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Presentado por:
Michelle Alzate Rivera
Asignatura:
Constitución Política
Docente:
Andrea Mazuera Ayala
El siguiente trabajo se presenta con el fin de analizar una contraposición que se genera entre el
derecho a la vida como un derecho fundamental y la pena de muerte como castigo por la
comisión de un delito establecido en la legislación.
La intención de este análisis es conocer y reflexionar mediante la confrontación de ambos
temas, que ha generado gran división y discusión, a partir de los principales argumentos y
justificaciones a favor o en contra de la pena de muerte.
1. DERECHO A LA VIDA COMO DERECHO FUNDAMENAL.
El derecho a la vida es uno de los Derechos Humanos Universales recogido y aceptado en
todas las Constituciones Políticas y demás normas legales de los diferentes países del mundo,
así como en los Instrumentos Internacionales que libre y voluntariamente algunos países han
integrado a sus respectivas legislaciones. El Derecho Internacional obliga a proteger la vida
humana, desde la concepción, es decir, tanto antes como después del nacimiento.
Entre los derechos del hombre, sin duda el más importante es el derecho a la vida, pues es la
razón de ser de los demás, ya que no tendría sentido garantizar la propiedad, la religión o la
cultura, si el sujeto al que se los concede está muerto.
El derecho a la vida está consagrado como Derecho de primera generación. Los Derechos de
Primera Generación o Derechos Civiles y Políticos se refieren a los primeros derechos que
fueron consagrados en los ordenamientos jurídicos internos e internacionales.
Los Derechos Civiles y Políticos están destinados a la protección del ser humano
individualmente, contra cualquier agresión de algún órgano público. Se caracterizan porque
imponen al Estado el deber de abstenerse de interferir en el ejercicio y pleno goce de estos
derechos por parte del ser humano. El Estado debe limitarse a garantizar el libre goce de estos
derechos, organizando la fuerza pública y creando mecanismos judiciales que los protejan.
2. PENA DE MUERTE.
A FAVOR.
1) Razón de Justicia: esta idea se sustenta por un lado, por fundamentaciones religiosas, cuya
máxima expresión se encuentra en el Antiguo Testamento, como puede ser la Ley de Talión:
"Vida por vida, ojo por ojo, diente por diente”.
2) Utilidad Social: Es decir, dotan la pena de un carácter disuasorio e intimidatoria. Sin duda
alguna, si el individuo es racional, y hace un balance sobre las ventajas y desventajas de cometer
un crimen, la pena de muerte, evitaría que el crimen tuviera beneficio alguno.
6) Costes económicos: Los partidarios de la pena de muerte sostienen que la pena de muerte es,
en términos económicos, más rentable, que las alternativas que se presentan a dicha sanción.
EN CONTRA
2) Utilidad Social: No está demostrado, que la pena cumpla una función de prevención general
negativa, o sea de intimidación a los potenciales infractores.
6) Costes económicos: En los costes sobre la pena de muerte, no sólo hay que computar el
coste que tiene en si misma la ejecución, sino también, el coste de todo el proceso judicial, es
decir, apelaciones, jueces, y, además, los costes sociales de esta sentencia.
7) Discriminación de la pena de muerte: Los Tribunales ejercen una selección entre los autores
de los delitos, ya sea por motivos económicos o étnico-raciales. Así, por ejemplo, la diferencia
de recursos económicos que existe entre los que poseen un buen nivel adquisitivo y las clases
más desfavorecidas, provoca que frente a un mismo hecho delictivo, los primeros puedan ser
asistidos por profesionales con mayor rigor, que los otros.
La pena de muerte en Colombia fue abolida en 1910, la última ejecución tuvo lugar en 1909
aunque, según la constitución de 1886, "el legislador no puede en ningún caso imponer la pena
capital". El artículo 11 de la Constitución de Colombia de 1991 establece que "El derecho a la
vida es inviolable. No habrá pena de muerte".
CONCLUSIONES.
Una vez realizado el análisis a este tema que provoca tanta discusión, y causado también así
una gran división de pensamientos, me siento en la capacidad de dar mi opinión y concluir de
manera personal que tiene más peso el derecho a la vida como Derecho fundamental que en sí
la pena de muerte. Viéndolo desde un punto teórico, conociendo gracias a la información ya
expuesta, si el Derecho a la vida hace parte de los derechos de primera generación, que como ya
los vimos son aquellos derechos que ni el propio Estado tendría porque vulnerar, ya que éste
debería garantizar la protección de ellos. La pena de muerte es el exponente máximo de pena
cruel, inhumana y degradante. Viola el derecho a la vida. En cualquiera de sus formas es un
castigo violento que no tiene lugar en el actual sistema de justicia penal. Electrocución,
ahorcamiento, cámara de gas, decapitación, lapidación, fusilamiento o inyección letal, son
muestras fieles de la inhumanidad de esta condena, que le quita todo el dignificado a la muerte
digna. La pena de muerte es irreversible, circunstancia a la que se unen los frecuentes errores
humanos y prejuicios del sistema de justicia, que impiden erradicar el peligro de ejecutar a
personas inocentes. Errores así no tienen solución.
Saliéndome un poco de lo ya nombrado, hablando ya dirigiéndome más hacia lo moral, está
claro que muchas personas se inclinan más hacia “Ojo por ojo, diente por diente, vida por
vida”, piensan que el impartir justicia es responder de la misma manera. Pienso que si una
persona comete un delito de tal magnitud, ¿No es acaso más justo que tenga una condena justa
de años privado de su libertad por este delito? ¿Una cadena perpetua por ejemplo?
Personalmente pienso, que para una persona no puede haber peor castigo que éste. Dicen que
una persona que acaba con la vida de alguien, que es capaz de atentar contra la integridad de un
niño “merece” la misma muerte, pero… ¿Acaso no es esta una especie de liberación para el
delincuente? “Tiene que aprender la lección” ¿Qué puede aprender una persona después de
muerta? Esto suena más a venganza que a justicia.
¿No es acaso preferible que pase justos años pagando por lo que hizo?