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FACULTAD DE DERECHO

SEMINARIO DE OBLIGACIONES

TEMA 1:
¿Cuán eficaz es aplicar el principio de división establecido en el CC cuando la
obligación es divisible y mancomunada?

ESTUDIANTE:
- Leonela María Díaz Carpio

DOCENTE:

Mg. Ernesto Talavera Tapia

PERÚ

2023
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INTRODUCCION: 500 A 700 PALABRAS

Las implicaciones legales derivadas de las obligaciones divisible y las obligaciones

mancomunadas son semejantes. Ambas obedecen al principio de división de los créditos o, en su

defecto, dividir las deudas. A pesar de esta similitud, las dos tienen diferentes orígenes: las

obligaciones divisibles se determinan por la naturaleza de la prestación, mientras que las

obligaciones mancomunadas surgen en función de cómo las partes eligen comprometerse en la

obligación, es decir, está determinada por el consentimiento mutuo de las partes involucradas.

Debido a esta distinción y a su estrecha relación con las obligaciones indivisibles y solidarias, se

abordan por separado en la legislación.

Las pautas de clasificación de las obligaciones que pueden ser divisibles o

mancomunadas son directamente influenciadas por la existencia de obligaciones que involucran

a múltiples sujetos, ya sea deudores, acreedores o ambos. Entre estas, la obligación que implica

menor responsabilidad para los deudores es aquella en la cual cada uno solo es responsable por

su parte en la deuda, y los acreedores solo tienen derecho a exigir la porción correspondiente a

cada deudor.

En el Código Civil Peruano, la regulación de las obligaciones divisibles se encuentra en

los artículos 1172, 1173 y 1174. Por otro lado, las obligaciones mancomunadas están cubiertas

de manera concisa en el artículo 1182, que establece que se rigen por las normas de las

obligaciones divisibles. Por lo tanto, en el caso de una obligación que es tanto divisible como

mancomunada, las pautas aplicables son aquellas de las obligaciones divisibles.

Por tanto, el Derecho de Obligaciones es un área crucial en el ámbito legal, y la

aplicación adecuada de sus principios es esencial para garantizar una justa distribución de

responsabilidades entre las partes involucradas. Uno de los principios fundamentales en este
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contexto es el de división, que implica la posibilidad de fraccionar las obligaciones en partes

proporcionales. Sin embargo, surge la pregunta de si este principio es efectivo al enfrentarse a

situaciones donde la obligación es divisible y, al mismo tiempo, mancomunada. En estas

circunstancias, se debe considerar cómo se aplicaría el principio de división y si realmente logra

su objetivo de equidad y justicia.

Este trabajo aborda la cuestión de la eficacia de aplicar el principio de división

establecido en el Código Civil Peruano en situaciones donde una obligación es simultáneamente

divisible y mancomunada. A través de un análisis de las características e implicaciones de estas

obligaciones, se exploran los beneficios y desafíos de utilizar dicho principio en la práctica legal.

Se examinan los fundamentos jurídicos y las posibles limitaciones que podrían surgir al intentar

dividir y distribuir equitativamente las responsabilidades entre los deudores en una obligación

mancomunada. Además, se evalúan algunos casos específicos y jurisprudencia relevante para

ilustrar cómo el principio de división puede influir en la resolución de conflictos en esta área. El

estudio también destaca las consideraciones éticas y prácticas que los profesionales del derecho

deben tener en cuenta al aplicar este principio en situaciones de obligaciones divisibles y

mancomunadas.
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DESARROLLO DE LA INVESTIGACION (1600)

1.OBLIGACIONES DIVISIBLES Y OBLIGACIONES MANCOMUNADAS:

Las obligaciones que involucran a múltiples sujetos se presentan en diferentes escenarios:

 Cuando hay dos o más deudores y dos o más acreedores.

 Cuando existe un único deudor y dos o más acreedores.

 Cuando hay dos o más deudores y un solo acreedor.

Tanto la posición de acreedor como la de deudor pueden ser asumidas por múltiples

individuos:

 Existencia de varios acreedores: Cualquiera de ellos puede demandar el

cumplimiento de la obligación.

 Presencia de varios deudores: Cada uno está comprometido a cumplir con la

obligación o con su parte correspondiente.

Cuando varios sujetos participan en la relación obligatoria, esta puede implicar dar, hacer o

abstenerse de hacer algo, y puede ser conjunta, alternativa o facultativa.

La jurisprudencia en la CAS. N° 1006-03 UCAYALI- indica : “resulta aplicable para el

presente caso lo dispuesto en el artículo mil ciento setentidos del Código Civil, concordado

con el artículo mil ciento ochentidos del mismo cuerpo normativo, según el cual si son

varios los acreedores o los deudores de una prestación divisible y la obligación no es

solidaria, cada uno de los acreedores sólo puede pedir la satisfacción de la parte del crédito

que le corresponde, en tanto que cada uno de los deudores únicamente se encuentra

obligado a pagar su parte de la deuda. Siendo así, para el presente caso, el acreedor en
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virtud a una subrogación legal sólo puede reclamar de sus deudores la parte de la

obligación que corresponde a cada uno de ellos”

1.1 OBLIGACIONES DIVIBLES:

Se trata de situaciones en las cuales cada uno de los acreedores tiene el derecho de reclamar

solamente la porción del crédito que le corresponde, y cada deudor está obligado únicamente

a pagar su parte específica de la deuda.

En el caso de que haya múltiples deudores o acreedores en una obligación, es necesario

determinar si la prestación puede ser cumplida en partes separadas por los deudores en

relación con el acreedor o acreedores. Lete del Río (2020) señala que, "cuando la prestación

es divisible, cada acreedor o cada deudor puede por sí y con independencia de los demás,

ejercitar su derecho o cumplir su obligación, pues se reputan créditos o deudas distintos

unos de otros" Esto implica que, si un deudor se vuelve insolvente, los otros no están

obligados a cubrir la parte que le correspondería en la deuda total. Si un acreedor exige su

parte a un deudor, esto no afecta la prescripción respecto a los demás. Además, la mora de un

deudor no afecta a los otros, y las formas de extinguir o modificar la obligación (como la

compensación, novación o condonación) solo se aplican a la parte de cada acreedor o deudor.

Inicialmente, el Código Civil de Perú no ofrece una definición específica para las

obligaciones divisibles; no obstante, hace mención (mediante su artículo 1172) al crédito y la

deuda asociados a la prestación.

1.2 OBLIGACIONES MANCOMUNADAS:


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1La palabra mancomunado,


como sinónimo de conjunto se
utiliza en Derecho para
2referirse por ejemplo a cuentas
mancomunadas, que se
constituyen a nombre de dos o
3más personas y solo puede
operarse con la firma de todas
ellas.
4En las obligaciones de sujetos
múltiples, se distinguen las
obligaciones simplemente
5mancomunadas, parciarias o
conjuntas, de las obligaciones
solidarias. Las primeras son
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6aquellas en las que, habiendo


muchos deudores, la deuda se
distribuye entre ellos
7según su parte en a obligación; y
los acreedores solo pueden
reclamar a cada uno lo
8que en realidad cada deudor se
comprometió. Las solidarias, en
cambio obligan a cada
9deudor a responder por el total
adeudado, y permite que los
acreedores le reclamen a
10cualquier deudor, la deuda
íntegra.
11Toda obligación vincula mínimo
a 2 personas:
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12La palabra mancomunado,


como sinónimo de conjunto se
utiliza en Derecho para
13referirse por ejemplo a cuentas
mancomunadas, que se
constituyen a nombre de dos o
14más personas y solo puede
operarse con la firma de todas
ellas.
15En las obligaciones de sujetos
múltiples, se distinguen las
obligaciones simplemente
16mancomunadas, parciarias o
conjuntas, de las obligaciones
solidarias. Las primeras son
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17aquellas en las que, habiendo


muchos deudores, la deuda se
distribuye entre ellos
18según su parte en a obligación; y
los acreedores solo pueden
reclamar a cada uno lo
19que en realidad cada deudor se
comprometió. Las solidarias, en
cambio obligan a cada
20deudor a responder por el total
adeudado, y permite que los
acreedores le reclamen a
21cualquier deudor, la deuda
íntegra.
22Toda obligación vincula mínimo
a 2 personas:
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23La palabra mancomunado,


como sinónimo de conjunto se
utiliza en Derecho para
24referirse por ejemplo a cuentas
mancomunadas, que se
constituyen a nombre de dos o
25más personas y solo puede
operarse con la firma de todas
ellas.
26En las obligaciones de sujetos
múltiples, se distinguen las
obligaciones simplemente
27mancomunadas, parciarias o
conjuntas, de las obligaciones
solidarias. Las primeras son
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28aquellas en las que, habiendo


muchos deudores, la deuda se
distribuye entre ellos
29según su parte en a obligación; y
los acreedores solo pueden
reclamar a cada uno lo
30que en realidad cada deudor se
comprometió. Las solidarias, en
cambio obligan a cada
31deudor a responder por el total
adeudado, y permite que los
acreedores le reclamen a
32cualquier deudor, la deuda
íntegra.
33Toda obligación vincula mínimo
a 2 personas:
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34La palabra mancomunado,


como sinónimo de conjunto se
utiliza en Derecho para
35referirse por ejemplo a cuentas
mancomunadas, que se
constituyen a nombre de dos o
36más personas y solo puede
operarse con la firma de todas
ellas.
37En las obligaciones de sujetos
múltiples, se distinguen las
obligaciones simplemente
38mancomunadas, parciarias o
conjuntas, de las obligaciones
solidarias. Las primeras son
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39aquellas en las que, habiendo


muchos deudores, la deuda se
distribuye entre ellos
40según su parte en a obligación; y
los acreedores solo pueden
reclamar a cada uno lo
41que en realidad cada deudor se
comprometió. Las solidarias, en
cambio obligan a cada
42deudor a responder por el total
adeudado, y permite que los
acreedores le reclamen a
43cualquier deudor, la deuda
íntegra.
44Toda obligación vincula mínimo
a 2 personas:
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La palabra mancomunado, como


sinónimo de conjunto se utiliza
en Derecho para
referirse por ejemplo a cuentas
mancomunadas, que se constituyen
a nombre de dos o
más personas y solo puede
operarse con la firma de todas
ellas.
En las obligaciones de sujetos
múltiples, se distinguen las
obligaciones simplemente
mancomunadas, parciarias o
conjuntas, de las obligaciones
solidarias. Las primeras son
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aquellas en las que, habiendo


muchos deudores, la deuda se
distribuye entre ellos
según su parte en a obligación; y
los acreedores solo pueden
reclamar a cada uno lo
que en realidad cada deudor se
comprometió. Las solidarias, en
cambio obligan a cada
deudor a responder por el total
adeudado, y permite que los
acreedores le reclamen a
cualquier deudor, la deuda íntegra.
Toda obligación vincula mínimo a
2 personas:
Pedro N. Cazeaux y Félix A. Trigo Represas mencionan : “ que son mancomunadas las

obligaciones en las cuales el crédito o deuda se dividen entre los acreedores y todos los

deudores ”.En el marco legal peruano, una obligación que involucre a múltiples acreedores o
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deudores se considerará mancomunada, a menos que se establezca explícitamente lo

contrario (es decir, solidaridad) mediante acuerdo (según lo establecido en el artículo

1183).La circunstancia contemplada para la mancomunidad solamente será aplicable si la

obligación es divisible de manera inherente o mediante un acuerdo; en ningún escenario se

aplicará si la obligación es indivisible.

2. PRINCIPIO DE DIVISIÓN EN OBLIGACIONES DIVISIBLES Y MANCOMUNADAS

El principio de división emerge como una estrategia dirigida a lograr una asignación justa de

las obligaciones en casos de deudas que pueden dividirse. No obstante, cuando esta noción se

emplea en contextos de obligaciones mancomunadas, la complejidad se incrementa. En

situaciones en las que una obligación es tanto divisible como mancomunada, se plantea la

cuestión de la viabilidad de aplicar eficazmente el principio de división. En teoría, este

principio tendría el propósito de equilibrar la carga entre los deudores al considerar la

naturaleza divisible de la obligación. Sin embargo, en la práctica, las características

singulares de las obligaciones mancomunadas pueden presentar desafíos en la

implementación de dicho principio.

2.1. LIMITACIONES Y DESAFÍOS EN LA APLICACIÓN DEL PRINCIPIO DE

DIVISIÓN

En el Código Civil de Perú, se discuten los casos en los que el beneficio de la división

no es aplicable en obligaciones divisibles y mancomunadas, según el artículo 1174.

Existen tres situaciones en las que este beneficio no se puede invocar.

El primer caso habla sobre si uno de los deudores fallece y deja herederos, si alguno de
estos herederos es responsable de cumplir la obligación, no puede evitar hacerlo
completo alegando que hay otros herederos que podrían hacer un pago fraccionado.
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El segundo caso es cuando, después de la muerte del deudor, sus herederos ya han
dividido la herencia y uno de ellos tiene la posesión del objeto de la obligación. En este
caso, el acreedor puede solicitar al heredero que tiene la posesión de la cosa completa,
y este heredero está obligado a entregarla por completo. Sin embargo, esto no afecta
los derechos del acreedor de demandar a los otros coherederos por sus partes
respectivas.

El tercer caso mencionado se refiere a cuando un bien se ofrece como garantía para el
cumplimiento de una obligación. Si alguien compra este bien después de que se haya
ofrecido como garantía, no puede alegar que la obligación se puede dividir.

En general, se discute si se pueden hacer excepciones a la regla de dividir una


obligación, ya sea por contrato o por testamento.

La aplicación de las normas legales en el ordenamiento jurídico peruano determina que


los créditos y deudas de una persona se rigen por lo establecido en el título de la
obligación. No obstante, esta situación se torna más compleja al iniciarse el proceso de
sucesión tras el fallecimiento del titular. Según los principios legales vigentes en el país,
al morir una persona, su patrimonio se encuentra en estado de indivisión, lo que
significa que se forma una masa hereditaria indivisa de la cual son dueños todos los
herederos del fallecido.

Esta masa hereditaria actúa como un patrimonio independiente y responde por todas
las deudas pendientes con terceros acreedores. Estos acreedores tienen el derecho de
oponerse a que los herederos dividan y repartan los bienes hasta que las deudas de la
herencia se hayan saldado, siguiendo las disposiciones establecidas en los artículos 871,
872, 875 y 876 del Código Civil.

En este contexto, una deuda hereditaria solo puede ser objeto de división y reparto si
los acreedores de la herencia no se oponen a ello. En caso contrario, los coherederos
pueden llevar a cabo la división de la deuda de acuerdo con sus propios intereses, pero
no pueden imponer este acuerdo a los acreedores que lo objeten.

Si se diera el caso de una sucesión testamentaria, donde el testador (deudor o


codeudor) dispusiera respecto a la deuda y sus diferentes herederos, se aplicarían
consideraciones similares en cuanto a los derechos de los acreedores. En esta situación,
los acreedores del deudor no pueden influir en la voluntad del testador, y si el testador
no menciona las deudas en su testamento, se aplicarían principios similares a los de la
sucesión intestada.
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En relación al aspecto activo de la obligación, no sería factible que cada heredero,


mientras exista indivisión, cobre sus créditos de la herencia de acuerdo con su
participación porcentual en la masa hereditaria. La cobranza solo sería posible antes de
saldar las deudas para incorporar el monto a la masa indivisa.

Es importante destacar que el principio de división de los créditos hereditarios de


manera proporcional a las participaciones en la herencia (según el artículo 863 del
Código Civil Peruano) no es una norma imperativa, sino dispositiva. Esto significa que no
puede vulnerar los derechos de los acreedores de la sucesión.

CONCLUSIONES: ( 500 A 700)

El estudio detallado de la aplicabilidad del principio de división en obligaciones divisibles y

mancomunadas revela que su eficacia depende en gran medida de las circunstancias

específicas de cada caso. Aunque el principio tiene como objetivo garantizar una distribución

equitativa de las responsabilidades, es esencial considerar los desafíos y limitaciones que

podrían surgir al tratar con obligaciones mancomunadas. La aplicación efectiva de este

principio puede brindar soluciones justas y equitativas en situaciones complejas, pero

también exige un análisis cuidadoso de las implicaciones éticas y prácticas.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Lete del Rio, L. R. (s. f.). Obligaciones mancomunadas. Woltwers Kuwer. Recuperado

de:

https://guiasjuridicas.wolterskluwer.es/Content/Documento.aspx?params=H4sIAAAA

AAAEAMtMSbF1jTAAAUNjY0tztbLUouLM_DxbIwMDCwNzAwuQQGZapUt-

ckhlQaptWmJOcSoAbhZRiDUAAAA=WKE

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CASTILLO FREYRE, Mario (2018). Derecho de las obligaciones. Colección “Lo

Esencial del Derecho”, 13, Lima: Pucp.

CAS. N°1006-03 Ucayali, (S.C.T.), (Corte Suprema de Justicia), El Peruano,02-08-

2004, pp.12495-12496.

CAZEAUX, Pedro N. y Félix A. TRIGO REPRESAS.Op. cit., tomo I, p. 648

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