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El derecho a la vida, la pena de muerte y el suicidio asistido.

¿Morir dignamente?
Para comenzar, todos los seres humanos cumplimos un ciclo en el planeta que se define
desde el día que nacemos hasta el día que fallecemos. El tema de la vida y la muerte ha
sido de gran controversia y ha generado muchos debates debido a que todo depende de
la moralidad, la legalidad y las desigualdades de los principios religiosos o culturales
que se le hayan inculcado al individuo con respecto a esto. En mi sociedad, la vida es lo
más valioso que el ser humano puede tener y la muerte es lo que determina el final de
esta, lamentablemente esta terminación de la vida suele ser triste y dolorosa, un ritual
trágico para los familiares y las personas cercanas. En el caso de mi país (Colombia), el
derecho a la vida se ve explícito en el ARTÍCULO 11º de la constitución política donde
se aclara que “El derecho a la vida es inviolable. No habrá pena de muerte.”
(Constituyente, 2020) Y en el ARTÍCULO 12º “Nadie será sometido a desaparición
forzada, a torturas ni a tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes.”
(Constituyente, 2020). En la actualidad, son 25 los países que aplican la pena de
muerte, claramente en situaciones extremas pero ¿Por qué siguen considerando este
castigo penal como una opción sabiendo las consecuencias de terminar con la vida de
alguien? Y considerando otro caso ¿Estará bien permitir que las personas recurran a la
eutanasia para acabar con sus vidas?

La pena de muerte se basa en quitarle la vida a una persona por parte del Estado como
castigo por cometer un delito establecido en la legislación. Los delitos que determinan
esto se les llaman “DELITOS CAPITALES”. Estos delitos en las épocas pretéritas 1 se
aplicaban a la mayoría de ilegalidades que cometiera el individuo así no fueran
particularmente graves, pero desde el siglo XIX estos delitos han variado dependiendo
de los países. Por ejemplo en China y en Arabia Saudí se condena la violación y en
Estados Unidos se condena por el robo con resultado de muerte. Los Estados consideran
que es más efectivo acabar con la vida de una persona a darle una condena de cadena
perpetua debido a que, por ejemplo en Colombia mantener 60 años 2 a un preso le
costaría 13’336.449 pesos anualmente, ahora bien eso multiplicado por 60 años daría un
total de 800’186.940 pesos y a este resultado sumarle los demás presos. Por otro lado,
“Independientemente del delito que hayan cometido, de si son culpables o inocentes, un

1
De lo que ya ha pasado o sucedido.
2
En Colombia no existe la cadena perpetua y la pena máxima son de 60 años.
sistema de justicia que valora más el castigo que la rehabilitación se cobra sus vidas.
Mientras un preso o presa siga con vida, él o ella mantienen la esperanza de la
rehabilitación, o de la absolución si posteriormente se determina que es inocente.”
(Anónimo, s.f.).

Por otro lado tenemos a los familiares de la persona a la cual se le ha cometido el


crimen. Muchas personas piensan que se debe hacer justicia, ¿Por qué no matar al
asesino? ¿Por qué no torturar al torturador? Pero se han entrevistado a familiares
afectados que han constatado que la pena de muerte no puede aliviar verdaderamente su
sufrimiento. Simplemente extiende el sufrimiento a la familia condenada. Como dijo
Marie Deans cuya suegra fue ejecutada en 1972, “La venganza no es la respuesta. La
respuesta se basa en reducir la violencia, no en ocasionar más muertes.”

Ahora bien, el suicidio asistido consiste en la ayuda a otra persona que desea terminar
con su vida. En la mayoría de los países es considerado como un delito punible 3, pero
legalmente está autorizado en los siguientes países: Suiza, Bélgica, Luxemburgo,
Holanda y en algunos estados de los Estados Unidos. En la asistencia al suicidio se
entrega el material necesario para su realización. La ayuda puede ser facilitada por
profesionales médicos, enfermeras u otras personas. Algunos países europeos, como los
Países Bajos y Bélgica, han regulado el suicidio asistido como una atribución de los
profesionales de la medicina y la enfermería. En cambio, Suiza permite tanto el suicidio
médicamente asistido como el auxilio al suicidio, es decir, cualquier persona puede
ayudar a otra a suicidarse sin consecuencias jurídicas y no tiene que realizarse
necesariamente en un contexto médico o de enfermería.

En Colombia, el intento de suicidio NO es considerado un delito pero inducir, ayudar o


instigar a otra persona a hacerlo SI es considerado un delito y se condena con 1 a 6 años
en prisión, dependiendo de la existencia o no de una ayuda humanitaria. En la ley 599
de 2000 por la cual se expide el Código Penal, en el ARTÍCULO 107 dice lo siguiente:
“Inducción o ayuda al suicidio. El que eficazmente induzca a otro al suicidio, o le preste
una ayuda efectiva para su realización, incurrirá en prisión de dos (2) a seis (6) años.
Cuando la inducción o ayuda esté dirigida a poner fin a intensos sufrimientos
provenientes de lesión corporal o enfermedad grave e incurable, se incurrirá en prisión
de uno (1) a dos (2) años.” (Constituyente, 2020)

3
Acción sancionada por el derecho con una pena.
Hoy en día, los colombianos piden la legalización de la eutanasia 4 y su derecho a
terminar con un sufrimiento físico prolongado pero, la eutanasia figura en el código
penal como homicidio por piedad y la corte exhortó al congreso a reglamentar el tema,
pero no condicionó la aplicación a esa reglamentación. “En Colombia se puede aplicar
la eutanasia en la figura del homicidio por piedad teniendo el médico el conocimiento
de que puede ser demandado y tiene que demostrarle al juez que llenó todos los
requisitos para que no sea condenado.” (Anónimo, Universidad del Rosario , 2015) Es
decir, el médico puede realizar este procedimiento arriesgándose a poner en peligro su
libertad a causa de una demanda. Incluso si el paciente está en estado vegetativo la
Corte Constitucional estableció que el paciente debe solicitar la aplicación de la
eutanasia, por ende los médicos suelen recurrir a suspender las ayudas artificiales al
paciente en este estado para facilitar que el paciente muera naturalmente.

En mi opinión, cada persona tiene derecho a decidir sobre su vida y por ende, a decidir
si acaba con ella. ¿Por qué no darles a los presos la opción de decidir la pena de muerte
o la cadena perpetua? En la sentencia C-144/97 se expresa que: “PENA DE MUERTE-
Abandono del retribucionismo rígido. La importancia de humanizar las penas para
humanizar la sociedad en su conjunto, por lo cual se considera que la pena no puede
constituirse en una represalia estatal, sino que debe responder a los principios de
racionalidad y humanidad, en donde el tipo penal y la sanción son entes heterogéneos
que se ubican en escenarios diferentes, y por ende no son susceptibles de igualación.”
(Constitucional) La pena de muerte es incompatible con un Estado que reconoce el
valor, la dignidad y los derechos de una persona, el creer que utilizar esta táctica
disminuye la criminalidad es una falacia que utilizan los países para seguir justificando
sus acciones.

El antagonismo en el que me encuentro se basa en que no estoy de acuerdo con la pena


de muerte (si el condenado no lo desea) pero si apoyo la eutanasia y el suicidio asistido.
Cada persona debería tener el derecho de evaluar la situación en la que se encuentra, ya
sea una condena para toda la vida o una enfermedad terminal y decidir si quiere seguir
viviendo de esa manera o no. En caso de que el individuo no quiera continuar con su
vida también estoy de acuerdo con que se le brinden las ayudas éticamente
profesionales para llevar a cabo esta decisión terminal.

4
La eutanasia es la intervención voluntaria que acelera la muerte de un paciente terminal con la
intención de evitar sufrimiento y dolor en el ser humano.
NOTA PARA TENER EN CUENTA: En los ARTÍCULOS 106-107 del código penal
se sanciona con prisión el suicidio asistido y la eutanasia, mientras que la jurisprudencia
lo despenaliza en la Sentencia C-239-97 manifestando que: “El Estado no puede
oponerse a la decisión del individuo que no desea seguir viviendo y que solicita le
ayuden a morir, cuando sufre una enfermedad terminal que le produce dolores
insoportables, incompatibles con su idea de dignidad. Por consiguiente, si un enfermo
terminal que se encuentra en las condiciones objetivas que plantea el Código Penal
considera que su vida debe concluir, porque la juzga incompatible con su dignidad,
puede proceder en consecuencia, en ejercicio de su libertad, sin que el Estado esté
habilitado para oponerse a su designio, ni impedir, a través de la prohibición o de la
sanción, que un tercero le ayude a hacer uso de su opción. No se trata de restarle
importancia al deber del Estado de proteger la vida sino, de reconocer que esta
obligación no se traduce en la preservación de la vida sólo como hecho biológico.”
(Constitucional)
Bibliografía
Anónimo. (23 de 07 de 2015). Universidad del Rosario . Obtenido de urosario.edu.co:
https://www.urosario.edu.co/Home/Principal/Orgullo-Rosarista/Destacados/
Eutanasia-en-Colombia-y-el-Derecho-a-morir-digname/

Anónimo. (s.f.). Amnitía internacional. Obtenido de amnesty.org:


https://www.amnesty.org/es/what-we-do/death-penalty/death-penalty-your-
questions-answered/

Constitucional, C. (s.f.). Corte Constitucional Republica de Colombia. Obtenido de


corteconstitucional.gov.co:
https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/1997/C-144-97.htm

Constituyente, A. N. (2020). Justia. Obtenido de colombia.justia.com:


https://colombia.justia.com/nacionales/constitucion-politica-de-colombia/titulo-
ii/capitulo-1/

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