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JURIDICCION:

NOMBRE : MONICA GUADALUPE YUCRA MAMANI

1. Introducción
Jurisdicción y competencia son dos términos comunes a los ordenamientos del
Civil Law como del Common Law y, no obstante ser diferentes, muchas veces son
confundidos. Basta recordar cualquier serie de televisión o película
norteamericana en la que alguna persona con autoridad (policía, comisario, militar
o miembro del FBI) señala tener o no jurisdicción dentro de un área para conocer
determinado caso (verbigracia, un crimen); cuando lo que en realidad debería
decir es tener o no competencia (territorial) para abordar el asunto. En el
ordenamiento anglosajón la palabra competence es de naturaleza polisémica
pudiendo hacer alusión también a lo que nosotros conocemos como capacidad. A
continuación, analizaremos los artículos correspondientes a la jurisdicción y la
competencia en el Código Procesal Civil peruano al tiempo que comentaremos las
diferencias entre estas figuras.

2. La jurisdicción
2.1. Órganos y alcances de la potestad jurisdiccional civil
De acuerdo con el artículo 1 del Código Procesal Civil, tenemos que:

Artículo 1.- Órganos y alcances de la potestad jurisdiccional civil

La potestad jurisdiccional del Estado en materia civil, la ejerce el Poder Judicial


con exclusividad. La función jurisdiccional es indelegable y su ámbito abarca todo
el territorio de la República.

Jurisdicción es expresión de la soberanía del Estado que se manifiesta en el poder


absoluto de juzgar. Solo aquellas personas que están investidas de autoridad lo
pueden hacer y sus decisiones una vez ejecutoriadas adquieren el valor de cosa
juzgada, esto es, se transforman en decisiones inmodificables y absolutas.
Solo los jueces pueden declarar el derecho y nadie más, salvo las excepciones
que contemple la ley como veremos más adelante. Que se resuelvan las
controversias con relevancia jurídica y que la paz social en justicia sea devuelta es
el fin al que toda sociedad aspira y cuyo logro no se lograría sin su concretización
a través del proceso. Consideramos que la llamada función jurisdiccional (o, más
específicamente, jurisdicción) es el poder-deber del Estado previsto para
solucionar conflictos de intereses intersubjetivos, controlar las conductas las
antisociales (faltas o delitos) y también la constitucionalidad normativa, en forma
exclusiva y definitiva, a través de órganos especializados que aplican el derecho
que corresponde al caso concreto, utilizando su imperio para que sus decisiones
se cumplan de manera ineludible, y promoviendo a través de ellas una sociedad
con paz social en justicia.
Es un poder porque solo algunos detentan, en este caso los jueces, mientras que
el resto queda excluido en virtud de la proscripción de la autotutela y, en esa línea,
cualquier conflicto de intereses con relevancia jurídica es derivado a un tercero
investido del poder para ponerle fin (heterotutela). Que sea un deber es una
consecuencia de su faceta de poder ya que aquellos que detentan la función
jurisdiccional lo hacen para resolver conflictos, o sea, una vez investidos de este
poder quedan obligados a lo que conlleva: solucionar pleitos que interesen al
derecho.
Según el artículo 139 de la Constitución del 93:
Artículo 139.- Principios de la Administración de Justicia
Son principios y derechos de la función jurisdiccional:
1. La unidad y exclusividad de la función jurisdiccional.
No existe ni puede establecerse jurisdicción alguna independiente, con excepción
de la militar y la arbitral.
La jurisdicción ante todo es una función. Las definiciones que la conciben como
una potestad solo señalan uno de los aspectos de la jurisdicción. No se trata
solamente de un conjunto de poderes o facultades, sino también de un conjunto
de deberes de los órganos del poder público. Esa función se realiza mediante
órganos competentes. El orden jurídico que regula la organización estatal crea los
órganos adecuados para el ejercicio de cada una de las funciones públicas.
Frente a lo desarrollado, asumimos la posición de Couture que define la
jurisdicción como la función pública realizada por órganos competentes del
Estado, con las formas requeridas por la ley, con el objeto de dirimir conflictos y
controversias de relevancia jurídica, mediante decisiones con autoridad de cosa
juzgada, eventualmente factibles de ejecución.
En conclusión, la jurisdicción es aquel poder-deber del Estado de resolver
controversias con relevancia jurídica. Poder porque solo algunos órganos
especializados lo detentan y deber ya que aquellos órganos investidos de poder
están obligados a declarar el derecho en el caso concreto con miras a obtener la
paz social en justicia mediante decisiones definitivas e irrevisables.
2.2. Ejercicio y alcances
De acuerdo con el artículo 2 del Código Procesal Civil, tenemos que:
Artículo 2.- Ejercicio y alcances.

Por el derecho de acción todo sujeto, en ejercicio de su derecho a la tutela


jurisdiccional efectiva y en forma directa o a través de representante legal o
apoderado, puede recurrir al órgano jurisdiccional pidiendo la solución a un
conflicto de intereses intersubjetivo o a una incertidumbre jurídica.
Por ser titular del derecho a la tutela jurisdiccional efectiva, el emplazado en un
proceso civil tiene derecho de contradicción.
La acción es pues un derecho subjetivo público de activar la jurisdicción mediante
el proceso. El derecho de acción no solo se puede ver materializado por la
declaración del demandante, a través de la demanda, sino que también es un
derecho que puede ser ejercido por el demandado a través de la contrademanda.
Este ejercicio produce en el proceso una acumulación de pretensiones.
En otras palabras, es aquel derecho que tienen los justiciables (demandante y
demandado) de solicitar a los tribunales de justicia su intervención en la resolución
de una controversia con relevancia jurídica.
Lo importante de la redacción de la norma es que el derecho de acción no se
agota en la actividad del demandante, sino que también es extensiva a la que
realice el demandado a través de la incorporación de sus pretensiones en el
proceso. De ahí que la redacción de la norma señala “por el derecho de acción
todo sujeto […] puede recurrir al órgano jurisdiccional pidiendo la solución a un
conflicto de intereses.
2.3. Regulación de los derechos de acción y contradicción

De acuerdo con el artículo 3 del Código Procesal Civil, tenemos que:


Artículo 3.- Regulación de los derechos de acción y contradicción
Los derechos de acción y contradicción en materia procesal civil no admiten
limitación ni restricción para su ejercicio, sin perjuicio de los requisitos procesales
previstos en este Código.
En la jurisdicción contenciosa concurren tanto la acción y la contradicción. El
derecho de acción es el poder jurídico de reclamar la prestación de tutela
jurisdiccional. Es un derecho subjetivo procesal que se dirige al juez, como órgano
del Estado, para solicitar la puesta en movimiento de la actividad judicial y obtener
un pronunciamiento jurisdiccional, al margen que ampare o no, la pretensión
interpuesta.

Es decir, quien solicita la intervención del juez para resolver una controversia con
relevancia jurídica indefectiblemente va a obtener una respuesta del magistrado
pero no necesariamente a su favor, o sea, amparando su pretensión.

La contestación de la demanda permite la posibilidad de contradecir o no la


demanda. El principio de bilateralidad brinda esa oportunidad y no exige la
materialización de la contradicción. Se agota en la mera posibilidad del ejercicio de
la contradicción. La contestación encierra el ejercicio de una facultad que es
incompatible con la anterior. Por citar un ejemplo, si luego de contestada la
demanda se interpone excepciones porque todavía se encuentra pendiente el
término para interponerlas, ello no puede prosperar porque ha operado
automáticamente la preclusión con la contestación de la demanda.

El demandado tiene el derecho pero no está obligado a contestar la demanda. Si


no lo hace se le declarará rebelde. En caso acepte la pretensión dirigida contra él
operará el allanamiento y, en el supuesto que acepte la pretensión dirigida contra
él y además admita la veracidad de los hechos expuestos en la demanda y los
fundamentos jurídicos de esta procederá el reconocimiento.

El derecho de contradicción al igual que el derecho de acción pertenece a toda


persona, sea natural o jurídica, por el solo hecho de ser demandada y se identifica
con el derecho de defensa frente a las pretensiones del demandante. La
contradicción se fundamenta en un interés general porque no solo mira a la
defensa del demandado y la protección de sus derechos sometidos al proceso,
sino que, principalmente, contempla el interés público en el respeto de dos
principios fundamentales para la organización social:
a) no se puede juzgar a nadie sin haber sido oído y sin darle los medios
adecuados para su defensa, en un plano de igualdad de oportunidades y
derechos;
b) no se puede hacer justicia por sí mismo.
En suma, toda persona (natural o jurídica) tiene el derecho a solicitar la
intervención de los jueces para resolver controversias con relevancia jurídica, no
obstante que en la contradicción, como manifestación del derecho de defensa,
subyace un interés público al ser parte de la tutela jurisdiccional efectiva.

2.4. Consecuencia del ejercicio irregular del derecho de acción civil


De acuerdo con el artículo 4 del Código Procesal Civil, tenemos que:

Artículo 4.- Consecuencias del ejercicio irregular del derecho de acción civil.

Concluido un proceso por resolución que desestima la demanda, si el demandado


considera que el ejercicio del derecho de acción fue irregular o arbitrario, puede
demandar el resarcimiento por los daños y perjuicios que haya sufrido, sin
perjuicio del pago por el litigante malicioso de las costas, costos y multas
establecidos en el proceso terminado.

El ejercicio de la acción es inherente a todo sujeto de derecho y se materializa con


la demanda. La acción se ejerce ante los órganos jurisdiccionales con el fin de
obtener el pronunciamiento sobre una pretensión contenida en la demanda. La
pretensión es un acto por el cual se busca que el juez reconozca algo con
respecto a una cierta relación jurídica. Implica la afirmación de un derecho y la
reclamación de la tutela jurídica para el mismo, sin embargo, ese derecho puede
ser desestimado.
Cuando estamos bajo ese supuesto, la norma en comentario permite demandar el
resarcimiento por los daños y perjuicios siempre que el ejercicio del derecho de
acción fue irregular o arbitrario, para lo cual corresponde a los jueces decidir sobre
los alcances y la calificación de tal ejercicio.
Es decir, cuando el demandante es vencido en juicio y de este se derivan daños y
perjuicios para con el demandado, deberá evaluarse si hubo o no ejercicio
irregular del derecho de acción a efectos de indemnizar o no a la víctima del daño.
En caso sea irregular, qué duda cabe, nos encontramos ante un tipo de ejercicio
abusivo del derecho.

Será regular el ejercicio del derecho de acción como regla general cuando se
acredite la afectación o lesión del derecho subjetivo material o, por lo menos, la
existencia de incertidumbre jurídica que justifica solicitar tutela jurisdiccional.
Contrario sensu, será irregular el ejercicio del derecho de acción cuando no existe
afectación del derecho subjetivo material o no existe incertidumbre jurídica.
Adicionalmente, debe realizarse una actividad complementaria de verificarse la
existencia de afectación de los principios y deberes procesales.

De lo expuesto, debe tenerse en cuenta que dado que el derecho subjetivo


adjetivo es instrumental. Para ubicamos dentro del ejercicio irregular del derecho
de acción, primero debe verificarse la lesión del derecho subjetivo material, que
habilita el ejercicio del derecho subjetivo adjetivo dentro del proceso. De allí surge
la dificultad para determinar si el contenido del ejercicio irregular del derecho de
acción es necesario recurrir al Derecho Civil o basta con las normas procesales.
Para nosotros se trata de una relación complementaria.

En otras palabras, en primer lugar, debe identificarse el daño patrimonial (daño


emergente y lucro cesante) y el daño extra patrimonial (daño moral y daño a la
persona) y, posteriormente, recurrirse a las normas procesales.

El Código Procesal Civil, a través del artículo 112, enuncia algunas pautas que
podrían ser catalogadas como ejercicio abusivo del derecho. Ejemplos: entorpecer
por cualquier medio el desarrollo del proceso; obstruir la actuación de los medios
probatorios; promover un proceso para fines ilegales o propósitos fraudulentos;
alegar a sabiendas hechos contrarios a la realidad, entre otros.

Para la doctrina jurisprudencial, constituye actuación con temeridad y mala fe la


falta de apelación de una resolución que rechaza el remedio proceso de nulidad,
así como la designación indebida de un procurador público, las cuales afectaron el
derecho de defensa del Ministerio de Agricultura; violentándose los deberes
tipificados en los artículos IV del Título Preliminar, 109 y 112 del CPC (Cas. N.
4784-2007-Lima, El Peruano, 01/12/2008, pp. 23276-23277)

Para nosotros se configura un abuso del derecho de acción como manifestación


del derecho a la tutela jurisdiccional efectiva.

3. La competencia
3.1. Competencia civil
De acuerdo con el artículo 5 del Código Procesal Civil, tenemos que:

Artículo 5.- Competencia civil

Corresponde a los órganos jurisdiccionales civiles el conocimiento de todo aquello


que no esté atribuido por la ley a otros órganos jurisdiccionales.

Tradicionalmente, los conceptos de jurisdicción y competencia eran tratados como


sinónimos. Hoy se concibe que la competencia es una medida de la jurisdicción.
Todos los jueces tienen jurisdicción, pero no todos tienen competencia para
conocer un determinado asunto. Un juez competente es, al mismo tiempo, juez
con jurisdicción, pero un juez incompetente es un juez con jurisdicción pero sin
competencia.
La jurisdicción involucra declarar el derecho, es decir, resolver conflictos de
intereses con relevancia jurídica. En ese sentido, la jurisdicción es común a todos
los jueces. En cambio, cuando hablamos de competencia, nos referimos a la
aptitud o idoneidad de los jueces de encargarse de resolver determinados tipos de
temas en función a determinados criterios.

Giovanni Priori define la competencia como la aptitud que tiene un juez para
ejercer válidamente la potestad jurisdiccional. Dicha aptitud está definida en virtud
de determinados ámbitos que la ley se encarga de establecer. De esta forma, la
competencia es un presupuesto de validez de la relación jurídica procesal. Como
lógica consecuencia de lo anterior, todo acto realizado por un juez incompetente
será nulo.

Según Gonzáles Álvarez, los principios de división del trabajo y división del poder
informan la distribución de la labor funcional de jurisdicción a través de muchos
órganos jurisdiccionales. Así, la funcionalidad orgánica del Poder Judicial, a través
de esos muchos jueces, se distribuye o reparte en atención a varios factores, lo
que no significa que la jurisdicción se distribuya o reparta. Esta sigue siendo una
sola. Siempre.

La presente norma se remite a la competencia objetiva por la materia, que es


catalogada en atención a la naturaleza del conflicto en discusión. Ello nos lleva a
distinguir la competencia tanto civil, laboral, penal, etc. La norma de manera
excluyente considera de competencia del juez civil toda aquella materia que no le
esté atribuida conocer a otros jueces. En otras palabras, si tomamos como criterio
para clasificar los órganos judiciales en el modo de atribuirles competencia,
podemos distinguir entre órganos de competencia general u ordinarios y órganos
de competencia especializada.
La materia vendría a ser entonces el tema, el área o sub-área del derecho sobre el
que corresponde declarar el derecho al juez, es decir, controversia con relevancia
jurídica que deberá ser resuelta por el juzgador.
El artículo en comentario se acoge al primer modelo, a la competencia de carácter
general y confía al juez civil el conocimiento de todos los asuntos que surjan, de
tal forma que la generalidad implica vis atractiva sobre los asuntos no atribuidos
expresa y concretamente a otros juzgados. De ahí que se justifique lo señalado
por la norma en comentario: “corresponde a los órganos jurisdiccionales civiles el
conocimiento de todo aquello que no esté atribuido por la ley a otros órganos
jurisdiccionales”.

3. Conclusiones
La jurisdicción es aquel poder-deber del estado de resolver controversias con
relevancia jurídica. Poder porque solo algunos órganos especializados lo detentan
y deber ya que aquellos órganos, investidos de poder, están obligados a declarar
el derecho en el caso concreto con miras a obtener la paz social en justicia
mediante decisiones definitivas e irrevisables.

La acción es aquel derecho que tienen los justiciables, demandante y


demandando, de solicitar a los tribunales de justicia su intervención en la
resolución de una controversia con relevancia jurídica.

Cuando hablamos de competencia, nos referimos a la aptitud o idoneidad de los


jueces de encargarse de resolver determinados tipos de temas en función a
determinados criterios como la materia, la cuantía, el territorio y el grado.

4. Bibliografía
COCA GUZMÁN, Saúl José (2020). “¿Qué es el ‘abuso del derecho’? (artículo II
del Título Preliminar del Código Civil)”. Disponible aquí.
GONZÁLES ÁLVAREZ, Roberto (2016). “Comentario al artículo 5 del Código
Procesal Civil”. En: Código Procesal Civil comentado por los mejores
especialistas. Análisis y comentarios artículo por artículo, Tomo I, pp. 171-182.
GONZÁLES ÁLVAREZ, Roberto (2016). “Comentario al artículo 10 del Código
Procesal Civil”. En: Código Procesal Civil comentado por los mejores
especialistas. Análisis y comentarios artículo por artículo, Tomo I, pp. 205-210.
LEDESMA NARVÁEZ, Marianella (2008). Comentarios al Código Procesal Civil.
Análisis artículo por artículo. Tomo I. Lima: Gaceta Jurídica.
MONROY GALVEZ, Juan Monroy (1997). Introducción al proceso civil. Tomo I.
Santa Fe de Bogotá: Temis.
PRIORI POSADA, Giovanni (2004). “La competencia en el Proceso Civil peruano”.
En: Derecho & Sociedad, Lima: PUCP, n.° 22, pp. 38-52.

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