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JUICIO DE AMPARO DIRECTO: 24/2021

QUEJOSO: QUIROZ ROBLES ALEJANDRO.


ASUNTO: SE PROMUEVE RECURSO DE REVISIÓN.

HH. MINISTROS QUE INTEGRAN LA SALA


PENAL DE LA SUPREMA CORTE
DE JUSTICIA DE LA NACIÓN.
PRESENTES

ALEJANDRO QUIROZ ROBLES, promoviendo por propio derecho con el


carácter de quejoso dentro del presente RECURSO DE REVISION DE AMPARO
así, como con la personalidad reconocida y acreditada en autos del juicio ante los
CC. Magistrados del Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer
Circuito en autos del presente juicio de Amparo Penal, ante usted con el respeto
que merece, señalando como domicilio para oír y recibir todo tipo de documentos,
notificaciones y valores el ubicado en la CALLE EMERSON NÚMERO 148,
DESPACHO 102, COLONIA POLANCO V SECCIÓN, ALCALDÍA, MIGUEL
HIDALGO, C.P. 11560, EN ESTA CIUDAD DE MÉXICO, facultando la autorización
en términos de artículos 12, 24 y 26 fracción I inciso a de La Ley Reglamentaria de
los artículos 103 y 107 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, Ley de Amparo, invocando la circular 12/2009 del pleno del consejo de
la judicatura federal a los Licenciados en derecho JOSÉ MARÍA ROBLES
GONZÁLEZ, LUIS MIGUEL ROBLES DE ANDA, MACLOVIO GONZÁLEZ
MACÍAS Y CESAR MICHELL REYNOSO SIERRA; siendo para el primero de los
nombrados la patente que lo faculta para ejercer la profesión de Licenciado en
Derecho, cédula profesional (120325); para la segunda de los nombrados la
patente que la faculta para ejercer la profesión de Licenciado en Derecho
(3267747, 3024442 y 11547214), Cédulas profesionales emitidas por la Dirección
General de Profesiones, y bajo protesta de decir la verdad jurídica a fin de
exponer:

Que por este medio y con fundamento en los artículos 107, fracción IX de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; 81, fracción II, 83 y demás
relativos de la Ley de Amparo, comparezco a interponer, el recurso de:

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REVISIÓN

En contra de la resolución de fecha VEINTISIETE de MAYO del año 2021,


notificada personalmente a mi representado el día DIEZ de JUNIO del presente
año 2021 en el juicio de amparo 24/2021, seguido ante el H. Primer Tribunal
Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, promovido por el suscrito en su
carácter de quejoso, con residencia en esta Ciudad de México, en contra de los
actos que se reclamaron en la demanda de garantías de referencia, por estimar
violatorias, las garantías contenidas en los artículos 1, 14, 16, 17, 20 y 133 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

En observancia del contenido del artículo 81 fracción II de la ley de


amparo, se reclama violación los contenidos en los artículos 1, 14, 16, 17, 20 y
133 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y al ser
considerados los tratados internacionales en materia de Derechos Humanos Ley
suprema de toda la Unión. Como lo consagra el artículo 133 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos misma que en su parte sucinta
transcribo a continuación.

“Artículo 133. Esta Constitución, las leyes del Congreso de la


Unión que emanen de ella y todos los tratados que estén de acuerdo
con la misma, celebrados y que se celebren por el Presidente de la
República, con aprobación del Senado, serán la Ley Suprema de
toda la Unión. Los jueces de cada entidad federativa se arreglarán a
dicha Constitución, leyes y tratados, a pesar de las disposiciones
en contrario que pueda haber en las Constituciones o leyes de
las entidades federativas”.

Los tratados, convenciones, declaratorias, pactos y principios, así


como criterios internacionales y resoluciones de la Corte Interamericana de
Derechos humanos; Serán estas fuentes de Derecho Internacional aplicables
a nuestra legislación, por tanto y como también consagra la Carta Magna en su
artículo 1º en su segundo párrafo enaltecen los derechos humanos con los
principios de “universalidad, interdependencia, interdependencia,
indivisibilidad y progresividad” lo por lo tanto los derechos humanos son
indivisibles, irrenunciables, interdependientes, imprescriptibles y jurídicamente
exigibles.

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Se reclama así mismo del H. Primer Tribunal Colegiado en Materia
Penal del Primer Circuito las omisiones en la observancia y aplicación de los
artículos 1º de la constitución, “favorecer en todo tiempo a las personas la
protección más amplia”; respecto al artículo 14 Constitucional la inaplicación de
la retroactividad en perjuicio de la hoy demandante en el contenido de su
inobservancia a tratados internacionales que le favorezcan más. Con
respecto al artículo 17 de nuestra ley suprema violenta el H. Primer Tribunal
Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito el contenido en el supuesto que
marca el segundo párrafo la parte sucinta:

“Toda persona tiene derecho a que se le administre justicia por


tribunales que estarán expeditos para impartirla en los plazos y términos
que fijen las leyes, emitiendo sus resoluciones de manera pronta, completa
e imparcial”.

En virtud de la omisión de administrar la justicia de forma expedita en el


entendido de la inmediatez para resolver en los plazos que señala la Carta Magna
(en aplicación de la aplicación retroactiva de la Carta Magna y sus leyes
secundarias); dado que el plazo en que opera la prescripción punitiva del ilícito
de delito de FRAUDE PROCESAL de tres años y tres meses.

La violación de Derechos Humanos por parte del Estado – entendido al


Estado como un todo y formando parte de ese todo el Poder Judicial de la
Federación del cual forma parte la H. Primer Tribunal Colegiado en Materia
Penal del Primer Circuito- se da por acción y/o por omisión, en el caso que nos
ocupa dicha violación se da por ambas situaciones, por acción al emitir el H.
Tribunal Recurrido la ejecutoria de fecha VEINTISIETE de MAYO del año 2021,
mediante la cual realiza un análisis incorrecto, contradictorio e incongruente del
interés legítimo colectivo conforme al que el hoy recurrente solicito el amparo y
protección de la justicia de la unión contraviniendo con dicha acción las
obligaciones que le imponen los artículos 1, 14, 16, 17, 20 y 133 Constitucionales,
y los dispositivos de los Tratados Internacionales citados; por omisión porque
como consecuencia de ello omite pronunciarse respecto de la constitucionalidad e
in-convencionalidad que le fue planteado al A Quo en la demanda inicial de
amparo como conceptos de violación, se contrapone a los derechos humanos que
derivan de la Constitución y de los Tratados Internaciones de los cuales es parte
México.

La ejecutoria de fecha VEINTISIETE de MAYO del año 2021 conducente


que contiene la materia de Constitucionalidad del presente Recurso de
Revisión, de conformidad con el artículo 88 de la Ley Reglamentaria De Los

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Artículos 103 Y 107 De La Constitución Política De Los Estados Unidos
Mexicanos es la siguiente:

Resultando
1.- Acción de amparo. Alejandro Quiroz Robles -en adelante
Alejandro- promovió demanda de amparo contra la sentencia de treinta de
noviembre de dos mil veinte que emitió la Octava Sala Penal del Tribunal
Superior de Justicia de esta ciudad, en el toca de apelación 15/2020, y su
ejecución atribuida al Juez Octavo Penal de Delitos No Graves, del citado
tribunal.
La Sala responsable confirmó la sentencia de primer grado y condenó
al acusado por el delito de Fraude procesal, con las penas siguientes: a) un año
diez meses y quince días de prisión; b) cien días multa; y, c) suspensión de los
derechos políticos. En cambio, lo absolvió de la reparación del daño material y
moral, así como del resarcimiento de los perjuicios, además le concedió
sustitutivos de la pena de prisión y beneficio de la suspensión condicional de la
ejecución de la pena.
Dicha determinación se emitió en cumplimiento a los lineamientos que
emitió este tribunal, en el diverso amparo 61/2020, que se resolvió en sesión
pública de seis de noviembre de dos mil veinte.
2.- Tramitación, integración, alegatos y turno. Inconforme con tal
determinación, el quejoso promovió demanda de amparo, de la cual conoció
este tribunal; que por acuerdo de veintinueve de marzo de dos mil veintiuno se
registro y admitió a trámite, se dio vista a la agente del ministerio público de la
Federación adscrita -quien no intervino-; se tuvo como terceros interesados a
las victimas Margarita Cecilia y Marco Antonio, ambos de apellidos Calderón
Aguilar. También, se informó a las partes la integración de este órgano
colegiado y el derecho que les asiste para oponerse a la publicación de sus
datos personales.
El suscrito emitió el acuerdo diecinueve de abril de dos mil veintiuno, en
el que recibió el escrito del quejoso a través del cual formuló alegatos con
relación al presente juicio. Finalmente, el tres de mayo siguiente, se turno al
ponente para formular el proyecto correspondiente.
Considerando
I. Competencia y oportunidad. Este tribunal es competente para
conocer del presente juicio y la acción de amparo se ejerció oportunamente,
pues el justiciable presentó la demanda en el plazo de ocho años del que
disponía.
II. Existencia. El acto que reclamó a la autoridad responsable se
acredita con el informe justificado que rindió y con los autos que adjuntó en los
que consta la resolución reclamada; y también es cierto el acto de ejecución
que atribuyó al -Juzgado Octavo Penal de Delitos No Graves de esta ciudad-,
que se generó de la presunción por omitir rendir su informe. Además, si la
resolución de alzada existe, en consecuencia, también la de primera instancia
que la Sala responsable estudió en apelación
III. Decisión. Son inoperantes en parte e infundados en otra los
conceptos de violación del quejoso y, en lo no alegado, nada hay que suplir.
Veamos.

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Es un hecho notorio que el presente juicio de amparo está relacionado
con el diverso 61/2020, que promovió el propio Alejandro -contra la sentencia de
apelación del tres de agosto de dos mil veinte que emitió la Sala en cita- este
tribunal concedió la protección constitucional tras estimar que sólo en lo que se
refiere al grado de culpabilidad, existía una violación a la garantía de legalidad
en perjuicio del quejoso consistente en que la Sala no fundó ni motivó el
apartado de la individualización de la sanción porque no determinó cuales de
los elementos que invocó para el establecimiento del grado de culpabilidad le
benefician y cuáles le perjudican.
Razón por la cual el amparo se otorgó para efecto de que la
responsable dejara insubsistente la sentencia que se reclamó y en su lugar:

1. Reiterara los apartados concernientes a la acreditación del delito de Fraude


Procesal, así como la responsabilidad del quejoso en su comisión.
2. Fundara y motivara el grado de culpabilidad, atento a lo expuesto en esa
ejecutoria.
3. Con libertad de jurisdicción, impusiera las penas que correspondieran a ese
grado de culpabilidad, sin agravar la situación del quejoso, a fin de no violentar
el principio non reformatio in peius.
Concesión que se hizo extensiva a acto de ejecución que emitió el Juez Octavo
Penal de Delitos No Graves del Tribunal en cita.
Y al emitir la nueva sentencia, ahora reclamada, la Sala responsable
concluyó que el ahora quejoso tenia un grado de culpabilidad en el rango
equidistante entre la mínima y la media esto es 1/4, un cuarto de la gráfica de
punibilidad y acorde con ello, confirmó las sanciones que emitió el juez del
conocimiento; es decir el mismo que le había determinado en la primera
sentencia; y le impuso las mismas penas también.
Y en cuanto a lo que había de libertad de jurisdicción, que es
concerniente a la graduación de la culpabilidad, como base para imponer las
penas, se analizan los conceptos de violación que hace valer en este tema el
quejoso, que en esencia, alegó los siguientes:
a) La responsable no funda ni motiva el grado de culpabilidad del
quejoso, dada la ausencia de prueba que acredita su responsabilidad, no
consideró que no hay correlación del nexo causal con los hechos que se le
imputan porque indebidamente se le condenó.
b) La Sala responsable realizó una indebida valoración probatoria
debido a que valoró una nueva pericial en materia de grafoscopía -la cual
estima no se emitió conforme a derecho- y se concretó únicamente a realizar
una confronta de los argumentos esgrimidos entre el juez de la causa y los
agravios expresados por la representación social, sin que realizara una
valoración de las pruebas que ofreció éste durante el proceso, pero alega que si
concedió plena credibilidad a su contraparte querellante, actuando parcialmente
a su favor.
c) La responsable no justificó de manera puntual la forma en la que
actuó el hoy quejoso y que actualiza su responsabilidad en el delito de Fraude
procesal.
d) Se omitió valorar los documentos del juicio 777/1994 ya citado, por
las que demostró que renunció a la exclusividad del departamento y omitió que

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no existe la cesión de derechos que se alude de diecinueve de junio del noventa
y uno.
e) Existe duda razonable en cuanto a considerar simulado el acto, por el
hecho de que Margarita Cecilia haya recibido los documentos del
emplazamiento al juicio 777/1994 ya citado, sin manifestar que Eduardo Alberto
ya no vivía ahí.
f) La Sala responsable omite valorar la diligencia de trece de junio de
dos mil doce, del juicio 523/2012, en donde el actuario adscrito al Juzgado
Octagésimo Tercero de lo Civil de esta ciudad asentó que tuvo por emplazado
al ahora cosentenciado Eduardo Alberto en el domicilio objeto de la litis, misma
que demuestra que el cosentenciado seguía habitando el departamento.
g) Existe duda razonable en cuanto a considerar simulado el acto, por el
hecho de que Margarita Cecilia y Daniel tuvieran conocimiento del juicio seguido
desde la primera diligencia y no obstante ello, nunca se hubieran presentado
ante el juzgador sino hasta que existió sentencia en contra de su familiar y
cosentenciado Eduardo Alberto, pues fue cuando denunciaron hasta ese
momento el supuesto fraude procesal que se le imputa.
h) La responsable no realizó una correcta valoración de las pruebas que
obran en la causa 66/2017, debido a que se concretó únicamente a realizar una
confronta de los argumentos esgrimidos entre el juez de la causa y los agravios
expresados por la representación social, sin que realizara una valoración de las
pruebas que ofreció éste durante el proceso, pero alega que, si concedió plena
credibilidad a su contraparte querellante, actuando parcialmente a su favor.
i) La Sala responsable ignoró en su perjuicio la prueba que ofreció como
superviniente, consistente en las copias certificadas de todo actuado en el
expediente 777/1994 ante el Juzgado Cuadragésimo Segundo de lo Civil de
esta ciudad, de la que se advierte que Eduardo Alberto tiene como costumbre ir
a notificarse personalmente de los diversos juicios.
j) El Tribunal de Alzada concedió valor probatorio inequitativo a las
testimoniales desahogadas en juicio por su contraparte, toda vez que no
acreditan la legalidad de la posesión derivada de un instrumento jurídico incierto
porque a dichos testigos no les consta la calidad con la que la querellante hoy
tercera interesada se ostentó en el domicilio controvertido, y a su juicio, esas
testimoniales en ningún momento dan certeza de la cesión de derechos que el
propio amparista desconoce haber tenido conocimiento y que tampoco autorizó
como propietario del inmueble en litigio.
k) La Sala responsable violó el procedimiento porque no le expidió
copias de la sentencia que se reclama y además cometió diversas violaciones
procesales antes de emitir la sentencia materia de la diversa ejecutoria al
imponerle la carga probatoria de probar su inocencia.
l) La Sala responsable se abstiene de cumplir con la ejecutoria de
diverso juicio de amparo 61/2020 y es quien debe acreditar que cumplió con la
ejecutoria del diverso amparo porque tiene la carga probatoria.
m) La responsable por economía procesal cumplió con la
individualización en una sola sentencia para ambos imputados lo que atenta
contra su derecho de motivación.
n) La Sala responsable incumplió porque no funda ni motiva el grado de
culpabilidad del quejoso, dado que no distingue los factores ni señala los

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elementos que invocó para imponer el grado de culpabilidad, de conformidad
con los artículos 70 y 72 del Código Penal para la ciudad de México.
o) La Sala responsable en la sentencia al confirmar las penas viola el
principio de non reformatio in peius porque no aprecia que la pena tenga
relación con la culpabilidad.
p) Se vulneraron sus derechos humanos por la Sala Responsable en la
individualización de las sanciones porque realizó una valoración indebida al no
considerar que no tenía antecedentes y se le debió conceder la pena mínima.
q) La Sala responsable realizó indebidamente una valoración de la
existencia de vínculos de parentesco entre el quejoso, el cosentenciado y la
querellante lo que atenta contra sus derechos fundamentales.
r) La Sala responsable realizó indebidamente una valoración al
considerar el motivo que los impulsó a delinquir por lo que se viola el derecho
penal del acto porque es del autor.
Por lo que, son inoperantes los conceptos de violación -a) a j)- que
expuso el quejoso, es decir, combaten consideraciones que se refieren a la
acreditación del delito y la responsabilidad penal del justiciable en su comisión,
lo que ya se analizó en la sentencia del anterior juicio de amparo porque incluso
hizo valer los mismos conceptos en cita y respecto de los cuales la autoridad
responsable ya no disponía de libertad de jurisdicción, por lo que no es
procedente analizar nuevamente esos aspectos
Sirve de apoyo a lo anterior, la tesis de la Primera Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, cuyo texto es el siguiente:
COSA JUZGADA EN EL JUICIO DE AMPARO. ES IMPROCEDENTE EL
ESTUDIO DE LOS CONCEPTOS DE VIOLACIÓN DIRIGIDOS A
COMBATIRLA. Los procesos de garantías constitucionales se rigen por el
principio de cosa juzgada que conduce a impedir que lo resuelto en definitiva en
un juicio de amparo pueda objeto de nuevo análisis y decisión en otro juicio de
la misma clase, pues uno de los presupuestos procesales radica en que la
materia de decisión subsista, lo cual no acontece cuando tal materia ya ha
quedado resuelta en un procedimiento judicial previo. Este principio se refleja en
el articulo 61, fracción IX, de la Ley de Amparo, donde so determina
expresamente que el juicio constitucional es improcedente contra las
resoluciones dictadas en los juicios de amparo o en ejecución de las mismas.
La aplicación de este enunciado legal en sus términos, sólo tiene lugar en los
casos en que el fallo reclamado se encuentre dictado en su totalidad en
cumplimiento de una sentencia de amparo, caso en el cual debe desecharse la
demanda, si tal situación se advierte al proveer sobre la admisión, o bien,
decretar el sobreseimiento en la resolución terminal Sin embargo, cuando el
fallo reclamado contiene una parte de consideraciones emitidas en
cumplimiento a una ejecutoria de amparo y otra fundada en las propias
atribuciones de la autoridad responsable, la primera porción no es susceptible
de estudio en el nuevo juicio de amparo, por constituir cosa juzgada, y la
porción restante si puede ser analizada, razón por la cual no procede desechar
la demanda ni decretar el sobreseimiento, pero si declarar inoperantes los
argumentos dirigidos a confrontar la parte de la resolución reclamada que ya fue
juzgada por la jurisdicción constitucional.
Respalda lo anterior la tesis que este tribunal comparte de rubro:
CONCEPTOS DE VIOLACIÓN INOPERANTES. LO SON AQUELLOS QUE

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SOSTIENEN QUE LA AUTORIDAD RESPONSABLE NO FUNDO NI MOTIVO
LA SENTENCIA RECLAMADA, CUANDO TIENDEN A COMBATIR LA PARTE
EN QUE SE VINCULO A LA RESPONSABLE EN UNA EJECUTORIA DE
AMPARO ANTERIOR.
También son inoperantes los conceptos -k) a m)- pues se enfocan en
controvertir aspectos ajenos a la litis de este juicio y, más bien, cuestionan la
actuación de la autoridad responsable para dar cumplimiento al fallo
constitucional que se emitió en el 61/2020, lo cual no es materia en este nuevo
juicio.
De tal manera, que este órgano colegiado está impedido jurídicamente
para pronunciarse sobre tópicos que no forman parte de la litis constitucional.
Es aplicable a lo anterior, por identidad de razón, el siguiente criterio
jurisprudencial: AGRAVIOS INOPERANTES EN LA REVISION SON
AQUELLOS EN LOS QUE SE PRODUCE UN IMPEDIMENTO TECNICO QUE
IMPOSIBILITA EL EXAMEN DEL PLANTEAMIENTO QUE CONTIENEN.
Por una parte, es infundado el último concepto de violación que se
sintetizó con el -inciso n)-, en el que el justiciable sostiene, en esencia, que la
autoridad responsable no motivo de forma adecuada la individualización de la
sanción que le impuso.
En efecto, la Sala de apelación condenó al hoy quejoso por el delito de
Fraude procesal con un grado de culpabilidad equidistante entre la mínima y la
media; por lo que le impuso como sanción un año, diez meses, quince días de
prisión y cien días multa, asimismo, decretó la suspensión de sus derechos
políticos.
En ese sentido, la Sala responsable tal como se advierte de las
consideraciones que expuso en la sentencia reclamada en el apartado relativo a
la individualización de las penas, que en esencia se transcribe:
“(…)1. Que la naturaleza de la acción desplegada por los hoy sentenciados
Alejandro y Eduardo fue de manera dolosa, esto es, toda vez que tuvieron ta
conciencia y voluntad de obtener un beneficio indebido para si, respecto al
primero, y para otro respecto al segundo, ya que en forma conjunta simularon
un acto jurídico con el fin de obtener una sentencia contraria a la ley y lo
presentaron a juicio, toda vez que de manera conjunta fingieron celebrar un
contrato de arrendamiento de fecha 16 de abril del 2011, respecto del
departamento 13, ubicado en la calle de Indiana, número 80, colonia Nápoles,
delegación Benito Juárez, con la finalidad de recuperar la posesión del mismo,
ya que la denunciante, hoy coadyuvante del Ministerio Público Margarita Cecilia
Calderón Aguilar en compañía de su familia, viven en dicho inmueble desde
1988; siendo asi que Alejandro presentó dicho contrato para iniciar juicio en
contra de Eduardo, para obtener una sentencia contraria a la ley por parte del
Juez Décimo Segundo Civil de esta ciudad. Causando un perjuicio a la hoy
coadyuvante, al pretender lanzarla de dicho departamento, como resultado de la
sentencia emitida el 24 veinticuatro de septiembre de 2012. Aspectos con los
cuales se conocen las circunstancias exteriores de ejecución de la conducta
realizadas por los inculpados y que resultan perjudiciales a los sentenciados
para establecer el grado de culpabilidad, ya que para llevar a cabo su actuar
eminentemente doloso tuvieron que ponerse de acuerdo para elaborar el acto
judicial simulado. 2. Que la magnitud del daño causado al bien juridico tutelado,
por la comisión del delito Fraude Procesal, cometido por Alejandro y Eduardo,

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fue medio, toda vez que, además de vulnerar el bien juridico tutelado por la
norma, que en el o lo es la correcta administración de justicia, también puso en
peligro los derechos posesorios de la querellante respecto al inmueble afecto a
la causa, de ahí que dicha circunstancia resulta perjudicial para los
sentenciados al momento de establecer el grado de culpabilidad, a virtud de que
dicho documento lo presentaron a juicio, provocando que el juzgador del
conocimiento dictara sentencia condenatoria, e incluso autorizó el lanzamiento
forzoso, es decir la afectación a la administración de la justicia fue grave debido
a que llegó hasta la ejecución de una sentencia dictada en contra del
ordenamiento legal, e incluso, se puso en peligro el citado bien juridico tutelado
de los ofendidos por una orden judicial 3. Que las circunstancias de tiempo,
lugar, modo y ocasión del hecho realizado, tuvo verificativo el 20 de abril de
2012, siendo las 13:09, el sentenciado Alejandro presentó en Oficialia de Partes
Común del Tribunal Superior de Justicia de esta ciudad, el escrito inicial de
Demanda de controversia de arrendamiento la cual fue radicada en el entonces
Juzgado Octogesimo Tercero ahora Décimo Segundo de lo Civil en el Distrito
Federal, mediante el cual promovió Juicio de Controversia de Arrendamiento
Inmobiliario en contra del también sentenciado Eduardo exhibiendo como
prueba un Contrato de Arrendamiento con supuesta fecha de 16 dieciséis de
abril del 2011 dos mil once, firmado por los hoy sentenciados; por lo que una
vez que se desarrolló el juicio en rebeldia, se dictó sentencia el 24 de
septiembre de 2012, en la que el Juzgado Octogésimo Tercero de lo Civil
resolvió que la parte actora probó su acción y la parte demandada se constituyó
en rebeldia; declarando judicialmente terminado el Contrato de 16 dieciséis de
abril de dos mil once y se condenó a Eduardo a desocupar y entregar a la parte
actora o a quien su derecho represente el departamento. Posterior a ello, la
coadyuvante Margarita Cecilia Calderón Aguilar, denunció por medio de escrito,
que ella vive en ese inmueble desde 1988 mil novecientos noventa y ocho, y
que cuenta con una Cesión de Derechos que le firmó el acusado Eduardo.
Circunstancias que nos permiten conocer la forma en que se llevó a cabo el
hecho a estudio, las cuales atendiendo a sus caracteristicas especificas, son
circunstancias que ya quedaron plasmadas en la acreditación del delito por lo
que no les benefician ni les perjudican para efectos de fijar el grado de
culpabilidad a los sentenciados de mérito. 4. Que la forma y grado de
intervención de los agentes en la comisión del delito: los vinculos de
parentesco, amistad o relación, así como su calidad, se tiene que: a)La
intervención de los hoy sentenciados en la comisión del delito que se les imputa
lo fue realizado conjuntamente en términos de lo dispuesto por el articulo 22
fracción Il del Código Penal Local, pues actuando en forma conjunta para
obtener un beneficio indebido para si en relación a Alejandro, y para otro, para
el caso de Eduardo, Conociéndose asi la intervención plurisubjetiva en que se
ejecutó el delito, lo anterior ni les beneficia ni les perjudica a dichos
sentenciados para tomar en cuenta el grado de responsabilidad que les
corresponde. B) Referente al vinculo de parentesco, amistad o relación entre los
justiciables y la pasivo, de autos se aprecia que existe relación de parentesco
únicamente entre Eduardo y la hoy coadyuvante del Ministerio Público Margarita
Cecilia Calderón Aguilar, ya que el primero es sobrino de la pareja sentimental
de la coadyuvante (hoy occiso); y quien junto con Alejandro planearon de
manera concertada, simular una relación de arrendamiento, respecto del
departamento afecto a la causa, por lo que actuaron, sabiendo que no habia

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sido objeto de ningún alquiler posterior, ni por estos sujetos, ni por ningún otro,
sorprendiendo asi con engaños a la autoridad judicial, al estar ocupado en todo
momento por la pareja de su tio y los hijos de ella, a pesar de ello, se atrevieron
a confeccionar un contrato de arrendamiento escrito, al que le pusieron fecha de
16 dieciséis de abril de 2011 dos mil once, desafiando la existencia de fallos
judiciales firmes, estas personas se repartieron los papeles, Alejandro como el
arrendador y Eduardo como arrendatario, por lo que actuaron con todo dolo,
sabiendo que el departamento a partir de la fecha de aceptación de la oferta de
venta el 31 treinta y uno de marzo de 1989 mil novecientos ochenta y nueve, no
ha sido objeto de ningun alquiler posterior, ni por estos sujetos, ni por ningún
otro sorprendiendo asi con engaños a la autoridad judicial, puesto que el
sentenciado Eduardo tenia conocimiento que su tio el señor Raul Homero
Baños Lupo llevo ala ofendida y a sus hijos, a compartir el departamento 13, de
la calle de sedan número 80, colonia Napoles, delegación enito Juarez, con el
justiciable de mérito, cohabitando como inquilinos, y desde entonces han
habitado dicho departamento de manera ininterrumpida hasta la presentación
de la querella. Aunado a que si bien el sentenciado Alejandro no tiene una
relación de parentesco, amistad o alguna otra relación con la querellante lo
cierto es que se benefició del parentesco que tenia Eduardo con la ofendida y
su familia y junto con su coacusado obtuvieron una sentencia contraria a
derecho. Misma con la que pretendian lanzar a la querellante y a su hijo para
recuperar el departamento que habitan, por lo que simularon el contrato de
arrendamiento pretendieron recuperar la posesión del departamento más no la
propiedad Circunstancia que les perjudica a los hoy sentenciados, para graduar
su culpabilidad. C) Teniendo igualmente constatado que tanto los sentenciados
como la querellante, hoy coadyuvante, no revelan calidad especifica alguna,
respecto del ilicita que cometieron. Por lo que ese factor no les beneficia ni les
perjudica para fijarles el grado de culpabilidad correspondiente. 5. Respecto a la
edad, el nivel de educación, las costumbres, condiciones sociales, económicas
y culturales de los sujetos, asi como los motivos que los impulsaron o
determinaron a delinquir, son: a) Por lo que hace a la edad, Alejandro al rendir
declaración preparatoria dijo contar con 58 cincuenta y ocho años de edad,
Eduardo, dijo en declaración preparatoria tener 50 cincuenta y nueve años de
edad-b) El nivel de educación se tiene que Alejandro que si sabe leer y escribir,
si entiende y habla perfectamente el idioma español escolaridad Licenciatura en
Ingenieria: y Eduardo que si sabe leer y escribir. Si entiende y habla
perfectamente el idioma español, escolaridad Licenciatura en Administración de
Empresas. C) Las costumbres, condiciones sociales. Económicas y culturales,
se tiene que Alejandro, estado civil soltero; ocupación empleado que tiene tres
(sus hijos) dependientes económicos; ingresos económicos $30,000.00 (treinta
mil pesos 00/100 M.N.); que no pertenece a ningún grupo indigena, que no
pertenece a grupo o etnia; que no habla ninguna lengua o dialecto; que no tiene
padecimiento de enfermedad Por lo que respecta a Eduardo, estado civil
soltero: ocupación comerciante: que no tiene dependientes económicos:
ingresos económicos $3.500.00 (tres hil quinientos pesos 00/100 M.N); que no
habla ningún idioma que no pertenece a ningún grupo indigena, que no
pertenece a grupo Etnia, que no habla ninguna lengua o dialecto: que no tiene
padecimiento de enfermedad que no tiene señas particulares Aspectos que les
resulta benéfico para efectos de su reinserción social y, por ende, en la
graduación de su culpabilidad a los hoy sentenciados d) El motivo que los

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impulso a delinquir fue el alcanzar un beneficio indebido al pretender recuperar
el departamento 13, que Alejandro refiere es de su propiedad y de sus
familiares, pero mismo departamento que ofrecio en venta a Eduardo, quien
exhibió ante el juzgado del conocimiento el pago del precio del mismo y
posteriormente cedió los derechos de propiedad o litigiosos a la querellante
Margarita Cecilia Calderon Aguilar quien lo habita en compañía de uno de sus
hijos desde 1988, con conocimiento de los sentenciados de mérito
Circunstancia que se considera perjudicial para establecer el grado de
culpabilidad de los justiciables 6 Que las condiciones fisiológicas y psiquicas en
que se encontraban los justiciables en el momento de la comisión del ilicito, era
de normalidad, además de que como se ha dejado apuntado con antelación no
se trata de personas que padezcan alguna enfermedad fisiológica o psíquica.
Circunstancias que resultan benéficas para la reinserción social de los
sentenciados y, por ende, en la imposición de su culpabilidad antes, durante y
posterior la comisión del delito, no revelan dato que sea de interés para fijar el
grado de culpabilidad. Circunstancias que este Tribunal de Apelación pondera
tomando como base principalmente, por lo que hace al delito Fraude Procesal,
lo que les perjudica a los justiciables fue su actuar en conjunto, simulando un
acto juridico, como lo fue el contrato de arrendamiento, aprovechando la
relación de parentesco, para que ambos obtuvieran un beneficia de manera
económica y con la posesión del inmueble denominado como departamento 13,
lo cual llevaron a cabo de manera dolosa, siendo la magnitud del daño medio,
ya que con su actuar lograron asi, obtener una sentencia que resultó contraria a
la ley pues con ella se ordenaria legalmente el lanzamiento de las personas que
han habitado dicho departamento, afectando con ello el bien juridico tutelado
por la norma, consistente en alterar la correcta administración de la justicia en
agravio de la sociedad, además de poner en peligro el diverso bion juridico
consistente en el patrimonio de la querellante Margarita Cecilia Calderón Aguilar
(sujeto pasivo del delito y de la acción), ya que pretendieron desposeerla del
departamento afecto a la causa que hasta la fecha habita con su hijo que le
sobrevive, bajo una cesión de derechos sobre el mismo que si bien no ha hecho
efectiva ante los tribunales correspondientes si constituye un expectativa de
derecho sobre el departamento ya que el mismo constituye el objeto de
compraventa cuyo precio exhibió ante un órgano jurisdiccional, Eduardo, quien
es la persona que le cedió los derechos del mismo a la ofendida. Por lo que
hace a las circunstancias particulares de los acusados, no requieren calidad
especifica alguna que les haga aún más reprochable su actuar, como tampoco
se advierte de las caracteristicas peculiares de cada uno de ellos alguna
circunstancia que les perjudique, sin embargo, si lo es, el hecho de que hayan
pretendido obtener un beneficio indebido simulando un acto juridico(…) en
cuanto a su actuar posterior y las condiciones personales en que se
encontraban al momento de la comisión del delito, tampoco se advierte alguna
circunstancia que las agrave; de lo que se concluye que hay mayores datos que
les benefician en equilibrio con los que les perjudican, pero al existir estos
últimos, es por lo que se determina que Eduardo y jandro poseen un grado de
culpabilidad medio lo que corresponde a la EQUIDISTANTE ENTRE LA
MÍNIMA Y LA MEDIA esto es, % un cuarto de la gráfica de punibilidad, tal y
como la fijó el Juez del conocimiento en la resolución que se analiza”.
De lo anterior, este tribunal no advierte ilegalidad alguna que amerite
ser subsanada.

11
Por el contrario, la determinación de la Sala responsable es ajustada a
derecho, ya que motivó de manera suficiente los aspectos previstos, con la
explicación en cada factor acerca de si le perjudicaba o beneficiaba, conforme
al articulo 72 del Código Penal para esta ciudad, y luego de confrontarlos,
concluyó que la pena era correcta y confirmó las sanciones que emitió el juez
del conocimiento.
En especifico, en cuanto al grado de culpabilidad, la Sala responsable
razonó y expuso los elementos necesarios relativos a las circunstancias
exteriores de ejecución y propias del delincuente y si bien es cierto volvió a
desarrollar como factores los relativos a las costumbres, condiciones sociales,
económicas y culturales, los relativos a la edad, el nivel de educación
(benéfico), las condiciones fisiológicas y psíquicas del imputado (benéfico).
Éstos se tomaron en cuenta en beneficio del quejoso por lo que no le causan
perjuicio.
De manera que lo anterior no le genera afectación alguna a su esfera
de derechos fundamentales pues se aprecia que la responsable fundó y motivó
adecuadamente su decisión, satisfaciendo así la garantia de legalidad contenida
en el artículo 16 de la Carta Magna, que tiene todo acto de autoridad.
Por otra parte, es infundado el concepto -o)- en el que el justiciable
afirma que la Sala responsable en la sentencia al confirmar las penas viola el
principio de non reformatio in peius porque no aprecia que la pena tenga
relación con el dolo, ya que si bien es cierto la responsable confirmó las penas
del juez de conocimiento también lo es que no las agravó y también la
responsable realizó la relación correspondiente entre la culpabilidad y pena en
el caso, sin embargo, lo correcto o incorrecto de las penas en realidad, es un
tema individualización de la pena, el cual se analizará más adelante en esta
ejecutoria.
Este órgano colegiado considera infundado el concepto de violación
del quejoso -p)- en el que se duele -en esencia- que fue incorrecto el grado de
culpabilidad porque no consideró que no tenía antecedentes y se le debió
conceder la pena mínima.
La Sala de apelación actuó acertadamente al no tomar en cuenta que
no tenía antecedentes para efecto de determinar el grado de culpabilidad, pues
tal como lo estableció la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, el último párrafo del articulo 72 del Código Penal para la Ciudad de
México atenta contra el derecho penal del acto por el cual se decanta nuestro
orden jurídico, en el cual la personalidad del imputado es un criterio irrelevante,
es decir, si tenia o no antecedentes penales.
Sin que le asita la razón tampoco en los conceptos q) y r) en cuanto a
que la Sala responsable valoró indebidamente la existencia de vínculos de
parentesco entre el quejoso, el cosentenciado y la querellante, así como el
motivo para delinquir lo que atenta contra sus derechos fundamentales porque
se castiga al autor.
Sobre el tema, son infundados porque la responsable precisó en el
último apartado que la naturaleza de la acción y los motivos que los impulsaron
a realizar el ilicito, así como la relación de parentesco con las victimas que
generó su actuar fuera con dolo y ello, no atenta contra el derecho penal del
acto porque solo se consideran para valorar el actuar del quejoso.

12
Lo anterior, como justificó la responsable porque derivado de la relación
entre su cosentenciado y la víctima, obtuvieron la información para simular una
relación de arrendamiento pues sabían que no se alquiló con posterioridad a la
muerte de su tío.
En esas condiciones, ante lo inoperantes en parte e infundados en
otra los conceptos de violación del quejoso y, dado que en lo no alegado, nada
hay que suplir, lo procedente es negarle el amparo y protección de la
Justicia Federal.
Negativa que se extiende a los actos de ejecución atribuidos al juez en
cita, por impugnarse en vía de consecuencia y no por vicios propios.
Tampoco procede el estudio de los alegatos que hizo valer el quejoso
porque ya se contestaron en los párrafos que anteceden y no se advierte que
haya hecho valer alguna causa de improcedencia, de conformidad con la tesis I
Región70.8 K (10ª). Cuyo rubro es el siguiente: “ALEGATOS EN EL JUICIO DE
AMPARO DIRECTO. DEBEN ANALIZARSE CUANDO SE PLANTEAN
CAUSALES DE IMPROCEDENCIA.
Por lo expuesto y fundado, se
RESUELVE
Único. La Justicia de la Unión no ampara ni protege a Alejandro Quiroz
Robles, contra los actos que reclamó a las autoridades responsables que indicó
en el resultando 1 de esta ejecutoria, por las razones expuestas en la parte final
del considerando III de este fallo.

Es por la Ejecutoria transcrita, por la que vengo a promover el presente


RECURSO DE REVISIÓN, en donde el A Quo sobreseyó y negó el amparo, el
cual se promueve con fundamento en los dispuesto por los artículos 107, fracción
IX de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; 81, fracción II, 83
y demás relativos y aplicables de la Ley de Amparo en vigor, ya que viola los
derechos humanos reconocidos por la Carta Fundamental así como por los
Tratados Internacionales adoptados por el Estado Mexicano y por tanto el mayor
benefició en caso de obtener una sentencia favorable nada más y nada menos es
el respeto de los derechos humanos intemporales del recurrente, por lo que, la
materia del presente Recurso de Revisión versa en el sentido de aplicar lo
dispuesto por el propio artículo 1º de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos en cuanto a que el Juzgador se encontraba indefectiblemente
obligado a observar el principio pro personae, en virtud del cual debe siempre
aplicar la interpretación más extensiva de una norma cuando se trata de reconocer
derechos humanos, es decir, ante la existencia de varias posibilidades de solución
a un mismo problema, estaba obligado a optar por la que protege en términos más
amplios a la persona humana.

MOTIVOS POR LOS CUALES ESTA H. SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA


NACIÓN ES NOTORIAMENTE COMPETENTE Y LA ÚNICA FACULTADA PARA
CONOCER Y RESOLVER DEL PRESENTE RECURSO DE REVISIÓN DE LA
DEMANDA DE AMPARO DIRECTO.

13
A N T E C E D E N T E S :

1.- Con fecha 13 de diciembre del 2019, la autoridad ejecutora, es decir el


C. JUEZ OCTAVO PENAL DE DELITOS NO GRAVES DE LA CIUDAD DE
MÉXICO, en la causa 66/2017 pronunció sentencia, en donde condena al ahora
quejoso, por el delito de fraude procesal.

2.- El suscrito en tiempo y forma, interpuso RECURSO DE APELACIÓN en


contra de la sentencia antes precisada, de la cual correspondió conocer a la
responsable ordenadora, OCTAVA SALA PENAL DE MÉRITO, en donde le
designó el toca de apelación 15/2020, expresándole los agravios
correspondientes.

3.- Con fecha 3 de agosto del 2020, la ordenadora antes precisada, dictó
la resolución, la cual fue combatida mediante juicio de garantías directo, del cual
conoció el H. Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Circuito, juicio de
garantías número 61/2020, concediendo el amparo y protección para efectos al
quejoso.
4.- Nuevamente la sala responsable, con fecha 30 de noviembre del 2020
en el toca 15/2020 dictó nueva resolución para cumplimentar la ejecutoria de
amparo de referencia, confirmando la sentencia de primer grado, y condenando
al quejoso nuevamente por el delito de fraude procesal.

5.- El quejoso nuevamente interpuso amparo directo en contra de dicha


resolución, por los motivos y conceptos de violación expresados en su demanda,
que nuevamente tocó conocer el H. Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal
del Primer Circuito, juicio de garantías número 24/2021.

6.- Con fecha 27 de mayo del 2021, el H. Primer Tribunal Colegiado antes
precisado, dictó resolución violatoria a las garantías de audiencia y seguridad
jurídica consignadas en los preceptos 1, 14, 16, 17, 20 y 133 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos; misma resolución que causa los
siguientes:

A G R A V I O S

14
PRIMERO.- Le causa agravio al quejoso la ejecutoria pronunciada por el
Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, al negarle la
protección de la Justicia Federal impetrada en contra de actos de la Octava Sala
Penal del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, al declarar
infundados los conceptos de violación que se hicieron valer en la demanda de
amparo directo, de lo que se desprende que la autoridad no llevó a cabo una
reflexiva consideración de los conceptos de violación planteados en la misma.

Era de concederle el Amparo y Protección de la Justicia Federal porque


la Autoridad Responsable Ordenadora viola en su perjuicio las garantías
individuales consagradas en los artículos 1, 14, 16, 17, 20 y 133 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, toda vez que el acto
reclamado no fue dictado conforme a lo establecido por dichos preceptos
constitucionales, dado que no se cumplió con las formalidades procesales
exigidas para el caso concreto que ahora se reclama, ya que no fundamentó ni
motivó debidamente su resolución como debió hacerlo, aplicando la ley
inexactamente, agraviándole por consecuencia en lo personal y en su esfera
jurídica, resultando con ello que debió fundar y motivar dicha resolución conforme
lo ordena Nuestra Carta Magna, al igual que como lo dispone el Capítulo Noveno,
Título Sexto del Código Federal de Procedimientos Penales, ya que toda
fundamentación y motivación deben ser apegadas a Derecho y con los
lineamientos legales aplicables al caso concreto porque de no ser así, sin duda se
incumple con los principios de legalidad consagrados en los artículos 14 y 16 de
nuestra Constitución Política.

El artículo 14 Constitucional sostiene en su segundo párrafo, la garantía


de audiencia, merced a la cual nadie puede ser privado de la libertad si no se
sigue un juicio en que se observen las formalidades esenciales del procedimiento.

Ese mismo numeral prevé en su tercer párrafo, que la aplicación de la


ley penal debe hacerse en forma exacta, quedando prohibida la aplicación de la
ley por analogía y aún más por mayoría de razón.

El artículo 16 constitucional contempla en su primer párrafo, la garantía


de legalidad que obliga a todas las autoridades, aun las judiciales a basar sus
actos en Derecho, mediante la aplicación de la ley en forma estricta, y es el caso
que se omitió el estudio del criterio jurisprudencial correspondiente a la Séptima
Época. Instancia: Segunda Sala. Fuente: Apéndice de 1995.Tomo: Tomo VI, Parte
SCJN. Tesis: 264. Página 178, cuyos testo y rubro son:

15
FUNDAMENTACIÓN Y MOTIVACIÓN, GARANTÍA DE. Para que la
autoridad cumpla la garantía de legalidad que establece el artículo 16
de la Constitución Federal en cuanto a la suficiente fundamentación y
motivación de sus determinaciones, en ellas debe citar el precepto
legal que le sirva de apoyo y expresar los razonamientos que la
llevaron a la conclusión de que el asunto concreto de que se trata,
que las origina, encuadra en los presupuestos de la norma que
invoca.

Así mismo, también es aplicable la tesis de la Novena Época, emitida


por la Primera Sala, visible en el Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta. Tomo: XXII, Diciembre de 2005. Tesis: la./J. 139/2005. Página: 162, la
cual a la letra dice:

FUNDAMENTACIÓN Y MOTIVACIÓN DE LAS RESOLUCIONES


JURISDICCIONALES, DEBEN ANALIZARSE A LA LUZ DE LOS
ARTÍCULOS 14 Y 16 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS
ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, RESPECTIVAMENTE. Entre las
diversas garantías contenidas en el segundo párrafo del artículo 14
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, sustento
de la garantía de audiencia, está la relativa al respeto de las
formalidades esenciales del procedimiento, también conocida como
de debido proceso legal, la cual se refiere al cumplimiento de las
condiciones fundamentales que deben satisfacerse en el
procedimiento jurisdiccional que concluye con el dictado de una
resolución que dirime las cuestiones debatidas. Esta garantía obliga
al juzgador a decidir las controversias sometidas a su conocimiento,
considerando todos y cada uno de los argumentos aducidos en la
demanda, en su contestación, así como las demás pretensiones
deducidas oportunamente en el pleito, de tal forma que se condene o
absuelva al demandado, resolviendo sobre todos los puntos litigiosos
materia del debate. Sin embargo, esta determinación del juzgador no
debe desvincularse de lo dispuesto por el primer párrafo del artículo
16 constitucional, que impone a las autoridades la obligación de
fundar y motivar debidamente los actos que emitan, esto es, que se
expresen las razones de derecho y los motivos de hecho
considerados para su dictado, los cuales deberán ser reales, ciertos e
investidos de la fuerza legal suficiente para provocar el acto de
autoridad. Ahora bien, como a las garantías individuales previstas en
la Carta Magna les son aplicables las consideraciones sobre la
supremacía constitucional en términos de su artículo 133, es

16
indudable que las resoluciones que emitan deben cumplir con las
garantías de debido proceso legal y de legalidad contenidas en los
artículos 14 y 16 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos. Así, la fundamentación y motivación de una resolución
jurisdiccional se encuentra en el análisis exhaustivo de los puntos que
integran la litis, es decir, en el estudio de las acciones y excepciones
del debate, apoyándose en el o los preceptos jurídicos que permiten
expedirla y que establezcan la hipótesis que genere su emisión, así
como en la exposición concreta de las circunstancias especiales,
razones particulares o causas inmediatas tomadas en consideración
para la emisión del acto, siendo necesario, además, que exista
adecuación entre los motivos aducidos y las normas aplicables al
caso.

Con base en lo anterior también se cita el criterio judicial de la Novena


época. Instancia: Pleno. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta. Tomo: l, Mayo de 1995. Tesis: P. IX/95, Página: 82, el cual a la letra dice:

EXACTA APLICACIÓN DE LA LEY EN MATERIA PENAL,


GARANTÍA DE. SU CONTENIDO Y ALCANCE ABARCA TAMBIÉN
A LA LEY MISMA. La interpretación del tercer párrafo del artículo 14
constitucional, que prevé como garantía la exacta aplicación de la ley
en materia penal, no se circunscribe a los meros actos de aplicación,
sino que abarca también a la propia ley que se aplica, la que debe
estar redactada de tal forma, que los términos mediante los cuales
especifique los elementos respectivos sean claros, precisos y
exactos. La autoridad legislativa no puede sustraerse al deber de
consignar en las leyes penales que expida, expresiones y conceptos
claros, precisos y exactos, al prever las penas y describir las
conductas que señalen como típicas, incluyendo todos sus
elementos, características, condiciones, términos y plazos, cuando
ello sea necesario para evitar confusiones en su aplicación o demérito
en la defensa del procesado. Por tanto, la ley que carezca de tales
requisitos de certeza, resulta violatoria de la garantía indicada
prevista en el artículo 14 de la Constitución General de la República.

SEGUNDO.- Dejando de atender el Juez de Origen, el Magistrado Revisor


y la Autoridad de Amparo el artículo 1 0 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos y el Principio Pro Persona violentando sus derechos humanos
con su determinación.

17
Por lo que las Autoridades al darle la razón al Agente del Ministerio
Público de la Federación lo dejan en desamparo, al inobservar lo señalado en el
artículo 1 0
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y el
Principio Pro Persona.

Si bien es cierto el artículo 1 0 de la Constitución Política de los Estados


Unidos Mexicanos reza:

Artículo 1ro.- En los Estados Unidos Mexicanos todas las


personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta
Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado
Mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección,
cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los
casos y bajo las condiciones que esta Constitución establece.
Las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán
de conformidad con esta Constitución y con los tratados
internacionales de la materia favoreciendo en todo tiempo a las
personas la protección más amplia.
Todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias,
tienen la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los
derechos humanos de conformidad con los principios de
universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. En
consecuencia, el Estado deberá prevenir, investigar, sancionar y
reparar las violaciones a los derechos humanos, en los términos que
establezca la ley.

Está prohibida la esclavitud en los Estados Unidos Mexicanos.


Los esclavos del extranjero que entren al territorio nacional
alcanzarán, por este solo hecho, su libertad y la protección de las
leyes.
Queda prohibida toda discriminación motivada por origen
étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición
social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las
preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente
contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar
los derechos y libertades de las personas.

En consecuencia, dado que todo juez interno, debe comportarse como


Juez Interamericano y velar porque el fin útil de la Convención no se vea
mermado con la aplicación de normas contrarias a su objeto, sino también cuando
no se respetan en sí los derechos humanos, sobre la base del principio pro

18
persona, se puede apreciar que no se hizo prevalecer el mencionado principio de
presunción de inocencia y que se hizo una interpretación limitativa y no amplia de
los derechos del justiciable, por parte de las autoridades responsables.

Sirve de apoyo a este argumento la Tesis: III.40.(lll Región) 5 K (10a.),


emitida por el Cuarto Tribunal Colegiado de Circuito del Centro Auxiliar de La
Tercera Región, con Residencia en Guadalajara, Jalisco, de la Décima Época.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Libro IV, Enero de
2012, Tomo 5, a Página: 4320 que se transcribe:

"CONTROL DE CONVENCIONALIDAD. CÓMO DEBEN


EJERCERLO LOS ÓRGANOS JURISDICCIONALES
NACIONALES. El artículo 10. de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, a partir de su reforma publicada en el
Diario Oficial de la Federación el 10 de junio de 2011, tuvo
importantes modificaciones que impactan directamente en la
administración de justicia, porque evidencian el reconocimiento de la
progresividad de los derechos humanos, mediante la expresión clara
del principio pro persona como rector de la interpretación y aplicación
de las normas jurídicas, privilegiando aquellas que brinden mayor
protección a las personas. De esta manera, todos los órganos
jurisdiccionales nacionales deberán, en principio, ejercer el control de
convencionalidad de las normas, atendiendo no sólo a los derechos
humanos que consagra nuestra Carta Magna, sino también a los
contenidos en los tratados internacionales que la Nación tenga
suscritos en materia de derechos humanos. Así, actualmente existen
dos vertientes dentro del modelo de control de constitucionalidad en
el orden jurídico mexicano que son acordes con un modelo de control
de convencionalidad en los términos apuntados: Primero, el control
concentrado en los órganos del Poder Judicial de la Federación
mediante las acciones de inconstitucionalidad, las controversias
constitucionales y el amparo directo e indirecto y, segundo, el control
por parte del resto de los Jueces del país en forma incidental durante
los procesos ordinarios en los que son competentes, esto es, sin
necesidad de abrir un expediente por cuerda separada. En estas
condiciones, el parámetro de análisis de este tipo de control que
deberán ejercer todos los Jueces del país, se integra de la manera
siguiente: 1) Todos los derechos humanos que contemple la
Constitución Federal (con fundamento en sus artículos lo. y 133), así
como la jurisprudencia emitida por el Poder Judicial de la Federación;
2) Todos los derechos humanos que dispongan los tratados

19
internacionales en los que el Estado Mexicano sea parte; 3) Criterios
vinculantes de la Corte Interamericana de Derechos Humanos
sustentados en las sentencias en las que el Estado Mexicano sea
parte, y criterios orientadores de la jurisprudencia y precedentes de la
citada Corte, cuando el Estado Mexicano no sea parte. De este
modo, este tipo de interpretación por parte de los Jueces presupone
realizar tres pasos: a) Interpretación conforme en sentido amplio.
Significa que los Jueces del país, al igual que todas las demás
autoridades del Estado Mexicano, deben interpretar el orden jurídico
a la luz y conforme a los derechos humanos establecidos en la
Constitución y en los tratados internacionales en los cuales el Estado
Mexicano sea parte, favoreciendo en todo tiempo a las personas la
protección más amplia; b) Interpretación conforme en sentido estricto.
Se traduce en que cuando hay varias interpretaciones jurídicamente
válidas, los Jueces deben, partiendo de la presunción de
constitucionalidad de las leyes, preferir aquella que hace a la ley
acorde a los derechos humanos establecidos en la Ley Suprema y en
los tratados internacionales en los que México sea parte, para evitar
incidir o vulnerar el contenido esencial de estos derechos; y, c)
Inaplicación de la norma que menos beneficie cuando las alternativas
anteriores no son posibles. Lo anterior no rompe con la lógica del
principio de división de poderes y del federalismo, sino que fortalece
el papel de los Jueces al ser el último recurso para asegurar la
primacía y aplicación efectiva de los derechos humanos establecidos
en la Constitución y en los tratados internacionales de los cuales el
Estado Mexicano es parte. "

TERCERO.- La autoridad de Amparo le irroga agravios toda vez que


deja de aplicarse a su favor lo dispuesto por el artículo 17 de la Ley Suprema, el
cual establece que toda persona tiene derecho a que se le administre justicia por
tribunales que estarán expeditos para impartirla en los plazos y términos que fijen
las leyes, emitiendo sus resoluciones de manera, pronta, completa e imparcial, a
su vez de que el Magistrado no puede suplir las deficiencias del Agente del
Ministerio Público de la Federación. Dicho numeral exige que la administración de
justicia se haga en forma imparcial, prohibiendo que las autoridades judiciales
tiendan a favorecer o perjudicar a una persona, por lo que estimo que el concepto
de violación en que se planteó la vulneración a las garantías aludidas de
seguridad jurídica y exacta aplicación de ley, era fundado.

A su vez, el artículo 17 Constitucional sostiene como una garantía


individual, la consistente en la administración de justicia completa, entendiendo

20
por ello que el Juez debe resolver la controversia ante él planteada y, por lo que
hace a los Magistrados de segunda instancia, estos deben resolver el problema
planteado en el recurso respectivo, específicamente estudiando los agravios que
hayan sido expresados por el recurrente.

Efectivamente, la responsable no entra al análisis de agravios, sino que


se dedica a sostener diversas situaciones para de ahí poder negar el amparo y
protección de la justicia federal sin que se preocupe por cumplir con la garantía de
administración de justicia que prevé el artículo 17 de la Carta Magna, mucho
menos aplicó a favor del ahora quejoso ALEJANDRO QUIROZ ROBLES la
suplencia de ley, por lo que es de otorgársele el amparo impetrado.

CUARTO: Por cuanto la tutela judicial efectiva es violentada por el Primer


Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, pues aplicó
inexactamente las normas del Código Penal para el Distrito Federal al condenar
al quejoso a veinte años de prisión por la comisión del delito de FRAUDE
PROCESAL.

El acto reclamado carece de adecuada fundamentación y motivación,


además de que se condenó al quejoso con base en un precepto normativo que no
era aplicable, pues fue sentenciado por la comisión del ilícito de FRAUDE
PROCESAL.

El procedimiento penal seguido contra el quejoso violó el artículo 17


constitucional, pues inició después de la prescripción de la acción penal. Así, la
acción penal por el delito de FRAUDE PROCESASL prescribió.

Es necesario señalar, que el Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal


del Primer Circuito se abstuvo de estudiar los conceptos de violación en suplencia
de la queja deficiente —en caso de que exista—, en términos del artículo 107,
fracción II, párrafo quinto, de la Constitución General de la República, vinculado
con el artículo 79, fracción III, inciso a), de la Ley de Amparo, en atención a que
es un amparo en materia penal y el quejoso tiene la calidad de imputado en la
causa penal relativa al toca penal de origen en el que se pronunció el acto que
ahora es reclamado.

Sobre este aspecto, se invoca la jurisprudencia VI.2o.J/294, emitida por el


Segundo Tribunal Colegiado del Sexto Circuito, visible en la página sesenta y
siete, agosto de mil novecientos PJF - Versión Pública7 noventa y cuatro, Octava
Época, del Semanario Judicial de la Federación, que dice:

21
“SUPLENCIA DE LA DEFICIENCIA DE LA QUEJA EN
MATERIA PENAL, LÍMITES DE LA. Si bien el juez de Distrito tiene la
facultad de suplir la deficiencia de la queja en términos del artículo 76
bis, fracción II de la Ley de Amparo, tal facultad se constriñe a la
mera suplencia de argumentos no expresados en la demanda de
garantías, o en su caso, en el escrito de revisión, es decir, se reduce
al perfeccionamiento de conceptos de violación o de agravios,
llegando al grado de esgrimirlos a pesar de que en la demanda o en
el escrito de revisión hubiera ausencia de unos u otros; pero tal
suplencia no llega al extremo de recabar pruebas de oficio y mucho
menos a declarar la inconstitucionalidad de un auto de formal prisión
sin prueba alguna”.

De igual manera, la jurisprudencia II. 1º. P.J/6, sostenida por el Primer


Tribunal Colegiado en Materia Penal del Segundo Distrito, tomo XVII, del mes de
abril de dos mil tres, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, de la Novena Época, visible en la página 1015, bajo el tenor siguiente:

“QUEJA, SUPLENCIA DE LA, EN MATERIA PENAL.


ALCANCES. En materia penal la suplencia de la queja consiste
únicamente en suplir razonamientos por los cuales el quejoso estima
que se violaron sus garantías constitucionales y los preceptos que
consideró violados con el acto reclamado, pero no autoriza a cambiar
los elementos del juicio de amparo que el quejoso señaló en la
demanda, como lo es la indicación del acto reclamado y de la
autoridad responsable”.

Adicionalmente, debe tenerse en consideración que en el juicio de amparo


indirecto, se debe observar, entre otros, el principio de non reformatio in peius,
por lo que al analizar el acto reclamado, éste será el límite del órgano de amparo
en cuanto a la legalidad y consecuente constitucionalidad de dicho acto, en virtud
de que el juicio de garantías no es una instancia más en el proceso penal; es
decir, no se sustituye en las funciones propias de la autoridad responsable, pues
ello trastocaría el orden jurídico y se tergiversaría la esencia del objeto del juicio
de amparo, además, de atentar contra el principio en cita.

Ilustra lo expuesto, la tesis III.2o.P.156 P, sustentada por el Segundo


Tribunal Colegiado en Materia Penal del Tercer Circuito, PJF - Versión Pública8
publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época,
Tomo XXI, Marzo de 2005, página 1237, de rubro y texto siguientes:

22
“SENTENCIA DE AMPARO INDIRECTO. SI EN ELLA SE
OTORGA LA PROTECCIÓN CONSTITUCIONAL POR NO
HABERSE INTEGRADO LOS ELEMENTOS DEL TIPO PENAL DEL
DELITO POR EL QUE SE DICTÓ FORMAL PRISIÓN, EL
TRIBUNAL DE AMPARO SE ENCUENTRA IMPEDIDO PARA
REUBICAR LA CONDUCTA DESPLEGADA POR EL INCULPADO
NO OBSTANTE QUE ENCUADRE EN DIVERSA FIGURA TÍPICA.
Los alcances de la sentencia de amparo indirecto que concede la
protección constitucional contra el auto de formal prisión dictado por
el delito de robo calificado, cuando se estima que los elementos que
integran el tipo no se comprobaron, son los de la concesión en forma
lisa y llana, esto es, debe ordenarse a la responsable que deje
insubsistente el acto reclamado y en una nueva resolución establezca
que no se configuró el delito de robo calificado, pues no obstante que
la conducta desplegada por el quejoso pudiera encuadrar en otra
figura típica (robo de uso), el tribunal de amparo se encuentra
impedido para reubicarla, porque como órgano de control
constitucional al convertirse en revisor del acto que se atribuye a la
autoridad, su límite es el analizar la legalidad y consecuente
constitucionalidad de dicho acto, en virtud de que el juicio de
garantías no es una instancia más en el proceso penal, de ahí que al
estudiar la constitucionalidad del acto que se combate no puede
aplicar una ley o precepto diferente de los que hayan servido de
apoyo para emitirlo, de lo contrario no se revisaría la determinación
de la autoridad responsable que se tacha de inconstitucional, sino
que se le sustituye en funciones propias, lo que genera que se
trastoque el orden jurídico y se tergiverse la esencia del objeto del
juicio de amparo, además, ese proceder atenta contra el principio de
non reformatio in peius, si se toma en cuenta que de concederse el
amparo para efectos de que el Juez de la causa ubique la conducta
del quejoso en otro ilícito, podría agravar su situación jurídica si
resultara que el nuevo delito prevé una sanción mayor.”.

Por su parte, la Primera Sala del Máximo Tribunal del País, determinó en la
jurisprudencia 1a./J. 62/99, que cuando se reclama una orden de aprehensión,
como en el caso justiciable, el juez de amparo debe analizar de manera oficiosa
la prescripción, por ser de estudio preferente.

Dicha jurisprudencia, puede ser consultada en el Semanario Judicial de la


Federación y su Gaceta, Tomo X, Noviembre de 1999, Novena Época, página
316, bajo el rubro y texto siguientes:

23
“PRESCRIPCIÓN, EL JUEZ DE AMPARO DEBE
ANALIZARLA CUANDO SE RECLAMA LA ORDEN DE
APREHENSIÓN. POR SER FIGURA PROCESAL DE ORDEN
PÚBLICO, SU ESTUDIO ES PREFERENTE Y OFICIOSO. Al
combatir el libramiento de una orden PJF - Versión Pública9 de
aprehensión como acto reclamado en el juicio de garantías, el
quejoso está compareciendo ante los órganos de la autoridad pública
en relación con el mandamiento de captura que se está reclamando y
siendo la prescripción una figura procesal de estudio preferente y
oficioso, el Juez de Distrito tiene la obligación de analizar tanto la
legalidad del acto reclamado como los aspectos de competencia,
requisitos de procedibilidad, causas de extinción de la acción penal,
etc., obligación que en tratándose del juicio de garantías en materia
penal, es más amplia, dado que el artículo 76 bis, fracción II, de la
Ley de Amparo previene la suplencia de la queja aun la total, en
beneficio del reo, es decir, ante la ausencia de conceptos de
violación, por lo que si la violación alegada en agravio del quejoso,
consiste en no haber cumplido la autoridad responsable con la
obligación de declarar de oficio y aun sin haberse hecho valer, la
extinción de la acción penal por prescripción, ya que antes de emitir
un mandamiento de captura el Juez responsable, debe percatarse si
la acción penal se encuentra o no prescrita, en virtud de que, de
darse el primer supuesto, si se libra la orden de aprehensión, el acto
deviene inconstitucional y conforme lo dispone el artículo 78 de la Ley
de Amparo, el acto debe analizarse tal y como aparezca probado ante
la responsable, esto es, a no allegarse de más pruebas que le
permitan conocer los hechos, que de aquellas que formen parte de la
averiguación previa. Por otra parte, en relación al amparo directo, la
propia ley de la materia, en su artículo 183, exige que el tribunal supla
la deficiencia de la queja cuando estando prescrita la acción penal, el
quejoso no la alegue; al existir la misma razón jurídica en el amparo
indirecto, no hay obstáculo para realizar su estudio, sobre todo si lo
alega el quejoso y las constancias en que se apoya el acto reclamado
son aptas y suficientes para dicho examen.”

Con relación al tema, en el concepto de violación marcado como segundo,


se alega medularmente, que la sala responsable debió analizar de manera
oficiosa, lo cual no aconteció y, de haberlo hecho, hubiera advertido que el
veinticuatro de agosto de dos mil doce prescribió la pretensión punitiva, conforme
a lo previsto en los artículos 111, 117, 119 y 121 del Código Penal vigente en el

24
Estado de Baja California Sur, al momento de cometerse el hecho ilícito
imputado, en relación con los preceptos 314, 315 y 316 del código indicado.

Es substancialmente fundado el concepto de violación, y suficiente para


conceder la protección de la justicia Federal.

Como punto de partida, debe indicarse que es criterio de la Primera Sala


del Máximo Tribunal de Justicia del País, que la prescripción de la acción penal
supone una inactividad del Ministerio Público en relación con el derecho de
persecución del PJF - Versión Pública10 cual es titular, durante todo el tiempo
que la ley señala como suficiente para su extinción.

Lo anterior, se encuentra reflejado en la tesis visible en el Semanario


Judicial de la Federación, Volumen XLV, Segunda Parte, Sexta Época, página 64,
de rubro y texto siguientes:

“PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN Y DE LA PENA. Conviene


distinguir, desde luego, entre la prescripción de la acción y la
prescripción de la pena. La acción penal como derecho de
persecución que nace cuando se ha cometido un delito, prescribe por
el simple transcurso del tiempo si no se ejercita por el Ministerio
Público, reclamando del órgano jurisdiccional, la declaración del
derecho en el hecho que estima delictuoso y la determinación de la
pena que debe aplicarse al delincuente. Consecuentemente, la
prescripción de la acción supone una inactividad del Ministerio
Público por todo el tiempo que la ley señala como suficiente para
extinguirse por su no ejercicio o actuación de ese derecho de
persecución. En cambio, la prescripción de la pena supone el
incumplimiento de la sentencia y, en una pena privativa de la libertad,
la fuga implica el incumplimiento de la sentencia.”.

Además, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,


también ha estimado que el fundamento de la prescripción radica no sólo en la
autolimitación del Estado para ejercer su poder represivo, sino también en la
seguridad que todos los hombres deben tener ante el propio Estado; en
consecuencia, la prescripción de la acción penal, más que un beneficio para el
inculpado o un derecho procedimental, es una consecuencia o sanción para la
autoridad encargada de investigar y perseguir los delitos, ante su inactividad.

Al respecto, cobra aplicación la tesis 1a. XLIV/2001, sustentada por la


Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicada en el
25
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XIII, Junio de 2001,
Novena Época, página 245, cuyo epígrafe y sinopsis textual son los siguientes:

“PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN PENAL. EL ARTÍCULO


110 DEL CÓDIGO PENAL PARA EL DISTRITO FEDERAL QUE
PREVÉ SU INTERRUPCIÓN CUANDO SE PRACTIQUEN CIERTOS
ACTOS PROCEDIMENTALES, NO TRANSGREDE LAS
GARANTÍAS DE SEGURIDAD JURÍDICA CONSAGRADAS EN LOS
ARTÍCULOS 14 PJF - Versión Pública11 AL 23 DE LA
CONSTITUCIÓN FEDERAL. Si bien es cierto que la prescripción de
la acción persecutoria, cuyo fundamento radica tanto en la
autolimitación del Estado para ejercer su poder represivo como en la
seguridad jurídica que todos los hombres deben tener ante aquél, es
una figura necesaria en la medida que preserva la justicia criminal,
pues sólo a través de ella el individuo y la sociedad adquieren certeza
y confianza en que los procesos no se paralicen hasta el infinito,
también lo es que al determinar el artículo 110 del Código Penal para
el Distrito Federal que los actos de procedimiento son causas que
interrumpen su curso, no atenta contra las garantías de seguridad
jurídica previstas en los artículos 14 al 23 de la Constitución Federal
que exigen el cumplimiento de los requisitos de orden constitucional y
legal en cualquier acto de autoridad. Ello es así, porque si el derecho
del Estado para perseguir al presunto delincuente surge en el mismo
momento en que se produce el hecho relevante y se inicia el curso de
la prescripción de la acción penal, no puede exigirse al Estado una
actuación inmediata, cuando es la propia ley la que impone actuar en
todo caso fundada y motivadamente, esto es, para el ejercicio de la
referida acción, es necesaria la práctica de ciertos actos
procedimentales que revelan el interés del Estado en cumplir con su
función persecutoria y represiva, obteniendo la calificación del hecho
y de su autor para extraer de ella las consecuencias que la ley
señala. Además, no se deja al arbitrio del Ministerio Público la
realización de todos los actos encaminados a interrumpir la
prescripción, pues sólo las actuaciones que se practiquen en
averiguación del delito y del probable responsable son aptas para
hacerlo, siempre y cuando no se realicen después de que haya
transcurrido la mitad del lapso necesario para la prescripción, pues,
en caso contrario, ésta no se interrumpirá sino con la aprehensión del
inculpado, armonizándose con ello los fundamentos de la figura
jurídica de que se trata.”

26
De la interpretación armónica de los precepto legales antes citados, se
colige que la extinción de la acción penal y de la potestad a ejecutar las penas y
medidas de seguridad, se resolverá de oficio o a petición de parte, en cualquier
momento del procedimiento penal; que cuando las causas extintivas de
responsabilidad se comprueben durante la averiguación previa, el ministerio
público decretará el no ejercicio de la acción penal y, si ocurre después de
ejercitada la acción penal, pero antes de que se dicte sentencia definitiva, deberá
desistirse de la acción penal o presentar conclusiones no acusatorias, en su caso;
que en estos casos, cuando lo solicite la defensa o el juez considere extinguida la
responsabilidad, dictará auto de sobreseimiento o sentencia absolutoria, según la
fase procesal.”.

Asimismo, la acción penal prescribirá en un plazo igual al término medio


aritmético de la pena privativa de libertad que corresponda al delito cometido,
incluyendo los tipos agravados, cuyo plazo no será menor de tres años, ni mayor
de quince, el cual se contará desde que se cometió el delito instantáneo; desde
que cesó el permanente o desde el día en que se hubiese realizado el último acto
de ejecución en los casos de delito continuado o de tentativa.

En la inteligencia de que la prescripción de la pretensión punitiva se


interrumpirá por las actuaciones que se practiquen en la averiguación previa o
durante el procedimiento judicial; que si se dejare de actuar comenzará de nuevo
desde el día siguiente al de la última actuación o resolución, siempre que esto
ocurra en la primera mitad del término de prescripción, pues si la interrupción se
configura después de transcurrida la mitad del plazo necesario para la
prescripción; entonces, la prescripción continuará corriendo y sólo se interrumpirá
por la comisión de un nuevo delito de carácter doloso o por la aprehensión del
inculpado.

Es decir, la prescripción de la pretensión punitiva se interrumpiría con las


actuaciones practicadas para la averiguación del delito, precisando que, si se
dejara de actuar, la prescripción empezaría a correr nuevamente a partir del día
siguiente de la última actuación, con la salvedad de que para el caso de que las
actuaciones se efectuaran después de que hubiese transcurrido la mitad del lapso
necesario para la prescripción, solamente se interrumpe con la aprehensión del
imputado.

Al respecto, es aplicable la tesis I.6o.P.23 P (10a.), emitida por el Sexto


Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, publicada en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Libro XVI, Enero de 2013,
Tomo 3, Décima Época, página 2112, bajo el rubro y texto siguientes:

27
“PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN PENAL. UNA VEZ QUE
TRANSCURRE LA MITAD DEL LAPSO NECESARIO PARA QUE
OPERE, LAS ACTUACIONES QUE SE REALICEN EN
INVESTIGACIÓN DEL DELITO Y DELINCUENTE YA NO LA
INTERRUMPEN (LEGISLACIÓN DEL DISTRITO FEDERAL). Debe
señalarse que la figura de la prescripción implica un impedimento a la
pretensión punitiva y potestad de ejecutar las penas y medidas de
seguridad y para que se actualice basta el simple transcurso del
tiempo. Para que opere la prescripción de la acción, se debe atender
a la naturaleza del delito con sus modalidades y al término medio
aritmético de la pena privativa de la libertad que señale la ley para el
delito de que se trate, sin que en ningún caso sea menor de tres
años. Ahora bien, la regla general para interrumpir la prescripción es
que se practiquen actuaciones por la autoridad ministerial, en
investigación del delito y del delincuente, sin embargo, esa regla
admite una excepción a la interrupción prevista en el artículo 111 del
Código Penal para el Distrito Federal, vigente en mil novecientos
noventa y nueve y actualmente en el artículo 115, según la cual una
vez que haya transcurrido la mitad del lapso necesario para la
prescripción, atendiendo a la naturaleza del delito, las actuaciones
que se realicen en investigación del delito y delincuente, ya no la
interrumpen, por tanto, sigue corriendo el término para que opere la
prescripción de la pretensión punitiva del Estado, esto es, no sólo
para la persecución del delito y delincuente por parte del órgano
ministerial, sino también para que el órgano judicial imponga la pena
que corresponda, pues incluso, la figura de la prescripción debe
declararse oficiosamente, ya por el agente del Ministerio Público o
bien, por la autoridad judicial que conozca del caso.”.

Respecto al primer tema, se tiene que la conducta que se atribuye al


quejoso es la señalada de fecha veinte de abril de dos mil doce, cuando el quejoso
presentó un escrito inicial de demanda civil ante autoridad judicial, al que
acompañó un contrato de arrendamiento celebrado entre él, en calidad de
arrendador, y su cosentenciado como arrendatario, tildado como acto simulado,
para lograr, a través de una sentencia dictada a causa de esa demanda, el
desalojo de la ofendida que realmente se encontraba en ocupación de dicho
inmueble.

28
Por tales hechos es que se tipificó el licito de fraude previsto y sancionado
por el articulo 310 del Código Penal para la Ciudad de México, el cual establece lo
siguiente:

“ARTÍCULO 310. Al que para obtener un beneficio indebido para si o para


otro, simule un acto jurídico, un acto o escrito judicial o altere elementos de prueba
y los presente en juicio, o realice cualquier otro acto tendiente a inducir a error a la
autoridad judicial o administrativa, con el fin de obtener sentencia, resolución o
acto administrativo contrario a la ley, se le impondrán de seis meses a seis años
de prisión y de cincuenta a doscientos cincuenta días multa. Si el beneficio es de
carácter económico, se impondrán las penas previstas para el delito de fraude.”

Del anterior precepto y en concordancia con la fracción I del articulo 111 del
citado código, se tiene que la media aritmética para contabilizar el plazo en que
opera la prescripción punitiva de tal ilícito es de tres años y tres meses

Asimismo, se tiene que el cuatro de agosto de dos mil catorce se presentó


denuncia por dichos hechos: por tanto, el plazo referido se vio interrumpido y en
consecuencia se amplió en una mitad, es decir; un año seis meses y quince días,
por lo que el plazo de la prescripción culminó el cuatro de febrero de dos mil
diecisiete.

Por lo anterior, se tiene que el dieciséis de marzo de dos mil diecisiete,


fecha en la que se formuló la primera consignación, habla prescrito la pretensión
punitiva, aunque en dicha consignación no se haya concedido la orden de
aprehensión, más aún el dos de mayo de dos mil dieciocho, cuando se emitió una
nueva consignación en la que fue concedida dicha orden. Por lo que en ambos
casos resulta que la pretensión punitiva se encontraba prescrita.

Por lo aquí expuesto es que considero que la pretensión punitiva ya estaba


prescrita al momento en que se concedió la orden de aprehensión, tal como lo
dispone el artículo 105 del Código Penal para la Ciudad de México.

Sin que obste el hecho de que la parte quejosa no haya expuesto concepto
de violación al respecto, pues existe la obligación legal para los Tribunales
Colegiados de analizar, aún en ausencia de inconformidad, lo relativo a la
prescripción de la pretensión penal, esto conforme a lo dispuesto por el artículo
189 de la Ley de Amparo, mismo que no fue atendido por la decisión mayoritaria.

29
Artículo 185. El Órgano jurisdiccional de amparo procederá al estudio de
los conceptos violación atendiendo a su prelación lógica y privilegiando en todo
caso el estudio de aquellos que, de resultar fundados, redunden en el mayor
beneficio para el quejoso. En todas las materias, se privilegiará al estudio de los
conceptos de violación de fondo por encima de los de procedimiento y forma, a
menos que invertir el orden redunde en un mayor beneficio para el quejoso.

En los asuntos del orden penal, cuando se desprendan violaciones de


fondo de las cuales pudiera derivarse la extinción de la acción persecutoria o la
inocencia del quejoso, se le dará preferencia al estudio de aquellas aún de oficio.

Atento a lo anterior y de conformidad con los numerales 1o. y 133, ambos


de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (el primero en su
texto vigente a partir del 11 de junio de 2011), en relación con los numerales 7 y 8
de la Declaración Universal de los Derechos Humanos; 17 del Pacto Internacional
de los Derechos Civiles y Políticos; 25 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos (Pacto de San José Costa Rica) y el II de la Declaración
Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, se advierte que todas las
personas son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual
protección de ésta; por ende, es conveniente que en los conceptos de violación o
agravios de la víctima u ofendido deje de aplicarse el citado dispositivo 76 Bis,
fracción II, de la Ley de Amparo, que señala que en materia penal, la suplencia
opera aun ante la ausencia de conceptos de violación o de agravios del reo, así
como las tesis 2a. CXXXVII/2002 y 1a./J.26/2003, de rubros:

“OFENDIDO EN MATERIA PENAL. NO SE ACTUALIZA EN SU FAVOR LA


SUPLENCIA DE LA QUEJA DEFICIENTE.” y “OFENDIDO EN MATERIA PENAL.
NO PROCEDE LA SUPLENCIA DE LA QUEJA PREVISTA EN EL ARTÍCULO 76
BIS, FRACCIÓN II, DE LA LEY DE AMPARO A FAVOR DE AQUÉL CUANDO
COMPAREZCA COMO QUEJOSO EN EL JUICIO DE GARANTÍAS.”, publicadas
en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo
XVI, R.P. noviembre de dos mil dos, visible en la página cuatrocientos cuarenta y
nueve, y Tomo XVIII, agosto de dos mil, consultable en la página ciento setenta y
cinco, respectivamente; lo anterior, en razón de que al tener los derechos de la
víctima y del ofendido la misma categoría e importancia que los que se otorgan al
inculpado, deben tener, sin distinción, igual protección, además de que al tener
una protección a nivel constitucional no puede obligárseles al cumplimiento de
formulismos al momento de elaborarlos o que de no cumplirlos se les limite la
protección de sus derechos.

30
Cobra aplicación la tesis de jurisprudencia I.9o.P.J/1 (10ª) emitida por este
Noveno Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, publicada en la
página dos mil doscientos dieciocho, Libro V, Febrero de dos mil doce, Tomo 3,
Materia Común, del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima
Época, de rubro y texto:

“SUPLENCIA DE LA QUEJA EN LOS "CONCEPTOS DE


VIOLACIÓN O AGRAVIOS DE LA “VÍCTIMA U OFENDIDO EN EL
JUICIO DE AMPARO EN “MATERIA PENAL. OPERA CONFORME
AL CONTROL “DE CONVENCIONALIDAD (INAPLICABILIDAD
DEL “ARTÍCULO 76 BIS, FRACCIÓN II, DE LA LEY DE “AMPARO
Y DE LA TESIS 2a. CXXXVII/2002 Y “1a./J.26/2003).- De
conformidad con los artículos 1o. y “133, ambos de la Constitución
Política de los Estados “Unidos Mexicanos (el primero en su texto
vigente a partir “del 11 de junio de 2011), los Jueces nacionales
deben “inicialmente respetar los derechos humanos establecidos “en
la Constitución Federal y en los tratados internacionales “de los que el
Estado Mexicano sea parte. Asimismo, deben “acudir tanto a los
criterios emitidos por el Poder Judicial de “la Federación como a los
establecidos por la Corte “Interamericana de Derechos Humanos para
evaluar si “existe algún derecho que resulte más favorable y procure
“una protección más amplia del que se pretende proteger. “En este
sentido, en ejercicio del control de “convencionalidad, lo dispuesto en
el artículo 76 Bis, “fracción II, de la Ley de Amparo, y en las tesis 2a.
“CXXXVII/2002 y 1a./J.26/2003, de rubros: ‘OFENDIDO EN
“MATERIA PENAL. NO SE ACTUALIZA EN SU FAVOR LA
“SUPLENCIA DE LA QUEJA DEFICIENTE.’ y ‘OFENDIDO “EN
MATERIA PENAL. NO PROCEDE LA SUPLENCIA ‘DE “LA QUEJA
PREVISTA EN EL ‘ARTÍCULO 76 BIS, “FRACCIÓN II, DE LA LEY
DE AMPARO A FAVOR DE “AQUÉL CUANDO COMPAREZCA
COMO QUEJOSO EN “EL JUICIO DE GARANTÍAS.’, publicadas en
el Semanario “Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época,
“Tomo XVI, noviembre de 2002, página 449 y Tomo XVIII, “agosto de
2003, página 175, respectivamente, relativo a “que la suplencia de la
queja deficiente en materia penal “sólo opera tratándose del reo, no
son acordes con los “instrumentos internacionales, como son: la
Declaración “Universal de los Derechos Humanos (artículos 7 y 8); el
“Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos “(artículo 17);
la Convención Americana sobre Derechos “Humanos Pacto San José
Costa Rica (artículo 25) y la “Declaración Americana de los Derechos
y Deberes del “Hombre (artículo II), de cuyos preceptos se advierte

31
que “todas las personas son iguales ante la ley y tienen, sin
“distinción, derecho a igual protección de ésta. Por tanto, “ante la
obligación que tienen los órganos judiciales de “cualquier nivel, de
analizar si determinada norma jurídica “es acorde con los tratados en
materia de derechos “humanos, es conveniente que en los conceptos
de “violación o agravios de la víctima u ofendido deje de “aplicarse el
citado artículo 76 Bis, fracción II, de la Ley de “Amparo, que señala
que en materia penal, la suplencia “opera aun ante la ausencia de
conceptos de violación o de “agravios del reo, así como las tesis 2a.
CXXXVII/2002 y “1a./J.26/2003 en cita; ello en razón de que, al tener
los “derechos de la víctima y del ofendido la misma categoría e
“importancia que los que se otorgan al inculpado, deben “tener, sin
distinción, igual protección, además de que al “tener una protección a
nivel constitucional, no puede “obligárseles al cumplimiento de
formulismo alguno al “momento de elaborarlos, que de no cumplirlos
se les limite “la protección de sus derechos; suplencia con la que se
da “preferencia a lo previsto en los instrumentos “internacionales
aludidos, que disponen que todas las “personas son iguales ante la
ley y tienen, sin distinción, el “mismo derecho a su protección
cumpliendo así con el “mandato previsto en el artículo 1o.
constitucional.”

Por lo anterior, se solicita a ese elevado Órgano Jurisdiccional, revoque la


sentencia que se combate, y conceda a mi representado el amparo y protección
de la Justicia Federal que solicita.

SUPLENCIA EN LA DEFICIENCIA DE LA QUEJA.

Con fundamento en lo establecido por el artículo 79 fracción III, de la Ley


de Amparo, pido respetuosamente SUPLA LA DEFICIENCIA que se pudiere
advertirse en los conceptos de violación que hago valer para el caso de que no se
haya referido alguno en concordancia con lo señalado en la tesis jurisprudencial
número IV.20.A. J/6 (10a.), de la décima época, emitida por el Segundo Tribunal
Colegiado en Materia Administrativa Del Cuarto Circuito, publicada en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta dentro del Libro XX, Mayo de
2013, Tomo 2, página 1031 que establece lo siguiente:

SUPLENCIA DE LA QUEJA DEFICIENTE EN EL JUICIO DE


AMPARO. SUS ALCANCES A RAíz DE LAS REFORMAS
32
CONSTITUCIONALES DE 10 DE JUNIO DE 2011. A partir de la
reforma de diez de junio de dos mil once al artículo 10., en relación
con el 133 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, se estableció la obligación de toda autoridad de
promover, respetar y garantizar los derechos humanos, de
conformidad con los principios de universalidad, interdependencia,
indivisibilidad y progresividad, quedando así establecidas las
premisas de interpretación y salvaguarda de los derechos
consagrados en la Constitución, que se entiende deben respetarse en
beneficio de todo ser humano, sin distinción de edad, género, raza,
religión, ideas, condición económica, de vida, salud, nacionalidad o
preferencias (universalidad); asumiendo tales derechos como
relacionados, de forma que no es posible distinguirlos en orden de
importancia o como prerrogativas independientes, prescindibles o
excluyentes unas ante otras (indivisibilidad e interdependencia);
además, cada uno de esos derechos o todos en su conjunto,
obedecen a un contexto de necesidades pasadas y actuales, y no
niegan la posibilidad de su expansión, siendo que crecen por
adecuación a nuevas condiciones sociales que determinen la vigencia
de otras prerrogativas que deban reconocerse a favor del individuo
(progresividad). Al positivarse tales principios interpretativos en la
Constitución, trascienden al juicio de amparo y por virtud de ellos los
tribunales han de resolver con una tendencia interpretativa más
favorable al derecho humano que se advierta conflagrado y con una
imposición constitucional de proceder a su restauración y protección
en el futuro, debiendo por ello quedar superados todos los obstáculos
técnicos que impidan el estudio de fondo de la violación, fundados en
una apreciación rigorista de la causa de pedir, o la forma y
oportunidad en que se plantea. En ese sentido, la suplencia de la
queja deficiente encuentra fortalecimiento dentro del juicio de
garantías, pues a través de ella el Juez puede analizar por sí una
violación no aducida y conceder el amparo, librando en ese proceder
los obstáculos derivados de las omisiones, imprecisiones e, incluso,
inoportunidades en que haya incurrido quien resulta afectado por el
acto inconstitucional, de manera que es la suplencia el instrumento
que mejor revela la naturaleza proteccionista del amparo, y su
importancia, como mecanismo de aseguramiento del principio de
supremacía constitucional, mediante la expulsión de aquellos actos o
disposiciones que resulten contrarios al Ordenamiento Jurídico
Máximo. Así, las reformas comentadas posibilitan ampliar su ejercicio,
por lo que cuando en el conocimiento de un juicio de amparo la
autoridad advierta la presencia de un acto que afecta los derechos

33
fundamentales del quejoso, podrá favorecer el estudio de la violación
y la restauración de los derechos conflagrados, por encima de
obstáculos derivados de criterios o interpretaciones sobre las
exigencias técnicas del amparo de estricto derecho, como la no
impugnación o la impugnación inoportuna del acto inconstitucional, su
consentimiento presuntivo, entre otros, pues estos rigorismos, a la luz
de los actuales lineamientos de interpretación constitucional, no
podrían anteponerse válidamente a la presencia de una manifiesta
conflagración de derechos fundamentales, ni serían suficientes para
liberar al tribunal de procurar la restauración de dicha violación, del
aseguramiento de los derechos fundamentales del individuo y del
principio de primacía constitucional en la forma más amplia. Además,
tal proceder es congruente con la intención inicial reconocida a la
suplencia de la queja, pues ante la presencia de un acto
inconstitucional, se torna en salvaguarda del ordenamiento jurídico en
general y del principio de supremacía constitucional, consagrado en
el artículo 133 constitucional, en tanto que las deficiencias en que
incurra el agraviado, relacionadas con la falta de impugnación o la
impugnación inoportuna, pueden entenderse como una confirmación
del estado de indefensión en que se encuentra y del cual debe ser
liberado.
SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA
ADMINISTRATIVA DEL CUARTO CIRCUITO.

Por lo expuesto y fundado, atentamente pido a esta H. SUPREMA CORTE


DE JUSTICIA DE LA NACIÓN, atenta y respetuosamente se sirva:

PRIMERO.- Tenerme por presentado en los términos del presente escrito,


con la personalidad con que me ostento, interponiendo RECURSO DE REVISIÓN
en contra de la sentencia dictada por el Tribunal Federal antes referido, y por
expresados los agravios que se hacen valer al efecto, para todos los efectos
legales a que haya lugar.

SEGUNDO.- Tener por señalado como domicilio para oír y recibir


notificaciones, y por autorizados a los profesionales que se expresan al inicio de
este escrito para tales efectos en términos amplios de la primera parte del
segundo párrafo del artículo 27 de la Ley de Amparo vigente.

TERCERO.- Revocar la sentencia del referido Tribunal Federal, y previo el


análisis de los agravios que causa al suscrito, en relación con los conceptos de
violación contenidos en la demanda correspondiente, conceder al suscrito quejoso

34
EL AMPARO Y PROTECCIÓN DE LA JUSTICIA FEDERAL para todos los efectos
legales consiguientes, y dados los razonamientos antes expresados.

PROTESTO LO NECESARIO
Ciudad de México a 14 de Junio del 2021

ALEJANDRO QUIROZ ROBLES.

35

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