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1
Mariza Martínez Maravilla*
*
Estancia de Investigación Doctoral en la Facultad de Derecho de la Universidad Libre
de Berlín, Alemania en 2008. Maestra en Derecho con orientación docente y men-
ción honorífica por la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de
México. Master en Argumentación Jurídica por la Universidad de Alicante, España,
2012. Especialista Universitaria en Argumentación Jurídica por la Universidad de
Alicante, España en 2006. Licenciada en Derecho con mención honorífica por la Fa-
cultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México.
1. INTRODUCCIÓN
La aplicación del Derecho es una tarea central del jurista, que busca
inferir las pautas a aplicar al caso concreto partiendo de las directivas
genéricas contenidas en el ordenamiento jurídico, incluyendo, en sen-
tido amplio, el Derecho Consuetudinario. El juez, particularmente, al
momento de aplicar el Derecho, tiene que indagar la norma aplicable a
la situación o, en caso que se le presente, indagar sobre los principios
jurídicos que le ayuden a encontrar la solución del caso planteado, ade-
más paralelamente realiza otras actividades consistentes en interpretar y
argumentar.
Tradicionalmente, la aplicación del Derecho se ha identificado con
el uso del silogismo judicial. “La teoría que identifica a la estructura del
juicio en un silogismo cuya premisa mayor está dada por la norma que
debe aplicarse al caso, mientras que la premisa menor está representada
por los hechos relevantes que ya se han comprobado la conclusión está
constituida por la decisión sobre los hechos concretos”.1
Recaséns Siches considera que la interpretación empieza en el mo-
mento en el que el jurista averigua cuál es la norma aplicable al caso
1
Taruffo, Michele, La motivación de la sentencia civil, traducción por Lorenzo Cór-
dova, Vianello, México, Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, 2006,
p. 147.
2
Recaséns Siches, Luis. Tratado General de Filosofía del Derecho, 17ª edición, México,
Porrúa, 2003, p. 4.
3
Ibidem, p. 141.
4
García Máynez, Eduardo, Lógica del raciocinio jurídico, Distribuciones Fontamara,
S.A., 1994, p. 127.
5
Larenz, Karl, Metodología de la Ciencia del Derecho, traducción por Rodríguez Mo-
linero, M., 2ª edición, España, Ariel, 2001, p. 265.
6
Ibidem, p. 265-266.
7
Mans Puigarnau, Jaime, Lógica para jurista, España, Bosch, 1978.
8
Larenz, K., op. cit., p. 268.
9
Kant, Immanuel, Critica de la razón pura. Prólogo, traducción, notas e índices por
Ribas, Pedro, México, Taurus, 2006, p. 13
10
Algunos principios en la lógica jurídica como el principio jurídico de identidad, el
principio jurídico de contradicción, el principio jurídico de tercero excluido y el
principio especial de contradicción. El primero nos dice que “todo objeto del cono-
cimiento jurídico es idéntico a sí mismo”; el segundo, que “dos normas de derecho
contradictorias no pueden ser ambas válidas”, el tercero, que “dos normas de de-
recho contradictorias no pueden ambas carecer de validez”; y el cuarto, que “toda
norma jurídica de contenido contradictorio carece de validez”. También tenemos el
principio de razón suficiente, que nos dice “toda norma jurídica, para ser válida, ha
14
Kalinowski, Georges, Introduction a la logique juridique, cit. Perelman, Chaïm, op.
cit., p. 12.
15
Klug, Ulrich, Lógica Jurídica, Colombia, Temis, 1990, p.8
16
Aristóteles, Retórica, 1354, p. 5-10.
17
Recasen Siches, Luis, Nueva filosofía de la interpretación del Derecho, 3ª edición, Mé-
xico, Porrúa, 1980.
18
Ibidem, 26-27.
19
Perelman, C. op. cit., p. 22.
acontecen en su campo.
Manuel Atienza sostiene que la frase de Holmes ha sido malinterpre-
tada ya que él no pretende afirmar que en el Derecho no hubiera lógica,
lo que el pretendía era contraponer el formalismo jurídico a una concep-
ción instrumental o pragmatista del Derecho, es decir, señalar que lo que
guía al Derecho no es una idea inmutable de razón, sino la experiencia, la
cultura cambiante.21
A la argumentación podemos analizarla, conocerla y entenderla desde
varias concepciones o dimensiones, Atienza sostiene y propone tres: la
formal, material y pragmática, en esta última se distingue entre la dialéc-
tica y la retórica22. La concepción formal de la argumentación es la que
encontramos paradigmáticamente en los libros de lógica formal.
El principal interés de los lógicos se dirige a los argumentos, para ellos
un argumento es un conjunto de proposiciones de las cuales se dice que
una se sigue de las otras, que pretende apoyar o fundamentar una verdad.
Desde la perspectiva de la lógica, un argumento tiene una estructura, es
decir, se construye con premisas para llegar a una conclusión.
20
Alchourrón, Carlos (et. al.), Análisis Lógico y Derecho. Los argumentos jurídicos a
fortiori y a pari, p. 4-6 cit. Holmes, The common law, p.1.
21
Atienza, Manuel, El derecho como argumentación, España, Ariel, 2006, p.12.
22
Ibidem, pp.11-60.
23
Capaldi, Nicholas, Cómo ganar una discusión, España, Gedisa, 2005, p. 23.
24
Copi, Irving (et. al.), Introducción a la lógica, México, Limusa, 2002, p. 21.
25
Alchourrón, C. (et. al.), op. cit., p.349.
por lo tanto q
Las normas jurídicas seleccionan acciones o sucesos posibles del
mundo (hecho operativo) y estipulan ciertas consecuencias normativas
que se ligan a ellos. Así, la aplicación del Derecho es un proceso intelec-
tualmente simple:
Si OF (hechos operativos) entonces NC (consecuencias normativas)
OF
luego NC
Recordando y siguiendo a Dewey, MacCormick sostiene que la certe-
za que podemos alcanzar en el Derecho es limitada y derrotable, afirma
que el razonamiento jurídico si es silogístico, al menos con sus reservas
y matices. “El silogismo juega un papel fundamental como estructura en
el pensamiento jurídico, aunque no todo ese pensamiento se agota en su
estructura únicamente. La lógica formal y la deducción sí que importan
en el Derecho. Ciertamente, reconocer esto no exige negar el papel ex-
traordinariamente importante que en el Derecho desempeñan el razona-
miento informal, el razonamiento probabilístico, la retórica, en todos sus
26
MacCormick, Neil. “La argumentación silogística: una defensa matizada”, DOXA, núm.
30, 2007, p. 322, https://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/13137/1/DOXA_30_37.
pdf
27
Iturralde Sesma, V., op. cit., pp. 372-373.
28
MacCormick, N., op. cit., p. 323.
29
Ibidem, p. 324.
30
Aarnio, Aulius, Lo racional como razonable, España, Centro de Estudios Constitucio-
nales, 1991, p.23.
31
Calvo García, Manuel, Teoría del Derecho, 2° edición, España, Tecnos, 2002, p. 147-
148.
32
Guastini, Riccardo,“Théorie et ontologie du droit chez Dworkin”, traducción por
Martínez Maravilla, Mariza, Droit et Sociéte, Paris, núm. 2, 1986, pp. 18-19.
b) Problema de relevancia.
c) Problema de hechos secundarios.
d) Problema de calificación o hechos secundarios.
e) Propuestas teóricas de solución al problema del uso del silogismo
33
Maccormick, Neil, op. cit., p. 332. cfr., Maccormick, Neil, Legal Reasoning and Legal
Theory. Nueva York, Oxford University Press, 1997, pp. 195 y ss.
34
García Amado, Juan Antonio, Teorías de la tópica jurídica, Madrid, Civitas,1988, p. 315.
35
Viehweg, Theodor, Tópica y filosofía del derecho, 2° edición, traducción por Seña,
Jorge M., Barcelona, Gredos,1997, p. 127.
36
Viehweg, Theodor, Tópica y jurisprudencia, traducción por Díez Picaso, L., Madrid,
Taurus, 1992, p. 56
decir, en la tópica.38
Nos interesa averiguar qué lugar ocupa el Derecho Positivo en el con-
texto de los tópicos, que nos guiarán para obtener la decisión jurídica. Las
posturas son tres: las que aceptan que la ley es un tópico más entre los
demás, las que rechazan que la ley es un tópico porque no se reconoce el
carácter vinculante de la ley en todo proceso de resolución de las deci-
siones jurídicas y, finalmente, las posturas eclécticas que proponen que
existe una compatibilidad en el método tópico y el respeto o límite del
carácter preceptivo del Derecho Positivo.
La diversidad de respuestas se debe a la oscuridad e imprecisión de los
escritos de Viehweg y a la diversidad de los conceptos de Derecho de las
doctrinas metodológicas citadas en pugna. 39
No encontramos con un claro rechazo al principio de legalidad, porque
Viehweg no habla de una vinculación legal sino lógica, afirmando: “Cuan-
do se ha formado un catálogo de los tópicos admisibles, se produce, en el
desarrollo ulterior del pensamiento, conforme se pretendía, un vínculo
lógico, que, sin embargo, no se puede extender demasiado, porque, la
constante vinculación con el problema sólo permite series de deduccio-
37
Ibidem, p. 58-59.
38
Ibidem, pp. 121-122,136-137.
39
García Amado, J. A., op. cit., pp. 243-271.
40
Viehweg, Theodor, Tópica y jurisprudencia, op. cit., p. 59-60.
41
Ibidem, p. 61.
42
Ibidem, p. 132.
43
Pererlman, Chaïm (et. al.), Tratado de la Argumentación. La nueva retórica, traduc-
ción por Sevilla Muños, Julia, Madrid, Gredos, 1989, p.39.
44
Perelman, C., Lógica Jurídica, op. cit., p.134.
45
Ibidem, p. 136.
46
Ibidem, pp.103-104.
47
Ibidem, p.232.
48
Ibidem, p.233.
49
Toulmin, Stephen E., Los usos de la argumentación, traducción por Morrás, Maria y
Victoria Piñeda, Barcelona, Peninsula, 2007. vid., Atienza Rodríguez, Manuel y Ji-
ménez Redondo, Manuel. “Entrevista con Stephen E. Toulmin”, Doxa, núm. 13, año
1993. También pueden consultar la versión en inglés, Toulmin, Stephen Edelston,
The Uses of Argument, New York, Cambridge University Press, 1997.
50
Ibidem, p. 29.
51
Ibidem, p.13.
52
Ibidem, p. 18.
53
Ibidem, p. 23.
54
Alexy, Robert, Teoría de la Argumentación Jurídica. La teoría del discurso racional
como teoría de la fundamentación jurídica, traducción por Atienza, Manuel e Isabel
Espejo, Madrid, Centro de Estudios Constitucionales, 1989, pp.23-47.
55
Ibidem, pp. 23-24.
56
La comunicación por medio del lenguaje en el ámbito jurídico no es perfecta, pre-
cisamente porque tienen un grado de súper generalidad, es decir, de vaguedad e in-
exactitud. Los términos lingüísticos pueden ser clasificados, dependiendo la duda
que provoquen en el intérprete en los siguientes subgrupos: (a) Un término puede
ser vago, cuando tiene un significado impreciso, tiene una zona de penumbra, es
decir, hay duda acerca de si el término cubre o no cierto caso, entonces hablamos
de vaguedad. Otro subgrupo de vaguedad es la apertura, cuando no se dispone de
criterios suficientes para especificar el contenido de significado. (b) Si una expresión
tiene diferentes significados es ambigua. Cuando se conocen todas las posibles alter-
nativas que caen en la denotación de la expresión, pero es imposible identificar cuál
de las alternativas es la adecuada. Existe ambigüedad sintáctica cuando la ubicación
de una expresión en una oración o en una cláusula determina la forma cómo debe ser
interpretada. Finalmente (c) si el término es valorativamente abierto, la identifica-
ción del contenido semántico presupone una valoración como base extrajurídica de
interpretación, aquí el criterio de interpretación se encuentra en el código axiológico
de la sociedad. vid., Aarnio, Aulius, op. cit., pp. 158-160.
57
Perelman, C., Lógica jurídica y la nueva retórica, op. cit., p.146.
58
“Karl Larenz habla del reconocimiento de que la aplicación de la ley no se agota en la
subsunción, sino que exige en gran medida valoraciones del aplicador; Müller es de la
opinión de que una jurisprudencia sin decisiones ni valoraciones no sería ni práctica
ni real, Esser constata que las valoraciones tienen una importancia central en todas
las decisiones de algún modo problemáticas; Kriele llega al resultado de que no se
puede desconocer de ninguna manera el elemento valorativo, normativo-teleológico
y político-jurídico, contenida en toda interpretación, y Engisch tiene que reconocer
que las leyes mismas, en todas las ramas del derecho, están actualmente construidos
de tal manera que los jueces y funcionarios de la administración no encuentra y
fundamenta sus decisiones a través de la subsunción bajo firmes conceptos jurídicos
cuyo contenido se revela con certeza través de la interpretación, sino que tienen
que valorar autónomamente y disponer como colegisladores”. cfr., Alexy, R., op. cit.,
p.28.
59
Ibidem, p. 29.
60
Idem.
61
Idem.
62
“La formulación explícita de estas reglas y formas puede parecer pedante, superflua,
o incluso inadecuada. Su objetivo quizá más importante consiste en hacer aparecer
más claramente sus defectos. Tales defectos pueden referirse tanto al contenido de
las reglas, a lo incompleto de su enumeración, al carácter superfluo de algunas reglas
y formas, y también a la insuficiente precisión de su formulación.” vid., Alexy, R., op.
cit, p. 36.
63
Robert Alexy estudia en la primera parte de su obra, una serie de teorías, en el campo
de la ética analítica, de Stevenson, Hare, Toulmin y Baier, de la teoría consensual de
la verdad de Habermas, de la teoría de la deliberación práctica de la escuela de Erlan-
gen, así como de la teoría de la argumentación de Perelman, estas le darán las bases
teóricas para responder a la cuestión, que significa que un enunciado normativo sea
racionalmente fundamentable. La segunda parte de la obra de Alexy la conforma los
resultados de los estudios y discusiones de las teorías estudiadas en la primera parte
y que se resumen en una teoría general del discurso práctico racional. Ahora bien, el
núcleo de esta teoría lo forman cinco grupos de un total de 22 reglas, explícitamente
formuladas, así como una tabla de seis formas de argumentos. Para nuestro teórico
alemán las reglas y formas representa un código de la razón práctica. vid., Alexy, R.,
op. cit., p. 36.
64
Iturralde Sesma, V., op. cit, p. 387.
65
Alexy, R., op cit., p. 186.
66
Taruffo, M., op. cit., p.141.
67
Bobbio, Norberto, Derecho y lógica, traducción por Rossi, Alejandro, México, Centro
de Estudios Filosóficos, UNAM,1965, p. 35.
68
En 1951, G. H. Von Wright, lógico finlandés, publica en Mind un artículo con el título
Deontic logik. De esta manera se iniciaba una nueva rama de la investigación lógica y
se consagraba su nombre para ella. La nueva lógica deóntica se ocupará del análisis
y formalización de los conceptos e inferencias característicos del discurso normati-
vo (obligación, prohibición de acciones, etc.) de forma similar a como la lógica for-
mal clásica se ocupa del discurso declarativo. Desde entonces los estudios de lógica
deóntica – en paralelo con los de lógica modal (lógicas no clásicas) – han adquirido
un desarrollo extraordinario. La investigación en lógica deóntica cumple una doble
función interesante: por una parte, es un instrumento imprescindible para el análisis
del lenguaje moral; por otra parte, es posible pensar en importantes aplicaciones
prácticas de los cálculos deónticos o normativo. vid., Quitanilla, M. A. (Hrg.), Dic-
cionario de filosofía contemporánea, Salamanca, Sígueme, 1976, p. 260-261.
69
Larenz, K., op. cit., p. 265.
70
Iturralde Sesma, V., op. cit., p. 377.
71
Taruffo, M., op. cit., p.10.
72
Las dos más importantes reglas de inferencia del lenguaje jurídico son a) la regla de
sustitución y b) la regla fundamental de inferencia. La primera determina que una
proposición se pueden sustituir las variables por constantes individuales que perte-
necen al rango de las variables. La segunda, la regla fundamental de inferencia, dice
que la validez de una implicación y de su antecedente, puede inferirse la validez del
consecuente, expresado en símbolos: De p →q y de p sigue q. cfr., Schreiber, R., op.
cit., pp. 59-62.
73
Perelman, C., Lógica jurídica y la nueva retórica, op. cit., p. 11.
74
Ibidem, p. 29.
75
García Amado, Juan Antonio, “Del método jurídico a las teorías de la argumenta-
ción”, Anuario de Filosofía del Derecho, t. III, pp. 152-153.
76
cfr., Schreckenberger, Waldemar, Rhetorische Semiotik. Analyse von Texten des
Grundgesetzes und von rhetorischen Grundstrukturen der Argumentation des Bundes-
verfassungsgerichtes (Semiótica retórica. Análisis de textos de la Constitución y de es-
tructuras básicas retóricas de la argumentación de la Corte Constitucional Federal), Kart
Alber, Freiburgo/Müngen, 1978, pp. 467.
6. BIBLIOHEMEROGRAFÍA
Bibliografía
Ex Legibus, 12, Abril 2020: pp. 123-160
77
Klüg, Ulrich, op. cit., p. 8.
78
vid., Perelman, Chaïm, Le champ de l’argumentation, Bruxelles, Presses Universitai-
res de Bruxelles, 1970, p.139.
Hemerografía
Atienza Rodríguez, Manuel y Jiménez Redondo, Manuel. “Entrevista con
Stephen E. Toulmin”, Doxa, núm. 13, año 1993.
García Amado, Juan Antonio, “Del método jurídico a las teorías de la argu-
mentación”, Anuario de Filosofía del Derecho, t. III.
Guastini, Riccardo,“Théorie et ontologie du droit chez Dworkin”, traducción
por Martínez Maravilla, Mariza, Droit et Sociéte, Paris, núm. 2, 1986.
Ex Legibus, 12, Abril 2020: pp. 123-160