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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LA SEGURIDAD


TSU INVESTIGACION PENAL
CENTRO DE FORMACION UNES GUARICO

REFELXION SOBRE LA COMPLEJIDAD


ESTRATEGICA DE LA GEOPOLITICA EN LA
FUNCION POLICIAL

PROFESORA: PARTICIPANTE:
ANGELICA LLOVERA - ZAPATA ROSWERS
C.I: V-21.407.017

San Juan de los Morros, JULIO de 2021.


En esta reflexión se plasma la de manera clara la complejidad de la
profesión del servicio de policía frente a la seguridad ciudadana soportada en la
geopolítica de Estado “Seguridad ciudadana: una política gubernamental para el
mejoramiento de la calidad de vida del pueblo venezolano”, que se convierte en
una prioridad de gestión operacional que orienta de manera acertada la Policía
Nacional y demás cuerpos de Policías Estadales y Municipales, para que su
despliegue y contribución con las políticas institucionales se realicen en el marco
de los principios de calidad y preservación de los derechos humanos.

Inicialmente es importante comprender que la seguridad ciudadana es un bien


público, encaminado a la protección de la integridad física y moral de las
personas, sus bienes, propiedades y la convivencia de la sociedad en democracia,
plasmado claramente en la Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela
necesarias para el beneficio de la comunidad en su conjunto. Fundamento de la
justicia, la dignidad, el bienestar, la calidad de vida, la solidaridad, los derechos,
las libertades y el desarrollo de las actividades sociales, económicas y políticas.

Por consiguiente, el Gobierno Venezolano con el fin de garantizar estos


principios que enmarcan el servicio policial, establece los escenarios de actuación
frente a los cuales se debe desplegar toda la actividad operativa por lo cual se ha
esmerado en la transformación total, estructural y de fondo de todos los cuerpos
policiales del país con la creación de la UNES dándole soporte jurídico con la
promulgación de leyes especiales que consolidan la seguridad y convivencia
ciudadana en la totalidad del territorio nacional.

Así, la complejidad estratégica de la geopolítica del servicio de policía


planteadas en este trabajo, desarrollan la doctrina operacional frente a los
procesos misionales de las Instituciones en seguridad y convivencia ciudadana,
prevención, inteligencia e investigación criminal. Para ello, se adaptan estructuras
enmarcadas al Nuevo Modelo Policial, tomando en cuenta los recursos financieros
y logísticos de los que ha dispuesto el estado venezolano a disposición de los
cuerpos de seguridad, que alientan y promueven la tecnificación y
profesionalización que deben alcanzar sus miembros. De esta manera, se
garantiza su posicionamiento como Instituciones a la vanguardia en la atención
que requieren las zonas sensibles del país.

Esta nueva noción de la geopolítica en materia de seguridad, abre el camino para


la participación activa de las instituciones policiales donde indiscutiblemente da
cuenta de una dimensión más holística del concepto en el que el ser humano pasa
a ser el centro del debate, lo cual es posible en el marco de un nuevo paradigma
de Desarrollo Humano Sostenible. De esta forma, la noción de seguridad humana
está compuesta por diferentes componentes entre los que se destacan: la
seguridad alimentaria, política, ambiental, personal, económica y comunitaria.

La definición de seguridad humana que incluye como un componente la


seguridad personal, permite a su vez aproximarse a una noción más específica la
seguridad ciudadana, que como bien se propone en el Informe de Naciones
Unidas para América Central 2009-2010 titulado “Abrir espacios para la seguridad
ciudadana y el desarrollo humano” es una modalidad específica de la seguridad
humana, que puede ser definida inicialmente como la protección universal contra
el delito violento o predatorio. La seguridad ciudadana es la protección de ciertas
opciones u oportunidades de todas las personas (su vida, su integridad, su
patrimonio) contra un tipo específico de riesgo (el delito) que altera en forma
“súbita y dolorosa la vida cotidiana de las víctimas.”

Dicho lo anterior, resultan evidentes los cinco atributos de la seguridad


ciudadana, que la hacen una noción específica y especial en el marco del
paradigma de Desarrollo Humano Sostenible, de acuerdo a las políticas públicas
que desarrolla el estado venezolano:

• La seguridad ciudadana está en la base de la seguridad humana. En efecto, el


hecho de estar vivo es la oportunidad más básica que puede disfrutar un ser
humano; la integridad personal es condición necesaria de su libertad y dignidad y
el patrimonio que es necesario adquirir para asegurar la calidad de vida.

• La seguridad ciudadana es la forma principal de la seguridad humana. Vivimos


indefensos frente a la naturaleza (frente a los terremotos, la enfermedad y la
muerte), pero nuestra supervivencia como especie depende de un “contrato
social”, que nos impida destruirnos los unos a los otros.

• La seguridad ciudadana garantiza derechos humanos fundamentales, los cuales,


“son los derechos que tienen todas las personas, en virtud de su humanidad
común, a vivir una vida de libertad y dignidad”.

• La seguridad con respecto al crimen es un componente esencial de la ciudadanía


y un derecho fundamental del ciudadano o ciudadana, vale decir, que no sólo está
la reivindicación “moral”, sino que existe una base jurídica para exigir la protección
del Estado contra el crimen.
• La seguridad ciudadana atañe inmediatamente a la libertad, que es la esencia
del desarrollo humano. En efecto, un delito es un acto deliberado de un ser
humano en perjuicio abusivo de otro ser humano. El delito es una “opción” o una
oportunidad para quien lo comete, pero es precisamente la opción que un ser
humano debe descartar porque destruye injustamente las opciones del otro. El
delito es una opción indeseable y su mejor antídoto es la existencia de alternativas
legítimas.

De ahí que se pueda inferir, que las problemáticas de violencia e inseguridad


ciudadana inciden directamente en la calidad de vida de los ciudadanos, limitando
sus espacios, relaciones sociales y derechos humanos fundamentales como el
derecho a la libertad, la integridad psíquica, física y patrimonial, así como la vida
en comunidad y el desarrollo de la democracia, entorpeciendo el crecimiento
económico y la reducción de la pobreza.

Siguiendo esta lógica, la complejidad estratégica de la geopolítica en la función


policial, la seguridad ciudadana debe ser posible en los espacios públicos y
privados de los ciudadanos. Por esto, tal como lo planteaba Soraya El Achkar
Secretaria Ejecutiva del Consejo General de Policía y representante de la Red de
Apoyo por la Justicia y La paz, en declaraciones ofrecidas en el año 2009 sobre el
marco de la necesidad da la reforma, transformación y reclasificación de los
cuerpos policiales, la materialización del concepto de seguridad ciudadana tiene
como principal significado el no temer una agresión violenta, saber respetar la
integridad física y sobre todo, poder disfrutar de la privacidad del hogar sin miedo
a ser asaltado y poder circular tranquilamente por las calles sin temer un robo o
una agresión.

Paralelamente, es claro que la seguridad es un derecho humano, que como


tal debe ser respetado, protegido y por el que deben propender desde su ámbito
de competencia todas las instituciones del Estado. En este sentido, es importante
reconocer que el derecho a la seguridad está consagrado en la declaración
Universal de los Derechos Humanos en los artículos 3 y 17, igual situación se
repite en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos en los artículos 6.1
y 9.1, la declaración Americana sobre Derechos y Deberes del Hombre artículos I
y XXIII y la Convención Americana sobre Derechos Humanos artículos 4.1, 5.1,
7.1, 21 y 32.2.

En este orden de ideas y según las obligaciones del Estado Venezolano en


relación con la seguridad, se puede sugerir que cuando el Estado, ya sea por
acción o por omisión o falta de políticas, estrategias y planes, no garantiza la
seguridad de los individuos y los derechos a los que la misma conlleva, incumple
tres tipos de obligaciones estatales; RESPETAR, PROTEGER Y CUMPLIR los
Derechos Humanos.

En consecuencia, las actuaciones de las diferentes Policías y de todas las


instituciones que tienen funciones y competencias en la materia de seguridad
deben regirse por los principios consagrados de nuestra carta magna, de
legalidad, objetividad, eficiencia, profesionalismo y honradez.

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