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El 1° de diciembre de 2020 se dio cuenta en Sala y, por auto de igual fecha, el Magistrado Marco Antonio
Medina Salas fue designado Ponente a los fines del pronunciamiento sobre el recurso incoado.
En sesión de Sala Plena del 5 de febrero de 2021, de conformidad con lo establecido en el artículo 20 de
la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, se reeligió la Junta Directiva de este Máximo Tribunal,
quedando integrada esta Sala Político-Administrativa de la forma siguiente: Presidenta, Magistrada María
Carolina Ameliach Villarroel; Vicepresidenta, Magistrada Bárbara Gabriela César Siero; el Magistrado Inocencio
Antonio Figueroa Arizaleta; el Magistrado Marco Antonio Medina Salas, y la Magistrada Eulalia Coromoto
Guerrero Rivero.
Realizado el estudio de las actas procesales, pasa esta Máxima Instancia a decidir, previo a lo cual formula
las consideraciones siguientes:
I
ANTECEDENTES
Alega que ambas partes suscribieron una “convención preparatoria de venta sobre un APARTAMENTO
en construcción (…)”. (Mayúsculas del escrito).
Que “A mediados de Julio de 2.019, CRISTY JOHANNA JAIMES REY, se dirigió a la oficina
administrativa de la empresa (…) a solicitar el documento traslativo de propiedad del APARTAMENTO… ya
que había pagado la totalidad del precio, por cuanto ella tenía conocimiento que se empezaría a protocolizar
los documentos definitivos de venta a los frutos (sic) adquirientes que estuvieran toralmente (sic) solventes con
el pago…”. (Mayúsculas y negritas del original).
Que “CRISTY JOHANNA JAIMES REY (…) obró de mala fe al exigir el documento traslativo de la
propiedad cuando NO había cumplido con el pago del precio (…) sólo hizo abonos que suman la cantidad
de (…) (Bs. 220.000,00), quedando un saldo insoluto de (…) (Bs. 360.000,00) equivalente al 62% de la totalidad
del precio establecido para el año 2.010, TREINTA Y NUEVE MIL TRESCIENTOS OCHENTA Y SIETE
DOLARES (sic) AMERICANOS CON CERO CENTIMOS (sic) ($39.387,00) para la fecha, debido al error en
que la ciudadana hizo incurrir a la empresa al solicitar que le redactaran el documento definitivo de venta, sin
haber ingresado ninguna cantidad de dinero en un solo pago de (…) (Bs. 700.000,00) NI CONSTA DE
NINGUNA FORMA que haya pagado la totalidad del pago del precio, (sic) solo que la ciudadana CRISTY
JOHANNA JAIMES REY, se aprovechó de la confianza y la buena fe del director administrativo de la
empresa (…) que fue sorprendido e intencionalmente por la conducta dolosa desplegada por la
ciudadana (…), con un comportamiento ilícito, destinado a engañarlo (…)”. (Mayúsculas y negrillas del escrito).
Fundamenta la acción judicial en los artículos 1.146, 1.154, 1.141, 1.133 y 1.474 del Código Civil.
Por auto de fecha 20 de septiembre de 2019 el Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil
y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado Táchira, con sede en San Cristóbal, admitió la demanda.
Igualmente, ordenó la citación de la parte demandada a los fines de la contestación.
En fecha 23 de octubre de 2019, el aludido Juzgado dio cumplimiento a lo ordenado en el auto de admisión
y libró la respectiva compulsa.
Mediante escrito de fecha 11 de febrero de 2020, la abogada María Isabel Cárdenas Mendoza, inscrita en
el INPREABOGADO bajo el número 129.370, en su carácter de apoderada judicial de la parte demandada, opuso
la cuestión previa relativa a la falta de jurisdicción del Poder Judicial frente al arbitraje.
Por sentencia de fecha 18 de febrero de 2020 el Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo Civil,
Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado Táchira, con sede en San Cristóbal, declaró con
lugar la cuestión previa relativa a la falta de jurisdicción del Poder Judicial de conformidad al criterio establecido
en esta Sala en la sentencia número 1.163 de fecha 2 de octubre de 2008.
II
Mediante sentencia de fecha 18 de febrero de 2020 (folios 65 al 67 del expediente), el Juzgado remitente
declaró con lugar la cuestión previa opuesta por el apoderado judicial de la ciudadana Cristy Johanna Jaimes Rey,
relativa a la falta de jurisdicción del Poder Judicial frente al arbitraje, en virtud de la existencia de una cláusula
arbitral en el contrato de convención preparatoria de venta.
Ahora bien, advierte la Sala que la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en su artículo
258 consagra que el sistema de justicia está constituido, entre otros, por el Tribunal Supremo de Justicia, los
demás tribunales que determine la ley y por los medios alternativos de justicia, entre los cuales se encuentra el
arbitraje. Por tal razón el constituyente estableció en la Carta Magna el deber que tiene el legislador de promover
el arbitraje, la conciliación, la mediación y cualesquiera otros medios para la solución de conflictos, como
alternativa ante las típicas disputas o querellas en sede judicial, lo que refleja la constitucionalización de los
medios alternativos para la resolución de conflictos.
De allí, que el arbitraje constituya un mecanismo eficaz de cooperación a la competencia que tienen los
tribunales ordinarios del país para resolver, por imperio de la Ley, todas las querellas que les sean sometidas por
los ciudadanos a su conocimiento, en uso del derecho constitucional a una tutela judicial efectiva y la garantía de
acceso a la justicia, previstos en el artículo 26 de la Carta Magna.
Por otra parte, la doctrina y la jurisprudencia han considerado al arbitraje como un medio de
heterocomposición procesal entre las partes, quienes mediante su voluntad expresa convienen de forma
anticipada, en sustraer del conocimiento del Poder Judicial (acuerdo este que también podría ser posterior, esto
es, ya iniciada una causa judicial), las diferencias, controversias o desavenencias que puedan surgir entre ellas
por la ejecución, desarrollo, interpretación o terminación de un negocio jurídico.
Igualmente, el artículo 6 de la Ley de Arbitraje Comercial prevé que el acuerdo de arbitraje deberá constar
por escrito, en cualquier documento o conjunto de documentos que dejen constancia de la voluntad de las partes
de someterse a este medio de resolución de controversias.
Ahora bien, respecto a las relaciones de coordinación y subsidiariedad de los órganos del Poder Judicial
frente al sistema de arbitraje, la Sala Constitucional de este Tribunal Supremo de Justicia en la
sentencia número 1067 del 3 de noviembre de 2010, dispuso que los órganos del Poder Judicial sólo pueden
realizar un examen o verificación “prima facie”, formal, preliminar o sumario de los requisitos de validez,
eficacia y aplicabilidad de la cláusula arbitral, con exclusión de cualquier análisis relacionado con los vicios del
consentimiento.
De la misma forma, dejó sentado la referida Sala en su sentencia, que para determinar la procedencia de
la denominada “Renuncia Tácita al Arbitraje” debe estudiarse, en cada caso, el comportamiento desarrollado por
las partes en el proceso que demuestren una indiscutible “orientación” de someterse al arbitraje como medio de
resolución del conflicto.
Así, aprecia la Sala en el caso bajo examen, que en la Cláusula Décima Séptima de la convención
preparatoria de venta suscrita entre la sociedad mercantil Promociones Roan, C.A., y la ciudadana Cristy Johanna
Jaimes Rey (folio 21), las partes establecieron, lo siguiente:
Ahora bien, del contenido de la referida cláusula se aprecia que las partes en ejercicio del principio de la
autonomía de la voluntad, acordaron someter las controversias que pudiesen surgir entre ellas a la decisión de un
tribunal arbitral.
Igualmente, observa esta Sala que el 11 de febrero de 2020 la apoderada judicial de la demandada, opuso
la cuestión previa prevista en el ordinal 1° del artículo 346 del Código de Procedimiento Civil, referida a la falta
de jurisdicción del Juez frente al arbitraje, en virtud de la existencia de una cláusula arbitral que excluye el
conocimiento del asunto de los jueces ordinarios para la resolución de conflictos relacionados con el contrato
cuyo cumplimiento se demanda.
Conforme al criterio jurisprudencial expuesto, advierte la Sala que en el caso bajo estudio no existe una
“renuncia expresa o tácita” del demandado respecto a la citada cláusula compromisoria, sino que por el contrario,
en la oportunidad supra señalada insistió en la validez de la misma frente al conocimiento de la jurisdicción
ordinaria.
Así, de la lectura de la cláusula arbitral transcrita, se constata que en efecto, las partes decidieron someter
las controversias que pudiesen surgir entre ellas a la decisión de un tribunal arbitral, por lo que la acción planteada
debería ser resuelta mediante arbitraje.
De esta manera, en aplicación de la Ley y de los criterios jurisprudenciales expuestos, esta Sala concluye
que el Poder Judicial no tiene jurisdicción pues la acción planteada debe ser admitida, sustanciada y decidida por
un tribunal arbitral. En consecuencia, declara sin lugar la regulación de jurisdicción, confirma la sentencia dictada
por el Juzgado remitente en fecha 18 de febrero de 2020 y condena en costas a la demandante, conforme a lo
previsto en los artículos 274 y 276 del Código de Procedimiento Civil. Así se determina.
III
DISPOSITIVA
Por las razones anteriormente expuestas, esta Sala Político-Administrativa del Tribunal Supremo de
Justicia, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la Ley, declara:
1.- SIN LUGAR el recurso de regulación de jurisdicción interpuesto por la abogada Doris Victoria Niño
de Abreu, actuando con el carácter de apoderada judicial de la sociedad mercantil PROMOCIONES ROAN,
C.A., contra la sentencia dictada el 18 de febrero de 2020 por el Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo Civil,
Mercantil y Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado Táchira, con sede en San Cristóbal.
2.- Que el PODER JUDICIAL NO TIENE JURISDICCIÓN para conocer y decidir la demanda
por nulidad de contrato de compra-venta, interpuesta por el ciudadano Edecio Arcadio Cañizales Araujo, en su
carácter de Director Administrativo de la empresa PROMOCIONES ROAN, C.A., asistido por la abogada Doris
Victoria Niño de Abreu, contra la ciudadana CRISTY JOHANNA JAIMES REY.
3.- En consecuencia, se CONFIRMA la decisión dictada en fecha 18 de febrero de 2020, por el Juzgado
Tercero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado
Táchira, con sede en San Cristóbal.
4.- Se CONDENA en costas a la empresa demandante, conforme a lo previsto en los artículos 274 y 276
del Código de Procedimiento Civil.
Dada, firmada y sellada en el Salón de Despacho de la Sala Político-Administrativa del Tribunal Supremo
de Justicia, en Caracas a los dos (2) días del mes de marzo del año dos mil veintiuno (2021). Años 210º de la
Independencia y 162º de la Federación.
La Presidenta,
MARÍA CAROLINA AMELIACH VILLARROEL
La Vicepresidenta,
BARBARA GABRIELA CÉSAR SIERO
El Magistrado,
INOCENCIO ANTONIO FIGUEROA ARIZALETA
El Magistrado-Ponente,
MARCO ANTONIO MEDINA SALAS
La Magistrada,
EULALIA COROMOTO GUERRERO RIVERO
La Secretaria,
GLADYS AZUAJE BARRETO
En fecha tres (3) de marzo del año dos mil veintiuno, se publicó y registró la anterior sentencia bajo
el Nº 00033.
La Secretaria,