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El trastorno del espectro del autismo (TEA) es un trastorno del neurodesarrollo que
motores como son levantar la cabeza, rodar, sentarse, gatear o andar (Kostrubiec et al.,
2018). Los déficits psicomotores no se consideran para el diagnóstico del TEA pero son de
vital importancia por dos razones: (1) aparecen muy pronto por lo que puede facilitar un
y la comunicación social (Kaur et al., 2018). El objetivo del trabajo es ver cómo influyen los
programas psicomotores en el desarrollo de las habilidades sociales en los niños con TEA.
Hasta ahora ha habido tres grandes teorías que intentan explicar este problema: (1) la
Teoría de la Mente, (2) problemas ejecutivos y (3) débil coherencia central, todas centradas
aspectos que las teorías clásicas cognitivas no habían hecho, como son las habilidades
enfoque en el que se considera que los procesos cognitivos se forman como resultado de las
experiencias e interacciones que se mantienen con el ambiente y que son autodirigidas. Los
procesos cognitivos están corporizados, esto quiere decir que las funciones cognitivas están
altamente relacionadas e influidas por la coordinación y los procesos motores. Desde este
Al igual que ha pasado con los procesos perceptivos, los movimientos repetitivos
comunicativas al igual que la cognición están medidas por el desarrollo motor, la adquisición
del lenguaje se produce en conjunción con las habilidades motoras. Los niños con TEA
imitan menos a los demás que los niños con desarrollo neurotípico, esto hace más difícil a los
padres enseñarles el uso correcto de utensilios de la vida diaria. También tienen menos
creatividad y espontaneidad a la hora de utilizar los objetos para jugar. Todo esto hace que
pierdan muchas oportunidades de aprendizaje en espacios que promueven las normas sociales
Otro de los aspectos más característicos del TEA son las interacciones sociales. En
situaciones sociales naturales, la información social es muy variada, dependiente del contexto
y variada. En el caso de los niños sin TEA esta complejidad no es un problema ya que se
fijan en aquella información que es más relevante y tiene más sentido. Sin embargo, en los
niños con TEA esta búsqueda del sentido está obstaculizada. En el desarrollo de la
postura, la prosodia vocal, los gestos y las expresiones faciales y los niños con TEA tienen
precisamente problemas en estos aspectos lo que les dificulta la sincronización con otras
personas en situaciones sociales. La capacidad de coordinarse con otra persona hace que los
seres humanos podamos establecer vínculos con los otros. En los grupos, las personas se
sincronizan entre sí, dan palmas juntos o cantan a la vez, lo que les lleva a aumentar el
sentimiento de cohesión social. Cuando dos personas realizan el mismo movimiento a la vez
cooperatividad. Parece que gracias a las neuronas espejo los actos de los demás se reflejan en
interpersonal que conlleva consecuencias prosociales ya están presentes incluso en niños con
las habilidades motoras. Uno de los estudios encontrados aplicaba una intervención
conciencia corporal hace referencia a la capacidad del niño para discriminar con precisión las
partes de su cuerpo. Para ello, deben tener una conciencia espacial, temporal y direccional.
Finalmente se busca una buena coordinación ojo-mano y ojo-pie ya que son los conceptos
mejoraron todos los conceptos sobre psicomotricidad lo que les ayuda a estar mejor
preparados para asistir a la escuela (ElGarhy & Liu, 2016). En otro estudio utilizaron un
gruesa y las habilidades sociales. Los resultados del estudio muestran una mejoría en el
control de objetos y en las habilidades locomotrices, la capacidad aerobica, la forma física y
pública para facilitar que se relacionasen con otras personas de su edad. En los resultados
post-entrenamiento se ve una mejoría con respecto a las medidas tomadas antes tanto en la
nivel de interacción buscando a otros para jugar, compartiendo tiempo de juego y prestando
Desde el punto de vista neurocientífico, los estudios muestran que los problemas de
comunicación social y emocionales relacionados con los problemas motores en el TEA son
debidos a un deterioro en el sistema de las neuronas espejo (Szokolszky & Kékes Szabó,
2019). La red principal de las neuronas espejo se encuentra en el giro frontal inferior y en el
lóbulo parietal inferior. Estas neuronas se activan cuando vemos a alguien ejecutar una
acción y cuando nosotros realizamos la misma acción que otra persona. La codificación
común que se encuentra entre la percepción y la acción nos permite decodificar el objetivo de
la acción que se está llevando a cabo y sus características motoras básicas lo que contribuye a
la capacidad de imitar los actos motores de la otra persona. Las neuronas espejo no solamente
funcionan de manera automática como un mecanismos neural que crea relaciones directa
entre dos agentes basándose en una estimulación interna, esto genera, presumiblemente, la
base del entendimiento social, la ventaja es que el sistema de neuronas espejo puede mejorar
como al desarrollo de las habilidades sociales, un déficit de vital importancia en los niños con
TEA. Parece que la conexión entre estos dos conceptos se debe a las neuronas espejo, aunque
más investigación es requerida. Por otro lado, aunque se pueden sacar pocas conclusiones
estudios que muestran que las capacidades psicomotoras se pueden mejorar en los niños con
TEA y que podrían mejorar las relaciones sociales como postula la teoría, aunque serían
Referencias
Battaglia, G., Agrò, G., Cataldo, P., Palma, A., & Alesi, M. (2019). Influence of a Specific
Aquatic Program on Social and Gross Motor Skills in Adolescents with Autism
ElGarhy, S., & Liu, T. (2016). Effects of psychomotor intervention program on students with
https://doi.org/10.1037/spq0000164
Kaur, M., M Srinivasan, S., & N Bhat, A. (2018). Comparing motor performance, praxis,
coordination, and interpersonal synchrony between children with and without Autism
https://doi.org/10.1016/j.ridd.2017.10.025
Kostrubiec, V., Huys, R., Jas, B., & Kruck, J. (2018). Age-dependent Relationship Between
209-224. https://doi.org/10.1007/s10803-017-3326-7
Szokolszky, Á., & Kékes Szabó, M. (2019). The embodied view of autism. Erdélyi