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NOMBRE DEL ALUMNO(A): ANTONIO PEREZ HUESCA

DERECHO PROCESAL PENAL

“CONGRESO 2021”

MAESTRIA

GRADO 3° GRUPO: A
LA CORTE PENAL INTERNACIONAL
MTRO. CIRO GÓMEZ ITURBE

La corte es una institución permanente que persigue crimines graves de


trascendencia internacional, en conformidad a sus estatutos. La corte internacional
se rige por los estatutos de ROMA. La corte penal internacional es la única
alternativa frente a los crimines atroces cuando los estados fracasan con sus
obligaciones, la corte protege repara y cuidar a todas las victimas intervinientes de
los crimines donde se vulneran sus derechos humanos.

El maestro nos menciona el delito de genocidio y este lo relaciona con los grupos
de delincuencia organizada en el país los cuales en algunas ocasiones son
denominados carteles y los que han dado paso a que la corte se interese y persiga
estos crimines, se destaca que la corte emite resoluciones y no recomendaciones.

La CPI es un Tribunal estable y permanente. Constituye la primera jurisdicción


internacional con vocación y aspiración de universalidad, competente para
enjuiciar a personas físicas, y, en su caso, depurar la responsabilidad penal
internacional del individuo por los crímenes más graves, de trascendencia para la
comunidad internacional. Tal y como establece el art. 5 de su Estatuto, la CPI es
competente para conocer de crímenes de guerra, genocidio, crímenes de lesa
humanidad y el crimen de agresión.

La CPI actúa sobre la base del principio de complementariedad con las


jurisdicciones nacionales de los Estados Parte, interviniendo en los casos en que
aquéllas no ejerzan su competencia o no estén en condiciones de hacerlo. Esta
jurisdicción puede ser activada por el Fiscal de la Corte, el Consejo de Seguridad
de Naciones Unidas y por los Estados Parte del Estatuto de la Corte.

En los casos de crímenes en los que el ejercicio de la competencia de la Corte


hubiese sido activado por un Estado Parte o bien por la Fiscalía, la Corte sólo
podrá ejercer su competencia si el Estado en cuyo territorio haya tenido lugar la
conducta de que se trate, o bien el Estado del que sea nacional el acusado del
crimen, es parte del Estatuto de Roma, o bien, no siéndolo, consiente en aceptar
dicha competencia mediante declaración expresa.

Los crímenes de competencia de la Corte no prescriben. La CPI sólo puede


imponer penas máximas de 30 años de prisión y, de forma excepcional, cadena
perpetua si la extrema gravedad del caso lo justifica, pero nunca puede condenar
a muerte.

La finalidad de la CPI es juzgar a los autores de crímenes de guerra en países en


los que, a consecuencia del conflicto, no existe capacidad de procesarlos con
garantías mínimas de efectividad. Su fundamento es el principio de justicia
universal como valor supremo, que se complementan con los principios del
derecho penal internacional, que tienen a su base dos fenómenos jurídicos, a
saber: la autoprotección del Estado de ahí los principios reales o de defensa y
pasivo de la nacionalidad y la solidaridad entre los Estados, principios de la
distribución de competencias, activo de la nacionalidad o personalidad, y de
protección de bienes comunitarios.

La CPI busca ser más justa y equitativa con relación a la creación los cuatro
tribunales internacionales ad hoc que se han establecido hasta la fecha, cuyo
originen responde a una decisión política del Consejo de Seguridad, en donde
existe la posibilidad de que, al no existir voluntad política de crearlos,
determinados crímenes internacionales podrían quedar impunes.

El Estatuto permite que la Corte imponga penas de reclusión a perpetuidad o por


un número determinado de años no superior a treinta y, como penas accesorias,
también puede imponer multas u órdenes de decomiso. La pena de muerte está
prohibida.

Las sentencias dictadas por la Corte tienen el valor de cosa juzgada y, en


consecuencia, ninguna persona puede ser juzgada por un tribunal estatal por un
hecho por el cual haya sido condenada o absuelta por la Corte Penal
Internacional.
EL SISTEMA PENITENCIARIO Y SU PROTECCION NACIONAL E INTERNACIONAL A
LOS DERECHOS HUMANOS
MTRA. KARLA CRISTINA GONZALE VELAZQUEZ

El sistema penitenciario es el derecho más importante ya que este se encarga la


regulación de las penas, este se regula de acuerdo al 18 constitucional, es el
conjunto de normas que ayuda al sistema penitenciario a que logren una
reinserción social.

El artículo 18 constitucional dice que el sistema penitenciario se organizara sobre


la base del respeto a los derechos humanos, del trabajo, la capacitación, la salud y
el deporte como medios para reinserción social para el sentenciado. Las últimas
reformas se han enfocado a la protección de los derechos y de principios para
asegurar la reinversión social de las personas sentenciadas a la privativa de su
libertad.

La autoridad penitenciaria tiene la obligación de garantizar la salud, la educación,


el trabajo y la capacitación para este, esto se traduce en el derecho a tener
uniformes, las capacitaciones y atención médica adecuada.

Ley de ejecución penal coadyuva con los derechos consagrados en nuestra


constitución y los diversos tratados internacionales con los que se cuentan así
mismo los tratados intencionales de los que México es parte.

Los principios básicos de los centros penitenciarios, como el de dignidad este se


traduce en un lugar digno de estancia, sin embargo, este es uno de los principios
que no se cumplen ya que de acuerdo con derechos humanos debe existir una
separación entre los prisioneros, así como de género.

El Sistema Penitenciario Mexicano integrado por una gama amplia y diversa de


establecimientos penitenciarios se caracteriza por una gran variedad de
problemáticas que se suscitan día con día al interior de los centros de reclusión,
entre estas destacan la sobrepoblación; hacinamiento, condiciones de
autogobierno/cogobierno, ausencia de perspectiva de género en las políticas y
acciones dirigidas a la población femenil privada de la libertad; imposición
excesiva de la pena de prisión; falta de personal capacitado y suficiente que
favorezca la reinserción social efectiva, la seguridad y la atención de aquellos
aspectos que afectan significativamente los derechos humanos de las personas
privadas de la libertad en los centros penitenciarios del país.

Las problemáticas existentes en los centros penitenciarios del país inciden


principalmente en la vulneración de los siguientes derechos humanos de las
personas privadas de la libertad son el derecho a la reinserción social, el derecho
a la salud, derecho a la integridad personal, a permanecer en una estancia digna y
el derecho a la seguridad jurídica.

De acuerdo con los datos de los últimos diagnósticos emitidos, los estados que
por más de tres años permanecen con las evaluaciones más bajas son: Guerrero,
Hidalgo, Nayarit, Quintana Roo y Tamaulipas.

El Sistema Penitenciario Nacional se integra por centros tanto locales como


federales y en este sentido las diversas autoridades responsables que son
susceptibles de violentar los derechos humanos de las personas en reclusión,
pudiendo ser el personal directivo, administrativo y técnico, así como como el de
seguridad y custodia.

Como parte de los factores que persisten e impiden mejorar las condiciones y trato
de las personas que se encuentran privadas de la libertad son en general la falta
de conocimiento y capacitación del personal en materia penitenciaria y de
derechos humanos, falta de perfiles adecuados y vocación, así como los
esquemas de corrupción que se enquistan en los centros.

Ante tal circunstancia, a efecto de mejorar las condiciones de las personas


privadas de la libertad, para hacer efectiva la reinserción social, resulta
indispensable que se fortalezca la protección y observancia de los derechos
humanos a través de una política nacional en la que participen los poderes del
Estado.
Para ello, resulta necesario que se establezcan lineamientos claros, sustentados y
consecuentes con la realidad, que hagan posible el fortalecimiento de una cultura
de la legalidad y respeto a los derechos humanos de las personas privadas de la
libertad, que impliquen el derecho a la reinserción, el derecho a la salud, derecho
a la integridad personal, a permanecer en una estancia digna y el derecho a la
seguridad jurídica.
EL DERECHO INTERNACIONAL Y EL DESAFÍO DE PROTECCIÓN DE LOS
MIGRANTES CLIMÁTICOS

DRA. ENA ROCIÓ CARNERO ARROYO

La doctora explica que, a lo largo de la historia de los desplazamientos humanos,


tanto nacionales como transfronterizos, el factor medioambiental ha estado
siempre presente. De hecho, es común encontrar estudios que abarcan el
fenómeno migratorio como una de las formas clásicas de adaptación al cambio del
entorno o hábitat. No es por tanto de extrañar que hasta hace poco el Derecho
Internacional no considerara siquiera que los desplazamientos inducidos por
factores medioambientales requiriesen de una categorización específica, ni, a
fortiori, de una regulación propia. Esta inadvertencia original comenzaría no
obstante a cambiar desde mediados de los años 80, cambio sin duda impulsado
por el exponencial desarrollo normativo del Derecho Internacional del medio
ambiente en aquellos tiempos. Entonces, quedaría por primera vez acuñado el
término “refugiado medioambiental”, que resurge hoy tras más de 25 años, en el
contexto del cambio climático. Este contexto no sólo transforma el apelativo en
“refugiados climáticos”, sino que a su vez acompaña el debate de imágenes de la
fragmentación del hábitat resultante. He aquí dos de las fotografías más
paradigmáticas.

Un grupo de personas bajo determinado término (como por ejemplo el de


“refugiado”) le corresponde correlativamente un régimen jurídico específico del
que surgen derechos y obligaciones aplicables a determinados sujetos o
situaciones. La posibilidad de que los individuos integren una categoría jurídica
que les permita prevalerse de la protección de un sistema de prerrogativas
normativas e institucionales basadas en el Derecho Internacional implica, en
general, el correlativo cumplimiento de una obligación por parte de un Estado.
Éste puede ser tanto el Estado de nacionalidad del individuo (como es el caso de
los Derechos Humanos).

Hoy por hoy, los Estados siguen siendo los principales agentes de creación
normativa. No es por tanto de extrañar que la calificación de los desplazados
inducidos por el cambio climático como “refugiados climáticos” que invita a la
aplicación del Derecho Internacional de los refugiados, así como,
subsidiariamente, de los Derechos Humanos, sea hoy fuertemente rebatida.

La innovadora propuesta terminológica, publicada en 1985 y conocida por el


apellido del entonces director del Programa, El Hinnawi, entendía por “refugiado
medioambiental”:

“Toda persona que se ha visto forzada a abandonar su hábitat tradicional,


temporal o permanentemente, debido a una disrupción medioambiental marcada
(natural o desencadenada por el Hombre), que compromete su existencia y/o
afecta seriamente su calidad de vida (…) Se entiende en esta definición por
“disrupción medioambiental” cualquier cambio físico, químico y/o biológico en el
ecosistema (o recurso de base), que lo convierte en inutilizable, temporal o
permanentemente, para sustentar la vida humana.”

Los temas migratorios son un fenómeno de alcance global. No obstante,


permanecen en la actualidad eminentemente regulados a nivel nacional,
presumiblemente por la estrecha vinculación entre la soberanía estatal y el
establecimiento de políticas migratorias16. No es por tanto de extrañar que las dos
áreas del Derecho Internacional potencialmente relevantes al caso (el Derecho
Internacional de los refugiados y los Derechos Humanos), abarque de manera
insuficiente la regulación de los flujos migratorios inducidos por causas
medioambientales.

El Derecho Internacional de los refugiados constituye la primera y sin duda


también la mayor excepción a la tendente regulación nacional de las políticas
migratorias. No obstante, este régimen se fundamenta en un objetivo político
específico que nació de la necesidad de gestionar el problema de las masas de
emigrantes europeos tras la Segunda Guerra Mundial17. De esta especificidad
cronológica y geográfica, se deriva la tendencia inherentemente restrictiva de su
alcance material y temporal, una tendencia que contrasta con la amplitud de los
términos definitorios contenidos en la propuesta de El Hinnawi. Así, el Artículo 1(2)
de la Convención de Ginebra sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951.
DERECHOS INDÍGENAS Y LA PANDEMIA EN LA CORTE INTERAMERICANA
DE LOS DERECHOS HUMANOS.

DR. FERNANDO CESAR COSTA XAVIER

Los yanomamis conforman el pueblo indígena relativamente aislado más


numeroso de América del Sur. Viven en las selvas y montañas del norte de Brasil
y del sur de Venezuela. La salud de los yanomamis se ve perjudicada y la
atención médica crítica no llega hasta ellos, el Congreso brasileño está
actualmente debatiendo un proyecto de ley que, en caso de aprobarse, permitiría
la minería a gran escala en territorios indígenas. Esto sería extremadamente
perjudicial para los yanomamis y para otros pueblos indígenas remotos de Brasil.

La CIDH recuerda que la histórica discriminación hacia los pueblos indígenas se


ha traducido en una vulneración estructural y sistemática de sus derechos
humanos, especialmente sus derechos económicos, sociales, culturales y
ambientales. La proporción de personas indígenas y no indígenas en situación de
pobreza y pobreza extrema en la región es un reflejo de ello. El Banco Mundial
señala que el 43% de la población indígena de Bolivia, Brasil, Ecuador,
Guatemala, México y Perú se encuentra en situación de pobreza moderada, en
comparación al 21% de la población no indígena de estos países. Asimismo, el
porcentaje de la población indígena en situación de pobreza extrema en estos
países triplica al de la población no indígena.

Además, la Comisión ha advertido a los Estados en distintas oportunidades sobre


los riesgos crecientes que afrontan los pueblos indígenas en la región,
especialmente, respecto a los conflictos territoriales y ambientales asociados a las
actividades extractivas, los cuales, a su vez, inciden directamente en el derecho a
la alimentación, al agua y a la salud. Asimismo, la Comisión reconoce el papel de
los pueblos indígenas en la protección de la naturaleza y recuerda la especial
relación de estos colectivos con sus territorios y recursos naturales, un vínculo
fundamental para la propia existencia de estos pueblos. En base a todo lo anterior,
y tomando en consideración el contexto actual de excepcionalidad, la CIDH
expresa su más profunda preocupación por los impactos de la pandemia de
COVID-19 sobre los pueblos indígenas.

En cuanto al derecho a la salud de los pueblos indígenas, la Comisión ha recibido


información sobre los diversos obstáculos que enfrenta este colectivo en el marco
de la pandemia del COVID-19. Algunos de estos desafíos se relacionan con
cuestiones socioeconómicas y de accesibilidad. En general, los hospitales y
centros de atención médica se encuentran alejados de las áreas rurales en las que
residen amplios sectores de los pueblos indígenas de la región. Asimismo, los
servicios disponibles para este colectivo se caracterizan por carencias
estructurales, que en el contexto actual se reflejan en el desabastecimiento de
insumos básicos y la imposibilidad de acceder a exámenes para el diagnóstico del
COVID-19. En relación con este tema, la CIDH manifiesta su preocupación por el
número insuficiente de camas disponibles en hospitales y centros de atención
médica ubicados en regiones con altos porcentajes de población indígena en
varios países de la región, como Bolivia, Ecuador, Honduras, México, Nicaragua y
Perú.

En el contexto de la pandemia de COVID-19, la CIDH reitera que los pueblos


indígenas tienen derecho en forma colectiva e individual al disfrute del más alto
nivel posible de salud física, mental y espiritual. Es necesario que se formulen e
implementen políticas públicas que garanticen el derecho a la salud de los pueblos
indígenas, incluyendo la accesibilidad de los servicios y la disponibilidad de
insumos (incluyendo exámenes para el diagnóstico del COVID-19); la elaboración
e implementación de protocolos de prevención y contingencia especializados y
culturalmente apropiados, que incluyen el diseño de estrategias de capacitación
destinadas a los/as agentes de salud indígena (como cuidadores/as y
curanderos/as tradicionales), y que se les brinden los elementos necesarios para
su protección (máscaras, guantes, desinfectantes, entre otros); así como la
adecuación cultural de la atención médica, que deberá respetar las cosmovisiones
de estas comunidades. Estas políticas públicas deben incorporar los principios
fundamentales del enfoque de derechos humanos, como los de participación
social, igualdad y no discriminación.

ASPECTOS CRIMINOLÓGICOS Y TIPOS PENALES EN DELITOS DE CUELLO


BLANCO Y SU AFECTACIÓN A LOS ESTADOS.

DRA. BRENDA GUERRERO VELA

Nos explican que, debido a la posición social, a la inteligencia nos encontramos


ante una elite de la delincuencia ya que se mueve dentro de las esferas de poder,
es una de las principales razones de su proceder, esto se remonta a la época de
la industrialización ya que, por la actividad bursátil, las características de estos
delitos es la impunidad con los que son tratados.

Este tipo de delincuentes solo les da valor a las cosas materiales, tienen manías
por las ganancias, son egocéntricos, son caritativos por lo conseguido, narcisismo
(supremamente inteligente, soberbios e inteligentes) falta de conciencia de
culpabilidad, se tiene una condición distorsionada de la ley, todo lo anterior genera
una gran espiral de este tipo de delitos lo que afecta a las arcas de la nación.

La comisión de dicho delito debe de ser llevado a cabo en ocasión del ejercicio de
la actividad económica empresarial de la persona, no bastando así con que su
autor pertenezca a una clase social elevada, sino que además es necesario que la
actividad delictuosa haya sido realizada en razón de la profesión u ocupación que
ejerce. En los delitos de cuello blanco todos los poderes del estado y la
criminalidad se encuentra relacionada, los autores determinan que la correlación
entre estos actores hace posible la gran impunidad en los delitos de cuello blanco
y que existe una gran red en el estado que se alimenta, genera y promueve este
tipo de delitos.

El impacto del aumento de la criminalidad, así como la multiplicidad y complejidad


de su expresión contemporánea, han requerido de la diversificación de la reacción
y de las respuestas para su contención que aminoren sus consecuencias, pero
que también ponderen el diagnóstico de sus causas.
La delincuencia económica irrumpe en este contexto con una abrumadora carga
de perjuicios no solo para la economía, sino que ha subvertido valores de muchas
personas y ha dejado prácticamente afónico al Derecho Penal que no estaba
diseñado para estos retos por los escasos recursos con que cuenta para replicar
convenientemente.

Los delitos de cuello blanco y las personas que los cometen han mostrado una faz
diferente para la ejecución penal que se siente desafiada para responder
diferenciada y adecuadamente.

La clausura de las empresas que estas personas dirigen, la prohibición de ejercer


una profesión, cargo u oficio, especialmente como gerente de la entidad, así como
de realizar publicidad respecto a su empresa, son variantes punitivas que tendrían
el efecto de disuadir y desmotivar sus conductas codiciosas. Por ello, urge
adecuar la ejecución penal, y en ella la penitenciaria, donde se expresen las
particularidades punitivas para estos tipos de delitos y de sancionados.

El delincuente económico no es un marginado, por lo que la reacción social y


jurídico-penal frente a este tipo de delincuencia debe tener una proyección
diferente; de lo contrario, sería ilógica e inconsistente.

Los delitos de cuello blanco deben ser objeto de un tratamiento procesal distinto y
también de un diferente tratamiento policial y penitenciario, afirmación que parte
del análisis de las características generales atribuibles en gran medida a la
mayoría de los sujetos comisores: estos poseen una axiología peculiar; su estatus
social se relaciona fundamentalmente con un alto nivel económico, educacional,
cultural; le confieren más valor fundamentalmente a los bienes materiales; carecen
de preocupaciones por los efectos remotos de sus actos; valoran
insuficientemente los límites éticos; les falta conciencia de culpabilidad, lo que se
debe a que estos actos no provocan reacción social, por lo que no son
considerados como delito; carecen de autodisciplina, entre otros.

Los delitos de cuello blanco a pesar de su poca persecución y represión penal o


inclusive su separación con respecto a la delincuencia convencional en cuanto a
las formas de sancionarla, constituyen conductas sumamente gravosas en virtud
de las dimensiones que generalmente abarca su realización, sin embargo a partir
del estudio realizado se observa que al existir elementos particulares de esta
categoría delictiva como lo son la volatilización de la cantidad de víctimas, la forma
de ejecución y la buena imagen del autor se dan circunstancias que debilitan la
reacción social.
IMPORTANCIA DEL DERECHO INTERNACIONAL EN EL
CONVENCIONALISMO

DR. ANTONIO ALBUERNE GOMEZ

El convencionalismo es la creencia, actitud o procedimiento que considera como


verdaderos o valederos únicamente los principios, usos, costumbres y normas
convencionales que rigen el comportamiento humano, esto es, aquellos que
provienen de una convención: de algún tipo de acuerdo implícito o explícito de un
grupo social determinado.

Ninguna fuente del derecho internacional ha generado más polémica y en como la


doctrina que los principios generales del derecho. Este debate presenta líneas de
discusión que van desde los aspectos meramente semánticos del término
"principios generales del derecho" hasta los ámbitos prácticos relativos a la
función, importancia y aplicación de tales principios en el contexto de las
relaciones internacionales, así como su papel de fuente autónoma o subsidiaria
del derecho de gentes. Actualmente, el desarrollo progresivo de la disciplina
parece encontrarse cada vez más estrechamente vinculado a los principios
generales del derecho, y a los principios generales.

Las fuentes del derecho internacional pueden ser definidas como los modos de
formación o manifestación de ese derecho, o los modos de su realización, y de los
cuales dimanan directamente los derechos y las obligaciones de las personas
internacionales. Las clases y número de fuentes a considerar dependen del
carácter y del grado de desarrollo y organización de cada comunidad, así como
del armazón jurídico de que disponga. Algunas surgen como resultado de la mera
acción recíproca de las relaciones sociales, a medida que éstas se van
racionalizando y adoptan una forma más estable, como es el caso del derecho
consuetudinario; por el contrario, otras exigen un mayor grado de centralización
política y la instauración de organismos especializados con alta autoridad política.

Como se observa en la legislación, vía los tratados y las convenciones


internacionales. Empero, es evidente que el problema de las fuentes del derecho
es bastante diferente cuando nos ubicamos en el plano de una comunidad de
Estados respecto de una comunidad al interior de éstos, pues en el primer caso se
trata de una estructura descentralizada, compleja, variada e imperfectamente
organizada.

una visión amplia e incluyente de dicha estipulación y rechazamos la


interpretación contraria, es decir, la que considera que no hay más fuentes del
derecho de gentes que las que en ella se consignan, pues representa un
obstáculo importante para su desarrollo. Es indudable que la adecuación del
derecho internacional a las relaciones internacionales en constante
transformación, no sería posible con un sistema cerrado de fuentes del derecho o
donde los principios quedasen relegados a un nivel secundario (tangencial) de
importancia y utilidad.

También que no es aceptable concebir, racionalmente, a los principios generales


del derecho desde la postura rígida del positivismo pues con ello se corre el riesgo
de reducirlos a una simple manifestación normativa tangible, objetiva o positiva, es
decir, entenderlos como meras normas, pero sin especificar el origen de su
naturaleza normativa, la cual puede ser autónoma o derivada de otras fuentes
formales del derecho.

Los principios son más que visiones puras positivistas, e incluso naturalistas de las
fuentes del derecho. Con ellos se pulsa la evolución histórica y el contenido del
derecho internacional y son, en la práctica, medidas de su eficacia y contundencia.
Son, en esencia, conceptos del derecho natural que suelen recibirse en el derecho
de gentes, del cual constituyen una fuente autónoma, real y sustantiva, por lo que
poseen un carácter preeminente respecto a la fuente formal o positiva que
representan los tratados y la costumbre.
OBJECIÓN DE CONCIENCIA COMO MECANISMO DE CONTROL SOCIAL EN
EPOCA DE PANDEMIA.

DR. SERGIO ESTRADA VELEZ

La objeción de conciencia, entendida ésta como mecanismo para ejercer la


libertad de conciencia, no ha sido un mecanismo siempre aprobado, ni siempre
deslindado de otros conceptos, tales como la libertad religiosa.

Es tal vez por su falta de independencia de la libertad religiosa es que su


definición y concepción no ha sido para nada pacífica, principalmente, porque en
contra de ella se han alzado poderosas instituciones como lo es la Iglesia Católica,
razón que explica su tardío desarrollo doctrinario en los principales ordenamientos
jurídicos.

Se propone reflexionar la expresión “objeción de conciencia”, lo primero que


pensamos es en el rechazo, Es decir, mientras en las sociedades tradicionales
todos creían en lo mismo y tenían los mismos valores, en la actualidad conviven
diferentes ideas religiosas, filosóficas y éticas.

La objeción de conciencia se produce precisamente cuando entra en conflicto la


convicción moral de una persona y un deber jurídico La objeción de conciencia se
define como la negativa de una persona de cumplir con un mandato jurídico, al
considerarlo incompatible con sus convicciones fundamentales. La objeción de
conciencia se define como la negativa de una persona de cumplir con un mandato
jurídico, al considerarlo incompatible con sus convicciones fundamentales.

La objeción de conciencia en medicina (OCM) se define como la decisión


individual que toma un profesional de la medicina para dejar de realizar un acto
médico científico y legalmente aprobado según la transgresión que dicho acto
médico hace a su libertad de pensamiento, conciencia o religión (en otras
palabras, sus principios morales y creencias religiosas).

Una buena manera de profundizar la reflexión en torno a las objeciones de


conciencia es diferenciarla de otros fenómenos de resistencia al derecho, en
particular, la desobediencia civil y la evasión de conciencia
formulan un planeamiento conjunto. Señalan que las medidas adoptadas por la
Secretaría de Salud de México con motivo de la contingencia producida por el
COVID-19 pueden afectar algunos derechos fundamentales y sus garantías.
Además, subrayan que el Congreso de la Unión dejó de funcionar por decisión de
sus propios integrantes, marcando un contaste con otros sistemas
constitucionales. Además de la reanudación de las actividades plenas de las dos
cámaras del Congreso, proponen varias medidas concretas para hacer frente a la
crisis sanitaria para que no se convierta también en una crisis institucional.

a pandemia produjo fuertes medidas de orden sanitario y de seguridad pública que


impactaron los derechos humanos. La situación creada obliga a que en el futuro
sean revisadas las instituciones democráticas, para conseguir la tutela efectiva de
los derechos humanos.

a. Al exponer el panorama por sistemas políticos distintos, es posible tener una


idea clara de la generalización de las respuestas ante el desafío planteado por la
pandemia, A medida que la pandemia de coronavirus se agudiza, las naciones de
todo el mundo se esfuerzan por mejorar sus respuestas. Diversas medidas han
traído un amplio espectro de restricciones: desde alertas generales hasta
acordonamiento de ciudades y, en algunos casos, de países enteros. Muchos
gobiernos han declarado estados de emergencia, asumiendo así poderes o
facultades excepcionales. Se han visto impactados tanto los derechos humanos
como la separación de poderes. Del mismo modo, el tipo de respuestas de los
gobiernos ha variado considerablemente. Mientras que algunos han adoptado
restricciones a nivel comunitario desde el principio, otros han retrasado la
implementación de tales medidas también debido a sus devastadoras
consecuencias económicas.

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