Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El ciclo ATP-ADP. En las células, la e nergía de los enlaces químicos de los
combustibles se transforma en respuestas fisiológicas que son necesarias para la vida.
El papel central de los enlaces fosfato de alta energía del trifosfato de adenosina
(ATP) en estos procesos se resumen en el ciclo ATP-ADP (difosfato de adenosina)
(fig. 20.1). Para generar ATP a través de la respiración celular, los combustibles se
degradan mediante reacciones oxidativas que transfieren la mayor parte de la energía
de sus enlaces químicos al dinucleótido de nicotinamida y adenina (NAD+) y al
dinucleótido de flavina y adenina (FAD) para generar la forma reducida de estas
coenzimas: NADH y FAD(2H). Cuando el oxígeno oxida a estos compuestos en la
cadena de transporte de electrones, la energía se usa para regenerar ATP en el
proceso de la f osforilación oxidativa. La energía disponible de la ruptura de los
enlaces fosfato de alta energía del ATP puede usarse de manera directa para realizar
trabajo mecánico (p. ej., contracción muscular) o para trabajo de transporte (p. ej., un
gradiente de Na+ generado por la Na+, K+-ATPasa).
Se puede usar también para realizar trabajo bioquímico (reacciones químicas que
requieren energía), tal como vías anabólicas (biosíntesis de moléculas grandes tales
como proteínas) o reacciones de destoxificación. Las reacciones de transferencia de
fosforilo, los cambios conformacionales de las proteínas y la formación de
intermediarios activados que contienen enlaces de alta energía (p. ej., difosfato de
uridina [UDP]-azúcares) facilitan estas transformaciones de energía. La energía
liberada de los alimentos que no se usa para trabajo contra el medio se transforma en
calor.
Homeostasis del ATP. La oxidación de los combustibles se regula para mantener la
homeostasis del ATP (homeo: mismo; stasis: estado). Sin importar si el nivel de
utilización del combustible celular es alto (con consumo incrementado de ATP) o bajo
(con consumo reducido de ATP), el ATP disponible dentro de la célula se mantiene en
un nivel constante mediante incrementos o disminuciones apropiadas en la velocidad
de oxidación de los combustibles. Los problemas en la homeostasis del ATP y el
equilibrio de la energía se presentan con la obesidad, el hipertiroidismo y el infarto de
miocardio.
El principio básico del ciclo ATP-ADP es que la oxidación de los combustibles genera
trifosfato de adenosina (ATP), y la hidrólisis del ATP a difosfato de adenosina (ADP)
proporciona la energía para realizar la mayor parte del trabajo requerido en la célula.
Por lo tanto, al ATP se le ha denominado la divisa energética de las células. Para
mantener la demanda, se debe reabastecer constantemente el suministro de ATP a
través del uso del O2 para
la oxidación de los combustibles.
La cantidad de energía disponible para hacer trabajo útil a partir de la ruptura del ATP
está relacionada con la diferencia en los niveles de energía entre los productos y los
sustratos de la reacción y se conoce como el cambio en la energía libre de Gibbs, ΔG
(Δ, diferencia; G, energía libre de Gibbs). En las células, el ΔG para la producción de
energía a partir de la oxidación de los combustibles debe ser mayor que el ΔG de los
procesos que requieren energía, tales como la síntesis de proteínas y contracción
muscular, para que la vida continúe.
¿Cuánta energía puede obtenerse de la hidrólisis del ATP para hacer el trabajo
requerido en la célula? La cantidad máxima de energía útil que puede obtenerse de
una reacción se llama ΔG, el cambio en la energía libre de Gibbs. El valor de ΔG para
una reacción puede verse afectado por la concentración inicial de los sustratos y los
productos, la temperatura, el pH y la presión. El ΔG0 para una reacción se refiere al
cambio de energía para una reacción que empieza en concentraciones 1 M de
sustratos y productos y procede al equilibrio (por definición, el equilibrio ocurre cuando
no hay cambio con el tiempo en las concentraciones de sustratos y productos). ΔG0′ es
el valor para ΔG0 en condiciones estándar (pH = 7.0, [H2O] = 55 M y 25 °C), así como
concentraciones estándar (cuadro 20.1).
El ΔG0′ es equivalente a la energía de los enlaces químicos de los productos menos la
de los reactivos, corregida por la energía que se convirtió en entropía (un incremento
en la cantidad de desorden molecular). Esta corrección por el cambio de entropía es
muy pequeña para la mayoría de las reacciones que ocurren en las células y, de este
modo, el ΔG0′ para la hidrólisis de varios enlaces químicos refleja la cantidad de energía
disponible a partir de ese enlace.
El valor que se usa por lo general para el ΔG0′ de la hidrólisis del ATP –7.3 kcal/mol
(–30.5 kJ/mol) es así la cantidad de energía disponible de la hidrólisis del ATP, en
condiciones estándar, que puede gastarse en procesos que requieren energía; define el
“valor monetario” de la “divisa de ATP”. Aunque la diferencia entre las condiciones
celulares (pH 7.3, 37 °C) y las condiciones estándar es muy pequeña, la diferencia
entre las concentraciones celulares de ATP, ADP y fosfato inorgánico (Pi) y las
concentraciones estándar 1 M es enorme y afecta en gran medida la disponibilidad de
energía en la célula.
Cap 1 p 1-2
Para poder sobrevivir, los seres humanos deben satisfacer dos requerimientos
metabólicos esenciales: sintetizar todas las moléculas necesarias para las células, las
cuales no suministra la dieta, y proteger de toxinas el ambiente interno, modificando las
condiciones del ambiente externo. Para cubrir estos requerimientos deben
metabolizarse los componentes de la dieta a través de cuatro tipos de vías esenciales:
de oxidación de combustibles, de almacenamiento y movilización de combustibles, de
biosíntesis y de destoxificación o eliminación de desechos. La cooperación entre los
tejidos y las respuestas a los cambios en el medio externo se comunican a través de
las vías de transporte y señalización intercelular (fig. I.1).
Los alimentos de la dieta son los combustibles que suministran energía en forma de
calorías. Esta energía se emplea para realizar diversas funciones, como el movimiento,
el pensamiento y la reproducción. De esta manera, algunas de las vías metabólicas son
las vías de oxidación de combustibles que convierten el combustible en energía para
utilizarlo en el trabajo biosintético y mecánico. Sin embargo, ¿cuál es la fuente de
energía entre las comidas o durante el sueño? ¿Cómo sobrevive tanto tiempo una
persona en huelga de hambre como leemos en los titulares de los periódicos de la
mañana? Existen otras vías metabólicas, que son las v ías de almacenamiento de
combustibles. Los combustibles almacenados pueden movilizarse durante los periodos
entre comidas o cuando es necesario aumentar la energía para el ejercicio.
La dieta también contiene los compuestos que no pueden sintetizarse, así como todos
los bloques de construcción básicos para los compuestos sintetizados en las v ías de
biosíntesis. Por ejemplo, existen requerimientos de la dieta para algunos aminoácidos,
pero pueden sintetizarse otros aminoácidos a partir de los combustibles y un precursor
nitrogenado de la dieta. Los compuestos requeridos en la dieta para las vías de
biosíntesis incluyen ciertos aminoácidos, vitaminas y ácidos grasos esenciales. Las
vías de destoxificación y e
liminación de desechos s on vías metabólicas cuya función es
eliminar las toxinas que se hallan en la dieta o el aire, introducidas al organismo como
fármacos o generadas internamente a partir del metabolismo de los componentes de la
dieta. Los componentes de la dieta que no tienen valor para el organismo y que deben
eliminarse son los llamados xenobióticos.
En el ser humano, las necesidades de las diferentes células para realizar funciones
distintas han resultado en la especialización de la célula y el tejido en el metabolismo.
Por ejemplo, el tejido adiposo es un sitio especializado para el almacenamiento de
grasa y contiene las vías metabólicas que permiten realizar esta función. Sin embargo,
el tejido adiposo carece de muchas de las vías que sintetizan los compuestos
requeridos a partir de los precursores en la dieta. Para permitir que las células
contribuyan a la satisfacción de las necesidades metabólicas durante el cambio de las
condiciones de la dieta, sueño, actividad y salud, se requieren v ías de transporte entre
la sangre y los tejidos, además de vías de señalización intercelular. Un medio de
comunicación son las hormonas p ara trasmitir las señales a los tejidos acerca del
estado alimentario. Por ejemplo, el mensaje de término de la comida lo transporta la
hormona insulina, que emite señales al tejido adiposo para que almacene la grasa.
Es importante hacer notar que esta sección del libro contiene una visión general del
metabolismo básico, que permite presentar a los individuos en un nivel elemental para
satisfacer el interés de los estudiantes en la bioquímica reciente. El objetivo es suscitar
en el estudiante el interés por la bioquímica. No está diseñado como un texto
exhaustivo, dado que los diversos temas se revisan en las secciones IV a VII del texto.
La siguiente sección del texto (sección II) inicia con los principios esenciales de la
bioquímica y la relación de la química básica con los procesos experimentados en las
células vivas.
Cap 23 p 457-458
El ciclo del ácido tricarboxílico (ciclo del ATC) representa más de dos tercios del
trifosfato de adenosina (ATP) generados a partir de la oxidación del combustible. Todas
las rutas de la oxidación de ácidos grasos, glucosa, acetato y cuerpos cetónicos
generan acetil coenzima A (acetil-CoA), que es el sustrato para el ciclo del ATC.
Cuando el grupo acetilo (de dos carbonos) activado se oxida para dar dos moléculas de
CO2, la energía se conserva como d inucleótido de nicotinamida y adenina (NADH) y
dinucleótido de flavina y adenina (FAD[2H]) reducidos más un trifosfato de
guanosina (GTP) (fig. 23.1). Luego, el NADH y FAD(2H) donan electrones al O2, vía la
cadena de transporte de electrones y se genera ATP a partir de la fosforilación
oxidativa. Por consiguiente, el ciclo del ATC es esencial para la generación de energía
a partir de la respiración celular.
El grupo acetilo de dos carbonos es la fuente fundamental de los electrones que son
transferidos al dinucleótido de nicotinamida y adenina (NAD+) y al FAD, así como
también al carbono en las dos moléculas de CO2 que son producidas. Se usa y se
regenera oxaloacetato en cada vuelta del ciclo (fig. 23.1). No obstante, cuando las
células usan intermediarios del ciclo del ATC para reacciones de biosíntesis, los
carbonos del oxaloacetato tienen que ser reemplazados mediante reacciones
anapleróticas (de reabastecimiento) tal como la r eacción de la piruvato carboxilasa.
Existen dos consecuencias generales ante el funcionamiento deteriorado del ciclo del
ATC: 1) la incapacidad para generar ATP a partir de la oxidación del combustible y 2) la
acumulación de precursores del ciclo del ATC. Por ejemplo, la inhibición de la oxidación
del piruvato en el ciclo del ATC provoca su reducción a lactato, lo que causa acidosis
láctica. La situación más común que ocasiona una función deficiente del ciclo del ATC
es la falta relativa de oxígeno para aceptar electrones en la cadena de transporte de
electrones.
Cap 24 p 480-481
La energía procedente de la oxidación de combustible se convierte en enlaces fosfato
de alta energía del trifosfato de adenosina (ATP) mediante el proceso de f osforilación
oxidativa. La mayor parte de la energía de la oxidación de combustibles, obtenida en
el ciclo del ácido tricarboxílico (ATC) y en otras vías metabólicas, se conserva en la
forma reducida de las coenzimas aceptoras de electrones, dinucleótido de nicotinamida
y adenina (NADH) y dinucleótido de flavina y adenina (FAD[2H]). La cadena de
transporte de electrones oxida NADH y FAD(2H) y dona los electrones al O2, que se
reduce a H2O (fig. 24.1).
La energía procedente de la reducción de O2 se usa para la fosforilación del difosfato
de adenosina (ADP) en ATP por la ATP sintasa (F0F1- ATPasa). El rendimiento neto
de la fosforilación oxidativa se aproxima a 2.5 mol de ATP por mol de NADH oxidado o
1.5 mol de ATP por mol de FAD(2H) oxidado.