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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA


EDUCACIÓN UNIVERSITARIA CIENCIA Y TECNOLOGIA
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LA SEGURIDAD
CENTRO DE FORMACION UNES LARA

ENSAYO
PARTICIPACIÓN COMUNITARIA EN LA
PREVENCIÓN DEL DELITO

Participante:
Xiomer Carrasco
C.I.: 15.667.828
Profesor: Dr. Laura Adams Camacho
Asignatura: Policía, Sociedad y Criminalidad

BARQUISIMETO, NOVIEMBRE 2021


Participación Comunitaria en la Prevención del Delito

La seguridad ciudadana puede definirse como una necesidad social. Este


concepto  se refiere a las exigencias específicas de la población vinculadas
con la delincuencia y las situaciones de vulnerabilidad y riesgo para sus
personas y bienes, las cuales estarían estrechamente asociadas a la policía
pública, que tiene la función de resolver, o al menos minimizar, los efectos
negativos de dichas amenazas.
La seguridad en sentido restringido es definida como el conjunto de
políticas y acciones coherentes que tienden a garantizar la paz pública, por
medio de la prevención y represión de los delitos a través del control penal y
policial.
La policía puede ser entendida como una instancia de control social
formal, de carácter estatal dotada de poder coactivo inmediato, encargada
primordialmente de individualizar, detectar al autor, restringir y/o prevenir
conductas jurídicamente inaceptables. Es probablemente la instancia de
control social formal más cercana al ciudadano, forma parte del sistema de
justicia, compartiendo con otras instancias de dicho sistema las actividades
tendentes al control delictivo. Aunque existe una presión continua sobre la
policía para responder a las demandas de seguridad, los datos disponibles
revelan que 70% de la población victimizada considera que la policía y el
sistema de justicia no tienen respuestas eficientes y eficaces ante el
problema de la victimización de los venezolanos.
Cabe preguntar si este problema puede ser encuadrado dentro de las
discusiones de las políticas sociales, y si es factible la relación con la calidad
de vida de la población. Si la respuesta es afirmativa en mi opinión no habría
dudas en que el tema de la seguridad ciudadana, sería un indicador para
medir la calidad de vida de los venezolanos. De esta manera debería
contribuir con el diseño e implementación de políticas públicas de seguridad.
El incremento notable de la criminalidad pareciera sugerir que la eficacia,
eficiencia y equidad de las políticas en materia de seguridad no funcionan
adecuadamente, si bien el tema de la seguridad es una necesidad
ciudadana, de carácter público y así se plantea en el artículo 55 de la
Constitución Nacional (Venezuela, 2000). Por otra parte, la inseguridad
personal pareciera afectar la calidad de vida, la libertad y las oportunidades
sociales (Arraigada, 2002).
En la actualidad el tema de la seguridad requiere un diagnóstico en cuanto
a cuáles son las necesidades y las expectativas de los ciudadanos. La
participación ciudadana en los programas de seguridad personal es muy
importante, si se entiende al ciudadano en condición de usuario de las
instancias formales como la policía, que deberían estar al alcance de todos,
con criterios de universalidad, eficacia, eficiencia y equidad.
Por otra parte, es pertinente evaluar la respuesta de la policía frente a las
demandas ciudadanas sobre seguridad. La literatura sobre necesidades
sociales destaca la relación entre el ciudadano y Estado como un aspecto
importante cuando se trata de políticas sociales. El ciudadano es un cliente
permanente del Estado (Lynn, 2000, 168) y, en un supuesto ideal, debe creer
en la efectividad de las instituciones formales. Éstas deberían atender los
problemas sociales, sobre todo en el contexto latinoamericano, donde las
Constituciones políticas han incorporado, recientemente, la seguridad como
un derecho general de la población.
La minimización de la desconfianza frente a las instancias formales de
control social es necesaria. De lo contrario se permite la ocupación de
espacios por parte de instancias privadas sustitutivas de control social que
no responden con criterios de amplitud y equidad ante las necesidades
sociales. En este momento se necesita reflexión sobre el tema de la
seguridad y su repercusión en las políticas sociales en torno a la articulación
de las expectativas ciudadanas, las necesidades puntuales sobre el tema de
la seguridad y los recursos disponibles por parte del Estado para enfrentar
las necesidades sociales. Esto contribuiría a diseñar una política viable que
se adapte a las tendencias actuales en materia de seguridad ciudadana.
La discusión sobre focalización y universalización de la población, como
criterios básicos que definen el radio en el que se propagan los resultados de
una política social, induce a reflexionar sobre la responsabilidad estatal para
la satisfacción de necesidades sociales de diversos grupos de individuos.
Ambos criterios repercuten en la disponibilidad económica del Estado para
contribuir con el bienestar de la población y aunque el criterio universalista
amerita mayor esfuerzo del Estado por comprometer más recursos, también
las instancias públicas parecen tener retos importantes, en cuanto a la
responsabilidad del diseño e implementación de políticas. Si se trata de
evaluación de la política, con ello se identifica la relación entre el propósito y
objetivos de la política con resultados puntuales. La relación entre la
sociedad e instancias estatales es fundamental cuando se pretende
comprender cómo se justifican las políticas sociales.
Las políticas sociales requieren, para tener un impacto en la calidad de
vida en general, extenderse en forma universal para procurar el acceso
equitativo de todos los ciudadanos a las oportunidades de alcanzar mayores
niveles de bienestar. El Estado, como actor público que atiende los
requerimientos de la población, debe proyectar su acción hacia la mayoría de
los habitantes, de acuerdo con la intensidad de las necesidades y las
limitaciones de oportunidades para satisfacerlas. En este orden de ideas, las
necesidades sociales deben formar parte de la agenda pública del Estado y
deberían ser parte de un proyecto nacional.
El diseño de políticas públicas debe considerar la calidad de vida de la
población, aunque ello implique un trabajo complejo que requiere mayor
reflexión teórica y empírica. Los conceptos de estilo de vida, capacidad y
oportunidades parecen integrar la definición de la calidad de vida. Sin
embargo, dichos conceptos deberían ser operativizados a los efectos de
lograr registros cuantitativos y cualitativos de impacto.
Finalmente, este ensayo ha permitido iniciar una reflexión sobre el tema
de la seguridad ciudadana y la interacción entre sociedad civil y Estado. Es
necesario profundizar con estudios sobre los elementos fundamentales que
integran el diseño de las políticas sociales en materia de seguridad.

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