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MAGISTRADO PONENTE: LUIS FERNANDO DAMIANI BUSTILLOS

 
El 3 de agosto de 2022, los ciudadanos MARTHA ANTONIA ROSALES RODRÍGUEZ y
ELBIS ANTONIO MARTÍNEZ HERNÁNDEZ, titulares de las cédulas de identidad Nros
84.564.856, y 12.430.285, respectivamente, sin asistencia de abogado, presentaron ante la Secretaría de
esta Sala Constitucional acción de amparo constitucional, contra el “(…) Tribunal 5to de Municipio
Valencia Carabobo (sic) Jueza Andreina Crespo (Jueza Provisoria) que fue la que dictó la sentencia
3239 de Acción Reivindicatoria (…)”.
El 3 de agosto de 2022, se dio cuenta en Sala del presente expediente y se designó ponente al
Magistrado Luis Fernando Damiani Bustillos, quien con tal carácter suscribe el presente fallo.
 El 5 de agosto de 2022, la abogada Tahiris Valdez León, inscrita en el Instituto de Previsión
Social del Abogado bajo el Nro 192.371, quien manifestó actuar en representación de los accionantes,
ya identificados, presentó escrito mediante el cual solicitó medida cautelar “INNOMINADA DE
PARALIZACIÓN DE LA EJECUCIÓN DE LA SENTENCIA” entre otros pedimentos, acompañado
de anexos.
Realizado el estudio individual de las actas que conforman el presente expediente, esta Sala
Constitucional pasa a decidir previa las siguientes consideraciones.
  I
FUNDAMENTOS DE LA ACCIÓN
La parte accionante ya identificada presentó escrito contentivo de acción de amparo, que esta
Sala se permite sintetizar en los siguientes términos:
Que “[se encuentran] alquilados en una vivienda (…) desde el 2017, la misma fue vendida con
[ellos] adentro (…) violándonos la preferencia ofertiva. Los compradores entraron a vivir en la
vivienda el 5 de septiembre de 2018, exigiéndonos el desalojo y perturbando la posesión pacífica (…)”
(Corchetes de esta Sala).
 Que “[a] partir de ahí comenzaron a pertubar y exigir[les] el desalojo arbitrario. El 19 de
enero de 2021 [les] sacaron todo para la calle, [les] robaron las pertenencias, entre ellas un teléfono
celular nuevo, ropas, herramientas, etc, pudi[eron] entrar gracias a la ayuda de la Policía Nacional.
El día 1 de agosto de 2022 tuvi[eron] el juicio por el robo que [les] hicieron (…)” (Corchetes de esta
Sala).
 Que “[e]l día viernes 22 de julio de 2022 se presenta el alguacil (…) del Tribunal 5to de
Municipio Valencia (sic) con una boleta de notificación de una acción reivindicatoria la cual no
est[án] de acuerdo porque esa acción se le ejecuta a las personas que no son inquilinos sabiendo que
t[ienen] un retracto legal en el Tribunal Sexto (…) y aun así continú[an] pagando el alquiler”
(Corchetes de esta Sala).
 Que “[le] asignaron un abogado público que nunca [los] contactó y mucho menos [los]
notificó” (Corchetes de esta Sala).
 Que “[e]l martes 26 de julio de 2022 a las 10:30 am [fue] el Tribunal (…) a ejecutar el
desalojo forzoso (…) que [les] dan 15 días a partir del 26 de julio o [les] sacaban las cosas para la
calle (…)” (Corchetes de esta Sala).
 Que “[n]o t[ienen] para donde ir, [su] hija y [ella] [son] extranjeras (…) y [su] esposo tiene
discapacidad” con Número de Certificado de Discapacidad de CONAPDIS D236.248 (Corchetes de
esta Sala).
 Finalmente solicita “(…) buenos oficios para que investiguen estos hechos que son ejecutados
bajo mentiras el e[se] Tribunal y el abogado” (Corchetes de esta Sala).
  II
DE LA COMPETENCIA
Los ciudadanos Martha Antonia Rosales Rodríguez y Elbis Antonio Martínez Hernández
intentaron acción de amparo constitucional contra el “(…) Tribunal 5to de Municipio Valencia
Carabobo (sic) Jueza Andreina Crespo (Jueza Provisoria) que fue la que dictó la sentencia 3239 de
Acción Reivindicatoria (…)”.
 Se denuncia la presunta vulneración de sus derechos por cuanto la vivienda que habían
ocupado desde el año 2017 fue vendida sin habérsele notificado y actualmente se encuentran
amenazados para ser desalojados de la misma, aunado a que nunca fueron notificados del juicio de
acción reivindicatoria.
             Para decidir la Sala observa que el artículo 7 de la Ley Orgánica de Amparo sobre
Derechos y Garantías Constitucionales establece lo siguiente:
“Artículo 7. Son competentes para conocer de la acción de amparo, los Tribunales de Primera
Instancia que lo sean en la materia afín con la naturaleza del derecho o de la garantía
constitucional violados o amenazados de violación, en la jurisdicción correspondiente al lugar
donde ocurrieren el hecho, acto u omisión que motivaren la solicitud de amparo.
En caso de duda, se observarán, en lo pertinente, las normas sobre competencia en razón de la
materia.
Si un Juez se considerare incompetente, remitirá las actuaciones inmediatamente al que tenga
competencia.
Del amparo de la libertad y seguridad personales conocerán los Tribunales de Primera
Instancia en lo Penal, conforme al procedimiento establecido en esta Ley”.
 
La norma transcrita dispone las reglas para determinar la competencia ratione
materiae y ratione loci, para conocer de las acciones de amparo constitucional, cuando éstas se ejerzan
por vía principal. Sin embargo, en esta materia, no sólo es necesario analizar la naturaleza del derecho
o la garantía constitucional presuntamente violada o amenazada de violación, que, por ser genéricas,
pueden corresponder a distintas categorías competenciales, sino que también es menester observar la
relación existente entre la infracción denunciada y la situación jurídica que involucra a las partes, la
cual, debe ser subsumida objetivamente dentro de los principios de competencia.
En atención a lo anterior, la Sala observa que del escrito libelar se desprende que la acción de
amparo se encuentra dirigida contra el Juzgado Quinto de Municipio Ordinario y Ejecutor de Medidas
de los Municipios Valencia, Libertador, Naguanagua, Los Guayos y San Diego de la Circunscripción
Judicial del Estado Carabobo, el cual pretende ejecutar el desalojo de la vivienda que habitan los
accionantes.
  En tal sentido, y de conformidad con el referido artículo 7, son competentes para conocer de
dichas acciones los Tribunales de Primera Instancia cuya competencia sea afín con la materia del
derecho o de las garantías constitucionales violados o amenazados de violación, correspondiente a la
jurisdicción del lugar donde hubiese ocurrido el hecho, acto u omisión que motivare la solicitud de
amparo. Por tanto, estima esta Sala que el órgano jurisdiccional competente para conocer de dicha
acción es un Tribunal de Primera Instancia en materia civil de la Circunscripción Judicial mencionada.
Ello así, y al no estar configurado uno de los supuestos legalmente establecidos en el artículo 25
de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia para que esta Sala conozca de la acción propuesta,
ni tratarse de una acción de amparo para la protección de intereses difusos o colectivos de
trascendencia nacional, esta Sala se declara incompetente para conocer del presente asunto, y declina el
conocimiento de la causa al Juzgado de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la
Circunscripción Judicial del Estado Carabobo, que le corresponda previa distribución, a los fines de
que se pronuncie acerca de la admisión de la pretensión interpuesta, por lo cual, remite el expediente al
Juzgado Distribuidor de Primera Instancia en lo Civil de la mencionada Circunscripción Judicial, para
que realice la distribución de rigor. Así se decide.
  III
MEDIDA CAUTELAR
Por otra parte, esta Sala Constitucional advierte que de las denuncias de la parte accionante se
deduce la presunta afectación al derecho a la vivienda, el cual es un derecho constitucional fundamental
y considerando que se delata específicamente la amenaza de ser desalojados de la vivienda que ocupan,
la cual de materializarse vulneraría además la jurisprudencia vinculante y reiterada de esta Sala (Cfr.
Sentencia de esta Sala N° 117/2015).
 Ahora bien, no obstante la declaratoria de incompetencia efectuada en el capítulo anterior y aun
cuando corresponde a un Juzgado de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la
Circunscripción Judicial del Estado Carabobo pronunciarse sobre la admisión del amparo, esta Sala, de
oficio, en atención a su poder cautelar en materia de amparo, conforme al cual puede acordar medidas
de este tipo a pesar de la declaratoria de incompetencia y consecuente declinatoria en el órgano judicial
competente (véase sentencias números: 2.723 del 18 de diciembre de 2001, caso: “Tim International
B.V.”; 1.679 del 19 de agosto 2004, caso: “Carmen Luisa Belloso de Pérez”; y la 64 del 10 de febrero
de 2009, caso “Roxana Orihuela Gonzatti”), ratificadas en las sentencias números 1595/2013 y
802/2014, procede a pronunciarse sobre el posible otorgamiento de una medida cautelar innominada,
en los siguientes términos:
 Sobre el poder cautelar del Juez en el proceso de amparo constitucional, la Sala estableció en el
fallo sentencia n.° 156 del 24 de marzo de 2000 (Caso: “Corporación L’Hotels C.A.”) lo siguiente:
“A pesar de lo breve y célere de estos procesos, hay veces en que se hace necesario suspender
el peligro que se cierne sobre la situación jurídica que se dice infringida o evitar que se pueda
continuar violando antes que se dicte el fallo del proceso de amparo; y dentro de un Estado de
Derecho y de Justicia ante esa necesidad, el juez del amparo puede decretar medidas
precautelativas. Pero para la provisión de dichas medidas, y al menos en los amparos contra
sentencias, al contrario de lo que exige el Código de Procedimiento Civil, al peticionario de la
medida no se le pueden exigir los requisitos clásicos de las medidas innominadas: fumus boni
iuris, con medios de prueba que lo verifiquen; ni la prueba de un periculum in mora (peligro de
que quede ilusoria la ejecución del fallo), como sí se necesita cuando se solicita una medida en
base al artículo 585 del Código de Procedimiento Civil, donde también han de cumplirse los
extremos del artículo 588 eiusdem, si se pide una cautela innominada.
Dada la urgencia del amparo, y las exigencias del artículo 18 de la Ley Orgánica de Amparo
sobre Derechos y Garantías Constitucionales, no puede exigírsele al accionante, que demuestre
una presunción de buen derecho, bastando la ponderación por el juez del fallo impugnado;
mientras que por otra parte, el periculum in mora, está consustanciado con la naturaleza de la
petición de amparo, que en el fondo contiene la afirmación que una parte está lesionando a la
otra, o que tiene el temor que lo haga y, que requiere que urgentemente se le restablezca o
repare la situación.
De allí, que el juez del amparo, para decretar una medida preventiva, no necesita que el
peticionante de la misma le pruebe los dos extremos señalados con antelación en este fallo, ni el
temor fundado de que una de las partes pueda causar a la otra lesiones graves o de difícil
reparación al derecho de la otra, ya que ese temor o el daño ya causado a la situación jurídica
del accionante es la causa del amparo, por lo que el requisito concurrente que pide el artículo
588 del Código de Procedimiento Civil, para que procedan las medidas innominadas, tampoco
es necesario que se justifique; quedando a criterio del juez del amparo, utilizando para ello las
reglas de lógica y las máximas de experiencia, si la medida solicitada es o no procedente.
Viene a ser la posible tardanza de la resolución del proceso de amparo, así él sea breve, el
elemento principal a tomar en cuenta por el juez que ha admitido el amparo, a los fines del
decreto de medidas preventivas, y ello queda a su total criterio. El juez que admite un amparo,
no lo hace con el mismo criterio que el juez civil que admite la demanda a ventilarse por el
juicio ordinario, ya que lo que se pondera en este proceso es distinto. En el amparo lo que
analiza el juez es la posibilidad de que se esté lesionando al accionante en un derecho
constitucional, motivo por el cual la sentencia de amparo no es ni de condena, ni mero
declarativa, ni constitutiva; y si por la verosímil lesión se da curso al amparo se está aceptando
la posibilidad de un buen derecho por parte del accionante, que no necesita prueba específica,
bastándose el fallo impugnado para crear la verosimilitud, lo que motiva la admisión de la
acción y la apertura del juicio de amparo. / (…)
Lo importante de la medida que se solicita con el amparo, es la protección constitucional que se
pretenda y, al igual que en los artículos 3 y 5 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y
Garantías Constitucionales, la protección constitucional se concreta suspendiendo efectos
lesivos o amenazantes, y es éste el tipo básico de medidas que puede pedir el accionante, y cuyo
decreto queda a criterio del juez de amparo si lo estima o considera procedente para la
protección constitucional sobre la cual gravita la inmediatez del daño. Es más, no permitiendo
la estructura del proceso de amparo una específica oposición a la medida que se pide con la
solicitud de amparo, el juez debe analizar muy bien los efectos que puede causar la medida que
decrete, teniendo en cuenta la actuación de los afectados y el carácter reversible de lo que
decrete, en el sentido de que si el accionante no tuviese razón, la medida no perjudica al
accionado. Esto sin perjuicio de la responsabilidad proveniente del error judicial. (s.S.C. n.°
156 de 24 de marzo de 2000, caso: Corporación L’Hotels, C.A.)”.
En virtud de lo anterior, la Sala declara que existen elementos suficientes para el otorgamiento,
de oficio, de una medida cautelar, consistente en la prohibición al Juzgado Quinto de Municipio
Ordinario y Ejecutor de Medidas de los Municipios Valencia, Libertador, Naguanagua, Los Guayos y
San Diego de la Circunscripción Judicial del Estado Carabobo de desalojar a los ciudadanos Martha
Antonia Rosales Rodríguez y Elbis Antonio Martínez Hernández, ya identificados, de la vivienda que
ocupan la cual se encuentra ubicada en el sector La Isabelica, casa N° 76, sector 3, vereda 14, parroquia
Urdaneta, Municipio Valencia, Estado Carabobo, durante la tramitación de la acción de amparo
constitucional incoada. Así se decide.
IV
DECISIÓN
Por las razones expuestas, este Tribunal Supremo de Justicia, en Sala Constitucional,
administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la Ley se declara:
 1. INCOMPETENTE para conocer la acción de amparo constitucional ejercida por los
ciudadanos Martha Antonia Rosales Rodríguez y Elbis Antonio Martínez Hernández, ya identificados,
contra el Juzgado Quinto de Municipio Ordinario y Ejecutor de Medidas de los Municipios Valencia,
Libertador, Naguanagua, Los Guayos y San Diego de la Circunscripción Judicial del Estado Carabobo,
y declara COMPETENTE a uno de los Juzgados de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del
Tránsito que integran la Circunscripción Judicial mencionada, a fin que se pronuncie acerca de la
admisión de la pretensión interpuesta, por lo cual, se remite el expediente al Juzgado Distribuidor de
Primera Instancia en lo Civil de la indicada Circunscripción Judicial, para que realice la distribución de
rigor.
2. Se ACUERDA medida cautelar innominada consistente en la prohibición al Juzgado Quinto
de Municipio Ordinario y Ejecutor de Medidas de los Municipios Valencia, Libertador, Naguanagua,
Los Guayos y San Diego de la Circunscripción Judicial del Estado Carabobo de desalojar a los
ciudadanos Martha Antonia Rosales Rodríguez y Elbis Antonio Martínez Hernández, ya identificados,
de la vivienda que ocupan, mientras dure la tramitación de la acción de amparo constitucional incoada.
 Publíquese, regístrese, y remítase el expediente. Notifíquese de la presente decisión al Juzgado
Quinto de Municipio Ordinario y Ejecutor de Medidas de los Municipios Valencia, Libertador,
Naguanagua, Los Guayos y San Diego de la Circunscripción Judicial del Estado Carabobo. Cúmplase
lo ordenado.
 Dada, firmada y sellada en el Salón de Despacho de la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia, en Caracas, a los 16 días del mes de agosto de dos mil veintidós (2022). Años:
212° de la Independencia y 163° de la Federación.
  La Presidenta de la Sala,

GLADYS MARÍA GUTIÉRREZ ALVARADO


 
La Vicepresidenta,
 
 
LOURDES BENICIA SUÁREZ ANDERSON
Los Magistrados,

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