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UNIDAD III

LEY DE DROGAS Nº 20.000

1. NOCIONES BÁSICAS ACERCA DEL TRÁFICO DE DROGAS

La Ley Nº 20.000 Contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sicotrópicos considera


una variedad de conductas ilícitas susceptibles de ser sancionadas, cuya característica
principal está centrada en la tenencia de la droga. Su mera tenencia, permite establecer,

de acuerdo a la cantidad de la misma, si ésta será traspasada al mercado de la demanda


o será utilizada en un consumo personal.

Si analizamos la señalada Ley en lo que dice relación con el delito de drogas, encontramos
que, en su Artículo 1º estipula: “Los que elaboren, fabriquen, transformen, preparen o
extraigan sustancias o drogas estupefacientes o psicotrópicas productoras de
dependencia física o psíquica, capaces de provocar graves efectos tóxicos o daños
considerables a la salud, sin la debida autorización, serán castigados con presidio mayor
en sus grados mínimos a medio y multa de cuarenta a cuatrocientas unidades tributarias
mensuales”.

“Incurren también en este delito, quienes tengan en su poder elementos, instrumentos,


materiales o equipos comúnmente destinados a la elaboración, fabricación, preparación,
transformación o extracción de las sustancias o drogas a que se refieren los incisos
anteriores”. En lo referido a las sustancias químicas, susceptibles de ser desviadas y

utilizadas en la preparación de determinadas drogas, el Artículo 2º de la Ley señala: “La


producción, fabricación, elaboración, distribución, transporte, comercialización,
importación, exportación, posesión o tenencia de precursores o de sustancias químicas
esenciales, con el objetivo de destinarlos a la preparación de drogas estupefacientes
o sustancias sicotrópicas para perpetrar, dentro o fuera del país, alguno de los hechos
considerados como delitos en esta ley, será castigado con presidio menor en su grado
máximo a presidio mayor en su grado mínimo y multa de cuarenta a cuatrocientas
unidades tributarias mensuales”.
No se puede desconocer que algunas de las sustancias estupefacientes y sicotrópicas

mencionadas en el art. 1º de la Ley, necesitan de la utilización de ciertos químicos, como


la cocaína, que requiere del ácido sulfúrico, ácido clorhídrico, éter etílico o la acetona,
resultan importantes para su elaboración. Tal situación lleva a reforzar la necesidad de

fiscalización de este tipo de sustancias, con la finalidad de impedir su desvío, cuando el


objetivo sea destinarlas a la elaboración de drogas ilícitas.

También es considerado tráfico lo estipulado en el Artículo 8º de la Ley, toda vez que se

refiere a otras figuras legales que dicen relación con la siembra, plantación, cultivo y la
cosecha de especies vegetales, tanto cannabis como de otros géneros botánicos,
destinados a la obtención de las sustancias sancionada en la ley, cuando no se cuente con
la debida autorización para ello, la que es otorgada por el Servicio Agrícola y Ganadero.

Del análisis de los Artículos 1, 2 y 8 señalados previamente, es posible observar que un


factor común entre ellos, se encuentra en que el control, la fiscalización y la sanción
correspondiente, están enfocados en la elaboración ilícita de droga a través de las

diversas acciones ejecutadas, del desvío ilícito que se haga de los precursores o sustancias
químicas esenciales y de los medios industriales o naturales utilizados con ese propósito.

Los Artículos 3, 4, 5, 6, y 7 de la Ley 20.000, se enfocan en el uso o consumo ilícito


que se haga de las sustancias estupefacientes o sicotrópicas elaboradas.

El art. 3º señala claramente que también existirá tráfico, bajo cualquier título, cuando por
cualquier medio, se induzca, promueva o facilite el uso o consumo ilícito de las sustancias
señaladas en el art. 1, es decir estupefacientes y sicotrópicas, como también de las
materias primas utilizadas en la obtención de las mismas. Asimismo, la Ley sanciona a
los que sin contar con la autorización competente, importen, exporten, transporten,
adquieran, transfieran, sustraigan, posean, suministren, guarden o porten tales sustancias
o materias primas.

El Artículo 4º, señala que también se configura el delito de tráfico de drogas, aún
cuando se trate de pequeñas cantidades de droga o de materias primas, con el objetivo
de que sean consumidas o usadas en forma ilícita por otro. La salvedad a esta norma, la
constituye la justificación de consumo destinada a la atención de un tratamiento médico

o a su uso o consumo personal exclusivo y próximo en el tiempo.

Artículo 5º: “El que suministre a menores de dieciocho años de edad, a cualquier título,

productos que contengan hidrocarburos aromáticos, tales como benceno, tolueno u


otras sustancias similares, incurrirá en la pena de presidio menor en sus grados medio a
máximo y multa de cuarenta a doscientas unidades tributarias mensuales.

Atendidas las circunstancias del delito, podrá imponerse, además, la clausura a que hace
referencia el artículo 7º”.

Artículo 6º: “El médico cirujano, odontólogo o médico veterinario que recete alguna de
las sustancias señaladas en el artículo 1º, sin necesidad médica o terapéutica, será penado
con presidio mayor en sus grados mínimo a medio y multa de cuarenta a cuatrocientas
unidades tributarias mensuales”.

Artículo 7º: “El que, encontrándose autorizado para suministrar a cualquier titulo las
sustancias o drogas a que se refiere el artículo 1º, o las materias que sirvan para
obtenerlas, lo hiciere en contravención de las disposiciones legales o reglamentarias que
lo regulan, será sancionado con presidio mayor en sus grados mínimo a medio y multa
de cuarenta a cuatrocientas unidades tributarias mensuales. Atendidas las circunstancias
del delito, podrá imponerse, además, la medida de clausura temporal del establecimiento
por un plazo no inferior a sesenta días, ni superior a ciento veinte días, aun cuando el
autor del hecho sea empleado o dependiente de cualquier modo en dicho
establecimiento.

En caso de reiteración, podrá imponerse la clausura definitiva y la prohibición perpetua


para el autor de tales ilícitos de participar en otro establecimiento de igual naturaleza”.

Señalemos por último, que no existe una definición literal del término “tráfico de
drogas” sino que el concepto se deduce de lo señalado en los artículos anteriores,
pudiendo describirlo para una mejor comprensión, como:
El delito por medio del cual se ejecutan variadas acciones ilícitas destinadas a

obtener, promover y facilitar, con un fin de lucro, una variedad de sustancias


tipificadas por la ley como estupefacientes y sicotrópicos, con el único propósito de
ser destinadas al consumo.

2. MICROTRAFICO Y FALTAS A LA LEY DE DROGAS

• MICROTRÁFICO DE DROGAS

Una especial referencia corresponde realizar en relación a esta figura creada por la Ley
20.000, basada en el tráfico ilícito de drogas, pero en “pequeñas cantidades”,
denominado micro tráfico de drogas, conforme lo señala el Artículo 4º, al que ya nos
referimos en la Clase anterior.

Para ello, resulta conveniente recurrir a lo señalado en el Instructivo Nº 2, de la Fiscalía


Nacional del Ministerio Público, que hace referencia al denominado delito de micro

tráfico de drogas considerado primero la transcripción textual de dicho artículo:

Artículo 4º: “El que, sin la competente autorización posea, transporte, guarde o porte
consigo pequeñas cantidades de sustancias o drogas estupefacientes o sicotrópicas,
productoras de dependencia física o síquica, o de materias primas que sirvan para
obtenerlas, sea que se trate de las indicadas en los incisos primero o segundo del artículo
1º, será castigado con presidio menor en sus grados medio a máximo y multa de diez a
cuarenta unidades tributarias mensuales, a menos que justifique que están destinadas a
la atención de un tratamiento médico o a su uso o consumo personal exclusivo y próximo
en el tiempo.

En igual pena incurrirá el que adquiera, transfiera, suministre o facilite a cualquier título
pequeñas cantidades de estas sustancias, drogas o materias primas, con el objetivo de
que sean consumidas o usadas por otro.
Se entenderá que no concurre la circunstancia de uso o consumo personal exclusivo y

próximo en el tiempo, cuando la calidad o pureza de la droga poseída, transportada,


guardada o portada no permita racionalmente suponer que está destinada al uso o
consumo descrito o cuando las circunstancias de la posesión, transporte, guarda o porte

sean indiciarias del propósito de traficar a cualquier título”.

Para el Ministerio Público, siguiendo una interpretación de este artículo, existen dos
criterios de diferenciación típica entre las figuras de tráfico ilícito contenidas en los

artículos 3º y 4º:

a. La hipótesis de tráfico que verifique el sujeto activo; y


b. La cantidad de las sustancias traficadas.

RESPECTO DE LA HIPÓTESIS DE TRÁFICO:

• La posesión, transporte, guarda o porte consigo por el sujeto activo de pequeñas


cantidades de sustancias o drogas estupefacientes o sicotrópicas, productoras de
dependencia física o síquica, o de materias primas que sirvan para obtenerlas, que
tengan o no la capacidad de producir graves efectos tóxicos o daños considerables
a la salud pública; y
• La adquisición, transferencia, suministro o facilitación a cualquier titulo de
pequeñas cantidades de dichas sustancias, drogas o materias primas, con el
objetivo de que sean consumidas o usadas por otro.”

RESPECTO A LA CANTIDAD DE SUSTANCIAS TRAFICADAS:

• Si la cantidad de drogas o materias primas que sirvan para obtenerlas, poseída,


transportada, guardada o portada consigo por el sujeto activo es pequeña, la
conducta es encuadrable en el tipo penal del art. 4º (Microtráfico).
• La conducta del sujeto que consista en la adquisición, transferencia, suministro o
facilitación de pequeñas cantidades de drogas o materias primas para el uso o
consumo de otras personas”.
A manera de conclusión, el instructivo establece que, cuando se trate de pequeñas
cantidades de cualquier tipo de sustancias estupefacientes o sicotrópicas o de las
materias primas que sirven para obtenerlas, acorde a las hipótesis antes señaladas, la

acción puede ser constitutiva del delito de micro tráfico señalada en el art. 4º de la Ley
en comento.

Si bien la Ley no esclarece la cantidad que debe ser considerada pequeña, serán los

Tribunales de Justicia los encargados de determinar cuando se trate de “pequeñas


cantidades” y relacionar las circunstancias de la detención con la totalidad de los
antecedentes reunidos en la investigación toda vez que la cantidad incautada, aun
cuando sea menor, no constituye el único indicio al momento de establecer este tipo de
delito.

La excepción a lo estipulado en este artículo, respecto al delito de micro tráfico, lo


constituye la tenencia de drogas en cantidades reducidas, siempre que se justifique que

están destinadas al consumo personal exclusivo y próximo en el tiempo o a su uso bajo


tratamiento médico.

• TIPOS DE FALTAS

La Ley distingue dos tipos de faltas: las comunes y las especiales, diferenciadas una de
otra por las siguientes circunstancias:
ü El lugar en que se lleva a cabo el consumo,
ü La función que desempeña en el lugar el consumidor
ü El monto de la multa

Þ LAS FALTAS COMUNES


Se encuentran tipificadas en el Artículo 50º y en lo que se refiere al lugar en que se lleve
a cabo el consumo de drogas, señala: “Los que consumieren alguna de las drogas o
sustancias estupefacientes o sicotrópicas de que hace mención el art. 1º, en lugares
públicos o abiertos al público, tales como calles, caminos, plazas, teatros, cines,
hoteles, cafés, restaurantes, bares, estadios, centros de baile o de música; o en

establecimientos educacionales o de capacitación…”

Þ FALTAS ESPECIALES

El Artículo 51º, respecto a las faltas especiales y a la circunstancia de consumo, agrega:


“Si la falta de que hace mención el artículo anterior se cometiere en algún lugar de
detención, recinto militar o policial por personas ajenas a él (un civil) o en un
establecimiento educacional o de salud por quienes se desempeñen como docentes

o trabajadores…”

El art. anterior hace alusión sólo al consumo de personas ajenas al lugar, por cuanto si
se tratara de personal militar o de un Carabinero, habría que remitirse a lo señalado en el
art. 14º de la Ley, el cual sanciona como delito y no como falta, el consumo, el porte y
la tenencia de drogas, por parte del personal de las instituciones policiales y militares.
En lo que dice relación con las penas previstas tanto para las faltas comunes como las
especiales, la única diferencia entre una y otra se encuentra en que, en el último caso, el

monto aplicado será el máximo, es decir 10 UTM (Unidades Tributarias Mensuales).


Las mismas penas señaladas por el art. 50º serán también aplicadas en casos de:

ü “Quienes tengan o porten en tales lugares las drogas o sustancias antes indicadas
para su uso o consumo personal exclusivo y próximo en el tiempo”.
ü “Quienes consuman dichas drogas en lugares o recintos privados, si se hubiesen
concertado para tal propósito”.

Mientras tanto el art. 53º, estipula que cuando se trate de menores de dieciocho años,
el juez de menores correspondiente, podrá imponer las mismas medidas dispuestas en el
art. 50º en las letras b) y c), o las establecidas en el art.6º de la Ley de Responsabilidad
Penal Adolescente Nº 20.191, según estimare más apropiado para su rehabilitación.

Del análisis de los artículos descritos en este clase, en todo lo que dice relación con las
acciones y conductas de determinados individuos, que inciden tanto en la oferta como
en la demanda de sustancias licitas o ilícitas, es posible afirmar que la Ley 20.000
constituye un instrumento eficaz y riguroso que entrega las herramientas legales
necesarias para controlar y sancionar, adecuadamente, un delito que atenta contra la

sociedad en su conjunto.

3. TÉCNICAS DE INVESTIGACIÓN POLICIAL EN MATERIA DE DROGAS

ENTREGA VIGILADA:

Se puede definir como la circulación autorizada por el Ministerio Publico, en el territorio

nacional (salgan de él o entren en él), de una remesa de drogas tóxicas, estupefacientes,


sustancias sicotrópicas, precursores o sustancias químicas esenciales, o los instrumentos
que hubieren servido o pudieren servir para la comisión de alguno de los delitos
sancionados en la ley de drogas y sus efectos, sin interferencia de la misma pero bajo
la vigilancia de la autoridad, con el fin de identificar o descubrir a las personas
involucradas en la comisión de algún delito relativo a dichas drogas, conocer sus planes,
evitar el uso ilícito de las especies referidas o prevenir y comprobar cualquiera de tales
delitos.

ENTREGA CONTROLADA:

Se entiende por entrega controlada la circulación autorizada por el Ministerio Público, en


el territorio nacional (salgan de él o entren en él), bajo el control de la autoridad, de una
remesa de drogas tóxicas, estupefacientes, sustancias sicotrópicas, precursores o
sustancias químicas esenciales, o de las sustancias por las que se hayan sustituido, total
o parcialmente o los instrumentos que hubieren servido o pudieren servir para la
comisión de alguno de los delitos sancionados en la ley de drogas y sus efectos, mediando
la intercepción de la misma, con el fin de identificar o descubrir a las personas
involucradas en la comisión de algún delito relativo a dichas drogas, conocer sus planes,
evitar el uso ilícito de las especies referidas o prevenir y comprobar cualquiera de tales
delitos.

SUSTITUCIÓN TOTAL O PARCIAL DE LA DROGA:


Es una variante de la controlada, es decir, implica que se den todos los supuestos

mencionados a su respecto, pero habilita para realizar la sustitución total o parcial de la


sustancia ilícita o sospechosa interceptada, por una inocua”.

Esta sustitución total o parcial de la droga adquiere gran importancia en el procedimiento


policial operativo a realizar, pues evita el riesgo de pérdida total o parcial de la misma,
como también que se pierdan las características orgánicas de las mismas y el personal
involucrado en la operación se exponga a una situación difícil de justificar.

RESTRICCIÓN DE LAS COMUNICACIONES Y OTROS MEDIOS TÉCNICOS DE


INVESTIGACIÓN:

La aplicación de estas técnicas, consideradas en el art. 24º de la Ley, en concordancia con


lo establecido en el Código Procesal Penal, están orientadas a las medidas de retención,
incautación obtención de copias e interceptación de las comunicaciones y el uso de
otros medios técnicos de investigación, con la finalidad de recopilar información y
pruebas de la posible comisión del delito de drogas, a objeto sean incorporadas al
proceso penal como una prueba lícita que demuestre la participación o la
responsabilidad penal que le cabe a los autores del mismo. Estas medidas siempre deben
ser dispuestas por el Juez de Garantía competente.

AGENTE ENCUBIERTO:

Se entiende por agente encubierto el funcionario policial que oculta su identidad oficial
y se involucra o introduce en las organizaciones delictuales o en meras asociaciones o
agrupaciones con propósitos delictivos, con el objetivo de identificar a los participantes,
reunir información y recoger antecedentes necesarios para la investigación.
Como la Ley establece el ocultamiento de la identidad oficial, será la Dirección Nacional
del Servicio de Registro Civil e Identificación la entidad encargada de otorgar los medios
necesarios para la oportuna y debida materialización de la historia ficticia. Conforme
a la norma establecida, al funcionario policial se le proporcionará una “historia ficticia”
como también una cédula de identidad “ficticia”, junto a los antecedentes necesarios para
que pueda desempeñar su investigación en forma segura.
El requerimiento anterior será formulado por el fiscal adjunto directamente al Director
Nacional del Registro Civil e Identificación, por medio de un oficio “secreto” señalándose
expresamente que sólo deberá ser abierto por el destinatario o los funcionarios que éste

designe para tal efecto.

AGENTE REVELADOR:

Es aquel funcionario policial que simula ser comprador o adquirente, para sí o para
terceros, de sustancias estupefacientes o sicotrópicas, con el propósito de lograr la
manifestación o incautación de la droga.

En relación a la aplicación de este tipo de técnicas, el funcionario policial debe ser


designado por su superior jerárquico y deberá simular ser comprador o adquirente, para
sí o para terceros de sustancias estupefacientes o sicotrópicas, con la finalidad de lograr

la declaración del investigado o la incautación de la droga. En este caso, el funcionario


policial no se introduce o involucra en las organizaciones delictuales sino que, en su
calidad de adquirente de drogas, ubica a los encargados del tráfico de éstas.

La acción que desarrolle el agente revelador se encuentra definida por las disposiciones
legales vigentes.

INFORMANTE:

Se entiende por informante quien suministra antecedentes a los organismos policiales


acerca de la preparación o comisión de un delito o de quienes han participado en él, o
que, sin tener la intención de cometerlo y con conocimiento de dichos organismos,
participa como encubierto o revelador.

Para los organismos policiales, el informante es una persona civil que se encuentra inscrita
en los registros de la institución policial con esa calidad, con la finalidad de entregar la
información que sea necesaria para el éxito de la investigación.
Existen 2 tipos de informantes, clasificados de acuerdo a la función que realizan:

Þ INFORMANTE PROPIAMENTE TAL: Aquella persona que, no actuando como


agente encubierto o revelador, suministra antecedentes a los organismos policiales
acerca de la preparación o comisión de un delito o de quienes han participado en
él.

Þ INFORMANTE INFILTRADO: Aquel que sin tener la intención de cometer un


delito de tráfico ilícito de estupefacientes y con conocimiento de los organismos
policiales, participa en la comisión de dichos delitos como si fuere un agente
encubierto o revelador.

El agente encubierto, el agente revelador y el informante en sus actuaciones como tales


estarán exentos de responsabilidad criminal por aquellos delitos en que deban incurrir o
que no hayan podido impedir, siempre que sean consecuencia necesaria del desarrollo
de la investigación y guarden la debida proporcionalidad con la finalidad de la misma.

COOPERACIÓN EFICAZ:

La compleja problemática que deriva del tráfico de drogas y su relación con una amplia
gama de delitos, resalta la importancia de encontrar información en el entorno en el cual
se mueven los traficantes de drogas. En este ámbito, la información constituye una eficaz
herramienta para desbaratar complejas transacciones de dinero y drogas. Si la
información proviene de un miembro de la misma organización ilícita que ha participado
en este tipo de delito y los antecedentes entregados, tanto de las acciones como de los
partícipes, son significativos y eficaces para evitar su consumación, estamos ante una
figura que la Ley de Drogas contempla como “la cooperación eficaz”. En este caso
puntual, correspondería la aplicación de la atenuante de cooperación eficaz del artículo
22 de la Ley, que a la letra señala:
Artículo 22º: “Será circunstancia atenuante de responsabilidad penal la cooperación
eficaz que conduzca al esclarecimiento de los hechos investigados o permita la
identificación de sus responsables; o sirva para prevenir o impedir la perpetración o
consumación de otros delitos de igual o mayor gravedad contemplados en esta ley. En

estos casos, el tribunal podrá reducir la pena hasta en dos grados”.

Por regla general, la entrega de datos e informaciones que eventualmente puedan llegar

a constituir una cooperación eficaz, podrá hacerse en cualquier etapa o momento que
permitan al fiscal verificar que éstos son precisos, verídicos y comprobables. Así, la
oportunidad para recibir la información será durante la investigación preliminar o
formalizada, o la etapa intermedia, teniendo siempre presente que el límite natural es la

acusación, por la necesidad de contar con un periodo adecuado que le permita al fiscal
verificar si la información es eficaz o no en el sentido del art. 22 de la Ley de Drogas.

Si bien la declaración del cooperador puede prestarse ante un fiscal del Ministerio Público,
ante el Juez de Garantía o ante la policía; que deberán guardar la debida reserva tanto
del contenido como de la identidad, será el fiscal respectivo quien tome personalmente
la declaración a quien entrega la colaboración.

4. PROCEDIMIENTOS DE CARABINEROS EN EL DELITO DE DROGAS

En primer lugar debemos tener presente que estando frente a una de las figuras penales
contempladas en Ley de Drogas, dada su sensibilidad y complejidad, debemos actuar con
la mayor rigurosidad posible. Idealmente, existiendo personal especializado en esta
materia, se debe derivar a ellos las actuaciones propias de la investigación.

Sin embargo, al verse enfrentados a una situación de flagrancia, como una transacción de
drogas por ejemplo, cualquiera sea la cantidad que se está comercializando, corresponde
la detención del autor y la cuenta inmediata al Fiscal de Turno.

Recordemos que en la detención por flagrancia, conforme lo estipula el Código Procesal


Penal en su art. 129º, señala: “Los agentes policiales estarán obligados a detener a
quienes sorprendieren in fraganti en la comisión de un delito…”, Por lo tanto, no es
una facultad que nos entrega la ley, es una obligación.
Del mismo modo, si el autor del ilícito se ocultare o evadiera la acción policial ingresando

a un domicilio, el Carabinero “está facultado para ingresar a un lugar cerrado, cuando se


encontrare en actual persecución del individuo a quien debiera detener, para el solo
efecto de practicar la detención”. Obviamente se debe comunicar con la mayor prontitud

al Fiscal acerca de lo obrado, levantar las actas correspondientes y dejar registro escrito
de todo lo incautado.

Especial mención corresponde hacer acerca de la incautación de la droga misma y del

dinero habido en poder de él o los detenidos. Como toda evidencia que se recoge del
sitio del suceso, debe ser manipulada con los resguardos necesarios para no contaminar
el contenido, contar el dinero en presencia de testigos, embalar y rotular adecuadamente
y dejar registro de todo ello. Cuando se trata de droga en papelillos o en paquetes, por
ningún motivo se debe manipular con las manos si enguantar ni menos olerla, pues el
sólo contacto con la misma, afecta el organismo de quien lo hace.
Lo propio se debe realizar con la Prueba de Campo y el pesaje de la droga. Es muy
relevante para el curso de la investigación que el personal proceda con la mayor

rigurosidad en estas acciones, pues cualquier error en la manipulación o en el registro del


peso, puede dar motivo a futuros reclamos e incluso acusaciones en contra del
Carabinero. Para ello se debe contar con los elementos técnicos necesarios, que por regla
general lo aporta el personal especializado en drogas o la respectiva SIP de la Unidad.

La misma rigurosidad se requiere en la cadena de custodia de la evidencia. Se debe tener


presente que en el manejo de la evidencia participan con posterioridad a la incautación
el personal del Instituto de Salud Pública y del propio Ministerio Público. Por ello se
requiere acuciosidad en el registro de los detalles de lo incautado.

Por último, es sumamente importante la narración circunstanciada de los hechos, que se


transcriben en el Parte Policial. Todo lo realizado en el sitio del suceso debe ser
comunicado a través de este instrumento legal, el Parte, que es la vía para poner en
marcha todo el proceso judicial.

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