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¿Qué es la pena de muerte?

la pena de muerte constituye una violación de derechos humanos y, en particular,


del derecho a la vida y del derecho a no sufrir tortura ni tratos o penas crueles,
inhumanos y degradantes. Estos dos derechos están consagrados en
la Declaración Universal de Derechos Humanos, adoptada en 1948 por las
Naciones Unidas.
Amnistía internacional
¿En qué países se aplica?
Algunos países ejecutan a personas que tenían menos de 18 añosen el momento
de cometerse el delito; otros aplican la pena capital a personas con
discapacidades psíquicas e intelectuales; y otros la aplican en el contexto de
juicios sin las debidas garantías, vulnerando claramente las normas y el derecho
internacional. Así, la gente pasa años condenada a muerte, sin saber cuándo le
llegará el momento o si podrá volver a ver a su familia.
Ejemplos de pena de muerte
 decapitación
 ahorcamiento
 inyección letal
 arma de fuego
Legislación internacional (tratados internacionales)
Artículo 4 de la Convención Americana Sobre Derechos Humanos (Pacto de San
José), el Protocolo A-53 a la Convención Americana sobre Derechos Humanos
Relativo a la Abolición de la Pena de Muerte, el artículo 3 del Convenio Europeo
para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales,
el Protocolo No 6 al Convenio Europeo para la Protección de los Derechos
Humanos y de las Libertades Fundamentales relativo a la Abolición de la Pena de
Muerte y el Pacto de Derechos Civiles y Políticos de la Organización de Naciones
Unidas.
En el encierro prolongado, el individuo tiene la posibilidad de expiar sus culpas y
reconstruir su vida anterior para sí y para con sus seres queridos, puesto que la
pena de prisión perpetua no significa un aislamiento total de sus familiares y del
resto de la población carcelaria, todo lo cual le permitirá resurgir aun de las
cenizas y de sus miserias. Es ésta la finalidad con la que debe cumplirse la pena
de prisión perpetua.
La pena de muerte en México
Capítulo I De los Derechos Humanos y sus Garantías Denominación del Capítulo
reformada
Artículo 1o. En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los
derechos humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados
internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, así como de las
garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse,
salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución establece.
Artículo 14. A ninguna ley se dará efecto retroactivo en perjuicio de persona
alguna. Nadie podrá ser privado de la libertad o de sus propiedades, posesiones o
derechos, sino mediante juicio seguido ante los tribunales previamente
establecidos, en el que se cumplan las formalidades esenciales del procedimiento
y conforme a las Leyes expedidas con anterioridad al hecho. En los juicios del
orden criminal queda prohibido imponer, por simple analogía, y aún por mayoría
de razón, pena alguna que no esté decretada por una ley exactamente aplicable al
delito de que se trata
Artículo 18. Sólo por delito que merezca pena privativa de libertad habrá lugar a
prisión preventiva. El sitio de ésta será distinto del que se destinare para la
extinción de las penas y estarán completamente separados
Artículo 20. El proceso penal será acusatorio y oral. Se regirá por los principios de
publicidad, contradicción, concentración, continuidad e inmediación.
Artículo 22. Quedan prohibidas las penas de muerte, de mutilación, de infamia, la
marca, los azotes, los palos, el tormento de cualquier especie, la multa excesiva,
la confiscación de bienes y cualesquiera otras penas inusitadas y trascendentales.
Toda pena deberá ser proporcional al delito que sancione y al bien jurídico
afectado.

Derecho a la vida

Toda persona tiene derecho a que su vida sea respetada. Este derecho
debe conceptualizarse en dos sentidos:
a) Como una obligación para el Estado de respetar la vida dentro del
ejercicio de sus funciones;
b) Como una limitación al actuar de los particulares, para que ninguna
persona prive de la vida a otra.

Legislación Mexicana
Sistema Penal mexicano
sistema penal acusatorio el procedimiento penal en el sistema acusatorio
comprende tres etapas etapa de investigación se divide en inicial y
complementaria la inicial comienza con la presentación de la denuncia o querella y
concluye cuando un acusado queda a disposición del juez de control para que se
le formule imputación la complementaria comprende desde la formulación de la
imputación y se agota una vez que se haya cerrado la investigación etapa
intermedia o de preparación del juicio inicia con la acusación y la consecuente
vinculación del imputado al proceso penal y termina cuando el juez de control dicta
el auto de apertura a juicio que envía el caso al conocimiento de un tribunal de
enjuiciamiento en esta fase se ofrecen y admiten las pruebas depurándose los
hechos por los que se formula la imputación se comprende de dos sus fases una
compuesta por el escrito de acusación y los actos subsecuentes previos a la
celebración de la audiencia intermedia guión oral que inicia con la audiencia
intermedia culminando con el dictado del auto de apertura a juicio oral en la
audiencia intermedia las partes exponen sintéticamente sus argumentos
señalando las pruebas serán para su posterior valoración en otra audiencia
llamada de juicio oral manifestarán también si tienen interés en llegar a un
mecanismo para la solución alterna de la controversia de no llegarse un arreglo se
dictará el auto de apertura de juicio oral etapa de juicio oral se realiza ante un
tribunal de enjuiciamiento conformado por uno o tres jueces consiste en una
audiencia a la que se citará oportunamente a todas las partes en ella el ministerio
público expone nuevamente su acusación y pruebas posteriormente el defensor
expresará lo que al interés del imputado convenga de esta forma se desahogarán
todas las pruebas pues concluye el debate la parte juzgadora deliberará en forma
privada el fallo a más tardar en 24 horas luego de lo cual el tribunal se constituirá
nuevamente en la sala para darlo a conocer pudiendo absolver o condenar en
caso de condena se señalará la fecha en que se celebrará la audiencia de
individualización de sanciones y reparación del daño las partes expondrán sus
alegatos y pruebas de nueva cuenta abriendo es un debate que servirá el tribunal
de enjuiciamiento para deliberar brevemente y manifestarse con respecto a las
sanciones al sentenciado y sobre la reparación del daño causado fijando las penas
o pronunciándose sobre el evento a la aplicación de alguna de las medidas
alternativas a la pena de prisión o incluso sobre la suspensión de esta dictada la
sentencia el encargado de dar seguimiento al sentenciado y al cumplimiento de su
sanción es el juez de ejecución de sanciones penales quien deberá garantizar a
los sentenciados la aplicación de la ley más favorable resolviendo en su caso las
solicitudes de beneficios o preliberaciones que suponga una modificación en las
condiciones de cumplimiento de la condena tribunal superior de justicia de la
ciudad de mexico e independencia judicial valor institucional y respeto a la
autonomía

Inviabilidad
La pena de muerte viola el derecho más fundamental, el derecho a la vida. Es
la forma más extrema de pena cruel, inhumana y degradante.

La pena de muerte se aplica de forma discriminatoria. Se usa con frecuencia


contra las personas más vulnerables de la sociedad, incluidas las minorías étnicas
y religiosas, los pobres, y las personas con discapacidad psíquica. Algunos
gobiernos la utilizan para silenciar a sus oponentes. Cuando los sistemas de
justicia tienen deficiencias y los juicios injustos están generalizados, existe
siempre el riesgo de ejecutar a una persona inocente.
Cuando se aplica la pena de muerte, es irreversible. Los errores cometidos no se
pueden deshacer. Una persona inocente puede ser liberada de la prisión por un
delito que no cometió, pero una ejecución nunca se puede revertir.

Las personas que han perdido a seres queridos en crímenes terribles tienen
derecho a ver a la persona responsable rendir cuentas en un juicio justo sin
recurso a la pena de muerte. Al oponernos a la pena de muerte, no estamos
intentando minimizar o aceptar la delincuencia, pero, como han dicho muchas
familias que han perdido a seres queridos, la pena de muerte no puede
verdaderamente aliviar su sufrimiento. Simplemente extiende ese sufrimiento a la
familia de la persona condenada.
La venganza no es la respuesta.  La respuesta se basa en reducir la
violencia, no en ocasionar más muertes. 
Marie Deans, cuya suegra fue ejecutada en 1972

No. Ejecutar a una persona porque le ha quitado la vida a otra es venganza, no


justicia.
Una ejecución, o la amenaza de una ejecución, inflige un terrible maltrato físico y
psicológico. Una sociedad que ejecuta a delincuentes está cometiendo la misma
violencia que condena.

Los Estados con frecuencia recurren a la pena de muerte tras producirse ataques
violentos, con lo que pretenden demostrar que hacen algo para “proteger” la
seguridad nacional. Pero es improbable que la amenaza de ejecución detenga a
hombres y a mujeres preparados a morir por sus creencias, por ejemplo, a
terroristas suicidas. Sin embargo, es muy probable que las ejecuciones creen
mártires cuya memoria se convierta en un motivo de reivindicación para sus
organizaciones.
Es muy elevada la probabilidad de que a las personas acusadas de
“terrorismo” se las someta a un juicio injusto. A muchas se las condena e
virtud de “confesiones” extraídas bajo tortura. En algunos casos, tribunales
especiales o tribunales militares establecidos en aplicación de leyes
contraterroristas han condenado a muerte a civiles, lo que socava las normas
internacionales.

Pero la búsqueda de una forma “humana” de matar a una persona debería


verse como realmente es: un intento de hacer que las ejecuciones sean más
aceptables para el público en cuyo nombre se realizan, y que los gobiernos
que ejecutan parezcan menos asesinos.

9. ¿Qué ocurre si la opinión pública está a favor de la pena de muerte?

Un apoyo firme del público a la pena de muerte generalmente va


acompañado de una falta de información fiable: con frecuencia, se cree
erróneamente que reducirá la delincuencia. Muchos gobiernos se apresuran
a promover esta creencia errónea, incluso si no existen pruebas que la
respalden. Generalmente no se comprenden los factores fundamentales que
sustentan la forma como se aplica la pena de muerte, entre ellos, el riesgo de
ejecutar a una persona inocente, la ausencia de garantías procesales en los
juicios y la naturaleza discriminatoria de la pena de muerte, todo lo cual
contribuye a tener una opinión realmente informada de la pena capital.

Actualmente, dos tercios de los países en el mundo han abolido la pena de muerte
por completo, o la han dejado de usar en la práctica. Aunque ha habido
algunos pasos en retroceso, éstos se deben contrastar con la clara tendencia
mundial hacia la abolición. Solo en 2015, Fiyi, Madagascar y Surinam dieron la
espalada a la pena de muerte de una vez por todas. Burkina Faso, Mongolia y
Corea del Sur están en camino de hacerlo. Europa está casi libre de la pena de
muerte. Y Estados Unidos, históricamente una de las naciones más reacia a
abandonar la pena de muerte, se está volviendo cada vez más contraria a la pena
capital.
Las normas jurídicas aceptadas internacionalmente establecen que la pena de
muerte sólo puede imponerse tras un proceso judicial justo. Cuando el Estado
condena a un individuo sin haberle permitido disfrutar de un juicio justo, está
violando sus derechos a ser juzgado con las debidas garantías y a ser
considerado igual ante la ley. El carácter irrevocable de la pena de muerte significa
eliminar no sólo el derecho de la víctima a solicitar una reparación jurídica por una
condena errónea, sino también la capacidad del sistema judicial de corregir sus
errores.
_____

En una situación como la que se vive en México, de grave inseguridad y violencia


exacerbada, la sociedad se vuelve susceptible a aceptar, tolerar y a exigir, desde
la desesperanza y la indefensión, que el Estado aplique medidas de mano dura
para combatir los flagelos que dañan a la sociedad y mantienen en zozobra al
país. Tristemente nos hallamos en un escenario de esa naturaleza.
De acuerdo con resultados de la Segunda Encuesta Nacional de Cultura
Constitucional realizada por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM,
jóvenes de entre 15 y 19 años constituyen la mayoría de los que manifestaron
estar de acuerdo con la tortura como método para interrogar a criminales
detenidos, a favor de la pena de muerte, y que consideran que la mejor manera de
combatir la violencia es con el empleo mismo de métodos violentos.Lo anterior
resulta inquietante, ya que hay un grave retroceso moral en unas instituciones y en
una sociedad que comienzan a preferir la ley del talión en lugar de la edificación
del Estado de derecho al hacer valer el marco jurídico vigente.
Por otro lado, el hecho de que sean jóvenes la mayoría de quienes comienzan a
considerar la violencia como aceptable y no algo condenable, nos habla del
abandono en el que está nuestra juventud y de las fallas que el Estado ha tenido
hacia ella.
Entre otras cosas, al no poder garantizarles una vida libre de violencia y con
oportunidades, o el acceso a la educación y a espacios en los que puedan
desarrollarse y formar un carácter cimentado en los valores y principios
humanistas
En cuanto a la pena de muerte, México ha sido parte de los esfuerzos
internacionales para abolir esta práctica indigna de todo ideal humanista,
principalmente porque viola dos derechos fundamentales: el derecho a la vida y el
derecho a no ser sometido a penas crueles, inhumanas o degradantes. Mejor
habría que preocuparnos por abolir la impunidad y sanear nuestro pésimo sistema
de justicia.
 Además, el argumento de que la pena capital disuade a los delincuentes es
contradictorio con numerosas investigaciones que demuestran que su efecto en
los índices delictivos no es mayor al de otro tipo de penas. Es incongruente que
muchos de los paladines de su instauración en México no sólo carecen de
autoridad moral y de argumentos, sino que lo han hecho de manera irresponsable
y con fines espurios.
gobierno la aplica sin llevar de por medio un proceso justo comete una injusticia,
pero cuando lo hace y, además, en sus leyes no está aceptada, lo que comete es
un acto ilegal y tiránico. No podemos perder los parámetros ni olvidar que el
Estado está obligado a respetar y hacer valer los derechos humanos en todo
momento.
Organización de los estados americano >> Comisión Interamericana De
Derechos Humanos >> Convención Americana sobre los Derechos
humanos.
CAPITULO II - DERECHOS CIVILES Y POLITICOS
ARTÍCULO 4. Derecho a la Vida
1. Toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estará
protegido por la ley y, en general, a partir del momento de la concepción.
Nadie puede ser privado de la vida arbitrariamente.
2. En los países que no han abolido la pena de muerte, ésta sólo podrá
imponerse por los delitos más graves, en cumplimiento de sentencia
ejecutoriada de tribunal competente y de conformidad con una ley que
establezca tal pena, dictada con anterioridad a la comisión del delito.
Tampoco se extenderá su aplicación a delitos a los cuales no se la aplique
actualmente.
3. No se restablecerá la pena de muerte en los Estados que la han abolido.
4. En ningún caso se puede aplicar la pena de muerte por delitos políticos ni
comunes conexos con los políticos.
5. No se impondrá la pena de muerte a personas que, en el momento de la
comisión del delito, tuvieren menos de dieciocho años de edad o más de
setenta, ni se le aplicará a las mujeres en estado de gravidez.
6. Toda persona condenada a muerte tiene derecho a solicitar la amnistía, el
indulto o la conmutación de la pena, los cuales podrán ser concedidos en
todos los casos. No se puede aplicar la pena de muerte mientras la solicitud
esté pendiente de decisión ante autoridad competente.
ARTÍCULO 5. Derecho a la Integridad Personal
1. Toda persona tiene derecho a que se respete su integridad física, psíquica
y moral.
2. Nadie debe ser sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos
o degradantes. Toda persona privada de libertad será tratada con el respeto
debido a la dignidad inherente al ser humano.
3. La pena no puede trascender de la persona del delincuente.

La pena de muerte es un síntoma de una cultura de violencia, no su solución


90 países y territorios han abolido la pena de muerte para todos los delitos;
 11 países han abolido excepto los excepcionales, como son los cometidos en tiempo de guerra;
 30 países mantienen en su legislación la pena de muerte pero no han llevado a cabo ninguna ejecución en los últimos
10 años
 un total de 131 países han abolido la pena de muerte en su legislación o en la práctica;
 66 países y territorios retienen y aplican la pena de muerte, pero el número de países que realmente ejecutan a presos
en un año determinado es mucho menor.
RAZONES PARA ABOLIR LA PENA DE MUERTE
Es irreversible y se cometen errores

La ejecución es la máxima pena y es irrevocable: nunca se puede descartar el riesgo de ejecutar a


personas inocentes. Por ejemplo, desde 1973 más de 184 personas condenadas a muerte en
Estados Unidos fueron posteriormente exoneradas o liberadas tras haberse demostrado su
inocencia. Otras personas han sido ejecutadas pese a la existencia de serias dudas sobre su
culpabilidad.

No disuade contra el crimen

Los países que mantienen la pena de muerte suelen afirmar que es una forma de disuasión
contra la delincuencia. Sin embargo, esta postura ha sido desacreditada en repetidas
ocasiones; no hay pruebas que demuestren que sea más eficaz que la cadena perpetua a la
hora de reducir la delincuencia.
Suele emplearse en sistemas de justicia poco imparciales

En muchos de los casos registrados por Amnistía Internacional, las ejecuciones se consumaron tras
juicios manifiestamente injustos, en los que se emplearon pruebas obtenidas bajo tortura y no se
facilitó asistencia letrada adecuada. En algunos países la pena de muerte es preceptiva para
determinados delitos, con lo que los jueces no pueden analizar las circunstancias del delito ni las de
la persona acusada antes de dictar condena.

Es discriminatoria
El grueso de la pena de muerte recae, de manera desproporcionada, sobre personas de
entornos socioeconómicos desfavorecidos o pertenecientes a minorías raciales, étnicas o
religiosas. Éstas tienen, por ejemplo, acceso limitado a representación legal o se encuentran
en situación de desventaja ante el sistema de justicia penal.
Se usa como herramienta política

Las autoridades de algunos países, como Irán y Sudán, usan la pena de muerte para castigar a
opositores políticos.

tratar de justificar estos abusos en nombre de un «bien superior».


Las particulares necesidades que supuestamente cubre la pena de muerte difieren de una época a
otra y de sociedad a sociedad. En algunos países se considera legítima la pena como medio para
prevenir o castigar el delito de asesinato. En otros puede ser considerada indispensable para poner
fin al tráfico de drogas, a los actos de terror político, a la corrupción económica o al adulterio. Y hay
países en los que todavía se utiliza para eliminar a quienes las autoridades consideran una amenaza
política.
Una vez que un Estado aplica la pena de muerte por cualquier razón, resulta más fácil para los
demás utilizarla con cierta apariencia de legitimidad por cualesquiera otros motivos. Si se puede
justificar la pena de muerte para un delito, se encontrarán justificaciones para otros distintos que
concuerden con las opiniones que prevalezcan en una sociedad o entre sus gobernantes.
Un estudio acerca de la relación entre la pena de muerte y los índices de homicidio, llevado a cabo
para las Naciones Unidas en 1988 y actualizado en 2002, llegaba a la siguiente conclusión:
«[...] no es prudente aceptar la hipótesis de que la pena capital tiene un mayor poder disuasorio
sobre los asesinatos que la amenaza y aplicación de la cadena perpetua, pena supuestamente
inferior» (Roger Hood, The Death Penalty: A World-wide Perspective, Oxford, Clarendon Press,
third edition, 2002, p. 230)
La falibilidad humana y las opiniones arbitrarias son factores que afectan a todas las decisiones
judiciales. Pero únicamente una decisión —la decisión de ejecutar— tiene como resultado algo que
no se puede remediar ni reparar. Tanto si las ejecuciones tienen lugar pocas horas después de un
juicio sumarísimo como si son llevadas a cabo tras años de prolongados procedimientos judiciales,
los Estados continúan ejecutando a personas que más tarde se descubre que eran inocentes. En
estos casos, no hay manera e compensar a los ejecutados por la pérdida de sus vidas, y toda la
sociedad debe compartir la responsabilidad derivada de lo que se ha hecho.

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