Está en la página 1de 186

El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

SAMUEL ALVAREZ ENRIQUEZ

El Carnaval Juliaqueño:
Ofrenda a la Pachamama
-----------------------------------

-----------------------------------
,DANZAS Y COSTUMBRES ORIGINARIAS DE JULIACA
EL TOQORO: INSTRUMENTO MUSICAL PECULIAR
DEL ALTIPLANO

Awya Yala, Qollana

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 1


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

(América, Puno)

2da. Edición, corregida, aumentada y actualizada.

Es propiedad intelectual del Autor


Prohibida su reproducción total o parcial, con
perjuicio de aplicación de la Ley.
Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú :
2022-

Segunda Edición 1,000 ejemplares.


En los talleres de Impresiones:

…………
Telf.:
E-Mail:

Municipalidad Provincial de San Román, Juliaca.

Urb. Alvarez Thomas Mz Y-12 - Uchumayo, Arequipa.


Urb. Don Carlos, Mz. A, L-12, Taparachi, Juliaca, Perú.
Cel. 951-960048, .
Email: samuel3689@hotmail.com

2 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

DEDICATORIA:

- A LOS AMANTES DEL


FOLKLORE EN TODAS SUS
MANIFESTACIONES

- A LOS PUEBLOS DE NUESTRA


AWYA YALA (AMÉRICA), EN LA
BÚSQUEDA DE SU IDENTIDAD.

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 3


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

4 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

PRÓLOGO A LA PRIMERA EDICIÓN

CARNAVAL CALCETERO

Samuel Álvarez Enríquez no es un poeta y escritor nuevo, su


trajín intelectual se remonta a la década de los 80 del siglo
pasado. Transita con solvencia por los senderos de la poesía, el
ensayo y la narrativa. En sus obras se observa al militante de la
desalienación y al beligerante por el cambio social, en cuyas
cúspides se encuentran la reivindicación de los valores
ancestrales y la consolidación de la identidad cultural. Una
muestra de estos últimos trabajos de investigación es el presente
texto titulado “Carnaval juliaqueño”, que teniéndolo en manos
ya nos hace escuchar los sones de siglos homenajeando a la
pachamama, desempeñándose actualmente en los menesteres de
la literatura y el folklor.
La palabra folklore tiene la misma connotación que la voz
Historia, puesto que “historia” tiene dos acepciones generales,
una como hecho social irreversible y otra como investigación o
conocimiento que describe a los sucesos ocurridos. Lo mismo
ocurre con el vocablo “folklore”, es decir que hace referencia a
lo que real y objetivamente ocurre en los pueblos y los estudios
de los mismos. Esta diferenciación es evidente en la presente
obra que contiene un preámbulo conceptual en donde su autor
entiende al folklore como el saber del pueblo, como una ciencia,
un arte, una técnica y un oficio.
En la actualidad al folklore se le está reduciendo a costumbres
anticuadas y anacrónicas, lo cual es un error, tampoco se puede
reducir a los carnavales únicamente a las danzas y a la música.
Nuestra realidad folklórica es un enorme potencial que fortalece
nuestro sentido de pertenencia.

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 5


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

Los carnavales son parte del folklore, y la riqueza folklórica es


una creación colectiva milenaria cuyo vigor en muchos casos
está vigente, y se la puede sentir todos los días del año y en
todos los escenarios sociales. En el caso de Juliaca el carnaval
tiene dos momentos, uno consuetudinario y otro de carácter
competitivo. Este último es la que se viene imponiendo y se le
está convirtiendo en paquete turístico. Pero, ¿Cuántos saben que
el día del carnaval es el domingo de quincuagésima más el lunes
y martes siguientes antes del miércoles de ceniza que es el
primer día de los ayunos cuaresmales? La cuaresma tiene un
profundo significado para el mundo católico, pero en nuestro
medio los carnavales oficiales (concursos) se inician cuando en
realidad debiera culminar. Así observamos que los carnavales
calceteros también son subversivos.
Esta obra está escrita con sentimiento terrígeno y se constituye
en una ofrenda noble a José María Arguedas en su Centenario de
nacimiento, debido a que se describen las diversas formas de
presentación carnaválica reivindicando a la Qhashwa a la que se
la encumbra como danza de origen guerrero y agropastoril. Sus
autores dicen que “El carnaval en Juliaca y el Ande se inicia el
día 20 de enero…al son de toqoros y pinkillos”. Se describe el
taripakuy, el ño carnavalón, a los machuaychas y chiñipilcos, los
rituales previos, génesis, evolución y otros items, sin dejar de
mencionar a los juegos, las danzas, coreografías, trajes,
instituciones artísticas y los concursos que deslumbran.
Este esfuerzo de revaloración cultural es una muestra que
nuestro folklore está en pleno vigor y que tiene al artista Samuel
Álvarez Enríquez como uno de los vigías que estudia y defiende
los valores ancestrales que desafía el tiempo.
 
Hugo Apaza Quispe
Historiador

6 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

I N T R O D U C C I Ó N A L A I EDICIÖN

Los pueblos del mundo andino, el Altiplano peruano, y Juliaca,


constituyen fuentes inagotables en la Investigación Científica,
destacando no solamente a partir de sus formas y contenidos en
las actividades extractivas de materias primas o semi elaboradas,
debido a los modos de producción imperantes, tanto en el campo
y la ciudad; sino también en los cambios dialécticos en el ser
social, la conciencia social y sus formas inmersos en la
Antropología Cultural, ciencia donde se incluye el Folklore,
aunque hoy en día éste marca rumbos muy distinguidos y
peculiares, con singulares características dentro de la
conceptualización como Ciencia, Técnica y Arte, vigentes en la
actualidad..
El Profesor Federico Schwab, alemán de nacimiento,
nacionalizado peruano, Director del Boletín Bibliográfico
Central de la Universidad Mayor de “San Marcos”, para
fundamentar el Folklore como ciencia, así como para entender el
estudio científico del mismo, ha señalado: “El principal criterio
para encarar la labor científica es su objetividad. La meta de
cualquier ciencia es la búsqueda sistemática de la verdad” (“El
Folklore como Ciencia”, citado por Samuel Frisancho Pineda,
“Álbum de Oro de Puno”T. III).
Derivado el Folklore de la Antropología Cultural, profundiza su
objetividad con la Investigación, se vale de otras ciencias, como
la Etnología, Psicología, Historia, Filosofía, Lingüística, etc;
lleva dentro de sí, la estructura y función social de clase, cuya
problemática deriva a la solución a partir de su propio lenguaje,
métodos, formas, teorías, hipótesis, procedimientos, técnicas,
modelos y otros, hacen presencia de una verdadera ciencia; de
ahí su arraigo en el mundo, particularmente en el interior del
departamento de Puno, cuya práctica ha cobrado y cobra

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 7


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

semejantes interpretaciones y conjeturas, desde siempre, se ha


popularizado desde su invención influyendo mucho en nuestro
suelo, cuando su acepción no se conociera a ciencia cierta;
desde el mundo ancestral qolla, suelo puneño y del
departamento, hasta haber llegado a constituirse en la “Capital
del Folklore Peruano”, aún de América, inclusive, “Patrimonio
Cultural Inmaterial del Mundo y la Humanidad” esto en el caso
de las Fiestas en su conjunto de Nuestra santa Madre María de la
candelaria, Patrona de Puno..
El problema fundamental para el desarrollo científico y su
práctica, ha sido, y es el de contribuir a la búsqueda de nuestra
Identidad Nacional, perdida acaso hacen algo más de quinientos
veintidós años atrás, en afán de recobrarlas con la práctica de
nuestras auténticas manifestaciones artísticas, así como
conseguir un verdadero y auténtico nacionalismo peruano; y, es
que el grado de alienación y enajenación mental en que vivimos
no sólo es, en las esferas del pueblo, sino, hasta en las más altas
esferas de las clases coloniales, dominantes y gobernantes, y en
sus propios voceros e intelectuales “alienados”, que como el
mismo José Carlos Mariátegui, ha señalado:“Es una práctica
social de algunos de “trasnochados”, intelectuales y activistas,
con mentalidad ajena a los pensamientos y cultura de los
andinos”, imponiendo nos moldes extranjeros, ordenamiento
que no nos corresponde, imposición de patrones y moldes
culturales ajenos, que no nos corresponden, moldes,
occidentales, españoles y extranjerizantes, vigentes en nuestros
días, desde momentos de la Colonización Española; el modo de
producción liberal, neoliberal, globalizador, extranjerizante, neo
colonizador, comprometidos incondicionalmente, sin pensarlo
mucho, han sido y son, sus mejores y esclarecidos defensores,
en los ramos de Educación, Religión, Derecho, Filosofía, la
lógica, Psicología, Lingüística, la historia, el Arte y todas sus

8 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

manifestaciones, dentro los cuales se encuentra precisamente el


Folklore, la Antropología, sus derivados, y otras formas de la
conciencia social, aquellos que por simple “snob” (moda) se han
enraizado en la conciencia y actuar de personas poco
intelegibles, insensatas -diríamos- en personas mayores, jamás
se les puede sacar ya, nada de su aberrante pensamiento dirigido
hacia aquellos moldes colonizadores y extranjeros, débiles de
espíritu creador, peor en los jóvenes de ambos sexos, son moldes
impuestos desde los nefastos modelos educativos nacionales
ensayados y practicados, a lo largo de años de manos y pensar
de los diferentes gobiernos de turno, sin tener en cuenta lo
nuestro; nuestros valores relegados, soslayados, han sido
conquistados fácilmente como “presa” fácil, caso del folklore,
haciéndose dependiente de modelos ajenos a nuestra realidad y
con otros fines, hasta renunciando y degenerando la esencia de
lo nuestro, las prácticas folklóricas que provienen de nuestros
ancestros y el folklore nato, lejos de haber brotado como agua
de los manantiales cristalinos en nuestro propio suelo.
Los medios de comunicación social, los artistas de clase,
intelectuales, informadores, promotores, cultores, investigadores
sociales, con claro sentido de clase y demás estudiosos, poco o
nada están efectuando, por aquella causa a encaminarse; sin
embargo la inquietud por la búsqueda de una Concepción
Andina del Mundo se encuentra en marcha, desde el punto de
vista de la Filosofía o Cosmovisión Andina, en boga en nuestros
días, como hemos apreciado estamos tratando de arribar a
explicaciones valederas, analizarlas paulatinamente; al mismo
tiempo adquirir esa comprensión científicamente, como señala
el Dr. José Lora Cam, precisando: “En el Marxismo, no se
estudia al hombre en general, sino un ser social concreto,
histórico, sus cualidades sociales interpretando científicamente
la esencia del hombre en general y los tipos histórico-concretos

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 9


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

de personalidad” (“Filosofía”, Arequipa, 1986). Del mismo


modo teniendo en cuenta que el Folklore es una rama del “...arte
debe poner una función de “catarsis” de purificación del
espíritu, su carácter crítico, una naturaleza, desalienante,
desmixtificadora, desmitificadora, educativa, formativa, debe de
constituirse en una forma de aprehensión, comprensión e
intelección crítica de la realidad concreta” (op.cit. Lora Cam,
José).
Los intelectuales y escritores pertenecientes a las clases
dominantes en nuestro país y región Puno, así como al nivel
nacional, las veces han aceptado la existencia de la premisa
sobre el arte, esto el “arte puro”,(derivado de las corrientes
greco-latinas y occidentales) lo que deviene en ellos la practica
del “arte por el arte”, dejando de lado lo producido y creado,
pero con una filosofía particular, andina, puneña, peruana e
innata nada que creer, por lo que nosotros afirmamos
categóricamente:”El arte y todas las manifestaciones artísticas y
el Folklore, tienen su “sello de clase”, ese sello netamente
andino, peruano, nacional, nacionalista y peruanista, en este
caso, o bien se está al servicio de la desalienación o enajenación
mental, o al servicio de la profundización de la alienación o
enajenación cultural, aún la alienación mental, pues el arte en
general y el folklore son productos sociales, populares, surgidas
en el mismo seno de las amplias masas de trabajadores, el
pueblo oprimido y de masas; es el resultado de las necesidades
espirituales de esas grandes masas de trabajadores del campo y
la ciudad. “El carácter popular del arte –indica Rosental M.M-
se revela en el hecho de que la obra artística se impregna de
sabiduría popular y refleja la lucha del pueblo por su liberación”
(citado por Lora Cam, José “Filosofía”, 1986). De ahí nuestra
intención, de contribuir en la desalienación o enajenación
cultural con la divulgación del arte y el folklore, practicado por

10 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

los trabajadores y las clases populares, en Juliaca y el Perú,


particularmente en nuestro propio suelo a través de los
Carnavales Juliaqueños, con precisión de su génesis, evolución,
arte, escenario, cultores, coreografía, música, danzas, estilo,
interpretaciones, etc. están quedando como una verdadera
creación artística del pueblo calcetero, ya desde la fiesta inicial
de los carnavales en el Ande y el Perú. A partir de Juliaca se
propaga arribando a los carnavales propiamente dichos así como
en el mundo qolla (Puno), andino y peruano, con características
singulares y peculiares, en su ejecución se muestran únicas en el
ande, el Perú, América morena, (Awya Yala) y el mundo entero
(teqsimuyupi).
Nos es necesario indicar que el presente trabajo, es fruto de
nuestras peregrinaciones, tanto como maestros, comunicadores
sociales, escritores y artistas poético-musicales, así como
folklorólogos, dedicados a la investigación antropológica y
social, gracias a nuestras vivencias por prolongados periodos en
la mayoría de los pueblos del norte del departamento de Puno,
así como el haber indagado versiones de personas mayores y
familiares, mejor dentro de nuestro asiento por razones de
trabajo, por último en esta María de los Vientos: Juliaca. Las
técnicas utilizadas, son las comparaciones, interpretaciones,
conclusiones y observación directa de preferencia, y en muchos
de los casos presentes en el mismo campo de ejecución.
Creemos entonces, estar contribuyendo con un “granito de
arena”, con que se siembra para posteriormente recibir
fructíferas y agoreras cosechas en un futuro no muy lejano del
pergeñar en el campo del folklore, novísima todavía desde el
punto de vista de una ciencia social, amplísima por sus
contenidos, características y manifestaciones, con un fondo
halagador y penetrante en las conciencias de los cuales
dependen el adelanto o atraso de la sociedad reinante.

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 11


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

Al mismo tiempo, estamos insertando temas relacionados a esa


creación propia y particular como aportes al desarrollo del
Folklore en general, tales como la invención de los “tucumanos
juliaqueños”, “sikuris juliaqueños”, etc. y al apéndice sobre el
Toqoro: Instrumento Musical Peculiar del Altiplano, aún las
danzas y costumbres típicas de Juliaca, y su vigencia de una
Coreografía Juliaqueña, dentro de los marcos de la coreografía
del departamento de Puno y la región

Capital de la Integración Andina, Juliaca.


Días del pisi poqoy y huch´uy pukllay

El Autor.

12 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

INTRO D U CCI ÓN I I EDICIÓN

Nuestra ciudad de Juliaca, Capital de la Integración Andina,


Perla del Altiplano, Ciudad de los Vientos, de Machu Aychas y
Ch íñipilkos, Ciudad de los Toqoros y Pinkillos, de Cogotudos y
Panzaqalas, Rosa de los Vientos, María de los Vientos, Capital
Comercial de la Región Sur del Perú, Ombligo del Altiplano,
entre otros apelativos, sumado al verla con desprecio y desdén
por algunos “mistis” visitantes no, en afán de admirarla sino, a
desmerecerla, debido a que algunos incautos en contados casos,
escuchan por boca de gente insensata que, no deben llegar, allí
hay mucha lluvia, mucho frío, etc. etc. pero, jamás han
entendido, ni lo entenderán las bondades que ofrece, quienes la
conocemos muy de cerca, a su gente, sus comerciantes,
intelectuales, a sus trabajadores, esbeltas calceteras, a sus
profesionales, sus amas de casa creativas; en fin población con
ideales precisos de cambio, transformación, visión futurista,
delineado hacia el progreso y creatividad muy adentradota en lo
la solución de sus problemas económicos, sociales, religiosos,
educacionales, políticos, etc. y las equivocaciones al igual que
pueblos ejercen al elegir a sus autoridades del municipio. Pero
este asunto es resarcido con presencia de honestaos trabajadores
y muy pocas autoridades han hecho uso de fondos del fisco o del
pueblo, para “llenarse los bolsillos”, como señala el argot
popular, más sí hubo interés de trabajo y sacarla adelante, verla
próspera y acorde con los adelantos. En esta oportunidad, pese a
que el distrito de San Miguel se desmembró de la ciudad para
formar su distrito, sobrepasa el millón de habitantes con criterios
de trabajar y más trabajar para salir de la postración y el atraso
en que se encontraban.
Considero que, en estas últimas ocasiones, Juliaca, ha saboreado
la suerte de tener muy buenos alcaldes, sobre todo últimamente,

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 13


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

como la presencia de David Mamani Paricahua, seguido de


David Sucacahua Yucra, para nosotros, son una muestra que sí
sabemos elegir bien, también a regidores. Juliaca está llamada a
progresar mucho más en lo espiritual, social y culturalmente
valorados por juliaqueños, juliaqueñistas y juliaqueñenses en
estos últimos años.
Mi visión como intelectual comprometido con el desarrollo de
los pueblos sobre todo desde el punto de vista espiritual y
cultural debo hacer mención algunos adelantos confrontados con
estos dos personajes que pasan a la historia de Juliaca, habiendo
dejado obras culturales que satisfacen. Basta enunciar obras
como el asfaltado de las vías los Mártires del Cuatro de
Noviembre de la salida a Puno, el de los Héroes de la Guerra el
Pacífico de la salida hacia Arequipa y el de salida al Qosqo, la
construcción de ambientes del Parque de la Integración Andina,
del Folklore, entre otras obras material son un legado específico
pese a ser asesinado, sus obras quedan ahí.
En el actual y presente caso la publicación de una Bibliografía
que enaltece la personalidad de Juliaca es el mejor trabajo que
puede dejar a nuestro pueblo y a futuras generaciones, de ahí
nuestro halago y admiración hecha por amor a Juliaca y como
educador está contribuyendo a ese desarrollo espiritual y
cultural a que tiene derecho Juliaca en la modernidad.
El presente trabajo, lo dedico a Juliaca, en agradecimiento a su
cobijo, por más de 50 años, conque contribuimos en alguna
forma a la desalineación y descolonización, a valorar lo que es
nuestro, esto es colaborando a reencontramos con nosotros
mismos, esto es la identidad acaso perdida, en más de 380 años
de Dominación Colonial; mejor a cultivar el acendrado amor a
Juliaca y el juliaqueñismo, que con este criterio hayamos nacido
aquí, y por donde hemos viajado con asuntos culturales, hemos

14 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

llevado la voz de Juliaca, es nuestro aporte en la consecución de


la identidad Juliaqueña.
El presente trabajo, constituye una ampliación de lo publicado,
antes, relatar la ejecución del Carnaval Juliaqueño en conjunto.
considerado el más prolongado, fastuoso y milenario, debido a
su ejecución desde ancestrales tiempos incas, pasando por el
coloniaje, la república y lo que ocurre en nuestros días, su
evolución, características, escenarios, costumbres y danzas,
danzarines, instrumentos musicales, músicos y música,, la reyna
de los carnavales, elencos de danzas, el Carnaval dividido en
dos etapas bien distinguidas, consecuencias, Jurado Calificador,
ly al exigencia de reconocimiento como Patrimonio Cultural de
la Nación aunque el Carnaval de Machu Aychas y Ch´iñipilcos,
ya lo fueron, pero que las gestiones deben proseguir para ser
reconocido en su integridad.
En el apéndice incluimos danzas y costumbres propias de
Juliaca y un breve estudio y análisis sobre el Toqoro, como
Instrumento Musical muy Peculiar en el Altiplano, este último
ha servido de Ponencia en el VIII Congreso nacional de Folklore
realizado en la ciudad de Huancayo, Junín el año 1993.
Con el conocimiento y lectura de la juventud, los estudiantes y
toda la población, cumpliendo mis sueños anhelados y Juliaca,
los está reconociendo con creces.

El Autor.

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 15


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

EL CONCEPTO DE FOLKLORE Y SU
VIGENCIA EN LA ACTUALIDAD*

Hasta antes del año1846, no existió ningún concepto, que


pudiera asumir a toda una serie de manifestaciones relacionadas
con las costumbres tradiciones, literatura oral, conocimientos
médico- curativos, danzas autóctonas, música vernacular, mitos,
leyendas y otras manifestaciones artísticas propias de los
pueblos, sobre todo los propiciados por sectores de trabajadores
del campo y la ciudad, y los sectores de la clase social media,
que eran utilizados todas y cada una de sus fiestas rituales,
panteístas, católicas, paganas, totémicas, pastoriles, amorosas y
otras, como en los casos de “Ofrenda a la Pachamama” (madre
tierra), los “apus”, “achachilas” y demás ceremonias y rituales
daban al marco filosófico, son la razón de su existencia; sus
manifestaciones orales, sus canciones, harawis (poesías), cantos
coreados grupal y solistamente en las danzas, representaciones
teatrales, mas la aflicción por la pérdida de sus seres queridos
que los rodearon en vida, desaparecidos acaso por las
circunstancias de la vida, como vivencias innatas en aquellos
tiempos.
Solamente a partir de aquel inolvidable bisiesto, gracias al
Sociólogo Inglés Willian Jhon Toms, fuera quién utilizó por
primera vez el término Folklore para denominar “a todo el
conjunto de tradiciones, costumbres, mitos, leyendas,
supersticiones, etc. que constituyen el acervo tradicional de un
pueblo, así como la ciencia que lo estudia”. El Folklore, nace
como una Ciencia en el Siglo XX, puede considerase en cierto
modo como una herencia del romanticismo que al buscar
inspiración en leyendas y baladas revalora las manifestaciones
populares, que fue causa para que estudiosos las tomaran en
consideración –señala el Diccionario Enciclopédico- uno de los

16 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

primeros estudios folklóricos, se debe a los hermanos Grim, que


recopilaron gran número de narraciones populares germánicas,
bajo el título común de “narraciones familiares”. En la
actualidad, la ciencia folklórica, abarca un campo muy amplio y
se ha convertido en un preciso auxiliar de los etnólogos e
historiadores, que desentrañan por medio de las providencias
actuales muchos misterios relacionados con las costumbres de
nuestros más remotos antepasados” (Diccionario Enciclopédico
SOPENA S.A.).
No cabe duda que, a partir de aquellos años, el término en
mención ha sufrido algunas contribuciones, nutriéndose de
muchos elementos conformantes como las manifestaciones de
las demás clases sociales en todos y cada uno de los pueblos a
más de las populares, manteniendo no sólo las costumbres y
otras vivencias del pasado, sino del surgimiento de otras, y en el
presente, para estar convirtiéndose en una ciencia y sus
marcadas características, en técnica, arte y oficio.
En el Perú, los países de América morena y los del Tercer
Mundo, se han efectuado discrepancias debido a eventos sobre
Folklore Nacional, internacional y Andino, donde se ha
propuesto, desechando en alguna forma el verdadero concepto a
que está llamado el Folklore, conceptuándolo a veces como
manifestaciones culturales, o arte nacional, nativo, andino, o
como en el caso del interior de Perú: costeño, selvático, andino,
entre otros; pero, estas denominaciones, no tienen relación con
el verdadero significado que envuelve dicho término, que hoy
por hoy juega un papel importante dentro de la Investigación
Social, así como está contribuyendo eficientemente en otras
como la Lingüística, Educación, Psicología, Filosofía, etc. del
mismo modo, se debe reconocer que a la fecha, el folklore, es
una ciencia social que por sus métodos, procedimientos,
hipótesis, tesis, formas, práctica, teoría y concepciones,

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 17


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

ejemplificaciones, diferencias, etc. hacen del saber de un pueblo


su conocimiento, derivado del contenido de toda su esencia.
Esta ciencia, si bien ha tenido sus concepciones y
conceptualizaciones en el Siglo pasado, en su desarrollo y
práctica, surge con gran auge a comienzos del presente (Siglo
XX), particularmente en el Perú y América morena, ingresando
por las puertas del mundo hacia 1960, gracias a los estudios del
Dr. Federico Schaw (alemán, nacionalizado en el Perú), Profesor
de Lingüística de la Universidad Nacional Mayor de San
Marcos, quien ha efectuado estudios con relación al Folklore,
considera como ciencia, señalando dos cosas:
1.-“Significa la ciencia misma y, 2.-…además cada una de las
manifestaciones en su conjunto constituyen aquella, así por
ejemplo, decimos: el folklore debe cultivarse como ciencia; o
sea, leyenda es del folklore peruano, aquella del folklore
español, etc”.En la primera acepción se trata de un término
genérico que designa la misma ciencia; y en la segunda, de un
término específico que caracteriza un fenómeno determinado
como perteneciente al folklore”..Este mismo intelectual efectúa
distintas comparaciones entre el folklore de los incas y el traído
por los españoles, los que sumados, están contribuyendo al
desarrollo del folklore auténticamente peruano, similar a la
conceptualización de lo nacional, lo auténticamente peruano. O
mejor tras de la búsqueda de lo nuestro, lo nacional, o nuestra
propia y auténtica Identidad Nacional y Cultural.
El folklore peruano, no sólo está nutrido de aportes de distintas
nacionalidades existentes en suelo y seno propio, sino de todas y
cada una de las manifestaciones de dichas nacionalidades
internas y externas o extranjeras, a raíz del surgimiento de esta
ciencia, cuyas investigaciones continúan y continuarán, mientras
se vayan desmembrando, similares o parecidos a nuestros
estudios, contribuyendo a conceptualizar éste novísimo término,

18 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

en lo práctico data desde los mismos, orígenes de la raza


humana, su entendimiento y prácticas reales artísticas creativas
muy bien distinguidas.
En consecuencia el término Folklore, en nuestros días es, el
saber total de un pueblo, es la ciencia, arte, técnica, oficio, de
todas las tradiciones, leyendas, mitos, creencias, medicina,
literatura, lingüística, conocimientos curativos y todas las
manifestaciones, no sólo de sectores populares, sino incluidas
todas las clases sociales, contribuyendo con el desarrollo de las
actividades artísticas y culturales de todos los pueblos. Siendo
así, todos y cada uno de los pueblos, tienen un folklore muy
variado y particular que los distinguen los unos de los otros.
Puno, o la región Puno, ahora “Capital de Folklore Peruano”, de
América y el mundo, reconocido como Patrimonio Cultural e
Inmaterial de la Humanidad, por su Fiesta Patronal de la Virgen
María de la candelaria, por la UNESCO, es cuna de los estudios
y práctica de esta ciencia, particularmente de su práctica; aunque
de los estudios como los realizados por Lizandro Luna La Rosa,
que desde “Zampoñas del Kollao” (1975), “Máscaras del
Altiplano” (1983), obras póstumas y otras de este carácter
constituyen un legado preciso, José Patrón Manrique, autor de
“La Pandilla Puneña” (1968), Vicente Achata Vargas, autor de la
“Festividad de la Virgen de la Candelaria”, Samuel Alvarez
Enríquez y sus investigaciones publicados: “El Wayño y sus
características”(1989) “El Toqoro: Instrumento Peculiar del
Altiplano” (1991), “Lizandro Luna y el Folklore Nacional”, “El
Carnaval Juliaqueño: Ofrenda a la Pachamama” (2012),
Jesualdo Portugal y su Inventario de danzas del Altiplano de
Puno, y otras, constituyen aportes singulares en el desarrollo de
esta ciencia; entre otros estudios; los aportes de la Historia de la
Pandilla Puneña de diversos autores, publicado últimamente; a
las claras va en desarrollo, tanto en conceptos, como en

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 19


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

aplicación dentro de los moldes de la ciencia, a fin de preservar


nuestros auténticos valores artísticos y culturales, junto al
hombre y su progenie, desde tiempos remotísimos tiempos atrás,
hasta nuestros días, pero sistematizados ya en pleno Siglo XX.
Como se ha señalado el Folklore y la psicología son Ciencias
surgidas en dicho Siglo a experiencias y decires de muchos
autores que estudiaron estas ciencias. Y en pleno Siglo XXI, se
desarrollan al matiz del desarrollo de la Conciencia Social y sus
formas (1). .
Además a través de la Lingüística y la expresión hablada, escrita
y mímica de todos los habitantes puneños, andinos, peruanos y
americanos y del mundo entero, el término folklore se ha
introducido entrañablemente de tal forma que por mero uso
consuetudinario, ha calado hondas huellas dentro del
sentimiento y el espíritu, como fuentes inagotables de cultura
avanzada en todos y cada uno de los pueblos.
Hoy, ya nadie duda que el folklore, es una ciencia, un oficio, un
arte, una técnica, conformado por todo el conocimiento de un
pueblo, su saber, en suma todas sus manifestaciones artísticas, o
sino analicemos las distintas clasificaciones del folklore, son
conocidos al nivel del mundo, los estudios investigativos del
folklorista y Profesor: Ralp Ateel Boggs; también los estudios
“Hacia una Clasificación del Folklore de Federico Schaw, así
como el de una “Clasificación de las Danzas del Departamento
de Puno” de Leonidas Cuentas Gamarra, mas el Invesntario de
Danzas del Altiplano propuestas, aùn los etudios de Historia de
la Pandilla Puneña, que a la vez son parte del Folkore y su
desarrollo.
Del mismo modo, el folklorólogo, es la persona, sea o no,
escritor, que hace uso de esta ciencia para desarrollar
investigaciones relacionadas a las manifestaciones artísticas y
culturales de los pueblos; con lo que de una vez por todas, es

20 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

desterrada la concepción de que solamente la música y la danza


constituyen los conceptos y contenidos del término Folklore.
Escribe: Samuel Alvarez Enríquez

* Publicado en el Diario “El Pueblo” de Arequipa, el 22 de


agosto del año 1992.

(1) Los párrafos son inclusión de la presente II Edición


corregida y aumentada.

GÉNESIS Y EVOLUCIÓN DEL


CARNAVAL JULIAQUEÑO

Los orígenes del Carnaval en Juliaca, se pierden en un lejano


anonimato, pero concuerdan con el Calendario Agrícola de los
Incas. El vocablo Carnaval es occidental, de ahí la prohibición
de alimentarse con carne en una determinada época dominada
por el Cristianismo, el ayuno y abstinencia que le siguen a estas
fiestas en Semana Santa de Pascuas de Resurrección. Sin
embargo según la Filosofía o Cosmovisión de los Incas, el
vocablo tiene sus orígenes en el campo y la ejecución de la
Qhaswa o Pukllay (juego) con entrega de regalos, intercambio
de coloridas flores, amor entre los jóvenes e inicios de una
pareja conyugal en la práctica de uno de los principios de esa su
filosofía para llegar al Sumaq Kausay (Buen Vivir) y esa
infaltable dualidad familiar entre hombre y mujer, en ese juego
muy singular pasando por la etapa del enamoramiento y su
posterior encuentro real en el matrimonio, o mejor el juego
característico de los jóvenes en afán de preparar su matrimonio
por un lado, y, por otro lado festejar durante algo más de dos
meses calendario entre el Huch¨úy y Hatun Poqoy, traducido en

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 21


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

el pisi y hatun pukllay, ya que en estos meses los frutos de la


siembra de su época están empezando y madurando como así lo
han demostrado entre el Calendario Agrícola practicados en
tiempos de los Incas. En cambio en tiempos de la llegada de los
españoles y sus vivencias desde inmemoriales tiempos del
coloniaje se continuaban practicando. En el caso de esta Perla
del Altiplano, se inician el 19 de enero de todos los años, siendo
el principal y central el día 20, cuando el sonar de toqoros y
pinkillos, bombos y platillos, tarolas y pitos, así como el
colorido de chalinas gigantes, sombreros de variados colores,
llijllas, phullo y chhukos, bluzas, polleras, p´istunas, enaguas,
wichiwichis, camisas de variados colores, pero en uniformidad;
pantalones azul marino y negros, calzados comunes y borceguís,
el atuendo propio de la naturaleza viva, revertidas desde finos
colores de flores amarillas (q´ellu t´ika), kantutas, ñukch´os,
pantipanti, el verdor puro, tenue y profundo de los campos
representados en aquellos colores; los dulzores de membrillos,
manzanas, duraznos, sandías, mangos, choclos del Qosqo, y
todo cuanto la naturaleza nos brinda en estos días de pequeña o
poca maduración, en conjunción directa con el juego de la
dualidad, hombre-naturaleza; en cuyos meses del calendario
andino, o enero y febrero, en el gregoriano, desde ancestrales
tiempos pre incas e incas; o antiguamente se presentaba en una
sola agrupación, más tarde después de una serie de disputas,
guerras y lucha aún de cuerpo a cuerpo, con sus propios
instrumentos de ejecución musical sirvieron de armas de
combate, en diversos escenarios, según nos relataron. Ya en
entrados años (1945) debidamente caracterizados los dos
grupos, la presencia física de Machu Aychas (carne vieja, no
factible para el consumo humano) y ch´iñipilkos (niños y
jóvenes que en algún tiempo siguieron los pasos de la familia
Pilco de Juliaca), junto con sus esbeltas “manzanas”; irrumpen

22 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

el silencio calcetero, qolla, andino, peruano y americano., con


fastuosidad y pompa al compás de esa música de Toqoros y
pinkillos preferentemente, los cantos melodiosos de las mujeres
(manzanas) removiendo con las mano en alto los wichiwichis de
variados colores y el weffay, weffaschay en respuesta de los
varones, con inusitado jolgorio.
Este carnaval o pukllay al transcurso del tiempo ha tenido
sustanciales modificaciones según el paso de los siglos, años y
meses, desde aquellos remotísimos tiempos del dominio inca,
donde su desarrollo era netamente campestre, bucólico y de
qhashwas, o pukllay con wiphalas, q´aqchas, unukahas,
wapululus, etc. en casos de las diversas provincias del altiplano
peruano; con previas ceremonias del “chakuy” (cazar animales
y/o aves para el consumo o, en otros casos no permitir la
depredación del ambiente, zorros, sobre todo) según tradiciones
y costumbres ancestrales en el mes del huch´uy o pisi poqoy
(pequeña o poca maduración) cuando los frutos están por
empezar a madurar, adviene el huch´uy pukllay (pequeño juego)
o carnaval chico, conocido también como danza de los toqoros y
pinkillos, instrumentos peculiares de esta danza, acompañados
de bombos, platillos y pitos de hueso; se llamó qhashwa de San
Sebastián, cuando advino a la ciudad, en momentos de la
Dominación Colonial Española imperante, concordante con el
onomástico del Santo muy venerado en esta ocasión, sobre todo
en algunas ciudades del interior del país, caso de la ciudad
cusqueña de San Sebastián, y en otras del ande peruano.
Aunque su verdadera ejecución, en la parte musical antes de los
actuales toqoros y pinkillos, bombos y tambores, fueron con
sikus, zampoñas, phusas, antaras, shirinkas y otros nombres
más, como “flauta de pan” (en Español). Según nos han relatado
antiguos juliaqueños, así como la tradición señala, durante la
dominación colonial española los zampoñistas eran muy

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 23


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

característicos, presentes aún, en diferentes fiestas, como las de


San Juan de Dios (patrón de los enfermos). Por uno y otro lado
de la ciudad se escuchaban a distintos grupos de ejecutantes, lo
que es más las Fiestas de la Cruz de Mayo, tienen como marco
musical con estos sikus y sikuris; al advenimiento de los
caminos hacia la amazonía puneña aparecen los pinillos y
toqoros, debidamente preparados, confeccionados y pintados
con fondos azules y verdes que sirven del marco musical y como
se presentan hoy en día; para a su vez en las diversas fechas del
calendario festivo y religioso en Juliaca igualmente se ejecutara
el 20 de enero como símbolo de Ofrenda a la Pachamama, con
ese ritual característico con diversas especias, llevarlo al fuego y
la ch´alla que, los mismos descendientes de incas los hicieran
con fervor religioso y cuando las cosechas están a punto de
brindar sus primeros frutos, concordantes con las fiestas del
huch´uy pukllay, semanas más tarde o específicamente después
de cuarenta o cincuenta días, arribaría el mes del hatun poqoy
(gran maduración) signado en el calendario andino, febrero en el
calendario gregoriano y su ejecución del hatun pukllay (gran
juego o jugar 0en grande) adaptado al nivel del mundo como
“Carnavales”, cuya esencia, orígenes y desarrollo se encuentran
en el Brasil, conocido mundialmente como el “Carnaval de
Río”, donde se hace gala de la fiesta precisamente del desnudo,
del juego carnal, así como presencia danzaril de la “zamba”, en
escenarios cerrados y en ritmo de pasacalle; costumbres y
tradición de origen negroide, negros, mulatos y demás
descendientes de esta raza y color de piel que habitaron y
habitan allí; en caso de Perú, sobre todo en la región de costa,
quienes han dado lugar a la ejecución de danzas de esta
naturaleza, caso de morenadas, negritos y negrillos, tuntunas,
sambos y sambos caporales que se presentan en nuestro folklore
puneño. Aquellos enraizados en los círculos de vivencias de la

24 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

región Ica, propiamente el distrito de Chincha, diseminados en


la Capital de la República, donde se hacen sentir junto con sus
características danzas y costumbres. El Carnaval de Río, es
comparado en el mundo, con los que se desarrollan en Oruro
(Carnaval de Oruro), la Fiesta del Rock (inmortal) en los
EE.UU. la “Fiesta de la Cerveza” en Alemania y hasta las fiestas
de Pascuas de los Hermanos Israelitas, judíos, paganos y demás
ascendientes y descendientes de Jehová, Yavé, Torah, aún los del
Séptimo día en el mundo, entre otros.

Los Soldados de Santa Catalina de Alejandría, costumbre y


danza característica de Juliaca ejecutada en ocasión de las
fiestas de dicha Santa el 25 de noviembre por tradición.Al
mismo tiempo pertenecen a la Coreografía Juliaqueña,

Con la fiesta de San Sebastián, la qhaswa desenvuelta en esta


ocasión, danza de toqoros y pinkillos, carnaval chico, o huch´uy
pukllay, prácticamente se inician los carnavales y ese pukllay en
grande. Aquí están las raíces de las fiestas carnestolendas en
Juliaca, en la región qolla y el ande, también en Perú, América y
Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 25
El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

el mundo; muy singular y con características preciadas, lejos de


las fiestas de los santos como así se presentan en distintas
latitudes, caso de la región Qosqo y el distrito de San Sebastián
que no tiene características del pukllay o carnavales.
El Carnaval Juliaqueño, evoluciona y se presenta desde las
vivencias agrícolas desde tiempos incas y sin perder su esencia
a través del tiempo. A esta gran fiesta antiguamente en su
ejecución musical que era a base de zampoñas o sikus y diverso
atuendo en el vestir, hasta entrados años de la república y el
siglo XX que ha fenecido, le siguen el uso de Toqoros y
pinkillos, instrumentos musicales pentafónicos en base a carrizo
delgado y grueso, con embocadura, proveniente de nuestros
valles amazónicos existentes en la región (Candamo, Inambari,
San Gabán, colindantes con Madre de Dios) pintados, según los
colores que representaban al “arco iris”, deidad representativa de
los incas; en cuanto a la vestimenta de igual forma, los músicos,
cambiaron del uso de lllikllas adornados con tejidos
multicolores entrecruzadas al pecho y espalda, por el de la
chalina gruesa y larga, de aproximadamente dos metros, tal
como se muestran hoy en día, claro con ligeras modificaciones y
características propias y peculiares en su uso, esta vez en
“machus” (viejos) y “ch´iñis” (niños y jóvenes), así como el
entrecruzamiento de las mismas en las espaldas y pecho en cada
uno de sus ejecutantes (el doble que aparece en machus y el
simple de ch´iñis (hoy en día han aumentado de grosor); los
colores que cada uno utilizan una vez producidas las
separaciones definitivas, entre los años de 1945 a 1948, cuyos
historiales, etimología de vocablos en uso y ejecución danzaril,
los relatamos más adelante.
Sigue en los años, después de haber llegado a una serie de
acuerdos, practicados hasta hoy en día; son “salomónicos”,
ejecutándose año tras año en las fiestas del carnaval chico y

26 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

posteriormente en el carnaval propiamente dicho. A todo ello, en


pleno siglo XX, se sumaron comparsas carnestolendas
provenientes de algunas provincias del interior de la región
Puno. circulando en calles y plazas, en tardes y anochecer de
Juliaca; el colorido de qhahwas, wiphalas, unukajas y tarqadas
era preciso observarlas con atención: paralelamente, presencia
de “ch´utas” bolivianos, con disfraces y música característica
con bandas de músicos, están presentes en el desarrollo del
carnaval juliaqueño, prueba de esto último, es que contamos
como una grabación de la ejecución de esta danza del carnaval
en Juliaca, a través de la “Agrupación Musical “Santa Catalina”;
mas entrada la República por los años del 20 al 30 de aquel
Siglo, las calles juliaqueñas se vistieron de color con presencia
de grupos de Marinera y Pandillas Puneñas, primero con
exhibiciones y paseos y de visita, por ahí aparecen dos grupos
“Los Cogotudos” por un lado el liderado por Epifanio Villamil y
“Los Panzaqalas” por el otro, liderados por Zenón La fuente, la
presencia de Estudiantinas y Centros Musicales cobran mejor
importancia, cuando se instituyen ya varios Centros Musicales,
Agrupaciones musicales, etc, que acompañaban, ya no
solamente de Pandillas Puneñas, sino de otras como la de los
huancaínos, residentes en Juliaca y el surgimiento de otros
grupos de danza y música desde 1958, que hasta la fecha tienen
vigencia, caso del Centro Musical “Unión Juliaca”, “Mensajeros
del Altiplano” (auténticos y falsos), “Santa Catalina”
(Agrupación de baile y el vigente Centro Musical, dirigido por
el Sr. Domingo Mamani), seguido de otras: Lira Juliaca, Brisas
del Sur, Luis Dunker La Valle; ultimamente la AMDEP
(Asociación de Música y Danza Encanto Pandillero) más bien
estas tradicionales pandillas y marineras puneñas hoy en día las
apreciamos en las Fiestas de las Pascuas de Resurrección, como
únicas en su desarrollo, con carácter de concurso, año tras año

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 27


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

nos muestran diferentes coreografías, y afluencia de músicos, así


como de grupos de danzarines venidos de otras latitudes
(Antorcha Carabaína de Macusani, Centro Cultural Unión
Kunurana y otros más) al mismo tiempo desarrollan al nivel
departamental, de ahí que, nosotros estamos afirmando una vez
más señalando que: “Juliaca, ahora ya también danza” a partir
de presencia del fastuoso, prolongado y milenario Carnaval o
Pukllay.
En la actualidad después de una pertinaz y continua ejecución al
paso de los años y el presente Siglo XXI, ese sonar de toqoros y
pinkillos emergida de los pulmones y labios de Machu Aychas y
Ch´iñipilcos, son representantes de las clases sociales existentes
en Juliaca, en algún tiempo se les ha conocido con el nombre de
Cogotudos y Panzaqalas (personajes de cuellos abultados y
rellenos estómagos, así como descubiertos y flacos o vacíos
estómagos, respectivamente), traducido de ambos vocablos
Quechuas al Español), posteriormente dominadores y vasallos,
luego capitalistas y proletarios, gamonales, tagarotes y plebeyos,
más tarde trabajadores del campo, la ciudad, camaleros,
carniceros, cuereros, hoteleros (hotel maqt´as), verduleros,
zapateros, estibadores, triciclistas (“taxicholos”), comerciantes,
oficinistas, empleocracia, asalariados y patrones, jornaleros y
amos; calceteros, etc. hoy en día capitalistas, adinerados y los
que viven en miseria, o también a los que desde el punto de vista
del socialismo como formación socio-económica se les conoce
como “lumpen”(este término no debe ser utilizado en nuestra
sociedad, sino es privilegio de vigencia de la sociedad
socialista).
Esas clases económico-sociales, representan, la tenencia de
tierras, los negocios, amor por la tierra, el comercio, la tierra, las
chacras, la ciudad, calles, mercados, plazas, etc. nacida al calor
de los vientos, irrumpen noche y día, han venido

28 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

amalgamándose paulatinamente. Dichas estratificaciones son


venidos desde remotos tiempos, el incanato, se han
caracterizado debido a sus vivencias, en lealtad en llantos,
melancolía, cantos y alegría demostrada por hábiles guerreros
conocidos conformando los reynos del altiplano y la región
qolla, ser sometidos luego por los incas, los blancos,
colonialistas, burgueses, otros tipos de dominadores muy
característicos en las sociedades neocoloniales de la actualidad
al nivel del mundo.
Hacia antes de la organización de los concursos que hoy
conocemos en Juliaca, se confrontaban en calles, comparsas de
wiphalas, qhashwas, tarqadas, y pandillas puneñas, al paso de
tiempo, a los ch´utas de origen boliviano, en forma aislada
engalanando, las fiestas del Carnaval Propiamente dicho, de los
escenarios principales el campo, pasaron a calles y plazas,
aunque del mismo campo durante los días del carnaval, llegando
en comparsas debidamente ataviados, realizando sus danzas
autóctonas, con música de qenas, pinkillos, tarqas y bombos y
platillos, de allí surgen las pinkilladas, tarqadas, etc. llegando
hasta locales de los alferados pasantes, o del organizador de su
respectiva comparsa; de regreso efectuando sus “kacharpariy”
(despedida), llegando hasta los domicilios de vecinos según
características de modalidad de la danza, provenientes de otras
latitudes de nuestro Altiplano.
Su ejecución era el campo, al pie de las grandes o pequeñas
sementeras, domicilios vecinales. Pronto la ciudad iba creciendo
en número de viviendas y familias que, a la fecha se haya
convertido en una ciudad con algo más del millón y trescientos
cincuenta mil habitantes en los diversos conos, pese al
desmembramiento del distrito de San Miguel. Es así como esos
“kacharpariy” al estilo de la tierra natal de los participantes
alternaban las fiestas del Carnaval Juliaqueño, lo mismo se

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 29


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

recuerda que las formas de “taripakuy” (alcanzar), el hogar, las


chacras, los animales, compadres, ahijados, padrinos, aún
propiedades lejos de Juliaca; engalanando y adornando con
serpentinas, globos, misturas, flores variadas y desmenuzadas;
son costumbre sumadas para que a la fecha ya muestren sus
características propias, admitidas por nosotros y la población
porque el desarrollo dialéctico e histórico de transformación es
implacable, no sólo en el comportamiento del hombre sino en la
sociedad entera, la naturaleza y el mundo que nos rodea; las
comparsas, posteriormente como queriendo darle un matiz muy
peculiar y netamente juliaqueño, por las arterias se confrontaban
grupos de tarqas y tarqadas, con atuendos que fueron cambiando
al paso del tiempo, estos danzarines llegaban de haber
“taripado” el campo, las sementeras, a los padrinos, el
señalamiento de los animales entre otras manifestaciones
costumbristas y tradicionales al estilo de diversos pueblos del
altiplano y el ande, principiando siempre con el ritual de
Ofrenda a la Pachamama; tales el caso de costumbres con estos
motivos carnavaleros en la región qolla que veremos. Desde allí
hasta la fecha aparecieron vecinos y organizaciones vecinales y
barriadas, con la intención de llevar al concurso, precisamente
aquellas aisladas presentaciones y participaciones, después,
presentarlos en un determinado escenario, único y particular
donde las diferentes comparsas efectúen la coreografía del
Carnaval Propiamente Dicho, surgiendo la grata idea de llevar al
concurso, por vez primera hacen algo más de 50 años atrás, la
directiva del Barrio Túpac Amaru II, convocara al Primer
Concurso Folklórico, donde participaron varios conjuntos
carnestolendos provenientes de comunidades cercanas, aún
provinciales y distritales del interior del departamento de Puno,
grupos de tarqas y tarqadas, wiphalas y qhashwas, de residentes
huancaneños (por esas entonces Moho, todavía pertenecía a la

30 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

provincia de Huancané, melgarinos, azangarinos, putineños,


samaneños, santaluceños, cabaneños, cabanileños, lampeños,
cuyocuyeños, capachiqueños, etc. en Juliaca, representando la
coreografía de sus carnavales, en siguientes años se presentan
sikus y sikuris, de diferentes lugares incluidos Juliaca por
intermedio de la AJP, .Wayra Marka y otros nacientes, en estas
ocasiones, las dos agrupaciones y tropas de sikuris y zampoñas
de Wayra Marka que conocemos, eran todavía una sola, nosotros
en calidad de Jurado Calificador en dos años consecutivos,
apreciamos precisamente esos grupos de danza, para que en los
últimos años de la década del ochenta al noventa, aparecieran
paulatinamente en el escenario danzaril y coreográfico
juliaqueño, varias de danzas con trajes de luces que hoy en día
se registran, así como la introducción de la más variada
clasificación de danzas, cultivadas en Juliaca y nuestro mundo
qolla y andino, así poco a poco llegando a la perfección, hasta
que en la posteridad encontraremos a esta famosa fiesta de la
alegría, la burla, del sarcasmo, etc. en suma esos carnavales,
adquieran y tomen matices característicos propios y peculiares
en esta parte del Altiplano, ello ha motivado que se vaya
desplazando prácticamente la presentación de Pandillas Puneñas
en los días que lo eran después del miércoles de ceniza, el
jueves, antes del día domingo de tentación o amargura, que,
dicho sea de paso en Caracoto era el escenario de presentación
de toda la coreografía pandillera. Recién desde mediados de los
años del dos mil al dos mil diez, un grupo acertado de jóvenes y
adultos inquietos, el mismo día domingo del carnaval
propiamente dicho aparecieran con una comparsa de marinera y
Pandilla Puneña, engalanando el Carnaval Juliaqueño, con su
comparsa de “ASPAJ” (Asociación Pandillera Juliaca),
efectuando la coreografía pandillera muy auténtica del Carnaval
Juliaqueño de antaño y que lo era en años atrás, como queriendo

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 31


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

revivir esa tan mentada Coreografía Juliaqueña de antaño, unida


a la Marinera y Pandilla Puneñas juliaqueñas, cuyos ejecutantes
son pertenecientes a la Guardia Vieja, como dice el argot
popular.
Es de mencionar que Juliaca, tiene una característica singular, la
de albergar a todos cuantos llegan de diversas ciudades y
comunidades, sobre todo del interior de nuestro departamento de
Puno, con el transcurso del tiempo, incluso el haber arribado ya
a sobrepasar el millón y más habitantes, hoy en día sobrepasan
el millón trecientos cincuenta mil, de los cuales más del millón
son electores, entre los mismos según estadísticas que hemos
podido resumir, según los últimos censos poblacionales, el 93 %
y más corresponden a la habitación de juliaqueñistas y
juliaqueñenses, más sólo el 07 % juliaqueños natos, y lo mejor,
su capacidad de hospedaje y calidad de albergue hasta que el
transeúnte tenga que quedarse en vivencias definitivamente, y
tiene ese especial criterio de lograr unir las idiosincrasias hasta
lograr sus características y modo peculiar de vivir, por ello se ha
logrado recibir de parte del gobierno en el primer mandato de
Alan García Pérez, la Ley N° 24746 declarando a Juliaca como
“Capital de la Integración Andina”, desde aquí es de donde
surge en materia de jolgorio sobre todo carnestolendo en la
región qolla, el ande, Perú y América, el principio de los
carnavales, con ese jolgorio innato, fastuosidad y masiva
realización de actividades persistentes desde el 20 de enero, al
nivel del ande y Perú. Es donde también en un futuro no muy
lejano se juntarán todas las costumbres, tradiciones, y todo
cuanto conocemos, es pues el conocimiento y sapiencia del
hombre andino, cuyo afán integrador, a la vez como estamos
comprobando a la luz de los días se está cumpliendo con los
fines y objetivos; propios y extraños, que tienen puestas sus

32 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

miradas no sólo al nivel del ande, sino hasta de nuestra Awya


Yala (América) y el mundo entero.
Es de mencionar con mucho interés que, el Carnaval Juliaqueño
hasta antes de la aparición de danzas con rajes de luces como se
muestran hoy en día, los días del carnaval propiamente dicho
tuvieron presencia de Pandillas Puneñas, en forma masiva,
siendo desplazadas para ejecutándose en las Pascuas de
Resurrección el Sábado Santo (en el calendario de la Semana
santa este día se conocía como Sábado de Gloria, hoy en día ya
no) previas del cual, otras actividades de Concursos de Cholita
Padilla Puneña, Elección de la Señora Pandilla Puneña, elencos
y lógicamente el Concurso Central, posteriormente realización
de kacharpariy y paseos, organizados realizados por algunos
conjuntos que participaron en todas esas actividades..Por su
parte el Municipio Provincial intercala con la entrega de
reconocimientos a cultores y mentores de la Pandilla Puneña en
Juliaca, en días antes del Concurso Central. El surgimiento de
otras comparsas pandilleras a más de las tradicionales y de
niños, engalanan dicha fiesta, A propósito en carpeta tenemos el
libro: La Pandilla Puneña en Juliaca, con muchos pormenores. .

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 33


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

La Foto muestra primeros instantes de inicios de evolución del


actual carnaval Juliaqueño los primeros concursos en el
Mercado Internacional Túpac Amaru II. Hoy en día se
desarrolla solamente un Pasacalle.

Ese mar humano calcetero, durante el Carnaval Propiamente


Dicho, hace derroche de dineros, comercio, bebidas, comidas,
vestimentas y otros, durante el desarrollo de ese carnaval de
todos los días prolongado, menos mal que todas las comparsas
en sus distintas modalidades cuentan con sus directivos y
comisionados, dirigiendo ensayos, preparativos, consecución de
movilidad, alimentación y lugar preciso para hospedar, así como
contentar a los grupos musicales, contratos de disfraces,
dedicarse a inscripción de las comparsas en forma oficial, por
espacio de seis días y se hagan presente en los diferentes eventos
de los concursos, a favor de la buena o excelente participación
día tras día, a partir del “miércoles de ceniza” en que empiezan
dichos eventos. Los danzarines unidos por lazos de amistad,

34 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

compadrazgo, familiar, etc, efectivizan su cuota aprovisionada


desde los días de la misma culminación de los anteriores
carnavales, la cuota se efectiviza, para solventar gastos de
alquiler o confección del disfraz, pago de contratos con los
músicos, alimentación diaria, el desayuno, almuerzo y cena,
consumo de bebidas, aún el flete de diversos atuendos
fundamentales y accesorios para su debida presentación.
Algunas comparsas anteladamente envían a confeccionar
disfraces con el fin de uniformar el colorido, en modisterías y
bordados especializados y al talle preciso de cada uno, el
alquilado muchas veces resulta remoroso, poco agradable para
ejecutantes y directivos. Hoy en día, en calidad y en cantidad los
conjuntos de danzas han mejorado notablemente, han dejado en
gran medida la participación de tarqas y tarqadas, q´aqchas y
wiphalas, no es como en aquellos inicios, por el contrario se ha
dado participación en concursos, contagiándose en la mayor
parte de la juventud calcetera, lo que en sus inicios eran
ejecutados por la población adulta, muchos jóvenes de ambos
sexos asisten regularmente a ensayos, muy pocos son
“depurados” por no haber conseguido los logros requeridos para
una eficaz presentación, ellos hoy en día constituyen estudiantes
de los niveles secundario y superior que cursan estudios
superiores en Juliaca y Puno, es decir, a la vez la juventud y toda
la población es partícipe de tan singular fiesta carnestolenda,
hoy marcando nuevos rumbos dentro del desarrollo danzaril y
folklórico de Juliaca.
En el caso de tarqas y tarqadas, que anteriormente solamente se
presentaban para cumplir contratos y ser llevados a las
comunidades cercanas y alredoresde la ciudad, esto es el campo,
donde reencuentran los animales de crianza, así como las
chacras hoy en día son convocados al concurso por intermedio
del Abogado César Huasaca Abarca el día Lunes de Carnavales

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 35


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

con premios y ceremonia especial con resultados benéficosos,


cuyo desarrollo y progreso, sobre todo en la presentación de sus
uniformes es preciso que adelantó lo suficiente, de tal forma que
también está contribuyendo con el desarrollo del Carnaval
Propiamente Dicho.

ETAPAS O FASES DEL CARNAVAL JULIAQUEÑO

Así el Carnaval Juliaqueño, en esta oportunidad, según nuestras


aseveraciones pasa por dos etapas muy bien definidas:
1.- El Carnaval Chico, Qhashwa de San Sebastián, o danza de
toqoros y pinkillos, de Machu Aychas y Chñipilkos; y
2.- El Carnaval propiamente dicho o hatun pukllay. Cada una
con sus respectivas características definidas y marcadas.

Carnaval Juliaqueño Propiamente dicho, en la foto ejecutantes


de toqoros y pinkillos antes de 1920. Era uno solo.

36 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

EL CARNAVAL CHICO EN JULIACA*

En la gran Perla del Altiplano puneño: Juliaca, el día 20 de enero


de todos los años, como otra de las costumbres tradicionales de
los pueblos andinos, se ejecuta el Carnaval Chico, llamado
también: Qhashwa de San Sebastián, Carnaval Juliaqueño,
danza de Machu Aychas y Ch´iñipilkos, o mejor danza de los
toqoros; particularmente es una danza protagonizada por
pobladores de habla Quechua, Aymara y Española
respectivamente, diseminados por costumbres tradicionales y
ancestrales en Machu Aychas y Ch´iñipilkos, que según la
leyenda conservada en forma oral, los dos grupos son
descendientes de valerosos guerreros, fornidos hombres,
prestigiados gobernantes y líderes qollas y waynaruk´is, aún
kullakas, que moraban estas partes del suelo Qollana, inclusive
desde inmemoriales tiempos pre incas, desde los Zapana, Qhari,
Pilco, Qalla, Hancco, Qahuapaza, Janampa, Apaza, Borda,
Quispe, Mamani, Chambi, Condori, entre otros de la estirpe
qolla, liderazgo revivido en estos danzarines con
manifestaciones propias y peculiares, muy distintas que se
practican en otros pueblos del departamento, la región, el ande,
nacional y fuera de él, contribuyendo con el desarrollo de la
“Coreografía del Kollao” de que nos rememora José Lizandro
Luna La Rosa (1894-1969).
En nuestro Ensayo: “El Toqoro”, Instrumento Peculiar del
Altiplano (1991), incluimos el arte, escenario, estilo y
coreografía de esta danza, sin embargo, hoy con todo criterio de
detalles los damos a conocer:
“Llamado Carnaval Chico, Qhaswa de San Sebastián o Danza
de Toqoros y Pinkillos, constituye una fiesta tan peculiar en
Juliaca, ejecutada el día 20 de enero de todos los años, en
explanadas preparadas, considerados principales escenarios

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 37


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

naturales de los “apus” Calvario o Santa Cruz y Huayna Roque


respectivamente, con el advenimiento de los meses del huch´uy
y hatun poqoy –pequeña y gran maduración- del Calendario Inca
(enero y febrero en el Gregoriano), desde ancestrales tiempos
pre incas, todas las actividades eran en el campo, en vísperas de
aquel día, en retribución a las bondades que ofrece la madre
naturaleza o Madre Tierra (Pacha Mama) todavía cuando no
estaban distribuidos en Machu Aychas y Chiñipilcos, se
realizaban una serie de actos rituales de llamamiento y
advenimiento del huch´uy y hatun pukllay (chico y gran
carnaval), hasta llegar al mismo día en que desde primeras horas
de la mañana efectúan el ch´allachi (rociar bebidas y k´intos -
hojas de coca y flores variadas al aire- embanderamiento de los
lugares establecidos para la qhashwa, llamar a los danzarines
con fuertes golpes de bombos y sonar de toqoros para juntarse
en inmediaciones de lo que eran el hatun y huch´uy rimanapaq
(pequeña y gran plaza). Con el correr del tiempo esta costumbre
tradicional ha ido modificándose hasta trasladarse a la ciudad,
como adaptarse al periodo histórico, sin perder esencias ni
valores, para aproximadamente los años del 45 al 48 del siglo
XX pasado, haya habido una separación a los que hoy
conocemos como las agrupaciones de Machu Aychas y
Chiñipilcos con marcadas características y peculiares
someramente distinguidas, pero de orígenes, historia y evolución
comunes, cuya historia relataremos próximamente.
Los “apus” tutelares de Juliaca, debidamente preparados de
visten de gala con presencia el jolgorio y festín de Machu
Aychas y Chiñipilcos; después de aglomerarse hoy en día
parques Tres de Mayo y del Maestro, los unos y los otros, luego
de un ch´allachi se dirigen hasta el Municipio local para saludar,
vestir e invitar al Burgomaestre, se dirigen hasta las faldas de las
planicies del Hayna Roque y Calvario, antiguamente

38 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

denominados “fortalezas”, así lo da a conocer Dionisio Torres


Juárez en su “Monografía de la Provincia de San Román”
(1964); acercarse al oficio de la Misa al pie del Cristo de
Huaynarroque y de la Cruz de Mayo (hoy en día los Ch´iñipilcos
ya tienen su Santo Patrón, San Sebastián en cuya urna es
ubicado al costado derecho de la Cruz) a cargo de alferados,
capitanes, sargentos, y subalternos, aun de “manzanas” y
duraznos (llamados así a damas y varones en cada agrupación a
excepción de “Machu Aychas”). Después el “Pago” a Pacha
Mama con preparación, quema y ch´alla de la “mesa”
consistente en variedad de alimentos, dulces y yerbas, sin faltar
el gran “untu” y “sullo”(cebo y feto) de algunos animales
domésticos, tampoco la q´oa (yerba muy bien buscada e
infaltable), coca escogida bañada con vino y alcohol colocada
encima de toda la preparación; finalmente “taripada” (voz
Quechua que significa alcanzada) con mixturas, serpentinas de
colores, flores del lugar; es atada en una unkhuña (voz quechua)
o istalla (voz aymara) grande, luego llevarla al horno o fuego
levantado en base a bostas de ganado, al término de la quema se
ch´alla con vinos, cerveza y alcohol; el “Paqo” (voz Quechua) o
“Yatiri” (voz Aymara), ha vaticinado el futuro de los días en
Juliaca y las respectivas agrupaciones, se ha aperturado la
llegada del Carnaval.
Llega el momento del reparto de la “merienda”, lo hacen
Capitanes y demás alferados, seguidos de chicha o cerveza, a
todos los asistentes en ambas agrupaciones. Anteriormente la
“merienda” consistía en papas, ch´uños, ocas, izaños y carne
sancochados, los infaltables mote de maíz y habas, todos eran
rociados al suelo sobre unas mantas a cuyos alrededores se
ubicaban los asistentes, del cual comían, junto con sabrosas
ensaladas, ocopa, llatán o “uchukuta” (voz Quechua al Español,
significa ají molido), a cuyo término militantes de ambos grupos

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 39


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

de danzarines se aprestan iniciar y ejecutar la coreografía propia


de cada uno, practicada aún desde ancestrales tiempos pre incas
e incas, jamás olvidada debido a que constituye una costumbre
agrícola, ritual, pastoril, amorosa y hasta guerrera, de
enamoramiento y consecución de la próxima pareja que deviene
en Matrimonio, después de haber practicado el “servinakuy”
(voz Quechua-Española, significa matrimonio de prueba).
La música ejecutada por conocidos toqoristas, pinkillistas,
bomberos, taroleros y platilleros ubicados en una de las laderas
de sus respectivos escenarios, ejecutan en tres partes; resaltando
el segundo, de la guerra con movimientos y escenas de
trascendencia, cuya esencia coreográfica es propia de los
“cosquilleos amorosos”, la música en esta parte es más alegre y
dinámica, luego la despedida o “fuga”. Las melodías y versos
varían porque se hacen alusión a los lugares donde ocupan los
grupos, el de la línea férrea del este es de Machu Aychas; al
oeste, Chiñipilcos; mas algunos nombres de calles, barrios y de
mujeres muy destacadas y distinguidas en ambos.
La coreografía en los grupos es casi similar, retrotrae el pasado
comunitario del Ayllu, runakuna y warmikuna (hombres y
mujeres), kamaqkuna (dirigentes), hoy en día se ejecuta como es
de entender la denominada “Coreografía del Kollao” y la
“Coreografía Juliaqueña” (representaciones del valor, dignidad,
fuerza, pujanza, amor y todos los valores virtuosos de
Juliaqueños, Juliaqueñistas y Juliaqueñenses), esta vez
practicados en pleno siglo XXI, por directivos encabezados por
el Presidente de cada agrupación, seguido de una Directiva que
se renuevan cada dos años, según Estatutos de cada una;
juramentan, se presentan los “musoq” (nuevos), más los nuevos
integrantes, jóvenes de ambos sexos, así pertenezcan a
“machus”.

40 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

Finalmente la realización del “kacharpariy” (fiesta de


despedida), bajando de los “apus” en sendas comparsas por
calles y plazas emparejados, por aquellos años de
“divisionismo” eran terriblemente guerreros, wichiwichis,
toqoros, pinkillos, bombos y demás instrumentos musicales y
propios de diversa índole, servían de armas de “combate”, hasta
la intervención de fuerzas del orden y dispersados. Hoy cunde la
cooperación y hermandad; ambos grupos suben y bajan de los
“achachilas” indicados por diferentes lugares incongruentes a fin
de prevenir ocurrencias por causa de las bebidas ingeridas
durante casi todo el día y parte de la noche de aquel día.
Hombres y mujeres, músicos y danzarines llegan hasta sus
hogares, para al día siguiente efectúen sus “kacharpariy” en los
lugares instituidos por cada agrupación, sea en sus locales
propios o las mismas explanadas de los “apus” tutelares.
Con esta festividad única en la región qolla, el ande entero aún
el mundo se inician lo que será después de cuarenta días
aproximadamente la práctica del gran Carnaval concordante con
el mes del hatun poqoy (febrero), lógicamente el hatun pukllay
(Gran Carnaval), ejecutado por grandes y chicos, sobre todo por
la población católica, el mar humano que se vuelca en los
escenarios previstos por diferentes organizaciones juliaqueñas
completan la segunda etapa de la práctica carnestolenda.
Algunas semejanzas y distinciones entre las dos
agrupaciones:
Por su origen común y colectivo, más son semejanzas que
diferencias, en todo, a excepción de los colores de chalinas,
sombreros, camisas, pantalones, zapatos, “wichiwichis”(borlas
de lana de variados colores), en Ch´iñipilcos: utilizan el verde
agua y botella, rosado, celeste, amarillo, azul marino, negro, los
colores juveniles; en cambio “machus”, el blanco, negro, plomo,

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 41


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

azul, etc. colores propios de “antiguos” y adultos. Toqoros y


pinkillos los mismos colores señalados en ambas.

Bibliografía:
- Torres Juárez, Dionicio, “Monografía de Provincia de San
Román”, Juliaca, 1964.
- Alvarez Enríquez, Samuel, “El Carnaval Juliaqueño”,
“Leyenda de los Ch´iñipilkos”.

 Publicado en el Diario Los Andes de Puno, Edición


Dominical

Coreografía de la Qhashwa de San Sebastián en el “apu”


Calvario en la explanada, campo de ch’iñipilcos.

42 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

BREVE HISTORIAL DE MACHU


AYCHAS Y CHIÑIPILCOS*

Desde inmemoriales tiempos pre incas e incas, la qhashwa


(danza de carnavales, traducido del Quechua al Español) se
desarrollaba íntegramente en el campo, al pie de las grandes
sementeras de las “chacras”, con el advenimiento de la
Dominación Colonial Española, se traslada a la ciudad. En
Juliaca si bien no hubieron campesinos, los ejecutantes
primigenios eran por un lado empleados de hogares, cuarteleros
y hoteleros, estos últimos denominados “hotel maqt´as”,
cocineros, ayudantes de cocina, carniceros, camaleros,
cogotudos, panzaqalas, cargadores, estibadores (de los del tren y
del mercado), verduleros, comerciantes de mercachifles, laneros
y rescatistas de lanas, cuereros, etc. Más tarde el afloramiento de
familias juliaqueñas natas e íntegras, como los Borda, Ccalla,
Chambi, Benavente, Pilco, Mamani, Condori, Yerba, Janampa,
Ito, Surco, Quispe, muy conocidos entre los ejecutantes desde
niños, jóvenes y adultos. El desenvolvimiento de la qhashwa era
una sola, incluso hasta momentos de la entrada republicana sus
ejecutantes estuvieron disfrazados con las policromadas
“llijllas” cruzando el pecho y la espalda respectivamente y el
uso de zampoñas o sikus* para la ejecución musical, tarolas,
bombos y pitos de hueso para los varones y las damas con
sombreros adornados de flores de la más variada especie
proveniente del campo, primando el amarillo (q´ellu t´ika). Se
presentaban en el escenario casnestolendo del huch´uy pukllay
(carnaval chico), desde tempranas horas de la mañana, “...que en
ningún lugar del altiplano se encuentran otros semejantes, la
leyenda dice: Que, en Jatun rumi (hoy Santa Bárbara), P´oqsillín
(la región rocosa del cementerio), P´oqraqasi, Calvario y

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 43


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

Huayna Roque, formaban las cinco fortalezas del pueblo, que


llegará a ser más tarde Juliaca. Estas cinco fortalezas eran
testigos de las grandes luchas sangrientas, cuando salían
triunfadores los del lugar, era festejado el triunfo con inusitada
algarabía, lo que a su vez se traducía en pifias y rechiflas a los
vencidos y para lo cual, buscaban los lugares más altos”(Torres
Juárez, Dionisio, “Monografía de la Provincia de San Román”,
Edic. 1962). Efectuada la ofrenda a la Madre Tierra de
semejantes fogatas, seguido de la ch´alla, posteriormente ofrecer
la comilora o “merienda”, provista por los “capitanes y
capitanas”, alfereces y sargentos. El “alferado” que conducía
todos los años, por elección democrática y propuestas de los
“salientes” desde los bandereros, coheteros, floreros, pilleros,
etc. mas “coreógrafos” en la danza y el Director Musical
encargados de la ejecución.
La llegada del siglo XX, trajo singulares modificaciones en la
ejecución musical y el uso de toqoros y pinkillos, que al mismo
estilo de nuestros incas y las influencias de la región amazónica
que por cierto, en Puno existen vestigios de población
amazónica en los valles del Candamo, Inambari y San Gabán,
colindantes con la selva madredediosana y sus respectivos
frutos, es desde esos lugares donde se proveen las cañas gruesas
y delgadas, con embocadura, ejecutándose música pentafónica
dando melodías en pinkillos y acompañamiento de toqoros,
wanqares y tinyas (estos últimos similares a bombos y tambores
que utilizaron en las fiestas del incanato). De igual forma el uso
de chalinas grandes y gruesos de variados colores, tejidos y
extraídos de las mismas fuentes y prodigios de la naturaleza
circundante sobre todo del campo, y al alcance de los
ejecutantes músicos y danzarines de ambos sexos, sin
discriminación alguna, entre niños, jóvenes, adultos y senectos,

44 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

mejor entre las clases sociales de cogotudos, panzaqalas,


adinerados o sin contar con estos.
Según relatos orales de muy antiguas familias de las enunciadas,
frisaban los años del novecientos cuarenta y cuatro, cuarenta y
cinco cuando los adultos y mayores, también llamados
cogotudos y “machus” (viejos), por orgullo y perorgullo,
despreciables desde todo punto de vista, no permitían que
jóvenes llamados también panzaqalas y “ch´iñis”, ascendieran
hacia los “alferados” o a la organización de las próximas fiestas;
el surgimiento de discrepancias convertidas en “profundas”, por
posesión de las “fortalezas juliaqueñas”, otras propias y
grupales. Surgiendo así en ascenso aún, en posesión, los
territorios geográficos propios, que no permitían pasarlos
apoderándose los unos del Este de la líneas del ferrocarril que
surca Juliaca, y los otros hacia el Oeste; las invasiones por la
fuerza presentes, iniciándose así esas luchas frontales, cuerpo a
cuerpo, hasta derramamiento de sangre, entre toqorazos y
pinkillazos y demás instrumentos musicales; más los
wichiwichis colgantes de manos en las damas adornados con
manzanas, membrillos y duraznos, sirvieron de defensa en
ambos grupos, hasta posesionarse convenientemente y ejecutar
su coreografía propia y particular en los lugares que actualmente
conocemos como sus propios fortines. La leyenda señala que, en
esas tantas agresiones y resistencia de ambos grupos, sin dar
paso atrás, surgen los bravos, cogotudos, fortísimos y
corpulentos hombres que desempeñábanse como carniceros,
camaleros, cuereros o “machus” y otros seguidores,
arremetiendo contra los jóvenes o “chiñis”, éstos, por no
quedarse atrás, también arremeten, respondiendo por un lado:...
¡machu aychas...! (carne vieja, traducido del Quechua al
Español, voces unidas por relación que guarda con el
desempeño laboral) y por el otro bando...¡ch’iñi pilkos! (de la

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 45


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

voces quechuoaymaras ch´iñi=pequeño, que constituye una de


las acepciones; y la otra, es de muy pegado, junto a, seguir a...),
para el caso de Ch´iñipilkos, las dos acepciones son válidas; y
Pilko: patronímico, que responde a la familia de los Pilco, que
hasta la fecha resuenan en oídos del pueblo juliaqueño);
señalando a los jóvenes que estuvieron encabezados por los
“Pilco” y sus familiares que formaban el otro bando. Desde
aquel momento la lucha ha sido tenaz, sin retrocesos; en esos
años incluso la danza por su naturaleza amorosa, bucólica,
pastoril y carnestolenda se torna por demás guerrera; fruto de
esas grescas callejeras, los heridos con traumatismos leves de
haber recibido golpes de sus propios instrumentos musicales. El
Hospital del actual “Cono Sur”, resultó repleto de danzarines
hombres y mujeres. Al punto crucial, tuvo que intervenir la
soldadesca del G.A.C. N° 4 “José Inclán”, acantonado en esta
ciudad, para disuadirlos.
Todo ello ocurrió entre todos esos años hasta el 45 casi llegando
al pacifismo recién al 48, llegaron a sendos acuerdos, de primera
intención, los territorios geográficos delimitados los del este del
ferrocarril para Machu Aychas y los del oeste para Ch´iñipilcos,
las fortalezas de Santa Bárbara o Hatunrumi, Calvario y P
´oqsillín para Chiñipilcos, en cambio P´oqraqasi (cerro tutelar
que se ubica en el ingreso de la vía que une Juliaca-Ayaviri) y
Huayna Roque para Machu Aychas; inclusive delimitación de
algunos jirones y avenidas.
Es desde allí, sus atuendos se tornan más característicos a modo
de distinguirlos, los colores clarísimos y simbólicos de la pampa
y la juventud, de las chacras y sementeras cuyo reflejo son
iniciando en sus sombreros, variando desde el amarillo, rosado y
verde, adornados con ribetes relucientes, en sus largas y gruesas
chalinas, adornos tejidos con borlas y flecos de los mismos
colores, el celeste de sus camisas; toqoros y pinkillos

46 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

pentafónicos, de esos variados colores, provenientes desde el


milenario incario. Portando “cantimploras” y ch´uspas que
cuelgan cruzados pechos y espaldas hasta la altura de la cintura,
adornan a Ch´iñipilcos; en cambio los borceguíes, sumados a
todo su atuendo; los colores, blanco (manteca), azul y rojo
priman en Machu Aychas.
En damas distinguimos a las “manzanas” en ch´iñipilkos,
ataviados de sombreros con frescas y fulgurantes flores del
carnaval, llijllas con adornos y ribetes de colores, blusas de
bayeta adornados con colores de los indicados, polleras donde
predominan el verde, amarillo y rosado, en la mano derecha
portando un wichiwichi de diferentes colores a cuya parte
central adornan manzanas, duraznos o membrillos, esta vez ya
no para la “guerra” de antaño, sino respondiendo a la pareja en
son de “aceptación” o correspondencia de sus amoríos,
consecuencia de los carnavales o pukllay de los años que siguen.
Por su parte Machu Aychas adornados con los colores señalados,
en polleras y demás prendas, aún en wichiwichis priman los
azules, manteca, rojo y verde oscuro, simbolizando la adultez y
madurez, características singulares y distinciones de los bandos,
muy bien definidos.
Surgen así en el escenario, esas dos grandes agrupaciones
representativas del Carnaval Juliaqueño, emblema del folklore
en Juliaca, símbolo innato del inicio y término fastuoso; añejo y
prolongado carnaval como se le cita hoy en día.
Otro acuerdo, que se cumple en nuestros precisos días, es la de
que año tras año deben encabezar las fiestas tanto del carnaval
chico y grande, una y otra Agrupación, es decir se ha tornado
más organizado, incluso el intercambio de Banderines entre los
dos grupos está presente. Y, así los acuerdos van completándose
porque en toda fiesta debe primar amistad, el compartir y la
cooperación manifiestas.

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 47


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

En la ejecución musical en ambas agrupaciones tiene sus tres


partes o según la qhaswa de recorrido o de ejecución en un
escenario, destacan la introducción, guerra-tupay, la qhashwa
propiamente y el kacharpariy (despedida, más conocido como:
Fuga).
El Alcalde Juliaqueño, en los años que cursan, implementa los
agasajos convenientes, en el frontis municipal, llegando hasta
escenarios de los “apus”.
La Qhaswa de esta ocasión, apertura las fiestas carnestolendas
del Ande y Perú, para después de cuarenta días
aproximadamente se produzca el Carnaval propiamente dicho
(hatun pukllay), en Juliaca, desde allí hoy en día presenta ribetes
muy singulares, mostrando lo añejo, prolongado, fastuoso,
moderno y contemporáneo.

* También se les conoce como phusa, antara, shiringa en lenguas


aborígenes peruanas, en cambio en Español, Flauta de Pan.

Bibliografía:
- Torres Juárez, Dionisio, “Monografía de la Provincia de San
Román”. Edic. 1962.
- Luna La Rosa, Lizandro,“Zampoñas del Kollao”, Edit. Los
Andes, 1965.
- Alvarez Enríquez, Samuel, “EL Carnaval Juliaqueño”en el
Kollao y el Ande (inédito).
- Revistas: “Machu Aychas” y “Los chiñipilcos”, publicados
por cada organización.

* Publicados como artículos, en el periódico “Los Andes”, en su


página cultural de los días domingos.

48 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

ETIMOLOGÍA DE LOS VOCABLOS

La Etimología es una ciencia lingüística que profundiza el


conocimiento lingüístico, el origen y significado de los
vocablos, sean originarios o extranjeros. Tal es la razón porque
es necesarísimo para nosotros descifrar los vocablos de Machu
Aychas y Ch´iñipilkos.
Machu: nombre-adjetivo de origen Quechua, traducido al
Español, significa: viejo, adulto. En el folklore desde
inmemoriales tiempos del coloniaje, república y de nuestros días
se ha utilizado para designar a la danza de los viejitos como
Machu-Machu o Machu Tusoq (baile de viejos), Achachi K´umo
(en lengua Ayamara). También es menester anotar que uno de
sus derivados: machula, significa abuelo, utilizándose en lugar
de “awicho” o “awicha”. En el Aymara se conoce a la misma
danza como Auki-Auki y lo señalado.
Aycha: nombre o sustantivo traducido al Español, significa
carne, uno de sus derivados, resulta carnicero, haciendo mención
a la persona que hace de las carnes de los animales el negocio
característico, iniciando en el interior del camal con el degüello,
extirpación, desollación y puesta preparado para su uso;
posteriormente llevarlo a la carnicería, distribuyéndolo en los
establecimientos de ese nombre.
Del análisis que podemos hacer, es que el vocablo “aycha” fue
utilizado con creces por los jóvenes o “ch´iñis” para denominar
al grupo contrario de integrantes asociando, los vocablos: carne,
carnicero, camalero, etc. con el de viejo. Relata la leyenda que la
“carne vieja”, no sirve para el consumo humano, peor para
jóvenes, como así eran y sentíanse el grupo contrincante.
Ch´iñi: vocablo Quechuoaymara que tiene dos significados,
traducido al Español, significa, primero: pequeñuelo, chiquito, o
vulgarmente conocido como chico. En despectivo Quechua, se

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 49


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

dice: qhoña, y en insulto: qhoña tejte (mocoso) y, segundo: muy


junto, pegado a..., ceñido a..., muy pegado a..., seguidor, etc. En
lengua Aymara Ch´iñi, traducido al Español, significa: pulga
(insecto muy pequeño, que sobre todo portan los animales
domésticos, conejos, perros, etc.). Para uso de este apelativo se
han asociado, las dos acepciones quechuas indicadas, aún en la
Lengua Aymara.
Pilko: antropónimo y patronímico Quechua, proveniente del
Aymara traducido al Español significa: ascendiente y
descendiente de la familia Pilco, que en Juliaca, han tenido y
tienen denotada presencia, desde tiempos atrás, esta vez según la
leyenda los jóvenes Pilco, al constatar semejantes injusticias de
parte de los “machus” prefieren reunirse por separado, al que
muchos jóvenes de ambos sexos y hasta familias íntegras se
sumaron, formando el bloque juvenil o de los motejados “ch
´iñis”, formado en poco tiempo el grupo opositor, el que ha
seguido hasta nuestros días. Las familias separatistas, las
enunciamos en el Historial de esta agrupación, líneas más
adelante.
La tradición y leyenda a la vez, sumadas a las fiestas del
carnaval o pujllay, en sus etapas muy bien definidas en esta
Perla del Altiplano, por mucho tiempo ha sido ejecutada con
matices propios entre Machu Aychas y Ch´iñipilcos así como el
comportamiento social de la población toda, aunque en años se
recibió la influencia de comparsas del interior y exterior del
departamento, para que en la década del 70 al 80 del pasado
siglo, haya obtenido los límites que hoy en día se conocen.

50 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

Vates Ch’iñipilcos y Machuaychas, baluartes del Carnaval


Juliaqueño de años atrás

SU UBICACIÓN EN EL CALENDARIO
FESTIVO ANDINO

Con el advenimiento del 20 de enero, signado en el


calendario religioso de los santos Fabián y Sebastián, aparecen
en el escenario natural juliaqueño, Machu Aychas y Ch´iñipilcos
con atuendos y vestimenta propias en cada grupo, características
y manifestaciones muy bien definidas y distinguidas, costumbre
derivada desde sus ancestros en el mes del “pisi” o “huch´uy
poqoy”, poca o pequeña maduración en el calendario andino,
cuando los frutos están por madurar, varias semanas antes del
“hatun poqoy” (gran maduración) o febrero, como lo señala Luis
E. Valcárcel cuando da a conocer las fiestas del calendario
Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 51
El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

andino. Legendariamente en los años de 1945 a 1948 se dividen


en dos bandos, como lo de antes del advenimiento del carnaval
en la ciudad, permanecer siempre rivales, entre cogotudos y
panzaqalas, entre jóvenes y adultos, o entre las clases sociales
irreconciliables dentro del desarrollo social y económico de
sociedad reinante; dando resultados entre estos dos grupos, ya
no en la ejecución de zampoñas, sino de Toqoros y pinkillos con
embocadura, delgados y gruesos de diferentes colores, siendo el
más característico y singular el toqoro, más grueso y largo, en
cambio el pinkillo de caña delgada, también pentafónico que da
la melodía muy singular, junto a semejantes bombos, tarolas,
platillos y pitos de hueso que sirven de marco musical a la
ejecución de la coreografía de la danza que conserva matices
originarios y autóctonos a la perfección. Versiones que se
ejecutan, bailan y cantan, son al más estilo propio y particular
del hombre juliaqueño, que nacen de las propias vivencias
amorosas y bucólicas, que hasta han sido llevados al acetato a
través de sus huayños, marineras, yaravíes y demás canciones
populares y los tonos de otras danzas de este lugar; es común,
por un lado escuchar en nuestros oídos:
En Quechua Traducción al Español
- pillas mayllas purishan quien no más por ahí está
andando
- ch´iñipilcos purishan el chiñipilco es el que
anda...
Andando, y por el otro lado, sin recorrer muy lejos, escuchamos:
- pillas mayllas purishan
machuaychallas purishan el machu aycha está
andando...
-qoway, qoway, qoway...chay mishk´iykita...(dame, dame, dame.
ese tu dulzor...).

52 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

En la grabación de un CD, producida por la agrupación de


Machu Aychas, existe una composición propia, donde además
algunas letras diversas, al momento de cantar el CORO, se
escucha la expresión: QOWAY, QOWAY, QOWAY. Traducido
al Español significa: dame, dame, dame…En nuestra
interpretación personal, dicha expresión, significa pues, “ya
llegó a la cúspide del enamoramiento a través del baile. Al
cantautor y ejecutante, le ha llegado el momento de “exigir lo
que sigue, a la ejecución y término del baile, diciéndole a su
pareja, DAME, DAME, DAME…ahora sí. El rictus amoroso, se
ha consumado. Son entre otras notas, ritmos musicales y
danzariles y coreográficos muy peculiares ejecutados en Juliaca.

Con el desarrollo de esta costumbre del 20 de enero, para


nosotros inicia el Carnaval (pukllay) en Juliaca, el ande y Perú,
singularmente ejecutada, nada tiene que asemejar ni parecer, a
otras que se ejecutan en otras latitudes, particularmente de San
Sebastián en el Qosqo o Cajamarca, Ayacucho y Huancayo,
respectivamente, sobre todo en el ande peruano-boliviano;
aunque últimamente en algo quiere parecerse a las fiestas
citadinas, de San Fabián y San Sebastián; porque por un lado
nuestros Machu Aychas por intermedio de su “Alferado” del
Cristo Blanco, después de efectuar una Misa al estilo del
catolicismo, al pie de éste, ubicado en la misma cumbre del gran
“apu” Huayna Roque, recién bajan en dirección a la explanada
que lleva su nombre, en ese anfiteatro, efectúan las ofrendas a la
Pachamama, su comilona, remojan la garganta y luego
desarrollan su propia coreografía.
Por el otro lado, los Chiñipilcos, hace algunos años atrás, gracias
a la benevolencia del socio Efraín Ccalla Paredes, hoy radicado
en Arequipa, junto con su señora Madre, arribaron desde aquella
ciudad, trayendo consigo la efigie del Santo Patrón San

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 53


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

Sebastián, la misma que hoy en día es venerada a través de un


“Alferado”, que año tras año se renueva, sin hacer duplicidad
con directivos de la ASFOCHIJU (Asociación Folklórica de
Toqoros y Pinkillos Los Chiñipilcos, Juliaca), por lo que el
mismo día el “alferado” hace oficiar una “misa”, luego
integrarse a lo ya programado ejecutando todos los años como
componentes del Carnaval Chico; al día siguiente, esto es el 21
continúan la veneración luego realizan el “kacharpariy”, en
inmediaciones de su local de la Avenida Julio C. Tello de la
Urbanización Municipal La Capilla (El Año 2021, el Congreso
de la República Peruana, ha aprobado una Ley que crea el
distrito Bicentenario) además de las previas vísperas y la
asunción de los “nuevos” para el próximo año.
Cabe mencionar que antaño, costumbre que se está extinguiendo
por falta de fe, religiosidad y catolicismo de los pobladores,
practicados en “simbiosis” entre la andina y la católica, por
influencias de algunas sectas religiosas, sobre todo las del
“Séptimo Día”, pero ello al fin fue superado. Del mismo modo
en antaño el día 20 de enero representantes de la familiascon
sembríos ,uy cerca de Juliaca y sus comnidades, esto es el
mismo día de San Sebastián, en horas de la mañana, llegaban
desde sus propias chacras o “sementeras”, cargando la “Cruz de
la Fertilidad”, consistente en una Cruz confeccionada en base a
arbustos, de los más cultivados en el lugar, sean qollis, kíswares,
cipreses, pinos, etc. adornados con flores de diversos colores,
serpentinas y globos, llegando hasta las mismas iglesias de la
localidad, con la finalidad de recibir las bendiciones, la misma,
cuidará los sembríos, como futuros alimentos de la familia y el
pueblo. Después de benditas, ser llevadas hacia dónde vinieron,
luego colocarlas en las mismas “cabeceras” de las sementeras,
hasta la llegada del gran carnaval (hatun pukllay), aquí reforzar
su figura, aún “taripar” (viene de taripakuy, término quechua,

54 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

traducido al español, significa “alcanzar”) que no solamente se


hacía a la cruz, sino a todos y cada una de los sembríos o
chacras, a cuyo inicio ofrendaban siempre a la Pachamama con e
k´intos, ch´allachi y el propio taripakuy, con serpentinas, flores
de variados colores, mixturas, globos del carnaval, y la
organización de una comparsa e danzarines, generalmente con el
acompañamiento de la música de “tarqas”, asumiendo su rol
protagónico en este caso de la famosa “tarqada” de origen
Aymara, esta última actividad, es propia y peculiar del desarrollo
del Carnaval Propiamente dicho; sea dicho de paso ésta
actividad insoslayable se desarrolla, desde el Domingo de
Comadres, que constituye un domingo antes del gran carnaval,
así como pasado el mismo domingo de carnavales, esto es desde
el lunes, hasta pasada la “Cuaresma” del Calendario religioso
católico.. Empero sobre todo el campo, estas costumbres
solamente las realizan iniciando con la Ofrenda a la
Pachamama.

FIESTAS CARNESTOLENDAS DIVERSAS


EN JULIACA

En Juliaca, Capital de la Integración Andina, Capital de la


provincia de San Román y otros apelativos, se ejecuta la fiesta
carnestolenda muy distinta y quizá única en su género a
diferencia de otras del departamento de Puno y el Ande; hasta
antes de las década de 1980 a 1990, se hablaba y se escuchaba
por boca de juliaqueños, juliaqueñistas y juliaqueñenses, aún por
visitantes nacionales y extrenajeros, la máxima: “Mientras Puno
danza, Juliaca, avanza, porque Sandia y Carabaya, son la
Esperanza...”, pero en estos precisos días y años, resulta a la
inversa, es decir que “Juliaca también, ya danza..., mientras
otras provincias se tiran de panza”.

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 55


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

Efectuando parangones entre las ciudades de Puno y Juliaca, en


nuestros días y años, señalamos categóricamente que, Puno
danza con ocasión de las fiestas de la Virgen María de la
Candelaria, por un buen tiempo en los días del mes de febrero,
en cambio Juliaca, lo hace por los Carnavales.
Como lo hemos señalado líneas atrás, el Carnaval en Juliaca, el
Ande y el Perú, se inician prácticamente el día 20 de enero con
la incursión en el escenario juliaqueño de Machu Aychas y Ch
´iñipilcos, al son de toqoros, de pinkillos, debidamente ataviados
con sus vestimentas y colores característicos muy singulares, es
una ofrenda precisa a la Pachamama (madre tierra), casi al
mismo estilo de los rituales y litúrgico practicados por nuestros
antepasados incas. Hoy en día en simbiosis alternancia de ambas
costumbres mezclados entre Andinas y españolas, aún europeas,
característica propia del mestizaje influyente, esto es el cruce de
costumbres andinas o netamente peruanas con las de occidente.
Desde aquellos días en que el Sol alumbra muy potente, Sol
veraniego, con presencia las más torrenciales lluvias, granizos y
nevadas, incita en los jóvenes de ambos sexos al juego (pukllay)
durante todos los días después del 20 de enero, se escucha en
todos los rincones, barriadas y el mismo centro de la ciudad:
¡agua...!, ¡aaagua...!, en los adultos, y propiamente en el interior
de las familias conyugales y espirituales, los juegos con polvos,
mixturas, serpentinas y pintarrajeos de la cara con polvos y con
betún, con chisguetes de olorosos sabores y colores engalanan y
ciegan por instantes la vista, fiestas que concluyen cuando las
fiestas del Carnaval Juliaqueño han culminado, con los
kacharpariy (despedidas) del domingo y lunes de Cuaresma o
Amargura del Calendario Religioso Católico. De igual forma,
los niños de ambos sexos juegan sin temor en las calles entre
ellos, con el uso de chisguetes de agua, polvos de colores,
mixturas y betún en son del juego carnestolendo general, esto les

56 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

llega también, por lo que al Carnaval se la ha considerado un


juego “universal”. Pero debido a la presencia de algunos
problemas en muchos casos fue suspendida y hasta prohibidas,
algunas de tan singulares costumbre arraigadas, pero sin excluir
su esencia de estas grandes fiestas.
En, Juliaca, sobre todo, las fiestas del carnaval, intercalan con
las religiosas y paganas, sobre todo ésta última que tiene
primacía sobre la católica, aunque con relación a días y fechas
concuerda con la costumbre; empero, desde el punto de vista de
nuestra Cosmovisión Andina, del hombre, el mundo, la
naturaleza y la sociedad, entendemos, que estas fiestas, son de
ofrenda a la Pachamama (Madre Tierra), este ofrecimiento se da
en base a menjunjes de pan llevar, alimentos y dulces variados,
así como el “untu”y la preparación de la “mesada”, luego ser
encendida, en semejantes fogatas que al rayar la noche calienta
en gran medida una circunferencia inigualable, después la
correspondiente ch´allada (rociar con aguardientes, vino, pisco,
cerveza, fundamentalmente “chicha”, (costumbre proveniente
todavía de nuestros ancestrales Incas).
Entre aquellas costumbres del catolicismo, en estas ocasiones y
antes del carnaval propiamente dicho, o gran carnaval al nivel
andino se encuentran los “jueves de compadres” y el “jueves de
comadres”, que en Juliaca, son realizados, el de compadres dos
domingos antes del gran carnaval y el comadres, un domingo
antes de aquel. En la toda la región andina, sobre todo en la
región del Qosqo, son dos jueves, antes el de compadres y un
jueves antes el de “comadres”, esto mismo hemos apreciado,
desde las mismas comunidades desde La Raya (límites entre las
regiones de Qosqo y Puno), hacia la región de Puno, pasando
por Santa Rosa, Nuñoa, Ayaviri, Lampa, Azángaro, Carabaya,
etc.; fechas en que los ahijados, compadres y comadres,
teniendo en mente la práctica de la “apaqhata” (Voz Quechua y

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 57


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

Aymara, traducida al Español, significa: alcanzar regalos)


porque, debidamente disfrazados con trajes típicos del carnaval
autóctono o citadino, provistos de ganados variados del lugar,
acompañados de vinos, cervezas, coca, y otras especias, junto
con sus respetivas comparsas de tarqas, tarqadas, wiphalas, q
´aqchas, qhashwas, unukajas, “pandillas” moheñas y
huancaneñas, hasta Pandillas Puneñas, se acercan ante los
domicilios de los padrinos, en son de agradecimiento y
reconocimiento de todo cuanto les ofrecieron al momento de sus
bautismos, comuniones (sobre todo de Primera Comunión),
matrimonios y, todo y cuanto recuerdo bueno les trae la
intervención influenciando en sus seres queridos. En el caso
juliaqueño, las comparsas de tarqas, tarqadas y pinkilladas, son
las que dan el marco a esta costumbre, éstas se ubican desde el
domingo del carnaval, en la Plaza de Armas, desde primeras
horas de la mañana, y los compadres y ahijados, contratan a una
de ellas. Se da paso a esta otra costumbre muy frecuentada en
los carnavales, los “taripakuy” (alcanzar), como símbolo de
retribución a la felicidad que acompaña, a los bautizados,
casados, cortados del pelo, despedida de solteríos, en suma, una
feliz convivencia en los años, dentro de una familia en que le
tocó apadrinar. Estos “taripakuy”, también se desarrollan
durante los días del carnaval, en algunos casos pasados al del
“miércoles de ceniza” del calendario católico, del mismo modo
a sus sementeras, chacras y todo el campo, incluidos los
animales, la vivienda y todo cuanto está a sus alrededores.
Dentro de esta costumbre existen varias formas y dirigidos a
diversos elementos, como veremos más adelante.

EL CARNAVAL PROPIAMENTE DICHO

58 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

Denominado en Lengua vernácula hatun carnaval o hatun


pukllay (gran carnaval), en el ande se inicia el domingo mismo
del carnaval, aunque Juliaca, inicia el Sábado un día antes de él,
con la entrada del “Ño carnavalón”. Está seguida de la
participación de grupos de comparsas de toda índole. Desde la
afluencia de danzas y costumbres, también de origen autóctono,
mestizo, colonial, republicano, contemporáneo, actual y en
escenarios naturales y pre determinados, las calles, plazas,
anfiteatros y anfitriones, que presentan el Ande sobre todo; en
cambio en Juliaca, existen escenarios específicos pre
determinados también por organizaciones y organizadores que
año tras año, se han dedicado a efectuar “concursos” con sendos
premios en los cuales, la mayoría de comparsas participan,
prolongándose, hasta el lunes y martes de la “cuaresma” en el
calendario religioso católico y cristiano.
Adornan estos días con mayor profundidad y constancia los
juegos con polvos, serpentinas, mixturas, betún para calzado,
pinturas de pared y corrosivas, así como la aparición de
comparsas de wiphapas, qhashwas, tarqas y tarqadas, sikus y
sikuris, q´akchas, unukahas, etc.particularmente los “taripakuy”,
también Pandillas Puneñas, en antaño, eran desde los días
jueves, después del “miércoles de ceniza”, hoy en día, a lo
mucho se presenta el mismo día domingo del carnaval por
intermedio de la “Asociación Pandillera Juliaca” (ASPAJ), es
decir, la actual configuración del prologado carnaval juliaqueño
ha dado lugar a todo lo que hoy en día se aprecia: presencia de
danzas, ejecutados por mestizos (descendientes del cruce entre
españoles y aborígenes, algunos se creen blancos, y son tan
blancos que hasta se confunden con los llamados “mulatos”) las
diferencias se encuentran simplemente en el uso de los trajes,
esto es con trajes de luces y autóctonos, para nosotros no existen

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 59


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

otras clasificaciones, pues los mismos descendientes de la raza


mestiza, son sus ejecutantes., incluso “gringos” que, por `propia
cuenta logran ejecutarlas, con o sin trajes.
El carnaval propiamente dicho en Juliaca, se inicia así, el sábado
antes del gran carnaval, con la entrada del Ño Carnavalón
(costumbre del carnaval traída por la población afro-americana,
desde el Brasil) influenciando notablemente hasta
superponiéndose en los hatun pukllay, que deviene desde
nuestros antepasados incas. Hoy en día se practica el llamado
Carnaval Americano, partiendo del Brasil, pasando por Oruro,
más bien este último concuerda con la Fiesta y Veneración a la
Gran Virgen María de la Candelaria, o Virgen del Socavón. A la
entrada del Ño carnavalón, le siguen los siguientes días como, lo
interpretamos en seguida.

1.-ENTRADA DEL ÑO CARNAVALÓN: Se realiza con


participación de determinados grupos de pobladores barriales,
entidades culturales o el propio municipio local, encabezando la
fiesta del día sábado o la entrada del ÑO carnavalón, que
representa a un “fantoche” deforme en son de burla,
menosprecio, sarcasmo, odio, etc. figura de algún personaje no
grato, intruso o algo parecido que no responde a los intereses o
está al desagrado de toda la población juliaqueña. El muñeco o
fantoche ha sido anticipadamente elaborado en base a diversos
materiales, como carrizo, papel, cometa a colores o crepé,
representa una figura deformada de la realidad que descansa en
la carrocería de un carro pequeño, triciclo de carga, taxicholo,
etc. ese mismo día a golpe de las tres de la tarde, es paseado
junto con el acompañamiento de una banda de músicos que
anuncia la llegada del carnaval, así mismo está su esposa, que
será la viuda, una vez “quemado” el día miércoles de ceniza” y
otros personajes, infaltables son entre otros, la figura deformada

60 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

del “padre” “sacaplata” y otros que fungen de autoridades y


personas notables que llegan junto con el personaje tan esperado
por toda la población para el caso de los carnavales; le siguen
comparsas de tarqas y tarqadas con sus respectivos admiradores,
que acompañan hasta el término del recorrido. El indeseable,
(Ño) personificado, luego es guardado con mucha seguridad,
hasta el mismo día “miércoles de ceniza”. En que es nuevamente
llevado en recorrido similar al que salió; hasta las inmediaciones
del escenario de la Urbanización La Rinconada, Segunda Etapa,
donde la ASFOCHIJU (Asociación Folklórica de Toqoros y
Pinkillos “Los Chiñipilcos” de Juliaca), concluyen desarrollando
sus acostumbrados Concursos de Danzas Autóctonas. Dando
paso a la quema del Ño carnavalón, previa lectura de su
“testamento”, es sometido al fuego, que en no menos de unos
cinco minutos el fantoche quedó en cenizas; es influyente el
llanto lastimero demostrado por la “viuda” que, hasta llora
sangre. En el “testamento”, a parte de algunos mensajes,
generalmente encarga muchos de sus bienes a las autoridades
como al Alcalde, Gobernador, Fiscal Provincial, Juez,
Comandante de la PNP, entre otras personalidades notables de
Juliaca., cuya jocosidad es inusitada, de haber preparado el
libreto otro similar a Don Sata, que en muchas ocasiones de
apodó Mauricio Saltamontes o Domingo Cachirulo..
La comparsa que acompañó al fantoche, a parte de los músicos,
se han disfrazado con horripilantes máscaras jamás vistas en
Juliaca, el departamento y el Perú, para el susto de los niños y
jolgorio para los carnavaleros.
Hacia el año de 1994, momentos en que este trabajo estuvo
siendo perfeccionado en su estilo para su posterior publicación,
se suponía que para juliaqueños, juilaqueñistas y juliaqueñenses
el fantoche representativo fuera el “payaso” Cirilo Quispe
Mamani, pseudónimo de un Alcalde que fuera sometido a

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 61


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

prisión por habérsele encontrado y probado algunos delitos


comunes en contra de la población de Juliaca, que por esos años,
incluso estuvo en boca y pensamiento de toda la población, a
ello se ha sumado la figura horripilante del “Más grande
Narcotraficante del Mundo”, del momento, porque después de
dichos personajes, ha habido otros como la del mismo
“inocente” Alberto Fugimori Fugimori, que hoy purga condena.
Ha llegado el carnaval cojudo... son las letras de la canción en
las lenguas Quechua y Español, que interpretan los músicos que
acompañan a las comparsas entre los personajes que al paso de
los años han sido representados como el principal entre los
fantoches del Ño carnavalón, desde que hemos apreciado en
forma organizada estas entradas, han sido entre otros: Pinochet,
Margaret Thatcher, los burros (el blanco y el negro), los
chilenos, Kenyo Fugimori, su esposa, entre otros. El Ño, antes
de ser sometido a la hoguera, le leen su “testamento” con
altavoces por los propiciadores, que generalmente es el
municipio a través de la Comisión de Carnavales, en su mayor
parte son muy jocosos, toda vez que las supuestas pertenencias
del fantoche son repartidas a las autoridades de la provincia. La
población juliaqueña en su mayoría, esa tarde del miércoles, a
más de haber asistido el evento de los Ch´iñipilcos, han
apreciado todo lo concerniente a la quema del ño, finalizado el
acto, la banda de músicos y los demás acompañantes vuelven
hacia el lugar de donde salieron, recorriendo algunas arterias de
la ciudad, efectuando el “kacharpariy” (despedida), al frente del
local del municipio calcetero, se dispersan hasta el próximo año.
El carnaval propiamente dicho en Juliaca, ha empezado así
como en inmediaciones de muchas ciudades del ande peruano,
particularmente se ha tornado también citadino, en muy pocos
casos se mantiene como era de costumbre en el campo, donde
efectúan también estas “entradas” del Ño carnavalón. La

62 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

tradición que ha sido aprendida y relatada por nuestros padres y


mayores, nos evocan que el “Gran Carnaval”, llega a todos y
cada uno de los pueblos montado en un caballo blanco” (relatos
de ancianos que viven junto con los años contemporáneos de
principios del Siglo XX pasado).

Ño Carnavalón que representa al narcotraficante más grande


del mundo.

2.- PRESENCIA DE MACHU AYCHAS Y CH´IÑIPILKOS:


El mes del hatun poqoy (febrero) se viste de gala con la
presencia de esta fiesta traducida desde inmemoriales tiempos
en el pukllay o hatun pukllay, en nuestros días y tiempos, el
Carnaval signado para un día domingo según el calendario
americano, digno de credibilidad, estudios astronómicos del Dr.
Hipólito Sánchez Trujillo, que se manifiesta en el muy conocido
almanaque “Bristol”, es en este calendario donde se precisa
exactamente el Domingo del Carnaval; en el Ande, desde

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 63


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

remotísimos tiempos, desde albores de la independencia política


de América y Perú se practican, del cual es una parte el
Altiplano Qolla, particularmente, Juliaca.
En este escenario temporal, desde tempranas horas de la
mañana, los pobladores juliaqueños, diseminados en las
agrupaciones conocidas como Machu Aychas y Ch´iñipilcos, por
intermedio de sus respectivos “capitanes”, efectúan la ch´alla,
dirigida a sus “apus” tutelares, sueltan los cohetes al aire, para
después dirigirse hacia sus lugares de concentración, luego de
realizar la característica “ofrenda” a la Pachamama, en caso de
los Machu Aychas, se dirigen al Cementerio para visitar a sus
seres queridos, para que luego de pasadas las diez de la mañana,
se presenten ante las afueras del municipio local, participar en la
ceremonia de Izamiento del Pabellón Nacional y la Bandera de
Juliaca, se da paso al desfile y exhibición de las agrupaciones y
participación directa de las autoridades que han asistido al
evento, lleno de luces y colorido carnestolendo. Antes de estas
ocasiones, cuando solamente hubieron las dos comparsas que
ejecutaban las fiestas carnestolendas, en medio de la ceremonia
de izamiento del Pabellón Nacional y el pendón juliaqueño, se
daba paso a rememorar los carnavales pasados en Juliaca, la
participación de sus respectivos “vates”, y respectivamente el
elogio al carnaval juliaqueño, en cambio hoy en día, solamente
se efectúan los izamientos, luego el desfile. Posteriormente, cada
grupo se desliza primero pasando por el municipio local, donde
son agasajados por el Alcalde y la Comisión de los carnavales,
luego de ellos efectuar un pasacalle visitando al mismo tiempo
algunas entidades y corporaciones estatales, previamente
oficiadas para este fin es así cómo, en varias oportunidades y
por años, han visitado, la Sub Prefectura, hoy Gobernación, El
Cuartel G.A.C. N° 4, el Convento de Santa Catalina, el Mercado
Central, etc. donde son recepcionados por sus miembros

64 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

directivos y demás con sendas bebidas refrescantes de cuerpo y


espíritu.
Hoy por hoy, ya no podemos apreciar en ninguna forma lo de
antaño, esto es el de efectuar sendas luchas, peleas y
discrepancias. Más bien habían ya pactado por fin que año tras
año, una y otra agrupación, encabecen el Domingo de
Carnavales, recayendo en uno la de Machu Aychas, y el
siguiente Ch´iñipilcos, y así sucesivamente, a la vez el y uno y
el otro cuando le corresponda, izar el Pabellón Nacional y el
siguiente el pendón juliaqueño, respectivamente. El Pabellón
Nacional, es arriado a lo más alto del mástil por la agrupación
que le corresponde encabezar en el presente, luego entonamos el
Himno Nacional, después lo hace con el pendón juliaqueño, la
siguiente agrupación, antes cerrando dicha ceremonia el paso de
ambas agrupaciones, encabezados siempre por la que le
corresponda, seguida de la otra, efectuándose el paso del desfile
folklórico, cívico y militar, frente al atrio de la iglesia matriz de
Santa Catalina, hoy en día lo es este acto en la frentera del
municipio local, frente a un gran grupo que se ha dado cita hasta
estos escenarios.
Terminado el desfile, la agrupación encabezadora del cargo del
presente año, inicia su visita primeramente hacia el local
municipal, luego lo hace al Cuartel del G.A.C. N° 4, la
Gobernación, aún ante personajes notables previamente
oficiados, son recibidos, con bebida, como la chicha de jora,
gaseosa, la espumante, que al rato se encuentran un tanto
embriagados al son de los toqoros y pinkillos y la madura
embriaguez demostrada argumentando con fuerza la presencia
del carnaval en Juliaca, a dichos actos, son respondidos por los
visitantes con sendos huayños propios de la qhashwa, cuyas
interpretaciones son lo mejor del repertorio musical y la puesta
en ejecución de la “Coreografía del Toqoro”, los pinkillos, las

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 65


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

“manzanas”, del Huayna Roque “apu” tutelar que regenta y


avizora todo el jolgorio carnestolendo; también se hacen
presentes dentro de toda esta coreografía las autoridades con sus
respectivas esposas, pasando incluso por inmediaciones del
Mercado Central de Santa Bárbara, prolongándose la fiesta de
este día iniciadas las horas de la madrugada del lunes de
carnaval, aunque en caso de la agrupación de los Ch´iñipilcos,
se han dirigido hasta su local propio, que fuera donado todavía
cuando era Alcalde el Sr, Luis Cáceres Velásquez, hacia el año
de 1982. Posteriormente desarrollan algunos reajustes en su
Directiva vigente, luego desarrollar el “kacharpariy” del día, es
crucial este momento cuando en forma muy apoteósica,
despiden a los miembros venidos de las parcialidades que
circundan y corresponden a los territorios de ellos, de los cuales
en gran número se han hecho presentes, despidiéndolos hasta el
desarrollo de las fiestas jubilares, y así posteriormente llegar
hasta el nuevo carnaval del próximo año; asisten precisamente
para el día 23 de octubre en que se desarrolla la actividad cívica,
o mejor el Pasacalle de la Integración Andina, juntamente que
las fuerzas vivas que es tradicional, durante el nuevo
aniversario.

3.- LOS TARIPAKUY: (Voz Quechua traducido al Español,


significa: alcanzar) que va en muchos casos unida a la
“apaqhata” (voz Aymara traducido al Español, significa
“regalar”o alcanzar regalos).
En el mundo andino y juliaqueño durante el desarrollo del
carnaval, se presentan hasta cuatro formas de esta fiesta tan
singular muy arraigada , que no desaparece así pasen los años,
practicada desde ancestrales tiempos del desarrollo de la cultura
Qollana (qolla), la misma que seguramente fuera practicada en
tiempos de los incas en toda la región andina, que hoy en día

66 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

tiene repercusiones muy profundas, acaso también practicados


por las diferentes clases sociales, económicas y políticas
existentes en el interior de nuestra patria.
Primera forma: los de compadres y ahijados, variablemente
desde los inicios del carnaval o carnaval chico, con más
acentuación durante del “domingo de compadres”, dos
domingos antes del carnaval propiamente dicho o hatun pujllay,
y el “domingo de comadres”, uno antes del mismo carnaval, a
parte de los regalos o presentes se hace jolgorio de la fiesta con
presencia de tarqas y tarqadas, también el acompañamiento de
grupos de música con zampoñas, bandas de músicos y
estudiantina, aún de pinkillos y quenas, debidamente ataviados
con collares de serpentinas al cuello, y vestimenta típica y
característica del lugar, donde “compadres”, comadres, y/o
padrinos y ahijados, hacen gala de una verdadera fiesta
carnestolenda, danzando las coreografías, después de haber
entregado los regalos o apaqhata, presencia de la ch´alla,
posteriormente, realización de la “merienda”, uso de bebidas
gaseosa y alcohólicas entre esa costumbre tan arraigada y ese
“rictus” pueblerino. Finalizada la tarde y entradas horas de la
noche, recorren calles y plazas, en son de efectuar del
“kacharpariy”, característico.
Segunda forma: concordante en muchos casos con el
“señalakuy”, al ganado que mora en el campo, para que al
próximo año hayan procreado lo suficiente y al ganado de los
propietarios, en tempranas horas de la mañana, después de la
realización del “k´intukuy”, ofrendar a la pachamama, se pinta a
todos los animales con “takutaku” (pintura de color rojo indio),
para marcar y “señalar” a los animales, la pintura muy
difícilmente se borra, porque ha impregnado muy bien en el
cuerpo de los animales, pese a las inclemencias de la naturaleza
circundante, permanecen coloreados durante varios meses del

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 67


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

año, les son colgados al cuello también con flores de variados


colores, serpentinas, rociado mixturas, cuelgan también frutas
como membrillos, manzanas y duraznos. De esta forma el
jolgorio también se inicia en son de ch´alla, con la presencia de
tarqas y tarqadas, y demás grupos de música, al gusto del
propietario. Presente, está también la “merienda” que se ofrecen,
acompañados de bebidas gaseosas, y alcohólicas, más chicha,
mas los propietarios, también son adornados con rollos de
serpentinas al cuello, frutas propias de esa temporada que les
cuelgan en el cuello. Las frutas más utilizadas en este periodo
son: sandías, paltas,, plátanos, manzanas, membrillos, uvas,
higos, plátanos, mangos, entre otras, enriquecidas con el
transporte hasta estos lugares provenientes desde los valles
arequipeños, costeños y amazónicos.
Tercera forma: a los sembríos de papas, quinua, cañihua,
habas, ocas, izaños, también de granos y forrajes, esta costumbre
en el campo está tan arraigada a lo largo y ancho del ande
peruano, desde colocación de la “Cruz de la Fertilidad”, en las
cabeceras de las siembras que por cierto se efectúa desde el 20
de enero, es mucho más frecuente en días del carnaval, previa
ofrenda a la pachamama, también dirigida al altísimo redentor o
Dios de la religión católica, después del “k´intukuy” en base a
coca, sometida al vino, la ch´alla, con alcohol de 40°, al pie y
cabecera respectiva de las sementeras, cuya cruz guarda contra
los males circundantes, se efectúa el “taripakuy” con
serpentinas, mixturas, flores del lugar, predomina el q´ellu t´ika,
al son también de quenas y machuqenas, tambores y bombos,
los propietarios igualmente son “taripados” con serpentinas,
collares de flores, en el cuello, sin dejar de lado las mixturas, los
polvos. Para después efectuar su respetiva bailonga con música,
siempre de tarqas, se arma una tarqada, o en su defecto, la
presencia de la popularmente conocida qhashwa. En el campo al

68 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

nivel del ande peruano, es común apreciar estos taripakuy, con


presencia de comparsas, igualmente práctica de la “merienda”,
acompañados de gaseosas, cervezas, chicha y bebidas
alcohólicas, es muy común. Los propietarios, con “buena mano”
han arrojado serpentinas, mixturas, flores, polvos, etc. sobre las
verdes y florecientes sementeras que se muestran en esta
temporada, anunciando sus fructíferas cosechas. Al mismo
tiempo se acrecienta el cuidado, al presagio del “buen año” para
las cosechas, circundan en las semejantes sementeras de todos
los productos sembrados en su ocasión en esta época, están
llegando a madurar, con que se cumple en la práctica y el mes
del “hatun poqoy” (mes de febrero en el calendario gregoriano).
Cuarta forma: en Juliaca, particularmente, está dirigida a
las viviendas, que al amanecer del día lunes del carnaval
propiamente dicho, se rocean flores desmenuzadas del pétalo,
consistentes en sankayos, ñujch´os, panti pantis, q´ellu t´ikas, y
otras como las rosas, dalias, etc. de procedencia occidental pero,
adaptadas a nuestra región al paso de los años; luego del k´into y
ch´alla característico dirigido siempre hacia la salida del sol,
haciendo alusión a la Pachamama, es una ofrenda que se le hace
para vivir en paz, armonía, no hayan robos, no hayan
enfermedades, no se practique el “ama awqay”(no pelear), ni
maldecir, etc. la ch´alla se efectúa inclusive a los cuatro
horizontes para su sobre protección contra los males que suelen
rodear las viviendas; luego se echan serpentinas, mixturas,
polvos, se adornan con globos propios del carnaval, que cuelgan
por encima de lo más alto de las viviendas. Lo mismo ocurre,
con los negocios en todas sus formas de expendio en las calles,
plazas y de mayor acceso de la población negociante, en
consecuencia este día se vive el carnaval a colores, lo que
demuestra claramente que Juliaca, es una ciudad de gran avance
comercial, la primera y casi única en la región sur del ande y

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 69


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

Perú, todo aquello con la finalidad de tener una fructífera


producción durante el año, hasta la llegada del próximo hatun
pukllay. El taripakuy en los domicilios, negocios, tiendas
comerciales y ambulantes del día lunes de carnavales, en
Juliaca, se presentan a primeras horas de la mañana, con fines de
conseguir fertilidad en los negocios, aún en los qhatos, alrededor
de todos los domicilios, es común apreciar en la casa en su parte
del suelo, mas los techos se adornan con serpentinas de variados
colores, globos, mixturas y polvos, debidamente preparados y
adornados.
Los taripakuy a los muertos, seres queridos que seguramente
mientras estuvieron en vida, participaban de los carnavales, de
ahí que el mismo día lunes del carnaval, los familiares de los
desaparecidos que descansan en los cementerios de la localidad,
efectúan su visita, y a la vez taripan, luego de ciertas oraciones y
“responsos” alrededor de los nichos, así como en el lugar donde
descansan los difuntos, allí se cuelgan serpentinas, se rocían
mixturas y polvos, también variadas flores, aún les cuelgan
globos inflados para el caso de los niños desparecidos. Esta
costumbre y creencia concuerda con la visita que efectúan al
cementerio todos los días lunes de todas las semanas, signados
estos como “Día de los Difuntos”, aunque más, hoy en día se
hacen esta misma actividad los días domingos de todas las
semanas. Después de este ritual, los familiares efectúan el ch
´allachiy, en la “Bombonera”, lugar destinado para la “samana”
(descanso obligatorio).En los casos acompañados de la parte
musical con instrumentos musicales de estudiantina
generalmente, llegando hasta el domicilio correspondiente y
realizar el kacharpariy (despedida).

70 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

La ofrenda a la Pachamama se efectúa generalmente en la parte


más alta de los “apus” tutelares o en las cabeceras de las
sementeras, antes del inicio de cualquier actividad cotidiana.

4.-TARQAS Y TARQADAS: Es otra costumbre muy arraigada


en esta ciudad, que se remonta a la influencia Aymara de
Huancané y Moho, (tarqa, es el instrumento musical
confeccionado de madera en forma de cuadrado con
embocadura) emite sonidos especiales muy parecido al del
pinkillo, es, de origen boliviano, en cambio la tarqada, es la
comparsa de acompaña a la música de las tarqas, junto con la
comparsa que tiene movimientos y coreografía propias).durante
el desenvolvimiento del carnaval propiamente dicho se ha hecho
costumbre y tradición, con la presencia de ciertos grupos de esta
naturaleza, durante la semana que dura este. Los grupos de
tarqas se ubican en Juliaca en las inmediaciones de la Plaza de
Armas, desde tempranas horas de la mañana, con sus respectivos
disfraces, uniformes o ropa distinta al uso diario en cada grupo,
ahí mismo se ha dado paso a un “concurso”, que organiza
“Felino” Producciones. Aquellos son contratados, luego se
trasladan hasta determinados lugares para realizar el
“taripakuy”, a cuyo término y al caer la noche recorrer las
distintas arterias de la ciudad, pintan los variados colores, de las
llijllas, wichiwichis, de las parejas, dirigiéndose hasta los

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 71


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

domicilios exactos de la que salieron a desarrollar el taripakuy


respectivo, luego el desenvolvimiento del “kacharpariy” al haber
llegado, embeodados y semi embeodados, retornando tanto
danzarines, músicos y propietarios a sus domicilios, aguardando
el advenimiento de la noche y el nuevo día, así como el haber
arribado y concluido sus objetivos propuestos, muy propios de
los carnavales. Sus ejecutantes han gozado de la mayor simpatía,
al llegar al lugar de donde salieron y desde donde volvieron, se
se les ha proporcionado movilidad, comilona, bebidas y todo
cuanto ha sido necesario para su sustento en el día, ya por la
tarde y su paseo por las calles juliaqueñas, ejecutando lo mejor
de su repertorio musical; la comparsa a través de sus integrantes
efectúan coreografías propias y características, muy peculiares
en las vivencias del hombre y mujeres aymaras, hoy enraizada a
lo largo y ancho del Altiplano peruano, El sonido de las tarqas es
muy peculiar, ejecutan variada música nacional, sobre todo el
huayño con sus variaciones, acompañados con bombos, tarolas y
platillos, distinguen peculiarmente de su ejecución frente a otros
grupos de músicos practicando música con instrumentos
musicales autóctonos propios y oriundos de Puno y el Ande
peruanos.

72 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

Grupo de Tarqada, de los primeros que se presentaron en el


Mercado Internacional Túpac Amaru II

5.-COMPARSAS CARNESTOLENDAS: Las comparsas que


se presentan durante las fiestas del carnaval propiamente dicho
son de dos grupos:
a) Con trajes autóctonos, y
b) Con tajes de luces.
Las comparsas que se presentan con trajes autóctonos o propios
y auténticos de Juliaca, sus distritos, comunidades y algunas
provincias aledañas a esta ciudad son sobre todo: qhashwas, q
´achas, wiphalas, unukajas, yunsadas, cortamontes o carnaval
apurimeño, carnaval huancaíno, carnaval arequipeño, sicuris y
zampoñistas, llameros, ayarachis de Paratía y Palca, tucumanos
juliaqueños, hasta Pandilla Puneña; en cambio las comparsas
con trajes de luces son característicos en su ejecución al más
puro estilo de la ciudad Capital del Folklore Peruano, variando
desde las morenadas, tuntunas, rey caporal, diablada, potolos,
paras cusqueños, zambos caporales, sayas, tinkus, entre otros

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 73


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

que se hacen presentes en la realización de los distintos


concursos convocados por instituciones tradicionalmente
organizados año tras año, a partir del día “miércoles de ceniza”
en inmediaciones de la Rinconada y una explanada construida
precisamente con aquel fin que organizan la Asociación
Folklórica de Toqoros y Pinkillos “Los Ch´iñipilcos” y la
“quema” del ño carnavalón juliaqueño en horas de la tarde. Aquí
se disputa el Premio: “Pinkillo” de oro, plata y bronce
respectivamente, la presencia de danzas autóctonas netamente.
Hoy en este mismo día, en lo que será el futuro distrito “San
Miguel”(PJ.“La Revolución”) organizan paralelamente un
“Concurso de Danzas”, donde se presentan con trajes autóctonos
y de luces, cuyos premios son de animales y productos de pan
llevar. Luego el del jueves que organizan los comerciantes del
mercado Mallku Qhapaq (1); en su respectiva plaza, y se disputa
el Premio “Varilla” de oro, plata y bronce, respectivamente con
trajes de luces; el viernes en su respectiva plaza, hoy en día el
“pasacalle” en inmediaciones de la misma, que organizaban los
comerciantes en coordinación con la Directiva del Barrio
“Túpac Amaru”, disputando el premio “Sombrero” de oro, plata
y bronce, con trajes de luces; el día sábado la Asociación
Folklórica de Toqoros y Pinkillos los “Machu Aychas”, se
disputa el premio “toqoro” de oro, plata y bronce, con trajes de
luces; el día domingo la población en general así como los
danzarines de trasladan hasta la Villa de Caracoto, donde al
mismo tiempo de venera al Cristo o Señor de la Amargura, y los
danzarines se disputan el premio “Corona” de oro, plata y
bronce, con la presencia de trajes de luces y en algunos años se
ha disputado también con trajes autóctonos. El mismo Domingo
de Amargura (Tentación) signado por el calendario Católico, y
muy acatados por la población feligresa en su mayor parte
papistas y religiosos, ordenados, aferrados a las Sagradas

74 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

Escrituras de las religiones, Cristiana, Católica, Apostólica y


Romana, aunque hoy en día existen varias como el de los
Testigos de Jehová y los Adventistas del sétimo, octavo y
noveno días, más los “Israelitas”.
Es de mencionar que hacia la década de los años setenta al
ochenta, en el barrio “Túpac Amaru” que según Génesis y
Evolución del Carnaval Juliaqueño, se dieron los primeros
concursos de bailes del carnaval, en los primeros años, como es
de nuestra visión y presencia se presentaban grupos de danza de
carnavales del interior de nuestro altiplano, alternando sicuris y
zampoñas de Juliaca, a lo que poco a poco se han venido a
sumar las danzas con trajes de luces, que hoy día son
específicas.
Del mismo modo en Caracoto las presentaciones precisamente
hasta aquella década del setenta al ochenta, los Concursos que se
efectuaban más que todo eran con presencia de las Pandillas
Puneñas y en segundo orden los carnavales del interior y
exterior de la provincia, de tal forma que el traslado de la
población sobre todo una vez concluida la actividad en horas de
la tarde, tanto como comparsas juliaqueñas participantes, lo
hacían a pie, por la falta y escasa movilidad que había en la ruta
Juliaca-Caracoto y viceversa.
Veamos ahora cómo se presentaban algunas comparsas que
persisten solamente algunas, y otras están en extinción dentro de
estos carnavales propiamente dichos:

a) LA PANDILLA PUNEÑA: su ejecución vestía de gala en


el desarrollo del carnaval propiamente dicho, aunque los
orígenes de la pandilla se encuentran en Puno, precisamente en
ocasión de las fiestas carnestolendas que hasta la fecha se
ejecutan, pero considerada como una danza del mundo
altiplánico y kollavino, no dejó de practicarse en los días del

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 75


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

carnaval precisamente a través de algunas instituciones


representativas desde el día jueves, concluyendo junto con las
fiestas del Señor de la Amargura en Caracoto y con bastante
arraigo, pero ahora esta ha cambiado, debido a la presencia de
danzas con trajes de luces, cobraban fuerza al caer la noche,
acompañados a los sones de sendos Centros Musicales y
Estudiantinas, propias de las manifestaciones folklóricas de la
cholada puneña y juliaqueña, al respecto en otro acápite
tocaremos, todas las características de su práctica. Ha cobrado
tradicionalidad en las Pascuas de Resurrección con la presencia
de varios grupos de Marinera y Pandilla Puneñas, con el
acompañamiento de sus respetivas estudiantinas, que en alguna
ocasión llegaron hasta una veintena, hoy en día pasan de los
diez, con bastante arraigo, presencia de diversa coreografía y
avances en este ítem. Sin embargo, a través de la Asociación
Pandillera Juliaca, que se presenta el día domingo del carnaval
propiamente dicho, se ha resumido a ello; desde tempranas
horas de la mañana, la comparsa se prepara para asistir, a la
ceremonia de Izamiento del Pabellón Nacional y la Bandera de
Juliaca, junto con otros grupos que participarán en el desarrollo
del carnaval en los días siguientes, así como la presencia de
Machu Aychas y Ch´iñipilcos; en su paso por la tribuna oficial
los danzarines de la Pandilla Puneña, ejecutan la coreografía
especial preparada para este fin, luego dirigirse por plazas y
calles hasta llegar a su lugar de concentración para finalmente
efectuar el kacharpariy que en este caso será hasta el próximo
año, no sin antes haber designado a los responsables o haber
nominado a la nueva Junta Directiva que se hará cargo de todas
las actividades del próximo carnaval.
En la mayor parte de las capitales provinciales, distritales así
como en las comunidades del interior de nuestra región, el
departamento de Puno, esta danza se ejecuta generalmente desde

76 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

el día sábado antes del domingo de Cuaresma o Tentación, caso


de la ciudad de Puno solamente con carácter de exhibición, en
cambio en todos los demás escenarios se efectúa con carácter de
concurso, empezando por la Capital Ganadera del Perú: Melgar,
Carabaya, Lampa, Azángaro, Juli, Huancané, Sandia, etc. en
muchos de sus distritos, junto con el desarrollo de concursos
también de sus danzas carnestolendas y otras autóctonas.
Empero, en ocasión de las Pascuas de Resurrección en Juliaca,
se ejecuta esta danza con carácter de concurso, en los escenarios
juliaqueños, desde el Coliseo Cubierto, la Plaza de Armas, las
calles juliaqueñas, así como los locales o domicilios de cada una
de las comparsas participantes, es decir es un jolgorio general,
partiendo de sus directivos, músicos participantes y danzarines,
que anteladamente se han preparado. En algunos años, esta
danza se practicó en dos días, pero, la realidad económica es
álgida en estos últimos tiempos han hecho que se reduzca a un
día, de esta forma se trasladaban hasta el las inmediaciones del
Cerro Huayna Roque y la explanada preparada con estos fines,
también en las calles juliaqueñas, se vestían de gala, cuando
acaso no llegaban hasta el cerro.

b) QHASHWAS, WIPHALAS O DANZAS DEL


CARNAVAL: Su presencia es peculiar en esta parte del
Altiplano puneño, desde la práctica de las qhashwas, wiphalas,
unukajas, pinkilladas (2), etc, propias danzas carnestolendas
ejecutados en las capitales provinciales, distritales y
comunidades del interior del departamento de Puno y otras del
nivel nacional, cuyos alferados, son los encargados de convocar
año tras año a la práctica de estas comparsas generalmente con
carácter de concurso, ejecutando en su propia tierra natal o en
escenarios de invitación, caso de las Wiphalas de Huancané,
carnaval de Arapa, Unukajas (Azángaro), Qhashwas y Q´akchas

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 77


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

de Melgar, Carnaval de Capachica, Huatta, Huataquita,


Cabanillas, Cabanilla, Cabana, Santa Lucía (Lampa), Wapululus
de Lampa, los Warak´eros de Sandia, Ayarachis de Paratía y
Palca (Lampa), también sus respectivas danzas carnavalescas;
del mismo modo comparsas carnestolendas de los residentes
huancaínos (Huancayo), se hacen presentes con gala de su
vestimenta propia y típico de aquellos lugares, danzas de la
Selva (Yurimaguas); carnaval arequipeño, danzando sobre todo
en los salones de las clase medias y la burguesía comercial
existente en Juliaca, lo que se quiere decir, que no solamente el
carnaval tiene carácter campesino, sino también urbano, porque
es practicado por las diferentes clases sociales existentes en
Juliaca.

c) COSTUMBRE Y DANZA DE YUNSADAS,


CORTAMONTES: y OTROS.-
Llamados también diversamente como Carnaval de Apurímac,
“yunsada”, cortamontes, mallkikunpay, Tunantada de Junín,
Carnaval Cusqueño, etc. ejecutada generalmente entre los días
viernes, sábado y domingo de Cuaresma, antiguamente se
desarrollaba esta costumbre y tradición en inmediaciones de la
urbanización Municipal La Capilla, con participación de
“Alferados”. La danza consiste en cortar un árbol, del qolli,
pino, eucalipto, u otro, siendo el “alferado” quien lo cortó
durante el desarrollo del la fiesta del año anterior, en el presente
encabeza, acompañado de su pareja que ha cortado
definitivamente el arbusto, y es quien para el próximo año,
también, lo haga con un hacha; les acompañan los vecinos, a
medida que danzan se corta, a los sones de una comparsa de
músicos, de estudiantina, banda de músicos, o grupos de sicuris
y zampoñas, también a los sones de una orquesta o equipo de
amplificación muy bien preparado con este fin, e interpretan

78 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

sonidos característicos del “carnaval apurimeño”; las parejas se


aproximan danzando al árbol, portando una filuda hacha,
golpean, pasando así sucesivamente el hacha de mano en mano,
hasta haber intentado cortarla, hasta cortarla definitivamente. La
fiesta de este cortamontes, concluye cuando el árbol se ha
derrumbado por completo, los danzarines que estuvieron a sus
alrededores, después de servirse el suculento almuerzo o
merienda del alferado pasante, efectúan el kacharpariy,
despidiéndose hasta el próximo año, no sin antes haber
proclamado al próximo Alferado, haber sido agasajado
convenientemente con comidas, bebidas, hasta la saciedad, las
parejas han danzado adornados con serpentinas al cuello,
mixturas, rociados en la cabeza y polvos pintarrajeados en la
faz, portando un pañuelo característico del lugar o en su defecto
un wichiwichi a colores, que en muchos casos proporciona el
alferado que está pasando la costumbre y tradición apurimeña,
también el traje es típico de la región Puno, en los varones sin el
uso del saco, más sí el color de la camisa, también de las
mujeres, es decir, esta costumbre y danza se ha puneñizado; es
más, el traje de las damas es característico de tarqadas, sin
embargo se le da matiz juliaqueño y puneño.
Esta costumbre, se ha arraigado un tanto hoy en día en casi todas
las organizaciones de trabajadores, en las barriadas, mercados,
calles y demás organizaciones, de tal forma que en estos días
indicados, efectúan su fiesta debido a la presencia de cada vez
más alferados que hacen sentir su presencia por el solo hecho de
haber efectuado el corte y haber derrumbado el arbusto hacia el
suelo.
Al nivel de nuestra región Puno, sobre todo en las comunidades,
aún capitales distritales y provinciales del interior esta
costumbre se ha enraizado porque es común apreciar en sus
alrededores, sendos árboles de toda especie, y por lo tanto

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 79


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

teniendo muy cerca este elemento esencial para el carnavaleo, es


muy sencillo organizarse en sus respectivas barriadas y demás
trabajadores, son muy mentadas estas fiestas de cortamontes
sobre todo en las comunidades de la selva, porque no sólo de
cortan uno o dos árboles sino todos los que fueren posibles,
como en los casos de Yanahuaya, San Juan del Oro,
Putinapunco, etc. etc. a los que hemos presenciado en varios
años, donde en realidad el carnaval es muy jolgórico y de muy
buenas y sobrias experiencias, aún de su ejecución por más seis
a siete días, donde se ejecuta de todas maneras el kacgarpariy
(despedida) hasta el próximo año. No sin antes haber aclamado.a
los Musoq o Alferado próximo..

d) CHIUCHICO AZANGARINO: Costumbre y tradición


de toda la provincia de Azángaro y como antes de la publicación
de este libro se ha dividido con la provincia de Putina, es
entonces en estos lugares donde se ejecuta con mayor
incidencia, claro también a través de “residentes azangarinos” en
diversas ciudades del interior del país.
En Juliaca, el día martes del carnaval desde horas nona de la
mañana, los azangarinos que tienen a su cargo el “alferado”,
quien arrea un burro muy bien ataviado de serpentinas al cuello,
sorprenden a otros azangarinos en el interior de sus domicilios,
para hacerlos subir al burro, para que al próximo año, sea quién
encabece todas las actividades de esta costumbre y tradición, de
igual forma después de un recorrido a otro domicilio igualmente
si lo encuentran en el interior de la cama todavía, entonces es
subido al burro para dar su respetivo paseo, y así sucesivamente
el recorrido se hace por las inmediaciones de las diferentes
calles juliaqueñas, visitando a sus respectivos paisanos, luego
llegar hasta el local municipal donde son agasajados por el
Señor Alcalde Provincial, después de los cuales, salen para

80 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

dirigirse hacia la realización de su kacharpariy, despidiéndose


hasta el próximo año. Todos los acompañantes del “alferado”
pasante, son pintarrajeados por la faz, la cabeza y los miembros
superiores con pinturas, betunes, rush de las damas, más
pintados por otros que los ven pasar, decir, como en alguna
ocasión, cuando estuvimos de paso por la capital del distrito de
Asillo, para efectuar nuestros cobros, fuimos sorprendidos, por
unos colegas y amigos, para ingresar en la ronda del famoso
“chiuchico”, donde por algo más de tres a cuatro horas,
recibimos, los baldazos de agua, pintarrajeos en la cara, cabeza
y hasta la espalda, más la cantidad de mixturas y polvos que nos
introducían por la espalda, así como sentir los escozores fruto de
las arremetidas de parte de las damas; esta fiesta tan arraigada al
nivel de la provincia de Azángaro, esta vez en Asillo. Hemos
apreciado también que el solo hecho de que nos suban al burro
mirando hacia atrás, es una forma de burlarse de parte de los
codepartamentanos azangarinos, tal fue que en alguna ocasión,
en Juliaca, un azangarino, por la fuerza nos subió hasta el lomo
del burro que trajeron, y sólo rió y burlóse de nosotros, no pasó
más nada. Más la fiesta prosiguió.
La tradición azangarina señala que el “alferado” para el próximo
año, es el residente azangarino que ha sido sorprendido en su
propia vivienda por intermedio del alferado pasante. Los
chiuchicos, con disfraces naturales, pintarrajeados por la cara en
distintos colores portando un pañuelo han recorrido las
principales calles, visitando hogares y haciendo pares en alguna
vivienda de Juliaca, en su recorrido efectúan la coreografía
propia de los carnavales y huayños pandilleros auténticos de la
inspiración de los poetas y cantores de la tierra del más grande
general indígena Pedro Vilcapaza Alarcón, aún muchos de los
danzarines están presentes con el ropaje con los cuales fueron
sorprendidos en horas de la mañana, permaneciendo hasta el

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 81


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

atardecer, haciendo gala de los festejos del carnaval qolla, en el


ande y el Perú; la comparsa se disuelve cuando la banda de
músicos del alferado pasante, dejan en su domicilio del entrante,
aunque éste efectúa antes un agasajo en retribución a la ofrecido
por el que está pasando, practicándose de esta forma la
despedida o kacharpariy, festejo muy común en todas y cada una
de las fiestas de las muchas danzas y costumbres que se ejecutan
en nuestra gran tierra Capital del Folklore Peruano.
¿Cuál es la etimología del vocablo “chiuchico”? En nuestro
pergeñar sobre folklore, hemos llegado a distinguir dos
acepciones, la primera, ha sido sustentada en escritos por el
Folklorólogo Don Manuel Talavera, quién refiere que la fiesta
deriva de el término Quechua: “chiuchi”, traducido al Español,
significa: pollo, que todavía no tiene el rango de gallo, según la
leyenda, los “chiuchicos”, antes de salir hacia del domicilio del
alferado pasante, se sirven el famoso potaje del “caldo de pollo”,
especialmente preparado para dar inicio a esta costumbre
llamado: “chiuchico”, traducido al Español, significa presencia
del pollo. En cambio, la segunda, que es menos aceptable,
simplemente refiere a que muchos jóvenes, que se juntaron para
hacer carnavales, a quienes se les denominó “pollos”, fueron
pues hasta los hogares de los vecinos con la finalidad de
carnavalear, y a la vez, desarrollan esta tradición y costumbre
imborrable en los años. En conclusión, las dos acepciones están
aceptables, desde el punto de vista carnestolendo, porque, la
intervención de los “chiuchis” (pollos), así como la presencia
del caldo de “chiuchi” (pollo) engalana esta fiesta, y esta
costumbre y tradición, muy arraigada el día martes del carnaval
propiamente dicho, no sólo en Juliaca, sino en el interior sobre
todo esta vez de las provincias y distritos de Azángaro y San
Antonio de Putina.

82 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

Veamos, esa apreciación de parte del intelectual fenecido Don


Juan Manuel Talavera Cervantes, que relata en el Suplemento
del Diario “Correo” (domingo 14 de febrero de 1993),
textualmente dice: “La fiesta del chiuchico, tiene gran arraigo en
Azángaro (Puno) y lo de chiuchico deriva del vocablo Quechua
chiuchi, que quiere decir pollo, o sea de la pollada o jóvenes.
Montados a burro, los chiuchicos entraban a la casa por donde
podían sacar a las jóvenes y a la más dormilona la hacían montar
en un burro que a propósito llevaban. Luego las conducían a la
plaza. Las señoras cuando regresaban de misa, encontraban a sus
amadas hijas en rueda, bailando, cantando por las plazas, Las
madres eran las primeras en fomentar las desechas en la rueda,
palmoteando y zapateando. Ellas también se encargaban de
mandar viandas al campo. Con qué entusiasmo animaban a sus
esposos, sirviéndoles q´oñis de aguardiente hervido para que
participen en el baile. Al centro de la rueda, portaban sobre un
enorme palo, una amplia bandera negra con una calavera y dos
canillas dibujados en trapo rojo...En la casa del organizador,
propiamente toman un caldo de gallina...tras el caldito se toman
sus traguitos. Todos se abastecen de misturas, serpentinas, talco,
betún y colorantes” (Suceso). Es variada la composición musical
y la literatura grabada en el acetato, canciones que se han
popularizado notoriamente dentro del ambiente festivo del
departamento, los versos de “Panchita”, “mulalunthata”,
“carmelita”, “15 de agosto”, son entre otras donde el desdén y el
llanto están por sobre los demás sentimientos humanos,
ofrecidos y hechos conocer por los azangarinos, que no
solamente residen en esta Perla del Altiplano, sino hasta en otras
latitudes del interior de nuestra patria. Para nosotros hablar de
Azángaro, su Carnaval, más su chiuchico, presentes en los
carnavales juliaqueños, es una honra, así como el de ofrecer
nuestro mejor homenaje porque es la cuna de nuestra madre

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 83


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

Susana y demás descendientes y ascendientes de la familia


Enríquez, desde la presencia física de nuestro abuelo que lo
recordamos siempre Don Francisco Enríquez, seguido de uno de
sus Predilectos hijos azangarinos, hermano de nuestra madrecita,
Don Rigoberto Enríquez Núñez, según la Historia de Azángaro
se le recuerda, tras haber sido uno de los propulsores y
accionadores prácticos, hoy realizados, del proyecto carretero
Azángaro-Hatunchupa-Capaluja-Juliaca, hoy en día surcando la
vía interoceánica que une Madre de Dios y el Brasil; lo que ha
quedado grabado en nuestros cerebros y acciones, por ahí mi
Homenaje sempiterno a esa tierra grande de los “Aswan
Qharis”, del ínclito Vilcapaza, José Lizandro Luna, Belarmino
Mamani Mendoza y otros; mejor en la fecha dirigiendo acaso a
la Agrupación Musical “Tierra Prócer “ que en poco entregará al
mundo su primera producción musical, con temas
completamente inéditos.
En estos últimos tiempos y dado el traslado de muchas familias,
sobre todo hacia las grandes ciudades peruanas llámese,
Arequipa, Puno, Lima, Cusco, etc. Azangarinos residentes en
cada una de esas ciudades, resaltan también la ejecución del
Chiuchico, propio de Azángaro, como el que hemos apreciado,
en Puno,, no siempre el día martes de carnaval, sino el sábado
y/o domingo de la cuaresma.

d) TUCUMANOS JULIAQUEÑOS: “Los tucumanos”,


constituyen una danza y costumbre ejecutada de primera
intención y en los albores de tiempos coloniales, por arrieros,
danza de origen americano y mestizo, ejecutado en sus orígenes
en el departamento de Puno, en varias de sus provincias danzado
por varones provenientes de Tucumán, Argentina, que por
razones de comercio con sus recuas se asentaron en estos
lugares y la “chola puneña”, o mejor la cholada femenina, ha

84 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

sido presa de los amores de los visitantes, extraños y


adinerados, es cuando los llamados “tucumanos”, toman como
pareja a una “chola” incluyéndola en sus diarias vivencias, en
este caso hasta en la danza; cuando los argentinos provenientes
de Tucumán, valientes arrieros, comerciantes primeramente,
luego ganaderos que comercializaban una serie de productos,
sobre todo ganado y “especias”, se habían organizado en una
comparsa y surgen en el escenario del folklore puneño. Hasta
Puno, Juliaca y otros lugares del interior del departamento, era
constante la visita de aquellos, por ser una zona netamente
ganadera y comercial, como acaso lo es hoy en día, mejor en
estos lugares del norte del departamento, quedándose aquí,
como en Juliaca (ciudad que acoge a “gil y mil”), que ni en el
mismo país argentino, conocen esta danza y costumbre, más
bien instaurada y creada en nuestra región, por esa calidad en su
ejecución, coreografía, vestimenta y todo cuanto es nuestro y
puneño, es practicado por dichos danzarines, haciéndola propia
y particular, desde el mismo uso de los mantones de material
manila con que ejecutan, las “qarawatanas”(zapatos y/o botas
largas de cuero de mulas, adornados con aluminio y fierro) con
herrajes característicos en su uso, al mismo tiempo los lazos, o
“reatas” y zurriagos, son confeccionados por ellos, mismos. En
este marco de cosas, hemos apreciado que en Juliaca surge
precisamente esta costumbre, tradición y danza muy peculiar,
que a parte de los vestuarios, la intervención musical en base
primeramente a Estudiantina, hoy en día con Banda de Músicos
con ejecución de música netamente puneña, el rastreo de sus
caballos de paso, sus “chojchis” (caballo criollo, traducido del
Quechua al Español); las mulas y otras recuas asentadas en esta
ciudad y su coreografía propia, está la inclusión de la mujer
juliaqueña, que le da un marco especial y esencial del arte
creativo de sus directivos, así como sus respectivos ejecutantes,

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 85


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

por ello lo denominamos mejor, como el “tucumano


juliaqueño”, que siempre ha estado presente en todas y cada una
de las fiestas carnestolendas de Juliaca, inclusive ha sido uno de
los valuartes de la génesis y evolución del carnaval Juliaqueño
que se presenta hoy en día. Son peculiares en su presentación
los “Tucumanos” de la Asociación Cultural “José Carlos
Mariátegui y “Los Rebeldes”, respectivamente, ejecutando esta
vez la coreografía propia y particular de la provincia de San
Román y su Capital Juliaca. Conocemos muy de cerca que
nuestro amigo Wily Torres Humpiri (q.e.p.d), ha sido uno de los
animadores y fundadores, de esta afamada agrupación, a cuya
muerte le ha sucedido nuestro amigo y colega Eloy Torres
Humpiri, quien de una u otra manera, está manteniendo “in
vivita” la danza, costumbre y tradición que hoy en día se ha
tornado, repetimos, juliaqueña, nada tiene que envidiar con la
tradición que se ejecuta en otras partes y ciudades del interior de
nuestro departamento de Puno, lugares donde se han originado,
constituyendo Patrimonio de las capitales provinciales y
distritales de nuestra región, caso de las provincias de Carabaya,
con su capital Macusani, Melgar y su Capital Ayaviri, Azángaro
y su Capital del mismo nombre.
En nuestros días, esta comparsa ha dado un giro vertiginoso, al
entrar en convenios con algunos vecinos del barrio Primero de
mayo y los directivos de esta agrupación, convirtiéndose en una
organización que más bien está dirigido a la ejecución de la
danza de los Negritos o propiamente llamados Tundique, danza
característica de la raza negroide que por primera vez tuvo su
ejecución en la hoy capital de la provincia de Yunguyo, más
tarde ejecutada en los escenarios de la capital Regional de Puno,
estando ya por desparecer en todo el escenario de la región,
siendo rescatado por ese grupo de danzarines y directivos
encabezados esta vez por familiares de niños y niñas que hacen

86 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

en grande el festejo y su presencia objetiva dentro de los


carnavales juliaqueños. Empero en espacio ganado por el
Tucumano Juliaqueño, para nosotros persiste seguramente
mientras se tenga que recuperar lo anteriormente organizado.

e) SICURIS Y ZAMPOÑISTAS: Son otras de las


comparsas que se presentan en los carnavales juliaqueños,
considerado como danza con trajes típicos, aunque la presencia
de bombos hacen de su distinción de las otras, pero dentro de la
misma especie, el siku, zampoña, antara, shirinka, phusa, o
flauta de pan de orígenes pre incas todavía, es un instrumento
musical de cinco, siete o doce cañas y su uso hasta en dos filas
al ejecutarse, es el instrumento de donde provienen los nombres
de sikuris y zampoñistas, que constituyen la danza, existiendo
dos grupos, el de sikuris y el de zampoñistas, muy bien
diferenciados, para el caso de Juliaca, se presentan, solamente
Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 87
El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

los primeros, esto es de sikuris, en cambio los segundos se


presentan exclusivamente en las fiestas de la Virgen María de
Candelaria en Puno, tales, los hemos apreciado en las provincias
de Yunguyo y Chucuito, respectivamente.
La danza de los sicuris casi es similar a la indumentaria de los
sikuris de los Ayarachis de Paratía, Palca, Putina y Sandia, cuya
diferencia se encuentra en el atavío del plumaje de suris (Ñandú)
que utilizan los ejecutantes para la cabeza, aunque hoy en día, la
vestimenta se adecúa a nuestra ciudad y las variedades de trajes
típicos adecuada al sikuri que representa a tal o cual grupo o
comparsa ejecutando una coreografía diversa. Hemos apreciado
sobre todo utilizar el traje de los “puli puli”(danza autóctona y
original de Juliaca, que se presenta sobre todo en las fiestas de
San Isidro Labrador el día 15 de mayo de todos los años en la
comunidad juliaqueña de Qaqachi(3)
Su música melancólica llora más de quinientos treinta años de
Dominación Colonial y republicana, es escuchada y ejecutada
durante los días del Carnaval en Juliaca, muy bien trajeados
adornados de vistosos colores, denotando el paso de huallatas,
pariguanas y flamengos juliaqueños son patentizados por
esbeltas y jóvenes damas calceteras resaltando la peculiaridad
característica, no sólo de la danza sino de toda la presentación
del Carnaval Juliaqueño; es más, los ejecutantes de las
zampoñas, o los propios sicuristas, a aparte de su vestimenta
completamente distinguida de otras agrupaciones y la música
ejecutada es peculiar, tejida con lana de ovinos, llamas, y
auquénidos de esta parte del Altiplano muy diferenciada frente a
otras provincias y distritos donde también se confeccionan estos
el vestuario, el plumaje de huallatas y pariguanas, también los
sonidos que emiten desde los labios y los pulmones calceteros,
tienen una características, distingue frente a otras provincias
aledañas a esta ciudad; sus pasos danzariles semejan a la caída

88 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

de las lluvias, y al recorrido de los ríos por cruentas y escabrosas


sendas, movidas por los vientos diarios y nocturnos que surcan
las pampas, laderas y demás configuración geográfica presentes
de parcialidades y comunidades juliaqueñas, ejecutando su
propia coreografía que para nosotros es de Juliaca, el mundo
qolla y el ande peruanos, es auténtica representación del hombre
quechua y aymara, de donde posiblemente se han derivado los
diestros guerreros, músicos, artistas y cantores que se pierden en
el anonimato debido a la cantidad de compositores, artistas, y
poetas o harawikus llevando adelante la pluma y el verso en la
búsqueda de mejores y nuevos rumbos que cambiarían el
desarrollo neo colonial de la sociedad peruana actual. Son
característicos la presencia de varias agrupaciones con ocasión
de participar en el Carnaval Juliaqueño así como en otras
ocasiones, caso de las fiestas jubilares y las fiestas de la ofrenda
a la Pachamama en las fiestas de las cruces de mayo, el mes del
Inti Raymi del Calendario Andino (junio en el gregoriano),
reviviendo así todo un pasado de felicidad entorpecida por la
invasión colonial de barbudos de la península ibérica, o los
colonialistas españoles. Son notorias la presencia de la
Asociación Juvenil Puno, con su agrupación de Sicuris AJP
“Wayra Marka”(de las voces Aymaras, traducido al Español
Ciudad del Viento), hoy en día presentándose en dos
agrupaciones distintas que en ocasión de cumplir sus 20 años de
actividad folklórica, artística y cultural al nivel nacional, hacia el
año de 1989, lograron grabar y presentar un Disco de larga
duración, con temas netamente inéditos particularizando así el
dominio, arte, escenario, coreografía y práctica de los valores
auténticos de nuestra tierra calcetera. Del mismo modo el Centro
de Expresión Cultural “Wayra Marka”, integrada por muy pocos
disidentes del anterior grupo, más es de artistas creativos,
ejecutando danza y música propia de sicuris juliaqueños, a la

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 89


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

vez grabaron un disco con temas de su ejecución; que a no


dudarlo, deben ser declarados Patrimonio Cultural de esta
“Ciudad de los Vientos”, por sus características netamente
juliaqueñas en su participación haciendo como propia y peculiar,
así como el caso de los Tucumanos. Del mismo modo, es
necesario señalar que en años, también se presenta la
Agrupación de Sicuris “Qolla Andina”, con marcada
peculiaridad que hacen gala de los contenidos de un pueblo y
una etnia que canta, baila y ansía la libertad sometida a una
opresión que no acaba, pese a que los “apus” y las nieves de los
altísimos nevados fortifican cada vez sus cuerpos envolviéndose
con un tenue frío semejando a la tempestad sosiega en épocas de
lluvias, entre los meses del huch´uy y hatun poqoy de las fiestas
del Carnaval Juliaqueño, en el ande y Perú, respectivamente.
Es menester nuestro animar siempre a grupos de sicuris y
zampoñistas provenientes de los distritos aledaños a Juliaca,
caso de Cabanillas-Deustua y distritos, comunidades vecinales
fuera de nuestra provincia que participan en estos eventos
singulares hechas costumbre y tradición, tornándose imborrables
en el tiempo y espacio..

90 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

Presentación de danzas con trajes de luces en las faldas del


“apu” Huayna Roque en su gigante explanada.

g) DANZAS CON TRAJES DE LUCES: Se presentan


durante más de diez días consecutivos, desde la recepción de
los ejecutantes músicos, las organizaciones barriales, directivas
instituciones culturales, folklóricas, aún comerciales y de
trabajadores, dirigidos y organizados por sus propios miembros
directivos y demás allegados, anualmente organizan sendos
eventos con carácter de concurso, en sus respectivos escenarios
representativos, con satisfactorios resultados, donde apreciamos
el desarrollo y avance coreográfico de esta parte del Altiplano
con relación a la danza, lo que ha permitido a varias comparsas
juliaqueñas medir sus posibilidades con otras de la misma
naturaleza, con presentación de muchos grupos afamados,
reconocidos y recorridos al nivel nacional e internacional, casos
de tuntunas, sayas y sayas caporales y morenadas desde la José
Inclán, Señor de Qoyllur Rit´i, “Cultural Andino”, AFOVIC,
“Virgen de las Mercedes”, “Los Intocables”, etc. etc, de los más
reconocidos, no sólo en la capital del Folklore Peruano, sino
hasta en otros escenarios del Wala Yala (Sud América); también
la música, pues, si bien antes de estos últimos años se ejecutaba
música de compositores y autores bolivianos, hoy en día,
paulatinamente se viene dejando, dando paso a los nuestros, a lo
auténticamente nuestro “Primero lo nuestro y después el resto”,
sentencia que lo difundimos a través de la radio y tv,
juliaqueños, con la finalidad de mantener vivo el avance de su
identidad y cultura de juliaqueños en afán de la toma de
conciencia y retomar nuestros propios y auténticos valores con
la práctica y ejecución de lo nuestro. Dirigidos hacia la práctica
de la danza y música dentro de los moldes del folklore que

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 91


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

constituyen la ciencia, como o hemos señalado, el Siglo XX


pasado ha sido del desarrollo de estas dos ciencias: EL
FOLKLORE Y LA PSICOLOGÍA, las mismas que se han dado
y siguen su marcha, acorde con las transformaciones del ser, la
conciencia social y sus formas.
El día “miércoles de ceniza”, prácticamente se inician los
concursos de danzas con la disputa del “Pinkillo” de oro, plata y
bronce” de danzas autóctonas de la ASFOCHIJU (Asociación
Folklórica de toqoros y pinkillos los Ch´iñipilcos, con arraigo
singular por la presentación de danzas con trajes autóctonos, la
única en su género; después de finalizado dicho concurso y la
entrega de premios, en el mismo campo, se da paso a la “quema
del Ño carnavalón”, con el desarrollo de un programa breve,
antes de que caiga la noche. Previa lectura de su re “testamento”
elaborado por una comisión de este fin, notándose a que la total
angustia por que pasa la “viuda”.al quedarse sola y sin amparo.
El testamento es de los más jocosos siendo el hazmerreír por
unos instantes de los asistentes.
El día jueves, la directiva de los comerciantes del Mercado
Mallku Qhapaq, desde hace años atrás ha tomado la iniciativa de
convocar al concurso de danzas folklóricas con la instauración
del Premio “Varilla” de oro, plata y bronce para los conjuntos de
ocupen el primero, segundo y tercer lugares en la calificación.
Hacia el año de 1991, en nuestra presencia por intermedio de
radio Juliaca S.A., transmitiendo el IV Concurso folklórico del
carnaval 91, cuyo escenario fue el mismo mercado, donde se
contó con la presencia de algo más de 13 conjuntos con trajes de
luces, en los que salió absoluto ganador la tuntuna José Inclán
del G.A.C.N° 4, seguido de la tuntuna Señor de Qoyllur Rit´i
(nevado de la estrella o nevado brillante, del Quechua, traducido
al Español), en el tercer lugar la tuntuna “Juventud Esperanza
del Mañana”, ello dentro del orden de las danzas mestizas; en

92 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

cambio el centro de Expresión Cultural “Wayra Marka” ocupó


en el primer lugar en la categoría de música y danza autóctona,
seguido de la Asociación Juvenil Puno de Sicuris y Zampoñas
“Wayra Marka” (en tiempos atrás los dos conjuntos eran uno
solo), en el tercer lugar la Asociación Folklórica “Los
Compadres”, con la danza “Los Canchinos”(de Canchis-Qosqo).
Se ha notado una completa desorganización de parte de la
Comisión Organizadora, así como improvisación del Jurado
Calificador, aún, falta de una mejor categorización y
clasificación de las danzas en sus respectivas categorías o clases
de danzas, las danzas autóctonas, inclusive son ejecutados por
los propios mestizos, en consecuencia una mejor clarificación no
hubo, más bien en la clasificación ha podido ser la de danzarines
mestizos con trajes autóctonos o típicos y del uso de trajes de
luces o de gala simplemente; es más, también es necesario tener
en cuenta el historial de creación, inventiva, aún la de demostrar
prácticamente los arreglos para que a su vez se encaminen en el
futuro dentro del desarrollo del Folklore como Ciencia.
El día viernes, el populoso barrio Túpac Amaru, así como los
comerciantes del mercado internacional en las inmediaciones del
Mercado del mismo nombre organizan el concurso folklórico en
la disputa del “Sombrero” de oro, plata y bronce,
respectivamente. Nuestra asistencia en calidad de Jurado
Calificador, a nombre de la ANEA San Román, fue precisa,
donde hemos apreciado la participación de 18 conjuntos de
danza y música, vislumbraron el arte y estilo propio de Juliaca
en marcha, claro está con marcada definición “sui géneris” en
estos días, del desenvolvimiento del Carnaval Juliaqueño. Los
ganadores, según el cómputo de otros dos a parte de la nuestra,
fueron: el primer lugar fue la tuntuna “Señor de Qoyllur Rit´i”,
segundo: tuntuna “José Inclán”, y tercero Morenada “Caporales”
en danzas mestizas; los tucumanos “José Carlos Mariátegui”, el

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 93


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

primer lugar, Centro de expresión Cultural “Wayra Marka”, el


segundo; y, la Asociación Juvenil Puno “Wayra Marka” en el
tercer lugar de las danzas autóctonas; mereció especial mención
a que las danzas autóctonas del altiplano de los “choqelas” o
danza de la “caza de la vicuña”, ocupó un merecido cuarto lugar,
pero sin derecho a premio, ello dentro de las danzas autóctonas ,
aunque aquí en suma bajó el puntaje de la ejecución musical,
pero que debió ser valorado por los otros miembros del jurado,
estuvo dentro de los marcos de la práctica autóctona, incluso
acompañamiento de la música de una Estudiantina (1122).Del
mismo modo, y cuándo no, siempre existen problemas dentro
del Jurado, que en esta ocasión se había incluido a una persona
que efectuaba el cómputo de los miembros oficiales, fuimos tres,
precisamente cada cual alcanzó su calificación, ante la mesa
central de control, el mismo que no entendemos con qué
intenciones al momento de efectuar el cómputo, luego de la
presentación de la A.J.P. Wayra Marka, le restaron un total de 20
puntos, lo que prácticamente mermó el promedio final a dicho
conjunto, ello permitió realizar sus reclamos, cuyo fallo final fue
el determinado por la Comisión Organizadora y la Mesa de
Control, hecho que vino a comprometer a honestos miembros
del jurado, precisamente a ello se debe este breve comentario; la
falta de organización, la improvisación de algunos actos,
mortifican, se vaya relegando a un segundo plano y a la vez
disminuya el interés de parte de muchas comparsas para
continuar presentándose para hacer gala del cultivo musical y
danzaril en nuestro medio, al mismo tiempo, tampoco hemos
estado de acuerdo con la clasificación en danzas autóctonas y
mestizas, prevalecemos que los mestizos más propiamente
conocida como “la cholada del altiplano” con vestimenta
autóctona o con trajes de luces son los que se presentan en estos
eventos, es decir prevalecemos en que la auténtica clasificación

94 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

debe ser por el uso de la vestimenta, esto es, el de trajes de luces


y el de autóctonos, ojo que éste último como su propio nombre
lo indica, es y nada más refiere al uso de trajes típicos y
característicos de las danzas autóctonas, por ello nosotros
siempre estaremos de acuerdo con que estos deben primar sobre
los trajes de luces o de gala, pues el grado de alienación cultural
de nuestra población, en su idiosincracia está moviendo a que se
vaya relegando para dar un paso adelante a la práctica de danzas
importadas, similar a los manejos de la Dominación Colonial e
imperialista impuestos por las clases dominantes, no sólo en
nuestro país sino en los demás países de América morena y los
del tercer mundo. Otro problema fue el improvisar precisamente
el Jurado Calificador; la persona que iba a llevar el cómputo
general, más la del escenario que nos han sido recomendables,
nuestra tierra cuenta con varios escenarios mucho más amplios
y capaces de albergar comodidad a los asistentes para hacer
disfrutes del goce espiritual y artístico, que esperan nuestras
mentes, como uno de los valores característicos del arte y la
práctica en este caso del arte folklórico de danza, música, ritmo,
coreografía, estilo y donaire en todos y cada uno de los elencos
participantes, esto es en suma restan, algunos valores a la
práctica del folklore en nuestro medio, por ello nuestra
recomendación a directivos y organizadores, no sólo del barrio
Túpac Amaru, sino a otras organizaciones, dar facilidades a los
visitantes, asistentes y deleitantes de la música y danza que está
creando y practicando la gran muchachada, niñez, juventud,
adultez y senectud los propios estilos y valores, en un futuro no
muy lejano será reconocido, valorado también admirada y
ejercitada por otros de nuestros admiradores, no sólo al nivel del
ande y el Perú, sino en el mundo entero, por la presencia de sus
características peculiares, propias y creativas como vienen
mostrando, no solamente el Carnaval Juliaqueño, sino otras

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 95


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

fiestas y otras auténticas manifestaciones y peculiares nacientes,


desarrollando, creciendo, madurando y cosechados al estilo de
siembras y cosechas de los retoños de las rojas, guindas y
aromáticas flores del Sankayo, alma innata de nuestra tierra
calcetera, qolla y altiplanense.
Es de mencionar, así como lo manifestamos en génesis y
evolución del carnaval juliaqueño, es el Barrio Túpac Amaru II,
sus directivos y comerciantes, de éste propiciaron los Concursos
que hoy en día se llevan a cabo precisamente lo que hace,
prolongado, fastuoso y de colorido de los carnavales en esta
parte del Perú, como un aliciente para ser considerado como
Patrimonio Cultural y Carnestolendo del Perú y América
morena. La organización de la Directiva de los comerciantes de
este mercado tienen la honra de haber encabezado la realización
de estos concursos que año tras año de han incrementado, desde
el año 1973 del pasado Siglo, aproximadamente, dando un giro
prolongado, para que hoy solamente dicha organización se haya
convertido en un Pasacalle nada más y la realización del
concurso de Bandas de músicos de los conjuntos participantes
en este día a tempranas horas de la mañana. A esta se sumaron
otras organizaciones en años siguientes y escenarios diversos.
Hoy en día debido a la realización del techado de las
inmediaciones de este mercado, el Concurso se ha reducido a un
Pasacalle que, la vez es calificado y sigue disputándose los
premios indicados. Del mismo modo, realizan un Concurso de
Bandas en el escenario muy especial que se yergue en la frentera
del jirón Moquegua y su paso por este, que a la vez se ha
construido el paso peatonal.
El día sábado, contados por el número de concursos, iniciados
hace varios años atrás, se ha hecho también tradicional la
costumbre del Concurso Folklórico que organiza la Asociación
de Toqoros y Pinkillos “Los Machu Aychas”, en el escenario

96 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

construido con este fin el las faldas del “apu” Huayna Roque,
anfiteatro cuyos bordes y graderías, en este día se encuentran
completamente repletos de asistentes, los cerros tutelares
aledaños, como Calvario, Monos y Espinal dirigidos hacia el
anfiteatro, donde se yergue la figura de un Machu Aycha, se
llenan de colorido de presencia de la población que se ha dado
cita desde los más recónditos lugares del altiplano,
particularmente de juliaqueños, todavía faltan sitios para otros
concurrentes y algunas familias que ya no quepan, lugar donde
en realidad constituye una verdadera invención a lo inteligente
como dice la máxima popular, porque incluso dicho día la
empleocracia y demás trabajadores, viven su día de descanso
llegando a trasladarse hasta aquel escenario a fin de deleitar las
demostraciones folklóricas que se organizan, en el hoy
“Monumento Cultural del Perú”, como así se ha hecho al cerro
tutelar Huayna Roque, por su intangibilidad, allí se presentan
danzas de las contadas en días anteriores en los sendos
concursos, luego del inicio a tempranas horas de la mañana;
falta tiempo para la presentación, extendiéndose hasta contadas
horas y minutos de la noche; sin embargo, hasta la fecha se han
connotado satisfactorios resultados, en este concurso de disputa
el “Toqoro” de oro, plata y bronce. Hacia el año de 1991 (otro
error dentro la clasificación de las danzas) el absoluto ganador
fue: Morenada “Caporales de Cerro Colorado”, como era de
esperarse, la coreografía demostrada el día anterior, esto es en
inmediaciones del Mercado Internacional Túpac Amaru II, fue
superada, a la vez aquí, sorprendió simplemente al Jurado
Calificador por la gran cantidad de figuras características de la
danza, dicho sea de paso, se está imprimiendo un estilo y arte
muy particular y “sui géneris”, no sólo en ésta sino, también en
otras, pese a que su origen y génesis se remonta a otro lugar
distinto a Juliaca y la provincia de San Román. Muy pocas

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 97


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

ocasiones hemos podido asistir a la realización de este evento,


en vista que nuestra actividad sobre la Investigación Folklórica y
de familia nos permite, dicho día asistir más bien admirar y
deleitar el desarrollo del Carnaval Lampeño y la presencia
comparsas carnavaleras del Wapululu, efectuados también año
tras año con carácter de concurso en la “Ciudad Rosada del
Mundo”: Lampa, Capital de la provincia del mismo nombre,
departamento de Puno, muy rica en la práctica de música, danza,
pintura y otras manifestaciones folklóricas y culturales. Sobre
este carnaval, estamos preparando una obra especial, insertado
en nuestro libro “Costumbres y Tradiciones de los Pueblos del
Altiplano” (inédito); en nuestro homenaje a esta noble tierra,
Ciudad de las Maravillas, única y peculiar en el Perú. También
en otras presenciamos el desarrollo del Carnaval Ayavireño, en
la tierra de los “kankachos”, caracterizado por la presencia de q
´aqchas, wiphalas y pandillas puneñas, que adornan calles y el
pueblo donde fue sacrificado e inmolado el Mártir de la
Revolución Independentista, “Poeta de los Yaravíes”, Mariano
Melgar Valdivieso (1790-1815).
Es de mencionar que, después de la Entrega de Premios a todos
los ganadores del Concurso de este día, en las faldas del “apu”
Huayna Roque, la población entera efectúa su kacharpariy
respetivo,. Junto con sus danzarines ya llegados, arribando a su
domicilio en altas horas de la noche, semejando una comparsa
presentada en el desarrollo de la actividad de este día, de igual
forma lo hacen los demás grupos de danza y música que se han
participado en concurso. Preparándose aún para el siguiente día,
trasladándose hasta el distrito de Caracoto, para dar paso a la
Coreografía del Señor de las Amarguras y posteriormente el
concurso en un escenario cada be cambiante en los años.

98 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

Estrado oficial de concursos que se erigen en cada uno de los


concursos en las fiestas carnestolendas.

El día “domingo de amargura”, también de “cuaresma” en el


calendario católico, con motivo de la fiesta del Señor de la
Amargura, Capital del distrito de Caracoto, en otros años atrás la
Municipalidad de Caracoto, San Román, Puno, se organizaban
sendos concursos y presentaciones de Pandillas Puneñas, los
mismos que después de su presentación de deslizaban danzando
hasta esta María de los Vientos, sin tener en cuenta el cansancio
y la lejanía de kilómetros que dista ente Juliaca-Caracoto y
viceversa, es decir ocho largos kilómetros, las pandillas
engalanaban esta vía Juliaca-Puno, hoy asfaltada, llegando por
calles, en la actualidad, esta costumbre ha variado,
transformándose en concursos folklóricos de danza, después de
realizada la Misa y Procesión del Señor de la Amargura; los
organizadores se dirigen hacia las instalaciones del campo
preparado con este fin al sur del mismo distrito para
desenvolverlo; el año de 1991, el concurso de danzas se llevó a
cabo en las instalaciones del Estadio Municipal, pese a una

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 99


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

persistente lluvia en que según los díceres populares, “si llovió


es porque a los juliaqueños les caía un reverendo castigo de
parte de los “apus” y el santísimo redentor, por estar disfrutando
a lo grande y por varios días la fiesta del Dios “momo” o
propiamente el carnaval...” Del mismo modo el populacho
juliaqueño caracoteño y qolla hablaba que fue un castigo del
“hacedor”, porque los organizadores convirtieron el Domingo de
Cuaresma en una fiesta pagana, con presencia de monstruosas
figuras que representan presencia del diablo en estos lugares,
donde jamás se hubo visto semejantes danzas y demás
presentaciones, incluso el uso de serpentinas, mixturas, polvos,
chisguetes, etc. señalan que deben utilizarse hasta el día
“miércoles de ceniza”, lo demás está contraviniendo a los
dogmas católicos, instaurados en Caracoto, Juliaca, el Perú y
hasta América morena, hacen algo más de quinientos treinta
años atrás; la moral cristiana a su vez por intermedio del
representante papal en Caracoto, mejor dicho el cura de la
parroquia, condena dichos actos, por ello en la misa y procesión
demora horas y horas a fin que, la población se humille, limpie
sus pecados, se cumplan los rituales católicos, según la “moral
cristiana” ha sido condenado, hasta allí, ya el carnaval había
terminado por lo tanto, todos se volcarían hacia el
arrepentimiento y confesar los pecados contraídos durante el
desarrollo del carnaval, haber seguramente faltado a Dios, la
moral, los preceptos religiosos. Es decir todo el contento
obtenido, la alegría, la sátira, lo cómico, hubo llegado a su fin;
sin embargo juliaqueños y caracoteños todavía efectuaban actos
rituales propios del imaginario Rey “momo” o carnavales;
entonces, la fiesta continúa, abriéndose el concurso, donde
asisten a parte de juliaqueños otros propios del lugar, esto es la
presencia del Carnaval de Caracoto, los de distritos cercanos
como Capachica, Huata, Coata, Taquile, claro, con una buena

100Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

forma de revivir las danzas autóctonas con que cuentan todos y


cada uno de estos pueblos qollas, conservando estilos,
coreografía, vestimenta, costumbres y tradiciones típicas que
caracterizan a los pueblos andinos, mejor todavía a los qollas;
varias de las danzas presentadas al concurso durante los
anteriores días vuelven a presentarse perfeccionando así en
cantidad y cualidad. Estamos seguros, ello es lo que viene
contribuyendo al desarrollo de una fiesta, costumbre y tradición,
única en el Perú y el mundo, como el del desarrollo de los
carnavales juliaqueños. Característica esencial de toda
presentación final en todos los actos y presencia son también los
kacharpariy, que día a día efectúan los conjuntos a parte del
último; el desarrollo final que vendrá a ser prácticamente el día
martes de cuaresma. Los conjuntos visitantes a Caracoto, luego
de su presentación del día domingo, se trasladan en horas de la
noche hasta Juliaca, para de esta forma efectuar esta costumbre
también tradicional y perviviente en los años, esta vez ya no al
compás de la música de una banda, quenas, zampoñas, o
estudiantinas, sino al compás del sonido que da vueltas (discos),
antes eran los casets; mientas los asistentes a Caracoto, se
vuelcan a las calles juliaqueñas para observar el paso de tarqas y
tarqadas que hasta aquel día han aumentado en número,
cantidad, también cualidad, haciendo característico y peculiar
cada vez el Carnaval Juliaqueño, es motivo de conocerlo y darlo
a conocer por nuestro afán de informadores, mensajeros y
folkloristas que nos ha asignado el mundo qolla del los cuales
somos hijos predilectos, al matiz de su frío, calor, ambiente
acogedor y envueltos dentro sus vientos entre las tempestades de
estos días. Concluida esta actividad del día, viene el día Lunes,
en que la población juliaqueña y visitantes de distintas latitudes
que llegaron, se dan cita al escenario del despliegue del

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 101


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

Pasacalle y preparado en calles y plazas de la ciudad,


participando del acostumbrado día Lunes de Cuaresma.

NOTAS:
(1) Se debe decir así y no Manco que, en Español significa,
sin brazo.
(2) Vocablos originarios que significan carnavales originarios
de distintas comunidades y ciudades
(3) Vocablo del Aymara, significa, gran piedra, y no debe ser
cacachi o caccachi.. Lo correcto Qaqachi.

PARADA FOLKLÓRICA

El primer lunes de la “Cuaresma” del Calendario Católico, luego


del desarrollo en el domingo de Amargura, se da paso a la Gran
Parada Folklórica, hoy en día lo organiza una Comisión
encabezada por la Federación de Arte y Cultura de Juliaca,
antiguamente lo hacían los trabajadores de la emisora radial “Sol
de los Andes” de esta ciudad, disputándose el “Sol” de oro, plata
y bronce respectivamente, el concurso tenía la característica
esencial de recorrer las avenidas Manuel Núñez Butrón,
Mariano Núñez, jirones: Dos de Mayo, Calixto Aréstegui, hasta
llegar al coliseo cubierto o “Bombonera” del barrio “Los
Choferes”, donde finalizarían su participación, hoy en día este
tramo se ha cambiado, casi por los mismos, con ligeras
modificaciones, concluyendo en las instalaciones del barrio
“Laguna Temporal”; a su vez la población presencia en sus
domicilios y muy de cerca el desarrollo del carnaval en sus
postrimerías y sus propias manifestaciones de danza y jolgorio

102Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

carnestolendo, el centro esencial de su participación en concurso


es la Plaza de Armas, y a su vez los jurados se ubican desde la
Plaza Bolognesi, de Armas y otro sector a elección de la
Comisión Organizadora, aunque debieran de ubicarlos
estratégica e indistintamente sin conocimiento de directivos de
las comparsas con el fin asegurarse de su imparcialidad y de
tenerse en cuenta una buena organización, en buena cuenta la
coreografía, estilo y vestimenta, lejos de presentar muchos
artificios y detalles que son completamente dañinos dentro del
desarrollo del Folklore y costumbres que se encuentran dentro
de la moral y las buenas costumbres, es decir que la calificación
debe ser con la mayor objetividad y celeridad posible, a ello se
debe este nuestro micro comentario.

En la foto grupos de danzarines en altas horas de la noche en


del pasacalle del día Lunes.

En el desenvolvimiento de este evento, intervienen casi todos y


cada uno de los conjuntos participantes de danza y música que
lo realizaron durante los días anteriores. El año 91 del siglo
pasado hemos observado de cerca el desarrollo de esta
Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 103
El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

manifestación carnestolenda nacida también en esta Perla del


Altiplano, con la intervención de más de una decena de danzas,
hoy en día se ha triplicado este número, inclusive va creciendo
en calidad; empero como de costumbre, el problema esencial
radica en la improvisación y quizá la mala ubicación del Jurado,
como señalan juliaqueños, juliaqueñistas y juliaqueñenses,
porque serán quienes no están compenetrados con el
conocimiento de la coreografía y el conocimiento de esas danzas
por ser creación y arte de otros lugares donde no están
compenetrados con la idiosincracia, el ser y la conciencia social
y sus formas que son peculiares, al menos en Juliaca y malogran
en alguna medida la presentación de varios de los conjuntos
pese a su preparación, actuación tan peculiares que, es preferible
primeramente comprender las formas de vida muy distinguidas
en el conglomerado de pueblos, comunidades, capitales de
distrito y provincia respectivamente en el mundo altiplanense y
qolla. Aquí hay que agregar la influencia de la labor periodística
especializada, que según hemos confrontado en nuestra ciudad
de Juliaca, adolecemos de esta rama periodística especializada,
que no hace más que repetir lo que se señalan en las
bibliografías, pero sin ninguna labor de investigación, análisis,
exégesis y previsión al futuro, siendo esta labor de folkloristas y
folklorólogos; es decir que las transmisiones realizadas por
emisoras o canales de TV de la ciudad, son dirigidos por
locutores que no están imbuidos de los fines, contenidos y
práctica del folklore, al menos en su acepción amplia e
interesante. El periodismo que se práctica en relación al folklore,
incurre en yerros y parcializaciones, producto de una
improvisación por desconocimiento, desnaturalizándose la
educación y desalienación cultural a que estamos llamados la
nueva generación de valores intelectuales, con nuevos rumbos,

104Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

provistos, nutridos de conocimientos del pueblo, por algo son


intérpretes y sus exégetas.
Los grupos de danzas efectuadas sus participaciones de la
Parada del día lunes, que aproximadamente concluye a entradas
horas de la noche, se dirigen hacia el lugar de dónde salieron, en
este caso a sus locales debidamente preparados, o en su defecto
al domicilio de algunos padrinos para allí efectuar el kacharpariy
de estilo y característico esencial que dura hasta contadas horas
de la mañana del día siguiente, los danzarines juntamente que
sus atuendos se dirigen hasta sus domicilios para que al día
siguiente vuelvan con su ropaje en el maletín, ser devueltos ante
los alferados, quienes a su vez lo hacen a los talleres de dónde
solicitaron en alquiler. Acciones con que el Carnaval Juliaqueño
llega a su culminación, cuyos ejecutores, vuelven a su domicilio
con una carga de pesares y a los lomos, la tristeza con que
empezaron la fiesta, muy peculiares en el comportamiento de
hombres y mujeres juliaqueños, que de un tiempo a esta parte se
tienen desde muy buenos años atrás practicando y desarrollando
con sus características muy singulares distintos a la ejecución en
muchos lugares de América y el mundo entero.
.
COREOGRAFÍA Y VESTIMENTA:

La coreografía que cada una de las danzas ejecutadas así como


la música está íntimamente relacionada con la “Coreografía del
Kollao”, de que nos habla el escritor y Folklorólogo azangarino
Lizandro Luna La Rosa (1893-1984) en esa su obra pòstuma;
cuyos ejecutantes carnavaleros, empezando por esa Ofrenda a la
Pachamama, modos de vida, vivencias, tradiciones, acciones
corporales, rituales característicos, creencias, amor por la tierra
y sus beneficios, amor por nuestros seres queridos, desdenes o

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 105


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

desprecios, amor y recuerdos por sus héroes y mártires,


personajes principales inolvidables por sus barrios, la familia,

En Juliaca hoy en día existen maestros bordadores, lo que nos


demuestra que los trajes se tornan propios y juliaqueños.

idiosincrasia y lo que es más, la práctica de algunos de los


principios y fundamentos de la Cosmovisión Andina, sobre todo
con la Ofrenda hacia la Pachamama, Pachatata, a sus héroes, que
defendieron la libertad de sus congéneres, sus apus o achachila
en todo momento guía la vida de los seres terrenales, así como el
desarrollo práctico de diversas formas de la conciencia social,
desembocando así la actividad artística exteriorizada más bien
en sus cantos, cuentos, harawis (poesías), el dolor, por la muerte
de sus gobernantes y seres queridos familiares, esto es la
práctica de aquellos valores legados con presencia de ancestrales
tiempos; en la mayor parte de casos no está ajeno al compromiso
con la clase social a que pertenecen los ejecutantes, tanto en la
106Samuel Á lvarez Enríquez Pág.
El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

ejecución de danzas y música, ya muy distinguidos con el estilo


e indumentaria que están siendo cada vez transformados y
avanzados, acorde con el desarrollo y coreografía latente de
Juliaca; en suma la ventisca de la Ciudad de Los Vientos, y sus
valores muy bien arraigados, constituyen esa parte de la
Coreografía Juliaqueña, del mismo modo el desarrollo patético
de ésta, se tienen a la ejecución de la música, danza,
vestimentas, arte y estilo de Machu Aychas y Ch´iñipilkos, los
Soldados de Santa Catalina, los Taytas de Juliaca y Caracoto,
“toro toro”, turcos y pantominos de Cabana y Cabanillas, puli
pulis, chakuy, el quinuatarpuy, quinuarutuy, y quinuapirway que
conjugan con las demás costumbres y tradiciones no sólo del
interior del distrito de Juliaca, sino, de las comunidades de
alrededores de Juliaca, entre otras; por supuesto, los carnavales
o pukllay, wiphalas, qhashwas, q´aqchas, wapululus, y todo el
conjunto de costumbres de los habitantes juliaqueños, aún de los
vendos de otras provincias y regiones habitando en Juliaca, por
un buen tiempo desde atrás; ejecutando esas sus danzas
tradicionales y oriundas de esta parte del mundo qolla; el amor,
el jolgorio, la conquista de la pareja, desprecios, amistad
sempiterna o de pocos días, el amor, la comprensión, la política,
educación, economías, los barrios, los “apus”, las calles, plazas,
templos, órdenes y sectas religiosas, lugares de comercio, las
ferias semanales de domingo y lunes, los ríos, la pampa, las
chacras, el campo, contribuyen eficazmente el desarrollo de la
coreografía, incluso el valor y el amor hacia la propia comparsa
están ejecutadas en la coreografía de los conjuntos danzariles y
musicales, aspectos que nos son posible comprenderlos gracias a
una educación paulatina y continua, dentro de los moldes de la
Ciencia del Folklore en marcha.
La utilización de vestimentas y disfraces confeccionados con
materiales y productos propios del lugar, caso de pantalones,

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 107


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

polleras, blusas, camisas, sacos, sacones, sombreros, mantas y


mantones, etc. wichiwichis multicolores y todo los demás
surgidos o expendidos en una serie de tiendas comerciales de
confección y bordados para venta, alquiler y préstamos, donde
se confeccionan tejen y entretejen toda la vestimenta e
indumentaria, partiendo de las prendas de la cabeza concluyendo
en los pies, hasta de los propios instrumentos musicales, caso de
guitarras, mandolinas, charangos, chilladores, bombos, sikus o
zampoñas, tarqas, toqoros, pinkillos, más la presencia de talleres
específicos para al arreglo de instrumentos musicales de toda
índole, tal los casos que existen personas especializadas en el
arreglo de esos instrumentos peculiares para cada carnaval. La
fabricación de bebidas gaseosas y alcohólicas, sobre todo de
aguardientes, más la cerveza, es consumida en cantidades, hasta
que Juliaca haya tenido que haber llegado a ocupar el primer
lugar en las estadísticas a nivel nacional en cuanto se refiere al
consumo; traída desde la Capital de la República o Arequipa,
como una forma peculiar y distinta a la de otros lugares dentro
del desarrollo del Folklore en Perú y el mundo.
En los trajes de luces sobre todo, hemos llegado a comprender
que son confeccionados al más puro estilo y arte juliaqueños,
aunque los modistas y demás trabajadores de la vestimenta sean
venidos de otros lugares de América, caso de los confeccionistas
de máscaras, de Bolivia, hoy en día están siendo confeccionados
al más propio estilo calcetero, también tejidos sino por las
propias calceteras; y otros hábiles en bordar, en el tejido y la
industria de la confección de trajes y vestimenta; está siendo
propia y particular, confirmaciones con que estamos
demostrando que este carnaval, es ubicado como una fiesta “sui
géneris”, dentro de los anales del desarrollo del folklore en
América y el mundo, único en su género.

108Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

Cada una de las danzas que se presentan en el desarrollo de la


fiesta carnestolenda en Juliaca, ostentan vestimenta propia de
cada danza, salvo algunas transformaciones y cambios acorde
con el desarrollo dialéctico en el espíritu calcetero, a excepción
de la vestimenta utilizada por el alma innata del folklore
juliaqueño, qolla y peruano, la de Machu Aychas y Ch´iñipilkos
confeccionados por los propios hombres de las comunidades y
trabajadores especializados que ofrecen como mercancía en la
plaza dominical, de los domingos y lunes, establecimientos con
este carácter, con características muy peculiares, desde el día 19
de enero, pasando por el 20, Carnaval Chico o la Qhashwa de
San Sebastián, todos los años; los trajes típicos utilizados por los
danzarines y músicos de las comparsas participantes, responden
a las necesidades y requerimientos de la danza y música
puneños y qollas, también de las figuras, indistintamente que se
incluyen en algunas danzas para variar la coreografía y dar a
conocer costumbres y tradiciones innatas, todo ello, para
nosotros, hoy en día inclusive se ha tornado juliaqueño,
solamente en este caso algunas danzas y su respectiva
coreografía son de fuera de Juliaca y la provincia, en cambio
todo el material, los confeccionistas y demás personas que
tienen que ver con la presentación de la vestimenta y música son
los mejores testigos, de dónde provienen, mientras tanto para
nosotros es completamente juliaqueño, con ciertas influencias
bolivianas, aún de otras provincias peruanas, caso de los
bordadores por ejemplo de Yunguyo con trayectoria conocida
internacionalmente.

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 109


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

En la vista apreciamos el atuendo de músicos y danzarines


con características muy singulares y diversas.

MÚSICOS Y MÚSICA DEL CARNAVAL:

Anteriormente, muchos grupos de músicos eran contratados de


las provincias de Huancané, Puno, Ilave y otras comunidades
fuera de Juliaca, hasta de fuera del departamento, en la
actualidad éstos están constituyendo productos del mismo suelo,
cuyos músicos se encuentran en completa actividad durante las
fechas del calendario festivo religioso católico y pagano de las
fiestas juliaqueñas, salvo la fabricación de casi todos los
instrumentos musicales sobre todo los de viento que
definitivamente son extranjeros, como las trompetas,
trompetines, bajos, helicones, etc. en cambio todos los demás
casos de los de viento típicos, como toqoros, pinkillos,
zampoñas o sikus, tarqas, así como bombos, platillos, y otros
son de fabricación juliaqueño. Las Estudiantinas y Centros
Musicales, que ejecutan instrumentos de cuerda y vientos, claro,
110 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.
El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

debidamente probados son adquiridos fuera del lugar por su


encomiable duración y sonido que muestran en su ejecución.
Los conjuntos de bandas de músicos ya de origen mestizo,
republicano y neo colonial, ejecutan también la música peculiar
de todas y cada una de las danzas que se presentan, teniendo en
cuenta sus partes y coreografía necesarísimas, en varios muchos
de los casos adaptándola a las composiciones musicales, de
autores y compositores musicales que se encuentran en boga y
de snobismo de los juliaqueños, aunque se prefiere de
compositores de fuera, pero de los más impactantes, porque a la
vez, son invitados desde la hermana república de Bolivia,
también la presencia de algunos grupos de música andina (mal
llamada latinoamericana). En ese sentido, las composiciones son
sobre todo las más “calientitas”, aunque a partir de la discusión
que se tuvo con la hermana república de Bolivia, sobre el origen
y génesis de varias de nuestras danzas peruanas y puneñas, se
está internando en la ejecución de lo nuestro, poco a poco; sin
embargo la ejecución por ejemplo de las morenadas están siendo
adaptadas de algunos huayños netamente peruanos y puneños,
baladas, polkas, cumbias, rock norteamericano, salsas y demás
música tropical, pero lo más esencial es escuchar de uno y otro
grupo las melodías de composiciones musicales juliaqueñas,
como “Serpentina Roja”, “La Calcetera”, “Cerrito de Huayna
Roque”, como composiciones de músicos de nuestro altiplano
peruano, sobre todo cuando se escuchan melodías de los sikus o
zampoñas. Al propio ritmo de música puneña y andina, que
también están integrando la coreografía que nacen con estilos,
peculiaridades propias y características que en el futuro no muy
lejano tendremos el orgullo de señalar enfáticamente que
Juliaca, ya también danza como lo viene haciendo hoy en día
acorde con el avance material y espiritual a que tenemos
derecho como pueblo, raza e institución similar al desarrollo de

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 111


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

otras partes del pueblo peruano en su conjunto; esta vez se


encontrará ubicada como otra de las Capitales del Perú en
cuanto a carnavales refiere, aún otra de las capitales del folklore
peruano y americano.
Es necesario señalar que, a parte de los fundamentales
instrumentos utilizados, se alternan con otros de origen incaico y
republicano, como el pututo, pitos, sonajas, maracas, cencerro,
triángulo, castañuelas, campanillas, etc. La utilización de
máscaras, según sus orígenes y evolución, desde las
confeccionadas de cuero, yeso, latón, lata, espuma, plástico, etc.
de las danzas modernas y con trajes de luces y hasta mestizas, en
cambio en las danzas con trajes autóctonos, no hemos apreciado
ningún tipo de máscaras, auque en algunos casos, parece que la
careta se utiliza porque hay mucho parecer en ello. Cada uno de
los integrantes de las diferentes danzas visten trajes
característicos; en cambio los músicos visten trajes consistentes
en vestimentas confeccionados de telas que hacen juego para
distinguirlos entre unos y otros, mas todavía los movimientos
rítmicos que ejecutan al paso de las comparsas dentro, en la
ejecución de la danza, constituyendo también otra forma de
presentar otra coreografía completamente comprometida por
ejecutantes visitantes y observadores de este fastuoso, masivo y
prolongado, como lo llaman y proponen los miembros de la
Federación de Arte y Cultura de Juliaca y no Federación de
Folklore y Cultura.
Los conjuntos musicales de toda índole, son contratados
inclusive según alcancen los dineros que son provenientes de las
cuotas de los integrantes de todas y cada una de las danzas, en
este caso se han contratado aún desde la hermana república de
Bolivia, en algunos casos, sin embargo, hoy en día todo se está
tornando simplemente peruano y puneño. En estos casos a a
parte de la recolección de dinero por acuerdo entre directivos y

112 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

participantes, también se tienen las “apaqhatas” (contribución


con regalos) de parte de algunos personajes de la danza, sean,
padrinos, el mismo alferado, los compadres, familiares del
alferado o algunas instituciones, respectivamente, por algo, el
departamento de Puno y en este caso Juliaca, es también parte
de esta gran “tierra de artistas, poetas y músicos” haciendo gala
de la creatividad en todas las manifestaciones artísticas, de ahí el
nombre específico de Folklore, el término éste, se ha
popularizado en gran forma, así como se ha oficializado aún
nacionalizado e internacionalizado, pese a haber tenido origen
inglés, por su puesto oficializándose en los más recónditos
lugares de nuestra Awya Yala (América) con todas y cada una de
sus manifestaciones populares y de todas las clases sociales que
hacen siempre del Folklore, como la de hoy en día, la
característica de Ciencia, Técnica, Arte y oficio, acorde con los
avances de la ciencia y tecnología vigentes en estos momentos
del imperio del neo liberalismo y la globalización, por tanto del
neocolonialismo y neo internacionalismo.

REYNA DE LOS CARNAVALES

En estos últimos años, por lo prolongado de los carnavales, a


parte de la elección de la Srta. Juliaca, las cholitas Juliaqueñas
con trajes autóctono y de Pandilla Puneña, en las fiestas
jubilares, en esta ocasión se acostumbra elegir a la Reyna de los
Carnavales (Señorita Carnaval), quien se encarga de presidir los
actos oficiales del carnaval propiamente dicho. Por intermedio
de la actual Federación de Arte y Cultura, se elige a aquella con
la realización de un programa especial y la participación de
todas y cada una de las representantes de cada comparsa que se
ha inscrito. Además la presencia de los denominados Ballet

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 113


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

(vocablo inglés, traducido al español, significa, espectáculo


teatral de danza y música)
Los miembros ahora de la FEDAC (Federación de Arte y
Cultura) de la ciudad, claro antes de ésta funcionaba; primero de
FDFC de la Provincia (Federación de Folklore y Cultura), la
misma que fue cambiada por la actual, incluida en su respectivo
Reglamento, aunque dadas las circunstancias año tras año antes
de la realización de cada uno de los eventos carnestolendos se
modifican, ejecutados en el momento y cuando las
organizaciones se van a presentar a participar. Como
apreciamos, cada una de las organizaciones de los carnavales y
por días, prácticamente encaminan a sus carnavales, caso de las
agrupaciones desde la ASFOCHIJU, o Ch´iñipilkos,
Comerciantes del mercado Mallku Qhapaq, Los de Túpac
Amaru II, Machu Aychas, Distritos de San Miguel y Caracoto, la
propia FEDAC en la Parada Folklórica del Día Lunes y así
sucesivamente con su reglas propias de Concurso o
participación, organizados, superando inconvenientes año tras
año y la atenta supervisión, precisamente de la FEDAC como
ente rector de los carnavales y el auspicio del municipio
provincial y/o distrital respectivamente. Se encargan de realizar
prácticamente un Festival con carácter de Concurso y la
asegurada participación de todos y cada uno de los conjuntos
inscritos para la realización de dichos carnavales, claro en
algunos casos la ausencia de algunos de ellos. Así es que cada
año se eligen a nuevas reynas, cuya relación de las mismas son
motivo de trabajo a parte.

114 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

El Presidente de la República actuando en el Lanzamiento del


Carnaval Juliaqueño, 2010. Ejecutando la Danza “Sayas
Juliaqueños” en inmediaciones del Patio de Honor del País.

PRESENTACIÓN DE ELENCOS DE DANZAS

Para dar brillo, el más acentuado posible por cada año, la


Comisión Organizadora de los carnavales juliaqueños, a más de
convocar al Concursos de la Reyna de los carnavales desarrolla
la actividad del Concurso de Elencos con la participación de
algo más de seis parejas, a lo que se conoce con el nombre
elencos, para lo que cada conjunto inscrito y registrado para
participar en el desarrollo del Carnaval Juliaqueño, presenta a
su comparsa con la mejor coreografía haciéndose del premio que
otorga la comisión al mejor elenco participante. Evento de que
se lleva a efecto generalmente en las instalaciones del Coliseo

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 115


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

Cubierto de la ciudad, a donde concurren en su mayoría


familiares de los participantes y por su puesto la algarabía en
grupos de hinchas que se dan cita, para aplaudir, así como
“hacer barra”, que en muchos casos es influyente en las
decisiones del Jurado Calificador que por cierto no es válido e
influyente en sus decisiones, sin embargo el coliseo, es un lleno
de adherentes e hinchas por hacerse de los premios que se
otorgan.
La actividad dura casi hasta contadas horas de la noche y
principios del nuevo día, generalmente concuerda con un sábado
por la noche. Del mismo modo los participantes ingresan al
escenario del Concurso previo sorteo y el orden de presentación
previsto anteladamente, la no participación de este concurso, la
agrupación no tiene derecho a la regalías que se ofrecen fruto
del ingreso de las entradas registradas.

LANZAMIENTO DEL CARNAVAL

Al nivel Nacional Internacional por intermedio de la Comisión


de Carnavales del Municipio Local, así como la Directiva de la
Federación de Arte y Cultura (FEDAC), de la provincia el año
2010 se propició el primer lanzamiento de los carnavales
Juliaqueños, para de esta forma hacer conocer nuestros
carnavales y despierte las expectativas en el Turismo, y desde
lejanos y cercanos lugares estén presenciando este añejo,
prolongado fastuoso, masivo y de color carnaval Juliaqueño.
Entendemos que por intermedio de la actual Ministerio de
Cultura Peruano sea considerando PATRIMONIO CULTURAL
DEL PERU Y DEL MUNDO.
De igual modo en años siguientes se llevo a cabo el lanzamiento
de estos carnavales la Ciudad de los Reyes,, con presencia de

116 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

Machu Aychas y Ch´iñipilkos, con sus delegaciones de estos dos


grupos, teniendo que viajar en movilidades contratadas por el
municipio sanrromino; se presentaron en el Patio de Honor del
Palacio de la República, en cuya primera ocasión en presencia
del Presidente de la República el Señor Alan García Pérez y en
segunda mientras era el señor Ollanta Humala, a la cual
asistimos en nuestra calidad de miembros natos de la
Agrupación Los Ch´iñipilkos., en cuyo caso nos alojamos en el
Hotel España a gestión del Congresista Francisco Ccama,
ubicado a escasas dos cuadras del Congreso de la República, de
donde partimos dirección al Palacio de Gobierno y el Patio de
Honor, desenvolviendo una coreografía de Pasacalle, no estuvo
presente el Señor Ollanta Humala, en su reemplazo estuvo la
Segunda Vice Presidenta , quien a su vez manifestó no conocer
nada de la danza, negándose a ejecutarla. Acto seguido los dos
grupos asistentes dimos la vuelta en la Plaza de Armas, seguido
de dos comparsas de Sayas caporales de grupos de danza de
residentes puneños y juliaqueños en la ciudad de Lima.
Un año después, el lanzamiento de estos carnavales juliaqueños,
se realizó simplemente en la misma ciudad de Juliaca, teniendo
como escenario primero, en el estadio Municipal del populoso
barrio de San Isidro, recientemente inaugurado por la autoridad
edil encabezado por el Profesor David Mamani Paricahua. En
año siguiente a instancias de la FEDAC, en la explanada de
Machu Aychas del cerro Huayna Roque, y en siguientes en la
Plaza de Armas juliaqueño y la asistencia de las principales
autoridades de la Provincia, por sus puesto de los diversos
grupos de danza y música inscritos para la realización de los
carnavales juliaqueños, en los años, pero sin faltar., con
excepción de los dos años de Pandemia del COVID – 19, que no
permitió su presencia, empero una vez concluido su curso
estamos seguros de volver a desarrollar tan singulares

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 117


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

actividades, como así lo requiere atraerse a visitantes y público


en general.

CONSECUENCIAS DEL CARNAVAL

Al nivel de toda nuestra Awya Yala (América), se ha


comprobado que el desarrollo de los carnavales, por costumbres
y tradición, se ejecutan según patrones ya establecidos e
inamovibles. En el caso de la perla del Altiplano se desarrolla
en algo más de cincuenta a sesenta días, variando debido a
pertenecer a fechas movibles en el Calendario Gregoriano
vigente, sin embargo es inamovible las fiesta del 20 de enero, se
desarrolla con normalidad empezando con las vísperas del día
19 de enero, prolongándose por más de cuarenta a sesenta días,
según sea comprobado; trae consigo una serie de consecuencias
en todo orden de cosas, partiendo de las sociales, culminado con
los económicos y de familia, con ciertas novedades que, una ve
concluidos para folkloristas y folklorólogos que por sí son
escasos, a excepción de folkloristas que a través de sus
comentarios y críticas, sobre todo el periodismo hacen de las
fiestas en forma favorable a la ejecución en años posteriores,
empero la crítica destructiva se aprecia en el desarrollo de los
siguientes años de la realización de estos carnavales, surgiendo
hasta la idea que solamente debe realizar se un solo Concurso y
y en un solo escenario, idea que no tiene asidero, pues la
multitud de grupos participantes y los respectivos escenarios,
dejarían de utilizarse y cada una de las organizaciones tienen
previstas realizarlas en sus planes desde la misma de sus cargos
y su asunción en el cambio y elección de cada vez nuevos
miembros y nuevos directivos o, según vigencia de sus
estatutos.. De todas maneras las consecuencias han sido

118 Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

repuestas en su oportunidad sobre todo las funestas, aunque casi


no se han dado en la práctica, para que en años siguientes no se
repitan tanto, en directivos, grupos de danzarines y músicos así
como en la población toda, asistente a cada uno de los eventos,
que de por si no es uniforme año tras año siguiendo las
recomendaciones, en general, o acaso la solución de algunas
problemáticas surgidas mientras está presente el derroche de
alegría, el sensualismo profundo y la fatuidad en los días del
desarrollo carnestolendo..De aquí se han desprendido algunas
muertes al cabo de una o dos semanas después a causa de
intoxicación por el consumo de comidas fermentadas o faltos de
limpieza, o el alcohol que no falta;, enfermedades que acarrean
sobre todo el consumo del alcohol, hasta convertir a muchos
consumidores de estos días, consuetudinarios, igualmente
concluido el carnaval, en días siguientes como hemos apreciado,
tanto locales de policía como juzgado y municipio, son testigos
de colas de ciudadanos y ciudadanas demandando, agresiones,
violaciones, robos, ultrajes, etc. en algunos casos llevados a
judicialización, terminando con la aplicación de los códigos
vigentes en materia civil y penal; todos ellos se resumen en
consecuencias sociales y policiales; la mujer que participó o no,
resulta la más perjudicada va a ser madre de familia, va a
conseguir el nacimiento de un vástago, hacia el mes de
noviembre y diciembre de todos los años es muy común
apreciar.. Pasados los días después de “Todos los Santos” (el de
vivos y el de muertos, 1 y 2 de noviembre), común al nivel de la
ciudad así como en la región, más en Juliaca y Puno, a cuya
respuesta se ha hecho costumbre y tradición realizar bautizos en
la realidad, de jolgorio y hazmerreír, el corte de pelo de la
huahua o t´antawawa (no es tanta wawa, como así pronuncian en
su mayoría, de la población, no se trata de juntar huahuas, que
pertenece a pronunciación de “gringos”, sino se trata de la

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 119


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

huahua de harina de la elaboración del pan, de las voces


Quechuas: t´anta = pan y wawa = huahua, hijo o hija de panes),
protagonizados por los supuestos padres, dirigidos por un “cura”
apócrifo, acompañados de “testigos”, esto es que la fiesta, fruto
de los carnavales, es ridiculizado con este tipo de ceremonias,
entremezclados con bailonga; los jóvenes efectúan esas acciones
reviviendo así, aunque sin darse cuenta las funestas
consecuencias del desarrollo de los carnavales, todo lo que en la
práctica es un verdadero problema y consecuencia, merece
especial atención; en aquellos meses, a menudo se escucha por
boca de mayoría de la población en lenguas aborígenes:“chay
wawaqa, pukllaypaq wawamni” (traducido del Quechua al
Español: esa huahua, es hijo o hija de los carnavales...) del
mismo modo se recuerda del fantoche que representó al “Ño
carnavalón”, para lo que se señala, dirigiéndose al personaje o
personajes ridiculizados, que debe ser hijo de tal o cual
personaje ridiculizado. Esta costumbre y tradición no sólo son
de Puno y Juliaca, sino se practica en casi todo en el ande
peruano, Lo hemos comprobado, así fue, es decir, la especial
muchachada varonil, aprovechó en gran medida el desarrollo de
los carnavales, dando rienda suelta a sus ideales juveniles, para
hacer de las suyas, seducir y acosar a damitas y jóvenes, para
hacerlas concebir al nuevo ser, cuando fueron sorprendidos, son
denunciados ante las autoridades competentes, de ahí que
pasado el kacharpariy del día lunes, martes, los demás de la
semana siguiente al de amargura y/o cuaresma vamos a
encontrar las oficinas y puertas del Juzgado, Fiscalía Provincial
y la Policía Nacional, hoy en día la DEMUNA y el Ministerio de
la familia, repletos de familiares, padres y allegados de muchos
y varios de los danzarines de las distintas comparsas o fuera de
ellas, constituyendo otra parte del folklore que es menester de
las personas dirigidas a esta investigación, hacer llegar los

120Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

correctivos necesarios, a fin de que dichos actos no vuelvan a


suceder, peor si de la personalidad del varón se trata, porque en
alguna forma se han perdido varios valores morales que siempre
deben ser solucionados dentro del desenvolvimiento de los
carnavales, sino en otras de las manifestaciones artísticas y
culturales de nuestros pueblos y comunidades; sin embargo, la
realización del matrimonio entre dichos jóvenes solucionaría en
alguna forma este álgido problema, del más puro orden social,
familiar y económico. En nuestro menester diario tenemos que
sugerir que la educación dentro de los moldes de una buena
familia, no debe faltar, de parte de los padres hacia los hijos aún
de los maestros en afán de emprender la verdadera y correcta
educación a los miembros de las familias y toda la comunidad.
Por su parte después de una evaluación efectuada por quienes
entienden en materia de fiestas y demás manifestaciones
artísticas, constituyen pormenores del desarrollo folklórico,
fruto de esta gran fiesta en Juliaca, sus comunidades y el distrito
de San Miguel particularmente sino es una costumbre arraigada
aún en la región Puno, mejor en el ande entero.
Otra de las consecuencias que salta a la vista es la que varios
integrantes de las comparsas que fueron “caporales” o
“directores” de la danza y música, aún el Jurado Calificador, en
varios de los casos son halagados y en otros menospreciados,
desde ahí la difícil misión de encaminar como es debido la
ejecución y práctica, tan arraigadas costumbres del medio y del
conocimiento de nuestras auténticas manifestaciones artísticas y
culturales no solamente de la provincia sino de otras del interior
del departamento de Puno, incluso del nivel nacional, americano
y mundial con el sólo fin de relievar el estudio del Folklore
dentro del marco científico a que está dirigido.
En la presente era ésta de profundización del conocimiento y
práctica consecuentes en contacto directo con las amplias masas

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 121


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

de trabajadores del campo y la ciudad, logrará sus caracteres


cuando ingrese en su mayoría de edad, o cuando efectivamente
esté entre de los moldes de ciencia, arte, técnica y oficio
reconocidos, como la de que en estos precisos instantes es, en
pleno desarrollo y vigencia a fuerza de la práctica de la cultura
viva de todos los tiempos con singulares apuestas.

PATRIMONIO CULTURAL DEL PERÚ Y


AMÉRICA

Etnólogos, antropólogos, historiadores, lingüistas, escritores,


folkloristas, folklorólogos, periodistas y otros intelectuales, del
mundo, señalan que para encontrar las auténticas raíces de
nuestros valores culturales ancestrales, así como la formación de
las distintas sociedades en el mundo, quizá por falta de escritura,
según se dice, empero está difundida y legalizada, para el caso
de nuestro antiguo Perú, las auténticas raíces y aparición del
hombre junto con sus demás elementos formativos, es posible
encontrarlo siempre desde el punto de vista del desarrollo
artístico y cultural, por tanto los restos de toda naturaleza
descubiertos y encontrados, los que nos han legado nuestros
antepasados, se encuentran en todos los rasgos y elementos
culturales de distintas épocas, razón porque el hombre mismo, y
su aparición a lo largo del ande y el Perú, como entendemos con
sus primeros rasgos artísticos, son derivados de dichos
elementos. En consecuencia desde el punto de vista de la
Etnología, la Antropología Cultural, la Filosofía, Psicología,
Historia, esta vez del Folklore, . es posible estudiarlos desde sus
principios, desarrollo, brillo, y cúspide de su desarrollo artístico
y por tanto de esos principales rasgos culturales, encontrar la
evolución de nuestra cultura, desde el punto de vista de las

122Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

manifestaciones artísticas; de ahí que todo lugar donde se ha


desarrollado, formado y forjado determinadas formas artísticas y
culturales deben ser declarados como “PATRIMONIO
CULTURAL DE LA NACIÓN” y, si el caso amerita al nivel
americano y mundial, por sus características singulares y únicas
que hacen del comportamiento colectivo de alcances diversos.
En Juliaca, la exitosa realización del Primer Coloquio Nacional,
sobre danza y música autóctona, el año de 1989, con asistencia
de destacados folklorólogos y folkloristas del ámbito nacional,
teniendo en cuenta que nuestro “apu” tutelar el Huayna Roque
(de las voces Quechuas: wayna: joven y ruk´i: rebelde, o
amargo, joven rebelde) a cuyos pies se yergue esta María de los
Vientos, así como por constituir un verdadero legado del pasado
de nuestro Perú y el ande, más los restos humanos y cerámicos
encontrados por el Arqueólogo Oscar Raúl Ayca Gallegos, cuyos
datos se registran en su obra “Los Orígenes de Juliaca” Ocho
Mil Años de Historia. Nos hacen ver que el Huayna Roque
alberga enormes valores históricos, arqueológicos,
antropológicos y artísticos, gracias a la gestión de distintas
instituciones culturales, agrupaciones de música y danza más
otras de distintas índole se han preocupado por pedir ante las
autoridades particularmente ante el INC, hoy en día el
Funcionamiento del Ministerio de Cultura y al Dirección de
patrimonio nacional, ha sido considerado Patrimonio Cultural de
la Nación, gracias a la gestión de valientes cultores de una y otra
agrupación, como señala en la misma Resolución se hayan
preocupado por redactar el sucinto historial, sus realizadores,
más en consentimiento de nuestras autoridades, así como la
práctica constante convertida en tradicional han hecho posible
este reconocimiento.
Hoy en día, el Carnaval Juliaqueño encabezado por las dos
agrupaciones con un historial de la práctica que proviene de

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 123


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

ancestrales tiempos incas, pasando por el colonial, llegando al


republicano y sus ejecución en nuestros precisos días y años
constituye un orgullo, mentado y profundizado por sus propios
realizadores, en este caso los legendarios Machu Aychas y Ch
´iñipilkos aperturando esa gran costumbre y tradición de los
carnavales no sólo en Juliaca, sino en Perú y al nivel del mundo
entero.
También es menester nuestro enfatizar que nuestra Iglesia
Matriz de Santa Catalina; considerada en su oportunidad
también Patrimonio Cultural de Juliaca y la Nación, tengamos
que seguirla difundiendo, lo mismo haremos con otros del
mismo género así como de monumentos arquitectónicos e
inmateriales, tenemos que hacerlos reconocer por intermedio
de nuestras instituciones para que no se echen al olvido, que por
nuestra labor investigativa y difusora se arraigue al mundo
entero, .porque hoy en día esta labor está en gestionar ante el
Ministerio de Cultura, igualmente Patrimonios Culturales.
Es de mencionar que después de la realización de aquel
Coloquio Nacional, luego de la lectura de las conclusiones, se
dio lectura de la Resolución del evento, donde se declara
Patrimonio Cultural de Juliaca, la misma que sirvió para
gestionar desde ya ante el INC todavía activo, empero con la
creación del Ministerio de Cultura los destinos fueron otros, esto
es el del reconocimiento oficial y al nivel nacional.
Posterior a tan singular evento incluso se haya construido una
explanada de cemento al aire libre, donde actualmente se
presentan comparsas de la más variada forma de expresión
artística de la región, escenario público donde los hermanos
Machu Aychas el día sábado de Cuaresma, después del carnaval,
año tras año disputan el “Toqoro” de oro, plata y bronce. La
construcción de este anfiteatro al aire libre a decir y en boca de
muchos intelectuales y conocedores del patrimonio existente en

124Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

el sub suelo está encubriendo todo el legado del ancestral foco


cultural denominado Huayna Roque, y por tanto el pasado
milenario de la Cultura Juliaqueña, se ha enterrado; ojalá estos
reparos sean tomados en cuenta para que ya no se sigan
malogrando legados del subsuelo, inclusive el gobierno
Municipal del Señor Bernal Salas, Arturo, autorizó la
edificación de construcciones en pleno lugar destinado al
Patrimonio Cultural del Perú. No se vuelva a repetir estos
errores, por el contrario se lleve a ejecución un proyecto así
como el presentado por el Arquitecto Quiza, hecho conocer en
las postrimerías del Coloquio, a la fecha por razones egoísta-
políticas está archivado o en su defecto no se muestran más a la
población, tampoco se le ha aprobado en aquellas
circunstancias, por falta de presupuestos, empero, para nosotros
con su construcción finalmente quedarían plasmadas las
aspiraciones en afán de conocer nuestro pasado y proyectarse al
futuro en cuanto al desarrollo cultural a que está llamado nuestro
pueblo.
Esta Capital de la Integración Andina no solamente cuenta con
tales patrimonios de carácter cultural, sino también con otras de
esta misma índole, como el Centro Musical “Unión Juliaca”, El
Centro Musical Folklórico “Los Mensajeros del Altiplano”. Pero
de los “auténticos”; los otros, recién iniciaron su historial al
momento de la separación con los auténticos, como conocemos
el año 2002, más su reconocimiento oficial debidamente
organizados y el registro respectivo de las asociaciones de
toqoros y pinquillos Ch´iñipilcos y Machu Aychas, que
constituyen patrimonios que justificamos, los mismos,
requieren reconocimiento como tales, para de esta forma de una
vez por todas sea valorada primero por nosotros mismos,
posteriormente por nuestros codepartamentanos, luego por
andinos, peruanos, americanos y mundiales como Patrimonios

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 125


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

inigualables, de por ahí surja como una de las capitales del


Folklore, por no decir la segunda, o mejor, Capital del Carnaval
Peruano.
En tal sentido hoy en día ya no hay duda el haber logrado la
resolución del Vice Ministerio de Patrimonio, la dación de sus
reconocimiento, pero refiriéndose sólo a las Agrupaciones de
Machu Aychas y Ch´iñipilkos. Quepando en nuestra siguiente
tarea la de conseguir que, la ejecución de todo el carnaval, esto
es que, todas las actividades que se realizan en lo que
conocemos como el Carnaval Propiamente Dicho, sea
reconocido como Patrimonio Cultural, de lo que en un tiempo
no lejano sería posible, para lograrlo así como hemos trabajado
intensamente al reconocimiento lo del 20 de enero, lo hagamos
para el carnaval en su conjunto. Hasta hoy, tenemos reconocido
el Carnaval Chico o la Qhaswa de San Sebastián..

126Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

Somos herederos de una gran cultura ancestral, milenaria, y por


tanto esas son nuestras raíces, raíces andinas y awayalinas.

SOBRE EL JURADO CALIFICADOR

Al decir del folklorólogo y Escritor Lizandro Luna La Rosa


(1894-1964): “La danza es el lenguaje cósmico, ahora cobra sus
fueros eternos. Si en la tierra de los rascacielos, en norte
América, se realizan maratones de danzas en parejas, donde la
resistencia humana bate records increíbles, aquí en el kollao se
cumplen certámenes de danzas que son otros records de arte
coreográfico indio. Estos certámenes arrastran masas oceánicas
humanas, otros records de público espectador” (Máscaras del
Altiplano, 1983), lo que quiere decir que un determinado
público es el primer calificador, y quizás un exacto calificador
de las auténticas manifestaciones artísticas nacidas en el seno
mismo del pueblo y su suelo; hay dentro de ese conglomerado
un público especializado por su puesto no tiene un criterio
profesional, aunque con la asunción de diversos eventos de
Capacitación en alguna medida se ha logrado obtener un gran
caudal de calificadores de danza y música para llevar adelante la
calificación de criterios que se establecen según las experiencias
de años en la realización de estos eventos con carácter de
Concurso, menos mal que se han instituido hasta escuelas y
corrientes de calificación para relievar ordenadamente estos
eventos. Si todo ello lo llevara desde un punto de vista
profesional, le daría un profundo valor motivador y calificador,
sin embargo vamos a encontrar que sus calificaciones sean
mucho más exactas por lo que a través del presente, sugerimos
instaurarse más Escuelas de Formación y Capacitación, no
exclusivamente para la calificación de danzas, sino para otras de
las manifestaciones artísticas y folklóricas, con que estaríamos

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 127


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

contribuyendo con mucho más profundidad con el desarrollo


del folklore como ciencia, en sentido crítico y valorativo nos van
a dar mejores resultados, de ahí que otros países nos llevan por
delante todo tipo de organización debida, sin andar lejos, la
hermana república de Bolivia a través del Ministerio de Cultura
completamente ordenado, ejecuta todo tipo de acciones por
intermedio las Escuelas e Instituciones artísticas,
particularmente de danzas, con este fin, de donde surgen
precisamente Jurados Calificadores con amplio conocimiento
siendo capacitados paulatinamente. Sin embargo en nuestra
provincia y el departamento de Puno, adolecemos de todo
aquello, en nuestro caso, los jurados calificadores son
improvisados, son los amigos y/o familiares de los
organizadores, cuya calificación jamás satisface las espectativas
de todos los asistentes a estos eventos, hasta haberse detectado
irregularidades y de coima; por tanto sean menospreciados
como consecuencia del mismo desarrollo carnestolendo.
Empero, los visitantes de otros lares, particularmente turistas, no
dicen nada, resultando también otros jurados, quizás los
mejores, aunque calladamente admiran contentándose con tomar
vistas en todas las posiciones, porque la comisión prevee ello
dentro del desarrollo de la coreografía e indumentaria de la
danza u otra manifestación artística de nuestros pueblos del Perú
Profundo; quienes con criterio solamente valorativo y no oficial
deleitan las mismas. Todo aquello resta el valor de la práctica y
desarrollo de nuestras manifestaciones; sin embargo
considerando que en nuestra tierra existen valores propios,
folklorólogos, folkloristas, intelectuales, profesionales en otras
ramas que conocen del desenvolvimiento de todas las
manifestaciones artísticas y culturales, aún un Colegio de
Jurados Calificadores, cuyas labores en algunos casos son
soslayados por diferencias sobre todo políticas, jamás por su

128Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

desempeño correcto, neutral e imparcial, cuando más bien son a


quienes hay que darles vigor, para incentivar mejor este afán
desarrollista y de mayor imparcialidad en la justa calificación;
tampoco, estamos de acuerdo que se exporten de otras ciudades
o provincias, como en varios de los muchos, se contratan
siempre a los de Puno y nada más que Puno, como si acaso
nuestras posibilidades no pueden cubrir las necesidades de
nuestros propios valores; es más la realización de seminarios,
talleres, cursos y toda capacitación para estos miembros, incluso
para preparadores, directores de coreografía, coreógrafos entre
otros, deben ser y son una efectiva solución a esta problemática.
La realización de dichos eventos no solamente debe partir de
Puno, sino también de esta parte del departamento de Puno con
la finalidad exclusiva dejar de lado falsas y antojadizas
interpretaciones con relación a la personalidad y eficiencia del
Jurado Calificador. Inclusive las Escuelas de Formación
Artística o institutos, no sólo debieran enseñar el aspecto formal
o el de enseñanzas, de la forma de danzar y hacer conocer su
calificación sino deben preparar a los futuros profesionales, en
calificación en todas y cada una de las manifestaciones
artísticas, como también para los casos de concursos de
estudiantinas, centros musicales, quenas, pinkillos, sikus o
zampoñas, etc. y todo lo mencionado, en afán de contribuir
siempre con el desarrollo de verdadera ciencia, arte y técnica del
folklore. En estos días del tercer milenio ha adquirido ribetes
muy característicos y peculiares, sobre todo en esta parte del
Altiplano peruano.
No basta ser docente de danzas o música, sino se ha capacitado
convenientemente para llevar ordenadamente y sin mayores
problemas ni objeciones de las suelen haber, muchas veces hasta
llegar al Poder Judicial para dirimir las calificaciones, sin
embargo nosotros somos partícipes de que se instituyan

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 129


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

corrientes, escuelas o colegios debidamente capacitados o el de


haber pariticpado en eventos de carácter regional, nacional y
hasta internacional como jurados, como así lo hacen en la propia
escuela de Formación Artística de Puno, aún la propia
Universidad del Altiplano, mucho mejor la metodología
utilizada hace tiempo atrás por la Federación de Folklore y
Cultura de Puno en los grandes eventos danzariles de concurso,
es más la FEDECME de centro musicales y estudiantinas, tienen
sus propios jurados en al calificación de los concursos de
estudiantinas y Centros Musicales. Seguido de todo ello, hacia la
década de los años de 1990 al 2000, en Puno, bajo la
Organización de ACUMUDAP, (Asociación Cultural de Música
y Danzas del Altiplano) en un vento magno al concluir dicho
evento de Jurados Calificadores y de haber distinguido entre
todas las danzas de la región Puno , sus características y todo su
compendio, se logró forjar el Colegio Departamental de Jurados
calificadores de la danza y música, de tal forma que los
asistentes quedaron satisfechos .y a la vez no hubo más duda en
la realización de eventos con carácter de concurso en las danzas
y música en el interior del departamento de Puno. Todo aquel
evento de actualización y capacitación estuvo organizado por
miembros de la Federación de Folklore y Cultura de la provincia
de Azángaro que lo encabezó el profesor Aldo Molina Flores,
que aún a la fecha rige en cuanto a la misma Asociación y el
Colegio, respectivamente. Las acciones sobre todo del Jurado
Calificador se han materializado cuando la Federación de
Folklore y Cultura de Puno, convocó a Jurados Calificadores,
para llevar adelante los Concursos de gran envergadura por las
fiestas de la Virgen de la Candelaria en Puno. En nuestro caso,
como miembro directivo de aquel Colegio, asistimos a
diferentes eventos del nivel local, provincial y regional. en
diversos distritos y provincias del interior de la Región Puno,

130Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

pueden atestiguar la multitud presente en aquellos eventos de


música y danza. Hoy en día que fijamos nuestro domicilio en la
Ciudad del Misti, dado nuestro conocimiento e imparcialidad
conocida y característica, hemos sido convocados para los
concursos sobre todo de los carnavales puneños, con muy
buenos resultados y la alabanza recibida debido a nuestra
modesta participación como invitados en el Jurado Calificador.
Por otra parte, al nivel de la actual región de Puno se han
organizado las bandas de músicos que participan en distintos
eventos de música y danzas del Altiplano, con buen pie; tienen
en su organización a Jurados Calificadores, que lógicamente son
convocados para concursos de músicos y de bandas y las danzas
de grandes y pequeños eventos de concurso.

COREOGRAFÍA JULIAQUEÑA

Entendida la Coreografía como una técnica que contribuye al


desarrollo Folklore como ciencia, al decir sobre todo del
Folklorólogo Lizandro Luna la Rosa, la coreografía es el todo el
conjunto de las manifestaciones artísticas de los pueblos, en este
caso del altiplano que cuenta con su coreografía propia, a lo más
tipifica como la Coreografía del Kollao (Luna La Rosa, José
Lizandro “Zampoñas del Kollao” Edic. póstuma, 1964, Edit.
Samuel Frisancho Pineda, Puno, Perú).. Lo mismo que para
nosotros como estudiosos del Folklore, esta vez como ciencia,
arte y técnica está dado entre las ramificaciones de la
clasificación del Folklore, como así lo es el Concepto y
definición sobre el Folklore. Todo lo que concierne a la práctica
de las manifestaciones artísticas de los pueblos constituyen el
Folklore y constituye su coreografía, por no decir que cuando
hablamos de coreografía estamos hablando de lo que es el
Folklore. Que, no solamente es pues danza o música, teatro,

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 131


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

poesía, culinaria, picapedrería, Ferias Ganaderas, Agropecuarias,


artesanales, etc. etc. sino el todo lo que concierne al arte, por
tanto son la coreografía de los pueblos en ejecución a lo largo
de los días, semanas, meses y años.
Juliaca, también cuenta con una coreografía propia y peculiar, la
misma que está inmersa en la coreografía qolla y andina, como
expresión típica de esta parte del Altiplano peruano,
principiando en esa gran Ofrenda a la Pachamama, que se
realiza en forma grupal iniciando los días de la realización del
Carnaval Chico relacionándolas con sus k´intus, ch´allay,
akulliy, ruphachiy, apaqhata, qhaswa, etc. Irrumpen el silencio
de los días el 20 de enero de todos los años con Machu Aychas
y Ch´iñipilcos, desde su junta en los conocidos lugares, luego
dirigirse siempre danzando al compás de toqoros,. pinkillos,
platillos, bombos y vestimenta propia en cada agrupación, a sus
acostumbrados lugares para realizar la Qhaswa seguida de todas
sus manifestaciones durante del día y los siguientes, hasta
llegado el Carnaval Propiamente Dicho, en que nuevamente el
domingo del carnaval irrumpen cielo calcetero y qolla, cuyos
toqoros y pinkillos ensordecen calles y plazas. “Todas las danzas
vernáculas del altiplano tienen carácter litúrgico. Obedecen a la
de expresar el aspecto religioso de la vida conservados por la
tradición a través del tiempo, han llegado hasta nuestros días
como expresiones coreográficas del campo, como símbolo de las
creencias religiosas del aborigen, como manifestaciones del
culto a sus dioses tutelares. En todas ellas hay una expresión del
mito. Traducen la expresión agraria, la pastoril, o la totémica en
sus variadas formas” (Luna La Rosa, Lizandro, “Máscaras del
Altiplano”, 1983), en efecto, en la ejecución de la danza
emergen dichas semejanzas, la que hasta hoy en día se ha
nutrido de los aportes de quechuas, aymaras, amazonences y los
de habla española, las clases sociales existentes, el modo de

132Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

producción imperante, las relaciones de producción, el ser, la


conciencia social y sus formas, salvo algunas que están
conservando intactas, como las de “taytas”, “puli puli”, “quinua
pirway”, los “chakuy” (cacería), “los pescadores de Chacas”
etc.; en cambio algunas que precisamente ya han tendido lugar
en tiempos coloniales, republicanos y posteriores, mantienen y
conservan los caracteres que estamos señalando, esos son pues
desde Machu Aychas, Ch´iñipilcos y otras costumbres y danzas
que provienen incluso de distritos y comunidades juliaqueñas,
que aparentemente son las más originales, más sí quizá en
coreografía, música y significados que son el grueso de la
Coreografía del Kollao, como así mismo lo señala don Lizandro
Luna La Rosa.
La tradición señala que todas y cada una de esas
manifestaciones, con sus requerimientos contribuyen al
desarrollo de toda esa gama coreográfica que es admirable,
sumado a ello, las manifestaciones surgidas desde los mismos
instantes de la instauración de la colonia, pasando por la etapa
republicana, la del siglo XX pasado y las que hoy en día
confrontamos, una coreografía singular, muy distinta y diversa
frente a otras provincias y comunidades del interior del
Altiplano peruano. Constituyéndose en la única y valedera,
concluyendo con la realización de las actividades diarias y por la
población en su conjunto, así como lo fuera desde remotos
tiempos concordando con el calendario festivo, agrícola y
totémico de los incas, hoy en día concuerda con las actividades
del calendario gregoriano impuesto por los colonizadores
españoles, entre los meses de enero, febrero y marzo,
respectivamente.

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 133


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

Santísima Virgen de las Mercedes, Patrona de Juliaca, cuya


fiesta del 24 de setiembre constituye un elemento de la
coreografía Juliaqueña.

Para nosotros esa coreografía en Juliaca principia y está inmersa


con la presencia física de Machu Aychas y Ch´iñipilcos, quienes
cuentan hoy en día con sus respectivas acciones, historial, arte,
estilo, escenario coreografía, música, génesis, evolución,
desarrollo y ambientes con sus respectivas versiones y por
pluma y verbo sus más conspicuos representantes, considerados
como auténticos ejecutantes y realizadores, las damos a conocer;
seguido de sus creencias, cuentos, leyendas, historia, modos de
vestir y su indumentaria no sólo en danzas, sino hasta diaria, sus
platos típicos, la forma de abrigarse del frío o cuando llueve, la
forma de ahuyentar a los perros o gatos, las ferias dominicales,
del lunes y de todos los días, la evolución de la forma de cargar,
desde las espaldas, hacia la carreta, carretilla, y su evolución al

134Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

uso del triciclo o taxicholo a las motos del Torito y el auto hasta
el carro de pasajeros en ómnibus, tren, avión, etc.:
Asu vez para nosotros la Coreografñia Juliaqueña, es todo el
conglomerado de lo que constituye el Folklore. Como Ciencia,
Técnica y Arte, esto, es todo lo que se conoce, practica,, evalúa,
se proyecta al futuro, problemas ynecesidade, mejor todo lo que
hace en las 24 horas del día, desde el mismo instante en que
despoertó hasta el momento de acostarse, pues siempre ha
desarrollado alguna actividad con los contenidos del Folklore y
su acepción y sus diversas manifestaciones y clasificaciones.

HISTORIA A GRANDES RAZGOS SOBRE


LOS MACHU AYCHAS *

Por Vicente Benavente Calla (q.e.p.d).


La agrupación Machu Aychas de toqoros y pinquillos, nace al
calor de las gesta de la altipampa que sacude las profundidades
del tiempo con la emoción desbordante de los pobladores de esta
tierra sin par, dinámica, generosa, hospitalaria y batalladora
hasta con el mismo espinazo de los vientos.
La raíz de su origen se pierde en los siglos, antiguos e
inmemoriales que se cubrieron de estampas hermosas y
maravillosas leyendas que adquieren relieve dentro del acervo
cultural de nuestra región. La sola apreciación de sus
instrumentos y la indumentaria que llevan, nos dan los
elementos necesarios para indicar que esto no data de hace
pocos años. Es claro manifestar que como institución se

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 135


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

organizaron los primeros pagos con la buena voluntad y el


entusiasmo de los auténticos hijos de esta ciudad.
Ya en la década de 1920 a 1930, se registra a inquietud de sus
pobladores. Laborioso con ímpetus de trabajo, tratan de
agruparse. Precisamente son los hoteleros, los obreros, laneros,
los empleados y campesinos o comunarios de entonces los que
señalan la necesidad de mantener el cultivo de las voces nativas
e inconfundibles del toqoro y los pinquillos de nuestros abuelos
ya antepasados que dejaron metidos en sus cañas y en nuestras
venas, la expresión dulce, guerrera, marcial, áspera, desafiante y
a la vez melancólica de la música autóctona como la vibración
de sus más caros anhelos y angustias.
Propiamente surgen los Machu Aychas como los huaynas
rebeldes del altiplano, igual que los truenos y los relámpagos
furibundos del kollao, como los granizos, ventarrones y heladas,
cual estirpe de la raza kolla en la phaskana del corazón de la
tierra. Son los Machu Aychas descendientes de la raza
bronceada, los moradores del ande, los mensajeros del incanato,
los que levantan nuevamente el árbol frondoso de la Kaswa de
San Sebastián y el tronco tutelar del Huayna Roque con la danza
de hombres y mujeres que hacen gala de su juventud, porque es
la fiesta del año y la filigrana del ensueño del mes de enero que
ilumina, la grácil fuente de las sensaciones románticas.
La Agrupación de Machu Aychas de toqoros y pinkillos es el
retrato del cuerpo entero de la estampa Juliaqueña, ritmo y
compás de la fuerza visionaria que llena los pulmones del frío en
los meses del invierno de la meseta andina es la fiesta del amor.
de la Kaswa de San Sebastián. El símbolo del entusiasmo y la
alegría de los Machu Aychas. El más fecundo de la emoción que
añora y anhela la felicidad de la vida que acaricia flores de
encanto y la arrogancia juvenil de los años mozos.

136Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

En la policromía de la danza de kaswa, está también bravura de


los jóvenes intérpretes quienes liban el licor de los celos por la
ventura y el encanto de sus desvelos. Es su coreografía tanto los
hombres como las mujeres hacen la policromía de sus
movimientos con la cadencia vistosa y la agilidad en el jaleo
original de las parejas.
Hermosas jóvenes con phullos y chucos de color variado y
vistoso, riman sus versos interminables con el hombre que
exhibe su guapeza fornida de sus pasos y el manto felino del
coro que repica las flores de la Kaswa de San Sebastián (20 de
enero). Rueda tras rueda “huifa rosas”. Jala que jala “wifita
rosas”, interminable la danza, “isidorita aysarillahuay”, repiten
los varones jadeantes. Las manos de la ronda cargan el brío y el
donaire de todos. En ellos se ve el sortilegio de las flores, el
anticipo del sello de la buena cosecha con el derroche de la
danza.
La kaswa de San Sebastián, carnaval chico, augurio de liados
días de suerte, los tokoros y los pinkillos de los Machu Aychas
abrigan con la melodía de sus voces, tejidos con el verso del
hambre y la miseria, para olvidar la pena cargados de dolor y
angustia en los rincones más pequeños del corazón de cristo
Blanco de Wayna Roque” (extracto de la revista “Machu Aycha,
Año 1, Juliaca, Febrero de 1989, N° 1, Juliaca, Perú.

* Transcripción literal de un artículo de Don Vicente Benavente


publicado en la revista “Machua Aycha” Nº 1.

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 137


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

Machu Aychas en el “pasacalle” del domingo del Carnaval


propiamente dicho.

138Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

Ch’iñipilkos a través de su directiva, baluartes del Carnaval


Juliaqueño desde antaño, activos de nuestros días.

LOS CHIÑIPILCOS Y LA HISTORIA


DE JULIACA´**
Escribe: Samuel Alvarez Enríquez
“La coreografía del altiplano puneño, como Capital
Folklórica del Perú y América, está también dotada de la danza
Los Ch´iñipilkos, danza pastoril, guerrera, ritual y de jolgorio
juvenil, dirigido a la adoración a la Pachamama, que se ejecuta
en Juliaca, tradicionalmente el 20 de enero de todos los años en
el mes del huch´uy poqoy o pequeña maduración (enero) cuando
los frutos están comenzando a madurar, como señala Luis E.
Valcárcel; a partir de los primeros años de la década del 40 al
50 en que los llamados Ch´iñipilkos con un grueso de familias y
danzarines, debido a serias rivalidades y poco aceptadas por
unos cuantos divisionistas, sin dejar participar a los jóvenes de
ambos sexos, provenientes del Barrio de Arriba en el
denominado nomás todavía Carnaval Juliaqueño, deciden
separarse de la comparsa carnestolenda o del Carnaval
Juliaqueño, Carnaval Chico o Qhashwa de San Sebastián, de

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 139


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

viejos y jóvenes, camaleros, hoteleros, carniceros, laneros,


cogotudos y panzaqalas, finalmente Machu Aychas y Ch
´iñipilkos. Aquella separación como es de apreciarse representa
a las clases sociales existentes de la década, los unos que se
distinguen por su abolengo de más de 400 años de explotación,
descendientes del blanco, los adinerados o la burguesía de
nuestros días; y los otros, descendientes de la estirpe indígena o
“india”, inka, nativa, campesina y proletaria. Ambiente de lucha
constante que existe en el desarrollo histórico de los pueblos
americanos que duraría mientras no haya un justo y equitativo
ordenamiento económico y de las formas de la conciencia
social; es decir un nuevo orden de cosas, sin oprimidos ni
opresores, sin explotadores ni explotados, hecho que advertimos
en los continuos enfrentamientos, cuerpo a cuerpo, similar a los
guerreros del tahuantinsuyo en la sumisión a los pueblos y las
huestes inkas; los escenarios naturales, entre los años de 1946,
1947 y 1948, entre los jirones Ayacucho, Jáuregui, Plaza de
Armas (antes Plaza Santa Catalina), se tiñeron de sangre, a tal
punto que el cuartel acantonado en esta ciudad, tuvo que
intervenir, donde hubieron centenares de detenidos, heridos,
batallas protagonizadas esta vez por Machu Aychas y Ch
´iñipilkos con sus armas musicales: los toqoros, pinkillos,
platillos y bombos, wichiwichis y cinturones urdidos con la más
fina lana de alpaca, llama, vicuña y ovejas.
Los Ch´iñipilkos, como agrupación de danza, música,
composición nace de aquel estado de cosas, de división de clases
sociales, por los constantes abusos de parte de los hotel maqt´as,
hacia 1945, los despreciables carniceros, hoteleros, laneros,
engrosando de esta forma una novísima expresión de los
carnavales juliaqueños, el folklore nato de este pueblo, la
costumbre hecha tradición, el lenguaje vivo de su pueblo y la

140Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

historia viviente que llena el vacío del comportamiento social


del ande y América toda, surgen en el escenario los Ch´iñipilkos.
El grueso humano de danzarines que engalana las faldas del
Wayna Roke y Santa Cruz el 20 de enero, las calles, plazas, así
como en los carnavales propiamente y el aniversario calcetero,
está conformado por jóvenes y adultos, de ambos sexos, que
respetando la línea divisoria imaginaria trazada por el desliz de
la vía férrea o hacia arriba de la capital provincial, también los
pobladores aledaños al norte, hasta los límites con la provincia
de Lampa, cuyos directivos y miembros se inscriben por cuenta
propia o a invitación de los más antiguos Ch´iñipilkos, son
“bautizados” recepcionados en la realización del Programa
Central que se efectúa antes de la ejecución de la “merienda”(1),
conocedores del desarrollo coreográfico, de la costumbre y
danza, del conglomerado humano de la clase social a que
pertenecen, organizados debidamente bajo el mandato de sus
Estatutos y el reconocimiento legal con Personería Jurídica
propia, inscrita en el Tomo N° 04, folio N° 387, Partida N° 189,
asiento N° 107 de febrero de 1990 en los Registros Públicos de
Juliaca.
Varias han sido las Juntas directivas que han facilitado la
presencia de los Ch´iñipilkos dentro de la manifestación cultural
e histórica para la provincia, desde el entusiasmo desplegado por
las familias: Pilco, Zapana, Paccori, Janampa, Hallasi, Apaza,
Yerba, Quispe, Condori, Salazar, Chávez, entre otras, que jamás
han desmayado con su presencia y ejecución de las fiestas
carnestolendas a lo largo de los años que cursa el siglo XX,
puntualizando el marco musical con sus respetivos instrumentos
musicales, coloreados en los típicos que brinda nuestra madre y
sabia naturaleza.
Hacia, 1980, conformada debidamente la Asociación Folklórica
de Toqoros y Pinkillos “Los Ch´iñipilkos”, grabaron un mini

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 141


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

long play, el 81, se logró la adjudicación de un terreno en la


urbanización La Capilla, para que el año 1982, 26 de octubre el
Alcalde Don Luis Cáceres Velásquez entregara un ocal para los
asociados; este mismo año se ha participado real y
efectivamente en la realización del Quinto Congreso Nacional
de Folklore, realizado en la ciudad de Puno. Hacia 1991, con la
Ponencia “El Toqoro”: Instrumento Peculiar del Altiplano, en el
XI Congreso Nacional y I Internacional de Folklore Andino en
la ciudad de Huancayo, previo Foro realizado en la ciudad de
Juliaca, trabajo presentado por el escritor que suscribe, miembro
de la asociación y ejecutante del toqoro. Este mismo año se ha
participado en la inauguración del monumento representativo
del Carnaval Juliaqueño que representa a Machu Aychas y Ch
´iñipilkos que se ubicó en la Plaza de armas, entregado a la
población por el burgomaestre Vidal Chávez Lipa, con ocasión
del 65° aniversario de Creación Política de la provincia, además
de las participaciones de año tras año en las fiestas jubilares, son
infaltables en el Carnaval Chico y los propios Carnavales
Juliaqueños, por constituir un legado autóctono e inolvidable
tradición folklórica, es historia viviente en el departamento de
Puno” (Extracto del suplemento “El Pueblo”, sábado 24 de
octubre de 1992, Arequipa).
Como denuncia, ante la multitud, el pueblo juliaqueño y del arte,
folklore, la cultura y la Historia Juliaqueña, debe quedar que el
Alcalde Cliver Zanabria Serna, hacia el mes de octubre de 1993,
cuando acaso Juliaca iba a recordar 67° Aniversario de elevación
a Capital de la Provincia de San Román, hizo demoler el
monumento al Carnaval Juliaqueño, señalando que va a ser
ubicado en otro lugar; sin embargo a la fecha todavía no se ha
indicado ni menos ubicado en ningún lugar conocido o
desconocido por nosotros los realizadores y cultores de nuestras
auténticas manifestaciones artísticas y culturales de Juliaca,

142Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

Puno, el ande y el Perú. No es posible que nuestros elementos


culturales y monumentos representativos originales, auténticos y
propios sean removidos fácilmente por ninguna autoridad por
más autoridad que la ostente. Reclamamos su pronto
restablecimiento y sirva a la vez de admiración en esta María de
los Vientos, tierra de toqoros, pinkillos, cogotudos, panzaqalas,
quechuas, aymaras, Machu Aychas y Ch´iñipilkos, juliaqueños,
juliaqueñistas y juliaqueñenses., que son otra de las partes de la
Coreografía Juliaqueña que vive y danza en los cerebros y andar
de los hombres y mujeres del Perú y América.
Completan la coreografía Juliaqueña, la danza y música de los
soldados de Santa Catalina, puli pulis que anualmente se
presentan en las fiestas de San Isidro Labrador, el quinua pirway
de las comunidades aledañas de Juliaca, los “taytas” considerado
una danza y costumbre antiquísima de Juliaca y sus distritos hoy
en extinción, los “chakuy” (cacería de aves y animales), los
“balseritos de chacas”, “sikuris” juliaqueños, “tucumanos”
juliaqueños, “casarasiri” juliaqueño, “wasichakuy”, juliaqueño
(utachiri, en lengua Aymara), “los tenientes” juliaqueño, las
fiestas de la Cruz del tres de mayo, de San Juan de Dios, de la
Semana Santa, Pascuas de Resurrección, Día del Campesino en
Juliaca, que en algunos años se realizaban concursos de Danzas
Autóctonas, propiciado por la Sub prefectura; las fiestas de la
Virgen Del Carmen de la urbanización La Capilla, de San Isidro
Labrador de Qaqachi, las fiestas Patronales (Las Mercedes,
Santa Catalina, Santa Cecilia) y jubilares juliaqueñas, las de
bautizo y corte de pelo de los niños, jóvenes y adultos (estos
últimos cuando han ingresado en los centros superiores de
estudios o han ingresado al trabajo); los matrimonios masivos
anuales y de esposos solos; y ofrenda a la Pachamama en los
meses de enero, febrero y agosto de los todos los años, también
el recojo y ch´alla del dinero de los principales ríos que surcan

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 143


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

Juliaca del 1 de agosto, las fiestas de la navidad, año nuevo


andino y gregoriano, la bajada de los reyes (guardado del niño),
veneración a la virgen de las Mercedes y toda la esa gran fiesta
del 24 de octubre y los anteriores y siguientes días, más su
presentación de danzas prevaleciendo las “morenadas”; las
grandes ferias anuales de exposición remate para ganado de
camal y reproducción, las ferias semanales del domingo y lunes
durante todos los años, entre otras del calendario religioso y
festivo que para nosotros es materia de otro libro (“Costumbres
y tradiciones autóctonas de los pueblos del Altiplano”). Todos
ellos, constituyen un verdadero aporte hacia el desarrollo del
Folklore en el departamento de Puno hacia la conceptualización
del Folklore como esa ciencia, hoy en día está realizada y
ejecutada, siguiendo en los años.
También dentro de los carnavales juliaqueños, así como aportes
hacia la coreografía Juliaqueña, se tienen a varias y quizás
muchas de las danzas ejecutadas con la música y composición
de los sikus o zampoñas, que no son originarios del lugar, pero
que contribuyen eficazmente al desarrollo del folklore
juliaqueño, los Tucumanos Juliaqueños aludidos en su ocasión,
más el desarrollo de otras danzas y costumbres como la de los
“cortamontes”, “mallki kunpay”, “yunsa apurimeña”; los
“huancaínos” o “huaylash” propiciado por huancaínos residentes
en Juliaca, también residentes del departamento de San Martín
(Yurimaguas), Apurímac, Andahuaylas y Cusco; las costumbres
y danzas del interior del departamento de Puno, wiphalas,
qhaswas, q´aqchas, unukahas, wapupulus, otras danzas como las
de los carnavales que tienen nombres de sus pueblos, los
“ayarachis” de Paratía, Palca y Surtía, siempre se presentan, así
como los de distritos y comunidades de la provincia de San
Román, generalmente con algunos cuadros y costumbres
danzariles el día “miércoles de ceniza”, participando del

144Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

concurso que efectúan los hermanos ch´iñipilcanos, los mismos


que, al correr de los años, vienen convirtiéndose en
verdaderamente juliaqueños, porque el matiz del ser social, la
conciencia social y sus formas, se encuentran en plena
transformación, lo que dialécticamente quiere decir, que hay
avance dialéctico, para lo que muchos, la filosofía y política, no
existen en danzas y costumbres, para nosotros desde el punto de
vista de nuestra concepción andina del mundo, la naturaleza y la
sociedad, existen y están en plena ejecución y marcha hacia la
conquista de la libertad de más de quinientos dieciocho años de
intromisión del imperialismo y la globalización, si antes lo fuera
con el español y occidental o lo es con el de norte América sobre
todo, deviniendo en una sociedad semi feudal, neo colonial y
neoliberal, tiene que cambiar.

NOTAS:

1.-Todas las voces quechuoaymaras que se incluyen en el


presente ostentan sus respetivos significados, los mismos,
mantienen relación con el desarrollo de los carnavales y otras
fiestas en el Calendario anual juliaqueño. Estamos preparando
otro trabajo, para hacer notar los aportes juliaqueños y andinos
al Español y otras Lenguas Extranjeras (“Aportes Lingüísticos
Juliaqueños al Español).
2.-La Asamblea de la ONU, por intermedio de la Organización
Indígena CISA, ha autorizado a todos los pueblos y
comunidades del Mundo entero, para que utilicen los vocablos,
propios y particulares en cada una de sus respetivas lenguas
aborígenes, los mismos que deben ser respetados sobre todo por
los Lingüistas de distintas lenguas extranjeras.

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 145


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

3.-Por nuestra característica de mantener incólumes la Cultura


Andina, en el presente libro incluimos diferentes vocablos
quechuoaymaras, tal y cual deben escribirse y leerse.

* Extracto de la Revista “Machua Aycha” Nº 1, tal y cual se ha


publicado, Juliaca, 1990.

** Extracto de publicación en el Diario Regional Los Andes de


Puno, enero, 2008..

POESÍA (HARAWI)

CARNAVAL JULIAQUEÑO
Carnaval juliaqueño
de sonoros toqoros y pinkillos retumbantes
de Machu Aychas y Ch´iñipilkos robustos
de cogotudos y panzaqalas hechos historia
retumbando en la dicha del viento
en calles y plazas de lluvias y truenos
el espíritu de Juliaca forjando fuerzas
en los colores de wichiwichis envueltos
y las hileras del pensamiento maduro infinito.

Sentir de incesante alegría sin acabar


provenir de las luchas loando
liberación del orbe andino fulgurante
danzas de ayer bailando sus cuitas
aposentos de la pachamama durable
Danzas de hoy
encumbrando rumbos agoreros de triunfos
hileras del holgorio derramados en el sigilo
en el tono de relámpagos alumbrando el siglo.

146Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

Florecen la pampa con frutos dulces


amasando el yantar de nuestro pueblo
bailan sus danzas en energético logro
derramando alegrías sin parar un instante.

Serpentinas de colores adornan techos


cunde el holgorio del viento
surgen bellezas del bien común
de nuevos días los cambian sus rumbos
amalgamando sus luchas del porvenir.

Carnaval Juliaqueño
de los sueños hechos realidad consecuentes
cantando desdichas de sus gentes
levanto en alto el pendón de luchas y libertad
mañana será otro día de nuevos triunfos
todo el pueblo envuelto en músicas danzando
el baile de sus porvenires justicieros
el carnaval de holgorio de luchas
y el baile triunfal de libertad del pueblo.

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 147


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

BIBLIOGRAFÍA:

Amat, Olazábal, Hernán, “Los Reynos Altiplánicos del


Titicaca”, 1977.
Chávez Ballón, Manuel, “Arqueología del Sur Andino”, Cusco,
1950.
Ayca Gallegos, Oscar Raúl, “Los Orígenes de Juliaca”, 1991.
Torres Juárez, Donisio, “Monografía de Juliaca”,
1962. “El Progreso”,
Revista Cultural, 1951.
Luna La Rosa, Lizandro, “Zampoñas del Kollao”.
“Máscaras del Altiplano”
Parada Manrique, José, “Incienso, canela y clavo..”
Alvarez E. Samuel, “El Toqoro”, Instrumento musical peculiar
del Altiplano.
“Costumbres y tradiciones autóctonas del
Dpto. de Puno.
Frisancho Pineda, Samuel, “Álbum de Oro” T. III.
Cuentas Gamarra, Leonidas,” Danzas del Altiplano
de Puno”
Patrón Manrique, José, “La Pandilla Puneña”.
Achata Vargas, Vicente, “Festividad de la Virgen de
La Candelaria”
“Machu Aycha”, Revista Cultural de la AFTPMAJ.
“Chiñipilco”, Revista Cultural de la ASFOCHIJU.
Lora Cam, José, “Filosofía”
“Filosofía de la Educación”
Mariátegui José Carlos, “Perú por los Senderos de América”
“Siete Ensayos de interpretación de la
Realidad Peruana”.
Apaza Quispe, Hugo: Datos Históricos de Juliaca, 2010.

148Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

ÍNDICE

 Dedicatoria………………………………………….. 03
 Prólogo a la Primera edición………………………… 05
 Prólogo a la presente edición………………………….
 Introducción…………………………………………...
 El concepto de folklore y su vigencia en la actualidad..13
 Génesis y evolución del Carnaval Juliaqueño……….. 18
 El Carnaval chico en Juliaca………………………….. 30
 Breve Historial de Machu Aychas y Chiñipilcos………35
 Etimología de los vocablos……………...……………..41
 Su ubicación en el calendario festivo andino………… .44
 Fiestas carnestolendas en Juliaca…………………..… .47
 El Carnaval Propiamente Dicho…………………….. .50
 Entrada del ño carnavalón…………………...……….. .51
 Presencia de Machu aychas y Ch´iñipilkos……...….....55
 Los Taripakuy………………………………………….58
 Tarqas y Tarqadas……………………………………....62
 Comparsas Carnestolendas………..…………………. .64
 La Pandilla Puneña…………………………………….66
 Qhashwas, wiphalas o danzas del carnaval…………....68
 Costumbre y danza de yunsas y cortamontes………….69
 Chiuchico azangarino….…………………………….. .71
 Tucumanos juliaqueños………………………………..75
 Sicuris y zampoñistas………………………………… .77
 Danzas con trajes de luces…………………………… .80

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 149


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

 Parada folklórica.…………………………………….. ..91


 Coreografía y vestimenta.……………………………. ..95
 Músicos y música del carnaval………………………. ..98
 Reyna de los Carnavales…………………………….. 101
 Presentación de Elencos de Danzas…………………. 109
 Lanzamiento del Carnaval …………..………………. 103
 Consecuencias del Carnaval………….……………….103
 Patrimonio Cultural del Perú y América…………… 106
 Sobre el Jurado Calificador………………………… 109
 Coreografía Juliaqueña ………………………….… 112
 Historia a Grandes Rasgos ………………………….
 Los Chiñipilkos y la Historia de Juliaca……………
 Poesía Alusiva a los carnavales por el autor…………..
 Bibliografía………………………………………….
 Índice………………………………………………..
APÉNDICE
ª El Toqoro: Instrumento peculiar del Altiplano…………
ª Danzas y Costumbres Folklóricas Juliaqueñas……….. .
ª Obras Publicadas por el Autor………………………….

150Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

A P É N D I C E

E L T O Q O R O:
INSTRUMENTO MUSICAL PECULIAR DEL
ALTIPLANO*

1.- GENERALIDADES:

Considerado el Folklore como una ciencia, técnica y arte en


pleno auge entre las Ciencias Sociales, concordante con su
desarrollo en el Siglo XX, que junto con la Psicología,
constituyen el estudio y practica de todas las manifestaciones
artísticas practicadas por los seres humanos en su diario devenir,
tal como atestiguan las investigaciones, indagaciones, estudios,
Entrevistas y práctica consecuente en todos los escenarios y
lugares donde late un corazón y el conocimiento llevado a la
práctica. En muchos casos, debido a su práctica de la ciencia en
evolución no se haya distinguido todavía sus pormenores d
estudios y su realización, Sin embargo, hoy en día nadie duda
que esta ciencia se haya sistematizado y se presenta en todas y
cada una del ser, la conciencia social y sus formas.
En su acepción más amplia y sui géneris, el Folklore, es todo el
conjunto de manifestaciones artísticas que los seres humanos la
desarrollan en la sociedad como aliciente de sus virtudes que
desembocan en las diversas actividades que desarrolla, con fines
de deleitar, alegrar al espíritu, goce espiritual y levantarle el
sentimiento creativo hacia la forja de su propia y esencial
personalidad, hasta cambiarlo o transformarlo.

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 151


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

El folklore entonces, ya como ciencia se ha compenetrado en el


espíritu humano, por lo que al menos quienes seguimos de cerca
su evolución y práctica como ciencia, nos preocupamos cada
vez de sistematizarlos, porque a la vez surge en este caso una
clasificación, la misma que con todo lujo de detalles, se
desarrolla en el marco del estudio de la Ciencias Sociales, en la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde
prácticamente viene sistematizándose y desarrollando como
Ciencia.
De acuerdo a la clasificación que nos muestran sus
investigadores y estudiosos, el Folklore, presenta una serie de
clasificaciones en acuerdo a cada una de sus manifestaciones, tal
el caso de la música, en su estudio empezamos desde lo más
remoto de su evolución, su historia, ejecutantes, transmisores,
compositores, instrumentos musicales, ejecución, escenarios,
entre otros pormenores, tal la sistematización que
necesariamente son aplicados dentro de la evolución de la
Ciencia del Folklore, vigente en nuestros días.
De ají que en el presente trabajo, sencillo pero de profundo
significado hago conocer lo concerniente al Toqoro como
instrumento Musical, que tiene un uso muy particular, en el
Departamento de Puno y esencialmente en el desarrollo y
práctica del Carnaval Juliaqueño ejecutado como instrumento de
acompañamiento a cuantos pinkillos se ejecutan en el desarrollo
de la evoución de la Qhaswa, en este caso principiando de la
Qhaswa de San Sebastián, llamado también Carnaval Chico y
hasta Danza de Toqoros y pinkillos, úica fiesta con arraigo
internacional ejecutado en esta fiesta que hasta da indicio a los
Pukllay de tiempos ancestrales de los incas y esta vez del
Carnaval Moderno al nivel del mundo; seguido a la presentación
de éste en diversoso lugares, sea ene. Brasil, Oruro y los propios
EE.UU. de Norteamérica, aunque aquí casi todos los días son de

152Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

carnavales, con la institución de sus grandes fiestas con música


del Rockanroll y la afluencia de músicos y música de este
género a todo dar con la finalidad de satisfacer el espíritu y sus
momentos de ocio, preferentemente, dado el candor humano y
moderno, hasta contemporáneo y espacial.

2.- ARTE Y ESCENARIO DE SU PRACTICA:

El Toqoro es un instrumento musical confeccionado en base al


carrizo grueso extraído desde los más recónditos suelos de la
selva amazónica de las zonas de San Gabán y todo el Valle del
Inambari, río que desemboca en las costas del Brasil, tornado
navegable debido a la presencia de una serie de afluentes, que
incluso llegan a topar el rio Madre de Dios, navegable por cierto
junto con aguas del gran Vilcanota, de cuyo nacimiento y
trayecto nos hemos enterado de haber laborado en nuestro
peregrinaje magisterial en las alturas de la Raya (límite
geográfico entre Puno y Cisco a más de 5 mil metros de altura
sobre el nivel del mar)..
Sirve de acompañamiento en un tono más o menos grueso a la
música de los pinkillos, que a su vez interpretan la melodía en la
ejecución del canto y la danza característica de Machu Aychas y
Ch´iñipilkos en ambientes propicios aún para ejecutar la qhaswa
con todas sus partes, son tres, en los cuales el acompañamiento
es notorio porque los silencios que se emiten al ejecutar le dan
un tono característico a modo de los sonidos de un bombo. Es
ejecutado también en otras danzas y con diversos nombres tal
las machuqena con casi el mismo grosor, y de acompañamiento
musical en el carnaval o Wapululu de la Ciudade Lampa y sus
comunidades, también los toqoros utilizados en los diversos
carnavales o pukllay de Santiago de Pupuja, Nicasiode la
provincia de Lampa, Puno; aún los semejantes toqoros de gran

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 153


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

tamaño de largo y semi curvos que utilizan en la ejecución


musical en las provincias de Canchas, Quisìcanchis, Espinar y
Tinta de los que los hemos apreciado en nuestra visita por estos
lugares en sus carnavales o pukllay de la misma época
Este instrumento musical se distingue de todos los demás por la
embocadura que lleva en la cabeza para su ejecución, es casi
similar al pinkillo pero éste es de contextura delgada, en su
medida no tiene más de setenta centímetros de largo, en cambio
nuestro Toqoro cuenta con una medida desde los 80, 90 y hasta
un metro y 20 cm. de largo- Distingue de la machuqena esta vez
porque en la parte superior del instrumento cuenta con una
abertura a la que los carnavaleros y ejecutantes lo han
denominado qenak´asa o qena, con su abertura. Mas bien en
caso de los demás carnavales o pukllay que hemos anotado,
tienen en su ejecución las características del Toqoro, que
presentan la singularidad de este instrumento musical, ejecutado
aún por personas de mayoría de edad, muy pocos jóvenes
tienden a ejecutarlos. En la ejecución de la qhaswa no hemos
apreciado casi la presencia de jóvenes, en cambio el pinkillo es
ejecutado por miembros de toda edad, incluidos los adultos
debido a que muy bien conocen las melodías y hasta las más
clásicas propios de la coreografía y evolución de la danza, en
este caso de Machua Aychas y Ch´iñipilkos, cuyo escenario
principal es la ciudad de Juliaca, sus apus tutelares o las
fortalezas con que cuenta Juliaca, como así lo relata el
historiador Dionisio Torres Juárez, en una apretada síntesis del
carnaval o Qhaswa de San Sebastián, Carnaval Chico y Danza
de Toqoros y Pinkillos del Carnaval Juliaqueño. Las plazas de
Armas, Bolognesi, Grau, son también testigos de esta presencia.
Igualmente las calles y jirones que conducen hacia los cerros
Huayna Roque y Calvario, más los lugares de concentración y
kacharpariy, son mudos testigos de su ejecución, aún cuando las

154Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

luchas y fuertes peleas por hacerse los principales lugares de


ejecución principalmente el cerro Calvario o Santa Cruz que,
fuera el escenario principal de su ejecución dancística. En un
espacio de casi 20 años calendario recién pudo arribarse
salomónicamente a los acuerdos que menos mal hoy perviven,
los que se distribuyeron geográficamente, esto es, las faldas del
apu Huayna Roque ocupados por Machu Aychas y el cerro
Calvario o Santa Cruz, ocupados por Ch´iñipilkos; es más en la
actualidad, aproximadamente desde los años 1946 al 48 del
Siglo XX llegaron al acuerdo pacificando así la tenacidad de
ambos grupos de danzarines y ejecutantes musicales de ambas
agrupaciones se distribuyeron encabezar los Carnavales
Juliaqueños sobre todo el de esta oportunidad del 20 de enero
cada cual y por el turno correspondientes. Decisión que
actualmente también se practica, evitando de esta forma los
roses entre uno y otro bando en contra. De igual forma las rutas
que subir y bajas a cada uno de los escenarios fueron
delimitados con intervención de la autoridad, con la finalidad de
evitarse de todo cuanto pueda allanar al fuego de las luchas
cruentas, como así se vivió, por casi un total de 25 años, después
de la famosa leyenda de separación precisamente entre Machu
Aychas y Ch´iñipilkos. Hoy viven la paz, cuyo resultado es que
la misma evolución de la danza guerrera de muchos años, se ha
tornado en bucólica, pastoril, enamoramiento, y de amor entre
parejas como inicios de una nueva etapa en la vida de los
jóvenes el resguardo de los antiguos o adultos, siendo este
elemento esencial de las danzas y costumbres de todos los
pukllay o carnavales provenientes inclusive desde ancestrales
tiempos de los incas. Ejecutado en Juliaca, en los meses del
Huch´uy o pisi poqoy y Hatun Poqoy, del Calendario Agrícola
de los incas y enero y febrero en el Calendario Gregoriano

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 155


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

vigente a partir de la intromisión y coloniaje español en nuestras


tierras del Altiplano y el Perú Profundo.

3,- CARACTERÍSTICAS:

Dado que la música ejecutado con el instrumento musical del


Toqoro encontrarse en la clasificación de las manifestaciones del
Folklore como ciencia, técnica y arte, es preciso distinguir
algunas características, fruto de nuestras experiencias,
conocimientos e indagaciones realizadas por nosotros, así como
el selecto parecer de personas versados en el folklore,
consideramos las siguientes;
3.1.- El material utilizado en su confección son cañas gruesas de
carrizo con una medida de 10 a 12 centímetros de grosor.
3..2.- Tuene el sonido pentafñonico, característica de la
ejecución musical de tiempos pre e incas.
3. 4.- Cuenta con una embocadura, similar al del pinkillo, esta
vez más ancho y abultado.
3. 5.- Cuenta precisamente con cinco orificios, para ubicar los
dedos indicando las notas musicales, estas son: Sol, Re, Fa, Si,
Mi. En raros casos cuenta con orificio por la parte de atrás del
instrumento.
3. 6.- El pintado de los colores en el exterior del instrumento
musical varía según la tradición, antigüedad en su uso y algunas
otras peculiaridades del color, a modo de distinguirse entre
ambas agrupaciones, el color verde pasto de fondo y de variados
colores, provenientes desde ancestrales tiempos, quedando
inamovible, y en forma de rombos en toqoros de Ch´iñipilkos,
en cambio en Machu Aychas prima el color celeste de fondo,
variando al oro y adornado con el símbolo nacional patrio, esto
es lleva impregnado la bandera peruana a modo de cintas
peruanas alrededor del Toqoro en la parte superior y más abajo

156Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

de la embocadura. Esa distinción se aprecia con los estandartes


que portan cada agrupación cuando se presentan en el escenario
de los carnavales, debidamente preparados en banderas, siempre
a modo de distinguirlos.

4.- CONCLUSIONES:

Claro está, como hemos apreciado este instrumento musical,


junto a otros, desde el Siku, Tarqa, Qena y hasta el pito
utilizados específicamente en las fiestas de los Pukllay o
Carnavales, son propios y tiene peculiares usos en el desarrollo
y evolución de diversas danzas, no sólo en nuestra Capital de la
integración Andina, sino diversos escenarios andinos y del nivel
nacional e internacional el Toqoro constituye el máximo
galardón juliaqueño vigente como símbolo representativo de
nuestra Identidad Cultural y por sus características propias en
muy original y propio de esta ciudad, constituyéndose gasta un
instrumento musical emblema de la Historia y Cultura
juliaqueña, a no dudarlo es el aporte musical “sui géneris” a la
música nacional y universal, tanto como instrumento musical y
como el aporte de los sonidos que emiten, nada tienen que
envidiar al uso de otros instrumentos musicales surgidos acaso
en otros lugares y otros tiempos.
Estos aportes constituyen símbolos de identidad que los
peruanos debemos entenderla la lograr reivindicar nuestras
identidades nacionales.

 ´ Extracto de la publicación del pequeño libro en la Fiesta


de las Alasitas juliaqueño, como moción presentada en la
realización del VIII Congreso Nacional de Folklore,
efectuado el año de 1993, en la ciudad de Huancayo, con
una exposición de parte del autor.

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 157


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

5.- BIBLIOGRAFÍA:

Luna La Rosa, José Lizandro:


- “Zampoñas del Kollao” Edic. Samuel Frisancho Pineda, Puno,
1964-
-“Máscaras del Altiplano”. Edic. Samuel Frisancho Pineda,
Puno, 1972.
Cuentas Gamarra, Leonidas “Danzas y Música del
Departamento de Puno. Edic. Los Andes, Puno, Perú.
Torres Huárez, Dionisio: Monografía de la provincia de San
Román, Edic. Progreso, Juliaca, 1965.
Encinas Franco, José A. “Un Ensayo de escuela Nueva en el
Perú.
Álvarez Enríquez Samuel,
- “Danzas y Costumbres del departamento de Puno” (En
preparación)
- “El Wayño y sus características”, moción presentado en
el Coloquio Nacional de Folklore, el año 1989, cuando
en Juliaca funcionó el INC. Filial San Román. .
Revista Cultural Machu Aycha, Publicado el año 1991, Juliaca,
Perú.

158Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

DANZAS Y COSTUMBRES TÍPICAS DE JULIACA

Quienquiera que se adentre en el conocimiento del folklore


desarrollado en pueblos y comunidades. De todas maneras
vamos a encontrar con que existen actividades artísticas como
danzas, música y demás, muy distinguidas. Quizá similares de
nombre pero distintas y diversas en sus manifestaciones, sobre
todo de los legados y costumbres convertidas en tradicionales e
inamovibles, ejecutados cuando acaso es necesario , en una
determinada época o fiesta . dentro del calendario festivo de los
pueblos. Tal el caso de Juliaca y sus distritos, aún, comunidades
y no solamente danzas, sino todo el conglomerado de
actividades artísticas, con conocimientos o sin él, de la ciencia
del Folklore y su ubicación dentro de la clasificación. Nosotros
hemos encontrado en Juliaca, y sus comunidades cercanas, las
siguientes danzas y sus costumbres que reconocen la
singularidad de su presentación en diversas ocasiones
demostrando sus potencialidades aún sus costumbres
pervivientes en el tiempo y espacio. Son las siguientes:

1.- CARNAVAL CHICO, Qhaswa de San Sebastián o Danza de


Toqoros y Pinkillos Huch´uy Pujllay en la Lengua Quechua.-
Como conocemos practicado en ocasión de los carnavales o
pukllay juliaqueños, constituidos por danza, música, canto y
coreografía, cuya ejecución se remonta a inmemoriales tiempos
del pre e incanato, danza de carácter agrícola, bucólico y pastoril
que, en tiempos ya, de la república y a comienzos del Siglo XX
pasado , se convirtió en guerrera, debido a la ruptura de lo que
fuera una sola agrupación de danzarines y ejecutantes músicos,
aproximadamente el año 1922 irrumpen en el escenario

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 159


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

calcetero dos grupos, rivales por la posesión de las fortalezas


que tuvo Juliaca (Torres Juárez, Dionisio “Monografía de la
Provincia de san Román”, 1964) como Machu Aychas y Ch
´iñipilkos, lucha que duró por casi más de una veintena, empero
por decisión de autoridades y la comprensión de ejecutantes y
directivos de ambas agrupaciones se realiza un mutuo acuerdo,
para que, el año de 1948. se hayan convertido en dos grupos
muy diferenciados al arraigo de sus costumbres, como se
muestran, hoy en día debidamente organizados. Luego de la cual
han vuelto a la normalidad, esto es no quitándole su esencia
agrícola, bucólica y pastoril, aún de hermandad y
enamoramiento y ejecutando por partes del desarrollo del
jolgorio juvenil, Machu Aychas y Ch´iñipilkos, viven la paz y
armonía característicos entre compoblanos qe fueron de dos
bandos, de cuya tradición, historial, evolución, y demás
pormenores, es relatada muy bien y con lujo de detalles en
nuestro libro, en preparación “El Carnaval Juliaqueño: Ofrenda
a la Pachamama” la expresión concordante con la época del
Pukllay de los meses del Huch´uy o Pisi Poqoy y Hatun Poqoy
(carnavales en los meses de enero y febrero, traducido al
Español) del Calendario Agrícola Inca y Gregoriano vigente en
nuestros días; cuya primera edición la hemos compartido Walter
Calcina Arpi, docente del Colegio Politécnico juliaqueño. Es
una costumbre y tradición imborrable en los años, desde la
época de los incas, pasando por el coloniaje y la república de
nuestros días, seguramente va continuar practicándose, debido a
su reconocimiento por el Ministerio de Cultura como Patrimonio
Cultural de la Nación.

2.- SOLDADOS DE SANTA CATALINA:


Mas conocido como Soldaditos de Santa Catalina y Guardianes
de la Virgen Santa Catalina cuya fecha de fiestas es el día 25 de

160Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

noviembre de todos los años, en honor a ésta Virgen de


Alejandría, surgida en prolongados tiempos del coloniaje,
según la leyenda y tradición al aparecerse la Virgen en las faldas
del apu Huayna Roque, en cuyo resguardo surgen sus
guardianes, insectos de cabeza y cuerpo vestidos de negro,
convertidos en soldados a defensa de la Virgen, ya que la
autoridad colonial. Así como quienes son opuestos a la
religiosidad tramaron desaparecerla, en concordancia con las
persecuciones a los santos, pregonando acallarlos y relegarlos
frente al avance incontenible de fe y la religión cristiana,
proveniente de la Edad Media, en este caso su aparición en
remotos días de expansión y marcados seguidores de Cristo
siendo perseguidos y sometidos a cruentos sacrificios, sin
embargo la presencia de dichos soldados, hizo que la Virgen
permanezca incólume ante la fe y defensa del cristianismo, La
Virgen se había presentado en un lugar de las faldas del apu
Huayna Roque de Juliaca, a donde acudieron los soldados en su
defensa , conduciéndola hasta lo que hoy es la Iglesia Matriz de
Santa Catalina erigida por ser una Santa Patrona de los
juliaqueños, en principio y en inmemoriales tiempos. Hoy en día
convertida en una fiesta patronal aún a punto de desaparecer.
Pero, la intervención del Profesor Vidal Romero Postigo En su.
calidad de Sub Prefecto de la provincia de San Román luego
Prefecto del departamento de Puno y Sub Prefecto, juntamente
que nuestro Poeta Don Vicente Benavente Calla, la costumbre y
tradición junto reaparece a cargo de los Tenientes Gobernadores
de las comunidades de Juliaca; restitución que pervive en la
actualidad, presentándose en el escenario calcetero desde las
vísperas, pasando por el día central y la realización de la
evolución de la danza y sus costumbres, finalizando con el
kacharpariy de estilo. En el día Central, desde tempranas horas
de la mañana, el Alferado que tomó el cargo el año anterior una

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 161


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

vez concluida la ceremonias oficial y procesión, encabeza todos


los actos programados; la Plaza de Armas es el lugar en cuyas
cuatro esquinas se erigen Altares o descansos, para que la virgen
luego visite después de la Misa de Fiesta y procesión, muy bien
adornados con cuadros de santos y ramos de flores a cuyo paso
la Virgen derrama sus bendiciones hasta concluir de vuelta por
la Iglesia Matriz, ungen al alferado del próximo año. Los
soldados debidamente ataviados con sus trajes característicos y
al compás de los Pitubandas ejecutan la evolución de la danza en
el mismo atrio. Concluida visitan en pasacalle los Altares,
finalmente trasladarse hacia el lugar de dónde salieron. Por su
parte los devotos altareros, así como los alferados del día central
invitan hacia su hogar, no sin antes que, en cada uno de los
altares se haya ofrecido una merienda grupal, consistente en
alimentos extraídas en las mismas comunidades, como lo es el
sancochado de habas, mot´e de maíz, chúño blanco y negro,
acompañado de trozos de carne de ovino, vaca o alpaca, el
infaltable uchukuta y el refresco o chicha de jora para aplacar la
sed, cerveza en muchos caos proveniente de apaqhatas y
consumirlas, bailando en momentos, hasta el Remate o
Kacharpariy (despedida) hasta el próximo año (watakamallaña).
Es una costumbre y tradición donde se entremezclan la danza,
música y coreografía. En su evolución se presentan a más de los
soldados, las “rabonas” o mujeres danzando a modo de parejas.
Este elemento surgeí cuando la guerra con Chile y la resistencia
del General Andrés A. Cáceres fueron aquellas las que a más de
cocinar y distribuir la comida a la tropas, servían de auxilio a
heridos y fallecidos a causa de los enfrentamientos bélicos
conocidos entre patriotas y chilenos. La costumbre es ejecutar la
coreografía en el mismo atrio de la iglesia Matriz de Santa
catalina, concluida, desarrollan un pasacalle visitando a cada

162Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

uno de los altares, para luego retirarse hasta el lugar de dónde


iniciaron su salida, ejecutando también su kacharpariy..
La vestimenta consiste en trajes donde prima el color negro en
varones y mujeres. Los varones llevan a la cabeza una corona a
colores que semejan los cascos de la etapa de las luchas feudales
de España y Occidente, de donde cuelgan cintas multicolores
por las espaldas, camisa blanca, chalecos adornados con
bordados de colores relucientes al pecho, pantalones color negro
de bayeta y una faja de vistosos colores a la cintura, a los pies
ojotas de jebe, influencias de la modernidad y a la mano un
lanzón largo con punta filuda semejando un objeto punzo
cortante.
Las mujeres con trencillas menudas a la cabeza, ropaje de
chaquetas bordados al pecho y polleras color negro de bayeta,
sin calzar; desde la cabeza y espaldas cubierta con una lliklla o
manta pequeña adornado de variados colores, polleras y p
´istunas (enaguas de bayeta) descalzas, bailando al son de la
música con ritmo estridente de pìtubandas. singulares en su
presentación, esto es, los ejecutantes habían preparado y
acondicionado los pitos a una caña de carrizo, aún las qenas
tapadas en su parte superior, con un orificio para soplar
ejecutando la melodía característica. En la fecha podemos
escuchar las grabaciones de la Agrupación Musical “Santa
Catalina” dirigida `por el profesor Héctor Hallasi Cruz,
consistente en melodías con tres partes muy bien distinguidas.
La última es mas alegre, que viene a ser el epílogo de la danza,
cuya ejecución es similar a los huayños y saltachis de la música
cusqueña que conocemos.

3.- PULIPULI, Danza pastoril, cuyos orígenes se remontan a la


época pre e inca, en honor a una lindas flores llamadas Pulipuli
del rojo brillante apreciado en las madejas que cuelgan en el

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 163


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

cuerpo a danzantes y músicos varones ejecutado con gran


arraigo en las fiestas de San Isidro Labrador en la comunidad
cercana de Juliaca Qaqachi cuya costumbre y tradición
acompañado de la danza, engalana las fiestas de San Isidro
Labrador del 15 de mayo de todos los años, es inamovible, cuyo
monumento a la vaca con semejantes ubres se erigen en
inmediaciones de aquella comunidad, visitada por juliaqueños
desde las vísperas y mucho más el mismo día 15 de mayo. La
fiesta se ha arraigado de fe, al punto que el mismo día se torna
abarrotada de asistentes con presencia todavía de las “alasitas”,
de haberse adquirido, eligen un determinado lugar para la ch
´alla correspondiente, con la creencia que en lo posterior la
producción tanto de sus animales como sus derivados y demás
productos, así como sus dineros se materializarían, preciso sentir
prolongado desde las fiestas del uno de agosto de recolección de
dineros en inmediaciones de los ríos que bordean Juliaca.
La costumbre y danza inicia cuando el alferado, Director o
coreógrafo que semeja al Chamán o Paqo principia con la
Ofrenda, a los apus y achachilas de Juliaca empezando por el
Huayna Roque, seguido del Espinal, Monos, San Sebastián entre
otros aledaños, inmersos también los de la región, como el
Huajsapata, Azoguini, Macha´allata y otros del interior de la
región con k´intos de hojas de coca y la ch´alla con vino, chicha
y alcohol dirigida a Pachamama, para que todo les resulte como
lo planificado y realizado.
Al compás de la música, aparecen en el escenario diversas
parejas o esposos debidamente ataviados, ejecutando la
evolución de la danza según tradición de sus ancestros y la
coreografía, generalmente más de pasacalle, la presencia de
pepinos y k´usillos, son el hazmerreír de los admiradores y
asistentes.

164Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

Es acompañado con música de toqoros y pinkillos, bombo


tarola y el incansable sonido de pitos, semejando el canto y
trinar de los pájaros del campo, repletos de vegetación, que
todavía no fueron extintas por primacía del otoño y el mes del
Aymoray del Calendario incaico, siendo influyentes y
fundamental en la ejecución musical de esta danza y costumbre.
La vestimenta esta constituido de una montera que semeja un
sombrero, entretejido de pajas o ch´illiwa, adornado con plumas
multicolores de las aves (wallatas, mariguanas, loros y el
preciado suri), camisa color blanco y chaquetas de color rojo
brillante sobre las espaldas cuelga unos manteles que asemejan
el faldellín de las damas de la colonia, sobre los cuales están
prendidos espejos y lápices de pintar, esto es que muestran una
ridiculización de las damas españolas en su afán de llamar la
atención y ponerse vistosas y bellas; faja de variados colores a
la cintura y pantalones color negro de bayeta, escarpines a la
altura de las pantorrillas y botas o borceguís a los pies, En el
caso de los músicos ejecutando principalmente pinkillos y
toqoros de escaso grosor, sin pintar para no semejar a músicos
de la qhaswa.
Las mujeres a modo de parejas sobre todo de los músicos,
ejecutan su coreografía al compás de la música, ataviados de
sombreros de uso cotidiano blusas a colores sin muchos adornos
con una lliklla cuyos bordes están adornados de múltiples
colores, polleras de diversos colores y p´ístunas color rojo
descalzas a los pies.
Es notoria la presencia de pepinos de la qhaswa modernos o
Carnavales y k´usillos (monos) cuyas prendas de la danza son
confeccionados por ellos mismos y la ayuda e sus padres, son
niños disfrazados, propios del hazmerreír de los admiradores de
la ejecución de la costumbre y tradición.
..

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 165


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

4,- LOS TAYTAS:


Danza que representa a los gobernantes y dirigentes de las
comunidades aledañas a Juliaca, quizás constituye mucho más
antigua que la misma Qhaswa de San Sebastián o Carnaval
Chico, ya que en los inventarios de las Danzas del Altiplano,
particularmente efectuad por el Maestro Leonidas Cuentas
Gamarra, se encuentra esta danza con sus características , junto
con otras que se practican en Juliaca y sus distritos, sobre todo
en Juliaca y Caracoto,. Nos presenta una minuciosa relación de
danzas por provincias del departamento de Puno.
En Juliaca, en os años que hemos participado en las Fiestas del
15 de mayo en Qaqachi, siempre nos hemos dado con que la
danza estuvo presente acompañando a las comparsas que siguen
a la Procesión de San Isidro Labrador, después de su misa de
fiesta a cargo de los alferados, que año tras año, se reciben con
tal de estar presentes en la fiesta con todas sus costumbres y
peculiaridades.
La vestimenta que utilizan las parejas es que los varones llevan a
la cabeza sendas monteras circulares bordados de diversos
colores, se sujetan en la base de la quijada con cintas de colores,
camisa armilla blanca de bayeta, chaleco de fondo negro y a la
altura del pecho bordados y a colores, faja a la cintura que sujeta
los pantalones de color negro que concluyen con una especie de
bombacho en la misma bota de éstos, con zapatos generalmente
de color negro.; llevan en la mano una vara, la que constituye la
Vara de Mando en el interior de su comunidad Las mujeres,
igualmente llevan una montera circular a la cabeza, cuyos
bordes está adornados con bordados a colores y cintillos también
bordados, la misma base pende el rojo o amarillo de castilla,
sujetados debajo de la quijada con cintas de colores. Chaquetas
de color negro llano, a las espaldas una lliklla o manta pequeña
debidamente tejida con lana de ovino, llama, alpaca o algodón

166Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

de diversos colores una ancha faja sujeta las p´istunas y polleras


de color negro de bayeta, concluyendo con ojotas a los pies; a
las manos llevan una honda o warak´a tejida y adornada de
variados colores, al momento del baile se presenta una
uniformidad cuando son levantadas en su ejecución,
La música, que a la vez tiene tres partes don ejecutados por
qenas, acompañamiento de tarola y tambores ejecutados por
personajes de la comunidad, completamente presentables, con
ch´ullos de colores a la cabeza, adornados de colores. Las qenas
son fruto de confección por ellos mismos o adquiridos en la feria
de domingos y lunes acostumbrados en la ciudad de Juliaca, se
ubican en inmediaciones de las líneas de paso del tren, aún en
inmediaciones cerca del Comedor Popular Santa Juana del l
barrio Mallku Qhapaq (mal llamado Manco Cápac, cuya
traducción del Quechua al Español, es castrador sin brazos).
Este asunto, no quieren comprender algunas autoridades e
investigadores de las danzas, persistiendo sus caprichos.
Con el mismo estilo y características se presentan en la Fiesta
Patronal del Distrito de Caracoto dedicado a su Patrón San
Felipe, cuyo nombre es de la misma Parroquia.
COMENTARIO: Según nuestras indagaciones relacionadas a la
investigación y averiguaciones esta danza ha dado lugar a la
Danza de los Qanchis en la ciudad Sicuani y sus distritos, pues
casi la música y demás particularidades de ejecución de la danza
se asemejan en la ejecución de los pasos del baile, así como en
los movimientos tanto en varones como en mujeres y la vara de
mando que llevan los varones casi similares las varas de Mando
que utilizan los Warayoq esta vez en toda la región del Qosqo.
Más bien en Ayaviri, en su totalidad la ejecución de esta danza,
se ha tornado derivado de los Qanchis de aquella región que se
presentan hoy en día todavía en el desarrollo de la Fiesta
Patronal de la Virgen de la Candelaria del Cerro Qolqeperqa

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 167


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

(Kolquepaque en Español) de la ciudad Ayaviri. Pese a ello han


logrado ser reconocidos por el actual Ministerio de Cultura
como Patrimonio Cultural de la Nación, últimamente. . .

5.- QUINUA PIRWAY;


Danza y costumbre tradicional de Juliaca ejecutada en las
diversas comunidades de Juliaca, cuyo significado traducido al
Español como guardar la Quinua, Esto es, una vez recolectada
esta especie, de las sementeras, resecarlas a la intemperie.
Posteriormente golpearlas para desmenuzarlos de sus tallos,
secarlos nuevamente, airearlos y guardarlos listos para el
consumo y su comercialización, toda esta evolución de la danza
y con lujo de detalles proceden una a una a escenificarlas,
principiando en horas de la mañana, realizar el rito de ofrenda a
Pachamama con k´íntos de coca y ch´alla con chicha y vino, al
compás de la música de qenas con sonidos de regocijo sirviendo
de fondo. La danza evoluciona con presencia ya, de damas y
varones ataviados de sus instrumentos de labranza iniciando con
la danza, primero alrededor de la chacra y paulatinamente
ejecutando los pasos que se siguen cada una de las acciones
detalladas. Viene el momento de la merienda que fuera
encomendada a mujeres diestras en la preparación de los
alimentos que los sirven a todos los participantes de la danza y
las actividades de esta costumbre, se hubo preparado el p´esqe
distribuido a los presentes, enseguida servir la chicha de jora,
muy apetecida; luego proceder a realizar la despedida o
kacharpariy cuando los asistentes se dirigen hacia sus hogares.
La vestimenta que llevan hombres es con ch´ullo de colores a la
cabeza, camisa color blanco de bayeta, el chaleco por delante
negro y por las espaldas blanco, una faja ancha de colores
sostiene los pantalones, color negro de bayeta; sin calzar. En las
manos algún instrumento de labranza. Las mujeres con

168Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

sombreros color manteca adornados con un cintillo color café de


confección en las comunidades de Taraco, Pusi, Nicasio, Arapa,
etc. expertos en su elaboración con lanas de ovejas, llamas o
alpacas; chaquetas debidamente bordados al estilo de las
comunidades señaladas líneas arriba, aún de las mismas
comunidades juliaqueñas, a la altura de la cintura con
bombachos, siempre bordados; con un atado a las espaldas en
llikllas de adornados de colores y polleras de color, a gusto de
las participantes y sin calzar a los pies; portando en la mano
algunos objetos propios del trabajo de estos menesteres. Se
intercala con algunas figuras como las ch´iwankeras con un gran
pico y el color negro predominante de su plumaje, a veces
presencia de pajaritos que logran engullir las quinuas de la
representación de esta parte de la danza.
La música fruto de la ejecución con qenas, tarola y bombo se
inician antes de la ofrenda a Pachamama que sirve de fondo
musical, variando según la evolución y las diversas actividades
que realizan.
La danza y costumbre peculiar se presenta sobre todo con
motivo de los concursos de danzas autóctonas por varios años
realizados consecutivamente por la todavía Sub Prefectura de la
provincia de San Román a los cuales asistimos como Jurado
Calificador.

6.- WASICHAKUY O UTACHIRI:


De los vocablos Quechua y Aymara que significan techar las
casas, en sentido literal, en cambio en sentido amplio es todo un
conglomerado de actividades en el techamiento de una casa o
habitación.
La costumbre y danza, se realiza sobre todo en las comunidades
de los alrededores de la Ciudad de los Vientos, cuando el Jefe de
Familia, llega a los hogares de barios de los trabajadores

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 169


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

indicando que va a techar su casa, En contados minutos los


obreros expertos en este menester se presentan, realizan entre
todos una previa Ofrenda a Pachamama con kíntos de hojas de
cosa y ch´alla con vino dirigidos hacia las cuatro puntos
cardinales son el inicio a su vez de los trabajos del techamiento,
también se aprecia la provisión de diversos materiales,
principalmente de la paja, elemento principal y utilizado en el
momento culminante. El o los padrinos aparecen en el escenario
con sendos ramos de flores y una Cruz en son de la religiosidad
practicada en comunidad, es recibido con suma algarabía, con
serpentinas que le enrollan al cuello y suenas cohetillos de
sonidos estridentes hacia el otro lado de la nueva casa fruto del
techamiento, le alcanzan un martilla, rompe la botella de
champán, recibiendo una serie de aplausos de parte de los
asistentes; momento preciso de inicio de la danza cuando a la
par muchos vecinos, compadres, ahijados y demás
personalidades aparecen con apaqhatas de cajas de cerveza. El
Jefe de Familia junto a su esposa y otros familiares cercanos los
reciben rociándoles misturas y flores sobre la cabeza y el
cuerpo.
En la ejecución de la danza con el sonido de qenas, tarola y
bombo los varones se atavían de serpentinas y globos,
similarmente a las mujeres que casi en todos los caos se visten
de gala con el traje típico de sus comunidad, al escenario luego
llegan también autoridades, periodistas, el cura derramando
bendiciones y rociar agua bendita y todo el jolgorio, esta vez ya
de kacharpariy o despedida, recogiéndose hasta sus hogares.

7.- BALSERITOS DE CHAKAS:


Practicado por comuneros de los alrededores de la laguna de
este nombre, que con una previa ceremonia de Ofrenda a la
Pachamama y alusión de los cerros guardianes y achachilas que

170Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

rodean Juliaca, la costumbre y danza inicia cuando los


pescadores aprovisionan una balsa de totora que será utilizada
dentro de la evolución de la danza, ejecutando una coreografía
singular, dirigidos a la pesca con movimientos comprometedores
hacia la consecución de sus objetivos, la pesca de qarachis y
truchas, que en lejanos tiempos atrás eran de suches y bogas de
gran tamaño, hoy en día extinguidos por presencia de la
contaminación ambiental. El momento y parte principal se
presenta, cuando efectivamente los pescadores hombres y
mujeres ingresan hasta la misma balsa y salen con sus peces
listos para ser consumidos.
La vestimenta de esta costumbre y danza, es de los varones, un
ch´ullo color manteca a la cabeza, camisas de bayeta color
manteca, chalecos de color negro, pantalones de bayeta color
negro remangados hasta la alturas de las pantorrillas y por su
puesto llevan a la mano instrumentos de pesca, uno o dos
personas dirigidos a recorrer la balsa en plena laguna. Las
mujeres sobrero de la comunidad a la cabeza, phullos bordados
y a colores a la espalda, sobre la cual se muestra un tul de color
celeste sobre la cabeza hasta la cintura, blusa con bordados y
con bombachos a la altura de la cintura, polleras de color negro
y su canastilla a la mano. Ejecutando las partes concernientes,
llegando al momento de la despedida o kacharpariy de estilo.
La música con qenas, bombo y tarola que ejecutan el huayño
característico de la pesca, la que se transmite aún en varios de
los lugares donde existen lagos y lagunas. Se acomoda a las fase
y partes en la ejecución de la danza.
La danza y costumbre también es siempre presentada en algunas
ocasiones, particularmente en los concursos de danzas
autóctonas de Juliaca, que al menos en estos últimos tiempos ya
no se convocan porque para persistir será necesario siempre

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 171


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

convocar a presentaciones de danzas y costumbres propias y


autóctonas.

8.- MATRIMONIOS:
Costumbre tornada tradicional, desarrollada en la totalidad de
las comunidades aún en la capital distrital y provincial de
Juliaca que se conoce como kasarasiri, vocablo Quechua
traducido al Español, significa Matrimonio y es todo un
complejo de actividades iniciando con “pedida de la mano” de
parte del futuro esposo, ante los familiares de la futura esposa
que, si ya son convivientes (o se encuentran en periodo de
(Sirvinakuy, o matrimonio de prueba) una vez aceptado la mano
al futuro esposo, éste se lleva a la conviviente hasta su domicilio
en presencia de todos los asistentes y los padrinos del futuro
matrimonio, hasta su domicilio, donde juntos entre los dos
preparan la próximas nupcias; en cambio si son nuevos para el
matrimonio, simplemente, una vez aceptado esa “pedida de la
mano” de la novia, ambos preparan por separado sus actividades
para el próximo enlace, según hayan acordado la fecha y el
lugar respectivamente. En este caso acuerdan si van a contraer el
civil y el religioso, o sólo cualquiera de ellos, en el mismo acto
del acuerdo se proponen visitar algunas personas para que
puedan servir de Padrinos generalmente sus conocidos de ambas
partes.
Llegado el día de la celebración cada uno de los novios se
presentan con sus padrinos y demás familiares a las ceremonias
principalmente al Civil siendo el más importante aún en la
sociedad por estar sujeto a disposiciones del Código Civil
peruano vigente, en cambio el religioso, en algunos casos es
opcional, tal el caso de los matrimonios de la secta de los
hermanos del Sétimo u otras del octavo y noveno día., con

172Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

tradiciones distintas, a los cuales también presenciamos a fin de


informarnos.
La fiesta del baile y jolgorio empieza cuando el Señor alcalde de
la Municipalidad, o su representante concluyen con el acto y la
firma del Acta de Matrimonio, declarándolos casados. El sonar
de los instrumentos musicales de estudiantinas, centros
Musicales, mariachis o Banda de músicos ofrecen por costumbre
la Composición del CASARASIRI, en Español, Quechua o
Aymara, a tenor del lenguaje de los recién casados, si acordaron
el enlace religioso, se dirigen hacia las Iglesias respectivas. Para
escuchar el sermón de la palabra de Dios, declarándolos también
como esposos acordando ser fieles y querentones, porque el
Cura o el Pastor, hemos apreciado que solicitan el beso de amor,
al concluir la ceremonia.
Terminadas las ceremonias, en muchos de los casos, son
trasladados hacia algún lugar en son de paso por Luna de Miel,
generalmente fuera de la ciudad, aunque después de todo eligen
un lugar en el extranjero. Mientras los familiares y demás
acompañantes invitados se dirigen al lugar de la fiesta, para dar
rienda suelta a sus sentimientos bailando, bebiendo y
alimentándose con comida preparada por una comisión con ese
fin. En un matrimonio campesino nato, después de dichas
acciones llegan hacia un palco preparado con tal motivo, muy
bien adornado con vistosos colores y sobresaliendo cuatro
parantes, desde donde flamea del pendón bicolor nacional.
Después de la llegada y ubicarse como es debido, aparece en el
escenario un Paqo trayendo consigo los menjunjes para saimear,
entregando a los recién casados el incienciario, quienes en un
acto de petición elevan sus plegarias a la Pachamama solicitando
un futuro lleno de comprensión, luego los familiares también
saimean. Concluido el acto, hay un cambio de suerte, esto es que
tanto el varón como la mujer sortean un anillo por parte del

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 173


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

varón y un ramo de flores por parte de la mujer, quienes hayan


recabado, ambos objetos, el varón y la mujer ejecutan el
Kasarasiri simulando un próximo matrimonio, que en muchos
casos no llega a concretizarse, debido a la premura y el
desconocimiento entre sus modos de pensar y actuar. En la
conclusión de este acto, los ya esposos bailan el acostumbrado
Danubio Azul y el kasarasiri de estilo y costumbre,
prolongándose hasta padrinos, padres y familiares de los nuevos
esposos, luego viene el Brindis acostumbrado. Luego la
comilona para todos los asistentes, consumo de gaseosa y
cerveza al compás de la música de estudiantinas con la
coreografía de esta costumbre y danza, para dar paso finalmente
a el baile con orquestas y grupos musicales, acorde a las
intenciones de los recién casados, que en varios de los casos los
músicos y cantantes, aún las orquestas son de apaqhata (ayuda o
contribución) sea de los padres, padrinos u otros familiares. Este
acto concluye cuando la mayor parte de invitados que
pertenecen o no, a las familias, realizan su apaqhata con licores,
cervezas y regalos que son abiertos en otra ceremonia
generalmente al día siguiente a lo que se conoce como qaynachi
(apertura de regalos y la ch´alla de los mismos) a los sones de
músicos contratados especialmente.
Luego el viene el acto del Puñuchikuy (hacer dormir a los recién
casados), que consiste en acompañar a los recién casados al
lugar donde prepararon anteladamente para descansar. Los
padrinos con esa garantía se dirigen hacia sus propios
domicilios.
Últimamente mientras el presente libro está en redacción, hemos
comprobado que, el Municipio Provincial ha convocado a la
realización de Matrimonios Masivos, año tras año, donde aún
los convivientes con hijos ya crecidos asistían al matrimonio
programado, se está convirtiendo en costumbre, tornándose

174Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

conveniente, evitándose de gastos. Pero, muchas familias no


escatiman esfuerzos y hasta prefieren contraer sus nupcias
aprovechando algunas fiestas, siendo el fondo principal su
realización, como en el caso de recibirse de alferados.

9.- PANDILLAS PUNEÑAS:


Sus orígenes se encuentran en Puno. Capital Regional, hacia
finales del Siglo XVIII, cuya evolución ha sido paulatina.
Llegando a entronizarse en todas las provincias del anterior
departamento de Puno, para el caso de Juliaca y sus distritos,
aproximadamente según relatan la Leyenda y las
investigaciones, “Hacia el año 1926, con ocasión de las Pascuas
de resurrección en el mes de abril, dos grupos de Pandillas
Puneñas se desplazaron por las calles de Juliaca, diseminados en
Cogotudos y Panzaqalas, al compás de una estudiantina
conformada por guitarras, mandolinas, charango, acordeón y
quena, debidamente trajeados con vestidos de la Pandilla nacida
en Puno (Indagaciones en de diarios puneños de la época).
Según la tradición se señala que en Juliaca, tuvimos la presencia
de conjuntos como el “Centro Musical Juliaca”, “Los
Intimos”.de la ciudad de Puno, y la posterior asunción del
Centro Musical Unión Juliaca” (1858), posteriormente el
CEMFOMAJ (1960) (Centro Musical Folklórico Los
Mensajeros del Altiplano), Asociación Folklórica Santa Catalina
(1974) y así sucesivamente, quienes a su vez se presentaban con
sus elencos de Marinera y Pandilla Puneña, en ocasión de los
carnavales juliaqueños, a lo que nosotros hemos conocido desde
nuestra estada desde 1970, el baile se ejecutaba en las calles
juliaqueñas desde el jueves, con presencia de diversos grupos,
acompañados de estudiantinas, visitando diversos hogares de
personas notables y de miembros asociados de tal o cual grupo.

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 175


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

Hacia la década del 70 al 80 del pasado Siglo XX,


organizaciones como la Federación de Folklore de Juliaca, tuvo
más prestancia para convocar a Concurso, realizado en el
Estadio Guillermo Briceño Rosamedina, posteriormente la
asociación de Damas de la Municipalidad Provincial de San
Román, en años encabezaron su organización, y en diversos
escenarios, el Estadio Municipal, el Coliseo Miguel Ramos Zela
y el propio Coliseo que actualmente ya, está cubierto, cuando
cayo, se aprovechó las instalaciones del actual Complejo
Deportivo de la Urbanización La Capilla, esta vez con la
dirección de la AIP /Asociación de Instituciones Pandilleras) que
tuvo su origen el año de 1993, en ocasión de las Pascuas de
Resurrección se encargaron de convocar anualmente a
Concursos, como apreciamos en la actualidad.
La danza, aún costumbre hecha tradición en Juliaca, va a llegar
al Centenario de su ejecución al año 2025, como hemos
confrontado, su desarrollo en las fiestas carnestolendas, casi ha
desaparecido, sin embargo, a nuestras experiencias hay un solo
grupo de danzarines la ASPAJ (Asociación de Pandilla
Juliaqueña) liderado por nuestro dilecto amigo el MVZ Percy
Gutiérrez Huanqui, junto con un grupo de danzarines se
presentan en el escenario del domingo de carnavales, sacando la
cara por la tradición y su ejecución en los Carnavales
Propiamente Dichos de Juliaca.
Empero, su ejecución prevalece en su integridad y con todo lujo
de detalles en las Pascuas de Resurrección, organizado por la
AIP, quienes se encargan de encabezar año tras año la
realización esta vez de diversas actividades dentro de toda una
Semana en forma oficial, empezando por su presencia en la
Ceremonia de Izamiento del Pabellón Nacional y la Bandera de
Juliaca, pasando por la Premiación y Reconocimiento de
personas e instituciones pandilleras encabezado por el Alcalde

176Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

de la Municipalidad Provincial. El Concurso de Cholita


Pandillera, Señora Pandilla Puneña, de elencos y la presentación
central y última de los Concursos teniendo como escenario el
Coliseo Municipal Cubierto de Juliaca, finalmente dar paso al
Pasacalle de costumbre y cada uno de los conjuntos llegan al
remate respectivo, en algunos casos de los jóvenes de algunos
grupos que participaron realizan un Paseo al campo, para
finalizar su actuación, despidiéndose hasta el próximo año.
Con relación a la historia específica, así como la realización de
los concursos, más la evolución de esta danza, tenemos un
trabajo a parte, con el Título de “Pandillas Puneñas en Juliaca”.
A cada uno de los conjuntos participantes acompañan una
estudiantina contratada, para presentarse al Concurso,
desplazando, esta vez a varios grupos de los músicos de otros
lugares de la región.
Los trajes tanto de varones y mujeres, se sujetan a los
establecido y acordado en las asambleas de delegados
programados oportunamente, se tiene en cuenta los
tradicionales, hasta el estilo y color de ropaje sobre todo en
varones utilizados indistintamente por costumbre y tradición.
Los varones visten con un sombrero negro a la cabeza, camisa
blanca, saco color negro, corbata llano y pantalones a gusto, sea
color negro o. blanco, zapatos negros con medias haciendo
juego con el color del terno y un pañuelo a la mano izquierda,
cuyo color es variado según tradición de cada grupo. Las
mujeres con un sombrero color negro a la cabeza, aretes de
diverso tamaño a las orejas, blusa al gusto, a las espaldas un
mantón de manila bordado y con flecos, centros o enaguas color
blanco, sobre las cuales una pollera de terciopelo importado,
botines color blanco y un pañuelo a la mano derecha, cuyo color
signado por la costumbre y tradición del grupo.

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 177


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

Acompañan una Estudiantina o Centro Musical, en la ejecución


de guitarras, guitarrón, andolinas, charangos, acordeones,
trompetínes y/o saxofón, en el concurso y al más alto puntaje
llevan el Premio de Mandolina de Oro por su ejecución, al tono
de las bases. El número por experiencia, está limitado a un
máximo de 20 y vocalistas cual mejor; en cambio para el
Pasacalle la presencia de muchos o pocos no se tienen en cuenta.
Solo tiene calificación en baile todas estas particularidades
insertas y aprobadas, en las bases de los Concursos,
programados y acordados con la debida anticipación y hasta en
Asambleas generales de Delegados, encabezados por la
Directiva que son renovados años tras año y por mutuo acuerdo.
El Jurado Calificador es elegido por una Comisión nombrada
con este fin, en la condición de dar celeridad, en muchos casos
se contratan a miembros de la ciudad de Puno, últimamente de
Ayaviri, lugar donde a la vez las Pandillas Puneñas tienen
arraigo profundo que llegó hasta los niños, ejecutado más bien
en el epílogo de los carnavales en el mundo con concursos el día
sábado de la cuaresma en el Coliseo Cubierto y el Pasacalle
obligatorio del día domingo, la participación de más de 30
grupos de danzarines. ..
La coreografía es variada, entremezclándose el sentir de la
juventud, su holgorio e inquietudes. Tal es así que algunos
grupos en su ejecución intercalan las Coreografías del mantón,
del sombrero, del canchón o cerco, de la casita u hogar y hasta
del saco y pañuelos específicamente. He ahí la implementación
realizada por el Bastonero, figura quizá anónima dentro del
grupo pero que hace las veces de coreógrafo en el escenario del
concurso.
Esta danza y tradición esta vez en Juliaca, fue reconocida como
Patrimonio Cultual de la Nación, el año 2012, por el actual
Ministerio de Cultura y está vigente, aún al nivel nacional,

178Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

debido a que constituye un baile emblemático y es ejecutado en


cualquier parte del mundo y Perú, precisamente por Juliaqueños
y/o puneños residentes en sus diversas latitudes, siempre al
compás de la música del Gran Huayño Pandillero, cuyos
orígenes se remontan todavía al Siglo XVIII, en estrecha
relación con la ejecución de la Marinera y Pandilla Puneña.
En relación a la difusión y prensa, en Juliaca, hacia el año de
1988, 1989 y hasta 1990, el suscrito intelectual y escritor, junto
con el Periodista Francisco Lique de Radio Qollasuyo de
entonces publicamos unos números de revistas dedicadas a la
difusión de las pandillas Puneñas, en colaboración con el extinto
Maestro Don Ramón Ríos Zurita, con artículos concernientes a
su ejecución en Juliaca, considerados los pioneros de difusión de
los pormenores de esta danza que algunos Historiadores de la
actualidad no los reconocen, sin embargo, ha quedado como
precedente para que más tarde por intermedio de una Comisión
de la AIP, se hayan publicado según conocemos hasta doce
ejemplares de revistas con tal fin. A propósito de Difusión de
nuestra Danza Emblemática en Juliaca, se han publicado sendas
revistas especializadas, tales los del CENFOMAJ,
ACEMFOMAJ y Luis Dnnker La Valle, en esta última
publicamos el artículo de los Elementos Constitutivos de la
Pandilla Puneña en Juliaca.
En esta fiesta pandillera, asimismo se implementa de Afiches y
Programas de ejecución de las variadas actividades. . Loa
Afiches se confeccionan por intermedio de la Directiva AIP,0
que encabeza su desarrollo, así como se emiten en cada una, las
programaciones de toda actividad que se realizará en casi dos
semanas esta fiestas de Las Pascuas de Resurrección.
La practica de esta danza, hoy costumbre tradicional en Juliaca,
por las Pascuas de Resurrección y con mayor conglomerado
juliaqueño, por sus características singulares que presenta,

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 179


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

enraizándose en el espíritu de sus ejecutantes y la población, se


ha tornado juliaqueña a partir de su ejecución llevada al
concurso y otras particularidades o sui géneris en el sentir del
Pueblo, sus autoridades e intelectuales, siendo la única
expresión, en la región, el Perú y el mundo; en este calendario,
sin desmerecer su ejecución, en las ciudades Ayaviri, Melgar,
Puno, mostrando a la vez su particularidad, en los Carnavales
Ayavireños. Lugar donde aprendimos su ejecución bailable,
posteriormente la musical mientras estudiantes, mucho mejor en
la composición musical de Marineras y Huayños Pandilleros,
acrecentando a en su máxima expresión en la Ciudad de los
Vientos; participando esta vez como ejecutante, compositor y
Jurado Calificador en concursos, conformando aún la
ASCUNUDAP (Asociación de Música y Danzas del
departamento de Puno) y el Colegio Departamental de Jurados
Calificadores, actualmente lo encabeza, el Colego y Maestro
Aldo Molina Flores, desde el Pueblo Heroico de Azángaro, Puno
Perú.
Nota.:
En cada uno de los distritos de la provincia, debido a su
antigüedad aún desde ancestrales tiempos pre e incas, existen
danzas y costumbres típicos, entre ellos los taytas, Pukllay o
carnavales, casarasiri, wasichakuy, papatarpuy, pantomimos,
tototoro, los turcos, etc que son motivo de otro trabajo, de los
cuales, nos informa el CC. Heráclides Luza Bedoya y su querida
esposa..

BIBLIOGRAFÍA

Luna La Rosa, Hosé Lizandro:


- Zampoñas del Kollao, edic. Samuel Frisancho Pineda,
1964, Puno, Perú.

180Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

- Máscaras del Altiplano, edic. Samuel Frisancho Pineda,


1972, Puno, Perú.
Frisancho Pineda, Samuel: Album de Oro de Puno, Monografía
del departamento de Puno, Tomo IV, 1968, Puno, Perú.
Cuentas Gamarra, Leonidas: “Danzas del Altiplano de Puno”,
Edic. Los Andes, inserto en al Tomo VI, Album, de Oro,
Monografía del departamento de Puno, 1970, Puno, Perú.
Torres Juárez, Dionisio: Monografía de la provincia de San
Román, Impr.. Progreso, Juliaca, 1965.
Encinas Franco, José A. “Un Ensayo de Escuela Nueva en el
Perú.
Älvarez Enríquez Samuel,
- “Danzas y Costumbres del departamento de Puno” (En
prparación)
- “El Wayño y sus características”, moción presentado en
el Coloquio Nacional de Folklore, el año 1989, cuando
en Juliaca funcionó el INC. Filial San Román.
Patrón Manrique, José: “Pandilla Puneña”, 1960, edit. Los
Andes, Puno, Perú.
Municipalidad provincial de Puno, “Músicos y Música puneña”
. compilación de varios autores y Dirección de redacción
de Boris Espezúa Salmón, 2006, Puno, Perú.
REVISTAS,
Machu Aycha, Nº 1, 1998, Juliaca, Perú.
Chiñioilco, Nº 1, 2001, Juliaca, Perú.
CEMFOMAJ Nº 1, 2002, Juliaca, Puno, Perú.
CEMFOMAJ. Nº 1, 2010, Juliaca, Puno, Perú.
ACEMFOMAJ, Nº 2, Juliaca, Puno, Perú.
MACUSANI, revista de la Agrupación Musical Macusani,
Carabaya, 1990, Macusani, Puno, Perú.
CHIRIHUANOS Nº 1, 1985, Huancané, Puno, Perú.
FEDERACIÓN DE PANDILLA PUNEÑA., 2001.

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 181


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

Ayaviri, Melgar, Puno, Perú.


LUIS DUNKER LA VALLE, 2012, Juliaca, Puno, Perú.
PANDILLA PUNEÑA, Nos. 1 al 12, Juliaca, Puno Perú.
PERIODICO: LOS ANDES de Puno, en fechas variadas.

182Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

OBRAS PUBLICADAS POR EL AUTOR

POESÍAS:

“Manantial del Ande”(1986),


“Transeúnte: Recorriendo el Altiplano Puneño” (1986),
“Latidos de mi Pueblo” (1988),
“Vuelo del viento”, (1994),
“Tierra Firme” (1996),
“Rebelión de la Nieves” Poemas de 9 m.a .(1998),
“Poesías de la Moya y tres cantos al Apu Kunurana” (2005),
“Poesías para Recreos” (2007),
“Wayraq Wawan” (Hijo del Viento-2009), Bilingüe.
“Ausencias de Soledad”, poesías (2014).
“Al Son de las Nieves” Antología Poética I,. UGEL-Carabaya,
Macusani, 2019, Puno, Perú.
“Harawi” (Yaravíes) en preparación.

NARRATIVA:

“El Maqt´a” y otros cuentos y leyendas, 2004.


“Cuentos Cornejinos”, Juliaca, 1990.
“Cuentos Qollas” (en preparación).
“Sollozos de los Apus” novela (en prensa)

ENSAYO:

“Poesía y Estilo de Alejandro Peralta Miranda” (Tesis


Profesional), Puno, 1973.
“Glorioso 32 MHC” (1987),
“Educación Técnica en Juliaca”(1990),

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 183


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

“El Toqoro: Instrumento musical peculiar del Altiplano”(1991),


“La Dominación Colonial en el Perú” (Tesis en Periodismo)
Ica, 1993
“Antología de la Poesía en Juliaca” (1994),
“Dos Hombres: Hechores de la Provincia Melgar” (1997),
“El Carnaval Juliaqueño: Ofrenda a la Pachamama” de autoría
compartida con Walter Calcina Arpi (2011),
“Mariano Melgar Valdivieso: Primer Inspirador Romántico en el
Mundo” autoría compartida con Walter Calcina Arpi. 2012..
“Literatura Andina” (2016) de autoría compartida con Haydee
Quispe Quispe.

DIDACTICA:

“Introducción a los estudios Literarios” UANCV, 1989, Juliaca


“Lenguaje I”, ISPA, 1996, Ayaviri, Melgar, Puno.
“Lengua II” ISPA, 1997, Ayavoi, Mellar Puno.
“Teoría de la Comunicación” (Lengua III), 1998, Ayaviri.
“Qheswa Simipi ñawichay, qhelqay yachaqay chunka p
´unchaypi” (Aprender a Leer y Escribir el Quechua en Diez
Días), Educación Bilingüe.2005, Capital de la Integración
Andina, Juliaca.

POR PUBLICAR

“Defensa del Awya Yala y la Cultura Andina”, Ensayos sobre el


Desarrollo de la Cultura Andina.
“Qhantikunapi Sumay Rimay” (Literatura Andina) versión en
Quechua.
“Literatura Quechua”, Sunay Rimana Qheswa Simipi, Historia,
Tradición, Poesías, Narraciones y Bibliografía Quechua
“Semillas Imborrables”, Antología Poética II.

184Samuel Á lvarez Enríquez Pág.


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

“‘’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’

Algunos datos de la Biografía del Autor: para contratapa.

Fotografía.

SAMUEL ALVAREZ ENRIQUEZ (1951) Escritor, Poeta,


Periodista, Promotor Cultural y Maestro en las Lenguas Español
y Quechua, ha desempeñado una labor fructífera en la región
Puno y otras ciudades del interior y exterior de Perú, en Juliaca,
a más de desempeñarse como Profesor y Director en diversas IE.
públicas y privadas de la Región Puno, ha publicado varios
libros de poesía, narrativa, ensayo, periodismo y didáctica, leído
en las lindes internacionales, a partir de su estadía en las
repúblicas de Bolivia, Argentina, Ecuador y Chile, invitado en la
disertación de temas del desarrollo de la Cultura Andina.
Fue Presidente Fundador de la Casa del Poeta Peruano en
Juliaca, San Román, Puno, Presidente Reactivador de la ANEA
San Román, hasta en dos oportunidades, Director Académico de
la Academia Mayor de la Lengua Quechua filial San Román, En
la Academia Quechua del Qollasuyo, Director de Cultura.
Presidente de ASCUMUDAP, Juliaca, Director de Prensa y
Propaganda del Colegio Departamental de Jurados Calificadores
de danzas y música del Departamento de Puno, miembro

Samuel Á lvarez Enríquez Pág. 185


El Carnaval Juliaqueño Ofrenda a la Pachamama

directivo y socio activo en ASFOCHIJU, merecedor de diversas


distinciones por su labor intelectual a favor del desarrollo
cultural en la región Puno, en sus peregrinaciones como
educador, músico, Eficiente Jurado Calificador de certámenes de
poesía, danza y música. de municipios de la región a dónde fue
invitado especial. Es Embajador de la Cultura Calcetera y
Nacional, Visitante Ilustre en los encuentros nacionales e
internacionales de CADELPO, Callao, Chimbote, Huari-
Ancash, Cajamarca, Lima., Lampa y Condecoraciones por el
IICPA, Medallas de la Ciudad en Juliaca, Azángaro, Melgar,
Lampa, Santa Rosa (Melgar), Nicasio, Taraco y Huancané.
Merecedor de un reconocimiento del Congreso de la República,
La Pluma de Oro de la Gloriosa ANP, filial Juliaca, San Román,
Puno, además dos efigies del General Pedro Vilcapasa Alarcón
otorgado en dos periodos municipales de Azángaro, el Siku de
Huancané y la Ch´uspa de Oro en Juliaca, San Román,
Diplomas y medallas de varias instituciones educativas de
Juliaca, Pucará-Lampa y demás reconocimientos a su proficua
labor docente, periodística y cultural en general.

186Samuel Á lvarez Enríquez Pág.

También podría gustarte