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de Bolivia
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0676/2017-S1
Acción de libertad
Expediente: 17598-2016-35-AL
Departamento: La Paz
III.1. Sobre los principios ético morales de la sociedad plural y los valores
que sustenta el Estado boliviano
Resulta necesario señalar que la Constitución Política del Estado, por otra
parte, refiriéndose a la nueva institucionalidad del Estado Plurinacional, augura
superar con creces la estructura colonial estableciendo que, de acuerdo con lo
previsto en el art. 8.I de la CPE, los principios ético morales de la sociedad
plural que el Estado asume y promueve son: suma qamaña (vivir bien),
ñandereko (vida armoniosa), teko kavi (vida buena), ivi maraei (tierra sin mal) y
qhapaj ñan (camino o vida noble), así como ama qhilla, ama llulla, ama suwa
(no seas flojo, no seas mentiroso ni seas ladrón), estos últimos, mandatos de
restricción que pudiendo ser de orden imperativo para cada individuo, en cada
hogar de las bolivianas y bolivianos, es también esencia de un pensamiento
colectivo enraizado en las NPIOC que; sin embargo, de manera permanente se
confronta con ciertos males como la corrupción que lastiman nuestras
instituciones y sociedad, razón por la que el Estado encuentra como un
elemento transformador de la sociedad la lucha contra la corrupción. Una
inequívoca señal de esta voluntad está en la previsión del art. 123 de la CPE,
que establece e instituye el principio de irretroactividad de la ley excepto en
materia de corrupción, para investigar, procesar y sancionar los delitos
cometidos por servidores públicos contra los intereses del Estado; y en el resto
de los casos señalados por la Norma Suprema.
El art. 125 de la CPE, dispone que: “Toda persona que considere que su vida
está en peligro, que es ilegalmente perseguida, o que es indebidamente
procesada o privada de libertad personal, podrá interponer Acción de
Libertad y acudir, de manera oral o escrita, por sí o por cualquiera a su nombre
y sin ninguna formalidad procesal, ante cualquier juez o tribunal competente en
materia penal, y solicitará que se guarde tutela a su vida, cese la persecución
indebida, se restablezcan las formalidades legales o se restituya su derecho a
la libertad” (las negrillas son agregadas).
(…)
POR TANTO
PRESIDENTE
Fdo. Dr. Macario Lahor Cortez Chavez
MAGISTRADO
SALA SEGUNDA
Acción de libertad
Expediente: 21605-2017-44-AL
Departamento: La Paz
En este contexto, el art. 23.I de la CPE, establece que: `Toda persona tiene
derecho a la libertad y seguridad personal. La libertad personal sólo podrá ser
restringida en los límites señalados por la ley, para asegurar el descubrimiento
de la verdad histórica en la actuación de las instancias jurisdiccionales´,
contenido axiológico que es resaltado en el parágrafo III del mismo artículo,
que sostiene: `Nadie podrá ser detenido aprehendido o privado de su libertad,
salvo en los casos y según las formas establecidas por la ley. La ejecución del
mandamiento requerirá que este emane de autoridad competente y que sea
emitido por escrito´; postulados constitucionales que emergen a partir de la
propia obligación del Estado de establecer una política criminal y en su efecto
determinar qué bienes jurídicos deben ser protegidos mediante sanciones
punitivas aplicables a quienes incurran en conductas prohibidas, debiendo en
consecuencia, determinarse los procedimientos específicos a seguir y de los
que derive la responsabilidad de los infractores de la ley, siempre respetando
el debido proceso y el derecho a la defensa.
Ahora bien, la decisión por una u otra categorización, respecto a las conductas
sancionables, que como dijimos corresponde al legislador, permite, a partir de
la consideración de los hechos sociales, establecer procedimientos
sancionatorios distintos y proporcionales al bien jurídico tutelado, pues se
reitera, siendo que es al legislador a quien le compete la creación o
identificación de nuevos hechos punibles, esa labor se cumple asimilando la
intensidad con que la Constitución protege a los bienes jurídicos, de ese modo
aquellos protegidos con mayor vigor, como son la vida, la salud, la educación,
la democracia, la propiedad, merecen proporcional calificación como delitos;
mientras que otros a los que el sistema constitucional o legal identifica
como menos gravosos a los derechos de las personas, son calificados
como infracciones, así las infracciones de tránsito, riñas y peleas
callejeras, incumplimientos tributarios menores, etc.; son conductas
reprochadas administrativamente y por tal motivo merecen una sanción
de tal tipo, administrativa. En síntesis, si bien el legislador tiene atribuida la
función de categorizar las conductas antijurídicas como delitos o infracciones,
ello viene predeterminado por la gravedad social que esos hechos implican,
desde la perspectiva de la constitución.
Ahora bien, una de las características de los valores, es que pueden ser
cumplidos y acatados en mayor y menor medida, ello implica que su
cumplimiento es algo que se puede medir; aplicada a la obligación estatal de
respetar los valores, como obliga el art. 8.II de la CPE, el valor libertad
exterioriza un parámetro de la calidad del sistema estatal boliviano, puesto que
a mayor respeto de los valores, más constitucional es el Estado, mientras que
la disminución de la vigencia de los mismos, reduce el respeto por las normas
constitucionales. Por ello, el Estado, sus normas y sus autoridades, deben
proyectar el máximo respeto a la libertad del ser humano en todas sus
expresiones, incluyendo la libertad física y personal, pues ello redunda en un
mayor cumplimiento de la Constitución Política del Estado, supremo objetivo de
este Tribunal Constitucional Plurinacional.
De otro lado, las normas del art. 23.I de la CPE, disponen que toda
persona tiene derecho a la libertad y seguridad personal, previsión que
asume y proclama a la libertad personal como un derecho, por ello con
las características propias de éstos de inviolabilidad, universalidad,
interdependencia, indivisibilidad y progresividad, conforme a las normas
del art. 13 de la citada Norma Suprema.
Al respecto cabe señalar que si bien la Norma Suprema en su art. 251, faculta
a la Policía Boliviana para la defensa de la sociedad, la conservación el orden
público y el cumplimento de las leyes, y particularmente en relación al último
mandato, la institución del orden tiene la obligación de conducir su proceder
conforme a lo establecido en la Ley Fundamental, esto no supone que deba
proceder a la aprehensión indiscriminada de cualquier persona, porque tiene
por límite el resguardo, conservación y respeto de los derechos y garantías
constitucionales; así sus actos no pueden poner en peligro ni restringir
libertades constitucionales; por lo que los derechos de primera línea contenidos
en el art. 23 de la CPE, entre ellos la libertad personal; deben ser de particular
observancia por la referida entidad y sus funcionarios.
POR TANTO
MAGISTRADO
MAGISTRADA
“1. Ninguna disposición del presente Pacto podrá ser interpretada en el sentido de
conceder derecho alguno a un Estado, grupo o individuo para emprender actividades o
realizar actos encaminados a la destrucción de cualquiera de los derechos y libertades
reconocidos en el Pacto o a su limitación en mayor medida que la prevista en él. 2. No
podrá admitirse restricción o menoscabo de ninguno de los derechos humanos
fundamentales reconocidos o vigentes en un Estado parte en virtud de leyes,
convenciones, reglamentos o costumbre, so pretexto de que el presente Pacto no los
reconoce o los reconoce en menor grado”.
Bajo esa tesitura, la interpretación más favorable de los derechos humanos se encuentra
plasmado en nuestro ordenamiento jurídico, conforme lo previsto en el citado art. 256
de la CPE, concordante con los arts. 13.IV y 410.II de la misma Ley Fundamental.