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HISTORIA DE LA ROMA IMPERIAL

Tema 8: Las invasiones bárbaras

1. Proceso de las invasiones germánicas

Las invasiones de finales del siglo IV y principios del siglo V no eran un fenómeno aislado, venía de mucho atrás.
La conquista de Roma de las Galias, Rhin y Danubio frenaron los movimientos desde los tiempos de la República.
Las causas de estas periódicas invasiones se buscan en diferentes factores: motivos climáticos, condiciones
demográficas, presiones de pueblos de las estepas euroasiáticas, etc. Pero el factor más decisivo fue un cambio
que tuvo lugar en el interior de las sociedades germánicas a comienzos de la era cristiana. El cambio es
entendido como un proceso evolutivo debido a la formación de estructuras socioeconómicas muy
jerarquizadas. En estos pueblos, ya a finales del IV y principios del V se han constituido dos categorías
socioeconómicas que están representadas por la señorialidad y la etnogénesis.

 Señorialidad (soberanía doméstica)

La señorialidad significa que en un determinado momento (dependiendo del pueblo) se ha concentrado en


manos de unos pocos individuos un dominio territorial sobre el que se ejerce plena soberanía ; además de
político-social es una unidad económica. Todos esos individuos están en una relación de dependencia.

Próximo a esa relación de dependencia se encuentra otra categoría, el gefolge, que es un séquito. Son hombres
extranjeros libres que se unen a un señor con un lazo de fidelidad y ayuda mutua, pero conservan su categoría
de libre. Estos séquitos son militares y ayudan a estos pueblos germanos a acelerar el proceso de
jerarquización. En los pueblos germanos tendrá mejor posición quien tenga más gefolge. Pero no sólo hay
séquitos de carácter militar, también habrá de aldeanos.

 Etnogénesis

La etnogénesis es la formación de las estirpes, entendidas como unidades


populares. Convendría saber los mecanismos de creación de unidades
populares que participan en las invasiones y que mencionan las fuentes
romanas. Estas agrupaciones populares aparecen con unos nombres y una
definición étnicas muy precisas, pero que ante cualquier tropiezo militar
desaparecen y no se vuelven a mencionar. Esto se explica por las condiciones
de las fuentes romanas, que necesitan identificarlos. Pero aunque se les da un
nombre y precisión étnica no significa que lo sean. Esto se ve también en la
escasez de las patrias (lugares de origen) de estas estirpes. Los romanos,
prácticamente dicen que casi todos provienen de Scandia. La investigación de
los pueblos se hace por la arqueología, ellos no tienen escritos.

 Oleadas

Hubo una serie de movimientos diferenciados en el tiempo, distinguiendo tres oleadas:

1. La primera oleada tiene lugar a principios del siglo V y la protagonizan los pueblos germanos llamados
osticos (del este), formados principalmente por godos, vándalos y burgundios. A estos pueblos se les van a
unir grupos de nómadas como sármatas y alanos, que proceden del sur de Rusia o de la zona oriental del

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Danubio. Este primer movimiento migratorio o invasor fue muy amplio y afecta desde las orillas del Mar
Negro a la Península Ibérica. De hecho, da lugar a la formación de los primeros poderes bárbaros dentro
del Imperio. Pero esta oleada, demográficamente, era inferior a la población provincial, lo cual les llevará, a
medio plazo, a su disolución, excepto los visigodos. Ninguno de ellos superan la mitad del siglo VI (excepto
visigodos).

2. La segunda oleada se produce en la primera mitad del siglo VI. Esta es menos espectacular, pero tuvo
resultados más duraderos. En esta oleada entraron masas compactas de germanos en las Galias, Baviera y
Gran Bretaña, que supondrá la germanización lingüística de estos territorios donde se hablaba latín y celta.
Los protagonistas son los germanos occidentales, formados por diferentes agrupaciones entre los que están
francos, alamanes, bávaros, anglos y sajones.

3. La tercera oleada sucede en la segunda mitad del siglo VI y tiene como resultado el establecimiento de los
lombardos en Italia. En la Europa central y oriental se establecen los bávaros, de origen mongol. Presenta
rasgos similares a la primera oleada, con la diferencia de que la Europa de la segunda mitad del siglo VI era
diferente a como era en la primera mitad del siglo V. Habrá una mayor repercusión de esta tercera oleada,
con efectos más duraderos. En la fachada atlántica de Europa tiene lugar incursiones de pueblos germanos
de la zona del Mar del Norte, sobre todo la liga sajona y anglos y hérulos, que termina por germanizar toda
la antigua Britania celtorromana.

 Identificación de los invasores

Los visigodos (tervingios, godos del oeste) es una de las ramas en las que se ha dividido el pueblo godo. Los
visigodos son de origen escandinavo y su filiación se inscribe en el grupo de los germanos occidentales. Tenemos
noticias de ellos desde que ocuparon el río Vístula, y desde ahí, donde se dirigirán hacia el Imperio y se
establecen en las tierras del bajo Danubio, es cuando tiene lugar la muerte de Teodosio.

Respecto a los ostrogodos (greutungos, godos del este), los otros godos, tienen también origen escandinavo. Se
encontraban entre el Dniéster y el Dniéper. Este pueblo se convirtió en vasallos de los hunos y los acompañan
hacia el oeste. Su filiación se inscribe en los germanos orientales. Se encuentran ocupando la región de Panonia
cuando muere Teodosio y se produce la partitio imperii.

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El origen de los hunos no está claro, pero parece
que tienen raíces turcas y desde Asia Central
habrá movimientos migratorios hacia el oeste,
oleadas migratorias que se producen hasta el siglo
XI. Hay una diversidad de pueblos hunos o
húnicos. Una parte son los hunos blancos o
shvetahûna o helfatíes (pueblo Heftalia), que se
habían instalado en una zona de Persia (región de
Sogdiana) con permiso del rey persa Sapor II.
Habrá un reino huno en el noroeste de la India.
Hay otro grupo de hunos, los kidaritas, que se
dirigen hacia el oeste, cruzan el Volga, llegan a
Ucrania arrasando el reino de los alanos y someten
a los ostrogodos, llegando a la cuenca del Danubio. En esta zona permanecen manteniendo buenas relaciones
con el Imperio cuando Teodosio muere y se establece la partitio imperii.

Respecto a los vándalos, de origen escandinavo, se dirigen hacia el sur del Báltico y se encuentran entre el Oder y
el Vístula. Se dividen en dos grupos: vándalos silingos y asdingos. Los primeros ocupan la zona de Silesia y se
encuentran en el Oder. Los segundos se dirigen a las llanuras de Hungría.

Los burgundios se dice que vienen de Scandia y se mueven por el Oder y luego por el Ebla. Se dirigen hacia el
curso medio del Rhin. Dentro de este grupo había variaciones sin homogeneidad, con distintas tribus, donde
destaca el protagonismo de los turingios.

Los alamanes son una confederación de pueblos, situados hacia el río Main (Meno) y el Neckar. Se dirigen hacia
la provincia de Retia. Algunos de sus pueblos podían ser de origen suevo, lo que explica que se dé el nombre de
Suabia a la región que habitaban los alamanes. La ocupación de los alamanes se dirige a la orilla izquierda del
Rhin; el espacio entre el Rhin y el Danubio.

Los francos son un conjunto de pueblos emparentados entre sí y localizados en el curso inferior del Rhin. Se
discute su origen. El nombre popular de franco (hombre libre) es un indicio de que su etnogénesis tuvo lugar a
partir de grupos étnicos fragmentados y que no se dio a través del surgimiento de una monarquía militar, sino
por la formación de una confederación que agrupaba a varias señorialidades. Los francos están presionados por
los sajones, y, por esta presión, se moverían hacia el oeste, pudiendo incorporar nuevos grupos. Los francos
tardarán en formar una aristocracia guerrera, por lo que también fueron tardíos en la formación de una
monarquía de realeza, nacional.

Los sajones se encuentran en el interior de Germania y se impusieron contra otras poblaciones de las riberas del
Mar del Norte, como los frisios. Realizan incursiones de pillaje sobre las costas atlánticas continentales y de
Britania. Los sajones encuentran una oportunidad antes que otros pueblos, en el 407, momento cando se produce
la usurpación de Constantino III en Britania, ya que abandona la isla con las tropas británicas y queda así sin
protección por parte de las tropas romanas. Quedó una población celto-romana, que tiene que defenderse y que
se veía amenazada por los pictos de Escocia y de los irlandeses (escotos). Los celto-romanos van a buscar la
ayuda de los grupos sajones. De hecho, se va a facilitar el asentamiento de sajones en las zonas del norte y este
de la isla. Hacen una ocupación bajo la forma de la señorialidad. Hasta mediados del siglo VI, en Britania no hubo
enemistad entre sajones y celto-romanos. Pero al desaparecer el poder central imperial, este territorio quedaría
fragmentado con una población celto-romana inferior y este territorio acabaría siendo dominio sajón. La
amenaza superior a ellos dos eran los pictos y los irlandeses.

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Otros pueblos, como los marcomanos, cuados, familias de suevos, etc., ocupan las zonas de Bohemia, Moravia y
se dirigen al Nórico. Aquí encontramos una avanzadilla de lombardos, que se encontraban en el estuario
(desembocadura profunda de un río) del Ebla.

2. Demografía de los invasores versus Imperio

Una de las cuestiones que más interés ha despertado es la cuestión demográfica en diferentes aspectos, sobre el
cómo repercutió en Occidente la llegada de los invasores. En cuestiones demografía antigua nunca se pueden
dar fechas seguras, hablamos de estimaciones.

Se plantea primero la población del mundo romano en esa época. Se dan estimaciones para algunas zonas del
Imperio, teniendo en cuenta los desequilibrios, que se repartirán entre 50-60 millones de individuos. La
población que se puede medir mejor es la de las ciudades. Constantinopla, durante Teodosio II, amplió su recinto
urbano y la ciudad entonces pudo haber acogido a 500.000 habitantes. En el caso de Roma se ha intentado
establecer un volumen de población atendiendo a los regionarios. Roma estaba dividida en 14 distritos y en los
regionarios se nombraban los edificios con los que contaba cada región. Con esta información no sabemos si es
una ínsula o una domus, por lo que hay diferencias. La variedad de cantidades en Roma hablan desde 300.000
hasta 1.000.000. Hay otras grandes ciudades, como Alejandría, que tenía 300.000 habitantes y es la tercera
ciudad más grande del Imperio. Lo habitual eran ciudades con unos 6.000 habitantes.

También hay mucha diferencia respecto a ciudades de Occidente y de Oriente. Luego hay que diferenciar
ciudades en el interior de las provincias fronterizas a ciudades dentro de provincias que no son limítrofes a
territorios ajenos al Imperio. Para las estimaciones es necesario seguir estudios locales.

Es verdad que en el Bajo Imperio hay un descenso demográfico, sobre todo que afecta a la población rural y a las
pequeñas ciudades. Esto se afirma basándose en la legislación, porque se dictan normas que nos hacen ver que
se quiere frenar el abandono del terreno, normas como que los colonos queden adscritos a la tierra. La epíbole
(adjectio sterilium) es la asignación de tierras abandonadas a propietarios próximos, con la obligación de estar
adscritos a ellas y pagar los impuestos. Otra norma es el permiso de que se instalen bárbaros en calidad de
campesinos, en determinados territorios fronterizos, como Galia e Iliría. El retroceso demográfico se ve
agravado por las guerras. Se señala también la frecuencia de las epidemias.

Respecto a los pueblos invasores, son más difíciles de establecer. La Antigüedad establece a los pueblos como
muy numerosos, se habla de multitudes y de naciones innumerables. Hoy en día, en cambio, se piensa que el
movimiento de pueblos de principios del siglo V no se debió a una superpoblación Por una parte porque el
movimiento migratorio se debió a los fenómenos internos de la señorialidad y la etnogénesis, pero también al
hecho de que ellos mismos estaban presionados por otros pueblos.

Se considera que los pueblos invasores no eran poderosos desde un punto de vista demográfico, sino a otras
cuestiones, como la debilidad militar del Imperio, mientras que estos bárbaros tienen una superioridad técnica.
Disponían de mejor armamento que los romanos, con una técnica metalúrgica que fabricaba mejores aceros
que la técnica que conocían las industrias imperiales.

Sólo hay un testimonio muy verosímil que es el que nos proporciona un historiador africano, Víctor de Vita, que
nos da información sobre un acontecimiento, que es la llegada de los vándalos a África. Víctor de Vita señala que
Genserico hizo un recuento del pueblo (hombres, mujeres y niños), ya que se necesitaba saber el número de
barcos para pasar a África desde la Península Ibérica. En este recuento dio una cifra de 80.000 individuos. Los
vándalos eran un pueblo de tamaño medio, por lo tanto, a partir de esta cantidad, se ha supuesto que los
bárbaros demográficamente superiores, como visigodos u ostrogodos, podrían llegar a las 200.000 personas.

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Habría pueblos de tamaño medio (80.000-100.000), como vándalos o burgundios; y pueblos inferiores, por
debajo de los 50.000, como los suevos. Por tanto, esos son los tres parámetros demográficos de los bárbaros:
superior, medios e inferior.

El volumen de bárbaros que entra en el Imperio, en comparación con la población romana, no serían más de un
5%. Se nos plantea la cuestión de cómo fue posible el éxito. La explicación que se da es que no se debe a su
número, sino a la forma de asentamiento que ellos realizaban. Es decir, las poblaciones bárbaras no se asientan
de manera dispersa, sino que se establecen concentradamente en lugares estratégicos. En estos lugares la
densidad urbana sí era superior. Al ser un lugar estratégico, desde allí se controla un gran territorio, teniendo en
cuenta que cuentan con otro factor positivo: tienen mayor capacidad guerrera que las personas en territorios
donde se han asentado, ya que son personas civiles y no guerreros y, por tanto, inferiores a ellos.

El elemento étnico-germano en Occidente es, por tanto, minoritario entre la población establecida. Estas
condiciones le van a ir proporcionando un peso social y político superior al que no le corresponde a su rasgo
demográfico, sino a que van a constituir el ejército y poco a poco van ocupando el vacío de poder político que
deja la cada vez más menguada autoridad romana (desde el punto de vista central, local y territorial). Por lo
tanto, los jefes de los pueblos germanos forman la nueva aristocracia y asumen el protagonismo político.
Sobreviven restos de aristocracias locales, que a veces asumen el poder regional, solos o junto a los germanos.
El retroceso de la autoridad imperial permite el resurgir de elementos étnico-culturales periféricos; son, por
ejemplo, los vascos.

3. Organización interna de los pueblos invasores

No todos los pueblos tienen la misma estructura, pero, en general, ninguno de ellos tiene una estructura social o
política uniforme. Detectamos rasgos de una estructura social en estos pueblos teniendo en cuenta que
presentan una jerarquía de tipo piramidal. En la cúspide se encuentran algunos linajes que se consideran de
origen divino o semidivino y que se podían vincular a una realeza. En segundo lugar, habría una aristocracia
basada en el poder y el prestigio social. Son los que las fuentes romanas llaman unas veces duques y otras
magnates. En un tercer puesto se encontrarían los libres, posiblemente aquellos capaces de llevar armas y que
se pueden integrar en el ejército. Estos pueden formar séquitos; los romanos los suelen llamar comitatus. Se
suelen vincular a un señor o patrón de manera que éstos afianzan su poder político-militar, siendo también para
los libres una oportunidad de promoción. En el último puesto se encuentran los semilibres (aldinones). No hay
esclavos como tal, sino una población en estado de dependencia. En su mayor parte podían ser siervos
emancipados. Habrá esclavos muy insignificantemente y serían prisioneros de guerra.

Respecto a la organización política, hay diferencias entre unos pueblos y otros. Hay pueblos que cuentan con una
monarquía, pero que es una monarquía que se constituye durante la época de las invasiones. No hay que
entenderá tanto como “monarquía”, sino como caudillaje militar. Otros pueblos no tienen realeza y en estos
pueblos la dirección política está en mano de un consejo de jefes, que pueden elegir un caudillo (dux, iudex…) en
determinados momentos. Este consejo limita el poder del duque. Otros pueblos disponen de otros organismos
políticos, como la asamblea de guerreros; pero son muy débiles políticamente. No son una institución
permanente y se ocupan de temas muy coyunturales relacionados con la actividad militar. Hay otras asambleas
tribales de aldeas, como una especie de reuniones para resolver problemas. Son las que se consideran
precedentes del conventus vicinorum, mencionado en el Código de Eurico (segunda mitad del siglo V).

Respecto a las creencias, son paganos. Tienen dioses principales, como Odín (Wotan), Thor y Freya, pero
también creen en divinidades menores, como los trolls y los elfos. Mantienen también cultos animistas (culto a
un árbol, a una piedra…). En la segunda mitad del siglo IV, al tomar contacto con los romanos, toman contacto
también con el cristianismo. Sobre todo la toman con la doctrina arriana. El evangelizador de los visigodos es

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obispo Ulfilas, un godo, lógicamente arriano. Ulfilas tradujo la Biblia del griego al idioma gótico. Con este fin
desarrolló el alfabeto ulfilano. Han sobrevivido fragmentos de esta obra, que se conoce con el nombre de Codex
Argenteus. Los visigodos se convierten al arrianismo, seguidos luego por otros pueblos. El arrianismo se va a
convertir en una seña de identidad de los pueblos germanos. El cristianismo germano es el arriano y el del
Imperio es el católico.

Respecto a la actividad económica, hay que quitarse el tópico de su poca civilización, a pesar de no estar
afeitados y tengan melena, por lo que son vistos como poco civilizados por los romanos. Practicaban la
agricultura, y de hecho, una de las razones para querer entrar en el Imperio es que solicitan tierras sin cultivar.
La ganadería sigue teniendo un papel económico muy importante. Lógicamente había pueblos más avanzados
que otros. También practicaban la explotación de los bosques (silvicultura), la explotación de las salinas, la
metalurgia, introducen nuevas técnicas de orfebrería, etc. También tenían actividades de comercio y otras
actividades como la artesanía, la pesca, etc. Lo que no tienen es el principal instrumento económico: la moneda.
Al no contar con ella, practican el truque. Pero, al entrar en contacto con los romanos, incorporan la moneda.

4. El Imperio Romano de Occidente en el siglo V

 Dinastía Teodosiana

 Reinado de Honorio y poder de Estilicón (395 – 423)

La muerte de Teodosio y las desavenidas entre el gobierno de Constantinopla y el de Roma, serían utilizadas por
el balto Alarico para crear una monarquía militar visigoda, llevando una política tanto de saqueos a las
provincias romanas como los ofrecimientos de servicio como tropas federadas a cambio de subsidios
alimenticios, con el objetivo final de conseguir un alto cargo militar para el rey godo y un territorio donde
asentar a su pueblo en condiciones de cierta autonomía. Fue una política primero seguida con el gobierno de
Constantinopla y a partir de 401 con el de Rávena.

A partir del 401 Alarico presionaría al gobierno de Rávena, siendo utilizado también con la oposición entre
Estilicón y otros círculos cortesanos romanos. Tras la caída y asesinado de Estilicón, Alarico protagonizó el Saco
de Roma (410). Desaparecido al poco Alarico, su política sería seguida por su cuñado y sucesor Ataulfo, cuyos
fracasos para encontrar con la familia imperial (matrimonio con la princesa Gala Placidia) y de hacerse una
posición fuerte en el sur de la Galia, hicieron que los visigodos fueran establecidos en virtud del pacto de alianza
(foedus) firmado, en el 416, entre el rey godo Valia y el general romano Constancio, nuevo hombre fuerte del
gobierno Occidental.

En virtud del pacto los visigodos se comprometían a servir como tropas federadas al Imperio occidental; como
primera prueba de ello, en el 416, lograrían aniquilar a una buena parte de los grupos bárbaros que habían
invadido la Península Ibérica en el año 409. A cambio, en lugar de obtener subsidios alimenticios, el Imperio
permitía a los godos el asentamiento en Aquitania II, entregándoles a tal efecto dos tercios de una serie de fincas
que serían repartidas entre los diversos agrupamientos nobiliarios godos y el del rey con sus séquitos. Aunque
quedaba la administración civil provincial romana, el rey godo recibía atribuciones que implicaron el
establecimiento de un embrión de Estado visigodo en territorio imperial, con una corte y un núcleo de
administración central de molde imperial en la ciudad de Tolosa, naciendo el Reino de Tolosa.

La presión ejercida por la estampida goda sobre los pueblos bárbaros situados más hacia Occidente y las
dificultades militares creadas al gobierno de Rávena por las andanzas de Alarico en Italia, terminaron por romper
la tradicional frontera del Rhin. Este hecho sería protagonizado por una invasión compuesta por elementos

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populares muy dispersos. Los orígenes estarían en dos vastos conglomerados formados en el Danubio medio.
Uno de ellos, constituido esencialmente por godos huidos del dominio de los hunos, bajo el mando de
Radagasio, invadió violentamente la Italia septentrional en el 405, para ser completo masacrado por Estilicón en
la batalla de Fiésole al verano siguiente. El otro sería más heterogéneo, incluyendo alanos, vándalos (silingios y
hasdingos), marcomanos, cuados, gépidos, sármatas y colonos germanos y campesinos romanos. Todos juntos
lograron atravesar las defensas del Rhin a la altura de Estrasburgo en la navidad del 406. Tras ello, los bárbaros,
divididos en varios grupos y en un proceso interno de etnogénesis con la formación de una Monarquía Militar
bajo el étnico de sueva, saquearían las Galias con extrema violencia, llegando a penetrar en Hispania en
septiembre del 409.

La desviación de su primera ruta de invasión hacia el norte de las Galias se habría debido a un importante hecho
sucedido del lado romano. En el 406 triunfaba en Britania la sublevación del general romano Constantino III.
Pasado con su ejército a las Galias, el usurpador logró ser fácilmente reconocido por los restos del ejército del
lugar, que vieron en él al defensor de su país ante los invasores bárbaros. El nuevo emperador trató de controlar
los puntos vitales de las Galias, pasando a Hispania, donde derrotó a las tropas y nobles leales a la dinastía de
Teodosio, representada entonces por el emperador Honorio (395 – 423). La lucha entre el usurpador y Honorio
(tropas leales a él, capitaneadas por el patricio Constancio) en el 409 se desarrollaría las Galias y esta lucha
facilitará la invasión hispana del 409, pues los invasores pudieron penetrar casi como aliados de la rebelión
contra Constantino III surgida en el seno de su propio ejército destacado en la Península, recibiendo en pago de
sus servicios el derecho a exigir subsidios a los provinciales. Eran vándalos hasdingos, suevos en la Galecia,
silingos en la Bética y alanos en la Lusitania y la Cartaginense.

La recuperación de las fuerzas legitimistas en la Galia, con la derrota final de los usurpadores (Constantino III y
sus hijos en el 411 y Jovino en el 416), bajo el mando del poderosos maestre de la milicia Constancio, acabaría
posibilitando la solución del problema visigodo con la firma del foedus del 416. Como consecuencia del mismo, el
gobierno imperial se propuso seguidamente restablecer la situación en las provincias hispánicas, utilizando para
ello la fuerza militar aliada de los visigodos de Valia. A lo largo del 416-417, Valia conseguiría destruir las
monarquías militares de los alanos y vándalos silingos, cuyos restos populares acudirían a engrosar las filas de
los vándalos hasdingos. Si éstos y la débil monarquía sueva no fueron destruidos se debería más a que Constancio
optó por hacer regresar a Valia a las Galias, donde se fundaría en el 418 el Reino de Tolosa, posiblemente
interesado en culminar la limpieza de las provincias hispánicas con tropas mayoritariamente romanas.

 El Primer Interregno (423 – 425). Reinado de Valentiniano III y el poder del patricio Aecio (425 –
455)

Hacia el 420 el gobierno imperial parecía hacer restablecido la situación en Occidente. Los destinos de los
invasores de finales del IV y principios del V estaban aniquilados, en vías de serlo o se esperaba su final
integración como soldados aliados del Imperio. Además, los destinos de la monarquía teodosiana parecían
asegurados, a pesar de la falta de descendencia de Honorio, con el matrimonio del poderoso general Constancio
con la princesa Gala Placida y su asociación al trono. Pero la muerte prematura de Constancio (421) y la de
Honorio (423) desbaratarían la situación. La elección como emperador del infante Valentiniano III, hijo de
Constancio y Gala Placida, sirvió para conseguir convertir al gobierno de Occidente en presa de ambiciones e
intrigas, donde jugó un papel importante Gala Placida.

En esta situación, y aprovechándose de tales disputas, los visigodos de Tolosa bajo la inteligente dirección del rey
Teodorico I (418 – 451) tratarían de extender su dominio hacia la estratégica Provenza, mientras en Hispania los
suevos consolidaban su poder en el noroeste y los vándalos saqueaban a su placer las provincias meridionales y
levantinas. Finalmente, el rey vándalo Genserico (428 – 577), optó en el 429 por evacuar la Península y pasar

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con su pueblo, unas 80.000 personas, al norte de África, amenazando así una región vital para el
aprovisionamiento de grano para Roma e Italia.

La recuperación imperial sólo se produciría a partir del 432, cuando el general Aecio (425 – 455) (un semibárbaro
que se apoyaba en un séquito personal de los hunos) lograba hacerse con el control total del gobierno y ejército
romanos. Aecio se esforzó en restablecer el dominio romano en la rica y estratégica Galia, amenaza en tierras
renanas y septentrionales por nuevas penetraciones germánicas (francos y burgundios), en Normandia y costas
atlánticas por otras se sajones y bretones, y en el sur por las ambiciones de los visigodos de Tolosa. Además de
usar soldados romanos, Aecio se apoyaría cada vez más en la labor de los bárbaros federados; a los que concedió
un alto grado de autonomía con el asentamiento de burgundios en Sapaudia (Saboya), constituyéndose así el
segundo reino germánico en Galia. La concentración del esfuerzo imperial en las Galias hizo abandonar un tanto
la situación en otras regiones. En Hispania, el dominio imperial se concentró especialmente en las regiones
mediterráneas, confiando en la lealtad de tropas federadas visigodas. Esto permitió una clara consolidación
sueva en sus bases galaicas y el comienzo de una serie de acciones de pillaje en la Bética y Lusitania.

“Bagauda” significa tropa en galo. Designa a los integrantes de numerosas bandas que participan en las
rebeliones (las revueltas bagaudas), sobre todo en la Galia e Hispania. Eran brotes violentos de descontento
campesino y se llevaban a cabo saqueos en ciudades y villas en zonas celtas. Los integrantes eran principalmente
campesinos o colonos evadidos de sus obligaciones fiscales, esclavos huidos o indigentes. El momento de auge
de las bagaudas coincide con de el mayor incidencia de las invasiones germánicas del siglo V, en el marco de la
crisis socioeconómica del Bajo Imperio. Los campesinos formaron tropas que se enfrentaron con éxito a los
ejércitos romanos. Algunos autores consideran al fenómeno como mero bandidaje, pero otros reconocen su
carácter de revolución social.

El mayor fracaso de la política de Aecio está en África. Dejada a su defensa, con una población provincial dividida
por querellas religiosas entre donatistas y católicos y amplias regiones dominadas por jefes beréberes, el
corazón del África romana (Numidia, Proconsular y Bizacena), sucumbiría a la invasión vándala de Genserico, que
culminó con la conquista de Cartago en el 439. Con la constitución del Reino Vándalo en Cartago se creaba el
primer Estado germánico que no reconocía ninguna superioridad al Imperio ni mantenía con él ninguna alianza.
Dueño de una poderosa flota romana y de bases en las Baleares, y pronto en Sicilia, Genserico iniciaría una
política de presión sobre el gobierno de Ravena con acciones piráticas sobre las costas italianas y haciendo pagar
cara la continuidad de los envíos de grano africano. En estas condiciones se comprende que Genserico fuera
capaz de conseguir la mano de Eudoxia, hija de Valentiniano III, para su hijo y sucesor Hunerico. Pretextando
vengarse del asesinato de Valentiniano III, Genserico saquería Roma en un raid marítimo en junio del 455.

La viabilidad de la reconstrucción imperial realizada por Aecio recibió su prueba de fuego con el comienzo de las
invasiones de los hunos y Atila sobre Occidente a partir del 450. En los años anteriores, Atila había logrado unir
bajo su cetro los diversos clanes y grupos de hunos, de los que dependían, además, otros agrupamientos
nobiliarios y populares germanos, como los ostrogodos. Con ellos, Atila había logrado
reconstruir un vasto imperio por toda Europa central y oriental, basado en la potencia y
rapidez de los desplazamientos de su caballería y en los subsidios exigidos a
Constantinopla con su presión sobre las provincias balcánicas.

Las causas por las que Atila optó por dirigir sus saqueos sobre Occidente no son claras. Tal
vez porque estaba encontrando mayores dificultades en Oriente y porque el ejemplo
vándalo le hizo pensar en fundar un reino que incluyera territorios imperiales muy
extensos, haciendo entrar bajo su cetro a los visigodos de Tolosa. Sin embargo, el ataque
frontal sobre la Galia lanzado por el enorme ejército de Atila encontró cruel respuesta en la
batalla de los Campos Cataláunicos (20 de junio del 451). La rota de Atila también se

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conoce como “Batalla de las naciones”, pues el ejército romano combatió basaba en buena parte su poder de
tropas federadas de los visigodos de Tolosa, comandadas por su rey Teodorico I, que murió en combate.

Sin embargo, el fin del peligro de los hunos no desaparecía sino con la muerte de Atila en el 453, que un año
antes había intentado una peligrosa invasión en Italia. La victoria sobre Atila había puesto al descubierto las
bases del poder imperial en Occidente, basado esencialmente en las alianzas personales y dinásticas que los
emperadores y generales romanos fueran capaces de mantener con los reyes bárbaros asentados en Galia y
con la poderosa nobleza hispano-gala. En esos momentos ambas cosas habían descansado en Aecio y en el
legitimismo teodosiano de Valentiniano III. Intrigas cortesanas acabaron con Aecio en el 454 y con Valentiniano
III en 455. A partir de entonces se produce la consolidación definitiva de los reinos romano-germanos y la
desaparición del poder central del Imperio.

 Interregnos, Emperadores, Usurpadores y el año 476

El segundo de los tres saqueos de Roma llevados a cabo por los


pueblos bárbaros fue el Saco de Roma del 455, llevado a cabo por
los vándalos de Genserico. Éstos estaban en guerra con Petronio
Máximo, emperador romano durante poco tiempo durante el año
455. Ese año, Genserico zarpó con su poderosa flota desde su
capital en Cartago, subiendo el Tíber para saquear Roma. El
asesinato de Valentiniano II y la ocupación del trono por Petronio
había sido la excusa para que el rey vándalo considerado que
había quedado invalidado el tratado de paz firmado con
Valentiniano III en el 442.
Tras la llegada de los vándalos, cuenta Próspero, que el Papa León I el Magno imploró a Genserico para que no
destruyese la ciudad o matase a sus habitantes. Genserico accedió y las puertas de Roma se abrieron para él y
sus hombres. Petronio huyó para no enfrentarse a Genserico, pero murió a mano de una muchedumbre de
ciudadanos romanos a las afueras de la ciudad.
Genserico saqueó grandes cantidades de tesoros de Roma. Incluso pudo tomar como rehenes a Licinia Eudoxia,
viuda de Valentiniano III, y sus hijas (una de ellas, Eudoxia, que será la que se case con Hunerico). Pero, por otra
parte, existe un debate acerca de la severidad del saqueo vándalo. Es visto por algunos historiadores como más
duro que el Saco de Roma llevado a cabo por los visigodos en el 410, debido a que los vándalos estuvieron 15
días mientras que los visigodos sólo pasaron 3 días en la ciudad. El saqueo fue relativamente limpio y se
produjeron pocas muertes, con poca violencia. Víctor de Vita hace un recuento de los cargamentos de cautivos
que llegaron a África desde Roma para ser vendidos como esclavos.
En Hispana y Galia, la consolidación de reinos romano-germanos y desaparición de poder central imperial se
reforzaría tras el fracaso de Avito (455 – 456), que sustituye a Petronio Máximo, como emperador . Era senador
galo perteneciente al mismo grupo nobiliario, que contó con el apoyo de los federados visigodos de Tolosa (cuyo
rey era Teodorico II) y recibió la aprobación del emperador de Oriente Marciano, pero que fracasó ante la
oposición de buena parte de la nobleza senatorial romana y del ejército de Italia, el cual comenzaba a estar
dominado por un suboficial de Aecio, el suevo-visigodo Ricimero. Cuando Avito fue derrotado y capturado, se le
perdonó la vida, obligándolo a tomar los hábitos (se convirtió en obispo en el 456).
Le sustituyó Mayoriano (457 – 461). Fue proclamado emperador por el regente Ricimero, pero el emperador
romano de Oriente León I no lo reconoció y lo declaró usurpador. Ricimero, celoso de su fama e influencia,
levantó las tropas extranjeras contra él. Un motín, instigado probablemente por Ricimero, estalló en Lombardía
en el 461, forzando a Mayoriano a abdicar. Mayoriano fue militar romano elevado a emperador que por última
vez habría intentado una restauración del poder imperial fuera de Italia. Pero, tras restablecer el dominio en la

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Galia mediterránea y en las zonas mediterráneas hispánicas, fracasó en su intento de atacar el Reino Vándalo
con una expedición marítima desde Cartagena (460). El final de Mayoriano supuso prácticamente el de toda
esperanza de restauración del poder imperial en las Galias e Hispania, pues habría sido el último emperador en
contar con el apoyo de la nobleza senatorial de ambas vinculada anteriormente con la casa de Teodosio. A
partir de entonces, los miembros de ésta o intentarán una aventura de práctica independencia del Imperio, como
fue el caso de Egidio (461 – 465) y de su hijo Siagrio (465 – 487) en la Galia septentrional, o comenzaron a
reconocer el dominio de los visigodos de Tolosa como la mejor forma de defender sus intereses. Así, los visigodos
Teodorico II (453 – 466) y su hermano y sucesor Eurico (466 – 484) lograrían extender su efectiva área de
dominio a la Provenza y hasta el Loria en las Galias, mientras que en Hispania lograrían constituir a partir del 456
un eje estratégico de poder entre Barcelona-Toledo-Mérida-Sevilla y en la submeseta norte, obligando a la
monarquía sueva a reconocer su superioridad.
Mientras tanto, lo que quedaba de gobierno imperial central fue quedando cada vez más reducido a la
Península itálica, y a merced de generales del ejército de maniobras en ella estacionados, cada vez más
compuestos por soldados de origen bárbaro unidos a aquéllos por lazos de fidelidad de tipo germánico (séquitos
militares). Entre ellos, ejerció un indiscutido predominio Ricimero, hasta su muerte en el 472. Mayoriano fue
sustituido por Libio Severo (461 – 465), que fue nombrado por Ricimero tras la destitución de Mayoriano, pero no
fue reconocido por Constantinopla. A su muerte se abrió un largo interregno de 16 meses que terminó en el 467
con la coronación de Antemio (467 – 472). Las debilidades militares de Ricimero y la necesidad de reconquistar
África motivaron su acercamiento a Constantinopla. El fracaso de la gran expedición constantinopolitana contra
los vándalos (468) y la firma de una paz perpetua entre éstos y el emperador oriental Zenón implicaron la
deposición y muerte de Antemio.
El fallecimiento, de Ricimero supuso el que otros intentaran heredar su posición hegemónica en el ejército
imperial y en Italia. Destaca el general romano Flavio Orestes, que en el 475 colocó en el trono imperial a su hijo,
todavía niño, Rómulo Augustulo. Había un ejército debilitado, dividido e indisciplinado, ante las dificultades del
gobierno para satisfacer sus demandas salariales. Por eso, unas facciones del ejército buscarían el apoyo del
gobierno de Constantinopla, aceptando emperadores nombrados por aquél, como Julio Nepote (474 – 475),
mientras otras buscarían el del rey burgundio Gundovado, eligiendo a emperadores fantasmales como Olibrio
(472) y Glicerio (473 – 474), ambos usurpadores no reconocidos por Oriente. Rómulo Augusto fue el último
emperador romano de Occidente (475-576); curiosamente llevaba el nombre del fundador y primer rey de
Roma, Rómulo, y del primer emperador, Augusto.
En el 476 el general de origen esciro Odoacro mató a Orestes, depuso a su hijo Rómulo y envió las insignias
imperiales al emperador de Constantinopla, Zenón. Ahora el ejército itálico en que se apoyó Odoacro estaba
compuesto casi totalmente de tropas de origen bárbaro y éstas le habían elegido como rey, con el fin de que,
constituyéndose una nueva Monarquía Militar germana, solucionara también de igual modo su problema
económico y social. Querían que se asignaran a sus jefes y oficiales unas tierras sobre las que recaudar sus
impuestos fiscales y sus rentas dominicales, exactamente como con anterioridad se había procedido al
constituirse los reinos federados de visigodos y burgundios.
Por lo demás, en Occidente nadie se preocupó mucho por esta desaparición de facto del gobierno imperial en
Italia y del acto de fuerza de Odoacro. Sólo tal vez el rey visigodo Eurico, que trató en vano de apoyar
militarmente el gobierno de Julio Nepote. A cambio, éste debió reconocerle poco antes su completo dominio
sobre el sur y centro de las Galias y sobre Hispania oriental. Con ello se completaba el fin del Imperio en Europa
occidental. Los que para entonces no obedecían a algún rey germano eran núcleos aislados y periféricos
gobernados por aristocracias locales, generalmente urbanas, aunque la mayoría de éstas habían optado ya por
reconocer a los nuevos reinos romano-germánicos.

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5. El Imperio Romano de Oriente en el siglo V

 Dinastía Teodosiana

 Reinado de Arcadio (395 – 408)

Arcadio ya era augusto y asumirá el gobierno a la muerte de Teodosio, con la ayuda del consejero Rufino. Tal
como había previsto Teodosio, tenía que ayudarle a gobernaran, con Estilicón, que era el consejero del
emperador de Occidente. Pero no será así: Las relaciones entre los consejeros de Honorio y Arcadio son tensas, ya
que son rivales. Eutropio sucede a Rufino y se mantienen las malas relaciones con Estilicón.

La rivalidad se debe a que ambos tratan de controlar la región del Ilírico oriental, ya que es una zona peligrosa de
entrada de bárbaros. La situación en la que se encontraba Oriente era similar a la de Occidente, para ambas
partes del Imperio la principal amenaza era la cuestión germana. Respecto a la pars orientalis la amenaza
consiste que los visigodos dirigidos por Alarico asolaban las regiones de los Balcanes. Se les dio permiso para
que se asentaran en el Epiro, pero así hicieron que la amenaza visigoda se desviara a Occidente.

Constantinopla no sólo se enfrenta a los visigodos en el exterior, sino que éstos también están presentes en el
interior del Imperio y ocupan altos cargos en el ejército y en la administración. De hecho, en Constantinopla
había un influyente partido germano al frente del cual se encuentra Gainas, valeroso general de los ejércitos
imperiales. El problema es de índole religiosa, ya que son arrianos. En contra de Gainas y sus seguidores hay otras
fuerzas muy numerosas: el clero católico, funcionarios, senadores, etc.

Pero Gainas tiene ambición de controlar el poder imperial y esto se manifiesta en un conflicto en Frigia. Aquí
había un destacamento de godos que se van a revelar. Contra esta rebelión, Constantinopla envía a Gainas, pero
éste se alía con los rebeldes y plantea una serie de exigencias al emperador. Una de ellas no se puede satisfacer:
la entrega de un templo en Constantinopla para realizar su culto arriano. La oposición fue absoluta y destaca el
papel jugado por el obispo de Constantinopla, una de las figuras más importantes y destacadas del cristianismo:
San Juan Crisóstomo o Juan de Antioquía.

Como Gainas se encuentra fuera de la ciudad, San Juan instó una revuelta contra los godos que quedaban en la
ciudad, siendo masacrados (se habla de más de 7.000 godos muertos). Esto indica que había una población goda
muy numerosa en Constantinopla y que la masacre alcanzó niveles espectaculares. Gainas pudo huir a Tracia,
pero fue hecho prisionero por los hunos, que le cortarán la cabeza y la enviarán a Constantinopla. En el siglo V, la
amenaza goda en Constantinopla quedó resuelta a favor de la autoridad imperial.

 Reinado de Teodosio II (408 – 450)

Teodosio II es hijo de Arcadio y le sucede a su muerte. Sube al trono siendo niño y sobre él ejerció una gran
influencia su hermana Pulqueria. Teodosio II no tenía aspiración política, le gustaba la caligrafía. Las tareas del
gobierno práctico no le interesaban. Su esposa Eudocia va a influir mucho, era intelectual e hija de filósofo. Las
augustas van a chocar, por intereses religiosos. Pulqueria era radical y Eudocia tenía otras tendencias.

La pars orientalis comienza a diferenciarse de Occidente en la amenaza exterior. No hay ataques masivos de
bárbaros en Oriente, aunque sí hay escaramuzas de los hunos, que incluso llegarán a las murallas de
Constantinopla. Esta amenaza se resuelve de manera diferente en Oriente que en Occidente, ya que Teodosio II
paga tributos/indemnizaciones a los bárbaros, que así se retiraban. Se habla de relaciones relativamente
pacíficas. Se conoce una embajada que Constantinopla envía al campamento de los hunos, donde se encontraba

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Prisco, que ha dejado un relato de la embajada y describe la vida de los hunos. Una de las cosas que cuenta es
que se encuentran con que hay romanos que están viviendo con los hunos, y dicen que ellos no les aplastan en
impuestos.

Otra cuestión que se plantea es que muere el emperador de Occidente en el año 423, su tío Honorio, sin
heredero directo. Tanto Teodosio II como Pulqueria tenían la intención se reunificar el Imperio, con sede en
Constantinopla. Se apoyará la candidatura de un primo de Teodosio II, Valentiniano III, hijo de Gala Placida. Se
casa a Valentiniano III con una hija de Teodosio II, Eudoxia, de tal manera que Occidente se encuentra en una
dependencia respecto a Oriente. Teodosio II era el augusto senior y, además, su suegro. Teodosio II pretendía
que la parte occidental quedara bajo la supremacía de Constantinopla.

El reinado de Teodosio II se verá convulsionado por los asuntos religiosos, que tienen repercusión política. Los
problemas religiosos surgido en el siglo V son problemas nacidos de la misma indefinición y dificultades de la
doctrina cristiana de aunar su fundamental monoteísmo de tradición judía (Dios Padre), con las otras dos
Personas Divinas de la Santísima Trinidad (Hijo y Espíritu Santo). Teodosio II se enfrenta, por tanto, a una
discusión del dogma acerca de la naturaleza de Cristo. Se discutía cómo había que entender la unión de la
persona humana y la sustancia divina, y cuáles eran sus relaciones. Es el llamado problema de la doctrina
cristológica. Ya en el Concilio de Nicea (325) se había condenado el arrianismo, porque había defendido que
Cristo era un ser humano inferior a la divinidad.

A finales del siglo IV, en Antioquía, Nestorio de nuevo defiende la doctrina por la cual no hay una unión
completa de las dos naturalezas Cristo, y que, además, la naturaleza humana era independiente y superior a la
divina. Afirma que la Virgen María no es theotokos (madre de Dios) sino christotokos (madre de Cristo). En
contra de Nestorio se van a plantear las fuerzas poderosas de Cirilio de Alejandría y Celestino, Papa de Roma.

Nestorio ha sido nombrado obispo de Constantinopla, por lo que su doctrina se extenderá mucho. El emperador y
su hermana Pulqueria entienden que tienen que velar por la doctrina cristiana, para lo que se convoca el Concilio
de Éfeso (431), donde el nestorianismo es condenado como herejía y se expulsa a Nestorio de su sede. La
doctrina nestorianista va a ser perseguida, ya que se había hecho especialmente fuerte en Siria y Mesopotamia.
Muchos huirán a Persia, propagándose el nestorianismo por Asia Central y llegando a la India. El Concilio va a
tener otra consecuencia, y es que los alejandrinos van a hondar más en la naturaleza de Cristo, llegando a la
conclusión de que al unirse las dos naturalezas, acababa desapareciendo la naturaleza humana; surge el
monofisismo (con la naturaleza divina).

El Papa de Roma se opone, al igual que el nuevo patriarca de Constantinopla. Se convoca otro concilio en Éfeso
(449), conocido como latrocinio de Éfeso. Los monjes de los desiertos eran belicosos y hacen aceptar a palos la
doctrina monofisita. Estalló una gravísima crisis religiosa que tiene alcances políticos, ya que la población que
sigue una u otra doctrina está dispuesta a la rebelión para defender su doctrina, ya que para ellos era “la
verdadera” y, por tanto, la de los demás era falsa y tenían que aceptar la suya para no ser infieles. El problema
queda pendiente para el siguiente emperador, ya que Teodosio II muere en el 450.

Otro aspecto importante es la creación de la Universidad de Constantinopla. Hasta el siglo V, Atenas había sido el
principal lugar de la enseñanza en el ámbito pagano. Sólo en la parte oriental se lo disputaba Alejandría. Pero en
el siglo V, Atenas está en un lugar muy castigado por las invasiones. Además, el triunfo del cristianismo
competía con la escuela pagana de Atenas. El golpe definitivo lo dará Teodosio II al publicar un edicto en el que
se crea la Escuela Superior Cristiana de Constantinopla. Teodosio II le proporciona los mejores medios, hace que
le construyan un edificio especial con amplias salas, y se le dota de una base humana. Se fija el número de
profesores en 31, que deben enseñar los conocimientos fundamentales: Gramática, Retórica, Derecho y
Filosofía. De las 31 cátedras 16 eran griegas y 15 latinas.

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Lo que pretende Teodosio II es que se forme a la élite política y administrativa dirigente del Imperio. La
enseñanza se va a impartir en latín y parte en griego. Este cuerpo de profesores tiene que dedicar todo su
tiempo a la Universidad. Reciben un sueldo del Estado y no pueden dar lecciones particulares. Los profesores
podían ascender socialmente.

Respecto al Código de Teodosio, primeramente Teodosio II ve que hay multitud de jurisdicción y es difícil de
consultar, por lo que resulta difícil impartir justicia en asuntos públicos. Anteriormente se había intentado
realizar compilaciones jurídicas, posiblemente con Diocleciano y en algún momento del siglo IV, pero de éstas
compilaciones sólo tenemos unos fragmentos insignificantes. Era necesario recoger todas las Constituciones
imperiales.

Teodosio II ordena que se recojan todas las promulgaciones de emperadores cristianos desde Constantino
hasta él mismo. Lo encargó a unos juristas y, tras 8 años de trabajo, se publicó el Codex Theodosianus (438),
primero en latín. Tenía valor para ambas partes del Imperio. La labor de la comisión encargada de redactar el
código consistió en la recopilación, ordenación temática en libros y capítulos y en la eliminación de
incoherencias y contradicciones. A partir de esta compilación, las nuevas leyes se conocerán como novelas. Este
código es la base para la legislación de Justiniano. El código de Teodosio se lleva a Occidente e influye en las
legislaciones bárbaras. De hecho, la lex romana visigothorum (Breviario de Alarico, 506) es una abreviación del
Código de Teodosio. Las legislaciones romano-germánicas se inspiran en el Breviiario de Alarico.

Teodosio II tuvo preocupación por la defensa de Constantinopla y, por tanto, va a propiciar la construcción de
murallas y dotar de mejores fortificaciones a la ciudad, desde el Mar de Mármara hasta el Cuerno del Oro. La
muerte de Teodosio II (450) es un problema al morir sin hijos varones.

 Reinado de Marciano (450 – 457)

La hermana de Teodosio II, Pulqueria, decide contraer matrimonio con un soldado, Marciano, ya que era
protegido por un importante jefe militar bárbaro, Aspar. Aspar pretendía garantizarse su influencia. Marciano
llevará una política independiente, lo que es una prueba del distanciamiento de Oriente y Occidente, ya que
Constantinopla no se implica en las graves dificultades de Occidente.

La amenaza de los bárbaros en Oriente eran los hunos, que se resolverá porque los van a desviar hacia
Occidente, permitiéndoles asentarse en Tracia, Panonia e Iliria. Les permite asentarse, pero tanto Marciano
como Pulqueria se negarán a seguir pagando tributos a los hunos. Atila tiene la reacción de dirigirse a Occidente,
desapareciendo el problema huno en Oriente.

El principal problema que hereda Marciano es el problema religioso. Marciano convocó un nuevo concilio en el
451, en Calcedonia. Aquí es donde se llamará latrocinio al concilio anterior. Se elaborará una nueva fórmula
religiosa que rechaza la doctrina monofisita. Se reconoce un Cristo único con dos naturalezas, sin confusión ni
alteración ni división ni separación. Esta es la doctrina de la Iglesia católica.

Esto se recibe con grandes disturbios en las regiones donde el monofisismo era predominante: Siria y Egipto. Es
más, a raíz del concilio, la Iglesia egipcia va a abolir el griego como lengua litúrgica y a partir de ese momento se
celebra la liturgia y doctrina en lengua copta. Este conflicto religioso va a ser instrumentalizado con sentimientos
nacionalistas, de manera que las poblaciones indígenas de Siria y Egipto quieren separarse de Constantinopla. A
mediados del siglo V se están creando en estas regiones unas condiciones para que acogiesen, sin excesivo
reparo, las invasiones persa y, luego, árabe.

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Otra cuestión que plantea el Concilio de Calcedonia es la organización eclesiástica. En concreto la cuestión
jerárquica entre el Papa de Roma y el patriarca de Constantinopla. Roma no acepta que estén en el mismo nivel
y reclama su supremacía. Otras sedes apostólicas eran Alejandría, Antioquía y Jerusalén (ésta consigue el rango
de patriciado), que querían tener prestigio. Marciano muere en el 475, sin hijos, por lo que la dinastía
teodosiana concluye en la parte oriental. Se propicia un cambio dinástico.

 Dinastía Leónida

 Reinado de León I (457 – 474)

León I, proveniente de Tracia, llega al trono por promoción de Aspar. Estallan pronto desavenencias entre
ambos, principalmente porque fracasa una expedición marítima apoyada por el emperador contra los vándalos
del norte de África. Constantinopla piensa en el conjunto del Imperio. Aspar se opone, entendía que la
expedición no era conveniente.

Este conflicto se va a acrecentar porque Aspar obligó al emperador a otorgarle el rango de césar a su hijo
Patricio, que además se casaría con una hija del emperador. Aspar se orienta a una sucesión en uno de sus hijos.
León I tiene que aceptar.

Por otra parte, Aspar recibe la hostilidad de la población de Constantinopla, ya que ésta sigue siendo hostil a
cualquier influencia germana. La población interpretaba que la oposición de Aspar a la empresa vándala era una
traición al Imperio, ya que dicen que, supuestamente, Aspar no quería atacar a los germanos. León I decide
resolver la influencia germánica y para ello se va a apoyar en otro elemento del ejército: los isaurios; muy
belicosos y especializados tanto en el bandidaje como en contratarse como soldados privados al servicio de los
poderosos. Es más, va a permitir que uno de sus dirigentes, Tarasicodisa, contraiga matrimonio con Ariadna, hija
de León I. A Tarasicodisa se le tenía que dar un nombre griego: Zenón. Una vez garantizada esta sucesión, León I
da el golpe definitivo a Aspar, mandándolo asesinar durante la celebración de un banquete. Resuelve el
problema germano.

Respecto al conjunto del Imperio, León I asiste a los últimos años de vida política de Occidente. Trató de
entenderse con Ricimero y designó emperadores (Mayoriano y Antemio) cuando había pretendientes
considerados capacitados. León I muere en el 474, y tiene un nieto, León II, de 6-7 años, por lo que se produce la
asociación al trono de su padre Zenón. El reinado de León II dura desde enero a noviembre del 474, por lo que
tiene lugar el paso al reinado de Zenón, que gobernará Oriente hasta el 491 (con el intermedio del rebelde
Basilisco entre el 475-476), sucediéndole Anastasio, cuyo reinado termina en el 518.

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