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TERCERA PARTE

CLASIFICACIÓN DE LAS OBLIGACIONES SEGÚN LOS ELEMENTOS


QUE LAS CONFORMAN

DE LAS OBLIGACIONES SEGÚN EL SUJETO

El sujeto de la obligación puede ser singular o plural, ya sea desde el


punto de vista activo o desde el punto de vista pasivo.

Regularmente la obligación se contrae entre solo deudor y un solo


acreedor, caso en el cual la obligación es de sujeto singular. De hecho,
el Código Civil en su redacción parte normalmente una relación de

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sujeto singular, donde el tipo usual que regula es aquél donde hay a
penas un deudor y un acreedor.

Lo anterior no obsta, para que como lo admite el propio artículo 1.495


del Código Civil al definir el contrato, “cada parte puede ser de una
o de muchas personas”.

En otras palabras, en la obligación es perfectamente posible que sean


varios los deudores y/o acreedores, es decir, pueden ser
respectivamente una o varias personas el o los acreedores desde el
punto de vista activo, así como desde el punto de vista pasivo, ser uno
o varios el o los deudores.

Surgen de esa posibilidad de que haya pluralidad de sujetos activos y/


pasivos dos tipos o clases de obligaciones: SIMPLEMENTE
CONJUNTAS o SOLIDARIAS y sus efectos serán diferentes según
que los sujetos activos y/o pasivos la haya contraído de una forma u
otra.

Por regla general, la obligación de sujeto plural o múltiple es


SIMPLEMENTE CONJUNTA, salvo que la ley o las partes hayan
expresamente acogido la modalidad de la solidaridad, caso en el cual
la obligación será SOLIDARIA. En el primer caso, la simple
conjunción, cada acreedor es sólo dueño de una parte del crédito y
sólo podrá demandar su cuota o parte en el mismo y cada deudor sólo
está obligado a pagar su cuota o parte en la deuda. En cambio, en el
segundo, cuando la obligación se contrae bajo la modalidad de la
solidaridad y es por tanto, solidaria, cada acreedor tiene derecho a
reclamar el pago total de la obligación y cada deudor debe y está en
la necesidad de satisfacerla enteramente.

A falta de estipulación, cuando la obligación es simplemente


conjunta, la prestación se divide en cuotas partes iguales o “viriles” o
por “cabeza”. Ello por aplicación analógica de lo previsto en los
artículos 1.156, 2.325 inc. 2º y 2392 del Código Civil que disponen:
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El artículo 1.156 establece en materia de sucesiones, que: “El
asignatario que ha sido llamado a la sucesión, en términos generales,
que no designan cuotas, como "Sea Fulano, mi heredero," o "Dejo
mis bienes a Fulano," es heredero universal.

“Pero si concurriere con herederos de cuota, se entenderá heredero


de aquella cuota que, con las designadas en el testamento,
complete la unidad o entero.

“Si fueren muchos los herederos instituidos, sin designación de


cuota, dividirán entre sí, por partes iguales, la herencia, o la parte de
ella que les toque.” Subraya fuera del texto.

Por su parte, el Artículo 2.325 inciso 2º del Código Civil, al regular


las deudas contraídas por la comunidad, contempla que:

“[…] Si la deuda ha sido contraída por los comuneros


colectivamente, sin expresión de cuotas, todos ellos, no habiendo
estipulado solidaridad, son obligados al acreedor por partes iguales;
salvo el derecho de cada uno contra los otros, para que se le abone
lo que haya pagado de más sobre la cuota que le corresponda”.

Finalmente, el artículo 2392 del Código Civil, en lo que respecta a la


pluralidad de fiadores, señala que:

“Si hubiere dos o más fiadores de una misma deuda que no se hayan
obligado solidariamente al pago, se entenderá dividida la deuda
entre ellos, por partes iguales, y no podrá el acreedor exigir a
ninguno sino la cuota que le quepa.

“La insolvencia de un fiador gravará a los otros; pero no se mirará


como insolvente aquel cuyo subfiador no lo está.

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“El fiador que inequívocamente haya limitado su responsabilidad a
una suma o cuota determinada, no será responsable sino hasta
concurrencia de dicha suma o cuota.”

Es indudable que, frente al vacío normativo de ausencia de


disposición que resuelva cómo dividir la obligación de sujeto
múltiple, bien desde el punto de vista activo, como pasivo, las reglas
anteriores aplicarán, bajo el imperio del artículo 8º de la ley 153 de
1.887 que dispone que:

“Cuando no hay ley exactamente aplicable al caso controvertido, se


aplicarán las leyes que regulen casos ó materias semejantes, y en su
defecto, la doctrina constitucional y las reglas generales de
derecho.”

Así entonces, se entrará a estudiar de acuerdo con los sujetos, en


primer lugar, el concepto, características y efectos de las obligaciones
conjuntas y luego de las solidarias, bajo esos mismos criterios.

OBLIGACIONES SIMPLEMENTE CONJUNTAS.

Una obligación contraída sea desde el punto de vista activo o pasivo


por varias personas, es una obligación simplemente conjunta, a menos
que expresamente se haya contraído el vínculo como solidario o la ley
lo tenga previsto así.

Son obligaciones simplemente conjuntas, cuando existiendo varios


acreedores o varios deudores, ninguno de los acreedores es dueño de
la totalidad del crédito, sino de su cuota y no puede cobrar sino la
cuota correspondiente e inversamente si son varios deudores, ninguno
de ellos debe la totalidad del crédito sino su cuota, así que cada deudor
se libera pagando la cuota a su cargo.

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En Derecho Civil, las obligaciones de sujeto múltiple son
obligaciones simplemente conjuntas. Pero es de señalar que respecto
de obligaciones comerciales rige el principio contrario, es decir que
en materia comercial, cuando una obligación tiene varios sujetos
pasivos, la ley presume la solidaridad entre ellos. De modo que si la
obligación tiene varios sujetos pasivos, para que exista conjunción y
no solidaridad es necesaria una cláusula expresa o una disposición
legal especial que la establezca.

El principio de la simple conjunción, relativo a que los acreedores de


obligaciones conjuntas no pueden cobrar la totalidad del crédito,
porque no son dueños de la totalidad y los deudores de obligaciones
conjuntas no están vinculados al pago de la totalidad, sino al de su
cuota, no se aplica cuando la obligación es indivisible, no por razón
de los sujetos, sino por razón del objeto. Una obligación es indivisible
cuando el cumplimiento de la obligación no puede fraccionarse, de
modo que la obligación no puede pagarse sino en su totalidad, por
razón de la indivisibilidad de su objeto. Cuando la obligación tiene
una prestación de este tipo, siendo varios los deudores, aunque no
exista solidaridad, los deudores estarán sujetos al pago total de la
obligación, porque ésta no se puede pagar fraccionadamente, como
quiera que su objeto es indivisible.

Los deudores de una obligación simplemente conjunta se liberan


pagando su cuota siempre que la obligación no sea indivisible, porque
si lo es, tendrán que pagar la totalidad, aunque no deban sino su cuota
parte. Así por ejemplo, si dos personas tienen la propiedad en común
y proindiviso sobre un caballo y lo venden, la obligación de entregarlo
es indivisible.

Las obligaciones solidarias implican especialmente desde el punto de


vista activo (acreedores) peligros para las partes que toman ese tipo
de obligaciones, por ejemplo: puede suceder que si se le paga a un
acreedor solidario, se extingue la obligación respecto de la totalidad
de la deuda y los demás acreedores, están expuestos a no recibir la
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parte que les corresponde, dado que si la obligación era solidaria y se
le pagó a un acreedor, la obligación se extinguió y los demás
acreedores no pueden cobrarle al deudor, porque la misma ya se
extinguió.

Desde el punto de vista pasivo, el que se obligó solidariamente, sabe


que aunque no debe nada, puede verse comprometido al pago de la
totalidad de la obligación y de ser así los demás codeudores quedarían
liberados. Ello, sin perjuicio para el deudor que pagó la totalidad de
la obligación, de ejercer el derecho que la ley le reconoce para
reclamar a los demás codeudores la cuota que le corresponde a cada
uno.

En materia civil rige el principio de que se presume la simple


conjunción, de tal manera que una obligación contraída por varias
personas activa o pasivamente, no se presume solidaria, sino que se
presume respectivamente que, cada cual es dueño de una cuota o debe
una cuota. Pero esta presunción no opera respecto de obligaciones
comerciales, donde desde el punto de vista pasivo, cuando varios se
obligan, se presume que lo hacen solidariamente.

EFECTOS DE LAS OBLIGACIONES SIMPLEMENTE


CONJUNTAS.

Si la obligación es simplemente conjunta, ningún acreedor puede


cobrar sino su cuota y ningún deudor está obligado a pagar sino su
cuota, salvo que la obligación sea indivisible, por razón de su objeto.
Si es indivisible, cualquier acreedor podrá cobrar la totalidad o
cualquier deudor está obligado a pagar la totalidad, según sea el caso.

El artículo 1568 del Código Civil establece que en general, cuando se


ha contraído por muchas personas o para con muchas, la obligación
de una cosa divisible, cada uno de los deudores en el primer caso, es
obligado solamente a su parte o cuota en la deuda y cada uno de los
acreedores, en el segundo, sólo tiene derecho para demandar su parte
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en el crédito. Esta es la norma general en materia de obligaciones
simplemente conjuntas.

De lo anterior se desprenden una serie de principios, como son:

• Si la obligación es simplemente conjunta, en primer término, cada


acreedor, si son varios, no puede reclamar sino su cuota. ¿Qué
sucede si la obligación misma no dice cuál es exactamente la cuota
de cada acreedor? Se presume entonces en ese evento, que se divide
entre ellos proporcionalmente, por partes iguales, es decir entre
tantas partes, como acreedores haya.

Las obligaciones simplemente conjuntas, cuando son varios los


acreedores, ninguno puede cobrar sino su cuota y, si son varios los
deudores, ninguno está obligado al pago sino de su cuota.

• Un segundo principio aplicable a las obligaciones conjuntas, es que


cuando varios intervienen en una obligación, bien activa o
pasivamente, en lo relativo a la prescripción, la interrupción de la
prescripción que se hace respecto de un deudor, no aprovecha a los
demás acreedores, ni perjudica a los demás deudores. Uno de los
medios de extinción de las obligaciones es la prescripción. Los
términos bajo los cuales corre la prescripción, pueden
interrumpirse, por ejemplo con la notificación de la demanda. Si la
obligación es simplemente conjunta, los vínculos jurídicos son
totalmente independientes y no debe nadie, ni nadie es dueño, sino
de su cuota. Por lo tanto, la interrupción de que se haga de la
prescripción obra respecto de los deudores individualmente. Así,
por ejemplo si se demanda la cuota a un deudor, se interrumpe la
prescripción que estaba corriendo para éste, pero si no se ha
demandando a los otros por la cuota que les corresponde, la
prescripción sigue corriendo respecto de los no demandados. Este
es efecto que se desprende para las obligaciones simplemente
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conjuntas, porque respecto de las obligaciones solidarias ocurre lo
contrario.

El artículo 2540 del Código Civil, establece que “la interrupción


que obra en favor de uno de varios coacreedores, no aprovecha a
los otros, ni la que obra en perjuicio de uno de varios codeudores,
perjudica a los otros, a menos que haya solidaridad, y no se haya
renunciado ésta en los términos del artículo 1573.”

• En tercer lugar, la insolvencia (cuando el deudor no puede pagar, ni


tiene con qué hacerlo) de uno de los deudores, no afecta a los
demás. Es decir, que la cuota del deudor insolvente, no grava las
cuotas de los demás deudores.

• En cuarto, los medios de extinción de las obligaciones operan


independientemente en relación con cada vínculo jurídico, de modo
que el pago que por ejemplo haga un deudor no afecta positiva, ni
negativamente a los demás deudores, porque cada vínculo es
independiente.

• En quinto lugar, cuando por ejemplo un deudor que debe una


determinada suma, paga la obligación con otro objeto que no sea
dinero, ya sea porque carece de éste o por cualquier otra causa, del
acreedor dependerá el aceptar o nó. Este fenómeno se conoce como
la novación por cambio del objeto y si el acreedor llegare a aceptar,
se habrá producido una novación de la obligación, o sea que se
cambió la entrega de dinero, por la transferencia de la propiedad de
otra cosa. Esa novación, no afecta el vínculo de los otros obligados,
tratándose de obligación simplemente conjunta, de modo que éstos
seguirán comprometidos a pagar la cuota o parte de la suma de
dinero que les corresponda.

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EFECTOS DE LAS OBLIGACIONES SIMPLEMENTE CONJUNTAS

EN CUANTO A NOCIÓN EFECTOS


Cada deudor está obligado sólo al pago de su parte o cuota
en la deuda y a su vez el acreedor no puede sino exigir su
Prestación de lo que se parte o cuota en la deuda Art. 1568 y 1583 C.C. Debido a
PAGO debe. Art 1626 y 1627 la pluralidad de sujetos, la prestación de dividirá en partes
C.C iguales, tantas como deudores haya.

Para que la prescripción opere es necesaria la inactividad


del acreedor o la pasividad del deudor.

INTERRUPCIÓN DE LA PRESCRIPCIÓN: (Art. 2539 C.C.) Actos


del acreedor que impiden o detienen el curso de la
prescripción (borra el tiempo que ha transcurrido en la
prescripción)
Modos de adquirir las
cosas ajenas o de
extinguir las cosas Interrupción de la
ajenas o de extinguir Prescripción
las acciones o
derechos ajenos.
PRESCRIPCIÓN Se prescribe la acción
o derecho cuando se Natural: Por el hecho de
extingue por la reconocer el deudor la Civil: Por demanda
prescripción. (Art. obligación, tácita o judicial.
2512 C.C.) expresamente.

La interrupción de la prescripción que obra a favor de uno de los


coacreedores, no aprovecha a los otros, y la que obre en perjuicio
de un codeudor, no perjudica a los demás. Art 2540 C.C.

Fenómeno patrimonial La cuota del acreedor insolvente no grava a sus codeudores Art
del deudor en que sus 1583 y 1412 C.C.
INSOLVENCIA pasivos exceden sus
PASIVA activos, disminuyendo
así la prenda del
acreedor (2488 C.C)

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Se presenta a falta de
los elementos que La declaración de nulidad pronunciada con razón de un
darán validez al acto coacreedor o codeudor, no afecta el vínculo jurídico respecto de
jurídico, con ello de los demás. Art 1749 C. Tal como ocurre en el de sociedad. “Los
busca volver al estado vicios del contrato de sociedad o el defecto de los requisitos de
de cosas fondo indicados en el artículo 101 afectarán únicamente la
NULIDAD
anterior a la relación contractual u obligación del asociado en quien
realización del acto, a concurran” Art 104 C. de Co.
partir de la declaratoria
judicial de su
ineficacia. (1740 C.C.)

La Culpa de uno de los deudores no perjudica a los otros y no da


acción para reclamar perjuicios sino del culpable. En presencia
CULPA
de cláusula pena, ésta igual que la obligación principal será
divisible. Art. 1597 C.C.

OBLIGACIONES SOLIDARIAS

En cuanto a las obligaciones solidarias en el Derecho Moderno existe


la misma noción que en el Derecho Romano y es aquélla por la cual
varios son dueños del mismo crédito o varios son deudores del mismo
crédito. Lo anterior significa que, si existe solidaridad, cada uno de
los acreedores es dueño de la totalidad del crédito y cada uno de los
deudores debe la totalidad del crédito y, si un deudor paga la
obligación, ésta se extingue con respecto a todos los acreedores y a
todos los deudores y también significa que si siendo varios los
acreedores, uno de ellos cobra y le pagan, la extingue y lo que en
adelante suceda entre los acreedores es otro problema y será exclusivo
entre ellos. Ya no habrá nada qué reclamar. Probablemente los demás
acreedores tendrán derecho de recobrar al acreedor que cobró aquello
a lo que no tenía derecho.

Entonces detrás del concepto moderno de solidaridad, hay una idea


primordial: no existen cuotas partes, ni desde el punto de vista activo,
ni pasivo. Por la solidaridad, cualquier acreedor es dueño de la
totalidad del crédito frente a los deudores e inversamente, desde el
punto de vista pasivo, no existen cuotas partes de la obligación: cada

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codeudor debe la totalidad y por tanto puede ser obligado a pagar la
totalidad por cualquier acreedor.

En este punto, nuestro Derecho se aparta del Código Civil francés que
presupone un mandato tácito y recíproco entre todos los coacreedores
solidarios que les autoriza a ejecutar todas aquellas actuaciones
orientadas a proteger los intereses de los demás, pero no para ejecutar
actos que vayan en perjuicio de los demás. Así pues, conforme a esta
doctrina, cada uno de los coacreedores puede exigir del deudor el
pago total de la obligación, impetrar las providencias conservativas
destinadas proteger los intereses de los restantes acreedores, todo ello
como una manifestación propia del derecho que la ley presupone en
cabeza de los acreedores no sólo sobre su cuota sino en la totalidad
del crédito, sin que se pueda compensar, condonar o remitir la deuda,
porque todos estos actos, en lugar de proteger los intereses de los
demás acreedores, los perjudican.

Paralelamente, en el caso de pluralidad de sujetos pasivos, dicha


doctrina francesa predica que, cada uno de los codeudores por virtud
del mencionado mandato tácito y recíproco, puede ejecutar todos los
actos propios del dominio, excepto cuando vayan en desmedro o
perjuicio de los demás codeudores. Hay, pues, diferencia fundamental
entre el derecho francés y el derecho romano, y esta diferencia se
refleja también entre el derecho francés y el derecho chileno y el
colombiano.

LA SOLIDARIDAD

La solidaridad es una modalidad que impide en materia de


obligaciones de sujeto plural, que la regla general aplique en el
sentido de que la obligación se divida en partes o cuotas entre los
varios acreedores y/o los varios deudores, de modo que expresamente
por mandato de la ley o declaración de voluntad, cada acreedor
quedará en posibilidades de reclamar y cada deudor llamado a
satisfacer, la totalidad de la obligación.
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Los principios que explican los efectos de esta modalidad
denominada solidaridad, son dos:

1.- El principio llamado de UNIDAD DE PRESTACION.

2.- El principio de PLURALIDAD DE VINCULOS JURIDICOS.

PRINCIPIO DE UNIDAD DE PRESTACION.

El principio de Unidad de Prestación significa que la prestación es


una sola y la misma para todos los acreedores o deudores solidarios.
Si la solidaridad es pasiva se debe por todos y cada uno de los
deudores la totalidad de la prestación; la obligación se extingue en su
totalidad así la hayan cumplido todos, varios o sólo uno de los
deudores. Si la solidaridad es activa todos son dueños de la totalidad
del crédito.

PRINCIPIO DE LA PLURALIDAD DE VINCULOS JURIDICOS.

En la solidaridad existe pluralidad de vínculos jurídicos, esto implica


que hay tantos vínculos jurídicos como partes: aunque todos deben la
totalidad si se trata de solidaridad pasiva y, aunque todos sean dueños
de la totalidad si se trata de solidaridad activa, los vínculos jurídicos
son independientes, distintos. Si por ejemplo, hay varios deudores
solidarios y un acreedor, habrá tantos vínculos jurídicos, distintos e
independientes, como deudores haya (un vínculo por cada deudor).

Este principio de la pluralidad de vínculos jurídicos explica por qué


en las obligaciones solidarias una persona puede estar obligada pura
y simplemente y otra persona gozar de plazo, mientras que otra puede
estarlo condicionalmente, toda vez que cada vínculo jurídico es
independiente y distinto, sin perjuicio de que cada deudor deba la
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totalidad, o sea que estará obligado bajo la propia modalidad de cada
crédito al pago de la totalidad de la prestación.

En otras palabras, todos deben lo mismo, pero de distinta forma,


porque los vínculos jurídicos son independientes y por lo tanto
diferentes; cada cual debe de distinta forma lo mismo. Así, los
deudores pueden verse obligados de distinta forma a cumplir con la
misma obligación y si esto llegare a suceder, como en el ejemplo
anterior, el acreedor no podrá cobrarle sino al primero pura y
simplemente, al segundo cuando el plazo se venza, al tercero desde
que la condición se cumpla. Y si hay un cuarto, cuya obligación está
sujeta a condición resolutoria (la condición resolutoria está destinada
a extinguir una relación jurídica preexistente), esa obligación no se
extinguirá hasta que la condición resolutoria se dé, se cumpla.

Como se ha dicho, los principios que estructuran en nuestro Derecho


las obligaciones solidarias son: la UNIDAD DE PRESTACIÓN y la
PLURALIDAD DE VINCULOS JURIDICOS y son estos dos
principios los que de por sí explican, los efectos que la solidaridad
produce.

Tales principios se observan por ejemplo, en el Artículo 1.569 del


Código Civil Colombiano cuando dice, que “la cosa que se debe
solidariamente por muchos o a muchos ha de ser una misma aunque
se deba de diversos modos”. En la obligación solidaria la prestación
siempre es la misma, pero cada vínculo jurídico puede tener
modalidades distintas.

LAS FUENTES DE LA SOLIDARIDAD:

La solidaridad tiene varias fuentes:

1.- El Acto Jurídico.


2.- El Contrato.
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3.- La Ley.

Un Acto Jurídico creador de solidaridad puede ser el testamento,


cuando por ejemplo el testador hace un legado y atribuye
solidariamente a sus herederos o a algunos de ellos, la obligación de
entregar algo a su legatario o asignatario. Si estando vigente el
testamento fallece el testador, esa obligación queda constituída a
favor del asignatario, quien podrá reclamarla solidariamente de los
herederos señalados por el testador (como obligados a pagar el
legado), siempre y cuando obviamente los herederos acepten la
herencia.

La solidaridad puede también provenir de un contrato. El Contrato es


un acuerdo de voluntades destinado a crear obligaciones; en
contraposición, existe otro tipo de acuerdo de voluntades que no está
destinado a crear obligaciones, se llama Convención, por ejemplo: un
acuerdo de voluntades para extinguir obligaciones es una convención
y nó un contrato.

Si el contrato asigna obligaciones solidarias, es fuente de solidaridad


ya sea activa o pasivamente.

Activamente cuando varias personas son titulares o dueños del mismo


crédito, como es frecuente encontrar cuenta-corriente bancarias, en la
que puede existir solidaridad activa y en virtud de ella cualquiera de
los titulares de la cuenta puede disponer de los fondos. Un contrato a
su vez puede ser también destinado a crear obligaciones solidarias,
desde el punto de vista pasivo, como cuando -e igualmente es de
frecuente ocurrencia-, existen codeudores de una obligación, en razón
a que respecto de una determinada obligación están varios sujetos
vinculados al pago total de la misma, como en los préstamos
bancarios. En este último evento, la obligación es pasivamente
solidaria.

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La solidaridad, en materia contractual, como fuente de obligaciones
de tal naturaleza, no se presume, sino que debe ser materia de
estipulación expresa. Donde falte la estipulación expresa de
solidaridad existe una obligación simplemente conjunta.

El Artículo 1.568 del Código Civil en su inciso tercero dice que la


solidaridad debe ser expresamente declarada en todos los casos en que
no la establezca la Ley.

La solidaridad por requerir estipulación expresa no admite


interpretación analógica, ni extensiva, desde el punto de vista legal,
ni contractual, es decir que no se puede tratar de establecer la
solidaridad por simple interpretación de las normas legales o las
cláusulas contractuales, para llegar a la conclusión de que para un
caso semejante la obligación es solidaria, de modo que si en un caso
semejante se impuso entre las partes una obligación solidaria, para
otro caso semejante, ¿podrá deducirse la solidaridad? No, por cuanto
la que se presume es la simple conjunción activa y pasiva y no la
solidariedad, con excepción de la ley comercial que establece la
solidaridad pasiva, sin que se haga necesario deducirla por analogía.

Al estudiarse las obligaciones conjuntas se vió cómo la regla general


es que si intervienen dos sujetos o más en una obligación, la misma
se divide entre ellos; la excepción es que queden vinculados
solidariamente. Para que una obligación sea solidaria se requiere que
la ley la establezca o que las partes la hayan expresamente estipulado.
A falta de determinación de solidaridad por Ley, lo único que puede
crear solidaridad entre las partes es la autonomía de la voluntad.

En tercer lugar, la Ley es fuente de solidaridad, en la medida en que


a veces ésta quiere imponer directamente una determinada obligación
y al establecerlala establece solidaridad si los que intervienen son
varios.

Hay varios casos de solidaridad legal:


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ARTÍCULOS DEL CÓDIGO
CIVIL QUE DISPONEN EXPLICACIÓN
EXPRESAMENTE LA EJEMPLO
SOLIDARIDAD

Artículo 2344 del Es el caso de la culpa


Código Civil: DELITO O cometida por varios,
CULPA COMETIDO POR cuando el hecho ha
VARIOS: “Si un delito o causado daño a otro, o
culpa ha sido cometido sea que en las hipótesis
por una o más personas, de responsabilidad
cada una de ellas será extracontractual, la Ley
solidariamente determina que si varios
responsable de todo fueron los culpables del
perjuicio procedente del hecho dañoso, todos son
mismo delito o culpa”. responsables
solidariamente frente a
la víctima y ésta puede
cobrarle la totalidad del
daño o a todos, o a
varios o a uno sólo,
porque son
solidariamente
responsables.

La ley establece esa


solidaridad pasiva
porque si varios han
intervenido y
determinado el hecho
dañoso, todos son
responsables de la
totalidad.

Los elementos que


determinan la
responsabilidad
extracontractual son
tres: La culpa, El daño,
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La relación causal. Hay
relación causal entre la
culpa y el daño, cuando
la culpa determina la
producción del daño o
cuando sin la culpa el
daño no se hubiera
producido; si varios han
intervenido y la culpa de
cada uno tiene la
condición, todos son
responsables de la
totalidad del daño.

Esta solidaridad es
determinada
directamente por la Ley.
Artículo 235 del En las hipótesis
Código Civil: conocidas como
“TURBATIO SANGUINIS” “turbatio sanguinis” o
O CONFUSIÓN DE
confusión de
PATERNIDADES: “serán
paternidades, se
obligados establece solidaridad
solidariamente a la entre responsables de la
indemnización de todos incertidumbre en la
los perjuicios y costas paternidad, en razón a su
ocasionados a terceros mala fe, la mujer que
por la incertidumbre de antes del tiempo
la paternidad, la mujer previsto en las leyes
que antes del tiempo hubiere pasado a
debido hubiere pasado a segundas nupcias y el
otras nupcias y su nuevo marido.
nuevo marido.”
Artículo 418 del Código Por motivos éticos y de
Civil: DOLO PARA sanción a la mala fe, son
OBTENER ALIMENTOS: “En solidariamente
el caso de dolo para responsable de la
obtener alimentos, serán condena de alimentos
obligados todos los que hayan
solidariamente a la

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restitución y a la participado en el engaño
indemnización de para obtenerlos.
perjuicios todos los que
han participado en el
dolo.”
ARTICULO 106 de la Mientras no haya
Ley 1306 de 2009: mediado entrega y
RESPONSABILIDAD DE recepción formal del
GUARDADORES CONJUNTOS: cargo, los varios
“Cuando durante un año guardadores son
calendario, hayan responsables solidarios
ejercido el cargo varios de los actos y hechos
guardadores, la cuenta ocurridos durante el año
será presentada por en que ejercieron su
todos ellos, a menos que cargo.
el principal decida
presentarla bajo su
responsabilidad.

“Los guardadores que


ejercieron el cargo
durante un año dado,
son responsables
solidarios de los actos y
hechos ocurridos en
éste, salvo que se pueda
probar que uno de ellos
fue el directo
responsable o se haya
recibido y entregado
formalmente el cargo,
de uno a otro. En tal
caso, la responsabilidad
será individual.

“Las discrepancias de
interpretación de la
cuenta serán debatidas
ante el Juez.”

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Artículo 983 del Código Son obligados a la
Civil: SOLIDARIDAD EN indemnización de
ACCIONES POSESORIAS: perjuicios por la
“La acción para la usurpación de la
restitución puede posesión, no sólo el
dirigirse no solamente usurpador mismo sino
contra el usurpador, sino también el tercero de
contra toda persona mala fe que hubiese
cuya posesión se derive participado en ello.
de la del usurpador por
cualquier título. Pero no
serán obligados a la
indemnización de
perjuicios, sino el
usurpador mismo, o el
tercero de mala fe, y
habiendo varias
personas obligadas,
todas lo serán in
solidum.”
Artículo 1338 del La Ley también
Código Civil: considera
RESPONSABILIDAD solidariamente
SOLIDARIA DE LOS
responsables a los
ALBACEAS: “Siendo albaceas (aquellos a
muchos los albaceas, quienes el testador da el
todos son encargo de hacer
solidariamente ejecutar sus
responsables, a menos disposiciones, los cuales
que el testador los haya pueden o no ser con
exonerado de la tenencia de bienes).
solidaridad, o que el
mismo testador o el juez
hayan dividido sus
atribuciones, y cada uno
se ciña a las que le
incumban”.
Artículo 825 del Código El caso más importante
de Comercio: de solidaridad legal es el
SOLIDARIDAD PASIVA relativo a Obligaciones

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MERCANTIL: “En los Comerciales. La Ley
negocios mercantiles, Comercial presume la
cuando fueren varios los responsabilidad
deudores se presumirá solidaria pasiva, cuando
que se han obligado varios figuran como
solidariamente.” deudores en una
obligación comercial.
Esa presunción fue
establecida por el
Código de Comercio
actual. El criterio con
que fué consagrado este
principio es que
simplemente resulta
práctico, toda vez que
no hay razón filosófico-
jurídica alguna que se
invoque en las actas de
la Comisión Redactora
del Código. Es que en
realidad de verdad, no
hay razón por la cual, no
se entre a presumir la
solidaridad de los
deudores en el Derecho
Civil, pero sí para la
obligación comercial.

Dada la redacción de
este artículo, esta
presunción se extiende a
las obligaciones que
contraiga una persona
que no siendo
comerciante, contrate
con comerciantes.

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No son en cambio casos de solidaridad legal, aquéllos que a pesar de
figurar en las concordancias que suelen tener las ediciones del Código
Civil, las siguientes normas, a saber:

• Es de anotar que al contrario de lo que se piensa por muchos, los


casos de indivisibilidad relacionados en el artículo 1583 del Código
Civil no son casos de solidaridad legal (“Si la obligación no es
solidaria ni indivisible, cada uno de los acreedores puede sólo
exigir su cuota, y cada uno de los codeudores es solamente
obligado al pago de la suya; y la cuota del deudor insolvente no
gravará a sus codeudores. Exceptúanse los casos siguientes: 1. La
acción hipotecaria o prendaria se dirige contra aquel de los
codeudores que posea, en todo o en parte, la cosa hipotecada o
empeñada. El codeudor que ha pagado su parte de la deuda no
puede recobrar la prenda u obtener la cancelación de la hipoteca;
ni aún en parte , mientras no se extinga el total de la deuda, y el
acreedor a quien se ha satisfecho su parte del crédito, no puede
remitir la prenda o cancelar la hipoteca, ni aún en parte, mientras
no hayan sido enteramente satisfechos sus coacreedores. 2. Si la
deuda, es de especie o cuerpo cierto, aquel de los codeudores que
lo posee es obligado a entregarlo. 3. Aquel de los codeudores por
cuyo hecho o culpa se ha hecho imposible el cumplimiento de la
obligación, es exclusiva y solidariamente responsable de todo
perjuicio al acreedor. 4. Cuando por testamento o por convención
entre los herederos, o por partición de la herencia, se ha impuesto
a uno de los herederos la obligación de pagar el total de la deuda,
el acreedor podrá dirigirse o contra este heredero por el total de
la deuda, o contra cada uno de los herederos por la parte que le
corresponda a prorrata. Si expresamente se hubiera estipulado con
el difunto que el pago no pudiese hacerse por partes, ni aún por los
herederos del deudor, cada uno de estos podrá ser obligado a
entenderse con sus coherederos para pagar el total de la deuda, o
a pagarla él mismo, salvo su acción de saneamiento. Pero los
herederos del acreedor, si no entablan conjuntamente su acción,
no podrán exigir el pago de la deuda, sino a prorrata de sus cuotas.
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5. Si se debe un terreno o cualquiera otra cosa indeterminada cuya
división ocasionare grave perjuicio al acreedor, cada uno de los
codeudores podrá ser obligado a entenderse con los otros para el
pago de la cosa entera, o pagarla él mismo, salvo su acción para
ser indemnizado por los otros. Pero los herederos del acreedor no
podrán exigir el pago de la cosa entera, sino intentando
conjuntamente su acción. 6. Cuando la obligación es alternativa, si
la elección es de los acreedores, deben hacerlas todos de consuno;
y si de los deudores, deben hacerlas de consuno todos éstos.”).

• En el artículo 1.694 el Código Civil contempla el caso de


sustitución de un nuevo deudor a otro, que en el fondo, como se
verá, tampoco es un caso de solidaridad legal. Dicha norma
establece que: “La sustitución de un nuevo deudor a otro no
produce novación, si el acreedor no expresa su voluntad de dar por
libre al primitivo deudor. A falta de esta expresión se entenderá que
el tercero es solamente diputado por el deudor para hacer el pago,
o que dicho tercero se obliga con él solidaria o subsidiariamente,
según parezca deducirse del tenor o espíritu del acto.” La novación
es un modo de extinción de las obligaciones. El deudor, como se
observa, en este artículo, lo que hace es proponer al acreedor una
solución distinta y se celebra un acto o convención, lo cual lleva a
que la primera obligación se extinga. El acreedor en este supuesto,
se beneficia del acto, pero no se perjudica. Habrá un fiador o un
codeudor, si así lo pactaren. Es por tanto, un caso de solidaridad
convencional y no legal.

• Finalmente, el artículo 1896 del Código Civil es otra de las normas


civiles citadas en las concordancias del Código, como otro caso de
solidaridad legal, cuando en realidad de verdad no lo es, ya que la
expresión “in solidum” aunque hace alusión en su significado a la
palabra solidaridad, en sus efectos jurídicos está refiriéndose a un
caso de indivisibilidad y no de solidaridad, como se observa de la
lectura de su texto que dice: “La acción de saneamiento es
indivisible. Puede, por consiguiente, intentarse in solidum contra
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cualquiera de los herederos del vendedor. Pero desde que a la
obligación de amparar al comprador en la posesión sucede la de
indemnizarle en dinero, se divide la acción; y cada heredero es
responsable solamente a prorrata de su cuota hereditaria. La
misma regla se aplica a los vendedores que por un solo acto de
venta hayan enajenado la cosa”).

Las normas que establecen la solidaridad son taxativas y de


interpretación restrictiva, de manera que no puede establecerse
solidaridad por interpretación analógica de la Ley. La solidaridad
establecida legalmente es exclusivamente para el caso específico
previsto por la Ley y nó para casos semejantes. La razón por la que
las leyes que imponen la solidaridad son de interpretación restrictiva
y no admiten interpretación analógica, es que el hecho de que la
obligación solidaria es una forma de responsabilidad más gravosa que
la ordinaria y por consiguiente una situación de excepción que la Ley
en un momento dado impone para determinado caso y solamente ese
caso se entiende como excepción al principio general de que cuando
intervienen varios deudores en una obligación, la obligación es
simplemente conjunta y no solidaria.

La solidaridad tiene que tener una fuente expresa: o la voluntad de


una persona que se obliga a contratar con fundamento en la autonomía
de la voluntad o una ley que excepcionalmente prevé que para ese
caso la obligación se ha contraído solidariamente.

EFECTOS DE LAS OBLIGACIONES SOLIDARIAS

Los efectos de la solidaridad se estudian desde varios puntos de vista:


En primer lugar, los efectos cuando existe solidaridad activa, como
por ejemplo cuando dos personas son titulares del mismo crédito
activamente y cualquiera de los dos es dueño de la totalidad. En
segundo lugar, desde el punto de vista pasivo, ya que son diferentes
los efectos que se derivan, de los de la solidaridad por activa. En tercer
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lugar, según el caso de solidaridad activa o pasiva, se estudiarán los
efectos que produce la solidaridad entre acreedor o acreedores de una
parte y de otra, entre deudor o deudores. Luego se verán las relaciones
entre coacreedores y entre codeudores, una vez extinguida la
obligación solidaria por cualquier medio.

EFECTOS QUE PRODUCE LA SOLIDARIDAD ACTIVA

Nuestro Código en materia de solidaridad activa sigue los


lineamientos del Derecho Romano apartándose de la reglamentación
francesa; en el sistema romano, en la solidaridad activa todos los
coacreedores son dueños de la totalidad del crédito, frente al deudor
no existen cuotas-partes; éstas pueden existir en las relaciones
internas entre los coacreedores, pero no respecto de los codeudores.

En el sistema francés, cada acreedor es dueño en principio de una


cuota y ejerce una especie de mandato sobre las cuotas de los otros,
con una serie de limitaciones. Por ejemplo, la condonación de la
deuda que hiciera algún acreedor vale sólo en la cuota del acreedor
que condona, pero para tener efectos en las cuotas de los demás co-
acreedores requiere la aprobación de ellos. En el sistema romano
cualquier acto dispositivo que hiciera cualquiera de los acreedores
que es dueño del crédito, extingue la obligación, sin perjuicio de que
se pierdan las cuotas de los coacreedores que no han recibido su cuota
del deudor. Los efectos que nuestra Ley trae para la solidaridad activa
surgen de la aplicación del principio de que cualquier acreedor es
dueño de la totalidad del crédito y por tanto, puede disponer de él.

El primer efecto es que, siendo varios co-acreedores cualquiera de


ellos puede cobrar al deudor la totalidad sin que el deudor pretenda
liberarse pagando la cuota de ese coacreedor. El deudor está obligado
a pagar la totalidad del crédito a cualquiera de los acreedores que le
cobre.

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En segundo lugar, siendo la obligación exigible, el deudor puede
elegir a cualquier acreedor para pagarle la totalidad con prescindencia
de los demás, quedando liberado por el pago, sin perjuicio de las
relaciones que inmediatamente surjan entre coacreedores.

El derecho del deudor de elegir a cualquiera de los coacreedores para


pagarle desaparece, cuando cualquier coacreedor le ha cobrado. El
deudor ya no puede pagarle a otro, tiene que pagarle al acreedor que
le cobró.

Para que el deudor solidario no pueda elegir, se requiere que haya


mediado demanda judicial. El deudor no puede ya elegir si se le ha
notificado la demanda del acreedor, está judicialmente y
procesalmente vinculado con el acreedor (litis contestatio), que lo ha
demandado, tendrá que pagarle a éste y entonces el pago será
liberatorio. Esto lo dice el Artículo 1.570 del Código Civil.

Es de advertir que en términos procesales, no obstante estar


debidamente integrado el contradictorio y trabada la relación jurídico-
procesal entre uno de los acreedores que ejerció el derecho de acción
y demandó el cumplimiento al deudor, siendo entonces sólo éstos los
quienes adoptan estrictamente la condición de partes del proceso,
cualquiera de los demás coacreedores puede intervenir en el litigio, al
amparo de la moderna figura procesal que les reconoce idénticas
facultades que a las partes, denominado “litisconsorcio cuasi-
necesario”, el cual se halla previsto en el Código General del Proceso,
en su artículo 62, que dispone lo siguiente:

“Litisconsortes cuasinecesarios. Podrán intervenir en un proceso


como litisconsortes de una parte y con las mismas facultades de esta,
quienes sean titulares de una determinada relación sustancial a la
cual se extiendan los efectos jurídicos de la sentencia, y que por ello
estaban legitimados para demandar o ser demandados en el proceso.

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“Podrán solicitar pruebas si intervienen antes de ser decretadas las
pedidas por las partes; si concurren después, tomarán el proceso en
el estado en que se encuentre en el momento de su intervención.”

En tercer lugar, no sólo es posible que cualquiera de los coacreedores


cobre la totalidad del crédito, sino también que todos o varios cobren
al tiempo la totalidad. Así pues, una demanda entablada por todos los
acreedores estará formulada en debida forma.

En cuarto lugar, con los otros medios de extinción de las obligaciones


distintos al pago, que es el modo normal de extinción, como son la
novación, la confusión, la compensación, la prescripción, la Ley,
siguiendo el criterio romano, admite que cuando sé den respecto de
cualquier acreedor, la obligación se extingue, como por ejemplo, si
un acreedor condona la deuda, o sea que le regala al deudor el crédito,
la extingue gratuitamente; la condonación de la deuda es la extinción
gratuita de la deuda. Ello tiene por objeto el que el deudor quede
liberado y la obligación se extinga, todo sin perjuicio de las relaciones
que surjan de este hecho entre los coacreedores. Los derechos de los
demás coacreedores será problema entre los coacreedores, pero
ningún coacreedor puede cobrarle al deudor porque este quedó
liberado por la condonación.

El inciso segundo del Artículo 1.570 del Código Civil establece que
“la condonación de la deuda, la compensación, la novación, que
intervenga entre el deudor y uno cualquiera de los acreedores
solidarios, extingue la deuda con respecto a los otros, de la misma
manera que el pago lo haría; con tal de que uno de éstos no haya
demando ya al deudor.”

Así que para que cualquiera de estos fenómenos extintivos de la


obligación llegue a operar válidamente, se requiere que con
anterioridad ningún otro coacreedor haya demandado, toda vez que el
deudor ya está jurídicamente vinculado respecto al pago que ha de
hacer a ese acreedor, de manera que si por ejemplo, se dá una
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novación hecha con posterioridad a la demanda, ya ésta no tiene el
valor de liberar al deudor; esa novación podrá tener efectos respecto
al acreedor que la celebra y al deudor, pero no respecto a los demás
coacreedores.

Entonces, cualquier cosa que el deudor llegare a entregar con


posterioridad a la demanda a otro coacreedor para el pago de la misma
obligación, sería un pago de lo no debido, porque la obligación
jurídicamente debe pagarla al acreedor que ya demandó y este pago
sí será válido y liberatorio de la obligación y podrá recuperar lo que
le dió al otro coacreedor en pago de la obligación, cuando no podía
pagarle sino al que ya había demandado.

Si el deudor al cual se le condonó la deuda es un deudor solvente y el


acreedor que condonó la deuda resultó posteriormente insolvente, el
otro coacreedor que tenía derecho al 50% no podrá cobrarle al deudor
solvente porque le fue condonada la deuda y se extinguió la
obligación y podría cobrarle a su coacreedor el 50% pero si es
insolvente, no obtendrá el pago.

Se entiende por compensación, una forma de pago abreviada que se


hace por medio de la Ley entre acreedores recíprocos hasta
concurrencia de los créditos. Si una persona es deudora de otra y ésta
es acreedora de la primera, la Ley dice que las obligaciones quedan
automáticamente compensadas hasta concurrencia del valor
respectivo. Por ejemplo, si una persona es acreedora de otra por un
millón de pesos y la otra es acreedora de la primera por $500.000, por
efecto de este fenómeno el acreedor del millón pasará a ser acreedor
del medio millón de pesos.

Igual consecuencia se desprende de la novación que es un fenómeno


por medio del cual acreedor y deudor acuerdan que una obligación
nueva reemplace a la antigua.

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En todos estos casos el deudor queda liberado y los demás
coacreedores no pueden cobrarle al deudor, porque éste ya se ha
liberado, a través de uno de estos medios equivalentes al pago, que
extinguen la obligación. Existen fuera de la condonación, de la
compensación y la novación, otros fenómenos extintivos de la
obligación como por ejemplo, la dación en pago que consiste en que
el acreedor en lugar de recibir el pago de la obligación acepta recibirle
al deudor otra cosa diferente que entiende reemplazar el pago.

La novación se diferencia de la dación en pago, en que en la primera


nace otra obligación, mientras que en cambio, en la segunda se recibe
en propiedad una cosa, sin que surja una nueva obligación.

Otro fenómeno que extingue las obligaciones es la confusión, que


ocurre cuando la calidad del deudor y de acreedor llegan a confundirse
en una misma persona y entonces, la obligación se extingue porque
automáticamente desaparece uno de los extremos necesarios para que
exista la obligación, ya que no hay obligación porque si se confunden
la persona del acreedor y del deudor ya no hay relación. Por ejemplo,
un deudor es el único heredero de un acreedor que fallece, en ese
momento hay confusión y la obligación se extingue. Cuando son
varios coacreedores y se llega a presentar la confusión, también se
extingue la obligación y el deudor queda liberado.

Como quiera que el pago hecho a cualquier coacreedor extingue la


obligación, como cuando opera cualquiera de las causas de extinción
legal o convencional de las obligaciones entre cualquier coacreedor y
el deudor, ocurre generalmente que de tal hecho extintivo de la
obligación, aparecen, surgen o nacen relaciones entre los
coacreedores que deben ser resueltas.

EFECTOS ENTRE COACREEDORES

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Cuando hay varios coacreedores debe existir entre ellos un contrato o
de todas maneras existir relaciones jurídicas que revelen cuál es la
situación entre ellos con respecto al crédito, porque si frente al deudor
no hay cuotas en las relaciones acreedor–deudor, en cambio, casi
siempre las hay, en las relaciones entre los coacreedores si es
solidaridad activa o en relación con los codeudores si se trata de
solidaridad pasiva.

Puede suceder que en la solidaridad activa un coacreedor sea dueño


de la totalidad del crédito y la otra persona que figura como
coacreedor no sea dueño de nada, por ejemplo, sea un simple
mandatario, al cual el dueño del crédito lo hizo figurar como dueño
del crédito para que pueda cobrarlo, sin perjuicio de que éste le rinda
cuentas después. En este caso, el contrato que ha de resolver la
situación jurídica preexistente entre ellos extinguida la obligación y
desaparecida la solidaridad, será el contrato de mandato. Se presenta
aquí concretamente en las relaciones entre coacreedores, que un
coacreedor es dueño del crédito y el otro, dueño del crédito frente al
deudor, pero frente al coacreedor es simplemente un mandatario. Así
las cosas, si éste último cobró el crédito, debe reintegrar al coacreedor
todo el crédito, salvo los honorarios que se le deban como mandatario,
siempre que el que haya cobrado al deudor fuera el coacreedor que
figuraba como acreedor solidario, pero en realidad era mandatario.
Pero, si lo hizo el coacreedor dueño del crédito, no está obligado a
darle nada al otro acreedor porque éste en verdad no tenía parte alguna
en el crédito.

Puede existir otro tipo de contrato en el que especifica que del crédito
un coacreedor tiene el 70% y el otro el 30% y sobre tales
participaciones se resuelven las relaciones entre coacreedores una vez
producido el pago o algún fenómeno extintivo de la obligación; como
puede ocurrir en un consorcio que ejecuta una obra en el que los
créditos se aceptan solidariamente por los socios consorciados, pero
según se cobre por uno u otro, se estará obligado a restituírle la cuota
estipulada en el contrato al otro socio consorciado.
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En conclusión pues, las relaciones entre coacreedores se regulan de
acuerdo con la naturaleza de la relación jurídica preexistente entre
ellos.

Puede suceder también que respecto de una obligación, recibido el


crédito para uno de los coacreedores, no pueda establecerse con
certeza, cuál era la relación jurídica preexistente, ni la cuota de
participación de cada coacreedor. En ese caso, se presume que cuando
no hay prueba de algo distinto es que los coacreedores participaban
por igual y esa es la razón por la cual no dejaron constancia de otra
cosa.

En general, la solidaridad activa es un fenómeno poco frecuente,


porque no es muy útil y puede resultar peligroso desde el punto de
vista práctico para los coacreedores. Es que establecer solidaridad
activa entre varios, a pesar de que en verdad existan cuotas entre ellos,
conlleva el peligro de que el que cobre el crédito de llegarse a
insolventar o desaparecer, los demás coacreedores no van a poder
perseguir al deudor porque la obligación se extinguió y solamente
queda acción contra el acreedor que cobró para que reintegre la cuota
a cada coacreedor.

Recientemente ha tomado auge el adquirir títulos representativos de


créditos, bajo la fórmula conjunta de y/o “Fulano” y/o “Sutano”, que
hace acreedores solidarios a esas personas, ya que pueden cobrar
conjuntamente, es decir ambos o cualquiera de ellos, lo que significa
que son dueños de la totalidad del crédito cualquiera de ellos sólo y
cualquiera de los dos puede retirar la totalidad o disponer de ellos
(enajenarlos por ejemplo). Ello resulta peligroso, cuando algunos de
los acreedores retiran la totalidad, sin tener en últimas derecho a esa
totalidad; o puede suceder que si por ejemplo, se muere uno de ellos
y el otro recibe la totalidad, surjan problemas entre los herederos del
coacreedor que murió y el coacreedor que recibió la totalidad.

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EFECTOS DE LA SOLIDARIDAD PASIVA

Es en realidad de verdad, el fenómeno de solidaridad más importante;


el que más cuenta en la vida práctica.

La solidaridad pasiva consiste en que dos o más personas se obligan


para con el acreedor al pago de la totalidad del crédito conjuntamente
todos o cualquiera de ellos.

En la solidaridad pasiva no existirán cuotas frente al acreedor; cada


deudor está obligado al pago de la totalidad, sin perjuicio que entre
los mismos codeudores existan cuotas partes.

En primer término, el acreedor puede cobrarle la totalidad a todos, a


algunos o a uno cualquiera de los codeudores. Una demanda para el
cobro de una cantidad debida solidariamente puede dirigirse contra
todos, algunos o uno solo y la demanda estaría debidamente
formulada, ya que cada uno está obligado al pago de la totalidad y
todos están unidos solidariamente. Ningún deudor puede
consecuentemente oponer al acreedor el beneficio de división de la
deuda (Artículo 1.571 del Código Civil); ningún deudor demandado
puede pretender liberarse pagando al acreedor la cuota que le
corresponde, según sus relaciones con los demás codeudores. Es esta
una facultad del acreedor, porque cada uno está obligado para con él
a pagar la totalidad de la deuda y todos los codeudores están unidos
frente a él solidariamente.

Para efectos procesales, aunque no es necesaria la presencia de los


demás deudores en el litigio que no fueron demandados por el
Acreedor, por cuanto de la propia naturaleza de la relación sustancial
se desprende que no es indispensable su citación, aunque los efectos
de la sentencia que dentro de aquél se dicte se les extienda, su
participación en el proceso es factible bajo la modalidad de
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intervención adoptada en el Artículo 62 del Código General del
Proceso que, como ya se dijo, establece que:

“Litisconsortes cuasinecesarios. Podrán intervenir en un proceso


como litisconsortes de una parte y con las mismas facultades de esta,
quienes sean titulares de una determinada relación sustancial a la
cual se extiendan los efectos jurídicos de la sentencia, y que por ello
estaban legitimados para demandar o ser demandados en el proceso.

“Podrán solicitar pruebas si intervienen antes de ser decretadas las


pedidas por las partes; si concurren después, tomarán el proceso en
el estado en que se encuentre en el momento de su intervención.”

El interés que tienen esos otros codeudores no demandados para


intervenir en el proceso y oponerse a las pretensiones del Acreedor,
obedece al hecho de que la sentencia que se pronuncie dentro de él
puede llegarlos a afectar, en cuanto se verán eventualmente llamados
a reembolsarle al deudor demandado lo que haya tenido que pagar
como consecuencia de ella, a pesar de que por su propia naturaleza
puede proferirse sin la citación o participación de tales codeudores en
la controversia y, sin que su falta de concurrencia pueda derivar en
una violación a su derecho de defensa.

En segundo término, respecto del pago parcial hecho por cualquiera


de los codeudores, el Artículo 1.572 del Código Civil establece que
correlativamente, se extingue parcialmente la deuda, al señalar que:
“la demanda intentada por el acreedor contra algunos de los
deudores solidarios, no extingue la obligación solidaria de ninguno
de ellos, sino en la parte que hubiere sido satisfecha por el
demandado”.

Respecto al derecho del acreedor de cobrar la totalidad a cualquiera


de los deudores - derecho fundamentado en que frente al acreedor no
hay cuotas, sino que cada cual debe la totalidad - surgen para el
deudor que paga eventualmente ciertos derechos frente a los demás
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codeudores, derechos que se estudian en lo relativo a las relaciones
entre codeudores, como son el de exigir que se le reembolsen las
cuotas debidas por los demás codeudores o el de ejercitar un derecho
o acción de tipo procesal tendiente a que esas relaciones con los
demás codeudores se definan de una vez. O sea que el deudor
demandado puede ejercitar un derecho procesal en el mismo juicio en
el que el acreedor le está cobrando la totalidad, para llamar a los
codeudores que deban reintegrarle la cuota que él debía pagar para
vincularlos en ese proceso y, para que de una vez en este se defina esa
situación entre ellos.

El ejercicio de este derecho del deudor no coloca, ni enfrenta a los


codeudores llamados por el deudor demandado frente al acreedor; no
se establece ninguna relación de tipo procesal por el hecho del
“llamamiento en garantía” entre los codeudores llamados en garantía
con el acreedor demandante; si esa relación se estableciera
desaparecería el derecho del acreedor de escoger a la persona del
demandado.

La Ley, obrando con un criterio práctico, quiere evitar que el


codeudor que está obligado a pagar la totalidad y que tiene que
pagarla, no tenga que esperar a que termine el proceso e iniciar otro
proceso distinto para obtener que las cuotas de los demás codeudores
le sean devueltas, sino que de una vez en ese mismo proceso pueda
resolver la cuestión de las cuotas. El llamamiento en garantía no
impide de ninguna manera, que el acreedor cobre la totalidad a su
demandado; por ejemplo, si el codeudor ejercitando el derecho de
llamar en garantía los demás codeudores llegan a ser insolventes
frente al codeudor demandado, él no puede escudarse en eso para
decirle al acreedor que no le paga, o que solo le paga su cuota, porque
los demás codeudores resultaron insolventes.

Es de advertir de todas formas que, el llamamiento en garantía no


procede en los procesos ejecutivos en los que se persigue la ejecución
forzada de un derecho, sino en aquéllos denominados declarativos
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donde se debate una eventual condena de la cual dependerá que el
llamado tenga que hacer un futuro reembolso.

El llamamiento en garantía estuvo reglamentado en el Artículo 57 del


Código de Procedimiento Civil, hoy 64 del Código General del
Proceso, como sigue:
ARTÍCULO 57 DEL CÓDIGO DE ARTÍCULO 64 DEL CÓDIGO GENERAL DEL
PROCEDIMIENTO CIVIL PROCESO

“Quien tenga derecho legal o “Quien afirme tener derecho


contractual de exigir a un legal o contractual a exigir de
tercero la indemnización del otro la indemnización del
perjuicio que llegare a surgir o perjuicio que llegare a sufrir o el
el reembolso del pago total o reembolso total o parcial del
parcial del pago, que tuviere que pago que tuviere que hacer como
hacer como resultado de la resultado de la sentencia que se
sentencia, podrá pedir la dicte en el proceso que promueva
citación de aquél para que en el o se le promueva, o quien de
mismo proceso se resuelva sobre acuerdo con la ley sustancial
tal relación”. tenga derecho al saneamiento
por evicción, podrá pedir, en la
demanda o dentro del término
para contestarla, que en el
mismo proceso se resuelva sobre
tal relación.”

O sea que, si una persona es demandada para el pago de una suma (B)
y si esa persona tuviere el derecho de reclamar la devolución total o
parcial de esa suma de otra persona (C), puede de una vez vincular a
ese proceso a ese tercero para que se defina la relación entre ellos;
esa relación entre ellos sigue siendo exclusiva entre ellos y no frente
al demandante-acreedor (A).

Ese “llamamiento en garantía” es una institución completamente


distinta de otra más o menos análoga que en el régimen del Código de

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Procedimiento Civil era la “denuncia del pleito”. Este era otro
derecho o acción de tipo procesal que no cabía en las relaciones entre
codeudores y ya fue derogado. La denuncia del pleito había que
estudiarla en relación a las obligaciones indivisibles.

A ACREEDOR

B C DEUDORES SOLIDARIOS

DEMANDA A
A B
C no tiene relación procesal sino con B.
C es vinculado procesalmente por B para
que le pague la totalidad o la cuota parte.

Donde:

“A” – Acreedor.
“B” – Codeudor demandado.
“C” – Codeudor llamado en garantía.

En relación con los demás medios extintivos de la obligación la Ley


los estudia separadamente: la Novación, la Condonación, la Pérdida
o Destrucción de la Cosa Debida, la Prescripción:

En primer lugar, sobre la Novación que es el acuerdo por el cual la


obligación solidaria queda extinguida, reemplazándose por una nueva
obligación, se establece que si todos los codeudores solidarios
comparecen a la novación y aceptan esa nueva obligación como
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solidaria se habrá extinguido la obligación solidaria anterior y los
mismos codeudores quedarán obligados en los términos de la nueva
obligación. Puede suceder también, que en la nueva obligación no
aparecieran todos los codeudores sino algunos u ocurrir que en la
nueva obligación comparecieran terceros o suceder que los
codeudores que asumen la nueva obligación, ya no figuren
solidariamente, sino que se pacte la división entre ellos.
De todas maneras y atendiendo los términos de la nueva obligación,
la antigua obligación solidaria, queda extinguida, de acuerdo con lo
ordenado por el Artículo 1.576 del Código Civil que dice que: “la
novación entre el acreedor y uno cualquiera de los deudores
solidarios, liberta a los otros, a menos que estos accedan a la
obligación nuevamente constituida”, lo que se significa que si “C”
llega a un acuerdo con “A” por medio del cual “C” contrae una
obligación nueva para con “A”, que está destinada a reemplazar la
obligación solidaria, “B” queda liberado. O sea que de la misma
manera que el pago hubiera liberado a “B”, la novación entre uno
cualquiera de los codeudores libera a los demás, porque el acreedor
ya recibió satisfacción o pago al contentarse con la nueva obligación
y declararse satisfecho en relación con la antigua.

Es natural que eventualmente, aunque no necesariamente, por el


hecho de la liberación de “B”, puedan surgir relaciones entre los
antiguos codeudores, es decir entre “B” y “C”, como quiera que del
hecho de la novación eventualmente “B” que quedó liberado y, podrá
verse en la necesidad de pagarle a “C” que novó la obligación, esa
parte que “B” tenía en la primera obligación. Se dice que es
eventualmente porque no necesariamente puede ser así. Puede
suceder por ejemplo que “B” fuera solamente frente a “A” un deudor
solidario y “C” que era el deudor principal, novó la obligación y “B”
era simplemente su fiador solidario frente a “A” acreedor y no tiene
por tanto, que reintegrarle ninguna cuota, ya que aquí el hecho de la
novación, extinguiría simplemente la obligación solidaria, sin
posteriores consecuencias.

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En segundo lugar, respecto de la Condonación de la Deuda, se anota
que dicho fenómeno es la liberación gratuita del deudor. En ese
entendido, el Artículo 1.575 del Código Civil, dice que “si el acreedor
condona la deuda a cualquiera de los deudores solidarios, no podrá
después ejercer la acción que se le concede por el artículo 15611, sino
con rebaja de la cuota que correspondía al primero en la deuda”.

En la condonación hay que distinguir dos fenómenos diferentes:

• La condonación de la deuda propiamente dicha.


• La condonación a uno de los codeudores.

En el primer caso, si el acreedor condona la obligación en su totalidad,


libera a todos los codeudores y el acreedor no podrá cobrarle la
obligación a ninguno. En el segundo, el acreedor se limita a liberar de
la obligación a uno de los codeudores con relación con su cuota; su
intención es la de liberar a ese codeudor en relación con su respectiva
cuota. Este caso es una excepción al principio de que en la solidaridad
no existen, en principio, cuotas frente al acreedor. Esa excepción está
consagrada en el Artículo 1.575 del Código Civil.

Ese mecanismo funciona así: para que el codeudor pueda válidamente


defenderse y excepcionar con éxito frente a la demanda del acreedor
que pretendiera cobrarle la totalidad, después de condonada la deuda
a otro de los codeudores, tendría que probar ese codeudor demando
dos cosas: (i) La condonación a un codeudor y, (ii) La cuota de ese
codeudor, para que de esta forma el demandado pueda decir que sólo
está obligado por el saldo de la deuda. Si el acreedor le cobra más del
saldo el codeudor excepcionaría con éxito.

Condonar la deuda no es para el acreedor simplemente prescindir de


reclamarle la obligación a uno o varios de los codeudores para
perseguir a otro por la totalidad, porque si persigue a otro por la

1
Debió citarse el art. 1571.

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totalidad no le habrá en realidad condonado la cuota a ninguno de los
demás, que estarían sujetos a la acción del codeudor que ha pagado la
totalidad, para pedir a aquéllos, que le reintegren la cuota. La única
manera de condonar la cuota de un deudor por el acreedor es saber
cuál es la cuota de ese codeudor y demandar a los otros deducida la
cuota del deudor condonado.

El acreedor puede hacer una condonación parcial. Por ejemplo: si ese


codeudor debía $10.000 condonarle el acreedor la deuda por la mitad,
o sea por el 50% y en esa misma proporción, no se puede cobrar a los
otros codeudores, sino con deducción de la cuota rebajada y el que
llegare a pagar tendrá derecho a cobrarle al deudor condonado la cuota
parte que no fue condonada, o sea el 50% restante.

A ACREEDOR

$10.000

CONDONACION B C CODEUDORES SOLIDARIOS

“B” y “C” deben solidariamente $10.000 a “A”. Puede suceder que


“A” condone la deuda a “B”; eso quiere decir que “A” no puede
cobrarle a “C” sino la totalidad de la deuda deducida la cuota del
deudor condonado. Si la cuota del deudor condonado fuera $4.000,
“A” puede intentar acción contra “C” por el saldo, o sea $6.000.

Pero como también puede ocurrir que “A” le haya condonado a “B”
no toda la cuota, sino que le haya condonado la mitad de la cuota, o
sea $2.000, en ese caso “A” podrá cobrarle el saldo que es de $8.000

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y, a su turno, “C” que es el que paga los $8.000, podrá pedirle a “B”
que le reintegre los $2.000.

En tercer lugar, la Compensación que es el fenómeno extintivo de la


obligación que consiste en que cuando recíprocamente dos personas
son acreedoras y deudoras, la Ley simplifica el pago para dejar
vigente únicamente la obligación mayor por el saldo o para
extinguirlas si eran iguales. Se requiere para tal efecto, que ambas
obligaciones sean líquidas y exigibles y, siéndolo, la compensación
obra automáticamente por ministerio de la Ley.

ACREEDOR
A A acreedor de B y C.

DEUDORES SOLIDARIOS:

B debe a A $1000
B C A debe a B $1000

B opone la excepción de
“COMPENSACIÓN”.

El Artículo 1.577 del Código Civil dice que: “el deudor demandado
puede oponer a la demanda todas las excepciones que resulten de la
naturaleza de la obligación y además todas las personales suyas.
Pero no puede oponer, por vía de compensación, el crédito de un
codeudor solidario contra el demandante, si el codeudor solidario no
le ha cedido su derecho”.

El Artículo 1.716 del Código Civil dispone en el título


correspondiente a la compensación que: “Para que haya lugar a la
compensación es preciso que las dos partes sean recíprocamente
deudoras. Así el deudor principal no puede oponer a su acreedor por
vía de compensación, lo que el acreedor deba al fiador. Ni requerido

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el deudor de un pupilo por el tutor o curador, puede oponerle por vía
de compensación lo que el tutor o curador le deba a él. Ni requerido
uno de varios deudores solidarios pueden compensar su deuda con
los créditos de sus codeudores contra el mismo acreedor; salvo que
éstos se los hayan cedido”.

Como se observa hay una identidad entre la reglamentación del


Artículo 1.577 del Código Civil que trata sobre las obligaciones
solidarias y el Artículo 1.716 del mismo Código, que se ocupa de la
compensación.

Del análisis del Artículo 1.716 del Código Civil se deducen estas
conclusiones:

• El acreedor si demanda al codeudor titular del crédito a su cargo,


ese codeudor puede excepcionarle la compensación, como por
ejemplo: Si “A” siendo el acreedor, “B” y “C” los codeudores
solidarios, pero a su vez “B” figura como acreedor de “A” por otra
obligación, en el caso de que “A” demandara a “B”, éste puede
oponerle directamente la excepción de compensación.

En tal evento, si “A”, demanda a “C”, “C” no puede oponer la


excepción de compensación a menos que “B” le haya cedido el
crédito. Eso significaría que “A” puede cobrarle a “C” y “B” puede
cobrarle a “A”.

A su turno, si “C” paga la totalidad, podrá cobrarle a “B" la cuota


parte que le corresponda en la deuda.

• Si “B” le cede el crédito a “C”, “B” ya no es acreedor de A, sino


que el acreedor de “A” es “C” y éste puede oponerle la excepción
de compensación; en cambio, si “B” le cedió a “C” el crédito y “A”
demanda a “B”, “B” ya no puede oponer la excepción de
compensación, porque “B” ya no es acreedor de “A” y “B” estaría
en el caso en que antes se encontraba “C”.
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Para que el codeudor pueda oponer la excepción de compensación,
requiere que se le haya hecho cesión del crédito y ésta tiene que ser
formulada antes de que “A” haya entablado la demanda contra “C”,
o por lo menos se le haya notificado la cesión del crédito a “A” con
anterioridad al término para proponer excepciones (en todo proceso
generalmente después de la notificación de la demanda viene la
etapa para proponer excepciones o defensas).

“C” no puede proponer la excepción, si la cesión del crédito se hace


con posterioridad al término en que podía oponer la excepción;
tiene que ser con anterioridad.

En cuarto lugar, una obligación también puede extinguirse por la


Pérdida de la Cosa. Así, lo que solidariamente se debe puede ser una
cosa, por ejemplo la obligación de transferir el dominio a cargo de los
condueños, cuando varios son dueños de una cosa y la venden. Si se
han obligado solidariamente y la cosa se destruye o perece, se estaría
en el supuesto del Artículo 1.578 del Código Civil que reglamenta lo
que sucede cuando la cosa debida solidariamente desaparece por
cualquier causa.

Respecto de obligaciones de especie o cuerpo cierto, la pérdida de la


cosa debida extingue la obligación; no así cuando se trata de
obligación de entregar o transferir derechos en cosas de género,
porque “los géneros no perecen”; por ejemplo, si una persona debe
15 toneladas de trigo, el hecho de que se incendie el granero no
extingue la obligación de entregar las 15 toneladas de trigo, porque lo
que se debía no era el trigo almacenado en un determinado granero,
sino 15 toneladas de trigo y, la persona obligada tendrá que salir a
comprar el trigo para poder cumplir la obligación, ya que los géneros
no perecen.

Es distinto, en el caso de que se deba especie o cuerpo cierto. Por


ejemplo: un caballo específico, el que de llegarse a destruír, la
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obligación de entregarlo desaparece; el deudor quedaría liberado
respecto de la obligación de entregar el cuerpo cierto, ya sea que haya
incurrido en culpa, en dolo o la destrucción haya sido por caso fortuito
o fuerza mayor, ya que “nadie está obligado a lo imposible”. Si la
destrucción fué por dolo o por culpa se dá lugar a otra obligación, la
de indemnizar perjuicios; no en cambio, si la destrucción ocurrió por
caso fortuito o fuerza mayor.

El Artículo 1.578 del Código Civil reglamenta la situación de los


codeudores cuando se destruye o desaparece un cuerpo cierto: Si la
cosa perece por culpa o durante la mora de uno de los deudores
solidarios, “todos quedan obligados solidariamente al precio, salvo
la acción de los codeudores contra el culpable o moroso”; pero la
acción de perjuicios a que dá lugar la culpa o mora no puede intentarla
el acreedor sino contra el deudor culpable o moroso.

Este Artículo 1.578 del Código Civil, distingue cuatro situaciones


diferentes:

1. Destruída la cosa, ninguno de los codeudores estará obligado a


entregar esa misma cosa.
2. Si no hay culpa de ninguno, o sea si la destrucción fue fortuita,
quedan liberados los codeudores.
3. Si algún codeudor es culpable -y otros nó-, el acreedor puede
reclamar de todos solidariamente el valor de la cosa, como por
ejemplo, si en una compraventa, la cosa se destruye por culpa de
alguno de los que estaban obligados a entregar la cosa y la
obligación era solidaria, la Ley hace subsistir la solidaridad por el
precio a cambio de la cosa; o sea que si el comprador hubiera
pagado el precio y no se le entrega la cosa, tiene acción para exigir
la devolución del precio solidariamente a todos los codeudores;
desde luego sin perjuicio de la acción que los codeudores tendrían
contra el culpable o moroso, para que éste les reembolse.
4. La acción de perjuicios es independiente de la solidaridad; la
acción sólo la puede dirigir el acreedor directa y exclusivamente
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contra los culpables o morosos. Se deja claramente establecida una
diferencia entre el reclamo por la cosa debida y el reclamo por la
indemnización de perjuicios.

Hay una diferencia entre el reclamo por el precio y el reclamo por


indemnización de perjuicios: La Ley hace responsables a los
codeudores solidariamente por el precio, cambiando esa solidaridad
en relación con la cosa destruída culpablemente por alguno por el
precio de la misma cosa. Si el Acreedor quiere cobrar los perjuicios
causados por la destrucción culpable de la cosa, solo puede dirigir
la acción contra el directamente culpable y no contra los codeudores
no culpables.

En quinto lugar, la Ley regula los efectos en la solidaridad pasiva de


la Prescripción, en que opera el fenómeno contrario al que rige para
las obligaciones simplemente conjuntas: En la solidaridad todos los
codeudores quedan entrelazados para efectos de la prescripción y para
la suspensión de la prescripción.

La prescripción se relaciona con el hecho de que las acciones deben


ejercitarse en un cierto tiempo que la Ley dá, de suerte que si no se
ejercitan en ese tiempo, la Ley presume que el titular del derecho no
tiene interés en hacerlo valer y por lo tanto, dispone la extinción de la
obligación correlativa.

A veces se interrumpe dicho término. Tal “interrupción” de la


prescripción se dá, cuando por ejemplo, se presenta la demanda y en
tal evento, la Ley determina que se interrumpe el tiempo que está
corriendo para que se produzca la prescripción. El Artículo 2.540 del
Código Civil reglamenta este fenómeno cuando hay solidaridad, al
disponer que “La interrupción que obra en favor de uno de varios
coacreedores, no aprovecha a los otros, ni la que obra en perjuicio
de uno de varios codeudores, perjudica a los otros, a menos que haya
solidaridad y no se haya ésta renunciado en los términos del artículo
1.573”.
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Cuando existe solidaridad, la interrupción de la prescripción que se
hace a uno cualquiera de los deudores, interrumpe la prescripción
respecto de los demás, pero cuando está estructurada bajo los mismos
términos.

Dentro del concepto de solidaridad se estudió, que podían existir


pluralidad de vínculos jurídicos, esto es, que un deudor podía gozar
de plazo para el pago, otro podía estar comprometido pura y
simplemente, otro podía estar obligado bajo condición suspensiva.
Cuando existen obligaciones solidarias, todos están obligados en los
mismos términos normalmente y todas las prescripciones comienzan
a correr al mismo tiempo. Pero puede suceder que en una obligación
solidaria, uno de los codeudores esté obligado pura y simplemente,
otro goce de plazo y por tanto, las prescripciones no comienzan a
correr al mismo tiempo.

La regla es que toda prescripción de un crédito comienza a correr


desde que el crédito es exigible. Si uno de los codeudores solidarios
está obligado pura y simplemente la prescripción del crédito
comienza a correr inmediatamente, pero si el otro goza de plazo la
prescripción comienza a correr desde que el crédito se haga exigible,
o sea desde que el plazo se haya vencido.

De acuerdo con lo expuesto, el Artículo 2.540 del Código Civil debe


entenderse con las salvedades que implica la posibilidad que los
vínculos jurídicos de los codeudores sean distintos. Por ejemplo, si
uno de los codeudores está obligado pura y simplemente y el otro está
obligado a plazo y el acreedor demanda inmediatamente al primero
antes del vencimiento del plazo, no se habrá interrumpido la
prescripción del otro crédito, porque esa prescripción no ha
comenzado a correr.

Puede suceder también que, interrumpida la prescripción por la


demanda del acreedor con respecto a uno de los codeudores, no la
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interrumpa con respecto al otro u otros, porque ya la prescripción de
éste se ha vencido. Como sucedería si por ejemplo, un codeudor
obligado pura y simplemente y el otro gozando de plazo, son
demandados por el acreedor cuando la relación jurídica del codeudor
obligado pura y simplemente había prescrito, pero nó la del codeudor
que aún gozaba de plazo; ello por causa de que la prescripción de los
créditos empiezan a correr en diferentes fechas.

Ejemplo: Tomando la Prescripción ordinaria de un crédito que es de


diez años:

ACREEDOR
A
CODEUDORES SOLIDARIOS:
B está obligado Pura y
Simplemente (La Obligación
B C es inmediatamente exigible.
C goza de plazo de un año para
el pago.

En este caso, si la obligación surgió supuestamente el Primero de


Enero de 2.000, cuando “A” demanda a “C” el 2 de Enero de 2.015,
la demanda contra “C” es correcta porque el crédito de “C” no ha
prescrito, porque la prescripción del crédito de “C” no comenzó a
correr sino el primero de Enero de 2.001. Pero, el crédito de “B” está
prescrito porque ya pasaron 10 años, toda vez que comenzó a correr
el término de prescripción, el mismo primero de Enero de 2.000. En
cambio, el crédito de “C” comenzó a correr un año después, por tanto,
la demanda contra “C” es correcta; pero esa demanda no interrumpe
la prescripción contra “B”, porque el crédito a cargo de “B” ya había
prescrito. Si “A” demanda a “C” y obtiene el pago de “C”, la otra
parte podrá oponer las excepciones que tenía contra su acreedor, en

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principio “B” podía excepcionarle a “C” diciéndole que no le podría
cobrar, porque el deudor que paga, o sea “C”, se subroga en los
derechos del acreedor para cobrar a los demás y esa subrogación
conlleva todos los privilegios y los problemas que el crédito tenga, o
sea que el deudor que paga viene a reemplazar al acreedor para ejercer
sus mismos derechos contra los demás deudores y esa subrogación
implica que los demás puedan oponerle las mismas excepciones que
hubieran tenido contra el acreedor principal (“A”).

Finalmente, en relación con estos efectos, la Ley reglamenta las


excepciones o defensas que el codeudor demandado puede oponer al
acreedor. El Artículo 1.577 inciso primero del Código Civil,
reglamenta este punto al disponer que: “El deudor demandado puede
oponer a la demanda todas las excepciones que resulten de la
naturaleza de la obligación, y además todas las personales suyas”.

La doctrina distingue dos tipos de defensas o excepciones:

• Excepciones reales.
• Excepciones personales.

Excepciones Reales son las puede oponer cualquiera de los


demandados, son las excepciones que el artículo señala como
provenientes de la naturaleza de la obligación.

Excepciones Personales son las que solo puede oponer el codeudor a


que haga referencia exclusiva el hecho constitutivo de la excepción.

Así las cosas, un codeudor demandado para el pago de una obligación


solidaria puede tener excepciones para proponerle al acreedor, tanto
reales como personales.

Son excepciones reales, la nulidad absoluta de la obligación, el


incumplimiento del contrato si se trata de una obligación que proviene
de un contrato bilateral (en los contratos bilaterales va siempre
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tácitamente envuelta la condición resolutoria del contrato, o sea que
si una de las partes no cumple, habrá la acción de resolución a favor
del contratante cumplido o del contratante dispuesto a cumplir). Por
ejemplo, si se trata de un contrato de compraventa, en el que hay un
vendedor y varios compradores obligados solidariamente al precio y,
el vendedor va a cobrarle a uno el precio, pero el vendedor no ha
entregado la cosa y debía hacerlo, el comprador puede proponer la
excepción de contrato no cumplido: Es decir, no le paga, porque no
se ha hecho entrega de la cosa.

La nulidad absoluta es una excepción real, ya que si la obligación es


absolutamente nula ninguno de los codeudores está obligado a
cumplirla.

Es también excepción real, que proviene de la misma naturaleza de la


obligación, el pago o cumplimiento, ya que si alguno pagó implica la
extinción de la obligación. El acreedor entonces, ya no puede cobrarle
a ninguno porque estaría tratando de cobrar una obligación
extinguida.

Es también excepción real, cualquier medio equivalente al pago como


la novación, la confusión, pero con la salvedad relativa a un modo
especial de extinción de las obligaciones, que es la compensación, ya
que ésta opera solo si al deudor demandado se le ha cedido el crédito
a compensar (la compensación, como se explicó atrás, no la puede
alegar, sino el acreedor que tiene el crédito que es titular del crédito a
compensar).

Son excepciones personales aquellas que hacen relación


exclusivamente a uno de los codeudores y, sólo afectan el vínculo
jurídico independiente de ese deudor con ese acreedor.

Los dos principios básicos que explican los efectos de las


obligaciones solidarias son la unidad de prestación y la pluralidad de
vínculos jurídicos. Por eso las excepciones reales son todas las que se
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refieren a la prestación como tal, al objeto de la obligación. Así las
cosas, pueden existir pluralidad de vínculos jurídicos, ya que cada
vínculo jurídico es independientemente del objeto de la obligación. El
vínculo jurídico o la relación específica entre el acreedor y un
codeudor se vé específicamente en el caso de una nulidad relativa: Si
se contrajo una obligación solidaria, en la que se obligaron frente al
acreedor un mayor y un menor adulto, la obligación es válida respecto
de las partes, pero anulable por el menor que la contrajo, la nulidad es
relativa al menor, éste puede si le conviene, alegar la nulidad; el
acreedor puede cobrarle la totalidad al deudor mayor, pero si le cobra
al deudor menor éste puede oponer la excepción de nulidad relativa.
Pero si le cobra al mayor, éste no puede oponer como excepción la
nulidad relativa del vínculo con el menor, ya que la excepción es
puramente personal.

Lo mismo sucede en lo relativo a la compensación, ya que ésta solo


la puede oponer el deudor que sea titular o dueño del crédito a
compensar; el codeudor que no es dueño del crédito no puede oponer
esta excepción de compensación.

Así pues, como se dijo atrás, la prescripción, que sería otra excepción
de carácter personal, por razón de la pluralidad de vínculos jurídicos
puede comenzar a correr tratándose de una obligación solidaria, en
distintos momentos.

La prescripción opera según el propio vínculo jurídico con el


acreedor; cada deudor alegará la prescripción de su propio crédito
según el momento en que comenzó a correr.

Generalmente en las obligaciones solidarias la prescripción comienza


a correr al mismo tiempo, pero puede suceder por razón de la
pluralidad de vínculos jurídicos, que la prescripción de un codeudor
comience a correr primero que la de otro; la prescripción la alegará
cada cual según el momento en que haya principiado a correr.

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No debe perderse de vista que conforme a lo previsto en el artículo
2513 del Código Civil, “el que quiera aprovecharse de la
prescripción debe alegarla, el juez no puede declararla de oficio.”
Pero, el que alegue con éxito la prescripción extintiva, siguiendo
analógicamente las soluciones de otras excepciones de tipo personal
y pese a la unidad de prestación, en nuestra opinión, extingue
solamente su respectiva cuota en el crédito, pero no las de los demás
codeudores solidarios que no propusieron ese medio extintivo.

RENUNCIA A LA SOLIDARIDAD

Finalmente, el Acreedor puede Renunciar a la Solidaridad. El


Artículo 1.573 del Código Civil, determina que: “el Acreedor puede
renunciar expresa o tácitamente la solidaridad respecto de uno de los
deudores solidarios o respecto de todos. La renuncia tácitamente a
favor de uno de ellos, cuando la ha exigido o reconocido el pago de
su parte o cuota de la deuda, expresándolo así en la demanda o en la
carta de pago, sin la reserva especial de la solidaridad, o sin la
reserva general de sus derechos…”

Esto significa, que la renuncia de la solidaridad no es condonación,


sino simplemente la voluntad del acreedor de no cobrar la totalidad a
uno o a todos los deudores solidarios y la obligación entrará a ser
simplemente conjunta. Por eso, el inciso 2do. establece que si recibe
el acreedor la cuota de alguno de los deudores sin hacer reserva de sus
derechos, la Ley presume que ha renunciado a la solidaridad respecto
a ese deudor y de ahí que no le pueda cobrar la totalidad a ese deudor,
porque quedó liberado por la renuncia parcial que el acreedor hizo de
la solidaridad. La renuncia puede ser referente a todos los deudores,
y si se hace así, la obligación se vuelve simplemente conjunta desde
el momento en que se renuncia a la solidaridad respecto de todos lo
deudores.

Si se renuncia a la solidaridad respecto de un deudor, a los demás


podrá cobrarles la totalidad o a cualquiera de ellos, pero deduciendo
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la cuota del deudor al que le recibió su parte en la deuda. Por eso los
incisos tercero y cuarto del Artículo 1.573 del Código Civil establecen
que: “… Pero esta renuncia expresa o tácita no extingue la acción
solidaria del acreedor contra los otros deudores, por toda la parte
del crédito que no haya sido cubierta por el deudor a cuyo beneficio
se renunció la solidaridad. Se renuncia la solidaridad respecto de
todos los deudores solidarios, cuando el acreedor consiente en la
división de la deuda”.

RELACIONES ENTRE CODEUDORES

En cuanto a las relaciones entre los codeudores el artículo 1.579 del


Código Civil dispone que: “El deudor solidario que ha pagado la
deuda o la ha extinguido por alguno de los medios equivalentes al
pago, queda subrogado en la acción del acreedor con todos sus
privilegios y seguridades, pero limitada respecto de cada uno de los
codeudores a la parte o cuota que tenga este codeudor en la deuda”.

Desde el momento en que algún codeudor paga la obligación, surgen


para él posibles derechos respecto de los demás codeudores: puede en
primer término, cobrar a los demás codeudores la parte que le
corresponda a cada uno en la deuda. La parte de cada codeudor,
dependerá de las relaciones jurídicas que existan entre los codeudores
y a falta de tales relaciones, se entiende que la deuda se divide en
tantas partes como codeudores por igual. No en todos los casos hay
lugar a esa acción de reembolso, porque depende de las relaciones que
existan entre los codeudores; como por ejemplo si quien pagó la
totalidad de la obligación era el deudor principal y su codeudor era
simplemente un fiador solidario que no tenía interés en la obligación,
el codeudor principal no tendrá ninguna acción contra el fiador que
no tenía obligación alguna frente al codeudor principal.

Al extinguirse la obligación solidaria porque un codeudor haya


pagado, éste tiene en principio derecho a la acción de reembolso. Pero
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como la solidaridad existe en las relaciones entre acreedores y
deudores, extinguida la obligación por el pago o por un medio
equivalente al pago, la solidaridad se extingue. De modo que la
solidaridad desaparece por el pago y la obligación que subsiste es
simplemente conjunta y ya no solidaria. El deudor que pagó tiene
derecho a que los codeudores le reintegren cada cual su cuota y no
podrá cobrarle a ninguno de los codeudores la totalidad de la
obligación sino deducida su cuota, ya que la Ley lo prohibe; de lo
contrario, nunca se terminaría de cobrar la obligación, ya que el
codeudor solidario que pagó cobraría a otro y éste a su turno a otro y
así sucesivamente.

Pero puede suceder que el pago del deudor no haya sido completo
sino parcial y, en ese caso, la obligación se extingue parcialmente y
los derechos del codeudor que pagó parcialmente serán también
parciales y proporcionales a la parte extinguida de la obligación. Por
ejemplo, si pagó la mitad de la obligación solidaria, tendrá derecho a
cobrarle a cada codeudor, la mitad de la cuota que cada codeudor
tiene, a la luz de lo previsto en el Artículo 1579 inciso 1º del Código
Civil que dice: “El deudor solidario que ha pagado la deuda o la ha
extinguido por alguno de los medios equivalentes al pago, queda
subrogado en la acción del acreedor con todos sus privilegios y
seguridades, pero limitada respecto de cada uno de los codeudores a
la parte o cuota que tenga este codeudor en la deuda…”

El Artículo 1.579 del Código Civil al hablar de Subrogación se refiere


a que la subrogación es la transmisión de los derechos del acreedor a
quien le paga; esa transmisión se hace unas veces por medio de la Ley
y otras, por acuerdo entre la persona que paga y el acreedor (equivale
a comprar el crédito), así lo indica el artículo 1.667 del Código Civil
al decir que: “Se subroga un tercero en los derechos del acreedor, o
en virtud de la ley o en virtud de una convención del acreedor.”

La subrogación obra por ministerio de la Ley, en virtud de lo


establecido en los artículos 1.666 y 1.668 del Código Civil. En primer
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lugar, el Artículo 1666 señala que “La subrogación es la transmisión
de los derechos del acreedor a un tercero, que le paga”. En el caso
del codeudor que paga, la transmisión obra por ministerio de la Ley.

En segundo, el Artículo 1.668 del Código Civil determina que “se


efectúa la subrogación por ministerio de la Ley y aún contra la
voluntad del acreedor, en todos los casos señalados para las leyes y
especialmente a beneficio: … 3º Del que paga una deuda a que se
halla obligado solidaria o subsidiariamente”.

Esto quiere decir que el acreedor no puede negarse a recibirle el pago


a uno de los deudores solidarios que le vaya a pagar.

Si el codeudor pagó, adquirió los derechos del acreedor, en dos


sentidos, a saber:

• Primero, en relación al crédito mismo; o sea que el deudor se


convirtió en acreedor en el momento que pagó, no solidariamente
sino respecto de los demás codeudores en relación con su cuota
dividida por iguales partes.

• Segundo, respecto de los privilegios del crédito y sus garantías. Ello


se observa por ejemplo, en los procesos concursales cuando el
patrimonio de una persona viene a ser repartido entre sus acreedores
por la quiebra del comerciante; así ocurre en un proceso civil de
concurso de acreedores. En este tipo de procesos de ejecución
“universal” no todos los créditos participan en igual forma; hay
unos que tienen privilegios, por ejemplo: los créditos laborales;
quien adquiere por subrogación un crédito lo adquiere con el
privilegio que tenga, por ejemplo, si es crédito de la quinta clase,
sin garantía específica, (quirografario), lo hereda o se le transmite
con ese privilegio. Si el crédito estaba garantizado con fianza,
hipoteca o prenda, quien paga, se subroga en los derechos, adquiere
los derechos del acreedor con esos privilegios y garantías; adquiere

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pues también como garantía del pago, las seguridades que tenía el
acreedor.

El Inciso 2º del Artículo 1.579 del Código Civil dice que: “si el
negocio para el cual ha sido contraída la obligación solidaria,
concernía solamente a alguno o algunos de los deudores solidarios,
serán estos responsables entre sí, según las partes o cuotas que le
correspondan en la deuda y los otros codeudores serán considerados
como fiadores”.

De acuerdo con ese inciso, nada podrá cobrar a los otros codeudores
el que paga, si los otros codeudores no tenían intereses en el crédito,
sino que eran simplemente fiadores. Así por ejemplo: Un acreedor
para otorgar un préstamo de dinero a una persona, le pide la garantía
solidaria de una persona solvente que figure como codeudor solidaria
y, vencida la obligación el deudor principal paga, nada puede cobrarle
a la otra persona, que era a penas el fiador.

Por motivos evidentes de justicia, en la solidaridad la cuota del


codeudor insolvente grava a los demás solventes, porque el codeudor
que pagó se vería lesionado y ganaría el que no lo hizo. En principio
el codeudor que pagó no tiene derecho sino a cobrarle a cada codeudor
su cuota; pero, si hay un codeudor que es solvente y otro insolvente,
el codeudor que pagó se vería lesionado y se vería favorecido el
codeudor solvente que sólo reintegraría su cuota:

A ACREEDOR
..
pag a a.

$1.000

C D CODEUDORES
B
1/3 1/3 SOLIDARIOS
insolvente

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Si “B” pagó los $ 1.000 en su totalidad por el hecho del pago la
obligación solidaria desapareció y, surge para “B” la facultad de
cobrar la cuota de “C” y la cuota de “D”. En el supuesto de que deban
por iguales partes, o sea cada una tercera parte; si “C” es insolvente y
no le paga a “B” habrá pagado las dos terceras partes y no habrá
recobrado sino una tercera parte; en este caso la Ley establece el
principio de que la cuota del deudor insolvente grava a los demás
solventes y se reparte entre ellos; o sea que “B” supuesta la
insolvencia de “C”, podrá cobrarle adicionalmente a “D” la mitad de
la cuota de “C”. O sea que “B” y “D” solventes, soportan por iguales
partes la insolvencia de “C”, con el derecho de cobrarle a “C” en el
momento en que sea solvente la parte de la cuota se pagaron por él.
Esto está especificado en el inciso tercero del Artículo 1.579 del
Código Civil que dice: “La parte o cuota del codeudor insolvente se
reparte entre todos los otros a prorrata de las suyas, comprendidos
aún aquellos a quienes el acreedor haya exonerado de la
solidaridad”.

Bajo esta misma regla los exonerados de la solidaridad también están


incluidos, porque la exoneración de la solidaridad no equivale a la
condonación de la deuda. Si hay algún insolvente, el que pagó por él
la totalidad de la cuota del insolvente se vería perjudicado y la ley
establece entonces, que se reintegra a quien pagó también la cuota del
insolvente repartida proporcionalmente entre los solventes:

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A ACREEDOR
paga a exonera a

B C D CODEUDORES
PAGA 1/3
2/3 1/3 SOLIDARIOS
insolvente

Si “D” está exonerado de la solidaridad sucede que: “D” pagó a “A”


una tercera parte que era su cuota ya que “A” lo exoneró del pago
solidario. En cambio le cobró solidariamente a “B” que pagó las dos
terceras partes; cuando “B” fué a cobrarle a “C” éste resultó
insolvente, entonces la Ley al ser “C” insolvente distribuye la cuota
de “C” entre los dos solventes, “B” y “D”; entonces “B” no le podrá
cobrar la cuota a “D” porque “D” se la pagó a “A”, pero sí le puede
cobrar la mitad de la cuota de “C”. En este ejemplo vale aclarar que
exonerar la solidaridad es cobrar la cuota, mientras que condonar la
obligación (deuda) es regalarla, es decir sin que haya
contraprestación, gratuitamente.

Por su parte, el Artículo 1.580 del Código Civil trata sobre lo que
sucede cuando muere algún codeudor solidario, en relación con la
obligación que surge a cargo de los herederos. Este Artículo 1.580 del
Código Civil determina que: “Los herederos de cada uno de los
deudores solidarios son, entre todos, obligados al total de la deuda;
pero cada heredero será solamente responsable de aquella cuota de
la deuda que corresponda a su porción hereditaria”. Esto significa
que por el hecho de la muerte de un codeudor la solidaridad ni
desaparece, ni tampoco se transmite a los herederos.

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A ACREEDOR

B C CODEUDORES SOLIDARIOS

E F
HEREDEROS

Si “B” muere “A” puede cobrarle la totalidad a “C” o puede cobrarle


la totalidad a la herencia de “B” pero no le puede cobrar la totalidad
a uno de los herederos, “E” o “F”, a “E” le puede cobrar el interés que
tiene en la herencia. Si es heredero, por iguales partes con “F”, le
puede cobrar el 50% y, si quiere cobrar la totalidad, tiene que hacerlo
a “C” o a la herencia o al mismo tiempo a los dos herederos (“E” y
“F”).

La solidaridad se estudió así, como una de las modalidades de la


obligación en razón de los sujetos.

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