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El Procedimiento ordinario.
Es un proceso que se caracteriza por la prevalecía de los Principios Procesales de: Impulso
Procesal de Oficio, Inmediación y Oralidad; los cuales garantizan el ejercicio de los
Derechos Laborales en Guatemala y el cumplimiento del Mandato Constitucional para el
Organismo Judicial, la aplicación de una Justicia pronta y cumplida.
La nulidad por vicios no formales sólo puede ser declarada en los casos de
irregularidades que perjudiquen derechos de las partes o que impidan o dificulten la
aplicación de la ley.
Es el que se aplica a todos los conflictos salvo que la ley diga que ese conflicto estará
regido por un procedimiento diferente. Ese procedimiento está contemplado en el código de
Trabajo en los artículos 508. Hay otras disposiciones que le son aplicables.
El procedimiento empieza con el apoderamiento del tribunal. Art. 508, en toda materia
ordinaria relativa a conflictos jurídicos, la acción se inicia mediante demanda escrita de
la parte que reclama dirigida al juez del tribunal competente y entregada al secretario de
dicho tribunal con los documentos que la justifique, si los hay, de todo lo cual se
expedirá recibo.
Se hace por una demanda escrita que se deposita en la secretaría del tribunal. Esa demanda
no puede ser verbal, pero el trabajador puede hacerse asistir por el secretario del tribunal.
En términos generales, las disposiciones del derecho común son aplicables en los contratos
de trabajo a falta de norma expresa en sentido contrario. Las normas del derecho común son
aplicables en materia laboral a falta de disposiciones especiales. No basta invocar las reglas
sobre pruebas en materia civil ordinaria para dar por inexistente un contrato regido por la
ley de trabajo
En los conflictos de derecho común, el objeto se halla dentro de una órbita de carácter
patrimonial que atañe al interés individual y privado de las partes; en tanto que en los
conflictos laborales, el eje lo constituye el trabajo como actividad humana y personal que
excede del margen patrimonial; en los conflictos privados, la contienda se reduce a la
persona de los litigantes; en cambio, en el conflicto de trabajo se produce una especie de
despersonalización de las partes; la transcendencia o repercusión que el conflicto del
trabajo genera en el medio social difiere objetivamente de la que promueven los conflictos
de Derecho Privado; las partes no están situadas en un plano de absoluta igualdad, como en
el conflicto común; sino que, generalmente, existe entre ellas una chocante desigualdad
económica.
El Código Laboral establece en su art. 706, que son comunes a los tribunales de trabajo, en
cuanto sean compatibles con la organización y competencia de éstos, las disposiciones de
los artículos del 1 al 10, 14 al 20 y 24 al 26, todos inclusive, de la ley de Organización
Judicial, así como las de los capítulos III, IV, VI, X, XX, XXII y XXIII de la misma ley,
con las modalidades que se especifican a continuación:
Habrá un juzgado de trabajo en el Distrito Nacional, dividido en seis salas y un juzgado de
trabajo en el Distrito Judicial de Santiago dividido en dos salas.
Cada sala estará presidida por un juez que impartirá justicia conforme a las disposiciones de
éste Código. El juzgado de trabajo tendrá un juez presidente cuyas atribuciones, además de
las previstas en otras disposiciones de este Código, son: 1. Asignar las demandas, rotativa y
cronológicamente, a cada sala del juzgado. 2. Ejercer las funciones administrativas propias
del juzgado; 3. Conocer de las ejecuciones de las sentencias; 4. Suplir las ausencias
temporales de cualquier juez presidente de sala del juzgado de trabajo; 5. Mantener la
vigilancia necesaria para que los jueces presidentes cumplan con las obligaciones que les
corresponden.
Diferencias:
Oralidad: La oralidad está presente en los procedimientos ante las jurisdicciones de trabajo
toda vez que el demandante puede oralmente apoderar al tribunal (artículo 510 del Código
de Trabajo; el demandado puede igualmente contrademandar oralmente en audiencia
(artículo 515 del CT); el preliminar de conciliación se desarrolla oralmente (artículo 516 al
519 del CT).
Las partes en virtud de este principio han de plantear al tribunal a viva voz, sus
pretensiones en audiencia, reduciéndose la intervención de las piezas escritas a los escritos
sustantivos de dichas pretensiones” este es un principio también de carácter universal en
nuestra comunidad y sistema jurídica, todas la materias tienen este principio. La oralidad
permite que los casos sean explicados de manera oral y las discusiones orales a su vez
permiten a los escuchas que llegan por el principio de publicidad forjarse una idea de lo que
sucede en el juicio. Tiene un alcance procesal, porque las mayorías de las fases están unidas
al principio: ejemplo cuando se llegar a la audiencia de conciliación es oral, prueba y fondo
es oral, las audiencias en los recursos es oral y así sucesivamente.
La oralidad, junto ciertos principios y elementos del proceso laboral, tales como la
inmediación, la concentración, la celeridad, la simplicidad, la gratuidad, el impuso oficioso
(llamado también “papel activo del juez laboral”), constituyen las herramientas creadas por
el Legislador, y alimentadas por la Doctrina y la Jurisprudencia, para hacer extensivos al
procedimiento ante los tribunales la esencia social de los principios que inspiran la parte
sustantiva del Derecho del Trabajo, muy especialmente el principio de la primacía de la
realidad sobre lo escrito, y el principio protector o tutelar del trabajador.
Lo que da origen a la oralidad en el proceso laboral es el carácter social del objeto del
Derecho Laboral: El trabajo humano. La naturaleza de las reclamaciones laborales y las
condiciones presumiblemente precarias de quien demanda es lo que impregna de socialidad
al proceso laboral, y hace que dicho proceso deba ser rápido (celeridad), sencillo
(simplicidad), económico (gratuidad) y tutelar (impulso oficioso).
La oralidad es una característica propia del derecho laboral e implica que las actuaciones y
diligencias judiciales, la práctica o discusión de pruebas y las audiencias, se efectúen
oralmente.
Simplicidad. Consiste en seguir procesos simplificados que, no solo han sido bien
diseñados, sino que también se mantienen regularmente.
El plazo para que las Cortes de Trabajo pronuncien sentencias decidiendo los asuntos
puestos a su cargo está regido por el artículo 638 del Código de Trabajo, y el mismo se ha
instituido para dar celeridad en la solución de las demandas laborales, pero no como
condición para la validez de las sentencias que dictaren esos tribunales; la celeridad
constituye, junto a otras, una peculiaridad, derivada o correlato de los principios del
proceso laboral
La celeridad es una peculiaridad o rasgo característico del proceso laboral, matizada por la
brevedad de los plazos para el ejercicio de la acción y para la administración del
procedimiento.
Lo que se busca con este principio es la restitución del bien jurídico tutelado, objeto de la
transgresión, en el menor tiempo posible.
Es básico para cumplir con la finalidad del derecho del trabajo y de una buena
administración de justicia, así el secretario cuando recibe la demanda con la documentación
que la justifique, art. 472, en las 48 horas siguientes a la entrega, el presidente del tribunal
designará la sala a conocer la demanda y a las 48 horas subsiguientes dictarse autorización
para la notificación, art. 473 de la misma. El plazo para comparecer en materia ordinaria es
de tres (3) días francos y el tribunal debe dictar la sentencia en un plazo no mayor de 15
días luego del vencimiento de los plazos de los escritos ampliatorios de observaciones y
argumentaciones. Las sentencias de la Corte de Trabajo deben pronunciarse en el término
de un mes.
El art. 487 del Código Laboral dispone, ninguna demanda relativa a conflictos de trabajo
puede ser objeto de discusión y juicio sin previo intento de conciliación, salvo en materia
de calificación de huelgas o paros y de ejecución de sentencias.
En las materias sumarias el intento de conciliación y la discusión se realizan en la primera
audiencia.
Se reputan sumarias las materias relativas a la ejecución de convenios colectivos y de
laudos sobre conflictos económicos, a los ofrecimientos reales y la consignación y al
desalojo de viviendas.
Práctica consistente en utilizar los servicios de una tercera persona neutral para que ayude a
las partes en un conflicto a allanar sus diferencias y llegar a una transacción amistosa o a
una solución adoptada de común acuerdo.
Constitución del tribunal. Los tribunales de trabajo son entidades jurídicas donde se
discuten y solucionan los conflictos laborales que no pudieron ser resueltos mediante
conciliación. Las jurisdicciones están constituidas por el Juzgado de Trabajo, que es el
tribunal de primera instancia.
A la vez está integrado por un juez que es designado por la Suprema Corte de Justicia y dos
vocales que fungen como delegados sectoriales, uno representa al sector de los trabajadores
y el otro al de los empleadores. Su papel es de conciliador, no participan en la elaboración
de las sentencias, pero sin su presencia no se constituye el tribunal.
Las decisiones que adopta el Juzgado de Trabajo son recurridas en apelación ante la Corte
de Trabajo, entidad superior. Esto significa que las resoluciones que tome el tribunal
inferior deben ser corregidas por el superior, conforme a los principios del derecho. El
recurso de apelación se solicita cuando la demanda del trabajador excede de un monto de
10 salarios mínimos.
Art. 509.- El escrito de demanda debe expresar: 1. La designación del tribunal ante
el cual se acude y el lugar donde funcione; 2. Los nombres, profesión, domicilio
real y menciones relativas a la cédula del demandante, así como la indicación
precisa de un domicilio de elección en el lugar en que tenga su asiento el tribunal
amparado; 3. Los nombres y residencias de los empleadores, o los domicilios de
elección de éstos, si existe contrato de trabajo escrito en el cual conste dicha
elección; 4. La enunciación sucinta, pero ordenada y precisa, de los hechos, la del
lugar donde han ocurrido y su fecha exacta o aproximada; 5. El objeto de la
demanda y una breve exposición de las razones que le sirven de fundamento; 6) La
fecha de la redacción del escrito y la firma del demandante, o la de su mandatario, si
lo tiene; y si no tiene ninguno ni sabe firmar, la de una persona que no desempeñe
cargo en el tribunal y que, a ruego suyo, lo haga en presencia del secretario, lo cual
éste certificará.
Estos son los procedimientos admitidos por la ley, para la presentación de la prueba y mediante los
cuales se trata de establecer la existencia de derecho.
Cada una de las partes, en primer término la demandante, tiene la facultad para hacer sus
observaciones en cuanto a las pruebas producidas, y exponer sus argumentos respecto al objeto
de la demanda.
Las Pruebas no son procesales, pues son, los residuos de los hechos y acontecimiento que se
establecen en justicia, es la fuente, es el hecho anterior al proceso; sin embargo, la articulación al
proceso de estos mediante procedimientos son los medios de pruebas, que si son procesales.
La falta de comparecencia de una de las dos partes a la audiencia de producción y discución de las
pruebas no suspende el procedimiento.
4- el testimonio,
7- de los informes periciales,
8- la confección, y
9- el juramento.[5]
Estos medios de prueba no son limitativos, sino enunciativos, ya que existen otras disposiciones
que permite comprobar que las partes pueden probar en el proceso laboral, por cualquier medio,
los hechos que justifiquen sus pretensiones.
Por disposición expresa de la ley, en materia de derecho laboral, los jueces gozan de un poder
soberano de apreciación en el conocimiento de estos modos de pruebas. [6]
El principio IX del código de trabajo establece que el contrato de trabajo no es el que consta en un
escrito, sino el que se ejecuta en hechos. Es nulo todo contrato por el cual las partes hayan
procedido en simulación o fraude a la ley laboral. Es decir los hechos sirven de medios de pruebas
para determinar la realidad del contrato.
La parte que se desee hacer valer como de prueba un acta auténtica o privada actas o registros de
las autoridades administrativas de trabajo o libros, libretas, registros o papeles de los señalados en
el ordinal 3o. del artículo 541 está obligada a depositarlos en la secretaría del tribunal de trabajo
correspondiente, con un escrito inicial, según lo prescrito en los artículos 508 y 513.
La audiencia de Conciliación.
Luego de leídos los escritos de las partes, el juez precisa los puntos
de controversia y da la palabra a los vocales para que inicien la
conciliación siempre que lo hagan dentro de la prudencia, el buen
juicio y la equidad.
Audiencia de conciliación
En derecho laboral, ninguna demanda relativa a conflictos de trabajo puede ser objeto de discusión
y juicio sin previo intento de conciliación, salvo en materia de calificación de huelgas o paros y de
ejecución de sentencias.
El procedimiento de conciliación está a cargo de los vocales del tribunal, y donde el rol del juez
“está limitado a ordenar la lectura de los escritos de las partes, a mantener la policía de la audiencia
y para advertir a las partes o a los vocales sobre alguna proposición o sugerencia que contravenga
o entre en contradicción con disposiciones legales de orden público e intimándolas a buscar otras
soluciones…34”
Cabe señalar que el empleador está obligado a comparecer a la audiencia o hacerse representar por
otra persona con el debido mandato para ello. La incomparecencia de ambas partes, salvo prueba
en contrario, hace presumir su conciliación y autoriza al juez a ordenar el archivo del expediente
La Sentencia.
El Procedimiento Sumario.