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EL PEDAGOGO JESÚS

1. Pedagogía del testimonio: Jesús era un maestro que hablaba con


autoridad.
 “Jesús enseñaba vida y con su vida, por eso hablaba con autoridad. No
era un funcionario que receta lecciones. Él transmitía vida y hablaba
desde los profundo de sus vivencias y experiencias. Todos enseñamos lo
que somos; todos educamos o deseducamos con nuestra conducta o
nuestra vida, mucho más que con nuestras palabras”

2. Pedagogía liberadora y creativa: Enseñó con total libertad y creatividad,


superando la doctrina, tradiciones e instituciones injustas de su época.
 “Jesús asumió y ejerció su libertad creativa para liberar de todo tipo de
ataduras que impiden a las personas alcanzar su plenitud. Su enseñanza
y su pedagogía son caminos de liberación. Siempre reafirmó con sus
enseñanzas y comportamiento la centralidad de la persona humana.”

3. Pedagogía del amor y la inclusión: Aceptó con cariño a todos los que
aceptó con sus experiencias, saberes y preocupaciones.
 “el amor incondicional de Jesús lo llevó a ser un excelente pedagogo,
pues siempre, incluso en los momentos más difíciles, se esforzó por
comprender la situación de los demás, los aceptó como eran... por ello
aceptó y valoró a cada persona con sus historias y circunstancias
particulares.”

4. Pedagogía crítica: Utilizó la pregunta y la parábola para provocar la


reflexión y el discernimiento.
 “Jesús impactó no sólo por el contenido de sus enseñanzas, sino por la
viveza pedagógica del modo de enseñarlas... fue un gran hacedor de
preguntas para provocar la reflexión, la conversión, la transformación
profunda del corazón. Utilizó con gran destreza pedagógica las
parábolas, era capaz de comunicar las enseñanzas más profundas y
complejas con historias aparentemente simples y cotidianas pero que
exigían reflexiones profundas y compromisos concretos.”

5. Pedagogía del respeto y de la libertad: Invitó al seguimiento pero siempre


respetó las decisiones personales de cada uno.
 “Jesús fue un pedagogo que nunca forzó los procesos de sus alumnos.
No se aprovechó ni de su liderazgo ni de su poder para forzar el normal
desarrollo de las libertades. Nunca juzgó, nunca se impuso, siempre
invitó. Jesús no fue un ‘llanero solitario’ formó comunidad, trabajaba
cooperativa y constantemente invitó a asumir responsabilidades en la
comunidad.”

“La educación cristiana no debe ser meramente ‘educar para’, sino ‘educar en
y para’: educar en y para la creatividad, educar en y para el respeto y la
convivencia, educar en y para el servicio y la solidaridad”

Pérez Esclarín, Antonio. Jesús Maestro y Pedagogo. Aportes para una cultura
escolar desde los valores del Evangelio. Caracas: San Pablo, 2008. pp. 97-126.

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