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(UNAH)
– Tecnológica del Aguán
Catedrático:
Alumno:
No. De Cuenta:
20172400021
Asignatura:
Tema:
Ensayo Irradiación
Fecha de entrega:
15/07/2022
CONSERVACIÓN DE PRODUCTOS ALIMENTARIOS FRESCOS
La industria alimentaria
Para comprender por qué se deben conservar los alimentos, se debe establecer un contexto
económico e indicar la importancia nacional de los alimentos.
Industria petrolera.
Industria química básica.
Industria alimentaria (PIB superior al 5.5%).1
Con respecto a la industria alimentaria, la del tabaco y la de la bebida, son actividades clave
en la economía nacional; las relaciones más importantes de estos sectores se relacionan con la
agricultura, la ganadería y la pesca, debido a que constituyen su fuente principal de materias
primas; también interactúan de manera muy estrecha con la industria de envases, empaques y
con el sector comercial.
El término conservación, de manera breve se define como “modo de mantener algo sin que
sufra merma o alteración”.5
La conservación de alimentos, en su contexto más amplio se puede definir como la aplicación
de tecnologías encargadas de prolongar la vida útil y disponibilidad de los alimentos para el
consumo humano y animal, protegiéndolos de microorganismos patógenos y otros agentes
responsables de su deterioro, y así permitir su consumo futuro.
Fuentes de alimentos
Los nutrientes necesarios para el hombre se obtienen del reino vegetal y animal, los más
importantes son: carbohidratos, proteínas, grasas, minerales y agua.
Es importante conocer estos nutrientes y saber la transformación que tienen a través del
tiempo. Las fuentes de alimentos, tanto de origen animal como de origen vegetal,
indispensables para la alimentación humana se pueden dividir en seis grandes grupos.
Debido a los cambios climáticos y a la ausencia de condiciones para conservar los alimentos,
la industria ha establecido una clasificación general:
1) Alimentos perecederos: Se integran esencialmente por los productos que tienen una vida
útil muy corta, lo cual produce que entren en un proceso de descomposición muy rápido. Los
productos de primera necesidad que se venden frescos son los que están más expuestos.
Algunos ejemplos de este tipo de alimentos son la leche, las carnes, los huevos, las frutas y
las hortalizas.
Desde su obtención hasta consumo o procesado, pueden tener una vida útil (tiempo que dura
el alimento con calidad aceptable) de horas o días a temperatura ambiente.
Cuando la industria no vigila los mecanismos de planta y cosecha de los productos, puede
causar una modificación, pérdida o contaminación, lo cual produce invariablemente pérdidas
millonarias. Entre estas alteraciones destacan las siguientes:
Existen aspectos que alteran la utilidad y sanidad de los productos, así por ejemplo,
una mala transportación y manipulación puede dañar los productos.
La actividad química de los alimentos puede aumentar al doble la velocidad de
reacción cada 10°C, en consecuencia, esto puede actuar como un acelerador del
proceso descomposición. Existen otros alimentos que también son sensibles, por
ejemplo, los que sus propiedades pueden ser afectadas por el calor (vitaminas)
fácilmente se descomponen, principalmente por el cambio de temperatura en su
contenido de agua.
La humedad facilita el desarrollo de microorganismos, principalmente en la superficie
de los alimentos durante el almacenamiento.
El ambiente también puede originar la alteración en las proteínas, lo cual afecta de
manera directa su apariencia y color. Si el aire entra en contacto con los productos, se
facilita la oxidación, y su calidad y utilidad disminuye.
La luz también puede afectar que un alimento sea atractivo a la vista del consumidor.
La luz desgasta el color, y en determinadas situaciones afecta los nutrientes.
Los alimentos contienen nutrientes en su estado natural, que experimentan cambios químicos,
lo cual puede disminuir el efecto de los nutrientes al absorberse por el cuerpo. Estas
reacciones durante el almacenamiento de los alimentos, provocan efectos negativos en éstos,
inhibiendo su consumo.
Entre las alteraciones más notables destacan:
El efecto de oscurecer el alimento (reacción Maillard), el cual se produce por la
combinación de los derivados de las azúcares y determinadas proteínas.
En bastantes casos, un efecto que se produce es que el producto se arrancia, lo cual
produce un sabor desagradable al paladar. El sabor rancio produce un sabor y olor
desagradable. Físicamente, podría aparentar estar en buen estado, sin embargo, al
probarlo provoca un sabor desagradable al consumidor. Entre los productos que más
se arrancian se encuentran las frutas secas, los pescados que se descomponen muy
rápidamente y una variedad de aceites.
Los diferentes alimentos como las carnes, la mayoría de las frutas y los derivados de la leche
son elaborados de manera cuidadosa, y rápidamente son llevados a bajas temperaturas para
evitar su descomposición, pero si estos procesos no se realizan en condiciones adecuadas,
disminuye la calidad de los alimentos.
Los alimentos de alta calidad para el hombre y con mayor demanda, resultan también los más
perecederos. Afortunadamente, los alimentos más perecederos se pueden hacer estables y
aceptables mediante la aplicación adecuada de la tecnología actual.
2) Actividad de agua (Aw), que es el contenido de agua libre de cada alimento para el
desarrollo de ciertos microorganismos.
4) Valor de pH: Grado de acidez del alimento, el cual varía bastante, dependiendo de las
características químicas de éstos. Se consideran en dos categorías:
La alteración es reconocible por la actividad que los microorganismos ejercen sobre los
alimentos. Para que se desarrollen bacterias y otros microorganismos, requieren de
condiciones favorables. Si en el almacenaje y distribución se cumplen las normas de calidad,
esto se controla. Sin embargo, cuando un alimento está contaminado continúan ciertas etapas
sucesivas:
Para seleccionar un método de conservación es muy importante considerar que el método que
se utilice, garantice la máxima capacidad de conservación del alimento, es decir que su vida
útil sea prolongada al máximo posible.
Aunque existen múltiples técnicas, la conservación por la acción del calor sobre los
constituyentes de los alimentos, es una de las más importantes y más utilizadas en la
preservación de la mayoría de los alimentos. Este proceso de tratamiento térmico se clasifica
en dos grandes sistemas de conservación:
Los métodos de conservación química se pueden clasificar en dos grupos: los que conservan
las propiedades naturales del alimento y aquellos que alteran sus características
organolépticas.