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ARGUMENTOS

Sandra:
La pena de muerte para asesinos como disuasión de crímenes.

La teoría de la disuasión se basa en la idea de que el castigo severo, como la pena de


muerte, puede disuadir a las personas de cometer crímenes graves, ya que el costo
potencial de ser ejecutado actúa como un fuerte incentivo para abstenerse de cometer
actos criminales.

El economista Steven D. Levitt y el abogado Stephen J. Dubner, en su libro


"Freakonomics", argumentan que "la pena de muerte ahorra vidas al disuadir a los
criminales de cometer asesinatos en primer lugar". Esta teoría se basa en la lógica de
la toma de decisiones racional de los individuos, donde la amenaza de la pena de
muerte podría inhibir la acción criminal.

Asimismo, varios estudios han examinado la relación entre la pena de muerte y las
tasas de homicidio, y algunos han encontrado evidencia que respalda la idea de que la
pena de muerte tiene un efecto disuasorio. El estudio realizado por Cass R. Sunstein y
Adrian Vermeule en 2005, titulado "Is Capital Punishment Morally Required?", sugiere
que "los datos disponibles sugieren que la pena de muerte disuade a un número
significativo de asesinatos". Otro estudio de Naci Mocan y Kaj Gittings en 2003,
"Getting Off Death Row: Commuted Sentences and the Deterrent Effect of Capital
Punishment," también encontró pruebas de un efecto disuasorio.

En síntesis, la evidencia empírica y la teoría criminológica sugieren que puede tener


un efecto disuasorio significativo en la prevención de asesinatos y crímenes graves. Si
bien es esencial garantizar que su aplicación sea justa y precisa, la pena de muerte
sigue siendo un elemento válido en el sistema de justicia penal para proteger a la
sociedad y prevenir crímenes atroces.

Diogo:
La pena de muerte como retribucion

La pena de muerte como retribucion sostiene que esta es una forma de justicia
retributiva para ciertos delitos graves como lo es el asesinato. De acuerdo a esto,
aquellos que han cometido crimenes extremadamente violentos o atroces merecen
recibir un castigo proporcional a la gravedad de sus acciones, La pena de muerte se
considera como la maxima expresion de este principio, ya que implica la privacion de
la vida del delincuente como una forma de retribucion por el daño causado. Este
argumento se basa en la idea de que la justicia requiere que los delincuentes
enfrenten las consecuencias de sus acciones de manera proporcional. Al aplicar la
pena de muerte, se busca equilibrar el daño infligido por el delincuente con un castigo
equivalente. Además se puede proporcionar un sentido de cierre y satisfacción para
las víctimas y sus familias, así como para la sociedad en general .
Tamara:
La pena de muerte para asesinos como protección a la sociedad:

Este argumento se basa en la idea de que, al ejecutar a un asesino convicto, se


elimina una amenaza directa y permanente para la seguridad pública. Aunque la pena
de muerte es un tema altamente controvertido y debatido, algunos argumentan que
esta medida es necesaria para garantizar la seguridad de la sociedad en casos de
criminales extremadamente peligrosos que no pueden ser rehabilitados o que podrían
representar un riesgo continuo incluso en prisión.

Un estudio que respalda este argumento es de la Oficina de Estadística de Justicia de


los Estados Unidos, titulado "Recidivism of Prisoners Released in 30 States in 2005:
Patterns from 2005 to 2010" (Reincidencia de presos liberados en 30 estados en 2005:
patrones de 2005 a 2010) (2016). Este informe analiza la reincidencia criminal de
personas liberadas de prisión y encuentra que un porcentaje significativo de
exreclusos reinciden en delitos graves después de su liberación. Aunque este estudio
no se enfoca específicamente en delincuentes condenados a muerte, algunos
argumentan que demuestra la posibilidad de que algunos asesinos convictos puedan
representar un riesgo continuo si son liberados en algún momento.

Xiomara:
La pena de muerte como solución económica

El Estado no debería tener que solventar gastos en personas que han delinquido
contra la sociedad, es por ello que la pena de muerte solucionaría esta problemática,
además los homicidas son considerados personas no aptas para reinserción social, y
con ello se justifica que sería un gasto innecesario por parte del estado, tal que ese
dinero podría haber sido utilizado a favor de la caridad o beneficencia.
(FALTA COMPLETAR)
Jhenyfer:
Sobre el castigo justo

A lo largo de toda su obra, Alejandro Tomasini Bassols se pronuncia a favor de


la pena de muerte.
El autor plantea el asunto básico concerniente a la pena en los siguientes
términos que considera los únicos razonables: «¿Es concebible que, haga lo que haga
un sujeto, éste no será nunca susceptible de la pena suprema?» ¿Cualquier acto, por
aberrante que sea, es perdonable? Imaginemos que un individuo mata a una persona
y que, por diversas líneas de argumentación, su abogado logra que se le imponga una
pena calculada en años de cárcel; imaginemos ahora que un sujeto mata a dos
personas y que, una vez más, es condenado a un determinado número de años;
pensemos en un delincuente que mata a tres personas, a cuatro, a cinco o más.

En el caso de los asesinatos seriales, la pregunta es: ¿cuántos asesinatos se


requerirían para enviar a un criminal al cadalso o a la silla eléctrica o al paredón o a la
inyección letal? ¿Ocho, diez, sesenta? La verdad es que el adversario a ultranza de la
pena de muerte está en una posición difícil no sólo de defender sino de comprender:
¿sobre qué bases insistir en mantener con vida a un individuo que mató a, digamos,
ochenta personas? ¿Quién podría tener la autoridad moral para oponerse a la
ejecución de un asesino de magnitudes mayúsculas?

Alejandro Tomasini Bassols continúa ejemplificando: supongamos, ahora, que


el
asesino en cuestión es un doctor especializado en el tráfico de órganos infantiles y que
es atrapado in fraganti. ¿Qué castigo es el justo para ese individuo? ¿Sería una
injusticia juzgarlo, condenarlo y ejecutarlo?» ¿Cómo perdonar a estos criminales?
La respuesta está ya en danza: el perdón no sería adecuado … ni justo, si no, la
muerte.

Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San


José)
CAPITULO II
Derechos Civiles y Políticos

Artículo 4
Derecho a la Vida
1. Toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estará protegido por la
ley y, en general, a partir del momento de la concepción. Nadie puede ser privado de la vida
arbitrariamente.

2. En los países que no han abolido la pena de muerte, ésta sólo podrá imponerse por los
delitos más graves, en cumplimiento de sentencia ejecutoriada de tribunal competente y de
conformidad con una ley que establezca tal pena, dictada con anterioridad a la comisión del
delito. Tampoco se extenderá su aplicación a delitos a los cuales no se la aplique actualmente.
3. No se restablecerá la pena de muerte en los Estados que la han abolido.

4. En ningún caso se puede aplicar la pena de muerte por delitos políticos ni comunes conexos
con los políticos.

5. No se impondrá la pena de muerte a personas que, en el momento de la comisión del


delito, tuvieren menos de dieciocho años de edad o más de setenta, ni se le aplicará a las
mujeres en estado de gravidez.

6. Toda persona condenada a muerte tiene derecho a solicitar la amnistía, el indulto o la


conmutación de la pena, los cuales podrán se concedidos en todos los casos. No se puede
aplicar la pena de muerte mientras la solicitud esté pendiente de decisión ante autoridad
competente.

Artículo 5
Derecho a la Integridad Personal
1. Toda persona tiene derecho a que se respete su integridad física, psíquica y moral.

2. Nadie debe ser sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.
Toda persona privada de libertad será tratada con el respeto debido a la dignidad inherente al
ser humano.

3. La pena no puede trascender de la persona del delincuente.


4. Los procesados deben estar separados de los condenados, salvo en circunstancias
excepcionales, y serán sometidos a un tratamiento adecuado a su condición de personas no
condenadas.

5. Cuando los menores puedan ser procesados, deben ser separados de los adultos y llevados
ante tribunales especializados, con la mayor celeridad posible, para su tratamiento.

6. Las penas privativas de la libertad tendrán como finalidad esencial la reforma y la


readaptación social de los condenados.

CAPITULO IV

Suspensión de Garantías, Interpretación y Aplicación

Artículo 30

Alcance de las Restricciones Las restricciones permitidas, de acuerdo con esta convención, al
goce y ejercicio de los derechos y libertades reconocidas en la misma, no pueden ser aplicadas
sino conforme a leyes que se dictaren por razones de interés general y con el propósito para el
cual han sido establecidas.

CAPITULO VIII
PODER JUDICIAL

Artículo 140°.- La pena de muerte sólo puede aplicarse por el


delito de traición a la patria en caso de guerra, y el de
terrorismo, conforme a las leyes y a los tratados de los que el
Perú es parte obligada.

https://panamericana.pe/24horas/locales/389785-viable-peru-
retire-corte-interamericana-derechos-humanos

CONGRESISTAS OPINAN
Para el congresista Jorge Montoya, el Perú debe dejar la CIDH y
simplemente confiar en su sistema de justicia. “Este no es
ningún problema, la corte no nos ayuda en absolutamente nada,
ayuda a los terroristas solamente”, sostuvo.
Mientras que para el parlamentario de izquierda Jaime Quito, la
propuesta no tiene ningún sustento. “Yo lo veo totalmente
inviable, innecesario, el país tiene que estar dentro del contexto
internacional”, afirmó.
MINIESTERIO DE JUSTICIA Y DERECHOS HUMANOS
DEFENSORIA DEL PUEBLO

https://www.comexperu.org.pe/articulo/la-incidencia-de-delitos-va-en-
aumento#:~:text=En%20su%20%C3%BAltimo%20informe%20sobre,por
%20encima%20del%20mismo%20periodo

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), los


índices de criminalidad están regresando a los niveles prepandemia como
consecuencia, entre otras cosas, del levantamiento de las políticas de
movilización, la falta de empleo y la implementación de políticas efectivas.

En su último informe sobre estadísticas de seguridad ciudadana para el periodo


setiembre 2022-febrero 2023, la proporción de la población urbana de 15 años
o más víctima de algún hecho delictivo fue del 23.2%, 0.7 puntos porcentuales
(pp) mayor al periodo julio 2022-diciembre 2022 y 3.3 pp por encima del mismo
periodo de 2021. Cabe mencionar que dicho resultado se encuentra 6.4 pp por
encima del resultado más bajo registrado durante el periodo de pandemia, en el
periodo marzo 2021-agosto 2021.

Es importante resaltar que, para la población nacional urbana, los jóvenes entre
15 a 29 años son el grupo etario más afectado por la delincuencia, con un
26.9% de ellos que reportaron haber sido víctimas durante 2022. Luego se
sitúan los adultos entre 30 y 49 años, con una incidencia del 25.4%, mientras
que en los adultos entre 50 y 59 años fue del 22.1%. Los adultos mayores, de
60 años a más, fueron los menos afectados, con el 11.9%.

De acuerdo con el INEI, la gran mayoría de denuncias corresponde a delitos


contra el patrimonio (es decir, robos, estafas, entre otras modalidades), las
cuales representaron el 66.4% del total durante los últimos meses del 2022.
Entre los departamentos más afectados figuraron Ucayali, con el 76.7% de los
delitos concentrados en este rubro, seguido por Lima Metropolitana y Piura,
ambos con 74.1%.
Para afrontar esta situación, el Gobierno asigna un presupuesto a los
ministerios con la finalidad de que trabajen en conjunto y se controle dicha
problemática. De acuerdo con el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF),
para el año 2023, el presupuesto en el área de orden público y seguridad se ha
incrementado a S/ 14,335 millones, lo que significó un incremento en 14% en
relación con lo asignado durante 2022, cuyo presupuesto fue de S/ 12,616
millones. Cabe mencionar que, hasta mayo de este año, se ha ejecutado el
37.7% del total.

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