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La Sala Constitucional del TSJ mediante sentencia N° 689 de fecha

14.8.17,
Magistrada Ponente: GLADYS MARÍA GUTIÉRREZ ALVARADO
 
Consta en autos, que el 27 de octubre de 2016, la abogada Cristina
Giannini Méndez, con inscripción en el Instituto de Previsión Social del Abogado
bajo el n° 67.762, actuando en su condición de apoderada judicial de
MANN+HUMMEL FILTRATION TECHONOLOGY VENEZUELA (antes
AFFINIA VENEZUELA, C.A.), inscrita originalmente ante el Registro
Mercantil de la Circunscripción Judicial del Distrito Federal y estado Miranda el
02 de septiembre de 1966, bajo el n ro. 52, tomo 45.-A-sgdo, posteriormente
inscrita ante el Registro Mercantil Primero de la Circunscripción Judicial del
estado Aragua por cambio de su domicilio a la ciudad de Maracay, tal como
consta en asiento del 30 de junio de 1999, bajo el n ro. 26, Tomo 970-A, inscrita
por cambio de su denominación social, tal y como consta en asiento del 09 de
diciembre de 2004, bajo el nro. 72, Tomo 73-A e inscrita por cambio de su
domicilio a la ciudad de Valencia, estado Carabobo, ante el Registro Mercantil
Primero de la Circunscripción Judicial del Estado Carabobo, el 17 de septiembre
de 2010, bajo el nro. 8, Tomo 75-A, y, finalmente, con inscripción por cambio de
denominación social, tal como consta de asiento de fecha 25 de mayo de 2016,
bajo el nro. 44, Tomo 102-A 314, intentó, ante esta Sala, amparo constitucional
conjuntamente con solicitud de medida cautelar innominada de suspensión de
efectos, contra la sentencia definitivamente firme dictada el 14 de julio de 2016,
por el Juzgado Superior Segundo del Trabajo de la Circunscripción Judicial del
Estado Carabobo, en la que se confirmó el acto de juzgamiento que pronunció el
Juzgado Tercero de Primera Instancia de Juicio del Trabajo de la misma
circunscripción judicial el 03 de diciembre de 2015, en la que se declara con
lugar la pretensión de nulidad que incoaron los ciudadanos Mervin José García
García, Jesús Rafael Quiñones Castillo y otros, contra la providencia
administrativa que emitió la Inspectoría del Trabajo César “Pipo” Arteaga de los
Municipios Autónomos de Naguanagua, San Diego y Valencia, Parroquias San
José, San Blas, Catedral y Rafael Urdaneta del Estado Carabobo el 09 de octubre
de 2014, en el expediente nº 080-2014-08-00075, para cuya fundamentación
denunció el desconocimiento de los medios alternativos de resolución de
conflictos como forma de autocomposición procesal concebidos en los artículos
253 y 258 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, así como
en la violación a los derechos constitucionales a la tutela judicial efectiva y a la
defensa de su patrocinada, contenidos en los artículos 26 y 49 eiusdem.
Después de la recepción del expediente de la causa se dio cuenta en Sala
por auto del 31 de octubre de 2016 y en esa misma fecha se designó ponente a la
Magistrada Gladys María Gutiérrez Alvarado.
El 09 de diciembre de 2016, mediante sentencia n.° 1019, esta Sala
Constitucional solicitó copia certificada del expediente n.° GP02-N-2015-
000054, correspondiente a la causa principal sustanciada con ocasión a la
demanda de nulidad incoada contra el acto administrativo de fecha 09 de octubre
de 2014, emanado de la Inspectoría del Trabajo César “Pipo” Arteaga de los
Municipios Valencia, Parroquia San José, Catedral y Rafael Urdaneta y de los
Municipios Naguanagua y San Diego del Estado Carabobo, que homologó el
acuerdo contenido en el convenio de reducción de personal, presentado por la
Junta de Conciliación, así como la copia certificada del expediente n.° GP02-R-
2015-000357, continente de todo lo relacionado con el recurso de apelación
interpuesto en la misma causa.
Mediante fallo N° 70 del 23 de febrero de 2017, esta Sala asumió la
competencia para el conocimiento de la pretensión de tutela constitucional de
autos, admitió la referida pretensión, ordenó las notificaciones respectivas y
acordó la medida cautelar innominada solicitada.
El 24 de febrero de 2017, fue designada la Junta Directiva del Tribunal
Supremo de Justicia y tuvo lugar la reconstitución de esta Sala Constitucional, la
cual quedó integrada de la siguiente manera: Magistrado Juan José Mendoza
Jover, Presidente; Magistrado Arcadio Delgado Rosales, Vicepresidente; y los
Magistrados Carmen Zuleta De Merchán; Gladys María Gutiérrez Alvarado;
Calixto Ortega Ríos; Luis Fernando Damiani Bustillos y Lourdes Benicia Suárez
Anderson.
El 30 de marzo de 2017, Jesús Rafael Quiñones Castillo, Belkys Esperanza
Vargas Sánchez, Ricardo Alexander Flores Pérez y Miguel Ángel Sosa López,
identificados con las cédulas números 12.030.131, 11.710.729, 18.858.044 y
10.343.148, respectivamente, con la asistencia de la abogada Mayra Alejandra
Soto Osorio, con inscripción en el Instituto de Previsión Social del Abogado bajo
el n.° 48.768, en carácter de terceros intervinientes, consignaron escrito donde se
opusieron a la pretensión de tutela constitucional admitida por esta Sala
Constitucional.
El 08 de mayo de 2017, el abogado Saúl Torres Guevara, en su carácter de
apoderado judicial de los ciudadanos José Geremías Torres Pulido y Miguel
Ángel Sosa López formuló una serie de alegatos.
El 1 de junio de 2017, el referido abogado Saúl Torres Guevara, en su
carácter de apoderado judicial de los ciudadanos José Geremías Torres Pulido y
Miguel Ángel Sosa López, consigna diligencia mediante la cual solicita sea fijada
oportunidad para la celebración de la audiencia constitucional.
El 28 de junio de 2017, los ciudadanos Ramón Federico Martínez, Yonis
Smith Navas García y otros, asistidos por el abogado Saúl Torres Guevara,
consignaron diligencia mediante la cual formulan alegatos.
Realizado el estudio individual de las actas que conforman el presente
expediente, esta Sala Constitucional pasa a decidir previas las siguientes
consideraciones.
 
 
 
 
I
 
FUNDAMENTOS DE LA ACCION DE AMPARO
 
Expone el apoderado judicial de la parte accionante, como fundamento de
su pretensión de amparo, lo siguiente:
Que “…de la lectura y análisis de la sentencia dictada por el Tribunal
Superior Segundo del Trabajo de la Circunscripción Judicial del Estado
Carabobo se advierte que la ciudadana Jueza de alzada (…) infringió y
menoscabo [sic] los derechos garantizadas [sic] por el texto constitucional pues
del contenido de la misma se advierte que para la mencionada funcionaria no
existen los medios de autocomposición procesal (…), pues es de todos sabido
que el convenimiento como medio de autocomposición procesal produce el
efecto de cosa juzgada y como tal, se entenderá en sentencia pasada con
autoridad de cosa juzgada, sin necesidad de homologación por el funcionario
competente. Es decir, que el convenimiento entre partes produce efecto aun
antes de la homologación”.
Que “…el pliego de peticiones presentado por Mann+Hummel Filtration
Techonology Venezuela antes "AFFINIA VENEZUELA, C.A., de
conformidad con el artículo 148 de la Ley Orgánica del Trabajo, los
Trabajadores y las Trabajadoras, fue notificado a la representación del
Sindicato Unión de Trabajadores de las Empresas Fabricantes de Filtros
Automotrices Industriales, Empacaduras, Similares y Conexos del Estado
Carabobo (SUTEFAIES), siguiendo el procedimiento establecido en los artículos
476 y siguientes eiusdem, admitido como fue, se procedió a la conformación de
la junta de Conciliación, de cuyo seno surgió el acuerdo entre las partes, es
decir, entidad de trabajo y trabajadores. Nos encontramos entonces ante una
decisión patentizada en el acta de acuerdo suscrita por ambas partes para poner
fin a un conflicto fundamentado en un procedimiento de solicitud de reducción
de personal consagrado en la legislación laboral y que tal como ocurrió,
terminó por un acuerdo de voluntades, como se señaló supra y, lo más
importante, los principios establecidos en el único aparte del artículo 258 de la
Constitución Nacional.”(Negritas del texto original). 
Que “…el acuerdo suscrito por la Junta de Conciliación cumplió el
procedimiento legal establecido, fue celebrado entre las partes con cualidad
para suscribirlo, observando la Inspectora competente que los derechos
contenidos en el acuerdo eran susceptibles de resolverse a través de la
conciliación expresada en el convencimiento, por lo que la Jueza de alzada erró
tanto en la interpretación de las normas como en la aplicación del derecho al no
determinar con meridiana claridad el vicio en el que, según los recurrentes de
nulidad, habría incurrido la inspectora al impartir la homologación del acuerdo
convenio, violentando de esta manera uno de los principios del derecho
colectivo del trabajo como es la resolución de conflictos mediante formas de
autocomposición procesal, tal como lo consagra el artículo 472 de la Ley
Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las Trabajadoras, violentando de
manera directa el mandato constitucional contenido en el único aparte del
artículo 258 de la Constitución Nacional”.
Que “…al emitir pronunciamiento sobre los fundamentos del recurso de
nulidad la Jueza de alzada lo hace sobre la base de cuestiones que, según la
Sala, no corresponden a los elementos que se deben tomar en cuenta para
impartir la homologación, violentando de esta manera la garantía constitucional
al debido proceso y en consecuencia, el derecho a la defensa de Mann+Hummel
Filtration Techonology Venezuela antes "AFFINIA VENEZUELA, CA.”
Que “…la decisión recurrida genera para [su] representada la violación
al derecho a la defensa, en razón de que el Tribunal de alzada procedió a anular
el auto de homologación dictado por la Inspectora del Trabajo, pero del
contenido de la sentencia se verifica la orden de reenganche, no pudiendo
entenderse cómo la anulación del auto de homologación conlleva la nulidad del
acuerdo (…)”.
Que “…la sentenciadora se apartó de manera grosera del criterio
jurisprudencial establecido por la [sic] esta misma Sala en fecha 18 de Octubre
del año 2008, EXPEDIENTE № 08-0763 (…) Estableciendo la Sala de nuestro
Máximo Tribunal de la República lo siguiente:
‘(…) A esa óptica objetiva de los medios alternativos de solución de
conflictos, ha de añadírsele su óptica subjetiva, en el sentido de que
dichos medios con inclusión del arbitraje, en tanto integran el
sistema de justicia, se vinculan con el derecho a la tutela
jurisdiccional eficaz que recoge el artículo 26 de la Constitución.
En otras palabras, puede decirse que el derecho fundamental a la
tutela jurisdiccional eficaz entraña un derecho fundamental a la
posibilidad de empleo de los medios alternativos de resolución de
conflictos (…)
Por ello, el deber contenido en el artículo 258 la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, no se agota o tiene como único
destinatario al legislador (Asamblea Nacional), sino también al
propio operador judicial (Poder Judicial), en orden a procurar y
promover en la medida de lo posible la utilización de los medios
alternativos de resolución de conflictos y adoptar las medidas
judiciales necesarias para promover y reconocer la efectiva
operatividad de tales medios, lo cual implica que las acciones
típicas de la jurisdicción constitucional, no sean los medios idóneos
para el control de los procedimientos y actos que se generen con
ocasión de la implementación de los medios alternativos de
resolución de conflictos.’”
 
Asimismo, la parte actora fundamenta el requerimiento de amparo, en
la violación del derecho a la tutela judicial eficaz contenido en el artículo 26 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, al referir que la
Juez Superior Segundo del Trabajo de la Circunscripción Judicial del Estado
Carabobo, con la sentencia de fecha 14 de julio de 2016, impidió la ejecución
del acta convenio de reducción de personal emanado de la junta de conciliación,
que a su decir “produce efecto aun antes de la homologación” y que con
ello desconoció los medios alternativos de resolución de conflictos como
integrantes del sistema de justicia, concebido así en los artículos 253 y
258 ejusdem y en la sentencia n° 1.541 dictada por esta Sala en fecha 17 de
octubre de 2008, en la que se recoge el criterio contenido en la sentencia n.° 192,
del 28 de febrero de 2008 (caso: Bernardo Weininger).
Por otro lado, refiere el actor la violación del derecho a la defensa de su
representada, Mann+Hummel Filtration Techonology Venezuela (antes Affinia
Venezuela C.A.), en virtud de que no entiende como la anulación del acto de
homologación dictado por la Inspectoría del Trabajo, conlleva a la anulación del
acuerdo de reducción de personal y el reenganche de los trabajadores afectados
por la reducción.
En razón de lo descrito, la parte actora solicitó que se acordara medida
cautelar innominada de suspensión de efectos del mencionado fallo y se dicte
mandamiento de amparo con la anulación de la sentencia del 14 de julio de
2016 de dicho Juzgado Superior, la cual constituye su objeto.
 
II
 
DEL FALLO OBJETO DE AMPARO CONSTITUCIONAL
 
La decisión objeto de la pretensión de amparo se fundamentó como sigue:
 
(…) Así las cosas, señala la parte recurrente como primer supuesto de
apelación las potestades de la Inspectoría del Trabajo durante el
procedimiento de reducción de personal, señalando que la afectación
valida y legal del derecho del Trabajo de los actores en nulidad
deviene del acuerdo y no del Auto de Homologación, y que el
Acuerdo al no ser un acto administrativo no puede ser recurrido en
nulidad; señalando que el Tribunal recurrido desechó los argumentos
esgrimidos.
Al respecto debe señalar este Tribunal que la Ley Orgánica de
Procedimientos Administrativos dispone que el acto Administrativo es
toda declaración de carácter general o particular emitida de acuerdo
con las formalidades y requisitos establecidos en la Ley por los
Órganos de la Administración Pública, y en relación a este particular
tenemos que el Acto Administrativo dictado por la Inspectoría del
Trabajo “César” Pipo Arteaga, consistente en Auto de Homologación
de Acta Convenio presentado por la Junta de Conciliación del Pliego
de Peticiones de Reducción de Personal, presentado por la Sociedad
de Comercio AFFINIA VENEZUELA, C.A.; el mismo devine de la
Obligación de la Inspectoría del Trabajo que le es dada por la Ley
Orgánica del Trabajo los Trabajadores y las Trabajadoras a los fines
de supervisar el cumplimiento de la Protección del Estado de
Inamovilidad de los Trabajadores. El artículo 507 de la Ley Orgánica
del Trabajo los Trabajadores y las Trabajadoras dispone lo siguiente:
(…)
Una vez explanados los alcances de la Inspectoría del Trabajo como
ente supervisor y garante de los derechos que se derivan de las
relaciones de trabajo, este Tribunal observa que el auto de
homologación del Acta Convenio, acuerdo alcanzado por la
representación de la empresa AFFINIA VENEZUELA C.A., y la
Organización Sindical denominada SINDICATO UNIÓN DE
TRABAJADORES DE LAS EMPRESAS FABRICANTES DE
FILTROS AUTOMOTRICES INDUSTRIALES, EMPACADURAS,
SIMILARES Y CONEXOS DEL ESTADO CARABOBO
(SUTEFAIES), si debe ser homologado como en efecto lo realizó la
Inspectoría del Trabajo, en atención a que la Inspectoría del Trabajo es
el ente encargado de la supervisión al cumplimiento del Estado de
Inamovilidad Laboral, por lo cual este Acto Administrativo, es el acto
que a decir de los actores en nulidad es el que lesiona sus derechos
subjetivos o intereses legítimos, personales y directos, tal como lo
establece el artículo 85 de la Ley Orgánica de Procedimientos
Administrativos; por lo cual este Tribunal declara improcedente el
presente punto de apelación. Y ASI SE ESTABLECE.
Señala la parte apelante, que es el acuerdo alcanzado por las partes el
que afecta los intereses de los trabajadores de manera valida [sic] y
legal, así mismo señala que el procedimiento se termina con el
acuerdo a que lleguen las partes y que el legislador no somete los
acuerdos a Homologación o no, por parte de la Inspectoría del
Trabajo, sin que con esto se pretenda decir que la administración del
trabajo no intervenga.
Con relación a este punto de apelación es menester para este Tribunal
señalar que el acuerdo alcanzado por la Junta de Conciliación, debe
ser revisado por el Órgano Administrativo en cumplimiento del
Articulo (sic) 507 de la Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y
las Trabajadoras, y en aras de preservar el derecho del Trabajo [sic] de
los particulares, por cuanto las Inspectorías del Trabajo en uso de esa
potestad de revisión y supervisión de los acuerdos alcanzados por las
partes en la Junta de Conciliación, debe homologar o no el acuerdo, y
siendo el caso en que decida el Órgano Administrativo homologar el
acuerdo, esto no significa que puedan haber vicios en la formación del
acto y en el procedimiento de reducción de personal.
Así mismo en el caso bajo estudio, para que el acuerdo alcanzado por
las partes surta efectos legales una vez que se recurre a la vía
administrativa para que regule la tramitación del Pliego de Peticiones
presentado por la entidad de Trabajo Affinia Venezuela, C.A., el fin
del procedimiento es el acuerdo alcanzado cuya tramitación debe ser
supervisado por la Inspectoría del Trabajo, para posteriormente
Homologar dicho acuerdo, como garante de que se preservaron los
derechos de los Trabajadores, así como de que se cumplió con el
debido proceso, es por lo que este Tribunal debe establecer que el
Acto Administrativo consistente en Homologación del acuerdo
alcanzado entre las partes es el que genera las lesiones de los derechos
subjetivos o intereses legítimos, personales y directos de los
Trabajadores. Y ASI SE ESTABLECE.
Con relación a la falta de notificación de los recurrentes y la potestad
del Sindicato de representarlos, señala la parte apelante que en la
sentencia el Tribunal a quo no indica la norma en la que se establece
la obligatoriedad de notificación de los afectados por la reducción de
personal, y que nos encontramos con una supuesta inobservancia de
una formalidad o procedimiento que no se encuentra establecido en
norma alguna, además señala que los trabajadores afectados por el
acuerdo estaban debidamente representados por su Organización
Sindical.
Este Tribunal debe señalar que de una revisión minuciosa al contenido
del presente expediente, llama la atención a esta alzada que en el
desarrollo del procedimiento se notificó a 216 trabajadores, donde no
se encuentran notificados precisamente los trabajadores afectados a
excepción del ciudadano ARTURO RAFAEL LADERA DIAZ,
hechos estos que a criterio de quien decide considera que se debió
notificar a todos los trabajadores afectados para dar mayor legalidad al
procedimiento, y no como sucedió en el presente caso donde al no
haber sido notificados se incumplió con la garantía constitucional del
debido proceso causando por consecuencia violación al derecho a la
defensa de los trabajadores afectados por el Acuerdo.
En este sentido es menester citar lo señalado en la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela en su artículo 49.1.
 
‘Artículo 49: El Debido Proceso se aplicará a todas las
actuaciones judiciales y administrativas y en consecuencia:
1.      La defensa y la asistencia Jurídica son derechos inviolables en todo
estado y grado de la investigación y del proceso. Toda persona tiene
derecho a ser notificada de los cargos por los cuales se le investiga,
de acceder a las pruebas y de disponer del tiempo y de los medios
adecuados para ejercer su defensa. Serán nulas las pruebas obtenidas
mediante violación al debido proceso. Toda persona declarada
Culpable tiene derecho a recurrir del fallo, con las excepciones
establecidas en esta Constitución y en la Ley.
(…/…)’
Así las cosas, la Sala Político Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia
en sentencia de fecha 31 de Julio de 2002, caso Luís Alfredo Rivas, estableció
lo siguiente:
‘(…/…)
El derecho a la defensa y al debido proceso se trata de un derecho complejo
que encierra dentro de si, un conjunto de garantías que se traducen en una
diversidad de derechos para el procesado, entre los que figuran, el derecho
a acceder a la justicia, el derecho a ser oído, el derecho a la articulación de
un proceso debido, derecho a acceso a los recursos legalmente establecidos,
derecho a un tribunal competente, independiente e imparcial, derecho a
obtener una resolución de fondo fundada en derecho, derecho a un proceso
sin dilaciones indebidas, derecho a la ejecución de las sentencias, entre
otros, que se vienen configurando a través de la Jurisprudencia. Todos estos
derechos se desprenden de la interpretación de los ocho ordinales que
consagra el artículo 49 de la Carta Fundamental.
(…/…)’
De la norma y del texto Jurisprudencial anteriormente trascrito, se puede observar
que en el caso de marras, al no haber sido debidamente notificados los
trabajadores que ven lesionados sus derechos, se configura de manera suficiente la
violación al debido proceso, debido proceso que debe garantizarse en toda
formación de un acto administrativo, por cuanto es un conjunto de garantías que
otorgan una cantidad de derechos para el interesado para que este se encuentre en
igualdad de condiciones en todas aquellas actuaciones tendientes a la defensa de
sus intereses y derechos. En el presente caso al no haber sido notificados los
trabajadores afectados por el acuerdo, se verifica que hubo violación del Debido
Proceso. Y ASI SE DECIDE.
Este Tribunal debe señalar que si bien se observa que los representantes del
Sindicato Único de Trabajadores de las Empresas Fabricantes de Filtros
Automotrices Industriales, Empacaduras, Similares y Conexos del Estado
Carabobo (SUTEFAIES), forman parte de la Junta de Conciliación, mal se podría
entender que con este simple hecho se tengan por notificados los trabajadores
afectados del acuerdo, aun mas cuando la Organización Sindical procedió a la
notificación de 216 trabajadores sin notificar a los afectados salvo el ciudadano
Arturo Rafael Ladera. Lo que se puede observar que efectivamente como ya
quedó establecido los trabajadores afectados no fueron notificados y que la
notificación constituye, una clara garantía a favor de los administrados, por cuanto
le genera los derechos de ser oído, de hacerse parte y de tener acceso al
expediente entre otros, lo que en el presente caso no verificó el Órgano
Administrativo del Trabajo y que ocasionó violación al Debido Proceso. Y ASÍ
SE DECIDE.
Como tercer punto de apelación señala la parte apelante que en cuanto a la no
realización de la Inspección a la entidad de trabajo AFFINIA VENEZUELA,
C.A., ordenada por la Inspectoría del Trabajo en fecha 03 de septiembre de 2014,
en el acta de esa misma fecha 03 de Septiembre de 2014, las partes de la Junta de
Conciliación señalaron de manera conjunta, Cito:
‘(…/…)
La entidad de Trabajo y el sindicato revisaran el listado de los posibles
afectados de la reducción de personal, a los fines de llegar a un acuerdo
sobre el número de Trabajadores [sic] ya que el sindicato no estaría de
acuerdo con el número propuesto por la entidad de Trabajo [sic] y
posteriormente definir la parte económica que recibirán los trabajadores
que serán afectados, todo lo cual presentaremos en la próxima reunión que
fije el Despacho. Es todo.
(…/…)’
Así mismo, señala que el ejercicio de las facultades a que se refiere el parágrafo
único del articulo 46 del Reglamento de la Ley Orgánica del Trabajo, es
potestativo, incluso, luego de haber sido ordenada, de no realizarse, bien puede la
Inspectoría del Trabajo, no exigirla, si así lo considera. Entonces al ser una
facultad potestativa, bien puede la Inspectoría considerar su realización o no,
incluso si ordenó su realización, puede luego no exigir la misma.
Al respecto es menester para esta Juzgadora, a los fines de dirimir el presente
punto de controversia, con relación a la no realización de la Inspección ordenada
por el Órgano Administrativo del Trabajo, citar lo establecido en el artículo 46 del
Reglamento de la Ley Orgánica Del Trabajo que establece lo siguiente:
Cito:
‘(…/…)
Cuando el patrono o patrona pretendiese una reducción de personal
basándose en la existencia de circunstancias económicas, o de progreso, o
modificaciones tecnológicas, deberá presentar ante el inspector o
Inspectora del Trabajo de la localidad un pliego de peticiones que será
tramitado de conformidad con lo previsto en el Capítulo III del Título VII
de la Ley Orgánica del Trabajo y del presente reglamento.
El pliego de peticiones deberá contener los siguientes datos:
a) Identificación del patrono o patrona y, en caso de que el mismo sea una
persona jurídica deberá consignar copia de la cédula de identidad de los
representantes legales, así como del registro mercantil y las reformas
estatutarias actualizadas.
b) Número de Trabajadores y Trabajadoras que prestan servicio en la
empresa e identificación de aquéllos y aquéllas que se pretendiere afectar
por la reducción, con indicación de sus cargos o puestos de trabajo,
antigüedad al servicio del patrono o patrona y último salario devengado.
c) Descripción de los sistemas y procesos de producción que se emplean
en la empresa y de aquéllos por los cuales se les pretenda sustituir,
señalando las ventajas de los mismos y su incidencia en la productividad,
si fuera el caso; y
d) Análisis de la situación económica de la empresa, si la solicitud se
fundare en esta circunstancia. En este caso, deberán acompañarse los
balances y estados de ganancias y pérdidas debidamente auditados.
Parágrafo Único: El Inspector o Inspectora del Trabajo podrá solicitar los
recaudos e informaciones que considere pertinentes, efectuar inspecciones
o supervisiones y ordenar la práctica de experticias.
(…/…)’
 
Del texto normativo trascrito se verifica, que en los casos de reducción de
personal, una vez presentado el pliego de peticiones, este debe ser tramitado
conforme a lo estipulado en la Ley Orgánica del Trabajo los Trabajadores y las
Trabajadoras, y en el desarrollo del procedimiento el Inspector del Trabajo, podrá
solicitar información y recaudos que considere pertinentes a los fines de verificar
la existencia de circunstancias económicas, de progreso o modificaciones
tecnológicas.
De una revisión del presente expediente, se verifica que en acta de fecha 03 de
Septiembre de 2015, la Inspectoría del Trabajo ordenó la realización de una
inspección en la sede de la entidad de Trabajo Affinia Venezuela, C.A., se puede
observar del expediente Administrativo que no fue realizada la Inspección
ordenada, aun y cuando dicha inspección es de carácter facultativo del Órgano
Administrativo.
Así mismo, el Inspector del Trabajo debía verificar las circunstancias que
motivaron la reducción de personal, lo que en el presente caso, observa este
Tribunal que el Órgano Administrativo de Trabajo no señala y tampoco se
evidencia de que haya supervisado las mencionadas circunstancias a los fines de
tutelar en igualdad de condiciones los derechos de las partes aunado al de
salvaguardar el derecho Constitucional del Trabajo de los ciudadanos afectados
por el acuerdo suscrito, por lo que la Homologación impartida por el Órgano
Administrativo del Trabajo quebranta el derecho a la defensa de los trabajadores
es por lo que el Acto Administrativo se encuentra viciado de nulidad. Y ASI SE
DECIDE.
 
Como último punto de apelación referido a la terminación del Procedimiento
Administrativo, la parte recurrente señala que el proceso no termina con el Auto
de Homologación dictado por la Inspectoría del Trabajo, sino que se entiende
terminado el proceso al término de la negociación del convenio alcanzado por la
Junta de Conciliación en fecha 19 de Septiembre de 2014, y que a partir de esta
fecha culminó la inamovilidad a la que se refiere el numeral 09 del artículo 419 de
la Ley Orgánica del Trabajo, las Trabajadoras y los Trabajadores.
Al respecto debe señalar este Tribunal, que tal como quedó establecido up supra,
es el Auto de Homologación el que pone fin al procedimiento de Reducción de
Personal por cuanto ese Acto Administrativo es el que otorga validez, y es el Acto
[sic] a través del cual el Órgano Administrativo del Trabajo certifica que se dio
supervisión al procedimiento, salvaguardando los derechos que asisten a los
trabajadores.
En el presente caso se verifica que los Trabajadores afectados fueron
desincorporados de sus puestos de trabajo en fecha 24, 25 y 26 de Septiembre de
2014, y que el Acto Administrativo, consistente en Auto de Homologación de
Solicitud de Reducción de Personal fue dictado en fecha 09 de Octubre de 2014.
Por lo cual la desincorporación de los trabajadores de sus puestos de trabajo
realizada antes del Auto de Homologación, es violatorio de la Inamovilidad
Laboral que los amparaba para el momento. Por lo que al quedar establecida la
violación al Debido Proceso, la Trasgresión a la Inamovilidad Laboral; es por lo
que este Tribunal Superior verifica que el Acto Administrativo consistente en
Auto de Homologación dictado en fecha 09 de Octubre de 2014, por la Inspectoría
del Trabajo César “Pipo” Arteaga de los Municipios Naguanagua, San Diego y
Valencia, Parroquias San José, San Blas, Catedral y Rafael Urdaneta del Estado
Carabobo, se encuentra viciado de Nulidad Absoluta. Y ASÍ SE ESTABLECE.
Una vez constatado esta Alzada que el Acto Administrativo recurrido,
representado por auto de homologación del acuerdo celebrado en fecha 19 de
septiembre de 2014, por los miembros de la junta de conciliación del pliego de
peticiones de reducción de personal, presentado por la sociedad de comercio
AFFINIA VENEZUELA, C.A., se encuentra viciado de nulidad absoluta por las
consideraciones antes señaladas, este Tribunal a los fines de restituir la Situación
Jurídica Infringida (sic) por el Órgano Administrativo (sic), en cumplimiento a lo
señalado en la Sentencia (sic) de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de
Justicia, de fecha 04 de agosto de 2011, con ponencia del Magistrado JUAN JOSÉ
MENDOZA JOVER, en expediente No. 11-0871 (caso: Recurso contencioso
administrativo de nulidad interpuesto por Inversiones Colica, C.A., contra la
Resolución n.º: 2095, de fecha 04 de abril de 2001, dictada por la Dirección
General de Inquilinato del Ministerio de Infraestructura (hoy Ministerio del Poder
Popular para las Obras Públicas y Vivienda), en la cual dejó asentado el siguiente
criterio:
 
‘(…/…)
Por tanto, es incuestionable la competencia del juez contencioso
administrativo para trascender el simple control de legalidad sobre la
actuación administrativa de los órganos del Poder Público, por cuanto
constituye un mandato constitucional, el deber de restituir las situaciones
jurídicas que pudieran haber sido lesionadas por la actuación u omisión
sub-legal del Estado…”
(…/…)’
Por lo anteriormente trascrito, quien decide a los fines de aplicar las
garantías procesales superiores (sic), y conforme a los principios y valores
del Estado Democrático y Social de Derecho y de Justicia, a los fines de
restituir la situación jurídica infringida, ordena la reincorporación de los
ciudadanos MERVIN JOSÉ GARCÍA GARCÍA, JESÚS RAFAEL
QUIÑONES CASTILLO, GREGORIO JOSÉ ROJAS, JOSÈ GEREMIAS
TORRES PULIDO, BELKYS ESPERANZA VARGAS SANCHEZ,
JOSE LUIS CORTEZ PAEZ, WUILLEN ANDERSON TERAN
SANTAMARÍA, RAMON FEDERICO MARTINEZ, YONIS SMITH
NAVAS GARCÍA, IVAN DE JESUS PACHECO ARIAS, MIGUEL
ANGEL SOSA LÓPEZ, NOELIA DE JESUS ACEVEDO RAMOS,
RICARDO ALEXANDER FLORES PEREZ y ARTURO RAFAEL
LADERA DIAZ, titulares de las cédulas de identidad Nos. V- 11.807.568,
12.030.131, 9.511.251, 12.894.062, 11.710.729, 13.899.168, 12.981.764,
9.828.014, 9.732.898, 14.052.330, 10.343.148, 9.440.442, 18.858.044 y
4.463.532, en su orden, así como el pago de los salarios caídos dejados de
percibir desde las fechas 24/09/2014, 24/09/2014, 24/09/2014, 26/09/2014,
24/09/2014, 24/09/2014, 24/09/2014, 24/09/2014, 25/09/2014, 24/09/2014,
24/09/2014, 25/09/2014, 25/09/2014 y 24/09/2014, respectivamente,
oportunidades en que fueron desincorporados de sus puestos de trabajo. Y
ASI SE DECIDE.
DISPOSITIVA
Por las razones antes expuestas, este Tribunal Superior Segundo del Trabajo de la
Circunscripción Judicial del Estado Carabobo, administrando Justicia en nombre
de la República Bolivariana de Venezuela y por autoridad de la Ley, declara:
PRIMERO: SIN LUGAR, el recurso de apelación interpuesto por la
representación judicial de la Parte Beneficiaria del Acto Administrativo
“AFFINIA VENEZUELA, C.A.”
SEGUNDO: SE CONFIRMA, la sentencia de fecha 03 de Diciembre de 2015,
dictada por el Juzgado Tercero de Primera Instancia de Juicio del Trabajo de la
Circunscripción Judicial del Estado Carabobo.
TERCERO: CON LUGAR la demanda de Nulidad de Acto Administrativo,
incoada por los ciudadanos: MERVIN JOSE GARCIA GARCIA, JESUS
RAFAEL QUIÑONES CASTILLO, GREGORIO JOSE ROJAS, JOSE
GEREMIAS TORRES PULIDO, BELKYS ESPERANZA VARGAS SANCHEZ,
JOSE LUIS CORTEZ PAEZ, WUILLEN ANDERSON TERAN
SANTAMARIA, RAMON FEDERICO MARTINEZ, YONIS SMITH NAVAS
GARCIA, IVAN DE JESUS PACHECO ARIAS, MIGUEL ANGEL SOSA
LOPEZ, NOELIA DE JESUS ACEVEDO RAMOS, RICARDO ALEXANDER
FLORES PEREZ Y ARTURO RAFAEL LADERA DIAZ, titulares de la Cédula
de Identidad Nº 11.807.568, 12.030.131, 9.511.251, 12.894.062, 11.710.729,
13.899.168, 12.981.764, 9.828.014, 9.732.898, 14.052.330, 10.343.148,
9.440.442, 18.858.044 y 4.463.532, respectivamente. Contra PROVIDENCIA
ADMINISTRATIVA DE FECHA 09 DE OCTUBRE DEL AÑO 2014,
DICTADA EN EL EXPEDIENTE Nº 080-2014-08-00075 POR LA
INSPECTORIA DEL TRABAJO CÉSAR “PIPO” ARTEAGA DE LOS
MUNICIPIOS AUTONOMOS DE NAGUANAGUA, SAN DIEGO Y
VALENCIA, PARROQUIAS SAN JOSE, SAN BLAS, CATEDRAL Y RAFAEL
URDANETA DEL ESTADO CARABOBO, mediante el cual se Homologó el
escrito contentivo del Acta Convenio presentado en fecha 19 de Septiembre de
2014, por los miembros de la Junta de Conciliación del Pliego de Peticiones de
Reducción de Personal, presentado por la entidad de Trabajo AFFINIA
VENEZUELA, C.A.
CUARTO: SE ORDENA la reincorporación de los ciudadanos MERVIN JOSÉ
GARCÍA GARCÍA, JESÚS RAFAEL QUIÑONES CASTILLO, GREGORIO
JOSÉ ROJAS, JOSÈ GEREMIAS TORRES PULIDO, BELKYS ESPERANZA
VARGAS SANCHEZ, JOSE LUIS CORTEZ PAEZ, WUILLEN ANDERSON
TERAN SANTAMARÍA, RAMON FEDERICO MARTINEZ, YONIS SMITH
NAVAS GARCÍA, IVAN DE JESUS PACHECO ARIAS, MIGUEL ANGEL
SOSA LÓPEZ, NOELIA DE JESUS ACEVEDO RAMOS, RICARDO
ALEXANDER FLORES PEREZ y ARTURO RAFAEL LADERA DIAZ,
titulares de las cédulas de identidad Nos. V- 11.807.568, 12.030.131, 9.511.251,
12.894.062, 11.710.729, 13.899.168, 12.981.764, 9.828.014, 9.732.898,
14.052.330, 10.343.148, 9.440.442, 18.858.044 y 4.463.532, en su orden, así
como el pago de los salarios caídos dejados de percibir desde las fechas
24/09/2014, 24/09/2014, 24/09/2014, 26/09/2014, 24/09/2014, 24/09/2014,
24/09/2014, 24/09/2014, 25/09/2014, 24/09/2014, 24/09/2014, 25/09/2014,
25/09/2014 y 24/09/2014, respectivamente, oportunidades en que fueron
desincorporados de sus puestos de trabajo.”
 
III
CONSIDERACIONES PARA DECIDIR
 
Previo a cualquier consideración sobre el fondo del asunto, esta Sala
observa lo siguiente:
Esta Sala Constitucional, en sentencia n.° 993 del 16 de julio de 2013,
caso: Daniel Guédez Hernández, asentó criterio vinculante respecto a la
procedencia in limine litis de aquellos casos de pretensiones de tutela
constitucional interpuestas contra decisión judicial, cuando el asunto fuere de
mero derecho, en los términos siguientes:
En la sentencia N° 7, del 1° de febrero de 2000 (caso: José Amando
Mejía), la Sala ajustó a la nueva Carta Magna el procedimiento de
amparo constitucional, de la siguiente manera:
[…]
Por lo tanto, la exigencia de la celebración de la audiencia oral, a
juicio de la Sala en realidad se justifica en aquellos procedimientos
de amparo constitucional en los cuales debe oírse ineludiblemente a
las partes intervinientes, lo que coincide además con lo señalado en el
artículo 49.3 constitucional que establece: “[t]oda persona tiene derecho
a ser oída en cualquier clase de proceso”. Sin embargo, en los casos en
los cuales se interponga una demanda de amparo contra una decisión
judicial, la Sala estableció que la falta de comparecencia a la audiencia
oral del Juez o de los Jueces que dictaron la sentencia considerada como
lesiva no significa la aceptación de los hechos, toda vez que el
pronunciamiento judicial adversado se basta por sí solo para contradecir
los alegatos plasmados en la solicitud de amparo, por lo que el derecho a
la defensa de dichos funcionarios judiciales, en este supuesto, no se
encuentra cercenado.
[…]
Así pues, tanto la acción de amparo como el derecho al amparo llevan
implícita la celeridad y el restablecimiento inmediato de la situación
jurídica lesionada constitucionalmente, razón por la cual el artículo 27
constitucional, conforme con el artículo 1 de la Ley Orgánica de Amparo
sobre Derechos y Garantías Constitucionales, refieren que la autoridad
judicial competente tendrá la potestad para
restablecer inmediatamente la situación jurídica infringida o la situación
que más se asemeje a ella; de allí que pueda o no hacerse exigible el
contradictorio en el procedimiento de amparo, dependiendo ello del
hecho de que el juez constitucional estime el procedimiento más
conveniente para el restablecimiento inmediato de la situación jurídica
infringida que es lo medular en la vía del amparo; si ello no fuese así, el
amparo carecería de eficacia. Por lo tanto, cuando el mandamiento de
amparo se fundamente en un medio de prueba fehaciente
constitutivo de presunción grave de la violación constitucional, debe
repararse inmediatamente, en forma definitiva, y sin dilaciones la
situación infringida, sin que se haga necesario abrir el
contradictorio, el cual, sólo en caso de duda o de hechos controvertidos,
justificará la realización de una audiencia oral contradictoria. Si ello no
fuera así se desvirtuaría la inmediatez y eficacia del amparo.
En efecto, existen situaciones de mero derecho  o de tan obvia violación
constitucional que pueden ser resueltas con inmediatez y sin
necesidad del previo debate contradictorio porque se hace obvia
igualmente la situación jurídica infringida; ¿por qué demorar entonces la
restitución de los derechos constitucionales infringidos?
La Sala considera que el procedimiento de amparo constitucional, en
aras de la celeridad, inmediatez, urgencia y gravedad del derecho
constitucional infringido debe ser distinto, cuando se discute un punto
netamente jurídico que no necesita ser complementado por algún medio
probatorio ni requiere de un alegato nuevo para decidir la controversia
constitucional. En estos casos, a juicio de la Sala, no es necesario
celebrar la audiencia oral, toda vez que lo alegado con la solicitud del
amparo y lo aportado con la consignación del documento
fundamental en el momento en que se incoa la demanda,  es suficiente
para resolver el amparo en forma inmediata y definitiva.
[…]
De modo que, condicionar la resolución del fondo del amparo a la
celebración de la audiencia oral sería inútil en aquellos casos en los
cuales se intenta el amparo contra una decisión judicial por un asunto de
mero derecho o de obvia violación constitucional , toda vez que ello
ocasionaría la violación del derecho a la tutela judicial efectiva prevista
en el artículo 26 eiusdem, que se concreta en materia de amparo
constitucional en el artículo 27ibidem, debido a que el Estado no
garantizaría, en estos casos, una justicia ‘expedita’.
Por lo tanto, a pesar de que en anterior oportunidad la Sala, con base en
la necesidad de celebrar la audiencia oral contradictoria, negó una
solicitud de declaratoria de mero derecho en un procedimiento de
amparo (vid. sentencia N° 988 del 15 de octubre de 2010, caso: Clarense
Daniel Rusian Pérez), se impone en el presente caso un complemento de
la sentencia N° 7/2000 y se establece, con carácter vinculante, que, en las
demandas de amparos en las cuales se ventile la resolución de un punto
de mero derecho, el Juez constitucional podrá, en la oportunidad de la
admisión de la solicitud de amparo, decretar el caso como de mero
derecho y pasar a dictar, sin necesidad de convocar y celebrar la
audiencia oral, la decisión de fondo que permita
restablecer inmediatamente y en forma definitiva la situación jurídica
infringida o la situación que más se asemeje a ella. Así se establece…”.
(Resaltado añadido).
 
Asimismo, con posterioridad a dicho criterio vinculante, esta Sala
Constitucional ha reiterado en innumerables oportunidades el referido precedente
(vid., entre muchas otras, ss SC n. os 242/2014; 609/2014; 618/2014; 682/2015;
1071/2015; 894/2016 y 1101/2016), incluso luego de admitidas las acciones de
amparo y convocadas las respectivas audiencias, visto que el asunto no requería
del contradictorio para ser resuelto, a objeto de garantizar el restablecimiento
efectivo de la situación jurídica infringida, ello en virtud de la necesidad de la
celeridad e inmediatez en la restitución de la situación jurídica infringida por
violaciones a derechos constitucionales, a los efectos de evitar que la misma sea
haga irreparable vaciando de contenido la disposición constitucional que
establece dicho derecho y garantía (ex artículo 27 constitucional).
Ahora bien, en el caso sub lite el accionante alegó como motivo esencial
de la interposición del amparo, la violación del derecho a la tutela judicial eficaz
previsto en al artículo 26 Constitucional, toda vez que la demandada, en su fallo,
impidió la ejecución del acta convenio de reducción de personal del 19 de
septiembre de 2014, emanado de la junta de conciliación, que, a su decir,
“produce efecto aun antes de la homologación” y que con ello desconoció los
medios alternativos de resolución de conflictos, concebidos en los artículos 253 y
258 eiusdem, como integrantes del sistema de justicia. Por otro lado, el actor
refiere la violación del derecho a la defensa de su representada, en virtud de que
no entiende cómo la anulación del acto de homologación dictado por la
Inspectoría del Trabajo, conlleva a la anulación del acuerdo de reducción de
personal y al reenganche de los trabajadores vinculados a la reducción.
Así pues, en el presente caso nos encontramos en presencia de un asunto
de mero derecho, en razón de los supuestos vicios de juzgamiento en que incurrió
el juzgado agraviante en la decisión objeto de la pretensión de tutela
constitucional, cuya comprobación puede desprenderse del análisis de la decisión
objeto de la pretensión de amparo, así como del expediente continente de la
causa, el cual se encuentra en su totalidad en copias certificadas, del que puede
comprobarse la oportunidad, forma y lugar en que se produjeron los actos
procesales en ambas instancias, lo que resulta suficiente para la determinación o
verificación de los vicios que fueron delatados. Por ende, visto que no existen
elementos nuevos o controversias que deban dilucidarse entre la agraviada y los
terceros, la Sala decidirá, en esta oportunidad, la presente pretensión de tutela
constitucional, prescindiendo de la audiencia pública. Así se decide.
En tal sentido, resulta pertinente reiterar que en el caso sometido a
consideración, se propuso la pretensión de amparo constitucional contra el acto
de juzgamiento que dictó el Juzgado Superior Segundo del Trabajo de la
Circunscripción Judicial del Estado Carabobo el 14 de julio de 2016, mediante la
cual desestimó el recurso de apelación que ejerció la representación judicial de la
quejosa, con la consecuente confirmación de la sentencia que profirió el Juzgado
Tercero de Primera Instancia de Juicio del Trabajo de la misma Circunscripción
Judicial el 03 de diciembre de 2015, y, por ende, declaró con lugar la pretensión
de nulidad que propusieron los ciudadanos Mervin José García García, Jesús
Rafael Quiñones Castillo y otros contra la providencia administrativa que emitió
la Inspectoría del Trabajo César “Pipo” Arteaga de los Municipios Autónomos de
Naguanagua, San Diego y Valencia, Parroquias San José, San Blas, Catedral y
Rafael Urdaneta del estado Carabobo, el 09 de octubre del año 2014, en el
expediente nº 080-2014-08-00075, en la cual se homologó el acuerdo contenido
en el acta convenio al que llegó la Junta de Conciliación el 19 de septiembre de
2014, como producto del pliego de peticiones de reducción de personal
presentado por la entidad de trabajo AFFINIA VENEZUELA, C.A.
(ahora Mann+Hummel Filtration Techonology Venezuela).
 
Ello así, visto que la pretensión de tutela constitucional está dirigida contra
un acto de juzgamiento, se hace impretermitible el señalamiento de lo dispuesto
en el artículo 4 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales, cuyo texto prevé:
 
Igualmente procede la acción de amparo cuando un Tribunal de la
República, actuando fuera de su competencia, dicte una resolución o
sentencia u ordene un acto que lesione un derecho constitucional.
En estos casos, la acción de amparo debe interponerse por ante un
tribunal superior al que emitió el pronunciamiento, quien decidirá en
forma breve, sumaria y efectiva.
 
De la disposición legal transcrita, se deduce que será procedente esta
modalidad de amparo constitucional (contra actos jurisdiccionales), en aquellos
casos en los que un tribunal de la República actúe fuera de su competencia en el
sentido amplio o cuando dicte una sentencia u ordene un acto que lesione un
derecho constitucional. Es decir, deben concurrir las siguientes
características: (i) Que el juez de quien emanó el acto presuntamente lesivo haya
incurrido en usurpación de funciones o abuso de poder, cuando actúa fuera de su
competencia. (ii) Que la aludida incompetencia sustancial ocasione la violación
de un derecho constitucional (ver sentencias n.os 344/2016 y 905/2016).
En armonía con lo anterior, esta Sala ha sostenido en diversos fallos,
que “…la acción de amparo constitucional está concebida como una protección
de derechos y garantías constitucionales stricto sensu; de allí que lo realmente
determinante para resolver acerca de la pretendida violación, es que exista una
violación de rango constitucional y no legal, ya que si así fuere el amparo
perdería todo sentido y alcance y se convertiría en un mecanismo ordinario de
control de la legalidad” (vid., entre otras, sentencias n. os 492/2000, 2339/2001 y
419/2016).
En el caso sub examine, la peticionaria de tutela constitucional sostuvo,
como fundamento de su pretensión y motivo esencial de su interposición, la
violación a sus derechos constitucionales a la tutela judicial eficaz, a la defensa y
al debido proceso contenidos en los artículos 26 y 49 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, por cuanto el acto de juzgamiento que
constituye su objeto impidió la ejecución del convenio de reducción de personal
al que había llegado la junta de conciliación el 19 de septiembre de 2014, el cual,
según su decir, “produce efecto aun antes de la homologación”, con lo cual
se desconoció la existencia de los medios alternativos de solución de conflictos,
concebidos en los artículos 253 y 258 eiusdem, como integrantes del sistema de
justicia, en razón de que la anulación del acto de homologación que dictó la
Inspectoría del Trabajo, y el consecuente reenganche de los trabajadores
vinculados a la reducción, produjo como efecto la anulación del acuerdo de
reducción de personal.
Ahora bien, para la resolución del asunto sometido a consideración de esta
Sala Constitucional, es necesaria la precisión de las delaciones que fueron hechas
en el proceso originario y la forma como fueron resueltas por el juzgado superior
supuesto agraviante, quien, en una especie de motivación acogida, confirmó el
fallo de primera instancia.
Así, tenemos que el proceso originario se inició en virtud de la pretensión
de nulidad que propusieron los ciudadanos Mervin José García García, Jesús
Rafael Quiñones Castillo, Gregorio José Rojas, José Geremias Torres Pulido,
Belkys Esperanza Vargas Sánchez, José Luís Cortez Páez, Wuillen Anderson
Terán Santamaría, Ramón Federico Martínez, Yonis Smith Navas García, Iván
De Jesús Pacheco Arias, Miguel Ángel Sosa López, Noelia De Jesús Acevedo
Ramos, Ricardo Alexander Flores Pérez y Arturo Rafael Ladera Díaz, titulares de
la cédulas de Identidad n.os 11.807.568, 12.030.131, 9.511.251, 12.894.062,
11.710.729, 13.899.168, 12.981.764, 9.828.014, 9.732.898, 14.052.330,
10.343.148, 9.440.442, 18.858.044 y 4.463.532, respectivamente, contra la
providencia administrativa que dictó la Inspectoría del Trabajo César “Pipo”
Arteaga De Los Municipios Autónomos de Naguanagua, San Diego y Valencia,
Parroquias San José, San Blas, Catedral y Rafael Urdaneta del estado Carabobo
el 09 de octubre de 2014, mediante el cual homologó el convenio suscrito por los
miembros de la Junta de Conciliación derivado del pliego de peticiones de
reducción de personal por razones de índole económico, que presentó la entidad
de trabajo AFFINIA VENEZUELA, C.A. (hoy Mann+Hummel Filtration
Techonology Venezuela) ante el referido órgano administrativo.
En ese sentido, tenemos como supuestos vicios esgrimidos contra el acto
administrativo como fundamento de la pretensión de nulidad, los siguientes: i)
que ninguno de los peticionarios de nulidad habían consentido el despido por
causa de reducción de personal, por lo tanto, ni aceptado el pago de los conceptos
laborales derivados de dicha terminación de la relación laboral; ii) que ninguno
había sido notificado del procedimiento de reducción de personal a excepción de
Arturo Rafael Ladera Díaz, lo cual debió constatar la Inspectora del Trabajo, en
cumplimiento de la obligación que le impone el artículo 509.10 de la Ley
Orgánica del Trabajo, de los Trabajadores y Trabajadoras (LOTTT); iii) que, de
igual forma, la referida Inspectora del Trabajo homologó el convenio, sin que
hubiese realizado la inspección que había sido ordenada por el funcionario del
trabajo que había designado para la tramitación de la conciliación y, iv) que
tampoco se respetó, en la tramitación de la conciliación, la inamovilidad laboral
derivada del propio procedimiento, por cuanto fueron despedidos el 24, 25 y 26
de septiembre de de 2014, es decir, antes de la homologación del referido
convenio (09.10.2014) y, por tanto, dé su conclusión.
Por su parte, la representación judicial de la beneficiaria del acto (hoy
peticionaria de amparo) esgrimió en su defensa que: i) es el acuerdo y no el acto
administrativo lo que afecta los derechos de los trabajadores; ii) que en estos
tipos de procedimientos se sacrifica el derecho individual del trabajador por el
derecho colectivo, donde se había propuesto inicialmente la reducción de 36
trabajadores y producto de la negociación se acordó que fuesen 23 los
trabajadores afectados, pero todo ello dentro del procedimiento establecido; iii)
que dada la naturaleza del procedimiento, los miembros de la junta de
conciliación podían llegar a un acuerdo sin necesidad de inspección, aun cuando
hubiese sido ordenada, en virtud de que las partes, con la intervención del órgano
administrativo competente, tenían pleno conocimiento de las existentes y
apremiantes circunstancias económicas que ameritaban la necesaria reducción del
personal para preservar al resto de los trabajadores la fuente de trabajo y iv) que
la inamovilidad concluye al término de la negociación y que el acto que da lugar
a la culminación del procedimiento no es otro que el acuerdo que contiene el
convenio alcanzado por la junta de conciliación respecto a la reducción del
personal, por lo tanto, la inamovilidad concluyó el 19 de septiembre de 2014, y
que no puede hablarse de despido alguno, ya que lo ocurrido es la terminación de
la relación de trabajo por causas no imputables a las partes.
Ahora bien, el Juzgado Superior Segundo del Trabajo de la
Circunscripción Judicial del Estado Carabobo, luego de la determinación o
precisión de la providencia administrativa homologatoria del acuerdo, como acto
capaz de producir las lesiones delatadas y, por tanto, como objeto de la
pretensión de nulidad, así como de la necesaria actuación de la Inspectoría del
Trabajo, mediante dicho acto, a los efectos de otorgarle efectividad al acuerdo o
convenio producto de la negociación conciliatoria, estimó la procedencia de
dicha pretensión, con fundamento en la siguiente motivación:
 
Con relación a la falta de notificación de los recurrentes y la potestad del
Sindicato de representarlos, señala la parte apelante que en la sentencia el
Tribunal a quo no indica la norma en la que se establece la obligatoriedad
de notificación de los afectados por la reducción de personal, y que nos
encontramos con una supuesta inobservancia de una formalidad o
procedimiento que no se encuentra establecido en norma alguna, además
señala que los trabajadores afectados por el acuerdo estaban debidamente
representados por su Organización Sindical.
Este Tribunal debe señalar que de una revisión minuciosa al contenido del
presente expediente, llama la atención a esta alzada que en el desarrollo
del procedimiento se notificó a 216 trabajadores, donde no se encuentran
notificados precisamente los trabajadores afectados a excepción del
ciudadano ARTURO RAFAEL LADERA DIAZ, hechos estos que a
criterio de quien decide considera que se debió notificar a todos los
trabajadores afectados para dar mayor legalidad al procedimiento, y no
como sucedió en el presente caso donde al no haber sido notificados se
incumplió con la garantía constitucional del debido proceso causando por
consecuencia violación al derecho a la defensa de los trabajadores
afectados por el Acuerdo.
En este sentido es menester citar lo señalado en la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela en su artículo 49.1.
(…/…)
(…)
Así las cosas, La Sala Político Administrativa del Tribunal Supremo de
Justicia en sentencia de fecha 31 de Julio de 2002, caso Luís Alfredo
Rivas, estableció lo siguiente:
(…/…)
(…)
De la norma y del texto Jurisprudencial anteriormente trascrito, se puede
observar que en el caso de marras,  al no haber sido debidamente
notificados los trabajadores que ven lesionados sus derechos , se
configura de manera suficiente la violación al debido proceso, debido
proceso que debe garantizarse en toda formación de un acto
administrativo, por cuanto es un conjunto de garantías que otorgan una
cantidad de derechos para el interesado para que este se encuentre en
igualdad de condiciones en todas aquellas actuaciones tendientes a la
defensa de sus intereses y derechos. En el presente caso al no haber sido
notificados los trabajadores afectados por el acuerdo, se verifica que hubo
violación del Debido Proceso. Y ASI SE DECIDE.
Este Tribunal debe señalar que si bien se observa que los representantes
del Sindicato Único de Trabajadores de las Empresas Fabricantes de
Filtros Automotrices Industriales, Empacaduras, Similares y Conexos del
Estado Carabobo (SUTEFAIES), forman parte de la Junta de
Conciliación, mal se podría entender que con este simple hecho se
tengan por notificados los trabajadores afectados del acuerdo, aun mas
cuando la Organización Sindical procedió a la notificación de 216
trabajadores sin notificar a los afectados salvo el ciudadano Arturo Rafael
Ladera. Lo que se puede observar que efectivamente como ya quedó
establecido los trabajadores afectados no fueron notificados y que la
notificación constituye, una clara garantía a favor de los administrados, por
cuanto le genera los derechos de ser oído, de hacerse parte y de tener
acceso al expediente entre otros, lo que en el presente caso no verificó el
Órgano Administrativo del Trabajo y que ocasionó violación al Debido
Proceso. Y ASÍ SE DECIDE.
Como tercer punto de apelación señala la parte apelante que en cuanto a la
no realización de la Inspección a la entidad de trabajo AFFINIA
VENEZUELA. C.A., ordenada por la Inspectoria del Trabajo en fecha 03
de septiembre de 2014, en el acta de esa misma fecha 03 de Septiembre de
2014, las partes de la Junta de Conciliación señalaron de manera conjunta,
Cito:
(…/…)
La entidad de Trabajo y el sindicato revisaran el listado de los posibles
afectados de la reducción de personal, a los fines de llegar a un acuerdo
sobre el número de Trabajadores ya que el sindicato no estaría de acuerdo
con el número propuesto por la entidad de Trabajo y posteriormente
definir la parte económica que recibirán los trabajadores que serán
afectados, todo lo cual presentaremos en la próxima reunión que fije el
Despacho. Es todo.
(…/…)
Así mismo, señala que el ejercicio de las facultades a que se refiere el
parágrafo único del artículo 46 del Reglamento de la Ley Orgánica del
Trabajo, es potestativo, incluso, luego de haber sido ordenada, de no
realizarse, bien puede la Inspectoría del Trabajo, no exigirla, si así lo
considera. Entonces al ser una facultad potestativa, bien puede la
Inspectoría considerar su realización o no, incluso si ordenó su realización,
puede luego no exigir la misma.
Al respecto es menester para esta Juzgadora, a los fines de dirimir el
presente punto de controversia, con relación a la no realización de la
Inspección ordenada por el Órgano Administrativo del Trabajo, citar lo
establecido en el artículo 46 del Reglamento de la Ley Orgánica Del
Trabajo que establece lo siguiente:
Cito:
(…/…)
(…)
Del texto normativo trascrito se verifica, que en los casos de reducción de
personal, una vez presentado el pliego de peticiones, este debe ser
tramitado conforme a lo estipulado en la Ley Orgánica del Trabajo los
Trabajadores y las Trabajadoras, y en el desarrollo del procedimiento el
Inspector del Trabajo, podrá solicitar información y recaudos que
considere pertinentes a los fines de verificar la existencia de circunstancias
económicas, de progreso o modificaciones tecnológicas.
De una revisión del presente expediente, se verifica que en acta de fecha
03 de Septiembre de 2015, la Inspectoría del Trabajo ordenó la realización
de una inspección en la sede de la entidad de Trabajo Affinia Venezuela,
C.A., se puede observar del expediente Administrativo que no fue
realizada la Inspección ordenada, aun y cuando dicha inspección es de
carácter facultativo del Órgano Administrativo.
Así mismo, el Inspector del Trabajo debía verificar las circunstancias que
motivaron la reducción de personal, lo que en el presente caso, observa
este Tribunal que el Órgano Administrativo de Trabajo no señala y
tampoco se evidencia de que haya supervisado las mencionadas
circunstancias a los fines de tutelar en igualdad de condiciones los
derechos de las partes aunado al de salvaguardar el derecho Constitucional
del Trabajo de los ciudadanos afectados por el acuerdo suscrito, por lo que
la Homologación impartida por el Órgano Administrativo del Trabajo
quebranta el derecho a la defensa de los trabajadores  es por lo que el
Acto Administrativo se encuentra viciado de nulidad. Y ASI SE DECIDE.
Como último punto de apelación referido a la terminación del
Procedimiento Administrativo, la parte recurrente señala que el proceso no
termina con el Auto de Homologación dictado por la Inspectoria del
Trabajo, sino que se entiende terminado el proceso al término de la
negociación del convenio alcanzado por la Junta de Conciliación en fecha
19 de Septiembre de 2014, y que a partir de esta fecha culminó la
inamovilidad a la que se refiere el numeral 09 del artículo 419 de la Ley
Orgánica del Trabajo, las Trabajadoras y los Trabajadores.
Al respecto debe señalar este Tribunal, que tal como quedo establecido up
supra, es el Auto de Homologación el que pone fin al procedimiento de
Reducción de Personal por cuanto ese Acto Administrativo es el que
otorga validez, y es el Acto a través del cual el Órgano Administrativo del
Trabajo certifica que se dio supervisión al procedimiento, salvaguardando
los derechos que asisten a los trabajadores.
En el presente caso se verifica que los Trabajadores afectados fueron
desincorporados de sus puestos de trabajo en fecha 24, 25 y 26 de
Septiembre de 2014, y que el Acto Administrativo, consistente en Auto de
Homologación de Solicitud de Reducción de Personal fue dictado en fecha
09 de Octubre de 2014.
Por lo cual la desincorporación de los trabajadores de sus puestos de
trabajo realizada antes del Auto de Homologación, es violatorio de la
Inamovilidad Laboral que los amparaba para el momento. Por lo que al
quedar establecida la violación al Debido Proceso, la Trasgresión a la
Inamovilidad Laboral; es por lo que este Tribunal Superior verifica
que el Acto Administrativo consistente en Auto de Homologación
dictado en fecha 09 de Octubre de 2014, por la Inspectoría del
Trabajo César “Pipo” Arteaga de los Municipios Naguanagua, San
Diego y Valencia, Parroquias San José, San Blas, Catedral y Rafael
Urdaneta del Estado Carabobo, se encuentra viciado de Nulidad
Absoluta. Y ASÍ SE ESTABLECE. (Resaltado añadido).
 
Como se observa, la decisión que forma el objeto de la pretensión de
amparo constitucional cimentó la procedencia de la pretensión de nulidad en
ciertos vicios de nulidad absoluta en que habría incurrido el acto cuestionado,
derivados de la supuesta violación a los derechos constitucionales de los
trabajadores afectados por la reducción de personal, en virtud de la ausencia de
notificación de los mismos, de la falta de inspección que había sido ordenada por
un funcionario designado por la Inspectora del Trabajo y por la desincorporación
de los referidos trabajadores antes de la homologación del acuerdo por parte del
órgano administrativo, sin que se hubiese hecho una fundamentación legal de las
supuestas obligaciones incumplidas, es decir, sin que hubiese especificado las
disposiciones legales que habrían sido desatendidas por el órgano administrativo,
ni la subsunción en el artículo 19 de la Ley Orgánica de Procedimiento
Administrativos (LOPA), de las causas por las cuales que viciaban de nulidad
absoluta el acto administrativo cuya legalidad habría sido cuestionada.
Así, esta Sala Constitucional, más allá de las delaciones formuladas por el
accionante y sobre la base del principio iura novit curia, pasa de seguidas a la
constatación de la forma y oportunidad como se produjeron las actuaciones
relevantes realizadas dentro del procedimiento de conciliación derivado de la
presentación del pliego de peticiones que propuso la legitimada activa de este
proceso constitucional para el logro de la autorización de la reducción de
personal, motivado a razones de interés económico. De esta forma tenemos:
1.- El procedimiento se originó en virtud de la consignación de la solicitud
de reducción de personal mediante pliego de petición, que, el 26 de agosto de
2014, presentó Affinia Venezuela, C.A. (ahora Mann+Hummel Filtration
Techonology Venezuela) ante la Inspectoría del Trabajo César “Pipo” Arteaga
Municipios Autónomos San Diego y Naguanagua y las Parroquias San Blas,
Catedral y Rafael Urdaneta del estado Carabobo.
2.- El 27 de agosto de 2014 la inspectora jefa del Trabajo, Dorkys
Hernández, admitió el referido pliego y ordenó darle curso legal, comisionando
al jefe de Sala de Derecho Colectivo, para la debida tramitación del
procedimiento, con la remisión a ese Despacho para su decisión correspondiente.
3.- El 3 de septiembre de 2014 se reunieron los representantes de la
solicitante y del Sindicato Unión de Trabajadores de las Empresas Fabricantes de
Filtros Automotrices Industriales, Empacaduras, Similares y Conexos del Estado
Carabobo (S.U.T.E.F.A.I.E.S.), ante el funcionario del trabajo para dar inicio a la
discusión del pliego de peticiones, para lo cual se conformó inmediatamente la
Junta Conciliatoria y se acordó la revisión del listado de los posibles afectados,
con la finalidad de llegar a un acuerdo sobre el número de trabajadores que
pudiesen resultar afectados y la determinación de los conceptos económicos que
los mismos recibirían.
4.- El 19 de septiembre de 2014, los ciudadanos Dario Russian, José Raúl
Conde y Roberto Pérez, por parte de Affinia Venezuela C.A. y Carlos Tovar,
César Camacaro y Julio Tovar, por parte del Sindicato, actuando como miembros
principales y suplentes de la Junta de Conciliación, presentaron ante la
Inspectoría escrito continente del acuerdo alcanzado respecto del pliego de
peticiones de reducción de personal, con fundamento en los artículos 148 y 473
de la Ley Orgánica del Trabajo, de los Trabajadores y Trabajadoras, el 46 del
Reglamento de dicho instrumento legal y el artículo 3 del Decreto de
Inamovilidad Laboral, estableciéndose el número definitivo de trabajadores
afectados (23) conforme a listado que fue anexado, y el pago total de sus
prestaciones sociales y los demás beneficios correspondientes, solicitando la
homologación de dicho acuerdo.
5.- El 23 de septiembre de 2014, los representantes del Sindicato,
presentaron, ante la Inspectoría del Trabajo, el acta firmada por 216 trabajadores
de Affinia Venezuela C.A.
6.- El 09 de octubre de 2014, la Inspectoría del Trabajo César “Pipo”
Arteaga Municipios Autónomos San Diego y Naguanagua y las Parroquias San
Blas, Catedral y Rafael Urdaneta del estado Carabobo homologó el acuerdo
producto de la negociación conciliatoria.
 
Ahora bien, la modificación de la relación de trabajo por razones
económicas o tecnológicas está prevista en la vigente Ley Orgánica del Trabajo,
de los Trabajadores y Trabajadoras en el artículo 148, en los términos que a
continuación se indica:
Artículo 148.-
Protección del proceso social de trabajo
Cuando por razones técnicas o económicas exista peligro de extinción de
la fuente de trabajo, de reducción de personal o sean necesarias
modificaciones en las condiciones de trabajo, el Ministerio del Poder
Popular con competencia en materia de Trabajo podrá, por razones de
interés público y social, intervenir de oficio o a petición de parte, a objeto
de proteger el proceso social de trabajo, garantizando la actividad
productiva de bienes o servicios, y el derecho al trabajo. A tal efecto
instalará una instancia de protección de derechos con participación de los
trabajadores, trabajadoras, sus organizaciones sindicales si las hubiere, el
patrono o patrona. Los trabajadores y trabajadoras quedarán investidos de
inamovilidad laboral durante este proceso. El reglamento de esta ley
regulará la instancia de protección de derechos. En caso de existir
convención colectiva, y si resulta acordada la modificación de condiciones
contenidas en esa convención, dichas modificaciones permanecerán en
ejecución durante un plazo no mayor del que falte para que termine la
vigencia de la convención colectiva correspondiente.
 
Por su parte, dicha institución laboral, se encuentra consagrada en el
Reglamento de la Ley Orgánica del Trabajo, aplicable en los mismos términos, a
la Ley Orgánica del Trabajo, la Trabajadoras y los Trabajadores. En tal sentido,
dispone lo siguiente:
 
 
 
 
Pliego de peticiones
Artículo 46
Cuando el patrono o patrona pretendiese una reducción de personal
basándose en la existencia de circunstancias económicas, o de progreso,
o modificaciones tecnológicas, deberá presentar ante el inspector o
Inspectora del Trabajo de la localidad un pliego de peticiones que será
tramitado de conformidad con lo previsto en el Capítulo III del Título VII
de la Ley Orgánica del Trabajo y del presente reglamento.
El pliego de peticiones deberá contener los siguientes datos:
a) Identificación del patrono o patrona y, en caso de que el mismo sea una
persona jurídica deberá consignar copia de la cédula de identidad de los
representantes legales, así como del registro mercantil y las reformas
estatutarias actualizadas.
b) Número de Trabajadores y Trabajadoras que prestan servicio en la
empresa e identificación de aquéllos y aquéllas que se pretendiere afectar
por la reducción, con indicación de sus cargos o puestos de trabajo,
antigüedad al servicio del patrono o patrona y último salario devengado.
c) Descripción de los sistemas y procesos de producción que se emplean
en la empresa y de aquéllos por los cuales se les pretenda sustituir,
señalando las ventajas de los mismos y su incidencia en la productividad,
si fuera el caso; y
d) Análisis de la situación económica de la empresa, si la solicitud se
fundare en esta circunstancia. En este caso, deberán acompañarse los
balances y estados de ganancias y pérdidas debidamente auditados.
Parágrafo Único: El Inspector o Inspectora del Trabajo  podrá solicitar los
recaudos e informaciones que considere pertinentes, efectuar inspecciones
o supervisiones y ordenar la práctica de experticias.
 
Composición del conflicto por la Junta de Conciliación
Artículo 47.
En el procedimiento a que se refiere el artículo anterior, la Junta de
Conciliación a que se refiere el artículo 479 de la Ley Orgánica del
Trabajo, tendrá por objeto alcanzar, por unanimidad, acuerdos con
relación a:
a) Los trabajadores y trabajadoras que serán afectados por la
reducción de personal;
b) El plazo dentro del cual se ejecutará la reducción de personal o, por el
contrario, la fecha de reincorporación parcial o total de los trabajadores
afectados y trabajadoras afectadas;
c) Las indemnizaciones que pudieren corresponder a los trabajadores
afectados y trabajadoras afectadas;
 
Ahora, los modos de solución de los conflictos que surgieren con ocasión a
la modificación de la relación de trabajo, están previstos en la vigente Ley
Orgánica del Trabajo, las Trabajadoras y los Trabajadores en el Título VII (Del
Derecho a la Participación Protagónica de los Trabajadores, Trabajadoras y sus
Organizaciones Sociales), Capítulo III (Del Conflicto Colectivo del Trabajo), es
decir, se encuentran regulados por las disposiciones tendientes a evitar o resolver
los conflictos colectivos de trabajo (no los conflictos individuales derivados de la
relación laboral).
Para el caso específico del procedimiento conciliatorio, donde surgió el
acto de homologación cuestionado, la referida ley sustantiva laboral dispone lo
siguiente:
 
Artículo 472.-
Normativa aplicable
Las negociaciones y conflictos colectivos que surjan entre una o más
organizaciones sindicales de trabajadores y trabajadoras y uno, una o más
patronos y patronas, para modificar las condiciones de trabajo, para
reclamar el cumplimiento de las convenciones colectivas, o para oponerse
a que se adopten determinadas medidas que afecten a los trabajadores y a
las trabajadoras, se tramitarán de acuerdo con lo dispuesto en esta Ley .
 
Artículo 473.-
Mediación para solución pacífica previa al conflicto
Los funcionarios y las funcionarias del trabajo procurarán la solución
armónica de las diferencias que surjan entre patronos, patronas,
trabajadores y trabajadoras, aún antes que las mismas revistan carácter
conflictivo por hecho público o por la presentación del pliego
correspondiente, sin que ello pueda ser alegado para negar su admisión.
Las organizaciones sindicales llevarán a cabo los procedimientos
previamente establecidos con miras a la solución de las diferencias que
surjan entre las partes, y deberán cumplirlos antes de la iniciación del
proceso conflictivo.
 
Artículo 479.-
Junta de Conciliación
Admitido el pliego, el Inspector o Inspectora del Trabajo solicitará  de la
organización sindical, por una parte , y del patrono o la patrona, por la
otra, la designación, dentro de las cuarenta y ocho horas siguientes, de dos
representantes principales y de un o una suplente por cada parte, para
constituir la junta de conciliación, la cual estará presidida por el Inspector
o la Inspectora del Trabajo o a quien éste o ésta designe, y funcionará de
acuerdo a lo siguiente: Dentro de las veinticuatro horas siguientes, se
instalará la junta de conciliación. En caso de ausencia o incapacidad de
uno de los representantes, será sustituido o sustituida por su respectivo
suplente. Los representantes sindicales de la junta de conciliación ,
deberán ser trabajadores y trabajadoras de la entidad de trabajo o entidades
de trabajo contra las que se promueva el conflicto, y los representantes de
la entidad de trabajo deberán ser el patrono, la patrona o miembros del
personal directivo de la entidad de trabajo o entidades de trabajo. Ambos
podrán estar acompañados por los asesores y las asesoras que a tal efecto
designen. El funcionario o la funcionaria del trabajo que preside la Junta
de Conciliación, intervendrá en sus deliberaciones con el propósito de
armonizar el criterio de las partes o mediar para lograr acuerdos. Los
suplentes podrán asistir también a las reuniones, pero no tendrán derecho a
voto, salvo que estén reemplazando a su representante titular. En caso de
que uno de los miembros suplentes de la Junta de Conciliación haya tenido
que reemplazar definitivamente a un representante titular, el funcionario o
funcionaria del Trabajo que presida la Junta exigirá inmediatamente a la
parte respectiva que nombre, a la brevedad posible, otro suplente. Ninguna
sesión se podrá constituir válidamente sin la asistencia de un representante
por lo menos, de cada una de las partes.
 
Artículo 480.-
Acuerdo de la Junta de Conciliación
La Junta de Conciliación continuará reuniéndose  hasta que haya
acordado una recomendación unánimemente aprobada, o hasta que
haya decidido que la conciliación es imposible. La recomendación de la
Junta de Conciliación o en su defecto, el acta en que se deja constancia
que la conciliación ha sido imposible,  pondrá fin a esta etapa del
procedimiento. La recomendación de la Junta de Conciliación, podrá
contener términos específicos de arreglo o la recomendación que la
disputa sea sometida a arbitraje. A falta de otra proposición de arbitraje
deberá hacerla el presidente o la presidenta de la Junta de Conciliación. Si
se decide que la conciliación es imposible, haya o no ocurrido la
paralización de labores por huelga, y si los trabajadores y las trabajadoras
rechazaren el arbitraje, la junta de conciliación, su presidente o su
presidenta expedirá un informe fundado, que contenga la enumeración de
las causas del conflicto, un extracto de las deliberaciones y una síntesis de
los argumentos expuestos por las partes. En dicho informe deberá
establecerse expresamente alguno de los siguientes hechos: a) Que el
arbitraje insinuado por el presidente o la presidenta de la junta ha sido
rechazado por ambas partes; o b) Que el arbitraje, aceptado o solicitado
por una de las partes, la cual se determinará en el informe, ha sido
rechazado por la otra. A este informe se le dará la mayor publicidad
posible.
 
Sobre este mismo particular, el Reglamento supra mencionado dispone:
 
Modos de solución de los conflictos
Artículo 166.
Los modos de autocomposición de los conflictos colectivos de trabajo,
salvo disposición en contrario de la Ley o de este Reglamento, se
preferirán a los de heterocomposición.
Son modos de autocomposición:
a) La negociación directa entre las partes.
b) La conciliación, donde un tercero interviene en la negociación para
coadyuvar a las partes a alcanzar un acuerdo.
c) La mediación, donde el tercero interviene en la negociación y somete a
consideración de las partes, fórmulas específicas de arreglo; y
d) La consulta directa a los trabajadores y trabajadoras y patronos o
patronas involucrados en el conflicto, mediante la instalación de una
comisión de encuesta, la celebración de un referéndum o cualquier otra
modalidad que se estime apropiada.
Son modos de heterocomposición:
a) El arbitraje; y
b) La decisión judicial.
 
Como se observa, la conciliación constituye un medio alternativo para la
solución pacífica de desacuerdos o conflictos entre partes que, para el caso en
específico, en la vigente ley sustantiva laboral, se propone para la solución de
diferencias relativas a situaciones colectivas –no individuales- derivadas del
hecho social trabajo, con la finalidad de que las organizaciones sindicales y los
patronos encuentren mediante la facilitación del diálogo dirigido por los
Inspectores del Trabajo (ex artículo 509.10 de la Ley Orgánica del Trabajo, la
Trabajadoras y los Trabajadores) un acuerdo que permita la solución concertada
de sus diferencias, sin que el órgano administrativo resuelva directamente, pues
solo intervendrá como facilitador de los respectivas soluciones que deben darse
las partes para evitar el pase a una situación de conflicto colectivo.
Ello así, en los casos específicos en que se pretenda la reducción de
personal por razones de índole económico, ésta se permitirá a los efectos de la
protección del proceso social trabajo garantizando la actividad productiva de
bienes y servicios, por encima de los intereses individuales derivados de la
relación particular de trabajo, pues tal situación trasciende dicho ámbito y se
sitúa en el derecho colectivo del trabajo.
En virtud de que la situación que motivó la causa originaria se planteó en
un procedimiento de conciliación, derivado de un pliego de peticiones en razón
de la solicitud de una reducción de personal por causa económica, y que esta
constituye un caso de derecho colectivo de trabajo, es claro que las
organizaciones sindicales tengan la representación legal para llevar a cabo el
tramite y negociación y, por tanto, formar parte de la junta de conciliación tal
cual lo dispone la Ley Orgánica del Trabajo, de los Trabajadores y Trabajadoras,
tanto de forma específica en ese tipo de procedimiento (vid. artículos 472, 473 y
479), como de forma genérica, tal cual se dispone en su artículo 367.6 cuando
señala: “[l]as organizaciones sindicales de trabajadores y trabajadoras tendrán
las siguientes atribuciones y finalidades: 6. [r]epresentar a sus afiliados y
afiliadas en las negociaciones y conflictos colectivos de
trabajo y, especialmente, en los procedimientos de conciliación, mediación y
arbitraje”.
De otra parte, no existe, contrario a lo que expresó el acto de juzgamiento
objeto de amparo constitucional, obligación legal de notificación de los
trabajadores individualmente considerados, en primer lugar, por cuanto no
pueden formar parte directamente de la junta de conciliación, y, por la otra, no se
trata de procedimiento administrativo de resolución de conflictos particulares en
la cual deba permitirse alegaciones subjetivas concretas derivadas de situaciones
fácticas y jurídicas producto de una relación laboral individual, sino de un
procedimiento donde las partes persiguen mediante la negociación dirigida y
supervisada por organismo público con competencia en materia laboral, un
acuerdo en pro y beneficio de los derechos colectivos de los trabadores, en
resguardo de la actividad productiva en general y del mantenimiento de la mayor
fuente de empleo posible, ante una especial circunstancia prevista en la Ley, por
encima de los intereses individuales de algunos de los trabajadores involucrados.
De manera que las alegaciones en contra de las peticiones de la entidad de
trabajo, en el caso de especie, deben estar dirigidas a la determinación o
verificación de la grave situación económica de la entidad de trabajo que amerite
la reducción del personal, porque de lo contario se generaría una situación tal que
se pondría en grave riesgo la actividad de producción y, por ende, todos los
puestos de trabajo, es decir, una situación técnica-económica que debe
comprobarse mediante los balances y estados de ganancias y pérdidas
debidamente auditados. De allí que la mera alegación del descontento por parte
de los afectados de la ruptura de la relación de trabajo, con ocasión una reducción
de personal realizada en los términos previstos en la legislación laboral, así como
su negativa a percibir los beneficios económicos por ese sentido, no pueden
afectar ni viciar la validez y eficacia del acto de homologación de dicho acuerdo
realizado atendiendo, sobre todo, el interés colectivo en la preservación de la
fuente de trabajo, de la mayor cantidad posible de empleos y del proceso
productivo.
En razón de lo anterior, la decisión objeto de amparo incurrió en un
evidente error de derecho cuando consideró, sin fundamento legal alguno, que, en
este caso, con la ausencia de notificación de cada uno de los trabajadores
afectados por la medida de reducción de personal, se había afectado su derecho a
la defensa y al debido proceso, pues no se le había permitido esgrimir sus
defensas, las cuales, además, se insiste, estuvieron dirigidas a su esfera jurídica
subjetiva y no a los motivos que se sostuvieron para la fundamentación de la
solicitud de reducción de personal, con lo cual es claro que vulneró los derechos
constitucionales de la peticionaria al debido proceso y a la tutela judicial efectiva,
en razón del indebido control de la legalidad, por cuanto consideró que la
participación de los trabajadores en el procedimiento implicaba la intervención
de cada uno de ellos (sin que así lo dispusiere el artículo 148 de la Ley Orgánica
del Trabajo, las Trabajadoras y los Trabajadores), obviando además que los
mismos estaban debidamente representados, en este caso, por el sindicato
respectivo, según consta en el acta de reducción de personal, que estos últimos
suscribieron, garantizándose con ello la participación de los trabajadores de
manera colectiva, tal como se desprende de la referida norma legal.
Por otro lado, en cuanto a la ausencia de realización de la inspección
ordenada en un primer momento, por el funcionario designado para la dirección e
intervención en el procedimiento de conciliación, de la cual derivó el juzgado
superior la supuesta violación al derecho a la defensa por parte del acto de
homologación de los peticionarios de nulidad, a pesar de que reconoció el
carácter facultativo de la misma, en atención a lo que dispone el parágrafo único
del artículo 46 de la Reglamento de la ley sustantiva laboral, por cuanto, a su
decir genérico, el órgano administrativo del trabajo “…no señala (sic) tampoco
se evidencia de que haya supervisado las menciones circunstancias a los fines de
tutelar en igualdad de condiciones los derechos de las partes aunado al de
salvaguardar el derecho Constitucional del Trabajo de los ciudadanos afectados
por el acuerdo suscrito…”¸ aun cuando dichas circunstancias, tal cual se señaló,
se verifica de los balances y estados de ganancias y pérdidas debidamente
auditadas, exigidas por el literal “d” del artículo 46 del referido reglamento, por
lo tanto, el Inspector del Trabajo, sino consideró la necesidad de la realización de
la referida inspección ordenada y no practicada por su subordinado, no se
encontraba obligado a hacerla, máxime si verificó la existencia de la situación
económica señalada como fundamento de la solicitud y el cumplimiento de los
parámetro legales en el acuerdo a que habían llegado los miembros de la junta de
conciliación, en la cual intervinieron los trabajadores y las trabajadoras de forma
colectiva y a través de su sindicato.
En razón de lo anterior, se percata esta Sala Constitucional que el Juzgado
Superior Segundo del Trabajo de la Circunscripción Judicial del Estado
Carabobo incurrió en violación al debido proceso y a la tutela judicial efectiva,
cuando estimó la procedencia de la pretensión de nulidad por una supuesta
violación al derecho constitucional a la defensa de los peticionarios de nulidad,
como consecuencia de la falta de práctica de la inspección por parte de la
Inspectoría del Trabajo sin que existiese por parte del órgano administrativo una
obligación legal para ello, es decir, incurrió en un errado control de la legalidad,
cuando estimó la procedencia de la pretensión de nulidad basado en unas
supuestas irregularidades que viciaban de nulidad absoluta el acto de
homologación, sin que hubiese señalado la norma legal infringida ni hecho la
debida subsunción en alguna de las casuales a que hace referencia el artículo 19
de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos (LOPA).
Por otro lado, el Juzgado Superior Segundo del Trabajo de la
Circunscripción Judicial del Estado Carabobo también erró cuando consideró que
el acto de homologación se encontraba viciado de nulidad absoluta, en virtud de
que se había producido la terminación de la relación de trabajo de los
peticionarios de nulidad antes de que se hubiese dictado la homologación, es
decir, por una situación externa al acto administrativo que en nada afecta su
validez y eficacia, pues, en el supuesto negado de que la terminación de las
relaciones de trabajo fuesen írritas, la causa de la ilicitud no podría en ningún
caso derivar de la homologación, sino de situaciones de hecho anteriores a la
fecha en que esta se produjo, debido a que, precisamente, sus causas o
fundamento no derivarían del acto sino del acuerdo, cuestión además (ruptura de
las relaciones de trabajo) que han debido cuestionarse en un procedimiento
administrativo para la resolución de una solicitud de reenganche y pago de
salarios caídos, en virtud de la alegación de la existencia de la inamovilidad
producto del inicio del procedimiento de conciliación y no contencioso laboral de
nulidad.
Aunado a ello, se observa que dicho juzgado superior consideró que el
acto administrativo se encontraba viciado de nulidad absoluta en virtud de la
desincorporación de los trabajadores antes de la emisión del acto cuestionado de
nulidad, sin que hubiese precisado o determinado la disposición legal infringida,
ni hecho la debida subsunción de la situación irregular que viciaba el acto en
alguna de las casuales a que hace referencia el artículo 19 de la Ley Orgánica de
Procedimientos Administrativos (LOPA). Por el contrario, incurrió en una falta
de aplicación del artículo 480 de la Ley Orgánica del Trabajo, las Trabajadoras y
los Trabajadores, cuando afirmó que “…es el Auto de Homologación el que
pone fin al procedimiento de Reducción de Personal   por cuanto ese Acto
Administrativo es el que otorga validez, y es el Acto a través del cual el Órgano
Administrativo del Trabajo certifica que se dio supervisión al procedimiento,
salvaguardando los derechos que asisten a los trabajadores”, aun cuando el
referido artículo dispone que: “…[l]a recomendación de la Junta de
Conciliación  o en su defecto, el acta en que se deja constancia que la
conciliación ha sido imposible,  pondrá fin a esta etapa del procedimiento …”, es
decir, contrariamente a lo que señaló la juzgadora del tribunal superior, es el
acuerdo respectivo el que pone fin al procedimiento de conciliación, el cual tiene
claros efectos o validez entre las partes desde su suscripción y es el acto de
homologación el que lo reviste de eficacia. En razón de todo lo anterior, es claro
que la decisión objeto de amparo incurrió en violación al debido proceso de la
peticionaria.  Así se decide.
Por último, observa esta Sala Constitucional que, tal y como lo denunció la
peticionaria de tutela constitucional, el Juzgado Superior Segundo del Trabajo de
la Circunscripción Judicial del Estado Carabobo incurrió en falta de aplicación de
los artículos 253 y 258 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, los cuales consagran a los medios alternativos de solución de
conflictos como integrantes del sistema de justicia, dentro de los cuales se
encuentra la conciliación, cuando, en supuesto cumplimiento a lo establecido en
el artículo 259 eiusdem, pretendió el restablecimiento de la situación jurídica
infringida mediante la reincorporación de los trabajadores afectados por la
reducción de personal, sin que hubiese advertido la participación de los
trabajadores, en este caso, mediante el sindicato respectivo (el cual fue
respaldado, además, mediante la firma de 146 trabajadoras y trabajadores que
suscribieron el acta contentiva del acuerdo de reducción de personal), obviando
en todo caso la debida ponderación entre el interés individual de los trabajadores
objeto de la reducción de persona (23) y el interés colectivo representado por la
protección de la fuente de empleo de la totalidad de los demás trabajadores e,
incluso, por el mantenimiento de la  actividad productiva, que se persigue con
este tipo de procedimientos de conciliación, pues, en fin, no se apreció las
circunstancias que motivaron la solicitud de reducción de personal, que
conllevaron al acuerdo o convenio de terminación de la relación de trabajo de los
peticionarios de nulidad, lo cual era de necesario análisis para el cumplimiento
del postulado previsto en el artículo 259 del Texto Constitucional, el cual está
vinculado, en este contexto, a los artículo 26 y 49 eiusdem.
Corolario de todo lo que fue expuesto, esta Sala Constitucional declara
con lugar la pretensión de tutela constitucional que propuso Mann+Hummel
Filtration Techonology Venezuela (antes Affinia Venezuela, C.A.) contra el acto
de juzgamiento que dictó el Juzgado Superior Segundo del Trabajo de la
Circunscripción Judicial del Estado Carabobo el 14 de julio de 2016, con la
consecuente nulidad de la decisión en cuestión y la reposición de la causa al
estado de nueva decisión por parte del Juzgado Superior del Trabajo de la
Circunscripción Judicial del Estado Carabobo, al que corresponda previa
distribución, en atención a lo dispuesto en la presente decisión. Así se decide.
Vista la decisión anterior, se revoca la medida cautelar acordada el 23 de
febrero de 2017 en la sentencia N° 70.
 
 
IV
DECISIÓN
 
Por las razones expuestas, esta Sala Constitucional del Tribunal Supremo
de Justicia, administrando justicia en nombre de la República por autoridad de la
ley decide:
1. DE MERO DERECHO el análisis de la pretensión de tutela
constitucional incoada.
2. La PROCEDENCIA in limine litis de la pretensión de amparo y, en
consecuencia, ANULA la sentencia que dictó, el 14 de julio de 2016, el
Juzgado Superior Segundo del Trabajo de la Circunscripción Judicial del Estado
Carabobo y, en consecuencia, repone la causa al estado de nueva decisión por
parte del Juzgado Superior del Trabajo de la Circunscripción Judicial del Estado
Carabobo al que corresponda previa distribución, en atención a lo dispuesto en
la presente decisión.
3.- Se REVOCA la medida cautelar acordada por esta Sala el 23 de
febrero de 2017 en la sentencia N° 70.
4.- NOTIFÍQUESE de la presente decisión al Juzgado Superior Segundo
del Trabajo de la Circunscripción Judicial del Estado Carabobo; para el
cumplimiento expedito de lo aquí dispuesto y garantizar los principios de
celeridad procesal y justicia oportuna, se ordena igualmente a la Secretaría de la
Sala que, conforme a lo señalado en el artículo 91.3 de la Ley Orgánica del
Tribunal Supremo de Justicia, practique en forma telefónica la notificación
ordenada.
 
Publíquese, regístrese y comuníquese. Remítase copia certificada de la
presente decisión al Juzgado Superior Segundo del Trabajo de la Circunscripción
Judicial del Estado Carabobo y a la Unidad de Recepción y Distribución de
Documentos (URDD) del Circuito Laboral de la Circunscripción Judicial del
estado Carabobo. Cúmplase lo ordenado.
 
Dada,   firmada   y   sellada   en   el   Salón   de   Despacho  de  la  Sala
Constitucional  del  Tribunal  Supremo  de  Justicia,  en  Caracas,  a  los 14 días
del mes de agosto de dos mil diecisiete (2017). Años: 207° de la Independencia y
158° de la Federación.
El Presidente,
 
 
 
 
 
 
JUAN JOSÉ MENDOZA JOVER
El Vicepresidente,
 
 
 
 
 
 
 
 
ARCADIO DELGADO ROSALES
 
Los Magistra…/
 
 
…dos,
 
 
 
 
 
 
 
CARMEN ZULETA DE MERCHÁN 
 
 
 
 
 
 
 
GLADYS MARÍA GUTIÉRREZ ALVARADO
                                                    Ponente
 
 
 
 
 
 
 
…/
…/
 
 
 
 
 
 
 
CALIXTO ORTEGA RÍOS
 
 
 
 
 
 
 
 
LUIS FERNANDO DAMIANI BUSTILLOS
 
 
 
…/
 
…/
 
 
 
 
 
 
 
 
LOURDES BENICIA SUÁREZ ANDERSON
 
 
 
La Secretaria Temporal,
 
 
 
 
 
 
 
 
 
MÓNICA ANDREA RODRÍGUEZ FLORES
GMGA.

Expediente n.° 16-1057


 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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