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AUTOR: GRUPO AFORPOL TUTOR: ÁNGEL LÓPEZ POSTIGO

BLOQUE 1
LAS DROGAS
CONCEPTO

INTRODUCCIÓN

La potencial peligrosidad a la que puede conducir el abuso de las sustancias estupefacientes y psicotrópicas, la
imposibilidad de prescindir de las mismas para usos terapéuticos y científicos así como la preocupación por la
magnitud y la tendencia creciente de la producción, la demanda y el tráfico ilícito de estas sustancias hace necesaria
una especial actuación de cada Estado en la intervención, control y vigilancia de las mismas en todos los campos,
desde la producción al consumo, dicha acción ha de ser coordinada en el marco de una cooperación y fiscalización
internacional constante orientada por principios idénticos y objetivos comunes.

CONCEPTO DE DROGA

Existen multitud de definiciones del término droga, pero vamos a citar aquí
la determinación del concepto según la Organización Mundial de la Salud
(OMS), cuando en el año 1994 elaboró el Glosario de términos de alcohol y
drogas, quedando el mismo tal que así:

Aunque el término droga se atribuye más comúnmente “a cualquier


sustancia psicoactiva”, y frecuentemente es relacionado con las ‘drogas
ilegales’, la realidad es que una droga puede ser fiscalizada o no, sin que ello
signifique el potencial del impacto que causa en la salud del individuo o en la
sociedad.

Término de uso variado. En medicina se refiere a toda sustancia con potencial para prevenir o curar una
enfermedad o aumentar la salud física o mental y en farmacología como toda sustancia química que modifica
los procesos fisiológicos y bioquímicos de los tejidos o los organismos. De ahí que una droga sea una sustancia
que está o pueda estar incluida en la Farmacopea. En el lenguaje coloquial, el término suele referirse
concretamente a las sustancias psicoactivas y, a menudo, de forma aún más concreta, a las drogas ilegales. Las
teorías profesionales (p. ej., “alcohol y otras drogas”) intentan normalmente demostrar que la cafeína, el tabaco,
el alcohol y otras sustancias utilizadas a menudo con fines no médicos son también drogas en el sentido de que
se toman, el menos en parte, por sus efectos psicoactivos.

Lexicon of Alcohol and Drug Terms (OMS) (1994)

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DIFERENTES USOS DE TÉRMINOS

El elenco normativo ante el que nos encontramos en nuestro ordenamiento jurídico hace referencia a términos
variados, no solo a drogas, sino concreta en determinados casos entre estupefacientes y psicotrópicos. Prueba de
ello tenemos:

 Art. 14 del RDL 5/2015 (LSV) prohíbe que el conductor de un vehículo circule con presencia de drogas,
 Art. 36.16 de la L.O 4/2015 (LPSC) castiga el consumo o la tenencia ilícitos de drogas tóxicas, estupefacientes
o sustancias psicotrópicas,
 Art. 368 de la L.O 10/1995 (CP) castiga los que […] de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias
psicotrópicas[…]

ESTUPEFACIENTES

De un punto de vista oficial, los estupefacientes se definen en la Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes,
enmendada por el Protocolo de 1972, de la Organización de las Naciones Unidas:

Art. 1.1.j) Por “estupefaciente” se entiende cualquiera de las sustancias de las listas I y II, naturales o sintéticas.

Podemos observar como esa definición no es clara. Una aceptada por la mayoría de la comunidad es que un
estupefaciente se trata de toda aquella sustancia que provoca sueño o estupor y en la mayoría de los casos, inhiben
la transmisión de señales nerviosas asociadas al dolor.

PSICOTRÓPICOS

Volviendo a mirar el Glosario de términos de alcohol y drogas de la OMS encontramos la definición de


psicotrópico:

En su acepción más general, término que significa lo mismo que “psicoactivo”, es decir, que afecta a la
mente o a los procesos mentales. En sentido estricto, una sustancia psicotrópica es cualquier sustancia
química que ejerce sus efectos principales o importantes en el sistema nervioso central. Algunos autores
aplican el término a los medicamentos que se utilizan fundamentalmente en el tratamiento de los trastornos
mentales: ansiolíticos, sedantes, antidepresivos, antimaníacos y neurolépticos. Otros utilizan este término
para referirse a las sustancias que tienen un elevado potencial de abuso debido a sus efectos sobre el estado
de ánimo, la conciencia o ambos: estimulantes, alucinógenos, opiáceos, sedantes/hipnóticos (incluido el
alcohol), etc. En el contexto internacional del control de drogas, el término “sustancias psicotrópicas” hace
referencia a las sustancias controladas por el Convenio de 1971 sobre Sustancias Psicotrópicas

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TIPOS DE DROGAS, MÉTODOS DE ADMINISTRACIÓN Y
CONCEPTOS RELACIONADOS

CLASIFICACIÓN DE LAS DROGAS

Son numerosas las clasificaciones que se han realizado de


las sustancias psicoactivas, y a que son diversas las
perspectivas desde las que se evalúan. Aparte de la común
separación entre drogas legales e ilegales, anotamos algunos
de los criterios bajo los que a menudo se han intentado
ordenar:

 Por su origen (naturales y sintéticas).


 Por su estructura química.
 Por su acción farmacológica.
 Por las manifestaciones que su administración produce en la conducta humana. (Manifestaciones
clínicas).
 Por su consideración sociológica.
 Por su peligrosidad para la salud.

En lo que respecta a este último criterio (peligrosidad) se tienen en cuenta al menos tres factores principales:

 El daño físico causado al individuo por la droga.


 La capacidad de la droga de causar dependencia.
 Los efectos del uso de la droga en las familias, las comunidades y la
sociedad.

Dejando a un lado el resto de perspectivas, quizá lo más práctico sea seguir el


criterio de la clasificación por el que opta la OMS, que ha agrupado las drogas
según sus efectos sobre el sistema nervioso central.

De acuerdo con este criterio, las drogas pueden ser: Depresoras, Estimulantes
y Alucinógenas.

Depresores o Psicolépticos: Son aquellas que disminuyen o retardan el


funcionamiento del sistema nervioso central. Producen alteración de la concentración y en ocasiones del
juicio; disminuyen la apreciación de los estímulos externos y provocan relajación, sensación de bienestar,
sedación, apatía y disminución de la tensión. Son consideradas drogas depresoras el alcohol, los barbitúricos,
los tranquilizantes y el opio y sus derivados (morfina, codeína, heroína, metadona).

Estimulantes o Psicoanalépticos: Son drogas que aceleran la actividad del sistema nervioso central
provocando euforia, desinhibición, menor control emocional, irritabilidad, agresividad, menor fatiga,
disminución del sueño, excitación motora, inquietud. Dentro de este grupo se incluyen la cocaína, los
estimulantes de tipo anfetamínico y la mayor parte de las sustancias de síntesis y de las nuevas sustancias
psicoactivas.

Alucinógenos o Psicodélicos: Se caracterizan por su capacidad de producir distorsiones en las sensaciones


y alterar marcadamente el estado de ánimo y los procesos de pensamiento. Incluyen sustancias de una
amplia variedad de fuentes naturales y sintéticas, y son estructuralmente diferentes.

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OTRAS SUSTANCIAS PSICOACTIVAS

No todas las drogas encajan en las tres categorías anteriores de una manera exacta y clara, por lo que fuera de
ellas, podríamos encontrar:

Cannabis: En la clasificación inicial de la OMS, por el potencial de su principio activo THC,


esta sustancia se incluía en el apartado “alucinógenos”, pero en la actualidad se la considera
separada de éstos. Los efectos que produce en cantidades de bajas a moderadas suelen ser
aumento del apetito, euforia y/o sensación de relajación y, entre otros, dificultad para
concentrarse y retener información, lo que puede alterar los procesos de aprendizaje.

Inhalantes: Casi todos los inhalantes producen efectos anestésicos y el retardo de las
funciones corporales. Su uso prolongado produce daños permanentes al sistema
nervioso con la consiguiente reducción de las capacidades físicas y mentales.

Nuevas sustancias psicoactivas: Por su entidad la UNODC* utiliza


únicamente el término “nuevas sustancias psicoactivas (NSP)”, aunque el
término “nuevas” no se refiere necesariamente a nuevas invenciones –
varias NSP fueron sintetizadas por primera vez hace 40 años – sino que son
sustancias que han aparecido recientemente en el mercado y que no han
sido incorporadas en las Convenciones de 1961 y 1971. Son sustancias que
tienen propiedades químicas y/o farmacológicas similares a las sustancias
conocidas y ya controladas internacionalmente.

*UNODC: United Nations Office on Drugs and Crime (Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el
Delito)

¿CUAL ES LA SITUACIÓN LEGAL DE LAS NSP?


Las NSP no están bajo control internacional. Muchos países han establecido medidas permanentes de
control para algunas sustancias o emitido prohibiciones temporales. Sólo un pequeño grupo de NSP ha sido
revisado en virtud del mecanismo establecido en las Convenciones de 1961 y 1971. Las respuestas en esta
área tienden a ser más eficaces si se coordinan entre los países y regiones. Las NSP también son un desafío
para la prevención y el tratamiento. En lugar de pánico moral, lo que se necesita es información objetiva y
confiable. En este sentido, es particularmente importante crear conciencia del riesgo entre los jóvenes. Las
medidas de prevención también deben dirigirse a usuarios experimentados de drogas.

¿CUÁNTAS NSP HAY?


La investigación de UNODC encontró 251 sustancias, incluida la ketamina, que fueron reportadas por los
Gobiernos y laboratorios en todo el mundo (véase el recuadro para las categorías de NSP frecuentemente
vendidas). Esta cifra es superior a las 234 sustancias sujetas a fiscalización en virtud de las Convenciones de
1961 y 1971. En febrero de 2013, cinco nuevas sustancias fueron reportadas por los laboratorios de análisis
de drogas. Técnicamente, el número de derivados potenciales es ilimitado. Mientras no exista un mecanismo
de vigilancia mundial sobre tales sustancias, la información sobre ellas seguirá siendo inconsistente.

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NUEVAS SUSTANCIAS PSICOACTIVAS
Estos son receptores agonistas de cannabinoides, los cuales producen efectos similares a los
CANNABINOIDES SINTÉTICOS del delta-9-tetrahidrocannabinol (THC), el principal componente psicoactivo del cannabis.
Los cannabinoides sintéticos son generalmente mezclados en productos herbarios y
vendidos bajo el nombre de spice, K2, Kronic, etc.
Estos son análogos/derivados de la sustancia internacionalmente controlada catinona, uno
CATINONAS SINTÉTICAS de los componentes activos de la planta khat. Generalmente tienen efectos estimulantes e
incluyen NSP reportadas frecuentemente, tales como mefedrona y MDPV
(metilendioxipirovalerona).
Es un anestésico humano y veterinario que actúa como un estimulante en dosis bajas y
KETAMINA como un alucinógeno en dosis altas. Es una de las NSP más comunes en Asia y su uso ha sido
igualmente comunicado por varios países de América Latina
Este grupo contiene sustancias relacionadas con la anfetamina y metanfetamina y
FENETILAMINAS generalmente produce efectos estimulantes. Sin embargo, la modificación de estos
compuestos puede dar lugar a potentes alucinógenos como el Bromo-Dragonfly
Estas sustancias se venden frecuentemente como "éxtasis", debido a sus propiedades
PIPERAZINAS estimulantes del sistema nervioso central. Los miembros más comúnmente reportados de
este grupo son benzilpiperazina (BZP) y mCPP (m-Clorofenilpiperazina).
Este grupo incluye plantas con propiedades psicoactivas. Las más frecuentemente
reportadas son:

- Kratom (mitragyna speciosa Korth), es una planta nativa del Sudeste Asiático que
SUSTANCIAS DE ORIGEN tiene efectos según la dosis empleada: es estimulante en dosis bajas y produce
VEGETAL efectos sedantes a dosis más elevadas.
- Salvia divinorum, es una planta autóctona de las zonas forestales en Oaxaca,
México, que contiene el principio activo salvinorina A, una sustancia alucinógena.
- Khat (Catha edulis), es una planta nativa de la región del Cuerno de África y la
península arábiga. Las hojas de la planta se mastican, lo que resulta en la liberación
de los estimulantes catinona y catina.
OTRAS SUSTANCIAS Tales como aminoindanos (estimulantes), sustancias tipo fenciclidina (alucinógenos) y
triptaminas (alucinógenos).

En nuestro país, existe el Sistema Español de Alerta Temprana, incardinado en la Delegación del Gobierno para
el Plan Nacional Sobre Drogas, como sistema de detección de estas nuevas sustancias.

MÉTODOS DE ADMINISTRACIÓN

Sabemos que cada sustancia puede tener diferentes efectos en el cuerpo y la mente, que una misma sustancia
puede cambiar dramáticamente la naturaleza de su interacción con el organismo dependiendo de la dosis utilizada,

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y que el lugar y el estado de ánimo en el que se consuman definirá en gran medida la experiencia del consumo de
cualquier droga, sea café, alcohol o heroína. Ahora es importante definir y diferenciar las vías o rutas de consumo de
cualquier sustancia psicoactiva.

Las principales vías o rutas de administración que se utilizan para consumir diferentes sustancias psicoactivas son:

Inyectada: Es la más peligrosa ya que cada vez que se rompe la barrera


protectora de la piel, se abre la puerta a patógenos externos al organismo
que pueden provocar infecciones, abscesos, coágulos y otras
complicaciones fisiológicas. Además, es la ruta de consumo más vinculada
con la muerte por sobredosis. Es posible utilizar diferentes tipos de y
jeringas para llevar la sustancia a distintos tejidos y profundidades.

A continuación se presenta una clasificación de acuerdo al lugar en el que


se libera la dosis inyectada:

o Subcutánea: es la menos común y consiste en utilizar una aguja muy delgada para atravesar
únicamente las capas superiores de la piel y liberar la sustancia en la capa de tejido graso que se
encuentra debajo de la piel pero por encima del músculo. No hay mucha irrigación sanguínea así que
se absorbe lentamente. Sin embargo no se pueden utilizar volúmenes grandes ni líquidos muy viscosos.

o Intramuscular: se utiliza una aguja mucho más gruesa y larga para atravesar todas las capas de la piel y
el tejido graso y entrar en el músculo. También tiene una absorción lenta pero se puede introducir un
mayor volumen, el líquido inyectado puede ser más denso y el movimiento del músculo puede ayudar
a que se absorba más rápido.

o Intravenosa: se trata del tipo de inyección más riesgoso tanto por el impacto de la sustancia como por
la velocidad de su efecto. Para lograr una inyección intravenosa se utilizan agujas muy delgadas
(generalmente de insulina) para perforar la pared de una vena e introducir la sustancia directamente
en el torrente sanguíneo. Para ello, es necesario filtrar muy bien el líquido y tener mucho cuidado con
la dosis ya que esta es la vía que logra llevar la sustancia al cerebro en el menor tiempo.

Inhalada: Consiste en aspirar o inhalar la sustancia, ya sea en polvo o gas, para


aprovechar así la membrana de las paredes nasales en su absorción y paso al
torrente sanguíneo. Inhalar una sustancia implica un riesgo relativamente menor
a inyectarla debido a que la droga logra entrar en menor cantidad y con menor
velocidad.

Compartir los utensilios para inhalar (popote, billete, etc.) puede tener las mismas implicaciones que
compartir una jeringa, pues ambos objetos pueden transportar bacterias o virus como el VIH y Hepatitis C y,
debido a la irritación de las paredes nasales en donde se generan microlasceraciones por las cuales pueden
penetrar los patógenos.

Fumada: Para consumir una sustancia fumada es necesario calentarla en una


pipa, cigarro u otro dispositivo (pipa de filtro de agua o “Bong”, papel aluminio,
antena de coche, fruta, etc.) donde se le pueda aplicar fuego o calor y lograr
inhalar por la boca el humo de la combustión. Fumar implica el consumo de
residuos, toxinas y calor liberados producto de dicha combustión, lo cual
conlleva un riesgo per se.

Para evitar este tipo de deterioro, hay quienes utilizan vaporizadores que
calientan la sustancia sin aplicar fuego o calor directo y logran que se libere en
forma de vapor gaseoso sin residuos tóxicos. Los efectos de la sustancia suelen ser un poco más lentos que
al inhalar, pero son también más intensos, dependiendo de la sustancia y la dosis.

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Ingerida: Al ingerir una sustancia el tiempo de absorción se incrementa bastante
debido al proceso de digestión. A veces, esto provoca que se ingiera una segunda o
tercer dosis antes de empezar a sentir los efectos de la primera dosis. Esto implica un
alto riesgo de sobredosis si no se controlan las cantidades desde el principio.

Muchas veces, cuando hay algún caso de sobredosis por ingesta se pueden hacer
lavados de estómago.

Transdérmica: También llamada transcutánea, esta vía consiste en aprovechar


la permeabilidad de la piel para absorber la sustancia simplemente por frotarla
en la superficie de esta. El uso del LSD de esta manera puede ser peligroso
porque es fácilmente absorbido y es altamente activo desde dosis muy
pequeñas (30 microgramos). Esta ruta también se utiliza para tratamientos
hormonales con cremas con esteroides y otras hormonas.

Rectal o Vaginal: Con esta ruta se aprovechan las membranas y los vasos
sanguíneos del interior de estas zonas. Quien consume la sustancia introduce
la dosis al interior del recto o de la vagina y espera alrededor de 45-60 minutos
para que se absorba completamente.

Esta vía de administración es similar en tiempo a la ingesta, pero al no haber


jugos gástricos presentes, la sustancia no se descompone ni se reduce su
concentración por lo que el efecto puede ser más intenso.

Sin embargo muchas sustancias provocan irritaciones y en ciertos casos pueden llegar a presentarse
infecciones vaginales o en las vías urinarias.

Sublingual: Que consiste en colocar la sustancia debajo de la lengua y dejar que


se absorba. En este lugar existen vías que transportan directamente la
sustancia absorbida al torrente sanguíneo por lo que su utilización es común
para diversos medicamentos pero también para usos tradicionales como el de
la hoja de coca y el tabaco mascado.

Oftálmica: Nuevo método de administración, que consiste en impregnar el


lacrimal en la sustancia a consumir. Recientemente se han conocido casos de
consumo de LSD por esta vía de administración, estando la sustancia impregnada
sobre un cartón, el cual es frotado sobre el lacrimal, provocando efectos
alucinógenos en 15 o 20 minutos.

CONCEPTOS RELACIONADOS

De una breve manera, vamos a ver cuáles son las definiciones de los términos más comúnmente asociados con
el uso problemático de sustancias psicoactiva:

Tolerancia: Es un estado de adaptación biológica que se caracteriza porque disminuye la respuesta que
provoca la administración de la misma cantidad de una droga. Existen los siguientes tipos de tolerancia:

o Farmacodinámica: Es la que se presenta cuando después de la exposición a la droga, se requieren


mayores niveles de la misma para conseguir una respuesta determinada.

o Metabólica: Es el incremento de la capacidad para metabolizar la droga. Puede ser inducida por la propia
droga o por cualquier otro agente farmacológico.

o Cruzada: Fenómeno que tiene lugar cuando un órgano o sistema que presenta tolerancia a una
determinada substancia desarrolla tolerancia a otra.

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o Pérdida de Tolerancia: Se relaciona con el daño neuronal o con alteración del “clearance” metabólico. El
concepto de depuración o aclaramiento ("clearance") implica, esencialmente, un proceso de eliminación
de un fármaco desde el organismo sin referencia al mecanismo del proceso.

Dependencia: Se define como el estado psíquico, y en ocasiones también físico, resultado de la interacción
entre un organismo vivo y una droga, y que se caracteriza por modificaciones del comportamiento y por
otras reacciones. En ese estado, siempre aparece una pulsión a ingerir la sustancia de forma continua o
periódica, con objeto de volver a experimentar sus efectos psíquicos o, en otras ocasiones, para evitar el
malestar que provoca no poder consumirla.

Síndrome de Abstinencia: Tras la no administración de la droga a un sujeto que presenta dependencia a ella
aparecen un conjunto de síntomas y signos comunes para cada grupo de droga, y es uno de los indicadores
de la presencia de síndrome de dependencia.

Conducta Adictiva: Es aquel comportamiento de búsqueda, obtención y consumo de drogas, o realización


de la conducta problema (juego de azar, por ejemplo), en la que su consecución cobra mayor protagonismo
que otras actividades que anteriormente eran importantes para la persona, haciendo que estas pasen a
segundo plano o parezcan innecesarias o carentes de interés.

Drogadicción: Si bien es cierto que en el caso de la mayoría de las personas la decisión inicial de tomar drogas
es voluntaria, con el tiempo, los cambios que ocurren en el cerebro pueden afectar a la persona consumidora
de modo que no pueda resistir el impulso intenso de consumir cierta o ciertas drogas. La drogadicción es
considerada una enfermedad crónica del cerebro, a menudo con recaídas, caracterizada por la búsqueda y
el consumo compulsivo de drogas a pesar de las consecuencias nocivas para la persona adicta y para los que
le rodean.

Abuso: El abuso es el patrón de uso de la sustancia que produce perturbaciones o limitaciones clínicamente
significativas, que se manifiestan por uno o más de los siguientes indicadores:

o No poder cumplir, o repetidos fracasos para desempeñar obligaciones transcendentes (en el hogar,
la escuela o el trabajo)

o Uso recurrente en situaciones que conlleven un peligro físico, como conducir ebrio

o Uso continuado de la sustancia, a pesar de padecer problemas sociales o interpersonales persistentes


o recurrentes, exacerbados por los efectos de la sustancia.

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NORMATIVA REGULADORA

Este punto es uno de los que genera mayor controversia y dudas sobre los que estudian la materia, puesto que
no existe una legislación o normativa que diga claramente las sustancias estupefacientes o psicotrópicas que son
legales o ilegales; si lo comparamos con otros ámbitos de una intervención policial, donde la actuación pueda ser
mucho más sencilla e intuitiva.

A nivel internacional, como base, existe la siguiente normativa:

Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes, enmendada por el Protocolo de 1972. Firmada el 30
de Marzo en Nueva York.

Convenio sobre Sustancias Sicotrópicas de 1971. Firmado el 21 de Febrero en Viena.

Convención de las Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas
de 1988. 20 de Diciembre en Viena.

Todos estos instrumentos fueron elaborados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

No hay en las convenciones ninguna obligación específica de tipificar como delito el uso de drogas per se. Así,
el ‘uso’ de drogas no se menciona en las disposiciones penales de la Convención Única (artículo 36) ni en el Convenio
de 1971 (artículo 22) ni en el artículo 3 (‘Delitos y Sanciones’) de la Convención de 1988.

Esto tiene que ver, en primer lugar, con el hecho de que los tratados no exigen a los países “prohibir” ninguna
de las sustancias clasificadas en sí. Los tratados solo establecen un sistema de estricto control legal de la producción
y el suministro de todas las drogas controladas para fines médicos y científicos, a la vez que introducen sanciones
para luchar contra la producción y la distribución ilícitas de esas mismas sustancias para otros fines.

¿SON ILEGALES LAS SUSTANCIAS CLASIFICADAS EN LAS LISTAS DE LOS TRATADOS?


A diferencia de lo que comúnmente se cree, ninguna de las drogas fiscalizadas fue declarada ‘ilegal’. Las
drogas solo quedaron sometidas a diferentes niveles de control, según la lista en la que hubieran quedado
clasificadas. Las sustancias en sí no se prohibieron, sino que su producción y comercio fueron sometidos a
estrictos controles para restringir su uso a fines médicos y científicos. Los términos de ‘droga ilegal’ o ‘droga
ilícita’, que tan a menudo se citan, no aparecen en las convenciones de la ONU.

ESTUPEFACIENTES

Cómo hemos visto, se regulan por la Convención Única de 1961


sobre Estupefacientes, enmendada por el Protocolo de 1972.

La aprobación de esta Convención constituye un hito en la


historia de la fiscalización internacional de drogas. La Convención
Única codificó todos los tratados multilaterales vigentes de
fiscalización de drogas y amplió los regímenes de fiscalización
existentes a fin de que abarcaran el cultivo de plantas utilizadas
como materias primas para la fabricación de estupefacientes.

Los objetivos principales de la Convención son limitar


exclusivamente la producción, la fabricación, la exportación, la
importación, la distribución, el comercio, el uso y la posesión de
estupefacientes a los fines médicos y científicos y hacer frente al

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tráfico de drogas mediante la cooperación internacional encaminada a disuadir y desalentar a los traficantes de
drogas.

La Convención estableció también la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, creada a raíz de la


fusión del Comité Central Permanente y el Órgano de Fiscalización.

Recordemos qué era un estupefaciente:

Art. 1.1.j) Por “estupefaciente” se entiende cualquiera de las sustancias de las listas I y II, naturales o sintéticas.

Existen 4 listas en la Convención Única, que regulan lo siguiente:

Desde un punto de vista práctico, las aplicación de las listas quedaría al que así:

Lista I: Estupefacientes que requieren Receta Oficial de Estupefacientes (ROE), para su prescripción y
dispensación, debiendo contabilizarse en el Libro Oficial de Contabilidad de Estupefacientes.

Lista II: Estupefacientes que solo necesitan prescripción y dispensación en Receta Oficial de Estupefacientes
cuando superan las dosificaciones o no cumplen las condiciones de combinación expresadas en la Lista III, en
cuyo caso también se contabilizan en Libro Oficial de Contabilidad de Estupefacientes. Por tanto la Lista III más
que una lista, es en realidad una aclaración a las listas I y II.

Lista III: Aclaración a las listas I y II.

Lista IV: Estupefacientes de uso prohibido en todos sus aspectos.

En lo que a normativa estatal sobre estupefacientes, existe:

- Ley 17/1967, de 8 de abril, por la que se actualizan las normas vigentes sobre estupefacientes y adaptándolas
a lo establecido en el convenio de 1961 de las Naciones Unidas.

- Real Decreto 1675/2012, de 14 de diciembre, por el que se regulan las recetas oficiales y los requisitos
especiales de prescripción y dispensación de estupefacientes para uso humano y veterinario.

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- Real Decreto 1194/2011, de 19 de agosto, por el que se establece el procedimiento para que una sustancia
sea considerada estupefaciente en el ámbito nacional.

- Real Decreto 1573/1993, de 10 de septiembre, por el que se somete a ciertas restricciones la circulación de
los productos psicotrópicos y estupefacientes.

La Receta Oficial de Estupefacientes (ROE) se regula en el Real Decreto 1675/2012. Cabe destacar que dicha
receta tiene una validez de 10 días desde su prescripción, sin superar un total de cuatro envases.

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PSICOTRÓPICOS

Se regulan por el Convenio sobre Sustancias Sicotrópicas de


1971. Este nuevo tratado se concibió para dar respuesta a la
diversificación del consumo de drogas con el objetivo de controlar
toda una nueva gama de sustancias psicoactivas (que se pusieron
de moda en los años sesenta), como anfetaminas, barbitúricos,
benzodiacepinas y drogas psicodélicas, las cuales también
quedaron clasificadas en cuatro listas.

Durante las negociaciones del Convenio sobre Sustancias


Sicotrópicas de 1971, se hizo evidente la presión ejercida por la
gran industria farmacéutica de Europa y los Estados Unidos, que
temían que sus productos se vieran sometidos a los rigurosos
controles de la Convención Única.

La necesidad de un nuevo tratado se fundamentó en una


muy cuestionable distinción entre los ‘narcóticos’ o ‘estupefacientes’ controlados por la Convención de 1961 y
las llamadas ‘sustancias sicotrópicas’, un concepto inventado sin una clara definición.

En comparación con los estrictos controles que establecen las listas de la Convención Única sobre las drogas
derivadas de plantas, el tratado de 1971 impuso una estructura de fiscalización menos rígida, exceptuando la
Lista I.

La lista es inversa a la Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes, siendo la Lista I la más restrictiva y
la IV la menos.

Desde un punto de vista práctico, las aplicación de las listas quedaría tal que así:

Lista I: Sustancias de las que se afirma que comportan un riesgo grave para la salud pública, cuyo valor
terapéutico no es reconocido actualmente por la Comisión de Estupefacientes. Incluye psicodélicos sintéticos
como el LSD y el MDMA, comúnmente conocido como ‘éxtasis’.

Lista II: Incluye los estimulantes de tipo anfetamínico cuyo valor terapéutico se considera limitado, así
como algunos analgésicos, y el dronabinol, que es un isómero (compuesto químico) del THC o
tetrahidrocannabinol, importante ingrediente del cannabis.

Lista III: Productos barbitúricos con efectos rápidos o medios, que son objeto de uso indebido grave a
pesar de su utilidad terapéutica, como el flunitrazepam y algunos analgésicos como la buprenorfina.

Lista IV: Incluye algunos barbitúricos más suaves, como el fenobarbital, y otros hipnóticos, ansiolíticos
hipnóticos, benzodiacepinas y algunos estimulantes más suaves.

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En lo que a normativa estatal sobre psicotrópicos, existe:

- Real Decreto 2829/1977, de 6 de octubre por el que se regulan las sustancias y preparados medicinales
psicotrópicos, así como la fiscalización e inspección de su fabricación, distribución, prescripción y
dispensación.

- Real Decreto 1573/1993, de 10 de septiembre, por el que se somete a ciertas restricciones la circulación de
los productos psicotrópicos y estupefacientes.

TRÁFICO ILÍCITO DE ESTUPEFACIENTES Y SUSTANCIAS SICOTRÓPICAS

El Artículo 12 del Convenio de las Naciones Unidas


contra el tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias
psicotrópicas, del que España es parte, contempla la
adopción de medidas adecuadas para controlar la
fabricación y distribución de precursores entre los
Estados miembros.

Se denomina precursores a las sustancias químicas


que se desvían de su curso legal y se utilizan para la
elaboración de distintos tipos de drogas.

En el ámbito de la Unión Europea, el control de los


precursores desde su fabricación hasta su destino final,
al objeto de evitar su desvío para fines ilícitos, está sujeto
a las prescripciones de los Reglamentos (CE) 273/2004 y
Reglamento (CE) 111/2005.

En España, la Ley 4/2009, de 15 de junio, de control de


precursores de drogas, regula los aspectos esenciales para
poder aplicar en nuestro país las medidas que se recogen
en los Reglamentos comunitarios.

La Ley establece el sistema de otorgamiento de las


licencias de actividad y el régimen de las sanciones que
será de aplicación en caso de infracción de los Reglamentos.

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ESTADÍSTICAS SOBRE LAS DROGAS

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INFORME OEDT

El Informe 2015, elaborado por el Observatorio Español de la Droga y las


Toxicomanías (OEDT)¸revela los últimos datos de consumo de drogas en
España.

En 2013, siguiendo con la serie de periodicidad bienal iniciada en 1995, la


Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas ha llevado a
cabo la décima edición de la Encuesta sobre Alcohol y Drogas en España
(EDADES). Esta encuesta se realiza en todo el territorio nacional, en la
población general residente en hogares (15-64 años), y tiene lugar en el
domicilio. En 2013 la muestra fue de 23.136.

El objetivo general de la misma es conseguir información que permita


diseñar y evaluar políticas dirigidas a prevenir el consumo y los
problemas de drogas.

Alcohol: El alcohol sigue siendo la sustancia psicoactiva más consumida. El 78% ha consumido alcohol en los
últimos 12 meses, el 64% en los últimos 30 días y el 10% diariamente en los últimos 30 días. La prevalencia de
consumo de alcohol mantiene una tendencia estable y en niveles altos desde la década de los 90.

Tabaco: El 73% de la población de 15 a 64 años ha consumido tabaco alguna vez, el 41% en el último
año, el 38% en el último mes y el 31% diariamente en el último mes.

Hipnosedantes: El 22% de la población de 15 a 64 años ha consumido hipnosedantes alguna vez, el 12% en el


último año, el 9% en el último mes y el 7% diariamente en el último mes. Se observa una tendencia creciente,
en el consumo de hipnosedantes, desde 2005.

Cannabis: El 30% de la población de 15 a 64 años ha consumido cannabis alguna vez en su vida, el 9% en los
últimos 12 meses, el 7% en los últimos 30 días y el 2% a diario en el último mes. Desde 2005, desciende
ligeramente el consumo (último año y último mes) de cannabis entre la población general, mostrando cierta
estabilización el consumo diario. La edad media de inicio del consumo se sitúa en 19 años.

Cocaína: El 10% de la población de 15 a 64 años ha consumido cocaína (polvo y/o base) alguna vez, el 2% en
el último año y el 1% en el último mes. La prevalencia de consumo de cocaína sigue disminuyendo,
confirmándose la tendencia descendente iniciada en 2007.

Heroína: En 2013 el 0,7% de la población de 15 a 64 años ha consumido alguna vez cocaína y el 0,1% en el
último año. El consumo de heroína está estabilizado desde mediados de los años 90. La edad media de inicio
es de 21 años.

Anfentaminas, éxtasis y alucinógenos: En 2013 el 4% de la población de 15 a 64 años ha consumido alguna


vez anfetaminas, cifra similar para el éxtasis y los alucinógenos. La prevalencia en el último año y último mes
se sitúa para todas estas sustancias en valores inferiores al 1% y la edad de inicio en torno a 21 años. Se
consolida la tendencia descendente iniciada en 2001.

Nuevas sustancias psicoactivas: En 2013, 3 de cada 4 personas de 15 a 64 años no ha oído hablar de las nuevas
sustancias psicoactivas (sustancias que imitan el efecto de drogas ilegales y que se pueden presentar en forma
de hierbas, pastillas, polvos, líquidos, inciensos, etc.). El 3% (15-64 años) las ha probado alguna vez, el 0,7% las
ha consumido en los últimos 12 meses y el 0,2% en el último mes.

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CONSECUENCIAS DE SU CONSUMO

El abuso de drogas es un comportamiento que se puede prevenir. Sin


embargo, los efectos prolongados de las drogas en el cerebro pueden
llevar a la drogadicción, que es una enfermedad crónica y recurrente del
cerebro. Para cualquier persona adicta a las drogas, la necesidad
compulsiva de consumir drogas puede ser abrumadora, afectando todos
los aspectos de su vida y la de su familia.

Algunas consecuencias del consumo de drogas son:

Trastornos fisiológicos y psicológicos: Entre los trastornos fisiológicos tenemos el síndrome de abstinencia,
convulsiones, cambios en el ritmo cardiaco, deterioro del sistema nervioso central, etc. Entre los trastornos
psicológicos tenemos: alucinaciones, tendencias paranoicas, depresión, neurosis, etc.

Deterioro y debilitamiento de la voluntad: El drogadicto se vuelve literalmente un esclavo de la droga,


pudiendo hacer lo que sea para conseguirla. Suele tener bajo autoestima y depresiones.

Deterioro de las relaciones personales: el drogadicto ya no es capaz de mantener relaciones estables, ya sea
con familiares o amigos. Muchas veces roba o engaña para poder conseguir droga, lo cual deteriora aún más
su vida. Al principio el fumador de porros es amigo de los grupos y las risas, pero el consumo crónico le lleva
al aislamiento antisocial.

Baja del rendimiento en el trabajo o en el estudio. Se llega al grado de abandonar metas y planes,
recurriendo a la droga como única “solución”. La droga crea problemas que el consumo de la sustancia vuelve
a reparar; un pez que se muerde la cola.

Consecuencias sociales: el drogadicto puede verse involucrado en agresiones o conflictos. Bajo la influencia
de la droga, o con el mono de consumirla, se pueden llegar a cometer delitos tales como robos u homicidios.

Consecuencias económicas: Hay personas que dejan todo su dinero en drogas, las drogas no solamente
tienen consecuencias negativas para quienes las usan. También se ven afectadas las personas que rodean al
drogadicto, especialmente las de su entorno más cercano, como familiares y amigos. No es sólo la vida del
drogadicto la que está en juego.

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