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LECCIÓN 8 (6).

USUCAPIÓN

La usucapión es la adquisición de la propiedad mediante la posesión continuada en el tiempo.

La finalidad de ésta es remediar una adquisición que ha resultado viciosa, debido a:

- Porque el modo empleado para transmitir la propiedad no fue el adecuado (ej.


Transmitir la propiedad de una ​res mancipi mediante la ​traditio y no a través de la
mancipatio)​

- Por razones de fondo, porque el transmitente no era el propietario o no tenía la


capacidad necesario para transmitir la propiedad.

Un ejemplo quedará más claro: Si alguien que no es propietario o sin capacidad para transmitir
la propiedad, me entrega una cosa a través de la ​traditio​, no adquiero la propiedad sino que
recibo la posesión, creándose una situación jurídica incierta donde juegan: el transmitente no
propietario (porque la adquisición resultó viciosa), el legítimo propietario y el adquiriente (que
cree de buena fe haber adquirido la propiedad a su verdadero dueño.)

Para que esta situación no se prolongase indefinidamente, mediante la usucapión me convertiré


en propietario cuando transcurra el tiempo exigido y cumpla otros requisitos que fueron
configurándose más lentamente.

EVOLUCIÓN
La usucapión era ya conocida en el antiguo Derecho romano.

- Según las XII Tablas: consistía en la adquisición de la propiedad por el paso del
tiempo, transcurridos 2 años para fundos y 1 años para las demás cosas, el poseedor
se convertía en propietario, demostrando tan solo que la cosa había estado en su
poder durante el tiempo indicado.

En esta época era sólo necesario la posesión y el tiempo; la buena fe y el justo título
se convirtieron en elementos indispensables más tarde.

- En la compilación justinianea: Se desarrolló totalmente la usucapión hasta el punto


que era un modo de adquirir la propiedad, cuyo fundamento jurídico y elementos
esenciales no se diferencian de aquellos del derecho moderno.

- A lo largo de esa evolución, la usucapión sólo podía aplicarse a fundos itálicos, pero
la jurisprudencia clásica creo una figura paralela llamada ​longi tempori praescriptio
que estaba relacionada con los fundos provinciales.

Más tarde, se suprime esta distinción entre fundos itálicos y fundos provinciales, y
por tanto, no tiene ya sentido la separación entre ​usucapio y ​ praescriptio longi
temporis.​ ​Justiniano fusiona ambos institutos, manteniendo el nombre de usucapión
para las cosas muebles y el de ​praescriptio para los bienes inmuebles, aunque bajo
estos dos términos sólo encontramos una institución: la usucapión.
CONCEPTO
La usucapión consiste en la adquisición de la propiedad por la posesión continuada de una cosa,
durante el tiempo determinado en la ley. Se exige además la buena fe por parte de quien inicia la
posesión y un título justo.

REQUISITOS
Para usucapir son necesarios cinco elementos: ​res habilis,​ ​titulus,​ ​fides​, ​possessio​ y ​tempus.

a) RES HABILIS: La cosa debe ser susceptible de ser usucapida. En realidad, susceptibles
son todas aquellas cosas que están en el comercio, aunque existen algunas excepciones:

- Las cosas robadas, no pueden usucapirlas ni el ladrón ni el tercero que


las adquiera del ladrón, ni siquiera mediante buena fe.

- Aquellas cosas cuya posesión haya sido adquirida mediante la violencia.

- Las cosas cuya enajenación (venta, traspaso,…) haya sido prohibida por
la ley, como las cosas litigiosas.

- Aquellos bienes de los pupilos y menores, que hayan sido enajenados


sin las debidas formalidades.

- Los bienes del emperador y las ​res fiscales​ (cosas fiscales)

- Los inmuebles de las Iglesias y aquellos pertenecientes a las


fundaciones pías.

b) TÍTULUS: J​ usta causa o justo título es aquel acto jurídico que demuestra que el
adquiriente no dañó el derecho del anterior poseedor cuando tomó posesión de la cosa,
y que normalmente hubiese bastado para transmitir la propiedad, si no hubiera existido
un defecto de forma o de fondo.

Ej. Si A dona a B una cosa, realizando la ​traditio​, B adquiere inmediantamente la


propiedad; pero si A no era el propietario (defecto de fondo), B no adquiere la
propiedad, sino sólo la posesión, en base a la cual podrá usucapir. La donación sería el
justo título al que B (donatario) podría acudir para demostrar que no hubo lesión en la
toma de posesión y así justificar el comienzo de ella.

Los romanos no conocían el justo título en general, sino justos títulos concretos y
determinados por la ley, individuales con el nombre de la relación que se trate:

- Pro emptore: cuando el vendedor no es propietario de la cosa o no tiene


la capacidad exigida, no puede transmitir la propiedad al comprador, que sólo
recibe la posesión. El contrato de compra-venta es el justo título.
- Pro donato: cuando el donante transfiere al donatario una cosa que no
es suya, éste último no adquiere la propiedad, sino que sólo la posesión. El justo
título es la donación.

- Pro legato: cuando se legó una cosa de otro, o la disposición mediante la


que se ordenó el legado tenía algún vicio (perturbación), el legatario no
adquiere la propiedad, sino que sólo la posesión.

- Pro suo: cuando aunque el justo título no existe, el poseedor está


convencido de buena fe de su existencia: es el llamado título putativo, porque
se apoya en un error. (ej. El error de alguien que encargó a otro (mandato) la
compra de una cosa y la recibió de este, pensando que estaba comprado,
cuando en realidad el mandatario no la compró, sino que la alquiló o la recibió
en comodato.

- Pro derelicto: el abandono es el título que justifica el comienzo de la


posesión. Está claro que si el propietario abandona una cosa, quien la encuentra
adquiere la propiedad mediante la ocupación, pero si el que la abandona no es
el propietario, quien la encuentra sólo inicia la posesión (mas exactamente, la
posesión ​ad usucapionem)​ .

c) FIDES​: es necesario que la posesión haya sido adquirida con buena fe, o lo que es lo
mismo, con la convicción de haber adquirido la propiedad.

La buena fe se basa en un error que nos hace creer falsamente que el acto por el cual
comenzamos a poseer nos ha transmitido la propiedad. Este error surge porque creemos
equivocadamente que el que nos transmite la cosa, es el propietario de la misma y tiene
capacidad para transmitirla, y es un error.

La buena fe sólo se exige en el momento de iniciar la posesión, por lo que si más tarde
aparece mala fe, no nos impedirá cumplir la usucapión.

(ej. Si una vez iniciada la posesión, nos damos cuenta que aquel que creíamos que era el
propietario no lo es.)

Nuestro C.c confirma los principios del derecho romano respecto a la noción de buena fe,
pero con una diferencia, que el derecho español exige buena fe tanto al iniciar la
posesión como durante el tiempo necesario para usucapir.

d) POSSESSIO: ​es el elemento principal de la usucapión, sobre el que se basan todos los
demás.

Se entiende por posesión en sentido técnico del término, la detentación (retención) de la


cosa con el ánimo de tenerla como si fuese propia.

La posesión debe ser justa, por lo que el poseedor debe poseer sin violencia, sin
clandestinidad y sin precariedad (se entiende por precario, cuando se le ha concedido al
poseedor el uso de una cosa de forma revocable y gratuita por el propietario, lo que le
impide al poseedor tenerla como suya y poder usucapirla.)
La posesión debe ser, también, continuada y no interrumpida. La posesión se
interrumpe por:

- Interrupción natural: cuando se pierde la posesión por cualquier causa,


los romanos la llamaban ​usurpatio​.

- Interrupción civil: cuando el legítimo propietario intentaba una acción


contra el poseedor, se interrumpía la posesión y se hablaba de interrupción
civil, que sólo se admite en derecho justinianeo.

e) TEMPUS: El tiempo exigido en las XII tablas era de 1 año para los bienes muebles y de 2
años para los bienes inmuebles.

Justiniano establece definitivamente para la usucapión:

- Bienes muebles: 3 años

- Bienes inmuebles: 10 años entre presentes y 20 años entre ausentes.

PRAESCRIPTIO LONGISSIMI TEMPORIS


Justiniano admitió otro modo de adquirir la propiedad basado en la posesión continuada en
el tiempo: ​la praescriptio longissimi temporis o prescripción extraordinaria. Según esta, el
poseedor de buena fe que hubiese poseído la cosa durante 30 años, sin distinción entre
mueble e inmuebles, adquiría la propiedad de la misma, sin necesidad de un justo título,
imprescindible en la usucapión. Todas las cosas podían ser objeto de la prescripción
extraordinaria, excepto las​ extra commercium​ y las res ​furtivae.​

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