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1. Introducción
El objeto del presente trabajo es abordar el uso de cannabis medicinal,
su marco legal e impacto social.
Pero para ello, primero debemos tener una comprensión global del tema
objeto de estudio, por este motivo en este capítulo primero mencionaré las
diversas definiciones del concepto de estupefacientes. Luego abordaré la
normativa internacional, la cual ha servido como fuente de nuestra normativa
interna. Para así más adelante desarrollar la ley 23.737 y sus antecedentes. Y
por último, hacer mención de la diversa jurisprudencia de nuestro Máximo
Tribunal.
2. Concepto de estupefacientes
El Diccionario de la Real Academia Española reconoce diversas
acepciones de la palabra estupefacientes, entre las que se encuentra: “Dicho
de una sustancia: que altera la sensibilidad y puede producir efectos
estimulantes, deprimentes, narcóticos o alucinógenos, y cuyo uso continuado
crea adicción”.1
Asimismo, en la Convención Única sobre Estupefacientes de 1961
define a los estupefacientes en su artículo 1 inc. j como “cualquiera de las
sustancias de las listas I y II, naturales o sintéticas”. Clasificando a
los estupefacientes y sus preparados básicamente en cuatro listas en función
de su potencial de generar dependencia, su riesgo de uso indebido y su utilidad
terapéutica.2
1
Diccionario de la Real Academia Española. Versión electrónica 23.5. Disponible en internet:
https://dle.rae.es, consultado el 18 de Agosto de 2022.
1
Por su parte, el Código Penal en su artículo 77 establece “El término
‘estupefacientes’ comprende los estupefacientes, psicotrópicos y demás
sustancias susceptibles de producir dependencia física o psíquica, que se
incluyan en las listas que se elaboren y actualicen periódicamente por decreto
del Poder Ejecutivo nacional”.
Por otro lado, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y
Tecnología Médica (en adelante ANMAT) por medio de la disposición 885/2010
los define como “toda sustancia psicotrópica, con alto potencial de producir
conducta abusiva y/o dependencia (psíquica/física, con perfil similar a morfina,
cocaína, marihuana, etc.), actuando por sí misma o a través de la conversión
en una sustancia activa que ejerza dichos efectos”. Diferenciándolos de los
psicotrópicos, que los conceptualiza como “cualquier sustancia natural o
sintética, capaz de influenciar las funciones psíquicas por su acción sobre el
Sistema Nervioso Central”. Generalmente, el uso de un psicotrópico puede
traer como consecuencias cambios temporales en la percepción, ánimo, estado
de conciencia y comportamiento; que pueden ser de tipo estimulante,
antipsicótico, tranquilizante, entre otros. En cambio, los estupefacientes, están
relacionados por lo general con el tratamiento y control del dolor. Cabe aclarar
que tanto los psicotrópicos como los estupefacientes, son denominados
internacionalmente como “sustancias controladas” y son estrictamente
fiscalizadas por el Estado, a través de diversas leyes nacionales, como la ley
23.737 que regula sobre estupefacientes. 3
2
OFICINA DE NACIONES UNIDAS CONTRA LA DROGA Y DELITO. Terminología e
información sobre drogas, 3ª ed., Nueva York, 2018, pág. vii. Disponible en internet en:
https://www.unodc.org/documents/scientific/Terminology_and_Information_on_Drugs_S_3rd_E
dition.pdf, consultado el 18 de Agosto de 2022.
3
ANMAT ¿Qué son los psicotrópicos y estupefacientes? Disponible en internet:
http://www.anmat.gov.ar/medicamentos/psicotropicos_y_estupefacientes.pdf, consultado el 18
de Agosto del 2022.
2
El cumplimiento de estos tratados es supervisado por la Comisión de
Estupefacientes de la ONU y por la Junta Internacional de Fiscalización de
Estupefacientes, un órgano clásico de control de tratados. 4
4
AMBOS, Kai. La despenalización del cannabis y el derecho internacional. Revista
Pensamiento Penal Nº 424, traducción Leandro Díaz, 2022, pág. 1. Disponible en internet:
https://www.pensamientopenal.com.ar/doctrina/90121-despenalizacion-del-cannabis-y-derecho-
internacional, consultado el 18 de Agosto de 2022.
5
MINISTERIO PÚBLICO DE LA DEFENSA. Cannabis medicinal una cuestión de derechos. 1ª
ed., Buenos Aires, 2019, pág. 168. Disponible en internet:
https://www.pensamientopenal.com.ar/system/files/2019/10/doctrina48146.pdf, consultado el 18
de Agosto de 2022.
6
MOLINA, Natalia Marcela y CAMBLONG, Mariano Javier. Coordinadores. Tenencia y tráfico
de estupefacientes: comentarios a la ley 23.737. Editorial Jusbaires, 1ª ed., Buenos Aires,
2021, pág. 114 y 115 Disponible en internet: https://editorial.jusbaires.gob.ar/libros/311/online,
consultado el 19 de Agosto de 2022.
3
de drogas y ampliar la fiscalización a otras esferas), todos tuvieron su inicio,
aunque algunos aún restan por cumplirse.7
A los efectos del control se creó la Junta Internacional de Fiscalización
de Estupefacientes, aunque no se llegó a un consenso sobre las propuestas de
fusionar la Comisión de Estupefacientes con la secretaría de la Junta
Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, algo que recién se lograría
en 1991, cuando se creó el Programa de las Naciones Unidas para la
Fiscalización Internacional de Drogas (en adelante PNUFID). 8
Por su parte, la Convención Única no contiene una prohibición general
sobre la producción de drogas, aunque prevé determinados requisitos. En
cuanto a la tipificación interna de los crímenes relacionados con drogas, la
convención decidió adoptar un enfoque respetuoso de las soberanías
nacionales. Así, al tiempo que prohibía la producción y el tráfico ilegal a gran
escala internacional, brindaba a los gobiernos un elevado grado de flexibilidad
para tratar con los problemas locales de uso indebido de drogas. De esta
forma, los países cumplían con la Convención en tanto y en cuanto siguieran
comprometidos con la obligación general de adoptar “todas las medidas
legislativas y administrativas que pueden ser necesarias […] para limitar […] el
uso y la posesión de estupefacientes a los fines médicos y científicos”.9
Asimismo, creó cuatro listas de sustancias controladas, permitiendo
incluir nuevas sustancias en forma posterior, sin necesidad de modificar el texto
de los artículos del tratado, en cuyas nóminas constan más de un centenar de
sustancias clasificadas por distintos grados de fiscalización en función de su
potencial de generar dependencia, su riesgo de uso indebido y su utilidad
terapéutica.10 Es por ello que la Lista I contiene sustancias que son altamente
adictivas y susceptibles de uso indebido, o que pueden transformarse en
sustancias que sean igualmente adictivas y susceptibles de uso indebido (por
7
Ibídem, pág. 115.
8
FINOCCHIARO, Enzo. Contornos normativos globales en materia de drogas. Una breve
aproximación. Publicación online en colección doctrina, Editorial Jusbaires, 2021. Disponible en
internet: https://ar.lejister.com/pop.php?
option=articulo&Hash=15bcad87108db63ce625e3dc414bcaee&from_section=autor, consultado
el 19 de Agosto de 2022.
9
MOLINA, Natalia Marcela y CAMBLONG, Mariano Javier. loc. cit., pág. 115.
10
BACIGALUPO, Andrés y ONGARO, Martín García. Despenalizar la Salud: Cómo salir de la
ilegalidad del Cannabis. Publicación online en Revista Pensamiento Penal, 2021. Disponible
en internet: https://www.pensamientopenal.com.ar/system/files/2021/07/doctrina89398.pdf,
consultado el 19 de Agosto de 2022.
4
ejemplo, heroína, metadona y opio). La Lista II enuncia sustancias que son
menos adictivas y susceptibles de uso indebido que las de la Lista I (por
ejemplo, codeína y sus derivados). Por otra parte, en la Lista III se encuentran
preparados que contienen estupefacientes que están destinados a un uso
médico y de los que es poco probable que se haga un uso indebido (por
ejemplo, preparados de codeína, dihidrocodeína y propiram). Y por último, en la
Lista IV están determinadas sustancias de la Lista I que son altamente
adictivas y susceptibles de uso indebido y que rara vez se utilizan en la práctica
médica (por ejemplo heroína).11
En referencia al cannabis, originariamente por la Convención de 1961,
estaba clasificado dentro de las Listas I y IV, esta última reservada a las drogas
más peligrosas y bajo control más estricto, como la heroína, y a las que se les
otorga escaso valor médico. Sin embargo, en el año 2020 la Comisión de
Estupefacientes de Naciones Unidas aprobó la recomendación 5.1 12 de la
Organización Mundial de la Salud (en adelante OMS) de retirar el cannabis y la
resina del cannabis de la Lista IV, legitimando más aun el estatus internacional
de cannabis como fuente de medicina y constituyendo uno de los mayores
cambios en política de drogas de las últimas décadas.13
Mención aparte merece el Protocolo de 1972 tuvo como objetivo central
fortalecer la fiscalización e intensificar la prevención de la producción ilícita,
adoptar medidas de lucha contra el tráfico ilícito de estupefacientes, evitar el
consumo de drogas y subsanar las consecuencias del uso indebido. El tratado
se compone de 22 enmiendas a la Convención Única, amplió las disposiciones
curativas, evidenciando que el consumidor llano, el adicto, es un afectado, y no
un delincuente, algo que llega a nuestros días, muy a pesar del aura
criminalizadora que se impregna en estas cuestiones. 14
11
OFICINA DE NACIONES UNIDAS CONTRA LA DROGA Y DELITO. loc. cit., pág. vii.
12
COMISIÓN DE ESTUPEFACIENTES DE NACIONES UNIDAS. Informe sobre la continuación
del 63er período de sesiones. Pág.5. Disponible en internet:
https://documents-dds-ny.un.org/doc/UNDOC/GEN/V20/076/36/PDF/V2007636.pdf?
OpenElement, consultado el 19 de Agosto de 2022.
13
PUTRI, Dania. Reclasificación del cannabis: Una introducción global. Disponible en internet:
https://www.tni.org/files/publication-downloads/cannabis_rescheduling_global_intro_es.pdf,
consultado el 19 de Agosto de 2022.
14
MOLINA, Natalia Marcela y CAMBLONG, Mariano Javier. loc. cit., pág. 117.
5
La República Argentina, por Decreto-Ley N° 7672 del 13 de septiembre
de 1963 (convalidado por Ley 16.478), aprobó la Convención Única sobre
Estupefacientes del año 1961.15
15
BOLAÑOS, Ricardo. Coordinador general. Psicotrópicos y estupefacientes: visión
farmacológica y normativa. Pág. 64. Disponible en internet: http://www.anmat.gov.ar/ssce/libro-
psicotropicos-estupefacientes.pdf, consultado el 19 de Agosto de 2022.
16
MOLINA, Natalia Marcela y CAMBLONG, Mariano Javier. loc. cit., pág. 117.
17
Ibídem, pág. 118.
18
REXED, Bror, et al. Normas para la fiscalización de estupefacientes y sustancias
psicotrópicas. En el marco de los tratados internacionales. Publicado por la OMS, pág. 19.
Disponible en internet:
https://www.unodc.org/documents/commissions/CND/Int_Drug_Control_Conventions/Ebook/
The_International_Drug_Control_Conventions_S.pdf, consultado el 19 de Agosto del 2022.
6
destinados a la venta al por menor se den instrucciones para su empleo y se
formulen los avisos y advertencias necesarios, y que, como norma, se prohíba
la propaganda dirigida al público en general. En las disposiciones penales se
indica que éstos, en lugar de la sanción que les corresponda, o además de ella,
podrán ser sometidos a medidas de tratamiento, educación, pos tratamiento,
rehabilitación y readaptación social. 19
El Convenio fue incorporado a nuestro ordenamiento interno por medio
de la Ley N° 24.072 en el año 1992.
19
Ibídem.
20
MOLINA, Natalia Marcela y CAMBLONG, Mariano Javier. loc. cit., pág. 120 y 121.
21
Ibídem, pág. 121.
7
la prevención del lavado de los activos provenientes del tráfico ilícito de drogas,
considerando que es ese el verdadero núcleo del problema, y que, de
perseguirse ese dinero, el delito disminuiría notablemente. 22
Nuestro país ratificó dicha Convención mediante Ley N° 25.632, en
agosto de 2002.
4.1 Antecedentes
El Código Penal de 1921 no contenía disposiciones referidas a la
tenencia de estupefacientes. En su art. 204 solo preveía lo que se ha dado en
llamar “suministro infiel de medicamentos”, por el cual se castigaba a aquellos
que estando autorizados para la venta de sustancias medicinales, las
suministrare en especie, calidad o cantidad no correspondiente a las
prescripciones médicas, o diferentes de las declaradas o convenidas. 23
22
Ibídem, pág. 122.
23
MINISTERIO PÚBLICO DE LA DEFENSA. loc. cit., pág. 143.
8
parte de quienes no estaban autorizados para la venta tuvo previsión con la ley
11.331 de 1926.24
En el año 1968 el entonces presidente de facto Onganía sancionó el
decreto-ley 17.567 por el que se desincriminó la tenencia para uso personal de
drogas. Esta norma incorporó los arts. 204 bis, 204 ter y 204 quater, por los
cuales se establecieron las penas a ser aplicadas en caso de introducción,
fabricación y comercialización de sustancias estupefacientes. Cabe señalar el
inc. 3º del art. 204 ter, por el que se dispuso la sanción con prisión de uno a
seis años “al que sin estar autorizado, tuviere en su poder, en cantidades que
excedan a un uso personal, sustancias estupefacientes o materia primas
destinadas a su preparación”. De esta forma, no se hizo alusión a la ilicitud de
la mera tenencia. Esta legislación tuvo como propósito castigar al traficante,
excluyendo a los que tuvieran una dosis destinada a un consumo personal. 25
https://www.amfjn.org.ar/2020/12/28/bien-juridico-protegido-de-la-ley-23-737-delito-
pluriofensivo/, consultado el 20 de Agosto de 2022.
29
ZAFFARONI, Eugenio Raúl. Manual de derecho penal: parte general. Editorial Ediar, 2ª ed.,
Buenos Aires, 2006, pág. 371 y 372.
30
ALEMAN, Santiago J y ACOSTA, Pablo M. loc. cit., pág. 1.
31
D´ALESSIO, Andrés José. Código penal comentado y anotado. Editorial La Ley, 1ª ed.,
Buenos Aires, 2004, pág. 638. Disponible en internet:
http://todosxderecho.com/recopilacion/Tratados%20y%20Manuales%20Basicos/Penal
%20Parte%20General%20y%20Especial/CODIGO%20PENAL%20COMENTADO%20Y
%20ANOTADO%20-%20PARTE%20ESPECIAL%20-%20ANDRES%20J.%20DALESSIO%20-
%20TOMO%20II.pdf, consultado el 20 de Agosto de 2022.
32
MINISTERIO PÚBLICO DE LA DEFENSA. loc. cit., pág. 173.
33
D´ALESSIO, Andrés J. ob. cit., pág. 601.
10
diferencia entre estas tres figuras radica en la distinta escala penal. Mientras la
tenencia simple tiene una pena de 1 a 6 años de prisión (art. 14, primer
párrafo), la tenencia para consumo personal tiene una pena de 1 mes a 2 años
de prisión (art. 14, segundo párrafo), aunque en este último caso la ley
establece la posibilidad de desviar el proceso hacia una de las medidas de
seguridad, curativa o educativa, dependiendo si el imputado resulta
“dependiente” o “experimentador” (arts. 17, 18 y 21). Y para el caso de tenencia
con fines de comercialización, prevé una pena de 4 a 15 años de prisión (art. 5
inc. c).34
Cabe aclarar que estos tipos penales se aplican en aquellos casos en
los que el objeto material resulta ser algún estupefaciente, como lo es el
cannabis. Asimismo, el artículo 5° contiene otros delitos vinculados a otros
objetos materiales y que se aplican a otras conductas: como la siembra y
cultivo de plantas, la guarda de semillas o elementos para producir o fabricar
estupefacientes, etc. 35
Por otra parte, la legislación argentina ha categorizado al delito de
tenencia de estupefacientes como un delito de peligro abstracto, ya que
presupone un riesgo potencial presumido por la ley sin que se admita prueba
en contrario.36 Zaffaroni señala que ninguno de los criterios esgrimidos para
justificar la punibilidad de los tipos de peligro abstracto son
constitucionalmente admisibles: unos insisten en que el peligro se presume iure
et de iure y otros en que se trata de la existencia de un peligro del peligro. En el
primer caso estaríamos frente a simples infracciones administrativas –delitos
de desobediencia como los llamó Binding- y en el segundo se presentarían
consecuencias inusitadas con la tentativa –triplicación de peligros: riesgo de
riesgo de riesgo.37 Inversamente, Carlos Creus ha sostenido que:
“Renunciar a la configuración penal de delitos de peligro abstracto
importa atar las manos del derecho penal como factor de
ordenamiento social (...) en el delito de peligro abstracto, la injuria al
bien jurídico protegido está - como en cualquier delito de simple
34
MINISTERIO PÚBLICO DE LA DEFENSA. loc. cit., pág. 173.
35
Ibídem, pág. 174.
36
TORO, María Cecilia. Delitos de peligro abstracto. La tenencia de estupefacientes para el
consumo personal en el código penal argentino y la legislación española. Publicación online.
Disponible en: https://www.terragnijurista.com.ar/doctrina/tenencia_del.htm, consultado el 25 de
Agosto.
37
ZAFFARONI, Eugenio R. ob. cit, pág. 375.
11
actividad - en la conducta peligrosa misma. La visión del delito de
peligro abstracto como ‘delito sin injuria’, se apoya en una
inadvertencia: que siempre en ellos hay una protección generalizada;
que no se protege la salud de determinados individuos, sino la de la
población; que no se protege la tranquilidad de determinados
ciudadanos, sino la tranquilidad de la comunidad que procede del
mantenimiento del orden institucional.”38
5. Jurisprudencia de la CSJN
La jurisprudencia sobre tenencia de estupefacientes fue oscilante, en el
año 1986 la Corte Suprema de Justicia dicta el Fallo Bazterrica, en el que
nuestro máximo tribunal declaró inconstitucional la penalización de la tenencia
de drogas para uso personal porque entendió que está interfiriendo en la zona
de reserva a las acciones privadas que la Constitución Nacional consagra en el
artículo 19.
Luego la Corte Suprema, bajo una nueva composición, revisa la doctrina
Bazterrica, en el Fallo Montalvo en el que entendió que en la penalización de la
tenencia simple o para consumo personal, no solo se trata de resguardar la
salud pública sino también un conjunto de bienes jurídicos, protegiendo los
valores morales, la familia, la sociedad, la juventud, la niñez, la nación y la
humanidad.
En el 2009 el tribunal dicta el fallo Arriola, retomando el criterio
establecido en Bazterrica, es decir, vuelve al principio del artículo 19 de la
Constitución Nacional. No obstante lo dicho, la Ley 23.737 continúa vigente y
sigue pendiente una reforma que armonice su texto con el criterio del Máximo
Tribunal.
38
CREUS, Carlos. Derecho penal, parte general. Editorial Astrea, 1ª ed., Buenos Aires, 1995,
pág. 79. Citado por: TORO, María Cecilia. loc. cit.
39
Cámara Federal de Casación Penal Sala IV, en autos: Ortiz, Genaro Atilio y otros s/ recurso
de casación, fallo del 18 de Septiembre de 2019. Disponible en: https://www.cij.gov.ar/nota-
35612-Resoluci-n-de-la-Sala-IV-de-la-C-mara-Federal-de-Casaci-n-Penal-en-causa--Ortiz--
Genaro-Atilio-y-otros-s--recurso-de-casaci-n-.html, consultado el 20 de Agosto de 2022.
12
5.1 Fallo Bazterrica
El caso Bazterrica llega a la Corte Suprema después de que, en primera
instancia y luego ratificado por la Cámara de Apelaciones, el imputado fuera
condenado a la pena de un año de prisión en suspenso y una multa en la
entonces moneda vigente pesos argentinos, a tenor de lo previsto en el art. 6º
de la ley 20.771. Contra esta decisión el abogado defensor del imputado
interpuso recurso extraordinario, que fue concedido parcialmente. 40
El contexto histórico y social en el que la Corte Suprema dictó esta
sentencia tuvo lugar en los primeros tiempos de la democracia recuperada, la
realidad política y social que se vivía en aquellos tiempos indudablemente
influyó en el ánimo de los jueces al momento de dictar la sentencia. 41
De los cinco jueces de la Corte que votaron en el caso Bazterrica,
Belluscio, Bacque y Petracchi lo hicieron en favor de hacer lugar al remedio
extraordinario interpuesto por el imputado, es decir, resolvieron declarar la
inconstitucionalidad del art. 6º de la ley 20.771 y la consiguiente inaplicabilidad
del régimen legal por el que se lo había condenado. Los restantes dos jueces
votaron en contra, Cavallero y Fayt, fundaron su postura en el caso
“Capalbo”.42
Entre los fundamentos del pronunciamiento, se destaca aquel que reza:
“una respuesta de tipo penal, tendiente a proteger la salud pública a
través de una figura de peligro abstracto, no tendrá siempre un efecto
disuasivo moralizador positivo respecto del consumidor ocasional o
aquel que se inicia en la droga, que ante su rotulación como
delincuente, el individuo será empujado al accionar delictivo inducido
por la propia ley (…) este individuo quedará estigmatizado como
delincuente por la misma comunidad que debe encargarse de
proporcionar medios para tratar adictos, tendrá un antecedente penal
que lo acompañará en el futuro y le obstaculizará posibles salidas
laborales y la reinserción en la realidad que trataba de evadir”. 43
40
La doctrina "Bazterrica", a diez años del caso "Arriola". Publicado en Revista El derecho-
Constitucional, tomo 284, 2019. Disponible en https://ar.lejister.com/pop.php?
option=articulo&Hash=6fe5012e40b13735f1f671a057e3048e&print=1, consultado el 25 de
Agosto de 2022.
41
Ibídem.
42
Ibídem.
43
Corte Suprema de Justicia de la Nación, en autos: Gustavo Mario Bazterrica s/ tenencia de
estupefacientes, fallo del 26 de Agosto de 1986, voto del Dr. Petracchi considerando 6º.
Disponible en internet: http://www.saij.gob.ar/corte-suprema-justicia-nacion-federal-ciudad-
autonoma-buenos-aires-gustavo-mario-bazterrica-tenencia-estupefacientes-constitucion-
nacional-acciones-privadas-hombres-libertad-individual-derecho-intimidad-moral-salud-
publicas-democracia-fa86000507-1986-08-29/123456789-705-0006-8ots-eupmocsollaf,
consultado el 25 de Agosto de 2022.
13
La mayoría de la Corte consideró que en una sociedad libre debería ser
fundamental el respeto al derecho a la privacidad consagrado en el art. 19 de la
carta magna. 44
Sumado a esto, Eugenio Raúl Zaffaroni, en la oportunidad de efectuar
una nota de doctrina comentando el caso, expresó que el presente fallo
constituirían, en su opinión, “una de las más importantes decisiones judiciales
del siglo”, y que:
“en este marco, adquiere una singular significación la prohibición
constitucional de interferir en la conductas privadas de los hombres,
prohibición que responde a una concepción según la cual el Estado
no debe imponer ideales de vida a los individuos sino ofrecerles
libertad para que ellos los elija, y que es suficiente por sí misma para
invalidar el artículo 6 de la ley 20.771, cuya inconstitucionalidad se
declara, en cuanto incrimina la simple tenencia de estupefacientes
para uso personal”.45
44
loc. cit.
45
ZAFFARONI, Raúl E. Citado por: loc.cit.
46
loc. cit.
14
nuestra carta magna, dado que aquella represión atacaba la intimidad y
privacidad de las personas.47
Respecto a la sentencia de la Corte, el voto que hizo mayoría sostuvo que era
constitucional el art. 14 de la ley 23.737, en cuanto previó el castigo de la
tenencia de estupefacientes destinados al propio consumo. También consideró
que la incriminación de la tenencia de estupefacientes cuando se trata del
consumo personal del tenedor no estaría dirigida a la represión del usuario,
sino a reprimir el delito contra la salud pública, porque lo que la norma intenta
proteger “no es el interés particular del adicto, sino el interés general que está
por encima de él y que aquel trata de alguna manera de resquebrajar, dado
que su conducta también constituye un medio de difusión de la droga”.48
47
Ibídem.
48
Corte Suprema de Justicia de la Nación, en autos: Montalvo, Ernesto Alfredo p.s.a. inf. ley
20.771, fallo del 11 de Diciembre de 1990, voto mayoritario considerando 7º. Disponible en
internet: https://sjconsulta.csjn.gov.ar/sjconsulta/documentos/verDocumentoSumario.html?
idDocumentoSumario=2540, consultado el 25 de Agosto de 2022.
49
MOLDES, Leónidas J. G. El fallo "Arriola" de la CSJN y una herramienta para la persecución
penal del comercio ilícito de estupefacientes. Publicación en Revista El Derecho- Derecho
Penal Tomo 45, 2014. Disponible en: https://ar.lejister.com/pop.php?
option=articulo&Hash=8b6af17271e3224254c828a13ac547e5&print=1, consultado el 25 de
Agosto de 2022.
15
Cortejarena como autores del delito de tenencia de estupefacientes para
consumo personal.50
Ante tal pronunciamiento todos los condenados (excepto C. A.
Simonetti) presentaron sendos recursos de casación, los cuales fueron
rechazados. Interpuestos los correspondientes recursos extraordinarios, estos
fueron declarados inadmisibles. Ello dio lugar a la interposición de un recurso
de hecho deducido por la defensa de S. E. Arriola y M. B. Vázquez. Ante ello, la
Corte Suprema, consideró desistido el recurso interpuesto a favor de Arriola y
rechazó la queja articulada por Vázquez. De tal manera, la decisión de la Corte
Suprema quedó circunscripta a los hechos vinculados a G. A. Fares, M. E.
Acedo, M. A. Villarreal, G. A. Medina y L. A. Cortejarena, esto es, la tenencia
de estupefacientes destinados al consumo personal. La defensa sostuvo que la
sentencia apelada era violatoria del principio de reserva consagrado en el art.
19 de la CN, puesto que la conducta de los imputados se había llevado a cabo
dentro del marco de intimidad constitucionalmente resguardado. 51
federal-ciudad-autonoma-buenos-aires-arriola-sebastian-otros-recurso-hecho-causa-9080-
fa09000059-2009-08-25/123456789-950-0009-0ots-eupmocsollaf, consultado el 25 de Agosto
de 2022.
54
Corte Suprema de Justicia de la Nación, en autos: Arriola, Sebastián y otros s/ recurso de
hecho causa n° 9080, fallo del 25 de Agosto de 2009, votos de Highton de Nolasco y Maqueda,
considerando 13. Disponible en internet: http://www.saij.gob.ar/corte-suprema-justicia-nacion-
federal-ciudad-autonoma-buenos-aires-arriola-sebastian-otros-recurso-hecho-causa-9080-
fa09000059-2009-08-25/123456789-950-0009-0ots-eupmocsollaf, consultado el 25 de Agosto
de 2022.
17
CAPÍTULO II
CANNABIS MEDICINAL
Sumario: 1. Introducción. 2. El cannabis en la medicina 3. El impacto de la nueva Ley
de Salud Mental 4.La ley de investigación médica y científica del uso medicinal
de la planta de cannabis y sus derivados (Ley 27.350) 4. El decreto
reglamentario 738/17 y sus críticas 5. El decreto reglamentario 883/2020
vigente y su impacto social 6. La regulación del cannabis medicinal en la
Provincia de Santa Fe
18