El ministerio de Relaciones exteriores del Perú, a través de su Dirección Desconcentrada, ha
querido dedicar el Primer concurso de fotografía a la Festividad de la Virgen de la Candelaria que se desarrolla en la ciudad de Puno. Sin duda, una de las fiestas mayores del Perú, donde la religiosidad andina e hispánica se funde en una hibridación que estalla de color y danza. Una desmesurada y rica manifestación de identidad que oscila entre las fronteras de todas las artes, y que precisamente se muestra a los artistas –de aquí y de allá- como un monumental y fascinante derrotero. Esa espléndida diversidad, es la que ha querido motivar el concurso de fotografía, para que a través de las múltiples miradas de sus fotógrafos, y siguiendo una narrativa, un discurso, pudieran mostrarla, expresarla, contarla y bailarla, dentro del siempre fabuloso imaginario visual de la fiesta. El resultado son estas tres miradas de los tres primeros lugares del concurso, que nos cuentan a través de la luz personal que buscan en el color y el blanco y negro, momentos de una fiesta cuyo recuadro fotográfico y la pausa del obturador, solo podría limitarse o detenerse en el fin de una fiesta que tiene la magia de parecer, coloridamente eterna, infinita.