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REPÙBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR DE RELACIONES INTERIORES, JUSTICIA Y
PAZ
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LA SEGURIDAD
CENTRO DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO
CEFO PORTUGUESA
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BOLIVARIAN REPUBLIC OF VENEZUELA
MINISTRY OF THE PODER POPULAR PARA THE UNIVERSITY EDUCACIÓN
MINISTRY OF THE POPULAR POWER OF INTERIOR RELATIONS, JUSTICE AND
PEACE
NATIONAL EXPERIMENTAL UNIVERSITY OF SECURITY
RESEARCH AND POSTGRADUATE CENTER
PORTUGUESE CEFO
ABSTRACT
The general purpose of this article is to analyze the Security and defense of the Venezuelan
Nation from the perspective of the multidimensionality of citizen security, and the sole
objective of distinguishing the objective and subjective dimensions of citizen security. The
study is of a documentary type. The documentary analysis focuses on paying attention to the
products or documents that the researcher has at hand, this allows him to know their content,
select what is important to consider for his analysis, assimilate the information and build a
discourse that includes long quotes, short, paraphrases where the researcher makes his
contribution after analyzing them and verifying that he contributes to the purpose and central
objective of his writing.
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INTRODUCCIÓN
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EL PROBLEMA Y SU CONTEXTO
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debe creer en la efectividad de las instituciones formales. Éstas deberían atender los
problemas sociales, sobre todo en el contexto latinoamericano, donde las Constituciones
políticas han incorporado, recientemente, la seguridad como un derecho general de la
población.
La minimización de la desconfianza frente a las instancias formales de control social
es necesaria. De lo contrario se permite la ocupación de espacios por parte de instancias
privadas sustitutivas de control social que no responden con criterios de amplitud y equidad
ante las necesidades sociales. En este momento se necesita reflexión sobre el tema de la
seguridad y su repercusión en las políticas sociales en torno a la articulación de las
expectativas ciudadanas, las necesidades puntuales sobre el tema de la seguridad y los
recursos disponibles por parte del Estado para enfrentar las necesidades sociales. Esto
contribuiría a diseñar una política viable que se adapte a las tendencias actuales en materia
de seguridad ciudadana.
Según Mejías y De Sousa (2015).
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para limitar el ejercicio democrático del pueblo y darle sostenibilidad política e institucional
a la institución militar.
MARCO REFERENCIAL
Durante las guerras mundiales, las fuerzas armadas la seguridad internacional, entró
en una fase de desconfianza estratégica que conllevaron a las relaciones entre países
realmente conflictivas, a fue a partir de partir de la década de los 90´s, cuando comienza a
emerger otra visión de la seguridad diferente a la visión militar, por lo que la situación
comienza a diversificarse hasta dar con la concepción de seguridad multidimensional.
Según Según Mejías y De Sousa (Ídem), “La extensión del concepto de seguridad
evolucionó en dos dimensiones: la seguridad humana y la seguridad multidimensional en el
marco del sistema interamericano” (p. 16). Sin embargo, en las dimensiones señaladas, hay
aspectos coincidentes, y también diferentes, en la cual se observa el enfoque estratégico y
sectorial.
Para Mejías y De Sousa (Ibídem):
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muchas veces donde fungen los intereses de grupos, de clases sociales, de oligarquías que
velan por sus intereses personales, de la renta nacional.
De allí que, el concepto de seguridad humana como una noción inclusiva
multidimensional, a partir de los postulados del PNUD en 1994 en su Informe sobre el
Desarrollo Humano, ha ido ampliándose progresivamente hacia dimensiones: económicas,
sociales, laborales, comunitarias. Al respecto, Mejías y De Sousa (Ob. Cit.), analizan el tema
sosteniendo que:
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Estados de la región, definiciones políticas e institucionales y percepciones disímiles sobre
las amenazas y factores de riesgo, que se reflejan en las particularidades de las políticas de
defensa nacionales” (Mejías y De Sousa, 2015, p. 17).
“En la actualidad, entre los países suramericanos, el marco institucional para el
establecimiento de funciones para las Fuerzas Armadas, se determina dentro de una
definición de seguridad de amplio espectro, que se presenta en los países suramericanos con
diferente denominación: Seguridad Nacional, Seguridad Integral, Seguridad Ampliada. El
ámbito de estas definiciones abarca y articula la seguridad pública, la defensa nacional y
otras dimensiones sectoriales. El sector de la defensa se articula al sistema de seguridad del
Estado, bajo diversas denominaciones, por ejemplo: Seguridad y Defensa Nacional (Perú);
Seguridad Nacional (Chile); Seguridad pública y del Estado (Ecuador); Seguridad y Defensa
Integral (Venezuela, Bolivia); Defensa y Seguridad Pública (Brasil)” (Mejías y De Sousa,
2015, p. 18).
Ahora bien, todos esos elementos que caracterizan la seguridad y defensa de la nación
son pilares de la Seguridad y son indispensables para el bienestar de la sociedad, de la
colectividad, porque garantiza y protege los derechos de la nación tanto en el ámbito interno
como el externo, vinculado a la soberanía e independencia de la nación.
En ese sentido, la seguridad y defensa de la nación está orientada desde el estado
venezolana por la carta magna de 1999. En su artículo No. 322.
Como se puede leer, la base de la defensa de la nación busca o persigue que exista una
corresponsabilidad de todo el conjunto de la sociedad. Esto con la finalidad de que no se vea
interrumpido el goce y el disfrute de los derechos humanos, así como el ejercicio de los
derechos y garantías constitucionales en los ámbitos económicos, social, político, cultural,
geográfico, ambiental y militar, correspondiéndole a la Fuerza Armada Nacional como la
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mayor responsabilidad de la defensa del territorio, la soberanía y las garantías constitucionales
para preservar la paz y la independencia de la nación.
La seguridad de la nación, sin lugar a dudas, forma parte de las políticas que el estado
venezolano debe formalizar para garantizar la seguridad del país, que es en última instancia la
paz que necesitan todos los sectores productivos para producir alimentos, mercancías y
servicios y para el estado ofrecer los servicios públicos de manera estable y de calidad. Veamos
lo que señala el artículo 323:
“Sólo el Estado puede poseer y usar armas de guerra. Todas las que existan, se
fabriquen o se introduzcan en el país pasarán a ser propiedad de la República
sin indemnización ni proceso. La Fuerza Armada Nacional será la institución
competente para reglamentar y controlar, de acuerdo con la ley respectiva, la
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fabricación, importación, exportación, almacenamiento, tránsito, registro,
control, inspección, comercio, posesión y uso de otras armas, municiones y
explosivos.”
Siguiendo en el mismo orden de ideas, el artículo 324 refiere que el Estado es libre de
poseer y hacer uso de cualquier tipo de arma necesaria haciendo énfasis en que es la Guardia
Nacional el ente de seguridad competente para formular reglas de acuerdo a la Ley respectiva
de la fabricación y todo proceso relacionado con el manejo de dichas armas de guerra. Es decir,
todas las armas que se construyan o introduzcan pasan a jurisdicción de la Fuerza Armada
Nacional sin proceso alguno. Todo ello, en el marco de lo que son las operaciones de seguridad
nacional.
De igual manera el artículo 325 señala:
“El Ejecutivo Nacional se reserva la clasificación y divulgación de aquellos asuntos
que guarden relación directa con la planificación y ejecución de operaciones concernientes
a la seguridad de la Nación, en los términos que la ley establezca”.
Según este artículo, todos los datos que se produzcan en la República Bolivariana de
Venezuela y que tienen que ver con cualquier operación vinculada a la seguridad nacional
debe estar resguardada de tal manera que quedan a salvo de otorgar el derecho que otorga el
artículo 143 (actuación transparente de la adm. Publica), en la cual, los ciudadanos que
quieran saber que se ocultan los expedientes de la administración de la seguridad de la nación
y que tenga que ver con ella, exista la permisología correspondiente que permitida acceso
en aquel asunto que no sea de seguridad nacional extremas basada en el artículo 143 y a su
vez se ese derecho de información que pueda tener algún autoridad de la nación de los niveles
altos y jerárquicos del consejo de seguridad, siempre dentro de los límites que las mismas
leyes puedan permitir.
En consecuencia, el asunto de la seguridad tiene que ver con el manejo de la
información y esa información tiene que ser clasificada un ámbito de seguridad porque el o
los actuales momento en lo que la injerencia extranjera hace viaja la nación la información
que tiene que ver con el armamento comer desplazamiento con la toma decisiones con el
personal con que se cuenta no pueden permitir sé que sea divulgar porque eso le daría ventaja
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lo potenciales enemigos que la república bolivariana de Venezuela pudiera tener en el
contexto geo político en la que nos encontramos actualmente el cual países como sea
Colombia que tiene 7 base militares y toda apuntando hacia este país tiene caso de Brasil
que es la potencia latinoamericano solamente en tecnología y economía sino en el ámbito
militar ya que a tenido igual que Colombia experiencia en asunto internacionales aportando
tropas en conflictos fuera de américa.
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comunitario, para el involucramiento en el desarrollo de planes y programas de atención
ciudadana vinculados a la paz y la convivencia social.
DIMENSIONES DE LA SEGURIDAD.
Dimensión subjetiva: el sentimiento de inseguridad según señala PROVEA (Íbidem),
quien se apoya en estudios analizados por ella misma, tiene escasa relación con el riesgo
objetivo de victimización. Por lo que muchas veces, el sentimiento de inseguridad “está
menos presente en los barrios objetivamente más seguro”. Señala PROVEA (Op. Cit.),
además que las causales de esta situación están relacionadas con “un cierto nivel de
ilegalidad difusa” (p. 2), o la “prevalencia de variables subjetivas como la edad, el sexo, el
estatus social o la vulnerabilidad ante el mensaje de los medios de comunicación” (pá.2).
Lo que queda claro al respecto, es que existe una diferencia entre seguridad subjetiva
y seguridad objetiva, los cuales están directamente proporcional con el incremento de la
percepción de inseguridad de la población, por lo que si se conocen estos elementos a
profundidad se pudieran tomar medidas que permitan a la población encontrar la raíz del
miedo y “evitar la canalización de las inseguridades personales y sociales en forma de castigo
a los sectores más desfavorecidos"( pá.3).
Señala PROVEA (Ob.Cit.), que sus estudios muestran que en Venezuela “hay una
combinación entre una alta percepción de inseguridad y una inseguridad objetiva” (p.3). Es
por ello que, la inseguridad ciudadana y la delincuencia continúa situados en las primeras
posiciones de las principales preocupaciones de los venezolanos.
DIMENSIÓN OBJETIVA.
En ese sentido, esta corresponde al registro de datos de todos los hechos que se suceden
en tiempo real y que son analizados por los funcionarios policiales. Más claramente
PROVEA (2017), señala que “esta dimensión está constituida por aquellos datos y registro
de los casos y situaciones de violencia, inseguridad ciudadana y criminalidad que
efectivamente se registra en las instituciones policiales” (p.3). Con relaciona lo señalado en
el párrafo anterior, se entiende que la seguridad objetiva hace referencia en cifras exactas
al índice que mide los actos delictivos que se cometen en una ciudad o parte de ella.
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Transmite una sensación real, medible y, por lo tanto, objetiva. Es decir, su función es ofrecer
una imagen fidedigna del nivel de seguridad (o inseguridad) existente.
Continuando con la reflexión, se puede señalar que, la inseguridad es un estado
emocional que se deriva de lo que percibidos en el ambiente cuando observamos que cosas
extrañas suceden en nuestro alrededor, nuestra mente comienza a trabajar y a hacer análisis,
sobre aspectos lógicos e ilógico del entorno. Es por ello que, estar seguro es un estado de
equilibrio que nos garantiza que no debemos preocuparnos, pero cuando ese equilibrio se
rompe, la incomodidad, el temor, el miedo, puede atacar nuestro pensamiento, incluso puede
descomponer nuestro cuerpo hasta llevarlo al pánico. Vivir en estas condiciones no es lo
deseable, pues nuestras vidas dejan de ser normal y nuestro estado mental incluso se
perturba. De allí que, la seguridad es importante para un buen vivir.
En ese sentido, la seguridad ciudadana garantiza que los ciudadanos puedan proteger
sus propiedades, sus vidas, su salud mental y emocional. Los seres humanos tienen esa
capacidad de percibir el peligro que puede ser potencial o que está muy cercano. Esa
percepción lo pone alerta y automáticamente, la persona puede establecer parámetros sobre
la peligrosidad que representa al ambiente para su vida, propiedades y para los que conviven
con él.
Es importante saber que, según González (2013), “La Seguridad de la Nación se refiere
principalmente a 3 aspectos: Seguridad del territorio. Seguridad de la población y la seguridad
de las libertades"(p.3). Definiendo cada uno, la literatura especializada indica que podemos
categorizarla de la siguiente manera:
Se observa que esta tiene por finalidad, brindar la mayor suma de seguridad ciudadana
a la sociedad. A su vez, la Ley Orgánica Del Servicio De Policía Y Del Cuerpo De Policía
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Nacional Bolivariana: en su artículo Nº 4, indica: “Proteger el libre ejercicio de los derechos
humanos, libertades públicas, y garantizar la paz social. Prevenir la comisión de delitos”.
(s/np). También, la Ley Del Estatuto De La Función Policial, en su artículo 4 de función
policía establece con claridad el modelo de actuación apegado a principios constitucionales
vinculados a demás con la protección de los derechos humanos.
CONCLUSIONES.
Es necesario generar en todo el continente particularmente en los regímenes
democráticos funcionales, una visión integral de la seguridad de la nación, en la cual la
asignación de funciones a los militares sea más específica y diferenciada de los cuerpos
policiales que deben garantizar la vida de los ciudadanos y están al servicio de ella, no para
considerarla un enemigo interno sino como un grupo social que tiene derechos y deberes que
cumplir con su nación y está obligado a someterse a las leyes que garantizan la paz social y
el control social para poder vivir en comunidad.
Por lo tanto, aquellos fenómenos de índole delictiva de los que atañen a la integridad
y soberanía estratégica de los estados, corresponde exclusivamente a un cuerpo militar
distinguido y basado su actuación en articulación con otros órganos que disponen la
tecnología y los recursos para mantener la seguridad ciudadana en el territorio, en el combate
de los delitos civiles acogidos al código orgánico procesal penal.
Está planteada en consecuencia, ante el auge delictivo que traspasa las fronteras
nacionales como el narcotráfico, construir una de cooperación en la región en torno al
concepto de multidimensionalidad, para enfocar una visión continental, sub regional que
vaya deslindando los componentes de cooperación en seguridad: diferenciando los que
implican a la defensa y el accionar de Fuerzas Armadas, de las que corresponden a la
seguridad pública y las misiones policiales, reconociendo la diversidad de los modelos
nacionales ante los diversos tipos de riesgos y amenazas.
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Consejo General de Policía. (2011). en la Baquía No. 18, La clave del acuerdo. Practiguía
para la resolución pacífica de conflictos. UNES. Caracas. Venezuela.
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Datos Personales
Apellidos: Azuaje
Nacionalidad: venezolano
Edad: 46 Años
Sexo: Masculino
Estudios Realizados
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Universidad Nacional Experimental Para La Seguridad (UNES) Maestría
en Seguridad Policial
Universidad Nacional Experimental Para La Seguridad (UNES)
DOCTORADO en Seguridad Policial “ESTUDIANDO”
Cursos Realizados
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