La Constitución Política de 1917 es considerada una de las más importantes en la
historia de México, ya que representa una de las primeras constituciones en el mundo que estableció derechos fundamentales y sociales. Uno de los temas fundamentales que aborda esta Constitución es el de la discriminación, estableciendo medidas y derechos para combatirla y proteger a los ciudadanos de cualquier tipo de injusticia y desigualdad. De igual manera, esta constitución establece los derechos fundamentales de igualdad ante la ley, la no discriminación y el acceso a la justicia, garantizando el pleno ejercicio de los derechos humanos para todas las personas. Estos derechos son de suma importancia para erradicar la discriminación en todas sus formas. El artículo 1º de la Constitución establece que todas las personas gozan de los derechos humanos reconocidos en la propia Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado mexicano sea parte, así como las garantías para su protección. Además, prohíbe cualquier tipo de discriminación motivada por origen étnico o nacional, género, edad, discapacidad, condición social, religión, opiniones, preferencias sexuales, estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas. Asimismo, la Constitución establece que todas las personas son iguales ante la ley y, por lo tanto, gozan de los mismos derechos y obligaciones sin distinción alguna. Esto significa que cualquier tipo de discriminación es ilegal y debe ser castigada por la ley. Además, se establece que el Estado debe garantizar la igualdad sustantiva entre mujeres y hombres en el ejercicio de los derechos humanos y la no discriminación por motivos de género. En el ámbito laboral, la Constitución establece que el trabajo es un derecho y una obligación social, y que el Estado debe garantizar las condiciones para que este derecho sea efectivo. Asimismo, se prohíbe la discriminación en el empleo por motivos de género, edad, discapacidad, condición social, salud, religión, estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas. La Constitución Política de 1917 es una de las más importantes en la historia de México y de América Latina por su compromiso con los derechos fundamentales y sociales. En materia de discriminación, esta Constitución establece medidas y derechos para combatirla y proteger a los ciudadanos de cualquier tipo de injusticia y desigualdad. Es necesario seguir trabajando en la promoción y protección de los derechos humanos, fomentando una cultura de respeto a la dignidad humana y erradicando la discriminación en todas sus formas. Como ya sabemos, los derechos fundamentales emanados de la Constitución Política de 1917 establecen la igualdad de todas las personas ante la ley, sin importar su raza, género, religión u origen social. El artículo 1º de la Constitución garantiza los derechos humanos y prohíbe toda discriminación. En cuanto a la discriminación, la Constitución establece que todas las personas tienen derecho a la igualdad ante la ley y a la no discriminación por cualquier motivo. Además, se prohíbe la discriminación por razones de género, orientación sexual, estado civil, edad, discapacidad, condición social, económica o de salud, entre otras. La Constitución también establece que todas las personas tienen derecho a la libertad de expresión, de reunión y de asociación, sin discriminación alguna. Además, se garantiza el derecho a la educación, la cultura y la información, y se prohíbe toda forma de discriminación en el acceso a estos derechos. En resumen, la Constitución Política de 1917 establece un marco legal que protege los derechos fundamentales de todas las personas y prohíbe toda forma de discriminación. Es responsabilidad de las autoridades y de la sociedad en general, garantizar y promover el respeto a estos derechos. En conclusión, aunque la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917 establece importantes derechos fundamentales para combatir la discriminación social, aún queda mucho por hacer para que estos derechos se respeten en la práctica. Es necesario seguir trabajando en la promoción de la igualdad de oportunidades y en la eliminación de barreras sociales y culturales que impiden el acceso a los derechos fundamentales. Además, es importante fomentar la inclusión y la diversidad en todos los ámbitos de la sociedad, para garantizar una sociedad justa y equitativa para todos.