

2º Dispone EL ART. 1974.3 del CC que: “En las obligaciones


mancomunadas, cuando el acreedor no reclame de uno de los deudores más que la
parte que le corresponda, no se interrumpe por ello la prescripción respecto a los
otros codeudores.”

Y + EL ART. 1194, que: “La confusión no extingue la deuda mancomunada


sino en la porción correspondiente al acreedor o deudor en quien concurran los
dos conceptos.”
Y 3º El incumplimiento de alguno de los deudores no afecta a los demás,
que se liberan de la obligación en el momento en que cumplen con la parte que les
corresponde. Ninguno tiene, por tanto, que cubrir o suplir la insolvencia del resto,
por lo que no tienen por qué generarse obligaciones de reembolso entre los
codeudores.

B) En LAS OBLIGACIONES MANCOMUNADAS INDIVISIBLES o EN


SENTIDO ESTRICTO, el crédito o la deuda no pueden fragmentarse frente a la otra
parte de la relación obligatoria, de modo que los COACREEDORES han de ejercitar
conjuntamente las facultades crediticias y los CODEUDORES han de ejecutar
conjuntamente la prestación debida. Se trata, NORMALMENTE, de obligaciones con
PRESTACIONES INDIVISIBLES, aunque nada impide que una prestación divisible
constituya el objeto de una obligación mancomunada en sentido estricto.

Su régimen jurídico se caracteriza por lo siguiente:

1º Los coacreedores mancomunados han de proceder conjuntamente


para exigir el cumplimiento, condonar la deuda, interrumpir la prescripción, etc. Si hay
varios deudores, habrá que DEMANDARLOS A TODOS ellos conjuntamente. Por
tanto, se impone un litisconsorcio necesario, activo, pasivo o mixto, según los casos.
Así se desprende del ART. 1139, a cuyo tenor: “Si la división fuere imposible, sólo
perjudicarán al derecho de los acreedores los actos colectivos de éstos, y sólo
podrá hacerse efectiva la deuda procediendo contra todos los deudores. Si alguno
de éstos resultare insolvente, no estarán los demás obligados a suplir su falta.”

2º La reclamación del cumplimiento, al ser necesariamente conjunta,


interrumpe la prescripción de la obligación para todos los codeudores.

Y 3º La falta de cumplimiento de alguno de los deudores afecta a los


demás, provocando el incumplimiento de la obligación, ya que no debe ser suplido
por el resto de los codeudores. El incumplimiento transforma la prestación en su
equivalente pecuniario, al que cada uno contribuirá en la parte que le corresponda.
Pero los daños y perjuicios adicionales corresponderán al incumplidor, tal como se
desprende del ART. 1150, según el cual: “La obligación indivisible mancomunada se
resuelve en indemnizar daños y perjuicios desde que cualquiera de los deudores
falta a su compromiso. Los deudores que hubiesen estado dispuestos a cumplir
los suyos NO contribuirán a la indemnización con más cantidad que la porción
correspondiente del precio de la cosa o del servicio en que consistiere la obligación.”

C) En LAS OBLIGACIONES SOLIDARIAS el crédito o la deuda no


pueden fragmentarse frente a la otra parte pero, a diferencia de lo que sucede en las
obligaciones mancomunadas, cualquiera de los acreedores, actuando solo, puede
exigir a cualquiera de los deudores, también demandándolo individualmente, el
CUMPLIMIENTO ÍNTEGRO de toda la prestación.

La jurisprudencia explica SU NATURALEZA JURÍDICA acudiendo a la tesis


del mandato tácito y recíproco de la exacción íntegra del crédito entre los
coacreedores y del pago entre los codeudores. Para CASTÁN no es preciso recurrir a
ello si se distingue adecuadamente entre el aspecto interno y el externo de las
obligaciones solidarias.

En cuanto a LAS CLASES de solidaridad:

1ª Por los sujetos, puede ser activa, pasiva o mixta. Sus efectos se
verán después.

2ª Por su origen, voluntaria o legal. Ejemplos de la segunda en el CC


son:

+ La establecida por el ART. 1731 entre las personas que nombran un


mandatario para un negocio común.

+ La del ART. 1748 entre los que reciben conjuntamente una cosa en
comodato.

Y + La del ART. 1084 entre los coherederos, por las deudas de la


herencia.

3ª Por último, por sus modalidades, la solidaridad puede ser uniforme o


varia. El CC reconoce esta última al disponer en su ART. 1140 que: “La solidaridad
podrá existir AUNQUE los acreedores y deudores no estén ligados del propio modo
y por unos mismos plazos y condiciones.”

El peculiar funcionamiento de la obligación solidaria aconseja analizar su


régimen jurídico distinguiendo, por un lado, el llamado aspecto externo, o de las
relaciones que se establecen entre acreedores y deudores y, por otro, el aspecto
interno o de las relaciones que existen entre los distintos acreedores entre sí, si la
solidaridad es activa, o entre los distintos deudores entre sí, si la solidaridad es
pasiva.

I.- En EL ASPECTO EXTERNO, la regla básica es la posibilidad de


actuación individual de un solo acreedor y con un solo deudor, por lo que no existe
litisconsorcio necesario, ni activo, ni pasivo. Los efectos concretos de esta regla
para el polo activo y el pasivo de la obligación son:

A.- Desde el punto de vista del acreedor solidario:

1º Cada acreedor decide libremente cómo o a quién reclamar el pago.


Según EL ART. 1144:

“El acreedor puede dirigirse contra cualquiera de los deudores solidarios o


contra todos ellos simultáneamente.
Las reclamaciones entabladas contra uno NO serán obstáculo para las que
posteriormente se dirijan contra los demás, mientras no resulte cobrada la deuda
por completo.”

Y 2º Cada acreedor tiene pleno poder de disposición sobre la totalidad del


crédito, pudiendo exigirlo íntegramente, compensarlo, condonarlo, etc. Según EL ART.
1143.1: ”La novación, compensación, confusión o remisión de la deuda, hechas
por cualquiera de los acreedores solidarios o con cualquiera de los deudores de la
misma clase, extinguen la obligación, sin perjuicio de lo dispuesto en EL ART.
1146.”

B.- Desde el punto de vista del deudor solidario:

1º El deudor solvens puede elegir libremente el acreedor a quien ofrece


el cumplimiento, salvo que haya sido demandado por alguno de ellos en concreto,
ex ART. 1142, que señala que: “El deudor puede pagar la deuda a cualquiera de los
acreedores solidarios; pero si hubiese sido judicialmente demandado por alguno, a
éste deberá hacer el pago.”

2º Los actos beneficiosos que un acreedor haga con un deudor solidario


aprovechan a todos, al igual que los perjudiciales les afectan, con la única
excepción del efecto de cosa juzgada material, que no se produce, ex ART. 1141.2
en relación con EL ART. 542 de la LEC. Dispone EL PRIMERO que: “Las acciones
ejercitadas contra cualquiera de los deudores solidarios perjudicarán a todos
éstos.”

3º Ex ART. 1145.1: “El pago hecho por uno de los deudores solidarios
extingue la obligación.”

4º Si la obligación se hace imposible por causa fortuita, obviamente, se


extingue. Pero si un deudor incumple o hace imposible la obligación, los demás
codeudores solidarios están obligados frente al acreedor a suplir su falta, incluyendo
la correspondiente indemnización por daños y perjuicios. Así se extrae de LOS ARTS.
1145.3 y 1147 del CC. Dispone EL PRIMERO que: “La falta de cumplimiento de la
obligación por INSOLVENCIA del deudor solidario será suplida por sus codeudores,
a prorrata de la deuda de cada uno.”

Y + EL SEGUNDO, que:

“Si la cosa hubiese perecido o la prestación se hubiese hecho imposible


sin culpa de los deudores solidarios, la obligación quedará extinguida.

Si hubiese mediado culpa de parte de cualquiera de ellos, todos serán


responsables, para con el acreedor, del precio y de la indemnización de daños y
abono de intereses, sin perjuicio de su acción contra el culpable o negligente.”

Y 5º Cada deudor solidario puede oponer al acreedor las excepciones a


que se refiere EL ART. 1148, según el cual: “El deudor solidario podrá utilizar, contra
las reclamaciones del acreedor, todas las excepciones que se deriven de la
naturaleza de la obligación y las que le sean personales. De las que
personalmente correspondan a los demás sólo podrá servirse en la parte de deuda
de que éstos fueren responsables.”

II.- A EFECTOS INTERNOS, el crédito o la deuda solidarios funcionan por


lo general como si se tratara de una obligación parciaria, por lo que el cobro o el
pago íntegro de la deuda darán lugar a los REEMBOLSOS correspondientes entre
los coacreedores y los codeudores.

A.- Las relaciones internas entre los coacreedores solidarios se rigen por
la regla básica del ART. 1141.1, a cuyo tenor: “Cada uno de los acreedores solidarios
puede hacer lo que sea útil a los demás, pero no lo que les sea perjudicial.”

Y + En consecuencia, dispone EL ART. 1143.2 que: “El acreedor que


haya ejecutado cualquiera de estos actos, así como el que cobre la deuda,
responderá a los demás de la parte que les corresponda en la obligación.”

B.- En las relaciones internas entre codeudores solidarios, la regla es


que, tras la correspondiente liquidación, cada deudor debe haber contribuido al
cumplimiento de la obligación sólo con la parte proporcional que le corresponda,
aunque frente al acreedor haya tenido que afrontar íntegramente el pago. Por lo
tanto:

1º Ex ART. 1145.2: “El que hizo el pago sólo puede reclamar de sus
codeudores la parte que a cada uno corresponda, con los intereses del anticipo.”

2º Ex ART. 1146: “La quita o remisión hecha por el acreedor de la parte


que afecte a uno de los deudores solidarios, no libra a éste de su responsabilidad
para con los codeudores, en el caso de que la deuda haya sido totalmente pagada
por cualquiera de ellos.”

3º El deudor que ocasionó el incumplimiento o imposibilidad de la


obligación es, a efectos internos, el único responsable de la indemnización de
daños y perjuicios, ex ART. 1147.2, ya visto.

Y 4º Si el codeudor que paga no opone oportunamente al acreedor las


excepciones a que haya lugar y que conozca, deberá soportar que sus
compañeros las hagan valer frente a él cuando les exija los correspondientes
reembolsos.

LAS OBLIGACIONES DIVISIBLES E INDIVISIBLES.

En principio, toda obligación, con independencia de la naturaleza de la


prestación, debe reputarse indivisible, según se desprende del principio de
integridad del pago establecido en EL ART. 1169.1 del CC, a cuyo tenor: “A menos
que el contrato expresamente lo autorice, no podrá compelerse al acreedor a
recibir parcialmente las prestaciones en que consista la obligación.”
Ahora bien, las partes pueden pactar la divisibilidad de la obligación,
siempre y cuando ello sea compatible con la naturaleza de la prestación
comprometida, esto es, siempre y cuando las cosas o servicios comprometidos sean
divisibles a su vez. Así se desprende del ART. 1151, según el cual:

“Para los efectos de LOS ARTÍCULOS QUE PRECEDEN, se reputarán


indivisibles las obligaciones de dar cuerpos ciertos y todas aquellas que no sean
susceptibles de cumplimiento parcial.

Las obligaciones de hacer serán divisibles cuando tengan por objeto la


prestación de un número de días de trabajo, la ejecución de obras por unidades
métricas, y otras cosas análogas que por su naturaleza sean susceptibles de
cumplimento parcial.

En las obligaciones de no hacer, la divisibilidad o indivisibilidad se decidirá


por el carácter de la prestación en cada caso particular.”

Del inicio del precepto se deduce que la divisibilidad o no de la prestación


adquiere toda su trascendencia cuando se combina con la pluralidad subjetiva; y
así:

1º En las obligaciones con acreedor y deudor únicos, rige en toda su


amplitud EL citado ART. 1169, sin que ello pueda afectar en absoluto a las
disposiciones establecidas para regular las obligaciones con pluralidad de sujetos.
Tal conclusión es confirmada por EL ART. 1149, a cuyo tenor: “La divisibilidad o
indivisibilidad de las cosas objeto de las obligaciones en que hay un solo deudor y
un solo acreedor no altera ni modifica los preceptos del Capítulo 2º de este título.”

2º En cambio, en las obligaciones pluripersonales, la indivisibilidad de


la prestación excluye la parciariedad o mancomunidad simple, que sólo es posible
si la prestación es divisible, obligando a configurar la obligación con el carácter de
mancomunada en sentido estricto o de solidaria. Y ello sin perjuicio de que si la
obligación mancomunada se resuelve en indemnizar daños y perjuicios por
aplicación del ART. 1150, el pago de la indemnización ya sí sea divisible.

LAS OBLIGACIONES ALTERNATIVAS.

Son aquellas que vinculan al deudor a realizar, de entre un conjunto más o


menos amplio de prestaciones posibles, una o más de ellas, pero siempre menos
de las en principio posibles. Se trata de obligaciones que nacen con un OBJETO
RELATIVAMENTE INDETERMINADO que se concreta a posteriori mediante la
elección, especificación o concentración.

LOS ARTS. 1131 a 1134 del CC establecen las reglas por las que se rige el
ius electionis, disponiendo lo siguiente:
+ 1131 “El obligado alternativamente a diversas prestaciones
debe cumplir por completo una de éstas.

El acreedor no puede ser compelido a recibir parte de una y parte de otra.”

+ 1132 “La elección corresponde al DEUDOR, a menos que


expresamente se hubiese concedido al acreedor.

El deudor NO tendrá derecho a elegir las prestaciones imposibles, ilícitas o


que no hubieran podido ser objeto de la obligación.”

+ 1133 “La elección no producirá efecto sino desde que fuere


notificada.”

Y + 1134 “El deudor perderá el derecho de elección cuando de


las prestaciones a que alternativamente estuviese obligado, sólo una fuere
realizable.”

La responsabilidad del deudor en orden a la conservación de las


prestaciones alternativamente debidas varía en función de a quién corresponda el
ius electionis; y así, LOS ARTS. 1135 y 1136 establecen consecuencias diferentes
para la imposibilidad sobrevenida de algunas o todas las prestaciones según quién
ostente la facultad de especificar la obligación.

+ 1135 “El acreedor tendrá derecho a la indemnización de


daños y perjuicios cuando por culpa del deudor hubieren desaparecido todas las
cosas que alternativamente fueron objeto de la obligación, o se hubiera hecho
imposible el cumplimiento de ésta.

La indemnización se fijará tomando por base el valor de la última cosa que


hubiese desaparecido, o el del servicio que últimamente se hubiera hecho
imposible.”

Y + 1136 “Cuando la elección hubiese sido expresamente


atribuida al acreedor, la obligación cesará de ser alternativa desde el día en que
aquélla hubiese sido notificada al deudor.

Hasta entonces las RESPONSABILIDADES DEL DEUDOR se regirán por las


siguientes reglas:

1ª Si alguna de las cosas se hubiese perdido por caso fortuito, cumplirá


entregando la que el acreedor elija entre las restantes, o la que haya quedado, si
una sola subsistiera.

2ª Si la pérdida de alguna de las cosas hubiese sobrevenido por culpa


del deudor, el acreedor podrá reclamar cualquiera de las que subsistan, o el
precio de la que, por culpa de aquél, hubiera desaparecido.
3ª Si todas las cosas se hubiesen perdido por culpa del deudor, la
elección del acreedor recaerá sobre su precio.

Las mismas reglas se aplicarán a las obligaciones de hacer o de no hacer,


en el caso de que algunas o todas las prestaciones resultaren imposibles.”

Por lo demás, tampoco hay obstáculos para que la elección se encomiende


A UN TERCERO. No se pronuncia el CC sobre las consecuencias del hecho de que
el titular del ius electionis no lo ejercite o no lo haga en plazo. En tal caso, la
elección podría encomendarse al Juez, o bien transmitirse tal facultad a la otra
parte.

LAS OBLIGACIONES ACCESORIAS: LA CLÁUSULA PENAL.

Son obligaciones principales las que existen por sí y tienen un fin propio;
y accesorias, las que están subordinadas a una principal, sin la cual no pueden
existir.

LAS ACCESORIAS las podemos dividir:

1º Por su origen, en LEGALES y VOLUNTARIAS, según procedan de la


ley o de la voluntad de las partes.

2º Por su finalidad, en COMPLEMENTARIAS, como, por ejemplo, la


entrega de títulos en la compraventa; y DE GARANTÍA, como la hipotecaria, la
pignoraticia, etc.

Y 3º Por la manera de exigirlas, en SUBROGANTES, si sustituyen a la


principal incumplida; y ADJUNTAS, si se cumplen conjuntamente con la principal.

De entre ellas tienen especial importancia LAS OBLIGACIONES DE


INTERESES y LAS DE GARANTÍA.

I.- En cuanto a LA OBLIGACIÓN DE INTERESES, diremos que, en


sentido jurídico, el interés constituye el precio en dinero que debe pagarse por la
utilización o disfrute de un capital que también sea dinerario. Los intereses pueden
ser:

+ Atendiendo a su fundamento, moratorios y retributivos.

Y + Por su origen, legales, procesales y convencionales.

Según EL ART. 1108 del CC: “Si la obligación consistiere en el pago de una
cantidad de dinero, y el deudor incurriere en mora, la indemnización de daños y
perjuicios, no habiendo pacto en contrario, consistirá en el pago de los intereses
convenidos, y a falta de convenio, en el interés legal.”

Cuando los intereses se acumulan al capital al efecto de producir nuevos


intereses se habla de ANATOCISMO, que puede ser legal o convencional. Al
primero se refiere EL ART. 1109, según el cual:

“Los intereses vencidos devengan el interés legal desde que son


judicialmente reclamados, aunque la obligación haya guardado silencio sobre este
punto.

En los negocios comerciales se estará a lo que dispone el Código de


Comercio.

Los Montes de Piedad y Cajas de Ahorro se regirán por sus reglamentos


especiales.”

+ El anatocismo convencional se admite con las limitaciones derivadas


de la aplicación de la Ley de Usura de 1908.

Respecto al PAGO de los intereses, dispone EL ART. 1110 que:

“El recibo del capital por el acreedor, sin reserva alguna respecto a los
intereses, extingue la obligación del deudor en cuanto a éstos.

El recibo del último plazo de un débito, cuando el acreedor tampoco hiciere


reservas, extinguirá la obligación en cuanto a los plazos anteriores.”

Y + Añade EL 1173 que: “Si la deuda produce interés, no podrá estimarse


hecho el pago por cuenta del capital mientras no estén cubiertos los intereses.”

II.- En cuanto a LAS OBLIGACIONES ACCESORIAS DE GARANTÍA


nos remitimos a los temas correspondientes, estudiando aquí únicamente LA
CLÁUSULA PENAL, de acuerdo con las exigencias del programa.

En sentido estricto, se llama CLÁUSULA PENAL o PENA CONVENCIONAL


a la obligación accesoria que las partes agregan a una principal, imponiendo a cargo
del deudor una prestación especial, consistente normalmente en pagar una suma
de dinero, para el caso de que dicho deudor incumpla la obligación principal o no la
cumpla de modo adecuado, siempre que le sea imputable, salvo pacto en contrario.

La cláusula penal cumple siempre una función coercitiva o de garantía, pues


la amenaza de la pena estimula el cumplimiento exacto de la obligación principal.
Pero, más concretamente, puede la cláusula penal cumplir tres funciones:
1ª Una función liquidadora o sustitutiva, cuando la cantidad estipulada
en concepto de pena actúa como una liquidación anticipada de los posibles daños
y perjuicios, de forma que pierde relevancia la cuantía real a que éstos puedan
ascender. Esta es la función que presume nuestro CC en EL ART. 1152, a cuyo
tenor:

“En las obligaciones con cláusula penal, la pena sustituirá a la indemnización


de daños y al abono de intereses en caso de falta de cumplimiento, si otra cosa no
se hubiere pactado.

Sólo podrá hacerse efectiva la pena cuando ésta fuere exigible conforme a
las disposiciones del presente Código.”

2ª Una función liberatoria, cuando el deudor puede eximirse de cumplir


la obligación pagando la pena pactada.

Y 3ª Una función cumulativa, cuando, en caso de incumplimiento, el


deudor no sólo satisfará la cantidad concreta establecida como pena convencional,
sino también la cuantía real a la que asciendan los daños y perjuicios.

+ Estas dos últimas funciones deben establecerse expresamente por las


partes y a ambas se refiere EL ART. 1153, a cuyo tenor: “El deudor no podrá
eximirse de cumplir la obligación pagando la pena, sino en el caso de que
expresamente le hubiere sido reservado este derecho. Tampoco el acreedor podrá
exigir conjuntamente el cumplimiento de la obligación y la satisfacción de la pena, sin
que esta facultad le haya sido claramente otorgada.”

Por último, dispone EL ART. 1154 que: “El Juez modificará equitativamente
la pena cuando la obligación principal hubiera sido en parte o irregularmente
cumplida por el deudor.”

Y + EL ART. 1155, que:

“La nulidad de la cláusula penal no lleva consigo la de la obligación principal.

La nulidad de la obligación principal lleva consigo la de la cláusula penal.”

También podría gustarte