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SALA DE CASACIÓN CIVIL

Exp. AA20-C-2018-000584
Magistrado Ponente: HENRY JOSÉ TIMAURE TAPIA.
En el juicio por desalojo de inmueble, incoado ante el Juzgado Tercero de Primera Instancia
en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del estado Trujillo, con sede
en la ciudad de Trujillo, por las ciudadanas ANA CECILIA SUÁREZ GARCÍA y ANA
KARINA SUÁREZ GARCÍA, de nacionalidad venezolanas, mayores de edad, titulares de las
cédulas de identidad Nros. V-12.541.533 y V-15.043.027 respectivamente, representadas
judicialmente por los ciudadanos abogados Elías Francisco Rad Alvarado, Betzabeth Cecilia
Rad Castellanos y Francisco José Rad Castellanos, inscritos en el I.P.S.A. bajo los Nros.
23.655, 145.296 y 256.598 respectivamente, contra la ciudadana FRANSHESCA KATIUSKA
ELVIS PINTO, de nacionalidad venezolana, mayor de edad, titular de las cédula de identidad
Nro. V-19.696.806, sin que conste representación judicial en los autos; el Juzgado Superior
en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del estado Trujillo, dictó
sentencia en fecha 26 de julio de 2018, declarando lo siguiente:
“…PRIMERO: SIN LUGAR la apelación interpuesta por la apoderada judicial de la parte
actora, ciudadanas: Ana Cecilia Suárez García y Ana Karina Suárez García, contra la
sentencia dictada por el Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo Civil y Mercantil de la
Circunscripción Judicial del estado Trujillo, en fecha 27 de junio de 2018, en el expediente
número 12.443, nomenclatura del A quo, contentivo del juicio que por desalojo propuso
contra la ciudadana Francesca Katiuska Elvis Pinto, todas identificadas en autos.
SEGUNDO: Se declara INADMISIBLE la demanda de desalojo de inmueble.
TERCERO: Se confirma la decisión apelada.
Dada la naturaleza de este fallo, no hay especial condenatoria en costas...”. (Destacados de
lo transcrito).
Contra la referida decisión de alzada, la representación judicial de las demandantes,
anunció recurso extraordinario de casación, en fecha 31 de julio de 2018, siendo admitido
mediante providencia del día 3 de agosto de 2018, y remitido el expediente a esta Sala.
En fecha 17 de octubre de 2018, la representación judicial de las demandantes recurrentes
formalizó el recurso extraordinario de casación propuesto tempestivamente. No hubo
impugnación.
Por cuanto en fecha 26 de abril de 2022, tomó posesión en su cargo el
Magistrado Dr. Henry José Timaure Tapia; designado en esa misma fecha por
la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, por un
período constitucional de doce (12) años; se reconstituyó la Sala de Casación
Civil, de la manera siguiente: Presidente, Magistrado Dr. Henry José Timaure
Tapia; Vicepresidente, Magistrado Dr. José Luis Gutiérrez Parra; Magistrada
Dra. Carmen Eneida Alves Navas.
En fecha 6 de junio de 2019, se recibe el expediente en Sala y en fecha
16 de mayo de 2022, se reasignó la ponencia al Magistrado Dr. Henry José
Timaure Tapia, en su carácter de Magistrado Presidente de esta Sala.
Cumplidas las formalidades de ley, pasa la Sala a dictar sentencia, bajo
la ponencia del Magistrado que con tal carácter la suscribe, en los términos
siguientes:
-I-
PUNTO PREVIO
Previamente la Sala considera necesario referir el criterio sostenido pacíficamente en su fallo
de fecha 21 de marzo de 2006, dictado para resolver el caso Farmacia Atabán S.R.L., contra
la Caja de Previsión Social del Cuerpo de Bomberos del Distrito Federal, en el cual se dejó
establecido que la sentencia recurrida en dicha oportunidad, habiendo declarado con lugar la
falta de cualidad activa, se pronunció sobre “(…) un punto de derecho -cuestión jurídica
previa- que en virtud de su naturaleza, absuelve a la jurisdicción de emitir pronunciamiento
sobre el fondo del asunto debatido (…)”.
Así, constatado que en el caso bajo estudio en el que la decisión recurrida “(…) es
fundamento de una causal de admisibilidad no prevista en la ley, (…)”, procede esta Sala,
como lo hizo en la oportunidad señalada, “(…) al análisis del presente recurso en aplicación
de su doctrina pacífica y reiterada, que sostiene que constituye una carga para el recurrente
el atacar a priori los fundamentos de esa cuestión de derecho, en la cual se basó el juez para
dejar de conocer el fondo de la causa (…)”.
En consecuencia, el fondo de lo planteado en las denuncias contenidas en el escrito de
formalización objeto de presente fallo, sólo será conocido y resuelto por esta Sala, si el
recurrente ataca con prioridad, en lo delatado en las mismas, el asunto de derecho o
cuestión jurídica previa, (el cual es fundamento de una causal de inadmisibilidad, ya que no
se encuentra prevista en el artículo 91 de la Ley Para La Regularización y Control de los
Arrendamientos de Vivienda); que de acuerdo a lo dispuesto por el ad quem, le impidió
pronunciarse sobre el mérito de la causa. Así se declara.

-II-
DENUNCIA POR DEFECTO DE ACTIVIDAD
ÚNICA DENUNCIA:
Con fundamento en el ordinal 1 del artículo 313, del Código de Procedimiento Civil, se
denuncia en la recurrida la infracción de los artículos 12, 15, 243 y 244 eiusdem, al incurrir en
el vicio de incongruencia negativa, con base en la siguiente fundamentación:
“…Al amparo del artículo 313, ordinal 1 del Código de Procedimiento Civil,
denunciamos por parte de la recurrida la infracción de los artículos 12, 15,
243 y 244 eiusdem, al incurrir en el vicio de incongruencia negativa .
(…Omissis…)
En el presente caso, existe el vicio de incongruencia negativa, y por lo tanto
el fallo es nulo, cuando el Juez de la recurrida respecto al punto específico
de la controversia, relativa a la confesión ficta de la parte demandada,
consideró inoficioso pronunciarse, por haberse declarado la   inadmisibilidad
de la demanda, cuando ha podido hacer una explanación motivada en el
dispositivo del fallo, relativa a   que la parte demandada incurrió en confesión
ficta, lo cual, da por aceptado y probado, el alegato de la demanda que el
demandado posee vivienda propia y no goza de la protección legal del
artículo 82 Constitucional y artículo 4 de la Ley para La Regularización y
Control de los Arrendamientos de Vivienda.
En consecuencia, ello permitiría la declaratoria con lugar de la pretensión, al
encuadrar el supuesto factico normativa de la acción de desalojo por
cualquier otro supuesto normativo distinto de los establecidos en el artículo
91 eiusdem, máxime, cuando este alto Tribunal, en ese caso en específico,
de poseer vivienda propia el arrendatario, aplicable por analogía, en Sala de
Casación Constitucional, de fecha 3/10/2014, Expediente N° 13-0482,
estableció: " El Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley contra el Desalojo y
la Desocupación Arbitraria de Viviendas (Gaceta Oficial n° 39.668 del 6 de
mayo de 2011) establece un régimen especial de protección de la vivienda
como valor social, tendente a evitar hostigamientos, amenazas y ejecuciones
de desalojos arbitrarios en perjuicio de las personas ocupantes de los
inmuebles y a garantizar el derecho a la defensa; ello como expresión del
Estado como garante del disfrute pleno de los derechos fundamentales; y
lógicamente quien sin demostrar condiciones de necesidad y acredite la
propiedad de un inmueble no podría invocar en su beneficio las
disposiciones establecidas en el referido instrumento legal."
En tal sentido, existe el vicio de incongruencia negativo cuando la recurrida
no tomó en consideración los argumentos fácticos o de derecho que
sustentan la demanda del actor, esto es, que la parte demandada, ciudadana
FRANSHESCA KATIUSKA ELVIS PINTO, antes identificada, no está
amparada en el supuesto normativo de la referida Ley, en razón, de los
siguientes supuestos: a) Posee vivienda propia principal; b) Tiene capacidad
económica; y c) Que no se puede calificar como débil jurídico y económico
conforme a las previsiones del artículo 4 numeral 1 en concordancia con el
artículo 5 numerales 1 y 4 de la Ley para La Regularización y Control de los
Arrendamientos de Vivienda.
Tal afirmación se demuestra cuando se demuestra en el proceso que dicha
ciudadana es propietaria de una vivienda, según consta del documento
protocolizado por ante el Registro Público de los Municipios Valera, Motatán
y San Rafael de Carvajal el Estado Trujillo, de fecha 29 de mayo de 2012,
bajo el N° 2010.3163, Asiento Registral2 del Inmueble matriculado con el N°
453.19.13.4.602 y correspondiente al libro de Folio Real del año 2010, lo
cual, adminiculado con la confesión ficta solicitada un diligencia de fecha del
19 de junio de 2018, cursante al folio N° 67 del expediente, hace plena
prueba.
Por ello, en el caso que nos ocupa, la incongruencia negativa se patentiza
cuando de Juez (sic) de la recurrida no toma en consideración los referidos
argumentos fácticos de hecho y de derecho antes señalados, convirtiendo
dicha Sentencia (sic) en nula al no ser   expresa, positiva y precisa con
arreglo a la pretensión deducida…”.
 Para decidir, la Sala observa:
El formalizante indicó, que el ad quem en su fallo incurrió en el vicio de
incongruencia negativa, al omitir pronunciamiento específico en la controversia
en relación a la confesión ficta de la parte demandada, ya que éste consideró
inoficioso pronunciarse, por haberse declarado la inadmisibilidad de la
demanda, cuando ha podido hacer una explanación motivada en el dispositivo
del fallo, relativa a que la parte demandada incurrió en confesión ficta, hecho
este que a su decir… “dio por aceptado y probado que el demandado posee
vivienda propia y no goza de la protección legal del artículo 82 Constitucional
y artículo 4 de la Ley para La Regularización y Control de los Arrendamientos
de Vivienda”.
En este sentido, la Sala observa que la sentencia recurrida se basó en establecer que
la causal invocada para obtener el desalojo del inmueble no se encuentra en el elenco de
causales establecidas en el artículo 91 de la Ley Para la Regularización y Control de
Arrendamientos de Vivienda.
Cuestión de derecho que no fue atacada por el formalizante en la presente denuncia,
la cual se limita a acusar el vicio de incongruencia negativa, por no haberse
pronunciado el ad quem en relación a la confesión ficta , razón suficiente para
desechar la presente denuncia, ya que de conformidad a las consideraciones anteriormente
expuestas, le correspondía al formalizante indicar a la Sala el cumplimiento de los requisitos
de admisibilidad de la demanda, y previa a su resolución de forma procedente, es que esta
quedaría habilitada para que pudiera entrar a conocer sobre la incongruencia negativa
acusada.
Por tanto, conforme con el criterio jurisprudencial ut supra transcrito, la Sala evidencia
que el recurrente no atacó la cuestión jurídica previa o cuestión de derecho, en primer
término, es decir, no ataca el pronunciamiento del referido juez respecto a la inadmisibilidad
de la demanda, con la consecuente extinción del proceso, sino que por el contrario, sus
alegatos van dirigidos a delatar la incongruencia negativa, lo cual no es trascendental.
Así, con fundamento en las consideraciones expuestas, por cuanto se debió
fundamentar la denuncia basándose en la doctrina desarrollada sobre la cuestión jurídica
previa, debe ser declarado sin lugar el denunciado vicio de incongruencia negativa. Así se
decide.
-III-
DENUNCIA POR INFRACCIÓN DE LEY
ÚNICA DENUNCIA:
Con fundamento en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, se
denuncia en la recurrida la infracción del artículo 341 del Código de Procedimiento Civil, por
“indebida aplicación” y la violación de los artículos 4 numeral 1°, 5 numerales 1° y 4, 91
parágrafo único y 97 y siguientes de la Ley Para la Regularización y Control de los
Arrendamientos de Vivienda, en concordancia con el artículo 10 del Decreto con Rango,
Valor y Fuerza de Ley Contra el Desalojo y la Desocupación Arbitraria de Vivienda y del
artículo 362 del Código de Procedimiento Civil por falta de aplicación, con base en la
siguiente fundamentación:
“...En el presente caso, el Juez de la recurrida parte de la falsa premisa de
que "Aún y cuando el Decreto con Rango y Fuerza de Ley de Arrendamientos
Inmobiliarios se encuentre derogado por la vigente Ley para la Regularización
y Control de los Arrendamientos de Vivienda, sin embrago dicho criterio
jurisprudencial antes trascrito se encuentra en plena vigencia, debido a que
ambas disposiciones que contienen cada uno de ellas son totalmente
idénticas; por lo que se infiere de tal criterio, que el aludido parágrafo tiende
a dejar a salvo el ejercicio de otras acciones judiciales que correspondan por
otras causales del desalojo; dicho de otra manera, el motivo de la terminación
del contrato de arrendamiento puede ser de cualquier naturaleza, según los
convenios particulares , siempre y cuando sean distintas de las causales del
artículo 34 eiusdem. Así se decide.
Considera esta sentenciadora, que si se hiciere de modo distinto a lo
señalado anteriormente atentaríamos contra los principios del orden público y
la seguridad jurídica, ya que no le es potestivo a los Tribunales (Sic)
subvertir las reglas que el legislador ha revestido la (sic) tramitación de los
juicios, aunado al hecho de que las normas contenidas en la Ley para la
Regularización y Control de los Arrendamientos de Vivienda son de
interpretación restrictivas y para el caso en que la interpretación efectuada
por una de las partes disienta de los motivos encuadrados por la ley, la
solución se buscaría dentro de lo previsto en el Código Civil Venezolano, tal
y como la propia ley lo expresa. Siendo ello así, se puede constatar, en
aplicación del artículo 341 del Código de Procedimiento Civil, que la
pretensión de la actora ciertamente es contraria a la ley, y por lo mismo, el A
quo actuó ajustado a derecho al haber inadmitido el asunto.”.
Aquí yerra el sentenciador de la recurrida, al aplicar indebidamente el artículo
341 eiusdem al considerar que la pretensión interpuesta es contraria a la Ley
(sic). Pues, considera que el aludido parágrafo del artículo 91 eiusdem (sic),
tiende a dejar a salvo el ejercicio de otras acciones judiciales que
correspondan por otras causales distintas de las causales de desalojo y que
se hicieren de modo distinto a lo señalado atentaríamos contra el orden
público y la seguridad jurídica, ya que no le es potestativo a los tribunales
subvertir las reglas que el legislador a revestido en la tramitación de los
juicios.
(…Omissis…)
En tal sentido, al analizar el artículo 91 parágrafo único de la Ley para la
Regularización y Control de los Arrendamientos de Vivienda, resulta
insostenible el mantenimiento de un numerus clausus de las causales
válidas para accionar el desalojo de vivienda, frente a la garantía de los
derechos fundamentales del ciudadano al libre ejercicio de accionar ante los
Órganos (sic) Jurisdiccionales (sic) y reclamar el derecho a la propiedad que
le asiste al arrendador-propietario y a la obtención de la tutela judicial
efectiva, máxime, cuando la demandada de autos posee vivienda propia y no
goza del amparo legal consagrado en la Constitución y en la Ley Especial que
rige la materia.
Por consiguiente, como es de rigor, como normas que la recurrida debió
aplicar, y no aplicó, y que han de aplicarse para resolver la presente
controversia, tenemos: Los artículos 4 numeral 1, artículo 5 numerales 1 y 4,
artículo 91, parágrafo único y artículo 97 y siguientes de la Ley para la
Regularización y Control de los Arrendamientos de Vivienda, en
concordancia, con el artículo 10 del Decreto con Rango, Valor y Fuerza de
Ley Contra el Desalojo y la Desocupación Arbitraria de Viviendas, y 362 del
Código de Procedimiento Civil.
En tal sentido, los artículos en referencia son los dispositivos técnicos
legales que la recurrida debió aplicar para resolver la controversia, puesto
que, ante el supuesto factico de que la demandada posee vivienda propia,
según consta del documento protocolizado por ante el Registro Público de los
Municipios Valera, Motatán y San Rafael de Carvajal del Estado Trujillo, de
fecha 29 de mayo de 2012, bajo el N° 2010.3163, Asiento Registral 2 del
Inmueble matriculado con el N° 453.19.13.4.602 y correspondiente al Libro de
Folio Real del año 2010, lo cual, adminiculado con la confesión ficta
solicitada en diligencia de fecha del 19 de junio de 2018, cursante al folio N°
67 del expediente, hace plena prueba conforme a la pretensión deducida, en
el sentido, que el articulo 91 parágrafo único eiusdem, señala: "Sólo
procederá el desalojo de un inmueble bajo contrato de arrendamiento, cuando
la acción se fundamente en cualquiera de las siguientes causales... Parágrafo
único:…Queda a salvo el ejercicio de las acciones judiciales que
correspondan por otras causales distintas a las previstas en el presente
artículo, o en el derecho común" .
Dicho supuesto normativo, permite el ejercicio de la acción de desalojo "por
otras causales distintas a las previstas en el presente artículo, o en el
derecho común", ya que, resulta insostenible el mantenimiento de un numerus
clausus de las causales válidas para accionar el desalojo de vivienda, frente
a la garantía de los derechos fundamentales del ciudadano al libre ejercicio
de accionar ante los Órganos (sic) Jurisdiccionales (sic) y reclamar el
derecho a la propiedad que le asiste al arrendador   propietario y a la
obtención de la tutela judicial efectiva y tal como lo afirma el Juzgado
Superior en lo Civil, Mercantil y Tránsito de la Circunscripción Judicial del
estado Yaracuy,  en Sentencia de fecha de fecha 1 de agosto de 2016,
expediente N° 6.385, al señalar: "... Hay que advertir que la propia Ley
especial dispone en su Parágrafo (sic) Primero (sic) en su último aparte
que se puede ejercer la acción judicial de desalojo por otra causal
distinta a las taxativamente señaladas en su artículo 91 eiusdem, pero
sin embargo la norma es muy clara que exige como requisito sine qua
non que exista un contrato o la prueba de la relación arrendaticia..." ,
pues, las causales de desalojo previstas en el artículo 91 eiusdem, son
enunciativas y no taxativas .
En tal sentido, ello no impide, que el arrendador pueda demandar el desalojo
de la vivienda por las causales no taxativas previstas en dicho artículo o por
cualquier otra situación que impida la continuación de la relación
arrendaticia, conforme a las normas de derecho común, tales como la
resolución del contrato o el cumplimiento de conformidad con el artículo
1.167 del Código Civil...”. (Negritas, cursivas y subrayadas propias del texto) .
 La Sala, para decidir observa:
Sostiene el formalizante en su denuncia que: “... yerra el sentenciador de
la recurrida, al aplicar indebidamente el artículo 341…” del Código de
Procedimiento Civil y que “...por consiguiente, como es de rigor, como normas
que la recurrida debió aplicar, y no aplicó, y que han de aplicarse para
resolver la presente controversia, tenemos: Los artículos 4 numeral 1, artículo
5 numerales 1 y 4, artículo 91, parágrafo único y artículo 97 y siguientes de la
Ley para la Regularización y Control de los Arrendamientos de Vivienda, en
concordancia, con el artículo 10 del Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley
Contra el Desalojo y la Desocupación Arbitraria de Viviendas, y 362 del Código
de Procedimiento Civil...”.
De lo antes expuesto por el formalizante, esta Sala entiende que el
mismo pretende delatar es un caso de infracción de ley pura y simple,
conforme al vicio de falsa aplicación de norma, el cual se señala de manera
errada como de indebida aplicación.
En este sentido, la Sala ha sostenido que la falsa aplicación de una
norma ocurre cuando el juez aplica determinada norma jurídica a una
situación de hecho que no es la contemplada en ella, es decir, se trata del
error que puede provenir de la comprobación de los hechos o del error en la
calificación jurídica de la hipótesis concreta. (Cfr. Fallos N° 210, del 25-4-
2017. Exp. N° 2016-726; N° 865, del 15-12-2017. Exp. N° 2017-460; y N° 200,
del 18-4-2018. Exp. N° 2017-733).
Para una mejor comprensión de lo que se decide, la Sala se permite
transcribir la parte pertinente del texto de la recurrida, en la cual se expresó lo
siguiente:
“...Considera esta sentenciadora que el tema controvertido se encuentra
limitado a establecer si el juez del Juzgado Tercero de Primera Instancia en
lo Civil y Mercantil de la Circunscripción Judicial del Estado Trujillo obró
ajustado a derecho al proferir el fallo apelado de fecha 27 de junio de 2018,
por medio del cual declaró inadmisible la presente pretensión de desalojo,
por considerarla contraria a derecho. En tal circunstancia, deberá esta
juzgadora confirmar, revocar, reponer o modificar la aludida sentencia
apelada.
Como alegato fundamental de la presente pretensión, la parte actora
establece que dado el hecho sobrevenido de haberse enterado de que la
ciudadana Franshesca Katiuska Elvis Pinto posee vivienda, y siendo que la
Ley para la Regularización y Control de los Arrendamientos de Vivienda
protege al arrendatario que ocupa una vivienda transitoria hacia la vivienda
digna definitiva; y en el presente asunto, tal situación no encuadra en
beneficio de la arrendataria demandada, debido a que la misma posee
vivienda propia, tiene capacidad económica y por ende, no puede ser
calificada como débil jurídico y económico conforme a las previsiones del
artículo 4 numeral 1 en concordancia con el artículo 5 numerales 1 y 4
eiusdem, demandó en desalojo a la ciudadana Franshesca Katiuska Elvis
Pinto, por encontrarse inmersa en otras causales distintas a las previstas en
el artículo 91 ibidem, esto es, por poseer vivienda propia.
Admitida la demanda y dado el trámite de ley, se observa que en fecha 16 de
mayo de 2018 se llevó a cabo la audiencia conciliatoria en el presente juicio,
sin la presencia de la demandada de autos, razón por la cual, el apoderado
actor en diligencia del 19 de junio de 2018, solicitó al A quo sea aplicado los
efectos contenidos en el artículo 362 del Código de Procedimiento Civil,
relativo a la confesión ficta por no haber contestado la demanda ni promovida
prueba alguna, y, proceda a sentenciar la causa; todo ello conforme a las
previsiones del artículo 108 de la aludida Ley especial.
Establecido lo anterior, observa este Tribunal Superior que de las actas del
presente expediente se constata la necesidad de que se examine, como un
punto previo en el presente fallo, lo atinente a la inadmisibilidad de la
pretensión declarada por el tribunal de la causa. Igualmente advierte esta
sentenciadora que el Tribunal de la causa declaró la inadmisibilidad de la
presente pretensión en virtud de que la fundamentación en que se basa la
misma no está prevista en la ley en comento como una causal que lo autorice
a solicitar el desalojo del bien inmueble arrendado, ni tampoco se encuentra
apoyada dicha causal en normas del derecho común, por lo que la pretensión
así deducida carece de un supuesto jurídico que lo ampare y que generen la
consecuencia jurídica requerida por él; aunado al hecho de que las normas
contenidas en dicha ley son de orden público y de obligatorio cumplimiento.
De lo anteriormente expuesto, considera esta juzgadora que ciertamente la
parte final del artículo del 91 eiusdem, establece que “queda a salvo el
ejercicio de las acciones judiciales que correspondan por otras causales
distintas a las previsiones en el presente artículo, o en el derecho común”;
sin embargo, la referida ley contiene una interpretación restrictiva, en las
cuales las reglas solo pueden estar fundadas sobre los asuntos que
expresamente contenga; y en aquellos casos en los cuales no se encuentren
previstos en dicha ley puede ser resuelto a través del derecho común. Esta
situación explica, de alguna manera, lo limitado de las causales de desalojo
contenidas en el artículo 34 de la Ley para la Regularización y Control de los
Arrendamientos de Vivienda.
Al respecto, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia en
sentencia número 382 dictada el 1 de abril de 2005 , en el expediente número
03-1697, caso Ricardina Romero, asentó criterio, el cual comparte esta
juzgadora, de la siguiente manera:
“Ahora bien, el Decreto sobre Desalojo de Viviendas de 1947 fue derogado
expresamente por el artículo 93, cardinal 2, del Decreto con Rango y Fuerza
de Ley de Arrendamientos Inmobiliarios. Así, el artículo 34 del nuevo Decreto
establece las causales de procedencia del desalojo de inmuebles que han
sido arrendados a tiempo indeterminado, con la mención expresa de los siete
casos en que esta acción prospera, la cual debe considerarse como taxativa,
es decir, que sólo por ellas puede solicitarse el desalojo judicialmente. Sin
embargo, el Parágrafo Segundo de la disposición en referencia preceptúa:
“Queda a salvo el ejercicio de las acciones judiciales que correspondan por
otras causales distintas a las previstas en el presente artículo.” (Resaltado
añadido). Así, se colige que las relaciones jurídicas arrendaticias que se
deriven de contratos a tiempo indeterminado, pueden terminar por medios
judiciales distintos al desalojo, verbigracia, por resolución . En este sentido
debe leerse la disposición del parágrafo objeto de comentarios y no
como que el desalojo puede proceder por otras causales distintas a las
que se mencionan taxativamente en las siete letras del artículo 34. ” (Sic,
negrillas y cursivas propias de este Juzgado Superior).
Aún y cuando el Decreto con Rango y Fuerza de Ley de Arrendamientos
Inmobiliarios actualmente se encuentra derogado por la vigente Ley para la
Regularización y Control de los Arrendamientos de Vivienda, sin embargo, el
criterio jurisprudencial antes trascrito se encuentra en plena vigencia, debido
a que ambas disposiciones que contienen cada uno de ellas son totalmente
idénticas; por lo que se infiere de tal criterio, que el aludido parágrafo tiende
a dejar a salvo el ejercicio de otras acciones judiciales que correspondan por
otras causales distintas de las causales del desalojo; dicho de otra manera,
el motivo de la terminación del contrato de arrendamiento puede ser de
cualquier naturaleza, según los convenios particulares, siempre y cuando
sean distintas de las causales del artículo 34 eiusdem. Así se decide.
Considera esta sentenciadora, que si se hiciere de modo distinto a lo
señalado anteriormente atentaríamos contra los principios del orden público y
la seguridad jurídica, ya que no le es potestativo a los Tribunales subvertir
las reglas que el legislador ha revestido la tramitación de los juicios, aunado
al hecho de que las normas contenidas en la Ley para la Regularización y
Control de los Arrendamientos de Vivienda son de interpretación restrictivas y
para el caso en que la interpretación efectuada por una de las partes disienta
de los motivos encuadrados por la ley, la solución se buscaría dentro de lo
previsto por el Código Civil Venezolano, tal y como la propia ley lo expresa.
Siendo ello así, se puede constatar, en aplicación del contenido del artículo
341 del Código de Procedimiento Civil, que la pretensión de la actora
ciertamente es contraria a la ley, y, por lo mismo, el A quo actuó ajustado a
derecho al haber inadmitido el presente asunto.
En cuanto a la formulación de la parte apelante referente al pronunciamiento
sobre la Confesión Ficta alegada por ellos en diligencia del 19 de junio de
2018, al folio 67 esta sentenciadora considera inoficioso emitir
pronunciamiento alguno sobre la confesión ficta solicitada en virtud de
haberse declarado inadmisible la presente pretensión. Así se decide.
En fundamento a las consideraciones antes expuestas, es criterio de quien
juzga, que la apelación ejercida por el apoderado actor debe ser declarada
sin lugar, como efectivamente se hará en el dispositivo del presente fallo. Así
se decide…”.
De la transcripción parcial de la recurrida se observa, que el ad quem declaró
inadmisible la demanda por ser contraria a lo establecido en el artículo 91 de
la Ley Para la Regularización y Control de los Arrendamientos de Vivienda ,
ello de conformidad con lo establecido en el artículo 341 del Código de
Procedimiento Civil, y en virtud de tal declaratoria considero inoficioso emitir
pronunciamiento sobre la confesión ficta alegada por las demandantes.
En caso bajo estudio se hace necesario traer a colación lo dispuesto en
el artículo 341 del Código de Procedimiento Civil, en el cual se señala lo
siguiente:
“…Artículo 341.- Presentada la demanda,  el Tribunal la admitirá si
no es contraria al orden público, a las buenas costumbres o a
alguna disposición expresa de la Ley . En caso contrario, negará su
admisión expresando los motivos de la negativa. Del auto del Tribunal
que niegue la admisión de la demanda, se oirá apelación
inmediatamente, en ambos efectos…”. (Negrillas de la Sala).
De acuerdo con lo establecido en el artículo antes transcrito, el juez solo
podrá inadmitir in limine litis la demanda incoada, fundamentado en alguno de
los tres supuestos de hecho que de manera expresa señala la citada norma,
como lo son que la pretensión sea contraria al orden público, las buenas
costumbres o alguna disposición expresa de la ley.
Con respecto al alcance de dicha disposición, la Sala Constitucional de
este Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia Nº 1.064 del 19 de septiembre
de 2000, caso: C.A. Cervecería Regional, sobre el principio pro actione ha
señalado que:
“...Igualmente, debe destacarse que el alcance del principio pro actione ,
debe entenderse como que las condiciones y requisitos de acceso a la
justicia no deben imposibilitar o frustrar injustificadamente el ejercicio de la
acción a través de la cual se deduce la pretensión, toda vez que ‘(…) el
propio derecho a la tutela judicial efectiva garantiza la posibilidad de ejercicio
eficiente de los medios de defensa, así como una interpretación de los
mecanismos procesales relativos a la admisibilidad que favorezca el acceso a
los ciudadanos a los órganos de justicia’.
(...Omissis...)
Esta Sala debe destacar que, el derecho a la defensa y al debido proceso, en
lo particular, en lo referente a la tutela judicial efectiva y al  principio pro
actione, son elementos de rango constitucional que prevalecen y
desplazan otros fundamentos de rango legal,  como son, en este caso, el
invocado por la Sala Político Administrativa con respecto a la seguridad
jurídica a través de la estabilidad de los actos administrativos.  No puede
imponerse un principio  relacionado con la efectividad de los proveimientos
dictados por la Administración,  si con ello se impide por vía de
interpretación, el acceso de los particulares para ejercer los medios de
defensa ante los tribunales de la República; valores de expresa
delimitación y protección constitucionales que no pueden disminuirse,
se insiste, por interpretación de preceptos legales’ .
Asimismo en sentencia de vieja data (N°. 1764 de fecha 25/9/2001) la Sala
Constitucional de este Tribunal Supremo de Justicia, determinó que:
‘…Las causales de inadmisibilidad no constituyen pues, instrumentos al
servicio del arbitrio del juez, de los que se pueda valer irreflexivamente para
impedir el acceso a los órganos de administración de justicia; éstas no se
erigen con la finalidad de comprometer el derecho de accionar que poseen
los ciudadanos, de allí que su tratamiento exija tener presente, en la
oportunidad de ser interpretadas, al principio pro actione ‘...conforme al cual
los presupuestos procesales deben aplicarse de modo tal que no resulte
obstaculizado irrazonablemente el acceso al proceso’ (Sala Constitucional
No.1488/13-08-01).
De lo expuesto se colige que el Juez Constitucional, cuando examina el libelo
de demanda y analiza el caso, debe ser en extremo cuidadoso, limitándose a
analizar la procedencia de las causales que, de manera taxativa, contiene la
ley respectiva, esto es, si en el caso concreto, sometido a su conocimiento,
puede ser subsumido en alguna de ellas, sin que, al realizar tal
operación, quede algún margen de duda, pues en tales casos debe
abstenerse de declarar la inadmisibilidad en atención al principio de
interpretación más favorable a la admisión de la acción, garantizando
con acertada preferencia el derecho fundamental de acceso a la
jurisdicción; a que se inicie el proceso en el cual hará valer su
pretensión; a acudir a los órganos de administración de justicia,
elementos que conforman, entre otros, el derecho fundamental a la tutela
judicial efectiva .
La invención o creación de causales de inadmisibilidad distintas a las
señaladas por la ley, o su interpretación de forma extensiva, producto de la
creación del juez frente al conocimiento de un específico caso, debe ser
considerado excepcional y aceptable sólo bajo ciertas y seguras
interpretaciones, por ser limitativa del derecho de acción . Con razón ha
manifestado la Sala de Casación Social de este Supremo Tribunal que ‘… la
amplitud con que la Constitución concibe el derecho a la tutela judicial
efectiva hace que las causas de inadmisión de la demanda sean de derecho
estricto y de interpretación restringida ’. (Sentencia No. 184 del 26 de julio de
2001)…”. (Negrillas del texto. Subrayado del texto).
 
En este mismo sentido, la Sala,  desde vieja data  ha dispuesto,  en
sentencia N° RC-708 de fecha 28 de octubre de 2005, expediente N° 05-207,
lo siguiente:
“…Dentro de la normativa transcrita, priva sin duda alguna, la regla general,
de que al regirse un juicio por el procedimiento ordinario, deben los
tribunales competentes admitir la demanda, siempre que no sea contraria a
las buenas costumbres o a la ley, ello puede interpretarse de la disposición
legislativa cuando expresa ‘…el Tribunal la admitirá…’; bajo estas premisas
legales no le está dado al juez determinar causal o motivación distinta al
orden establecido para negar la admisión in limine de la demanda, quedando
legalmente autorizado para ello, siempre y cuando, dicha declaratoria se
funde en que la pretensión sea contraria al orden público, a las buenas
costumbres o alguna disposición expresa de la Ley.  Fuera de estos
supuestos, en principio, el juez no puede negarse a admitir la demanda …”
(Resaltado del texto).
 
Asimismo, ratificando el criterio anterior, esta Sala de Casación Civil en
sentencia N° 342, de fecha 23 de mayo de 2012, expediente N° 2011-698,
caso Nilza Carrero y otra César Emilio Carrero Murillo, dispuso lo siguiente:
“…En relación con la interpretación del artículo 341 del Código de
Procedimiento Civil, esta la Sala ha sostenido, entre otras, en sentencia Nº
RC-333, de fecha 11 de octubre de 2000, Exp. Nº 1999-191; reiterada
mediante fallo N° RC-564, del 1° de agosto de 2006, Exp. Nº 2006-227,
caso: Beltrán Alberto Angarita Garvett y otra, contra El Caney C.A. y otra, lo
siguiente:
‘La Sala, para resolver observa:
El artículo 341 del Código de Procedimiento Civil prevé:
‘Presentada la demanda, el Tribunal la admitirá, si no es contraria al
orden público, a las buenas costumbres o alguna disposición expresa
de la ley. En caso contrario, negará su admisión expresando los
motivos de la negativa .” (Negritas de la Sala).
Dentro de la normativa transcrita, priva, sin duda alguna, la regla general,
de que los Tribunales cuya jurisdicción, en grado de su competencia
material y cuantía, sea utilizada por los ciudadanos a objeto de hacer valer
judicialmente sus derechos, deben admitir la demanda, siempre que no sea
contraria a las buenas costumbres o a la ley, ello puede interpretarse de la
disposición legislativa cuando expresa “…el Tribunal la admitirá…”;  bajo
estas premisas legales no le está dado al juez determinar causal o
motivación distinta al orden establecido para negar la admisión   in limine   de
la demanda, quedando legalmente autorizado para ello, siempre y cuando,
dicha declaratoria se funde en que la pretensión sea contraria al orden
público, a las buenas costumbres o alguna disposición expresa de la Ley.
Fuera de estos supuestos, en principio, el juez no puede negarse a admitir
la demanda.
Cuando la inadmisibilidad no sea evidente, considera el procesalista Ricardo
Henríquez La Roche, en su Libro Código de Procedimiento Civil, Tomo III,
Pág. 34, la prudencia aconseja al juez permitir que sea el demandado quien
suscite la cuestión previa correspondiente.
(…Omissis…)
Ante la diatriba surgida, entre la regla general de admisión de la demanda y
los presupuestos legales del caso en particular, centrados en la
determinación legislativa subrayada anteriormente por la Sala, se hace
necesario entrar a determinar someramente, la materia acerca de la
admisibilidad o no de una demanda y la procedencia o no de ésta.
En este sentido, la doctrina autoral patria ha considerado:
‘…Con respecto a esta facultad que el nuevo Código atribuye a los jueces,
estimo conveniente observar, entre otros comentarios, que dicha facultad no
es otra cosa que una aplicación, en materia de introducción de la causa, del
principio del impulso procesal de oficio al que se refiere el artículo 11 del
Código que comento, que inviste al juez del papel de director del proceso.
Además, estimo que la apreciación que ahora deben hacer los jueces para
determinar si una demanda es o no admisible, para ellos (sic) implica la
carga de examinar los presupuestos fundamentales que debe llenar toda
demanda como inicio del proceso. En efecto, a mi entender, los jueces
pueden, in limine litis, negarse a admitir las demandas que se funden en la
derogación de normas declaradas de orden público o porque la Ley
prohibida la acción como el caso de las deudas de juego (artículo 1801 (sic)
del Código Civil), porque su violación, la Ley la declara nula y sin ningún
valor por atentar contra el orden público.
(…Omissis…)
En cuanto al otro motivo de inadmisibilidad, o sea, cuando la demanda sea
contraria a alguna disposición expresa de la Ley, los jueces tienen que tener
mucho cuidado al manejar esta facultad, porque lógicamente, no podrían en
el acto de admisión, resolver cuestiones de fondo  (Duque Corredor, Román
J., Apuntaciones Sobre El Procedimiento Civil Ordinario, Editorial Jurídica
Alva, S.R.L. Caracas, 1990, pág. 94 y 95 ).
En cuanto a los presupuestos procesales de la demanda, el procesalista
Hernando Devis Echandia, en su obra ‘Compendio de Derecho Procesal’,
Tomo I, Teoría General del Proceso, año 1995, (…).
(…Omissis…)
Específicamente en su página 430, comenta lo siguiente:
‘para la admisión de la demanda no le corresponde entrar a estudiar la
procedencia o exactitud de tales hechos y peticiones, ya que su examen de
fondo debe reservarse para la sentencia, y aun cuando por la lectura del
libelo se convenza el juez de la falta de derecho del demandante, no puede
rechazar la demanda, porque son cuestiones para decidir en la sentencia ’.
(…Omissis…)
Siendo como ha quedado dicho, ambos juzgadores al analizar la demanda a
los fines de su admisión, sólo debieron examinar si la misma era contraria al
orden público, a las buenas costumbres o a alguna mención expresa de la
ley, pues de no ser así, estaban obligados a admitirla y dejar que fueran las
partes dentro del iter procesal, quienes debatieran sobre los alegatos y
defensas a que hubiera lugar .
Por las razones expuestas la Sala declara que en el sub iudice  ambos
juzgadores, infringieron el debido proceso al declarar inadmisible la
demanda de tercería interpuesta, negándole eficacia erga omnes a los
documentos con los cuales se sustentó la misma, pues con ello,
establecieron condiciones de inadmisibilidad que la ley no contempla, con lo
cual resultaron infringidos los artículos 15, 341 y 370 ordinal 1° del Código
de Procedimiento Civil, por lo cual, mediante el presente fallo se corrige el
defecto detectado con el objeto de restituir tanto el orden público, como el
debido proceso violentados’. (Destacados y subrayado de la sentencia
transcrita)…”.
 
Ahora bien, el artículo 91 de la Ley Para la Regularización y Control de
los Arrendamientos de Vivienda prescribe lo siguiente:
“…Artículo 91.- Sólo procederá el desalojo de un inmueble bajo contrato de
arrendamiento, cuando la acción se fundamente en cualquiera de las
siguientes causales:
1. En inmuebles destinados a vivienda, que el arrendatario o arrendataria
haya dejado de pagar cuatro cánones de arrendamiento sin causa
justificada, de acuerdo a los criterios definidos por la Superintendencia
Nacional de Arrendamiento de Vivienda, para tal fin.
2. En la necesidad justificada que tenga el propietario o propietaria de
ocupar el inmueble, o alguno de sus parientes consanguíneos hasta del
segundo grado.
3. En el hecho que el arrendatario o arrendataria haya destinado el inmueble
a usos deshonestos, indebidos o en contravención a la conformidad de uso
concedida por las autoridades municipales, la comuna o el consejo comunal
respectivos, o por el hecho de que el arrendatario o arrendataria haya
cambiado el uso o destino que para el previó.
4. Que el arrendatario o arrendataria haya ocasionado al inmueble
deterioros mayores que los provenientes del uso normal del inmueble, o
efectuado reformas no autorizadas por el arrendador.
5. Que el arrendatario o arrendataria haya incurrido en la violación o
incumplimiento de las disposiciones de la normativa que regule la
convivencia ciudadana, dictada por las autoridades competentes y por el
Comité Multifamiliar de Gestión.
Parágrafo único. En el caso de desalojo establecido en el numeral 2, el
arrendador deberá demostrarlo por medio de prueba contundente ante la
autoridad administrativa y judicial. Comprobada la filiación, declarará que el
inmueble no será destinado al arrendamiento por un período de tres años. El
arrendador notificará al arrendatario o arrendataria con por lo menos
noventa días continuos a la finalización del contrato. En caso de
contravención será sancionado según lo establecido en la presente Ley,
teniendo que restituir al arrendatario o arrendataria en el inmueble.
Queda a salvo el ejercicio de las acciones judiciales que correspondan
por otras causales distintas a las previstas en el presente artículo, o en
el derecho común…”. (Énfasis de la Sala)
 
En el precepto legal  supra citado, se establece el abanico de causales
para la procedencia del desalojo del bien inmueble objeto de un contrato de
arrendamiento de vivienda.
En el caso que nos ocupa la “causal” alegada por las demandantes fue la
prevista en el parágrafo único, relativa al ejercicio de las acciones judiciales
que correspondan por otras causales distintas a las previstas en el mismo
artículo o en el derecho común.
En este sentido, la Sala considera hacer una distinción entre los
términos causales y acciones judiciales establecidos en la norma in comento;
el término causal se refiere a los motivos y razones bajos los cuales en la
relación arrendaticia se puede solicitar el desalojo del inmueble dado en
arrendamiento, las cuales se encuentran establecidas de forma taxativa desde
el numeral 1 al numeral 5; y por otro lado, el término acciones judiciales se
refiere a las distintas vías legales que tiene el propietario o poseedor legitimo,
para recobrar la propiedad o posesión del objeto del litigio, valga decir, el
ejercicio de acciones posesorias, interdictales, reivindicatorias, de resolución
o cumplimiento de contratos entre muchas otras.
Hecha la distinción anterior, se hace necesario hacer mención del petitorio de
la demanda de desalojo en la cual las demandantes señalaron:
“…De conformidad con el artículo 91, parágrafo único de la Ley para La
Regularización y Control de los Arrendamientos de Vivienda , es
procedente la acción de desalojo , al estipular: " Sólo procederá el desalojo
de un inmueble bajo contrato de arrendamiento, cuando la acción se
fundamente en cualquiera de las siguientes causales... Parágrafo único:...
Queda a salvo el ejercicio de las acciones judiciales que correspondan
por otras causales distintas a las previstas en el presente articulo, o en
el derecho común" .
 
Por consiguiente, por las razones de hecho y de derecho antes expuestas y
con fundamento con el artículo 91, parágrafo único y artículo 97 y siguientes
de la Ley para la Regularización y Control de los Arrendamientos de
Vivienda, en concordancia, con el artículo 10 del Decreto con Rango, Valor y
Fuerza de Ley contra el Desalojo y la Desocupación Arbitraria de Viviendas,
acudimos a su noble oficio para Demandar, como formalmente demandamos
en acción de DESALOJO a la ciudadana FRANSHESCA KATIUSKA ELVIS
PINTO, venezolana, mayor de edad, soltera, domiciliada en Valera Estado
Trujillo y titular de la cedula de identidad N° 19.696.806, por encontrarse
inmersa en otras causales distintas a las previstas en el artículo 91
parágrafo único eiusdem, esto es, por poseer vivienda propia y así
convenga o en su defecto sea obligada a ello por el propio Tribunal, al
DESALOJO del inmueble de nuestra propiedad consistente en un
Apartamento distinguido con el N° D-1, edificado sobre el nivel primer piso
del Edificio Residencias Las Brisas situado en la Avenida Bolívar, sector El
Country, Parroquia Juan Ignacio Montilla, Municipio Valera del Estado
Trujillo.
El apartamento D-1 tiene una superficie aproximada de SESENTA METROS
CUADRADOS (60,00 m2) , y consta de las siguientes dependencias: Sala-
pantry cocina, lavaderos, un balcón, una habitación, un estudio y dos salas
sanitarias: se encuentra comprendido dentro de los siguientes linderos:
NORTE: Con la fachada lateral derecha; SUR: Con el apartamento C-1 y
pasillo de circulación; ESTE: Con pasillo de circulación, área de ascensor y
cuarto de basura; y OESTE: Con la fachada posterior. Le corresponde un (1)
área de estacionamiento, ubicada en el área de estacionamiento destechada
nivel planta baja, distinguida con el N° D-1, la cual tiene una superficie total
aproximada de VEINTIOCHO METROS CUADRADOS (28,00 m2) . Así
mismo, le corresponde un porcentaje de condominio de 5.60% según consta
del documento de condominio debidamente protocolizado por ante la
Oficina de Registro Inmobiliario de los Municipios Valera, Motatin y Son
Rafael de Carvajal del Estado Trujillo, el 21 de enero de 2008, bajo el N°
35, Protocolo 1°, Tomo 3° …”. (Negritas, subrayados y cursivas propias del
texto).
 
Como se podrá observar y hechas las consideraciones anteriores, se
desprende que la parte demandante solicitó el desalojo bajo una causal no
prevista expresamente en el artículo 91 de la Ley Para La Regularización y
Control de los Arrendamientos de Vivienda , hecho este que encuadra en el
supuesto previsto en el artículo de 341 del Código de Procedimiento Civil, en
el presenta caso, contrario a la ley, lo cual fue razón suficiente para que el
juez de la recurrida aplicará de forma correcta la norma al declarar la
inadmisibilidad de la demanda, no incurriendo por ello en el vicio delatado por
el formalizante.
De igual modo, vista la declaratoria de inadmisibilidad de la demanda
hecha por el juez de la recurrida, mal podría este aplicar lo contenido en los
artículos 4 numeral 1°, artículo 5 numerales 1° y 4, artículo 91, parágrafo
único y artículo 97 y siguientes de la Ley Para la Regularización y Control de
los Arrendamientos de Vivienda, en concordancia, con el artículo 10 del
Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley Contra el Desalojo y la
Desocupación Arbitraria de Viviendas, y 362 del Código de Procedimiento
Civil, porque ello implicaría el conocimiento de fondo de la controversia e iría
en contravención de dicha inadmisibilidad .
Así las cosas, esta Sala de Casación Civil desecha la presente denuncia,
por lo cual, forzosamente debe desestimar el presente recurso extraordinario
de casación propuesto. Así se decide.
 
D E C I S I Ó N
En mérito de las precedentes consideraciones, este Tribunal Supremo de
Justicia, en Sala de Casación Civil, administrando justicia en nombre de la
República Bolivariana de Venezuela por autoridad de la ley, declara:
PRIMERO: SIN LUGAR el recurso extraordinario de casación propuesto por la
parte demandante, contra la sentencia dictada por el el Juzgado Superior en lo
Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del estado Trujillo,
en fecha 26 de julio de 2018.
 
No se hace condena en costas, dada la naturaleza del presente fallo.
 
Publíquese, regístrese y remítase el expediente Juzgado Tercero de
Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción
Judicial del estado Trujillo . Particípese al Juzgado Superior de origen
conforme a lo previsto en el artículo 326 del Código de Procedimiento Civil.
Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala de Casación
Civil del  Tribunal  Supremo de Justicia, en Caracas a los diez (10) días del
mes de junio de dos mil veintidós (2022). Años: 212° de la Independencia y
163° de la Federación.
 
Presidente de la Sala y Ponente,
 
 
 

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