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Por: Carmen Julia Pagán
El tema de la pedagogía de Jesús es uno de los más fascinantes en el campo de
la educación religiosa cristiana. Todo lo que hizo Jesús nos apasiona y nos motiva
a realizarlo. Pero así como de fascinante es el tema, así lo son las expectativas
que se tienen con relación al mismo. Todos queremos imitar al Maestro en su
metodología, contenido y autoridad pedagógica.
Son muchos los que creen que si Jesús lo hizo de tal o cual manera también
nosotros debemos hacerlo igual.
Ante esto nos preguntamos ¿será adecuado pensar de esta forma? ¿Qué
debemos hacer para emplear efectivamente la pedagogía de Jesús en la iglesia
cristiana? ¿Utilizaría Jesús las mismas técnicas para impartir su enseñanza hoy?
Pedagogía y teología
Pedagogía y comunicación
Bibliografía
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http://www.angelfire.com/pe/jorgebravo/pedagogia.htm
J. Herculano Pires
Así, la práctica judía y la teoría cristiana darían nacimiento a un nuevo tipo de educación,
correspondiente a las aspiraciones de la nueva era que brotaba de las enseñanzas de Jesús. Más
tarde — como siempre acontece en Educación — habría de surgir la Pedagogía Cristiana, que se
dividiría en varios sistemas pedagógicos, adaptados a las variadas corrientes que surgieron en la
interpretación evangélica. Bastaría el conocimiento de este hecho histórico, obligatoriamente
registrado en los tratados de Pedagogía, para señalar a profesores y legos, espíritas o no, la
legitimidad de la Educación Espírita — que ya es un hecho concreto y por lo tanto histórico en la
actualidad — y la necesidad de formular la Pedagogía Espírita.
Solo el desconocimiento de la Historia de la Educación y la ignorancia del proceso del nacimiento
de la Educación Cristiana pueden llevar a alguien a oponerse al desenvolvimiento de la Educación
Espírita y consecuente aparición del sistema pedagógico correspondiente. Además de las bases
históricas (judías) la Educación Cristiana se fundamentó también en el propio ejemplo de Jesús y
de sus discípulos, entre los cuales se destaca, por su cultura y su actividad intensa, la figura del
apóstol Pablo.
Lorenzo Luzuriaga, en su Historia de la Educación y de la Pedagogía, nos ofrece este trecho que
debería ser ampliamente divulgado en el medio espírita: La Educación Cristiana se realizó, en los
primeros tiempos, directa y personalmente. Los educadores fueron el mismo Jesús — el Maestro
por excelencia — los apóstoles, los evangelistas y, en general, los discípulos del Cristo. Era
entonces una educación sin escuelas, como aconteció con la budista, la judía, y en general con
todas las religiones en sus primeros tiempos. Nótese que Luzuriaga se refiere a otros ejemplos
históricos, relativos a otras religiones. Sabemos que la forma personal y directa de educación
marca siempre el inicio de cualquier desenvolvimiento del nuevo sistema educativo.
Se podría alegar que la Educación Cristiana era, de inicio, puramente religiosa. Lo mismo aconteció
con todas las formas de educación nacidas de las grandes religiones. La propia Educación General,
que abarca todas las formas específicas, también se inició con los rituales de las tribus. En la
proporción en que el Cristianismo se propagaba y se institucionalizaba, la incipiente educación
cristiana fue madurando y definiéndose. Fue a alrededor del 179 que el filósofo griego Pantenus,
convertido al Cristianismo, fundó en Alejandría la primera escuela de catequistas.
Los didáscalos, catequizadores sin preparación, irían a ser sustituidos por profesores formados en
cursos especiales, de naturaleza enciclopédica. Clemente y Orígenes harían de esta escuela, más
tarde, el más importante centro de cultura religiosa de la época. Podemos decir que, con la
iniciativa del filósofo Pantenus, la educación cristiana dio un verdadero salto cualitativo,
alcanzando la institucionalización en un plano superior.
La pedagogía cristiana
El Cristianismo se presenta, aún hoy, sobrecargado de herencias paganas y judías. Estas herencias
pesaron también en el desenvolvimiento de la Educación Cristiana. Pero en la era patrística, entre
los siglos III y IV, ellas sirvieron para elaborar la Pedagogía Cristiana. Los primeros pedagogos
cristianos eran hombres formados en el seno de la Pedagogía Clásica greco-romana e
influenciados (escriturística y teologicamente) por la Pedagogía Judía. Clemente de Alejandría,
autor de El Pedagogo, primer tratado pedagógico del Cristianismo, fuera formado en la Filosofía
griega y le dio al profesor cristiano el nombre de logos. Su famoso discípulo y continuador,
Orígenes, autor de la Suma Teológica Metafísica, tuvo el misma origen cultural y consideraba la
Filosofía como el preámbulo de la Religión. Basilio, fundador de la escuela monástica, ya se
desprende de la herencia griega pero se apega a la judía, especialmente a las Escrituras.
Quintiliano y Jerónimo desenvuelven métodos especiales y se vuelcan más hacia la esencia
cristiana de los Evangelios. Con San Benito la Educación Cristiana comienza a abrir sus puertas
hacia el mundo, saliendo del recinto cerrado de los monasterios para aceptar alumnos externos.
Pero sería con Agustín autor de La Ciudad de Dios, El Maestro de Dios, El maestro y Del Orden, que
la herencia platónica se acentúa vigorosamente en la Pedagogía Cristiana, al mismo tiempo que los
elementos fundamentales de la Pedagogía Pagana son adaptados a la Escuela Cristiana y en ella
integrados: las artes liberales, la retórica, la elocuencia, la cultura física.
En la segunda mitad del siglo IV tenemos el episodio curioso de Juliano, el apóstata. El emperador
Juliano, quien subió al trono en 361 y se hiciera cristiano, apostató y se dedicó al restablecimiento
del helenismo. El 17 de Junio de 362 expidió una ley, explicada por una circular, impidiendo a los
profesores cristianos que enseñaran en las escuelas imperiales. Alegaba que era inmoral la
posición de estos profesores al enseñar Homero u Hesíodo sin creer en los dioses mitológicos. Esto
provocó una reacción de los cristianos, que pasaron a adaptar textos del Viejo Testamento al
enseñar las letras en las escuelas cristianas.
J. Herculano Pires
http://www.luzespiritual.org/j-herculano-pires-/3871-nacimiento-de-la-educacion-cristiana