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MAGISTRADO PONENTE: CALIXTO ORTEGA RÍOS

El 27 de octubre de 2017, con oficio N° 0570-334 del 26 de octubre de 2017, emanado


del Tribunal Superior Segundo en lo Civil, Mercantil, del Tránsito y Bancario de la
Circunscripción Judicial del Estado Táchira, recibió en esta Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia, el expediente contentivo de la acción de amparo constitucional
interpuesta por la ciudadana NELLY JAIMES DÍAZ, titular de la cédula de identidad N° V-
28.640.682, asistida por los abogados César Pérez y Oscar Ávila, inscritos en el
Inpreabogado bajo los números 93.330 y 214.663, respectivamente, contra la decisión del 19
de enero de 2016, proferida por el Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo Civil Mercantil
y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado Táchira, cursante en el expediente N°
17289-2008, y la correspondiente comisión de ejecución recaída en el Tribunal Segundo de
Municipio Ordinario y Ejecutor de Medidas del Municipio Bolívar de la Circunscripción Judicial
del Estado Táchira, en donde cursa con el n°. 37-2016, por cuanto -a su criterio- dichas
actuaciones violentan su derecho a la vivienda, derecho a la protección de seguridad de las
personas y derecho a la preferencia ofertiva, el derecho de acceso a la justicia, consagrada
en los artículos 80, 82, y 87 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
El expediente en mención fue remitido en virtud de la apelación ejercida por el
abogado Pablo Ruiz Márquez, inscrito en el Instituto de Previsión Social del Abogado bajo el
N° 44.270, actuando como apoderado judicial del ciudadano José Eugenio Bracamonte,
titular de la cédula de identidad N° 1.440.766, quién es parte demandante en el juicio
principal por resolución de contrato, y tercero interesado en el aludido amparo; contra la
decisión del 20 de octubre de 2017, dictada por el referido Juzgado Superior Segundo en lo
Civil, Mercantil, Tránsito y Bancario, remitente del asunto en cuestión, que declaró
parcialmente con lugar el amparo constitucional antes reseñado.
El 20 de abril de 2017, se dio cuenta en Sala del presente expediente y se designó
Ponente al Magistrado Dr. CALIXTO ORTEGA RIOS.
El 5 de febrero de 2021, se reunieron en el Salón de Audiencias de esta Sala, los
ciudadanos Magistrados Doctores Lourdes Benicia Suárez Anderson, Presidenta de la Sala,
Arcadio Delgado Rosales, Vicepresidente, y los Magistrados Doctores Carmen Zuleta de
Merchán, Juan José Mendoza Jover, Calixto Ortega Ríos, Luis Fernando Damiani Bustillos y
René Alberto Desgraves Almarza, a los fines de la instalación de la Sala Constitucional de
este Supremo Tribunal, todo de conformidad con lo dispuesto en los artículos 20 y 13 de la
Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, quedando conformada de la siguiente
manera: Doctora Lourdes Benicia Suárez Anderson, Presidenta de la Sala, Arcadio Delgado
Rosales, Vicepresidente, y los Magistrados Doctores Carmen Zuleta de Merchán, Juan José
Mendoza Jover, Calixto Ortega Ríos, Luis Fernando Damiani Bustillos y René Alberto
Degraves Almarza.
El 27 de abril de 2022, se reunieron en el Salón de Audiencias de esta Sala, los
ciudadanos Magistrados Doctores Gladys María Gutiérrez Alvarado, Lourdes Benicia Suárez
Anderson, Luis Fernando Damiani Bustillos, Calixto Ortega Ríos y Tania D’ Amelio Cardiet, a
los fines de la instalación de la Sala Constitucional de este Supremo Tribunal, todo de
conformidad con lo dispuesto en los artículos 20 y 13 de la Ley Orgánica del Tribunal
Supremo de Justicia, quedando conformada de la siguiente manera: Doctora Gladys María
Gutiérrez Alvarado, Presidenta, Doctora Lourdes Benicia Suárez Anderson, Vicepresidenta,
y los Magistrados, Luis Fernando Damiani Bustillos, Calixto Ortega Ríos y Tania
D’ Amelio Cardiet. Ratificándose en condición de Ponente al Magistrado Calixto Ortega Ríos,
quien con tal carácter suscribe el presente fallo.
Realizada la lectura individual del expediente, la Sala pasa a pronunciarse, previa las
siguientes consideraciones:
I
DE LA ACCIÓN DE AMPARO
Alegó la accionante en su demanda de amparo, lo siguiente:
…Omissis…
“(…) la presente ACCIÓN DE AMPARO CONSTITUCIONAL contra la sentencia de fecha
06 de julio del 2016, expediente 17289 del Tribunal Tercero de Primera Instancia en lo
Civil, Mercantil y Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado Táchira, el cual
comisiona al Juzgado del municipio Bolívar del estado Táchira , para que dictara la
medida de desalojo por reivindicación de inmueble, según oficio N° 433, de fecha 6 de
julio del 2016 en la persona de la ciudadana NELLY JAIMES DÍAZ. La garantía
constitucional violada es el derecho a la vivienda, el derecho a la protección de seguridad
de las personas y derecho a preferencia ofertiva; el derecho de acceso a la justicia,
consagrada en los artículos 80, 82, y 87 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela.
En fecha 24-05-1997, Yo, NELLY JAIMES DÍAZ, para esa época ya tenía cédula de
residente E-37.919.037, y en mutuo acuerdo se realizó un contrato de arrendamiento con
el propietario del inmueble el ciudadano José Eugenio Bracamonte Barrientos, (…) hoy
difunto; donde tengo un lapso de vivir allí por más de 23 años y he creado sentido de
pertenencia la cual la uso como vivienda principal, con una posesión, pacifica,
ininterrumpida no violenta. De acuerdo al artículo 772 del [C]ódigo Civil Venezolano, como
también el artículo 789 eisuden, puesto que la ciudadana Nelly Jaimes Díaz, fue y es
víctima de actos de mala fe, como se puede demostrar según expediente.
Ciudadano juez, me siento amenazada con una medida de desalojo en proceso donde
me ubican a una distancia de 200 km aproximadamente de mi sitio habitual donde se me
violan todas los principios de modo, tiempo y lugar de una vida cotidiana por más de 23
años, lesionando y atentando como mi estado de ánimo y moral, espiritual, cultural de
todo lo que concierne a la persona en su vida útil dando un viraje del 100%. Es importante
que realice todos los esfuerzos por comprar dicho inmueble, depositando el monto
solicitado por el ciudadano José Eugenio Bracamonte y como en efecto deposite y pague
el inmueble en mención, el cual lo mandaba a depositar por intermedio de mi empleada
Ana Casadiego Romelia, venezolana, casada, mayor de edad, titular de la cédula de
identidad N° V 1.440.766, con sus respectivos recibos donde quedo un convenio por la vía
verbal bilateralmente, de hacer el depósito tal como efecto se (sic); para después de que
me entregaran la naturalización como venezolana, me hiciera contrato de venta pero el
propietario del inmueble realizo sin mi consentimiento contrato de opción a compra con la
empleada antes mencionando, ella era quien hacia los depósitos a mi nombre y así
produciéndose allí un engaño y acto de mala fe, tal como está tipificado en el artículo 789
del Código Civil Venezolano, y como aparece en el expediente 17.289 de fecha 19 de
enero del año 2016.
II
DEL FALLO APELADO
El Tribunal Superior Segundo en lo Civil, Mercantil, Tránsito y Bancario de la
Circunscripción Judicial del Estado Táchira, mediante decisión del 20 de octubre de 2017,
declaró parcialmente con lugar el amparo constitucional, con fundamento en lo siguiente:

“ (…) que aun cuando el amparo contra la referida sentencia de fecha 19 de enero de 2016
dictada por el Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de
la Circunscripción Judicial del estado Táchira en el expediente N° 17289 de su
nomenclatura interna, deviene en inadmisibilidad de conformidad a los numerales 4 y 5 de
la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales; no obstante,
dado que dicha causa fue admitida por el mencionado Tribunal mediante auto de fecha 19
de febrero de 2008, debe tenerse en cuenta para su ejecución lo dispuesto en el Decreto
con Rango, Valor y Fuerza de Ley contra el Desalojo y la Desocupación Arbitraria de
Viviendas (…) dictado según lo dispuesto en su artículo 1, para ‘…la protección de las
arrendatarias y arrendatarios, comodatarios y ocupantes o usufructuarios de bienes
inmuebles destinados a vivienda principal, así como las y los adquirentes de viviendas
nuevas o en el mercado secundario, contra medidas administrativas o judiciales mediante
las cuales se pretenda interrumpir o cesar la posesión legitima que ejercieren, o cuya
práctica material comporte (sic) la pérdida de la posesión o tenencia de un inmueble
destinado a vivienda. En su artículo 4°, dicho Decreto Ley dispone que a partir de su
publicación, no podrá procederse a la ejecución de desalojos forzosos o a la desocupación
de viviendas mediante coacción o constreñimiento contra los sujetos objeto de protección
indicados en dicho Decreto Ley, sin el cumplimiento previo de los procedimientos
especiales establecidos, para tales efectos, en el mismo. Igualmente, que los procesos
judiciales o administrativos en curso para su entrada en vigencia, independientemente de
su estado o grado, deberán ser suspendidos por las respectivas autoridad que conozca de
los mismos, hasta tanto las partes acrediten haber cumplido el procedimiento especial
previsto en el mencionado Decreto Ley, luego de lo cual y según las resultas obtenidas, los
procesos continuaran su curso. (…)’”.
DECISIÓN
En orden a las anteriores consideraciones, este Juzgado Superior Segundo en lo Civil,
Mercantil, del Tránsito y Bancario de Circunscripción Judicial del Estado Táchira, actuando
en sede constitucional, administrando justicia en nombre de la República Bolivariana de
Venezuela y por autoridad de la Ley, decide: PRIMERO: DECLARA PARCIALMENTE CON
LUGAR la acción de amparo constitucional interpuesta por la ciudadana Nelly Jaimes Díaz,
contra la sentencia de fechas 19 de enero de 2016 dictada por el Juzgado Tercero de
Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del
estado Táchira en el expediente N° 17289-2008 de su nomenclatura interna, y contra la
correspondiente comisión de ejecución recaída en el Tribunal Segundo de Municipio
Ordinario y Ejecutor de Medidas del Municipio Bolívar de la Circunscripción Judicial del
Estado Táchira, en donde cursa con el n°. 37-2016. En consecuencia, se ordena al Tribunal
de la causa, Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la
Circunscripción Judicial del estado Táchira, que suspenda la ejecución de la referida
decisión de fecha 19 de enero de 2016, a fin de que dé cumplimiento al procedimiento
previo a la ejecución de desalojos previsto en los artículos 12 y 13 del decreto con Rango,
Valor y Fuerza de Ley Contra Desalojo y la Desocupación Arbitraria de Viviendas; y una
vez efectuado tal procedimiento, para proceder a la ejecución material del desalojo cumpla
las previsiones del artículo 14 de dicho decreto Ley. SEGUNDO: No hay condenatoria en
costas dada la naturaleza del asunto.
III
FUNDAMENTOS DE LA APELACIÓN
La parte apelante cuando ejerció su recurso de apelación ante el Tribunal que
conoció del amparo en primera instancia, manifestó lo que de seguidas se transcribe:

“(…) como podrán evidenciar de las actas de la presente acción de amparo, la misma se
encuentra inmersa en la causal de caducidad, toda vez que se trata de una sentencia, que
no se ventilan derechos colectivos ni difusos, por el contrario se trata de derechos
subjetivos.
[que se] le está violando la Tutela Efectiva a [sus] poderdantes, de no tener una
sentencia justa y ejecutable, toda vez, que al ordenar suspender la entrega del inmueble y
otorgarle al juez de la causa principal, un plazo y oficiar al SUNAVI para que le otorgue
refugio a la hoy quejosa de hechos nuevos no existente en el juicio principal, está creando
una indefensión en contra de mis representados, porque (…) está favoreciendo a una de
las partes, con una suposición falsa. De aceptar esto de la quejosa, con pruebas nuevas y
falsas; las sentencias cualquiera que ellas sean en Venezuela, con deudores
inescrupuloso, haría inejecutable las sentencias al traer en una acción de amparo hechos
nuevos, amparándose en otras leyes para evitar la ejecución de las sentencia; cuando
dentro del proceso principal no probaron, no demostraron los hechos que traen a colación
en el amparo constitucional. En el presente caso allí está la prueba, ciudadano
magistrados, la inspección judicial y no ocular y la evacuación de testigo, donde la
quejosa dijo que ella no era la inquilina ni la del contrato de compra y venta, evacuada en
juicio principal por el juez natural de la causa, que demuestra que en ninguna de las áreas
del inmueble objeto de la demanda por Resolución de contrato, existió una habitación de
vivienda.
Es por estas razones de hechos y de derechos que la presente acción de amparo debe
declararse improcedente y revocar la sentencia de la jueza a quo constitucional, y
continuar con el procedimiento de ejecución de la sentencia (…)”
IV
DE LA COMPETENCIA
Con fundamento en las disposiciones previstas en los artículos 266, numeral 1, 335
de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y 35 de la Ley Orgánica de
Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, en concordancia con lo establecido en
el artículo 25, numeral 19 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, esta Sala
resulta competente para conocer de los recursos de apelación que se ejerzan contra las
sentencias que, en materia de amparo constitucional, dicten los Juzgados superiores de la
República, salvo el caso de las que pronuncien los Juzgados superiores en lo contencioso
administrativo.
En el presente caso, se sometió a conocimiento de esta Máxima Instancia
Constitucional, el recurso de apelación ejercido por el abogado Pablo Ruiz Márquez,
actuando como apoderado judicial del ciudadano José Eugenio Bracamonte, ut supra
identificados, contra la decisión del 20 de octubre de 2017, dictada por el Juzgado Superior
Segundo en lo Civil, Mercantil, Tránsito y Bancario de la Circunscripción Judicial del Estado
Táchira, que declaró parcialmente con lugar el amparo constitucional, por lo que esta Sala
asume la competencia para conocer del asunto planteado y resolver la presente apelación.
Así se decide.
V
CONSIDERACIONES PARA DECIDIR
Precisado lo anterior, debe esta Sala constatar la tempestividad del recurso de
apelación interpuesto, a cuyo efecto observa que el mismo fue ejercido por la parte
accionante en la causa principal Exp N° 17-289 (nomenclatura del Tribunal a quo), el 23 de
octubre de 2017, y la decisión objeto de este medio de impugnación fue dictada el día 20 de
ese mismo mes y año, esto es: al tercer día hábil siguiente al dictamen de dicha sentencia.
De allí que, siguiendo el criterio fijado en sentencia n.° 501 del 31 de mayo de 2000 (caso:
“Seguros Los Andes”) y de conformidad con el artículo 35 de la Ley Orgánica de Amparo
sobre Derechos y Garantías Constitucionales, se estima que tal recurso fue propuesto
tempestivamente. Así se declara.
Por otra parte, la Sala aprecia que si bien contra la decisión dictada -en primera
instancia- con ocasión a una pretensión de amparo constitucional se oye apelación en un
solo efecto, el artículo 35 de la citada ley, no exige presentación de un escrito de
fundamentación para la misma; no obstante, si la parte formalizante consignare uno
expresando las razones de disconformidad con el fallo apelado, ésta deberá hacerlo dentro
del lapso de treinta (30) días, contados a partir del auto que da cuenta del expediente en el
Tribunal superior. Ello, conforme con la doctrina establecida por esta Sala en la sentencia N°
442 del 04 de abril de 2001, caso: Estación de Servicio Los Pinos S.R.L., reiterada, entre
otras, en sentencia N° 1232, del 7 de junio de 2002, caso: Terry J. León y Doménico Tirelli
Marinelly, en la que se dispuso:
“...Por otra parte, es necesario igualmente que, como punto previo, esta Sala se pronuncie
sobre la admisibilidad del escrito presentado en este expediente […]. En tal sentido, esta
Sala considera inadmisible el mismo para la presente decisión en vista de que fue
consignado luego de haber transcurrido los treinta (30) días establecidos en el artículo 35
de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales para que el
ad quem conozca de la apelación o consulta de la sentencia de amparo constitucional. En
este sentido, esta Sala considera que habiendo la Ley establecido un plazo para que el
Tribunal de alzada decida la apelación de la sentencia de amparo constitucional, este
plazo debe considerarse como un plazo preclusivo para que las partes interpongan
cualquier escrito relacionado con el expediente (…)”.
En el caso de autos, se evidenció que la parte apelante en la misma oportunidad que
ejerció su recurso de apelación ante el Tribunal que conoció del amparo en primera instancia,
presentó alegatos que fundamentan el motivo del referido recurso, por lo que esta Máxima
Instancia Constitucional los tomará en consideración para decidir en el presente expediente.
Así decide.
Precisado lo anterior, esta Sala Constitucional, actuando como Tribunal de alzada,
pasa a analizar si la sentencia apelada se encuentra o no ajustada a derecho, y al respecto
de forma inicial observa:
En el caso sub lite, el apoderado judicial del recurrente expuso como fundamento de
su apelación, la violación “(…) a la Tutela Efectiva (…), de no tener una sentencia justa y
ejecutable, toda vez, que al ordenar suspender la entrega del inmueble y otorgarle al juez de
la causa principal, un plazo y oficiar al SUNAVI para que le otorgue refugio a la hoy quejosa
de hechos nuevos no existente en el juicio principal, está creando una indefensión en contra
de mis representados, porque (…) está favoreciendo a una de las partes, con una
suposición falsa (…) de las actas de la presente acción de amparo, la misma se encuentra
inmersa en la causal de caducidad, toda vez, que se trata de una sentencia , que no se
ventilan derechos colectivos ni difusos, por el contrario se trata de derechos subjetivos.
Así las cosas, esta Sala evidenció que la primera instancia constitucional resolvió que
aun cuando el amparo contra las referidas actuaciones devienen en inadmisibles de
conformidad con los numerales 4 y 5 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y
Garantías Constitucionales; no obstante, dado que dicha causa fue admitida por el Tribunal
de la causa principal, mediante auto de fecha 19 de febrero de 2008, debe tenerse en cuenta
para su ejecución lo dispuesto en el decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley contra el
Desalojo y la Desocupación Arbitraria de Viviendas, es por ello, que declaró parcialmente con
lugar la acción de amparo constitucional y en consecuencia, ordenó al Tribunal de la causa,
Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la
Circunscripción Judicial del Estado Táchira, que suspendiera la ejecución de la decisión del
19 de enero de 2016, a fin de que diera cumplimiento al procedimiento previo a la ejecución
de desalojos previsto en los artículos 12 y 13 del decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley
Contra Desalojo y la Desocupación Arbitraria de Viviendas; y una vez efectuado tal
procedimiento, procediera a la ejecución material del desalojo.
En ese sentido, observa la Sala, que la decisión del 19 de enero de 2016, proferida
por el Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo Civil Mercantil y del Tránsito de la
Circunscripción Judicial del Estado Táchira, cursante en el expediente N° 17289-2008, y la
correspondiente comisión de ejecución recaída en el Tribunal Segundo de Municipio
Ordinario y Ejecutor de Medidas del Municipio Bolívar de la Circunscripción Judicial del
Estado Táchira, en donde cursa con el n°. 37-2016, fue objeto de impugnación,
posteriormente, el 20 de septiembre de 2017, se interpuso acción de amparo constitucional
contra la referida disposición, y fue declarada parcialmente con lugar por el Juzgado Superior
Segundo en lo Civil, Mercantil, Tránsito y Bancario de la Circunscripción judicial del Estado
Táchira, de modo que habría transcurrido un lapso superior a los seis meses entre el
momento de la interposición del amparo y cuando ocurrieron los hechos que fueron
supuestamente lesivos. Contra esta decisión apeló el demandante en la causa principal exp
N° 17289-2008 (nomenclatura del Tribunal ad quo), de resolución de contrato y alegó que las
violaciones que habían sido denunciadas eran a la tutela efectiva de no tener una sentencia
justa y ejecutable y que se le está creando una indefensión, por favorecer a una de las
partes, y de las actas de la presente acción de amparo, se encontraba inmersa en la causal
de caducidad, toda vez, que se trata de una sentencia, que no se ventilan derechos
colectivos ni difusos.
En tal sentido conviene referir la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales, en su artículo 6.4 establece:
Artículo 6.- No se admitirá la acción de amparo (...)
4) Cuando la acción u omisión, el acto o la resolución que violen el derecho o la garantía
constitucionales hayan sido consentidos expresa o tácitamente, por el agraviado, a menos
que se trate de violaciones que infrinjan el orden público o las buenas costumbres. Se
entenderá que hay consentimiento expreso, cuando hubieren transcurrido los lapsos de
prescripción establecidos en leyes especiales, o en su defecto, seis (6) meses después de
la violación o la amenaza al derecho protegido.
El consentimiento tácito es aquél que entraña signos inequívocos de aceptación.

Respecto de esta causal de inadmisibilidad, esta Sala, se pronunció, en sentencia n.°


1419 del 10 de agosto de 2001 (caso: Gerardo Antonio Barrios Caldera) y expresó: la
excepción limitada del lapso de caducidad en la acción de amparo constitucional cuando se
trate de violaciones que infrinjan el orden público; cuando la infracción a los derechos
constitucionales sea de tal magnitud que vulnere los principios que inspiran el ordenamiento
jurídico. En concordancia con lo anterior, la jurisprudencia de esta Sala ha determinado que
la excepción de la caducidad de la acción de amparo constitucional está limitada a dos
situaciones y que en esta oportunidad esta Sala considera que deben ocurrir en forma
concurrente. Dichas situaciones excepcionales son las siguientes:

1. Cuando la infracción a los derechos constitucionales afecte a una parte de la


colectividad o al interés general, más allá de los intereses particulares de los
accionantes.
En sentencia dictada por esta Sala el 6 de julio de 2001 (Caso: Ruggiero Decina), se
estableció que a los efectos de la excepción de la inadmisibilidad por caducidad de la
acción, según lo indicado por el numeral 4 del artículo 6 de la Ley Orgánica de Amparo
sobre Derechos y Garantías Constitucionales, la misma procede cuando el hecho
supuestamente violatorio del derecho o norma constitucional afecta a una parte de la
colectividad o al interés general, más allá de los intereses particulares de los
accionantes.
2.- Cuando la infracción a los derechos constitucionales sea de tal magnitud que vulnere
los principios que inspiran el ordenamiento jurídico.
Ha sido el criterio de esta Sala, además del expuesto en el punto anterior, que la
desaplicación del lapso de caducidad establecido en el numeral 4 del artículo 6 de la Ley
Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, sólo será procedente
en caso de que el juez en sede constitucional observe, en el caso concreto, violaciones
constitucionales de tal magnitud que vulneren los principios que inspiran el ordenamiento
jurídico, en cuyo marco se desarrollan las relaciones entre los particulares y el Estado, y
en aplicación de una verdadera justicia dentro de un orden social de derecho. Al
respecto, en sentencia de esta Sala del 10 de noviembre de 2000 (Caso: Henrique
Schiavone Cirotolla) se sostuvo:
“De las actas de este expediente se evidencia que la accionante interpuso acción de
amparo constitucional mediante escrito consignado por ante la Secretaría de esta Sala
Constitucional en fecha 04 de mayo de 2000, en contra de la sentencia dictada por el
Juzgado Superior en lo Civil, Mercantil, del Tránsito y de Menores de la Circunscripción
Judicial del Estado Miranda, de fecha 27 de mayo de 1999.
Señala la representación judicial del accionante que el lapso de caducidad establecido
en la referida norma no debe aplicarse, por cuanto se trata de impugnar, con esta
acción de amparo por ellos interpuesta, violaciones a derechos constitucionales donde
se encuentra interesado el orden público.
Ahora bien, el lapso de seis (6) meses establecido en el numeral 4 del artículo 6 de la
Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, es un lapso de
caducidad que afecta directamente el derecho de acción e indirectamente hace que
fenezca la posibilidad para que el sujeto titular de un derecho subjetivo lo ejerza. Al
respecto señala Eduardo Pallares:
‘2.-La sociedad y el estado tienen interés en que no haya litigios ni juicios, porque estos
son estados patológicos del organismo jurídico, perturbaciones más o menos graves de
la normalidad tanto social como legal. Sería de desearse que no los hubiese nunca;
pero en la imposibilidad de que tal ideal se alcance, cuando es posible poner fin a un
juicio, hay que aprovechar la ocasión (…) 3.- Los juicios pendientes por tiempo indefinido
producen daños sociales: mantienen en un estado de inseguridad e incertidumbre a
los intereses tanto económicos como morales que son materia de la contienda, y a las
relaciones jurídicas que son objeto de la litis, así como a las que de ellas dependen, con
trastornos evidentes en la economía social’ (Ver. Eduardo Pallares. Diccionario de
Derecho Procesal Civil. Editorial Porrua, S.A. México. 1963. Pág. 111).
La desaplicación de dicho lapso de caducidad solo será procedente en caso de que el
juez en sede constitucional observe, en el caso concreto, violaciones constitucionales de
tal magnitud que vulneren los principios que inspiran el ordenamiento jurídico, en cuyo
marco se desarrollan las relaciones entre los particulares y el Estado, y en aplicación de
verdadera justicia dentro de un orden social de derecho.” (Subrayado añadido).

De la jurisprudencia que fue citada, se desprende que la acción de amparo interpuesta


a pesar de que devenía de una inadmisibilidad por el lapso de caducidad, de conformidad
con los numerales 4 y 5 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales, el ad quem, declaró parcialmente con lugar y ordenó al Tribunal de la
causa, Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la
Circunscripción judicial del Estado Táchira, que suspendiera la ejecución de la decisión del
19 de enero de 2016, a fin de que diera cumplimiento al procedimiento previo a la ejecución
de desalojos previsto en los artículos 12 y 13 del decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley
Contra Desalojo y la Desocupación Arbitraria de Viviendas; y una vez efectuado tal
procedimiento, procediera a la ejecución material del desalojo.
En ese sentido conviene referir, el aludido Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley
contra el Desalojo y Desocupación Arbitraria de Viviendas, de manera novedosa, impone la
obligación a los jueces de la República de dar protección especial a las personas naturales y
sus grupos familiares que ocupen de manera legítima, en calidad de arrendatarias,
arrendatarios o comodatarias o comodatarios, inmuebles destinados a vivienda principal, el
cual deberán aplicar en forma preferente a la legislación que rige los arrendamientos
inmobiliarios o a la norma adjetiva en lo que concierne a las condiciones, requisitos y
procedimiento de ejecución de los sujetos objeto de protección para la solución de conflictos
que se susciten con ocasión de los mismos.
En tal razón, esta Sala Constitucional en sentencia del 03 de agosto de 2011,
expediente Nº 10-1298, precisó, lo siguiente:

“(…) ordena a los órganos jurisdiccionales llamados a intervenir en la solución de los


conflictos intersubjetivos que impliquen desahucio, hostigamiento u otras amenazas de
aquellos inmuebles ocupados como vivienda principal, que en tales casos deberán
cumplir los procedimientos previstos en el Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley
contra el Desalojo y Desocupación Arbitraria de Viviendas, tanto el previo a la acción
judicial o administrativa, como el contemplado para la ejecución de los desalojos. Así
se decide. DECISIÓN Por las razones expuestas, este Tribunal Supremo de Justicia,
en Sala Constitucional, administrando justicia en nombre de la República por autoridad
de la ley, declara: CON LUGAR la acción de amparo constitucional interpuesta por el
abogado Elio Castrillo, en su condición de apoderado judicial de la ciudadana MIRELIA
ESPINOZA DÍAZ, contra el fallo dictado el 18 de mayo de 2010 por el Juzgado
Superior en lo Civil, Mercantil, Bancario y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del
Estado Guárico. ANULA la sentencia del 18 de mayo de 2010 dictada por el Juzgado
Superior en lo Civil, Mercantil, Bancario y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del
Estado Guárico y DEFINITIVAMENTE FIRME el fallo del 19 de octubre de 2009
expedido por el Juzgado de los Municipios José Tadeo Monagas y San José de
Guaribe de la referida Circunscripción Judicial .ORDENA A LOS JUECES de la
República que apliquen lo contemplado en el Decreto con Rango, Valor y Fuerza de
Ley contra el Desalojo y Desocupación Arbitraria de Vivienda, tanto en lo relativo al
procedimiento previo a cualquier acción judicial o administrativa, como en materia de
ejecución de los desalojos. ORDENA PUBLICAR el presente fallo en la Gaceta Judicial
y su reseña en el portal web del Tribunal Supremo de Justicia, bajo el siguiente título:
“Sentencia de la Sala Constitucional que ordena a todos los jueces de la
República dar cumplimiento estricto a los procedimientos previstos en
el Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley contra el Desalojo y Desocupación
Arbitraria de Viviendas”.

Atendiendo al criterio vinculante parcialmente transcrito, esta Sala estima que dicho
fallo fue decidido de forma expresa, positiva y precisa y analizó, con suficiencia y coherencia,
además de que expresó los motivos de hecho y de derecho de su decisión, siendo ajustada a
derecho, pues la decisión del 19 de enero de 2016, proferida por el Juzgado Tercero de
Primera Instancia en lo Civil Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado
Táchira, cursante en el expediente N° 17289-2008, y la correspondiente comisión de
ejecución recaída en el Tribunal Segundo de Municipio Ordinario y Ejecutor de Medidas del
Municipio Bolívar de la Circunscripción Judicial del Estado Táchira, en donde cursa con el n°.
37-2016, decisión objeto de impugnación, vulneraron los principios que inspiran
el ordenamiento jurídico, toda vez que al pretender ejecutar una decisión con motivo a un
procedimiento por resolución de contrato y en consecuencia ordenar la entrega del bien
inmueble ocupado, sin agotar el procedimiento previo a la ejecución de desalojos previsto en
los artículos 12 y 13 del decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley contra Desalojo y la
Desocupación Arbitraria de Viviendas, encuadra en el segundo supuesto establecido por la
jurisprudencia de esta Sala, para la desaplicación del lapso de caducidad establecido en el
numeral 4 del artículo 6 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales.
Finalmente atendiendo el criterio asentado por esta Sala Constitucional en sentencia 3
de agosto de 2011, expediente Nº 10-1298, en el cual ordenó a los órganos jurisdiccionales
llamados a intervenir en la solución de los conflictos intersubjetivos que
impliquen hostigamiento u otras amenazas de aquellos inmuebles ocupados como vivienda
principal, que en tales casos deberán cumplir los procedimientos previstos en el Decreto con
Rango, Valor y Fuerza de Ley contra el Desalojo y Desocupación Arbitraria de Viviendas,
tanto el previo a la acción judicial o administrativa, como el contemplado para la ejecución de
los desalojos, corresponde forzosamente a esta Sala confirmar el fallo objeto de apelación, y
así se decide.
VI
DECISIÓN
Por las razones anteriormente expuestas, esta Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia, administrando justicia en nombre de la República por autoridad de la
ley, decide:
PRIMERO: Se declara COMPETENTE para conocer del recurso de apelación
interpuesto por el abogado Pablo Ruiz Márquez, actuando como apoderado judicial del
ciudadano José Eugenio Bracamonte, contra la decisión del 20 de octubre de 2017, dictada
por el Juzgado Superior Segundo en lo Civil, Mercantil, Tránsito y Bancario de la
Circunscripción judicial del antes señalada, que declaró parcialmente con lugar el amparo
constitucional.
SEGUNDO: Se declara SIN LUGAR, el recurso de apelación ejercido por el abogado
Pablo Ruiz Márquez, actuando como apoderado judicial del ciudadano José Eugenio
Bracamonte, contra la decisión del 20 de octubre de 2017, dictada por el Juzgado Superior
Segundo en lo Civil, Mercantil, Tránsito y Bancario de la Circunscripción judicial antes
señalada, que declaró parcialmente con lugar el amparo constitucional.
TERCERO: Se CONFIRMA la decisión del 20 de octubre de 2017, dictada por
el Juzgado Superior Segundo en lo Civil, Mercantil, Tránsito y Bancario de la Circunscripción
judicial del antes señalada, que declaró parcialmente con lugar la acción de amparo
constitucional contra la decisión del 19 de enero de 2016, proferida por el Juzgado Tercero
de Primera Instancia en lo Civil Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del
Estado Táchira, cursante en el expediente N° 17289-2008, y la correspondiente comisión de
ejecución recaída en el Tribunal Segundo de Municipio Ordinario y Ejecutor de Medidas del
Municipio Bolívar de la Circunscripción Judicial del Estado Táchira, en donde cursa con el n°.
37-2016. En consecuencia, se ordenó al Tribunal de la causa, Juzgado Tercero de Primera
Instancia en lo Civil, Mercantil y del Transito de la Circunscripción Judicial del estado Táchira,
que suspenda la ejecución de la referida decisión, a fin de que dé cumplimiento al
procedimiento previo a la ejecución de desalojos previsto en los artículos 12 y 13 del decreto
con Rango, Valor y Fuerza de Ley Contra Desalojo y la Desocupación Arbitraria de
Viviendas; y una vez efectuado tal procedimiento, para proceder a la ejecución material del
desalojo cumpla las previsiones del artículo 14 de dicho decreto Ley.
Publíquese, regístrese y remítase el expediente al Tribunal de origen.
Dada, firmada y sellada en el Salón de Sesiones de la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia, en Caracas, a los 29 días del mes de junio de dos mil veintidós (2022).
Años: 212° de la Independencia y 163° de la Federación.
En Caracas, a la fecha ut supra.

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