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BLOQUE 3
INFRACCIONES PENALES RELACIONADAS
CON LAS DROGAS
DELITO CONTRA LA SALUD PÚBLICA (TRÁFICO DE DROGAS)
INTRODUCCIÓN
Actualmente, los delitos contra la salud pública se regulan en nuestro Código Penal,
concretamente el Capítulo III, del Título XVII (Delitos contra la seguridad colectiva),
teniendo su tipo básico en el Art. 368 CP.
Art. 368 CP
Los que ejecuten actos de cultivo, elaboración o tráfico, o de otro modo promuevan,
favorezcan o faciliten el consumo ilegal de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias
psicotrópicas, o las posean con aquellos fines, serán castigados con las penas de prisión
de tres a seis años y multa del tanto al triplo del valor de la droga objeto del delito si se
tratare de sustancias o productos que causen grave daño a la salud, y de prisión de uno a
tres años y multa del tanto al duplo en los demás casos.
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En este punto, solamente poseemos como elemento normativo, para la determinación de
estos conceptos, los diferentes tratados internacionales suscritos por España: Convención
Única de 1961 sobre Estupefacientes y Convenio sobre Sustancias Sicotrópicas de 1971.
Esto es, un delito en el que existe un peligro (aun remoto) de que se ponga en riesgo el bien
jurídico tutelado (la salud pública).
Conviene precisar que, aunque es habitual referirse a estos delitos como tráfico de drogas,
lo cierto es que existe un tráfico legal de las mismas, nos referimos a los medicamentos que
se usan legalmente y bajo un estricto control por parte de las autoridades.
En este sentido, no existen una pautas fijas y la jurisprudencia ha venido atendiendo a las
circunstancias particulares de cada caso.
Están tipificadas varias conductas: desde la venta y el cultivo, hasta cualquier tipo de
colaboración, es decir, no se castiga el mero tráfico, de ahí a que el título de esta entrada sea
“tráfico” entre comillas. La mención que hace este artículo de expresiones abiertas del tipo
promover, favorecer o facilitar de otro modo, deja una “puerta abierta” a la posibilidad de
abarcar la práctica totalidad de las conductas.
Por razones de sistematización, vamos a exponer las conductas descritas en la norma penal
siguiendo el orden establecido en el artículo 368.
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CULTIVO Y PRODUCCIÓN
Como regula el Convenio Único de 1961, en el artículo 1, salvo indicación expresa en
contrario o que el contexto exija otra interpretación, por cultivo «se entiende el cultivo de la
adormidera, del arbusto de coca o de la planta de cannabis». Y por producción «se entiende la
separación del opio, de las hojas de coca, de la cannabis y de la resina de cannabis, de las
plantas de que se obtienen».
En nuestra legislación, la Ley 17/67, en el capítulo III, regula el cultivo y la producción, y sólo
permite cultivar y producir con la autorización del Servicio de Restricción de Estupefacientes.
Las disposiciones de la Ley se encuentran en los siguientes artículos:
Artículo séptimo.
Artículo octavo.
Uno. Ninguna personal natural o jurídica podrá dedicarse al cultivo y producción indicados,
ni aún con fines de experimentación, sin disponer de la pertinente autorización.
Artículo noveno.
Los preceptos anteriores no serán de aplicación al cultivo de la planta de la «cannabis»
destinada a fines industriales, siempre que carezca del principio activo estupefaciente.
El cultivo no significa sin más que el delito alcance el grado de consumación por la sola acción
de su plantación o semillado: se requiere que tal cultivo se encuentre en condiciones de servir
a la finalidad que se persigue con el mismo, cual es la extracción de los productos naturales
necesarios para obtener su fruto.
Pero es necesario que el cultivo, para que se considere delito, tenga como destino el
consumo de terceros.
Para eso se valorarán diferentes indicios como pueden ser el lugar en el que se encuentran
las plantas, la cantidad de las mismas, si existen o no cosechas en proceso de secado para
continuar con el proceso, etc.
El cultivo en sí de plantas de cannabis sativa para consumo propio no es delito alguno.
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ELABORACIÓN
El Convenio de 1971, en su artículo 1.i), entiende por fabricación «todos los procesos que
permitan obtener sustancias psicotrópicas, incluidas la refinación y la transformación de
sustancia psicotrópica en otra sustancia psicotrópica.
Pero conviene decir que en la ley penal se contiene un concepto amplio de elaboración. En
efecto, el término «elaboración» que utiliza el Código Penal es más extenso que el de
fabricación, ya que comprende la obtención de cualquier producto, mediante mezclas u otro
tipo de combinación, que tenga propiedades de las drogas, tóxicas, estupefacientes y
sustancias psicotrópicas.
EL CONCEPTO DE TRÁFICO
El artículo 368 del Código Penal menciona, a continuación de la elaboración, el tráfico como
conducta prohibida, pero no dice qué es el tráfico de drogas, qué ha de entenderse por traficar
con drogas.
Se podría entender, en principio, que el término tráfico utilizado por el Código Penal es un
término semejante al utilizado por el Código de Comercio y, como consecuencia, traficar con
drogas implicaría una idea de mercantilidad, una idea de habitualidad y lucro.
Tendremos que partir del principio general de que el Derecho Penal es una rama autónoma,
dentro del resto del ordenamiento jurídico, y que el término «tráfico» no hay que entenderlo
en un sentido mercantil, puesto que la donación de drogas forma parte del concepto penal de
tráfico, como más adelante veremos.
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Si entendemos el tráfico de esta forma, como traslación de droga a otra persona, tendremos
que comprender dentro de este concepto a todos aquellos actos que, a título oneroso o
gratuito, trasladen el dominio o la posesión a un tercero.
El Tribunal Supremo incluye dentro del acto de tráfico al cultivo y a la elaboración, es decir,
las fases de cultivo y elaboración de drogas, pero a esta posición jurisprudencial habría que
objetar que, si como el mismo Tribunal Supremo afirma, tráfico es trasladar el dominio o
posesión de la droga, difícilmente en un acto de cultivo o elaboración se podrá trasladar a un
tercero.
DONACIÓN
El concepto jurídico de la donación, al igual que el del tráfico, no es una elaboración de la
ciencia penalística. La donación procede del Derecho Civil y su esencia es la liberalidad, la
ausencia de contraprestación.
Si bien la donación es una conducta sancionada en el artículo 368 del Código Penal, lo cierto
es que, en realidad, la donación es tráfico, puesto que es la traslación de la propiedad de la
droga a un tercero.
Ahora bien, si bien no cabe duda de que es tráfico, habría que distinguir, atendiendo a
razones sociales y humanitarias, los distintos tipos de donaciones que existen.
Así, de este modo, habría que distinguir entre la entrega de la droga, práctica frecuente,
para consumo colectivo, y las donaciones de pequeñas cantidades que se realizan entre los
consumidores habituales unidos por amistad, y que se realizan o bien para evitar crisis de
abstinencia o bien para lograr un futuro suministro ante el supuesto de que el donante carezca
de la droga.
Al margen de esos supuestos anteriormente expuestos, cuando la donación tiene lugar por
otras razones ya no nos encontraríamos ante un supuesto atípico, sino ante un ilícito penal
Se puede entender, por ello, que el tráfico es un acto de favorecimiento, que el cultivo y la
elaboración es un acto de facilitación al consumo. El promover, el favorecer o el facilitar son
verbos en los que se integran los actos a través de los cuales se realizan el tráfico, el cultivo o
la elaboración.
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CANTIDADES MÍNIMAS Y NOTORIA IMPORTANCIA
POSESIÓN DE LA SUSTANCIA
En cuanto a la mera posesión, cuando se trata de una cantidad que excede de lo que un
consumidor pueda tener acopiado para unos días, salvo casos excepcionales que habrán de
acreditarse o al menos alegarse para que el Tribunal los valore, es legítimo considerar que esa
tenencia está destinada total o parcialmente a transmitir a otras personas el objeto poseído.
La mera posesión de drogas por sí sola no es constitutiva de delito, puesto que puede ser
obtenida para consumo propio, modalidad que es atípica , incluso cuando es adquirida por
varias personas de común acuerdo para un consumo conjunto e inmediato, sin ánimo de
revender.
El Tribunal Supremo usa una tabla elaborada por el Instituto Nacional de Toxicología de
fecha 18 de octubre de 2001, y de superarse esas cantidades podrá entenderse sin más que la
sustancia está preordenada al tráfico, por lo que conducta será igualmente típica.
Las cantidades anteriores son solamente referencias, por lo que pueden ser objeto de
modificación según el caso concreto, ya que así lo recoge la sentencia del Tribunal Supremo
298/2004 de 12 de marzo : “Ello no impide que la cifra pueda ser cuestionada en cada caso por
las partes en enjuiciamientos futuros, aportando en su caso dictámenes periciales
contradictorios, ni tampoco priva obviamente a las Salas sentenciadoras de su facultad de
valorar dichos informes conforme a las reglas de la sana critica, en un proceso penal que se
caracteriza por la vigencia del principio contradictorio”.
NOTORIA IMPORTANCIA
El artículo 369.1 del Código Penal dispone que "se impondrán las penas superiores en grado
a las señaladas en el artículo anterior y multa del tanto al cuádruplo cuando concurran alguna
de las siguientes circunstancias: .5ª) Fuere de notoria importancia la cantidad de las citadas
sustancias objeto de las conductas a que se refiere el artículo anterior".
El Código Penal no define lo que cabe entender por "notoria importancia", por lo que hay
que acudir a la interpretación que realiza la jurisprudencia.
En cuanto a esta agravante, hay que señalar que el Acuerdo del Pleno de la Sala 2ª del
Tribunal Supremo de 19 de noviembre de 2001, determina la notoria importancia a partir de las
500 dosis referidas al consumo diario de cada sustancia.
Marihuana 10 Kg.
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Hachís 2,5 Kg.
LSD 300 mg
Anfetaminas 90 gr.
AGRAVANTES
En los Artículos 369 CP y siguientes se agravan ciertas conductas relacionadas con el delito
de tráfico de drogas:
Art. 369 CP
3.ª Los hechos fueren realizados en establecimientos abiertos al público por los
responsables o empleados de los mismos.
5.ª Fuere de notoria importancia la cantidad de las citadas sustancias objeto de las
conductas a que se refiere el artículo anterior.
6.ª Las referidas sustancias se adulteren, manipulen o mezclen entre sí o con otras,
incrementando el posible daño a la salud.
7.ª Las conductas descritas en el artículo anterior tengan lugar en centros docentes, en
centros, establecimientos o unidades militares, en establecimientos penitenciarios o
en centros de deshabituación o rehabilitación, o en sus proximidades.
8.ª El culpable empleare violencia o exhibiere o hiciese uso de armas para cometer el
hecho.
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Por tanto, las circunstancias agravantes resultan ser:
La cantidad de substancia:
Resulta necesario que la cantidad sea importante para que las cantidades sean
consideradas notoria importancia.
Se trata de drogas cortadas con substancias nocivas para la salud, el acusado debe
conocer que dichas substancias se encuentran adulteradas o haberlas adulterado el mismo,
salvo casos en los que las substancias son especialmente nocivas para la salud en los que se
puede aplicar aun desconociendo esta circunstancia.
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Art. 369 bis
Cuando los hechos descritos en el artículo 368 se hayan realizado por quienes
pertenecieren a una organización delictiva, se impondrán las penas de prisión de nueve a
doce años y multa del tanto al cuádruplo del valor de la droga si se tratara de sustancias y
productos que causen grave daño a la salud y de prisión de cuatro años y seis meses a diez
años y la misma multa en los demás casos.
Se considera organización criminal la agrupación formada por más de dos personas con
carácter estable o indefinido que de manera concertada y coordinada se reparten tareas o
funciones para cometer delitos.
Las penas previstas en estos casos son de 9 a 12 años de prisión en caso de drogas duras
y de 4 años y 6 meses a 10 años en caso de drogas blandas, además de multa de doble del
valor de la droga hasta el cuádruple de dicho valor.
Las penas previstas pueden incluso aumentarse en los casos en los que la cantidad sea
de extrema gravedad, se utilicen buques, aeronaves o embarcaciones de gran tamaño, se
simulen operaciones de comercio internacional entre empresas (contenedores) o se trate de
redes internacionales dedicadas a estas actividades.
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Normalmente, las Policías Locales, al instruir por delitos de tráfico de drogas, pondrán la
sustancia incautada a disposición de las FCSE, las cuales tendrán que seguir el protocolo
establecido en el Acuerdo marco de colaboración entre el consejo general del poder judicial,
la fiscalía general del estado, el ministerio de justicia, el ministerio de hacienda y
administraciones públicas, el ministerio del interior, y la agencia estatal “agencia española de
medicamentos y productos sanitarios” por el que se establece el protocolo a seguir en la
aprehensión, análisis, custodia y destrucción de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias
psicotrópicas.
En todo caso, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado realizarán el pesaje bruto
del alijo y toma de muestras, siguiendo la Recomendación del Consejo Europeo de 30 de marzo
de 2004 sobre directrices para la toma de muestras de drogas incautadas a efectos de análisis
y procederán inmediatamente después a etiquetar las sustancias aprehendidas con el
número de identificación general (NIG) y el número de procedimiento inicial.
Este etiquetado se hará con los medios técnicos de que se disponga y que mejor permitan
asegurar la perdurabilidad de la identificación.
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