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Observatorio de Justicia Constitucional - Defensoría del

Pueblo de Colombia -

Protección constitucional del derecho de


petición
  Introducción

El derecho de petición es el mecanismo más importante con el que cuentan


los ciudadanos para comunicarse con las autoridades. La Corte
Constitucional ha reconocido en un sinnúmero de sentencias[nota] que el
derecho de petición es un derecho fundamental, vital para que los
ciudadanos puedan obtener información y hacer peticiones claras a la
administración. En este documento se tratarán primero, las formalidades y
generalidades de este derecho, posteriormente se analizará su núcleo
esencial que esta conformado por dos componentes esenciales: la prontitud
en la respuesta a la solicitud planteada y la solución de fondo, afirmativa o
negativa, de la cuestión puesta a su consideración. Después se trabajará lo
relacionado con el silencio administrativo y la imposibilidad de que este sea
considerado como una respuesta a la petición realizada, y la procedencia de
este derecho frente a los recursos ante la administración. Luego se estudia la
procedencia del derecho de petición frente a las organizaciones privadas y
la obligación de los empleadores de entregar la información de la relación
laboral al trabajador. Por último se trataran el derecho de petición frente a
los documentos públicos y posteriormente todo lo concerniente a este
derecho frente al proceso penal.

1. Consultar entre otras: Corte Constitucional, Sentencias T-243-93,


T-125-95, T-274-95, T-161-96, T-260-97, T-304-97, T-419-97, T-
021-98, T-167-98, T-209-98, T-301-98, T-439-98, T-473-98, T-236-
99, T-241-99, T-287-99, T-342-99, T-346-99, T-414-99, T-424-99,
T-449-99, T-461-99, T-490-99, T-619-99, T-641-99, T-660-99, T-
670-99, T-704-99.

1.   Generalidades

1.1.   Presentación de la solicitud

1.1.1.  La petición no tiene que ser presentada por escrito

La Corte Constitucional señaló, que la solicitud verbal hecha por una señora
ante una entidad de seguridad social a la cual estaba afiliada para inscribir
como beneficiario de sus servicios a su marido constituía un correcto
ejercicio del derecho de petición. Para la Corte todo tipo de formalismo o
ritualidad destinados a ser observados por las personas que se acercan a las
autoridades con el objeto de obtener reconocimiento, garantía, protección o
efectividad de sus derechos, debe tener asidero legal y ser razonable. En
consecuencia, si no existe una reglamentación de tipo legal, reglamentario o
estatutario que exija la presentación por escrito de una solicitud a
determinada entidad, no puede exigirse a las personas este requisito para
que se verifique el correcto ejercicio del derecho. La ley permite que las
entidades en orden a racionalizar su funcionamiento exijan el
diligenciamiento de formularios para realizar solicitudes.

Sin embargo, en el caso que originó esta tutela, los estatutos de la entidad
no consagraban la obligación de elevar en forma escrita la solicitud de
inscripción de las personas que pretenden ser afiliadas por parte de sus
miembros. Simplemente exigían una serie de documentos que debían ser
presentados al funcionario encargado, quien le daba el trámite
correspondiente. La sencillez de los procedimientos hacía inoficiosa
cualquier solicitud escrita de la afiliación. Precisamente, el funcionario que
atendió a la peticionaria se negó a recibir los documentos debido a que
según la reglamentación de la entidad no era posible que las mujeres
afiliaran a los esposos en los mismos términos en los que los hombres lo
hacen respecto de sus cónyuges o compañeras permanentes. No se puede
sin embargo, deducir de esta situación que la persona no hubiera hecho
ejercicio efectivo de sus derechos, pues había recibido respuesta negativa a
su solicitud. [nota]

En otro caso, La actora señaló que es madre de cinco hijos e indicó que, en
razón de no haber sido atendida en el SISBEN y no haberle sido expedido el
carné que la acredita como afiliada a ese programa, luego de haberlo pedido
en varias oportunidades, se había visto obligada a correr con los gastos de
hospitalización de sus hijos. De acuerdo con la Corte, para solicitar
información sobre el proceso de afiliación al SISBEN, la actora se dirigió
personalmente a las oficinas competentes y formuló, verbalmente, las
respectivas solicitudes. Dicho trámite, no había sido refutado por la parte
demandada ni controvertido por el juez de instancia, y no podía ser
ignorado so pretexto de que no existiera una solicitud por escrito. El
derecho de petición de información no se vulnera exclusivamente cuando el
ciudadano ha formulado, por escrito, la respectiva solicitud. La mencionada
exigencia sirve sí como una prueba irrefutable de la existencia de la
petición, pero no constituye requisito sine qua non para el ejercicio del
derecho. El principio de buena fe impulsa a las autoridades públicas y,
dentro de ellas, a las Cortes a confiar en las afirmaciones de los ciudadanos.
[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-098-94


2. Corte Constitucional, Sentencia T-307-99

1.1.2.  No se requiere que el documento que contenga la solicitud señale


expresamente que se trata de un derecho de petición

El actor afirmó que le fue reconocida la pensión de jubilación aunque la


entidad acusada liquidó sus prestaciones sociales sin incluir todos los
factores salariales, de acuerdo con la Convención Colectiva de Trabajo. El
actor instauró demanda ordinaria laboral contra la empresa. Por sentencia se
ordenó hacer la reliquidación, pero la empresa acusada dio cumplimiento
parcial a dicha obligación. Por lo anterior, el actor dirigió un oficio a la
empresa solicitando el adecuado reajuste de su pensión de jubilación. Ante
el silencio de la empresa, interpuso acción de tutela. La Corte no comparte
las apreciaciones del Juez de instancia cuando afirma que una solicitud,
para que merezca respuesta, debe expresar claramente que la misma se hace
en ejercicio del derecho de petición, por cuanto así se impone al actor un
requisito adicional para el ejercicio del derecho fundamental de petición,
que no es exigido ni por la Carta Política ni por el Código Contencioso
Administrativo.

No se encuentra en ningún precepto sobre el derecho de petición, que se


imponga al particular, como requisito adicional, el indicar a la autoridad
que su solicitud se hace en ejercicio del derecho de petición, pues es obvio
que cualquier solicitud presentada ante las autoridades, que guarde relación
con las disposiciones citadas, es una manifestación de este derecho
fundamental y que, en caso de no indicarlo, dicha autoridad no queda
relevada de la obligación de emitir una respuesta; lo contrario significaría
imponer al ciudadano una carga adicional, que no contempla el
ordenamiento jurídico, y que haría más gravosa su situación frente a una
autoridad que, de por sí, se halla en un plano de superioridad frente al
ciudadano común.[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-166-96

1.1.3.  El derecho de petición es un medio para hacer valer otros


derechos constitucionales y por lo tanto no requiere mayores
formalidades

El actor afirmó que existen varios mandatos judiciales y que ha hecho


múltiples requerimientos ante la Aduana para que se realizara el trámite de
nacionalización de unos bienes, sin respuesta por parte de la entidad. Al
presentarse la acción de tutela la Aduana afirmó que el peticionario no
utilizó los mecanismos y acciones establecidas por la ley para que se le
reparara el daño que la demora en el trámite le hubiera causado. Según la
Corte, el único límite que impone la Constitución para no poder ser titular
del derecho de obtener pronta resolución a las peticiones, es que la petición
se haya formulado de manera irrespetuosa. Es en la resolución, y no en la
formulación donde este fundamental derecho adquiere toda su dimensión
como instrumento eficaz de la participación democrática, el derecho a la
información y la efectividad de los demás derechos fundamentales.
Además, porque mediante él se pueden hacer valer muchos otros derechos
constitucionales, como el derecho a la información, el derecho a la
participación política y el derecho a la libertad de expresión.[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-495-92

1.1.4.  Las peticiones deben ser respetuosas con las autoridades a las


cuales se dirigen

La Corte Constitucional advirtió, en sentencia de revisión de tutela, que las


solicitudes dirigidas de manera irrespetuosa a la autoridad, exoneran a ésta
de la obligación de dar respuesta a la petición. La Constitución exige para el
ejercicio idóneo de este derecho que las peticiones ante las autoridades se
hagan de manera respetuosa. Así, se negó la protección en tutela de una
persona que había dirigido una petición a la personera municipal de
Malambo, para que se le informara en relación con el cargo desempeñado
por la secretaria ejecutiva de la personería. El peticionario calificó en su
petición a la personera de “mañosa” y de dar respuestas “amañadas” a las
solicitudes, lo que la Corte apreció como formas irrespetuosas de dirigirse a
la autoridad, razón por la cual su negativa a dar respuestas a las solicitudes
presentadas está legítimamente autorizada por la Constitución.[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-353-00

1.2.  Necesidad de demostrar la presentación de la petición

· Para la procedencia de la acción tutela se requiere prueba siquiera


sumaria de la presentación de la petición

La actora afirmó que en su residencia constantemente escaseaba el agua,


pero en los últimos días no llegaba ni una sola gota, y a pesar de sus
constantes quejas telefónicas y personales no había sido atendido el
reclamo. Interpuso acción de tutela para que le resolvieran ese grave
problema. La Corte afirmó que no aparecieron probadas las peticiones
aludidas, lo cual no permitió determinar si hubo o no violaciones al derecho
de petición. El derecho de petición, a pesar de la liberalidad de su ejercicio
que es permitido, con el solo contenido de la formulación respetuosa, en
modalidades verbales o escritas, y, por los más generales intereses
particulares o generales, y que contiene el derecho a obtener pronta
resolución, supone sin embargo, que quien se considere vulnerado en el
mismo, pruebe, así sea, sumariamente, su ejercicio.[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-571-93

1.3.   El derecho de petición ante los jueces

1.3.1.  Improcedencia del derecho de petición frente a las decisiones


judiciales y procedencia frente a la función administrativa de los jueces

La actora solicitó hacer cumplir la sentencia de un juzgado en la que se le


otorgaba la custodia de sus hijas. Luego de haberse presentado un proceso
para obtenerla, hizo llegar a la procuraduría una petición para que se hiciera
cumplir la sentencia y las niñas le fueran entregadas por el padre, sin
respuesta por parte de la entidad. Según la Corte, el derecho de petición no
puede invocarse para solicitar a un juez que haga o deje de hacer algo
dentro de su función judicial, pues ella está gobernada por los principios y
normas del proceso que aquél conduce. Las partes y los intervinientes
dentro de él tienen todas las posibilidades de actuación y defensa según las
reglas propias de cada juicio (art. 29 Constitución Política) y, por tanto, los
pedimentos que formulen al juez están sujetos a las oportunidades y formas
que la ley señala.

En ese contexto, el juez, en el curso del proceso, está obligado a tramitar lo


que ante él se pida pero no atendiendo a las disposiciones propias del
derecho de petición, cuyos trámites y términos han sido previstos en el
Código Contencioso Administrativo para las actuaciones de índole
administrativa, sino con arreglo al ordenamiento procesal de que se trate. A
la inversa, las funciones de carácter administrativo a cargo de los jueces,
dada su naturaleza, sí están sometidas a la normativa legal sobre derecho de
petición, tal como resulta del artículo 1º del Código adoptado mediante
Decreto 01 de 1984.[nota]

En otro caso, el actor intervino como postor en el remate de un bien


inmueble dentro de un proceso ejecutivo singular. El Juzgado contra el que
propuso esta tutela le adjudicó el bien en esa diligencia y, por tanto, dentro
de los tres días siguientes el actor depositó el 3% más el saldo del valor
correspondiente al inmueble rematado. El expediente pasó al Despacho y
dos meses después no se había proferido decisión alguna. De acuerdo con la
Corte, el derecho de petición puede ejercerse ante los jueces y ellos están
obligados a tramitar y responder las solicitudes que se les presenten, en los
términos que la ley señale, y que, si no lo hacen, vulneran la preceptiva
constitucional. No obstante, el juez que conduce un proceso judicial está
sometido -como también las partes y los intervinientes- a las reglas del
mismo, fijadas por la ley, lo que significa que las disposiciones legales
contempladas para las actuaciones administrativas no son necesariamente
las mismas que debe observar el juez cuando le son presentadas peticiones
relativas a puntos que habrán de ser resueltos en su oportunidad procesal y
con arreglo a las normas propias de cada juicio (art. 29 Constitución
Política).

Debe distinguirse con claridad entre aquellos actos de carácter estrictamente


judicial y los administrativos que pueda tener a su cargo el juez. Respecto
de éstos últimos son aplicables las normas que rigen la actividad de la
administración pública, es decir, las establecidas en el Código Contencioso
Administrativo. En cambio, las actuaciones del juez dentro del proceso
están gobernadas por la normatividad correspondiente, por lo cual las
solicitudes que presenten las partes y los intervinientes dentro de aquél en
asuntos relacionados con el conflicto tienen un trámite en el que prevalecen
las reglas del proceso. En ese orden de ideas, nadie podría alegar que el juez
viola su derecho de petición cuando, principiando el proceso, presenta una
solicitud orientada a obtener la definición propia de la sentencia y no se le
responde dentro de los términos previstos en el Código Contencioso
Administrativo sino que se posterga la resolución hasta el momento del
fallo. En tales circunstancias, ante eventuales actitudes morosas para
resolver, el derecho fundamental que puede invocar el interesado no es el de
petición sino el del debido proceso.[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-290-93


2. Corte Constitucional, Sentencia T-334-95

1.4.   Prevalencia de procedimientos administrativos especiales

1.4.1.  El derecho de petición no permite desconocer un procedimiento


legal especial

Afirmó el actor que compró a una señora un vehículo. Al tiempo la SIJIN se


dio cuenta de que la tarjeta de internación (que le entrego la vendedora)
había sido adulterada, razón por la cual, la autoridad de policía retuvo el
automotor y lo puso a disposición de la DIAN, y esta de inmediato
formalizó la aprehensión del vehículo y procedió a tramitar la
correspondiente investigación aduanera. El actor solicitó a la directora de la
DIAN la devolución del automóvil, y la verificación de autenticidad de la
tarjeta de internación temporal, frente a lo cual afirmó no haber obtenido
respuesta alguna. Sin embargo, las decisiones que fueron tomadas con
motivo de la investigación administrativa, de acuerdo con los documentos
aportados al proceso, le fueron notificadas legalmente al actor. La Corte
afirma que, cuando el objeto de la solicitud hace parte determinante de un
procedimiento especial (como en este caso), previamente regulado en la ley
y sujeto a ciertos trámites, requisitos y términos específicos, el peticionario
está en la obligación de someterse a dicho trámite, sin que la administración
se vea obligada a resolver el asunto de fondo a través de la petición
requerida.

La Administración no está obligada a contestar y, por el contrario, debe el


actor someterse al procedimiento establecido en la ley, sin que ello
signifique que la existencia de disposiciones procesales aplicables al caso
concreto, dejen sin efecto el derecho de petición ejercido por el actor, ya
que simplemente se trata de que su ejercicio debe someterse a unas reglas
que distan de las ordinarias. El derecho de petición puede ejercerse aun
existiendo los procedimientos especiales, en aquellos eventos en que la
administración se encuentre en mora de resolver dentro de los términos
señalados o simplemente cuando se trate de asuntos que no pretendan
definir el fondo del asunto -cuestiones accesorias-, situación que no es la
que se presenta en este caso.[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-467-95

1.5.   Titular del derecho de petición

1.5.1.  La violación del derecho de petición afecta al representado y no a


su representante legal

Varias personas, actuando a nombre propio o como apoderados o agentes


oficiosos de extrabajadores de FONCOLPUERTOS, solicitaron que se
amparara el derecho de petición pues no se había dado respuesta a varias
solicitudes de reconocimiento y reliquidación de las mesadas pensionales.
Algunos abogados -so pretexto de haber obtenido poder otorgado por sus
representados para presentar reclamaciones ante la administración- incoaron
la acción de tutela a nombre propio, por estimar que la Empresa les había
vulnerado, entre otros derechos, su derecho de petición. En algunos casos,
los jueces negaron la tutela solicitada por considerar que los abogados no
eran los titulares del derecho de petición. En otros casos, los jueces
concedieron la tutela solicitada.

Para la Corte, en lo relativo a las finalidades que puede perseguir quien se


dirige respetuosamente a la autoridad pública, y en su caso a los
particulares, invocando el artículo 23 de la Constitución, cabe distinguir,
como lo hace la propia Carta, entre los motivos de interés general y los de
interés particular. Los primeros aluden a una cierta colectividad o a un
grupo de personas, en cuyo nombre actúa alguien para dirigirse al
destinatario de la petición. En cuanto a los segundos, si bien la norma no
distingue y de la Constitución no podría derivarse que el derecho de
petición en esa modalidad esté exclusivamente representado por el interés
propio y exclusivo de quien dirige la petición, es claro que, si quien dice
representar a alguien adelanta una gestión profesional, como la que cumple
el abogado, y no simplemente voluntaria, las normas aplicables a las
peticiones que el representante eleve ante la autoridad son las propias de esa
profesión, que tiene en nuestro sistema jurídico un régimen especial,
además de las consagradas para el tipo de asunto que se tramita. Así, si se
trata de un proceso judicial, serán las reglas propias del respectivo juicio las
que deban observarse, con arreglo al artículo 29 de la Carta.

En la materia que nos ocupa, el derecho de petición invocado por los


abogados tenía claramente una finalidad relacionada con intereses
particulares, pero debía calificarse, de manera mucho más específica, como
gestión profesional ante FONCOLPUERTOS para la reclamación de
prestaciones sociales, y luego ante los jueces para el ejercicio de la acción
de tutela, en dos fases de la actuación de representación totalmente
diferenciables.Por lo tanto, los profesionales que obraban no estaban
ejerciendo su propio derecho de petición sino concretamente el de sus
poderdantes, quienes, por conducto de ellos, deprecaban algo ante la
administración. Aplicando las reglas propias de las actuaciones
administrativas contempladas en el Código correspondiente, debían por ello
acreditar la condición en que obraban. Es necesario advertir, entonces, que
en los casos que se enuncian, los verdaderos titulares del derecho de
petición eran los extrabajadores afectados o interesados en el fondo de la
decisión. Ello es así por cuanto, en virtud de un contrato de mandato, los
abogados actúan en representación de otros. Cuando éstos acuden ante la
administración para formular peticiones o reclamaciones, lo hacen
amparados en un poder previa y debidamente otorgado.

Así, en caso de no obtener respuesta por parte de la administración, a quien


se viola el derecho consagrado en el artículo 23 de la Constitución, no es al
representante, sino al representado. Si se admitiera la tesis expuesta en los
casos bajo examen, sobre la radicación del derecho de petición en la
persona del representante, se podría arribar a una de dos conclusiones,
igualmente perversas: la exclusión del derecho de petición en cabeza de los
trabajadores, desconociendo flagrantemente el artículo 23 de la Carta, o la
existencia de dos sujetos titulares del derecho de petición, de manera
simultánea y en cuanto a las mismas pretensiones, y así la administración
estaría obligada a responder no sólo al apoderado sino a cada uno de los
poderdantes. En la primera hipótesis no cabría la posibilidad de que los
representados pudieran desistir de obtener una respuesta de la
administración, o de que éstos propusieran una acción de tutela con el fin de
obtener una contestación a sus pedimentos. Y en la segunda se desconocería
la naturaleza y concepto del contrato de mandato. [nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-207-97

1.5.2.  Quien se ve afectado por la falta de respuesta al derecho de


petición es quien puede reclamar por ello, a pesar de no ser quien
realizó directamente la petición

La peticionaria fue recluida en un hospital para la práctica de una operación


en la pierna, luego de haber salido del mismo sufrió una fractura en la parte
operada y tuvo que volver a ingresar a esta institución. La señora afirmó
que en ninguna de las dos oportunidades la dejaron bien operada, pues le
quedó infectada la pierna y sin movimiento. Por lo anterior, su esposo hizo
varios reclamos al medico que la atendió, sin recibir una respuesta por parte
de este. También solicitó a la institución hospitalaria que se adelantaran las
investigaciones pertinentes, al igual que a la Procuraduría y al Tribunal
Contencioso Administrativo, sin haber obtenido, en ningún caso, respuesta.
La Corte afirmó que a pesar de que las solicitudes hechas a la entidad
demandada fueron presentadas por el cónyuge de la actora, ella no era ajena
a lo que se decidiera porque es la afectada por los hechos que narraba y, por
lo tanto, estaba legitimada para procurar, mediante el ejercicio de la acción
de tutela, la obtención de las respuestas debidas.[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-574-95

1.5.3.  Las personas jurídicas son titulares del derecho de petición

Una sociedad inició proceso ejecutivo contra una Compañía Aseguradora


de Fianzas, para exigir el pago de una póliza de cumplimiento en
Barranquilla. Como consecuencia de lo anterior, el Juzgado libró
mandamiento ejecutivo contra la entidad aseguradora. En razón a que el
representante legal de la compañía demandada se encontraba en Santa Fe de
Bogotá, la contestación de la demanda se envió por despacho comisorio,
pero esta nunca fue recibida por el Juzgado de Barranquilla, por lo que se
profirió sentencia condenatoria. La Compañía Aseguradora de Fianzas
solicitó al Juzgado de Bogotá (el accionado en este caso), que aclarara sobre
el no envío del escrito de excepciones y pide una certificación acerca del
número de folios que presentó ante ese despacho después de notificarse el
mandamiento ejecutivo.
El juzgado no dio respuesta a esta petición y por eso se interpuso acción de
tutela. El juez de instancia denegó las pretensiones, por considerar que
únicamente las personas naturales son titulares del derecho de petición.
Según la Corte, la persona jurídica puede ser titular de los siguientes
derechos fundamentales: la inviolabilidad de la correspondencia y demás
formas de comunicación privada, el derecho de petición, la libertad de
asociación sindical y el debido proceso. Estos derechos nacen de su
condición de sujeto que existe y ocupa un espacio dentro de la sociedad.
[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-377-00

2.   Núcleo esencial del derecho de petición: pronta resolución y de


fondo

2.1.  Prontitud en la respuesta

· Deber de dar pronta resolución a las peticiones

Ciertas comunidades indígenas se dirigieron a la División de Asuntos


Indígenas del Instituto de Reforma Agraria -INCORA-, con el fin de que,
una vez organizados como Cabildo, se les titulara un territorio como
resguardo. Los distintos gerentes del instituto asumieron una actitud
dilatoria frente a la petición, por lo que hasta la fecha de la proposición de
la acción no se había emitido pronunciamiento al respecto. De acuerdo con
la Corte, el derecho de petición, cuyo propósito es el de buscar un
acercamiento entre el administrado y el Estado, otorgándole al ciudadano
un instrumento idóneo con el cual acudir ante él en busca de una
información o con el fin de que se produzca un pronunciamiento oportuno
por parte del aparato estatal, es una garantía propia del sistema de gobierno
democrático y una manifestación de la soberanía popular.

El derecho de petición involucra no sólo la posibilidad de acudir ante la


administración, sino que supone además, un resultado de ésta, que se
manifiesta en la obtención de la pronta resolución. Sin este último elemento
el derecho de petición no se realiza, pues es esencial al mismo. En el
presente caso la pronta resolución no se había manifestado y, por el
contrario, se habían dilatado los términos de decisión de manera ostensible,
de lo que resultaba el desconocimiento de un derecho fundamental. Y si
bien la omisión de la autoridad generó la ocurrencia del fenómeno jurídico
del silencio administrativo, que podía ser demandable ante la jurisdicción
contenciosa, éste no eximía a la administración del deber de resolver la
solicitud y no podía ésta protegerse bajo la égida de su inercia.[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-567-92

2.1.1.  Deber de justificar el aplazamiento de la respuesta

· Deber de establecer un plazo razonable para responder la petición,


cuando no sea posible dentro del término legal

Un ciudadano solicitó a la Caja Nacional de Previsión el reconocimiento de


su pensión de invalidez. Antes de cumplirse los quince días de presentada la
solicitud, la entidad respondió que su petición no podía ser tramitada en el
término fijado por las normas del Código Contencioso Administrativo, pues
existía una gran cantidad de trabajo y se carecía de disponibilidad
presupuestal. Transcurridos seis meses, la Caja Nacional no había dado
respuesta alguna acerca de la petición. La Corte Constitucional amparó el
derecho de petición del actor y ordenó a la entidad que diera respuesta a la
solicitud de inmediato. En concepto de la Corte, la prontitud en la respuesta
hace parte del núcleo esencial del derecho fundamental de petición. El
tiempo que debe tardarse la administración en responder debe ajustarse al
que fije el legislador, pues la Constitución le difiere esta facultad. Ahora
bien, el Código Contencioso Administrativo contempla este aspecto y
prescribe, en su artículo 6°, que toda petición debe responderse en un
término de 15 días a partir de su presentación. De no ser posible en este
término responder a la solicitud, la administración debe comunicar los
motivos que lo impiden y fijar una fecha en la que será resuelta.

Se vulneró en consecuencia el derecho de petición si la autoridad no


informó al solicitante las razones por las cuales se requería más tiempo para
responder y, de otra parte, si no se fijó un plazo determinado para hacerlo.
Este plazo no quedó al arbitrio de la administración, sino que debía
ajustarse a los parámetros de razonabilidad que determinara el trámite de la
solicitud, teniendo en cuenta circunstancias tales como la importancia del
asunto para el particular y los trámites que debían agotarse por la
administración. Desde esta perspectiva no es excusa para dilatar el trámite,
la cantidad de trabajo o la espera de documentación que no le corresponde
allegar al solicitante, pues él es ajeno a la negligencia y la falta de
organización de las entidades. Como en el presente caso la entidad no fijó
una fecha razonable para dar respuesta a la solicitud violó con esta actitud
el núcleo esencial del derecho de petición consistente en proferir una
respuesta de manera pronta.[nota]

· La prórroga del plazo contemplado en la ley, para responder a la


petición debe ser una práctica excepcional.

La Corte Constitucional censuró la actitud de una entidad encargada del


reconocimiento y pago de pensiones, que imprimió un formato único de
respuesta para todas las solicitudes de pensión que a ella se le presentaban
en la que consignaba que la solicitud sería resuelta dentro de los ocho meses
siguientes. Este proceder vulneró flagrantemente el derecho de petición que
se vio frustrada ante una respuesta meramente formal. La utilización de la
cláusula del artículo 6° del Código Contencioso administrativo que permite
comunicar, dentro del plazo de quince días, la imposibilidad de contestar en
el plazo prescrito por la ley, aduciendo los motivos que existen para ello e
informando la fecha en la que se dará respuesta, debe ser excepcional
alusiva exclusivamente a la imposibilidad de la administración de contestar
dentro del término una determinada y específica petición. Esto es, la
autorización legal en comento debe entenderse con criterio restrictivo y de
ninguna manera general.[nota]

En otro caso posterior la Corte reiteró que no constituye respuesta y, por lo


tanto, implica flagrante desconocimiento del derecho del peticionario
aquella manifestación verbal o escrita en el sentido de que se le resolverá
después, como ha acontecido en esta ocasión. La aplicación del artículo 6
del Código Contencioso Administrativo que permite aplazar la respuesta
debe ser excepcional, extraordinaria, alusiva exclusivamente a la
imposibilidad de la administración de contestar dentro del término una
determinada y específica petición. La autorización legal en comento debe
entenderse con criterio restrictivo y de ninguna manera general. Por eso, no
puede convertirse en mecanismo usual y generalizado como el puesto en
vigencia por la Caja Nacional de Previsión, entidad que ha mandado
imprimir formatos en computador que consagran indiscriminadamente tal
fórmula, extensivos invariablemente a todas las solicitudes o a un buen
número de ellas. Con este tipo de argucias se busca mantener vigente el
concepto equivocado de que la exigencia constitucional resulta satisfecha
con una contestación formal pero en verdad se ha dejado a la persona sin
saber a qué atenerse sobre su petición y se ha prolongado abusivamente el
término señalado por el legislador para resolver.[nota]

· El no responder injustificadamente puede acarrear sanciones


disciplinarias al funcionario responsable de esta conducta

La actora fue tecnóloga en educación preescolar en establecimientos


educativos desde hacía varios años. Dijo que cuando viajaba a laborar al
colegio se accidentó el vehículo de pasajeros que la transportaba y sufrió
daños en la columna vertebral. Expresó que su mal estado de salud se había
visto agudizado por su obligado tránsito por carretera y caminos
destapados, para poder laborar como docente. Señaló que desde hace
tiempo, ante su grave problema de salud, venía solicitando a los
gobernadores y secretarios de educación departamentales que dieran
aplicación a las normas sobre salud ocupacional y que se decretara su
traslado a una escuela de la ciudad o a un lugar cercano, de modo que
pudiera trasladarse con facilidad a recibir el tratamiento médico que su caso
requería. No obstante, ello había sido imposible, pues durante todos estos
años no había recibido respuesta.

Según la Corte, la autoridad que recibe una petición está en la obligación


constitucional y legal de responderla y de hacerlo con prontitud. Si no
procede a ello dentro de los términos legales, el funcionario responsable
incurre en falta disciplinaria y debe ser sancionado. El funcionario que
recibe reiteradas peticiones, una tras otra, durante varios años, procedentes
del mismo solicitante y no responde ninguna viola, desde luego, el derecho
de petición, pero además, al menospreciar al gobernado, ofende su dignidad
y traiciona los principios constitucionales que inspiran la función
administrativa (art. 209 Constitución Política). La Corte ordenó, además de
proferir respuesta en las siguientes 48 horas, que se compulsaran copias del
expediente y de la sentencia a la Procuraduría General de la Nación para
que investigara y sancionara, si hay lugar a ello, a los responsables de la
violación del derecho de petición de la accionante.[nota]

· Deber de comunicar el trámite e informar el término en que se puede


responder cuando se excederá el término legal

El demandante era piloto en el servicio aéreo de la Policía Nacional y por


motivos familiares solicitó que se le permitiera su retiro por voluntad
propia. En lugar de recibir respuesta a esta petición, se le ordenó por
comunicado, trasladarse a otra ciudad. Interpuso acción de tutela, pues
consideró violado su derecho de petición. Para la Corte, cuando una
petición no puede ser resuelta dentro del plazo establecido en el Código
Contencioso Administrativo, el peticionario debe ser informado de tal
circunstancia, pues no basta que se estén adelantando internamente los
procedimientos respectivos, sino que el peticionario tiene derecho a saberlo.
Además, debió informársele que por razones del servicio, se le requería
para que se trasladara a determinado lugar, pero que tal circunstancia no
impedía que continuara el trámite de su petición.[nota]

· La administración puede solicitar los documentos adicionales exigidos


por la ley para atender las peticiones

El actor solicitó que se ordenara a la entidad demandada que realizara la


inscripción en el Catastro Distrital de ciertos predios que poseía con
escrituras registradas. La inscripción catastral no se había realizado, según
el actor, por que exigía la presentación de un requisito que legalmente no
era indispensable para ello, imponiendo una gran carga a los interesados,
pues era un requisito de alto costo. En este caso la Corte afirmó que no
existía vulneración del derecho de petición, puesto que la Administración
había dado respuesta, en el sentido de solicitar un documento adicional,
para poder atender la solicitud, de conformidad con la legislación vigente.
Si se tiene en cuenta el carácter reglado de los actos de la Administración,
no puede obligarse a ésta a realizar conductas que no le impone
expresamente la ley, y cuando la Administración frente a una solicitud que
le es formulada considera que no está en la obligación legal de atender el
requerimiento del petente, sin que éste previamente allegue documentos
necesarios, no puede decirse que por este solo hecho, la Administración esté
violando el derecho de petición.[nota]
· Para dar respuesta de fondo se puede necesitar un concepto adicional
de otra entidad y aun así debe darse una respuesta oportunamente

El actor elevó un derecho de petición ante un Fondo de Pensiones


solicitando que en concordancia con el artículo 41 y 42 del decreto
reglamentario 692 de 1994 que ordenó que se les reajustara dentro de las
mesadas pensiónales la diferencia del 7%, se les reembolsara lo que, según
el peticionario había sido descontado en exceso. El Fondo de Pensiones y
Cesantías, pidió a la Caja Nacional de Previsión, un concepto acerca de la
solicitud elevada. Este trámite sirvió como justificación para que el Fondo
de pensiones demorara la respuesta a la solicitud. La Corte Constitucional
consideró que dentro de la atención del derecho de petición es posible que
se necesite la remisión de un concepto de otra entidad para recopilar la
información necesaria para dar una respuesta de fondo; de esto se debe
comunicar al solicitante para que pueda estar al tanto del curso que ha
seguido su solicitud.

Sin embargo, el hecho de que se haya solicitado algún concepto no es óbice


para la pronta respuesta. Por regla general, la entidad ante la cual se
interpone el derecho de petición debe ser lo suficientemente eficaz para
poder solicitar el concepto, analizarlo y otorgar la respuesta final por regla
general dentro del término establecido por la ley el cual es de quince días.
Una vez se haya recibido el concepto necesitado, la entidad debe ser lo
suficientemente ágil para otorgar la respuesta en el menor tiempo posible.
[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-076-95


2. Corte Constitucional, Sentencia T-296-97
3. Corte Constitucional, Sentencia T-392-97
4. Corte Constitucional, Sentencia T-484-93
5. Corte Constitucional, Sentencia T-356-96
6. Corte Constitucional, Sentencia T-393-93
7. Corte Constitucional, Sentencia T-267-01

2.1.2.  Deber de comunicar la respuesta al peticionario

El actor con el propósito de acopiar documentos que sirvieran de soporte a


un proyecto de ley, presentó una petición al Gerente del Consorcio
Cooperativo en Salud del Chocó y no había obtenido respuesta. Advirtió, el
peticionario, que la información solicitada era útil, ya que debía hacer llegar
a la Defensoría del Pueblo los documentos que demostraran los efectos
nocivos en el medio ambiente y para la salud de los insecticidas
manipulados por algunos funcionarios públicos. El actor interpuso acción
de tutela, pues no se le había dado respuesta a la petición. Según la Corte,
una vez tomada la decisión, la autoridad o el particular no pueden
reservarse su sentido, pues para la efectividad del derecho de petición es
necesario que la respuesta trascienda el ámbito del sujeto que la adopta y
sea puesta en conocimiento del peticionario; si el interesado ignora el
contenido de lo resuelto no podrá afirmarse que el derecho ha sido
observado cabalmente.[nota]

En otro caso, la Corte ordenó a la Caja Nacional de Previsión Social dar


respuesta de manera clara a la solicitud presentada por la cónyuge
sobreviviente de un pensionado de esa institución para que se le
reconocieran los gastos funerarios de su esposo. Aunque la mencionada
institución los reconoció, nunca le comunicó esta decisión a la peticionaria,
porque carecía de los recursos suficientes para hacer el correspondiente
pago. Sin conocer esta respuesta, la señora acudió a la acción de tutela para
que le protegieran su derecho de petición. Según la Corte, la institución
violó el derecho fundamental de petición al eludir su obligación de
comunicar a la actora la decisión que había tomado, pues ella permaneció
en las mismas condiciones de ignorancia e incertidumbre que la motivaron
a presentar su solicitud.[nota]

· La administración tiene el deber de buscar la mejor forma de


comunicar la respuesta

La oficina de Planeación de un municipio fijó un aviso informando que se


tramitaba la licencia de construcción de una bomba de gasolina.
Posteriormente fue allegado un escrito a la alcaldía acompañado una gran
cantidad de firmas de residentes de los municipios aledaños, solicitando que
no se permitiera la construcción de la estación de servicio, pues dicho
proyecto afectaría notablemente el medio ambiente de la zona. Al no recibir
respuesta a la petición presentaron acción de tutela. Según la Corte, no era
posible que el Alcalde simplemente se amparara en la circunstancia de que
la petición no tenía en concreto una dirección a donde remitir su respuesta,
para que el derecho de la comunidad se resolviera con la fijación de tal
respuesta, por algunos días, en la cartelera de la Alcaldía.

En este caso, no se produjo una verdadera respuesta a los peticionarios. Es


claro que para el alcalde era especialmente fácil acudir a medios más
eficaces para informar sobre el objeto de la solicitud y dar así una respuesta
clara a la comunidad. El Alcalde podrá utilizar medios escritos, como
publicaciones en periódicos locales, medios radiales, etc. Es decir, el medio
o los medios escogidos por el Alcalde, deben lograr que los peticionarios se
enteren del contenido de la resolución de su solicitud. La Corte adoptó esta
decisión básicamente porque se trataba de un tema que afectaba a toda la
comunidad y que había generado gran preocupación dentro de los
habitantes de los municipios afectados.[nota]

· El peticionario también debe ser diligente para obtener la respuesta

El actor solicitó a la Alcaldía copia de un documento que, según él, sirvió


como prueba para destituirlo de su cargo de secretario ejecutivo de la Junta
de Deportes del Municipio. Presentó acción de tutela por no haber obtenido
respuesta. Según la Corte, la efectividad del derecho de petición impone a la
autoridad o al particular que se encuentran obligados a responder una
solicitud, el deber de comunicar al peticionario la respuesta. Sin embargo, la
responsabilidad de hacer llegar la respuesta al peticionario no es exclusiva
de la Administración o del particular al cual se haya dirigido la petición;
también corresponde al solicitante actuar en forma diligente para agotar
cabalmente el derecho, por ejemplo, indicando la dirección donde puede
llevarse a cabo la notificación o acudiendo ante el funcionario encargado de
responder la solicitud. El actor incurrió en comportamiento negligente al no
acercarse a indagar sobre el resultado de su petición, prefiriendo acudir
directamente a la acción de tutela, echando a andar innecesariamente el
aparato judicial, procedimiento que se hubiera evitado si se hubiera
presentado a averiguar la respuesta que la administración estaba en la
obligación de emitir.[nota]

· El peticionario debe suministrar los datos que permitan comunicarle


la respuesta a su petición

En un asunto de revisión de tutela se negó el amparo a una señora que había


ejercido ante una aseguradora el derecho de petición. La señora pedía
información sobre los motivos por los cuales la clínica en la que habían
practicado a su hija una intervención quirúrgica por accidente de tránsito, se
negaba a continuar con la prestación del servicio de salud. La clínica había
explicado que el seguro de accidentes, a cargo de la institución aseguradora,
no cubría la totalidad del tratamiento, razón por la cual la señora se dirigió a
esta entidad para que le explicaran la situación, sin que, según la actora,
obtuviera respuesta alguna a su petición.

Se pudo comprobar, durante el proceso de tutela, la actitud diligente de la


aseguradora para dar respuesta a la petición, a través del envío de la
documentación correspondiente a la dirección que aparecía en la solicitud
de la peticionaria. Sin embargo, esta dirección había sido mal suministrada
por la actora, lo que impidió que fuera de su conocimiento la respuesta a su
solicitud. La Corte señaló que las personas que acuden a la autoridad o a los
particulares obligados a responder derechos de petición, deben actuar
diligentemente en el suministro de los datos necesarios para que la decisión
les sea comunicada, pues no puede exigírsele a los sujetos correspondientes,
obligaciones adicionales a las que deben cumplir.[nota]

· No se vulnera el derecho de petición cuando ya ha habido respuesta

Un señor fue retenido ilegalmente, en una operación adelantada por el FBI


en Venezuela, sin que existiera orden de captura alguna. Una vez se
encontraba en Caracas, fue invitado a dar un paseo en un bote de
nacionalidad americana que había ingresado en puerto sin llenar los
requisitos legales y con complicidad de las autoridades venezolanas. Antes
de que el bote zarpara, los agentes del FBI procedieron a requisar y esposar
al señor y cuando llegaron a aguas internacionales, lo embarcaron en un
guardacostas norteamericano que se desplazó hacia Puerto Rico, lugar en el
cual se le obligó a abordar un avión con destino a los Angeles donde se
encontraba detenido y se le adelantó un proceso por el delito de lavado de
dineros, provenientes de actividades ilícitas del tráfico de drogas. Se solicitó
que el Estado Colombiano elevara la reclamación correspondiente, a fin de
que el retenido fuera devuelto al país.

La Corte afirmó que el Ministerio de Relaciones Exteriores dio respuesta a


la petición, pues le informó a la peticionaria que para hacer la reclamación
ante las autoridades venezolanas o de Estados Unidos se debía primero
agotar los recursos internos de cada país. En estas condiciones no podía el
juez de tutela, invadir competencias de otras autoridades, como es el caso
del Ministerio de Relaciones Exteriores, que además de no vulnerar el
derecho fundamental de petición, había justificado razonablemente el hecho
de no haber enviado reclamación diplomática hasta el momento, mucho
más cuando era claro que había estado activo en la vigilancia del proceso
que se adelantaba contra los sindicados, a fin de establecer si los
procedimientos adelantados por autoridades de los Estados Unidos y
Venezuela se ajustaron al debido proceso, y al respeto de las garantías
reconocidas internacionalmente.[nota]

· La información suministrada al juez que conoce la acción de tutela no


puede considerarse como respuesta

El actor fue el esposo de una mujer pensionada por la Caja Nacional de


Previsión Social que había fallecido tiempo atrás. Luego de haber solicitado
el reconocimiento de la sustitución pensional y de no recibir respuesta ,
interpuso acción de tutela para que se le protegiera su derecho de petición.
La Caja Nacional informó al juez que la solicitud se encontraba en trámite,
en etapa de estudio del grupo de sistemas de la Entidad. A partir de este
informe, el juez consideró que se había resuelto el derecho de petición y
negó la tutela del actor. La Corte precisó que la respuesta dada por la
Entidad accionada al juez de tutela para justificar la mora en la resolución
de la petición o para suministrar datos sobre el trámite de una solicitud no
constituye respuesta al peticionario. El sentido del derecho fundamental
radica en que sea la persona solicitante y no el juez la que reciba
contestación oportuna. Cuanto la respuesta se haga ante el juez de tutela,
dado que precisamente tal acción tiene por fundamento la violación del
derecho, es ya tardía e inútil. Salvo, que se trate de probar documentalmente
que ya hubo respuesta y que ella se produjo en tiempo, con lo cual se
desvirtuaría el cargo formulado. Tener por contestación lo que se informa al
juez, en especial si se está reconociendo por el propio ente obligado que
todavía no se ha dado respuesta a la solicitud, es contraevidente.[nota]

· Las entidades no están obligadas a reiterar sus respuestas

El actor solicitó a la entidad demandada, que mediante la expedición de un


acto administrativo indicara que se agotó la vía gubernativa, pues formuló
solicitud de reconocimiento y pago de los reajustes de la pensión y esta fue
denegada. La Corte ha sostenido que el derecho de petición no exige la
reiteración de respuestas a las solicitudes negadas. El derecho de petición se
satisface cuando la autoridad a quien se dirige una solicitud, en forma
individual o en conjunto de peticionarios, que actúan a través de apoderado,
le dá pronto trámite y resuelve oportunamente sobre ella. El derecho de
petición no resulta desconocido por la sola circunstancia de que la decisión
sea negativa respecto del interés planteado, pues lo que la Constitución
garantiza, es que la administración responda eficaz y oportunamente como
es su obligación.[nota]

En otro caso, la Corte Constitucional negó la protección de tutela a una


persona que en reiteradas ocasiones insistió en la solicitud a ECOPETROL
del reconocimiento de pensión, cuando ya la empresa había dado respuesta
negativa. Se consideró que, admitir solicitudes de pronunciamientos sobre
el mismo tema, se constituiría en un ejercicio inoficioso y agotador para la
administración, pues no produciría pronunciamiento alguno que aportara
nuevas y diferentes conclusiones a las ya comunicadas.[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-529-95


2. Corte Constitucional, Sentencia T-388-97
3. Corte Constitucional, Sentencia T-079-98
4. Corte Constitucional, Sentencia T-167-96
5. Corte Constitucional, Sentencia T-105-96
6. Corte Constitucional, Sentencia T-434-94
7. Corte Constitucional, Sentencia T-388-97
8. Corte Constitucional, Sentencia T-610-95
9. Corte Constitucional, Sentencia T-347-01

2.1.3.  Respuesta oportuna frente al derecho a la salud

· Deber de responder es mayor cuando se encuentra en juego la vida y


la salud del peticionario

La demandante, quien laboró como periodista locutora de Radio, empezó a


presentar un deterioro progresivo de su voz, - elemento indispensable para
el ejercicio de su profesión -, razón por la cual acudió al ISS, para que fuera
valorada por un especialista y con fundamento en el diagnóstico la actora
viajó a Estados Unidos donde expertos en cuerdas vocales y neurología le
confirmaron el diagnóstico y le iniciaron un tratamiento que debía realizarse
cada tres o cuatro meses. La demandante solicitó al ISS atender su
tratamiento en el centro medico de Estados Unidos para lograr mantener su
voz en estado normal. El proceso de remisión al exterior, debía hacerse
enviando la solicitud para que la junta de la especialidad correspondiente
rindiera concepto, dentro del plazo de quince (15) días hábiles.

La demandante sostuvo que envió un oficio al ISS en el que daba a conocer


el presupuesto del gasto médico trimestral aproximado que implica el
tratamiento de su enfermedad en el exterior, luego envió un nuevo oficio en
el que solicitaba una pronta respuesta, haciendo una relación de los gastos
sufragados por ella hasta el momento, relativos a su enfermedad.
Posteriormente, el ISS le informó que su historia clínica se había perdido,
motivo por el cual ella envió una copia de la misma. No recibió ninguna
respuesta a su solicitud, por lo que de nuevo pidió información sobre el
asunto. Estimó violado su derecho de petición, en tanto la entidad no había
contestado sus solicitudes relativas a la remisión al exterior, ni respecto al
reconocimiento y pago de las acreencias.

La Corte ha sostenido que el derecho de petición se satisface en la medida


en que la Administración dé una respuesta clara, oportuna y concreta a las
solicitudes del peticionario. Esa respuesta que insistentemente exigió la
demandante respecto de su traslado al exterior y el reconocimiento de los
gastos adelantados con motivo de sus viajes nunca se dio por parte del ISS
A pesar de las múltiples comunicaciones cruzadas, es cierto que nunca se le
dio a la actora una contestación de fondo, clara y oportuna, que definiera en
concreto las pretensiones presentadas. La omisión de una respuesta
oportuna por parte de la autoridad competente para definir una situación
puede afectar derechos constitucionales fundamentales en el evento en que
la demora y la imprecisión desvirtúen el deber de proteger la vida, la salud
y la posibilidad de recuperación de las personas, mas aún, cuando hay
circunstancias claras que hacen evidente la disfunción que la demandante
presenta en las cuerdas vocales y la perturbación de su vida diaria.[nota]

· Carácter reforzado del derecho de petición en la solicitud de afiliación


al SISBEN

La actora madre de cinco hijos, por cuya subsistencia debía responder, por
lo que decidió recurrir al SISBEN, sin recibir atención, luego de haber
hecho diversas solicitudes de afiliación. Indicó que, en razón de no haber
sido atendida en el SISBEN y no haberle sido expedido el carné que la
acreditaba como afiliada a ese programa, se vio obligada, en varias
oportunidades, a correr con los gastos de hospitalización de sus hijos. Para
la Corte, las relaciones entre los individuos pertenecientes a grupos
marginados o discriminados de la sociedad, acreedores de medidas estatales
de especial protección, y las autoridades públicas responsables de hacer
efectivas esas medidas, hacen surgir una modalidad reforzada del derecho
de petición.

En efecto, en estos casos existe un “deber de especial protección” que


impone a los servidores públicos responsables la obligación de atender, de
manera particularmente cuidadosa, las solicitudes de aquellas personas que,
por sus condiciones críticas de pobreza y vulnerabilidad social, acuden al
Estado en busca de que las necesidades más determinantes de su mínimo
vital sean atendidas. En este sentido, la ausencia de una respuesta oportuna
y completa a las inquietudes de la actora, aparejó una flagrante violación
del derecho fundamental de petición de la demandante. La actora, madre de
cinco hijos y carente de toda clase de bienes, pertenecía a un grupo de la
población para el cual las actuaciones dilatorias y las omisiones de la
autoridad demandada revestían mayores visos de gravedad.[nota]

· Deber de comunicar el trámite para solicitar medicamentos excluidos


del catálogo de la entidad prestadora de salud

El demandante se encontraba afiliado al ISS que lo había venido atendiendo


por sufrir de una grave enfermedad. La entidad le estaba suministrando las
medicinas formuladas, aunque con algunas dificultades. Sin embargo, en los
últimos tres meses se negó a continuar suministrándole los medicamentos,
por no estar incluidos en el catálogo del ISS. Ante la negativa, elevó una
petición al coordinador del Centro de atención, con el fin de que se le diera
una solución para obtener estos medicamentos que no estaban en el listado,
pero tres meses después no había obtenido respuesta. Finalmente, manifestó
que su estado de salud ha empeorado, pues no ha podido adquirir las drogas
mencionadas, por su alto costo. La Corte afirmó que como el Instituto no
resolvió la solicitud vulneró el derecho fundamental de petición del
demandante, al no informarle que existía un procedimiento para suministrar
medicamentos que no estaban en el listado de la mencionada lista.

Para que a un usuario se le suministren medicinas que no se encuentran en


el listado señalado, la resolución contiene expresamente algunos
procedimientos. No fueron las normas legales las que impidieron el
suministro oportuno de los medicamentos formulados, sino la omisión para
resolverle su petición y en cierta medida, la forma como fueron aplicadas
esas normas al usuario de los servicios médicos. Si bien es cierto que no se
ha negado el acceso al servicio médico, tal acceso no fue suficiente, pues no
se le resolvió la petición que elevó para adquirir los medicamentos
formulados.[nota]

· Un formulario de inscripción no puede entenderse como un derecho


de petición

Un abogado instauró acción de tutela contra el Instituto de Seguros


Sociales, por considerar que violados sus derechos a la salud, a la pensión
de jubilación, petición y debido proceso. Manifestó que durante muchos
años, estuvo afiliado al ISS, pero la empresa lo desafilió por finalización de
la relación laboral, y aunque el trabajador pidió que se le permitiera
inscribirse nuevamente, afirmó que no se le había respondido. Para la Corte,
no se violó el derecho de petición porque si se llegare a entender como
petición el formulario que el actor diligenció, firmando como patrono y
como trabajador en un formato de "inscripción de trabajadores", lo concreto
es que ese mismo día quedó inscrito y no había ningún elemento de juicio
que indicara que el Seguro Social había recibido posterior petición.[nota]

· Solicitud del paciente de acceso a su historia clínica, forma parte del


núcleo del derecho de petición

La actora en estado de embarazo, se dirigió al ISS, con la finalidad de


indagar sobre la fecha probable del parto. El médico que la atendió efectuó
el exámen de rigor, encontrando que la paciente tenía una dilatación de 3
cm. El nuevo medico de turno, le indujo el embarazo de forma violenta y
esto le produjo una cojera de carácter permanente y le generó otros
problemas graves de salud. La señora había sido examinada por el personal
médico del ISS y todos habían manifestado que se iba a recuperar de la
cojera con el tiempo. Dada la circunstancia se solicitó copia debidamente
autenticada de la Historia Clínica de la señora, con la intención de buscar un
nuevo concepto médico y de aportarlo a un proceso de reparación directa
contra el ISS. Mediante acto administrativo se negó la entrega de las copias
solicitadas, pues la resolución que reglamenta el derecho de petición ante el
ISS dispone que la Historia Clínica sólo podrá ser entregada por orden de
autoridad que la requiera, razón por la cual interpuso la acción de tutela.

Para la Corte, la historia clínica del paciente que reposaba en el Seguro


Social, se constituyó en principio, no sólo en un documento privado
sometido a reserva, que tan sólo podía ser conocido por el paciente y la
institución, y excepcionalmente por un tercero, sino además, en el único
archivo o banco de datos donde legítimamente reposarán, sometidas a la
reserva que ordena la ley, todas las evaluaciones, pruebas, intervenciones y
diagnósticos realizados al paciente. En este sentido, al no permitirse al
paciente acceder a su propia historia clínica, se violó el derecho de petición,
e indirectamente a los derechos como la salud y la vida de la peticionaria,
en cuanto se hacía indispensable su expedición, para llevarlos a otros
especialistas en la materia, a efectos de que estos determinaran su estado de
salud, en virtud de la intervención que se le practicó al momento del parto,
y a los graves padecimientos que desde allí le aquejan. Así pues, es la
misma norma legal la que autoriza tácitamente al paciente a tener acceso a
su historia clínica.[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-395-98


2. Corte Constitucional, Sentencia T-307-99
3. Corte Constitucional, Sentencia T-088-96
4. Corte Constitucional, Sentencia T-502A-95
5. Corte Constitucional, Sentencia T-158-94

2.1.4.  Respuesta oportuna frente a la solicitud de pensiones

· Término para responder la petición de reconocimiento de la pensión


de vejez

El actor solicitó al Seguro Social información sobre las cotizaciones


realizadas para tramitar su pensión de jubilación y ante el silencio de la
entidad radicó la solicitud de reconocimiento de pensión de jubilación,
anexando los documentos requeridos. La entidad no emitió respuesta
alguna. De acuerdo con la Corte, existió vulneración del núcleo esencial del
derecho de petición, cuando la entidad no emitió una respuesta en un lapso
que se ajustara a la noción de “pronta resolución”, o, cuando la supuesta
respuesta se limitaba a evadir la petición, al no dar una solución de fondo al
asunto sometido a su consideración. Mientras el legislador no fije un
término distinto al señalado en el artículo 6 del Código Contencioso
Administrativo para dar respuesta a las solicitudes elevadas a la
administración para determinados casos o en forma general, los organismos
estatales y los particulares que presten un servicio público, han de observar
el término de quince (15) días establecido en esta norma.

Término que pese a ser de obligatorio cumplimiento, puede ser ampliado


excepcionalmente cuando la administración, en razón de la naturaleza del
asunto planteado, no pueda dar respuesta en ese lapso, evento en cual así
habrá de informárselo al peticionario, indicándole las razones que la llevan
a no responder en tiempo y la fecha en que se dará una respuesta de fondo.
Sin embargo, pueden coexistir normas de carácter legal que establezcan
lapsos diversos y superiores al señalado en forma general en el Código
Contencioso Administrativo que deben garantizar el núcleo esencial del
derecho de petición, en lo que a la pronta respuesta se refiere, cuyos
términos se ajusten razonablemente al tiempo requerido para emitir la
decisión, de acuerdo con la importancia que el asunto pueda revestir para el
solicitante y los trámites que debe agotar la administración para resolver
adecuadamente la cuestión planteada.

Mientras el legislador cumple su función de establecer un término razonable


que entidades como el Seguro Social deben emplear para dar respuesta a las
solicitudes de sus afiliados, específicamente en materia de reconocimiento
de pensiones, ha de entenderse que esta entidad debe aplicar por analogía el
lapso contenido en el artículo 19 del decreto 656 de 1994, según el cual las
solicitudes de pensión deben resolverse de fondo en un término máximo de
cuatro (4) meses desde el momento en que se radique la respectiva petición.
Hecho éste que tendrá que ser informado al solicitante en el lapso al que
hace referencia el artículo 6 del Código Contencioso Administrativo.[nota]

· Celeridad en el trámite de la petición debe ser mayor cuando este se


debe dar de oficio

El petente solicito al Ejército que le reconociera la pensión de invalidez,


pues tuvo un accidente mientras prestaba el servicio militar, que le causó
una incapacidad total para laborar. La entidad no dio respuesta oportuna a la
petición, teniendo que reconocer estas prestaciones de oficio. Si cuando se
ejerce el derecho de petición (art. 23 Constitución Política), según lo ha
sostenido reiteradamente la Corte, el peticionario tiene derecho "a obtener
pronta resolución" de la administración, con mayor razón, tiene dicho
derecho cuando el trámite lo impone la ley de manera oficiosa, pues
precisamente lo que se busca en estos casos es la mayor celeridad en las
actuaciones de la administración, las cuales podían verse afectadas por la
inercia del interesado en solicitar el reconocimiento de sus derechos.[nota]

· Deber de expedir los bonos pensionales

El actor elevó ante el ISS la solicitud de reconocimiento de su pensión de


jubilación anexando la documentación pertinente. La entidad le informó que
debía tramitar por su cuenta el bono pensional, ante la Caja Nacional de
Previsión, pero luego le manifestó que no había podido tramitar la pensión
porque otras entidades le adeudaban su cuota parte correspondiente al bono
pensional. Afirmó, que habían transcurrido más de 18 meses sin respuesta
alguna. La Corte afirmó que si bien en principio el motivo de la acción de
tutela lo constituye la omisión del ISS al no responder la solicitud elevada
por el actor oportunamente y tendiente al reconocimiento de su pensión de
jubilación, lo cierto es que la entidad ya respondió pero tardíamente
mediante un acto administrativo expedido durante el trámite de la acción de
tutela, lo que en principio podría configurar un fenómeno de sustracción de
materia.

Sin embargo, se deben analizar las otras pretensiones del actor, en cuanto el
accionar de la entidad demandada con relación al derecho a la seguridad
social comprometido, ya que la respuesta dada por el ISS al peticionario no
constituye una solución adecuada a su problema constitucional, sino que
por el contrario, comporta una clara y ostensible violación del derecho a la
seguridad social y a la jurisprudencia de la Corte Constitucional sobre el
tema de los bonos pensionales. La Corte sostiene que los bonos pensionales
deben expedirse inmediatamente para proteger el derecho a la seguridad
social, de quienes han obtenido el derecho a la pensión y por esta omisión
se les esta afectando el mínimo vital.[nota]

· Las condiciones de congestión de la entidad no son excusa para no


contestar la petición de sustitución pensional

El petente solicito a la Caja Nacional de Previsión Social la sustitución


pensional y esta entidad no dio respuesta oportuna a la petición. De acuerdo
con la Corte, en este caso, la omisión del Estado en resolver prontamente la
solicitud del petente, a pesar de sus repetidos y frustrados intentos de
obtener una respuesta, fue de tal magnitud que puso fuera de las
posibilidades del interesado el ejercicio de su derecho, afectando con ello
también el interés jurídicamente protegido que perseguía le fuera
reconocido, consistente en su derecho fundamental a la seguridad social.
Las razones expuestas por la entidad oficial como las deficiencias de
personal, volumen de expedientes, orden de las solicitudes, reestructuración
de los sistemas de trabajo, entre otros, no representan un interés público
general que pudiera esgrimirse para justificar la desatención del deber de
respuesta oportuna.
La administración en el cumplimiento de su deber de diligencia y agilidad,
con fundamento en los principios de eficacia, economía y celeridad, cuenta
con un término de tiempo razonable para contestar oportunamente las
peticiones elevadas por las personas. Un retraso no justificado en la
tramitación de una solicitud se hace patente, entre otros casos de flagrante y
exorbitante conducta morosa no compatible con un Estado social de
derecho eficiente y célere.[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-170-00


2. Corte Constitucional, Sentencia T-394-93
3. Corte Constitucional, Sentencia T-1294-00
4. Corte Constitucional, Sentencia T-426-92

2.1.5.  Respuesta oportuna en casos especiales

· Deber de la Registraduría Nacional de expedir la cédula de


ciudadanía

Los actores afirmaron que la mora en el trámite y entrega del documento de


identidad por parte de la Registraduría Nacional del Estado Civil, les
impidía ejercer sus derechos ciudadanos y era una violación al derecho de
petición. Según la Corte, la satisfacción del derecho de petición a favor de
los actores sólo se satisfacía efectivamente mediante la resolución de su
petición que se traducía no en una respuesta escrita o verbal de la
administración, sino mediante la expedición del documento de identidad
solicitado. Teniendo en cuenta que la expedición de la cédula de ciudadanía
requería la realización de algunos trámites que resultaban dispendiosos para
la administración, la expedición inmediata de la contraseña resultó ser una
respuesta provisional, pero, nunca definitiva ni efectiva respecto del
derecho de petición de los ciudadanos.

Por lo tanto, a la luz de las normas legales y aplicables a éste derecho, debe
entenderse que cuando se hace entrega de la contraseña que tiene una
vigencia y validez de tres (3) meses según lo informado por la demandada,
implícitamente se está indicando al individuo que éste será el término que
se tomará la Registraduría para resolver de fondo y de manera definitiva la
petición de los interesados. Vencido este término deberá procederse a la
entrega del documento definitivo, pues en caso contrario, se estará
vulnerando efectivamente el derecho fundamental de petición. Se considera
que el término de tres (3) meses señalado por la misma entidad, es un
término razonable para la resolución efectiva del derecho de petición
tendiente a la expedición de la cédula de ciudadanía.[nota]

· Deber de responder la solicitud de expedición de libreta militar

Un joven solicitó su libreta militar y luego de cierto tiempo no se le habían


entregado, pese a cumplir los requisitos para obtenerla. Para la Corte, es
obvio que constituye ejercicio del derecho de petición solicitar la entrega de
la libreta militar, entregando para el caso los recibos de pago
correspondientes, teniendo derecho a obtenerla, y acudir al Distrito Militar
para reclamarla. De manera que al demandante había que concretarle con la
entrega de la libreta la definición de su situación militar, o justificarse
razonablemente por escrito el motivo para no entregarla. Como esto no
había ocurrido, no se había resuelto el derecho de petición.[nota]

· Los notarios tienen el deber de responder las peticiones

El actor dirigió a la notaria demandada dos memoriales, pero ésta no había


dado respuesta a sus escritos. En sus peticiones, el actor solicitó a la
Notaria, a nombre de los correspondientes beneficiarios, el seguro al que, en
su concepto, tenían derecho los herederos de un empleado de la Notaría,
que falleció. De acuerdo con la Corte, si se considera que los notarios son
autoridades, es clara la obligación de responder, pues es el primer evento
que contempla el artículo 23 de la Constitución. Si se los considera como
simples particulares que prestan un servicio público, también están en la
obligación de resolver las peticiones, pues encajan en la situación prevista
en el inciso final del artículo 86 de la Constitución Política, sobre la
procedencia de la acción de tutela contra particulares encargados de un
servicio público. En cuanto a las reclamaciones de índole laboral, la Corte
consideró que se trata de un asunto que debe ser resuelto por la justicia
ordinaria y sobre tal tema no puede decidir el juez de tutela pues para su
protección, existen otros medios de defensa judicial.[nota]

· Deber de responder la solicitud de ascenso de escalafón de un profesor

La actora manifestó que se desempeñaba como docente del Distrito, razón


por la cual presentó solicitud de ascenso en el escalafón docente,
adjuntando la documentación que acredita tener derecho al mencionado
ascenso, sin que hasta la fecha de presentación de ésta acción se le hubiera
resuelto de fondo su petición. La Corte sostiene que la solicitud de ascenso
en el escalafón constituye claramente un derecho de petición en interés
particular mediante el cual se inicia una actuación administrativa y
presupone el deber para la administración de resolverlo dentro del término
previsto para ello. El vencimiento del término para resolver no exime del
deber de informar por escrito las razones por las cuales no se resolvió en
tiempo, señalando el término en que se resolverá de acuerdo a lo estipulado
en el art. 6º del CCA, persistiendo la vulneración al derecho de petición por
la omisión o retardo en su resolución. En el presente caso se encontró que
existía una clara violación al derecho fundamental de petición en los
términos señalados por la Carta Política y desarrollado en el Código
Contencioso Administrativo al no obtener la actora pronta resolución de su
solicitud de ascenso ya sea en forma positiva o negativa, exponiendo las
razones de la misma.[nota]

· El Ministerio de Trabajo tiene el deber de responder la solicitud de


los trabajadores para dirimir conflictos en la relación laboral

El Sindicato de Trabajadores del Hospital Infantil Lorencita Villegas de


Santos presentó un pliego de peticiones ante las directivas de dicho centro
asistencial, con el objeto de iniciar el trámite de negociación colectiva y la
etapa de arreglo directo se agotó, sin que se lograra acuerdo alguno. Por lo
tanto, tratándose de un conflicto colectivo de trabajo que se presentó en una
empresa que prestaba un servicio público, había de procederse a la
constitución de un tribunal de arbitramento obligatorio. El sindicato del
Hospital solicitó al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, la
convocatoria del tribunal de arbitramento. Esta solicitud fue reiterada, en
atención a que el tribunal no había sido todavía convocado.

Posteriormente, se realizó una reunión extraordinaria en la cual se estudió el


estado financiero de la entidad y se determinó la imposibilidad de garantizar
la prestación de los servicios comprendidos en el objeto social por lo cual el
hospital dejó de funcionar. Por lo anterior, el Ministerio de Trabajo y
Seguridad Social rechazó la solicitud formulada por el sindicato de ordenar
la constitución del tribunal de arbitramento para solucionar el conflicto
colectivo de trabajo. Para la Corte, a pesar de que el Ministerio de Trabajo
contaba con una razón suficiente para no convocar inmediatamente el
Tribunal de Arbitramento, tal como lo había solicitado el Sindicato, durante
meses omitió dar cualquier respuesta a la solicitud de convocarlo. El hecho
de que el Ministerio hubiera guardado silencio durante un largo período,
hizo que se configurara una vulneración de los derechos de la organización
de los trabajadores.

Lo anterior por cuanto, si bien es cierto que la legislación laboral no señala


un término específico dentro del cual deba el Ministerio entrar a resolver
sobre la solicitud de la convocatoria del referido tribunal, no lo es menos
que la mencionada solicitud constituye una modalidad del derecho de
petición. Ello indicó que su atención no podía prolongarse indefinidamente
en el tiempo, tal como ocurrió en este caso, en el cual el Ministerio se tomó
meses para responder a la petición del Sindicato. En estas condiciones,
resultó claro que el Ministerio faltó a su obligación de dar una respuesta
oportuna y eficaz a la solicitud ante él presentada, y, en consecuencia,
vulneró el derecho de petición.[nota]

· Solicitud de procedimiento contractual de transacción por parte de los


trabajadores al empleador no está amparada por el derecho de petición

Varios ex-trabajadores y pensionados de la extinta Empresa Puertos de


Colombia, fueron beneficiarios de una reliquidación de salarios,
prestaciones sociales y reajustes pensionales. La Empresa suscribió con los
señores actas de conciliación, ante el Inspector del Trabajo, en las cuales se
comprometía a cancelarles las sumas debidas por concepto de sueldos y
prestaciones sociales. Las resoluciones y actas de conciliación antes
reseñadas fueron materia de cobro ejecutivo ante los juzgados. En los
procesos ejecutivos, las liquidaciones de los créditos fueron aprobadas y
ejecutoriadas y se libró mandamiento de pago al Fondo de Pasivo Social de
la Empresa Puertos de Colombia – FONCOLPUERTOS - , sin que hasta el
momento la entidad haya pagado esas deudas. El apoderado de los ex-
trabajadores y pensionados, en uso del derecho de petición, presentó
fórmulas de conciliación a FONCOLPUERTOS, dirigidas a lograr el pago
de las sumas debidas, que nunca obtuvieron respuesta por parte de la
Empresa.

Según la Corte, el derecho de petición comporta tanto el derecho a la


información como el de solicitar a la administración que cumpla con sus
funciones propias. Sin embargo, el alcance de este derecho no puede
extenderse hasta el punto de exigir de las entidades públicas, respuesta
oportuna a las propuestas formuladas por particulares en uso de su
autonomía, y que no comprometen, en manera alguna, los deberes legales o
constitucionales de dichas entidades. El apoderado de algunos de los ex-
trabajadores y pensionados elevó al fondo de pasivos una propuesta de
conciliación. Lo cierto es que se trataba de una propuesta de negociación de
las acreencias laborales, asimilable más a una oferta de transacción que a
una conciliación. No se pedía a la administración que adelantara una gestión
a la cual estaba obligada, ni que suministrara información sobre los asuntos
públicos a su cargo. Simplemente se formuló una invitación contractual,
fruto de la capacidad de negociación del apoderado, sin que por ello a la
administración le surjiera la obligación de responder. Es más, el silencio de
la administración se asimiló a una respuesta negativa, que podría dar lugar a
responsabilidades posteriores, pero que no afecta el derecho de petición del
actor.[nota]

· La administración tiene el deber de responder peticiones sobre el


cierre de establecimientos comerciales

Mediante resolución se aprobó un proyecto de urbanización y el organismo


dispuso que el uso principal de la urbanización era para vivienda. No
obstante, en el sector fueron abiertos desde hace algún tiempo, varios
establecimientos de comercio cuya actividad no está permitida y al parecer
sin el cumplimiento de algunos de los requisitos de parqueo y aislamiento.
En virtud a lo anterior, los vecinos a través de diferentes oficios, dirigidos a
las autoridades locales, se quejaron de esta situación. Hasta la fecha las
peticiones no habían sido resueltas. De acuerdo con la Corte, el derecho a
obtener una pronta resolución hace parte, del núcleo esencial del derecho
fundamental de petición, pues sin la posibilidad de exigir una respuesta
rápida y oportuna carecería de efectividad este derecho. De esa manera, una
vez formulada la petición, de manera respetuosa, cualquiera que sea el
motivo de la misma, bien sea particular o general, el ciudadano adquiere el
derecho a obtener pronta resolución.[nota]

· Deber de responder peticiones sobre antecedentes judiciales,


necesarios para ejercer el derecho fundamental al hábeas data

Un ciudadano solicito en la oficina del DAS su certificado judicial,


negándosele la expedición del mismo, por aparecer, en la base de datos, en
su contra una medida de aseguramiento. Como consecuencia de esta
respuesta, presentó por escrito solicitud en el mismo sentido ante el Fiscal
de Distrito correspondiente. Luego de realizarse el recorrido por los
diferentes despachos judiciales en los cuales en algún momento estuvo
radicado un proceso penal en su contra, se logró establecer que este había
terminado por preclusión de la investigación seis años antes de que el
peticionario solicitara al DAS el certificado. Con el propósito de que se le
expidiera paz y salvo de su situación ante la justicia, el ciudadano interpuso
acción de Tutela en contra del Despacho que en principio avoco la
investigación en el mencionado proceso.

La Corte Constitucional, reitera las tres exigencias mínimas que deben


cumplir las respuestas a los derechos de petición, a saber: i) La
manifestación de la Administración debe ser adecuada a la solicitud
planteada, ii) La respuesta debe ser efectiva para la solución del caso, iii) La
comunicación debe ser oportuna. Con base en lo anterior, consideró
procedente la acción de tutela y ordenó: a los Despachos Judiciales enviar al
DAS la información concerniente a los procesos que adelantaron contra el
accionante y al DAS, expedirle al accionante el certificado judicial, con
base en la información que los Despachos envíen, pues la permanencia del
dato errado, así como la correlativa omisión de las autoridades de
actualizarlo o rectificarlo, y de dar una respuesta suficiente, vulneró el
derecho fundamental de petición e imposibilitaba a su titular para ejercer el
derecho, también fundamental, al Habeas Data[nota].

1. Corte Constitucional, Sentencia T-1078-01


2. Corte Constitucional, Sentencia T-558-95
3. Corte Constitucional, Sentencia T-464-95
4. Corte Constitucional, Sentencia T-1587-00
5. Corte Constitucional, Sentencia T-556-00
6. Corte Constitucional, Sentencia T-530-95
7. Corte Constitucional, Sentencia T-114-94
8. Corte Constitucional, Sentencia T-542-03

2.2.   Resolución de fondo

2.2.1.  La respuesta debe ser de fondo y sin evasivas por parte de la


entidad

Un empleado de la Caja Nacional de Previsión despedido en razón de un


proceso de reestructuración, solicitó a esta entidad que se le informara el
monto de la indemnización a la que tenía derecho, se le liquidaran sus
prestaciones laborales y por último, se le dijera si tenía derecho a las
bonificaciones de acuerdo con la normatividad aplicable. La Caja le
respondió ilustrándolo sobre la forma en la que él estuvo vinculado a la
entidad durante el tiempo en el que prestó sus servicios y afirmando que su
liquidación se efectuará conforme a las normas legales pertinentes. El señor
interpuso acción de tutela por considerar que al no existir respuesta sobre la
petición de liquidación se le estaba violando el derecho consagrado en el
artículo 23 de la Constitución.

La Corte amparó el derecho ordenando a la entidad demandada que


realizara la liquidación de las prestaciones sociales a las que tenía derecho
el actor y determinara si efectivamente tenía derecho a indemnización o
bonificación por el proceso de reestructuración de la entidad. Para la Corte
el derecho de petición implica que la respuesta dada por la autoridad sea
una respuesta material a la solicitud del peticionario y no una simple
comunicación formal que deje a la persona más desorientada sobre su
situación y lo que debe hacer. El que la petición deba ser resuelta, quiere
decir que ha de existir un pronunciamiento de la autoridad en el que se
adopte una decisión o se dilucide un litigio o controversia, en ambos casos
con efectos vinculantes. No se puede por tanto aceptar como respuesta una
comunicación que eluda las decisiones que se deben tomar o haga
referencia a temas diferentes a los planteados en la petición.[nota]

En otro caso, el accionante señaló como violado su derecho de petición,


pues, según dijo, el organismo demandado (una asociación de pensionados)
no le había dado respuesta acerca de una solicitud por él presentada, junto
con otros 52 miembros de esta Asociación. El actor instauró la tutela como
mecanismo transitorio para evitar un perjuicio irremediable. La Corte
reitera su jurisprudencia de acuerdo con la cual, las respuestas evasivas o
las simplemente formales, aun producidas en tiempo, no satisfacen el
derecho de petición, pues en realidad, mediante ellas, la administración
elude el cumplimiento de su deber y desconoce el principio de eficacia que
inspira la función administrativa, de conformidad con el artículo 209 de la
Constitución.

La respuesta aparente, que en realidad no niega ni concede lo pedido,


desorienta al peticionario y le impide una mínima certidumbre acerca de la
conducta que debe observar frente a la administración y respecto de sus
propias necesidades o inquietudes. La Corte advierte que las directrices
puramente generales no satisfacen el derecho de petición en interés
particular, ya que quien se dirige en forma directa ante la administración,
espera una solución igualmente personal y concreta. [nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-575-94


2. Corte Constitucional, Sentencia T-358-00

2.2.2.  Aunque exista respuesta oportuna de parte de la autoridad, esta


no cumple el derecho de petición si no se resuelve de fondo lo solicitado

El abogado representante de un grupo de 75 ex -trabajadores que laboraron


en una empresa estatal en liquidación, presentó diversas solicitudes sobre el
reconocimiento de pensiones, el reajuste de las mismas en otros casos, y el
pago de intereses moratorios por la demora en su reconocimiento, en las
restantes. La empresa estatal respondió con un comunicado que cobijaba a
todos los trabajadores afirmando que ninguna de las solicitudes presentadas
tenía soporte documental alguno que sustentara los reconocimientos
solicitados. Impugnada esta decisión obtuvo una respuesta un poco más
detallada sobre los diferentes inconvenientes presentados, para aceptar las
solicitudes planteadas.

La Corte Constitucional estimó que no constituye una respuesta de fondo la


que considera de manera general una serie plural de solicitudes, sin que se
especifique caso por caso las razones que dan lugar a un determinado
pronunciamiento. Se desconoce el derecho de petición cuando aún a pesar
de existir respuesta por parte de la administración, no hay una decisión de
fondo que ofrezca alguna solución a lo pedido. La respuesta que se ofrezca
debe corresponder a lo que se ha pedido y debe ser efectiva para el caso que
se plantea, de tal manera que esclarezca el camino jurídico que debe seguir
el peticionario para la solución de su problema. De esta manera si la
solicitud exige un tiempo mayor al definido legalmente para dar solución al
caso, dentro del término legal debe informársele de esta situación al
peticionario y no dejarlo desorientado sin información alguna sobre que es
lo que debe hacer o esperar.[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-718-98

2.2.3.  La falta de disponibilidad presupuestal no es excusa para no


responder de fondo la solicitud de reconocimiento de cesantías
parciales

La actora solicitó al Fondo de prestaciones del Magisterio el pago de


cesantías parciales para compra de vivienda. Afirmó la peticionaria que más
de cuatro (4) meses después, no había obtenido respuesta a su solicitud y
que sólo recibió una nota en la que le informaban que por falta de personal
y de equipos de trabajo los funcionarios esperaban tener lista la liquidación
correspondiente en el término de tres meses, a más tardar. Luego se le
comunicó que en el momento que se contara con presupuesto para cesantías
parciales, se le daría una respuesta. Interpuso acción de tutela por
considerar violado el derecho de petición, al no recibir una respuesta de
fondo. La Corte afirmó en este caso que la vulneración del derecho de
petición fue clara, ante la ausencia de la respuesta que su verdadera
efectividad reclamaba.

De acuerdo con la Corte, el derecho consagrado en el artículo 23 de la Carta


Política amerita la protección que la acción de tutela brinda siempre que
falte la respuesta oportuna que hace parte de su núcleo esencial; el pago de
las cesantías alude a la materia de la solicitud y es un derecho diverso e
independiente del derecho de petición. Los problemas de índole
presupuestal que afectan a la entidad demandada no justifican la violación
del derecho de petición cuya operancia no queda supeditada a la
disponibilidad de recursos que, por lo menos en este evento, resulta ajena al
ámbito del derecho y de la acción de tutela que lo protege. En este caso
estaba plenamente comprobado que se reconoció a la peticionaria su
cesantía parcial y que fue incluida en la nómina de pagos, por lo que la
Corte denegó la tutela por carencia actual de objeto.[nota]

En otro caso, el actor empleado de la Rama Judicial, afirmó que solicitó a la


Dirección de Administración Judicial el reconocimiento y pago de sus
cesantías parciales, sin haber obtenido respuesta alguna. La Dirección
Seccional se limitó a informarle que su solicitud se encontraba en turno y
luego señaló que ya se había realizado la liquidación de las cesantías
parciales del actor y que tal suma sería pagada tan pronto como hubiera
presupuesto. La Corte afirmó que la excusa de falta de presupuesto no es
admisible, pues, independientemente de que la prestación pueda o no
pagarse, al peticionario le asiste el derecho de tener la certeza sobre el
reconocimiento o no de aquélla y, en consecuencia, resulta censurable el
estado de incertidumbre en que se abandona al actor.

El reconocimiento de las cesantías parciales no puede estar supeditado a la


disponibilidad presupuestal, por cuanto independientemente de que existan
o no los recursos asignados para el efecto, lo cierto es que el derecho
subjetivo no nace de la posibilidad o no de pago efectivo de la obligación a
cargo de la administración. Absurdo sería atar el derecho mismo a la
capacidad de pago del deudor, ya que sin contar que éste quiera o pueda
pagar, el derecho nace de la ocurrencia de otro tipo de circunstancias, a la
luz de la normatividad vigente. Si la autoridad pública encuentra que el
solicitante cumple todos los requisitos para el reconocimiento de una
prestación, aquélla está en la obligación de reconocer el derecho, con
independencia de que existan recursos disponibles para hacer efectivo su
pago, si encuentra configurados los requisitos que la ley señala.

En otros términos, la circunstancia coyuntural de la falta de una partida


suficiente en el presupuesto constituye óbice para el pago inmediato pero de
ninguna manera puede erigirse en obstáculo para que la administración
determine si el derecho existe en el caso concreto, ni tampoco para que
proceda a su liquidación, ni para que inicie los indispensables trámites, con
miras a futuras provisiones presupuestales respecto de vigencias
posteriores, o a las adiciones necesarias en la que se ejecuta. Por lo anterior,
la administración estaba obligada a dar respuesta dentro de los términos
señalados en la ley, y de fondo resolviendo si reconocía o no el derecho del
actor.[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-370-95


2. Corte Constitucional, Sentencia T-363-97

2.2.4.  La respuesta puede ser diferente a lo solicitado

· La respuesta no debe ser obligatoriamente favorable al peticionario

Una empresa electrificadora había incurrido en omisión al no llevar a cabo


el traslado de tres líneas de alta tensión que pasaban transversalmente y a
menos de tres metros por encima de la casa del actor y de otras veinte
viviendas, situación que amenazaba la vida de su familia y la de toda la
comunidad. Al solicitar una solución técnica, jurídica y ambiental ante la
Electrificadora y la Oficina de Planeación Municipal, había obtenido
respuestas en el sentido de reconocer la inminencia del peligro y ofrecer
futuras acciones, sin que éstas se hubieran llevado a cabo. La Corte sostuvo
que es en la resolución y no en la formulación donde el derecho
fundamental de petición adquiere su dimensión como instrumento eficaz e
idóneo de la participación democrática y la efectividad de los demás
derechos fundamentales. El Estado está obligado a resolver la petición, no
simplemente a expedir constancias de que la recibió. Sin embargo, el
sentido de la decisión dependerá de las circunstancias de cada caso y, en esa
medida, podrá ser positiva o negativa: la obligación del Estado no es
acceder a la petición, sino resolverla.[nota]

· El peticionario cuenta con los recursos de la vía gubernativa si no está


de acuerdo con la decisión

La accionante, luego de trabajar durante muchos años en diversos cargos


públicos en un Municipio, sufrió un accidente de trabajo que le hizo perder
la capacidad funcional del brazo y por esto fue despedida. Solicitó que se le
reintegrara al trabajo para poder completar el tiempo de jubilación o que se
le otorgara la pensión de una vez. De acuerdo con la Corte no se accedió a
la protección del derecho de petición, en razón de ya haberse resuelto la
solicitud precedente. Se le dió respuesta a la solicitud, por lo que existió
cesación de la actuación impugnada. En cuanto a la solicitud concretamente
se afirmó que al haber sido la respuesta desfavorable y tratándose de un
acto administrativo, dispuso la actora de los medios de defensa judicial que
para el efecto consagra el Código Contencioso Administrativo.[nota]

En otro caso, el actor solicitó a la División de Asistencia a la Rama


Jurisdiccional del Ministerio de Justicia el reconocimiento de su judicatura,
para optar el título de abogado, para lo cual dice haber presentado
constancias de diferentes juzgados y haber dado cumplimiento a todos los
requisitos indispensables para la expedición del certificado correspondiente.
El Jefe de la División de Asistencia a la Rama Jurisdiccional profirió la
Resolución por medio de la cual decidió "negar la judicatura solicitada",
argumentando que el actor no había aportado la certificación expedida por
el Consejo Directivo de la Facultad en donde culminó sus estudios en la
cual constara que un profesional había sido autorizado previamente para
asistir y vigilar la práctica del egresado, dentro de los términos establecidos
en la resolución que regula la materia.

Según la Corte, no se entiende conculcado el derecho de petición cuando la


autoridad responde al peticionario, aunque la respuesta sea negativa. Ella,
siempre y cuando se produzca dentro de los términos que la ley señala,
representa en sí misma, independientemente de su sentido, la satisfacción
del derecho de petición. Cuando al absolver la petición se resuelve negar lo
pedido, no se está desconociendo el derecho de petición y, en consecuencia,
ningún objeto tiene la tutela para reclamar la protección de éste. Cuestión
muy diferente es la relativa a la validez del acto administrativo en que
consiste la respuesta, frente al cual el peticionario dispone de los recursos
por la vía gubernativa, en guarda de sus intereses. En esta hipótesis no cabe
la acción de tutela, dada la existencia de otros medios de defensa judicial, a
menos que se intente como medida transitoria para evitar un perjuicio
irremediable.[nota]

· Se entiende que hubo respuesta al derecho de petición así su contenido


pueda resultar inconstitucional por violación de otro derecho
fundamental

La actora consideró que la negativa de un colegio a admitir a su hija


arguyendo que esta era mayor de la edad requerida para entrar al curso que
le correspondía, vulneraba su derecho a la educación, y que la respuesta
dada por el colegio a su solicitud de conocer las normas legales que
sustentaban la decisión que controvirtió, violaba su derecho fundamental de
petición, pues se le comunicó en la respuesta una serie de puntos que no
resolvieron la petición realizada, pues lo que ella solicitaba es que se le
expidiera copia del acto administrativo o de la norma jurídica en la que se
estableciera que la edad máxima para ingresar a sexto grado es de trece
años. La solicitud del actor fue resuelta cinco días dentro del término
establecido para el efecto; ahora bien, el hecho de que la respuesta que dió
la accionada no se concretara en la expedición de la copia de la norma
jurídica o acto administrativo que contuviera la disposición en la que se
respalda el colegio para inadmitir a su hija, por sobrepasar ella la edad
máxima establecida, no necesariamente vulneraba el derecho de petición, si
la misma fue debidamente resuelta.

De hecho, la rectora del colegio demandado, le informó a la actora que la


disposición que sirvió de fundamento a su institución, para negarle el cupo
a su hija, la adoptó el consejo directivo del colegio. En esa perspectiva, es
claro que la institución demandada no vulneró el derecho de petición del
actor, pues resolvió oportunamente y de fondo las solicitudes por él
formuladas, indicándole expresamente la disposición en la que fundamentó
su decisión, cosa distinta es que el contenido de la misma eventualmente
sea contrario al ordenamiento superior, aspecto que en esa misma sentencia
resolvió la Corte tutelando el derecho a la educación de la menor.[nota]

· La administración no está obligada a suministrar datos que no


reposen en sus archivos

Para acreditar el número de semanas cotizadas con el fin de acceder a la


pensión, una persona requería probar el tiempo que laboró en el antiguo
Ministerio de Obras Públicas, durante los años 1947 y 1949. Se dirigió a
diferentes autoridades para que certificaran el tiempo de trabajo, entre ellas
INVIAS y el Ministerio de Transporte. Las respuestas dadas a esta solicitud
fluctuaron entre la carencia de organización en el archivo del personal que
trabajó en el Ministerio de Obras Públicas y la ausencia de información
sobre el peticionario, que en general demostraban la pérdida de la hoja de
vida del solicitante. El actor consideró que no se había dado una respuesta
de fondo a su solicitud y en consecuencia interpone acción de tutela. La
Corte Constitucional consideró que en este caso las autoridades no habían
vulnerado el derecho de petición del accionante, pues las diferentes
autoridades administrativas presuntamente responsables para expedir la
certificación requerida, realizaron las gestiones que estaban a su alcance,
pretendiendo satisfacer al petente en su solicitud.

La insuficiencia del material documental en disposición de los archivos,


para constatar dicha información, impidió otorgarla. Por lo tanto, frente a la
verificación de la posible vulneración del derecho de petición, se encuentra
que no era viable exigir una respuesta en el sentido esperado por el petente,
en aras de lograr una protección del derecho. En este caso el derecho a la
seguridad social para acceder a la pensión no se vio afectado pues el
peticionario contó con la posibilidad de allegar pruebas supletorias
testimoniales que le permitieran demostrar los hechos que el documento
solicitado podía certificar.[nota]

· La entidad esta obligada a responder así se haya entablado un proceso


judicial en su contra

La actora que trabajó para distintas entidades oficiales durante más de


veinte años, solicitó a la Caja Nacional de Previsión Social el
reconocimiento de su pensión de jubilación. La entidad demandada le
informó que sólo tendría derecho a la pensión al cumplir los cincuenta y
cinco años de edad. Luego de cumplir esa edad, la señora presentó una
nueva solicitud, la entidad respondió que hasta que no se resolviera la
demanda que interpuso no tendría una respuesta. Para la Corte, la Caja
Nacional de Previsión Social violó el derecho de petición de la actora, y los
derechos, conexos a la seguridad social y a la salud, sin que le asista razón
constitucional o legal para pretermitir indefinidamente la pronta resolución
a que está obligada.

La entidad administrativa cuyo acto es demandado por un particular,


válidamente no podía tomar represalias en contra de esa persona por el sólo
motivo de que ella acudió ante los estrados judiciales para reclamar lo que
en derecho cree que le correspondía; durante el proceso, y después de que la
sentencia quede en firme, así ésta resulte contraria a los intereses de la
entidad pública o encargada de cumplir funciones oficiales, al demandante
se le debe dar el mismo trato respetuoso, servicial y presidido por la buena
fe, que debe recibir cualquier otra persona.[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-010-93


2. Corte Constitucional, Sentencia T-568-94
3. Corte Constitucional, Sentencia T-012-92
4. Corte Constitucional, Sentencia T-1577-00
5. Corte Constitucional, Sentencia T-412-98
6. Corte Constitucional, Sentencia T-1503-00

2.2.5.  El silencio administrativo no constituye respuesta a la petición

· Deber de responder las peticiones aunque haya operado el silencio


administrativo

La Corte Constitucional en sentencia de tutela señaló que con la


configuración del silencio administrativo negativo no puede considerarse
satisfecho el derecho de petición. El silencio administrativo positivo
contemplado en el Código Contencioso Administrativo presume que la
administración ha resuelto negativamente una petición, cuando
transcurridos tres meses contados a partir de la efectuada ésta, no hay
ningún pronunciamiento que la resuelva. La presunción permite que el acto
sea demandable ante la jurisdicción contencioso-administrativa, como
decisión negativa a la solicitud. Para la Corte esta figura no puede suplantar
la obligación de resolver que tiene a su cargo la autoridad, y no excluye la
defensa judicial del derecho fundamental de petición considerado en sí
mismo. En esta materia la acción de tutela y la demanda ante el contencioso
administrativo no tienen un mismo objeto, pues la primera busca el respeto
del derecho fundamental, es decir, que exista una decisión positiva o
negativa acerca de la solicitud hecha.

Mientras que la segunda es controvertir un acto negativo presunto, para que


se llegue a una decisión contraria. El derecho de petición sólo es satisfecho
cuando existe pronta respuesta a las solicitudes y el silencio administrativo
no garantiza ni lo uno, ni lo otro. Bajo esta línea de considerandos la Corte
amparó los derechos de una individuo que hizo la solicitud de pensión, sin
que, transcurrido más de una año, la entidad correspondiente hubiese dado
respuesta alguna a su solicitud.[nota]

En otro caso similar, el actor, solicitó a la Caja de Previsión Social del


Distrito el reconocimiento de su pensión de jubilación. Hasta la fecha de
presentación de esta acción de tutela, la entidad acusada no había dado
respuesta alguna al actor. Según los funcionarios de esa entidad, las
solicitudes debían ser resueltas en estricto orden de presentación y, además,
que no existía término para resolver esa clase de solicitudes, pues la
normatividad que rige el reconocimiento de pensiones para los trabajadores
del distrito, acuerdo 04 de 1992, no establece plazo alguno para ello. Según
la Corte, el Código Contencioso Administrativo señala que las solicitudes
de carácter particular deben ser resueltas dentro de los quince (15) días
siguientes a su presentación, y si a la administración no le es posible dar
respuesta en ese término, así se debe informárselo al solicitante, señalando
la fecha en que tendrá la respuesta correspondiente.

En todo caso, esa misma normatividad señala que, si pasados tres meses
desde la presentación de la solicitud, la administración no ha dado
respuesta, ha de entenderse que ella ha sido denegada. Esta figura es
conocida con el nombre de silencio administrativo negativo, y su fin es
permitir al solicitante acudir a la jurisdicción contenciosa. Sin embargo,
mientras no se acuda ante el contencioso administrativo para demandar el
acto ficto, producto del silencio administrativo, el solicitante puede hacer
uso de la acción de tutela, para que la entidad resuelva su petición. Esto se
deduce del artículo 40 del Código Contencioso Administrativo y de la
interpretación que ha hecho esta Corporación, en sus distintos fallos sobre
el tema. Por otra parte, el hecho de que en la entidad demandada existiera
un proyecto de resolución, en el que se reconocía la calidad de pensionado
del actor, en nada cambia lo expuesto, pues a él no se le había comunicado
ninguna decisión, que permitiera concluir que su derecho fundamental de
petición no había sido vulnerado.[nota]

· Deber de responder es aún más importante cuando están en juego los


derechos fundamentales de los particulares

Adujo el actor que el ISS, mediante resolución le reconoció la pensión de


vejez. Afirmó que, al momento de la notificación del referido acto
administrativo, un funcionario de la entidad lo envió al banco para realizar
el cobro pertinente, pero observó que el organismo solamente había
consignado el valor de la mesada correspondiente al mes de marzo del
2000, mas no el valor de la retroactividad reconocida en dicho acto, por lo
cual presentó los recursos de reposición y de apelación, sin que hasta la
fecha de presentación de la tutela la entidad le hubiera respondido.

La Corte advirtió al Instituto de los Seguros Sociales, el deber ineludible de


protección de aquellas personas que por su condición económica o física, se
encuentran en circunstancias de debilidad manifiesta, como ocurre con las
personas de la tercera edad, que de conformidad con lo dispuesto en los
artículos 13, 46 y 53 de la Constitución, merecen un trato acorde con su
situación, en cuanto la Carta obliga a las autoridades públicas a dispensar
un trato digno y justo, respondiendo en forma clara, diáfana e integral las
peticiones formuladas por los particulares y no simplemente contestar sin
referirse de manera directa a lo solicitado, ya que los planteamientos
evasivos o parciales en cuanto a los derechos de contenido pensional y de
carácter patrimonial, encubren una actuación omisiva que compromete la
responsabilidad de los servidores públicos y coloca en grave peligro
derechos fundamentales de los particulares, amén de violentar los principios
de celeridad, economía y eficiencia que encausan el desempeño de la
función pública en un Estado Social de Derecho.[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-242-93


2. Corte Constitucional, Sentencia T-532-94
3. Corte Constitucional, Sentencia T-1419-00

3.   Derecho de petición en la via gubernativa

3.1.  El derecho de petición opera también en la vía gubernativa

Contra las decisiones de carácter particular tomadas por la administración


las personas cuentan con recursos, ante la misma administración, para
controvertirlas. Estos recursos, el de reposición, ante la misma autoridad
que tomó la decisión o el de apelación, ante el superior jerárquico,
constituyen la denominada vía gubernativa, cuyo agotamiento previo es
exigencia para demandar los pronunciamientos de la administración ante los
tribunales de la jurisdicción contencioso-administrativa. En un alto número
de sentencias[nota] la Corte Constitucional ha establecido que el retardo en
resolver los recursos interpuestos en vía gubernativa también constituye una
violación al derecho de petición, el cual exige, que exista una respuesta
dentro de los términos legales a las solicitudes que hagan las personas a las
autoridades. En estos casos, las autoridades no pueden excusarse en que con
ello se configura un silencio administrativo, ya que éste no puede ser
considerado como respuesta aceptable para garantizar el derecho que la
Constitución consagra en su artículo 23. Por ello en un sinnúmero de
ocasiones ha ordenado a los funcionarios encargados, responder los
recursos de inmediato.

El actor afirmó que, gracias a un fallo de tutela que amparó el derecho de


petición, CAJANAL respondió una solicitud de sustitución pensional en la
cual reconocía sólo el 50% de dicha prestación a sus hermanas menores.
Contra este acto administrativo se interpuso el recurso de reposición. Hasta
el momento en que presentó la demanda, la entidad demandada no había
resuelto el recurso, habiendo sobrepasado el término legal para tal efecto, y
considera que dicha omisión generó perjuicios para las menores pues no
fueron incluidas en nómina y tampoco han gozado de los beneficios del
régimen de seguridad social. De acuerdo con la Corte, la entidad
demandada violó en un primer momento el derecho de petición al no dar
respuesta oportuna a la solicitud de reconocimiento de pensión y sólo en
virtud de un fallo de tutela fue posible lograr una respuesta. Pero
CAJANAL reincidió en la vulneración al mismo derecho, cuando en el
trámite de la vía gubernativa se abstuvo de emitir pronunciamiento sobre el
recurso de reposición interpuesto contra el acto administrativo.

La Corte Constitucional no admite la tesis de la Corte Suprema según la


cual el amparo constitucional no es procedente puesto que existen otros
medios de defensa judicial para proteger los derechos invocados, como lo es
la acción contencioso administrativa contra el acto ficto o presunto en
aplicación del silencio administrativo negativo. Tal afirmación desconoce
una consolidada doctrina constitucional, por cuya virtud se tiene por
establecido que el silencio administrativo no protege el derecho de petición,
pues tiene un objeto distinto y, por otra parte, es precisamente prueba clara
e incontrovertible de que el mismo ha sido violado. Por ello, ejercido el
recurso y ante la mora en resolver sobre el fondo del mismo, la suspensión
provisional del acto ficto, en vez de solucionar el conflicto al particular en
el plano específico del derecho constitucional a una oportuna respuesta
-pues continúa para él la indefinición-, representaría poner en tela de juicio,
inclusive, lo que ya le había reconocido la Administración, como es el
reconocimiento parcial de la pensión.[nota]

1. Cfr. Corte Constitucional, Sentencias T-304-94, T-454-97, T-240-


98, T-281-98, T-306-98, T-365-98, T-734-99, T-552-00, T-836-00 y
T-886-00
2. Corte Constitucional, Sentencia T-294-97

3.2.  Deber de responder los recursos interpuestos ante la


administración

Una sociedad comercial en ejercicio del derecho de petición en interés


particular y de conformidad con lo dispuesto en el Estatuto Tributario,
solicitó a la DIAN que se declarara que el recurso de reconsideración
interpuesto contra una liquidación oficial de corrección aritmética se
entendía fallado en favor del recurrente por haber transcurrido el término
que tenía la administración para resolverlo sin que se le hubiera notificado
acto alguno que lo decidiera. Pues bien, posteriormente la DIAN ordenó el
embargo del establecimiento y prosiguió el proceso. Para la Corte, la
vulneración del derecho fundamental de petición resultó incontrovertible en
este caso no solamente por el transcurso del tiempo -pues desde el momento
en que se formuló la petición hasta la fecha de la demanda de tutela no se
había resuelto- sino por las posteriores actuaciones de la Administración,
que procedieron como si el acto materia del recurso de reconsideración
estuviera en firme (punto que se hallaba pendiente de resolver precisamente
a partir de la definición sobre si había operado el silencio administrativo
positivo), ordenando la ejecución forzosa de obligaciones tributarias cuya
cuantía era discutida.[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-099-95

3.3.  El derecho de petición es diferente del recurso de apelación

La entidad demandada negó la solicitud de reconocimiento de pensión de


gracia que el actor había elevado y dentro del término legal fue interpuesto
el recurso de apelación contra la decisión. Sin embargo, a la fecha de
interposición de la acción de tutela no existía respuesta definitiva. De
acuerdo con la Corte, la interposición del recurso de apelación no puede
equipararse al ejercicio del derecho de petición; este derecho, consagrado
en el artículo 23 de la Constitución Política, consiste en presentar peticiones
respetuosas a las autoridades por motivos de interés general o particular y
obtener pronta resolución. Esto es muy diferente al derecho de litigar en
causa propia o ajena.

El litigio es la expresión del acceso a la justicia y dentro de ésta ocupa lugar


destacado el derecho de interponer recursos contra los diferentes actos de la
administración y contra las providencias de los jueces. Y tratándose de
actos administrativos, éstos también son susceptibles de recursos, es más, es
obligatorio hacerlo para previamente agotar la vía gubernativa y luego
acudir ante la respectiva jurisdicción (ordinaria o contencioso
administrativa). En efecto, interponer el recurso de apelación o de
reposición sólo puede hacerse después de que ha habido pronunciamiento
por parte de la administración. Si la decisión tomada, judicial o
administrativa, no es del agrado de una de las partes, se tiene el derecho a
impugnarla para que se revoque, modifique o adicione. Esto hace parte del
derecho al debido proceso pero no del derecho de petición en sentido
estricto.[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-281-98

3.4.  La solicitud de revocatoria directa de un acto administrativo es


una manifestación del derecho de petición

El INCORA dictó una resolución en la que reconocía el territorio de un


resguardo indígena, para solucionar el problema de tenencia de tierras
presentado en la región en donde este se encontraba ocupado. Inconforme
con esta decisión, pues el territorio asignado al resguardo era insuficiente
para la cantidad de personas que habitaba en el resguardo y no estaba
conforme con las escrituras que los indígenas tenían en su poder, el
gobernador del cabildo indígena presentó una petición, solicitando rectificar
la decisión, pues ella contenía un error que perjudicaba a su comunidad. El
INCORA respondió que el derecho de petición no era el mecanismo idóneo
para realizar la solicitud y que por tanto ella debería darse dentro de un
proceso de revocatoria directa del acto con el cual no se estaba de acuerdo.
Sin obtener respuesta de fondo sobre su solicitud el gobernador indígena
promovió acción de tutela por violación al derecho de petición.

La Corte Constitucional sostuvo que toda solicitud elevada a la


administración se constituye en ejercicio del derecho de petición. El hecho
de que existan modalidades especiales, reguladas por la ley, para dirigirse a
la autoridad no las despoja de fundamento constitucional. En esas
condiciones, toda manifestación que se haga ante autoridad pública para
obtener algo de ella es una dimensión del derecho de petición y por lo tanto
genera la obligación de dar pronta respuesta. No es necesario que en el
escrito de solicitudes se haga referencia a una u otra determinada norma o
trámite, para que se entienda que se está en frente de un derecho de
petición. La autoridad está en la obligación de determinar cuál es el sentido
de la solicitud para así proceder a darle trámite de inmediato y conforme a
los términos legales. Si lo que se deduce de la solicitud de la comunidad
indígena es la revocatoria directa del acto que define la extensión de su
resguardo, así debió dársele el trámite respectivo y decidir conforme a lo
solicitado.[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-021-98 Ver sentencia T-361-98

3.5.  Respecto de la solicitud de revocatoria directa no es aplicable el


silencio administrativo

La actora afirmó que había venido poseyendo un inmueble adquirido


mediante escritura pública. Dicha posesión que había perdurado más de
cinco (5) años se había visto violentamente perturbada por el Alcalde
Municipal de la localidad, quien sin respetar procedimiento alguno decidió
adjudicársela a otra señora, mediante acto administrativo. Se solicito la
revocatoria de la adjudicación, por ser violatoria de la Constitución y la ley,
sin que este funcionario se dignara dar respuesta. La Corte afirmó que
procede la tutela del derecho de petición y, se ordena, proceda a resolver la
solicitud de revocatoria directa formulada, según su criterio y de
conformidad con la ley. También afirma que en este caso, el juez de tutela
le otorgó al silencio administrativo un alcance del que carece, pues, de
conformidad con lo expuesto, tratándose del derecho de petición, no suplía
la decisión que la autoridad estaba llamada a tomar.

Pero, en esta oportunidad la equivocación fue doble, porque la solicitud


elevada ante el alcalde del Municipio es la de revocatoria directa de un acto
administrativo y, para esta hipótesis no estaba prevista la ocurrencia del
silencio administrativo. Así se desprende del artículo 72 del Código
Contencioso Administrativo de acuerdo con el cual "ni la petición de
revocación de un acto, ni la decisión que sobre ella recaiga revivirán los
términos legales para el ejercicio de acciones contencioso administrativas,
ni darán lugar a la aplicación del silencio administrativo".[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-148-96

4.   Derecho de acceso a los documentos públicos

4.1.  El derecho a consultar documentos y el derecho de petición son


conexos

El demandante afirmó que en la Oficina de Registro de Instrumentos


Públicos de su ciudad, con la llegada de la sistematización y el folio
magnético la información se convirtió en inaccesible, porque ahora sólo se
suministraba información parcial del número del folio y el nombre del
propietario, pues debían pagar el costo del servicio correspondiente para
poder conocer las otras anotaciones que en dicho folio aparecían. De este
modo, el folio se convirtió en documento "reservado", pues se impedía su
consulta por la pantalla del sistema, aparte de que dicha consulta se volvió
onerosa. Por lo anterior, el demandante solicitó a la Superintendencia de
Notariado y Registro su concepto y recibió como respuesta la indicación de
que podía tener acceso a la matrícula impresa, pero que no era posible la
consulta a través de la pantalla. Interpuso acción de tutela, pues no tenía
acceso a esta información pública lo que le dificultaba ejercer su profesión
de abogado.

De acuerdo con la Corte, es indudable la íntima conexidad entre el derecho


a la consulta de documentos y el derecho de petición. El derecho de petición
puede satisfacerse simplemente haciendo la solicitud a la autoridad para que
se permita la consulta de los documentos oficiales. Pero es frecuente el caso
de que primero opera la consulta y luego se ejercita el derecho de petición
para efectos de obtener copia de los mismos, con arreglo a las exigencias
que la ley o el reglamento consagren. De este modo, el derecho de petición
se erige como el complemento obligado, concreto y práctico de la consulta.
Ambos derechos -consulta de documentos y petición- se integran con el
derecho fundamental a la información, pues necesariamente aquéllos
contribuyen a su ejercicio, en la medida en que la persona al acceder a los
documentos oficiales obtiene la información y la puede transmitir.

En la nueva Carta Política el derecho a la consulta de documentos oficiales


adquiere una particular significación en el ejercicio de la democracia
participativa, como quiera que no sólo se convierte en un instrumento
idóneo que vincula al ciudadano con la actividad de la Administración y
facilita el conocimiento de sus determinaciones, sino que lo instala de lleno
como sujeto activo y actuante, en el ejercicio del control del poder político
del Estado. La Corte concedió la tutela por considerar que se había
restringido irrazonablemente la consulta y ordenó a la Oficina de Registro
implementar las modificaciones técnicas necesarias para permitir la
consulta del folio de matrícula inmobiliaria.[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-053-96

4.2.  Requisitos que debe contener la petición de documentos públicos y


término legal para resolver esta petición

Un periodista solicitó al Jefe de DANCOOP que le suministrara la


información de los contratos públicos adjudicados por él. Hasta la fecha de
interponer la demanda de tutela no había recibido respuesta alguna, por lo
cual consideró vulnerados sus derechos de petición y de acceder a los
documentos públicos. La Corte señaló que es necesario revisar el Código
Contencioso Administrativo, en su artículo quinto, pues en el se establece
que las peticiones escritas a las autoridades –incluyendo el acceso a los
documentos públicos-, deben contener, por lo menos: 1. La designación de
la autoridad a la que se dirigen, 2. Los nombres y apellidos completos del
solicitante y de su representante o apoderado, si es el caso, con indicación
del documento de identidad y de la dirección, 3. El objeto de la petición, 4.
Las razones en que se apoya, 5. La relación de documentos que se
acompañan y 6. La firma del peticionario, cuando fuere el caso.

En el presente caso, era evidente que el peticionario no cumplió en forma


rigurosa con los numerales 3 y 4, los cuales son razonables y lógicos en el
marco de la posibilidad que tiene la ley de reglamentar un derecho
fundamental. Sin embargo, la conducta de la entidad pública, a su vez,
encajaba dentro de lo preceptuado en el artículo 25 de la ley 57 de 1985,
que subrogó el artículo 22 del Código Contencioso Administrativo, el cual
establece que el término para resolver la petición es de 10 días, pasados los
cuales si no se ha dado respuesta al peticionario se entenderá, que la
respectiva solicitud ha sido aceptada y el correspondiente documento debe
ser entregado dentro de los 3 días inmediatamente siguientes. Así que, en
aplicación de este artículo, forzoso es concluir que a pesar de las carencias
en la formulación inicial de la petición, el silencio administrativo que operó,
hizo nacer el derecho a satisfacer la petición instaurada. El artículo agrega
que el funcionario renuente será sancionado con la pérdida del empleo. La
Corte concedió la tutela y ordenó expedir las copias de los documentos
solicitados; también ordenó remitir copia de la providencia y del expediente
al Procurador General de la Nación, para lo de su cargo.[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-473-92

4.3.  Deber de entregar la información cuando esta es de interés público

Al estudiar la constitucionalidad del numeral 3° del artículo 332 del Decreto


663 de 1993, la Corte declaró la inexequibilidad del aparte de la norma que
establecía como regla general la reserva de los libros, papeles y
correspondencia del Fondo de Garantías de Instituciones Financieras
(FOGAFIN) y declaró la exequibilidad condicionada del párrafo de la
disposición que obligaba al mencionado fondo a guardar reserva de la
información suministrada por las entidades financieras inscritas, bajo el
supuesto de que dicha reserva versa únicamente sobre informaciones que
por su naturaleza material conciernen únicamente a la institución financiera
en particular y, además, carecen de relevancia financiera externa y se
encuentran por fuera de los mandatos legales de divulgación pública. Para
la Corte la información financiera es de carácter público pues interesa de
manera muy importante a los ahorradores quienes están interesados en el
estado de las instituciones que administran sus recursos.

En lo que tiene que ver con los libros, papeles y correspondencia del
FOGAFIN se explica que por ser una institución de carácter público sobre
ella recae el principio general que permite a las personas acceder a los
documentos públicos. Este principio no puede entonces invertirse por una
norma legal para establecer una reserva excepcional, La actividad que
desarrollan las instituciones financieras y, en general, las personas y
empresas que actúan en el mercado financiero y en el de valores, es de
interés público (Constitución Política art. 335). La adecuada tutela del
anotado interés, exige conferir a los miembros de la comunidad un derecho
a la información relevante - en términos de mercado - proveniente de
aquéllas.[nota]
1. Corte Constitucional, Sentencia C-053-95

4.4.  Deber de especial diligencia en la respuesta cuando la petición


tiene por objeto el ejercicio de una función fiscalizadora

La Contralora de un Departamento le solicito al Gobernador, que remitiera


a la Contraloría copias de todas las actas correspondientes a las reuniones
llevadas a cabo en los últimos meses y de las que se realizaran en lo
sucesivo, alegando que en dichas reuniones se tomaron decisiones y se
aprobaron operaciones sujetas al control posterior que constitucionalmente
compete a la Contraloría Departamental. Ante la falta de respuesta la actora
reiteró su solicitud y al no recibir respuesta interpuso acción de tutela. El
juez de instancia concedió la tutela y el Secretario del Consejo de Gobierno
informó que las fotocopias solicitadas fueron expedidas oportunamente sin
que hubieran sido retiradas por la demandante. La Contralora estimó que las
copias se expidieron por la interposición de la tutela, y pero que nunca se le
dio a conocer el destino de sus solicitudes, las cuales no habían sido
satisfechas. La Corte afirmó que en este caso se trata fundamentalmente de
actuaciones de una autoridad en relación con otra para los efectos del
ejercicio de una función fiscalizadora.

La solicitud de documentos por parte de unos organismos estatales a sus


similares, siempre que sea pertinente y haya competencia por parte de la
dependencia solicitante, está legitimada por el interés público que la
función fiscalizadora encierra y, por tanto, genera la correlativa obligación
de tramitarla con la debida oportunidad. Obsérvese que, en principio, ya no
está en juego el bien personal de quien ejerce el cargo, es decir, el del
servidor estatal como individuo, sino que se halla comprometido el bien
público. Ello hace que, por encima de rencillas y pugnas entre funcionarios
y dependencias oficiales, sean éstas de gestión o de control, deba prevalecer
el interés común, aquí representado en el cabal funcionamiento de los
órganos estatales, el cual se hace imposible en un clima de pugnacidad
dentro del cual unos servidores públicos obstaculicen a los otros el ejercicio
adecuado de sus atribuciones y competencias.

En este caso, la sola orden dada por el superior a sus inferiores en lo


referente al trámite de un asunto a su cargo provocado por la presentación
de una solicitud de persona particular o de entidad fiscalizadora, no satisfizo
por sí misma el derecho de petición ni tampoco representó un curso
adecuado a las solicitudes o requerimientos de los organismos de control.
La naturaleza y los fines del derecho -si se trata de lo primero- y la
eficiencia de la función pública -si la hipótesis es la segunda- demandan del
funcionario que recibe la petición o de aquel a quien se dirige el
requerimiento una especial diligencia no sólo en la ejecución de actos
internos que conduzcan a la resolución del asunto objeto del interés
manifestado por la persona u organismo solicitante sino en la respuesta a
éste respecto del trámite que se ha dado a lo pedido.[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-100-93


4.5.  Deber de la autoridad de indicar la norma legal que establece la
reserva de información

Una profesora solicitó al alcalde del municipio donde laboraba que se le


informara sobre el acto administrativo que motivó la cancelación de sus
contratos de trabajo y sobre el número de docentes que el Alcalde había
contratado en fechas posteriores. La respuesta del alcalde respecto de cada
una de las preguntas fue evasiva pues respecto de la primera solicitud
afirmó que la cancelación del contrato de trabajo se había realizado en una
reunión informativa a la que la docente peticionaria había asistido, de modo
tal que no hizo referencia alguna la existencia o no de acto administrativo
alguno de cancelación del contrato; frente a la segunda pregunta, el alcalde
respondió que sólo daría la información sobre el número de docentes
contratados, cuando así lo requiriera la correspondiente autoridad judicial.
La profesora demandó al alcalde en acción de tutela.

La Corte Constitucional dio la razón a la demandante, considerando que el


derecho de las respuestas fragmentarias, evasivas y parciales del alcalde
violaban el derecho de petición. En especial se vulneró el derecho de acceso
a los documentos públicos conforme al cual no le está permitido a las
autoridades negarse a suministrar información o a entregar documentos que
reposen en sus dependencias que versen sobre temas eminentemente
públicos, y que no estén bajo reserva de la ley. En este último supuesto la
autoridad está obligada a invocar la norma legal que consagra la reserva,
pues de lo contrario está obligada a suministrar la información que se le
pide. De tal forma, la autoridad no puede supeditar la entrega de los
documentos públicos a una orden especial de autoridad competente.[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-998-99

4.6.  Derecho a obtener copias es una manifestación del derecho de


petición

El petente, concejal de un municipio, solicitó a la Presidente del Concejo,


que se le expidieran copias de las actas aprobadas por la Corporación en
cierta sesión y de otros documentos que, requería para tramitar ante las
autoridades correspondientes los juicios de nulidad e inexequibilidad. Ante
el silencio de la Presidente, y argumentando que ya había insistido en
repetidas ocasiones, interpuso Acción de tutela. La Corte manifestó que el
acceso a documentos públicos hace parte del núcleo esencial del derecho de
petición. Si dentro de los 3 días siguientes a la consumación del silencio
administrativo positivo, no se entregan las copias del correspondiente
documento - como lo ordena el artículo 25 de la Ley 57 de 1985 - se
vulnera por la autoridad el derecho fundamental a la obtención de la copia
del respectivo documento público, derecho este derivado, del derecho
fundamental de petición y que necesariamente se integra, por mandato
constitucional y legal, a su núcleo esencial.

La efectividad del derecho a obtener copias es manifestación concreta del


derecho a obtener pronta resolución a las peticiones formuladas que
también hace parte del núcleo esencial del derecho de petición, pues es
instrumento necesario para el ejercicio del derecho a la información. Los
funcionarios están autorizados para no permitir el acceso a aquellos
documentos cuya consulta o comunicación pueda atentar contra secretos
protegidos por ley, tales como los concernientes a la defensa y seguridad
nacionales, a investigaciones relacionadas con infracciones de carácter
penal, fiscal, aduanero o cambiario así como a los secretos comerciales e
industriales o cuando el contenido de los documentos vulnere el derecho a
la intimidad. Solo la Carta Fundamental y la ley pueden establecer límites al
ejercicio de este derecho que, por supuesto, incluye la consulta de los
documentos en el lugar en que reposan y no sólo, como pudiera pensarse, la
solicitud de copias de los mismos.[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-464-92

4.7.  Deber de pagar las copias cuando la cantidad sea excesiva

Se demandó la inconstitucionalidad del artículo 24 del CCA Subrogado por


el artículo 17 de la Ley 57 de 1.985. Para el demandante la exigencia
contenida en la norma impugnada, de efectuar el pago de las copias de
documentos oficiales solicitados en el ejercicio del derecho de petición,
cuando la cantidad solicitada así lo justificara, restringía el ejercicio del
derecho de petición, a la vez que constituía un obstáculo para el acceso a la
educación de la cultura. Señaló el demandante que esa limitante de carácter
económico es contraria a la esencia misma del derecho de petición, en tanto
la Carta lo consagra como un mecanismo ágil y expedito, para que los
particulares puedan obtener de la administración publica una información
oportuna clara y precisa que les permita conocer la razón de sus decisiones
y fiscalizar sus actos, con lo cual se logra una mayor participación de la
ciudadanía, en el desarrollo de actividades del Estado.

Para la Corte la norma demandada no resulta violatoria del derecho


fundamental de petición, pues es claro que el propósito que anima al
legislador, no es otro que el de pretender racionalizar el ejercicio de la
función administrativa (art. 209 de la Constitución Política) así como el de
preservar el patrimonio público de las entidades públicas. EL legislador
determinó que todas las personas en condiciones de igualdad, cuando en
virtud del derecho de petición soliciten la expedición de copias, deberán
pagar las mismas, cuando la cantidad solicitada así lo justifique, conforme a
la tarifa que adopte el funcionario publico encargado de autorizar la
expedición de las mismas, la cual en ningún caso podrá exceder el costo de
la reproducción.

En consecuencia conforme a la jurisprudencia de esta Corte el derecho de


petición al igual que los demás derechos fundamentales consagrados en el
orden constitucional no tienen el carácter de absolutos, pues cuentan con los
límites impuestos por los derechos de los demás y el orden jurídico. En este
sentido el Legislador, puede, en ejercicio de la cláusula general de
competencia prevista en el del artículo 150 superior definir los distintos
elementos materiales para concretar el ejercicio de los derechos
fundamentales y por lo tanto es un deber constitucional la prevalencia de
interés general y la carga ética de todo ciudadano de respetar lo derechos
ajenos y no abusar de los propios. (art. 95 num. 1 y 5 Constitución Política).
[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia C-099-01

5.  Derecho de petición frente a organizaciones privadas

En relación con la protección del derecho de petición frente a


organizaciones privadas, la Corte Constitucional ha considerado que es
necesario distinguir tres situaciones: 1. Cuando el particular presta un
servicio público o cuando realiza funciones de autoridad. El derecho de
petición opera igual como si se dirigiera contra la administración. 2.
Cuando el derecho de petición se constituye en un medio para obtener la
efectividad de otro derecho fundamental, puede protegerse de manera
inmediata. 3. Si la tutela se dirige contra particulares que no actúan como
autoridad, este será un derecho fundamental solamente cuando el Legislador
lo reglamente.[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-377-00

5.1.  El derecho de petición no opera frente a organizaciones privadas


que no actúen como autoridad sino hasta que el legislador regule la
materia o se trate de proteger derechos fundamentales

El accionante acudió a un comisionista de bolsa para vender unas acciones,


y este se negó a negociar con él, porque su nombre se encontraba en la
denominada “Lista Clinton”. En vista de lo anterior, el actor elevó petición
a la Superintendencia de Valores solicitando una explicación por la presunta
prohibición de negociar acciones con personas que figuraran en tal lista. La
Superintendencia de Valores, respondió que esa entidad no había impartido
instrucciones a los comisionistas de bolsa en ese sentido y señaló que ese
tipo de acciones debían negociarse a través de la bolsa de valores, por lo
cual no era factible autorizar una transacción directa. El peticionario elevó
nuevas solicitudes al comisionista de bolsa para obtener la intermediación
financiera en la negociación de las mencionadas acciones. El actor afirmó
que no había recibido respuesta de la entidad demandada y que por ende no
había podido negociar sus acciones, por lo que el comisionista de bolsa le
había causado graves perjuicios económicos y morales.

Frente a este tema, la Corte ha planteado algunas reglas: La Constitución de


1991 amplió el alcance del derecho fundamental de petición, pues se
predica respecto de la administración y de las organizaciones privadas.
Empero, en relación con el ejercicio de este derecho contra particulares su
alcance es limitado y deben distinguirse dos situaciones. i) si la
organización privada presta un servicio público o si por la función que
desempeña adquiere el status de autoridad, el derecho de petición opera
como si se tratase de una autoridad pública y ii) cuando el sujeto pasivo del
derecho de petición es una organización que no actúa como autoridad, sólo
opera cuando el legislador lo haya reglamentado.

Por lo tanto, la posibilidad de ejercer el amparo de este derecho, contra


particulares, depende del ámbito y de las condiciones que señale el
legislador. La extensión del derecho de petición a particulares que no actúan
como autoridad, sólo es procedente cuando aquel es el instrumento para
garantizar otros derechos fundamentales, como quiera que este derecho no
puede implicar una intromisión indiscriminada y arbitraria en el fuero
privado de quienes no exponen su actividad al examen público. En el caso
concreto, la empresa comisionista no actúo como autoridad y la Corte
concluyó que no se violó el derecho de petición del actor, pues aún no
existe legislación que regule este derecho frente a particulares.[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia SU-166-99

5.2.  Se protege el derecho de petición contra organizaciones privadas


cuando estas administran recursos del estado y la información que se
solicita está relacionada con el manejo de los mismos

La Corte Constitucional estimó en sentencia de tutela que mientras no


exista regulación legal del derecho de petición frente a particulares, este
derecho no puede ser exigible frente a ellos, salvo excepciones como el
hecho de que el particular preste un servicio público o actúe como
autoridad. Tratándose de entidades que manejen recursos entregados por el
Estado para llevar a cabo proyectos de fomento económico se puede
solicitar información sobre el desarrollo de los mismos y el particular esta
obligado a responder. Así las cosas, se amparó el derecho de petición del
gerente de una cooperativa que realizó una solicitud, sin obtener respuesta
alguna, a una institución financiera acerca del destino de los recursos que
esta entidad había recibido del organismo estatal encargado del control y
vigilancia de las entidades cooperativas para ser destinados a promover a la
inversión social.[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-126A-94

5.3.  Un sindicato no se considera una autoridad pública y por lo tanto


no esta obligado a responder

La actora explicó que desde hace 18 años es docente de un Instituto y hace


parte de la “Asociación de Profesores del Instituto”. Según su relato, el
presidente y la secretaria de la junta directiva de esa asociación enviaron
una comunicación al Secretario de Educación del departamento, en la cual
elevaron una queja en su contra, por incumplimiento de sus funciones. La
peticionaria consideró que esa queja pretendía mancillar su buen nombre,
por lo cual solicitó al sindicato que le hiciera entrega de la copia del acta de
la reunión en la cual la Junta Directiva había aprobado elevar la queja en su
contra, así como copia de los documentos que sustentaban esa actuación. Le
informaron verbalmente que debía presentarse otro día a recibir la
correspondiente respuesta. La actora, sostuvo que como la asociación no
había respondido a su solicitud se había vulnerado su derecho de petición,
al igual que su derecho al buen nombre y a la honra, ya que se afirmó sin
justificación, que ella no había cumplido adecuadamente con sus funciones.

La Corte consideró que la actora se encontraba en situación de indefensión


frente a la autoridad sindical, pues no tenía ningún mecanismo judicial para
enfrentar las posibles afectaciones a un derecho fundamental derivadas de
eventuales quejas de esa asociación ante las autoridades educativas. Sin
embargo, no por ello debía concederse la tutela por violación al derecho de
petición, por la sencilla razón de que éste no es exigible ante la junta
directiva de un sindicato. Un sindicato no actúa como autoridad, y aún no
existe legislación que regule este derecho frente a particulares como el
accionado. Por tal razón, no procedió la tutela del derecho de petición en su
contra. No excluye que en determinados eventos, un juez de tutela pueda
ordenar a una de esas entidades que conteste adecuadamente a una solicitud
de un peticionario, cuando esa respuesta sea indispensable para proteger
otro derecho fundamental.[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-212-00

5.4.  Para proteger el derecho de petición ante organizaciones privadas


sin regulación legal expresa se requiere que generen un perjuicio
irremediable

Al actor, manifestó que el administrador del edificio donde era dueño de un


apartamento, se había negado a recibirle las cuotas de administración,
viéndose en la necesidad de consignar en el Banco Popular y a iniciar un
proceso de pago por consignación en el Juzgado, para que el juez declarara
que no era deudor moroso y que se encontraba a paz y salvo con la
administración. El administrador del edificio, además, le había impedido el
ingreso a las asambleas de copropietarios, no le hizo entrega de su
correspondencia ni le prestó los demás servicios comunales y se había
negado a expedirle copia del acta de la asamblea general. Agregó, que
requería la copia aludida con el fin de demandar ante la justicia ordinaria las
decisiones tomadas en la asamblea, las cuales afectaban sus derechos
patrimoniales y constitucionales, por lo que acudió a la presente acción
como mecanismo transitorio para evitar un perjuicio irremediable que se le
ocasionaría si por el transcurso del tiempo prescribiera tal derecho.

Es viable proteger el derecho de petición a través de la tutela frente a


particulares que prestan un servicio público. En este caso, no ha
desarrollado el legislador el ejercicio del derecho de petición ante los
administradores de la propiedad horizontal. Por consiguiente, en principio,
no resultaría viable aquél, salvo que dicho ejercicio sea necesario para la
protección de un derecho fundamental que se encuentre afectado o en
peligro, o para evitar un perjuicio irremediable. En tales circunstancias, la
negativa de los referidos administradores a atender el derecho de petición
podría dar lugar a una tutela definitiva o transitoria, según las circunstancias
del caso. Sin embargo, la materialización de un perjuicio irremediable como
elemento esencial para la procedencia excepcional de la acción, cuando
existan vías judiciales distintas para la protección de los derechos, no se
vislumbra en este caso, porque no se dan los elementos constitutivos de
éste, es decir, la inminencia y gravedad del perjuicio y la urgencia e
impostergabilidad de las medidas que deberían adoptarse para impedir su
ocurrencia.[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-143-00

5.5.   Derecho de petición ante empresas de servicios públicos

5.5.1.  Las empresas que prestan servicios de salud y seguridad social


son consideradas como autoridad

En sentencia de revisión la Corte estimó que a los particulares encargados


de prestar servicios públicos les era aplicable las disposiciones contenidas
en el Código Contencioso Administrativo sobre el derecho de petición, de
manera tal que así se cumplía, por lo menos en lo relativo a este tipo de
entidades, la exigencia contenida en el artículo 23 de la Constitución de
regulación legal para hacer exigible este derecho ante los particulares. En
efecto, el artículo primero del mencionado estatuto advierte que sus normas
son aplicables a las organizaciones privadas que cumplan funciones
administrativas, dentro de las cuales está, conforme a las prescripciones del
artículo segundo la prestación de servicios públicos. La Corte, en
consecuencia, tuteló el derecho de petición de una profesora que solicitó a
la Caja Nacional de Previsión el reconocimiento de su pensión de gracia,
sin que obtuviera respuesta alguna. Para las instituciones que prestan el
servicio público de salud y de seguridad social es obligación responder de
manera pronta las solicitudes que ante ellas se presentan, pues deben ser
consideradas como una autoridad. [nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-165-97

5.5.2.  Los servidores que trabajen en empresas prestadoras de salud


pueden ser investigados disciplinariamente por no responder las
peticiones

Manifestó la accionante que se encontraba afiliada a una EPS demandada


en calidad de beneficiaria de su esposo pensionado. Afirmó que requería
con urgencia, según recomendación del médico especialista, un tratamiento
de prótesis total de cadera. Expresó que a la fecha de ejercicio de la acción
de tutela, no se había programado la cirugía requerida, pese a que ya se le
habían efectuado los exámenes previos correspondientes. Dijo la Corte que
fue claro que se había empantanado la solución efectiva de una necesidad
de salud urgente e inaplazable por una actitud indolente y negligente de
quienes dirigían las distintas dependencias de CAJANAL, a nivel nacional
y en el orden regional.

Por otra parte, encontró que la actitud omisiva del Director de la EPS fue
negligente, ya que amparándose en el “fundamento legal” que le otorgaba la
Resolución que le otorga las competencias de ordenar gasto y presupuesto,
no dio traslado a la Dirección Nacional de Cajanal en Bogotá de la petición
elevada por el especialista que valoró a la actora. Fue a partir de la
intervención de la Corte Constitucional, al solicitar la prueba antes
mencionada, que apenas se dio traslado de la actuación judicial instaurada.
Con base en la anterior consideración, la Corte corrió traslado a las
autoridades competentes para que investigaran las posibles faltas
disciplinarias en que pudieron incurrir los servidores públicos obligados a la
prestación de los servicios quirúrgicos requeridos por la actora.[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-190-00

5.5.3.  Las empresas de servicios públicos domiciliarios deben


responder de fondo las solicitudes

Narraron los actores que no habían tenido acceso al servicio público de gas
domiciliario y que la empresa no les había resuelto la petición presentada,
ya que colocaron redes de distribución por todo el sector sin llegar a la casa
de los peticionarios. Según la Corte, la acción de tutela resulta procedente
tratándose del derecho de petición que, comprende la posibilidad de
dirigirse, por motivos de interés particular o general, a las autoridades
públicas y, a los particulares, quienes están en la obligación de brindar una
respuesta que además de oportuna debe ser sustancial, es decir, que
verdaderamente resuelva o desate la inquietud formulada sin limitarse a los
aspectos que sean apenas tangenciales a la cuestión planteada. El derecho
de petición procede, tratándose de particulares encargados de la prestación
de un servicio público.[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-614-95

5.5.4.  Las empresas de servicios públicos domiciliarios deben


responder en principio a sus usuarios pero frente a terceros que
defienden intereses personales, la información sobre su funcionamiento
es privada

Con el fin de llevar a cabo trabajos de asesoría a una Empresa de acueducto,


el actor creyó conveniente adelantar un estudio global sobre la forma y
modalidades de la prestación del servicio público de acueducto y
alcantarillado en el municipio por lo cual solicitó a otra Empresa de
Acueducto, información relacionada con la prestación del servicio y con el
cumplimiento de las normas jurídicas relacionadas con la materia. La
empresa dio respuesta a la solicitud, manifestando que le era imposible
contestar las inquietudes, por tratarse de situaciones privadas de la empresa,
y el actor interpuso, recurso de reposición y subsidiario de apelación ante la
Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios. La empresa
respondió que no tenía capacidad para darle trámite a ese tipo de recursos.

De acuerdo con la Corte, en principio, el derecho de petición tiene como


sujeto pasivo a la autoridad pública no a los sujetos privados. La posibilidad
de extenderlos a éstos, depende necesariamente de la forma como el
legislador regule su ejercicio. El art. 42 del decreto 2591/91 reglamenta este
hecho haciendo posible que se interpongan peticiones ante las empresas de
servicios públicos. Sin embargo, la posibilidad de ejercer el derecho de
petición en las empresas de servicios públicos domiciliarios esta reservada,
en principio, a los usuarios y suscriptores de dichos servicios. Ello se
justifica en razón de que la relación usuario-empresa comporta relaciones
jurídicas que legitiman y justifican el ejercicio del referido derecho.

Sin embargo, ello no significa que se excluya en forma absoluta a terceros


del derecho de petición, si con su ejercicio se busca la satisfacción o
protección de derechos públicos o sociales, debido a que el funcionamiento
permanente, eficiente y oportuno de los servicios públicos, es inherente a
las finalidades esenciales del Estado Social de Derecho que buscan atender
las necesidades materiales básicas de la comunidad y, por lo tanto, es de
interés de todas las personas. Es preciso concluir, que no es posible que
terceros puedan ejercer el derecho de petición ante una empresa de servicios
públicos domiciliarios, mediante la obtención de datos, informaciones y
documentos que hacen parte del ámbito de la gestión privada de la empresa
y de cuyo conocimiento están excluidos dichos terceros, por no tratarse de
documentos públicos a los cuales pueden tener acceso todas las personas.
Al examinar el contenido de la petición del demandante, se llegó a la
conclusión que con la información solicitada perseguía la satisfacción de
intereses personales.[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-001-98

5.5.5.  Las empresas de servicios públicos domiciliarios deben


responder peticiones no relacionadas directamente con el servicio
cuando se trata de proteger derechos fundamentales

Manifestó la peticionaria que el padre de su hijo falleció en un accidente de


tránsito. La peticionaria se dirigió a La Previsora para reclamar y allí le
manifestaron que era necesario llevar fotocopia auténtica de la póliza
SOAT. En uso del derecho de petición, la peticionaria solicitó a
ELECTRICARIBE la entrega de fotocopia autenticada de la póliza, pero
hasta la fecha no había recibido respuesta alguna. De acuerdo con la Corte,
teniendo en cuenta el carácter de la petición del caso, se encontró que esta
no encuadra dentro de lo que se define legalmente como derecho de
petición, para las empresas de servicios públicos. Por lo anterior, el derecho
de petición señalado por la actora como amenazado, violado o vulnerado
por ELECTRICARIBE, no lo había sido de modo alguno, ya que esta
sociedad estaba obligada a responder peticiones, quejas o reclamos que se
presentaran sólo en aquellos casos señalados por la Ley, es decir que la
obligación de las empresas de servicios públicos con relación al Derecho de
Petición no es general.

Sin embargo, se encuentra que, si bien la Ley 142 de 1994 reglamentó lo


relativo a las peticiones que tienen que ver con la prestación de servicios
públicos por parte de las entidades encargadas de ello, también lo es que en
el caso de peticiones de otra índole que tienen que ver con prestaciones o
reclamaciones relacionadas con sus trabajadores, es imperativo que la
empresa satisfaga el derecho de petición. Teniendo en cuenta que están de
por medio los derechos patrimoniales de un menor que había perdido
trágicamente a su padre, y que muy seguramente de aquéllos dependerá su
futuro, es innegable que la empresa ELECTRICARIBE S.A. ESP, estaba en
la obligación de resolver acerca de lo pedido, entregando la fotocopia del
respectivo seguro SOAT para que la madre del niño, heredero del difunto,
pudiera adelantar los trámites pertinentes para el pago del respectivo
seguro.[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-543-00

5.5.6.  La empresa de servicios públicos en proceso de liquidación esta


obligada a dar respuesta a la petición

Indicó el peticionario que radicó la petición ante la empresa de servicios


públicos y que hasta el momento no había obtenido respuesta. Según la
Corte, el derecho de petición comprende la facultad de dirigirse a las
autoridades públicas, en interés particular o general, y adicionalmente, la
obtención de una pronta resolución, de modo que la autoridad pública que
guarda silencio, absteniéndose de brindar una respuesta o que la produce,
pero con evidente tardanza, conculca el derecho. La resolución que la
norma impone implica entrar al fondo del asunto, de manera que la decisión
que finalmente se adopte en realidad resuelva, positiva o negativamente, la
cuestión planteada, aludiendo, en todo caso, a la materia pertinente. El
hecho de que la Empresa Distrital de Servicios Públicos se encontraba en
proceso de liquidación no autorizaba la desatención de las solicitudes,
porque los particulares no debían soportar las nocivas consecuencias de las
dificultades por las que atravesó la administración.[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-210-95

5.5.7.  Derecho de petición es exigible a organizaciones privadas que


presten el servicio público de correos

La Corte Constitucional amparó el derecho de petición de una persona, que


siendo destinataria del servicio de correos, solicitó información a una
empresa encargada de este servicio público, sobre unos documentos que le
habían sido enviados y que nunca recibió, sin obtener respuesta alguna de
parte de la empresa. Para la Corte el particular que realiza la prestación de
un servicio público actúa como autoridad pública, pues su actividad se
enmarca dentro de las facultades que la Constitución le asigna al Estado en
desarrollo de sus funciones, aunque pueda prestarlos un particular, eso sí,
siempre bajo el control y la vigilancia de aquel. Frente al derecho de
petición existen dos clases de particulares: Aquellos que actúan como
autoridad al prestar un servicio público, frente a los cuales el derecho de
petición se hace exigible igual que ante cualquier otra autoridad; y aquellos
particulares que no actúan como autoridad, ante los cuales el derecho de
petición opera sólo cuando exista un desarrollo legislativo, con el fin de
proteger derechos fundamentales.[nota]

En otro caso, afirmó la actora que acudió a la oficina de una empresa de


correos con el fin de enviar un sobre con documentos importantes a la
ciudad de Pasto y canceló el dinero correspondiente. Posteriormente se
comunicó con el destinatario del sobre, quien le informó no haberlo
recibido. A pesar de haber indagado en repetidas oportunidades por el sobre
enviado, no había recibido una respuesta que satisfaciera su derecho de
petición, dando cuenta del destino de los documentos encomendados a la
empresa acusada. De acuerdo con la Corte, cuando el Estado le otorga a un
particular la facultad de prestar un servicio público, está poniendo en manos
de ese ente privado el ejercicio de una función de naturaleza pública, en
ejercicio de la cual puede amenazar o llegar a vulnerar el derecho de
petición de otros particulares.

Es innegable que la empresa, en este caso, es un particular encargado de la


prestación de un servicio público como es el de correos lo cual hace que se
encuentre en posición de superioridad frente a la demandante quien no hizo
cosa distinta de acudir a una entidad prestataria de un servicio público en
ejercicio del derecho de petición. No consideró la Corte necesario que la
actora hiciera llegar su petición por escrito a la ciudad de la sede principal
de la empresa acusada, por cuanto los mismos funcionarios de empresa en
su ciudad admitieron estar enterados de la solicitud, lo que además
significaría hacer soportar a la peticionaria una carga adicional que en poco
o nada contribuía al restablecimiento de su derecho.[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-507-93


2. Corte Constitucional, Sentencia T-107-96

5.5.8.  El cuerpo de bomberos no se considera una autoridad publica y


por lo tanto no esta obligado a responder

La actora realizó una solicitud al cuerpo de bomberos de su localidad, sin


recibir respuesta alguna. Manifestó que los documentos solicitados tenían
que ver con la esfera de su intimidad, como quiera que hacían parte de un
procedimiento adelantado por la Corporación Cuerpo de Bomberos
Voluntarios del Municipio que afectaba su derecho al buen nombre. Para la
Corte, el derecho de petición puede ejercerse cuando se trata de
organizaciones privadas que prestan un servicio público o, si por la función
que se ejerce adquiere la categoría de autoridad pública. Además, cuando la
organización privada no actúa como autoridad, el ejercicio del derecho de
petición sólo opera cuando el Legislador lo haya reglamentado. No
obstante, en algunas oportunidades se ha admitido la extensión del derecho
de petición a particulares que se encuentran en la situación mencionada,
esto es, que no actúan como autoridad, cuando se ejerce como instrumento
para garantizar otros derechos fundamentales. En el caso no se presentó
ninguno de estos supuestos fácticos.[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-295-00

5.6.   Derecho de petición ante entidades financieras

5.6.1.  Obligación de las entidades financieras de dar información a sus


usuarios porque prestan un servicio público

En concepto de la Corte Constitucional las entidades financieras están


obligadas a dar información a sus clientes sobre el estado de las
transacciones y servicios en las que éstos intervienen como usuarios, por
estar aquellas encargadas de la prestación de un servicio público[nota]. En
consecuencia tuteló el derecho de petición de una serie de personas que
habían solicitado a dos entidades financieras la reliquidación de sus créditos
hipotecarios y la copia de los pagarés respectivos, sin que obtuvieran
respuesta. Entre las dos entidades financieras se había realizado la cesión de
los créditos y cada una excusó su comportamiento, en la responsabilidad
radicada en la otra para dar la información. Para la Corte no era admisible
que se dejara de responder una petición sin informar las razones de la
demora que podía presentarse para darle solución. Las entidades estaban en
la obligación de dar respuesta a las solicitudes y de no ser posible de
inmediato debían informar a tiempo las razones de la demora o de la
imposibilidad de hacerlo. No se podía dejar a los usuarios en el limbo, sin
saber el estado de sus créditos o los mecanismos existentes para poder
acceder a la información.[nota]

1. Cfr. Corte Constitucional, Sentencia T-468-98

5.6.2.  El derecho de petición permite defender a los usuarios de


posibles abusos de las entidades bancarias

La actora instauró acción de tutela contra la Superintendente Bancaria y el


Gerente de una Corporación de Ahorro y Vivienda por haberse negado esa
institución a aplicar al crédito garantizado con hipoteca de su vivienda los
abonos provenientes de las sentencias que en la materia había proferido la
Corte Constitucional. Su solicitud se orientaba a obtener que se ordenara a
la Superintendente Bancaria y al Gerente de la Corporación, reliquidar su
crédito, otorgándole los alivios correspondientes. La corporación le negó la
reliquidación aduciendo que se trataba de un préstamo comercial y no de
vivienda.

El derecho fundamental de petición incluye la posibilidad cierta y concreta


de que, cuando las personas acuden a los organismos y servidores públicos,
en el campo de sus correspondientes competencias, en demanda de su
actividad, para que los protejan de los abusos o excesos de las
organizaciones particulares sujetas a la intervención, inspección, vigilancia
y control estatales, se produzca efectivamente la actuación oficial que de la
autoridad se espera. De allí resulta, entonces, que si alguien se dirige a la
Superintendencia Bancaria para obtener que se estudie las condiciones de su
crédito hipotecario, dicho organismo está obligado a actuar, y de lo
contrario vulnera ese derecho fundamental y los servidores públicos
respectivos se hacen acreedores a las sanciones disciplinarias y penales
previstas en la ley.[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-074-01


5.7.   Derecho de petición - información laboral ante organizaciones
privadas

5.7.1.  El empleador tiene la obligación de responder pronto y de fondo


las peticiones del trabajador

El trabajador de una empresa que solicitó el reconocimiento de su pensión,


acudió en acción de tutela, ante la falta de respuesta a su solicitud. La Corte
Constitucional amparó su derecho de petición, ordenando a la empresa
responder de inmediato, aunque ella como tal no prestara un servicio
público. Para la Corte, en los casos en los que la información o el reclamo
que hace el trabajador a su empleador consiste en datos sobre el estado de
su situación prestacional, éste no puede, con fundamento en el sigilo
patronal, negarse a responder, pues se trata de poner en entredicho la
posibilidad de ejercicio de los propios derechos laborales.

Se estimó que cuando la reclamación del empleado se refiere a asuntos que


únicamente conciernen al peticionario y al particular de quien se pide la
respuesta, en relación con el nexo laboral que los une, no puede el
empleador invocar al sigilo, la reserva o su derecho a la intimidad, para
negarse a responderle acerca de los interrogantes que formule o de las
inquietudes que manifieste en torno a derechos y prerrogativas de la
mencionada índole, pues esta conducta atenta contra el derecho
fundamental al trabajo, y afecta la dignidad del trabajador, por la vía del
silencio. Allí el derecho de petición es vulnerado en conexidad con los
mencionados derechos y debe ser protegido, no por la condición -pública o
privada- de la persona llamada a contestar sino por la responsabilidad que
ella tiene frente al peticionario, como trabajador a su cargo y respecto a las
legítimas pretensiones de éste.[nota]

Un trabajador solicitó a la Federación de Cafeteros que le fuera reconocida


su pensión legal de jubilación. Hasta el momento de presentar la demanda
de tutela el accionante no había recibido respuesta alguna, por lo cual
estimó violados sus derechos fundamentales. Lo mínimo que puede esperar
la parte débil en la relación laboral es que la parte dominante le manifieste,
con claridad y a la luz de fundamentos jurídicos, si, en el criterio de la
segunda, la primera tiene o no derecho al pago de cierta prestación que
reclama. El derecho a la intimidad, protegido constitucionalmente, alude tan
sólo a materias que, por ser del interés exclusivo de una persona, familia o
entidad, no pueden salir del ámbito de su conocimiento interno -salvo los
casos en que la propia Constitución lo autoriza-, y de ninguna manera cubre
asuntos que, siendo también del interés de otros, éstos piden conocer, pues
tienen derecho a ello, como resulta del mismo artículo 15 de la Carta
Política en lo relativo a la recepción, archivo, manejo y divulgación de
datos.

En ese orden de ideas, no se puede oponer al solicitante de informaciones


que lo afectan, menos todavía si se trata del ejercicio de sus propios
derechos, la barrera de una supuesta prerrogativa de reserva o de sigilo,
pues ésta es inconstitucional. Lo dicho tiene todavía mayor importancia
cuando se aspira a establecer la reserva en relación con derechos laborales
objeto de reclamo, pues respecto de ellos existen las correlativas
obligaciones patronales. Indagar acerca del tema no representa invasión de
la órbita privada del patrono sino legítimo ejercicio del derecho
fundamental a la información, que a su vez repercute en el de trabajo
-también fundamental-, pues la falta de respuesta dificulta en grado sumo al
reclamante el ejercicio de los derechos derivados de su relación laboral.
Desde luego, la contestación debe ser completa y resolver de fondo acerca
del asunto planteado en la solicitud.[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-374-98


2. Corte Constitucional, Sentencia T-374-98

5.7.2.  La falta de reglamentación sobre organizaciones privadas no es


excusa para no responderle al trabajador

Manifestó el peticionario, que laboró como celador de una empresa privada


durante varios años, y finalmente fue despedido por justa causa que no fue
comprobada. Agregó que solicitó a la sociedad una constancia de tiempo y
servicio, sin que hasta la fecha le hubiera sido expedida, impidiéndole de tal
forma la gestión para solicitar en otras empresas un nuevo empleo. De
acuerdo con la Corte, en este caso, el actor se encontró en estado de
indefensión frente a la actitud omisiva de la entidad accionada, al no dar
respuesta a su solicitud, pues con tal omisión se le estaba vulnerando su
derecho fundamental de petición, en tanto que no contaba con otro medio
de defensa judicial para lograr lo pretendido.

De igual forma, se observó que ante la negativa de la entidad de responder


su petición se le obstaculizó su derecho al trabajo, pues el peticionario
requería de la certificación para acreditar su experiencia laboral y acceder
así a un nuevo empleo. Ahora bien, la Corte Constitucional ha sostenido
que la falta de reglamentación del derecho de petición frente a
organizaciones privadas no es excusa para guardar silencio respecto a las
solicitudes presentadas, menos aún cuando se trata de un ex -trabajador que
está solicitando de la entidad para la cual laboró, una respuesta referente a
asuntos que no son de carácter privado de la empresa, sino que tienen que
ver con sus derechos laborales y prestacionales.[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-306-99

5.7.3.  Vulneración de otros derechos por la omisión de la empresa de


suministrar al trabajador información sobre la relación laboral

El actor trabajó como Presidente de una empresa privada en Brasil. Solicitó


al Consulado de Estados Unidos la transferencia a su pasaporte colombiano
de la visa que había obtenido en Brasil, se presentó ante los funcionarios
competentes, y se le informó que nunca más le sería otorgada una visa, pues
las autoridades de aquel país tenían información sobre su participación en
actividades relacionadas con el narcotráfico. Comunicó la situación a su
jefe inmediato, el Presidente de la empresa, quien lamentó no poder
ayudarlo, pues no quería “empañar” las excelentes relaciones entre la
empresa y los Estados Unidos. Entonces, se vio en la necesidad de contratar
un abogado en ese país, para investigar acerca de la información que sobre
él supuestamente había. Al poco tiempo, el Presidente de la Junta Directiva
de empresa le comunicó que debía renunciar, pues su actual situación no era
favorable para la compañía. El actor solicitó a la empresa en varias
oportunidades que le suministrara información sobre la relación laboral,
para poder defenderse de estas acusaciones, sin respuesta por parte de la
entidad.

La Corte encontró que la reiterada falta de atención a las insistentes


peticiones de el actor, vulneró sus derechos fundamentales: desde 1995,
cuando se enteró de las razones por las cuales el gobierno de Estados
Unidos le había negado la visa, solicitó a la empresa los documentos que
consideraba necesarios para su defensa, y hasta el momento, casi seis años
después, aún no los poseía. Esta violación del derecho de petición
desembocó en una aún más grave, y fue la imposibilidad del actor de iniciar
una acción en Estados Unidos, con razonables expectativas de éxito y de
acuerdo con la prueba que él consideraba idónea para aclarar su imagen, y
desvirtuar de una vez por todas los indicios que en su contra existían en las
agencias de ese país.[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-213-01

6.   Derecho de petición frente al proceso penal

6.1.   Peticiones a las autoridades carcelarias

6.1.1.  Deber de responder de manera motivada las peticiones de los


reclusos

El actor manifestó que se encontraba detenido en la cárcel, por órdenes del


Juzgado Penal del Circuito de un municipio. Manifestó que por haber
solicitado a las autoridades carcelarias la concesión de una audiencia, fue
trasladado de patio y le fue confiscada su máquina de escribir, con la cual
prestaba gratuitamente algunos servicios de utilidad a sus compañeros, toda
vez que en ese centro de reclusión no hay asesor jurídico. El actor solicitó
que se le permitiera usar la maquina de escribir sin respuesta por parte de la
entidad carcelaria. El derecho de petición es uno de los derechos
fundamentales que los reclusos ostentan en forma plena, vale decir, que no
está sometido a ningún tipo de limitación o restricción en razón de la
situación de privación de la libertad a que se encuentran sometidas estas
personas. Lo anterior se deriva de la naturaleza misma de la relación de
especial sujeción que vincula al interno a la administración carcelaria.

La única razón que justificaría una eventual limitación del derecho


fundamental de petición de un recluso consistiría en que el titular del
mencionado derecho abusara de éste en detrimento de los derechos
fundamentales de otras personas. El derecho de petición de los reclusos no
comporta la obligación de las autoridades carcelarias de dar respuesta
positiva a las solicitudes que aquellos eleven, ni de realizar las gestiones
que se les soliciten. Los deberes de estas autoridades, en punto al derecho
fundamental de petición, consisten en adoptar todas aquellas medidas
necesarias para que los internos reciban una respuesta completa y oportuna
a sus peticiones. Las autoridades penitenciarias están en la obligación de
motivar, en forma razonable, las decisiones que adoptan frente a las
peticiones que un recluso ha elevado. No basta con que se ofrezca una
respuesta a la petición del interno sino que, además, es necesario que se
expongan las razones que la autoridad contempló para decidir en el sentido
que efectivamente lo hizo, de manera que el recluso pueda conocerlas y,
eventualmente, controvertirlas.[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-705-96

6.1.2.  Deber de responder oportunamente al recluso cuando se


encuentra en juego su salud

El actor, privado de la libertad, manifestó que consultó al médico adscrito al


penal, y en concepto de este, el paciente requería de una intervención
quirúrgica para corregir la cicatrización defectuosa que le ocasionaba dolor.
Sin embargo, como la cárcel no contaba con un especialista que pudiera
intervenir al actor, ni con presupuesto para contratarlo, el Director de la
misma manifestó al actor que debía esperar a ser trasladado a Bogotá, tal y
como procedería a solicitarlo, pero esto se había demorado demasiado
tiempo. Según la Corte, el derecho de petición fue ejercido repetidamente
por el actor y tramitado por el demandado, sin que en ninguna de esas
oportunidades el órgano competente hubiera resuelto la solicitud o
expresado por escrito el término en que lo haría, por lo que el derecho de
petición del actor viene siendo violado. Se entendió que la acción estaba
dirigida contra el Director y su superior, y se procedió ordenar al Director
que de manera inmediata, si aún no lo había hecho, resolviera la solicitud, a
fin de restablecer la eficacia de sus derechos a la salud y de petición.[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-654-96

6.1.3.  Deber de respuesta oportuna a solicitudes de permisos

Los actores, privados de la libertad en un centro carcelario, presentaron por


escrito peticiones a fin de que les fuera concedido el Beneficio
Administrativo - Permiso especial de 72 horas -, regulado por la ley 63/93.
Desde entonces no se había notificado el trámite, ni se había dado respuesta
alguna. La Corte afirmó que la evaluación de un permiso administrativo de
salida por 72 horas, necesariamente implica un trámite complejo, en la
medida en que la misma norma exige una multiplicidad de requisitos y una
evaluación de las condiciones personales del individuo, a fin de establecer
si se hace acreedor o no a esa específica prerrogativa. Por ende, es
razonable que en este caso concreto el término requerido por la
Administración para dar una respuesta de fondo a los accionantes, superó
los 15 días que por regla general se exigen para contestar una petición. Sin
embargo, independientemente de esa realidad, sí resultó desproporcionado,
que en el curso de seis meses no sólo no se hubiera procedido a una
decisión de fondo, sino que ni siquiera se le hubiera informado a los
accionantes del estado del trámite y de la fecha tentativa de decisión final.
En consecuencia, no se compartió la opinión de los jueces de instancia en el
sentido de considerar que se había dado una información "presunta" o tácita
a los actores.[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-979-00

6.1.4.  Posibilidad de sancionar a funcionarios que no remitan a la


autoridad competente las peticiones de reajuste de la cuota alimentaria
de los hijos de los sindicados en procesos de extinción de dominio

Frente a varias personas investigadas por el delito de enriquecimiento ilícito


de particulares, la Fiscalía inició dos acciones de extinción de dominio. Con
la aplicación de esas medidas a sus padres, quedaban en riesgo de
desprotección los hijos de estos, por lo cual, la Dirección Nacional de
Estupefacientes reconoció una cuota alimentaria a nombre de los menores.
Posteriormente se suspendió dicha cuota por que tanto la Fiscalía como la
Dirección de Estupefacientes afirmaban no ser competentes para conocer de
la solicitud presentada para reajustar la cuota alimentaria de los menores.
Según la Corte, la actuación de las autoridades demandadas afectó los
derechos fundamentales de los menores en cuyo nombre se demandó, y
constituyó una grave violación de los derechos de petición y debido proceso
de la actora. La Dirección Nacional de Estupefacientes no podía afectar de
manera injusta los derechos fundamentales de los niños, so pretexto del
trámite de actuaciones administrativas y procesos penales en contra de sus
progenitores.

En este caso, la salida temporal del mercado de los bienes de propiedad de


los padres, dejó a sus dueños sin posibilidad de cumplir con la obligación
alimentaria y sin posibilidad de procurarse los medios requeridos para ello,
por lo que los menores habrían quedado desamparados si la Dirección
Nacional no les hubiera reconocido y pagado, con los rendimientos de las
empresas embargadas a sus padres, una cuota alimentaria con la cual
atender su subsistencia. La petición de la actora en procura de un reajuste de
la cuota alimentaria de sus hijos y sobrino, ocasionó que la Dirección
Nacional de Estupefacientes afirmara no ser competente para resolver sobre
el fondo del asunto, y que esa entidad indicara a la demandante que debía
dirigir su solicitud a la Fiscalía General de la Nación, Unidad de Extinción
de Dominio, de manera tal que la Dirección mencionada incumplió con el
deber que le impone el artículo 33 del Código Contencioso Administrativo
a los funcionarios incompetentes para resolver la petición que han recibido,
de remitirla inmediatamente al que sí es competente.

No obstante, la actora atendió esa indicación, y dirigió su solicitud a la


Unidad de Extinción de Dominio de la Fiscalía, pero esta entidad también
afirmó -con razón-, ser incompetente para resolverla. Así, paradójicamente
encontró la solicitante que ninguna de las dos agencias del Estado reconocía
ser competente para decidir el asunto objeto de su petición. Como la
Dirección Nacional de Estupefacientes es un organismo administrativo, y
fue su actuación la que colocó a la petente en la situación referida, había de
concluirse que se dio una falla en el servicio y, con su comportamiento, ese
ente estatal incurrió en una vía de hecho con la que vulneró el derecho de
petición de la actora; en consecuencia, se debía remitir copia de esta
providencia a la Procuraduría General de la Nación, pues a ella corresponde
investigar los hechos, y valorar si a alguno de los funcionarios que actuaron
como quedó expuesto, se le debía exigir responsabilidad disciplinaria.[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-849-99

6.2.   Peticiones a las autoridades judiciales

6.2.1.  La información sobre procesos en etapa instructiva es de


carácter reservado

La Corte Constitucional negó el amparo solicitado en acción de tutela por


un periodista que en ejercicio del derecho de petición solicitó al juzgado la
copia del expediente de un proceso adelantado hace cerca de diez años, que
sólo llegó a la etapa sumarial. El juzgado negó la solicitud, pues se trataba
de información reservada que contenía datos relacionados con la vida
íntima de las personas. La Corte Constitucional afirmó que la reserva
impuesta sobre los expedientes en la etapa de instrucción de los procesos
está plenamente justificada, pues con ello se protege el derecho a la
presunción de inocencia y el de intimidad, pues, al publicarlos se corre el
riesgo de que se hagan interpretaciones sensacionalistas en la presentación
de los datos que afectan la esfera personal de los procesados.[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-331-94

6.2.2.  Deber de responder sobre la radicación del proceso al sindicado

El actor, recluido en la un centro penitenciario, solicitó que le informara


acerca del trámite que la Fiscalía dio a una denuncia penal por él instaurada
en contra de la sentencia proferida por el Juez Penal por falsedad de
documento y por falso testimonio en contra de otras personas. De igual
forma, el demandante manifestó que solicitó al Juez de Penas y Medidas de
Seguridad un permiso de 72 horas y una redención de penas por trabajo y
estudio, a los cuales tenía derecho, pero la funcionaria judicial le respondió
que su proceso no aparecía por ninguna parte. Por este motivo, debió
dirigirse a los juzgados de reparto de la ciudad de Santa Fe de Bogotá, de
los cuales no había recibido ninguna respuesta. El derecho de petición sólo
se hace efectivo cuando se ofrece una respuesta adecuada a la solicitud que
el peticionario pretende le sea respondida y no a otra, erradamente deducida
por la autoridad ante quien se elevó la petición.

Una actuación pública verdaderamente respetuosa del derecho fundamental


de petición, debe buscar desentrañar al máximo, y dentro de los límites de
lo razonable, la petición real del ciudadano que se acerca a las autoridades
estatales con el fin de que éstas den respuesta a sus inquietudes. Esta
exigencia se torna más urgente si quien eleva una determinada petición de
información ante la autoridad pública se encuentra recluido en un centro
carcelario y la información solicitada está relacionada con su situación de
privación de la libertad. En estos casos, el deber de atención de las
autoridades en quienes recae la obligación de responder es mucho mayor,
como quiera que el solicitante se encuentra en una situación en la cual la
posibilidad de insistir es particularmente difícil, en razón de las
restricciones que pesan sobre su libertad y su imposibilidad de
desplazamiento.

Tratándose de una persona privada de la libertad, que solicita información


sobre la radicación de su proceso, debe entenderse que la vulneración del
derecho fundamental de petición e información se produce en el lugar en el
cual el peticionario se encuentra recluido y no en aquél donde ejerce la
autoridad que omitió el deber de informar. En efecto, a la luz de los
principios de celeridad y eficacia que gobiernan la acción de tutela, mal
puede exigirse a quien se encuentra detenido que interponga, en un lugar
distinto al de su reclusión, el correspondiente amparo.[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-470-96

6.2.3.  Petición de rehabilitación de los derechos políticos de un


condenado que ha cumplido la pena

El peticionario fue condenado por el delito de hurto a pena de prisión de dos


años y luego de haber cumplido la pena prevista, se dirigió en varias
oportunidades al Juzgado Penal del Municipio, con el objeto de solicitar la
rehabilitación de sus derechos políticos, sin obtener respuesta alguna a su
solicitud. El Código Electoral en su artículo 71 regula el procedimiento para
obtener la rehabilitación de los derechos políticos. Sin embargo, la norma
no establece plazo alguno para que el juez responda a la solicitud de
expedición de los documentos necesarios para tal efecto. En estas
circunstancias, a falta de norma expresa que fije el plazo y teniendo en
cuenta que la expedición de un certificado por parte del juez tiene una
naturaleza meramente administrativa, se debe aplicar la norma general del
artículo 6 del CCA, relativa al derecho de petición y en la cual se establece
un término de quince días para contestar al interesado.[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-466-94

6.3.   Peticiones a los organismos de control

6.3.1.  Deber de responder las peticiones de los reclusos sobre la


vigilancia de los procesos en su contra

Según el demandante, dirigió una petición a la Personería Municipal para


que vigilara especialmente un proceso contravencional seguido ante el
Juzgado Promiscuo de esa localidad, y se le garantizara el debido proceso y
la recta administración de justicia, sin que hasta la fecha en que instauró la
tutela hubiera obtenido respuesta alguna. Solicitó que se ordenara a la
Personera Municipal dar respuesta a su solicitud. Debe distinguirse entre el
derecho que tiene el peticionario a la respuesta, en virtud de la garantía
constitucional, y el desarrollo interno que, en las dependencias de la
Administración, tenga el curso de la petición formulada. Si la petición
busca que la autoridad actúe en el ámbito de sus atribuciones o deberes,
cumple su función obrando de inmediato, pero eso no la libera de su
obligación de informar al peticionario sobre lo actuado y acerca de los
resultados de la actividad emprendida. Desde luego, como ya lo ha señalado
la Corte, esto no es aplicable a las autoridades judiciales en el curso de los
procesos, ya que éstos se rigen por las normas legales propias de cada uno,
sin que sea lo adecuado impulsarlos mediante la formulación de peticiones
en cada uno de los momentos procesales. La Corte ordenó a la Personería
Municipal responder de fondo a la solicitud del actor.[nota]

1. Corte Constitucional, Sentencia T-178-00

Observatorio de Justicia Constitucional - Defensoría del


Pueblo de Colombia -
Documento generado el Jueves 7 de junio de 2007. 11:08 am

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