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EL ANEURISMA

El aneurisma cerebral es una patología


frecuente dentro de las malformaciones
arteriovenosas y se caracteriza por la
dilatación de las paredes arteriales de
la circulación encefálica. Con el
objetivo de describir el aneurisma
cerebral desde una vertiente clínica al
tratamiento neuroquirúrgico, se llevó a
cabo la presente revisión bibliográfica
citando 36 artículos en idioma inglés y español, publicados en los últimos 5 años,
consultados a través de bases de datos como Clinical Key, Scielo, Ebsco y Springer. Se
llegó a la conclusión que el diagnóstico precoz del aneurisma se realiza a través de
técnicas neuro radiológicas avanzadas, así como la sintomatología grave y evolutiva,
constituyendo estos parámetros indicadores de una intervención quirúrgica urgente, con
nuevos métodos como la microcirugía, la craneotomía descomprensiva y el tratamiento
endovascular, disminuyendo significativamente el riesgo de otras complicaciones.

Los aneurismas cerebrales son dilataciones de las arterias de la circulación cerebral,


tienen diferentes criterios de clasificación siendo los más infrecuentes los aneurismas de
tipo blíster que se caracterizan por tener una pared delgada de fácil ruptura cuya
condición propicia que sea una de las principales causas de Hemorragia Subaracnoidea
(HSA).

Clasificación según causa, configuración, topografía y tamaño.


 ANEURISMAS SACULARES:
también se llaman espontáneos o
congénitos. Son dilataciones localizadas
en las bifurcaciones del polígono de
Willis. Son los más comunes en el
adulto. Tienen forma de cereza con
cuello y fondo. Se asocian a trastornos de
la hemodinámica, alteraciones
degenerativas y trastornos genéticos o
estructurales.

 ANEURISMAS FUSIFORMES O
ATEROESCLERÓTICOS: son
segmentos arteriales elongados, dilatados
y tortuosos, presentes generalmente en la
arteria vertebral, en la carótida durante su
trayecto intracraneal y en el tronco
basilar.

 ANEURISMAS DISECANTES: son


frecuentes en la arteria carótida y en la arteria vertebral. Los aneurismas de este
tipo ubicados en las porciones extracraneales de estas arterias provocan
accidentes cerebrovasculares isquémicos, mientras que en la porción intracraneal
provoca HSA. Según su causa pueden ser traumáticos, “micóticos” o arteriales
infecciosos, estos pueden ser virales, bacteriales y en menor medida
verdaderamente micótico. Por último, se hallan los aneurismas tumorales. La
localización se determina por la división del polígono de Willis en una parte
posterior y una anterior.

CAUSAS:

Algunas situaciones pueden favorecer la aparición de aneurismas. Se asocian diferentes


enfermedades genéticas que son predisponentes para la aparición de defectos en las
paredes de las arterias como la coartación de la arteria aorta, el síndrome de Ehlers-
Danlos, la poliquistosis renal y la esclerosis tuberosa o el pseudoxantoma elasticum.
Casi el 40% de los adultos tienen como antecedentes lesiones traumáticas.

Dentro de los factores que se asocian a esta enfermedad en los últimos años se ha
detectado que la dilatación infundibular, como una dilatación arterial en forma cónica,
triangular o de embudo y que puede tener una evolución benigna pero que puede
resangrar y convertirse en un aneurisma. En la dilatación infundibular no hay cambios
en la pared arterial y se considera una variación de lo normal, su evolución hacia
aneurisma comprende lesiones y típicos cambios anatomopatológicos de la pared
arterial.

SIGNOS Y SÍNTOMAS:

La presentación clínica de los aneurismas es parecida en la edad pediátrica y en la


adultez. Puede presentarse como una hemorragia subaracnoidea, dolor de cabeza, efecto
compresor directo, déficit neurológico focal, cambios de la personalidad o ataques. El
aneurisma intracraneal fusiforme tiende a no presentar déficit hemorrágico. En caso de
la HSA aneurismática se ha podido constatar que una de las formas de presentación más
común es la cefalea intensa, de comienzo súbito y que dura de unos segundos a minutos
y pérdida de la conciencia. El aneurisma vascular incidental para su diagnóstico se
muestra un tanto asintomático por lo que se puede tomar como referencia la presencia
en muchos casos de ateroesclerosis, angina de pecho, enfermedad cerebrovascular
isquémica y estenosis de la arteria carótida interna.

La compresión de aneurismas puede dar síndromes compresivos según la ubicación de


la lesión:
 Aneurisma de la arteria comunicante posterior en su unión con la arteria
carótida interna o en la arteria cerebelosa superior: parálisis del tercer nervio
craneal (oftalmoparesia, ptosis palpebral, midriasis arreactiva)
 Aneurisma gigante de la arteria carótida interna intracavernosa:
oftalmoplejía completa y dolor orbitario unilateral (síndrome del seno
cavernoso)
 Aneurisma de la porción supraclinoidea de la arteria carótida interna:
ceguera unilateral o déficit campimétricos.
 Aneurisma de la arteria comunicante anterior: abulia y paraparesia.
 Aneurisma de la arteria cerebral media: hemiparesia con afasia o
heminegligencia.
 Aneurisma de la arteria basilar: amnesia con grados variables de parálisis del
tercer nervio craneal y cuadriparesia.
 Aneurisma ectático de la arteria basilar: dolor facial, espasmos hemifaciales,
sordera y vértigo (síndrome de ángulo pontocerebeloso).

DIAGNÓSTICO:

Se realizan estas pruebas si el paciente tiene estos síntomas de un aneurisma cerebral sin
ruptura, como dolor detrás del ojo, cambios en la visión o visión doble.

Entre las pruebas de diagnóstico se incluyen las siguientes:

 Tomografía computarizada. Una tomografía computarizada, es decir, un


examen de radiografía especializado, suele ser la primera prueba que se usa para
determinar si hay sangrado en el cerebro u otro tipo de accidente
cerebrovascular. En esta prueba se obtienen imágenes que muestran cortes
bidimensionales del cerebro.
 Con esta prueba, también es posible que recibas una inyección de un tinte que
facilita la observación del flujo sanguíneo en el cerebro y puede indicar la
presencia de un aneurisma. Esta variante de la prueba se llama angiografía
por tomografía computarizada.
 Análisis del líquido cefalorraquídeo. Si has tenido una hemorragia
subaracnoidea, es probable que haya glóbulos rojos en el líquido que rodea el
cerebro y la espina dorsal (líquido cefalorraquídeo). Si tienes síntomas de rotura
de un aneurisma, pero una exploración por tomografía computarizada no
muestra evidencia de sangrado, se solicitará analizar el líquido cefalorraquídeo
para hacer un diagnóstico.
 El procedimiento para extraer líquido cefalorraquídeo de la espalda con una
aguja se llama punción lumbar.
 Resonancia magnética. La técnica de diagnóstico por imágenes utiliza un
campo magnético y ondas de radio para crear imágenes detalladas del cerebro,
ya sean imágenes bidimensionales o tridimensionales.
 Un tipo de resonancia magnética que evalúa las arterias en detalle y que se
denomina angiografía por resonancia magnética puede detectar la presencia de
un aneurisma.
 Angiografía cerebral. Durante este procedimiento, se coloca un tubo delgado y
flexible (catéter) en una arteria grande, generalmente en la ingle o la muñeca. El
catéter pasa por el corazón hasta las arterias en el cerebro. Un tinte especial que
se inyecta en el catéter llega hasta las arterias de todo el cerebro.
 Una serie de imágenes por radiografía es capaz de revelar detalles sobre la
condición en que están tus arterias y detectar un aneurisma. La angiografía
cerebral, también llamada arteriografía cerebral, suele usarse cuando otras
pruebas de diagnóstico no brindan información suficiente.

TRATAMIENTO:

Existen dos opciones frecuentes de tratamiento para la rotura de un aneurisma cerebral.

 El clipaje quirúrgico es un procedimiento que cierra el aneurisma. El


neurocirujano quita una sección del cráneo para acceder al aneurisma, y ubica el
vaso sanguíneo que lo alimenta. Luego, coloca un pequeño clip de metal en el
cuello del aneurisma para detener el flujo de sangre que llega a él.

 El tratamiento endovascular es un procedimiento menos invasivo que el


clipaje quirúrgico. El cirujano inserta un catéter en una arteria (por lo general, de
la muñeca o la ingle) y lo pasa a través del cuerpo hasta llegar al aneurisma.
Luego, utiliza un dispositivo (un desviador de flujo, un interruptor de flujo
intraluminal, un estent o un espiral) o diferentes combinaciones de distintos
dispositivos para destruir el aneurisma en el interior del vaso sanguíneo.

Ambos procedimientos conllevan posibles riesgos; en especial, sangrado en el cerebro o


pérdida de flujo sanguíneo hacia dicho órgano. La embolización endovascular es menos
invasiva y puede ser más segura en principio, pero puede conllevar un riesgo
ligeramente mayor de que se deba repetir el procedimiento en el futuro debido a la
reapertura del aneurisma.

Desviadores de flujo:
Los tratamientos nuevos disponibles para el aneurisma cerebral incluyen implantes
tubulares similares a los estents (desviadores de flujo) que desvían el flujo sanguíneo
del saco de un aneurisma. La desviación detiene el movimiento de la sangre dentro del
aneurisma y estimula al cuerpo para que cicatrice el sitio, lo que promueve la
reconstrucción de la arteria principal. Los desviadores de flujo pueden ser especialmente
útiles en aneurismas grandes que no pueden tratarse con otras opciones de manera
segura.

El neurocirujano o neurorradiólogo intervencionista, junto con el neurólogo, harán una


recomendación según el tamaño, la ubicación y el aspecto general del aneurisma
cerebral, tu capacidad para someterte a un procedimiento y otros factores.

Otros tratamientos para la rotura de aneurismas:


Otros tratamientos para la rotura de aneurismas cerebrales están dirigidos a aliviar los
síntomas y controlar las complicaciones.

 Se pueden usar analgésicos, como acetaminofén (Tylenol u otros), para tratar el


dolor de cabeza.

 Los bloqueadores de los canales de calcio evitan que el calcio ingrese a las


células de las paredes de los vasos sanguíneos. Estos medicamentos pueden
disminuir el riesgo de tener síntomas graves por el estrechamiento aleatorio de
los vasos sanguíneos (vasoespasmo) que puede ser una complicación de la rotura
de un aneurisma.
Se ha observado que uno de estos medicamentos, la nimodipina (Nymalize),
reduce el riesgo de lesión cerebral tardía por el flujo sanguíneo insuficiente
después de una hemorragia subaracnoidea por la rotura de un aneurisma.

 Las intervenciones para evitar accidentes cerebrovasculares por flujo


sanguíneo insuficiente constan de inyecciones intravenosas de un medicamento
para dilatar los vasos sanguíneos, que eleva la presión arterial para vencer la
resistencia de los vasos sanguíneos estrechados.

Una intervención alternativa para evitar accidentes cerebrovasculares es la


angioplastia. En este procedimiento, el cirujano usa un catéter para inflar un
pequeño globo que expande el vaso sanguíneo estrechado por el vasoespasmo en
el cerebro. Para expandir los vasos sanguíneos en el área afectada, también se
puede usar un medicamento denominado vasodilatador.

 Los medicamentos anticonvulsivos pueden usarse para tratar convulsiones


relacionadas con la rotura de un aneurisma. Estos medicamentos incluyen el
levetiracetam (Keppra), la fenitoína (Dilantin, Phenytek y otros) y el ácido
valproico, entre otros. Su uso ha sido motivo de debate entre los expertos y, por
lo general, queda a criterio del cuidador según las necesidades médicas de la
persona.

 Los catéteres de drenaje ventricular o lumbar y la cirugía de


derivación pueden disminuir la presión en el cerebro por el exceso de líquido
cefalorraquídeo (hidrocefalia) relacionada con la rotura de un aneurisma. Se
puede colocar un catéter en los espacios llenos de líquido que están dentro del
cerebro o en el área que rodea el cerebro y la médula espinal para drenar el
exceso de líquido dentro de una bolsa externa.

En ocasiones, puede ser necesario introducir un sistema de derivación (formado


por un tubo de goma de silicona flexible y por una válvula) que crea un canal de
drenaje desde el cerebro hasta la cavidad abdominal.

 Terapia de rehabilitación. El daño cerebral por hemorragia subaracnoidea


puede requerir fisioterapia, terapia del habla y terapia ocupacional para volver a
aprender las habilidades.
CÓMO TRATAR ANEURISMAS CEREBRALES SIN ROTURA

Para sellar un aneurisma cerebral sin rotura y ayudar a evitar una rotura en el futuro
puede usarse el clipaje quirúrgico, la embolización endovascular o un desviador de
flujo. Sin embargo, en algunos aneurismas sin rotura, los riesgos conocidos de los
procedimientos pueden superar los posibles beneficios.

Un neurólogo, junto con un neurocirujano o neurorradiólogo intervencionista, puede


ayudarte a determinar si el tratamiento es adecuado para ti.

Para recomendar un tratamiento, se pueden tener en cuenta los siguientes factores:

 El tamaño, la ubicación, el grado de irregularidad y el aspecto general del


aneurisma
 Tu edad y salud general
 Antecedentes familiares de rotura de aneurisma
 Afecciones congénitas que aumentan el riesgo de rotura de un aneurisma

Si tienes presión arterial alta, consulta con el proveedor de atención médica sobre los
medicamentos para controlar esta afección. Si tienes un aneurisma cerebral, el control
adecuado de la presión arterial puede disminuir el riesgo de rotura.

Además, si fumas cigarrillos, consulta con el proveedor de atención médica sobre las
estrategias para dejar de fumar, ya que es un factor de riesgo para la formación, el
crecimiento y la rotura del aneurisma.

PREVENCIÓN:

Para prevenir los aneurismas cerebrales deben controlarse sus factores de riesgo


cardiovascular y controlar las enfermedades que pueden debilitar los vasos sanguíneos,
como la diabetes, el colesterol y arteriosclerosis; además, debe mantener un estilo de
vida saludable, evitar el estrés y el consumo de tabaco y alcohol.

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