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- Definición de racismo: comportamiento social que consiste en identificar a las personas con grupos,
clasificándolas sobre la base de diferencias reales (color de la piel, idioma, acento, religión) o
imaginadas (grupo étnico, origen); asumiendo que unas personas son mejores que otras.
- El racismo se produce porque utilizamos estereotipos al pensar en esas personas. Los estereotipos:
- Son asociaciones socialmente aceptadas de rasgos o características muy generales, que se supone
que comparten todas las personas que forman el grupo.
- Son muy fáciles de aceptar y muy difíciles de desmontar, porque cuando nuestra propia
experiencia los contradice, no desafiamos el estereotipo, sino que clasificamos nuestra
experiencia concreta como una excepción.
- En la medida en que compartimos estos estereotipos y los reproducimos en nuestra vida diaria,
estamos involucradas en la parte invisible del mecanismo racista y además estamos siendo
cómplices del comportamiento racista visible porque aceptamos la asociación de ideas.
- El objetivo del racismo, por tanto, es legitimar el orden social a partir de dos ideas:
- Los privilegios invisibles: ventajas que tenemos algunas personas. Ocultamos las desigualdades
escondiendo los privilegios de manera que se convierten en invisibles (como son invisibles ni
siquiera somos conscientes de disfrutarlos, los naturalizamos). Creamos la falsa ilusión de que
“todos somos iguales” (es decir, se legitima el orden social).
- La culpabilización de las víctimas: creencia de que cada persona está donde está, o tiene las
oportunidades que tiene, por méritos propios (acción extremadamente eficaz porque esto no solo
lo creen las personas privilegiadas sino las propias víctimas).
- Tomar conciencia de los privilegios invisibles es el primer paso de una educación antirracista
porque así podremos desenmascarar las desigualdades.
3. Conclusiones.