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accidentes se producen con mayor frecuencia, y los tumores benignos son más habituales
que los cánceres.
NEOPLASIAS BENIGNAS:
Los hemangiomas son los más frecuentes en lactantes, pueden ser cavernosos (profundos
o viscerales, con predominancia hepática) o capilares (superficiales o de piel); recordemos
que los hemangiomas son acumulación excesiva de vasos sanguíneos en piel o vísceras;
los hemangiomas capilares suelen ser más celulares que en adultos, por lo que pueden
tener un aspecto más preocupante.
Los linfangiomas son la contraparte linfática de los hemangiomas, excepto que estos
suelen ser subcutáneos; de forma microscópica se caracterizan por quistes o espacios
cavernosos revestidos por células endoteliales y rodeados por agregados linfoides, estos
suelen contener un líquido pálido. Pueden aparecer en la piel, pero también en zonas
profundas del cuello, axila, mediastino y retroperitoneo, son benignos pero tienden a
aumentar de tamaño después del nacimiento sin invadir estructuras cercanas.
Los teratomas pueden ser lesiones quísticas benignas y bien diferenciadas (teratomas
maduros), lesiones de potencial maligno indeterminado (teratomas inmaduros) o lesiones
francamente malignas (que se suelen mezclar con otros componentes de los tumores de
células germinales, como el del seno endodérmico). De estos los más frecuentes son los
teratomas sacrococcígeos, responsables del 40% o más de los casos, aproximadamente el
10% se asocian a anomalías congénitas del intestino posterior, región cloacal y otros
defectos de la línea media. El 75% son maduros, con evolución benigna. El potencial
maligno de los inmaduros se relaciona con la cantidad de elementos tisulares inmaduros
presentes. La mayoría de teratomas benignos se encuentran en lactantes menores de 4
meses y las malignas en niños mayores.
NEOPLASIAS MALIGNAS:
Los órganos más afectados son el sistema hematopoyético, tejido nervioso y tejidos
blandos, las diferencias entre las neoplasias malignas de la lactancia y la infancia con las de
los adultos son:
Histológicamente, muchas
neoplasia malignas
pediátricas son únicas, ya
que suelen tener un aspecto
microscópico embrionario
más que anaplásico, con
características de
organogenia del lugar de
origen. Dado eso muchos
tumores han sido
denominados tumores de
células azules, pequeñas y
redondas.
Neuroblastoma:
Este término se aplica a tumores de los ganglios simpáticos y de la médula suprarrenal que
proceden de células primitivas de la cresta neural que pueblan estas zonas. Es la 2da
neoplasia sólida más frecuente en la infancia después de los tumores cerebrales. Tienen
varias características diferenciales como la regresión espontánea y una maduración
espontánea o inducida por terapia. Se ha vinculado con mutaciones de las líneas
germinales del gen de la cinasa del linfoma anaplásico o gen ALK.
Están compuestos macroscópicamente por un tejido blando y gris parecido al cerebro; los
tumores grandes tienen zonas de necrosis, quistes y hemorragias.
Algunas las encontramos con signos de maduración, las células más grandes con más
citoplasma, grandes núcleos vesicular y nucleolos prominentes, representan células
ganglionares en diversos estadíos, mezclados con neuroblastos; a esto se le llama
ganglioneuroblastoma. Ya las lesiones mejor diferenciadas con más células similares a las
ganglionares son ganglioneuromas, la maduración se asocia a la presencia de células de
Schwann.
La expresión de TrkA, un receptor de alta afinfidad del factor de crecimiento nervioso y que
sugiere diferenciación a estirpe de células ganglionares simpáticas, se asocia a buen
pronóstico.
Los niños menores de 2 años tienen un abdomen prominente por la masa abdominal, tienen
fiebre y pérdida de peso. En niños mayores pueden pasar desapercibidos hasta que hacen
metástasis produciendo hepatomegalia, ascitis y dolor óseo, ya sea por vía hematógena o
linfática, sobre todo a hígado, pulmones , huesos y médula ósea. En neonatos, se pueden
presentar metástasis cutáneas con una coloración azulada profunda en la piel, llamándose
beebé en pastel de arándanos, estos tumores producen catecolaminas, con lo que hay
concentraciones altas a nivel sanguíneo.
Retinoblastoma:
Son masas nodulares situadas en la zona posterior de la retina con siembras satélite, estos
tumores están compuestos por células pequeñas y redondas, con núcleos grandes e
hipercromáticos y escaso citoplasma, similares a retinoblastos.
Las células se pueden diseminar más allá del ojo a través del nervio óptico y el espacio
subaracnoideo, las metástasis suelen ser al SNC, cráneo, huesos distales y ganglios
linfáticos.
Hay escasa visión, estrabismo, coloración blanquecina de la pupila, dolor y sensibilidad del
ojo, la edad media de presentación es a los 2 años, pero pueden estar presentes en RN, si
no se tratan suelen ser mortales, pero con quimio y radio la supervivencia es habitual,
algunos desaparecen espontáneamente.
Tumor de Wilms:
Este tumor tiende a presentarse como una masa grande solitaria, bien delimitada, el 10%
bilateral o multicéntrico. Al corte el tumor es blando, color marrón grisáceo, con focos de
hemorragia y necrosis.
Los restos nefrólogos son lesiones precursoras del tumor de Wilms, suelen estar presentes
en el parénquima renal adyacente al tur, pueden ser masas expansivas que se asemejan al
tumor como restos hiperplásicos a restos escleróticos constituidos por tejido fibroso con
ocasionales túbulos y glomérulos inmaduros, estos pacientes tienen mayor riesgo a
presentar tumor en el riñón colateral.
Generalmente, los pacientes se presentan con una masa abdominal palpable, que puede
extenderse más allá de la línea media y hacia la pelvis. Menos habitualmente, las
características de presentación son fiebre y dolor abdominal, hematuria o, a veces,
obstrucción intestinal como resultado de la compresión tumoral. El pronóstico del tumor de
Wilms es, en general, muy bueno, y se han obtenido excelentes resultados con la
combinación de nefrectomía y quimioterapia. La anaplasia es un marcador de mal
pronóstico, pero solo si es difusa. Si la anaplasia es focal y limitada dentro de la muestra
resecada de nefrectomía, la evolución no es diferente de la de los tumores sin evidencia de
anaplasia.