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TEMA 4

ESTEREOTIPOS
Los estereotipos son frecuentemente usados en la ciudadanía y afectan a las relaciones
interpersonales. Quien acuñó el término, Lippmann (1922), decía que las cosas
primero las definimos, y después las vemos. A menos que la educación nos enseñe a
verlas, las preconcepciones gobiernan nuestra percepción.
Cuando nos enfrentamos a la percepción de los hechos, lo hacemos a través de
nuestros esquemas previos (prejuicios), los cuales hemos desarrolado a través de un
proceso de socialización (Braly y Katz)
1. Origen y características
a) Origen
Los primeros trabajos prestaban atención al contexto, en qué ideas/características se
conformaban los estereotipos que personas tenían sobre otras personas
(positivo/negativo/qué rasgos le atribuían).
Este enfoque dio paso a otro mucho más interesante: no el contexto, sino la estructura
del contexto, así como los proceos que hacen que nos hayamos imágenes mentales
sobre otras personas distintas.
Dicho de otra manera: los primeros trabajos trataban del análisis del contenido de los
estereotipos; gradualmente se cambió el foco hacia la estereotipia, es decir, la
estructura y los procesos del estereotipo.
Hamilton define el estereotipo como una estructura cognitiva que contiene los
conocimientos, creencias y expectativas del observador acerca de algún grupo
humano, de forma que influyen las emociones vinculadas a “los otros”.
Es lo suficientemente inclusiva como para entender qué es un estereotipo y qué
funciones desempeña: nos brinda ese esquema que nos permite conocer (sea preciso
o sesgado). Aunque la gente esté equivocada, interesa lo que piensa, y eso informa
sobre cómo va actuar. Con todo, la mayoría de definiciones lo consideran una
atribución errónea, inexacta.
Los estereotipos son creencias no individuales, sino socialmente compartidas. No son
fruto de elaboraciones personales, sino del conjunto de opiniones de personas de
nuestro entorno y la interacción propia con otros: en ese proceso de interacción,
creamos ideas compartidas de cómo son los demás. Incluso aunque no los conozcamos
seríamos capaces de dar una lista de características de grupos: los estereotipos surgen
a partir no del contacto, sino del ambiente social en el que vivimos, como amigos,
familia o medios de comunicación. Estos agentes posibilitan la existencia de creencias
socialmente compartidas respecto a otros grupos.
b) Características
- Generalización
Los estereotipos son una muestra del proceso de categorización, pues agrupamos
individuos en función de su pertenencia grupal: todos los elementos de una misma
categoría tendemos a percibirlos más similares de lo que realmente son (distorsión
informativa).
Cuando categorizamos, olvidamos aquellas características del individuo, es decir, la
generalización se caracteriza por una no individualidad, sino una afirmación
generalizada sobre cómo son y a qué se parecen los miembros de un grupo social, a
los cuales se les quita dicha individualidad. Si a un grupo le asignamos “ser generoso”,
aunque un miembro no lo sea, le atribuimos también el rasgo de “generoso”.
Históricamente, hemos atribuido a ciertos grupos características negativas a ciertos
grupos (“ser ladrones”), aunque un miembro del grupo no tenga esas características
(forma parte de un grupo socialmente mal visto). Por tanto, es injusto.
- Distintividad
Hace referencia a la medida en que una característica es percibida como asociada en
mayor medida a un grupo que a otros grupos. Sean buenas o malas, las características
diferencian al grupo de los otros, otorgándoles una “esencia” a las personas de ese
grupo.
- Diferenciación intergrupal (diferenciación categorial en el manual)
Tendemos a pensar que el resto de personas (de otros grupos) no tienen los mismos
rasgos, o en menor intensidad (respecto a nosotros). Es decir, se establece una
frontera cognitiva entre grupos. Según modelos asociacionistas, lo importante es que
la representación de un grupo sea informativa: para ello, las diferencias entre los
miembros de dos grupos en un rasgo son mayores que las diferencias entre los
miembros de un mismo grupo en dicho rasgo.
- Consensualidad
Los estereotipos son creencias de carácter consensual, compartidas. En la sociedad,
existe un consenso alto sobre los estereotipos de distintos grupos. Aún cuando no
hubiese ningún contacto, todos tienen una creencia o idea sobre el grupo, y todas
serían similares.
La reflexión sobre ciertos aspectos de la vida no son de cosecha propia, sino que
surgen de la sociedad, de la interacción social. Según Katz y Braly, los estereotipos
serían conjuntos de atributos en los que los sujetos estarían de acuerdo al nombrarlos
como típicos de un grupo.
2. Funciones y estructura
Los estereotipos son estructuras que actúan como filtro cognitivo e incluso determinan
cómo pensamos sobre ciertos grupos.
FUNCIONES
¿Por qué la especie humana desarrolló este proceso prácticamente automático? ¿Qué
funciones tiene?
- Economía cognitiva
Una característica humana es la dificultad para percibir todo lo que hay, en el entorno,
así como la tendencia a usar la menor energía posible (para usarla posteriormente en
una potencial situación de riesgo). Este es el principio de economía/avaricia cognitiva.
Lo que facilitan los estereotipos es que estemos en “modo ahorro cognitivo”:
reducimos la información del medio.
Lo más sencillo al pensar sobre ciertos grupos es activar el “esquema” que guardo,
dando respuestas similares a los otros. En caso de que la situación sea más
significativa, pongo un mayor esfuerzo en conocer a la persona de ese cierto grupo.
Normalmente, no es así, pues suele ser un contacto intrascendente.
- Protección del yo
Es el mecanismo de necesidad que tenemos las personas de tener una valoración
positiva de nosotros mismos, de preservar nuestra autoestima.
Aunque no siempre sea idónea, una forma “indecente” de protegernos es mediante
los procesos de atribución externos: cuando evidencio una situación no deseable, en
vez de responsabilizarme, puedo hacer una atribución externa de responsabilidad,
eximiéndome de la culpa. De esta forma, mantengo una opinión favorable hacia mí
mismo, así como la que los demás tienen de mí.
Por tanto, consiste en responsabilizar, echar la culpa al otro, incluso antes de que la
tarea nos haya salido mal. Por ejemplo, el COVID: con su deriva sanitaria y económica,
ante la necesidad de saber lo que está ocurriendo (necesidad epistémica), tendemos a
echarle la culpa a los demás. Por ejemplo, podemos destacar tres acontecimientos
durante la crisis:
1) America First de Trump, 2) Brexit británico y 3) Independentismo catalán. Se trata
de 3 procesos estrechamente vinculados: cuando se vive una situación de amenaza
(una crisis), surgen movimientos que tratan de encontrar la solución no
colaborativa, sino una solución de tipo excluyente. American First: “los demás no
importan, ya que ellos (Europa) tienen la culpa.” Brexit: “Gran Bretaña no debería
contribuir a la ayuda de los PIGS (Portugal, Italia, Grecia, España).” No solo no
ayudo, sino que esto se una a una descalificación sobre lo que supone ser parte del
grupo. Discurso independentista: “España nos roba.”

- Función social
Cuando el estereotipo ya forma parte de un grupo, para pertenecer a este, “hay que
pagar el tributo” respecto a la valoración del exogrupo. Si alguien del grupo no
comparte aquellos atributos negativos hacia el exogrupo, ello podría acarrear
consecuencias sociales, personales o políticas (rechazo del grupo, no aceptación).
Es decir, compartir los estereotipos del grupo al que se pertenece permite que un
sujeto sea aceptado. Por ejemplo, manifestar el estereotipo de los judíos como
ladrones ayudará a una persona a que la acepte un grupo neonazi.
ESTRUCTURA
El autor Peabody fue el primero en estudiar la estructura de los estereotipos. En su
estudio, habla de 2 dimensiones presentes en los estereotipos nacionales: descriptiva
(describo el grupo: trabajador, eficaz, amante de la música...) y valorativa (cómo valoro
al grupo mediante juicios: vago, egoísta, avaro...).
Encontró que había un alto consenso con respecto a las características que describen
al grupo (dimensión descriptiva); sin embargo, existía un sesgo endogrupal en las
valorativas, de forma que había una valoración más positiva hacia el propio grupo.
Aunque el exogrupo pueda pensar que son aspectos negativos, el endogrupo mantiene
esas características como algo positivo, reafirmando su identidad.
Según la autora Fiske, los estereotipos respecto a los grupos cobran 2 dimensiones:
competencia, que depende del estatus del grupo; (trabajador, puntual, eficaz...) y
calidez (leal, simpático, agradable...), que depende del tipo de relación intergrupal
(cooperación vs competición). Combinando estas 2 dimensiones entre sí, surgen 4
imágenes estereotipadas sobre el exogrupo.
- Imágen paternalista (baja competencia, alta calidez): de bajo estatus, pero
cooperativos; cálidos humanamente, pero incompetentes. “Nos cae majo, pero
no sabe hacer mucho.”
- Imagen envidiada (alta competencia, baja calidez): de mayor estatus que
nuestro grupo, y con metas incompatibles: competentes, pero insociables.
- Imagen admirada (alta competencia, alta calidez): mayor estatus y que
colaboran con nuestro grupo: sociables y competentes. Se trata de personas
pertenecientes a un grupo altamente valorado respecto a calidez y
competencia.
- Imagen despreciada (baja competencia, baja calidez): bajo estatus y compiten
con nuestro grupo: incompetentes e insociables.
3. Medición
a) Explícita
Es importante saber medir los estereotipos. La forma más tradicional es solicitando a
grupos de personas que describan cómo creen que son otros grupos (gallegos,
catalanes, alemanes...), por ejemplo, mediante atributos (inteligentes, vagos,
aplicados, puntuales, agresivos...). Sin embargo, presenta limitaciones.
En la investigación, necesitamos datos veraces. Los sujetos podrían estar mintiendo al
dar una opinión negativa por deseabilidad social, pero por temor a las consecuencias
en su contexto, no lo dice. Esto es, por deseabilidad social.
Una posible solución es el anonimato. Incrementa la posibilidad de que se sinceren,
pero en temas muy sensibles no son conscientes del estereotipo (“Yo no soy racista,
pero...”). Además, incluso aunque sepa que nadie lo va a ver, ello genera cierta
angustia.
Por otro lado, el informe secreto puede ser objeto de automanipulación. Los sesgos y
la invalidez de las respuestas (deseabilidad social) llevó a emplear informes con
medidas más implícitas.
b) Implícita
La medición implícita usa estrategias que muestren reacciones negativas hacia grupos
sin que los sujetos sean conscientes. Casi todas las mediciones se basan en 2
principios: el tiempo de reacción y el priming.
- Tiempo de reacción
Cuando en una persona se activa un estereotipo, y se le pide que dé un juicio sobre el
grupo estereotipado, su respuesta vendrá determinada por el tiempo que le demos
para responder.
Interesan las respuestas por debajo de los 500 ms, pues la psicología cognitiva ha
demostrado que por debajo de ese tiempo todo juicio o conducta realizada es una
respuesta espontánea, y no es posible transformarla, manipularla o sesgarla por
deseabilidad social. Si se le muestra a una persona que tiene prejuicios hacia los
gitanos, al activar dicho estereotipo, las respuestas que emita antes de los 500 ms a
partir de la presentación del estímulo reflejarán sus estereotipos y prejuicios latentes;
si se le da más tiempo para responder, las respuestas podrían corregirse.
El proceso se realiza, por ejemplo, mediante el Test de Asociación Implícita (TAI),
basado en el principio de incompatibilidad de respuestas: cuando una persona debe
realizar simultáneamente dos conductas incompatibles (respuesta espontánea vs
respuesta manipulada), se produce una interferencia que ralentiza la ejecución. El test
consiste en una doble tarea de categorización: una consiste en decidir si un nombre
aparecido en la pantalla es “árabe” o “español”; la otra consiste en decidir si los
adjetivos que tienen connotaciones positivas o negativas (realizando ambas con la
máxima rapidez), con condición congruente (Z para “español” o “adjetivo positivo”; M
para “árabe” o “adjetivo negativo”) o incongruente (Z para “español”/”negativo”; M
para “árabe”/”positivo”). Aquellos que tengan prejuicios latentes contra los árabes
tardarán menos tiempo en la condición congruente que en la incongruente.
- Priming
En línea con el ejemplo anterior, también se puede estudiar el estereotipo hacia los
gitanos a través del priming. “Queremos hacer una prueba de destreza expresiva.
Describid cómo es la vida de un gitano, intentando no introducir estereotipos”. De
esta forma, activamos el estereotipo de gitano (es decir, se activa el priming).
A continuación, se le presentan unas palabras incompletas, que debe completar con la
primera que le venga a la mente. Por ejemplo, _A_O.
Se comprobó que, cuando hay priming (estereotipo hacia los gitanos), los estereotipos
son consistentes con la palabra, es decir: los estereotipos negativos hacia gitanos
mostraron que completaban palabras como MALO.
¿Cuál es mejor entre las medidas explícitas e implícitas? Ninguno, pues las medidas
evalúan procesos independientes.
Los estereotipos implícitos predicen conductas automáticas, no deliberadas ni
controladas (sin pensar), mientras que los explícitos predicen conductas realizadas
consciente y deliberadamente, como, por ejemplo, votar en EEUU a un candidato
afroamericano.
4. Análisis funcional: la activación automática.
Es especialmente conocido el Modelo de disociación de Devine: a través de nuestra
historia y lo que oímos sobre otros grupos, los atributos/rasgos se asocian a una
categoría. Se supone que los estereotipos se sobreaprenden mediante el proceso de
socialización (ello se podría incluir dentro de un proceso de condicionamiento clásico).
De esta forma, al observar a un estímulo de dicha categoría, de manera automática se
activaría el significado asociado. Partiendo de este supuesto, el modelo trata de
explicar los procesos a través de los cuales los estereotipos se traducen en conductas.
Levine diferencia entre 2 tipos de evaluación.
a) Por un lado, estaría la activación automática del estereotipo (Sistema Tipo I de
Kahneman).
Por ejemplo: si yo conozco a alguien de Bangladesh, y veo que esa persona actúa de
una manera determinada, y no conozco a más personas de Bangladesh, tenderé a
pensar/asociaré que el resto de personas de Bangladesh actúan así (activación
automática, inevitable, no deliberada y no requiere esfuerzo cognitivo: produciéndose
incluso cuando estamos a otra cosa). En ese contexto, no hay diferencias entre
personas contrarias al prejuicio o personas prejuiciosas: la activación del estereotipo
se produciría en todo el mundo, independientemente de su nivel de prejuicio explícito.
b) Por otro lado, tras la activación del estereotipo, en ocasiones se produciría una
segunda fase de corrección. Requeriría esfuerzo cognitivo, motivación y tiempo, y
es deliberada.
En vez de activar el Sistema Tipo I, activamos el Sistema Tipo II: supondría que el
estereotipo podría no llegar a manifestarse puesto que nos planteamos hasta qué
punto el juicio sobre la persona que tenemos delante es cierto o no. Se trata de una
respuesta más deliberada y consciente: supone una mayor dificultad, puesto que
interrumpimos el proceso automático (basado en la economía cognitiva), de forma que
hay un mayor esfuerzo cognitivo.
Para hacer ese esfuerzo, debemos estar motivados. Esa motivación aparece cuando la
interacción es importante o cuando tenemos tiempo para pasar con la persona. En
conclusión, se modifica el estereotipo automático.
Esta diferenciación se traslada a la diferenciación entre los estereotipos explícitos
(podemos rechazarlos) y los implícitos (son respuestas estereotipadas).
La pregunta a continuación sería: ¿es inevitable que la activación automática produzca
conductas estereotipadas?
A pesar de que se piense que no como Devine, no es inevitable, pero es complicado
cambiar las respuestas automáticas. ¿Cómo se podría evitar que el proceso automático
haga conductas estereotipadas?
Wyer plantea, mediante el proceso de socialización, “entrenar” a las personas para
evitar juicios estereotipados: estudios muestran que mostrar argumentos
contraestereotipados puede modificar esquemas cognitivos. Así, mostró que sujetos
entrenados atribuían a conductas contraestereotípicas (del grupo estereotipado) una
disposición personal, y las conductas estereotipadas a factores externos (justo lo
contrario de los juicios estereotipados). Sin embargo, hay que tener en cuenta que
estos esquemas son difíciles de cambiar.
En nuestro sistema, existe el denominado sesgo de confirmación. Buscamos
elementos que confirman nuestros POV, y descartamos aquellos que difieran de
nuestras creencias. Estos mecanismos hacen que nuestros POV se mantengan: esta es
la razón por la que es tan difícil cambiar actitudes en la vida social. Las actitudes más
fáciles de cambiar son las más débiles, las que no forman parte de la autoidentidad del
sujeto.
Este sesgo de confirmación hace que tengamos un bajo umbral de reconocimiento
hacia los hechos que confirman lo que pensamos, y un alto umbral de reconocimiento
hacia aquellos hechos que contradicen lo que pensamos.
5. Efectos de los estereotipos
PROFECÍA AUTOCUMPLIDA
Una profecía autocumplida, confirmación de expectativas o confirmación conductual
consiste en que una predicción que hacemos, a continuación se convierte en la causa
de esa predicción. Es decir, es el comportamiento que hacemos en torno a esa
predicción el que hace que se cumpla.
Por ejemplo, creo que hay un banco que va a quebrar, y se lo comento a mis iguales.
En la realidad, el banco no tiene problemas, pero yo empiezo a expandir lo que creo
que es el futuro de ese banco. Como yo tengo dinero en ese banco, y como puede
quebrar, saco todo el dinero que tengo; si esa misma ación que hago yo, lo hacen miles
de personas, el banco obviamente quebarará.
Se diferencia del placebo en que modificamos la conducta de los demás: tú modificas
tu propia realidad.
Se diferencia del efecto pigmalión en que este surge de las expectativas, mientras que
la profecía autocumplida se refiere a un ámbito.
¿Cómo puede un estereotipo producir la profecía autocumplida? Por ejemplo, tengo
una imagen pésima de un grupo social. Si veo a alguien de ese grupo, mantendré una
conducta de distanciamento, pues pienso que puede agredirme. La persona que ve
esto piensa precisamente que yo estoy yendo hacia ella con pretensión de agredirla;
ello provocará en ella una conducta defensiva, cumpliéndose así la profecía. Si yo no
hubiese adoptado esa postura debido al estereotipo, la otra persona tampoco habría
hecho nada. Este es un ejemplo de cómo los esquemas (el estereotipo) influyen en la
conducta. Este efecto viene modulado por la atención que prestemos, y parece
causado por una sobrecarga cognitiva.
EFECTO BOOMERANG/BACKLASH
Además de la profecía autocumplidda, está el efecto backlash o boomerang. Las
expectativas alrededor de un estereotipo cumplen 2 funciones:
- Que las personas integradas dentro de los grupos estereotipados actúen como
tal.
- Que otras personas actúen contra esa versión estereotipada.
El efecto backlash presionaría a los miembros del grupo estereotipado para actuar en
consecuencia al estereotipo, a través de represalias sociales o económicas contra las
personas que no actuaban en consonancia con las expectativas (estereotipos sociales).
Según el modelo, los mecanismos para mantener los estereotipos dominantes son las
expectativas de uno y las reacciones del otro.
Por ejemplo, los estereotipos de género. Se esperaba que las mujeres (endogrupo)
hiciesen sus papeles tradicionales, y el resto de la sociedad (exogrupo) lo aceptase. En
el momento en el que alguien del endogrupo se salta esos estereotipos, hay una
reacción por parte de los demás (“¿de qué vas? ¿todavía quieres más derechos?”.) De
esta forma, las mujeres actuarían conforme al estereotipo (ocultando su conducta) por
temor a las represalias, manteniendo las creencias sociales dominantes. Actor y
observador contribuirían a mantener el estereotipo.
LA AMENAZA DEL ESTEREOTIPO
Se definiría como el proceso por el que las personas del grupo estereotipado
negativamente muestren déficits en su rendimiento cuando se hace saliente su
pertenencia grupal. En otras palabras, las personas que forman parte de los grupos
llegan a asimilar o interar los estereotipos que el exogrupo le atribuye, renunciando a
su identidad propia (acento, origen, color de piel...). Un ejemplo es el experimento de
las muñecas blancas y negras.
Otro ámbito estudiado es el académico. En un estudio de Harvard, se ponía a prueba a
las mujeres: en un grupo, no se les decía nada y simplemente hacían la prueba; en el
otro, se activaba el priming diciendo que las mujeres son peores para materias
tecnológicas. Se encontró que este grupo obtuvo peores resultados: el activar un
esteretipo provoca que muchas personas sean consecuentes con ese estereotipo. Este
efecto desaparecería cuando la tarea se presenta de forma que los participantes no la
asocien a alguna dimensión estereotípica de su grupo.
En conclusión, la amenaza estereotípica sería una forma de autoconfirmación del
estereotipo del propio grupo.
6. Resistencia al cambio de los estereotipos
Se comentó anteriormente que los esquemas cognitivos son difícilmente modificables,
pues sirven para identificarnos: somos lo que hacemos en base a lo que pensamos y lo
que creemos. Este es uno de los motivos por los cuales los estereotipos son tan
difíciles de cambiar.
Otro motivo es un concepto similar a la economía cognitiva; la indigencia cognitiva:
actuamos con respuestas automáticas para hacer menos esfuerzos cognitivos, pues
nuestra memoria de trabajo es limitada, y no recurrir a un heurístico supone un
esfuerzo cognitivo.
¿Qué factores pueden hacer que se evite el estereotipo?
- Evitar el heurístico, centrándonos más en el contexto. Si alguien me ve a mí ser
agresivo, puede que haya algo en la situación que facilite que sea agresivo; en
cambio, la otra persona puede que lo atribuya a un rasgo estable de
personalidad.
- Otra forma es mediante el entrenamiento, ejercitándose con imágenes
mentales. Por ejemplo, imaginarse a un catedrático afroamericano al que no le
gusta el deporte, y es fan de la literatura y la música clásica.
Juegan un papel muy importante los medios de comunicación, que pueden
mostrar a personas de ciertos grupos socialmente mal valorados, haciendo
cosas bien valoradas. De esta forma, se reduciría el estereotipo.
Por último, es preciso aclarar un efecto frecuente de los intentos por inhibir
pensamientos estereotípicos, y que muchas veces hace que sea tan difícil cambiarlos:
el efecto rebote: los intentos por eliminar de nuestra mente pensamientos
estereotípicos provocan paradójicamente un aumento de su accesibilidad.

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