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Asignatura: Introductoria a la
Seguridad Ciudadana
1
Programa
Curso de Ingreso 2019
1. FUNDAMENTACIÓN
2
Los programas de formación académica y profesional del plan de estudios de la
Licenciatura en Seguridad Ciudadana son una contribución universitaria a la modificación
de la cultura de seguridad predominante y su lectura unilateral de la realidad. Surge como
un espacio de formación universitaria para contribuir a la profesionalización y
especialización en los nuevos paradigmas de la seguridad ciudadana.
En el curso introductorio se pretende presentar los ámbitos laborales en los que los
profesionales de la seguridad ciudadana pueden desempeñarse.
2. OBJETIVOS
La asignatura tiene una modalidad de cursada teórico práctica dividida en tres segmentos:
1) presentación del material de lectura por parte de los docentes; 2) confección de trabajos
prácticos, sean grupales o individuales; 3) puesta en común de lo trabajado y cierre del
tema por parte del docente.
El método de evaluación constará de un examen integrador en la última semana del Curso
que se aprueba con 4 (cuatro) según Disposición SA 531/16.
4. CONTENIDOS PROGRAMÁTICOS
Bibliografía:
Universidad Nacional de Lanús, Consejo Superior. Resolución CS Nº 033/15, plan de
Estudios de la Licenciatura en Seguridad Ciudadana.
3
2.4 Definiciones en torno a la seguridad: seguridad humana, pública, ciudadana y
comunitaria.
2.5 Definiciones en torno a la inseguridad: objetiva y subjetiva.
Bibliografía:
FERNÁNDEZ, M. B. (2009) Nuevos paradigmas en seguridad. Módulo publicado en
Portal Educ.ar. Dirección Nacional de Formación, Capacitación e investigación en
Seguridad Pública. Ministerio de Justicia, seguridad y Derechos Humanos/ Ministerio de
Educación de la Nación.
RODRIGUEZ ALZUETA, E. (2011) comp. “SEGURIDAD, DERECHOS HUMANOS y
DEMOCRACIA: definiciones básicas”. En Seguridad y Derechos Humanos:
herramientas para la reflexión sobre la seguridad ciudadana y democrática. Ministerio
de seguridad de la Nación.
Bibliografía:
RODRÍGUEZ ALZUETA, E. (2011) comp. “Construyendo un modelo de seguridad
ciudadana democrática”. En Seguridad y Derechos Humanos: herramientas para la
reflexión sobre la seguridad ciudadana y democrática. Ministerio de seguridad de la
Nación.
VARELA, C. (2010) (comp). Cuadernos de seguridad Nº5: La Seguridad Ciudadana.
Buenos Aires: Edición de la UNLa/Consejo de Seguridad Interior.
Bibliografía:
RODRÍGUEZ ALZUETA, E. (2011) comp. “Obligaciones del Estado en materia de
seguridad”. En Seguridad y Derechos Humanos: herramientas para la reflexión sobre la
seguridad ciudadana y democrática. Ministerio de seguridad de la Nación.
VARELA, Cristian (2010) comp. Cuadernos de seguridad Nº5: La Seguridad Ciudadana
Edición de la UNLa/Consejo de Seguridad Interior, Buenos Aires.
4
LICENCIATURA EN SEGURIDAD CIUDADANA
PLAN DE ESTUDIOS
FUNDAMENTACIÓN DE LA CARRERA
En el caso de los medios de comunicación, éstos presentan una capacidad indiscutible para
establecer agenda, orientar temores y pánicos sociales, criminalizar y/o descriminalizar
comportamientos, y, en definitiva, para configurar las prenociones más influyentes sobre la
inseguridad delictiva, todo ello fundado en criterios y necesidades manifiestamente externos
a la problemática delictiva en sí.
Ante estas circunstancias, se hace aún más evidente la necesidad de contar con
profesionales capacitados con una formación específica, un bagaje teórico crítico y con
5
herramientas eficaces, actualizadas y pertinentes para la gestión de las políticas públicas de
seguridad.
En la última década el campo de la seguridad se ha consolidado como campo académico y
campo profesional abrevando en los aportes, en sentido diverso, de las investigaciones
académicas que han ido abordando estos problemas, y de las políticas públicas que han
contribuido mediante sus decisiones a la producción de conocimiento estratégico.
Por cierto, en el momento en que se produjo el diseño original de la carrera que dio inicio en
el año 2004, la categoría seguridad ciudadana, no constituía un constructo académico sino
un horizonte político estratégico. Hoy contamos con esa densidad teórica que nos permite
definir un perfil de formación con eje en la seguridad ciudadana, y trayectorias de políticas
públicas que abren nuevas perspectivas de intervención profesional en este campo.
ORGANIZACIÓN CURRICULAR
3. Seminario
Pensamiento 64
Nacional y
Latinoamericano
2 6 Seminario 64 8. Paradigmas y 64 10. Metodología 64
Justicia y Derechos Sistemas de de análisis de las
Humanos Seguridad instituciones y las
organizaciones.
64 9. Seminario 32
7- Antropología optativo
social y jurídica
7
5 20.Optativa del 21.Participación 64 23. Diseño, 64
campo del derecho 64 comunitaria y gestión y
a. Derecho seguridad evaluación de
Penal y seguridad ciudadana proyectos locales
en seguridad
b. Principios ciudadana.
de Derecho
administrativo y
gestión publica 22. Gestión de 64 24. Taller de 160
Riesgo y intervención de
Seguridad operadores
Ciudadana locales en
prevención
TITULO INTERMEDIO
Tecnicatura Universitaria en Gestión de la Seguridad Ciudadana
Carga horaria: 1.696 hrs.
6 25 Legislación y 64 26.Investigación 32 28. Elementos de 64
normatividad en del delito y gestión estadística y
seguridad de la información demografía.
ciudadana criminal
27. Ciudadanía, 64 29. Metodología 64
inseguridad de la
subjetiva y miedo investigación
al delito. social aplicada a
la seguridad
ciudadana.
7 30. Geopolítica, 64 32. Políticas 64 34.Taller de 64
Globalización y comparadas en elaboración de
conflictos seguridad proyecto de TFI.
8
CARGA HORARIA PARCIAL 864 732 1056
POR AREA
TITULO DE GRADO
Licenciatura en Seguridad Ciudadana
Carga horaria total:2.816 hrs.
Por ello, se plantea entre sus objetivos primordiales, “la formación de gestores sociales
calificados sólidamente para la concepción, diseño e instrumentación operativa de políticas
basadas en la interpretación de una sociedad compleja, en proceso permanente de
formación y con vocación ética en sus motivaciones”. En el marco y alcances de este
Proyecto Institucional se ha diseñado un Plan de Estudios actualizado en tanto problemas,
perspectivas y herramientas de intervención profesionales necesarias para el diseño y
planeamiento de proyectos de intervención en los nuevos contextos.
2. La comprensión de los problemas del campo de la seguridad desde los procesos socio
históricos nacionales y latinoamericanos con énfasis en la recuperación de las matrices del
pensamiento nacional.
9
3. La integración a equipos técnicos de intervención en el abordaje de problemáticas del
campo de la seguridad ciudadana.
10
2. La participación y conformación de equipos interdisciplinarios para el abordaje integral
de las problemáticas del campo de la seguridad ciudadana.
3. El diseño y desarrollo de estrategias integrales para la promoción de las garantías
constitucionales de los ciudadanos y colectivos sociales, en el marco de una seguridad
democrática y el acceso a la justicia.
4. La promoción de la perspectiva de género y respeto por las diversidades culturales en
las acciones de intervención profesional.
5. La comprensión de los problemas del campo de la seguridad desde los procesos
sociohistóricos nacionales, latinoamericanos y globales con énfasis en la recuperación de
las matrices del pensamiento nacional.
6. El abordaje de los fenómenos vinculados con las violencias y el delito, con enfoques
innovadores desde perspectivas interdisciplinarias.
7. La producción de diagnósticos e informes en relación a la seguridad y las políticas
públicas, tanto en términos doctrinarios como operativos.
8. La formulación, implementación, evaluación de políticas públicas multiagenciales en
seguridad.
9. El diseño, gestión y evaluación de proyectos de seguridad desde la perspectiva del
planeamiento estratégico, en diversos ámbitos de la función pública nacional, provincial,
municipal y local.
10.El desarrollo de estrategias de participación ciudadana y comunitaria en seguridad
desde organizaciones sociales, espacios públicos y gestión privada.
11.El diseño y desarrollo de acciones de capacitación y promoción en cuestiones asociadas
a la seguridad, en ámbitos institucionales públicos y privados, empresariales, comunitarios y
masivos.
12.El desarrollo de métodos y técnicas de gestión de la conflictividad en diversos ámbitos.
13.La elaboración procedimientos administrativos en la gestión de políticas públicas de la
seguridad.
14.El análisis de la información y estadística criminal para el asesoramiento en la toma de
decisiones en materia de seguridad ciudadana.
15.El manejo y analizar tecnologías apropiadas para las producciones de mapeos,
monitoreos y sistemas de información estadística.
16.La promoción de políticas multiagenciales de prevención de la violencia y el delito.
17.La participación en espacios de investigación científica en ciencias sociales en el campo
académico de la seguridad.
18.El desarrollo de métodos y técnicas aptas para realizar auditorías y peritajes en distintas
situaciones relacionadas con la seguridad.
ESTRUCTURA CURRICULAR
SEGUNDO AÑO
Tercer cuatrimestre
11 Historia moderna y Asignatura 64 hs. 4
C
contemporánea*
12 Perspectivas sociológicas de Asignatura 64 hs. 4
fundamento de la seguridad. C
Quinto cuatrimestre
20 Electiva del campo del Derecho: Asignatura 64 hs. 4 1
1.Derecho Penal y seguridad
C
2.Principios de Derecho
administrativo y gestión publica
13
extranjero I Portugués I
Sexto cuatrimestre
Séptimo cuatrimestre
14
Integrador
Informática 4 -Planilla de
Opción A: Calculo II
Módulo 4 o 6
6- B Modulo 32hs 4
Presentaciones
Informática 7-Sistema de
Opción Información
B:Módulo 7 Geográfica
o 11
B Modulo 32hs 4
11 Programa Módulo 4
Estadístico para
las Ciencias
Sociales(SPSS)
Idioma
extranjero II Inglés II Inglés I
C Asignatura 64 hs. 4
Portugués II Portugués I
15
Nuevos Paradigmas en Seguridad1
INTRODUCCIÓN
Con este módulo damos inicio a este espacio de reflexión y capacitación acerca
de la seguridad y los diversos paradigmas que se han ido construyendo a lo
largo de las últimas décadas.
Este texto base está estructurado en dos partes:
La primera refiere al contexto de surgimiento de los diversos
paradigmas en seguridad.
La segunda presenta brevemente los paradigmas.
Cada uno de nosotros como ciudadanos de una Nación y parte de las
instituciones del Estado, hemos sido testigos durante nuestras trayectorias
laborales de distintos lineamientos de las políticas públicas. Podemos dar cuenta
de distintos momentos, en nuestras jurisdicciones y a nivel nacional, en el
modo de comprender los problemas referidos a la seguridad y de las políticas
públicas que se desarrollaron a partir de ello. Algunas pueden identificarse
claramente; otras quizás sean menos contundentes. La propuesta es producir un
análisis de aquello que da fundamento a nuestra tarea cotidiana, la seguridad.
1
El presente texto ha sido publicado como material del Curso virtual “Coordinación de acciones de capacitación
policial./ Educ. ar, Ministerio de Educación de la Nación julio 2009-marzo 2010. (Organizado por la Dirección
Nacional de Formación profesional, Capacitación e investigación en Seguridad Interior de la Nación)
16
los cambios esperados.
Entonces estos lineamientos no refieren exclusivamente a una escuela o postura
teórica, sino de la interacción con los modos en que una sociedad y una cultura
entienden su necesidad, en la dinámica cambiante de los problemas concretos.
Surge de sus problemas cotidianos y las formas de abordarlos, y los saberes y
conocimientos que desde el campo de la seguridad se han ido construyendo para
comprenderlos. Deben poder atender no sólo a la efectividad sino a la visión
legitimada socialmente para abordarlos.
Cada vez que se interviene ante un problema cotidiano de los vecinos de tal o
cual barrio, o de conflictos de diversa intensidad, estamos poniendo en juego
concepciones, teorías, visiones acerca del alcance del mismo. ¿Es una situación de
caso individual o es un conflicto subyacente de orden social y colectivo?
17
historia pa ra abordar la seguridad. De eso se tratan los paradigmas.
La propuesta de este módulo es poder darnos un espacio para analizar dichas
políticas públicas en seguridad a la luz de diversos paradigmas.
2
Ver: Kuhn, T. “La estructura de las revoluciones científicas”, FCE, México. 1985. ”Segundos pensamientos
sobre paradigmas”, Madrid, Tecnos, 1978.
18
En una época histórica no existe un único paradigma. Sino que operan diversos
paradigmas en simultáneo, en el propio dinamismo de búsqueda de soluciones
desde diversos enfoques.
19
universitarios, centros de estudios interdisciplinarios, instancias de debate y
discusión, producciones científicas y de divulgación. Ello indica que esta
preocupación por los problemas y el desarrollo de estudios al respecto instala a la
seguridad pública y ciudadana como problemática dentro de la comunidad
científica.3 Pero lo más importante es que la misma es recuperada por la
ciudadanía y las organizaciones, dado que la ciencia desborda sus categorías a
la vida cotidiana.
PRIMERA PARTE
3
Ver Tisconia, S. “La seguridad pública como tema de investigación de la universidad y las
organizaciones de derechos humanos”. Revista Cuadernos de Seguridad. Secretaria Ejecutiva del
Consejo de Seguridad Interior, Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, Nº9-04/2009.
20
ciudadanía, del contexto histórico- político cultural desde el cual estas demandas
emergen.
4
Ver: Fernández, M.B. “Transformaciones Culturales y Políticas de Seguridad”. Presentación en el Seminario sobre
Seguridad Publica Consejo de Seguridad Interior- Departamento de Políticas Públicas-UNLa. Región NOA, Cuyo y
NEA (Mendoza, Salta y Corrientes), 2005
21
Una de las consecuencias más rápidas y profundas de esta revolución es el
cambio y el impacto que produce en el concepto y en las condiciones del
trabajo humano. Un inmenso problema es la expulsión de enormes proporciones
de trabajadores en todas las actividades, lo que significa la generación de una
población excedente absoluta: no ya explotados o precarizados, sino sumidos en
la marginalidad y la miseria.
5
Ver: Rincón & Rey. “Cuentos mediáticos sobre el miedo”, Revista Urvio, N 5, FLACSO Ecuador, 2008.
6
En: Font, E. “Transformaciones en el Gobierno de la Seguridad Ciudadana. Implicancias para la
Formación Policial en la República Argentina” En: Revista cuadernos de Seguridad. Secretaria
ejecutiva del Consejo de Seguridad Interior, Ministerio de justicia Seguridad y derechos Humanos, Nº4-
08/2007.
10
respecto de que cualquier conjunto de actividades delictivas, así como sus
modificaciones cuantitativas y cualitativas son producto de la vinculación
de tres conjuntos de procesos interdependientes, con complejidades,
especificidades y escalas propias, por lo que es posible transponer estos
desarrollos para comprender el fenómeno no en nuestro País
1- El conjunto de procesos sociales (económicos, culturales y políticos) por
los cuales se acumulan condiciones de posibilidad a resultas de las cuales
ciertos sujetos quedan situados como potenciales infractores de la ley penal.
2- La conformación de estructuras de oportunidades delictivas que
permiten que determinadas ilegalidades y formas de victimización (y no
otras) sean llevadas a cabo por los potenciales infractores socialmente
producidos.
3- El desarrollo de la interacción existente entre esos dos fenómenos, y
las respuestas de las agencias supuestamente dedicadas a prevenirlos o
controlarlos y las reacciones de otros actores sociales. Entre estas
reacciones tienen particular relevancia, como ya se ha señalado, las
representaciones en los medios masivos de comunicación, tanto del
fenómeno delictivo en sí como del fenómeno de las respuestas y reacciones
al mismo.
Por su parte, las interacciones entre los infractores socialmente producidos, las
agencias del sistema penal y otros actores que reaccionan a las infracciones de los
primeros, no se resuelven en un momento dado sino que tienen un desarrollo
temporal, que ha ido modificando (en general amplificando) las acciones de
unos y las reacciones de los otros.
12
Para profundizar este análisis se sugiere leer el texto Enrique Font,disponible
en biblioteca d e l a u l a v i r t u a l .
Actividad de profundización 1
Luego de leída esta primera parte del Texto base. Realizaremos un primer
ejercicio de análisis:
a- ¿De qué manera estas transformaciones impactaron en su propio contexto?
b- Tomando las problemáticas identificadas en la actividad de inicio,
analizarlas desde el marco contextual desarrollado.
13
SEGUNDA PARTE
Seguridad: concepto de múltiples connotaciones
7
En: Carranza, E. (coord.),”Delito y Seguridad de los habitantes”. Ed. Siglo XXI, México, 1997.
8
Rosada- Granados, H. “Aproximaciones a una política de seguridad ciudadana”, PNUD, Guatemala,
2004.
15
Por otra parte, la seguridad, como construcción histórica, se correlaciona con el
nivel de desarrollo y democratización de una sociedad. Operativamente, en la
medida que el Estado garantiza el goce de derechos, la ciudadanía amplia su
horizonte de expectativa en la calidad de vida democrática y por ende se
modifican dichos indicadores.
9
En González, P. “Seguridad ciudadana”, Colección cuaderno de seguridad y defensa, FLACSO,
Guatemala, 2003.
10
En: Masquelet, H. “El Consejo de Seguridad Interior y el esfuerzo nacional de policía” En: Revista Cuadernos de
Seguridad. Secretaria Ejecutiva del Consejo de Seguridad Interior, Ministerio de Justicia, Seguridad y
Derechos Humanos, Nº1-08/2006.
17
de conducción política de las instituciones y de los mecanismos disponibles para
la seguridad, como así también las dificultades que presentaba la relación
Nación-Provincias en esta materia. En tal sentido, la Gendarmería y la Prefectura
–si bien mantenían su dependencia orgánica y f uncional del Ministerio de
Defensa– habían dejado de depender de los Comandos en Jefe del Ejército y la
Armada poco tiempo antes. La modificación de esa dependencia significó, sin
lugar a dudas, u n cambio radical tanto para el Ministerio de Defensa y las FF.AA.
como para las propias instituciones, las cuales debido a su formación militar no
eran concebidas como instituciones dedicadas esencialmente a la lucha contra el
delito.
Este panorama constituyó un verdadero desafío para lograr que la seguridad
pasase a ser una política pública más, como la defensa, sujeta a las decisiones
del poder político elegido democráticamente y al necesario debate público que
legitimara funciones esenciales del Estado como la seguridad, la inteligencia,
etc.
Por otra parte, habría que mencionar la dificultad de llevar ade lante un proyecto
para reconstruir capacidades estatales mientras el oleaje de los tiempos volvía a
los años dorados del proceso con aquello de “achicar el Estado es agrandar la
Nación”. Se imponía, por lo tanto, una distinción tajante entre defensa y seguridad
interior. Las tareas policiales pasaban a ser ajenas a las funciones de las FF.AA.,
quedando definitivamente atrás los tiempos de la dictadura.
Para terminar de comprender este momento, resulta valioso citar a José Manuel
Ugarte: “La desaparición progresiva del antiguo control castre nse colocó a las
policías en una situación de autonomía respecto del mismo, que podía resultar
beneficiosa desde el punto de vista profesional, en cuanto debía traer consigo la
recuperación de las antiguas capacidades, postergadas en beneficio de la „guerra
ideológica‟; siempre y cuando dicho control fuera sustituido por el ejercido por
el poder político. Por consiguiente, era necesario que la subordinación a las
fuerzas armadas fuera reemplazada por el establecimiento de una eficaz,
profesional e idónea conducción y control por parte del poder político. Ello no
18
sucedió y las policías quedaron en muchos casos en situación de beneficiarias de
una autonomía casi absoluta, y, simultáneamente inmersas en un lento proceso
de recuperación de la idoneidad para el cumplimiento de su misión específica,
dificultado y retardado por múltiples carencias presupuestarias y por la virtual
inexistencia del estímulo que hubiera representado una eficaz conducción por
parte del poder político”.
Seguridad ciudadana
11
Ver “Más Derechos, más seguridad, más seguridad, más derechos”, AAVV, 2004, p. 3
20
diseño y ejecución de políticas a través de las organizaciones sociales y la
ciudadanía.
21
SIMETRIAS
ASIMETRIAS
SEGURIDAD PUBLICA SEGURIDAD CIUDADANIA
Creación politológica reciente,en
atención al auge de la sensación de
Situación jurídica o condición mediante la inseguridad y situaciones de
cualelordenamientojurídicose Exterioriza. vulnerabilidad de la comunidad, y el
creciente reclamo de participación en el
diseño y ejecución de las políticas de
prevención del delito.
Seguridad comunitaria
12
Rodríguez, Esteban, “Las estrategias securitarias de los grupos vulnerables”, En: Revista Delito y
Sociedad, Universidad Nacional del Litoral, Año 17 numero 26, año 2008.
13
En: Varela, Cristián, “Contexto de surgimiento de los modelos policiales comunitarios”. Ponencia presentada
en las 1 Jornada de Investigación del Departamento de Planificación y Políticas Públicas – Universidad Nacional
de Lanús, octubre 2008, Publicado en Actas.
23
delito”, y como estrategias de adaptación de los actores sociales a la nueva
situación (Garland 2001). Luego, muchas de ellas s on retomadas por los poderes
estatales y volcadas como propuestas, o implementadas como medidas, en el
conjunto social.
24
Actividades de Profundización 2
25
BIBLIOGRAFÍA
26
universidad y las organizaciones de derechos humanos”. En: Revista
Cuadernos de Seguridad.
Material de Referencia
Young, J. & Lea, J. “¿Qué hacer con la ley y el orden?”, Ed. del
Puerto, Bs. As.2001.
28
Jefe de Gabinete de Asesores
Dr. Raúl Garré
SEGURIDAD Y DERECHOS HUMANOS:
herramientas para la reflexión sobre la seguridad ciudadana y democrática
Equipo de Trabajo:
Secretaría de Políticas de Prevención y Relaciones con la Comunidad, Ministerio de Seguridad
Agradecimientos:
Agradecemos muy especialmente al abogado y militante de derechos humanos, Andrés Díaz,
miembro del Centro de Derechos Humanos Miguel Ángel Pro Juárez (Centro Prodh), de la ciu-
dad de México, por el “Manual de Seguridad Ciudadana”, material que tuvimos presente a la
hora de elaborar esta herramienta didáctica.
ISBN: 978-987-27467-0-4
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, junio de 2011
Publicación del Ministerio de Seguridad de la Nación
Av. Gral. Gelly y Obes 2289 – CP 1425 – Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina.
Telf. 54 (011) 4809-1572 / 0800-555-5065
www.minseg.gob.ar
Ministerio de Seguridad
Secretaría de Políticas de Prevención y Relaciones con la Comunidad
INDICE
Pag.
11 Presentación
7
Seguridad y Derechos Humanos:
HERRAMIENTAS para la REFLEXION sobre la SEGURIDAD CIUDADANA y DEMOCRATICA
8
Ministerio de Seguridad
Secretaría de Políticas de Prevención y Relaciones con la Comunidad
INDICE DE FIGURAS
Pag.
29 Figura 1: ¿Cuáles son nuestros derechos que debe asegurar el Estado?
35 Figura 2: Las formas de la democracia
50 Figura 3: Dos modelos de seguridad: de la seguridad pública a la
seguridad ciudadana
54 Figura 4: Las dos dimensiones de la inseguridad
94 Figura 5: ¿Quién es el responsable de la seguridad?
149 Figura 6: Paradigmas de prevención
150 Figura 7: Modelos de prevención ciudadana
157 Figura 8: ¿Cómo participa la sociedad en el gobierno de la seguridad?
9
Ministerio de Seguridad
Secretaría de Políticas de Prevención y Relaciones con la Comunidad
A modo de presentación
E
n el marco de las nuevas políticas de zación y el fortalecimiento institucional de-
seguridad de este ministerio, los ciu- mocrático de las fuerzas de seguridad, entre
dadanos y la comunidad son actores otros objetivos.
centrales. El proceso de cambio y de cons-
trucción de una política de seguridad acorde Apelar al protagonismo de la comunidad exi-
con las que conforman el modelo nacional ge una política activa que permita el pasaje
y popular que conduce la Presidenta de la de la expresión de voluntad hacia una efecti-
Nación, Dra. Cristina Fernández, implica va participación amplia y diversa y, además,
que el pueblo y sus organizaciones no son reclama del Estado un activismo importante
espectadores, ni receptores pasivos; muy por que asegure la distribución de la palabra y el
el contrario son verdaderos y legítimos pro- acceso a las ideas y a las herramientas con-
tagonistas del proceso de diagnóstico, del de ceptuales.
construcción de respuestas y del de evalua-
ción en todo lo atinente a políticas en mate- Estas “herramientas” para las organizacio-
ria de seguridad. nes tienen el fin de promover el debate so-
bre políticas de seguridad con elementos que
La gestión de las diversas expresiones del permitan un protagonismo creciente y, ade-
delito, de la violencia y de otras conflictivi- más, una mirada estratégica que implica una
dades sociales nos exigen superar antiguos puesta en relación del proceso de políticas en
esquemas en los que el Estado, con el indis- materia de seguridad con el contexto institu-
cutido monopolio de la violencia, consolidó cional, social y político en su conjunto.
un abordaje en el que las fuerzas de segu-
ridad definían políticas y al mismo tiempo Este material es un aporte más para superar
eran el único instrumento mediante el cual la posibilidad de que el debate quede encap-
se viabilizaban respuestas con una concep- sulado en el diagnóstico generado a través
ción reactiva frente al conflicto, con inten- de la experiencia individual o coyuntural
cionalidad represiva y sin ninguna capaci- frente a la violencia y el delito que, en tanto
dad resolutiva o de anticipación. esté signada por contextos de alta sensibi-
lidad según la situación de las víctimas, la
Para corregir esta concepción negativa se manipulación mediática, el estupor mismo
tomó la decisión política de generar, en pri- que algunos hechos producen, terminan tri-
mer lugar, un efectivo gobierno civil de la butando a aquellos sectores que aprovechan
seguridad, objetivo que se expresa puntual- la debilidad del debate público para impul-
mente con la creación del Ministerio de Se- sar respuestas de probada ineficacia práctica
guridad en diciembre de 2010. Este desafío pero con cierto resultado en el plano de lo
también incluye la centralidad de las polí- discursivo, funcionales a los riesgos del re-
ticas de prevención, el protagonismo de los torno autoritario bajo viejos y nuevos ropa-
gobiernos locales, la participación efectiva y jes, acercándose así más a la estafa que a la
conducente de la comunidad y la moderni- solución real de los problemas.
11
Seguridad y Derechos Humanos:
HERRAMIENTAS para la REFLEXION sobre la SEGURIDAD CIUDADANA y DEMOCRATICA
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Ministerio de Seguridad
Secretaría de Políticas de Prevención y Relaciones con la Comunidad
Tema
SEGURIDAD, DERECHOS HUMANOS y DEMOCRACIA:
definiciones básicas
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Seguridad y Derechos Humanos:
HERRAMIENTAS para la REFLEXION sobre la SEGURIDAD CIUDADANA y DEMOCRATICA
16
Ministerio de Seguridad
Secretaría de Políticas de Prevención y Relaciones con la Comunidad
después
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Seguridad y Derechos Humanos:
HERRAMIENTAS para la REFLEXION sobre la SEGURIDAD CIUDADANA y DEMOCRATICA
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Ministerio de Seguridad
Secretaría de Políticas de Prevención y Relaciones con la Comunidad
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Seguridad y Derechos Humanos:
HERRAMIENTAS para la REFLEXION sobre la SEGURIDAD CIUDADANA y DEMOCRATICA
20
Ministerio de Seguridad
Secretaría de Políticas de Prevención y Relaciones con la Comunidad
Recordemos…
La seguridad se centra en el respeto de los derechos humanos de las
personas y permite que éstas participen en su implementación de forma
activa, plural y crítica.
21
Seguridad y Derechos Humanos:
HERRAMIENTAS para la REFLEXION sobre la SEGURIDAD CIUDADANA y DEMOCRATICA
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Ministerio de Seguridad
Secretaría de Políticas de Prevención y Relaciones con la Comunidad
Pluralidad de derechos
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Seguridad y Derechos Humanos:
HERRAMIENTAS para la REFLEXION sobre la SEGURIDAD CIUDADANA y DEMOCRATICA
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Ministerio de Seguridad
Secretaría de Políticas de Prevención y Relaciones con la Comunidad
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Seguridad y Derechos Humanos:
HERRAMIENTAS para la REFLEXION sobre la SEGURIDAD CIUDADANA y DEMOCRATICA
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Ministerio de Seguridad
Secretaría de Políticas de Prevención y Relaciones con la Comunidad
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Seguridad y Derechos Humanos:
HERRAMIENTAS para la REFLEXION sobre la SEGURIDAD CIUDADANA y DEMOCRATICA
Derechos
Derechos civiles y
económicos, sociales Otros derechos
políticos
y culturales
• Derecho a la vida. • Derecho a la propiedad • Derecho de los pueblos
individual y colectiva. a la autodeterminación.
• Derecho a la integridad
física y psicológica. • Derecho a la seguridad • Derecho a un medio
económica. ambiente sano.
• Derecho a la libertad
personal. • Derecho a la alimenta- • Derecho al desarrollo
ción adecuada. sustentable.
• Derecho a la igualdad
ante la ley. • Derecho al trabajo (a un • Derecho a la paz.
salario justo y equitativo,
• Derecho a la libertad de al descanso, a formar y • Derecho de las mujeres
pensamiento, de concien- pertenecer a un sindicato, (a gozar de todos los de-
cia y de religión. a la huelga, etc.). rechos en condiciones de
igualdad, a una vida libre
• Derecho a la libertad de • Derecho a igual salario de violencia, a decidir
expresión. por igual trabajo. sobre su cuerpo).
• Derecho a la libertad de • Derecho a la seguridad • Derecho de los pueblos
movimiento y libertad de social. indígenas (a la tierra y el
tránsito. territorio, a la consulta
• Derecho a la vivienda. previa e informada, a la
• Derecho a la justicia.
autodeterminación).
• Derecho al vestido.
• Derecho a elegir y ser
• Derecho de las niñas
elegido a cargos públicos. • Derecho a la educación.
y niños a ser sujetos de
• Derecho a la informa- • Derecho a la investiga- derecho, a que se ante-
ción. ción científica, literaria, ponga siempre su superior
artística. interés.
• Derecho a expresiones
culturales.
• Derecho a la identidad.
29
Seguridad y Derechos Humanos:
HERRAMIENTAS para la REFLEXION sobre la SEGURIDAD CIUDADANA y DEMOCRATICA
✔✔ RESPETAR
✔✔ PROTEGER
✔✔ SATISFACER
✔✔ ADOPTAR MEDIDAS PROGRESIVAS
✔✔ PRESENTAR INFORMES
Los Estados tienen que respetar y proteger los derechos humanos. Son
las dos caras de la misma moneda. Por un lado, no puede violarlos
y por otro, debe protegerlos generando medidas progresivas y no re-
gresivas. Esto significa que el Estado en su actuación no puede ir en
desmedro de los derechos alcanzados; no puede dar pasos hacia atrás,
salvo que demuestre que en realidad ello es para mejorar un conjunto
de otros derechos. Además, periódicamente debe mejorar la situación
de los derechos ciudadanos, garantizando su satisfacción.
32
Ministerio de Seguridad
Secretaría de Políticas de Prevención y Relaciones con la Comunidad
33
Seguridad y Derechos Humanos:
HERRAMIENTAS para la REFLEXION sobre la SEGURIDAD CIUDADANA y DEMOCRATICA
34
Ministerio de Seguridad
Secretaría de Políticas de Prevención y Relaciones con la Comunidad
Recordemos…
En una democracia, el compromiso de los ciudadanos no termina con el
voto. Se manifiesta todos los días cuando aquéllos discuten en su entorno
inmediato y, sobre todo, cuando forman parte de otros colectivos a través
de los cuales reflexionan y debaten, se organizan para peticionar a las
autoridades y compartir con el resto de la sociedad su punto de vista sobre
determinados problemas. Uno de esos problemas es, sin lugar a dudas, la
seguridad.
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Tema
CONSTRUYENDO UN MODELO DE SEGURIDAD
CIUDADANA DEMOCRATICA
Objetivos • Reconocer la relación entre seguridad
y derechos humanos.
• Reconocer la relación entre democra-
cia y seguridad.
• Reconocer la situación de vulnerabi-
lidad y desventaja de determinados
sectores de la sociedad.
• Reconocer la complejidad de los con-
flictos sociales y las limitaciones de
las políticas de seguridad.
• Reconocer la diferencia entre insegu-
ridad y sensación de inseguridad.
• Reconocer la importancia de las
manifestaciones públicas en una de-
mocracia y el rol específico que deben
asumir las agencias policiales
Disparadores para la reflexión
inicial: • ¿Puede la policía resolver el problema
de la inseguridad?
• ¿Qué papel desempeña la policía en
una sociedad democrática? ¿A quién
debe proteger la policía?
• ¿Cuáles son los sectores y grupos de-
saventajados?
• ¿Cuál es el rol de la policía en las
manifestaciones públicas que llevan a
cabo los sectores desaventajados?
• ¿Qué diferencia existe entre imponer
orden o gestionar conflictos?
• ¿Qué otras herramientas puede utili-
zar el Estado para generar seguridad?
• ¿La pobreza es la causa de la insegu-
ridad?
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Una política de seguridad que parta del La seguridad es un servicio que debe pres-
ciudadano buscará, entonces, que la ac- tar el Estado. Esa prestación, en un régi-
tuación policial contribuya tambien a la men democrático, tiene como referentes la
vigencia de los derechos y que responda Constitución Nacional y los instrumentos
a las necesidades concretas de las comu- internacionales de derechos humanos. El
nidades y atienda a sus particularidades, Código Penal o los códigos de convivencia
guardando entonces proximidad respecto no son los únicos pretextos de las agen-
de ellas. cias policiales. También están los derechos
humanos, que limitan el poder del Estado
En el caso concreto de los agentes encar- a la hora de reprimir y prevenir el deli-
gados de la seguridad, su marco de ac- to. La seguridad de los ciudadanos signi-
tuación ya no será el “mantenimiento del fica garantizar un contexto pacífico para
orden público” sino la “protección inte- el desenvolvimiento de la vida social en
gral de los derechos humanos”. Los dere- el que se respeten también la integridad
chos humanos constituyen un límite para física de las personas y los derechos de
la actuación policial, pero también son la los individuos y sus bienes, así como el
partitura de la misma: la policía está para resarcimiento del daño para las víctimas
garantizar el ejercicio de los derechos. de delitos, incluso la seguridad fisica y los
Garantizar la seguridad a los ciudadanos bienes de aquellos que cometen delitos.
es una de las funciones principales del
Estado. Una función que debe cumpli- Garantizar la vigencia de todos los dere-
mentarse no sólo a través de la policía. La chos, desde una perspectiva integral que
policía es una de las agencias que tiene el incluya tanto los derechos civiles y políti-
Estado a partir de la cual puede desarrollar cos, como los derechos económicos, socia-
distintas estrategias tendientes a prevenir les y culturales, supone -además- practicar
o perseguir el delito, o tratar la violencia una política pública de seguridad integral.
y otras conflictividades sociales. Pero no Una seguridad que no se limite a reprimir
es la única y, muchas veces, ni siquiera la sino que tienda a crear condiciones para
más importante o estratégica. Esto es algo el ejercicio efectivo y real de los derechos
que no conviene perder de vista para no humanos que tenemos todas las personas.
acotar la seguridad a la policía o la inse-
guridad al delito. Volveremos sobre esto
más adelante.
Recordemos…
Si la seguridad es un derecho, los gobiernos están obligados a extenderla
a toda la ciudadanía, sobre todo a aquellos que se encuentran en una
situación de desventaja.
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Como se dijo recién, durante decadas, mu- ca y más allá de cualquier control judicial,
chos dirigentes se desentendieron de la se- y otras, acordando con sectores de la diri-
guridad. En parte porque se cargó la tarea gencia política y la Justicia.
a la cuenta del mercado, y en parte porque
se delegó en la propia policia el gobierno La creación del Ministerio de Seguridad es
de la seguridad. Es lo que muchos auto- señal de la desición de asumir el gobier-
res han denominado el “desgobierno de la no de la seguridad. Asegurar un gobierno
seguridad” o la “policialización de la se- político de la policía. Es la política la que
guridad”. debe definir el rumbo de la policía, y no al
revés. Pero la política unida a las organi-
El desgobierno de la policía contribuyó a zaciones sociales y los gobiernos locales.
la autonomización y corporativización de Como venimos diciendo, no se trata de
las instituciones policiales. Con el paso del sustituir a la sociedad para representarla
tiempo, algunas policías fueron desarro- sino de convocarla para que coparticipe
llando sus propios intereses, gestionándo- en la definición de las políticas de seguri-
los, unas veces, sin injerencia de la políti- dad y en el control de la policía.
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Recordemos…
…que en nuestro país las
fuerzas militares no pueden
utilizarse para gestionar en
las conflictividades sociales
ni para desarrollar labores
de seguridad ciudadana.
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Recordemos…
La seguridad ciudadana apunta a crear condiciones para la convivencia
pacífica de los ciudadanos entre sí; su objetivo no es el “mantenimiento
del orden público” sino la “protección integral de los derechos humanos”.
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Seguridad para los fuertes Seguridad para todos, sobre todo para
los grupos desaventajados
Imposición de orden (ordenar) Gestión de conflictividad (gestionar)
La seguridad es un fin en sí mismo La seguridad es un medio (instrumento)
para alcanzar la plena vigencia de
todos los derechos humanos, desde una
perspectiva integral que incluye tanto
los derechos civiles y políticos como
los derechos económicos, sociales y
culturales
El objetivo de la seguridad es resguardar El objetivo de la seguridad es garantizar
el orden público el ejercicio de los derechos y libertades
de las personas
Oposición entre derechos humanos y Derechos humanos y seguridad son un
seguridad binomio inseparable
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concreto, viene de todos lados; es, por así cuando apunta con el dedo al otro –como
decir, el “espíritu de una época”. Pero para una profecía autocumplida- contribuye a
calmar la angustia que eso genera se le inventar también el problema que tiene: la
pone un rostro y se le asigna un lugar. De sensación de inseguridad.
esa manera, el miedo abstracto se vuelve
miedo a algo concreto. El miedo es el mie- Así como hay que construir estrategias
do al delito callejero y, más aún, el miedo para prevenir y perseguir el delito, hay
a determinados grupos identificados como que construir también estrategias para
productores de miedo, supuestos protago- conjurar el miedo al delito. Muchas veces,
nistas del delito callejero o actos de van- haciendo retroceder el delito se logrará
dalismo. hacer retroceder el miedo al delito. Pero
otras veces, cuando el miedo tiene otras
Así, los jóvenes pobres o inmigrantes se causas –como se dijo- nuestro miedo no
nos presentan como los culpables de to- va a disminuir porque el Estado haya sido
dos nuestros padecimientos y angustias eficaz en la lucha contra el delito común.
diarias. La culpa la tienen los “pibes”. Esos Se necesitan otras respuestas. Por ejemplo,
grupos de jóvenes suelen convertirse en no sólo se debe propiciar que los medios
el mejor chivo expiatorio de una sociedad de comunicación informen de manera res-
que tiene miedo y no se da cuenta de que ponsable y no truculenta sobre los con-
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Inseguridad subjetiva o
Inseguridad objetiva
sensación de inseguridad
Recordemos…
No hay que confundir el delito con el miedo al delito. La inseguridad mu-
chas veces no nos está informando del aumento del delito sino del aumento
del miedo al delito. A veces, la disminución del delito puede contribuir a la
disminución de la sensación de inseguridad; pero otras veces, ésta puede
mantenerse e incluso aumentar a pesar de que hayan disminuido el delito
y los conflictos sociales.
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otras agencias sociales para asistir a los miedo de la gente crea condiciones fa-
actores en situación de desventaja. vorables para la expansión de este rubro,
para aumentar la renta a través de estas
En la Argentina, tras el golpe militar y inversiones privadas. Cuanto más miedo
con la “doctrina de seguridad nacional”, tenga la gente más posibilidades de ven-
con la crisis del estado de bienestar, la se- der seguridad tendrán los empresarios de
guridad se ha ido separando de lo social este negocio.
para quedar circunscripta al delito común
y a otras conflictividades sociales urbanas Pero al mismo tiempo que el mercado ga-
casi siempre vinculadas con los sectores naba terreno, también había otra concep-
más pobres o marginados. La seguridad ción sobre el Estado que empezaba a ganar
se ha convertido en una problemática que adhesiones entre distintos actores sociales
reclama otra legalidad e involucra a otras y de la dirigencia política. Un Estado so-
agencias: la policía, los tribunales y la brecargado de demandas sociales que ha-
cárcel, es decir, el sistema penal. bía que desalentar, a veces a través de la
represión y la criminalización de la pro-
Sin lugar a dudas, detrás de este corri- testa, y otras, apelando a la sociedad civil,
miento estaba operando -también- la es decir, interpelando al libre albedrío de
mano invisible del mercado, los intereses los ciudadanos, confiando en la voluntad
económicos de una industria incipiente y –sobre todo- en su capacidad de consu-
pero muy prometedora (la industria del mo para resolver los problemas que plan-
miedo: la seguridad privada). En efecto, el tean estos fenómenos. La seguridad social
negocio de la seguridad privada empieza se ha vuelto, entonces, una cuestión in-
a ganar cada vez más espacio a medida dividual y privada; la seguridad social se
que va aumentando el temor social. El ha transformado en seguridad personal:
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mucho más que pobreza; es necesario que reproducir determinados conflictos so-
se hayan deteriorado los consensos comu- ciales, generando malentendidos sociales
nitarios que regulaban la vida de relación cuando vuelven ineficaces los mecanis-
entre los miembros de la comunidad. Esos mos de control social que ejerce la socie-
consensos cotidianos se construyeron por dad.
generaciones en torno del mundo de la
escuela, el trabajo formal estable y las so- Finalmente, las causas del delito hay que
lidaridades sindicales. Las transformacio- buscarlas en la conformación de los mer-
nes que supuso el neoliberalismo para el cados ilegales, en las estructuras de opor-
mundo del trabajo, la escuela y la familia tunidades que generan esos mercados (por
fueron deteriorando esas trayectorias bio- ejemplo, el mercado de autopartes o de
gráficas alrededor de las cuales se forma- drogas legales e ilegales). En efecto, esos
ron las pautas que normaban las relacio- mercados pueden ser referenciados por al-
nes sociales. La fragmentación social, es guna persona como la oportunidad para
decir, la desarticulación del tejido social, resolver problemas materiales concretos.
las crisis en los sistemas de participación La conformación de estructuras de opor-
política, el creciente individualismo pro- tunidades delictivas permite que determi-
ducto de los cambios culturales en los 90 nadas ilegalidades y formas de victimiza-
y el desdibujamiento de los contratos co- ción (y no otras) sean llevadas a cabo por
munitarios que norman la vida cotidiana, los potenciales infractores socialmente
contribuyeron a crear condiciones para producidos. Por ejemplo, la demanda de
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Ahora bien, las respuestas del Estado no Todo esto supone articular las politicas
sólo deben dirigirse a hacer frente a la in- públicas de seguridad con la intervención
seguridad objetiva. También hay que ope- de otras áreas. Por ejemplo, trabajar en
rar en el plano de las subjetividades. Si conjunto con el Ministerio de Educación o
la inseguridad es, también, una sensación, la Secretaría de Cultura en políticas socia-
allí también habrá que ensayar una res- les, educativas o recreativas que puedan
puesta. En ese sentido, hay que fortalecer contener las expectativas de los jóvenes,
los lazos sociales para afianzar el senti- o capacitarlos para que tengan más po-
miento de seguridad. Como dijimos, un sibilidades de encontrar un trabajo esta-
individuo solo es un individuo que tienen ble y digno cuando ingresen al mundo
más chances de sentirse vulnerable. Y esa de la economía. Puede articular también,
vulnerabilidad que genera angustia suele con el Ministerio de Desarrollo Social, la
ser catalizada a través de un chivo expia- implementación de programas especiales
torio. Por eso hay que apuntalar las redes destinados a grupos en riesgo o con ante-
sociales, el entramado organizacional de cedentes penales, para contenerlos y rein-
la sociedad. sertarlos en la sociedad.
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No se trata de un problema menor, porque En una democracia y, más aún, en una so-
cuando el delito se convierte en el tema ciedad con todos los problemas que tiene,
favorito de estos políticos, se manipula el después de décadas de abandono del Esta-
miedo que legítimamente pueda tener la do y de indolencia social, después de tanta
ciudadanía y, por añadidura, se magni- frivolidad, banalidad e individualismo, la
fican los problemas, se estigmatiza a los búsqueda de soluciones debe hacerse en-
supuestos victimarios, se alimenta un es- tre todos y con paciencia. Escuchando a
píritu de revancha que, lejos de contribuir todos los actores involucrados para tener
a pacificar la sociedad, a resolver los con- un diagnóstico completo de los proble-
flictos sociales, genera más malentendidos mas. No hay que echar más leña al fuego,
y crispa a la sociedad. De esa manera, son sino debatir con responsabilidad.
recreadas constantemente las condiciones
para que estos males se perpetúen en el
tiempo de una manera cada vez más grave.
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etc.) que están en una situación de des- los semáforos, cuidar coches, cartonear,
ventaja con respecto a otros grupos de mendigar, dedicarse a la venta ambulan-
otros sectores de la misma sociedad. te, ocupar terrenos públicos, etcétera. De
la misma manera, hay que cuidar a to-
Si bien es cierto que, en sociedades como dos aquellos que, no pudiendo esperar la
las nuestras, las desigualdades económicas próxima elección para presentar su pro-
afectan a todas aquellas minorías, cada blema ni tampoco acceder a los medios
una tiene sus particularidades que habrá masivos de comunicación para compartir
que poner de manifiesto y atenderlas. su problema con el resto de la sociedad,
o accediendo a ellos ven desvirtuado su
Esa pluralidad de grupos e intereses, de punto de vista, eligen la calle para mani-
circunstancias y cosmovisiones, propia de festarse y peticionar a las autoridades.
las sociedades contemporáneas, diluye o
redefine uno de los presupuestos funda- En definitiva, lo que estamos señalando
cionales del constitucionalismo moderno, cuando reconocemos la existencia de gru-
tanto en su versión liberal como socialis- pos desaventajados es su estatus jurídico
ta, a saber: la vocación universalista que particular, y postulando, por añadidura, el
se reconoce en el principio de igualdad especial trato que merecen estos grupos.
(“todos somos iguales” o “todos merece-
mos un trato igualitario en oportunidades
iguales”). Por eso mismo, el Estado demuestra una
preocupación prioritaria o privilegiada
El Estado debe garantizar la igualdad eco- hacia los grupos sociales más desaven-
nómica, la distribución equitativa de la tajados, asegurando un trato justo para
riqueza, esto es, garantizar un piso común ellos, sea atendiendo oportunamente sus
a todos los ciudadanos, pero al mismo reclamos y no criminalizando sus accio-
tiempo debe velar por las particularida- nes que tienden a poner de manifiesto el
des de los distintos grupos de pertenen- problema (demanda o exigencia legitima-
cia, pero también por las particularidades da en los instrumentos internacionales
que existen en el seno de cada grupo. No que garantizan los derechos humanos) o
sólo por las desigualdades que se agravan desarrollando políticas públicas preferen-
cuando se trata de determinados grupos ciales o de apoyo especial para ellos.
(por ejemplo, los pobres o los aborígenes),
sino por aquellas desigualdades que cabe En ese sentido, el Estado brinda una es-
preservar (la propiedad colectiva en los pecial protección para todos aquellos que,
aborígenes). por las particulares circunstancias en la
Para decirlo de otra manera: se trata de que se encuentran, están en una situación
pensar una sociedad igualitaria, pero res- desventajosa para ejercer sus derechos o
petuosa de la diversidad cultural y la plu- hacerlos valer.
ralidad de estilos de vida, que proteja a
los grupos de personas desaventajadas, las
cuales, para resolver los problemas mate-
riales, desarrollan determinadas estrate-
gias de sobrevivencia, como, por ejemplo,
limpiar vidrios y hacer malabarismos en
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herida de bala y un joven que tiene una “el resultado de la inacción del gobierno
herida en la cabeza y que tuvo que ser de (Mauricio) Macri, que sigue producien-
intervenido quirúrgicamente de urgencia”. do desalojos, pero no construye viviendas
Anoche, un vocero del Ministerio de Jus- para la gente pobre”. Los problemas co-
ticia de la Nación se había hecho presente menzaron en la madrugada de ayer, cuan-
en la Villa 20, para tratar de ampliar la do “un grupo de hombres armados intentó
información y establecer los detalles de lo ocupar, a tiros, el obrador del barrio que
sucedido. estamos construyendo en la zona de Los
Aunque la oficina de prensa de la Policía Piletones”, informó a Página/12 Sergio
Federal seguía sin dar información sobre Schocklender.
los hechos de violencia, una fuente de esa Precisó que “el portón por el que ingresa-
fuerza le confirmó a este diario las dos ron las personas que iban armadas estaba
muertes, aunque sostuvo que “las heridas custodiado por la Policía Metropolitana,
que recibieron las dos personas sería de que no hizo nada para evitar la agresión
armas de bajo calibre”. La misma fuente que sufrieron los serenos y la gente que se
dijo que “también hay policías heridos encontraba en el lugar”. En ese predio, la
de bala de armas de bajo calibre”. Horas Fundación construye 320 viviendas, con
antes de que se conociera la noticia so- la participación directa de las mismas per-
bre las muertes y las personas heridas, el sonas que serán las adjudicatarias de esos
ministro de Espacio Público del gobierno hogares.
porteño, Diego Santilli, había asegurado “La Policía Metropolitana vio los fogo-
que el operativo de desalojo, realizado en nazos, pero no hizo nada para impedir el
forma conjunta por las policías Federal y accionar de ese grupo, que evidentemen-
Metropolitana había “terminado bien”, en te responde a algún puntero político que
referencia a que “no se habían producido convocó a ocupar viviendas que están
incidentes graves”. siendo construidas para otras personas
Según Santilli, habían sido “muy distin- que son adjudicatarias de esas casas”, in-
tas las posturas que adoptaron las fami- terpretó Schocklender. Luego fueron lle-
lias (que habían ocupado el predio del gando al lugar personas que, sin ejercer
Parque Indoamericano), que se retiraron violencia, fueron ocupando los terrenos.
sin producir incidentes, y la de un grupo “Con su accionar, con la indiferencia del
reducido que provocó los choques con la gobierno de (Mauricio) Macri, lo que se
policía”. En el operativo intervinieron uni- genera es una batalla entre pobres que ne-
formados tanto de la Federal como de la cesitan un lugar donde vivir.”
Policía Metropolitana. De acuerdo con la información suminis-
Sergio Schocklender, de la Fundación Ma- trada por el gobierno porteño y el SAME,
dres de Plaza de Mayo, entrevistado antes en los incidentes hubo “ocho policías he-
de que se conocieran las muertes, aseguró ridos”. Nada se dijo sobre los civiles muer-
que la situación planteada en el Parque to y heridos que después, como se pudo
Indoamericano, con la toma de tierras, era comprobar recién cerca de la medianoche,
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habían sido atacados a tiros. Las imáge- realizadas por los vecinos– y el avance de
nes registradas en el lugar demuestran que un camión hidrante por la avenida Esca-
hubo una violenta represión en contra de lada. Los manifestantes, como respuesta,
los vecinos del lugar. Los agentes de la quemaron gomas sobre el asfalto y lue-
Federal y de la Metropolitana reprimieron go retrocedieron hacia la Villa 20, donde
con balas de goma, según la información quemaron los autos secuestrados del pre-
oficial, aunque los vecinos de la Villa 20 dio policial.
afirman que “dispararon balas de plo- Uno de los vecinos muertos, Bernardo
mo con sus armas reglamentarias y con Salgueiro, de 22 años, es un joven de na-
Itakas”. cionalidad paraguaya que había llegado al
Además de los muertos y de los heridos, se país hacía un año. Vivía en la Villa 20,
produjeron 28 detenciones, en la comisa- donde alquilaba una habitación de tres
ría 52ª, y otras 27 en la seccional 36ª, las por tres por la que pagaba la suma de 400
dos que intervinieron en el operativo, jun- pesos. Hoy, las organizaciones sociales
to con fuerzas de elite como la Guardia de realizarán una conferencia de prensa para
Infantería. El desalojo del predio ocupado informar sobre lo sucedido y para las 15
en el Parque Indoamericana fue ordenado se llamó a una manifestación hacia la Pla-
por la jueza María Cristina Nazar, y se de- za de Mayo, que partirá de la esquina de
sarrolló sin incidentes graves, al menos en Corrientes y Callao.
los primeros momentos.
El problema comenzó a las 19.45, pero
se trasladó a la zona de la Villa 20, de la
que habían partido –se supone– algunas
de las personas que intentaron tomar las
casas que construye la Fundación Madres
de Plaza de Mayo. De acuerdo con la in-
formación suministrada por el ministro
porteño Diego Santilli, las familias que
habían ocupado el predio lo abandonaron
luego de una “negociación pacífica”. El
funcionario macrista estuvo acompañado
por el ministro de Seguridad porteño, Gui-
llermo Montenegro.
Al parecer, 45 minutos después, cuando el
conflicto parecía solucionado, un grupo
de personas –según la versión oficial– co-
menzó a arrojar piedras contra la Guardia
de Infantería. Los policías comenzaron a
reprimir con disparos de balas de goma Noticia publicada en el diario Página/12,
–y también de plomo, según las denuncias 4 de febrero de 2011.
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Cuando Cristina Isfert sonríe brillan un que tiene casa en la Villa 20 y enseguida
corazón y una flor diminutos, ambos in- se acusa: “Algunos venden los terrenos,
crustados en sus dientes. No son de oro, me dan vergüenza. Yo no los vendería, ¡si
aclara la mujer, oriunda de los barrios al- los necesita mi hija!”
tos y pobres de La Paz, en Bolivia. “No A dos parcelas, el boliviano Arsenio Quis-
vaya a creer que me sobra algo”, dice pe dice que está “fatigado”, que no entra
sentada en dos bloques de hormigón, co- su familia en el cuarto que alquila en la
miendo pepitas y tomando chocolatada Villa 20. Trabaja doce horas diarias en
en un tupper, que acaba de entregarle una un taller de ropa clandestino en Flores y
asociación benéfica. No aparecieron ni gana, según dice, 1300 pesos. Detrás de
los remedios ni la comida ni el agua; los él, dos chicas bajan con palas un conci-
víveres prometidos por el gobierno por- so montículo de tierra. Al lado, con las
teño. La mujer ocupa uno de los tantos rocas, troncos y hierros de este parque
lotes del Parque Indoamericano, en Villa que parecía un baldío, cuatro muchachos
Soldati. “Estamos oprimidos en casa, so- hacen fuego y preparan un guiso en una
mos muchos, así que les cuido este lugar a olla negra, tiznada de tanto calentarse con
mi hija y a mis tres nietos”, cuenta Isfert. brasas.
Para vivir, lava ropa y cuida a los bebés Quispe cuenta que le quitaron la mitad
de “señoras del centro”. Por hora, asegura, del terreno que ocupó pocas horas antes.
“le pagan siete pesos y en negro”. Ayer, la “No me puedo defender, otros tienen más
toma se amplió en el Indoamericano con familias y presionan con eso. Y yo no res-
cientos de nuevos ocupantes. pondo a la violencia. Los bolivianos nos
Alrededor de ella, entre los escombros y caracterizamos por ser muy respetuosos”,
las líneas divisorias, cientos de hombres, dice. En el camino por la única calle de
mujeres y niños se distraen jugando al la ocupación, se ven tiendas hechas con
fútbol, a las cartas, tomando mate o char- palets o con cuatro maderas y techo de sá-
lando con sus nuevos vecinos. Cada tanto, bana o frazada. El calor y la falta de agua
se arma un tumulto porque a alguien le son los principales enemigos de los ocu-
quieren quitar el terreno. “A los bolivianos pantes. Aunque cuando anochece, aparez-
no nos defienden tanto”, se lamenta Isfert, can los temidos aprietes de “los vagos”,
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Por primera vez el Gobierno amenazó que impediría los cortes, no así la
protesta.
Cuatro organizaciones de desocupados son las organizadoras. Decidieron
no llevar chicos al piquete.
”Si quieren marchar, que crucen los puen- cos a las concentraciones. Ayer no había
tes de acceso a la Capital, pero no vamos una postura monolítica sobre hasta qué
a permitir que los corten con piquetes, ais- límite mantener los bloqueos. Esta es la
lando la ciudad.” El Gobierno anticipó en primera vez en más de ocho meses que
estos términos la postura que mantendrá cuatro sectores piqueteros logran articular
frente a la nueva jornada de protesta im- una acción conjunta y por lo que se ve,
pulsada por cuatro organizaciones de des- mucho de lo que suceda se va a decidir un
ocupados, que desde temprano en la ma- poco sobre la marcha.
ñana avanzarán desde el conurbano para
concentrarse en las principales entradas a
la Capital. La idea de los manifestantes es Para Néstor Pitrola, del Polo Obrero, la
instalarse en cinco accesos y bloquearlos cuestión es ser recibidos por el Gobierno:
hasta obtener una respuesta oficial a sus cuando antes sean atendidos, más rápido
reclamos. El operativo policial, según in- terminarán los piquetes. Castells pareció
formó la Secretaría de Seguridad, contará más entusiasmado con una eventual mar-
con no menos de dos mil hombres de la cha hacia la Casa Rosada que con el sos-
Federal, la Gendarmería y la Prefectura. tenimiento de un bloqueo, aunque ratificó
que habrá desocupados de su organiza-
Ante el temor de que se produzcan inci- ción en los cinco puntos anunciados. En
dentes o haya represión, la mayor parte de la Coordinadora Aníbal Verón se mostra-
las organizaciones decidió no llevar chi- ron menos dispuestos a ceder.
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Como una muestra concreta de que el en- de la mañana para dar tiempo a llegar a
durecimiento oficial no es una cuestión los desocupados que se movilizan desde
discursiva, en el Gobierno ayer mostra- puntos distantes del conurbano. La pro-
ban como ejemplo lo sucedido en Tucu- testa está anunciada como una jornada de
mán, donde la policía local junto con la carácter nacional, con cortes de ruta en 19
Gendarmería desalojó tres piquetes en los provincias.
puentes Lucas Córdoba, San Andrés e In-
geniero Barros, en el último caso con ga- En el interior, dijeron los organizadores,
ses lacrimógenos. las principales actividades se concentra-
rán en Córdoba, Corrientes, Chaco, Tucu-
El despeje fue realizado por pedido del mán, Mendoza, Neuquén, Mar del Plata y
gobernador Julio Miranda (PJ), con cono- Santa Fe. Los principales reclamos de los
cimiento del juez federal Felipe Terán. Los piqueteros son el plan Jefes y Jefas de Ho-
manifestantes, en su mayoría obreros de gar, del que sostienen que han quedado
la construcción, fueron primero emplaza- fuera miles de solicitantes, el envío de ali-
dos a desbloquear la ruta y sacados por la mentos a los barrios y la libertad de Raúl
fuerza en los casos en que se negaron a Castells.
hacerlo. Sobre el puente Ingeniero Barros
hubo incidentes entre las fuerzas de segu-
ridad y los manifestantes, que rechazaron
el desalojo con piedras. Disuelto el pique-
te, consignó el parte policial, los unifor-
mados tendieron “un cordón de seguridad
en torno a los barrios marginales que cir-
cundan la ruta, impidiendo el paso de los
manifestantes hacia los puentes”.
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Seguridad y Derechos Humanos:
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Los dos muertos llegaron al Hospital Fio- Nacional y Barrios de Pie) se concentraron
rito sin documentos, con inocultables he- desde las once de la mañana en el acceso
ridas de bala. Uno con un disparo en la que comunica Avellaneda con la Capital.
espalda, a la altura del glúteo. “Un chico La jornada de protesta de ayer incluía el
muy joven, de menos de 25 años”, descri- corte de cinco puentes, pero la interrup-
bió la médica que lo recibió en la guardia. ción del de Avellaneda había quedado a
El otro con un balazo en el pecho. No hubo cargo de los de la Verón. Por eso se vio allí
nada que hacer, los dos llegaron fríos. Los a mayoría de desocupados de ese sector,
familiares reconocieron los cuerpos varias fuertes en el sur del conurbano.
horas más tarde: Darío Santillán, de 21 Sus integrantes se reunieron para marchar
años, y Maximiliano Costeki, de 25. Am- frente a la estación de trenes de Avellane-
bos pertenecían a la Coordinadora de Tra- da. A las once y media de la mañana ha-
bajadores Desocupados Aníbal Verón. Por bían formado una columna de doscientos
lo que se sabe hasta ahora, cayeron esca- metros de largo a lo largo de la avenida
pando de la policía, uno de ellos porque Hipólito Yrigoyen, tres cuadras antes del
decidió auxiliar a otro herido, los dos bas- puente.
tante después de iniciado el operativo de
represión que la bonaerense desató en la Un segundo grupo de manifestantes, en-
bajada del Puente Pueyrredón como ini- cabezados por la mujer de Raúl Castells,
cio de una cacería que prolongó durante Nina Peloso, los esperó frente al Bingo
varias horas por las calles de Avellaneda. Avellaneda. Había sol, y las mujeres se
dedicaron a sacar pequeñas viandas de
La represión empezó sin previo anuncio, sus bolsos para almorzar. En la calle no
con un incidente cuyo origen se pareció se veían chicos. La gente los dejó en casa
a un error o a un acto de estupidez. Tal porque existía temor por una eventual re-
como estaba previsto, piqueteros de cua- presión, aunque nadie pensaba que podría
tro organizaciones (la Coordinadora Aní- ocurrir de la manera brutal y sin preám-
bal Verón, el Movimiento de Jubilados y bulos en que después sucedió.
Desocupados de Raúl Castells, el Bloque
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–Espero que antes de darnos palos nos de la Plaza Alsina, que iban caminando
avisen –dijo Nina Peloso a Página/12, en- por la avenida Mitre), la infantería tendió
tre la preocupación y la broma, mientras un cordón policial en el medio. Esa línea
esperaba la llegada de los otros manifes- de uniformados quedó parada, atravesan-
tantes. do la calle, hasta que tuvo a las dos co-
Tampoco Darío Santillán, el más joven de lumnas a diez centímetros de distancia. Es
los muertos del día, imaginaba lo que iba la que mostraron, aunque acotada por el
a pasar. Página/12 lo cruzó en la misma ancho de la pantalla, algunos canales de
vereda donde las piqueteras comían su televisión. Cuando policías y piqueteros
almuerzo. Santillán había acompañado estuvieron cara a cara empezaron los em-
al diario poco tiempo atrás a hacer una pujones, los forcejeos, las trompadas. Diez
nota en el barrio La Fe, donde el MTD de segundos más tarde la policía lanzó el pri-
Lanús tiene una fábrica de ladrillos hue- mer gas lacrimógeno y un minuto después
cos con la que los habitantes del asenta- la gente corría en desbandada, escapando
miento quieren reemplazar sus casas de de los disparos. A partir de allí la repre-
chapa. Tras el encuentro hubo una suerte sión se extendió en un crescendo que se
de charla informal. Darío parecía despreo- pareció bastante a una cacería.
cupado. Anoche sus compañeros contaron
que lo vieron por última vez en la esta- Norma Giménez corrió hacia atrás, bus-
ción Avellaneda, donde decidió quedarse cando regresar por Mitre hacia la Plaza
para auxiliar a un herido. Alsina. Calcula que habría hecho la pri-
mera cuadra cuando sintió los disparos en
Un tercer grupo de manifestantes se re- la espalda: cuatro balas de goma de que
unió en la plaza Alsina, a varias cuadras atravesaron su campera, el suéter, una ca-
de distancia. Quince minutos antes del miseta, antes de lastimarle la piel. A su
mediodía, las dos columnas más aleja- sobrino Leonardo Torales le fue peor: una
das del puente empezaron a marchar para bala le atravesó el pulmón y tuvo que ser
confluir en él. Un helicóptero sobrevolaba operado de urgencia. Norma dice que vio
el área, mientras abajo se apostaban efec- francotiradores sobre el puente peatonal
tivos de la policía y la prefectura. pegado a la entrada del Pueyrredón. “Íba-
mos corriendo por la avenida, gritando
Lo imprevisto pasó apenas la gente llegó que no nos tiren y vimos caer a otro chico
al lugar del corte. Con el grupo de mani- en una esquina”, relató a Página/12 en el
festantes de la Verón delante (justo en la Hospital Fiorito.
bajada del Pueyrredón) y otro detrás (los
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Por Carlos Rodríguez
El cuerpo joven apareció flotando sobre bría golpeado a Ezequiel con su pistola
las oscuras aguas del Riachuelo, muy cer- para acelerar la caída”, aseguró a Pági-
ca del puente Victorino de la Plaza, que na/12 una fuente cercana a la familia. El
cruza la avenida Vélez Sarsfield en el ex- oficial Somohano es hijo del comisario re-
tremo sur de la Ciudad de Buenos Aires. El tirado Osvaldo Somohano, quien fue jefe
hallazgo fue a media mañana y desde ese de la Policía Bonaerense hasta diciembre
momento, casi, se supo que era el cadáver de 1991, cuando asumió el comisario Pe-
de Ezequiel Demonty, de 19 años, el pibe dro Klodczyk, mentor de la llamada “Mal-
del Barrio Illia que había sido obligado a dita Policía”. Fuentes de la Federal reco-
arrojarse a las aguas, negras como la mis- nocieron que Somohano hijo tiene “un
ma muerte, en la noche del viernes 13 de carácter irritable” y que suele hacer “algu-
septiembre. “Justo en el Día del Estudian- nos desplantes”, incluso ante sus propios
te”, suspiró Luz Martínez, quien fue maes- colegas. El grupo de policías involucrado
tra de Ezequiel de la primaria y el secun- en la causa estaba encabezado por el ofi-
dario, y que siguió la triste escena desde cial inspector Daniel Barrionuevo, quien
la orilla del río. Anoche, al menos diez de era el jefe externo de la comisaría 34ª,
los 12 policías involucrados fueron trasla- que fue descabezada a partir de los su-
dados a distintos lugares de detención, por cesos que terminaron dolorosamente ayer
decisión de la jueza María Bértola. Entre con la aparición del cuerpo de Ezequiel.
ellos está el oficial subinspector Gastón Los otros involucrados son los sargentos
Somohano, señalado como el máximo Jorge Sosa y Luis Funes; los cabos pri-
responsable del operativo que finalizó con meros Luis Gutiérrez, Alfredo Bornasa-
tres chicos sumergidos en las aguas nau- ri y José Luis Martínez; el cabo Andrés
seabundas, dos de los cuales salvaron su Wright; los agentes Santiago Ritrovato,
vida en forma providencial. Somohano es Sandro Esteban Granado, Maximiliano
hijo de un ex jefe de la Policía Bonaerense. Pata y Jorge Ramón Solís. Al parecer,
dos de los policías fueron dejados en li-
“Al parecer, además de ordenarles que se bertad anoche, luego de ser indagados
tiraran al agua, el propio Somohano ha- por la jueza, mientras que el resto fue
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Iribarne destacó especialmente la acti- hubiera vuelto a su casa con vida. Segura-
tud asumida por la madre del joven Eze- mente nada de esto que nos está pasando se
quiel Demonty: “Pidió que no haya más hubiera conocido. Que al menos su muerte
violencia en el momento en que más sirva para que se terminen estas cosas por-
grande es su dolor y en el contexto de que es sabido que están ocurriendo todos
nuestra compleja y difícil situación so- los días y nadie parece darse por enterado”.
cial”. Iribarne sostuvo que el Ministerio
de Justicia y la secretaría están “colabo- “Si saben nadar, naden”, habrían sido las
rando con las autoridades judiciales” y últimas palabras que escucharon los tres
dando “plenas garantías a los testigos”, chicos, antes de hundirse en las aguas pu-
aunque los familiares de los dos sobre- trefactas de un Riachuelo que, durante el
vivientes ayer dijeron todo lo contrario. fulgor del menemismo, iba a ser dejado
El defensor adjunto de la Ciudad de Bue- libre de toda impureza. A partir del caso
nos Aires, Gustavo Lesbegueris, quien de Ezequiel, en los barrios que tienen la
acompañó a la familia en los últimos días, desgracia de ser vecinos del infecto char-
estimó que con la aparición del cuer- co comenzaron a circular historias en
po “se cierra una etapa muy dolorosa y torno de otros supuestos casos de chi-
se abre otra que tiene que llevar al jui- cos que también fueron arrojados al río.
cio y al castigo de los responsables”. El “Nosotros hemos acumulado denuncias
defensor estaba acompañado por Luz por abusos de todo tipo, pero nunca he-
Martínez, quien fue maestra de Ezequiel mos recibido ninguna denuncia concreta
durante el primario y el secundario. “Era en la materia”, dijo anoche a este diario
una preciosura de chico, una criatura una fuente judicial que tiene jurisdic-
como cualquier otra”, dijo la docente. ción sobre uno de esos barrios porteños.
La docente recalcó que “lo que hay que Anoche se realizó la autopsia del cuerpo
pensar es qué hubiera pasado si Ezequiel de Ezequiel, que puede servir para ratifi-
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car que el joven fue golpeado por los poli- los dos sobrevivientes. Los chicos están
cías, antes de ser obligado a arrojarse a las escondidos, sin ningún tipo de custodia
aguas. Fuentes judiciales aseguraron que especial, y están “virtualmente aterroriza-
con las pruebas testimoniales recogidas y dos”, dijeron fuentes cercanas a la familia.
con la aparición del cuerpo del delito “el
caso está virtualmente cerrado y lo que En el lugar del velatorio, a pedido de los
hay que establecer ahora es el grado de padres, tuvo que instalarse un equipo de
responsabilidad que le cupo a cada uno sonido, ya que allí se realizará una cere-
de los miembros de la comitiva policial”. monia religiosa de acuerdo con el rito de
La causa que había comenzado como los evangelistas. El sepelio se realizará
“averiguación de ilícito” terminó como hoy a las 11 en el cementerio de Flores.
“homicidio, lesiones y privación ilegítima
de la libertad”. Anoche, como nunca en
los últimos años, las fuentes habituales * Noticia publicada en Página/12,
de la Federal estaban “destruidas” por la 22 de septiembre de 2002
confirmación. Los restos de Demonty co-
menzaron a ser velados a las 22 de ayer
en una casa de sepelios ubicada en Eva
Perón (ex Avenida del Trabajo) y Guar-
dia Nacional, en Mataderos, muy cerca
del lugar donde vivían hasta el viernes 13
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Tema
OBLIGACIONES DEL ESTADO EN MATERIA
DE SEGURIDAD
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después
del Estado como las de empresas privadas les tocará establecer los criterios genera-
prestadoras de servicios similares. les de las políticas de seguridad, acordes
con los estándares internacionales de de-
Pero hay que tener en cuenta que una de rechos humanos, que luego serán parti-
las tendencias actuales en materia de se- cularizadas por las autoridades locales y
guridad es su localización. La seguridad las distintas organizaciones de la comu-
se está territorializando. Partiendo de la nidad atendiendo los matices específicos
base de que los vecinos de la ciudad o el que tienen los conflictos sociales en cada
barrio son los que mejor conocen el terri- territorio.
torio y, por tanto, los conflictos sociales De esa manera, fomentando la responsa-
y los eventos violentos, la gestión de las bilidad de la sociedad en el debate públi-
conflictividades no debería prescindir de co en torno de la seguridad, además de
la intervención de las autoridades loca- promover la participación, se fortalece la
les ni desautorizar a las organizaciones ciudadanía. Los ciudadanos son faculta-
de la comunidad. De allí la tendencia a dos para tal fin y con ello se crean mejores
la conformación de policías comunitarias condiciones para el protagonismo social
o de proximidad y la creación de las Me- que necesita la democracia.
sas Barriales de Seguridad, estos últimos,
espacios de encuentros vecinales para que El gobierno nacional ha creado reciente-
las organizaciones de la sociedad civil del mente el Ministerio de Seguridad, el cual
barrio debatan entre todas qué seguridad es el responsable principal del diseño,
quieren para el barrio. planificación, instrumentación, control y
En todo caso, a las autoridades centrales evaluación de las políticas de seguridad,
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Estas instituciones dependen del Poder Ejecutivo nacional y tienen jurisdicción en todo
el territorio argentino. Además, pueden cooperar con las policías provinciales e inter-
venir en asuntos de competencia federal.
Recordemos…
La seguridad es una responsabilidad indelegable del Estado.
Seguridad para los fuertes Seguridad para todos, sobre todo para
los grupos desaventajados
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después
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después
cer una serie de métodos que determinen guías generales para la actuación de los
pautas muy precisas sobre el uso que las funcionarios y fueron diseñados confor-
policías hagan de armas y municiones me a los estándares aplicables de derechos
con las que se las ha provisto. Entre esas humanos.
armas figurarán aquellas incapacitantes
no letales para emplearlas cuando fuera Según estos instrumentos, los funciona-
apropiado, para limitar cada vez más el rios encargados de hacer cumplir la ley
empleo de medios capaces de ocasionar utilizaran medios no violentos en la re-
lesiones o muertes. solución de las conflictividades sociales.
Sólo en casos estrictamente necesarios y
A nivel internacional, existen instrumen- cuando otros medios resultasen inefica-
tos que sirven como modelo para regular ces o no garanticen de ninguna manera el
el uso de la fuerza y que, mientras no se logro del resultado previsto, podrán usar
legisle en la materia en nuestro país, pue- la fuerza (no letal o letal): “Los funciona-
den servir de guía para evitar las lagunas rios encargados de hacer cumplir la ley no
de la ley. En el ámbito de las Naciones emplearán armas de fuego contra las per-
Unidas, estos instrumentos son el Código sonas salvo en defensa propia o de otras
de Conducta para Funcionarios Encarga- personas, en caso de peligro inminente de
dos de Hacer Cumplir la Ley, adoptado por muerte o lesiones graves, o con el propó-
la Asamblea General el 17 de diciembre sito de evitar la comisión de un delito par-
de 1979, y los Principios Básicos sobre el ticularmente grave que entrañe una seria
Empleo de la Fuerza Pública y de Armas amenaza para la vida, o con el objeto de
de Fuego por los Funcionarios Encargados detener a una persona que represente ese
de Hacer Cumplir la Ley, del 7 de septiem- peligro y oponga resistencia a su auto-
bre de 1990. Estos instrumentos, si bien ridad, o para impedir su fuga, y solo en
no tienen carácter de ley, constituyen caso de que resulten insuficientes medidas
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menos extremas para lograr dichos objeti- • Principio de legalidad: que impli-
vos. En cualquier caso, sólo se podrá hacer ca el sometimiento a la Constitu-
uso intencional de armas letales cuando ción y a las leyes nacionales, así
sea estrictamente inevitable para proteger como a las normas contenidas en
una vida” (Art. 9). los instrumentos internacionales
de protección de derechos huma-
Así y todo, en esos casos, “los funciona- nos.
rios encargados de hacer cumplir la ley se
identificarán como tales y darán una cla-
• Principio de proporcionalidad:
que exige que haya un equilibrio
ra advertencia de su intención de emplear
entre la gravedad de la situación
armas de fuego, con tiempo suficiente
que provoca la intervención poli-
para que se tome en cuenta, salvo que al
cial y la intensidad o grado de la
dar esa advertencia se pusiera indebida-
fuerza usado para afrontarla.
mente en peligro a los funcionarios encar-
gados de hacer cumplir la ley, se creara un • Principio de razonabilidad: que
riesgo de muerte o daños graves a otras supone que la fuerza no puede
personas, o resultara evidentemente in- ser empleada de modo que resulte
adecuada o inútil dadas las circunstancias irracional o excesiva.
del caso” (Art. 10).
• Principio de necesidad absoluta o
de intervención mínima: que or-
De lo dicho hasta aquí, y atendiendo a
dena que el uso de la fuerza sea
estos instrumentos internacionales, po-
siempre excepcional, por lo que
demos extraer los siguientes principios
solamente deberá utilizarse cuan-
fundamentales para regular el uso de la
do sea estrictamente necesario, es
fuerza:
decir, por imperio de las circuns-
tancias. Únicamente dos objeti-
vos pueden perseguir el uso de la
fuerza: prevenir un delito de in-
minente comisión o efectuar una
detención de un delincuente legal.
El uso de la fuerza letal sólo pue-
de ser admisible en defensa propia
o amenaza inminente de muerte
o lesiones que pongan en peligro
la vida.
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“…fuera de los casos establecidos por el ser alojadas junto ni en los lugares des-
Código de Procedimiento Penal, no po- tinados a detenidos por delitos o contra-
drá detenerse a las personas sin orden de venciones”.
juez competente. Sin embargo, si exis- De modo que la policía solamente puede
ten circunstancias que hagan presumir detener a las personas en dos casos con-
que alguien hubiese cometido o pudiese cretos: para esclarecer delitos que ya se
cometer un hecho delictivo o contraven- cometieron o para prevenir delitos que
cional y no acreditase fehacientemente pudieran llegar a cometerse. Fuera de esos
su identidad, podrá ser conducido a la casos la policía no está habilitada para de-
dependencia policial que correspondiese, tener a nadie. Además, nótese que la ley
con noticia al juez con competencia en ya no habla de averiguación de antece-
lo correccional en turno, y demorada el dentes sino de identidad. La finalidad que
tiempo mínimo necesario para establecer persigue el legislador cuando habilita a la
su identidad, el que en ningún caso po- policía a detener es solamente a los fines
drá exceder las 10 horas. Se le permitirá del establecimiento o la constatación de la
comunicarse en forma inmediata con un identidad, nunca para conocer su eventual
familiar o persona de confianza a fin de derrotero. La otra novedad es que la po-
informar su situación. Las personas de- licía tiene que informar inmediatamente
moradas para su identificación no podrán de las actuaciones a la autoridad judicial.
Recordemos…
….no existe una norma que obligue a los ciudadanos a tener que llevar
documentos las 24 hs.
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• Faltas disciplinarias
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• Delitos penales
El delito es una conducta que daña de Existen diversos mecanismos para decla-
manera grave la propiedad, las posesio- rar responsable al Estado y sus autorida-
nes o la integridad de las personas de una des por violaciones de derechos humanos
comunidad e incluso de la nación ente- o, en su caso, proteger o restituir a los
ra. Los delitos se describen en el Código individuos en el goce de sus derechos, a
Penal. Son responsables de un delito la nivel nacional mediante la tramitación de
persona o personas que lo cometan y los una acción de amparo y a nivel interna-
autores intelectuales, es decir, la gente cional mediante diversos mecanismos re-
que lo planea. Se castiga con multa o la gionales y universales protectores de los
privación de la libertad. Le corresponde al derechos humanos.
ministerio público (los fiscales) la investi-
gación de las conductas y a la autoridad Hay quienes afirman que son los Estados
judicial (los tribunales) decidir si hubo o los únicos que pueden violar estos dere-
no un delito, quién es la persona respon- chos, aunque también otros señalan que
sable y la sanción que corresponde. las empresas multinacionales y los pode-
res privados –legales e ilegales- pueden
• Violaciones a los derechos humanos incurrir en violaciones a derechos huma-
nos.
En términos formales, una violación a los
derechos humanos sucede cuando el Esta-
do, a través de sus agentes servidores pú-
blicos, vulnera, niega, restringe, condicio-
na o no garantiza los derechos humanos
de las personas o colectivos protegidos
por normas nacionales e internacionales.
Asimismo, si el Estado no respeta y no
garantiza los derechos humanos o, en su
caso, si no sanciona a los responsables de
un hecho ilícito, sea particular o agente
estatal, se convierte en un Estado violador
de derechos humanos atentando de mane-
ra grave contra las personas sujetas a su
jurisdicción.
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Recordemos…
El Estado, a través de sus servidores públicos, puede negar, vulnerar o
restringir los derechos humanos de las personas. Si un particular viola de-
rechos humanos, el Estado puede ser responsable por su falta de diligencia
para proteger efectivamente los derechos humanos.
En caso de que la policía o alguna otra fuerza pública hicieren uso abusivo
de la violencia hay que denunciar el hecho a la Justicia o las secretarías
de derechos humanos.
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- Apercibimiento: es la reprobación
formal y expresa que, por escrito,
dirige el superior al subordinado,
sobre su conducta o proceder, de la
cual debe dejarse constancia en el
legajo personal del causante.
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- Apercibimiento: es la advertencia
formulada por el superior al subal-
terno que cometa una falta que por
su naturaleza y circunstancia no me-
rezca sanción más severa.
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• Que se respete su dignidad: los poli- Los policías tienen los mismos derechos
cías deben ser respetados por sus su- y las mismas obligaciones que cualquier
periores y tratados con dignidad no servidor público. Su función especial –ga-
sólo por sus compañeros y personal rantizar la seguridad de los ciudadanos-
administrativo sino también por el no puede implicar una reducción de los
resto de la ciudadanía. Aun en el su- derechos reconocidos a todo empleado de
puesto de haber cometido un delito o la administración pública. Algunos aspec-
una falta, sus superiores jerárquicos tos importantes que conviene tener pre-
no deben exhibirle, ni ridiculizarle, ni sentes son:
someterle a tratos degradantes, humi-
llantes u ofensivos.
• El límite a su deber de obediencia: un
• Que se le brinde capacitación cons- policía debe y puede cumplir las ór-
tante: en las sociedades contempo- denes de la autoridad superior si éstas
ráneas, con todos los conflictos que no violan los derechos humanos. El
existen y la complejidad de aquéllos, policía, entonces, no puede invocar la
las autoridades administrativas deben “obediencia debida” para fundamen-
garantizarle una capacitación ade- tar o legitimar su actuación cuando
cuada para las funciones que puede la orden recibida es improcedente,
llegar a asumir. Esa capacitación tie- contraria al ordenamiento jurídico y
nen que ser constante, toda vez que los derechos humanos. El policía en
los conflictos y los delitos van mu- ese caso no sólo puede sino que debe
tando y se van volviendo cada vez incumplir la orden y el Estado debe
más complejos. proteger al policía que lo haga.
• Que sus derechos laborales sean res- • Las sanciones legales: ningún policía
petados: como cualquier otro traba- puede ser sancionado administrativa-
jador, el policía tiene derecho a una mente con un arresto superior a los
salario digno y a una carrera policial 60 días.
estable.
• No aplicación de sanciones colectivas:
ningún policía puede ser sancionado
administrativamente por pertenecer
al mismo grupo de otro servidor que
haya cometido una falta y no puede
ser identificado.
• Derecho a no ser discriminado: tanto
las tareas de mayor interés como las
menos atractivas deben asignarse de
manera equitativa y razonable a to-
dos los agentes en igualdad de condi-
ciones. Distinto es el caso de aquellas
funciones para las cuales se necesi-
ta una especial capacitación. En esa
situación, el policía puede negarse
a realizar tareas para las que no fue
preparado.
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A la integridad
de la persona
A la libertad
personal
A la vivienda /
inviolabilidad
del domicilio
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La seguridad
ciudadana
La seguridad ciudadana
Secretaría de Seguridad Interior - Cuadernos de Seguridad
Colección Manuales y protocolos - 1a ed. - Buenos Aires - 2010 - 82 p. - 16 x 24 cm.
ISSN 1853-0850
1. Educación.
LA seguridad ciudadana
Compilador
–– Cristián Varela
Autores
–– Victoria Rangugni
–– Daniel Russo
Corrección
–– Calamus
Diseño gráfico
–– Vladimir Merchensky
ISSN: 1853-0850
Esta investigación y su publicación se han desarrollado en el marco de un acuerdo entre la Secretaría de Seguridad Interior y
la Universidad Nacional de Lanús. La información contenida en este libro no refleja necesariamente las opiniones y puntos
de vista de las instituciones auspiciantes.
Presidenta de la Nación
Vicepresidente
rectora
Dra. Ana Jaramillo
Vicerrector
Mg. Nerio Neirotti
Presidente
Dr. Julio César Alak
Secretario Ejecutivo
Dr. Julio Massolo
Directora
Lic. Amalia Villalustre
Director de la colección
Héctor Masquelet
Editor
LA SEGURIDAD CIUDADANA
Compilador
Cristián Varela
Autores
Victoria Rangugni
Daniel Russo
Índice
Prólogo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
Por Cristián Varela
INTRODUCCIÓN. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
BIBLIOGRAFÍA.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40
INTRODUCCIÓN. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
13
CONFORMACIÓN ACTUAL DEL CAMPO DE LA SEGURIDAD.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46
»» Herramientas penales en materia de seguridad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47
»» Herramientas extrapenales de control del delito. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
BIBLIOGRAFÍA.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64
INTRODUCCIÓN. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67
BIBLIOGRAFÍA.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80
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Prólogo
Cristián Varela
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iguales formas delictivas. ¿Qué ocurrió en el mundo para que estas formas de
inseguridad hayan ganado la escena?
En el primer capítulo de este manual,Victoria Rangugni explica el proceso me-
diante el cual cobraron forma las nuevas inseguridades y la consecuente preocu-
pación por la seguridad. Se trata de un proceso histórico, inscripto dentro de otro
más amplio, ligado al fenómeno de la globalización. Dentro de él, se produjeron
profundas transformaciones en el rol del Estado y en el campo de las seguridades
sociales y laborales. El papel regulador y pacificador de las relaciones colectivas, que
a lo largo de un siglo asumieron las instituciones públicas, en pocos años se resintió.
El mundo del trabajo se precarizó y las seguridades sociales comenzaron a adquirir
el sesgo de seguridades privadas e individuales.Todo ocurrió como si en el mundo
se hubiera olvidado que la provisión de seguridades es una tarea que solo se logra
de manera mancomunada y colectiva; que si tal cosa es uno de los objetivos prin-
cipales de la cultura, es porque su logro requiere del esfuerzo común y sus alcances
deben llegar a todos. En un mundo abierto, como es el mundo moderno, si unos
están asegurados y otros no, nadie está seguro.
Los cambios ocurridos en la organización del Estado y en el mundo del trabajo
se tradujeron en una nueva configuración del campo de la seguridad humana y del
campo más restringido de la seguridad pública o ciudadana. En la segunda parte del
capítulo I se abordan las nuevas formas que adquirieron las políticas de seguridad;
tanto las denominadas “de la ley y el orden”, como las de “la nueva prevención”.
En el segundo capítulo, en colaboración con Daniel Russo, la autora se aboca al
modo que adquirió el problema de la seguridad en la Argentina. Si en gran parte
del mundo las transformaciones de la modernidad tardía significaron una reduc-
ción del papel del Estado y su retracción en la provisión de seguridades, en el caso
argentino se vivió su colapso. La crisis del año 2001, con sus serias secuelas sociales,
mal podría no incidir en el plano de las violencias y los delitos entre personas y
contra los bienes. Ahí están como elementos de análisis los datos estadísticos que
exponen los autores.
El hombre, además de colaborador, ha sido siempre –aunque en menor me-
dida– competidor del hombre y, en no pocas ocasiones, también su predador y
victimario. En épocas en que la competencia se enaltece como valor, al tiempo
que se minimizan y resienten las funciones reguladoras y protectoras del Estado, la
paz social entra en riesgo. Pero cuando esas funciones públicas entran en colapso
y emergen los síntomas de la desocialización, no debería resultar extraño el incre-
mento de los conflictos penales y la violencia.
Una Justicia y unas policías estructuradas en otro tiempo y para otros tiempos
¿pueden dar cuenta de las nuevas situaciones? La segunda parte de este capítulo
está dedicada a exponer las herramientas penales y extrapenales del sistema jurí-
dico, así como la conformación del sistema de seguridad interior en la Argentina.
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Pero ya se adivina que en el espíritu de este Cuaderno se intenta plantear que la
judicialización y el policiamiento de los problemas de seguridad no acarrearán
las respuestas que la sociedad reclama. Basta con otorgar el mínimo crédito a las
exposiciones de los autores –y a los datos que exponen– para darse cuenta de que
con más penas y policías –y con policías y penas más duras– no se reconstituye una
paz resentida por otras causas.
En el tercer capítulo de este manual se incluyen conceptos y definiciones pro-
pios del campo de la seguridad. En la medida en que esta se presenta como una de
las preocupaciones urgentes de las sociedades actuales, se impone la necesidad de
consolidar y difundir un campo de conocimiento académico sobre el tema. Esto
permitirá la profundización del problema en búsqueda de soluciones, el estable-
cimiento de un lenguaje común para su tratamiento y la superación de la mera
opinión infundada, a la hora del debate que el problema de la seguridad demanda.
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Capítulo I.
NUEVO CAMPO DE LA SEGURIDAD EN LA MODERNIDAD TARDÍA
Victoria Rangugni
INTRODUCCIÓN
Para ampliar el concepto de modernidad, véase el manual Sociedad, Estado y seguridad de esta colección.
1
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Manuales y protocolos 5 / La seguridad ciudadana
de transformación, que se inician en la segunda mitad del siglo XX, tienen impacto
en casi todas las áreas de la vida social, política, económica y cultural. Así, es posible
destacar modificaciones en:
–– la organización del Estado, que pasó de ser un Estado de bienestar a definirse
como un Estado mínimo;
–– el proceso de acumulación y de producción de bienes;
–– las relaciones laborales, que fueron crecientemente desreguladas o flexibili-
zadas;
–– las formas en que se administraban y compartían los riesgos sociales, que ten-
dieron a remitirse a la esfera individual y no a resolverse a través de mecanismos
colectivos;
–– las formas de representación política, cuyo indicador más visible fue el debilita-
miento del sistema de partidos políticos;
–– los modos de organización colectiva, que paulatinamente vieron debilitarse los
canales institucionales previos, por ejemplo los sindicatos;
–– el lugar que la tecnología, las comunicaciones y los medios de transporte ocu-
pan en los sistemas económicos y en la vida cotidiana de buena parte de la
población mundial;
–– los modos de organización familiar y doméstica y los roles de sus integrantes;
–– la conformación demográfica de las grandes ciudades.
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Capítulo I. Nuevo campo de la seguridad en la modernidad tardía
Para un abordaje amplio del neoliberalismo véase: EZCURRA, Ana María (2008).
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Manuales y protocolos 5 / La seguridad ciudadana
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Capítulo I. Nuevo campo de la seguridad en la modernidad tardía
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Capítulo I. Nuevo campo de la seguridad en la modernidad tardía
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Un quintil es la quinta parte de una población estadística ordenada de menor a mayor en alguna característica de esta
(corresponde a dos deciles, o a veinte percentiles).
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Manuales y protocolos 5 / La seguridad ciudadana
Se sugiere releer las características del Estado de bienestar presentadas al inicio del capítulo.
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Capítulo I. Nuevo campo de la seguridad en la modernidad tardía
Despacificación social
Se caracteriza por:
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Manuales y protocolos 5 / La seguridad ciudadana
El derecho penal entiende que delito es todo acto que, estando previamente
definido por la ley, es susceptible de ser punido. De este modo, el delito debe ser
detectado, perseguido y castigado por las agencias del sistema penal.
El campo de la seguridad durante la modernidad se ha caracterizado por un
modelo de gestión del delito que giraba de modo invariable en torno a la centrali-
dad de las instituciones penales como instrumentos orientados a reprimir y reducir
los delitos. A su vez, ese modelo planteaba como finalidad inequívoca la futura
integración de las personas que eran castigadas. Para ello se desarrolló durante más
de cien años un conjunto de instituciones cuyo fundamento era la intervención
sobre los condenados y sus familias, para favorecer su reintegración social. Esta
modalidad de organización del campo de la seguridad o del control del delito fue
definida por David Garland (2005) como Penal Welfare Complex, expresión que fue
traducida como welfarismo penal en evidente relación con el modelo de Estado de
bienestar al que se hacía referencia en las páginas anteriores.
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Capítulo I. Nuevo campo de la seguridad en la modernidad tardía
motor de las políticas penales y como instrumento válido para disminuir los
delitos. Menos de veinte años fueron suficientes para erosionar y redefinir los
fundamentos de un modelo de gestión de la seguridad que tenía casi doscientos
años y que había sido hegemónico, lo cual no significa que haya sido eficiente.
Pues desde sus inicios se ha mostrado incapaz de cumplir con sus objetivos: las
cárceles y sus poblaciones crecieron cada vez más. De todos modos, el fundamen-
to correccionalista persiste, aunque muy debilitado. Lo que prevalece, más bien,
es un consenso en torno al fracaso de la cárcel a la hora de reintegrar socialmente
a los condenados.
A su vez, nuevas formas de pensar el delito, la seguridad y la prevención han
dominado el escenario en los últimos años en casi todos los países occidentales.
La llamada nueva prevención aparece como elemento novedoso en el campo de la
seguridad, al poner el énfasis en evitar que ciertos delitos ocurran, más que en
perseguirlos y castigarlos una vez que han tenido lugar. La idea de nueva prevención
responde a que el modelo tradicional de gestión del delito pensaba la pena como
un elemento ex-post de prevención de delitos a futuro. Es decir que el castigo de
un delito ya cometido serviría a su vez para prevenir delitos futuros. La nueva pre-
vención, en cambio, parte de la idea de una intervención ex-ante, es decir que se
motoriza sin que el delito tenga lugar, para evitar –desde cero– que ocurra. Para
ello, se proponen una serie de medidas que se caracterizan por ser ajenas al sistema
penal y por invocar la participación de la comunidad en su desarrollo5 (Feeley y
Simon, 1995; Crawford, 1998; O’Malley, 2005).
Se vislumbran, entonces, dos grandes nuevas tendencias en el campo de la se-
guridad. Por un lado, el abandono del ideal integrador de las políticas penales y
la redefinición del castigo en términos de retribución, incapacitación e, incluso,
venganza. Por otro, la aparición de políticas preventivas, orientadas a evitar que
los delitos ocurran a través de medidas extrapenales, es decir en las que no tiene
participación protagónica el sistema penal.Tal como plantea David Garland (2005),
es posible definir estas dos tendencias como criminologías del otro y criminologías de
la vida cotidiana, respectivamente, cuyas características principales se abordarán en
las páginas siguientes.
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Manuales y protocolos 5 / La seguridad ciudadana
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Capítulo I. Nuevo campo de la seguridad en la modernidad tardía
Las políticas de tolerancia cero o mano dura se apoyan en una retórica punitiva,
pero carecen de un respaldo sólido para justificar las propuestas que plantean. Par-
ten de una definición sesgada, e incluso equívoca, del problema de la seguridad, al
que conciben solamente como un tema de incivilidades y delitos callejeros. Esto
quiere decir que lo definen a partir de un recorte que sobredimensiona ciertas
conductas consideradas indeseables –aun cuando no sean delito– y pretenden erra-
dicarlas del paisaje urbano a cualquier precio. Al mismo tiempo, queda excluida de
la definición del problema y, por tanto de las acciones a emprender, la comisión
de otros delitos que también atentan contra la integridad física de las personas.
Ejemplo de estos últimos son, entre otros, los vinculados con la seguridad vial y la
violencia doméstica.
Ese recorte, que asocia inseguridad con delito callejero, comporta una fuerte
criminalización de la pobreza y una escasa o nula problematización de la in/seguri-
dad en los términos que realmente impacta en el ejercicio de derechos de todos los
ciudadanos. Además, propone solucionar el problema incrementando los niveles de
violencia que se supone quiere revertir.
A partir de la década del ’80, en diferentes países comienza a surgir con fuerza
todo un campo de ideas e intervenciones que defienden la utilización de herra-
mientas no penales para reducir el delito. Al describir este proceso, Máximo Sozzo
(2000) plantea que se trata de un “gran cambio de paradigma” respecto de la mo-
dernidad penal. Inglaterra, Francia, Nueva Zelanda, Australia, Estados Unidos y
más tarde Italia comenzaron a desarrollar y fundamentar en términos teóricos una
serie de políticas de prevención del delito en las que no participaban las agencias
del sistema penal. Recién en la década del ‘90, la nueva prevención comenzará a ex-
pandirse en los países latinoamericanos.
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Manuales y protocolos 5 / La seguridad ciudadana
Nueva prevención
Rasgos fundamentales:
Creciente delegación
Incorporación
de funciones en Novedosa convocatoria
de empresas privadas
materia de seguridad, a la participación
en las estrategias de
antes centralizadas ciudadana
prevención del delito
en instituciones públicas
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Capítulo I. Nuevo campo de la seguridad en la modernidad tardía
Diversos autores (Crawford, 1998; Garland, 2005; Sozzo, 2000; 2008a) distin-
guen tres tácticas alternativas de prevención del delito, tal como fueron desarro-
llándose en los distintos países. Vale referirse a la prevención situacional-ambiental, la
prevención social y la prevención comunitaria. Una vez más, la distinción es analítica,
pues estas estrategias de intervención se mezclan en el terreno y se combinan de
diversas maneras.
Para abordarlas aquí, se exponen sus características distintivas. Se mencionan,
además, ejemplos concretos de intervención, señalándose los supuestos de los que
parten y los puntos débiles que presentan.
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Manuales y protocolos 5 / La seguridad ciudadana
La prevención situacional asume que ciertos delitos forman parte de la vida co-
tidiana de las grandes ciudades y, más que erradicarlos, se busca disminuirlos en
ciertos lugares y/o momentos. Desde esta perspectiva, un riesgo puede ser previsto
según patrones estadísticos (propios de las aseguradoras) y su impacto se puede
evitar o reducir. El objetivo principal no es atrapar al infractor y, si se lo atrapase,
lo importante es evitar/reducir el daño que el delito hubiese ocasionado, recupe-
rando lo sustraído, por ejemplo; pero sin que la rehabilitación del infractor sea un
tema a atender.
Además, la prevención situacional se apoya en la idea de un potencial infractor
que es racional, que sabe lo que hace. Por lo tanto decide actuar o se abstiene de
la comisión de un delito en virtud de las oportunidades que se le presentan. Fren-
te a una situación, ese actor racional evalúa los costos y los beneficios que puede
acarrear su decisión y actúa en consecuencia. Si el medioambiente en el que pre-
tende cometer un delito le presenta dificultades de acceso o altas posibilidades de
ser descubierto, se abstendrá de cometer el delito y, por tanto, la prevención en ese
ambiente/situación habrá sido exitosa. Esta presunción de un actor racional se liga
a la idea (neo) liberal del Homo economicus, un sujeto que actúa según sus intereses.
Sin embargo, como señala Adam Crawford (1998), más allá de los delitos contra
la propiedad, hay otros que no parecen estar motivados por el interés económico.
La violencia de género o los delitos de tránsito, para volver a mencionar casos que
suelen estar excluidos de las definiciones e intervenciones de la in/seguridad, no
suelen tener motivaciones económicas.
Si bien las estrategias situacionales son muy bien ponderadas en las propuestas
actuales del campo de la seguridad, y pueden brindar resultados positivos a la hora
de reducir determinados delitos y ambientes o situaciones, distintos analistas coin-
ciden en destacar los puntos débiles que la modalidad de prevención presentaría.
Puntos débiles
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Capítulo I. Nuevo campo de la seguridad en la modernidad tardía
ganizados, los delitos de tránsito, etcétera. Este recorte y focalización no solo deja
de lado hechos altamente lesivos, sino que contribuye a una definición sesgada del
problema de la seguridad y refuerza la criminalización de la pobreza al considerar
como relevantes solo los delitos de los más débiles.
Por otra parte, la prevención situacional y su perfil pragmático se orienta a los
efectos de determinados delitos y no a las causas, priorizando criterios empresa-
riales como los de reducción de riesgos y costos del delito contra la propiedad, la
eficacia de las acciones, el resultado a corto plazo, etcétera. Esta centralidad en el
corto plazo y la respuesta focalizada –el aquí y ahora–, si bien puede redundar en
los resultados buscados, no suele tener en cuenta los efectos de desplazamiento del
delito que se pretende controlar. Es decir que las estrategias situacionales pueden
reducir el delito “aquí y ahora”, pero trasladándolo “un poco más allá” en donde
las estrategias no han sido desplegadas, sin solucionar el problema de fondo: la calle
siguiente, el barrio de al lado, otros bancos o negocios, y así sucesivamente.
Muchas veces las estrategias situacionales son intrusivas y excluyentes: una vigi-
lancia excesiva y omnipresente y una defensa casi militar de los ambientes frente a
la presencia de extraños que son repelidos. Esto genera la proliferación de espacios
amurallados a los cuales no pueden ingresar los extraños, habitados por personas
que viven cada vez más encerradas y aisladas del mundo (Crawford, 1998; Sozzo,
2000;Young, 2003; De Giorgi, 2005).
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Manuales y protocolos 5 / La seguridad ciudadana
En términos generales, entre los factores de riesgo que identifican los programas de
prevención social de distintos países, están la pobreza, la exclusión, las condiciones
de vida, la falta de inserción en el sistema educativo, la edad en contextos de margi-
nación, las dificultades vinculares, la escasa integración cultural, entre otras variables.
Entre los factores protectivos identificados por estas estrategias, se incluyen recu-
rrentemente: la capacitación laboral, la integración cultural, la reinserción en el
sistema educativo, la recreación, el apoyo psicológico-vincular, etcétera. Por ello, las
intervenciones de tipo social en materia de prevención del delito suelen centrar-
se en desplegar estos factores protectivos. El contexto norteamericano, el francés
y también el argentino brindan ejemplos claros de este tipo de intervenciones
(Crawford, 1998; Sozzo, 2000; Rangugni 2004).
Al igual que la estrategia situacional, la prevención social enfatiza la necesidad de
una intervención multiagencial con predominio local. Esto quiere decir que, tanto
en el diseño como en la implementación de dicha estrategia, pueden y deben par-
ticipar actores gubernamentales de diversas áreas. Por ejemplo, de política criminal,
política social, trabajo, seguridad social, educación, etcétera, tanto de nivel nacional,
36
Capítulo I. Nuevo campo de la seguridad en la modernidad tardía
Puntos débiles
Respecto de los puntos débiles de la prevención social es posible afirmar que una
de sus falencias más preocupantes es la asociación entre delito y pobreza de la que
parte. Además, esa criminalización de la pobreza se refuerza sobre los jóvenes y,
en contextos particulares, sobre los inmigrantes y las minorías étnicas. Sobre este
recorte se extienden intervenciones generalizadas (a todos los jóvenes pobres de
un barrio, por ejemplo) dando por sentado que se trata de potenciales infractores.
Estas intervenciones son estigmatizantes en tanto definen a priori a la población
como proclive al delito. Esto es muy cuestionable desde el punto social y político.
Por otra parte, la focalización que la táctica social realiza sobre las poblaciones
mencionadas, las configura como población amenazante sobre la que hay que in-
tervenir, por una necesidad de defensa social frente al riesgo que representarían
esos potenciales infractores. Pero no parte del supuesto que esa población se en-
cuentra vulnerada en el ejercicio de ciertos derechos, y que es preciso paliar esa
situación (considerando que son ciudadanos como el resto de los habitantes).
Esto quiere decir que en esta lógica, la estrategia social tiene como objetivo
proteger a ciertos sectores sociales de la potencial peligrosidad de los grupos a los
que define como amenazantes. No se enfoca sobre estos últimos para garantizar su
bienestar, sino para neutralizarlos frente al resto de la población. En esta línea, se ha
acusado a la prevención social del hecho de criminalizar la política social. Al hacerlo,
invade terrenos que son propios de las intervenciones sociales que buscan paliar
situaciones de vulnerabilidad, ampliando los márgenes de ciudadanía sin crimina-
lizar a las poblaciones sobre las que intervienen.
Finalmente, hasta hoy no ha habido estimaciones serias sobre los efectos que es-
tos tipos de intervención tienen sobre los índices de delito que se pretende atenuar.
Prevención comunitaria
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Manuales y protocolos 5 / La seguridad ciudadana
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Capítulo I. Nuevo campo de la seguridad en la modernidad tardía
Puntos débiles
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Manuales y protocolos 5 / La seguridad ciudadana
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40
Capítulo I. Nuevo campo de la seguridad en la modernidad tardía
41
Capítulo II.
EL PROBLEMA DE LA SEGURIDAD EN LA ARGENTINA
INTRODUCCIÓN
Hay que comenzar por decir que en la actualidad la seguridad encabeza la lista
de las preocupaciones de los ciudadanos de la Argentina. Este posicionamiento
obedece a un proceso histórico, en el cual este tema fue desplazando otras cues-
tiones, tales como la desocupación, los procesos hiperinflacionarios, la cuestión
militar, la salud pública y la educación, entre otros.
El primer tema a abordar en este capítulo será la implementación local de polí-
ticas neoliberales en la década de 1990 y sus consecuencias, analizando su impacto
en el campo de la seguridad. Sobre fines de esa década el país presentaba un cuadro
de situación sin precedentes: vastos sectores de la sociedad por debajo de la línea de
pobreza, altos índices de desocupación, precarización de las condiciones de trabajo
y crisis de confianza en el sistema institucional. En ese contexto, el aumento de los
hechos delictivos, como así también de la violencia con que se cometen, comen-
zaron a instalar la inseguridad como un problema de política pública. Para poder
comprender este fenómeno es preciso despejar los supuestos del sentido común
que dificultan el análisis.
En segundo lugar, se presentará aquí un esquema de la organización del sistema
de seguridad en el país, señalando sus principales características, así como las ins-
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Manuales y protocolos 5 / La seguridad ciudadana
44
Capítulo II. El problema de la seguridad en la Argentina
El nivel de pobreza a fines de la década de 1990 había llegado a una cifra récord,
que alcanzaba al 30% de la población. Como resultado de la crisis de fines de 2001,
ese nivel trepó al 50% (mayo de 2002). Si bien este cuadro era general para todo
el país, existieron marcadas disparidades regionales en la distribución del ingreso.
En la jurisdicción más rica del país el ingreso per cápita era 4,1 veces superior al
de la más pobre.
En lo que respecta al empleo, los meses previos a la crisis de 2001 presentaban
altas tasas de desocupación (18,4% en octubre) y de informalidad laboral (del total
de trabajadores solo el 40% se encontraba en relación de dependencia). La precari-
zación laboral y el creciente desempleo hicieron que el trabajo dejase de ser el eje
estructurante de la vida social, tal como lo había sido desde mediados del siglo XX.
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Manuales y protocolos 5 / La seguridad ciudadana
46
Capítulo II. El problema de la seguridad en la Argentina
ner en los medios de comunicación. Del mismo modo, en el ámbito político surge
la temática de la seguridad como nunca antes, desplazando aspectos importantes
como la salud o la educación, que eran ineludibles en los discursos políticos desde
la recuperación democrática en 1983.
“En 1995, el delito es poco elegido entre las múltiples opciones que tienen los
entrevistados para señalar cuál es el principal problema del país. Las mayores
preocupaciones están ligadas al desempleo, luego la pobreza e inestabilidad
económica y solo el 2,1% considera la delincuencia en primer lugar. Esto
cambia en poco tiempo: en 1997 es elegido como principal problema por el
8,7% de los entrevistados. La preocupación por el delito sigue su tendencia
ascendente hasta el 2002, cuando con la caída de la convertibilidad, las pre-
ocupaciones vuelven a concentrarse en la situación socioeconómica. Pasado el
pico de la crisis, el delito como problema vuelve a ser importante en el 2003 y
el 2004” (Kessler, 2007: 82).
Muchas veces se afirma que la centralidad del tema de la seguridad se dio a partir
de los años 1990 y que responde únicamente al aumento del delito. Sin embargo,
es importante analizar estas transformaciones y vincularlas con los cambios en el
modelo de Estado que comienza a instalarse en la Argentina por aquellos años y las
modificaciones en la estructura económico-social que se producen a partir de 1990.
47
Manuales y protocolos 5 / La seguridad ciudadana
y reducir el delito a través de las agencias del sistema penal: policía, justicia y pri-
sión. Esas instituciones eran las encargadas de definir las líneas a seguir y casi las
únicas autorizadas a hablar y actuar en materia de control del delito.
Durante ese período, que se extiende desde finales del siglo XIX a finales del
siglo XX, la centralidad del sistema penal en el control del delito fue defendida
también como una forma de prevenir los futuros hechos, y no solo de reprimir los
ya ocurridos.
El dispositivo carcelario adquirió enorme importancia en este modelo ya que
era el encargado, al mismo tiempo, de castigar los delitos ocurridos y de prevenirlos
en el futuro. En la Argentina el sistema carcelario comienza a desplegarse a finales
del siglo XIX: la Penitenciaría Nacional, inaugurada en 1877, fue un baluarte de
esos comienzos, sucedida por el célebre penal de Ushuaia. Ambas cárceles mostra-
ron rápidamente no cumplir con las misiones encomendadas.
No obstante, por mucho tiempo no hubo discusión al respecto: la pena de pri-
sión era considerada una herramienta para evitar delitos en varios sentidos. Por un
lado, se buscaba que la pena disuadiera a los potenciales infractores de cometer un
delito por temor a ser castigados y, por otro, se argumentaba que serviría al con-
denado para rehabilitarse y, por tanto, no cometer otros delitos en el futuro. Estos
objetivos siguen siendo fuente de justificación de la pena, aunque cada vez son más
débiles, entre otros motivos porque la prisión se mostró ineficaz para cumplirlos. Es
evidente que no logra disuadir a potenciales infractores, ya que los índices de deli-
tos crecen y las tasas de encarcelamiento también: cada vez se registran más delitos
y cada vez hay más personas presas por cometerlos. Además, también está probado
que la cárcel nunca ha servido para evitar que las personas que pasaron por ella no
vuelvan a cometer hechos ilícitos: las tasas de reincidencia son muy altas en todos
los países occidentales.
A pesar del fracaso de las herramientas penales en la búsqueda de seguridad
frente al delito, estas no han dejado de utilizarse, antes bien, ha ocurrido lo
contrario.
En la Argentina, por ejemplo, entre 1990 y 2006 la cantidad de personas presas
se duplicó. Mientras que en 1990 había 4.473 presos en cárceles federales, en 2006
llegaron a ser 9.495: es decir que la población pasó a ser más del doble en un perío-
do de 16 años. Además, el porcentaje de presos sin condena llegó a ser del 58% en
2002. Esta situación no ha variado significativamente, ya que en 2006 la población
de presos sin condenas en cárceles federales se mantenía en un 56%, según datos
de la Procuración Penitenciaria de la Nación. Este cuadro es preocupante, ya que
refleja que en la Argentina se utiliza de manera generalizada el encierro sin que
haya una condena. Esto contraría el principio constitucional de inocencia, el cual
indica que nadie podrá ser castigado si no se demuestra que es culpable a través de
los procedimientos jurídicos establecidos.
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5000
0
1994 1999 2000 2005 2007
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Capítulo II. El problema de la seguridad en la Argentina
Se sugiere la relectura del apartado Nueva configuración del campo de la seguridad del capítulo 1.
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52
Capítulo II. El problema de la seguridad en la Argentina
También en 1997 surgió una iniciativa que no provino de una agencia estatal
y que tuvo mucha repercusión, convirtiéndose en un modelo de prevención co-
munitaria que se replicó en distintos lugares: el Plan Alerta de vecinos de Saavedra.
Esta propuesta surgió por la iniciativa de un grupo de vecinos, que reclamaron
entre diversas instituciones estatales medidas de seguridad a partir de una serie de
delitos contra la propiedad que habían tenido lugar en poco tiempo. Ese grupo
comenzó a implementar medidas solidarias de protección mutua. En resumidas
cuentas, se trataba de generar actividades de vigilancia y reportes informales entre
los vecinos para prevenir la presencia de cierto tipo de delitos y disminuir los mie-
dos que tenían ante la posibilidad de ser víctima de esos delitos. El plan se llevó a
otros barrios de la Ciudad de Buenos Aires y del conurbano, por ejemplo a Villa
Urquiza, Núñez, Palermo, Villa del Parque, Martínez, Beccar, y obtuvo de a poco
apoyo estatal (Ciafardini, 2006).
Sin embargo, la cristalización de una política preventiva de alcance nacional que
instaló la necesidad de pensar el delito y la seguridad de otro modo, se produce
con la creación del Plan Nacional de Prevención del Delito (PNPD). Se trata de
un plan que el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos y el Ministerio del
Interior de la Nación ponen en marcha conjuntamente en el año 2000, quedando
a cargo de su ejecución la Dirección Nacional de Política Criminal, dependiente
del primero de los ministerios mencionados.
Derogado en 2008, el PNPD reunía los principios básicos de la nueva prevención
definiendo como objetivos principales:
53
Manuales y protocolos 5 / La seguridad ciudadana
El mismo año en que se crea del PNPD (2000) se realiza un acuerdo formal
con el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que determina la creación del Pro-
grama de Prevención del Delito local en la Secretaría de Seguridad y Justicia del
Gobierno de la Ciudad. Este organismo diseña e implementa desde entonces las
políticas de prevención del delito de Capital Federal. Otros gobiernos –provincia-
les y municipales– hicieron acuerdos e implementaron políticas de prevención del
delito en el marco del Plan Nacional.
El PNPD tuvo características similares a iniciativas desarrolladas en otros países,
definiendo un modelo de prevención –que llamó “integrada”– con dos áreas de
intervención diferenciadas:
–– la prevención situacional-ambiental y
–– la prevención social del delito.
54
Capítulo II. El problema de la seguridad en la Argentina
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Manuales y protocolos 5 / La seguridad ciudadana
Es así que la posterior ley 24.059, de Seguridad Interior, sancionada a fines de 1991,
se convirtió en el instrumento legal para la coordinación interjurisdiccional en segu-
ridad pública. Como el gobierno central no puede obligar a los Estados provinciales a
implementar políticas específicas, la ley de Seguridad Interior se elaboró con carácter
de convenio. Las provincias fueron invitadas a adherir y coordinar las acciones que en
ella se establecen. Ejemplo de la complejidad que todo esto supone es que recién en
el año 2004 se alcanzó la adhesión de la totalidad de los Estados provinciales.
La diversidad de modelos de organización de las policías provinciales y de las
fuerzas federales se expresa de distintas formas. Por ejemplo, en aspectos tales como
los modos de agrupamiento del personal y el sistema de ingreso, formación y titu-
lación que brinda cada institución.
Policías provinciales.
Modos de agrupamiento y de formación policial
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Capítulo II. El problema de la seguridad en la Argentina
subalterno. En algunas provincias el curso para ser agente de policía tiene una du-
ración anual, en tanto que en otras oscila entre los dos y los tres meses.
Por su parte, en la formación de los oficiales no existe un criterio único para la
adopción del régimen de internado. Algunas provincias prescinden de él, otras lo
mantienen y algunas planean retomar su uso.
En algunas jurisdicciones la educación policial brinda títulos reconocidos por
los ministerios de educación provincial y/o nacional, por lo que los alumnos, ade-
más de obtener el estado policial, alcanzan una titulación de nivel terciario. Esto
ha posibilitado que los egresados de los institutos puedan continuar su recorrido
académico en estudios universitarios de grado8.
8
En los últimos años la oferta de estudios superiores para policías se ha ampliado notoriamente. Algunas provincias
han establecido convenios con universidades nacionales y privadas para que sus egresados continúen su formación.
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Manuales y protocolos 5 / La seguridad ciudadana
Cabe destacar que la intención de todas las policías provinciales apunta a alcan-
zar cada vez mayores niveles de formalización en sus procesos de formación inicial.
Por eso es posible que entre el estudio tomado como referencia y el presente es-
crito, la situación educativa de cada provincia se haya modificado.
25.000 40.000
Gendarmería Policía Federal
Nacional Argentina
30% 47%
Fuente: VARELA, Cristián (2008). La educación policial. Estudio de los sistemas educativos policiales de la Región
NEA y de las fuerzas de seguridad y cuerpos policiales federales. Secretaría de Seguridad Interior - PNUD,
Buenos Aires, ISBN 978-987-24181-2-0.
9
En el año 2008, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, sede administrativa del gobierno central, planteó la necesidad
de instituir su propia policía. A fines de 2009, al momento de la redacción de este manual los primeros cuadros de la
Policía Metropolitana completaron su formación académica. Su despliegue operativo se espera para principios del 2010.
58
Capítulo II. El problema de la seguridad en la Argentina
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Capítulo II. El problema de la seguridad en la Argentina
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Manuales y protocolos 5 / La seguridad ciudadana
mación continua. Con esto se corre el riesgo de que los funcionarios dediquen
parte de sus capacidades a la consolidación de vínculos personales, restándola a su
desempeño profesional.
Si bien el modelo tradicional de agencia policial pareció capaz de regular el
orden público durante décadas, resulta insuficiente para afrontar los nuevos esce-
narios producidos por las transformaciones sociales acontecidas desde la década de
1990 en el plano nacional. El cuadro de creciente desintegración social vio surgir
nuevas conflictividades sociales y modalidades delictivas. A este aumento de la cri-
minalidad debe sumársele la crisis institucional que devino en el estallido social de
2001, con la consecuente deslegitimación de los organismos del Estado, tal como
se planteó al inicio de este capítulo.
El deterioro de las condiciones de vida de los sectores medios y bajos y la des-
integración de los vínculos de solidaridad comunitaria produjeron una ruptura de
los lazos sociales. Los niveles de vulnerabilidad y marginación social dieron lugar a
la exclusión de vastos sectores de la población de la posibilidad de ser parte de un
mismo proyecto social.
Esta crisis fue generadora de hondas transformaciones culturales. Dentro de ellas
el aumento del delito y la violencia constituyen un elemento de la constelación de
fenómenos que marcan un cambio en el modo de vida de la sociedad actual.
La distancia de la policía respecto de la comunidad la priva de la participación
activa del principal agente de la seguridad pública: el ciudadano. Numerosas expe-
riencias han demostrado que la seguridad pública es más efectiva cuando es mayor
la proximidad entre la policía y la comunidad11. Por el contrario, la distancia como
característica del vínculo entre la institución policial y la comunidad obliga a au-
mentar indefinidamente la presencia policial en terreno: la policía está obligada a
cubrir cada rincón, lo cual es materialmente imposible.
En el modelo de policía tradicional la participación de la comunidad es percibi-
da como un elemento de importancia secundaria en la seguridad pública. El saber
sobre la seguridad pertenece al funcionario policial. Esta distorsión plantea un
escenario imposible: cargar sobre una única institución una función que requiere
de la totalidad de las instituciones sociales.
En este capítulo se ha expuesto una ajustada síntesis de los hechos que mar-
caron la vida social, económica, política y cultural de nuestro país en los últimos
treinta y cinco años. El proceso de constricción del Estado nacional y la regula-
ción de las relaciones económicas por parte del mercado han modificado la na-
turaleza de las relaciones sociales. La pérdida de las protecciones que garantizaba
el modelo del Estado benefactor ha dado paso a la indefensión de un importante
sector de la población.
Para mayor precisión en este tema se sugiere la lectura del manual Comunidad y seguridad de esta misma colección.
11
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Capítulo II. El problema de la seguridad en la Argentina
No debe olvidarse lo ya expuesto: los delitos producidos por las clases acomodadas, conocidos como delitos de cuello
12
blanco, producen consecuencias económicas de mayor magnitud que los delitos menores. Basta traer como ejemplos la
corrupción, las estafas, la evasión impositiva, los delitos ambientales, entre otros.
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Manuales y protocolos 5 / La seguridad ciudadana
BIBLIOGRAFÍA
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Capítulo II. El problema de la seguridad en la Argentina
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Capítulo III.
EL CAMPO DE LA SEGURIDAD. CONCEPTOS Y DEFINICIONES
Victoria Rangugni
INTRODUCCIÓN
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Manuales y protocolos 5 / La seguridad ciudadana
Por lo anterior, el afán contemporáneo de seguridad –en los más diversos contex-
tos– es tema de análisis para las ciencias sociales. El problema que esta preocupación
trae aparejado es que tiende a avasallar otros valores deseables como pueden ser la
igualdad entre los ciudadanos, la libertad, la cooperación, la protección mutua entre
miembros de una comunidad. La prioridad que hoy adquiere la pretensión de segu-
ridad opaca la importancia de otros valores indispensables para la vida democrática.
Justamente, la idea de una seguridad democrática fija un límite respecto a aque-
llo que podrá hacerse y lo que no podrá llevarse adelante para obtener seguridad.
Esto quiere decir que para obtener seguridad no se puede “pagar cualquier pre-
cio”. Hay derechos que no deberían nunca ser vulnerados en nombre de la seguri-
dad, aunque sea usual reconocer reclamos de seguridad en los que se pide resignar
derechos fundamentales, como por ejemplo el derecho a la vida.
Un elemento importante para poder definir qué puede y no hacerse en nom-
bre de la seguridad es precisar qué significa este concepto poniendo el énfasis en
elementos específicos. Es así que hoy es posible oír hablar, a veces indistintamente,
sobre la seguridad humana, seguridad ciudadana, seguridad pública, seguridad urbana,
seguridad comunitaria, por mencionar solo las nociones más recurrentes.
En las siguientes líneas se presentan definiciones sobre seguridad humana, seguri-
dad pública y seguridad ciudadana, entendiendo que estas nociones engloban las re-
cién mencionadas. De todos modos, es preciso alertar sobre la escasa precisión con
que estos términos son utilizados y la frecuente superposición entre unos y otros.
Seguridad humana
La idea de seguridad humana remite a una idea cuyo foco principal es la seguri-
dad integral del ser humano. De este modo, la noción de seguridad humana abarca
el desarrollo pleno de las personas, entendiendo que el acceso a ella es un derecho
de todos los habitantes, individuos y comunidades. Esta dimensión de la seguridad
incluye el logro de un desarrollo sostenible que mejore la calidad de vida de los in-
dividuos y comunidades, así como las posibilidades de integración y participación
social de las personas. En 1994, el Informe de Desarrollo Humano, del Programa
para el Desarrollo de la Organización de Naciones Unidas (PNUD), incorpora
explícitamente el concepto de seguridad humana planteando que se deben llevar
adelante acciones de promoción, protección, prevención y mitigación de los dis-
tintos riesgos presentes en la vida social (PNUD, 1994; Fernández Pereira, 2006).
De este modo se sostiene que no alcanza con ampliar los niveles de ingreso, educa-
ción y salud, si esa ampliación no se produce en un entorno que permita el acceso
equitativo en condiciones de paz social, equidad y solidaridad.
La noción de seguridad humana apunta a construir un valor tendiente a reducir
la incertidumbre a nivel individual y colectivo en el contexto de la sociedad actual,
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Capítulo III. El campo de la seguridad. Conceptos y definiciones
Para la ONU, entonces, seguridad humana significa que la gente pueda disfrutar
de una creciente gama de opciones de desarrollo de forma segura y libre y que
pueda tener confianza en que las oportunidades de hoy no desaparecerán mañana
(PNUD, 1994). Una aspiración ciertamente optimista en contextos de alta volati-
lidad e incertidumbre como lo es el de la modernidad tardía.13
La seguridad humana resulta asimilable a lo que otros autores han denominado
“seguridad de los habitantes”. Pues este último término ha sido empleado para
hacer también referencia a un concepto amplio de las protecciones, tendientes no
solo a reducir las posibilidades de ser víctima de un delito, sino a la “tranquilidad
de vivir en un Estado constitucional de derecho y participar en los beneficios del
desarrollo en materia de salud, educación, vivienda, recreación o todos los ámbi-
tos del bienestar social. Esto es desarrollo humano sostenible que tiene la equidad
como principio” (Carranza, 1997: 15). Se trata por lo tanto de la ampliación de
derechos y del acceso a ellos en contextos de estabilidad política y social. En los
últimos años la noción de seguridad humana ha ganado protagonismo frente a la de
seguridad de los habitantes, si bien son asimilables.
Seguridad pública
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Capítulo III. El campo de la seguridad. Conceptos y definiciones
Seguridad ciudadana
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Capítulo III. El campo de la seguridad. Conceptos y definiciones
una condición social de tranquilidad y paz como un fin inmutable, sin im-
portar necesariamente que se dé en un régimen democrático o autoritario. La
seguridad ciudadana responde siempre a la existencia del libre ejercicio del
juego democrático, y responde a la idea de canalizar el conflicto. Las ideas
convencionales de seguridad pública responden a la búsqueda de eliminación
del conflicto.
Fuente: GONZÁLEZ, Patricia (2003). Cuaderno nº 2, Seguridad ciudadana. Guatemala: Flacso, 2003.
Desde hace algunos años trabajar sobre aquello que conforma el problema de la
in/seguridad implica hacer una distinción indispensable entre inseguridad objetiva e
inseguridad subjetiva. Estos dos elementos presentan cada uno su propia especificidad
y complejidad, lo cual obliga a tomarlos en cuenta por separado, si bien conforman
un problema común.
La noción de inseguridad objetiva remite a los delitos efectivamente ocurridos.
Aunque no solo eso, sino que además deben ser denunciados de modo que se
tenga registro de su existencia. En este sentido, no basta con que se produzca un
delito, este además debe visibilizarse y conformar el universo de delitos registrados
(formar parte de las estadísticas criminales).
Por eso mismo, cuando se habla de inseguridad objetiva no se hace referencia a
la inseguridad real (criminalidad real o delito efectivamente ocurrido), como mu-
chas veces se supone, ya que la gran mayoría de los delitos no son denunciados y,
en algunos casos, ni siquiera son percibidos como tales (por ejemplo la violencia
doméstica). Por tanto, al hablar de la inseguridad en términos objetivos se debe
siempre tener en cuenta que se habla de determinados delitos, los que a su vez han
sido denunciados (Sozzo, 2003). Con estos elementos se conforma la denominada
“cifra blanca de la criminalidad”.
La noción de inseguridad subjetiva, en cambio, remite a la sensación de insegu-
ridad. Refiere al temor experimentado por los sujetos frente al delito; temor que,
a su vez, no es monolítico, pues tiene diferentes características. Así, los niveles de
inseguridad subjetiva que puedan registrarse en determinada comunidad no están
necesariamente ligados ni a la cantidad de delitos efectivamente ocurridos, ni a los
riesgos efectivos de victimización.
A continuación se analiza cómo se abordan de modo diferente los problemas
de inseguridad objetiva y de inseguridad subjetiva pues, al constituir problemas con
entidad propia, requieren de mediciones e intervenciones específicas, atendiendo a
la complejidad que cada uno presenta.
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Capítulo III. El campo de la seguridad. Conceptos y definiciones
ministerio público y los tribunales. Por lo tanto, solo se muestran los delitos que
llegan a denunciarse y que además pasan el filtro de la agencia policial y/o judicial
que los procesa y de las representaciones sociales frente al crimen.
De lo anterior se desprende que la estadística oficial tampoco representa una
proporción del total de delitos ocurridos. Es decir, los delitos denunciados no
son necesariamente una muestra reducida de los delitos efectivamente ocurridos,
pues la estadística oficial no tiene la misma distribución de casos que la crimi-
nalidad real. Los niveles de denuncia de los delitos varían por múltiples motivos.
En ocasiones las variaciones tienen que ver con su tipología, con el perfil de
las víctimas, con las expectativas sobre resultado de una denuncia, etcétera. Hay
delitos que se denuncian más, sin que esto quiera decir que ocurren con mayor
frecuencia que otros.
Además hay que tener en cuenta que la información recabada –como se dijo
antes– muestra algo, pero deja elementos importantes en las sombras. En delitos
con altos niveles de denuncia, por tanto con bajo subregistro, la información que
se brinda puede resultar limitada. Por ejemplo, suele decirse que el homicidio tiene
altos niveles de registro, tanto por la gravedad atribuida al hecho como por la difi-
cultad para encubrirlo. Pero no hay datos oficiales sobre la cantidad de homicidios
producidos por la violencia de género. La estadística oficial no discrimina, entre los
homicidios, cuáles son fruto de la violencia contra las mujeres, de modo que no
es posible conocer la dimensión de este fenómeno. Esto sirve para ver que, incluso
cuando hay un registro alto de ciertos hechos, no hay un cuadro preciso a partir del
número relevado, con lo cual, a veces, puede ser escasa la información disponible
para la toma de decisiones en la materia.
Otro ejemplo lo constituyen los robos de autos. Este delito muestra también al-
tos niveles de denuncia, ya que las compañías aseguradoras lo requieren para el co-
bro de las sumas aseguradas. Pero no ocurre lo mismo con el robo de motocicletas
de baja cilindrada y de bicicletas, que son escasamente denunciados. Tal vez se los
asuma como un hecho cotidiano, sin considerar que la denuncia pueda contribuir
a la aparición del bien robado. Esto no permite, sin embargo, afirmar que hay más
robos de autos que de ciclomotores y bicicletas.
Del mismo modo, son escasamente denunciados los delitos sexuales producidos
en el ámbito doméstico o laboral, cuando el victimario es familiar o conocido de
la víctima, hecho frecuente en este tipo de delitos. Estos casos no suelen ser tenidos
en cuenta a la hora de “hacer hablar a los números” de la inseguridad. Sin embargo,
queda fuera de duda la lesividad de estos delitos y el modo en que afectan la segu-
ridad de las mujeres y de los menores.
Por lo anterior, es indispensable tener en cuenta que si se pretende dimensionar
la inseguridad, se encontrarán ciertos recortes que no pueden ser ignorados. En la
Argentina, las formas en que los datos son relevados carecen, aún hoy, de patrones
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Manuales y protocolos 5 / La seguridad ciudadana
Las formas en que se mide el delito y el conjunto de delitos que son medi-
dos nunca son elementos neutrales, sino que determinan la manera en que será
definido el problema de la seguridad en un contexto determinado. En muchas
ocasiones se observa que los delitos contra la propiedad y los homicidios son
las preocupaciones centrales de las estadísticas oficiales. Sin embargo, como se
dijo antes, una serie de delitos que perjudican seriamente la seguridad de las
personas y que tienen una ocurrencia importante no son siquiera medidos.
Teniendo en cuenta todos estos elementos, es posible ver que en el período
1990-2001, las estadísticas policiales registraron un incremento del 83% del to-
tal de delitos denunciados. Los delitos contra la propiedad marcan la tendencia,
en tanto representan alrededor del 80% de los delitos denunciados.
La información referida a homicidios dolosos resulta también interesante.
Como se mencionó, este dato suele citarse como indicador de in/seguridad,
ya que los homicidios tienen una alta tasa de registro, en tanto es difícil que
no salgan a la luz (ya sea porque son denunciados o porque el cuerpo de la
víctima aparece). Las estadísticas de la Dirección Nacional de Política Criminal
(DNPC) muestran que no hay variaciones significativas en el periodo 1990-
2001; la tasa de homicidios dolosos cada 100.000 habitantes para todo el país
fue de 8% en 1990; registra una suba importante en 1997 con 9,02%, y cierra
el período con 8,41%.
Resulta llamativo que mientras la Argentina tiene una de las tasas de homi-
cidios dolosos más bajas de Latinoamérica, la sensación de inseguridad es una
de las más altas de la región (LTBD, 2006; Kessler, 2007). Esto confirma que la
inseguridad objetiva –aquella que remite a los índices de delito– y la inseguridad
subjetiva –la sensación de inseguridad que padecen los habitantes de un lugar–
no van de la mano.
Fuente: Datos brindados por la Dirección Nacional de Política Criminal. Véase también Ciaffardini (2006).
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Capítulo III. El campo de la seguridad. Conceptos y definiciones
dirla e intervenir sobre ella. Este punto interesa por cuanto, a la hora de hablar
de seguridad, se ha convertido en un elemento tanto o más importante que la
dimensión objetiva.
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Manuales y protocolos 5 / La seguridad ciudadana
extendió su utilización: España las aplica desde 1995; Nueva Zelanda, desde 1996,
e Italia, a partir de 1998 (Sozzo, 2008a).
En la Argentina la sensación de inseguridad se convirtió en tema de discusión en
el campo de la seguridad recién a finales de la década de 1990. A partir de entonces
pasó a ser uno de los ejes centrales del problema opacando, incluso, los datos sobre
delitos efectivamente ocurridos. De este modo, aquello que se entendía como una
política orientada a reducir los delitos comienza a pensarse también como una
intervención sobre aquello que genera inseguridad, tanto objetiva como subjetiva.
Ante esta realidad, las encuestas de victimización ganaron terreno. Además de pro-
curar conocer lo que las estadísticas oficiales no lograban, se orientaron a medir
la dimensión subjetiva de la inseguridad. En la Argentina, la primera encuesta de
victimización la realizó el Ministerio de Justicia de la Nación en 1996, aunque
no tuvo alcances a todo el territorio nacional. Desde entonces, las ha repetido en
diversos centros urbanos. Por su parte, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires
realiza su propia encuesta por primera vez en 2006 (GCBA, 2007).
Al igual que las estadísticas policiales y judiciales, las encuestas de victimización
mantienen ciertos recortes sobre el problema que buscan dimensionar. Especial-
mente lo hacen por su énfasis en ciertos delitos contra la propiedad que, como se
dijo antes, se ubican en el centro del problema de la in/seguridad tal como este
viene construido. Como plantea Gabriel Kessler, las encuestas de victimización se
orientan casi exclusivamente a los pequeños delitos callejeros, no indagan sobre
delitos de cuello blanco, contaminación, homicidios o lesiones culposas por deli-
tos de tránsito o fraude fiscal (Kessler, 2007). Además abundan en preguntas sobre
delitos contra la propiedad (vivienda, auto, robo con arma, etcétera) y desatienden
completamente otros tipos de victimización14.
Para un análisis detallado de las distintas mediciones realizadas por la DNPC, véase Guemureman, 2002; Sozzo, 2008ª.
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Capítulo III. El campo de la seguridad. Conceptos y definiciones
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Manuales y protocolos 5 / La seguridad ciudadana
BIBLIOGRAFÍA
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Capítulo III. El campo de la seguridad. Conceptos y definiciones
• SOZZO, Máximo (2008a). Inseguridad, prevención y policía. Serie libros Ciudadanía Segura,
Volumen 4. Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) Sede Ecuador).
• VARELA, Cecilia (2004). El concepto de ‘sensación de inseguridad’ y su utilización en las
encuestas victimológicas. Ponencia presentada en la II Jornadas Nacionales de Sociología, Mesa:
Control Social y Sistema Penal. Universidad de Buenos Aires.
• VARELA, Cecilia (2005). ¿Qué significa estar seguro? De delitos, miedos e inseguridades entre
los adultos mayores. En Cuadernos de Antropología Social Nº 22, Facultad de Filosofía y Le-
tras, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires.
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