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CATEDRÁTICO:
CALZADA GURRIA CLARISSA MARIA
ALUMNO:
PÉREZ HERNÁNDEZ MIGUEL ELIAS
GRUPO:
3er Semestre
1. LITIGIO Y PRETENCIÓN
Inicio al presente estudio surge del derecho humano identificado como tutela
judicial efectiva. Por disposición constitucional los individuos (la población) han de
renunciar a la justicia por propia mano para depositar como función estatal de
servició público la impartición de justicia. Así, todo aquel que se duela en la
afectación de un derecho y que tenga necesidad de ser resarcido o constituido en
su goce debe acudir a los tribunales a plantear su pretensión. Los órganos
jurisdiccionales, como se establece en el Artículo 141 Constitucional, estarán
constituidos para pronunciarse y resolver de acuerdo a las formalidades
esenciales del procedimiento ante tribunales previamente establecidos conforme a
leyes expedidas aplicables, de acuerdo a reglas previamente establecidas.
Las condicionantes se encuentran en la normativa procesal. El entramado jurídico
establece las distintas formalidades para acudir a solicitar el acceso a la tutela
judicial a las que deben sujetarse Los interesados. Y uso esta palabra interesados
porque el ejercicio de la acción jurisdiccional justamente depende de la voluntad
del Promovente. Es este quien decide el momento para acudir a solicitar el inicio
de un procedimiento. Hecho esto, deberá ajustarse a las directrices para seguir su
cauce.
El litigio y la pretensión son elementos indispensables para la existencia del
proceso, mismo que comprende diferente tipo de Litis en relación con la materia.
De lo anterior se desprende la necesidad de su estudio y comprensión La presente
investigación nos conducirá hacía un proceso en especial: el juicio de amparo.
La trilogía estructural del derecho procesal son 3 formas muy importantes como lo
son, la jurisdicción, la acción y el proceso.
La jurisdicción es el poder de administrar justicia, o más concretamente, como el
poder de declarar el derecho y de aplicar la ley, en pocas palabras se puede
representar a la jurisdicción como el espacio legal donde un organismo jurídico va
a tener el poder de aplicar las leyes que las rigen.
Su fundamento en la forma de organización del Estado y se desarrolla a lo largo
del proceso. En términos constitucionales, -La potestad de administrar justicia
emana de los ciudadanos y ciudadanas y se imparte en nombre de La República
por autoridad de La Ley- y le corresponde, a los órganos que ejercen tal función.
La Acción deviene de la locución latina actio, que significa actus, actos jurídicos.
Couture17 nos muestra las diferentes acepciones de la acción como derecho
subjetivo hecho valer durante el juicio, como pretensión o reclamación y como
facultad para provocar al órgano jurisdiccional a que constituya un proceso.
Consideramos que la última acepción dada por el autor es la más acertada, ya que
la acción es un poder otorgado a los particulares por parte de la ley para activar la
función jurisdiccional, manifestada materialmente en la admisión de las
pretensiones por un juzgador, constituyendo así un proceso que tenga como
objetivo dirimir el litigio.
El proceso Cipriano Gómez Lara40 alude al proceso como un conjunto de actos
complejos por parte del Estado soberano, con la finalidad de dirimir un litigio, así:
“entendemos por proceso un conjunto complejo de actos del estado soberano, de
las partes interesadas y de los terceros ajenos a la relación sustancial, actos todos
que tienden a la aplicación de una ley general a un caso concreto controvertido
para solucionarlo o dirimirlo.
El autor alude a la trilogía del derecho procesal: la acción, más la jurisdicción, más
la actividad de terceros (peritos, testigos, etc.) dan como resultado el proceso. Así,
podemos inferir que todos los actos provenientes del Estado mediante sus
órganos facultados ejercen la jurisdicción cuando materialmente están dotados de
facultades para hacerlo. Los actos provenientes de las partes ejercen la acción
como herramienta para provocar la función pública jurisdiccional; y los actos
provenientes de terceros, son aquellos que se realizan con el objetivo de auxiliar a
la impartición de justicia coadyuvando con el juzgador o con las partes. Jaime
Guasp define al proceso, en sentido amplio, sin especificar las partes, como “un
instrumento de satisfacción de pretensiones”. La anterior definición limita al
proceso como único satisfactor de pretensiones; sin embargo, existen medios
alternativos para la solución de conflictos que de igual forma satisfacen
pretensiones sin llegar a la jurisdicción.
3. Parte
Para Ovalle Favela, “las partes son los sujetos procesales cuyos intereses
jurídicos se controvierten en el proceso”. Por su lado, Chiovenda alude al concepto
de partes como: “el que demanda en nombre propio (o en cuyo nombre es
demandada) una actuación de la voluntad de la ley, y aquel frente a cual esta es
demandada”.
Alcalá-Zamora46 define a las partes como “los sujetos que reclaman una decisión
jurisdiccional respecto a la pretensión que en el proceso se debate”. Es decir, la
conceptualización de “parte” tiene el carácter meramente procesal, pues se infiere
de los conceptos mencionados que para ser está dentro del proceso, se debe de
tener una pretensión en contra de otra persona que sufra un menoscabo en su
esfera jurídica. Pues se trata de hacerlo someter a la voluntad del primero con
base en la función jurisdiccional. De ello, deriva el carácter estimatorio de la acción
y el carácter desestimatorio de la excepción. Como se ha establecido, el
accionante establece pretensiones que se hacen valer frente al juzgador, mientras
que el demandado opone excepciones o defensas para desvirtuar todo acto
negativo que se le atribuye con la intención de ser favorecido en su momento por
la sentencia que el órgano jurisdiccional dictaminará. Esto con independencia de si
es a nombre propio o en representación, pues la terminología puramente procesal,
arguye a la existencia de poder realizar actos jurídicos dentro del litigio.
Por ello, se tiene que las partes son aquellas que elaboran una demanda o
interponen una denuncia en contra de otro sujeto, formándose así la relación
jurídica procesal, y este sujeto denominado demandado será aquel que se
defenderá dentro del proceso.
Solo para cerrar el tema, no se pretende poner en duda la calidad formal de parte
de los sujetos procesales que intervienen en el juicio de amparo. Ese no es el
propósito de este trabajo. Lo que sí se puede lograr, partiendo de la premisa del
conocimiento técnico de los conceptos en cuestión, es advertir y justificar la
necesidad de tramitar y resolver los reclamos constitucionales desde canales
diferentes, cada uno de ellos justificado a través de la exposición de premisas que
conducen a las conclusiones que habrán de sostener.
Y en este aspecto, dar sentido al hecho de que si bien en el juicio constitucional
quejoso, tercero interesado, autoridad responsable y Ministerio Público son parte
formal, su posición respecto a la pretensión, acción, interés litigio, excepción
(como conceptos básicos del proceso), presenta diferencias a partir de las
cualidades del reclamo que se plantea. Cada una de las partes recibe un trato de
acuerdo a su posición y su participación, también debe ser entendida a través del
concepto de capacidad para acudir al mismo.