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REALIZADO POR
INTRODUCCION
CONCLUSION
REFERENTES BIBLIOGRAFICOS
INTRODUCCION
Es por ello que existe un corto plazo, para atender ese complejo conjunto de
problemas, por lo que el gobierno actual requiere diseñar programas que
abarquen los siguientes componentes que consta de: El fortalecimiento de la
gestión nacional y local de la política de convivencia y seguridad ciudadana. El
diseño y desarrollo de programas y proyectos de convivencia y prevención de la
violencia y la delincuencia con enfoque de Derechos Humanos, y El
fortalecimiento de los equipamientos de seguridad, justicia alternativa y centros de
privación de la libertad para enfrentar la violencia y la delincuencia.
Resulta claro de estos enunciados que el problema de la seguridad
ciudadana, en la óptica gubernamental, requiere ocuparse, por una parte, de la
reducción de la desigualdad social y el incremento del empleo, y, por la otra, del
fortalecimiento de la policía, en particular, de su sistema de coordinación e
inteligencia, para el cual se contaría con participación ciudadana. A pesar de que
la familia, la escuela y los medios de comunicación son mencionados dentro del
concepto más general de seguridad permanente, no hay dentro de las estrategias
y las políticas medidas específicas que tomen en cuenta estas instancias dentro
de un modelo preventivo.
Propósito de la Investigación
GENERAL
Promover un Plan de Seguridad Ciudadana para prevenir el delito en
la Urbanización Las Lomas, parroquia Francisco Eugenio
Bustamante del Municipio Maracaibo.
o ESPECIFICOS
Diagnosticar en la Urbanización Las Lomas del Municipio
Maracaibo la realidad comunitaria y de prevención social.
Emplear la seguridad ciudadana como herramienta de
prevención y participación comunitaria para combatir el delito.
Implementar un Pla de Seguridad Ciudadana bajo estrategias
de integración Cuerpos de Seguridad y Comunidad en general
para disuadir la frecuencia del delito en la Urbanización Las
Lomas, parroquia Francisco Eugenio Bustamante del
Municipio Maracaibo.
…desde hace ya algún tiempo se trata de crear nuevos delitos o de agravar las
penas de los ya existentes, sin interesarse para nada en las consecuencias. Al
mismo tiempo se extiende su ámbito de actuación a aquellos sectores que la
opinión pública considera más amenazados, transformándose el Derecho Penal
en un instrumento de política interna, con pretensión de eficacia.
Seguridad Ciudadana
Es permanente
Eminentemente preventivo
Es mancomunado y coordinado
Es sistémico
Es integral
Porque enfrenta todos los riesgos, daños o peligros que atenten o puedan
atentar contra la persona, la comunidad y la propiedad pública y privada, por lo
que debe aunar los esfuerzos de todos aquellos organismos e instituciones que en
alguna forma tenga como responsabilidad conjurar cualquier de estos riesgos
llámese el Ministerio de Salud, IPSS, INDECI, Compañía de Bomberos, PNP,
FF.AA, etc.
Secretaria, información y comunicación social.
Oficina de Administración, informática y estadística.
Central de operaciones, telefónica y comunicaciones.
d. Órganos de Ejecución.-
Policía Escolar.
PNP.
Bomberos.
Hospitales.
Servicios públicos.
Vigilancia Privada
El factor más importante que influye en las imágenes que el público tiene de
la policía es su propia experiencia como víctima de delito o de otros hechos
similares.
El público duda de la capacidad de la policía para resolver los delitos y
brindarle protección.
Manifiestan su inquietud ante el trato que reciben de la policía y quieren que
la policía los consideren como seres humanos con identidad propia no
como cifras o números.
El problema es que los ciudadanos no se dan cuenta de que la policía
forma parte de la comunidad.
Los ciudadanos desconfían de la policía ya que un día pueden ser víctima
de un delito y otro día autor del mismo.
Una característica más evidente de las imágenes que el público tiene de la
policía es la falta de confianza y de su apatía en lo referente
al mantenimiento del orden por la ausencia de protección y el temor de ser
víctima.
El público ha llegado a considerar que el trabajo policial puede ser a la vez
proactivo y reactivo.
…el estilo militar tiene su base sólida en la disciplina, desde el punto de vista de
ser generadora de hábitos saludables que toman el deber como uno de los
referentes para mejorar y mantener la calidad y excelencia en sus funciones; tal
vez deja en duda si manejan procesos científicos de planificación que seria lo
ideal para mejorar la disciplina, pero desde la doctrina la disciplina militar es
conocida y muy competitiva (p.32).
Desde esta óptica Wrobleski (2003), afirma que "el estilo gerencial militarista esta
siendo cuestionado y cambiado por un modelo de negocios tal que categoriza la
organización y reduce el número de manejadores y supervisores, mientras que
incrementa el número de oficiales" (p.8).
Están determinadas por las imágenes que ambos tienen de ambos sino
también por las interacciones entre ambos.
Estos encuentros están circunscritos por las circunstancias de que el policía
actúa en la comunidad pero no vive ni se distrae en ella. Lo ideal es que el
policía viva en la comunidad.
La policía debe buscar contacto con la población pero existen presiones
estructurales que lo dificultan ( una de la presión estructural es cómo se
organizan los patrullajes los mismos que dificultan el contacto con la
población).
Otro problema estructural es la centralización o la descentralización de la
dirección. Si es centralizada corre el riesgo de ser muy vertical y
universalista en la forma de aplicar las leyes y se pierde el contacto con las
formas organizadas de la comunidad para resolver los conflictos locales.
8. La policía debe siempre dirigir sus acciones estrictamente hacia sus funciones y
nunca pretender usurpar el poder judicial.
En ambientes en los que existe una gran angustia pública respecto del
incremento de la delincuencia, las políticas estrictamente represivas,
"la guerra contra el crimen", se vuelven extremadamente populares; incluso
cuando estas medidas minan las garantías legales básicas. El debate se polariza y
se plantea una transacción entre, por un lado, la defensa de los derechos
ciudadanos y las garantías y del otro, la conculcación de estos derechos como
condición para el orden y la seguridad. Las organizaciones de derechos humanos
que documentan y denuncian los frecuentes abusos policiales suelen ser
acusadas de complicidad con la delincuencia y también de menospreciar el
derecho de los ciudadanos comunes y corrientes de vivir en un ambiente seguro.
Narcotráfico y Drogadicción
Subversión y Terrorismo
Delincuencia común y organizada
Corrupción
Violencia Juvenil expresada en las pandillas y barras bravas, así como la
presencia de la niñez en abandono.
Todo ello exige por tanto una gran capacidad operativa del cuerpo de
investgacion y otras instituciones, las que al no poder atender la demanda de
seguridad ciudadana por diversas limitaciones ha posibilitado el desarrollo y el
fortalecimiento de las empresas privadas de seguridad; por tanto, es de vital
importancia que la sociedad organizada contribuya con su participación en su
propia seguridad.
Cabe destacar que el tema de la seguridad atraviesa, pues, por una especie
de limbo, sin discusión democrática y sustentada, donde la acción gubernamental
se ejerce sin mayor información y sin mecanismos de consulta ni rendición de
cuentas, si bien el proceso de reforma policial iniciado en abril de 2006 parece
haber abierto un nuevo ámbito de discusión y transparencia para la definición y
aplicación de un nuevo modelo policial.
En fecha veintisiete (27) de mayo de dos mil nueve (2009), el Ministro del
Poder Popular del Interior y Justicia afirmó sobre un plan de seguridad que está
implementando, que va desde el cambio de autoridades policiales hasta el
reforzamiento de la participación comunal en labores de seguridad
y supervisión policial. Pero a entender, este plan no resuelve la inseguridad
ciudadana porque el problema de la seguridad va más allá de una simple
remoción de un jefe policial o de incluir a las comunidades en las operaciones
policiales de seguridad, es indispensable atacar este flagelo desde las raíces para
prevenir y hasta detener el auge de la delincuencia que es la principal razón de la
inseguridad ciudadana.
En 2001, dentro del marco de una ley habilitante de la Asamblea Nacional, fue
dictado el Decreto Presidencial con Fuerza de Ley de Coordinación de Seguridad
Ciudadana (Venezuela, 2001b), cuyo propósito fundamental fue el de establecer
mecanismos de enlace y coordinación entre diversos cuerpos policiales. Algunos
casos emblemáticos ocurridos años atrás, en materia de captura de rehenes,
habían concluido con muertes de civiles y funcionarios debido a la competitividad y
rivalidad, en el sitio del suceso, de diversos cuerpos policiales. De este modo, los
arts. 8 y 9 del decreto establecieron los principios de la prevalencia de intervención
para el cuerpo policial que tuviere mayor capacidad de respuesta y recursos para
enfrentar la situación y de sustitución ascendente, es decir, de policías
municipales por estadales, y de policías estadales por nacionales, en caso de
rebasarse la capacidad operativa de alguno de estos cuerpos en cada situación.
Este decreto también estableció un Consejo de Seguridad Ciudadana de carácter
nacional, integrado por representantes del Ministerio del Interior y Justicia y de las
gobernaciones y alcaldías, cuya función sería el estudio, formulación y evaluación
de políticas en esta materia a nivel nacional, así como una Coordinación Nacional
y Coordinaciones Regionales, a nivel de los estados, para el seguimiento y
evaluación de los planes que estableciere el Consejo de Seguridad Ciudadana.
Según este modelo, en lugar de absorberse todas las policías en un solo cuerpo
nacional, idea que ya había sido materializada en un proyecto de Ley Orgánica de
Policía, de 1991, y en otro sobre Policía Federal, de 1993, se optaba por un
esquema de formulación de políticas y seguimiento de planes de acción, centrado
en la Coordinación Nacional de Policía, dependencia administrativa adscrita al
Ministerio del Interior que ha funcionado, preferentemente, bajo la dirección de
oficiales de la Guardia Nacional desde 1969.
El proyecto de Ley de Policía Nacional que fue aprobado en primera discusión por
la Asamblea Nacional en julio de 2004 (Venezuela, 2004), desarrollaba este último
modelo, estableciendo principios comunes (y en este sentido, estandarizados)
para lo que sería el Cuerpo de Policía Nacional (que absorbería lo que es hoy la
Policía Metropolitana de Caracas y el Cuerpo de Vigilancia de la Dirección de
Tránsito Terrestre, del Ministerio de Infraestructura), y para las policías estadales y
municipales. El texto enfatizaba la coordinación, reglamentación y supervisión por
parte del Ministerio del Interior y Justicia. La tendencia centralista se manifestaba
en dos disposiciones controvertidas, aquella según la cual el Cuerpo de Policía
Nacional y la Guardia Nacional podrían sustituir a las policías estadales y
municipales cuando así lo determinase el Consejo Nacional o la Coordinación
Regional de Seguridad Ciudadana, y aquella según la cual el mismo ministro
podría delegar las funciones del Cuerpo de Policía Nacional en la Guardia
Nacional, tomando en cuenta “la racionalización y optimización de los recursos
materiales y humanos para la tutela de la seguridad ciudadana, las necesidades y
requerimientos para la prestación del servicio policial y la eventual imposibilidad
del Cuerpo de Policía Nacional para ejercer las atribuciones que le son propias”
(art. 33). Esta cláusula, evidentemente amplia y ambigua, podría conducir a una
militarización total de la policía.
El modelo de policía surgido con ocasión del trabajo de la Comisión Nacional para
la Reforma Policial (Gabaldón y Antillano, 2007, 237-250) desestima cualquier
carácter militar de la policía general y enfatiza el principio de competencias
concurrentes entre cuerpos de policía nacional, estadales y municipales, conforme
a los principios de territorialidad de la ocurrencia situacional y de complejidad,
intensidad y especificidad de la intervención requerida, a fin de facilitar la sinergia
en el trabajo policial, fomentando, por otro lado, la rendición de cuentas y el control
ciudadano. Tal parece que la nueva ley del Cuerpo de Policía Nacional y del
Servicio de Policía, que será dictada dentro del marco de la ley habilitante,
responderá a este modelo ampliamente validado por la consulta ciudadana.
Para resumir esta perspectiva sobre el desarrollo institucional de la policía
venezolana en los últimos setenta años (Gabaldón, 1999), podríamos decir que se
ha caracterizado por la centralización, la rígida jerarquización y los estilos
militarizados de gestión, que incluyeron, a partir de 1969, la designación de
oficiales de la Guardia Nacional como directores de las policías en los estados.
Entre 1989 y 1999, surgieron policías municipales de perfil descentralizado y con
autonomía local en los municipios con mayores recursos, al amparo del art. 30 de
la Constitución de 1961. Estos cuerpos se han multiplicado, en muchos casos sin
estándares mínimos que permitan hacer predecible y auditable su desempeño. La
nueva Constitución, aunque en los arts. 164, n. 6, 178, n. 7 y 332 reconoce
competencias estadales y municipales en materia policial, adopta un modelo de
seguridad ciudadana con gran énfasis en el centralismo y en el componente
militar, y la legislación promulgada con posterioridad a su entrada en vigor, así
como la proyectada, ha tendido a concentrar la función policial dentro de un
modelo vertical con gran pendiente hacia el control militar de la policía, pese a la
retórica sobre su carácter civil. La tendencia se acentuó después de 2002
(Gabaldón, 2004a), cuando, como consecuencia de eventos como la deposición
del Presidente, el paro petrolero y el proceso del referendo revocatorio, la
polarización política alcanzó niveles insospechados y las policías locales fueron
percibidas por el gobierno como focos de desestabilización territorial, mientras las
policías centralizadas generaron desconfianza al ser percibidas por la oposición
como estructuras al servicio de un modelo autoritario, que pretendería, en última
instancia, la militarización de la sociedad. Sin embargo, a partir de abril de 2006,
con ocasión de la instauración de la Comisión Nacional para la Reforma Policial,
un nuevo énfasis en el carácter civil de la policía y en la cooperación de todos los
cuerpos dentro de un sistema integrado, pero que admita la autonomía regional y
local, parece orientar el modelo para un nuevo consenso.
III. ESTRATEGIAS METODOLOGICAS
Modalidad Metodológica
Por otra parte, Pérez Serrano (1994: 116-118) plantea que la elaboración de
estudio de casos conlleva valiosas potencialidades formativas para la persona que
lo realiza, tales como:
1. Adquisición de experiencia en el diagnóstico de problemas concretos.
2. Una comprensión más completa y realista de la realidad.
3. Desarrollo de la capacidad de análisis y de síntesis.
4. Capacidad para pensar de forma lógica y rápida.
5. Integración -interrelación- de conocimientos y vivencias.
6. Motivación.
1. Fase preactiva
2. Fase interactiva.
3. Fase postactiva.
Se refiere a la elaboración del informe del estudio final en que se detallan las
reflexiones críticas sobre el problema o caso estudiado. Algunos problemas
prácticos propios de esta fase son:
Instrumentos
Contextualización
Los estudios de caso de orientación etnográfica buscan analizar y
comprender cómo las acciones humanas se relacionan con el contexto social en el
que ocurren, por lo que la unidad de análisis debe examinarse en su entorno
social y cultural.
Saturación
Triangulación
Finalmente, puede que lo más difícil sea escribir el caso. Un estudio de caso
busca crear un relato global que se construye utilizando relatos parciales. Por eso,
su base es la investigación narrativa, donde los relatos son los mimbres que
permiten construir el cesto. El investigador debe buscar el orden en que debe
entrelazar esos mimbres y, sobre todo, cuáles de ellos actúan como guía y soporte
del resto (Moen 2006). La dificultad reside en cómo organizar los distintos
significados y experiencias documentadas en el trabajo de campo, cómo convertir
los relatos narrativos parciales en un relato único. La recogida y análisis de
información lleva a descomponer la realidad en varios elementos o relatos, que
suponen una visión global e integrada en sí mismos pero que compiten con otros
para formar una visión general de la realidad. Por muy exhaustiva que sea su
mirada, el investigador solo accede a determinadas parcelas de la realidad, que
como tales configurarán su relato final con pretensiones de realidad total.
7. Gabaldón, Luis Gerardo (2000): “El espacio público del control social en el
mundo globalizado”: Libro Homenaje a Fernando Pérez Llantada. Universidad
Católica Andrés Bello. Caracas, 2000, pp. 199-213. [ Links ]
10. Gabaldón, Luis Gerardo y Andrés Antillano (2007). “La policía venezolana:
desarrollo institucional y perspectivas de reforma al inicio del tercer milenio”. (vols
1 yl 2). Caracas, Comisión Nacional para la Reforma Policial. [ Links ]