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Apunte unidad 2 La Judicatura

Unidad II
La Jurisdicción

El Poder Judicial, los tribunales de justicia y el ejercicio de la jurisdicción como función


principal

1. Introducción

- Corresponde analizar en esta unidad temática, la actividad o función que despliegan


los tribunales de justicia cuando intervienen en asuntos que son sometidos a su
conocimiento.

o Los tribunales de justicia intervienen utilizando el proceso como un método de


solución de controversias, pero esencialmente como un método para la tutela o
protección de los derechos legítimos.

 Así, la función jurisdiccional es ejercida por los tribunales de justicia,


quienes tienen atribuida de forma independiente y autónoma, formen o
no parte del Poder Judicial, la jurisdicción entendida esta como una
potestad pública.

- La inclusión de los tribunales de justicia en el Poder Judicial ha sido objeto de críticas


de parte de la doctrina, debido la diferenciación de estatuto orgánico respecto de los
distintos tribunales, lo que conlleva un trato desigual hacia los justiciables al acudir a
las distintas clases de tribunales que existen. Esta cuestión, constituye un atentado
contra la unidad jurisdiccional.

- Se precisará primero el concepto de potestad, después el de potestad jurisdiccional,


luego que actividad desarrollan y de que forma loa anterior está reconocido en
nuestro ordenamiento jurídico.

2. Del poder hacia la potestad

- La CPR reconoce tres poderes del estado. El poder es un elemento el estado, y puede
ser definido como la capacidad de hacerse obedecer, de sujetar a los demás a las
decisiones, y en el ámbito político, el mismo se ejerce en la sociedad organizada.

- En nuestro ordenamiento jurídico, el poder originario o constituyente, que proviene


de la soberanía nacional (art. 5 CPR), es ejercido por los órganos o poderes
constituidos, encontrando su límite en las normas legales que los regulan y en los
derechos fundamentales reconocidos en la misma carta fundamental y por los
tratados internaciones que consagren derechos fundamentales, y que se encuentren
vigentes.

- El poder originario radicado en los órganos del estado que deben ejercerlo, se
convierte en una potestad: dosis medida de poder juridificado (Rojas Calderón) o
derivación de la soberanía nacional estatal que pone a un sujeto en posición de
superioridad o supremacía respecto de los demás en cuanto se relaciona con ellos,
estando sometido el comportamiento de todos estos a el, incluso a través del uso de
la fuerza (Montero Aroca).

3. Potestad jurisdiccional o jurisdicción

- Nuestra CPR nos entrega una definición de jurisdicción en el artículo 76 conforme a


nuestra doctrina, la que se entiende como la “facultad de conocer, juzgar y hacer
ejecutar lo juzgado” (Sacado del art. 1 COT). Se integran en este concepto dos de las
tres subfunciones de la función jurisdiccional: declarativa y ejecutiva.

o Una crítica que se le hace a esta caracterización es que la jurisdicción, al ser una
manifestación de la soberanía del estado radicada en un órgano público, no
puede ser considerada una “facultad”, sino una potestad, ya que no cabe un
ejercicio gracioso o discrecional de la misma, sino un deber de parte del órgano
que la detenta, siempre que se cumplan los supuestos legales para que ella
proceda.

o Doctrinariamente, la jurisdicción como potestad puede ser definida como una


derivación de la soberanía estatal que permite que el sujeto que la ejerce pueda
someter el comportamiento de los sujetos que interactúan con ella. Sin embargo,
es necesario cualificar esta esta potestad, agregándole específicamente una
función propia y unas características específicas a tal función.

- Definición del curso de potestad jurisdiccional: derivación de la soberanía estatal que


pone al sujeto agente en una posición de superioridad en relación a los sujetos de
Derecho que se relacionan con ella, la que se satisface aplicando el derecho objetivo
al caso concreto a petición de la parte, con desinterés objetivo y actuación
irrevocable de derecho.

4. Función jurisdiccional

Explicación teórica

- Corresponde explicar que es lo que hacen los órganos que ejercen la potestad
jurisdiccional, cual es la función que cumplen.
o En la definición se dice que los órganos jurisdiccionales aplican el derecho
objetivo al caso, pero ello no es la única explicación posible de esta actividad.

- Tesis subjetiva o tesis del conflicto de interés: se pone énfasis en la posición que
asumen las partes del proceso jurisdiccional y en este sentido se explica que la
función jurisdiccional se satisface a través de la solución de un conflicto con
relevancia jurídica.

- Tesis objetiva de la jurisdicción: en este sentido, la solución de un conflicto de


interés es solo un efecto secundario de la aplicación objetiva del derecho, que puede
estar presente como no estarlo.

o La expresión desinterés objetivo (de la definición jurisdicción) pretende graficar


que el interés del órgano jurisdiccional al ejercer la función jurisdiccional se
satisface con la sola aplicación del derecho, sin que otros intereses particulares lo
constriñan a fallar en un sentido específico.

 En otras palabras, se debe satisfacer la correcta interpretación del


derecho al caso concreto, posibilidad que solo la ejercen los particulares
al plantear sus pretensiones al juez. De esta forma, son los particulares
quienes otorgan la oportunidad al tribunal para reafirmar el contenido
del derecho objetivo, garantizando así la interpretación correcta de
ambas partes.

o Si pretendemos explicar de forma unitaria el ejercicio de la función jurisdiccional


en el proceso, solo la tesis objetiva lo permite, ya que en el proceso penal no es
posible afirmar que exista un conflicto de interese inter partes, sino un ilícito
sancionado penalmente.

 Las partes de este conflicto tienen relevancia para la constitución del


supuesto de hecho que sirve de base para el proceso, pero no como
instrumentos de tutela de partes, ya que el objetivo de este proceso es
la defensa de los bienes jurídicos comprometidos en la comisión del
ilícito, siendo por ello que el Ministerio Público a través de un fiscal
adjunto, interviene como acusador necesario quien pretende la
aplicación de una sanción a quien a vulnerado tales bienes (prevención
general y especial).

o Del mismo modo, la tesis subjetiva de la jurisdicción no explica aquellos procesos


civiles en que los sujetos activo y pasivo no se encuentran en conflicto, e
igualmente las partes obtienen una sentencia del órgano judicial.

 En estos casos, las peguntas que quedan sin respuestas son ¿Cual es la
finalidad que se satisfizo a través de la actuación de la jurisdicción si no
había conflicto? ¿Qué motivó o justificó que el tribunal ejerciera la
función jurisdiccional?

- Tesis garantista: después de la II Guerra resurge el fenómeno de la


constitucionalización del derecho. Así las cartas fundamentales pretenden establecer
sistemas que garanticen a los particulares, que la función jurisdiccional actúe como
último amparo de los derechos de los ciudadanos, particularmente aquellos que son
de categoría fundamental. Así, la función jurisdiccional se transforma no solo en un
mecanismo de solución de conflictos privados (tesis subjetiva), y tampoco como la
aplicación del derecho objetivo al caso (tesis objetiva), sino que permite también
garantizar la efectividad de los derechos fundamentales, tesis que se denomina
garantista.

o En el ámbito procesal, el profesor Luis G. Marinoni sostiene que la actividad


jurisdiccional existe en tanto garantía de los derechos, ya que una concepción
diferente es un resabio de épocas que concebían al derecho, el proceso y la
jurisdicción como un método para la aplicación de normas.

Normativa y doctrina chilena

- Nuestra CPR en su art. 76 pone énfasis en el concepto de la resolución del asunto,


conociéndolo, juzgándolo, y haciendo ejecutar lo juzgado -sea civil o criminal-, como
actividad de los tribunales de justicia, por lo que es posible sostener que en nuestro
Derecho, actualmente, la tesis subjetiva es la que tiene asidero.

o En este sentido, la Corte Suprema a definido la jurisdicción como: la función


principal, característica e indispensable del Poder Judicial como órgano básico del
Estado, puesto que consiste en su potestad de administrar justicia y envuelve la
atribución de “conocer de las causas civiles y criminales, de resolverlas y hacer
ejecutare lo juzgado”.

 Lo anterior ha sido avalado por la doctrina clásica chilena, pero esta


explicación es insuficiente en cuanto las razones ya señaladas.

o Por ejemplo, Juan Colombo señalaba “la actividad que los jueces ejercen en
nombre del Estado es la jurisdicción. Esta se materializa mediante la realización
de actos jurisdiccionales, destacándose entre ellos, la sentencia definitiva, que
pone fin a la instancia resolviendo el asunto controvertido. Sin embargo, no se
juzga en abstracto, sino que se juzga porque existe un conflicto de relevancia
jurídica. El juez está llamado a resolver este asunto como tercero imparcial”.

Momentos jurisdiccionales o formas del ejercicio de la función jurisdiccional


- De la definición constitucional de jurisdicción, podemos afirmar que esta se
manifiesta de dos formas distintas, dependiendo de lo que el justiciable pretenda a
través del órgano judicial: declarativa (conocer y juzgar), ejecutiva (hacer ejecutar lo
juzgado). Además, a nivel doctrinario y legal se reconoce una tercera manifestación
de la función jurisdiccional, denominada cautelar, que aunque no tiene
reconocimiento expreso en la CPR si lo tiene a nivel legal.

o Estas formas que asume la función jurisdiccional en los diversos tipos de


procedimientos, son llamadas por la doctrina nacional “momentos
jurisdiccionales”, haciendo alusión a que estas funciones se ejercen en tiempos
cronológicos diversos. Normalmente, primero será ejercida la función declarativa,
y luego la ejecutiva, de ser necesario, aunque no en todos los casos se produce el
ejercicio de la función declarativa para que se ejercite la ejecutiva.

i) La función declarativa de la jurisdicción

- Se satisface con la declaración del derecho aplicable al caso, poniéndose término a la


incertidumbre a las cuales estaban sometidas las partes, antes de la declaración
judicial1.

- Esta función puede ser mero-declarativa; declarativa de condena; y declarativa


constitutiva, las que se manifiestan a través de una sentencia judicial que
congruentemente, deberá ser calificada del mismo modo que la función ejercitada.

1) Función mero-declarativa: esta se ve satisfecha a través de la sola declaración


judicial, sin requerir a ninguna actividad ejecutiva -en sentido estricto- posterior.
Esto quiere decir que basta con que el juez se pronuncie sobre la pretensión del
actor, para que se satisfaga la función jurisdiccional.

o Las sentencias definitivas dictadas en el ejercicio de esta función jurisdiccional


se limitan a reconocer una situación jurídica preexistente, sin constituir un
nuevo estado jurídico, sino solo darle amparo a una situación hecho legitimada
por el ordenamiento jurídico. Esto es, la sentencia tiene efectos ex tunc (hacia
el futuro).

 Esta función se ejercita, por ejemplo, en procesos en que se formula


una pretensión para que se reconozca el derecho de dominio respecto
de un bien, adquirido en virtud de la prescripción, o la acción de
petición de herencia, en donde se solicita que se reconozca la calidad de
heredero de un sujeto.

1
Cabe señalar que esta función que cumple el órgano judicial al resolver, le confiere el nombre a a la
actividad judicial como ejercicio de jurisdicción (decir el derecho: iuris = derecho; dictio = decir)
2) Función declarativa de condena: esta función jurisdiccional, además de generar una
sentencia definitiva que contiene una declaración jurídica, incluye una condena que
se impone al demandado como consecuencia de la declaración previa.

o En virtud de esta condena, en el evento a que el demandado se niegue a


satisfacerla materialmente de forma voluntaria, el demandante ganancioso
tendrá la posibilidad de ejecutar lo resuelto a través de la potestad de imperio
que poseen los tribunales de justicia (la ejecución se podrá efectuar en virtud de
los artículos 113 y 114 del COT, a través de la intervención del mismo tribunal que
dictó la sentencia en primera o única instancia, o en su defecto, aplicando las
reglas generales de competencia).

 Ejemplos de esta manifestación de la función jurisdiccional son:

i) La ejercida en un juicio de reivindicación (declaración de dominio


respecto del objeto alegado, que determina la condena del
demandado a restituir el bien que este tiene en su poder sin título).
ii) El cobro de pesos en virtud de un contrato de mutuo (declaración
de la existencia de la obligación de entrega de una suma de dinero,
condenándolo a su pago).
iii) La sentencia que declara la responsabilidad penal de un sujeto en
un delito y lo condena al cumplimiento de una pena privativa de
libertad.

3) Función declarativa constitutiva: ha sido definida por la doctrina como “el derecho
al cambio jurídico”. Tiene por finalidad obtener una sentencia definitiva que cree,
modifique o extinga una situación de hecho amparada por el ordenamiento
jurídico.

o Ejemplos son todas aquellas que generen un cambio en el estado civil de las
personas (juicios de divorcio, de filiación), aquellos que tengan por objeto poner
término a un régimen patrimonial de matrimonio (cese de la sociedad conyugal u
otro régimen).

ii) La función ejecutiva de la jurisdicción

- La función ejecutiva permite, a través de la sentencia que se dicte, modificar la


realidad material adecuándola a la contenida en una declaración judicial previa
(sentencia declarativa de condena como título ejecutivo, art. 434 Nº1 CPC) o en un
documento que la ley otorga caracteres de certeza (otros títulos ejecutivos del art.
434 del CPC).

o En este sentido, la CPR en el art. 76 otorga a los tribunales la potestad de emitir


órdenes para que se cumplan las resoluciones judiciales incluso con el auxilio de
la fuerza pública, sin que dichas autoridades puedan calificar la justificación de
esas resoluciones (art. 76 i. Final). Igual referencia se efectúa en el art. 11 del
COT. Esta potestad de los tribunales es conocida como imperio.

o El elemento que justifica el uso de las vías de apremio en estos casos es el título
ejecutivo: aquel documento que da cuenta de un derecho indubitable, al cual la
ley atribuye suficiencia necesaria para exigir el cumplimiento forzado de la
obligación en el contenida (Chiovenda José).

 Así, la Corte de Apelaciones de Santiago ha resuelto: “Que, para evitar


una ejecución injusta, el documento fundante, que es el que tiene que
legitimar la pretensión insatisfecha a ejecutar, no solo debe probar el
derecho de crédito que asiste al que lo hace valer y la correlativa
obligación que se trata de hacer ejecutar forzadamente, sino que debe
proporcionar la certeza de ese derecho a fin de que sea innecesario un
juicio cognitivo previo. La Corte Suprema ha sentado la doctrina
pertinente a este punto, señalando que: “El juicio ejecutivo no es
declarativo de derechos. Por ello su iniciación es improcedente con
títulos que no llevan en sí mismo emparejada la ejecución y que
necesitan de discusión previa entre los interesados o de fallos judiciales
para establecer en favor del que los presenta, una obligación líquida y
actualmente exigible” (Rev. Der., t. 13 secc. 1ª, pág. 559). En una
sentencia más reciente, de fecha 20/5/1971, la Corte Suprema dispuso
que “la finalidad del juicio ejecutivo es alcanzar, por la vía del apremio,
el cumplimiento de una obligación “cierta e indubitable” que conste de
un antecedente auténtico que mueve a compulsión” (Rev. Der., t. 68,
sec. 1ª, pág. 143”.

- Ejemplos de este tipo de función: es aquella que se ejerce ante la demanda de pago
de una suma de dinero (a título de una obligación contractual o de una
indemnización), declarada en un juicio declarativo previo; o la que se ejerce ante la
exigencia del cumplimiento de la obligación de celebrar el contrato prometido, cuya
promesa ha sido otorgada por escritura pública.

- En materia penal no es posible hablar de este tipo de función, ya que el


cumplimiento de las penas y medidas de seguridad no está entregado a los sujetos
activos del proceso penal previo (Ministerio Público y querellante), sino que al propio
tribunal y a los órganos administrativos creados para ello (Gendarmería de Chile), por
lo que se considera actividad administrativa, y no jurisdiccional.

iii) La función cautelar de la jurisdicción


- La función cautelar tiene la característica esencial de ser instrumental a las demás
formas del ejercicio e la función jurisdiccional (declarativa, ejecutiva), esto es, que
sirven para asegurar el cumplimiento de lo resuelto dentro de un procedimiento
declarativo o ejecutivo.

o El ejercicio de la función cautelar, no es autónoma, y se ejerce en el contexto de


un incidente promovido por cualquiera de las partes dentro de otro
procedimiento, con la finalidad de poder hacer efectivas las declaraciones
contenidas en las sentencias definitivas dictadas en aquellos.

- Dependiendo del tipo proceso de que se trate, civil o penal, la función cautelar
tendrá un objetivo distinto, aunque en todos los casos se comparte la característica
de asegurar el resultado del ejercicio de la función jurisdiccional ejercida de forma
principal.

o Materia civil: dado que las pretensiones tendrán como objeto material la
satisfacción de cuestiones de orden patrimonial, lo normal será que la resolución
en donde se ejerza la función cautelar permita disponer, a la hora de la obtención
de una sentencia favorable, una cantidad de bienes del demandado para poder
ejecutare el fallo.

 Por ejemplo, en un juicio civil en que se demande la restitución de un


bien, es posible que la medida cautelar decretada por el tribunal recaiga
sobre dicho bien. En cambio, si lo que se demandó es el pago de una
suma de dinero, y el demandado no tiene dinero efectivo, la función
cautelar ejercitada a través de una resolución, podrá tener como objeto
que al demandado se le impida la celebración de actos y contratos sobre
un inmueble de su propiedad. Si el demandante obtiene una sentencia
favorable podrá, en su oportunidad, vender en pública subasta el bien y
obtener el pago de la obligación demandada.

 En materia civil, el instrumento que permite el ejercicio de la función


cautelar es denominado en el CPC como medidas precautorias, las que
están reguladas en los artículos 290 y siguientes del CPC.

o Materia penal: en materia penal, las medidas cautelares tienen por objeto, en el
ámbito procesal, asegurar que el imputado se encuentre presente en los actos del
procedimiento, asegurar la práctica de alguna diligencia probatoria. Sin perjuicio
de ello, también se integran otras finalidades extraprocesales, como la seguridad
de la víctima o de la sociedad en general, cuando el imputado constituye un
riesgo par ellas (por ejemplo, en el caso de prisión preventiva).

 Están reguladas específicamente las medidas cautelares de citación,


detención y prisión preventiva, sin perjuicio de otras medidas como el
arraigo nacional, la forma mensual, etc. (arts. 124 y siguientes del
Código Procesal Penal).

Concepción actual de la función jurisdiccional

- La función jurisdiccional actualmente se satisface por la aplicación del derecho


objetivo al caso, sin perjuicio que, a través del cumplimiento de esta finalidad, se
obtenga la tutela de los intereses de los particulares, sea al amparo de los derechos
fundamentales o no.

o Incluso, es posible sostener que las tres tesis explicadas, no se excluyen una de la
otra, sino que abordan aspectos diversos de un mismo fenómeno, por lo que son
complementarias.

5. Características de la función jurisdiccional

- Cuando se definió la potestad jurisdiccional, se señalaba que para poder distinguirla


de otras potestades públicas era necesario, primero, determinar la función que se
ejercita, y segundo, caracterizarla: habiendo determinado la función que ejercen los
órganos judiciales corresponde ahora caracterizar la función jurisdiccional, porque no
es suficiente decir que los órganos judiciales aplican el derecho objetivo al caso
concreto:

o Otros órganos del estado también aplican el derecho objetivo al caso concreto sin
ejercitar función jurisdiccional, sino administrativa: órganos de la Administración
del Estado que tienen atribuidas potestades decisorias frente a requerimientos y
solicitudes de particulares, en el contexto de procedimientos administrativos:

 Por ejemplo: cuando la Inspección del Trabajo impone una multa a una
empresa por infracciones a la normativa laboral, y ésta presenta un
reclamo en contra la multa ante la misma Inspección. En estos casos, el
órgano administrativo resolverá aplicando el derecho objetivo al caso
concreto a través de un procedimiento administrativo.

• Así, formalmente pareciera que las actividades administrativa


y jurisdiccional son idénticas, sin embargo, si distinguimos las
características que se presentan en el ejercicio de la función
jurisdiccional, es posible plantear varias diferencias.

- En primer lugar, se puede plantear dos criterios de distinción: uno orgánico (que
atañe a la constitución de corporaciones o entidades colectivas) y otro funcional
(perteneciente o relativo a la función o a las funciones).
o Perspectiva orgánica: la potestad judicial o jurisdiccional es ejercida por unos
órganos específicos que en principio son los pertenecientes al Poder Judicial: yace
aquí la relevancia de la unidad judicial donde, los órganos deben estar regidos por
las misma normas y principios.

 En Chile, este criterio (el orgánico) no es suficiente para distinguir la


naturaleza de la función ejercida por dos razones:

1) La función jurisdiccional es ejercida también por órganos que no


forman parte del PJ -autónomos o pertenecientes al PE-
(habilitación legal del art. 5 del COT).

2) Los órganos judiciales del PJ no solo ejercen la potestad


jurisdiccional, sino que también otras denominadas conexas a la
jurisdicción (art. 82 CPR y 2 COT).

o Perspectiva funcional: desde esta perspectiva la jurisdicción está caracterizada


por tres condiciones, que si permiten diferenciarla de la actividad administrativa
(sea esta ejercida por los propios tribunales o por órganos que no forman parte
del PJ): actuación a petición de parte; actuación con desinterés objetivo;
actuación irrevocable de derecho.

5.1. La función jurisdiccional se ejercita a petición de parte

- Para que se produzca el desarrollo del proceso jurisdiccional y la actividad del órgano
que ejerce esta función, siempre es necesario el ejercicio de una pretensión (nemo
iudex sine autore: no hay juicio son actor) o también llamada acción. En otras
palabas, los órganos judiciales no proceden de oficio para dar inicio al proceso.

o Esta condición es predicable en cualquier tipo de proceso, incluso en los que se


promueve la protección de intereses o bienes jurídicos relevantes para la
sociedad, por ejemplo, en materia penal.

 En estos casos, para mantener artificialmente esta diferenciación entre


el órgano que enjuicia y la parte que inicia el proceso, se crea un órgano
estatal distinto del órgano judicial (en el caso chileno el Ministerio
Público).

o Esta cuestión está reconocida normativamente por el art. 10 del COT i. 1, que
señala: “Los tribunales no podrán ejercer su ministerio sino a petición de parte,
salvo los casos que la ley los faculte para proceder de oficio”.

i. Concepto de pretensión
- La actividad jurisdiccional se inicia en virtud de una pretensión ejercitada por una
parte interesada. Pretensión: petición basada o fundada en hechos y en derecho,
formulada ante un órgano judicial, frente a un tercero llamado demandado. El
órgano satisface la pretensión citando una resolución respecto de esta. Y además,
desde la perspectiva material, se ve satisfecha la pretensión con el cumplimiento de
la resolución.

o La pretensión, como un mecanismo para permitir el ejercicio de la función


jurisdiccional, se presenta ante el órgano, no respecto del demandado. Pero
materialmente, en la medida que se obtenga una sentencia favorable a la
pretensión del actor, el obligado a las prestaciones contenidas en el fallo será el
demandado.

 Así, es posible distinguir la satisfacción de la pretensión procesal por


parte del órgano judicial a través de una sentencia de fondo; y de la
pretensión material, a través de una prestación que está obligado el
demandado, en la medida que este cumpla. Estos son los dos planos
que se distinguen en el proceso (perspectiva procesal y perspectiva
material).

ii. Concepto de resistencia o contrapretensión

- En el contexto del ejercicio de la función jurisdiccional, el sujeto pasivo de la


pretensión en términos materiales es el demandado, quien podrá asumir una
posición en el proceso iniciado por el actor. En este sentido, el demandado podrá
allanarse a la pretensión actora (art. 313 CPC) o podrá también resistirse.

- Contrapretensión o resistencia es la petición de absolución del demandado.

o A diferencia de la pretensión, no requiere ser fundada. Ello porque el


demandante, al pretender una declaración que altera el status quo (estado de
situación) existente al momento de la interposición de la pretensión, tendrá una
mayor carga de alegaciones y de pruebas para obtenerla, sin que le sea exigible al
demandado pedir la absolución de forma expresa ni tampoco fundamentarla en
sus caso, porque ésta será igualmente declarada si el actor no logra, a través de
los elementos de hecho y de prueba introducidos en el proceso, acreditar los
fundamentos de su propia pretensión.

 Así, la resistencia puede ser activa o pasiva. La resistencia pasiva o activa


infundada se justifica por lo dispuesto en el art. 1698 del CC: incumbe
probar las obligaciones o su extinción al que alega de aquellas o ésta.

 Así el demandante, al introducir a través de su pretensión fundamentos


de hecho, deberá acreditarlos para obtener una sentencia favorable, sin
que el demandado que no alega hechos diversos, sino que solo se limita
a negarlos (activa o pasivamente), tenga carga probatoria alguna.

5.2. Actuación con desinterés2 objetivo

- Los órganos judiciales pronuncian su fallo aplicando el derecho en casos en que


existen al menos dos intereses involucrados, el del demandante y el del demandado.

- En este tipo de actividades (decisorios de conflicto entre partes), tanto judicial como
administrativa, se entiende haber interés respecto de alguna cuestión, cuando el
contenido de una decisión genera un efecto en el sujeto productor de aquella, es
decir, produce una consecuencia en lo propio de manera directa o indirecta.

 El interés puede ser objetivo (en el objeto de decisión) o subjetivo (en


los sujetos que son parte en el procedimiento).

o Así, cuando a los órganos judiciales les corresponde dictar sentencia en una cusa,
la satisfacción de la función se logra solo con la correcta aplicación de las normas
jurídicas en el caso, en cambio, en la actividad administrativa el órgano vela,
además, por la satisfacción de los intereses que está llamado a proteger (por
ejemplo, el control de la vulneración de la normativa laboral en el caso de la
Inspección del Trabajo).

 Cuando los órganos administrativos actúan decidiendo, lo hacen con


interés objetivo, ya que el resultado de la decisión les importa, les
“interesa”, ya que estos están llamados a resolver considerando el
interés sectorial de política pública que representan.

 En cambio, los órganos judiciales, al ejercer la función jurisdiccional,


actúan desinteresadamente respecto del objeto enjuiciado, ya que la
única satisfacción que pretenden a través de su función es la aplicación
del derecho.

• En relación con el desinterés subjetivo, esto es, respecto de los


posibles vínculos que puedan existir entre los sujetos que
intervienen en los procedimientos administrativos y
jurisdiccionales y el sujeto a quien le corresponde decidir, el
mismo constituye una característica común para ambos tipos
de actuaciones, ya que la legislación establece que la
imparcialidad del órgano constituye una garantía tanto de los
procedimientos administrativos (art. 11 de la Ley No 19.880
sobre bases de procedimiento administrativo) y
jurisdiccionales (art. 8 del Pacto de San José de Costa Rica; art.
2
Entendido como provecho utilidad o ganancia.
14 del Pacto de Derechos Civiles y Políticos; arts. 194-205 del
COT; art. 113-128 del CPC). En este último caso, se prevén
como mecanismo para alegar la falta de imparcialidad, los
incidentes de implicancia y recusación.

5.3. Actuación irrevocable de derecho

- Dos de las finalidades del Derecho, en general, son conferir a los ciudadanos
seguridad jurídica y lograr la pacificación social.

o Así, instituciones como la prescripción en materia civil, permiten otorgar


estabilidad a las relaciones entre particulares, poniendo término a situaciones de
incertidumbre que pueden provocar conflictos y alterar la convivencia social.

- A nivel procesal, la jurisdicción también contribuye a estas finalidades, ya que sus


resoluciones, una vez que se discuta ante la última instancia posible de control
judicial, adquieren el carácter de irrevocables, esto es, que no pueden ser
modificadas por otras resoluciones judiciales dictadas en procesos posteriores.

o Procesalmente este efecto de las resoluciones judiciales se denomina cosa


juzgada – específicamente, eficacia negativa de cosa juzgada-.

 Este concepto determina que la resolución judicial, una vez agotadas


las vías de control jurisdiccional, produce firmeza o ejecutoriedad (art.
174 del CPC) y adicionalmente, lo resuelto en el fallo puede ser ejecutado
(acción de cosa juzgada, art. 176 del CPC).

 La misma idea reafirma el artículo 76 de la Constitución cuando señala que


los demás órganos del Estado (Presidente de la República y Congreso)
no pueden “revivir procesos fenecidos”.

i) Excepciones a la cosa juzgada

- Desde antiguo se ha reconocido que la cosa juzgada como instrumento, es un


medio de “salvación pública, un principio de orden; pero jamás podrá ser una
manifestación de justicia. Al contrario, (…) es una consagración de lo injusto, en
virtud de una necesidad social”

- El ordenamiento jurídico, como reflejo de un ideal de justicia que está detrás de las
normas jurídicas, repugna aquellas resoluciones judiciales que han sido obtenidas
de forma fraudulenta
o Así, de forma excepcional, es posible obtener la declaración de nulidad de una
sentencia firme, dictándose una de reemplazo, tanto en materia civil como
penal, a través del ejercicio de la acción de revisión.

 En materia civil, el mal llamado recurso de revisión 3, está regulado en


los artículos 810 y siguientes del CPC, permitiendo que se deje sin
efecto una resolución que constituye un atentado al ordenamiento
jurídico por haber sido dictada con fraude a la ley (prueba falsa 4,
proceso con infracción a la cosa juzgada, con ocasión de la comisión de
un delito).

 En materia penal, lo propio está señalado en el art. 473 del CPP.

6. Tratamiento procesal a falta de jurisdicción

- Por último, nos queda plantear de qué forma alegamos en un proceso judicial, la
falta de jurisdicción del órgano que conoce del asunto.

- En términos procedimentales, la jurisdicción constituye un presupuesto procesal del


órgano judicial22, lo que significa que debe estar presente desde el primer acto del
procedimiento jurisdiccional para la validez del enjuiciamiento que éste efectúe.

o La falta de jurisdicción se puede deber porque el asunto no es objeto de


actividad jurisdiccional, sino que corresponde a un órgano administrativo o
también, porque es un asunto que está sometido a una jurisdicción extranjera,
ya no chilena (Código de Derecho Internacional Privado).

- Cuando la falta de jurisdicción se detecta en el proceso concreto, sea por iniciativa


de parte o del propio órgano jurisdiccional, el mismo órgano es el llamado por ley a
conocer de dicha cuestión.
o En este sentido, la falta de jurisdicción constituye una cuestión accesoria al juicio
principal, que por regla general es conocida por el mismo órgano que conoce del
3
Se sostiene que es mal llamado recurso, porque este concepto supone la existencia de una sentencia
judicial no firme, en cambio, para poder ejercer la acción de revisión es necesario que la sentencia se
encuentre firme (art. 810 del CPC).
4
En este sentido, el artículo 207 del CP establece “El que, a sabiendas, presentare ante un tribunal a los
testigos, peritos o intérpretes a que se refiere el artículo precedente, u otros medios de prueba falsos o
adulterados, será castigado con la pena de presidio menor en su grado mínimo a medio y multa de seis a
veinte unidades tributarias mensuales, si se tratare de proceso civil o por falta, y con presidio menor en su
grado medio a máximo y multa de veinte a treinta unidades tributarias mensuales, si se tratare de proceso
penal por crimen o simple delito.
objeto principal, conforme la regla de extensión de competencia, prevista en el
art. 113 del COT.
- En este sentido, podemos advertir las siguientes formas para controlar este
supuesto:

6.1. Control de oficio

- El tribunal siempre puede controlar la presencia de este presupuesto del proceso de


forma oficiosa (art. 84 inciso final del CPC), ya que tratándose de un presupuesto de
su existencia, si ésta no concurre, no hay un proceso real, sino aparente.

6.2. Control a petición de parte

- El demandado en un juicio, puede advertir que el órgano que está conociendo del
proceso incoado por el demandante, carece de este presupuesto, pudiendo
promoverlo como excepción dilatoria (art. 303, Nº 6 del CPC), en la contestación de
la demanda como excepción de fondo (art. 309 del CPC) o como fundamento de un
incidente de nulidad procesal (art. 83 del CPC).

6.3. Conflictos de jurisdicción

- Por último, un órgano que toma conocimiento de la existencia de un proceso


judicial sobre un asunto que no constituye materia que pueda ser objeto del
ejercicio de la función jurisdiccional, puede promover el correspondiente conflicto
de jurisdicción ante el órgano que deba conocer de ella5.

- En nuestro sistema jurídico, la Constitución denomina a estos conflictos,


“cuestiones de competencia”, sin embargo dicho nombre es erróneo porque la
competencia es un atributo que se predica una vez determinada la jurisdicción de
dos tribunales de justicia y no entre órganos de distintos poderes del Estado en
ejercicio de funciones distintas (una jurisdiccional y otra administrativa).

5
Esto fue lo que ocurrió en nuestro país, cuando el Contralor General de la República, Jorge Bermúdez,
promovió dos contiendas de competencia ante el TC y el Senado, respecto de dos causas judiciales
iniciadas por agrupaciones de funcionarios de la DGAC para que los tribunales (29º de Santiago y Corte
Suprema) declararan cuál era el régimen previsional aplicable a éstos. El contralor fundamentó sus dos
presentaciones, en que dichos asuntos no constituían ejercicio de jurisdicción en nuestro país, sino
materias que debían ser objeto de pronunciamiento por parte de la propia Contraloría, pronunciamientos
que son vinculantes para los órganos públicos y sus funcionarios. Ambas presentaciones fueron acogidas,
tanto por el TC como por el Senado. Más información en Diario Constitucional.
o Para efectos del conocimiento de estas cuestiones, la Constitución distingue si el
conflicto se suscita entre órganos administrativos y tribunales superiores o
inferiores de justicia.

 Si se trata entre órganos administrativos y tribunales superiores,


corresponde al Senado decidir la “contienda” (art. 53, Nº 3); y si se
trata de tribunales inferiores, corresponde decidir al Tribunal
Constitucional (art. 93 Nº 12).
7. El territorio como elemento en el ejercicio de la jurisdicción

- En la teoría clásica del estado el territorio constituye uno de sus elementos, y puede
ser definido como el espacio geográfico ocupado por un estado para el
cumplimiento de sus fines.

o En este sentido, dado que la función jurisdiccional es ejercida como una


manifestación del estado, en principio, esta se debe ejercer dentro de los límites
del territorio del estado (justicia doméstica).

 “A los tribunales mencionados en este artículo corresponderá el


conocimiento de todos los asuntos judiciales que se promuevan dentro
del territorio de la República, cualquiera que sea su naturaleza o la
calidad de las personas que en ellos intervengan, sin perjuicio de las
excepciones que establezcan la Constitución y las leyes” (art. 5 i. 1
COT).

 “Los tribunales sólo podrán ejercer su potestad en los negocios y


dentro del territorio que la ley les hubiere respectivamente asignado.
Lo cual no impide que en los negocios de que conocen puedan
dictar providencias que hayan de llevarse a efecto en otro territorio”
(art. 7 COT).

- La forma de atribuir los distintos asuntos que deben ser conocidos por los tribunales
de justicia a un tribunal específico, se reglan, a través de las denominadas “normas
de competencias”, que están establecidas, principalmente, en el Código Orgánico
de Tribunales.

o Así, todos los problemas relativos a la existencia de uno o más tribunales en un


territorio específico dentro del territorio es un problema asociado a la
competencia del órgano jurisdiccional y no propiamente a la jurisdicción.

- Justicia transfronteriza: Por otra parte, dado (en parte) a la globalización, es cada
vez más habitual encontrar en las relaciones interpersonales factores de
internacionalización de los asuntos, lo que puede significar:
1) Que algún asunto tramitado en el extranjero pueda tener algún efecto en Chile
en materia civil o penal (arts. 238 CPC; Justicia Universal).

2) Que un tribunal chileno pueda conocer de un asunto que haya ocurrido en el


extranjero, o respecto de un bien ubicado fuera del territorio nacional, como
también de un sujeto que no tenga domicilio o residencia en Chile (art. 6 COT).

3) Jurisdicción internacional: el hecho de que el Estado chileno haya suscrito


diferentes tratados internacionales lo sujeta a la justicia internacional y a
tribunales internacionales (como el Tribunal Justicia de la Haya o la Corte
Interamericana de Derechos Humanos).

Cumplimiento de sentencias civiles dictadas en el extranjero en Chile

- Lo primero es presentar una solicitud llamada exequatúr ante la Corte Suprema


para que esta analice la procedencia de la solicitud.

- La Corte Suprema aplicará la regla de reciprocidad, esto es, si el país que ha


expedido la sentencia cumple las sentencias judiciales dictadas en Chile dentro de
su territorio, si esto no es así no se dará lugar a la solicitud. (arts. 243 y 244 CPC).

- La CS analizará si el contenido de la decisión contraría el orden público chileno o a la


jurisdicción del estado.

- La CS analizará si quien resultará afectado con la sentencia que se trata de cumplir


tuvo la oportunidad de cumplir el derecho a defensa en el proceso seguido en el
extranjero, siendo emplazada de forma valida la pretensión deducida en su contra.
De ser esto así, se acogerá la solicitud, la que será ejecutada propiamente a través
de la intervención que le correspondería ejecutar la sentencia si ella se hubiera
dictado en Chile.

Justicia universal

- La jurisdicción universal es una teoría cuyo objetivo es evitar la impunidad ante


crímenes en contra de la humanidad.

- Frente a la comisión de un delito de lesa humanidad cualquier tribunal del mundo


puede perseguir la aplicación de sanciones penales si es que los tribunales del país
donde se produjo el hecho delictual no lo ha juzgado.

o Esto cuestiona el principio de territorialidad aplicable en materia penal, lo que


ha llevado a que la Comunidad Internacional haya cuestionado la legitimidad de
tales juzgamientos, por lo que se creo la Corte Penal Internacional, que tiene por
objeto juzgar a personas naturales por la comisión de esta clase de delitos
(antecedente de los tribunales de los juicios de Núremberg).

Persecución de ilícitos cometidos en el extranjero

- Art. 6 COT

“Quedan sometidos a la jurisdicción chilena los crímenes y simples delitos


perpetrados fuera del territorio de la República que a continuación se indican:

1) Los cometidos por un agente diplomático o consular de la República, en el


ejercicio de sus funciones;
2) La malversación de caudales públicos, fraudes y exacciones ilegales, la infidelidad
en la custodia de documentos, la violación de secretos, el cohecho, cometidos por
funcionarios públicos chilenos o por extranjeros al servicio de la República y el
cohecho a funcionarios públicos extranjeros, cuando sea cometido por un chileno
o por una persona que tenga residencia habitual en Chile;
3) Los que van contra la soberanía o contra la seguridad exterior del Estado,
perpetrados ya sea por chilenos naturales, ya por naturalizados, y los
contemplados en el Párrafo 14 del Título VI del Libro II del Código Penal, cuando
ellos pusieren en peligro la salud de habitantes de la República;
4) Los cometidos, por chilenos o extranjeros, a bordo de un buque chileno en alta
mar, o a bordo de un buque chileno de guerra surto en aguas de otra potencia;
5) La falsificación del sello del Estado, de moneda nacional, de documentos de
crédito del Estado, de las Municipalidades o de establecimientos públicos,
cometida por chilenos, o por extranjeros que fueren habidos en el territorio de la
República;
6) Los cometidos por chilenos contra chilenos si el culpable regresa a Chile sin haber
sido juzgado por la autoridad del país en que delinquió;
7) La piratería;
8) Los comprendidos en los tratados celebrados con otras potencias;
9) Los sancionados por la ley 6.026 y las que la han modificado, cometidos por
chilenos o por extranjeros al servicio de la República;
10) Los sancionados en los artículos 366 quinquies, 367 y 367 bis Nº 1, del Código
Penal, cuando pusieren en peligro o lesionaren la indemnidad o la libertad sexual
de algún chileno o fueren cometidos por un chileno o por una persona que tuviere
residencia habitual en Chile; y el contemplado en el artículo 374 bis, inciso
primero, del mismo cuerpo legal, cuando el material pornográfico objeto de la
conducta hubiere sido elaborado utilizando chilenos menores de dieciocho años;
11) Los sancionados en el artículo 62 del decreto con fuerza de ley Nº 1, del Ministerio
de Economía, Fomento y Reconstrucción, de 2004, que fija el texto refundido,
coordinado y sistematizado del decreto ley Nº 211, de 1973, cuando afectaren los
mercados chilenos;
12) Los delitos cometidos por chilenos, que se encuentran comprendidos en los
artículos 34 y 35 de la Ley que Implementa la Convención sobre la Prohibición del
Desarrollo, la Producción, el Almacenamiento y el Empleo de Armas Químicas y
sobre su Destrucción y la Convención sobre la Prohibición del Desarrollo, la
Producción y el Almacenamiento de Armas Biológicas (Bacteriológicas) y Toxínicas
y sobre su Destrucción”.

- Los tribunales competentes para conocer de estos de delitos son los tribunales con
competencia penal en la comuna de Santiago.

Sometimiento del Estado chileno a la jurisdicción internacional

- Corte Interamericana de Derechos Humanos: dice relación con las eventuales


vulneraciones de los derechos de los ciudadanos por parte de un estado miembro
(en este caso Chile).

o De tal manera que son los ciudadanos los que pueden solicitar la intervención de
la corte para determinar si existe responsabilidad estatal o no.

- Corte Internacional de Justicia de La Haya: se constituyó como un medio de solución


pacífica entre los estados.

o Sentencias conocidas (en Chile) son las que han dirimido los conflictos marítimos
con Perú y Bolivia, y la utilización del caudal del río Silala en virtud de su carácter
internacional por parte de Chile, demanda impetrada por el estado boliviano
contra Chile.

8. Imperio Judicial

- El imperio judicial asegura el cumplimiento de las decisiones judiciales (“ejecutar lo


juzgado”. La persona que no cumple con la orden judicial comete el delito de
desacato (art. 240 CPC).

- Potestad que tienen los jueces de hacer cumplir sus decisiones mediante ordenes
(oficio) a los órganos administrativos:

o Receptor judicial (en caso de embargos).


o Carabineros.
o Gendarmería.

- Esta potestad está reconocida en el estatuto orgánico (art. 11 COT) y adquirió rango
constitucional en el año 1997 (Ley 19.519 de reforma a la Constitución). Ambos
textos difieren en aspectos que pueden ser significativos, y en los que es preciso
detenerse un momento.

o Art. 11 COT:
“Para hacer ejecutar sus sentencias y para practicar o hacer practicar las
actuaciones que decreten, podrán los tribunales requerir de las demás
autoridades el auxilio de la fuerza pública que de ellas dependiere, o los otros
medios de acción conducentes de que dispusieren.
La autoridad legamente requerida debe prestar el auxilio, sin que le
corresponda calificar el fundamento con que se le pide ni la justicia o legalidad
de la sentencia o decreto que se tarta ejecutar”.

o Art. 76 CPR:
“La facultad de conocer de las causas civiles y criminales, de resolverlas y de
hacer ejecutar lo juzgado, pertenece exclusivamente a los tribunales
establecidos por la ley. Ni el Presidente de la República ni el Congreso pueden,
en caso alguno, ejercer funciones judiciales, avocarse causas pendientes,
revisar los fundamentos o contenido de sus resoluciones o hacer revivir
procesos fenecidos.
Reclamada su intervención en forma legal y en negocios de su
competencia, no podrán excusarse de ejercer su autoridad, ni aun por falta de
ley que resuelva la contienda o asunto sometidos a su decisión.
Para hacer ejecutar sus resoluciones, y practicar o hacer practicar los
actos de instrucción que determine la ley, los tribunales ordinarios de justicia
y los especiales que integran el Poder Judicial, podrán impartir órdenes
directas a la fuerza pública o ejercer los medios de acción conducentes de que
dispusieren. Los demás tribunales lo harán en la forma que la ley determine.
La autoridad requerida deberá cumplir sin más trámite el mandato
judicial y no podrá calificar su fundamento u oportunidad, ni la justicia o
legalidad de la resolución que se trata de ejecutar”.

El texto constitucional se preocupó de hacer explícito que se trata de órdenes directas


a la fuerza pública que también pueden dictar los tribunales especiales dentro del
Poder Judicial.

o Este reconocimiento constitucional de las órdenes directas que los


tribunales dan a la fuerza pública se vincula con la crisis institucional durante
el gobierno del presidente Salvador Allende (el Poder Ejecutivo interfirió en
el cumplimiento de algunas órdenes judiciales).
- Las dos caras del imperio judicial son:

1) La posibilidad de quien juzga de dar una orden (directa) a la fuerza pública.


2) La imposibilidad de la fuerza pública de cuestionar (el “fundamento”, “justicia” o
“legalidad” de) la orden

- Para precisar aún más el alcance del imperio judicial es necesario distinguir entre sus
destinatarios:

1) Carabineros de Chile: su principal función es “dar eficacia al derecho” (art. 1


i. I, Ley Nº 18.961), lo que incluye el cumplimiento de las órdenes judiciales 6.

2) Policía de Investigaciones: sus actuaciones en principio no comprenden la


justicia civil patrimonial.

3) Gendarmería de Chile: debe “Cumplir resoluciones emanadas de autoridad


competente, relativas al ingreso y a la libertad de las personas sometidas a
su guarda, sin que le corresponda calificar el fundamento, justicia o
legalidad de tales requerimientos” (art. 3 letra B, D.L. Nº 2.859 de 1979, del
Ministerio de Justicia).

A) Entre lo jurisdiccional y lo administrativo

- En el imperio judicial convergen aspectos que son propios de la función jurisdiccional


y de las tareas administrativas. Esto queda de manifiesto, sobre todo, cuando se
atiende a la justicia especial fuera del Poder Judicial, en donde es menos claro el
alcance que tiene el imperio judicial.

o En efecto, aunque el Tribunal Constitucional ha señalado que “la


denominación Poder Judicial (del Capítulo VI de la Constitución de 1980) no
tiene por objeto restringir a aplicación de dicho capítulo únicamente a
ciertos tribunales, excluyendo a otros”, ello no significa que pueda
reconocerse un imperio judicial a todos los tribunales establecidos por ley
del mismo modo en que opera en la justicia ordinaria.

 Por el contario, es necesario dotar de sentido al imperio judicial de


acuerdo a los fines específicos que se persiguen en cada uno de estos
ámbitos.
6
Art. 1, i. I Ley Nº 18.961 (Ley orgánica constitucional de Carabineros) de 1990: “Carabineros de Chile es una
Institución policial técnica y de carácter militar, que integra la fuerza pública y existe para dar eficacia al
derecho; su finalidad es garantizar y mantener el orden público y la seguridad pública interior en todo el
territorio de la República y cumplir las demás funciones que le encomiendan la Constitución y la ley”.
 Así, por ejemplo, en el caso de los tribunales ambientales, se ha
constatado la necesidad de implementar protocolos de acción
con los organismos técnicos que intervienen durante la
ejecución de sus fallos; en el caso del Tribunal de la Contratación
Pública, en tanto, las dudas en cuanto a su imperio judicial han
llevado incluso a cometer el error de sindicarlo como tribunal
especial dentro del Poder Judicial para quedar amparado por la
extensión que hizo la reforma constitucional de 1997.

o M. E. Ballesteros afirma “la atribución de hacer ejecutar lo juzgado no es


propia, científicamente hablando, de los tribunales de justicia”, de modo
que “es al poder ejecutivo a quien propiamente corresponde la ejecución de
la sentencia”. A juicio del autor (Jorge Larroucau), esta afirmación debería
entenderse del siguiente modo: los jueces requieren de la colaboración de la
Administración para que sus decisiones se cumplan. En otras palabras, el
imperio judicial es una parte de la función jurisdiccional que, a diferencia de
los dos “momentos anteriores” -conocer y juzgar-, requiere de una
colaboración de la Administración. De allí que el impero judicial no se limita
al uso de la fuerza pública, sino que también apela a “los otros medios de
acción conducentes de que dispusieren” las autoridades requeridas (art. 11,
i. I COT).

 La importancia de conservar al imperio judicial dentro de la jurisdicción


se explica, como lo hiciese notar Jaime Galté sesenta años después del
comentario de M. E. Ballesteros, por “razones de interés general”:

“En efecto, si otra autoridad ejecutare los fallos dictados por los
Tribunales, en la mayoría de los casos les darían una
interpretación diversa o dejarían de cumplir las sentencias, con lo
cual se haría prácticamente ilusoria la majestad y fuerza de las
sentencias pasadas en autoridad de cosa juzgada”

o Este diálogo entre la función jurisdiccional y las actuaciones administrativas


a la hora de ejecutar lo juzgado es una característica de la justicia chilena
desde sus inicios:

 En las primeras décadas de la República, cuando las sentencias judiciales


parecían cumplir una triple función -advertir, ordenar y regular- con
respecto a ciertas tareas administrativas, sin que estos “dispositivos
anómalos” del fallo configurasen la causal de ultra petita debido a su
conexión con la cosa decidida. En este sentido, por ejemplo, un juez con
competencia penal no solo podía condenar al acusado sino que también
podía -en el mismo fallo- ordenar al funcionario respetivo reparar el
lugar que había propiciado el accidente que dio lugar al juicio por un
cuasidelito e homicidio. El desarrollo posterior de la Administración del
Estado y la especificación de las funciones de los órganos públicos, en
tanto, ocultaron este dialogo entre lo jurisdiccional y lo administrativo
que implica el imperio judicial, pero no lo hicieron desparecer.

- El estatuto orgánico debería contener, entonces, un régimen que discipline el


ejercicio de esta potestad judicial en relación con todos los tribunales, sin perjuicio
de lo que puedan disponer para cada uno de ellos las leyes especiales que los
regulan.

Publicidad

- Hay que entender esta materia dentro de los requisitos de la justicia abierta.

- La publicidad no solo se predica de actos de decisiones de los tribunales, sino de


todos los actos.

- La función jurisdiccional se rige por el principio de publicidad como garantía para los
ciudadanos: “Los actos de los tribunales son públicos, salvo las excepciones
expresamente establecidas por la ley” (art. 9 COT).

o Las excepciones a la publicidad las determina la ley. Así, por ejemplo:

 En la justicia de familia, el juez puede impedir el acceso u ordenar la


salida de personas determinadas de la sala de la audiencia o puede
impedir el acceso del público en general u ordenar su salida para que se
practiquen diligencias específicas cuando exista una “grave afectación
al derecho de privacidad de las partes, especialmente niños, niñas y
adolescentes” (art. 15 Ley Nº 19.968 de 2004).

 En la litigación civil patrimonial, la regla general es que un juez


solamente puede reservar el conocimiento del juicio con respecto de
terceros, pero no en relación con una de las partes (sentencia de la
Corte Suprema 2019).

 En la justicia tributaria, puntualmente, la ley dispone que solo las partes


pueden acceder al juicio mientras se tramita (art. 130 i. 4 CT).

 En la litigación de libre competencia, el Tribunal de Defensa de la Libre


Competencia no solo puede ordenar una reserva respecto de los
terceros ajenos al juicio si uno de los litigantes lo pide, sino que también
puede ordenar una confidencialidad respecto de las demás partes
tratándose “de aquellos instrumentos que contengan fórmulas,
estrategias o secretos comerciales o cualquier otro elemento cuya
revelación pueda afectar significativamente el desenvolvimiento
competitivo de su titular” (art. 22 i. 8 D.L. Nº 211 de 1973).

A) ¿Publicidad o transparencia?

- En contexto de publicidad los tribunales deben entregar la información a los


interesados, en cambio, en la transparencia, los poderes públicos deben tener a
disposición de los ciudadanos toda información relacionada a su actividad (ya sea
jurisdiccional y administrativa). (ver oficina judicial virtual).

- La amplitud de la garantía de la publicidad judicial ha variado con el tiempo:

o En el año 2008 la Ley sobre acceso a la información pública (art. 8


transitorio, Ley Nº 20.285) marcó un hito al ordenar que los tribunales
dentro del Poder Judicial deben mantener a disposición permanente del
público, en el sitio electrónico del Poder Judicial, una serie de antecedentes
-actualizados al menos una vez al mes-, entre los que destacan:

 Los actos y resoluciones que tengan efectos sobre terceros, los tramites
y requisitos que debe cumplir el interesado para tener acceso al servicio
judicial, las resoluciones judiciales en los casos civiles que excedan las
500 unidades tributarias mensuales (UTM) y las sentencias penales que
implican una pena aflictiva (art. 7, letras g) y h), Ley Nº 20.285).

Esta ley puso un claro intento por anudar la publicidad (pasiva) con la
transparencia (activa), algo que ha caracterizado a los procedimientos ante la
Administración del Estado7. En este sentido, el mismo año 2008 la Corte
Suprema creó la Comisión de transparencia y acceso a la información del Poder
Judicial para cumplir con las exigencias de la Ley Nº 20.285, cuyo propósito fue
que “la información que posean o generen los tribunales de justicia sea lo más
accesible para las personas y, en especial, a los usuarios del sistema judicial”
(acta Nº 253, 1).

7
Artículo 16 de la Ley Nº 19.880 de 2003: “Principio de Transparencia y de Publicidad. El procedimiento
administrativo se realizará con transparencia, de manera que permita y promueva el conocimiento,
contenidos y fundamentos de las decisiones que se adopten en él.
En consecuencia, salvo las excepciones establecidas en la Ley de Transparencia de la Función Pública y de
Acceso a la Información de la Administración del Estado y en otras disposiciones legales aprobadas con
quórum calificado, son públicos los actos y resoluciones de los órganos de la Administración del Estado, así
como sus fundamentos y documentos en que éstos se contengan, y los procedimientos que utilicen en su
elaboración o dictación”.
o En el año 2014, a su vez, se tomó otra decisión importante en relación con la
garantía de la publicidad al dejar fuera de la ley de lobby a los miembros del
Poder Judicial, salvo al director de la Corporación Administrativa del Poder
Judicial (art. 4 Nº 8 Ley Nº 20.730).

 En virtud de este precepto, por ejemplo, la Corte Suprema hizo


extensiva la regulación del lobby a los ministros que formen parte del
consejo superior de la CAPJ y a los jueces que integran sus consejos de
coordinación zonal (Acta Nº 11 de 2015). Esto ha permitido tener acceso
a la agenda de reuniones de dichos jueces y ejercer un mayor control
sobre posibles conflictos de interés.

B) Divulgación de datos judiciales

- La protección de la información judicial que circula por diversos canales no tiene una
regulación específica en el estatuto orgánico.

o En el año 2001, por ejemplo, apenas inaugurado el sitio web del Poder
Judicial, una persona recurrió de protección en contra del CAPJ porque este
sitio permitía que cualquiera conociese un juicio de filiación en que ella era
parte, lo que, en su opinión, infringía una prohibición legal expresa
introducida en la reforma de 1998 para juicios de filiación 8. En un
comentario a este fallo, incluso afirmó que los “datos pertenecientes a una
causa judicial” de filiación eran datos sensibles.

o El caso del punto anterior dejo en evidencia el problema que supone no


contar con una regulación clara a este respecto. Cabe observar que existen
algunos casos en que los datos judiciales si reciben una protección especial.
Un ejemplo de ello es la grabación de video de la declaración de niños, niñas
y adolescentes victimas de delitos sexuales, la cual busca evitar la
victimización secundaria:

 “Los medios de comunicación social y las personas que asistan a la


audiencia no podrán fotografiar o filmar parte alguna de la declaración
judicial o de la entrevista investigativa videograbada del niño, niña o
adolescente que se reproduzca en el juicio, ni exhibir dichas imágenes o
registros, ni difundir datos que permitan identificar al declarante o a su
familia, ni hacer citas textuales de su declaración” (art. 23 i. 4 Ley 21.057
de 2018).

 La infracción a esta prohibición constituye un delito. Así, “El que fuera


de los casos permitidos por este artículo y el artículo 23 bis fotografíe,
8
Artículo 127 i. 1º del CC: “El proceso tendrá carácter de secreto hasta que se dicte sentencia de término, y
sólo tendrán acceso a él las partes y sus apoderados judiciales”.
filme, transmita, comparta, difunda, transfiera, exhiba, o de cualquier
otra forma copie o reproduzca el contenido de la entrevista investigativa
videograbada o declaración judicial o su registro, sea total o
parcialmente, o difunda imágenes o datos que identifiquen al declarante
o su familia, sufrirá la pena de reclusión menor en sus grados medio a
máximo” (art. 23 i. final Ley 21.057 de 2018).

o Ahora bien, al margen de estos casos regulados por ley, las dudas acerca de
como y cuando se protegen los datos judiciales, si bien se vinculan con la
pregunta anterior sobre la diferencia entre publicidad y transparencia en el
trabajo de los tribunales, ameritan un estudio propio.

 Este análisis se puede particular en preguntas acotadas como a la que se


refiere a la transmisión en vivo de algunos juicos o a la divulgación de
imágenes o fragmentos de una audiencia judicial.

 A este respecto se puede citar como uno de los primeros


antecedentes al caso “Vizcarra con Jueces del Tribunal Oral en lo
Penal de Coyhaique”, un fallo de 2004 en donde la Corte de
Apelaciones de Coyhaique acogió una protección interpuesta por
un periodista en contra de la resolución del tribunal que prohibió
la filmación de rostros de los acusados durante la audiencia y
difusión de sus nombres, tal como lo había pedido la fiscalía.

 Es sencillo advertir que este caso fue una consecuencia de la


(entonces) reciente entrada en vigencia de un juicio penal en
base a audiencias, cuyo diseño generó preguntas nuevas – como
la de difundir el rostro de los intervinientes- cuyas respuestas, se
elaboraron en términos clásicos de la publicidad judicial.

No fue sino hasta le ley de tramitación electrónica, dictada rápidamente en el


año 2015, que estas preguntas se empezaron a pensar en base a una categoría
especifica, la de divulgación de datos judiciales.

 Esto se debió, en buena medida, a la parquedad de la propia Ley Nº


20.886. Ella se limitó a dar una respuesta general en este campo, sin
distinguir los diversos problemas envueltos. Dicha regla general fue
prohibir el tratamiento masivo de los datos personales que se
almacenan en el sistema del Poder Judicial -las carpetas electrónicas a
las que se redirigen las Oficinas Judiciales Virtuales (OJV)- sin su
autorización previa.
 La historia legislativa de la Ley Nº 20.886 es un buen ejemplo del
temor que hubo en cuanto a convertir la tramitación electrónica
en un “DICOM judicial” (Dicom es una empresa privada que
vende información sobre deudores en relación con su capacidad
de pago). Por esto se dispuso que la infracción a esta prohibición
de tarto masivo de datos autorice a ejercer la acción de
responsabilidad civil por daños patrimoniales y morales de la ley
sobre protección a la vida privada de 1999 (art. 23 Ley Nº
19.628).

 La ley de tramitación electrónica de 2015, sin embargo, no tuvo en


cuenta la diferencia normativa entre publicidad y divulgación de datos,
ni tampoco aludió al modo en que esta nueva información sobre la
litigación chilena puede servir de insumo para tomar decisiones políticas
en el campo de la judicatura.

- En lo que resta a esta sección solo cabe plantear algunas observaciones con respecto
a lo primero a través de dos preguntas concretas: ¿quién es el dueño de los datos
judiciales? Y ¿qué pasa con la información judicial que circula fuera de tribunales?.

a. La base de los datos judiciales

- El Poder Judicial, en tanto “dueño” de la base de datos que alimenta la tramitación


electrónica, tiene que autorizar la divulgación de una parte de su contenido. Para ello
es necesario dirigir una solicitud a la CAPJ (para ser más precisos, debería dirigirse al
director regional de la CAPJ que corresponda).

o El ejercicio de este dominio -en cuanto a que es el propio Poder Judicial el


que controla esta base de datos- puede graficarse con una decisión tomada
en el año 2019, cuando el Pleno de la Corte Suprema decidió que es la
propia Judicatura la que puede establecer cuales son las causas judiciales
que deben quedar fuera del sistema de búsqueda.

 En esta misma línea, por ejemplo, la Tercera Sala de la Corte Suprema


ha rechazado algunas protecciones interpuestas en contra de quienes
ofrecen servicios jurídicos en base a información obtenida a través del
sitio web del Poder Judicial, porque estos datos “se hallan en una fuente
de libre acceso al público”.

b. Los “juicios paralelos”

- El desplazamiento del debate desde la garantía clásica de la publicidad hacia la


divulgación de datos explica también la referencia a los llamados “juicios paralelos”;
esto es, a la práctica de divulgar un juicio o partes de su contenido -especialmente en
el área de lo penal- en los medios de comunicación y/o en las redes sociales como
una manera de fortalecer la posición propia o de menoscabar la contraria.

o Entre los temas a discutir en este plano se cuentan, por ejemplo, si la


garantía constitucional de la presunción de inocencia (art. 4 CPP) también
rige para la prensa o solo opera en el marco de los tribunales, o bien, si se
podría suspender una audiencia cuando la presión mediática se vuelve una
amenaza para la imparcialidad del tribunal que conoce del caso, pues parece
que “es más razonable suspender el procedimiento cuando se produzca el
clima poco propicio, en vez de esperar la resolución final y anular todo lo
obrado.

 Esta última posibilidad revela lo importante que es el entorno en que se


toman las decisiones para la imparcialidad de los jueces. Este es uno e
los múltiples aspectos que forman parte de la garantía del juez natural.

Juez natural

- El juez natural es una garantía del debido proceso reconocida por el derecho
internacional de los derechos humanos, que en concreto asegura el derecho a ser
juzgado por un tribunal independiente, imparcial y ceñido a la legalidad:

o “Toda persona tiene derecho, en condiciones de plan igualdad, a ser oída


públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial, para
la determinación de sus derechos y obligaciones o para el examen de
cualquier acusación contra ella en materia penal” (art. 10 Declaración
Universal de los Derechos Humanos).

 Se reconoce este derecho a un juicio con Las debías garantías -un


debido proceso- es reconocido, por ejemplo, por:

 Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de 1966 (art.


14).
 La Convención Europea de Derechos Humanos de 1950 (art. 6:
“derecho a un proceso equitativo”).
 La Convención Americana sobre Derechos Humanos (o Pacto de
San José de Costa Rica) de 1969 (art. 8: “garantías judiciales”).

- La garantía del juez natural, en concreto, asegura el derecho a ser juzgado por un
tribunal independiente, imparcial y ceñido a la legalidad.
o Esta concepción positiva del juez natural supera a la aproximación
tradicional de la cultura jurídica interna que la redujo a una prohibición del
juez ad hoc (art. 19 Nº 3 i. 5 CPR)

 Esta concepción negativa del juez natural ha sido persistente en los


textos constitucionales. Así, por ejemplo, ella permea en la Constitución
de 1980 cuando se limita a aludir a la independencia judicial (la externa)
de un modo general, al prohibírsele a los poderes políticos (Ejecutivo y
Legislativo) “avocarse causas pendientes” ante los jueces (art. 76 i. 1).

 En este sentido, la primera disposición del Capítulo VI de la CPR se limitó


a reiterar los tres “momentos” de la jurisdicción (conocer, juzgar y hacer
cumplir lo resuelto, art. 76 i. 1); la inexcusabilidad (art. 76 i. 2); y el
imperio judicial (art. 76 incisos 3 y 4), cuestiones ya reguladas en el
estatuto orgánico de 1943 en sus artículos 1, 10 i. 2 y 11
respectivamente.

o El estatuto orgánico, por su parte, también denota esta concepción negativa


del juez natural en su Título I, el cual opta por concentrase solo en la
independencia judicial (externa). Con todo, dicho estatuto no se limita a la
mirada unidireccional que adoptará más adelante el texto constitucional de
1980, ya que se refiere a la independencia tanto desde el punto de vista de
quien juzga (quien no puede inmiscuirse en las tareas de otros funcionarios
públicos, art. 4 COT) como del resto de funcionarios (quienes no pueden
invadir la esfera judicial, art. 12 COT).

 Esta sección demuestra que la garantía del juez natural es bastante más
exigente que esto. Las bases de la jurisdicción en Chile -la lógica interna
de su servicio judicial- se constituyen por la legalidad, la imparcialidad y
la independencia de quien juzga.

 Estas tres categorías deben tener un lugar protagónico en el


estatuto orgánico al modo que ocurre, por ejemplo, en el Código
Iberoamericano de Ética Judicial de 2006 (CIEJ), el cual señala
que “el juez independiente es aquel que determina desde el
Derecho vigente la decisión justa, sin dejarse influir real o
aparentemente por factores ajenos al Derecho mismo” (art. 2
CIEJ).

1) Legalidad

- La legalidad engloba varias dimensiones del trabajo judicial. Ella implica que el
tribunal competente para conocer y decidir el caso ha sido establecido por la ley
(legalidad orgánica) y que la decisión se toma en base a un debido proceso y
mediante la aplicación del derecho vigente (legalidad procesal).

A) Legalidad orgánica

- Como se dijo, el modo tradicional de aludir al juez natural en Chile se limitó a esta
dimensión de la legalidad, es decir, al derecho a no ser juzgado por “comisiones
especiales” (juez ad hoc).

o Uno de los primeros efectos de esta dimensión de la garantía del juez


natural es que no debe haber tribunales que juzguen casos de manera
retroactiva. Si bien la Constitución de 1980 reiteró el estatuto orgánico en
cuanto a que la jurisdicción “pertenece exclusivamente a los tribunales que
establece la ley” (art. 76 i. 1 CPR y art. 1 COT), solo en el año 2005 se hizo
explicito algo que -hasta entonces- solo se infería del texto constitucional en
cuanto a que el tribunal debe haber sido creado por ley “con anterioridad a
la perpetración del hecho”.9

 La reforma constitucional de 2005 fue importante en este punto


porque, antes de ella, una posición minoritaria de la academia sugería
que el tribunal podía existir incluso con posterioridad a los hechos que
gatillaban el conflicto, siempre que lo fuese antes de la sentencia
definitiva, ya que la ley procesal rige in actum (de inmediato una vez
que sido publicada en el Diario Oficial).

o En la jurisprudencia chilena, el alcance de la expresión “comisiones


especiales” no es pacífico. Así, por ejemplo, si una asociación privada multa
a alguien que no forma parte de la misma por una infracción a su
reglamento, el problema no estriba en la garantía del juez -ya que en este
caso no se ejerce jurisdicción (la asociación no es un tribunal establecido por
ley)-, sino que se trata de un asunto relacionado con el derecho
constitucional de asociación (art. 19 Nº 15 CPR). A pesar de ello, en la
practica esta distinción conceptual se ha difuminado porque las personas
afectadas tienen a recurrir de protección de derechos fundamentales en las
Cortes de Apelaciones, las cuales se abrieron a reconocer una infracción al
debido proceso -en esta dimensión de la legalidad orgánica- a partir de la
década de los noventa.

o Pero en el ámbito de las asociaciones no es el único donde se plantea este


debate. El alcance de lo que debe entenderse por “comisiones especiales”
ha sido especialmente controvertido en sede administrativa. Así lo revela,
por ejemplo, el caso en que la Contraloría General de la República emite un
9
Esta última expresión, por lo demás, revela una constante inclinación de las garantías procesales por
abordar los problemas desde la perspectiva penal, más que civil.
dictamen fuera de sus atribuciones, ya que en algunas ocasiones la Corte
Suprema ha resuelto que se tarta de una “comisión especial”, pero el
Tribunal Constitucional ha estimado lo contario.

 Este tipo de pugnas sugiere que el estatuto orgánico debería explicitar


con mayor detalle los alcances de lo que se puede entender como una
“comisión especial”.

B) Legalidad procesal

- Esta dimensión del juez natural alude tanto a las atribuciones judiciales (arts. 6 y 7
CPR) como al proceso judicial (art. 19 Nº 3 i. 6 CPR).

o En cuanto a las atribuciones judiciales, el apego de quien juzga a la legalidad


no se encuentra definido por el estatuto orgánico.

 En la experiencia comparada, en cambio, hay sistemas (colombiano y


peruano) que señalan expresamente cual es el contenido de la legalidad
en relación con el trabajo judicial.

o En lo que respecta al proceso judicial, esta legalidad se traduce en un


conjunto de garantías para las partes que litigan.

2) Imparcialidad

- La imparcialidad judicial exige decidir un caso de acuerdo con el derecho y no en


base a preferencias personas y/o de un tercero.

o Esto diferencia a los jueces de los órganos administrativos que están


expresamente comprometidos con el interés general. Un tribunal, en
cambio, debe resolver conflictos (particulares) mediante la aplicación de
reglas (comunes) sea cual sea el resultado (iura novit curia = el juez conoce
le derecho).

 Este conocimiento experto se refleja sobre todo en la motivación de la


sentencia definitiva, mediante la cual el juez legitima materialmente su
trabajo.

- La imparcialidad judicial tiene dos dimensiones. Estas facetas dicen relación con los
dos elementos que definen a una instancia judicial: el hecho y el derecho.
A) Faz epistemológica

- La imparcialidad exige que quien juzga preste la misma atención a todas las
evidencias o elementos de juicio disponibles.
o Es por este motivo que el juez debe desarrollar alguna habilidades y
destrezas que no solo provienen de las disciplinas jurídicas.

 Por ejemplo: para conocer las causas de la responsabilidad penal de los


adolescentes, el juez debe estar capacitado “en los estudios e
información criminológica vinculada a la ocurrencia de estas
infracciones, en la Convención de los Derechos del Niño, en las
características y especifidades de la etapa adolescente y en el sistema
de ejecución de sanciones establecido en esta misma ley” (art. 29, Ley
Nº 20084 de 2005).

B) Faz intersubjetiva

- La imparcialidad exige a quien juzga que guarde una equidistancia e igual


consideración de las partes. Esto se resume en la idea de que “no se puede ser juez y
parte”.

o En Chile se dio este problema cuando el propio director del Servicio de


Impuestos Internos era quien resolvía los conflictos entre este órgano y los
contribuyentes (se soluciona en el año 2009 con la creación de los tribunales
tributarios y aduaneros).

a. Juez imparcial

- Un juez imparcial “es aquel que persigue con objetividad y con fundamento en la
prueba la verdad de los hechos, mantenido a lo largo de todo el proceso una
equivalente distancia con las partes y con sus abogados, y evita todo tipo de
comportamiento que pueda reflejar favoritismo, predisposición o prejuicio” (art. 10
CIEJ). Por esto mismo, “la imparcialidad de juicio obliga al juez a generar hábitos
rigurosos de honestidad intelectual y autocrítica” (art. 17 CIEJ).

b. Juez equitativo

- Un juez equitativo “es el que, sin transgredir el Derecho vigente, toma en cuenta las
peculiaridades del caso y lo resuelve basándose en criterios coherentes con los
valores del ordenamiento y que pueden extenderse a todos los casos sustancialmente
semejantes” (art. 37 CIEJ).

c. Juez prudente

- Un juez prudente “es el que procura que sus comportamientos, actitudes y


decisiones sean el resultado de un juicio justificado racionalmente luego de haber
meditado y valorado argumentos y contraargumentos disponibles en el marco del
Derecho aplicable” (art. 69 CIEJ).

- Al igual que lo que ocurre con el contexto social y la categoría de juez equitativo, el
estatuto orgánico también ignora este aspecto de la función jurisdiccional, lo que
obstaculiza un correcto desempeño de los jueces.

o Lo que enseña la experiencia chilena es que el desarrollo de estas u otras


cualidades no puede quedar entregado a las virtudes personales o la
intuición de cada juez, sino que debe asumirse como un desafío
institucional.

3) Independencia

- La independencia judicial es una garantía que opera en:

1. Un plano externo: con respecto a otros poderes del estado (art. 12 COT) y a los
particulares (ya sean personas naturales o jurídicas).

2. Un plano interno: dentro del propio poder judicial.

- Esta dimensión ha sido muy discutida.

o Un ejemplo de estos es la tesis que sostiene que lo que legitima


materialmente el actuar de los jueces es su independencia, a diferencia de la
administración que se legitima materialmente con el principio comisarial,
dado que los agentes del Poder Ejecutivo actúan como mandatarios de un
superior jerárquico”.

 Este enfoque monista tiene al menos dos deficiencias ostensibles:

1) No repara que quienes juzgan en Chile guardan más de una


semejanza con los funcionarios públicos, por lo que es preciso
delimitar cuestiones que son propias de estos últimos como, por
ejemplo, el alcance que tiene el principio de probidad en el trabajo
judicial (el deber de anteponer el interés general por sobre los
intereses particulares).

2) Relega a un plano secundario las demás exigencias de imparcialidad


y de legalidad que definen la garantía del juez natural, y que son las
que permiten delimitar aspectos centrales de la organización judicial
como los tipos de responsabilidad e inhabilidades que afectan a los
jueces, entre otros.
A) Independencia externa

- Esta dimensión de la independencia es relevante porque la jurisdicción también


implica un control de las actuaciones de los poderes del estado, de la administración
y de los particulares, quienes, por lo mismo, podrían querer interferir en este control.

o La contrapartida de esta independencia es que se prohíbe “al Poder Judicial


mezclarse en las atribuciones de otros poderes públicos” (art. 4 COT). Con
esto se busca minimizar el riesgo de activismo judicial y, en último término,
de un “gobierno de los jueces”.

B) Independencia interna

- Esta dimensión de la independencia asegura que el juez no sea presionado por otro
juez en el ejercicio de su función. Este derecho se cristaliza en el principio de
inavocabilidad de acuerdo con el cual ningún juez puede inmiscuirse en el caso de
otro para decidirlo en su lugar (art, 8 COT).

- La independencia interna es el aspecto que ha generado más debate dentro del


propio Poder Judicial. Las discusiones han atravesado cuestiones como el buen
comportamiento y la inamovilidad de los jueces, la potestad disciplinaria y
correccional de la Corte Suprema, la responsabilidad judicial, las causales de
implicancia y recusación y, en general, la carrera judicial.

o El hilo conductor de estas críticas ha sido la confusión entre funciones


jurisdiccionales y administrativas en manos de las Cortes. Uno de los
ejemplos más citados es el que sean las mismas Cortes que revisan los fallos
de primera instancia a través de los recursos procesales las que califiquen a
los jueces; ello pone en riesgo su independencia interna, ya que quien juzga
en primera instancia tenderá a fallar en el mismo sentido en que decide la
que Corte lo evalúa.

 Práctica del “besamanos”.


 Lobby.

- Una concepción positiva y no monista de la garantía del juez natural hace explícitos
este tipo de desafíos y permite elaborar respuestas coherentes para los mismos. De
allí que se debería preferir esta aproximación a otras que son de corte negativo y/o
reduccionistas del trabajo judicial.

- El estatuto orgánico no puede seguir guardando silencio sobre estas dimensiones de


la jurisdicción, sino que debe dar cuenta de todas las condiciones necesarias y
suficientes que permite su ejercicio en una sociedad moderna. Esto exige abandonar
el entramado colonial de la judicatura.

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